Tú eres mi presa {Nicolay&Azahar}

Recuerdo del primer mensaje :

Sangre. Ese fue el pensamiento que invadió mi mente. La sed que sentía era irrefrenable, sobretodo la de venganza... Y ese era el mayor motivo por él que allí estaba aquella noche de luna llena. Me encontraba fuerte y sana, me había preparado para salir, quería encontrarlos y eso haría. Mataría a todos aquellos cazadores que fuera a encontrarme, desgarraría esos odiosos cuellos que me mantuveron encerrada tantísimo tiempo, sin si quiera haberles hecho nada. Y lo peor, quizá no fue el hecho de estar así tantísimos años, siglos... Sino el vivir pensando que él había muerto por mi culpa. Mi creador, lo que era mi vida. Le estaba echando muchísimo de menos, le necesitaba como jamás pensé que lo haría. Pero ellos lo habrían matado, sabía que le habrían quitado la vida y ese pensamiento me enfurecía.

Salí a las a fueras de la ciudad; buscando, olfateando, escuchando todo lo que había a mi alrededor... Y entonces lo olí. Era una sangre familiar, una sangre que en algún momento había estado cerca de mí, pero, ¿cuándo? Mis ojos buscaron al humano y, cuando lo hallé, le seguí a escondidas, intentando recordar. Aunque eso no importaba realmente, si era un cazador, si de verdad había encontrado uno, aquella noche sería su fin.

Sangre... Me abrasaba cada vez más la garganta, necesitaba alimentarme pues mi intención primera era devorar al cazador. ¿Cómo había acabado sin querer hacerlo? Parecía tonta, no estaba con fuerzas para nada y había dos bocados demasiado tentadores en esos momentos. Me mordí el labio inferior, intentando contenerme mientras escuchaba las palabras de Nicolay. Podía haberme equivocado, cierto era, pero lo dudaba muchísimo. Aquel crío se había asustado pero estaba casi segura de que sus padres seguían vivos. O por lo menos, él no los había presenciado morir.

-Quizá se perdió y escuchó aullar a los perritos, quien sabe.-pero hubo otra cosa que dijo que me dejó quieta y me hizo mirarle con los ojos más abierto de lo normal.- ¿El único? ¿Solo quedas tú?-Genial, ¿y que iba a hacer? No quería matar a aquel cazador, pero quería mi venganza por todo lo que me habían hecho pasar. Por no apiadarse de mí en tanto tiempo.

No era momento de pensar en eso. El ser cada vez estaba más cerca y yo no estaba en condiciones de pelear, necesitaba sangre para hacerlo... De todas formas, jamás me habían gustado las peleas de hombres lobo y vampiros. ¿Acaso no tenían cosas mejores que hacer? Me di la vuelta para mirar los ojos del cazador, lanzándole un gruñido irritado.

-Resulta que aún con mis más de ochocientos años, no he tenido mucho tiempo para aprender ese tipo de técnicas, ¿por qué será?-mi voz era un tono bajo para que el lobo no escuchara, pero podía notarse mi malestar ante, no solo sus palabras, sino en sí la situación.- Intentemos ocultarnos, yo no tengo fuerzas para pelea...-iba acercarme para coger al niño, ya que pensaba que estaría más seguro en mis brazos. Pero lo pensé mejor al darme cuenta de que, si lo tenía demasiado cerca, igual ganaban mis ansias de sangre.-Intenta no rasguñarte ni sangrar, ¿vale? Hazme ese favor.

Miré a la vampiresa, parecía hambrienta, me mordí el labio inferior observándola, podía hacer cualquier cosa contra alguno de los dos y no quería ni imaginar la escabechina que se podría montar, no pensaba de darle el gusto de que me mordiese a mi y mucho menos al niño, tendría que tomar una decisión rápida... pero ahora no había problema. podríamos buscar comida después, tragué saliva y mire a la chica, parecía frustrada, pero no tuve mas remedio que decirselo, de esa orden solo quedaba yo y dudaba que terminase cogiendo un aprendiz:

Posiblemente si-dije haciendo una pausa con el niño en brazos y sonriendo-Soy el único, no tengo nada que ocultarte y ya sabes mi historia, así que o te vengas o no... eso es cosa tuya, peor no pagues con los demás algo que no tienen culpa, yo fuí responsable de mis actos y por ello haré frente a las consecuencias y si es sufrir tu venganza, la sufriré... aunque me defenderé-completé sonriendo pero mirando a lo lejos, debíamos movernos y luchar, yo estaba en buena forma, pero eran mas de uno, posiblemente.

Llevé al niño a donde habíamos dicho mientras tomaba una decisión, había luchado muchas veces contra un grupo numeroso, pero nunca había estado tan cerca de que aquello pudiese ser una batalla campal, miré a la vampiresa y cerré a los ojos, yo podía luchar pero había algo que también podría hacer, podría arrepentirme, pero si eso salvaba al niño, habría cumplido mi deber:

Bien... te ofrezco lo siguiente-deje al niño en el suelo y deje al descubierto mi cuello-¡Tu eres mas fuerte que yo... y es mucho más probable que sobrevivas a una pelea que yo... salva al niño, muérdeme... adelante, he visto que estas sedienta y prefiero que me muerdas a mi que al niño, adelante... hazlo... -espeté convencido de lo que decía.

Vengarme o no vengarme. Ahí estaba la cuestión del asunto con Nicolay y aquellos cazadores que me habían mantenido encerrada tantísimo tiempo. ¿Qué iba a hacer? Por algún motivo, aquel hombre había sacado mi lado caritativo y no deseaba hacerle daño alguno. Decía que iba a ser responsable de sus actos, que asumiría las consecuencias pero... Él no había sido quien me encerró, solo el encargado de no dejarme salir por orden de sus maestros. Decía que no lo pagara con los demás, pero no, las cosas no eran tan sencillas.

-Habrá cazadores que sufran mi ira, y no puedes evitar eso.-mis ojos contemplaban los suyos con seriedad. Le había perdonado la vida, no iba a hacerle daño, pero no podía pedirme aquello. Detestaba a aquellos humanos y les eliminaría.-Deberías entenderlo.

Fuimos hacia el lugar que había dicho mientras mantenía alerta todos mis sentidos y aquella sensación de peligro acudió a mi cuerpo. Uno de mis dones vampíricos me decía que saliera de allí, que podía correr peligro. Entonces volvió a mirarme y le hice frente, preguntándome que estaba pasando por su mente en aquellos instantes. Dejó al niño en el suelo y me sorprendieron,no solo sus palabras, sin el gesto que estaba haciendo, exponiéndome su cuello que no podía dejar de mirar con ansias. Mi garganta me estaba abrasando, me moría de ganas de clavarle los colmillos y llevarme toda la sangre de su cuerpo. Podía matarlo en cuestión de segundos.

-El niño...-intenté no respirar y alejé mi mirada del cuello para dirigirla a la pequeña criatura que me miraba con espanto. Me agaché a su lado y le miré directamente a los ojo con seriedad. Era un buen momento para ordenar y que se cumpla mi deseo.- Duérmete.-y acto seguido el niño se quedó dormido. Tenía que admitir, que me regodeaba de aquel don tan precioso. Me volví hacia el cazador, replanteándome que hacer. Si le mordía, olerían su sangre, pero sino, podría cogernos de todas formas y ahí si estaríamos más desprotegidos.-Te he dicho que no sangraras por algo.

Me acerqué a él, cogiendo su rostro con una mano de forma suave,alejándolo un poco para que me mostrara más su cuello. Mi nariz se acercó, oliendo aquel aroma que desprendía aquel delicioso néctar que habitaba en su interior. Mis labios rozaron su cuello, disfrutando de aquel preliminar antes de conseguir lo ansiado. Aquel olor tan cerca me había descontrolado. Clavé mis colmillos, intentando inconscientemente no hacerle mucho daño, y por fin sentí como la sangre pasaba a mi cuerpo. Haciéndome más fuerte, calmando aquel horrible dolor que yacía en mi garganta. Le quité los colmillos poco después. Había bebido lo suficiente para calmar mi sed y a la vez, dejarle a él con fuerzas para defenderse. Aunque me moría por seguir bebiendo.

-Sabes muy bien.-seguía estando realmente cerca de él, alcé la cabeza levemente para mirarle a los ojos, preguntándome que había estado pensando.- Eh aquí mi venganza, Nicolay. No quería matarme, pero al ser el último eres la única persona de la me puedo vengar... Imagino que no te ha hecho gracia que bebiera, así que asunto zanjado.

Chasqueé la lengua por sus palabras, me había perdonado a mi la vida... si eso parecía, pero los demás cazadores... ¿los habría condenado por mi culpa y la culpa de los demás?... venga ya, no podía ser así, la venganza era algo que se arremetía contra quien lo había echo, contra mí en este caso, la miré y negué con la cabeza:

¡El culpable que queda vivo soy yo!-dije mirándola a los ojos con furia-¡Si pretender que lo entienda vas apañada! Yo fui tu guardián, si quizás no sea como muchos cazadores, pero quien te dice que otros cazadores no son como yo?... O venga se como te sientes, has perdido tu fe en la humanidad y te comprendo, pero no es razón para vengarse de ella.

Mientras la vampiresa hacia dormir al niño, dándole las gracias por ello para que no viese lo que podía ocurrir, tragué saliva, el miedo era vigente, mi miedo a morir, cerré los ojos porque no iba a acometer de ninguna manera contra ella, cerré mis ojos, esperando el momento, daba mala espina aquello, pasaron nada segundos, que a m se me hicieron eternos antes de notar que olisqueaba mi cuello, un instante después abrí los ojos, de nuevo esa sensación tan mala de mordedura, notando como extraían mi sangre, como lo hacía Zoya cada vez que quería, todo fuese por el niño.

Pero no me mató, simplemente me dejó algo débil, pero tenía la capacidad de moverme, no podía hacer mucho esfuerzo físico durante un tiempo, eso lo sabía, miré a la chica cuando ella lo hizo, extrañado, su venganza había sido quitarme medio litro o un litro de sangre... bueno, podría haber sido peor, me intenté incorporar, aun no podía:

Así que... tu maldad es tan grande como decir que estas viva-en terminos reales, la vampiresa no estaba viva, por lo que aquella frase se debía a que no era nada malvada-¡Gracias por salvar al niño!... ¡Ahora.... protégenos de los licántropos.

Mi guardián.... Para mi aquella palabra tenía un significado positivo, no podía concebirla para el hecho de mantenerme encerrada. Un guardián era la persona que cuidaba de otra a cualquier precio, era quien defendía, protegía y cuidaba a alguien. Yo tuve cuando era humana, y vino la imagen del día de mi encierra, cuando Kyle suplicó que no me mataran. Sí, el también había sido mi guardián.

Humanidad, cazadores, mundo. Palabras que se podía unir de formas muy dispares y distintas. ¿Había perdido mi fe en la humanidad? ¿Acaso la había tenido alguna vez? Simplemente, no creía que los cazadores fueran seres que merecieran la pena que sigueiran existiendo. No quería vengarme solamente de los que me encerraron, sino de todos aquellos que se atrevían a dar caza a los seres diferentes a ellos. Me repugnaban.

-No es que sea malvada, Nicolay. No lo era. Ahora solo necesito vivir lo que no he podido en seiscientos años...-suspiré y cogí el niño para dejarlo al lado del cazador.- Os protegeré, pero mantente alerta, ¿vale? No quiero que te ocurra nada.-confuso, pero cierto. Alcé mi mano para acariciar levemente su rostro y luego su cuello, dónde había mordido. ¿Qué estaba haciendo?-Cuida del niño, intentaré alejarlos de aquí.

Mi olfato me decía que ya estaba cerca, pero eran dos y eso no me gustaba nada. Me di la vuelta, haciendo frente al lugar de donde vendrían y empecé a preguntarme el motivo de que hiciera aquello. ¿Por qué no había terminado cn la maldita vida del cazador? Aún faltaba un poco para que llegara, pero estaban cerca, habían olido la sangre de Nicolay. Estaba segura de ello.

Me mantuve arrodillado, algo débil, (si alguno ha donado sangre... cuando acabas de donar no se puede poner uno a dar botes en un ratito xD, no alcohol en 2 horas, no deporte en 24 xDD y beber mucho líquido) llevé mis manos a mis cinturas buscando mi cantimplora jurando que esto no volvería a pasar y esperando lo más importante, que Zoya no se enterase, nunca sabía como lo hacía, pero esa niña endemoniada siempre se enteraba y mi pleitesia total hacia ella, hacía difícil mantener en secretos mis actos como estés a favor de los más débiles en este caso como el niño.

Escuché las palabras de la chica, dejando al niño al lado y sentándome en el suelo apoyado en el árbol cercano, asentí desenvainando mis espadas por si se acercaban dejándolas desenvainadas a un lado asintiendo a la mujer, si esa era su venganza, quizás había salvadoa otros de sufrir mi destino y el que yo le cayese bien era razón mas que suficiente para hacer que la chica quizás se calmase un poco:

Recuperar 600 años de vida poco tiene que ver con matar a todos los que no has matado en ese tiempo-comenta-significa aprender lo que no has aprendido, disfrutar de las cosas nuevas de este siglo que no son pocas, quieras o no te has perdido una época oscura de este mundo... en parte es bueno... en parte es malo, pero ahora Europa anda en apogeo...-dije para luego señalarle-Ve...

Yo también miré alerta, si hacia falta ayuda tendría que actuar, aunque en estas condiciones hacer mucho esfuerzo podría significar que me desmayase, finalmente terminé por coger la cantimplora que estaba en el suelo tras hayarla antes y bebí un trago de esa agua azucarada que tanto me gustaba.

Mis ojos escrutaban el lugar de donde estaban a punto de llegar mientras escuchaba las palabras del humano. No podía recuperar seiscientos años de vida, era completamente imposible, lo único que podía hacer era disfrutar ahora que había salido, dedicarme a hacer lo que me diera la gana, sin importarme vidas o muertes de personas. Después de todo, siendo una vampiresa que no asesinaba, había terminado encerrada... ¿Qué importaba entonces que mis colmillos desgarraran por completo los cuellos de mis víctimas?

-¿No me digas? ¿Y me vas a enseñar tú las cosas nuevas de este siglo? Ten en cuenta que ahora mismo estoy sola.-pero, por lo menos, sabía que Kyle seguía con vida.-Dame media hora. Intentaré alejarlos.-solo tenía que darles más olor humano.

No hizo falta que me dijera que fuera para lo que hiciera, en cuanto sentí que los licántropos estaban a la vista salté tirándome encima de uno de ellos, haciendo que cayera al suelo y acto seguido alejarme de un salto. Debía evitar el confrontamiento cuerpo a cuerpo, había bebido sangre humana, pero seguía siendo poca para poder ganarles. Así que, en cuanto les vi que lanzaban a por mí, salí a toda velocidad, alejándome de ambos humanos.

De verdad, no entendía que estaba haciendo, ¿por qué les protegía? Lo más lógico hubiera sido dejarlos tirados a su suerte, pero nada, ahí estaba evitando ataques y alejándolos de ellos. Entonces olí a otros humanos y una enorme sonrisa apareció en mi rostro. Desgraciadamente, no podría cenar de ellos, pero los perritos se darían un gusto interesante. Salté hacia arriba, aferrándome con fuerza a un árbol y ellos siguieron corriendo dejándose llevar por olor a carne. Bajé en cuanto pude por un dolor que tenía en el brazo y gruñí al ver que me habían dado con uno de sus manotazos. Genial garras de lobo en el brazo.

Suspiré y volví con calma hacia donde estaban Nicolay y el niño dormido. Probablemente haya tardado más de media hora, pero tampoco creía que estuviera preocupado, así que no me di especial prisa por llegar. Cuando lo hice me limité a sentarme, apoyar mi espalda en uno de los árboles y cerrar los ojos.

-Asunto arreglado...

Suspiré mirando a la chica sentado en el suelo como estaba, mirando al horizonte sin decir nada más. la miraba, ¿Acaso quería que dijese otra cosa? Pensé en lo que acababa de decir, si así la controlaba y lograba sacar su lado bueno, pues sí, lo haría, por mí no habría problema alguno, además estaría controlada hasta que su sed de venganza desapareciese. sonreí de forma tranquila y la miré a los ojos esbozando una sonrisa, terminé asintiendo a sus palabras:

Pues si he de hacerlo no dudaré-comenté aun con esa sonrisa amable mirando ahora al pequeño, para después verda desaparecer entre la noche, manteniéndome alerta mirando a todos lados ¿lograría deshacerse de ellos?... ¿o por el contrario la seguirían y alguno se quedaría por aquí cerca?

Había pasado un cuarto de hora o así, me había bebido ya mi cantimplora con el agua y el azúcar, en ese instante escuché un riudo cercano, me incorporé notando un mareo y sostuve mis espadas, hasta que vi sobre mí un licántropo que se abalanzó sobre mi, me dejé tirar, pero haciendo que yo cayese bien, rodando sobre mi espalda y con las rodillas flexionadas rodando sobre esta y lanzando al licántropo hacia atrás antes de que pudiese hacerme daño, cuando lo tiré saqué una de mis dacas y se la lancé, le alcanzó en medio de la cara entre los dos ojos loque aproveché para correr y mover mis dos espadas en cruz a la altura de su cabeza, cortandosela de inmediato, no parecían haber más.

Me acerqué al niño, el mocoso no se había despertado, que bien, cuando de pronto apareció la chica, rodé los ojos y caí al suelo con la rodilla derecha mareado:

¡Por qui tambien hemos tenido lo nuestro... aunque no ha despertado-comenté.

Llevé mi mana al brazo, que estaba empezando a dolerme horrores, y eso que ni me había percatado de cuando me habían dado. Sí que era verdad que había habido un par de momentos en los que casi me alcanzaron, pero era raro no haberlo notado hasta haber bajado del árbol. Suspiré y abrí los ojos mientras le veía caer. ¿Qué había ocurrido? Me levanté a toda velocidad y me agaché a su lado.

-¿Te encuentras bien?-y encima preocupada. ¿Estaba tonta o que?-Probablemente no despierta hasta que se lo ordene.-entonces mis ojos fueron hasta el olor de sangre de lobo y mis ojos se abrieron de par en par, sin poderse creer lo que tenía ante ellos. Había matado al perro, le había cortado la cabeza.- Luego me llamas asesina a mi...

Me acerqué al cuerpo de la criatura y le cerré los ojos. Podían ser seres con un olor asqueroso y todo lo contrario a mí, pero tampoco deseaba su muerte. Me alejé y volví a sentarme contra el árbol, cerrando otra vez lo ojos mientras pensaba en que haría lo que quedaba de noche. ¿Y el niño? ¿Dónde dejaríamos a la criatura inocente para que no le ocurriera nada?

-¿Y ahora que?

Me sorprendió y mucho la reacción de la chica, preocupada por mí, cuando ella había sido la causante, seguro que lo sabía que esto eran efectos de la extracción de sangre a la que había sido sometido, me llevé mi mano al cuello y después a ella asintiendo señalando al crío, no sabía que hacer con el, estaba dormido, profundamente dormido, suspiré y miré a Azahar tranquilamente:

Se me pasará... he echo esfuerzo físico cuando no debería hacerlo-comenta mirándola momentáneamente, asintiendo, buen punto eso del control mental, vi como se percató del cadaver y mostró su tema hiriente, me encogí de hombros, ¿que iba a hacer?... al menos no había sufrido, ni lo había echo sufrir, era él o yo-Yo no he provocado al licántropo para que me atacase, y como me quería matar yo solo me he defendido, y mejor que hacerle sufrir... y que sufra yo heridas peores, acabar con el... lo he echo porque tenía que hacerlo, al igual que he tenido que darte mi sangre a ti... Gracias a eso, nos hemos enfrentado los dos a tres licántropos con algo de fuerzas y no yo solo contra tres licántropos y tu muy debilitada... -comenta tranquilo elevando su mirada.

Miré al niño y me apoyé en una de mis espadas para incorporarme y mirar al crio, ya no estaba mareado, estaba algo débil, necesitaba algo de comer, por lo que mejor ir a la ciudad:

Deberíamos ir a la ciudad... es menos peligroso para el crío, dejarlo en una posada o alguna casa donde puedan llevarlo mañana con sus padres si es que tiene-comenta, esperaba que sus padres no estuviesen muertos-

Aquel cazador era un fanfarrón, pero me caía bien. Aquellos licántropos estaba un poco descontrolados, pero en esos momentos estarían comiendo a sus anchas, cosa que me dio envidia. Yo tenía estar con Nicolay en vez de irme a beber sangre, o mejor, beber su sangre. Mis ojos le miraron intensamente durante unos instantes... Esa sangre estaba realmente deliciosa, me atraía de una forma increíble una vez que la había probado. Gracias a él todo había salido bien, ¿no? Más quisiera.

-Ah, si, claro. Todo gracias a ti, ¿no?-bufé al pensar en ello. ¿De verdad se creía tan bueno? No hubiera tenido nada que hacer contra los tres.- Podría haber bebido tu sangre y haberme largado, y en vez de eso me he tirado sobre uno y he salido corriendo para que os dejaran en paz. No me venas con chulerías, humano. A mi, no.

Después miré al crío y me levanté de mala gana. ¿Por qué estaba tan enfadada? Bueno, mejor dicho, ¿por qué, al estar tan enfadada, no me lo cargaba y ya estaba? Era tonta, pero seguía sin querer matarle. Le miré con frialdad cuando volvió a hablar y entonces me di cuenta levemente de algo. No solo me percataba de lo débil que estaba, sino de que, probablemente, tampoco sería alguien con muchísimo dinero.

-De acuerdo... Iremos, dejaremos al niño y tu comerás algo en algún lugar de por allí.-lo pensé unos instantes y luego sonreí.- y ya que dudo que quieras darme un poco más de sangre ya que pienso invitarte a cenar, aprovecharé para ausentarme cinco minutos y engatusar a alguien para cenar como es debido. ¿Te parece bien?-y aunque no le pareciere, es lo que iba a ocurrir.- Anda, coge al niño

¿Gracias a mi?... No gracias a ambos, ella no me había matado, lo que provocó que confiase en ella, yo podría haberme ocultado con el crío, en definitiva, habíamos salvado al crío y ahora estábamos disfrutando de una victoria compartida aunque ella no lo tomaba así, mas bien me veía como un arrogante al parecer, tendría que aclarárselo, ella tenía razón, pero para mi había sido una clara victoria, porque no solo yo había logrado su objetivo, sino que ella también, aunque a decir verdad, era yo el que en parte había ganado, había ganado saber que no era mala chica, que nadie cambiaba, nadie:

¡Nop! Gracias a los dos señorita, gracias a los dos-sonrie y la mira a los ojos encogiéndose de hombros-¡>Cierto, no lo has echo, por eso me siento tan triunfador, quieras o no he ganado algo más que vivir, he demostrado que hay bondad en ti y mucha, no me vengas con tonterías de que has cambiado y eres mala, no lo eres y puedo demostrarlo, con el tiempo

La chica parecía enfadada consigo misma, lo que yo dijese quería matarme, lo percibía, pero algo le decía que no lo haría, que seriamos incluso amigos, era raro, sus palabras me hicieron reaccionar ¿invitarme a cenar? No iba a cenar... no... no podía aceptar la caridad de nadie, negué con la cabeza, se habría percatado de que era pobre o me lo habría leído en mi mente, mostré mis manos al frente y negué con la cabeza:

No puedo aceptar tal cosa... no quiero que me invite a cenar... es cierto que no dejaré que me coma..-la miré a los ojos en ese instante, claro que debía dejarla terminar de comer aunque me acerqué a ella-¡Vale! Hagamos algo... me dejo invitar a cenar y usted no mata al humano que cace y mucho menos jugar con el... ya hemos derramado suficiente sangre esta noche-la mira a los ojos intensamente antes de dirigirse hasta el pequeño y cogerlo en brazos aun dormidito.

¿Gracias a los dos? Eso me sonaba mejor, después de todo no era tan arrogante como creía en un principio. La victoria había sido de ambos, aunque él hubiera asesinado y yo me hubiera limitado a engañarles como tontos perros que eran. Pero, me seguía dando pena. El que había muerto seguro que tenía una familia, ya fuera hijo o padre o... ¿Desde cuando era yo tan sentimentalista? Era normal que Nico le hubiera matado.

-Pues... Tendrás que demostrarlo.-Lo que no entendía, era porque no dejaba que le invitara. Yo era de clase alta, tenía dinero de sobra y no es que lo usara mucho precisamente. Y ahí estaba, poniendo condiciones para todo. Lo peor de todo, es que aunque le gruñera iba a aceptarlas.- ¡Está bien! Ni mato, ni juego... ¿Algo más? Que exigente. Aunque debo decir que tu sangre me atrae bastante.-volví a acercarme a su cuello inconscientemente y con un suspiro dejé ahí un suave beso antes de alejarme.- Vamos, tu guías.

Había conseguido hacer que Azahara se controlase minimamente, bueno algo era algo, a decir verdad la chica le transmitía tranquilidad, sabía que era mujer de palabra, lo había demostrado, a pesar de ser yo quien había matado a aquel licántropo, suspiré y enarqué las cejas intentando mirar hacia donde guiarles, donde fuese menos peligroso, me puse a caminar tranquilamente por un sendero cubierto por árboles, al menos por ese sendero podrñian cubrir la mayor aprte del tiempo su olor:

¡Por este camino cubriremos nuestro olor!-dice convencido de sus palabras, la verdad es que sus técnicas de supervivencias no eran malas y por lo tanto sería más fácil hacer del bosque un lugar mas seguro por donde caminar-¡No vuelvas a beber de mi... ya te has vengado ¿no?... Si vuelves a beber de mi te puedes meter en un lío -comenta, un lío que tenía 5000 años de antigüedad y era capaz de arrancarte la cabeza si estaba de malas-¡Bueno! ya que no harás daño a ningún humano más... bueno no lo matarás... dejaré que em invites a comer... es el trato... no se donde hay sitios para comer... y menos tan de madrugada