Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

por **Francesca Piacchi** Miér Mayo 30, 2012 4:21 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Después de terminar mi última actuación de la noche en el Night Club me dirigí a los vestuarios a cambiarme. Bueno mas que cambiarme a vestirme para poder salir e irme a casa. Estaba un poco cansada, había tenido que sustituir a unas compañeras en sus bailes y mi cuerpo deseaba llegar y darme un largo baño en el Jacuzzi.

Cuando me vestí tomé mi bolsa y me dirigí a la oficina para hablar con el gerente. Le había pedido que me diera la noche de mañana libre para así poder pasar mas tiempo en casa con mi pareja. Sí, lo se, es un poco raro que una streaper tenga pareja pero tuve la suerte de encontrarla y desde entonces nada nos ha separado.

Ya estaba todo acordado y tras tomar las ganancias de la noche me subí al taxi que me estaba esperando, dirigiéndome a la tranquilidad del hogar y observando por la ventanilla como muchos ya comenzaban a salir a trabajar. ¿No es irónico? ¿Salir de trabajar cuando todos van a sus trabajos? Nunca pensé que me iba a dedicar a esto pero uno nunca sabe las vueltas que le da la vida y mi futuro como bailarina cambio a streaper cuando conocí a mi primera pareja.

Él era muy liberal y me lo contagió a mi, lo que fueron unos simples bailes en privado acabaron en lo que es ahora, bailes para todo el mundo que quisiera verme mientras iba deshaciendome de la ropa que llevara.

El viaje habia terminado y ya estaba en la puerta de casa abriendo la puerta y esperando no hacer mucho ruido para despertarla…

por **Francesca Piacchi** Miér Ago 28, 2013 7:18 pm

Francesca estaba completamente excitada, aquellas mordidas en el cuello encendían en ella el lado mas animal y solo le hacia gemir para pedirle más y más. Sus manos se levantaron para ayudarle a quitarse el camisón, no le daba vergüenza estar delante de ella aunque al ver sus ojos sus mejillas tomaron un tono sonrojado. Apenas fue capaz de pensar en algo ni meditar la respuesta de Gia cuando sintió su lengua en sus pezones así como sus caricias en la base de sus pechos.

Su espalda se arqueó y empezó a gemir intentando aferrarse a ella por los hombros para no caer por el placer que esta le brindaba con su ágil lengua. Estaba ensimismada por el placer que recibía que cuando notó la mordida bajó del paraíso en el que se encontraba. Sonrió ante sus palabras y se arrodilló en el suelo para poder tener la bragueta de su pantalón a una buena altura. La miró a los ojos antes de llevar una de sus manos a la bragueta y dar una suave caricia por encima del pantalón.

-Lo se...yo tambien siento su llamada-con esas palabras le fue abriendo el pantalon y bajandoselo hasta sus rodillas asi como su ropa interior dejando salir esa parte de su anatomía que le daba una imagen especial. Agarró su miembro firmemente por la base y se relamió los labios mirando el glande.

-Hoy estoy muy golosa...-acercó sus labios para lamer el glande, apenas un pequeño lametazo esperando sentir el temblor en su mano así como que ella creciera aun mas. Efectivamente, al notarlo buscó sus ojos y con su boca experta empezó a meterse el miembro por completo en su boca, parecía que nunca tenía fin y tenía que hacer un gran esfuerzo para evitar no atragantarse.

por **Gianella Massone** Lun Sep 02, 2013 3:59 pm

Su no tan improvisado plan había dado resultados. Francesca se estaba olvidando progresivamente de sus problemas, y comenzaba a ocuparse de otras cosas más demandantes, como era el complacerse mutuamente varias veces a la semana. Ambas eran dinamita juntas, y los vecinos a menudo se quejaban por los “espectáculos” que tenían que soportar auditivamente desde sus casas: si no eran los gritos de una u otra –o ambas-, era el sonido de la cama rechinando o la música a todo volumen para evitar que escuchasen ciertos sonidos animales que darían mucho que hablar tanto en el vecindario como en las noticias –incluso en el gobierno- si éstos eran descubiertos. A pesar de eso, la pasaban bien; y eso era lo único que les importaba. Francesca había sido capaz de ver más allá de la peculiaridad genética de Gianella, y ahora mantenían una relación que hace un par de meses había superado la barrera de los dos años, y que prometía bastante más tiempo a juzgar por el complemento que significaban la una para la otra.

Su agudo oído grabó para su cabeza el sonido del botón siendo desabrochado y el del cierre siendo bajado; relamiéndose los labios con la misma gula que la rubia manifestó en sus palabras y en sus gestos, sintiendo su miembro endurecerse un poco más por ese lametón. Y es que Francesca le ponía tan caliente que apenas se podía contener el poseerla de la manera más fiera posible en cualquier lugar imaginable, aunque a veces la contención se quedaba sólo en el pensamiento y terminaba por cuidar a su mujer por un par de días en que ésta apenas podía levantarse. De todos modos, su estado semi ebrio no le permitía concentrarse demasiado, y mucho menos la mujer de cabellos rubios que devoraba hambrienta toda la extensión de su anatomía.

- Parece que…no eran bombones…lo que querías…- le comentó mientras le acariciaba la cabeza lentamente, hipnotizándose con aquella mirada que le hacía olvidar a ratos el centrarse en las sensaciones producidas gracias a la lengua y labios ajenos que conocía tan bien y que aún así sabían cómo sorprenderle cada noche. Tras un rato, de su boca por fin salió algo más elaborado que un gemido o un monosílabo animándole a más, tragando saliva de sólo imaginar lo que iba a hacerle. – Quédate quieta…- le susurró mientras volvía a pararse a la altura del piso, aún con Francesca “engolosinada”. Le cogió del cabello sonriendo pervertida, y el resto ambas lo predijeron. Tocó su garganta una, dos, tres veces, y luego de un par de minutos había perdido la cuenta; igual como había perdido la noción del tiempo y, lentamente, la de su propio placer.

por **Francesca Piacchi** Mar Oct 01, 2013 1:14 pm

El sabor de Gianella en la boca de Francesca era lo que necesitaba para olvidarlo todo, bueno aparentemente, porque sabía que mañana seguiría la misma discusion y los mismos problemas pero ahora mismo quería ser feliz y olvidar el resto. Su lengua seguía arremolinandose por su glande y el resto de su cuerpo. Sus manos estaban una masturbandola y otra acariciando su cuerpo cuando escuchó sus palabras relajó la garganta y se agarró a su cadera con la otra mano.

La caricia en su cabello así como las embestidas en la garganta la volvieron a encender hasta tal punto que una de sus propias manos voló a su clitoris para empezar a acariciarlo con fuerza, definitivamente esta noche había cambiado todo drasticamente y ahora mismo sabía que hasta que ambas no estuvieran satisfechas no iba a haber otro tema de conversacion ni otra cosa por hacer. Cuando su excitación fue máxima, aun sabiendo que dejandola con la erección sería peligroso, a regañadientes dejó de lamerla y la miro lamiendose los labios.

-Bueno, creo que te toca a ti ahora, ¿no?

por **Gianella Massone** Vie Oct 25, 2013 9:29 am

El sentir los carnosos y rosados labios de Francesca tocando la base de su pelvis más de una vez por segundo siempre le resultaba una secuencia indescriptible para su líbido, la cual sólo se preocupaba de crecer como intentando compensar el hecho de que su miembro ya no podía hacerlo, encargado de sobrepasar la garganta de la joven rubia una y otra vez. Y aún en esa situación, su amante se dejaba hacer y correspondía con estímulos propios que de cuando en cuando le arrancaban un gemido ronco; reforzándose esto con la explícita visión que tenía de su acompañante autoestimulándose.

Su bestia interna gruñía complacida hasta que su presa temporal se liberó con la misma destreza con la que se enfrentaba a aquella pieza de carne hace un rato, exigiendo atención. La italiana no hizo más que sonreír y quitarle el camisón de un solo tirón ascendente con precisión suiza para no romperlo, y le recostó con pasión griega en la cama para zambullirse a su entrepierna que ya temblaba un poco por lo anterior. – Los bombones eran sólo el aperitivo…-dijo en un intento de broma y comenzó a usar su lengua allí como si estuviera devorando un helado que se derrite por acción del sol. Se sumaron dos dedos en poco tiempo y arremetió contra su interior emulando la intensidad de sus caderas hace un rato, tomando el ritmo que Francesca podía anticipar para cuando sus cuerpos se uniesen al fin.

Le oía gemir inmensamente complacida, y por eso fue una necesidad imperiosa el masturbarse para complementar, tomándose un momento ínfimo de descanso para poder hablar- Guarda tus gemidos…para el plato fuerte…- con una sonrisa que no ocultaba para nada sus intenciones. Su bestia interna quería dejarla postrada por más de dos días, y la humana lentamente asentía de acuerdo.

por **Francesca Piacchi** Lun Nov 18, 2013 4:51 pm

Francesca seguía autoestimulandose a medida que miraba a Gianella a los ojos y relamiendose los labios, limpiandose los restos de líquido preseminal mientras esperaba una reacción por su parte cosa que no tuvo que esperar mucho tiempo ya que en breves segundos veía como su hermoso camisón se deshacía en pedazos bajo sus piernas así como cambiaba de postura en lo que dura una exhalación.

Un pequeño gemido de sorpresa salió de su garganta al notar los primeros lametazos en su sexo, llevando sus manos a agarrar fuertemente las sábanas mientras empezaba a moverse cegada por las sensaciones. Sus dedos ya fueron suficientes para que su espalda se elevara formando un perfecto arco sobre el colchón, estaba fuera de sí y su orgasmo estaba rozandole la punta de los dedos de los pies.

-Joder loba, como pretendes que los deje para el plato fuerte...-jadeó mirandola a los ojos, moviendo una mano para agarrarla del miembro y tirar de ella hacia su propio cuerpo.-Déjate de tonterías y fóllame ahora mismo o sino volvere a cabrearme.-la amenazó en tono autoritario.

por **Gianella Massone** Lun Dic 23, 2013 6:50 pm

Le encantaba ver a Francesca alcanzar aquellos niveles de excitación, sobretodo si era ella la responsable. Era un espectáculo verla tan impaciente, pero cuando esa paciencia y ansiedad eran saciadas el verdadero show daba inicio. Su deseo y cordura estaban siendo reemplazados progresivamente por el instinto, y considerando que todavía tenía alcohol en sus venas, debía actuar “rápido y tortuoso”, como solía mencionar a menudo.

Las lamidas culminaron bruscamente con aquel tirón que le hizo gruñir de dolor y ganas al mismo tiempo, ya que confesando la verdad, hace rato que deseaba unir su cuerpo con el ajeno; pero si eso ocurría en el momento que ella quería habría más de un problema. De todas formas, se acomodó en su entrada, frotando su miembro palpitante contra el clítoris ajeno – Quiero verte cabrona…revolcándote debajo de mí...-Susurró con una sonrisa triunfante y le cogió de las caderas para concretar la unión de una sola vez, tal y como le gustaba a la rubia que continuaba maltratando a las sábanas con sus dedos.

- O quizás…montándome en un rato…- Se relamió y se acomodó sobre ella, besándole con el cariño y la pasión que sólo una pareja con tal nivel de confianza podían demostrar mientras sus caderas se movían firmemente, chocando ambas pelvis. No se notaba para nada que Gianella aún estaba medio ebria.

por **Francesca Piacchi** Lun Feb 03, 2014 3:30 pm

Francesca seguía tirando del miembro de la loba para que la penetrara, se había recuperado de un orgasmo pero seguía queriendo más, la había vuelto una completa adicta del sexo. Mientras esperaba que la penetrara su mano se movía de arriba hacia debajo de su miembro empezando a masturbarla para también ponerla al límite.

Su agarre se sintió posesivo, poderoso y cuando de un solo empujón la penetró sus ojos casi se vuelven blancos del placer a la par que un gran gemido de placer se escuchaba por toda la habitación.-Joder…

No era capaz de soltar palabras, solo sentía cada fricción y como ella la llenaba a cada embestida llegando incluso a ser un poco doloroso, pero ese dolor era la guinda del pastel para que todas las sensaciones se multiplicaran. Sabía que los vecinos se estarían acordando de ambas ahora por el gran sonido de las caderas y los gemidos pero sinceramente lo estaba disfrutando.

-Loba… sigue joder…mas-gemia y pedia suplicando aferrandose ahora a su cuerpo fuertemente. El placer empezaba a cortarle la respiración y sentía que necesitaba más así que haciendo uso de toda su fuerza hizo que ambos cuerpos girasen para ser ahora la que llevara las riendas de la situación. Aunque quería empezar a botar como una loca se detuvo sentandose y metiendosela hasta el fondo, mirandola a los ojos.

-¿Quieres que me mueva?-preguntó sonriendo de modo travieso mientras empezaba a rotar las caderas sobre su cuerpo.-Podría atarte, nunca lo hemos probado-sonrió mientras empezaba a acariciarse los pechos para excitarse aun mas aunque luego se acercó a su oido para susurrarle mientras apretaba sus pechos contra su torso.-¿Por que no sacas a tu lobo?

por **Gianella Massone** Vie Feb 07, 2014 6:46 pm

Sus movimientos eran bruscos desde un principio, siendo realmente intensa durante todo el coito para el gusto y deleite de ambas, y para el escándalo de los vecinos que no pocas veces habían golpeado la pared sobre la que reposaba el respaldo de la cama e incluso habían llamado a la policía con tal de detener ese descontrol en el que se sumergían ambas amantes cuando sus cuerpos se unían. Gianella adoraba sus reacciones al embestirla con rudeza, tocando la entrepierna ajena con sus caderas, y Francesca deliraba sin importar las veces que lo hicieran. Si estuvieran en pasto seco en vez de sábanas de seda, la casa quizás ya se habría incendiado por la fricción de ambos cuerpos.

Más temprano que tarde la humedad hizo lo suyo, y el choque líquido mezclado con la velocidad de la licántropa hicieron estragos en ambas. Aquel chasqueo de lujuria por estar su miembro bañado de fluidos dentro de su amada y amante le estremeció más todavía, uniéndose a los múltiples estímulos que recibía. Cerró los ojos y buscó más ferocidad en sus movimientos, pero su rubia sacó fuerzas de flaqueza –o más bien se aprovechó de la semi ebriedad de la italiana- para girar y quedar sentada encima, empalándose el miembro ajeno y arrancándole de paso un gemido a la dueña de esa pieza, quien terminó mordiéndose el labio por la situación.

El labio siguió mordido, pero ahora gracias a lo que le decía, veía y sentía, siendo liberado para expulsar aire en forma de gemidos por ese movimiento rotatorio que más de una vez le hizo pedazos en el pasado. Ahora que Francesca tenía experiencia, era realmente letal. Le agarró de las caderas para mantener el control de sí cuando se empezó a tocar, y le enterró un poco más profundo su miembro cuando se recostó, suspirando excitada con lo último dicho, que podía ser tan increíble como peligroso. – Si me amarras…mi lobo saldrá…pero…-un gemido que pareció ronroneo le interrumpió, moviendo un poco sus caderas para tocar la entrada de su útero con la punta de su herramienta – es peligroso…y no estoy…en mi cien por ciento…-advirtió, sabiendo del peligro que signficaba que una bestia de tres metros se follara a una joven sin control alguno de sus instintos.

por **Francesca Piacchi** Mar Mar 04, 2014 3:47 pm

Francesca sabía lo que quería y en su mente ahora mismo bañada por el placer solo estaba la idea de ser follada por Gianella en su forma de animal. Sí, sabía que era peligrosa y más de una vez acabó malherida e incluso teniendo que estar en cama varios días pero con la calentura que llevaba poco la calmaría. Su fuerte empujón con las caderas y sentirla en el útero hizo que volviera a pedirselo, esta vez llevando una mano por detrás de su cuerpo para poder agarrar los testículos de la loba para empezar a masajearlos y darle un pequeño apretón.

-Vamos Gia… sabes que confío en ti… y si hace falta sacare mis armas de domadora-dijo a medio gemidos mientras seguía masajeándole los testículos y rotando las caderas sobre su miembro. ¿Atarla? Por qué no… Suspiró y llevó la mano libre a la mesilla de noche donde siempre guardaba un par de esposas para estos momentos de lujuria y placer y se lo enseñó mientras se pasaba el frío metal por sus pezones que rapidamente reaccionaban poniendose más erectos si era posible.

A regañadientes se bajó de la loba y en el momento en el que la sacó de su interior sus muslos se mojaron de su propia humedad y con las piernas temblando llevó las manos para unirlas con las de la loba en el cabecero de la cama para rápidamente pasarle las esposas. Quería ser traviesa y se mantuvo a cuatro patas con las manos en el cabecero, mostrándole su trasero, contoneándolo.

-Ven aquí perrita, estás tardando en montarme…-aunque seguía en la posicion bajó una mano para acariciarse e incitarla aun más probándose a si misma luego antes de volver a agarrarse.Sabía que las esposas no la protegerían pero a veces como se dice a una le gusta jugar con el lobo.-Se que puedes moverte...

por Contenido patrocinado

Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18

Re: Nada como llegar a casa (Gianella Massone) PRIVADO +18