Por más que cambiemos de lugar siempre veremos el mismo cielo {Megan}

La brisa nocturna movió mi ropa olgada y alcé mi cabeza hacia el cielo, la luz de la luna iluminaba todo a su alrededor, como un punto de guía en medio de la oscuridad nocturna. Andaba lentamente por las calles de París y una nueva corriente de aire revolvió mi pelo llevando hasta mi el dulce olor de las plantas, eso era lo que más amaba de este lugar, podía admirarse la naturaleza en cualquier momento sin tener que esperar a los monzones y lo pero era que la gente no parecía apreciarlo. Negué con la cabeza olfateé un poco para encontrar la procedencia de tan delicioso aroma entre la mezcla de diferentes olores que se creaban en las calles, casi ninguno agradable.

Una vez determinado que venía de la derecha me di cuenta de que una pared me impedía el paso, los altos edificios solían molestarme a menudo ya que no me dejaban moverme con libertad hacia las direcciones que escogía como solía hacer en mi amado desierto. No quería esperar hasta encontrar una calle que girara hacia esa dirección, así que salté hasta agarrar la lampara que alumbraba ese fragmento de ciudad y me alcé para agarrar el balcón que había cerca. Una vez allí me puse en pie en la baranda y después con un salto llegué a alcanzar el tejado, donde al fin pude moverme con libertad, saltando de tejado en tejado sin siquiera acelerar mi respiración.

Apenas era más que una sombra, un fantasma que la gente parecía creer que se habían inventado, gracias a la ropa ancha y manejable no me resultaba difícil hacer los movimientos necesario para mantenerme sobre el mar de edificios que asolaban la ciudad. Guiado por mi olfato fui acercándome a mi objetivo sin pausa pero sin prisas. De vez en cuando paraba de pie sobre un lugar peculiarmente alzado sobre los demás y me sentía pequeño ante la inmensidad de el genio humano entregado por los dioses, como una veleta firme y segura, para después seguir mi camino sin mirar a tras.

El olor se intensificaba mientras me acercaba lentamente al lugar, de repente, al saltar sobre una pared alta que parecía cercar un lugar me di cuenta que había llegado a mi destino. Me senté lentamente sobre la alta pared y cerré los ojos para que el olor se filtrara en mi y mi mente pudiera recordarlo con el máximo detalle para otros momentos menos agradables, aunque mi mente parecía decidida a recordarlo absolutamente todo. Abrí los parpados lentamente y después alcé mi cara hacia el cielo, sonreí lentamente mientras imaginaba a mi hermano en las arenas del desierto, después de todo si el alzaba su cabeza también vería ese extenso manto de terciopelo cubierto de joyas de los dioses... compartíamos el mismo cielo.

La tarde refrescante del invierno, sobre mis brazos desnudos llevaba un chal el cual me cubria solo la porcion que no lo hacia la camisa. Todo habia sido porque no pense en quedarme tanto tiempo fuera de casa, alce la mirada viendo como los ultimos rayos de sol estaban en el crepusculo ya. Supongo que me tocaria volver en la penumbra de la noche pero tampoco era algo que me preocupara. Las calles de Paris totalmente tranquilas y solo silvido de la brisa que se colaba entre los callejones. De soslayo observaba cada paso que daba por un momento que iba hacia casa me detuve para acordarme de un lugar hermoso que habia visto no hacia mucho. Tantee un poco el paso hasta que a mi misma me di permiso para avanzar.

Un suspiro se escapo de mis labios mientras bajaba ligeramente la mirada, me puse algo nerviosa tenia que admitir cuando se escuchaba los tacones de sus zapatos en las calles de piedra de Paris. Estaba un poco asustada debia de admitirlo, tanto que parecia sentir mi corazon latiendo en la garganta como si fuera un galope. Estaba demasiado tranquila cuando llegaba al lugar que queria, una pequeña sonrisa se dibujo en mis labios. Estaba alli y no habia duda de que era precioso se podia ver algunas partes de las flores, no mas tenia que terminar por acercarme para inundarme del aroma de ellas. Me relajaba bastante pasear por alli, las flores me encantaban.

Nada mas llegar a entrada pose mi mano en lo que era el barandal de marmol fijandome en la hermosura de los arboles mientras avanzaba, en si dejaba deslizar mi mano por todo el recorrido que hacia. Me detuve frente a un arbol frondoso a penas con la luz que reflejaba mi rostro y la suave brisa que mecia mis cabellos como si danzaran en el aire. Parecia que no habia nadie por alli y eso me tranquilizaba porque aproveche para comenzar a cantar muy suavemente a penas lo escuchaba yo y era una forma de distraerme de todo lo que tenia en mente y calmarme. Estaba algo nerviosa y ansiosa pero no sabia porque. Suspire por medio de que salio de mis labios como si fuera un peso que intentaba quitarme de encima.

En un momento escuche un ruido pero no sabia de donde venia, el corazon comenzo a bombear fuertemente incluso hasta la misma respiracion se agito.- Quien hay ahi?.- pregunte inclinando la cabeza a ver si asi veia mejor.- Hola?.- pregunte alzando la voz. Avance unos pasos mientras seguia mirando con los ojos bien abiertos y con el corazon en un puño, agitadamente subia y bajaba mi pecho a causa de las respiraciones tan rapidas. El miedo inundo mi cuerpo que podia quedar paralizada pero tenia que seguir adelante, en un momento no me di cuenta estaba retrocediendo mirando hacia delante.

Arrastrada por la brisa, entrelazada entre los distintos olores que mi nariz captaba y mi cerebro clasificaba rápidamente, mis oídos captaron una hermosa voz de mujer y no pude evitar acercarme a ella. En un principio caminé sobre la pared en la que me encontraba subido, a medida que me acercaba más maravillado quedaba por los matices de la voz de esa dama, que por otro lado estaba sola en la noche, cosa que es bastante peligrosa. Una vez que no pude acercarme más por ahí me agarré a la rama de uno de los árboles y así fui pasando de una a otra y con cuidado de no hacer ruido y asustar a el pequeño ruiseñor que había encontrado. Escondido entre las hojas de los árboles podía observarla atentamente, con su pelo que refulgía como el mismo sol por su cuenta y ese vestido con el que debía de pasar algo de frío gracias a la continua brisa que soplaba esa noche.

Cuando paró de entonar la bella melodía me entristecí un poco, después de todo dejar morir algo bello siempre es triste. La seguí vigilando desde mi refugio entre la vegetación y me sentí algo culpable cuando se asustó, en verdad no quería que se sintiera angustiada por mi presencia, aunque en un primer momento no esperaba que me descubriera pero seguramente distraído por la canción había hecho algún ruido inesperado. Tampoco quería saltar de la rama en la que estaba delante de ella o seguramente se asustaría más así que sigilosamente y con cuidado de no hacer ruidos me moví para estar en uno de sus laterales y bajé despacio.

Una vez en el suelo salí a su campo de vista mientras me quietaba algunas hojas del pelo, después de todo acababa de bajar de un árbol en ese momento. Me aclaré la garganta para que se diera cuenta de mi lugar y cuando me miró sonreí educadamente y le hice una reverencia. Como las costumbres de mi pueblo indicaban llevé mi mano a mi frente, después a mi corazón y por último a los labios antes de hablar.

- Que los dioses la protejan señorita, siento haberla interrumpido de este modo- me alcé de nuevo para sonreír y mostrar mis hoyuelos sin darme cuenta-, me sentí hechizado cuan navegante por una sirena y no pude más que acercarme a la portadora de tan hermoso don... pero creo que le causé ansiedad y por ello debería ser castigado

Por un momento el sentir latir el corazon en mi garganta no habia sido lo mejor que habia logrado conseguir, pero intentaba ser fria al menos de mente para abrir un poco mi campo de vision y lograr asi ver que era lo que posiblemente me deparaba. Estaba realmente asustada aunque pocas veces tenia que admitirlo, por una de las noches que no estaba en la casa se me hacia algo brusco lo que pudiera pasar en ese momento. El sonido de las hojas del jardin se hacia ver en movimiento y no ayudaba a que intentara calmarme, tome una bocanada de aire que poco a poco comencemos a expulsarla poco a poco. Mordi mi labio inferior conteniendo todo lo que tenia interiormente.

¿Porque eres tan idiota Megan?¿Para que sigues quieta? Corre! ... gritaba mi interior pero mis piernas no reaccionaba ante ningun movimiento. Arrugue el entrecejo cuando consegui visualizar una figura que avanzaba entre las sombras hasta que pude verla del todo. Cuando realizo una reverencia le correspondi de igual forma.- No os preocupeis, supongo que exagere un poco al pensar que habia .... otro tipo de persona por aqui.- bien me referia a bandidos o alguien que buscara pasar un buen rato como un borracho y tendria que ser usada como siempre lo habia sido, se acaricio por si misma el brazo como en busca de algo de proteccion que era lo que le faltaba o al menos asi lo veia.- No me ha interrumpido a penas estaba sumida en pensamientos sin importancia, es mas estaba solo observando la hermosura de lo que nos rodea.- suavemente sonrei dejando una ligera mirada puesta en aquel lugar.

Me fije en su rostro no parecia haber maldad en él pero como bien se sabia no juzgues un libro por su cubierta, pero resultaba un poco dificil no hacerlo despues de lo vivido conocer a alguien que te mira mas alla de las apariencias o el simple hecho de tu trabajo como otorgadora de placeres a unos dueños que te ves obligada a servir por larga vida como si no hubiera otra cuestion. Ante sus palabras no pude evitar sonrojarme bruscamente hablaba de mi voz... no pense que fuera de esa forma, por eso me costo mucho.- Yo.. yo..- tartamudee por un momento, trague saliva aun sonrojada y agachando mi rostro.- Muchas gracias por vuestras palabras, pero a penas solo fue un pequeño cantico....- negue ante sus ultimas palabras.- No merece ser castigado, es una reaccion normal hasta a usted le hubiera causado tal sensacion si estuviera... bueno si estuviera nervioso.- Preferi no dar a conocer mi condicion, no queria que sintiera pena por mi, ya eran muchos lo que habian hecho y no era muy comodo.

Algo dudosa me aproxime un poco volviendo a hacer una reverencia como se merecia.- Mi nombre es Megan Bonserat a vuestro servicio noble joven.- se notaba que venia de una alta cuna a penas sus ropas se hacian ver lo que habia mas alla.- Espero poder servirle en todo lo que se le ofrezca.- seguia inclinada como debia hasta poco a poco volvi a incorporarme como si se fuera una señal de que tenia que estar atenta a sus peticiones. Pero algo me decia que en ese rostro que no tenia apice de maldad no buscaria algo que me fuera grosero sino todo lo contrario.Sonrie ligeramente estaba agusto y no sabia el motivo pero en otro momento lo averiguaria... o tal vez como seguramente seria la unica vez que lo veria...