Equivocación Placentera [Privado]

por **Alessandra Bouvier** Sáb Jul 14, 2012 6:31 pm

Una noche como otra cualquiera... O eso creía yo.
Se presentaba ligeramente aburrida, sobretodo porque no me apetecía continuar con la rutina de cada noche. Era sábado y se notaba en la clientela del burdel. Los sábados siempre estaba a tope ¡Cómo se notaba que, la mayoría, descansaban del trabajo al día siguiente! Y aprovechaban esa noche especial para desahogarse con alguna buena muchacha, literalmente hablando. O muchacho, según fueran los gustos del cliente. Yo no pensaba arreglarme demasiado. Por una parte, quería atraer a alguien especial sí. Pero, al mismo tiempo, no quería ser como todas las demás. No quería juntarme con cualquiera esa noche. No me apetecía lo mismo de siempre.. Algunas veces, deseaba que esa absurda idea de guardar mi virginidad para ese "alguien" desapareciese. Incluso me convencía a mi misma de que era una absurdez como un piano. Si ya ganaba bastante dinero sin llegar hasta la penetración ¡Cuánto podría ganar permitiéndome aquel lujo!. Al poco, me disuadía de la idea. Tenía que haber un primero. Siempre había un primero. Y ese, tenía muy claro que no iba a ser cualquiera que demandara mis servicios una noche cualquiera. A pesar de que mi madre había puesto mucho empeño en que me dejara de bobadas y aceptara al más rico que pagara por ella, que la subastara descaradamente, yo seguía ahí plantada en mis creencias de que cuando tuviera que llegar el momento llegaría. Únicamente en momento de extremo aburrimiento como aquel, me entraban ganas de tirar todo aquello por la borda y hacer lo que mi cuerpo me pidiera. Yo no era una virgen cualquiera precisamente, el sexo me rodeaba desde la infancia y como tal, no tenían ningún tipo de miedo. Más bien, era sustituido por una enorme curiosidad. Lo 'escuchaba' a diario e incluso en alguna ocasión, en momentos de travesuras, había espiado a algunas compañeras. Había analizado esas situaciones desde un punto de vista completamente profesional y con cada situación que se me presentaba era más la experiencia que mi cuerpo adquiría. Siempre se me había dado bien aprender las cosas rápidamente. Algo que, ciertamente, repateaba a mi madre y me traía una increíble satisfacción.

Y hablando de la Reina de Roma.. - ¡Aly! - La voz de mi madre interrumpió mis pensamientos, haciendo que desviara la vista del tocador a la puerta. Que era desde dónde provenía su estridente voz. Demasiado para mi gusto, como casi siempre cuando se ponía en tono mandón. - Acaba de una vez, necesito la habitación porque las demás están ocupadas - "Otra vez" Fue lo que pensé, automáticamente. ¡Era mi habitación! Por fin, hacía un par de meses, había conseguido dejar de compartirla y me encontraba con que prácticamente nada había cambiado. Mi madre, por lo menos, se la agenciaba cuando le daba la real gana. - Y si yo tengo un cliente ¿Se puede saber a dónde lo llevo? No, maman, no pienso dejarte la habitación - Pronuncié con especial énfasis el apelativo que tan poco le gustaba que usara. ¡Mamá! Como si no fuera verdad. Algunas veces, me preguntaba como una mujer tan viva como ella y que tan poco deseaba descendencia podía haber tenido el descuido de dejarse preñar. Para mi suerte, sabía algunos de sus pocos puntos débiles. De puertas para afuera, era una mujer imbatible, para la mayoría. Donde yo no estaba incluida. Supe por su mirada de hielo que mis palabras habían echo efecto, claro que, sus miradas hacía mucho tiempo que habían dejado de hacer efecto en mi. Volví a mi tarea en el espejo, ignorando su presencia. Sonreí satisfecha cuando dio un portazo y se alejó maldiciendo palabras que ni me esforcé en entender. ¡Batalla ganada! Uh, eso sí me daba energías para continuar con la noche.

Al final, contra todo lo previsto, me maquillé como si fuera la noche más especial de mi vida y me puse uno de mis mejores conjuntos. Junto a unas cuantas de mis mejores prendas interiores que tenía dentro del armario. Ganarle a mi madre, cosa que ocurría muy de vez en cuando, había sido definitivamente un buen presagio. Bajé con pensamientos extra positivos. Me comería el mundo o, en su defecto, a algún cliente que llamara mi valiosa atención.

por **Diègue Theodor Döhler** Jue Ago 02, 2012 2:31 am

El viento de la noche te invita a estar con alguien en cama dándose calor mutuo y de muchas maneras y posiciones se puede dar…aquella noche Theo parecía más impaciente pues quería salir…la verdad es que habíamos estado semana en Silicia atendiendo mi puesto de Conde manteniéndome encerrado en el castillo resolviendo cuestiones económicas con mi pueblo además de problemas con otros estados…etc…etc…etc…líos reales.

--Joder muévete que hoy me quiero joder un culo hermoso y follable--

-Porque tienes que ser tan vulgar-

--Porque tienes que ser tan lerdo--

-grosero-

--jodete--

Aunque teníamos que salir a distraer la mente yo optaba por ir al teatro…un paseo en el parque o quizas a un bar unos segundo jugar algo y luego a la casa pero al parecer mi hermano tenía otros planes, burdel, pelea y más burdel…pero decía que esta vez era por la búsqueda de la Sociedad…si puede ser…revisar los cuerpos pero…

--Vamos hombre--

-Si pero no me gusta que se sientan objetos-

--Pero si les hacemos un favor joder--

Pensaba y caminábamos directo al burdel de aquella calle…su letrero igual de obsceno que siempre…igual de sucio que todos…al entrar estaba de igual forma…aunque no podíamos negras que las mujeres eran bellas y atractivas…a la mesa de siempre vamos…con pasos seguros sin ver a nadie, prácticamente yo no veía porque Theo a una le toco el trasero, con su sonrisa de siempre sentí mi cara arder de vergüenza…esa noche estábamos los dos…pero ¿se darían cuenta?

Vamos Vamos una puta para joder

Un bourbon doble por favor

Vamos mueve ese culo preciosa

Entre risas le agarro las nalgas y tuve que rápido quitar la mano…mirándole seriamente en mi pensamiento

-Compórtate-

--No me jodas--

-nos vamos a casa-

--vete tu--

-somos los dos--

En eso el brillo de una joven Theo miró…bajar como si fuera una princesa para corromper…

--El lobo quiere comer a la caperucita…y se la va a comer no importa como pero lo hará--

-deja a la muchacha-

--Solo me la quiero follar nada más, tiene un trasero divino--

La mira la invita con la mirada, se relame los labios y alista las garras para la cacería…

Ven muchacha siéntate aquí conmigo…

-No lo hagas enserio-

--shh cállate hoy me toca a mí--

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