Entre tumbas y ancestros {Arthur&Ébano}

por **Ébano Dalaras** Lun Sep 10, 2012 4:31 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Ya llevaba unos días en París, contemplando la belleza de aquella nueva ciudad que en teoría había conocido años atrás, antes de haber perdido la memoria a los doce años. Para daba igual a donde me dirigiera, pues no había recuerdo alguno que volviera y empezaba a sentir una horrible angustia. Quizá era aquella tarde de tormenta que conseguía apacigüarme y entristecerme por igual, pero había algo que, por más que intentara averiguarlo, seguía sin coincidir en mi cabeza.

Ni siquiera sabí donde me llevaban mis pasos, solo pensaba en el lugar donde podría encontrar a mis supuestos padres y, cuando por fin me di cuenta, me encontraba en un cementerio un tanto antiguo. La gente solía temer a esos lugares, pero, para mí, significaban algo distinto; una mezcla entre añoranza y paz. Era como si tuviera que encontrar el cementerio perfecto, quizá, más bien el lugar perfecto. Aquel sitio idílico que siempre tenía en la mente, quizá por culpa de lectura en la que tanto me había estado centrando todos esos años. Ávalon. Eso era, quería encontrar mi Ávalon, mi reino perfecto. Ý quizá, aquella persona tan perfecta en ideales como aquel rey Arthur del que hablaban tanto mis novelas, aquel amor platónico que surgía de unas meras letras escritar en papel. ¿Acaso habría alguien así aparte de él y sus caballeros? Bien sabía que no, los humanos solían ser egoistas e hipócritas, en especial aquella gente de alta sociedad con la que querían juntarme. Nada que yo esperara con ansias.

´Cerré los ojos y respiré hondo, intentando quedar con aquella paz que aquel lugar traía, aunque sonara un tanto tétrico. Alcé la vista hacia el cielo tormentoso, con la seriedad que era característica en mí y simplemente me quedé ahí quieta. Esperando a algo que ni siquiera sabía. Quizá un milagro que me dijera la verdad de mi misma.

por **Ébano Dalaras** Dom Feb 10, 2013 8:36 am

En si, no tenía absolutamente ni idea de lo que había detrás de la muerte. Era una bruja, eso era totalmente cierto, pero no de aquellas que controlaban a los espectros... Aun así, seguía pensando que ni aquellas personas con semejantes poderes eran capaces de saber a ciencia cierta que ocurría tras el fallecimiento de alguien. Ante mis ojos tenía una gran prueba de uno de los caminos a seguir, convertirse en un ente que pocos pueden ver a no ser que ellos quisieran. Pero en esos instantes, más allá de la curiosidad por la vida o la muerte, me sentía halagada porque se hubiera dejado ver por mí. El destino era cruel y, a veces, nos ofrecía unos regalos tan gratos que ni siquiera puedes imaginarte el por qué de ellos.

Escuché sus palabras atenta, pues su voz se había convertido en un susurro que, a mi parecer, eran una suave melodía que podría dejar que me guiara en cualquier momento. Obviamente, siendo aquel rey que en mis sueños tanto había ansiado conocer, lo veía incluso normal. Aunque, todo aquello, me trajo muchísimas más dudas que antes. Si había encontrado la paz, ¿qué hacía como fantasma? ¿Por qué había vuelto? Fue en esos instantes cuando unas palabras concretas me hicieron mirarle con mucha más curiosidad. ¿La gente podía volver a nacer? ¿Se podían reencarnar? En ese caso, el podría encontrarla otra vez y ella tener su oportunidad de arreglar las cosas. Aunque, por esa regla de tres, también podrían estar el resto de sus antiguos amigos y familiares.

-Si, pero...- Mi voz se apagó de inmediato al sentir su caricia, pero no fue ese hecho el que hizo que mis ojos se humedecieran sin explicación alguna. No. Fue ese mazazo inexplicable en el pecho y esa sensación indescriptiblemente fuerte. Era una mezcla tan repentina que al final fue la confusión la que ganó la batalla. ¿Qué había sido eso? Miré sus ojos y respiré hondo, volviendo a mirar hacia el cielo como si las gotas de lluvia pudieran explicarme que me había pasado.- Las circunstancias no suelen importar dependiendo de los sentimientos... - Mi voz también fue un susurro, intentaba decir algo lógico y pensar con la coherencia con la que estaba acostumbrada.- Por mucho que sea vida nueva o algo totalmente diferente a antaño, hay cosas que nunca cambian, ¿no?

por **Arthur / Egyed** Miér Feb 20, 2013 1:45 am

Pudo ver el cambio en sus ojos y algo en él se removió, como traído de los viejos parajes del tiempo. un tiempo que ya no existía, que había sido el suyo -Lo que quiero deciros, es que si nos encontrasemos de nuevo, yo sigo siendo esto en lo que me he convertido, un fantasma, con los recuerdos de la persona que hace mucho tiempo he sido - Era diferente, a reencontrarse sin los recuerdos, viviendo en un mundo diferente y sin recordar nada, no como en ese momento, en el que él podía percibirlo todo de una manera diferente y aún sabía quién era -o quién había sido- y ella solo poseía aquella naturaleza que le hacía sentir aquello ahora viéndole frente a ella, pero no lo sabía. Y él creía que eso era lo mejor, él no debía estar en esa forma ni en esos tiempos.

Pero ella tenía razón en algo, o al menos el compartía lo que decía -Lo creo, que hay cosas queno cambian incluso si es en otras vidas - Empezaba a sentir una ligera melancolía mientras estaba con ella. Hasta ahora no le había sucedido, pero tampoco se había topado con nada que le hiciese recordar, de tal forma, algo que creyó era ya demasiado lejano.

Encontrarle, probablemente no solo haría eso, sino que despertaría en él más que un simple recuerdo. Sabía bien, que su encuentro no era tanta casualidad como le hubiese gustado pensar. Sus vidas habían estado entrelazadas y probablemente era por ello, que incluso entre los muertos había debido encontrarla, incluso lejos de la Gran Bretaña que él había amado y aún amaba, sin importar si nada de lo que hubiese ahora fuese a reconocerlo, aún era su tierra y el país por el que habría dado su vida.

-Estoy seguro de que las vidas que ya se han entrelazado antes volverán a estarlo - No sabía por qué decía aquello, no estaba muy seguro ahora, había una confusión de saberse de esa manera ahora. Comprendía que él mismo había detenido su tiempo, por eso ahora era un ente sin cuerpo, atrapado con la forma de su vida anterior, pues se había negado a abandonar este mundo, fuese por la causa que fuese. Sonrió, de no haber sido por el padre dl brujo que le había traído de regreso, probablemente se habría visto frente a ella de cualquier forma, destaba seguro de eso.

por **Ébano Dalaras** Vie Feb 22, 2013 5:35 am

Eso podía entenderlo. Si ellos se encontraran y, ella fuera una reencarnación, las cosas serían un tanto diferentes, pero no querría decir que ella no estuviera con él e intentara que la perdonara, ¿o no? En realidad lo que pensaba eran tan solo suposiciones de los sentimientos de Morgana, aunque, mientras leía y retomaba información sobre ellos, no podía dejar de sentir todas y cada una de las cosas a la manera que yo creía. Por algún motivo, me causaba más fascinación de la que debería ser normal.

-Pero vos seguís siendo esa persona.- Le sonreí con dulzura y admiración.- Sois el gran rey Arthur, fantasma o no no cambia eso... Y probablemente, la reencarnación de ella o no tampoco cambien lo quien es ella. -Tenía mi propia teoría al respecto, si era cierta o no, ya no lo tenía tan claro.

Si hay cosas que siguen sin cambiar, eso querría decir que están destinados a encontrarse. Ella volvería, el problema era sabe si como la bruja buena del principio o el final, o como la malvada del todo el desarrollo del libro. Pero después de todo, yo solo sabía aquello, lo que ponían unas letras plasmadas en papeles. En esos instantes, solo Arthur sabía realmente que había pasado con exactitud y, probablemente, solo Morgana y Merlín sabrían que fue lo que pasó después de su fallecimiento.

-Eso quiere decir que volverá a encontrarla, majestad.- Le miré unos instantes con los ojos brillantes, tenía una pequeña idea.- Yo podría ayudarle. Así volveré a veros...-Sentía la necesidad de que ese no fuera nuestro único encuentro. Estaba hablando con la persona he admirado desde que alcanza mi memoria, el único hombre y persona que han conseguido inculcarme unos valores que respeto por encima de cualquier cosa. Y estaba ante mis ojos aunque casi no pudiera creerlo.-Os podría ayudar a encontrar a todos... Menos a una.- Me quedé mirando al cielo, me parecía mal decir aquello, pero era cierto. Me negaba a buscar a aquella mujer, porque no podía dejar de verla como la culpable de todo, la verdadera malvada de la historia.

por **Arthur / Egyed** Vie Feb 22, 2013 3:21 pm

Se rió, de esa forma en la que no era ni una burla ni pretendía ser un acto demasiado notable. hay cosas que no cambian, sin importar el paso del tiempo y de las épocas. Tal como decía, era que estaba allí, como había sido, con los mismos principios rigiendo esta vez, una existencia que no era ninguna vida. una reminiscencia de lo que fue la suya. Una historia, que si bien él conocía desde su punto de vista, hasta que sus ojos se cerraron tras que la muerte le alcanzara, no pretendía revelar.

Había visto al volver a este plano, con ese mismo niño que había decidido proteger, escuchar las historias que se habían formado alrededor de todos ellos. Algunas realzando las características de cada uno de ellos, una forma en la que su trascendencia iba más allá de lo que podía haber imaginado. Su propia figura, bajo ese halo de misterio. Había cosas que habían sucedido, otras que eran solo narrativas de ensueños. Pero no tenía intención de develar lo que había sido cuando esos cuentos, llevaban un mensaje que él creía era importante de alguna manera.

Su expresión cambio a una más seria, hasta podía decirse que estaba un poco sorprendido. Un poco, porque se daba cuenta, que ella, poseyendo esa alma, tenía sin duda mucho de la mujer que él mismo conoció en persona -Encontrarlos decís...- Su voz fue un murmullo que se perdió entre los sonidos de la lluvia y otros que le hicieron desvanecerse en el ambiente. Encontrar las piezas de lo que antes fue. Una especie de nerviosismo, aunque muy leve, hizo mella en él. nunca pensó hacer algo como eso. Buscar en el presente a nadie que hubiese conocido. Merlín... ¿quién sería en esos tiempos? Él lo había apreciado antaño al ser su consejero y estar con él durante tanto tiempo. Y a los demás, la curiosidad de saberlo, era un poco difícil luchar contra ello. PEro no era solo por eso -Menos a Morgana, he de suponer - Para él tenía un sentido diferente, pues la estaba viendo.

La fascinación que veía en sus ojos, como un asomo de reconocerse a sí misma. Arthur estaba seguro de que las cosas sucedían por una razón, incluso si solo era capaz de verlo con la más absoluta claridad hasta que todo ya hubiese pasado. Encontrarse con ella, tal vez tenía ese significado. Y como todo hombre, sin embargo, tenía la oportunidad de declinar o aceptar aquella idea -Me gustaría veros de nuevo- sonrió - Pero tendrás que programarlo vos, para mi el tiempo esta detenido y lo que son años me parecen segundos escasos por momentos- Como un vampiro, pero el no estaba condenado a alimentarse de los vivos de la misma forma -Me agradaría ver a todos de nuevo - No necesariamente hablar con ellos, pero si saber quiénes eran ahora. Si era el destino su encuentro, este ocurriría sin lugar a dudas. Y con esas palabras era como verse envuelto con los hilos de aquel engrane que ya no se movía para él, pero si para ellos.

por **Ébano Dalaras** Dom Feb 24, 2013 4:42 pm

Su risa, y en general su presencia, tornaba la situación que en esos momentos vivía como una especie de sueño de los que jamás quieres despertar. Era extraño pues no solía sentirme a gusto con el resto de personas por mucho que me obligara a sonreír y ser educada, pero él no era un ser vivo, y además, era aquel hombre de leyenda que tanto había admirado. Sí, aun me costaba creerme que estaba hablando con él.

Noté a la perfección el cambio en su mirada y expresión, haciéndo que le mirara más inténsamente, preguntándome que pasaba por su cabeza. ¿Querría verlos o, por el contrario, huir de aquello que fue? Negué con la cabeza, ¿por qué no iba querer ayudarle a encontrar a Morgana? En si era ella a la que más ansiaba conocer aparte de él, claramente. Saber sus verdaderos sentimientos, saber si había acertado o no con ella, aun con el miedo de sentirme decepcionada si no era lo que esperaba. Porque si, para mi, la historia de amor en esa leyenda, era la de Arthur y Morgana, no la de Ginebra. Aunque bien le había expuesto mi predilección por aquella persona, entendía que, al referirse normalmente como la malvada que quiso destruir Camelot, quizá la mayoría de personas fueran a la última que querrían ver... Yo no.

-No... A Ginebra.- Bajé la voz porque realmente me sentía mal por aquello. Sabía la historia de arriba abajo y, aunque él la amara con aquella devoción, no podía entender como era posible. Ella solo amaba ser reina. No solo le engañó con otro, sino que encima le separó de Morgana e hizo todo cuanto pudo para amargarle a ella la existencia.

Una sonrisa soñadora y encantada apareció en mis labios ante sus palabras, diciendo que le gustaría volver a verme. No sabría explicar aquel sentimiento que dominó mi pecho. Mi mayor sueño que, realmente sabía imposible, se tornaba realidad aun teniendo en contra el tiempo y la vida. Asentí levemente.

-De acuerdo. ¡Será genial volver a veros!-Llevé mis manos al rostro, ocultando levemente mi sonrisa.- Le ayudaré a encontrarlos... Podría buscar algún hechizo y quedar en mi casa para hacerlo. Si no hay más conjuros de por medio, podría funcionar.-Le miré entonces a los ojos, calmando mi euforia para preguntar de manera más cautelosa.- Y... Podría contarme la historia... Si quiere, claro

por **Arthur / Egyed** Dom Feb 24, 2013 11:00 pm

Ah, su mente entonces puso las cosas más o menos en su lugar. Claro, Ginebra, por supuesto que si se trataba de evitar buscar a alguien, siendo que ella era la esencia de la bruja que conoció, Ginebra probablemente habría sido la última persona que habría buscado para él. Su mirada se ensombreció ligeramente tras eso, no había pensado en ella ni mucho menos en buscarla ahora. Su reina y quien había significado tanto para él, lo suficiente para causar todo aquello que llevó la historia a ese desenlace.

Pero sus facciones, un momento después, eran las mismas, ambles y serenas -No os preocupeis por ello, esta bien de esa forma - Si, lo estaba, si era como habían dicho antes, incluso sin que ella le bsucase, quien había sido aquella mujer que le había cautivado, aparecería en algún momento sin que siquiera tuviesen que buscarla.

-Desconozco las formas que poseéis para comunicaros con los fantasmas, pero si hay alguna forma en la que pudieses comunicarte conmigo si así fuese necesario, estaría más que dispuesto a cooperar con vos – Y entonces dijo aquello, justo lo que no estaba seguro de cómo manejar, sobre todo para quien en su interior tenía uno de los fragmentos de aquella historia –No podría contárosla fácilmente, pero si el tiempo llegase a ser el adecuado, no tendría objeción en iros contando un poco de ella – No tenía intención de revelar ciertas cosas, pero seguro que había algunas que presentía o que sentía de alguna manera. Si ella le preguntaba alguna cosa probablemente no podría negarse a contestarle al menos en parte lo que quisiera. No había porque ocultar la verdad o mentir sobre la mayoría.

Tampoco, desde un inicio, había sido su intención ocultar su identida al brujo con el que estaba. El chico simplemente no se había dado cuenta y él no se lo había dicho directamente, tampoco reconocía al otro fantasma, y no podía culparlo. Eran cosas que simplemente habían quedado fuera de rango para él. Egyed había dicho que era mejor de esa manera, no había ningún beneficio o algún daño en decirlo o bien ocultarlo. Claro que Arthur había pensado que para el asesino era mejor queno supiese quien era, eso explicaría también, porque no se había presentado sino con una variante de su nombre.

Miró a Ébano, a ella simplemente le había dicho sin darle vueltas quein era y podía ver en sus ojos ese brillo peculiar una vez que había confirmado que el rey que al parecer causaba en ella esa especie de admiración, era el fantasma que tenía allí y que podría encontrar al resto de su gente. se preguntó que pasaría si llegaban a reunirse. La historia, con él así y no sabía la circunstancias de los otros, creía no podía repetirse. Aunque tal vez las cosas le jugaran alguna especie de 'magia' al tenerlos de nuevo en las mismas tierras.

por **Ébano Dalaras** Miér Feb 27, 2013 5:43 am

Había visto aquella mirada con claridad, como se ensombrecían sus ojos ante el recuerdo de la reina que fue su esposa. Aunque, volviendo a lo de siempre, solo fuera una mera suposición. ¿Qué pasaría por su mente? No podía dejar de darle vueltas a la historia, a la naturaleza de todos los personajes que empezaban a tornarse reales en ese mundo tan aburrido y tedioso. Eso me causó un gran alivio. Pensar que podría centrar mi mente, ya no solo en novelas, sino en hechos reales, en ayudar a aquellos personajes que admiraba por completo, me hacía pensar que todo iría mejor ahora. Quizá consiguieran darme aquello que necesitaba para recuperar mi memoria.

Sus siguientes palabras me dejaron pensando las formas que tenía para comunicarme con los difuntos... Realmente, yo no era una de esas brujas o brujos que empleaban a los muertos, ligando sus almas a objetos o simplemente usándolos para averiguar cosas. No, mis poderes eran diferentes y no tenía del todo claro si muy efectivos, pero podría hacer cosas. Algún hechizo que le enviara algo... No era muy buena con estas cosas y ahora mismo me molestaba muchísimo.

-Seguro que encuentro algún hechizo que pueda informaros...-Tenía leves dudas, siendo sincera.- Sino es así, podríamos quedar en una semana justo aquí. Solo por si acaso.-Sonreí levemente. En una semana habría tenido tiempo de sobra para encontrar algún método para ayudarle y encontrar al resto de personas que él conocía antaño.

Mis ojos se posaron en los suyos con intensidad y ganas de saber su historia. Bien imaginaba que habría cosas que no querría contar y, quizá, esta pregunta o petición sería ir a meter el dedo en la llaga. Pero, realmente, ansiaba conocer la verdadera historia, todo lo que pasó para que acabará en esas circunstancias.

Cuando de pequeña me imaginaba al Rey Arthur siempre era como alguien fuerte, alto, rubio... Como estaba viendo ante mis ojos, solo que, alguien más mayor. Había hecho muchísimas cosas por y para su pueblo, había vivido una historia de amor, traición, magia... Y, en cambio, su muerte había sido extremadamente joven. ¿Cuántos años tendrían cuando tuvieron a Mordred? ¿Qué pasó ese tiempo de después que estuvieron juntos hasta que apareció Ginebra? Había mil cosas que no comprendía, como por ejemplo que prefiriera a la que fue su reina.

-Bueno... Ya veremos como se dan las cosas.- Le sonreí con dulzura y entonces se me ocurrió algo. No estaba segura y eso me hizo ponerme levemente nerviosa, mostrándose mientras mordía mi labio inferior.- M-Me preguntaba... Si... Podrías volverte corpóreo un momento.-No tenía del todo claro que pudieran hacer eso los fantasmas, pero creía que si.

por **Arthur / Egyed** Sáb Abr 27, 2013 4:35 pm

Su mente sopeso las opciones y tras escucharle pensó que tal vez, si iba a hacer aquello que pensó no sería tan descabellado -Si os parece conveniente en algún momento, quizás conocer al hechicero por el que me encuentro aquí sea de ayuda - Alexis, fuese como fuese era un nicromante y con las enseñanzas de Kendal había podido sacar un poco más de aquel potencial que a él le parecía que casi venía en su sangre. Había visto por escasos minutos a su padre. alexis, comparado con él, estaba muy lejos de ser fuerte o sereno. Era un jovencito voluble y algo huraño a veces. Pero estaba seguro que la fuerza que poseía era suficiente.

El problema es que el brujo no tenía ni la más mínima idea de quien era él o el otro fantasma que les acompañaba. Su ignorancia e ingenuidad hacia ese tema era algo que habían decidido dejar así. Auqnue a veces dudaba que tuviese algún efecto en él -Un joven que posee el don de la necromancia, si voz creeis que puede ayudarte, podría traerlo aquí también. Aunque si preferís lo contrario estará bien para ambos -Sonrió amablemente y no fue hasta que escuchó su petición que se acercó.

-No habría osado pensar acerca de un tema como este, pero me alegra haber venido solo aquí esta noche - Porque si no lo hubiese estado, si Egyed hubiese permanecido como la mayoría del tiempo, cerca de él, no habría podido decir mucho, no por ocultarle nada, pues el hombre seguramente ya lo sabía. Era una entidad que no tenía un cuerpo físico, pero lo que pedía no era descabellado, podía cumplirle eso, solo era cuestión de querer hacerlo. Lo que en un momento parecía más una ilusión, fue tomando una forma más sólida, una que aquellas manos pudiesen sentir al tocarle.

-Os agradezco... -susurró viéndose tal como un hombre de carne y hueso. Su apariencia era probablemente la adopción de la mejor de sus épocas. Joven pero con la misma mente de quien fue hasta el final de sus días. No sabía lo que encontrarían, pero probablemente eran los caminos que el destino había tejido para ellos, incluso el hecho de que él fuese invocado y se mantuviese como un fantasma debía tener un significado o una razón, tal vez para alguien más, como ella... Eso lo averiguaría si en realidad permanecían en aquella tarea, eso presentía.

por **Ébano Dalaras** Jue Mayo 23, 2013 8:31 am

Le escuchaba con cierta curiosidad, replanteándome en que podía ayudarme aquel chico que me nombra. Los necromantes solían ser seres peligros. Personas que usaban sus poderes para fastidiar a los demás o en propio beneficio, pero, ¿por qué no? Si Arthur confiaba en él, ¿por qué no iba a hacerlo yo? Quizá no todos fueran como aquel exteriotipo que tenía montado en mi cabeza. Quien sabía.

-Podéis traerlo si creéis que puede ayudar... No se bien en que, pero quizá pueda serme de ayuda con algunas cosas.- La dulzura de mi sonrisa no menguaba para nada al tenerle cerca. No era falsa o forzada, como la mayoría de veces que tenía que soportar a ricos estúpidos. No. Por una vez, estaba realmente agusto con mi acompañante.- Si le interesa la historia o conocer a alguno, tráigalo. A mi no me importa.

Entonces escuché sus palabras, sintiendo un nudo en la garganta al ver como, poco a poco, aquel ente tomaba cuerpo, volviéndose poco a poco carnal. La sensación que tuve, parecida a aquella que me había ahogado minutos anteriores, parecía querer volver apretándome el pecho sin ningún tipo de lógica que yo pudiera acarrearle. ¿Qué me estaba pasando? Negué levemente e, intentando no pensar mucho en ello y obviar aquella sensación, me acerqué a él y le abracé con fuerza. Una calidez, mezclada con ganas de llorar, sustituyo a la angustia anterior.

-Me alegro tanto de haberos podido conocer...-Mi voz fue un extraño susurro. No quería separarme, no quería hacerlo, pero eso se me tornaba aun más extraño.- Disculpad.

por **Arthur / Egyed** Vie Mayo 24, 2013 4:55 pm

-Si le trajese conmigo, debo advertiros… él no conoce mi identidad. No porque quisiese mentirle, pero no estoy seguro qué pudiese pensar – Alexis era un buen chico, algo difícil de comprender en ocasiones. A estas alturas él muchacho no se había percatado de las figuras que le acompañaban –Su padre, hace más de una década nos ha invocado... es por eso que en esta era vivo como un fantasma . Si desconoce mi identidad es porque es como si no le importase quién fui y hasta ahora, eso había estado bien para mí, porque nada d emi pasado parecía perturbar nada del presente... –Estaba más que seguro que con un par de pistas el brujo podría darse cuenta. Ya se lo habían dicho alguna vez, pero él lo había pasado por alto. Para Alexis, probablemente no tenía un significado, salvo el que habían tomado al permanecer con él tras la muerte de su padre –Por eso, os lo ruego, si le traigo para conoceros, no le digáis nada, a menos que sea el mismo quien quisiese averiguarlo –Probablemente estaba mal pedirle eso.

-No tenéis que disculparos. No habéis hecho nada malo – Dejó que sus brazos le rodearan. Esa era una sensación ahora extraña. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que hiciese algo como eso? Demasiado. Cuando aún era humano. Desde que había sido traído a esta tierra, siendo un fantasma, no había mostrado tal gesto de cariño a nadie. Se sentía sumamente extraño, rara vez su cuerpo tomaba verdadera forma, esa solidez que parecía como la de cualquier persona viva –No os preocupéis… también siento alegría de haberos conocido en estas circunstancias –susurró mientras le estrechaba entre aquellos brazos que probablemente no tendrían aquella calidez que los de ella.

Al inicio, pensó que no podría sentir algo así con ella. Por todo lo que había pasado hacía probablemente ya demasiado tiempo. Su historia, no era la más bella. Había llegado a odiarle en algún momento, pero esos sentimientos se habían desvanecido.

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