Perdido bajo la lluvia [Magnolia]

por **Gazel S. Umbrimber** Lun Oct 01, 2012 12:52 am

La vida no se trata de sobrevivir en una tempestad. Se trata de bailar bajo la lluvia
Itoz

Los vampiros no soñamos, ¿no? Los vampiros nos contamos entre las pesadillas de muchos, obviamente. Pero, puede un vampiro llegar a sentir ese miedo, esa soledad. Puede un vampiro tocar, con la punta de los dedos, esa humanidad que nos fue privada. Solo quizá, pueda sentir como un humano.

La noche había vuelto a invadir las calles de París. La Luna, en cuarto menguante y en su punto más alto, daba la bienvenida a una noche oscura y fría. En cielo estaba encapotado, y lo más seguro es que descargara con furia en unos instantes. Aunque era primavera, la temperatura y el día parecía, sinceramente, de invierno. Aun así, contaba con la ventaja de ser un ser sobrenatural, por lo que la temperatura era poco efectiva contra mí el grueso bloque de hielo y marfil que se hacía pasar por mi cuerpo, y la lluvia tampoco es que fuera a interrumpirme mucho. Por si acaso, y aunque no le me era necesario, tuve la sensatez de acordarme de coger un paraguas al salir de casa, hacia ya un buen rato. Posiblemente no llegara a usarlo, pero tampoco me estorbaba.

Bajé Rue De Rivoli, una calle empinada y extensa, que en dirección contraria llevaba directo al Sacre Couer. En ella me encontré con una marabunta de gente, posiblemente trabajadores que acababan de terminar su jornada y se dirigían con rapidez a casa, intentando que la inminente lluvia no les separara de su camino. Desde la distancia, miré las caras de unos y otros, intentando introducirme en sus mentes, con mi don. A la gran distancia de la que me encontraba y con la poca concentración que tenía en ese momento, solo era capaz de ver sus pensamientos más importantes, su principal preocupación o su deseo más cercano. Sin embargo, si hubiera estado frente a cualquier de ellos y hubiéramos tenido contacto, podría haber manipulado sus cerebros a mi voluntad.
En la mente de esos obreros había pensamientos primarios como “Tengo Hambre”, “Estoy cansado” o “Quiero llegar a casa antes de que esta puta lluvia me empape”. También podía leer sus principales preocupaciones, bastante primarias en esos momentos, pero llegaba un momento que mi falta de concentración me devolvía a mi propio cerebro.

Continué mi camino, introduciéndome en una calle lateral a la avenida, una calle casi igual de amplia. Si hubiera seguido por el camino de la Rue de Rivoli, habría acabado en Parq de Champs de Mars, y poco después, en la torre Eiffel. Esa calle lateral pronto se bifurco dando lugar a un callejón un poco más pequeño. Pronto, una gota cruzó el cielo hasta caer sobre mi hombro, y después de esta otra, y así hasta que la escena fue invadida por una lluvia intensa. Abrí mi paraguas con fuerza y lo extendí al cielo, cubriéndome todo el torso y la cara con él. Me paré un segundo, valorando si encontrar cobijo en algún café o seguir paseando. Opté por la segunda, pues me encontraba bastante lejos de la metrópolis parisina.

A lo lejos, en la calle solitaria, vislumbré a una mujer. Una chica bajita y rubia, que corría para evitar la lluvia. Conforme su imagen se acercaba a mí, pude comprobar la belleza de sus rasgos faciales y su cuidada cabellera rubia, recogida y brillante a la luz de los faroles. “Superior a la media” pensé "Bastante superior a la media". Conforme se acercaba a mi, pude disitnguir unos labios finos y una sonrisa bastante glamurosa y decidida, la sonrisa de una mujer fuerte y decidida. Distinguí a duras penas unos ojos verdes, bastante intensos, y pomulos bastente pequeños. Todos estos rasgos bajo una intesa capa de maquillaje.
-Buenas noche, milady -pronuncié gentilmente mientras pasaba por su lado. Me percaté de que no llevaba paraguas- ¿Necesita ayuda? Parece que la ha sorprendido este temporal

por **Magnolia Velvet** Sáb Oct 06, 2012 6:00 pm

lLa lluvia había caído por sorpresa, no llevaba ni diez minutos caminando cuando la primera gota golpeó sobre mi frente, no tardó más de unos segundos en volverse una cortina de agua que me caía encima epapándome completa. Por mero instinto me encogí un poco como si eso fuera a solucionar el problema y apresuré el paso, como si adelante no estuviera lloviendo. Esquivaba charcos, corría entre la gente, buscaba un refugio por muy pequeño que fuera, intentaba mantener la dirección y no perderme. ¿Qué sería peor que estar perdida bajo la lluvia y con el cansancio de varios clientes en el cuerpo? Era una pérdida de tiempo enjugarme el agua que caía por mi rostro y probablemente para ese momento mi maquillaje ya estuviera arruinado pero sólo necesitaba llegar a casa. Un baño caliente y mi suave cama me esperaban para darme la bienvenida.

Ya sentía el agua traspasar a capa que el abrigo me proporcionaba, podía sentir la ropa mojada que siguiendo los movimientos de mi propio cuerpo se pegaba y se despegaba de mi piel haciéndome tiritar de frío, podía escuchar cómo el agua de alguno que otro charco había invadido el interior de mis zapatos y salpicaba cada que yo hacía presión con mis pies para dar pasos que se apresuraban cada vez mas. Los bajos del vestido turquesa que levaba puesto ya me pesaban más de lo habitual y no me atrevía a mirar hacia abajo pues sabía muy bien que estarían más sucios que la misma calle. Iba a llegar hecha una sopa a mi casa, bien parecía que había nadado de regreso.

Ya faltaba poco, o al menos eso me iba repitiendo a mi misma mientras a cada paso que daba, quedaba más hecha un desastre, un desastre bastante mojado. Sin embargo eso iba a terminar mal, yo no lo sabía pero estaba a punto de desconcentrarme por una voz que me hablaba a mi, una voz que me llamaba "milady" y que no sabía que a mi nunca me llamaban así pero supongo que todos las gatas son iguales bajo la lluvia. Una pequeña distracción, un hoyo en el suelo, un giro de mi cabeza intentando poner atención al hombre que poseía un paraguas y que hablaba conmigo. Yo no quería ser maleducada así que dividí mi atención en escucharlo, intentar contestarle y saltar un charco.

Mi pie aterrizó en el desnivel del piso, el tobillo se torció mandando el desequilibrio a todo el cuerpo, mis manos volaron en busca de algo para sostenerme y lo único que encontré fue su ropa. A la altura del pecho me tomé la confianza de utilizarlo como tabla de salvación y logrando así no caer al suelo perdiendo el glamour y la poca dignidad que me quedaba. Una exhalación de aire por la sorpresa, un momento mientras me volvía a equilibrar, un segundo de iluminación en el que me di cuenta de que la lluvia no me atacaba por estar debajo de su paraguas, invadiendo su espacio vital. Levanté la mirada con una sonrisa de disculpa y las palabras se me amontonaron en los labios de pronto. -Lo sien... no na... estoy b... perdóneme- Ya era suficiente, ya debía soltarlo y lo hice despacio alisándole el lugar donde había arrugado su ropa. -Lo siento- Al parecer no sabía decir otra cosa.

off: Siento la tardanza

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