Una nueva vertiente [Privado]

por **Papa Borgia** Miér Oct 17, 2012 10:35 pm

La noche cae y mientras el Santo Pontìfice mira hacia afuera, los rayos a lo lejos anuncian la tormenta. Alza la barbilla interesado en lo que alrededor está pasando, aunque quizá pudiera ser que fuera el inicio de una nueva guerra en lo que es el interior de su ser. Muchos han intentado destruirlo, pero aún se mantiene en pie. No cree que haya alguien que pueda darle un golpe fatal.

Y quien lo logre, no se irá limpio. Si algo tiene Alejandro II es la sapiencia para aguantar y madurar, para alzar la barba a pesar de las pedradas y seguir indemne. Planeando, sojuzgando, golpeando.

Nadie puede ponerle un pie encima y quien lo haga, se encontrará con una víbora cuyo veneno puede hacer más daño de lo que nadie podría sospechar. Y aunque la muerte de Juliet fuera justamente un golpe a sus planes, nadie impedirá que pueda salir a flote y jale los hilos de todos los que a su alrededor se encuentran para obligarlos a ir por la vertiente que busca.

Un toque en la puerta lo saca de sus meditaciones. Voltea a ver quién es. El carruaje está listo y se pregunta si debe ir a la cita o no. De todas formas, su destino está marcado y aunque los dedos le hormiguean, sabe que esa cita puede sacar de sus madrigueras a las alimañas que se atrevieron a atacarlo.

Curioso momento, curioso lugar. Veamos qué depara el destino.

por **Tamina Juliet Borgia** Dom Oct 28, 2012 11:57 am

Los días se sucedían uno tras otro y desde su perspectiva todo iba haciéndose más oscuro. ¿Era normal? No después del ataque perpetrado en su contra. Fallecido uno de sus guardianes, Juliet se encontró en la peor posición y a pesar de ello, supo salir indemne.

Claro, eso pensaba ella, porque aún tenía los resquicios de un aborto, la desaparición de su marido y el dolor de su pierna derecha eran suficientes razones para entender que las circunstancias cada día eran mucho más precarias y peligrosas. ¿A dónde debía ir?

¿En quién debía confiar?

De lo que sí era consiente era justamente de que todo ésto era parte de un plan retorcido cuyo último fin era el Papa.

Ahora, había llegado a la Inquisición y tras ocultarse, logró colarse hasta el despacho de aquél a quien creyera su padre y que ahora sólo era una niebla en su mente... un recuerdo lejano...

Atravesó el umbral cuando le dieron permiso y cerró tras ella, vio la cara de curiosidad de Alejandro y sonrió... qué bueno que no sabía qué hacer, porque ella tampoco.

Dejó caer la capucha... que la viera, que supiera que ella ya había regresado...

por **Papa Borgia** Dom Nov 04, 2012 1:39 am

La persona ante él es una figura enigmática que le hace preguntarse qué o quién la dejó pasar y por qué. Todos tienen un propósito en la vida ¿Cuál será la de esta persona? Detrás de él, las nubles grises se empiezan a tornar más oscuras, impidiendo la visión de la bóveda celeste y soltando lo que a muchos es una señal de sufrimiento: gruesas lágrimas que ruedan hasta estrellarse en el piso.

En tanto, un rayo ilumina toda la estancia al tiempo que el extraño se desprende de la capucha y Alejandro observa a la mujer ante él. ¿Tamina? ¿Qué hace...? Entorna los ojos y durante unos preciados instantes reconoce en la joven no a la gemela que ansía tener en su lecho, pero está muerta. ¿Acaso se ha transformado en un fantasma y viene a atormentarlo?

- Así que... has vuelto... Creí que habías muerto junto con Lorenzo... ¿Por qué... por qué? - no pudo decir más, sólo se quedó mirándola en silencio, sin encontrar una voz que diera sentido a tantas preguntas que se congregaban en su mente. ¿Por qué? ¿Quién? ¿Cómo? Sólo ella tenía las respuestas. ¿Se las daría?

por **Tamina Juliet Borgia** Dom Nov 25, 2012 8:02 pm

Su mente se llenó de recuerdos ingratos en tanto caminaba hacia la silla frente a Alejandro, pero antes de sentarse, decidió desviar sus pasos y dirigirse hasta el mueble en el que, sabía, estaba la cosecha favorita de quien fuera su padre.

El tomar una botella le quebró la voz, le hizo un nudo en la garganta mirando la etiqueta y acariciándola con los dedos de la otra mano. Lombardi. Un apellido que usaba un hombre, un único varón que para ella lo había sido todo: Lorenzo.

El hombre a quien amaba, el padre de un par de niños malogrados, muertos a finales de cuentas tras un legrado provocado por la impresión de ver ante ella a su marido muerto. Sus hermosos ojos azules no volverían a abrirse... no...

por **Papa Borgia** Dom Nov 25, 2012 8:08 pm

Su silencio lo dice absolutamente todo y Alejandro se queda sin palabras, aumentando la tensión entre ellos. Se lame los labios y la mira servirse una copa de vino, justamente uno que debería quizá guardarlo. La familia Lombardi está exterminada por completo, no hay un solo miembro que pueda hacer gala a su apellido.

Aunque Juliet es una Lombardi propiamente dicho, el tiempo se llevará con ella dicho apelativo, no habrá más pues, Inquisidores que provengan de esa familia, los que quedan sólo son primos y tíos, nada que ver con la rama principal y Alejandro se pregunta si no debería tener cuidado con Juliet.

- ¿Debo temerte? Tu venida es para cobrar venganza ¿Acaso? - le observa esperando su reacción al mismo tiempo que la teme. Sabe que ella es una mujer peligrosa y el que sea una cambiaformas lo hace mil veces más complicado.

por **Tamina Juliet Borgia** Lun Dic 24, 2012 4:10 pm

Los ojos se le llenan de lágrimas y aspira durante unos instantes, controlando el dolor que viene contra su cuerpo, el ansia por ahorcar al hombre que tiene frente a ella, de azotarlo contra el piso hasta que la cabeza se abra y el líquido viscoso de color rojo se riegue.

Rechina los dientes, descorcha la botella y sirve el líquido tinto en la copa, dejándola rebosar. Debió servirse menos, pero ¿Importa acaso? La etiqueta no es algo que le preocupe ahora mismo, todo lo contrario. De nada le sirvió ser educada, ser la hija del Sumo Pontífice, no le permitió eso el evitar la muerte de su amado.

Deja que su padre sienta la presión, el nerviosismo sin saber qué pensar, que no sepa qué hacer, que no pueda utilizar sus artimañas para hacerle daño, para confundirla, para dañarle la cabeza. Un estremecimiento.

Bebe un poco del contenido y casi lo suelta de la profunda impresión que le causa el recordar los viñedos de su esposo. Las manos le hormigüean y sus ojos se posan pesados en el rostro de aquél que fuera el causante... sí, no le cabe la menor duda de que él fue quien movió los hilos...

por **Papa Borgia** Lun Dic 24, 2012 4:18 pm

Le está probando y eso le crispa los nervios. Está jugando con él, como un gato con el ratón. Lo entiende, pero no lo comparte. ¿Cómo hacerlo cuando su vida está en peligro? Sus ojos le caen encima y siente la fuerza de su indecisión. El tiempo está en su contra.

¿Qué hacer? Su mirada se posa un instante sobre su escritorio, pero un paso en falso puede ser garrafal. Juliet tiene la rapidez necesaria para caerle encima y destrozarle la yugular de un solo golpe.

No, no debería ir a por ese lado. ¿Negociar con ella? Mientras no sepa las razones no cree ser capaz de tener las armas o los datos para barajear las posibilidades.

La mira beber un poco y él se acerca quizá de forma descuidada, pero si cree conocerla, no le atacará, no aún. La pregunta es cuándo será el momento. Frunce los labios, se sirve la copa y bebe un poco de ésta, aspirando su aroma, sintiendo su cuerpo. Era una pena, ver cómo había muerto quien era su proveedor de vinos. Toda una pena.

por **Tamina Juliet Borgia** Lun Ene 21, 2013 8:58 pm

No le importaba absolutamente nadie que no fuera él. Eso lo sabía desde que había sido adoptada por el Santo Padre. Ninguno de ellos tenían la verdadera importancia, sólo eran peones en un gran juego del gran ajedrez que es la vida, pero no la propia, sólo la de él.

Todos rodearán y se regocijarán al tenerle ante ellos, muchos entenderán que no pueden hacer más que bajar la cabeza y aceptar que él es quien manda y ordena sobre todos. Es el amo y señor. ¿Acaso no fue así siempre? Sí, en todo momento y lugar lo fue.

Aunque ahora ella es la que está tomando al toro por los cuernos, la que le pone nervioso y eso se nota al tomar la copa. No parecía que él tuviera una mejor suerte ante mis avances, que lograba al menos entender una décima parte de lo que por mi mente pasaba y quizá nunca lo supiera, a menos que yo se lo hiciera ver.

por **Papa Borgia** Lun Ene 21, 2013 9:09 pm

Curioso que durante tantos años ella se haya mantenido bajo mi pie, siempre bajo éste y ahora que más la necesito, se me rebele. La muerte de Lorenzo es un acto del cual será incapaz de superar. ¿Deberé deshacerme de ella? ¿Mandarla matar o quizá yo mismo hacerme cargo?

Alguna vez lo intenté, utilicé mis mejores artilugios para hacerla penar, para hacerla entender que sólo yo tengo el poder sobre su vida y su hijo falleció bajo mis manos. Sobre mi conciencia está, pero no es algo que me preocupe. Ya tuve el tiempo para confesarme y como tal, estoy libre de pecado. No hay nada que pueda culparme, dañarme.

Curiosa es pues, la humanidad, que cree que con un solo movimiento de la mano logra desaparecer todos y cada uno de sus pecados hasta que absolutamente nada tenga que temer. ¿El infierno? Jamás lo tocaré.

por **Tamina Juliet Borgia** Jue Feb 21, 2013 5:45 am

No dice nada, no hace nada. Es como si estuviera por completo desconectado de la realidad o bien, está esperando algún momento, uno de debilidad por parte de la cambiaformas para dar su golpe maestro. Maldito mil veces. Tendrá que buscar la forma de sacarlo de su mutismo y de hacerle ver que no está jugando, pero las oportunidades son pocas y la elección prima sobre las demás porque un paso en falso y podría ser acusada -además- de traición.

Una de los puntos flacos de su relación curiosamente es ese. Que siempre la tuvo bajo su bota y aún ahora ella teme que pueda hacerle más daño del que ya le ha perpetrado. La vida perdida de su hijo no nato, el haberlos mandado a Lorenzo y a ella a una misión suicida. Si tanto deseaba matarla, lo hubiera hecho desde antes. Debe tener cuidado. Mucho cuidado.

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