El inicio de una nueva cacería [Privado]

por **Alejandro Máximo** Lun Dic 23, 2013 5:01 pm

Esta era la segunda noche de cacería en París, la gran ciudad. Me había vuelto a armar con mi cota de malla pesada y mis ropas de cuero para evitar que mi armadura sonara, además de mi espada y mi gruesa capa de color negro. La primera cacería había sido extraña, pero beneficiosa, había salvado a una mujer de ser violada, y había destruido de forma hermosa a aquellos malhechores, aún recordaba cómo había roto la columna de uno de ellos…había sido hermoso.

Salí en medio de las sombras del Hotel des Arenes, aprovechando inmediatamente de escalar entre los edificios, para empezar a andar lentamente entre ellos. Aquella noche estaba nevando de forma espesa. La nieve caía en gran cantidad, y las calles ya se veían cubiertas en su mayor parte. Caminaba en medio de las sombras, observando desde los techos con extrema sagacidad los callejones.

Me parecía muy extraño el no encontrar a nadie en las calles esa noche, ¿A caso por primera vez la ciudad se encontraba sin malhechores? Seguí avanzando, hasta que con mi percepción de auras logre ver a una mujer escondida entre las sombras, y que avanzaba con extrema experticia. Según veía en su aura era notoriamente humana, más se movía de una forma estupenda. Decidí quedándome a observar por que se movía con ese extremo sigilo, y escondido gracias a la nieve y a la oscuridad de la noche, me quedé en el techo observando el mover de esa figura femenina.

por **Astrid Hoffman** Miér Dic 25, 2013 12:29 pm

El cielo como siempre ceñido en la mas pura obscuridad sirviendo de escondite, con grandes nubes negras en el cielo cubriendo gran parte del rastro que podía significar la luz de luna. Esa noche solo parecía estar yo ahí de pie aguardando como una admirable calma hasta que mi victima hiciera aparición, mientras tanto mi espalda se encontraba apoyada sobre una de las paredes del callejón.

Precisamente esa noche sentía que debía realizar con mas precaución mi trabajo. Hace un par de días que no conseguía nada y de cierta forma me hacía pensar que los Parisinos se estaban volviendo -buenos-. La risa burlona no se hizo esperar, aunque solo se demostró en mi rostro como una macabra sonrisa. Y en cuanto a mis pensamientos, tuve que dejarlos atrás: La presa había echo su entrada.
Era un hombre que no sobrepasaba los 30 años, muy bien vestido un traje elegante y un misterioso maletín en su mano derecha. Caminaba seguro y con la mirada en alto. Era un prepotente de eso no había duda.

De manera sigilosa comencé a seguirlo, debía esperar el momento justo aprovechando siempre mis grandes habilidades de ser extremadamente cauta, hace cinco minutos que iba tras de el y aún no era capaz de notar mi presencia.
Como siempre la suerte estuvo de mi parte y en cuanto uno de los broches de su maletín cedió tuvo que ponerse de cuclillas amontonando los papeles, esa fue mi señal de entrada.
Dando zancadas llegué a su lado, justo al momento que de mi espalda sacaba una daga, la cual tomo ubicación en su cuello - Un regalo de tu ex-mujer. - diciendo esto deslicé con fuerza la hoja contra su piel, mientras la sangre comenzaba a salir arduamente del cuello ante los inútiles intentos de el por cubrirse con las manos. No me vio, nunca dejaba que me vieran antes de llevar a cabo mi trabajo.

Me puse de pie con lentitud limpiando la sangre que había quedado en la daga, para esto usé la parte de interior de mi capa, terminado. Guardé la misma tras mi espalda, en el enganche de mi pantalón. Nunca me habían gustado los vestidos y la hora de trabajar eran un estorbo, siempre pensé que vistiendo mas como un "chico" pasaría mas desapercibida, los humanos éramos mas distraído con esas cosas.
Un escalofrío sorpresivo recorrió a lo largo de mi columna y por alguna razón supe que tenía que salir de ahí. Acomodé mi capa, la capucha de esta y di un último vistazo al cadáver del empresario, todo estaba en "orden". Dicho esto aceleré mis pasos buscando salir del lugar lo antes posible.

por **Alejandro Máximo** Miér Dic 25, 2013 1:49 pm

Observé toda la escena con suma atención, mientras que con el silencio de la muerte, me movía hasta quedar en una posición más ventajosa, entre los techos, cubierto por la nieve y mi capa, mimetizándome con estos. Lo único que dejaba marca eran las pequeñas marcas de la nieve removida por mi paso, pero nada más. Al escuchar las palabras de la mujer, supuse inmediatamente que era una asesina, y lo comprobé perfectamente la forma sutil en la que lo efectuaba.

Me llamó bastante la atención este hecho. ¿Por qué una mujer se convertiría en asesina, aún más, siendo humana? Ciertamente me parecía extraño, aunque no era imposible, pues ya había visto casos así…pero lo que más me llamaba la atención era la buena forma de la cual ella se escondía, se veía muy capaz en lo que hacía…me acerqué más a la escena, quedando entre un montón de nieve, y una vez que hubo limpiado su daga, le dije;

-Mi lady debería tener más cuidado de caer en una emboscada…-Dije, mirándola y observando cuál era su reacción.

Debía ser extremadamente cuidadoso al hablar con esa mujer, pues no quería que se volviera…hostil, y menos aún, que huyera. Ciertamente si ella se movía me daría tiempo a mí para moverme, y obviamente me sería mucho más fácil encontrarla, pero a sí mismo, si no se movía, debía ser extremadamente cauteloso con mis palabras y mi escondite para que ella no me viera. De cierta forma estar allí escondido mirándola era muy divertido.

por **Astrid Hoffman** Lun Ene 20, 2014 2:34 pm

Los sentidos nunca me habían fallado y al momento que escuché la voz masculina entre las sombras y obscuridad que cubrían el callejón, me apresuré a vigilar a mi alrededor.
Por un segundo me sentí expuesta en el lugar no había donde esconderse y solo un camino podía seguir, que de tener suerte me llevaría a un sector mas abierto donde podría camuflarme por entre las casas, o incluso de contar con suerte habrían aún personas deambulando por ahí.

Podría haber formulado un plan mucho mas elaborado, pero no estaba segura de cuanto tiempo tenía a mi favor ni mucho menos si aquel que se hallaba oculto solo deseaba asustarme, o mas bien extorsionarme, en caso de que haya sido testigo de mi brutal crimen.
Y como tampoco era de las mujeres pacientes que aguardaba su tiempo preciso para actuar, comencé a acomodar mis pies sobre la delgada capa de nieve. Mis manos acomodaron la capucha sobre mi cabeza, ocultando mi rostro y cabello por igual y sin volver a darle mas vueltas al asunto, salí disparada hacía la salida del callejón y contraria dirección desde donde había escuchado aquella misteriosa voz.

No miré atrás y continué a todo lo que daba, siempre había sido rápida y al ser de contextura delgada era ágil por naturaleza, podía alcanzar una velocidad alta, siempre y cuando corriera en contra de otros humanos, y esta no era la ocasión.
Aún no había tenido tiempo de darme cuenta de eso, pero nunca le había temido a los sobrenaturales incluso con la amplia ventaja que ellos manejaban. Dentro de mis misiones me había tocado enfrentarme a unos Lycan y aunque malherida, había logrado salir victoriosa, y esta vez fuera que fuera lo que estaba tras de mi, no sería diferente.

por **Alejandro Máximo** Lun Ene 20, 2014 5:12 pm

Sonreí mucho al ver como se preparaba, tomando un poco de nieve en mis manos, preparándome para mi nueva ‘’cacería’’. Quería saber más sobre aquella mujer, y no dejaría que se me escapara fácilmente. Esperé el momento justo en el cual comenzó a correr, y agarrando un montón de nieve, salté corriendo tras ella y con un pequeño semigiro, como si se tratara de lanzar una daga, lancé el montón de nieve sobre la mujer mientras estas corría, esperando que la botara con su gran fuerza.

Era graciosa verla ‘’huir’’ pues realmente si hubiera sido una emboscada la mejor opción siempre es prepararse y ponerse en posiciones ventajosas, pues uno sabe que cuando está en el momento de una emboscada, no tiene hacia donde huir, a menos claro, que sea una emboscada extremadamente mal preparada.

Corrí tras ella atento a cualquier movimiento, sobre todo en caso de que ella decidiera darse una vuelta y atacarme o caerse y atacarme, cosas que realmente para mí no serían demasiado ventajosas.

por **Astrid Hoffman** Vie Ene 31, 2014 1:51 pm

No entendía las razones de aquel hombre por seguirme, tal vez en el peor de los casos sería un conocido de mi reciente victima he intentaría cobrar venganza o algo similar. Sin embargo sin importarme demasiado el por que, continué con la desenfrenada carrera que buscaba alejarme de ese lugar.
No esperaba tener que asesinar a dos personas en una misma noche, esa no era una opción, menos si por la segunda no recibiría ni un peso.

No supe prepararme para lo que me golpeo, puesto que fue demasiado rápido como silencioso. Al momento que la nieve me dio en la pierna, me desestabilicé, mi cuerpo se fue de bruces contra el suelo. Aunque aproveché de realizar una vuelta y acomodarme sobre mis pies y una de mis manos, aunque frente a este movimiento me embargó un agudo dolor en el lugar del impacto, por lo que saqué mi daga, y me oculté en un rincón esperando a que el maldito se dignara a acercarse.

La situación ya se había vuelto un poco mas personal, por lo que sostuve mi arma a la altura de los ojos, esperando con cautela, si llegaba a acercarse no dudaría en atacarlo.
Después de todo ese hombre, quisiera o no, se había convertido en el testigo presencial de un crimen, misma razón por la que debía mantener por el mas tiempo posible, oculta mi identidad.

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