AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Licitación de una ANÉMONA (Privado)
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Licitación de una ANÉMONA (Privado)
Un lapso se ha distorsionado en el templo de un ser desconocido que ni el mismo sabe si el cielo fue su reino.
Recuerda la noche cuando la luna había emitido su brillo por completo, fluyendo suavemente hacia abajo para unirse con las ondas del sonido, ellas habían controlado esta noche, pintando la oscuridad plateada, aquella piel congelada que relucía, sus manos estaban separadas como diciendo que estaba arriba, eran como dos manos hermosas y puras, sin pecado como la luna que brillo con su esplendor blanco y ahí pensó: “¿Entonces podría ser que la luna me dejo para irme a las manos de otro?” Se había aferrado a las palabras vagas, dejando sus lágrimas, haciendo suplicas entristecidas al ser tomado por el inalcanzable mar congelado, un alto cielo de invierno, extendido hacia lo lejano dejando descolorados sus pasos, sintiendo como si quizás hubiera algo por que seguir en ese lugar donde todo es perdonado, deambulando con los pies desnudos, dejando que por un momento se valla la soledad y ahí un ser le miro ¿Por qué deseo tomar su mano? Le ofrecía su mano y este sin pensarlo le cogió, se fue a su lado estando sus ojos dominados por los otros, estaba siendo llevado con mentiras, alguien disfrazado como la luna, bello, hermoso que con solo mirarlo lo hipnotizo, entregándose, sin luchar, dejándose vencer y perderse como había sucedido desde que se encontraba en los senderos de la perdición, cayendo en los brazos de aquel hombre, entregándole lo que tiene de vida, que hiciera lo que deseara, así sea matarlo y sus ojos se cerraron de repente, desapareciendo con el.
Había relucido la luz, sus ojos se abrieron y se encontró desnudo, recostado en el suelo de un lugar desconocido, luciendo como una rosa que florece en abundancia de dispersión de lujuria, su piel muestra de belleza se mostraba, encadenado del cuello como un siervo, sus manos con grilletes y sus piernas abiertas, mostrándose como la estrella que caerá en una cama, donde le quitaran su soledad esa noche, con su flor de fantasía deja añoranzas de que el mundo es hermoso, su falo quieren probar del bocado de la dulce miel y luego se tiñera amarga de un dolor que es invadido por la esencia de este rosal espinoso ¿Cómo podría ser regalado por solo el placer? Es como si nevara y ese descendiente copo cayera en las manos de un impostor que se dice ser nieve para prosperar juntos y ser solo uno solo. “Estoy girando, girando alrededor de la nieve, desnudo, llorando al compas de una sonata que dice ser la vida de un desolado ser que habita en lo profundo de las tinieblas, tratando de saltar para alejarme de la oscuridad” Alucinando, enfocando la mirada hacia arriba, sin dejar esos tristes ojos brillosos, moviéndose, permaneciendo preso de una droga que le estaba llevando al paraíso mientras en la realidad estaba siendo subastado, presenciando las miradas, miradas que solo son de vicio, de señores que se creen amos de la belleza absoluta.
Sus cabellos fueron dispersados en todo el rostro y alguien movió las cadenas, haciendo que se inclinara, su espalda era ahora vista y ese rectilíneo desflorado fue la diversión y el comienzo a elevarse cantidades de dinero por tenerlo y solo él seguía perdido en la nieve que era lo único que tenía en mente. Expuesto como la flor salvaje que pérdida esta mientras alguien le arranca las espinas para seducir y ser ultrajada de repente.
“Solo dejad que las miserias le tomen, desear seguir perdido, ser solo el olvido de un precio y volar a los brazos de la nieve mientras el sueño perdure y la realidad aseche”
Había relucido la luz, sus ojos se abrieron y se encontró desnudo, recostado en el suelo de un lugar desconocido, luciendo como una rosa que florece en abundancia de dispersión de lujuria, su piel muestra de belleza se mostraba, encadenado del cuello como un siervo, sus manos con grilletes y sus piernas abiertas, mostrándose como la estrella que caerá en una cama, donde le quitaran su soledad esa noche, con su flor de fantasía deja añoranzas de que el mundo es hermoso, su falo quieren probar del bocado de la dulce miel y luego se tiñera amarga de un dolor que es invadido por la esencia de este rosal espinoso ¿Cómo podría ser regalado por solo el placer? Es como si nevara y ese descendiente copo cayera en las manos de un impostor que se dice ser nieve para prosperar juntos y ser solo uno solo. “Estoy girando, girando alrededor de la nieve, desnudo, llorando al compas de una sonata que dice ser la vida de un desolado ser que habita en lo profundo de las tinieblas, tratando de saltar para alejarme de la oscuridad” Alucinando, enfocando la mirada hacia arriba, sin dejar esos tristes ojos brillosos, moviéndose, permaneciendo preso de una droga que le estaba llevando al paraíso mientras en la realidad estaba siendo subastado, presenciando las miradas, miradas que solo son de vicio, de señores que se creen amos de la belleza absoluta.
Sus cabellos fueron dispersados en todo el rostro y alguien movió las cadenas, haciendo que se inclinara, su espalda era ahora vista y ese rectilíneo desflorado fue la diversión y el comienzo a elevarse cantidades de dinero por tenerlo y solo él seguía perdido en la nieve que era lo único que tenía en mente. Expuesto como la flor salvaje que pérdida esta mientras alguien le arranca las espinas para seducir y ser ultrajada de repente.
“Solo dejad que las miserias le tomen, desear seguir perdido, ser solo el olvido de un precio y volar a los brazos de la nieve mientras el sueño perdure y la realidad aseche”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
Y si crees que eres como cualquier ser, como cualquier cosa, eres todos los seres, todas las cosas. Eres el universo.
Antonio Porchia
Antonio Porchia
La dulce anomalía de la riqueza; uno lo tiene todo, pero no tiene nada. El sentirse poderoso contra las personas. Poder solucionar todo con dinero o algunas tierras. Que frustrante realidad. Pero me sentía solo; solo cual aristócrata viudo. No me podía casar con ninguna mujer, no podía estar con ningún hombre. Era un vampiro sumido en la realidad mortal. En una mortalidad infinita para mi. A pesar de mi corta edad, lo sentía. El pasar del tiempo, los cambios que ocurrían con la gente. Las pestes que estaba albergando el mundo. Pero a mi nada me afectaba. Caminaba por las calles, donde la lepra y la cólera estaba por cada rincón. Se podía ver gente tirada en las calles, sufriendo; rogando por un pedazo de pan. Que yo no necesitaba.
Estaba solo en el mundo, desde que mi padre me había dejado. Con la simple promesa de volver algún día. "Tenemos toda la eternidad para volvernos a encontrar, pero por ahora, quiero un descanso, ya he pasado dos mil años caminando por este mundo... Ahora dormiré. No te diré donde, para que no vengas a despertarme con tus llantos. Pero volveré. Cuando el hambre y los ruidos de un nuevo mundo vengan, volveré a la vida y te buscaré. Hasta ese momento, debes de seguir viviendo". Y así, sin nada mas. Sin un beso o un abrazo, partió a algún cementerio de alguna parte del mundo, a descansar como el muerto que era. Dejándome con una administración que no podía entender del todo. Lo hacía, pero con esfuerzo y de algún modo, aquello ocupaba mis días y parte de las noches. Pues hacía bastante no dormía en el día. El sueño no llegaba... Y solo me quedaba en la oscuridad acompañado por una lejana vela.
Ya era el día 165, desde que mi padre se había ido. Tenía una gran reunión o mas bien una fiesta para conocer a nuevos empresarios. Habían hecho una reserva en una especie de remate. Una gran feria que solía tener los mas preciados "objetos". Tenía cosas y personas de todo tipo, orientales, occidentales, rubias, castaños, hombres mujeres o niños. Cuadros, jarrones, todo estaba como una misma categoría... "Remates". Pero nada realmente interesante. Solo algunos apostaban por mujeres o grandes y valiosas estructuras. Pero nada ni nadie capturaba mi atención. Las esclavas eran todas humanas simples, solo me atraía las ganas de comer. Pero eso podría hacerlo en otro momento. Las cosas, eran demasiado contemporáneas, y prefería las cosas mas antiguas, de mas categoría y usualmente mas valiosas.
Pasó casi una hora desde que estábamos allí. Había bailarines y bailarinas por todo el lugar. Nos servían bebidas, mientras algunos ofertaban. Pero no fue hasta diez minutos después que unos ojos me impactaron. Un nuevo esclavo era vendido, lo traían con unas cadenas fuertes, y sobre un pedazo de madera. Aquella persona... Olía, que era ese olor. Esa fragancia...
Un vampiro.
Unos ojos.
Que era aquel espectáculo que me daban? Esos ojos perdidos, llenos de dolor, oscuridad. Era terrible, era un ser poderoso, cautivante. Que era lo que hacía en un lugar como aquellos? Por que no se salía de esas cadenas? Que es lo que le habían hecho para tenerlo tan a su mereced. Ah... Pero que belleza, me estremecía con cada movimiento que le obligaban a dar. Le agarraban de unos cabellos largos, mostrando todo aquel cuerpo. Era esbelto, alto, tan blanco como el marfil. De unos cabellos rubio oscuro. La parte de abajo de los ojos demostraba los años de vivir. Y así luego de una hermosa muestra de belleza, empezaron a ofertar, los números se elevaban y elevaban. Pero yo esperaba, no gritaría, era estúpido gritar sabiendo que alguien daría algo mayor. Por eso esperé un momento y por fin cuando se empezaron a callar me levante.
-El doble de lo que la dama dijo.
Susurre, levantando el ante brazo un poco, mirando con ese rostro frívolo que se dejaba ver cuando las personas no me conocían. Pues era mas bien juguetón y alegre. Aunque en esos momentos demostraba todo lo contrario. Las personas quedaron calladas. Un silencio profundo y fijé mi vista exactamente en el otro. Mordí mis labios y cuando dijeron la frase "vendido al Monssier del doble!". Sonreí y me incliné ante mis compañeros; explicando que era mi hora de marchar, que deseaba ver aquello que había comprado.
Así fue como fui a la parte trasera. Me dijeron que el era muy fuerte, que no sabían por que. Con evidencia, no tenían idea que era un vampiro. Pero me dieron una serie de drogas y unas cadenas que prometieron que eran tan fuertes para que no las rompa. Las miré y noté que eran especiales de cazadores e inquisidores. Eran las cadenas que usaba la iglesia para tener de prisioneros a los vampiros o lycanes y me impresionó. Pero solo asentí; ordenando que le preparen para mi carruaje. Hoy sería una larga noche; me preguntaba, como sería que es lo que pasaría teniendo a tal vampiro en mi poder. Realmente lo podría usar a mi favor? Acariciarlo y quererlo, al menos un poco? Hasta que mi padre vuelva?
-Monssier... Como te llamas? Amm...Yo... Soy Hero
Susurré mirándole, agachándome un poco frente a él, mientras le preparaban. Suavemente fui llevando una mano a su mejilla, y la acaricié. Tan suave, tersa y dulce. Que piel mas hermosa. Digna de un vampiro. Mordí mis labios de cerezas y le sonreí, dejándole ver mi sonrisa. Al tiempo que ya empezábamos a marchar, dirigiéndonos hacía la mansión. Quería que el me hable, que me cuente cosas. Pero que podía esperar, si se podía ver a leguas, que tenía tal cantidad de droga arriba, que probablemente no podía modular las palabras...
Invitado- Invitado
Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
Se siguen escuchando las voces, acariciando una tras una la mente, haciendo que quede más perdido en una ilusión que el mismo había creado por desaparecer del trance, nada que ver con dolor o la desesperación ya que esas palabras designadas están vaciadas, no hay nombre en la zona muda, allí, según la imagen, esa vaciada ave espera lo peor que una muerte, ser castigada, por la muerte de esos miserables cadáveres que solo brindaron mas agonía sin aplacar tal quimera de destrucción, la repugnancia de esa bestia que solo devoraba, todo tiene que ver de esas muertes, de esa soledad, de la manera de cómo seguía asesinando a esos ángeles, sin piedad, tomando el filo de la maldad, hundiéndose en el duelo de el mismo ¡Querer morir! Eso ya está descompuesto, absurdo, ya está muerto, olvidado ojala previamente ¿Por qué no desaparece? Un muerto el que desea ser sacrificado, maltratado para ver si de esa forma su dolor se aplaca, su llanto se seca y su mente se vacía quedando solo la nada.
Pero girando más en espiral, las cantidades y aquella palabra se pudieron distinguir, esperaba ya azotes, latigazos, dolor y más dolor, pero nada. Aun estaba ido ¿Por ello no siente nada? Porque tardan en hacerle sufrir, que pague de una vez, que llegue ya el sacrilegio, los clavos quiere sentir, la cruz de madera que queme el templo y los latigazos que se desprendan de una vez. ¿Por qué tardan? Acaso en la hoguera desean echarlo, quieren que se torture aun más de lo que ya esta, pero que fue aquello, porque una cantidad. ¿Qué estaba pasando? Dejándose entre más alucinaciones, la nieve se acaba, el clima cambia y todo se dispersa “Si sigue girando caeré, caeré tan profundo que en el pozo permaneceré” Sintiendo que le cortaban los segmentos, quema, arde y pesa, presentando la debilidad, no podía seguir con esos movimientos solo quedaba el rostro, y aun así es imposible, tiene que dejarse de mover para no girar mas por dentro que es lo que le está haciendo delirar.
mmmmm- Se quejaba entre susurros, difíciles de ser percibidos, haciéndolos constantemente hasta que algo los elevo. ¡Que fue esa sensación! Era como un azote de ceniza polveada de anhelo, una tormenta más dulce pero sin paraíso que pueda ayudarle, presentía que perdería, quería y sería capaz de perderlo todo por un beso tan fatal con una profundidad de celestial alma, alguien tan frágil está cayendo en el mirar de este que es solo dolor.
Aferrándose a los movimientos creyendo que sería libre, la sensualidad estaba siempre en ese templo emitiendo el sonar de las cadenas chocar unas con otras, entre abriendo lentamente los ojos, logrando solo una abertura pequeña "¿Por qué hay una sonrisa de un ángel? Sin ira y sin maldad" la luz hace que se vislumbre a un rostro pequeño, memoria de un ángel ¿Acaso desean que le devore como a los otros? Sera el último cáliz que le será otorgado. Sus ojos se cierran por completo, le veía y era como si no los hubiera abierto, se había convertido en la misma alucinación, cegado y completamente cegado de lo que en realidad estaba pasando.
mmmm-sus quejidos constantes, el goce se percibía en ellos, una voz sonora se traslado en sus ondas que temblaron por la vibración sin comprender lo que decía, de ese modo naufrago entre la angustia, considerado ya en la ceguedad del destino que es en realidad miopía propia.
Filosos horrores atraviesan la cripta de la piel seca, esto no era solo una ilusión, podía sentirse la calidez de manos para transformase en una suavidad exquisita. “¿Dónde he caído? Implora abrir los ojos, ver el secreto que os guardan, ¿A dónde he de ir? Ahí me destrozaran, me harán conocer el castigo de mi letanía, parad, os suplico con mi tormento decirme si podre ser digno de una muerte dichosa”
Su mente descifraba, desconociendo el tiempo, podría ser que avanzaba y el solo era la manecilla de algún reloj, ese Tic tac, tic tac susurraban su llegada, y ahí todo termina, la invasión de un espécimen desconocido se iba desvaneciendo, las alucinación se dispersaban lentamente invadiendo con un calvario atroz”Cortadme la cabeza que de ahí viene el infierno mortífero” Moviéndose como el animal que es, esa ave si pudiese desplegar sus alas las aletearía para huir, huir lejos...-ahhh-cayendo al suelo, la dureza no hería si no la maldita cabeza que estallaría como el vil demonio.
“Deja de figurarte locuras, abre los miserables ojos, ábrelos” Pareciese que habitaba alguien en su mente, un desconocido que creía salvarle, sin dejar de escuchar esa alucinada conciencia, pero, abrió sus ojos, mirando fijamente ese rostro infantil que creyó haberlo soñado, quedándose un momento perdido en el hasta que algo interrumpió, las cadenas herían y se observo con un desprecio por sí mismo.
Ahhh- Enfurecido, siendo un desquiciado al sacudirse en el suelo, atizando las manos sin importarle que se hiciera un mar de sangre por ello, era inútil, esas cadenas ya había visto antes y sin importarle lucho, lucho con demasiada rabia. “Que desilusión, se oscurecen mis ojos, enmudezco y solo el alba queda, que tristeza, que estupidez” Ya había comprendido todo, verlo, y la forma de cómo se hallaba le hicieron caer en un estado sin habla, mostrándose como un cadáver, un jodido cadáver.
Pero girando más en espiral, las cantidades y aquella palabra se pudieron distinguir, esperaba ya azotes, latigazos, dolor y más dolor, pero nada. Aun estaba ido ¿Por ello no siente nada? Porque tardan en hacerle sufrir, que pague de una vez, que llegue ya el sacrilegio, los clavos quiere sentir, la cruz de madera que queme el templo y los latigazos que se desprendan de una vez. ¿Por qué tardan? Acaso en la hoguera desean echarlo, quieren que se torture aun más de lo que ya esta, pero que fue aquello, porque una cantidad. ¿Qué estaba pasando? Dejándose entre más alucinaciones, la nieve se acaba, el clima cambia y todo se dispersa “Si sigue girando caeré, caeré tan profundo que en el pozo permaneceré” Sintiendo que le cortaban los segmentos, quema, arde y pesa, presentando la debilidad, no podía seguir con esos movimientos solo quedaba el rostro, y aun así es imposible, tiene que dejarse de mover para no girar mas por dentro que es lo que le está haciendo delirar.
mmmmm- Se quejaba entre susurros, difíciles de ser percibidos, haciéndolos constantemente hasta que algo los elevo. ¡Que fue esa sensación! Era como un azote de ceniza polveada de anhelo, una tormenta más dulce pero sin paraíso que pueda ayudarle, presentía que perdería, quería y sería capaz de perderlo todo por un beso tan fatal con una profundidad de celestial alma, alguien tan frágil está cayendo en el mirar de este que es solo dolor.
Aferrándose a los movimientos creyendo que sería libre, la sensualidad estaba siempre en ese templo emitiendo el sonar de las cadenas chocar unas con otras, entre abriendo lentamente los ojos, logrando solo una abertura pequeña "¿Por qué hay una sonrisa de un ángel? Sin ira y sin maldad" la luz hace que se vislumbre a un rostro pequeño, memoria de un ángel ¿Acaso desean que le devore como a los otros? Sera el último cáliz que le será otorgado. Sus ojos se cierran por completo, le veía y era como si no los hubiera abierto, se había convertido en la misma alucinación, cegado y completamente cegado de lo que en realidad estaba pasando.
mmmm-sus quejidos constantes, el goce se percibía en ellos, una voz sonora se traslado en sus ondas que temblaron por la vibración sin comprender lo que decía, de ese modo naufrago entre la angustia, considerado ya en la ceguedad del destino que es en realidad miopía propia.
Filosos horrores atraviesan la cripta de la piel seca, esto no era solo una ilusión, podía sentirse la calidez de manos para transformase en una suavidad exquisita. “¿Dónde he caído? Implora abrir los ojos, ver el secreto que os guardan, ¿A dónde he de ir? Ahí me destrozaran, me harán conocer el castigo de mi letanía, parad, os suplico con mi tormento decirme si podre ser digno de una muerte dichosa”
Su mente descifraba, desconociendo el tiempo, podría ser que avanzaba y el solo era la manecilla de algún reloj, ese Tic tac, tic tac susurraban su llegada, y ahí todo termina, la invasión de un espécimen desconocido se iba desvaneciendo, las alucinación se dispersaban lentamente invadiendo con un calvario atroz”Cortadme la cabeza que de ahí viene el infierno mortífero” Moviéndose como el animal que es, esa ave si pudiese desplegar sus alas las aletearía para huir, huir lejos...-ahhh-cayendo al suelo, la dureza no hería si no la maldita cabeza que estallaría como el vil demonio.
“Deja de figurarte locuras, abre los miserables ojos, ábrelos” Pareciese que habitaba alguien en su mente, un desconocido que creía salvarle, sin dejar de escuchar esa alucinada conciencia, pero, abrió sus ojos, mirando fijamente ese rostro infantil que creyó haberlo soñado, quedándose un momento perdido en el hasta que algo interrumpió, las cadenas herían y se observo con un desprecio por sí mismo.
Ahhh- Enfurecido, siendo un desquiciado al sacudirse en el suelo, atizando las manos sin importarle que se hiciera un mar de sangre por ello, era inútil, esas cadenas ya había visto antes y sin importarle lucho, lucho con demasiada rabia. “Que desilusión, se oscurecen mis ojos, enmudezco y solo el alba queda, que tristeza, que estupidez” Ya había comprendido todo, verlo, y la forma de cómo se hallaba le hicieron caer en un estado sin habla, mostrándose como un cadáver, un jodido cadáver.
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
Le escuchaba quejarse, pobre dulce diamante que como metal barato lo han corrompido, un carbón que busca posar? O un diamante que se volvió carbón? Pues veo en el los ojos de un ex humano. Los ojos de alguien que con el paso de los tiempos se convirtió en la nada en un ser horrible como lo que es ahora. "Oh dulce cuervo que busca retorcerse de las cenizas, por que sus ojos despabilan mi ser. Me hacen querer dañarte y jugar contigo. Y al mismo tiempo protegerte y besarte hasta que no quede nada de esa oscuridad en ti"
Y una mirada perdida fue la que recibí, sus ojos entrecerrándose; pestañeé y me acerqué tomándole de las mejillas, apoyándolo suavemente sobre mi pecho, acunándolo hasta que le fueron llevando. Apartándole de mi, me levanté y frustré, aun deseaba seguirlo teniendo de ese modo; pero querían que nos fuésemos rápido y seguí hacía el carruaje. Una larga noche nos esperaba, unos hermosos cánticos eran los que nos serían otorgados, una vacilante cena, mientras le hacia suavemente de mis posesiones. Buscaría volverle mio, aunque me costase un brazo derecho.
-Ah! Por que se ha caído... Levantenle y procuren que no pase nuevamente. Algo le duele, sean cuidadosos.
Objeté de mala gana cuando vi su cuerpo reposando indecorosamente sobre el piso, estaba adolorido y no sabía por que, es que le habían drogado tanto? Pronto me fui un poco hacía atrás, aquella mirada de cielo nuevamente se ponía sobre mis ojos y me lo quedé mirando, observando las cadenas y luego a el. Imposible. Sacarle las cadenas, sería como haber roto miles y miles de francos y al mismo tiempo, sería un peligro total para mi existencia, si estaba enojado y se quería desquitar con alguien, sería el primero en pagarle. Pues aquel hombre se notaba a leguas que me rompería al medio con un solo golpe. Y no estaba dispuesto a darle su libertad. No antes de hacerle completamente mio. Posserlo hasta meterle en la mente que me tenía que querer. Pero el se abanicaba, se molestaba y empezaba a sangrar. Mis ojos le miraban e intenté sujetarle esas manos para que deje de forcejear, observándole al fin detenerse. Me acerqué peligrosamente a sus manos y deslicé las cadenas un poco hacia arriba, dejando al descubierto esa piel lastimada. Y despacio empecé a lamerle, una mano y luego la otra. Subí a su rostro y le acomodé aquellos cabellos largos y claros. Pase el dorso de la mano por sus mejillas y luego las yemas por debajo de sus ojos. Cuando estábamos sentados; le acerqué a mi o mas bien, yo me acerqué y le miré. Era hermoso, una obra de arte esculpida a mano. Deseaba tocarle profundamente, pero esos deseos no se podrían cumplir hasta buscar en su mente un despertar. Un espectáculo.
-Ya llegamos... Deja de hacerte daño, por que no le soltaré... Messie
Susurré cuando ya estábamos a unos pasos de la mansión, allí fue cuando ordené que lo bajaran y le llevaran a la habitación. Le llevaron entre dos hombres y le acompañaron tres hombres mas. Procurando que el llegue allí; pero el parecía estar como un cadáver, estaba duro y quieto. No se movía ni decía nada y me pregunté que es lo que estaba pasando por su mente. Mientras tanto, empecé a tomar varias cosas, agarré dos vinos, copas, ordené que llevaran el agua caliente, para el baño, a la habitación, algunas toallas. Y cuando todo estuvo dispuesto mi cuerpo entro a ese cuarto.
Le miré. Habían dejado las otras cadenas a los lados de la cama, para cuando le cambie de posición y las drogas seguían en la bolsa. Me acerqué a su cuerpo y con calma apoyé mis labios sobre ese cuello, oliéndole, pasando mi mano por su pecho, acariciando con suavidad sus botones, para luego pasar mis yemas con fuerzas por esas piernas. Era hermoso, extremadamente hermoso. Pero tenía que bañarle y alimentarle antes que cualquier otra cosa. Le tomé con cautela de los brazos y apunté a la bañera para que se metiese, buscando alzarle con dificultad. Cerré mis ojos avergonzado de tener que esforzarme tanto para meterle dentro. Aquella era una bañera de madera, grande y bastante amplia, la usaba mi padre cuando "vivía" pero ahora solo estaba en desuso y me pareció una maravillosa oportunidad para volverla a usar. Pues había un hueco especial para que apoye la cabeza y la altura era similar a la de mi padre, por lo que entraba casi a la perfección.
-Mmm Siento tener que bañaros con las cadenas, pero no puedo soltarle, se me escapará. Como es su nombre Monsieur? Quiero saber; dígamelo por favor.
"Con esa mirada podrás dominarme, esos ojos de cielo que destruyen todo mi ser cuando me señalan despectivamente. Ámame, ámame por favor. Necesito que me entregues todo tu cariño. Despójate de todo, quédate conmigo hasta el fin de los tiempos. Pues si esa mirada que me encadena sigue haciendo de las suyas, tendré que obligarte a que me ames... por siempre"
Y una mirada perdida fue la que recibí, sus ojos entrecerrándose; pestañeé y me acerqué tomándole de las mejillas, apoyándolo suavemente sobre mi pecho, acunándolo hasta que le fueron llevando. Apartándole de mi, me levanté y frustré, aun deseaba seguirlo teniendo de ese modo; pero querían que nos fuésemos rápido y seguí hacía el carruaje. Una larga noche nos esperaba, unos hermosos cánticos eran los que nos serían otorgados, una vacilante cena, mientras le hacia suavemente de mis posesiones. Buscaría volverle mio, aunque me costase un brazo derecho.
-Ah! Por que se ha caído... Levantenle y procuren que no pase nuevamente. Algo le duele, sean cuidadosos.
Objeté de mala gana cuando vi su cuerpo reposando indecorosamente sobre el piso, estaba adolorido y no sabía por que, es que le habían drogado tanto? Pronto me fui un poco hacía atrás, aquella mirada de cielo nuevamente se ponía sobre mis ojos y me lo quedé mirando, observando las cadenas y luego a el. Imposible. Sacarle las cadenas, sería como haber roto miles y miles de francos y al mismo tiempo, sería un peligro total para mi existencia, si estaba enojado y se quería desquitar con alguien, sería el primero en pagarle. Pues aquel hombre se notaba a leguas que me rompería al medio con un solo golpe. Y no estaba dispuesto a darle su libertad. No antes de hacerle completamente mio. Posserlo hasta meterle en la mente que me tenía que querer. Pero el se abanicaba, se molestaba y empezaba a sangrar. Mis ojos le miraban e intenté sujetarle esas manos para que deje de forcejear, observándole al fin detenerse. Me acerqué peligrosamente a sus manos y deslicé las cadenas un poco hacia arriba, dejando al descubierto esa piel lastimada. Y despacio empecé a lamerle, una mano y luego la otra. Subí a su rostro y le acomodé aquellos cabellos largos y claros. Pase el dorso de la mano por sus mejillas y luego las yemas por debajo de sus ojos. Cuando estábamos sentados; le acerqué a mi o mas bien, yo me acerqué y le miré. Era hermoso, una obra de arte esculpida a mano. Deseaba tocarle profundamente, pero esos deseos no se podrían cumplir hasta buscar en su mente un despertar. Un espectáculo.
-Ya llegamos... Deja de hacerte daño, por que no le soltaré... Messie
Susurré cuando ya estábamos a unos pasos de la mansión, allí fue cuando ordené que lo bajaran y le llevaran a la habitación. Le llevaron entre dos hombres y le acompañaron tres hombres mas. Procurando que el llegue allí; pero el parecía estar como un cadáver, estaba duro y quieto. No se movía ni decía nada y me pregunté que es lo que estaba pasando por su mente. Mientras tanto, empecé a tomar varias cosas, agarré dos vinos, copas, ordené que llevaran el agua caliente, para el baño, a la habitación, algunas toallas. Y cuando todo estuvo dispuesto mi cuerpo entro a ese cuarto.
Le miré. Habían dejado las otras cadenas a los lados de la cama, para cuando le cambie de posición y las drogas seguían en la bolsa. Me acerqué a su cuerpo y con calma apoyé mis labios sobre ese cuello, oliéndole, pasando mi mano por su pecho, acariciando con suavidad sus botones, para luego pasar mis yemas con fuerzas por esas piernas. Era hermoso, extremadamente hermoso. Pero tenía que bañarle y alimentarle antes que cualquier otra cosa. Le tomé con cautela de los brazos y apunté a la bañera para que se metiese, buscando alzarle con dificultad. Cerré mis ojos avergonzado de tener que esforzarme tanto para meterle dentro. Aquella era una bañera de madera, grande y bastante amplia, la usaba mi padre cuando "vivía" pero ahora solo estaba en desuso y me pareció una maravillosa oportunidad para volverla a usar. Pues había un hueco especial para que apoye la cabeza y la altura era similar a la de mi padre, por lo que entraba casi a la perfección.
-Mmm Siento tener que bañaros con las cadenas, pero no puedo soltarle, se me escapará. Como es su nombre Monsieur? Quiero saber; dígamelo por favor.
"Con esa mirada podrás dominarme, esos ojos de cielo que destruyen todo mi ser cuando me señalan despectivamente. Ámame, ámame por favor. Necesito que me entregues todo tu cariño. Despójate de todo, quédate conmigo hasta el fin de los tiempos. Pues si esa mirada que me encadena sigue haciendo de las suyas, tendré que obligarte a que me ames... por siempre"
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
¿Quién es aquel ángel que habla con dulzura? Sin saber si fue un sueño o solo fue el anhelo de que fuese su último ángel que quería ver mientras se hallaba sumido en una tristeza… Preguntándose… ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué espera que le entregue?... Le ha comprado y solo permanece desilusionado, confundido, sin entender ¿Por qué el? Porque lo han vendido ¿Acaso desean que pierda el valor que tiene? Que no valga nada y ese sea su castigo, permanecer así a lado de aquel que solo le mira como si fuese el mejor premio que se ha ganado. ¡No! El orgullo es lo único que queda, pero, se ha terminado todo, ha caído en un paraje desconocido, sin moverse, sin dar alguna insignia de que tiene en la muerte una especie de vida.
Mudo, ido con solo la imagen de él, alucinándolo con alas blancas, siendo cubierto por ellas mientras su voz le mecía, una voz suave y tierna, hablaba como si le brindara una estrella que le daría importancia a la apeste de su única existencia, que la luz que le hacia falta, él se la brindaría.. ¿Porque sus ojos me dicen? Quiéreme intensamente, por mas que te obligue lo hare, que el amor será un camino entre tu y yo, que el será mi estrella, la que me guiara, siendo un escudo que impida que el dolor llegue, que dependen de mi que sus sueños caigan, que si lo llego a amar, el me mostraría un cosmo diferente del infierno y del cielo, que será un cosmo hermoso, perfecto donde destierre el rencor, perdonar y olvidar es lo que desea que destroce de mis evocaciones para solo dedicarme a él y forjar evocaciones nuevos….Su mente era un baúl de pensamientos, pensamientos que parecían tener esperanza de continuar con ese nuevo destino, pero negándose, sin aceptar ese sendero, solo su rostro indiferente y con un intenso dolor ha de permanecer..
Pero todo se ha caído, se ha bajado a un pozo sin comprender nada, pierde sus sentidos, pierde su mirar, es como si la droga que le habían dado estuviera apenas haciendo efecto, dejando que el sonido de las cadenas se aplacaran, sangrando y eso no le importaba, el ardor que dominaba su templo era tragado sin quejarse, consumiéndose por completo en un silencio…Tras sentir que le tocaba se alejaba, sellándole con ese movimiento que no permitiría que le tocara… Pero ese rostro era diferente, él era como un verdadero ángel, quizás, solo quizás el desea cuidarlo…
Dejando la mirada en la nada, sin mirarle lo que hacia, solo sentía aquellas lamidas y de momento a otro se negaba, retirando sus manos al alcance de su tacto, así como su rostro, evitando que le tocara, sin decirle algo, solo dejando que las cadenas sonaran conforme se alejaba su cuerpo de el…Escuchándole…¿Por qué no me liberas? Me hiere mas la forma de como me encuentro ante a ti, solo quítame las cadenas puede que permanezca a tu lado si por ello has pagado pero suéltame, suéltame que el mas grande dolor es ser preso de mi mismo, suéltame, solo pido que me sueltes….Su mente suplicaba pero no hablaba, no decía ni una sola palabra, bajando el rostro con una tristeza que le diría a aquel que no le gusta estar así…
Viendo hacia arriba, como el camino podía marearle, se sentía enfermo, débil y sin salirse de ese trance, no quería ver mas allá que esas cadenas, solo veía las cadenas, su desnudez y todo lo que había sido ha desaparecido, se ha muerto el ave que eraahora ya no es nada….Como una palabra puede asesinarle por completo...”Nada” Eso era lo único que representaba, ni la suavidad de la cama podía hacer que su piel se consolara, ni el trato que tenia podía borrar el motivo de que estuviera ahí, y verlo a él era solo una cosa, un objeto cuyo precio fue lo que le hizo ser el, el dueño.
Su cuello había percibido un rose de labios que de inmediato se alejó, no permitiría que le tocara, rehusándose a sus caricias que unas eran inevitables, las cadenas le mantenían preso y así se quedaría por siempre…No sentía nada mas que una repudia mirada al frente, se odiaba a el mismo por verlo como un ángel, un farsante era, solo eso, su mascara de ángel se destrozaba conforme mas le acariciaba.“Eres mi custodio, valla forma de protección, solo seré el que guarde en tu lecho esperando que el placer te nazca y me hagas lo que desees, como una puta será mi papel, maldito ángel farsante que solo pecado tiene, quieres todo de mi pues tómalo con la misma frialdad que poseo, espera mi silencio, mi sequedad ante tus caricias porque así como me muestro ante ti así será por siempre”
Tomado, posado en una bañera ah!.. ”¿Porque haces esto?, ¿Porque me tratas con dulzura?, haces que me atormente mas sin saber que es lo que he hecho para que te fijaras en mi, dime, dime que quieres, haces que mis pensamientos, mi forma de verte cambie, quiero ignorarte, ser un cadáver cada vez que estés a mi lado pero ahora solo te miro, quiero responder tus incógnitas.. ¿Quién eres? Dime, ¿Por qué a mi? ..Porque te diriges a mi con respeto si no soy nada, ah!¿ Eres un ángel o solo un farsante?, maldición! ……Manteniendo su mirada en el, alza su mano para poder acariciar ese rostro pero las cadenas le impiden, el sonido se presenta y su dolor vuelve…-¿Por qué?...-se detuvo, se guardo aquella incógnita, su voz dolorosa que despedazaba a quien le escuchaba, no dejaría caer la lagrima de su tristeza, no rogaría ni con el mirar que le soltara, no imploraría que las cadenas fueran liberadas de él, no pediría nada….- ¿Que esperas de mi? Dime, quieres que sea tu objeto sexual, una puta que solo este a tu merced….-con rabia ante las palabras sacaba, le mantenía la mirada fija y aun la sangre en sus manos, sin quejarse de dolor ni de nada, solo seria un espécimen silencioso ante el daño que recibe.“Si solo deseas eso, consúmeme, has lo que deseas pero deja que las cadenas desaparezcan, has conmigo lo que desees, así sea la puta a tus pies quita las cadenas que me matan de verlas, me destruyes dejándome ser mi propio prisionero.”
Mudo, ido con solo la imagen de él, alucinándolo con alas blancas, siendo cubierto por ellas mientras su voz le mecía, una voz suave y tierna, hablaba como si le brindara una estrella que le daría importancia a la apeste de su única existencia, que la luz que le hacia falta, él se la brindaría.. ¿Porque sus ojos me dicen? Quiéreme intensamente, por mas que te obligue lo hare, que el amor será un camino entre tu y yo, que el será mi estrella, la que me guiara, siendo un escudo que impida que el dolor llegue, que dependen de mi que sus sueños caigan, que si lo llego a amar, el me mostraría un cosmo diferente del infierno y del cielo, que será un cosmo hermoso, perfecto donde destierre el rencor, perdonar y olvidar es lo que desea que destroce de mis evocaciones para solo dedicarme a él y forjar evocaciones nuevos….Su mente era un baúl de pensamientos, pensamientos que parecían tener esperanza de continuar con ese nuevo destino, pero negándose, sin aceptar ese sendero, solo su rostro indiferente y con un intenso dolor ha de permanecer..
Pero todo se ha caído, se ha bajado a un pozo sin comprender nada, pierde sus sentidos, pierde su mirar, es como si la droga que le habían dado estuviera apenas haciendo efecto, dejando que el sonido de las cadenas se aplacaran, sangrando y eso no le importaba, el ardor que dominaba su templo era tragado sin quejarse, consumiéndose por completo en un silencio…Tras sentir que le tocaba se alejaba, sellándole con ese movimiento que no permitiría que le tocara… Pero ese rostro era diferente, él era como un verdadero ángel, quizás, solo quizás el desea cuidarlo…
Dejando la mirada en la nada, sin mirarle lo que hacia, solo sentía aquellas lamidas y de momento a otro se negaba, retirando sus manos al alcance de su tacto, así como su rostro, evitando que le tocara, sin decirle algo, solo dejando que las cadenas sonaran conforme se alejaba su cuerpo de el…Escuchándole…¿Por qué no me liberas? Me hiere mas la forma de como me encuentro ante a ti, solo quítame las cadenas puede que permanezca a tu lado si por ello has pagado pero suéltame, suéltame que el mas grande dolor es ser preso de mi mismo, suéltame, solo pido que me sueltes….Su mente suplicaba pero no hablaba, no decía ni una sola palabra, bajando el rostro con una tristeza que le diría a aquel que no le gusta estar así…
Viendo hacia arriba, como el camino podía marearle, se sentía enfermo, débil y sin salirse de ese trance, no quería ver mas allá que esas cadenas, solo veía las cadenas, su desnudez y todo lo que había sido ha desaparecido, se ha muerto el ave que eraahora ya no es nada….Como una palabra puede asesinarle por completo...”Nada” Eso era lo único que representaba, ni la suavidad de la cama podía hacer que su piel se consolara, ni el trato que tenia podía borrar el motivo de que estuviera ahí, y verlo a él era solo una cosa, un objeto cuyo precio fue lo que le hizo ser el, el dueño.
Su cuello había percibido un rose de labios que de inmediato se alejó, no permitiría que le tocara, rehusándose a sus caricias que unas eran inevitables, las cadenas le mantenían preso y así se quedaría por siempre…No sentía nada mas que una repudia mirada al frente, se odiaba a el mismo por verlo como un ángel, un farsante era, solo eso, su mascara de ángel se destrozaba conforme mas le acariciaba.“Eres mi custodio, valla forma de protección, solo seré el que guarde en tu lecho esperando que el placer te nazca y me hagas lo que desees, como una puta será mi papel, maldito ángel farsante que solo pecado tiene, quieres todo de mi pues tómalo con la misma frialdad que poseo, espera mi silencio, mi sequedad ante tus caricias porque así como me muestro ante ti así será por siempre”
Tomado, posado en una bañera ah!.. ”¿Porque haces esto?, ¿Porque me tratas con dulzura?, haces que me atormente mas sin saber que es lo que he hecho para que te fijaras en mi, dime, dime que quieres, haces que mis pensamientos, mi forma de verte cambie, quiero ignorarte, ser un cadáver cada vez que estés a mi lado pero ahora solo te miro, quiero responder tus incógnitas.. ¿Quién eres? Dime, ¿Por qué a mi? ..Porque te diriges a mi con respeto si no soy nada, ah!¿ Eres un ángel o solo un farsante?, maldición! ……Manteniendo su mirada en el, alza su mano para poder acariciar ese rostro pero las cadenas le impiden, el sonido se presenta y su dolor vuelve…-¿Por qué?...-se detuvo, se guardo aquella incógnita, su voz dolorosa que despedazaba a quien le escuchaba, no dejaría caer la lagrima de su tristeza, no rogaría ni con el mirar que le soltara, no imploraría que las cadenas fueran liberadas de él, no pediría nada….- ¿Que esperas de mi? Dime, quieres que sea tu objeto sexual, una puta que solo este a tu merced….-con rabia ante las palabras sacaba, le mantenía la mirada fija y aun la sangre en sus manos, sin quejarse de dolor ni de nada, solo seria un espécimen silencioso ante el daño que recibe.“Si solo deseas eso, consúmeme, has lo que deseas pero deja que las cadenas desaparezcan, has conmigo lo que desees, así sea la puta a tus pies quita las cadenas que me matan de verlas, me destruyes dejándome ser mi propio prisionero.”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
"Mi hermosa ave, que pides a gritos ser liberado, por favor, deja de mirarme así, deja de despreciarme. Quiero tocarte y sentirte, acariciarte suavemente hasta que tus heridas sanen. Solo deseo hacerte mio y darte todo aquello que no me dan. Déjame ser tu luz, recorrer todo aquel cuerpo con mi mirada, mientras te limpio las heridas que te han causado."
Su mirada era como un puñal en mi espalda. Pero intentaba que no me atormentara. Si no era yo, sería otra persona, quizá alguien aún peor. Quizá si hubiese dejado que la mujer le comprara, ella lo estaría usando ya para el acto sexual. Pero él estaba dañado, cansado. Demasiado drogado para poder hacer algo. Estaba sucio y mareado. Por esa razón deseaba ayudarle. Me miraba, y cada tanto veía odio, en otros momentos era una mirada perdida. Como si yo fuese irreal. Era una situación extraña, en la que el amo se convertía en siervo y esperaba por las peticiones. "Todo menos sacarte las cadenas mi ave, no puedo quitarlas, eres demasiado viejo, no quiero perderte, no te irás de mi lado." Pensaba con tristeza mientras acariciaba sus mejillas y chasqueaba los dientes cuando él se alejaba, negando con frustración.
-No se aleje... No le estoy haciendo daño, curaremos sus heridas, pero no se aleje... Decidme vuestro nombre, no deseo inventarle alguno.
Susurraba esperando, pero nada llegaba, su maldita oscuridad se propagaba por toda la sala, y se negaba a darme respuestas. Su mirada era deslumbrante de tristeza. Deseaba salir, quería ser libre pero. NO. "Eres mio, eres mio, haz hecho que me olvide de mi padre, haz provocado que sienta de todo. Haz hecho demasiado y ahora pagaras por ello. Serás mío. Estarás conmigo aunque no lo desees"
Repetía en mi mente, mientras chasqueaba los dientes, negando por como se comportaba, le tomé un poco de los cabellos, sin hacerle daño, solo para que me mirara y con deseo le bese uno de sus labios, el inferior propiamente, se lo tomé entre mis cerezas y con pasión se lo fui estirando, sujetándole con fuerzas, sin importarme que me mordiera o que se negara.
Y hasta pasado un rato, pude escuchar su voz. Hermoso sonido! Ah! Pero que manantial de esperanzas eran lo que tomaban mis orejas, un deleite inexorable. Como una maldita cicatriz, se había impregnado en mi piel, poseyéndome. Era un cuento infantil, donde me encontraba como la princesa egoísta. Terminaría perdiendo, los malos siempre pierden. No es así?
Y esa mano que se acercaba, quise dejarle, buscar que apoye aquella piel sobre la mía y gemir en el acto malévolo que me provocaba con furia. Pero como podía? quizá solo deseaba quebrarme el cuello. Mis ojos estaban tristes, entrecerrados con frustración. Simplemente no podía creer nada de lo que de sus acciones derivara. Tenía un miedo atroz por ser su alimento, por ser carne de cañón.
Y sus palabras que viajaban con el viento, me estaban volviendo completamente desquiciado, tanto, que sin poder evitarlo me metí a la bañera, desnudándome a medias me puse sobre el, apoyando la cabeza en su hombro, me quede quieto sobre aquel cuerpo, disfrutándolo, mientras escuchaba sus preguntas. Sintiendo el agua recorrer nuestros cuerpos, con un ligero temor. Pero era mas el placer que cualquier cosa.
-Quiero que este a mi mereced, pero por lo contrario no busco de vosotros que sea mi objeto sexual, mas bien quiero que se quede conmigo. Estoy solo, mi padre se ha ido a descansar debajo de la tierra y encuentro en vosotros una belleza y calma que me agrada. No se enoje, no es mi culpa que usted haya estado allí. Hubiese preferido que lo compre alguien mas malvado? Alguien que lo desee solo para eso?
Respondí a su pregunta con la misma franqueza de siempre, pasando mis manos por su cuello, estaba sin la camisa, ni los zapatos, solo tenía los pantalones puestos. No me los quería sacar, no deseaba que piense que lo haría mío ahí mismo. Claro que no. Ahora estaba limpiándole. Luego de olisquearle y pasar las yemas de mis dedos debajo de sus ojos, volví a limpiar; primero aquellas manos y pies, con delicadeza los curé y empecé a ponerle una tela suave, pasando por arriba una cinta para luego deslizar las cadenas allí arriba, de ese modo, dejaría de hacerle tanto daño. Hice los mismo con sus pies. Me mordía la lengua cada tanto, pues era una artesanía difícil de hacer y cada vez que lo terminaba le sonreía con amor. Buscando robarle besos en sus mejillas y frente. Era tan hermoso, su cabello largo y esos ojos extranjeros que no entendía como los podía tener. Tan claros, como diamantes sobre el cielo.
"Eres un ave caprichosa, buscas lo imposible en este mundo de mierda, donde solo la desesperación y el horror es lo que tenemos. Nunca encontrarás nada mas que dolor. Quédate conmigo y lo aminoraré. Te daré todo lo que desees, siempre que te quedes a mi lado lo tendrás todo y más"
-Muy bien, ahora ya no os dolerá. Me dirá vuestro nombre? Dese la vuelta, así le lavo el cabello. Os sentís mejor? Queréis comer?
Preguntaba mientras tomaba los enjuagues y sales, pasándolas por su cuerpo con sumo cuidado, sonrojándome cuando me acercaba a aquellas partes intimas, pero necesitaba lavarlo, sacarle aquella peste, ese olor que le habían dejado. Lo quería hermoso y limpio. Y luego le apoyaría sobre la cama y le traería de comer. Cuando termine de comer, pensaba en tener largas conversaciones. Pero me serían otorgadas? Apenas había hablado dos veces y veía muy lejano la posibilidad de que aquel hombre me desee como yo a él. Quería darle placer, ver su sonrisa, o al menos que aquella mirada de tristeza se opacara por una de, al menos, placer.
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
“Agua sedante haz que caiga solo a sus palabras, deja que sus ojos sean en verdad lo que dice y que me quite las ataduras, podre ser la muerte pero de la misma muerte se puede morir”
Todo seguía, transcurría sin aceptar sus toques, sin que le haga una mínima caricia, pero ah ¡Malditas cadenas! ¡Maldito, maldito, que solo de su placer vive y no ve más allá de este deseo un jodido dolor! Sin importarle que se molestara, que hiciera algo que le doliera, no le importaba nada más que esas cadenas que no podía borrar de su vista, lo único que la vesania le podría brindar era ese sonido anunciando que era preso de un ser que de palabras ha de tranquilizarle, como si asesinara los sonidos de las cadenas y su voz sea solo la que calme en los oídos, lentamente en espiral su voz indagaba, invitando a soñar, siendo un sueño blando y suave, destrozando un largo destierro el cual merecía y solo como manso buscando un descanso donde pueda ser ciego, mudo de la imagen de la muerte, haciendo obediente su propio templo, sus ojos confundidos que han podido vencer los dolores, el enojo, las lagrimas que se acumulaban en un llanto profundo del cual no relucía, persuadido de tristeza se llenan sus ojos de un brillo melancólico, naciendo antes para llorar que para ver, y él era su sueño, cuidándole con su hablar, sus caricias curaban las heridas transparentes, todo caía en torno a él, que la droga se ha transformado y lo único que le hace delirar es el, solo el….“Sigue hablando, calma mi ser, apacígualo con tu bella luz, destroza en mas susurros este silencio, y se mi droga, mi única esperanza para desterrar estos dolores” Ido, acompañado con pensamientos ¿De quién eran?... ¡Basta, basta!”Tu voz, ese hermoso encanto dulce combinado con acidez, ah! Solo habla, mata esos pensamientos porque de ellos me haces desear destrozarte por cómo me sigues teniendo, peor que a un animal ah! ¡Maldito, no sientas nada, no, no cállate! Esas palabras le comenzaron a atormentar, rehusándose a su acercamiento, sus cabellos sintió como una caricia dulce, que tan solo un gemido libero entre esos labios, yaciendo en su néctar un alto olvido, matando el silencio con la sensación más dulce, sin responder a ello, guardándose la sensación….”Mereces algo mas, eres un hermoso dueño, pero no el mío, entre mi pensamiento y mi deseo solo quiero algo, deshacerme de las cadenas”
Sintiendo su piel, desgarrándo profundamente, pareciese miles estacas clavadas en el templo, espinas que se han de incrustar sin piedad por el dolor, por el peso que se hacía de esas malditas cadenas que siempre estaban presentes. Jalando de ellas, como si fuera una pesadilla a la cual deseaba despertar pero un movimiento, un peso suave, esa sensación extraña, algo que jamás había sentido, una confusión al tenerlo en el pecho, porque el calmaba todo de repente, permaneciendo inmóvil, como de piedra ha de ser, fría y dura, donde parecía ser el mar que recorra de ella para hacerla sentir, era una repleta enigma….
“Te escucho en un claro, me invitas a volar para desaparecer la jaula, tomándome de la mano para que jamás escape a pesar de ser libre” Labios que de una miel están disfrutando, desde aquel beso estaba consiente al fin de lo que le rodeaba, nadie había llegado a tocar el vacio de esa manera, no esperaba aquellas palabras que otro gemido se hizo presente.- No hubiese querido nada si de eso se tratara, dime, ¿Que deseas que haga por ti?-Su voz no cambiaba, el mismo tono, de un dolor, un sufrimiento…-Pagare mi libertad con lo que me pidas-continuo, mirando aquellos ojos, ojos que le mostraban la verdad, sintiendo su piel tibia ¿Por qué? …El templo no reaccionaba a sus toques, pero por dentro alteraba todo, cerrando los ojos tras sentir sus yemas por debajo de ellos, al mismo instante que le retiraba los abría, sin comprender porque realizaba ese acto de amabilidad….-mm-se aguanto pero ese quejido tras tocar sus manos y pies desprendió, le dolía demasiado, sintiendo la suavidad de la tela podía regenerarse su piel lastimada, la que solo adornaban con carmesí, quedándose como estatua, mirándole como si en verdad algo mas deseara de él y no solo el acto sexual.”No, no dejes que vea esa sonrisa, haces que desee darte un beso” Girando su mirada para dejar de verle, y más por los besos que le daba, que solo pensó…”Te prometo que no me iré de tu lado hasta que me lo pidas, mientras este contigo me desvelare por cuidarte, te protegeré pequeño querubín”
Al estar viéndole, observando cada detalle cariñoso, el ave comprendió que aceptara ser el cielo para estar juntos, se aferrara a él hasta que de los labios ajenos lea y escuche “Puedes irte” Así se ira de su lado, cubriendo su único ser con solo un recuerdo “El”
Sus labios se iban a mover con lentitud pero solo escuchaba, dejando que sus encantadoras manos le tocaran para limpiarle, dándose la vuelta, disfrutando demasiado que al sentir sus manos en su intimidad con un susurro libero.-Nicolás, ese es mi nombre….-el calor podía presenciar de ambas pieles que se tornan incesante siendo solo una seducción por el joven, que se giro para poder verle.- ¿Cómo le llamare?...-Aceptando que ya es de él pero nunca le dirá Amo si es lo que espera que le dijera…Pero de algo es seguro, "Tu como ángel caíste a salvarme, que desde este momento, cuidare de ti, así lo hare porque supe que era mi destino, seré tu guardián pequeño querubín”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
"No quiero soltarte, te deseo, te añoro, eres como el cielo que no puedo ver. Quiero ser tu ángel, darte todo y que me des todo. Tenerte entre mis brazos cuando duermas, besarte suavemente cuando tus lagrimas de sangre caigan por la tristeza que alberga tu corazón"
Pero que tragedia era ver sus lágrimas carraspeando por salir! Era como una pintura al óleo a la cual le estaban tirando gotas de agua y se iba deformando. Tan triste, con esa amargura acumulada y que yo solo quería curar. Quería aminorar aquella mirada que me dejaba tonto; que me hacía sentir casi humano. Con esta belleza que mi cuerpo había formado, mis labios rosados y mis mejillas sonrojadas, casi humanas. Mientras me depositaba en su pecho, mientras me tiraba a la jaula del león.
"Te busco como la luna busca al sol, corriendo tras él, buscando un eclipse total. Unirme a ti completamente, quedarme pegado a tu ser como si no hubiese un mañana, prolongando los tiempos, rompiendo los relojes. Estar contigo por toda una eternidad, mi amor"
El sonido mas hermoso que había oído jamás, un suave gemido al tacto; una espiral en el aire, me hizo delirar, simplemente, pensé que me caería desde una montaña. Mis labios se abrieron como una 'O' sorprendido; tanto que mis manos no tuvieron tiempo de ir a tapar mis cerezas, simplemente me había quedado paralizado ante su hermosura, ante aquella belleza que no dejaba de sorprenderme, le quería perseguir, le quería ver en cada momento; cada palabra que largaba, cada movimiento que hacía. Todo era un mundo para mi; era como algo nuevo, algo que jamás había visto. -Ahh... Pero Monsieur, eso no es mi culpa; yo solo le compre; no le llevé allí... Que deseo; yo solo deseo que os quedéis aquí; compañía. Le gusta hablar? Me encanta hablar de cosas. Podríamos tener una larga conversación luego del baño, no cree?
En un hilo de voz sacaba mis palabras hacía su oreja, pasando mi mano por su cuello, por su hombro. Suave y lentamente le limpiaba la piel, dejándola lisa, sacando aquel sudor que tenía impregnado. Quitando todo el barro en sus pies, le dejaba jabonoso y le ponía mas sales relajantes en el agua, solo para que se sintiese mas cómodo, mas templado y tranquilo. Paciente y relajado, me comportaba como un señorito con él. No quería ahuyentarlo y de algún modo, me estaba convenciendo de sacarle las cadenas. Pero eso no sería prudente... Tenía frente a mi a un viejo vampiro; quien podría estar jugando con mis sentimientos, haciendo que crea que no se irá; pero en cuanto le suelte desaparecería como el agua que se hacía humedad y viajaba por los cielos sin ser vista.
-...Duele mucho? Ah! Lo siento tanto, lo intento hacer con cuidado pero soy un poco torpe con estas cosas. Buf~
Cuando le vi girar la cabeza ante mi sonrisa le empecé a hablar, pues me sentía algo deprimido de que no deseara verme sonreír. Siempre había escuchado que mi sonrisa era linda; que era agradable y calmada, pero el no parecía pensar lo mismo o al menos no lo daba a entender con ningún gesto. Aunque quizá solo era que al ser tan viejo, sus movimientos faciales se iban haciendo menos evidentes; mas duros, mas fríos. Era increíble, como de cada cosa que me sorprendía me hacía un mundo; me ponía a pensar y pensar en que cosas le estaban pasando, que era lo que le ocurría. Era uno de esos momentos en los que quería leer su mente a como de lugar. Sacarle a los golpes las palabras que con evidencia no quería soltar. Pero no. No debía ponerse agresivo, no quería asustarlo. No quería mostrar mi ira, mi egoísmo con el. Aunque era fácilmente notable, pues le estaba obligando a quedarse conmigo, pero al menos tenía la excusa del "dinero".
-Nicolás... Nombre francés; sabéis, he leído un libro de nombres y el de vosotros dice que viene del griego, significa victoria. es un nombre glorioso y bonito; me agrada...
Le decía al tiempo que iba peinando sus cabellos sacando toda suciedad que pudiese tener y cuando al fin había terminado, le pedí con una mano que se levantase, apoyando la mano en su espalda, para que así se vaya levantando; pasando agua limpia por su cuerpo para sacar el jabón que podría haber quedado. Era alto, bello y con el cuerpo fino y esbelto, le miraba desde apenas unos centímetros mas por lo bajo; aquello me molestaba, me hubiese gustado ser al menos de la misma altura, pero tampoco lo consideraba un problema. Moví mi cabeza hacia un lado y me lo quedé observando, dejando mis ojos fijos en los ajenos, como si buscara algo, aunque en realidad no había nada que encontrar, mas que el puro cielo que me regalaba. Mas que el todo, mas que la nada. Era como una estrella a punto de explotar, a punto de chuparme; a punto de hacer que me convierta solo de él.
-Me llamo Kim Hero Jaejoong, podéis decirme como quieras; que tal si me ponéis un seudónimo? Significa esto, que se quedará conmigo? Queréis que charlemos un rato, mientras cena?
Había agarrado una enorme toalla y estirándome en puntas de pies le había pasado aquella toalla de las mas ligeras que tenía por sus hombros, luego una mas pequeña en su cabeza y otra rodeando su cintura, riendo por como le hacía que le había dejado completamente entoallado. Me salí de allí y me apoyé en la alfombra que nos rodeaba tomando apenas un poquito al otro para que viniese y así poder secarle con cuidado. Me deleité en sus cabellos y con esa misma toalla le limpie las orejas, riendo y sonriendo casi sobre su rostro, pues tenía que acercarme y estirarme para poder hacerlo. Luego le termine de secar un poco mas los pies y piernas y poniéndome detrás de él, le empujaba con dulzura hacia la habitación.
-Me tengo que cambiar, estoy todo empapado, pero he hecho traer finísimas ropas para vosotros, seguro que le gustarán Monsieur Nicolás...
"Y así el conejo busca que un cuervo se enamore de el. Deseándole con pasión, tratándolo como a ningún otro, el conejo se arrastra por el piso, lenta y seductoramente. Torturándose a si mismo, dándolo todo, por un amor que no cree capaz de encontrar"
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
"Aun cuando la lluvia se escurrió entre los dedos, y los dedos capturaron al humo en el sueño. No sabíamos nada."
El dolor era suprimido, parecían ser caricias dulces, todo lo que emanaba era suave e invitaba a hundirse en una tranquilidad suprema, secretos era todo ese ser, ya no importaba nada más que siguiera con sus encantos, ya no sentía el mártir en sus manos ni pies, aunque las cadenas eran mostradas y eso destrozaba toda paz pero al verlo de nuevo tranquilizaba todo….-No le culpo de lo que sucedió, ni he culpado de que haya caído en sus manos…-a plena dificultad podía liberar su voz, le dolía la garganta, quemaba con fuerzas que el sonido era doloroso…-No me gusta hablar pero si eso desea lo haré…-“Te daré todo, si deseas hablar, abrazar, besar y si anhelas tanto estar conmigo, eso lo tendrás, esa será mi deuda hacia ti”…Completaba sus palabras, su voz hacia vibrar intensamente, tenerlo demasiado cerca que era imposible sentir algo, como si sus alas de ángel le acobijaran a su lado, detonando la atención con un encanto que no se podía explicar…
Realmente relajado, dejando su templo a su merced, que no podía mirarle cuando sonreía, dejando el mirar lejos de ese mar alegre, sintiendo la espuma y recordando esos labios de cielo, las lagrimas no desearon salirse, parecía el timbre de su propia voz una balada triste, un enigma que jamás será comprendido….El agua, la espuma las fragancias hermosas giraban por todo lugar, recordándole estar en un jardín repleto de esencias luminosas y radiantes, sin dejar de pensar: “Parece que tienes un corazón bondadoso, pequeño niño que le aterra permanecer solo, te miro y veo solo alegría, estabas sobre mi pecho intacto, lucias tierno que eso es lo que me hiere, siento rosas, claveles y lluvia de flores sobre tus manos, llevándome a ensoñar que solo a tu lado podre estar bien”…Cada pensamiento flotado, cada palabra era una confusión, le escuchaba y de nuevo esa voz era lo que le liberaba de las mismas cadenas….- Ha dejado de dolor..-musitaba, observando el tono de su piel, como la debilidad era brillosa ante ella que tras sentir sus cabellos tocados, inclino un poco la cabeza…”Nunca permití que tocaran mis cabellos ya que era como tocar mi misma esencia” Sin poder decir algo, seguía dejando que le limpiara y sin poder soportar solo una desfigurada lagrima se desvaneció de su ojo….-Y como vera el nombre no debió ser mío….-Comenzando a viajar en el pasado, aquella palabra “Victoria” Jamás se había pintado en él, no hubo nada que simplemente derrotas, daño y sin esperanza….
Observando la mano ajena después de salir en ese recuerdo, con lentitud se levanto aun estaba débil, no le habían alimentado y solo lucia como la miseria que era…-¿Sucede algo?...-Dejando posar las pupilas en las ajenas, como si de su mirada fuera lo único que haría desde ese momento….”Vuestros ojos son mis lunas luneras... ¡Deseo que sonrías!..Sonríe para saber que el sol de nuevo veo, brilla con divinidad que estoy a punto de caer”…
-Joven Jaejoong…-fue lo único que sus labios pudieron decir, aquel nombre era bello pero al escucharlo de sus labios hizo que la mirada se tornara profunda, tan profunda que deseaba besarle repitiendo aquel nombre…-Le hare compañía…-No podía evitar la tristeza, era como su propia sombra, sus reflejos y todo que dominaba con melancolía, sin mirar como las toallas eran colocadas sobre su templo y verlo era como si estuviera feliz de que estuviera con el….
Elevando una pierna para sacar el pie de la bañera, y así la otra realizo el mismo movimiento, estando mas perdido, sumido en la confusión de ¿Qué era todo esto? …Viendo como le secaba. Sintiendo la tela de la toalla en su piel, que de un momento deseaba girarse para ver a donde se había ido, que de inmediato sintió un suave empujón que sin pensarlo se movió, dando inicio de un sendero a donde permanecería ahora en adelante…
Terminando de dar pasos que al escucharle se dirigió a él, deseándole dar un abrazo pero como avanzo cayo desmayado, llevándose a sus tímpanos “Monsieur Nicolás”...Un canto de la miel con esas palabras, un derrito aprecio acariciaba, un néctar que embriagaba a aquella momia de la luz del paraíso y un gemido tras el golpe, entre cerrando sus ojos que no dejo de mirarle y quedo solo de esa manera…”Te veo como una estrella casta, miel es tu epopeya de querer, y como mi compañía lo que necesito ahora para no permanecer muerto sin verte es el alma, la sangre de tu doliente cuello, quizás condesado de otro espíritu, eres un ángel para ser verdadero, darme el divino licor de la humanidad, una armoniosa carne, se mi alimento esta noche, se mi secreto y siente mi beso con un grito dulcísimo, regálame el licor de la esperanza y deja que el licor nos una”
A punto de perder la noción, sus caricias habían apaciguado el dolor pero se olvido de lo que era esencial, de la sangre que es lo que podrá revivir al mar para ser otra vez azotado….
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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"Sonrisas son lo que haces salir de mi, sigue, sígueme hablando de esta manera, estas robando todo. Y lo que no lo robas te lo regalo. Eres la flor mas bella que he visto jamás, la única flor seca que aún conserva su vitalidad"
Y cual niño complacido mis sonrisas eran placenteras, llenas de vida, llenas de pasión. Quería darle todo y más. Le miraba y mis dedos temblaban. Mordía mis labios con el hermoso deseo de abrazarlo y no separarme nunca de él. Asintiendo a sus palabras, agradando el hecho de que no me culpara. Era raro, hasta hace unos momentos el de verdad parecía que me echaba la culpa; pero de repente, como si los planetas se alinearan, su voz fue mas tranquila, mas relajada cuando me miraba. Y me provocaba asentir con ganas, mirándole fijamente. Quería hablar, quería hablar mucho, pero primero tenía que alimentarse. No quería dejarlo chupado ni algo de ese modo. Pero estaba fascinado con ese hombre. Desearía que beba mi propia sangre con tal de tenerlo un poco mas a mi lado.
-Es que deseo conversar, no queréis tener una larga conversación? Podríamos discutir cosas no personales, vosotros sabéis de cosas? Quizá me podríais enseñar algo. Yo no sé muchas cosas!
Explicaba mientras mis dedos y yemas se hacían con su cuero cabelludo, alisando su cabello, mientras el agua hacía el efecto de que tuviese el pelo mas y mas largo. Tan rubio, tan hermoso; me relamía los labios y con cuidado le olisqueaba, sonrojándome por aquella acción meramente perversa de mi parte. Es que no podía evitar querer olerlo, tocarlo, sentirlo. Asintiendo en un lado de cabeza cuando decía que ya no dolía. Esperando al fin terminar para poder verlo hermosamente parado. Negando por sus palabras tristes, que en realidad no sabía como actuar ante ellas. Solo podía observarle con un brillo inexplicable, solo podía soltar alegría sobre el. Necesidad, buscando que se embriague de mi.
"Dejo car mi tumba sobre ti. Tu serás quien me arrebata la vida. Me dejaré en tus manos, quiébrame, quítame lo que quieras. Seré solo tu ángel, tu protector. Por que no deseo que nadie te lastima mas que yo mismo"
-Ah! No sucede nada, solo estaba admirando vuestra blancura. Le traerán ya pero ya, ahora mismo~ Un hombre para que bebáis lo que deseéis, os pediría... Que si puede no matarlo mejor. Pero no habrá problemas si eso hace.
Pero tras decir esas palabras le vi cayendo. Se estaba desmoronando y mis ojos como dos faroles asustadizos empezaron a mirar a un lado y al otro, aún no habían llegado con el hombre y aquel bello rubio de ojos color cielo se había caído frente a mi. Corriendo y con un tropezón había dejado mi cuerpo debajo de su cabeza, pero había sido algo bruto, con lo que me había raspado apenas. Pero pronto curaría. Mis dos manos fueron a sus mejillas y mirándole a los ojos. Mis lágrimas se formaban y abría la boca tras un leve gimoteo. Por que le pasaba aquello? Desde cuando no se alimentaba?
"No puedes tener la primer muerte frente a mí. Bebe de mi cuerpo, sácame todo, pues todo estoy te lo regalo. Te regalo mi sangre, mi cuerpo y mi alma, haz lo que quieras con el. Simplemente abre tus ojos una vez mas, para que pueda admirar el cielo del amanecer."
Pasaba mis piernas a un lado y al otro del ajeno, abrazando su cabeza lo llevaba a mi cuello, pero estaba casi desmayado, tenía que incentivarlo, no podía esperar a que reaccionara solo. Y sin ninguna clase de sentimiento de por medio apoyé mis afiladas uñas en el cuello y de un raspón empecé a desgarrarme. Un gimoteo agudo y doloroso salió de mis labios y con la misma rapidez apoyé los dedos a los lados de la mandíbula ajena y abriendo su boca la posé en mi cuello. Abrazándole le mantenía pegado a mi cuerpo, apretujandolo, esperando que la lengua y colmillos reaccionaran. Al fin y al cabo los vampiros eramos como animales. Teníamos el instinto al beber sangre, como el de un animal hambriento. Estaba seguro que pronto le sentiría atravesar mi carne con sus largos colmillos. Y mis manos pasaban por su espalda, retirando esa toalla de su cabeza que se iba cayendo, pasando mis dedos por allí, sujetándole fuerte para que no salga de lo que le proveería volver a la vida.
-... Queréis chuparme hasta matarme? Por favor, sería un honor morir en tus brazos. Destrózame, quita mi sangre hasta que nada mas quede de mi. Haz de mi sangre tu festín. Me sentiré honrado cuando sienta que mi existencia se va en tus labios. Por favor, bebe, bebe.
"Te suplico que me mates, te pido que te lleves de mi todo. Déjame ser parte de ti mismo, deja que toda mi sangre recorra tu cuerpo. Será el regalo mas grande que me des en toda mi vida"
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“Has limpiado al demonio oculto, tus manos son como un suave infierno, tu un ángel desconocido que cae a las redes de una tristeza, te apiadas del sufrimiento y deseas curar heridas que jamás sanaran, quizás ahora seas tú mi misma soledad”
Manos lejanas que seguían tanteando, el vapor que arropaba, esos dedos con suaves movimientos desprendidos en su cabellera, como un semidormido que se deja vencer ante la tranquilidad que se presenciaba, el aroma del jabón y el champú eran caricias blandas como si transparentara la adoración por la piel que brillaba a través del agua que le era recorrida con calma absoluta, las gotas descendiendo completamente de su pecho, el rostro decorado con la espuma que el joven realizaba al tallarle la cabeza… Todo con zalamería percibía, notando sin mencionarle que no siguiera olfateando pero todo era por sentirlo desconocido, se sentía realmente melancólico por ver cómo era tratado…
Débilmente permanecía de pie, sin poder detener su mirada, esos ojos que mostraban la belleza del amanecer, un perdido y olvidado amanecer naciente…-Lo que me pida es lo que hare, le enseñare si es lo que desea y si una infinita conversación me pidiera le complacería, le he dado mi compañía como pago…. -Sus pasos eran tomados, la voz con voz firme de sus palabras, el tono grave llevando siempre el habla de un ser seducido por sus mismas expresiones…
Aquella voz como eco sonó al momento de caer, sin realizar algún movimiento por detener la caída, perdió la poca fuerza que se termino tras el gemido por el golpe….Su vacio con un gesto de una desconocida sonrisa percibía al sentir su presencia debajo de su cabeza, y entregándose a la perdida de la noción, sintiendo como si de nuevo aquella droga le fuese aplicada, permaneciendo posando sobre su templo, quedándose con el toque en sus mejillas que al verle dejo el rostro caer dejando que sus ojos se cerraran por completo…
Nuevamente siendo llevado a un olvido, la tristeza que no cesaba, un imaginario suspiro perdido, llevando el reflejo de sol que duele, sin desear vivir y solo irse con la luz que aquella oscuridad le mostraba a lo lejos, doliente era todo, un destino sin fin, un cuerpo que sin fuerza se dejo vencer al primer paso, frio totalmente, el tono de su piel muerta, mediocre por el tono que le daba, pensando que esto era el inicio de su castigo, escapándose la vida como un rio , una calamidad era el único destino, un futuro que terminara en su muerte después de haber sido liberado….Pero ese rostro joven siempre llevaría…
A duras penas podía sentir, pero percibía que le quemaba un dolor supremo que le dominaba, la piel ajena parecía apaciguar un poco el daño, acomodado como un esqueleto sobre una tumba, que mas divina tumba era, era ese templo bello que como estatua lucia, y como la esperanza teñida sedienta comenzó a delirar por una gota…
La exquisita fragancia que percibía, un sabor mejor que el añejo de un vino…Que muerte perdida, cayendo a los brazos del ángel mentiroso, posados sus labios al cuello, su boca se abrió y con la ayuda ajena comenzó a saborear la linfa, dulce y melosa fue recorrida a su vacio, como hilos se esparcían por completo…Gozando la linfa, gemidos profundos desprendidos de su boca, plagando la pasión en todos los sentidos, entre un abrazo, manchando sus labios de un color purpura tibia, deslizando la linfa en la boca, devorando la piel delicada, deseando mas que una mordida le fue incrustada, yaciendo en su cuello como una bestia aferrándose a la existencia de la maldición sangrienta…Mordiendo hasta sacar todo jugo, no le es suficiente que sus manos se van acoplando al templo, presionándole mientras bebe con desespero, sin escuchar nada más que el sonido que producía al tragar la bebida carmesí…
Bestia desgarrándole, colmillos destrozando la suavidad, su lengua absorbe gota a gota, sediento, faculta la existencia de ese joven, aumentando la sed en las papilas de la lengua, un beso es todo lo que produce este amanecer delirante…
“Amanecer mío, estoy devorando el sol naciente de tu piel, me aferro a la linfa que de luz me sacie, matarte es mi beso tan efímero como mi gemido”
Las tinieblas efímeras que se presentan ante la lejanía del templo ajeno, se aferra desesperadamente y un gruñido feroz ha liberado, le están alejando de su cuello, alguien le toma y le trata de alejar pero este no le suelta, gruñe como alimaña aclamando mas, deseando que vuelva ese amanecer a los labios, esos aromas de su piel que envuelven con locura, el contacto de esas manos una lujuria domina y ese perfume que embriaga hace que le abrace, ocultándose entre sus pieles hasta disecarle…-Grrrrrr!!!!!!!....-Gruñía por desear mas, ese templo en sus manos estaba hecho un manjar, quería morder hasta dejar sus colmillos satisfechos,. Su garganta anhelaba mas gemidos por el quemazón que la linfa le provocaba, solo esperaba un momento para finalizarlo con un beso silencioso pero le eran alejado de todo ese anhelo por apaciguar la llama de su garganta….
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
“Déjame ser todo lo que te falta. Quiero ser la cura y la enfermedad. Este es un mundo que no dejará nuestras alas separarse. Crees en el destino?”
Es que era el aroma de la vida y la muerte, un aroma que me arropaba y me resultaba conocido, como un aroma que siempre hubiese buscado, pero que nunca encontraba. Que no sabía cómo era pero podía reconocerlo perfectamente. Era ese el aroma… El aroma que solo él podía tener y que nadie igualaría jamás. Le sonreía en el calmo caminar, acurrucándome suavemente en lo que asentía, mirándole de reojo me perdía en esos ojos color cielo. Feliz por saber que había cedido, que ahora tendría a un compañero. Realmente no sabía si el aguantaría mi presencia. Pero no me costaba nada intentarlo… Quizá me costaba mis sentimientos, mi sufrimiento y mi amor. Pero no era algo que realmente me afectara, no me importaba perderlo todo por él. Al fin y al cabo me resultaba más atractivo que nadie que había conocido, no era solo su mirar, su caminar o su habla. Era algo más, que simplemente no podía ver físicamente.
Pero la desesperación culminaba en todo mi ser al verlo desmayado y con los ojos cerrados, miraba a un lado y al otro, las manos me temblaban. No había nadie cerca, los sirvientes no llegaban para hacerlos alimento. Pero mi cuerpo serviría de ello, si, le dejaría beberme todo, dejaría que me mate en sus brazos, lenta y apaciblemente, buscaba que me chupe hasta la última gota de mi néctar. Sus brazos rodeándome eran los más perfectos que había sentido jamás. Las cercas del infierno, era imposible escapar, jadeaba suavemente, mis dedos se clavaban en su espalda, el abrazo se hacía latente, mis lágrimas recorrían el borde de mis ojos, mientras los gimoteos se hacían presentes. Me iba a morir sin poder realmente conocerle… No iba a poder hablar nunca más con él? Qué sería de mí si él me terminaba de succionar hasta la última gota? No deseaba… Morir, pero es que en sus manos todo se hacía ideal. Era la muerte perfecta, la más sabrosa y más deseada. Un gritillo salió al sentir sus colmillos, me retorcía entre sus brazos, aclamaba que bebiera con ganas, sentía el desgarre en mi cuello. Sabía que tardaría en sanar. Pero no me importaba… Simplemente no creía necesario que necesitara sanar, la sangre salía demasiado rápido, me sentía tan débil que mis ojos se iban cerrando.
-A-ahh!! Mmrgh… M-morir en vuestros b-brazos sería un placer divino.
El susurro salía suave y lento de mis labios, temblando, pasando las manos por su nuca, le acariciaba con ternura, le sentía el rico aroma del baño, la piel suave y tersa, de repente, sentía el lento calor en su cuerpo, se estaba llenando con mi sangre y la calidez de hacía presente. Era tan cómodo, tan dulce, mis ojos se terminaban por cerrar y los jadeos salían suavemente. Me abrazaba, me sujetaba cuando algo nos separaba. Obligado a abrir las orbes, mareado, le veía lejos. El sirviente con las ropas lo había detenido, por qué?! Por qué no me había dejado morir?! Es que no entendía la felicidad que estaba sintiendo? Era algo en todo ese mundo! Me sentía útil para alguien. De mis ojos caía una lágrima en cada lado, chochando contra la tela de mi pijama. Intentaba levantarme pero solo no podía y arrastrando mi cuerpo hacia la cama, me sujeté de ella, observando aquellos labios ajenos. Solo una sonrisa le podía regalar. No estaba enojado, no sentía más que una extrema felicidad.
-A-ayudadlo a vestirse… Iré por una copa, mrgh… No, no iré por nada, no puedo, traedme dos copas, un vino añejo… Ahh…
Me subía a la cama, y quedaba temblando sobre ella, observando como los sirvientes desconcertados, cambiaban al vampiro; poco a poco le iban poniendo el pantalón y la camisa de seda. Había uno que le limpiaba los labios, tenían miedo, pero más miedo tenían de quedarse sin trabajo y hogar. Asentía por lo que iban haciendo, hasta ver como intentaban que vaya a la cama. Mi sonrisa relucía, mi mano se estiraba y lo llamaba, lo quería sentir, lo quería tocar. Mi dulce y bello Nicolás era mi victoria, era el rey de mi reino. El otro brazo se volvía a estirar y ambos quedaban de ese modo, buscando que vaya entre ellos. Mi sonrisa aclamaba por él, mis piernas se movían suavemente de lado a lado, mi piel estaba demasiado blanca, estaba pálido, hecho un saco de huesos. Pero no quería irme a alimentar, no quería hacer otra cosa que estar con él. Tanto era lo que lo había llegado a apreciar? Que el solo hecho de no mirarlo me hacía mal?
“Déjame ser tu princesa, déjame abrazarte con fuerzas, mantenerte entre mis brazos mientras el tiempo pasa infinitamente a nuestro lado. Quiero besarte, amarte, sentir mi cuerpo pegado al tuyo en el día y en la noche. Seamos dos cuerpos con un solo alma. No eres tú la cosa más maravillosa del mundo? “
-V-venid… Venid a mis brazos bello cuervo, os acariciaré mientras espero a que relajéis el cuerpo, tenéis ganas de beber un poco de vino, yo prefiero el whisky, pero por vosotros tomaré una copa de vino. El… Amanecer pronto llegará, deberíamos ir a dormir, dormiréis conmigo, no? No me dejaréis solo… O si?
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
"Fuiste una viva llama roja que resplandecía con ferocidad"
Soñando con alcanzar el sol pero no sabía que podía quemar demasiado en su templo, deseaba recoger las esencias de todas las rosas ignorando que las espinas de sus colmillos destrozaran ese encanto, quería llegar lejos, adentrarse a ese color teñido sin encontrar el final del sendero rojizo, el sonido de su sangre derramada, el verdugo de un corazón deshabitado se llenaba de linfa preciosa, olvidándose en el pleno fuego, aferrándose como a un amante que desea ser llenado por completo de él, apreciando la forma en la que le encierra en sus brazos, disfrutando las manos en su nuca que el silencio se carbonizaba, esos inmaculados latidos se presenciaban, la aura estaba viva pero no soltaba a ese querubín que le entregaba la vida…
Ahora su templo está siendo acariciado por el flujo de ese ser, entre la vida y muerte paso a ser una ardiente locura, extasiándose por la forma en la que quemaba, pero ese querubín no se detiene en mirarle, se da cuenta la forma en la que esos ojos se posan en el, sintiendo una tragedia por esa mirada, extraviándose en su misma debilidad, pero le alejan, sigue siendo arrastrado, sus colmillos desnudaron la piel, se quedo con el aliento perdido, saboreándose los labios con exquisitez que la lengua no dejaba de posarse en los labios con sumo fervor, cuerpos que del rostro eran desconocidos, siento el calor de esa voz, el abismo de su mirar, endulzándose que en verdad de una rosa había bebido…
Por unos momentos se movía de esas manos, quería ir por mas pero aquella forma en la que se sujetaba, hablaba y su debilidad destellaba en el querubín le incitaron a bajar el rostro, percibiendo aun la linfa recorrerle el vacio, sus entrañas devoraba, negando, molesto de haber caído a ese templo, ver como sonreía y mostraba un placer…. Sintiendo las prendas finas, la suavidad de la tela era de las que le gustaba, pero un movimiento y no dejo que le siguieran vistiendo, solo del pantalón y la camisa sobre puesta se quedo, le molestaba que le tocaran, no permitió mas la cercanía que se alejo tras ver esos brazos que pedían que le abrazara…-No deseo nada, como puede llamarme bello, desprender esa sonrisa hermosa de su rostro, alabar esta maldición teñida de linfas florecientes… ¡Mirarse, solo mirarse como le he dejado! ¿Acaso no se ha dado cuenta que matarle era lo único que deseaba? …-Sus palabras mostrando el odio de sí mismo, abrazándole que se dejo inclinar ante él, sin alzarle de la cama, tomando la cabeza ajena por detrás…-¿Por qué, porque aun así desea que me quede a su lado?...-Negando que con la mano liberada le tomo de las piernas y le alzo acomodándole en el lecho bajo las sabanas…-Solo basta con que me lo pida, dígame que me quede en este lecho bajo sus brazos, lo que desee pídemelo y se lo daré, ahora más que nada le pagare con mi propia vida….-le miraba que sin importarle las demás presencia se quedó cercano a sus labios.- Si me pidiera un beso, una caricia, una palabra…-entre susurros- se lo brindaría….-pareciese que su linfa le había seducido de tal forma que el odio crecía tras aceptar en esas palabras que le obedecería en todo lo que le demandara, esa era la forma de como pagaría por haberle convertido su existencia en un mediocre juego..-Si me tiene aquí para que sea complacido de inmediato desalojo la estancia…-alejándose de la peligrosidad de sus labios, la carnosidad que aclamaba ser probada, dejando que el significado de su presencia fuese clara, el estaba ahí para no deberle nada a nadie mucho menos a él…
Su templo se movía, siendo sus pies los que sientan el piso con suavidad, sin perderle de vista, su cabeza se ha inclinado con la mano alzada a su pecho…-Me retiro, mi presencia no es necesaria…-se giro emprendiendo los pasos que se dirigía hacia la puerta para retirarse de ahí…
Ahora su templo está siendo acariciado por el flujo de ese ser, entre la vida y muerte paso a ser una ardiente locura, extasiándose por la forma en la que quemaba, pero ese querubín no se detiene en mirarle, se da cuenta la forma en la que esos ojos se posan en el, sintiendo una tragedia por esa mirada, extraviándose en su misma debilidad, pero le alejan, sigue siendo arrastrado, sus colmillos desnudaron la piel, se quedo con el aliento perdido, saboreándose los labios con exquisitez que la lengua no dejaba de posarse en los labios con sumo fervor, cuerpos que del rostro eran desconocidos, siento el calor de esa voz, el abismo de su mirar, endulzándose que en verdad de una rosa había bebido…
Por unos momentos se movía de esas manos, quería ir por mas pero aquella forma en la que se sujetaba, hablaba y su debilidad destellaba en el querubín le incitaron a bajar el rostro, percibiendo aun la linfa recorrerle el vacio, sus entrañas devoraba, negando, molesto de haber caído a ese templo, ver como sonreía y mostraba un placer…. Sintiendo las prendas finas, la suavidad de la tela era de las que le gustaba, pero un movimiento y no dejo que le siguieran vistiendo, solo del pantalón y la camisa sobre puesta se quedo, le molestaba que le tocaran, no permitió mas la cercanía que se alejo tras ver esos brazos que pedían que le abrazara…-No deseo nada, como puede llamarme bello, desprender esa sonrisa hermosa de su rostro, alabar esta maldición teñida de linfas florecientes… ¡Mirarse, solo mirarse como le he dejado! ¿Acaso no se ha dado cuenta que matarle era lo único que deseaba? …-Sus palabras mostrando el odio de sí mismo, abrazándole que se dejo inclinar ante él, sin alzarle de la cama, tomando la cabeza ajena por detrás…-¿Por qué, porque aun así desea que me quede a su lado?...-Negando que con la mano liberada le tomo de las piernas y le alzo acomodándole en el lecho bajo las sabanas…-Solo basta con que me lo pida, dígame que me quede en este lecho bajo sus brazos, lo que desee pídemelo y se lo daré, ahora más que nada le pagare con mi propia vida….-le miraba que sin importarle las demás presencia se quedó cercano a sus labios.- Si me pidiera un beso, una caricia, una palabra…-entre susurros- se lo brindaría….-pareciese que su linfa le había seducido de tal forma que el odio crecía tras aceptar en esas palabras que le obedecería en todo lo que le demandara, esa era la forma de como pagaría por haberle convertido su existencia en un mediocre juego..-Si me tiene aquí para que sea complacido de inmediato desalojo la estancia…-alejándose de la peligrosidad de sus labios, la carnosidad que aclamaba ser probada, dejando que el significado de su presencia fuese clara, el estaba ahí para no deberle nada a nadie mucho menos a él…
Su templo se movía, siendo sus pies los que sientan el piso con suavidad, sin perderle de vista, su cabeza se ha inclinado con la mano alzada a su pecho…-Me retiro, mi presencia no es necesaria…-se giro emprendiendo los pasos que se dirigía hacia la puerta para retirarse de ahí…
“Soy el servidor de la rosa rojiza, con vuestro aliento brindarme las ordenes que como fiel vampiro obedeceré… ¡Esta es mi condena, pagarle hasta desfallecer”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
“Verte forcejeando es uno de mis castigos. Verte adolorido, es más de lo que pensé que podría soportar”
Me acurrucaba y le observaba, tirado como una muñequilla de porcelana rota. Con las piernas a los lados que se podían notar las venas y el suave y descolorido matiz de mi piel. Era como un pequeño juguetito a la distancia, sonriente por ver cómo le cambiaban, agachando la mirada cuando ya el otro no se dejó. Los sirvientes salían prácticamente huyendo y yo me quedaba con la mirada clavada en el ajeno, agachando un poco la cabeza con vergüenza, me estaban dando un sermón y eso no me agradaba. Nunca me había gustado que me reten o me digan que hacer. Quería mostrarle mis colmillos, pero ni siquiera para ello tenía fuerzas. Solo usaba mi voluntad para mantener mis brazos estirados, moviendo como chicharra los dedos, como si quisiera agarrarlo, haciendo la mímica de ello. Intentaba levantar la cabeza, me mordía los labios y volvía a intentarlo.
“Ven, ven mi pequeño rey. Ven mi cuervo come ojos. Yo te alimentaré todo lo que quieras, hasta que termines por matarme”
-Pues si es lo que vos deseáis, no hay mucha diferencia con lo que estaba viviendo. Si eso queréis, os invito a beber de mí. Hasta que ya no quede nada…
Sentirlo era un pecado, sus manos alrededor de mí, intentaba apretarle y quedaba acurrucado en su hombro, sonriendo pasaba a abrazarlo con piernas y todo, buscando reclinarlo sobre la cama, tirarlo a un costado para así poder hacernos un ovillo juntos, entre la cama y las sabanas, que eran de seda y polar. Lo más suave, lo más ligero. Intentaba mirarlo, pero esa mano me retenía y solo hacia el cielo me quedaba viendo. Él nos acomodaba, nos ponía bajo las sabanas y un escalofrío me recorría, provocando que un suave jadeo salga de mis labios, entrecerraba mis orbes y dejaba que mi cabeza caiga como un saco de papas sobre el almohadón. Pasaba mis finos dedos por su mejilla y contorneando el ojo le regalaba una de esas sonrisas brillantes que podía dejar salir en esos momentos.
-N-no me habéis escuchado, cuando os dije que os quedaras? Aún ahora no he cambiado de opinión, aun ahora… Espero que os quedéis en mi lecho. Me habéis sacado todo de adentro, no puedo moverme bien. Pero pronto me recuperaré, se os prometo… Quiero las tres cosas, me las podéis dar..?
Mordiendo mis labios reía con dulzura, mirando de reojo como los sirvientes empezaban a retirarse, con miedo de que maten a su amo, pero más miedo a que los maten a ellos. Suspiraba y alzando el pecho me apretaba a él, haciendo fuerzas para que no pueda marcharse. Una mirada profunda se clavó en sus ojos y con toda la fuerza que me quedaba mostraba mis colmillos, como si quisiera amenazar, pero solo daban el aire de un gatito pequeño, enojado. Clavaba mis uñas en él y más aún me acurrucaba, sintiendo como mi cuerpo se movía cuando el otro se quería retirar. Pero yo no le dejaría ir. Él era mío! Él nunca se podría ir de mi lado y con un gritillo de desesperación buscaba que se detenga.
-No! Nooooo noooo! No dije que os vayáis! Yo dije que os quedéis aquí! Conmigo! A-ah… Ordeno que os quedéis? Así funciona? Si digo de esa forma os quedaréis conmigo? La eternidad es muy larga, no? Venid aquí cuervo de piel blanca.
“Mirándote, saboreándote con solo verte. Eres una forma de existencialismo que jamás había visto. Te obligaré a ser uno conmigo. Por el resto de la existencia”
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
¿Qué es lo que harás? ¿Me ordenaras que caiga a tus pies con solo una palabra o me dejaras con las ganas esperándote ordenarme que cumpla un papel de puta para ti?...¡Ordenamelo para poder cumplir bien mi papel de esclavo!
El telón de la tranquilidad desciende, flotan los pensamientos del cuervo que nunca morirán, un blanco suspiro congelado anuncia el sentir por esa voz, las palabras de la bestia, ese devorador que se tortura con el dolor interior de una confusión desesperada, ese que se posa en la cama con una jodida sensualidad, provoca e incita que lo devoren sin piedad…. ¿Qué es lo que es en realidad? Parece una bestia endulzante, su rostro reflejo de la inocencia y aquella mirada pura, triste que ennoblece todo a su alrededor, Nicolás le observa y parece un milagro que cae en la oscuridad, no le atemoriza la negrura, ni se encierra por completo a la maldad solo se desliza entre ella sin permiso alguno, es que en verdad ¿Sera el amo de la soledad del cuervo? Ese maldito castigo carcomido entre bestias desconocidas, el cuervo tiene miedo de seguirle mirando ¡Es la peor bestia que ha conocido! ¿Cuál sea su verdadero disfraz? Un encanto de vampiro pero bestia como un humano.
La habitación permanece bajo el aura de una triste conversación, aquella muñeca diabólica que solo juega a hacerse la presa de un juego asesino, escuchando sus palabras venenosas, penetran en cada poro de piel muerta y la vibración de su sonar acariciaban constantemente la percepción del cuervo con suavidad, pero un cuervo no devora algo que desea ser destruido ya sea por placer o por alguna alternativa, por ellos las ganas se desvanecieron pero su templo al tenerlo muy cerca volvía a encender la llama de la muerte sin fin… Sintiéndose luz y oscuridad al mismo tiempo, prisión y prisionero por culpa de sus movimientos que altivan la avidez, el fuego que llega a incendiar a los frágiles, demasiadas cosas irónicas hace que presienta con su aroma, ahora mismo lo desea como lo rechaza .
Lo había dejado pero sentía una cadena pesada que le mantenía a su lado, sus piernas envolviéndole las caderas, ¡ah! Y su jadeo logro despreciarlo por añorar escuchar más de ellos, intentando contenerse pero no lograba mucho, por sentir la suavidad de su mano en la mejilla, pero el cuervo tiene que seguir tratando de volar, estaba a punto de retirarse cuando la unión de su palabra fue resaltada en esa voz…-Aun no comprende la razón de mi palabra hacia usted… ¿Quién es el amo? ¿Soy yo o usted? Quiere las tres cosas, pero haga que se las de cómo se debe, no espere a que le de mi permiso para que lo haga….-con fuerza y seriedad desprendía cada una con poder sumo de que sea digno de llamarse amo del cuervo…No le interesaba nada, estaba ahí por obedecer, pero ese rostro, ese delirio de sonrisa que brindaba, negando por el berrinche que esa muñequilla hacía, perdiéndose en sus pupilas destiladoras de brillos singulares, sin algún gesto de admirar esos colmillos, se trataba de alejar pero tras sentir esas uñas logro liberarse y de inmediato se iba alejando….
Embozando una media sonrisa, estaba aprendiendo a como dominar al cuervo que tras su orden desprendió los pasos hacia él, acercándose nuevamente, asintiendo a sus incógnitas que se quedó parado alado de su lecho.- ¿Qué desea que haga por usted? ….-Se inclinó ante él, pasando una de sus manos en la espalda ajena para alzarle un poco y con la otra mano acariciare la mejilla mientras se quedaba mirándole con profundidad, marcado la mirada fija en el…desprendiendo su aliento para que acariciara la piel ajena, entrando a su juego donde le provocaba, bajando lentamente el rostro hacia él, dejando que estuvieran demasiado cercanos que sus labios se dirigían a los ajenos-¿Desea que solo me recueste hasta que se duerma?...-sus labios se movieron de la cercanía y poso un beso en su mejilla, permaneciendo en esa pose, sin despegar la mirada de él, esperando su respuesta…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
“Deseo tantas cosas que si me haces escoger una sola, desearía poder escoger más. Como el genio de la lámpara que eres, pero en este caso, solo por este acontecimiento, elijo tenerte a ti bajo mi lecho por el tiempo que te quede de vida.”
Sentir sus roces era encantador, esa mano que jugaba con mi cintura y me hacía levantar un poco, me tensaba los huesos pero con los ojos entrecerrados me agarraba fuerte. Estaba algo molesto, por tener que rogarle, por tener que hacer cosas que no solía hacer para que él me comprendiera. Por qué razón no sucumbía a mis pies como todos lo hacían? Se mantenía en la distancia, aunque se notaba que se derretía por mis labios. Pero la bestia no estaba completamente domada y apoyando mis manos en sus mejillas las acariciaba y hacia un gesto de negación, seguido por un ruido con mis labios que denotaban desaprobación. Maldito seas cuervo insensato que te sigues parando en el trono. Ese es mi lugar y yo no te permito estar en él! Debes estar al lado de mi asiento, dejando que te acaricie la cabeza. Eres mi esclavo! Te he comprado como tal y deberías obedecerme como muchas lo hacen. Pero no importa, poco a poco y caerás a mis pies. Con una mirada inquisidora, lo invitaba a apoyarse en la cama junto a mí, tironeando de sus ropas que entre suspiros le acariciaba, dulces dulces suspiros que me sacaba aquella ave encantadora.
-Os ordeno que vengáis a la cama. Os juro que si no lo hacéis, os castigaré de la forma más malvada posible. Dormiréis conmigo y os quedaréis quieto. Así es como os gusta ser tratado? Así os trataré. Yo os he comprado y quiero trataros como parte de mí, porque yo cuido a mis “cosas”. Ahora que estáis tan limpio y perfumado, acostaos aquí, quiero inspeccionar ese cuerpo que me pertenece.
Mirándole con reproche esperaba que vaya a la cama, tirándome a un costado de forma cansada, enarcando una ceja en lo que ajuntaba la bata sobre mi cuerpo y tiraba hacia atrás mis cabellos. Sonriendo con dulzura, pues aún con mis palabras mantenía el brillo en mi mirar, para luego empezar a tocar su torso una vez el cuervo se haya acostado, pasando los dedos por aquellos rosados puntos en los costados. Él era el único que tenía esa clase de expresión? Esos ojos color cielo que se marcaban con unos labios rosados, que pocas veces mostraban su sonrisa? Una nariz tan, pero tan respingada y aquel cuerpo, delgado, tan suave, tan perfecto. Le inspeccionaba como quien hace un control de calidad, pasaba mi mano por su entrepierna con descaro, tomando su falo, casi midiéndolo que un beso posé sobre sus labios, enarcando una ceja. No permitiría que vuelva a sucederme, no le daría el gusto de verme caer a sus pies, pues esto se había convertido en una guerra que yo ganaría. Y así seguía pasando los dedos, acariciando aquella cavidad trasera que la deje intacta pues sus piernas querían gozar de mi atención. Negando un poco, volvía a desaprobarlo que le miré con reproche juntando mis manos en lo que cerraba los ojos.
-Os parece bien tened este aroma? Os pondré aroma a vainilla en todo vuestro ser. Quedaos así. Me encargaré que oláis como yo quiero. Pero vosotros os debéis encargar de abrir bien esas piernas, para que el aroma quede en cada centímetro de vuestra piel.
Me levanté y susurré sobre su oreja en lo que mi otra mano buscaba la loción que tanto me gustaba, pero al verla algo mejor se me ocurrió. Me separé y busque a un sirviente, que tardo menos de lo que esperaba en traerme una pequeña botella de tinte transparente, la observé y luego al ave negra, sonriendo con encanto que mordí mis labios por lo que le haría. Aquel hombre caería por completo a mis pies, los besaría luego de jugar con aquel cuerpo que parecía encantado con mis toques y lo estaría aún más luego de poner en cada rincón de su piel aquel exquisito afrodisíaco que no tardaría en derramarse por su piel.
“Estas jugando con fuego y te quemarás.”
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
“Haber caído en las manos de un ángel es volver a ser el asesino que devora a los niños sin piedad, pero ahora ¿Cómo podría devorar al que se figura su dueño? Quizás seguir en el juego de convertirse en su siervo pero justo me siento como un amo, aún sigue obedeciéndome que la razón por provocarle es que al final saldré victorioso…. ¡Hacerlo que caiga, enamorarlo si es necesario, solo así podre derrotar a mi enemigo y todo por creerse mi dueño!”
Apariencia de un verdadero siervo, obedece al joven sin rehusarse mientras que la realidad era una burla, se mofaba por admirar a ese muñequito sonriente, divertido por lo que hacía, disfrutando de los toques, miradas que el siervo brindaba, aquellas palabras eran el resultado de una orden, pero que más hermoso ser que se dejaba aun guiar a como ser el amo. Por ello dejo la mirada en el demasiado profunda, era grosero poseerse en los ojos ajenos pero no importaba nada, estaba dispuesto a seguir con su disfraz hasta que cayera en sus manos, pero algo era cierto, estaba maravillado con el de una manera desconocida como si se tratara de un deseo por caer a sus pies.
-¡Oh! Y cuál sería el castigo si no obedezco mi señor…-con sarcasmo sus palabras resonaron era imposible ocultar ese placer más exquisito, las palabras ajenas le hicieron seguirle, acudiendo a sus demandas, tras verle posarse con sensualidad, le provocaba que demostraba no ser uno más que caería a sus encantos, yendo a su lado, se posaba en la cama de sabanas de seda fina…-Lo que desee os cumpliré…-solo murmuro en secas, maldiciéndole por dentro mientras era tocaba por esas manos asquerosas, aguantándose las ganas de golpearle por referirse a él con “cosa” pero no lo dejaría así, se vengaría de todo…
Aquellos toques no le eran suficientes para gustarle, sin embargo quedaba fascinado por esperar otra jugada de este, mostrándose frio, seco ante sus caricias cuando fue a la entre pierna, estando sus labios cerrados sin expresión alguna, su falo era tomado que la mirada solo se la clavaba con indiferencia, sorprendido porque nadie le había tocado la parte trasera de esa forma…-No anhelo poseer un aroma diferente, sin embargo es algo estúpido preguntármelo ¿Quiere que siga respondiendo? Sera mejor que siga, si desea que huela a vainilla hacerlo…-jugando con un espléndido encanto, su seriedad hacia esto un insulto junto con su voz al hablar, abriendo las piernas, jugándoselo todo por ver el final de esta burla sumisa, siendo aún más excitante contenerse a devorarle de una vez, su oreja cogió un sentir exquisito cuando le habló- ¿Están bien abiertas o desea que las abra aún más?...-siguiendo los movimientos ajenos, observaba aquella loción, odiaba el vainilla para él era un dulce para niños que justo es la forma en la que se veía, un dulce que amargaría si la vainilla no fuese aplicada como debiera…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
“Nadie nunca te advirtió que los ángeles pueden caerse del cielo? El pecado devora mi alma, mi mente y mi corazón. Amar, amar profundamente es una simple mentira para mí. Una que nunca podrá ser cumplida. Porque solo tengo obsesión, una gran y melancólica obsesión por ti. Inténtalo! Intenta enamorarte! Prometo que será en vano.”
Escucharlo era un remolino de sensaciones, desde cuando alguien podía moverme tanto el cielo y la tierra? Ni flotando podía evadir su mirada, tan tajante como el filo de una espada china. Pero me contenía, haría lo que fuese para demostrarle al otro que yo no era una simple escoria de neófito y aunque me sentía débil y mis brazos estaban bastante ligeros, como si fuese de simple lienzo, me esforzaba en mantener la postura, pero en mi rostro se notaba el dolor que sentía al tener tan poca sangre en el interior. Maldito aquel cuervo que me había dejado como un papel fino sobre la mesa. Inhalé una buena bocanada de aire y le sonreí con ligereza, volviendo a palpar cada centímetro de su tersa piel, perlada, reluciente, se las haría pagar a todas. - En realidad yo no sé de castigos, Monsieur, pero seguro puedo inventarme algo rápidamente, quizá sonreír durante unas horas. Imagino que ese castigo sería el peor que podría darle a alguien como vosotros. Y sí, sabéis, vuestro sarcasmo me contagia, deberíais deteneros o yo os haré lo mismo... Sois como una doble personalidad, de repente parece que no os gusta que os trate así. Yo no os entiendo, pero seguiré en mi posición! Ya veréis! –
Me quejé como bien solía hacer, con aquella mirada de reproche que se podía hasta oler por todo mi cuerpo y alrededor. Es que era muy fácil de leer, mi rostro demostraba cada cosa que pensaba u opinaba en simples segundos. Mentir nunca era una opción para mí, aunque claro que muchas veces lo intentaba y terminaba siendo un hazme reír, cosa que provocaba que al fin y al cabo saliera ganador de cualquier tipo de situación. Era quizá ese mi poder? No tenía idea, aún no lo había descubierto para ser exacto. – Si~ La vainilla me encanta, es un aroma fresco, dulce, rico. A vosotros no os gusta? Y entonces, decidme que olor os gusta a vos, Monsieur? – Preguntaba en tanto volvía con aquel frasco que me habían dado y lo empezaba a verter en mi mano derecha, estaba muy caliente aquello, tanto que un pequeño quejido salió de mis manos. Era una sensación escandalosamente extraña. Frío al principio y extremo calor a medida que el tiempo pasaba. Aquello me daba la pauta de que era un muy buen afrodisiaco y aquello me hizo sonreír. Lo empecé a pasar por cada parte de su cuerpo, empezando por las piernas, por las pantorrillas, como si fuese una loción, se lo aplicaba en todas partes del cuerpo, por su cuello, por debajo de sus brazos. Lo haría arder en el mismo infierno. Y al final de todo ponía dos gotitas en cada pezón, tirándolas directamente del frasco. – De este modo están bien abiertas, o me queréis provocar? Mmmm~ Soy una persona muy necesitada de atención, así que os pido que me la deis toda a mí! – Pedí mirándole fijo a los ojos, mientras mi mano era recubierta nuevamente por la loción y se apoyaba en la punta de su miembro descubierto. Masajeándolo muy lentamente en la parte de arriba. Se notaba que no era amor lo que sentía, era un simple deseo completamente carnal para ser real.
-Si me decís cual es vuestro aroma favorito puedo aplicármelo, de esa forma vuestra mirada hacia a mí sería más linda. O quizá necesitáis que me ponga el rostro de alguien más sobre el mío? Os aseguro que puedo conseguir cualquier cosa que sea para mi beneficio si con ello me miráis y me deseáis como yo quiero que suceda. Dicen que cuando gustáis de alguien, los ojos se ponen más brillosos y temblorosos por ello. Será verdad? Como están mis ojos? - Preguntaba en tanto me mordía de forma divertida la lengua y me relamía los labios con mi traviesa e inquieta lengua. Tan dulcemente que se notaba a leguas la emoción que yo tenía por probar aquel maldito y endemoniado cuerpo. Como si de ello dependiera mi vida, seguía pasando por lugares delicados, mi mano y mis dedos que se movían como una maldita alimaña, no paraban de hacer huecos entre medio de sus suaves y poco marcados pectorales. Tan tan delicado, no podía entender cómo podía ser que hubiese tantas damas que lo querían en la subasta?? Si en realidad no había habido tantas mujeres como solía hacerlo en cualquier otra reunión. – Me daréis un beso si es lo que os pido? Dádmelo si es así… – Acercándome a su rostro, esperando a que el otro tome la iniciativa de aquel beso, lo necesitaba para saber si realmente él me odiaba o me daría con gusto lo que yo deseaba y necesitaba.
“ La cordura me abandona cuando más la necesito, cuando estoy a tu lado.”
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Re: Licitación de una ANÉMONA (Privado)
Nací para matarte…Cicatriz imborrable, perturbador ángel pecador.
Percibe la esencia a vainilla y se da cuenta que está perdiendo la putrefacción de lo que prevalecía en sus colecciones de fragancias, un cuervo inamovible que posea la apariencia de un demonio que sueña con las crueles dulzuras, todo lo que le estaban haciendo le era negado, nadie podía tratarle con ese acogedor cariño ni mucho menos tocarle con la manera en la que lo hacia ese chiquillo, negando por pensar que se divertía por tener juguetito nuevo, eso le molestaba pero tenía que idealizar su propia jugada con exacta precisión y sin ningún error. Pero algo inesperado, desde las profundidades de su interior el deseo continuaba, era confuso y aterrador el grado en que le alteraba, un eco de ansiedad, sombras sangrientas formadas en laberintos que recorrían todo el vacío, era esa maldita linfa el que le transformaba como una dosis para caer a tal placer, se había rehusado a seguir ese juego pero su templo, sus palabras no obedecían, se dejaban guiar por esas manos inexpertas, llevando una apariencia de gato blanco que se muere por las ganas de jugar con este cuervo….Sin ojos y sin mente obtenía una extraña mirada en él, luciendo el pico cerrado por tal blasfemia de palabras y es por eso que a veces despierta y se da cuenta que jamás podrá ser “amo”…-Debería cerrar la boca y solo ordenarme lo que se le plazca, tomar mis palabras de la manera más sarcástica, no estoy aquí por mis buenos modales ni mucho menos para soportar seguir con esta estúpida charla... ¿No sabe de castigos? Pues qué clase de bestia me ha comprado. Monsieur, Monsieur, Monsieur ¡Basta! Sonreírme si es lo que quiere, intentar amenazarme cuantas veces le sean posible, en realidad no entiende que solo pagare mi deuda, como se lo dije no estoy por gusto pero me gusta burlarme de mil maneras de usted, “señor”.-la última palabra con el tono elevado, indiferente, seco y sin expresión alguna mas que la de su rostro lo que refleja.
Si, eran dos personalidades que se desataban, pero es que cuando caía en ese sueño por sus caricias, por el olor a vainilla, por adormecerlo de la manera más cautivadora y la otra por su voz el que le golpeaba para no ceder, dagas mutiladoras eran sus palabras…-No, desprecio lo que conforma lo dulce y lo suave…-liberando una muerta risa.- ¡Ja! No tengo deseos de decirle mis placeres…-retador con la mirada, cursor de la entretenida posesión, en la espera de ser sometido a sus encantos, elevando un dedo a los labios donde se acarició humedeciéndolos por la sed que resurgía, se había calmado la bestia escarlata por un instante pero ahora volvía a caer en un humedecido sueño, exquisito y provocativo.
Seducido por los gustosos masajes en la piel, despreciando ser acaramelado de esa sustancia, mostrándose fuerte, indiferente a su contacto siendo una despreciable mentira, hervía su piel por más toques, se descontrolaba el templo, se ofrecía a ser engalanado con una nueva fragancia…-Toda mi atención la tiene, no deseo provocarle, solo obedezco en complacerlo…-jodido engatusador, despreciable mentiroso, si deseaba provocarle, hacer que cayera, obteniendo sus pupilas en las ajenas, desviando la mirada hacia el falo al ser alabado de manera extraña, capturando la tibieza en aquella mano, el falo se peleaba por no endurecerse, de que no caiga en la tentación.
-Quiere lo imposible, jamás se podrá figurar a mi musa, podrá tener su aroma a rosas ya que es la esencia que me hace desear obtenerlo pero nadie mucho menos usted lograrían transformarse en la misma perfección, usted un miserable ángel que aclama ser querido, no tiene la mínima belleza de mi amor, porque lo unico que me gusta fue él…-el habla más florecido, siempre que recordaba a su único amor era de manera sincera, un amor inmortal que perdura en el paso del tiempo, el consumible querer de las diferentes maneras en la que se puede llegar a amar a alguien, destellando en los ojos ajenos ese brillo intenso que la mayoría desprendían al ser alegres…-Sus ojos se encuentran destellando luces coloridas, desde que me vio he de suponer que quedó fascinado conmigo o si no, no me hubiera comprado…-Acomodándose, había sentido incomodes que prefirió abrir un poco más las piernas, detonando un sabroso festín que era visto a base de caricias consecutivas, comenzando a ser el esclavo de otro esclavo, sus codos se sujetaron de la cama, alzándose cuando hablaba de un beso y el mismo se acercaba, su rostro y en unos escasos centímetros de sus labios se detuvo.-Yo no daré nada y como fue si quería entonces se queda sin beso…-guardándose una sonrisa que se dejó caer sobre la cama, dejándole la mirada a la espera de ser quizás besado.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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"No puedes matar aquello que ya está muerto, hundido en la oscuridad impenetrable, que aplasta los oídos, que seca los ojos. Una sombra amenazadora que busca pecar con el alma."
Crujido de las sabanas y susurros inestables, le miraba y me veía en sus ojos. Era como un sueño despiadado que buscaba cortarme en pedacitos, asaltar mi alma moribunda y programarla en una nueva dirección, módulo y sentido. Que le costaba a él ser mi nuevo juguetito? Pero era realmente “nuevo”? Nuevo, como si yo hubiese tenido uno viejo? O era “EL” juguetito? Era inexplicable la sensación que el abarcaba en mi vientre bajo, hacía temblar mis órganos, como si realmente estuviesen vivos, pero que gracia era aquella, pues más muerto de lo que estaba no podía ser. Mi corazón no latía, mi sangre no corría, estaba estancado en una etapa infinita. Me relamí los labios, los mordí y dejé que lo rosa esponjoso de mi carne se sintiera cerca de él, buscando provocar esas delicias carnales que tanto yo como él sentíamos. — Buenos modales no es lo que he pedido con vos, más bien, de este modo es más divertido, más acogedor que ya veis lo mucho que me intriga ser vuestro amo, para poder educaros de alguna forma u otra. — Pasando mi nariz por su mejilla, cerrando los ojos en tanto le olisqueaba y un sonrojo claro como un perfume se arrullaba en mí mirar. Que sabrosura, que delicioso era el pecado que estaba ansioso por doblegar, incrustarme en ese ente, la sustancia indeseable que se proclamaba por salir de mis intestinos, doblegarse sobre su piel, colmarla de delicioso elixir de vida eterna. Floreciendo como mariposas por mí crepitar.
— No me importa que tanto busquéis molestarme, no lo lograréis, como bien habéis visto puedo soportar muchas humillaciones. Pero vos, vos no parece que podáis soportar nada! — Me quejé, inflando mis mejillas, mostrando mis colmillos algo molesto, quería besarlo, comerlo, succionarle cada entraña hasta que todo sea digerido y masticado. Pero como podía maltratar ese ser tan divino y celestial? Me había caído del cielo y era tan pesado que me llevaba al infierno. Juntos, ambos dos, para quemarnos por toda la eternidad. Su piel era un manjar y mis labios empezaron a contornearse con su clavícula, mordisqueándola suavemente en tanto mis manos se hallaban en una aventura. Se dedicaban a la manufactura de aquel falo erecto, con ambas manos intentaba liderarse por endurecerle, más rápidamente a cada segundo, me agitaba más yo que él.
Pero por qué no? Por qué no podía excitarme con mi propio esclavo del amor? Para eso lo había comprado, por ello es que lo había elegido, estaba sucumbiendo a mi propio paraíso y por eso me acerqué un poco más, le sujeté con fuerza brutal y lo estrujé para que sintiera mis dedos. Quería bajar, quería morder y tironear, para que sepa que estaba allí, esperando por él. Y un jadeo florido dio espasmos en mi hablar, quejoso de un beso que se cayó en la nada. Estaba furioso por su modo de actuar, tan molesto que mis manos se fueron hacía aquellos dídimos y los explotaron con maldad, estrujando uno, luego otro y un golpe seco que se quedó frenado cuando ya sus intestinos se habían doblegado. Quedándose quieto en esa parte, empezando a masajearlos, como pensativo. Su leve sonrisa me había hipnotizado, estaba sonrojado y mi otra mano se acercaba a su pezón casi, sin mirar a donde estaba dirigiéndome. Me acerqué un poco más, mi rostro pegado al suyo y mostré mis colmillos, clavándolos en su labio superior que de un tirón los succionó y luego los soltó sin ser un beso verdadero, mas fue un calmante para mi ansiedad.
— Os detesto por pensar que tan vivo sois. Como un humano insolente que piensa en jugar con la muerte. Como si estuvieras bailando un vals. Pero os quemaréis, porque yo soy fuego y vosotros hielo. Os haré derretir y me suplicaréis que pare para que os quedéis con esa existencia vuestra que al parecer tanto apreciáis! Pero es mía! Vuestra existencia es mía, yo la compré. — Aclaré y con un dedo arriba me dirigí a sus partes nobles, buscando un poco más de loción que en mis manos fue desparramada, para masajear sus dulces pétalos, rozaba los pliegues de su flor, intentando hacerle entender la realidad de su promiscua condición. — Sois mío. — Susurré en una sensación de gustosa gloria, invadiendo sus entrañas, con dos dedos me inclinaba en su interior, escarbando, buscando su dulce punto de polen. Jadeando de forma incesante, entrecerrando los ojos, admirando, como si de un monumento se tratase, aquella gloria. Revolviendo con los dedos la penetración que se estaba dando en acto y momento, moviendo mi ante brazo hacia atrás y hacía delante. Que deleite era aquel rostro que estaba frente al mío. Esperaba ser el único en ver aquellas expresiones o más bien inexpresiones. No sabía bien como titular a aquel ser que como bien había dicho, me había dejado fascinado. — Os creéis demasiado, no? Deberíais beber un poco de vuestra propia medicina. Caer en mis pies como bien sabéis que estáis haciendo. — Le provocaba, esperando ver las reacciones que se suponía que la loción que habría hecho en él. Desparramándome a su lado, bajando que con mis labios tomaba uno de sus pezones y repartía mordidas. Al tanto que mi otra mano se quedaba apoyada en su miembro, acariciando con la palma la punta, como si se tratara de la cabeza de un gato necesitado de atención.
— El límite es llegar más allá de lo reconocible… — Susurré en su oreja y cerrando los ojos un poco me revolví y busqué unas coloridas cintas de tela rosada, blanca y roja, pasándolas con algo de torpeza por tener una sola mano alrededor de su falo, me ayudaba con la boca, siendo algo bruto, que al final me salí de un tirón de su interior y bufé, mirándole a los ojos con un brillo de reproche tan especial y cómico que haría reír a cualquiera. — SH! A ver!! — Sonrojado a más no poder, con ambas manos arriba, empecé nuevamente y ahora sí, armé un decorado hermoso en su exquisita carne, pasando las cintas por arriba y por abajo, quedaron trenzas armadas en la base de su miembro y luego con unas nuevas cintas del mismo color, armé una especie de gorro a la cabeza de su amigo, quedando vestido y apretado en las cintas, que la piel que estaba siendo sometida salía hacía afuera y se ponía más roja a medida que pasaba el tiempo.
“Es una hermosura que solo los locos saben ver.”
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