Despues del anochecer [Privado]

por **Nathaly Rilke** Mar Nov 27, 2012 12:41 am

Las calle comunes me estaban resultando sumamente aburridas ese día, tal vez fuese porque había salido de casa sin tener que fugarme aquella noche; se suponía de hecho que debía ir a una cena para no se que con algunas personas que seguramente serían sumamente aburridas.
Aunque eso no lo sabría con certeza pues en ningún momento llegue a aquella cita.

Fui dejada frente a un restaurant por el carruaje, uno de tantos en aquel lugar; pero en cuanto puse un pie fuera camine hacía una dirección completamente opuesta a la que se suponía que debía ir, el cochero no me dijo nada pero note en su mirada que aquello que hacía no le agradaba y bueno era raro que le agradase pues siempre hacía lo mismo, a pesar de eso siempre me esperaba justo donde me dejaba, sitios con un montón de gente o solitarios, parecía darle igual siempre que regresara.

Camine entre la gente, alejando lentamente de aquel lugar y conforme avanzaba el flujo de personas disminuía considerablemente. Sonreí, esa disminución solo podía indicar una cosa…que entraba en las calles que más me agradaban.
Me detuve en seco en una calle que tenía una encrucijada, observe a ambos lados decidiendo por cual continuar y después de unos momentos de deliberación tome la calle de la izquierda y de ahí continúe para donde me indicaba la curiosidad.
Pronto me encontré en una calle que ya había visto antes, no muchas veces solo cuando alguien moría y debía asistir al cementerio; si el cementerio, quizás sería un sitio interesante para visitar de noche puesto que solo lo conocía con la luz del sol.
Con andar decidido seguí el camino que conocía y recordaba solo cuando alguien yacía frío dentro de un ataúd hasta encontrarme a las afueras de el tan temido lugar por algunas personas, más para mi era un sitió cualquiera más lleno de tristeza que de terror.

Mis primeros pasos dentro, bueno no fueron muy diferentes a los que hubiese dado de día ahí, pero la vista era bastante diferente; de día todo se veía como simples rocas una cerca de otra con algunas flores, de noche lucía misterioso. Camine entre las tumbas observando las inscripciones en ellas y sobre los que yacían inertes debajo e imaginando una que otra historia de cuando estaban en vida.
Fue entonces cuando la encontré… la tumba de un niño; perdí la noción del tiempo y permanecí ahí simplemente observandola, las muertes de niños eran simplemente tan tristes.

Una vez leí una frase " La vejez es una isla rodeada de muerte", eso era cierto sin duda pero nadie dijo que solo los viejos eran alcanzados por las aguas de la muerte, ¿Verdad?

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Dic 04, 2012 9:15 pm

Sigue un caminar, condenado en la música que estaba tan presente como requinto fuerte de brizas, la melancolía necia despedazando, encerrando, tirando y a su vez levantando una pasión, siendo un arrojo al sentimiento de espera, se siente el agua del cielo, sus pisadas tal cuales sombras eran la pena abandonada, elegido de un alma vagante como un pentagrama de un verso, envolviendo con un amante de la noche de plena canción, hoy es hora de que las almas lloren, esas almas que nacen perdidas, nombradas como silencio pero cantan hermosamente, salen en busca de no ser olvido.

El aire galopeaba tiernamente, y el ave sigue andando entre las tumbas, desapareciendo sin dejar rastro de huella “¿Dónde me guían almas?” Se preguntaba tras ser escuchadas voces que prolongaban un eco, esos susurros a sus ondas que no engañaban presencias, anda como un guardián sacramentado, el viento le atrae una esencia y su capa se agita danzando con dulzura mientras su capucha esconde su belleza plena “Abrázame con tu perfume, embriágame de un exilar divino ¿Quién eres? Deja que mi capa te abrase y te lleve lejos de este paraje de almas que te están protegiendo, si así es pequeña te cuidan porque saben que el mal está cerca de ti”

Como el viento se traslado a esa fragancia, desprendiendo un sonar intenso y ahí, una pequeña con brillantes ojos era el objetivo, sellando aquella tumba porque la bestia ya iba por ella, y el relámpago en el cielo le anuncio. “Ah que divinidad es un ángel sobre un ángel yaciente, uno muerto y otro vivo, pero solo un corazón es sensual, late como una sonora danza dulzante”

Sus cabellos hermosos rayos de luz translucían, herían el mirar de la ceguedad y ahí de espaldas le mantuvo aprisionada en un abrazo-Que dulce se aspira de tu presencia, eres demasiado hermosa para morir, dime que sientes al ver nichos de pequeños que no pudieron defenderse, dime si te imaginas ahí dentro pudriéndote en soledad mientras solo terminas en un apeste…-su voz tal cual excitación desprendía en susurros a través de su oreja, dejando que el aliento le sedujera por un miedo- No intentes girarte ni mucho menos huir, puedo encerrarte con cadáveres admitiendo que son más bellos que tu, dentro de esa miseria.-Deleitando de la fragancia de la vida, de la piel tibia que decía "Sángrame, hiéreme porque soy un ángel que cayó para ser solo devorado por tus deseos".

por **Nathaly Rilke** Jue Dic 13, 2012 11:12 pm

El tacto y la voz de un hombre me distrajeron de mis pensamientos, no me había percatado del momento en el que se había acercado a mi, a pesar de que el lugar en el que me encontraba era bastante silencioso.
Me sobresalte al oír sus palabras ya que fue todo tan repentino, después de haberme sentido completamente sola en aquel sitio, resulto que mis creencias eran sumamente erróneas; mi corazón latía desbocado, no por miedo si no por la sorpresa que todo aquello me producía.

Lentamente volví al momento poniendo atención a las palabras que pronunciaba e iban dirigidas hacía mi persona. ¿Qué sentía al ver las tumbas de los pequeños? Tristeza, una muy profunda pues fuese el que fuese el motivo de su muerte, no habían tenido la oportunidad de hacer nada, de vivir un poco más; sabía que el final del camino era el mismo pero por lo menos deseaba ingenuamente que pudieran vivir más tiempo.
¿Imaginarme dentro? Aquello no había pasado por mi mente hasta aquellos momentos en que él me lo sugería y después sus demás palabras me confundieron ¿Huir? ¿Encerrarme? intente moverme pero mi cuerpo no respondió, siendo esa la primera vez que algo de esa naturaleza me sucedía. Las palabras tampoco fluyeron de mis labios.

"Nath, vamos sal de aquí, corre, grita, has algo por favor" mal momento de mi mente para ponerse a gritarme desesperada, o que acaso no se daba cuenta de que no podía moverme, "Lo que te dice es mentira, claro que podrás huir o por lo menos llegaras lo suficientemente lejos como para pedir ayuda, quien te la negaría" en otro momento hubiese escuchado a ese pensamiento pero algo me decía que incluso si lo intentaba, la verdad es que no lograría salir de ahí.

- ¿Quién eres? - al fin las palabras brotaban de mis labios, pero la curiosidad seguía mandandolas a pesar de la situación poco favorable en la que sabía me encontraba - ¿Porque me dices eso? - mis ojos se posaron nuevamente sobre la tumba " No vamos a terminar en una Nath" fácil pensar aquello, lograrlo tal vez sería más difícil.

por **Nicolás D' Lenfent** Dom Dic 23, 2012 3:45 am

Al estar apresando ese bello cuerpo, se podía intuir la fragancia de la vida correr en ella, al estar sujetado en esa jaula de un abrazo, manteniéndola presa como a una estatua hermosa, soñaba que su corazón era el ajeno, de aquel latir exquisito que transformaban los ojos del ave en un monstruo, tiñéndolos de color carmesí tras aspirar su perfume como el de una ilusionada primavera, donde sus cabellos eran un cerezo recién nacido acompañados de mieles….

Siendo un aura de pensamientos ajenos, todo un ser bondadoso, un celestial ser por fuera y por dentro, que más dulces palabras, que alma más pura se ha de guardar en ella, que tristeza es saber que esas almas son las que más se desean destrozar….Quitarlas de aquel sueño donde permanecen como niños, donde la maldad nunca les ha de superar, solo llevarlos a la realidad, a la realidad que duele y te hace miserable por lo que tus ojos ven pero tu mente cierra.

“Sigue hablando, deja que tus mismas palabras te hagan correr, pero solo tu conciencia será la que te mate”… Corre, corre, trata de huir porque es lo último que podrás hacer… -Un cuervo que necesita devorar.-jugaba con las palabras, se sentía sumamente embriagado por su aroma a vida.-Dime pequeña, deseas ver el cadáver en vez de su tumba?....-sus labios se deslizaron lentamente por su nunca, dejando que una mano le soltara para posar sus cabellos a un lado y descubrir esa piel donde le lamio, escapándose sabores dulces, una sensación que le hizo apretar de sus caderas ya con ambas manos…-Ven, mírame….-le giro, deslizando su mano en la espalda, apegándola a él…-Vamos a jugar ¿Te gustan las escondidillas? ….-su rostro serio se dejaba ver por unos instantes hasta que volvió a acercarse a su cuello, besándole con deleite…-Corre a esconderte, solo tendrás un momento….-alzándose para tomar su mejilla, dejando una acaricia en ella- si te encuentro te llevare conmigo….-ladeo el rostro para aspirar de su respiración…-pero si logras esconderte de mí, te dejare ir….-soltándole por completo, sin hacer algún movimiento, algo seria seguro que solo deseaba verla huir, ver como un ser como ella se aferra a la vida ¿Qué era esto? Solo una ironía de que sus ojos se maravillaran con su joven cuerpo agitarse, dejando que la tibieza se elevara en ella.

"Sabes que este juego solo es una burla, has de ir a mi lado y debes de temer, porque a donde iras será a una tumba donde te he de dañar…"

por **Nathaly Rilke** Miér Ene 09, 2013 8:59 pm

Aquel parecía ser un juego, uno en el que yo me veía obligada a entrar sin opción alguna. ¿Qué planeaba conmigo aquel hombre?

Cerré los ojos, su cercanía no me estaba gustando para nada me sentía prisionera entre sus brazos. Incluso me había lamido! Pero que cosas estaba pensando ese sujeto, que se creía que era. Me sentía molesta pero a pesar de eso intente serenarme.
Nath no es buena idea descontrolarse ahora por poco que te agrade esto, espera a ver que es lo que quiere y entonces veremos que hacer.
Si eso debía hacer respirar, tranquilizarme y jugar su juego; abrí los ojos y entonces repentinamente me giro y me encontré de frente con él. No había tenido oportunidad alguna de verle hasta ese momento. Era un joven atractivo, las palabras no podían definir cuanto y si lo intentara estoy segura de que no le haría justicia, pero su rostro serio y su mirada hicieron que un escalofrío recorriera mi espalda, pues dentro de esos ojos no podía ver ninguna buena intención.

Las escondidillas… aquello debía ser una broma. Me estaba dejando ir a esconderme, como si fuese una chiquilla.
Bien Nath, de esa manera huiremos de él y que se pudra el infeliz.
Ignore nuevamente mi pensamiento justo como antes había ignorado otro, no era normal que me dejase ir sin más; dude incluso cuando me soltó por completo.
Simplemente me observaba y en ese momento algo muy dentro de mi cayo en cuenta de que sin importar que lejos me fuese, sin importar a quien pidiese ayuda… no habría sitio en el cual ocultarme, él me encontraría era seguro. Lucía tan seguro de que me encontraría más rápido de lo que yo tardaría en ocultarme, entonces… ¿Para que dejarme escapar?

Permanecí inmóvil, ahí parada frente a él definitivamente no huiría espantada, si lo que sentía era molestia hacía él pero temor...nunca.
- Estas jugando conmigo, ¿verdad? - no sería lo mejor hacer aquello pero, si no había ya escapatoria para mi bueno, no perdería la oportunidad de desafiar aquello, incluso aunque estuviese desafiando a la misma muerte - No me siento interesada de jugar a nada, no voy a esconderme porque se que me encontraras. Desconozco el motivo de porque se eso… pero lo se; así que deja de decir cosas como que me dejaras ir. - me quede quieta, como si ese lugar en el que me encontraba en esos momentos fuese el más seguro en el que podía estar.

por **Nicolás D' Lenfent** Lun Feb 25, 2013 3:42 pm

Observándole, su rostro una capa de tranquilidad como una molestia que le hacia reír tenebrosamente su interior, tomando esas pupilas ajenas como suyas, aquella mirada fija mantenía sobre ella que sin ningún movimiento permaneció, escuchándole que lentamente su rostro embozo una media sonrisa, tan muerta y seca que parecía no haber cambiado algo en su propio rostro…-Así es, os deseo un juego sencillo….¿Acaso no te gusta jugar pequeña? ….-Negando con desilusión, dejando que su boca provocara sonidos negativos, chasqueando un poco al momento que su dedo de un lado a otro hacia el mismo movimiento, negándole su actuación…-No os preguntéis si está interesada o no, hasta una niño de 5 años sabría que este es solo un juego suicida….-volviendo a negar con el rostro y le tomo de la cadera jalándole nuevamente….-Si no es al principio en la final acabaras escondiéndote….-murmuro y le dio un pequeño beso en su mejilla…-Entonces bailemos entre cadáveres, deja que el aroma del cementerio te embriague….-Ahora en sus ojos el poder de la ilusión ha nacido sobre ella….

“Ahora ves un baile de ahorcados, en la horca negra empiezan a bailar, formando un circulo con los descarnados actores del diablo, danzan que danzan sin fin y tu ahí en medio girando entre círculos perdida, los esqueletos de Nicolás como sombras duplicadas te rodean, ahora es “Monsier D Lenfent, el cadáver de pudrición” sus títeres negros juntas sus brazos gráciles, como un órgano negro se rozan y entrechocan en espantoso delirio ¡Hurra! Danzantes sin manos, algunos con sus entrañas mostradas, y la nota maldita es la que hace que dancen…Ahora van tras de ti, debes de correr y esconderte, si caes en manos de uno es que has caído en manos de Nicolás…

El cuervo es el único que te vigila ¡Hurra! El vals de los huesos sigue, todos giran, el cuervo vuela y tu solo miras estando en el centro”

por **Nathaly Rilke** Dom Mar 10, 2013 12:23 am

Apreté los puños al escuchar su voz nuevamente pero no por su voz en si, si no por las palabras que salían y que al darles sentido me llenaban de molestia. Para empezar yo no era una pequeña, yo era incluso mucho más valiente y mayor que cualquier otra persona y jugar… bueno todo el mundo juega de vez en cuando pero yo no estaba para nada dispuesta a jugar su juego donde no saldría victoriosa.
- No me gusta jugar con desconocidos - hable de manera tajante, para que aquello terminara pronto ya fuera para bien o para mal.

Mi cuerpo fue llevado muy cerca de él, solo para que pudiera confirmarme que aquel juego era una algo que no podría ganar. Un beso proveniente de unos labios fríos como el invierno fue depositado en mi mejilla - No me esconderé de usted - reafirme mi decisión de negarme a participar en aquello que era nada más que su diversión propia.
Las siguientes palabras que pronuncio fueron un completo misterio para mi y eso hizo que entrecerrara los ojos y mirara los de él, buscaba una especie de respuesta en aquellos ojos repletos de maldad.

Gire el rostro e intente zafarme de su agarre, entonces me soltó y al girarme abrí mis ojos al contemplar aquello que parecían ser cadáveres danzantes. Me di vuelta a otro sitio y la misma escena; giraba entonces buscando un lugar que no estuviera repleto de esos seres extraños, pero entre todos ellos no podía diferenciar al hombre. Aquello debía ser un sueño, nada más que un extraño, perverso y algo terrorífico sueño.
Una de esas cosas llego hasta mi y toco mi brazo, fue entonces cuando un grito salió de mi garganta no por temor si no por asco, aquello era repulsivo y deprimente. Me aleje de esa cosa y entonces comencé a correr, buscando un lugar donde no hubiera más de esas criaturas pero a cada lugar que llegaba del cementerio, había ya un grupo formado.
De vez en cuando daba trompicones y por más que lo intentaba tampoco podía encontrar la salida.
- Dejenmé en paz, cosas asquerosas - grite tan fuerte como pude y corrí para ocultarme por algo de tiempo detrás de una lapida.

por **Nicolás D' Lenfent** Jue Abr 11, 2013 5:26 pm

“Corazón, corazón traicionero...BOOMM, BOOOM, BOOM, por más que te escondas la muerte te encontrara, mientras siga latiendo tu corazón”

¡Magnifico! Todo era un ilusorio espectáculo, los cadáveres siguen en su danza, las manos se mueven por si solas, arrastrándose por los suelos, los cadáveres degollados formulan movimientos intensos con terror, como sombras renacientes salían por encima de la tierra, perseguían el latido de un corazón, esa era la trampa, la muerte se alimenta de los latidos, del zumbar de la vida, del sabor de la linfa renaciente que por más que se esconda le encontraran, su propio corazón era el que le traicionaba….

JAJAJAJAJAJA-risas funestas desprendidas en tono para disfrutar de ese juego, el cuervo, ese vampiro elevado en los cielos permanecía, adorando la forma en la que el cuerpo de la doncella se mueve, corre y eso hace que se divierta con encanto…-Corre, corre hasta que te desgarres las piernas, jajajajajaja.-el aura era oscura, el cuervo comenzó a danzar, dejando que su propia sombra se reflejaba en la Luna teñida de un color carmesí…”Luna sangrienta, es la hora de las escondidas, vamos deja que corra hasta que los cadáveres obtengan la locura”…Los pies, esos huesos putrefactos parecían marchar con lentitud, emitiendo el sonar de un aniquilamiento, sus bocas eran abiertas liberando un grito silencioso pero el vibrar hacía temblar como en sonoras ondas, con un palpito arraigado, las imágenes transformadas en la funesta danza…-Tomad los cadáveres, bailad, bailad con ellos, deja que las estrellas caigan en plumas y te abracen para protegerte, baila o será castigado tu templo…-Un esqueleto llego a tomarle, que un beso con la apeste, la fragancia más repugnante fueron posados en los labios de esa chiquilla.- Esos son los labios de la muerte, decirme…¿Qué tan exquisito son?... mmm ¿Que tan jugosos son?...-con los brazos extendidos, como si fueran alas desplegadas bajo un manto que cubría solo ese paraje, desplegando la conturbada áspera de melodías del insulso, pero que famélico veneno que se esparce con el viento, dejando que el pensamiento del cuervo se vea morboso, interpretando ese beso como una potente éxtasis que tienta arrebatarle un suspiro lleno de miedo…

El cadáver que sujeta a la vida le toma de las caderas y le invita a bailar, un baile de la corte del infausto, esta es la danza del cuervo, despliega las mitigadoras gotas de una osamenta posesión, diferentes huesos se liberan de los templos y les encarcelan, figuran una jaula donde quedaron presos sin dejar de danzar… mmmmmmmmm, mmmmmmm..lalalalalala-se ha convertido en un esqueleto cantador, su voz gruesa, con una risa enloquecedora, el cuervo sigue que desciende del cielo y se posa en la jaula, como si fuese un arte embellecido, reposa sobre ellos que con los brazos extendidos a la misma luna hace que llueva plumas negras….-lalala, lalala..-deseando que enloquezca, los demás esqueletos rodeando la jaula giran y giran…

por **Lara Karstein** Miér Jul 10, 2013 5:50 pm

"¿Será cierto eso de: Si matas al cuervo, encontrarás al hombre? ¿Será cierto?"

Algunos aman la locura de tal forma que la abrazan para fundirse en uno sólo, como estado permanente e incorruptible. Otros juegan con ella y la transmiten a terceros sin absorberla para sí mismos y, en mi opinión, estos últimos son los peores.

Más allá de cualquiera de mis intensiones, habia decidido hacer las veces de protectora de Nathaly Rilke, una joven de clase alta con una mente inquieta que la llevaba a meterse en lugares que no debía en horarios poco convenientes; sin embargo, yo prefería que su curiosidad se moviera durante las horas nocturnas puesto que de esa forma se me facilitaba protegerla. Ella tenía ese anhelo de ponerse en riesgo de una extraña manera, era como un aire gatuno, infantil, de abandono y de malicia mezclados; sabía de la existencia de lo sobrenatural y había hecho de aquello su espectáculo, se avalanzaba a él de forma precipitada y yo me esforzaba por recogerla de cualquier caída a tiempo.

Al comenzar la noche, di prioridad a mi sed y me alimenté a las afueras de París hasta saciarme, hasta extasiar cada uno de mis sentidos con ese líquido carmesí que tanto anhelaba y que me era necesario para ver a Nathaly y mantenerme al margen de su sangre que, por cierto, me resultaba más tentadora que muchas otras. Hecho esto, regresé por ella pero ya había partido, su mente había elegido con rapidez pero no con prudencia y, al seguir sus pasos, me encontré en el cementerio. ¿Qué podría buscar ella a esas horas en un lugar como ese? caminé con absoluta molestia a su encuentro, a sabiendas que se había metido allí por mero capricho ¿Acaso esa mezcla de lo grotesco y lo trágico eran agradables a su espíritu? era un total discordancia.

Caminé con cautela cuando al entrar al cementerio escuché sus gritos, su corazón que parecía querer desbocarse en su pecho y la presencia de otro vampiro fue también tan evidente como sus risas. Conforme fui avanzando, vi con claridad aunque a distancia a Nathaly que corria y observaba algo con fijeza, parecía escapar y manotear por alejar algo que en realidad no estaba ahí, se mostraba aterrada o más que nada, asqueada. Tropezaba, continuaba, pero lo que fuera que la perseguía era invisible para mí. Me moví con rapidez en cuanto llegó a la lápida tras la que se ocultó como si eso fuera suficiente y tomé su rostro entre mis manos apenas me incliné frente a ella. -Ya, shhh, calma, soy yo, ¡mírame!- Le hablé firme, la necesitaba mesurada porque no conocía al vampiro que sabía cercano pero que aún no había alcanzado a ver. ¿Acaso era un ilusionista? era posible.

-Qué espantoso juego, porque buscas que ella pierda el dominio de sí misma antes de hacer tu siguiente jugada- Musité casi en un susurro para el vampiro mientras retiraba el cabello de la cara de Nathaly. ¿Cuánta voluptuosidad guardaba aquél ser y que era exactamente lo que buscaba? Sea lo que fuere, yo estaba dispuesta a dar cara al asunto. Si quería jugar, ahora tendría que cambiar las reglas y cambiar a Nathaly por un jugador que estaría más en sus condiciones.

"Lo que vienes haciendo, no te será tan fácil como hasta ahora. No tolero que perturben lo que considero mío." Pensé poniendome de pie y con los sentidos alerta a pesar de mostrar una postura serena. Extendí entonces mi mano a Nathaly como si pretendiera levantarla y partir de allí en aquél mismo momento.

por **Nathaly Rilke** Jue Jul 11, 2013 3:52 pm

Quería que todas aquellas horribles y pestilentes criaturas se alejaran, pero sin importar a donde mirara o donde me escondiera estaban ahí, sonriendo con sus desfigurados rostros y tocando con sus horripilantes manos. Me invitaban a la danza de muerte que estaban celebrando pero de la cual yo solo quería escapar.

Cualquier otra cosa habría podido soportar de parte de aquel ser oscuro, pero esa clase de juego no me gustaba, torturaba mi mente ante la repulsión que sentía de esos seres. La risa que flotaba en la oscuridad del cementerio se me antojaba lejana y podía confundirla con los sonidos provenientes de cada uno de los cuerpos que me rodeaban.
Me aferre a la lapida en la que estaba como si fuera capaz de traer un poco de estabilidad a mi mente; buscaba algo en que concentrarme que desviara mi atención y mis sentidos de la fiesta oscura, pero nada aparecía en mi mente, solo la idea de que en algún momento una de esas cosas me daría alcance y me sumergiría más y más en aquella pesadilla que quizás no tendría un final.

El sudor frío recorría mi nuca y de vez en cuando mi cuerpo temblaba; comenzaba a pensar que estaba enferma y todo aquello era una alucinación creada por una enfermedad, eso era mejor a pensar que todo eso estaba sucediendo realmente. De manera repentina una mano me sujeto y grite con todas mis fuerzas, no sabía que más podía hacer y si todo eso era una alucinación como pensaba quizás si gritaba alguien me despertaría y entonces todo estaría bien de nuevo; después podría reír de mi propia ingenuidad y torpeza.

Mi rostro fue capturado por un par de manos frías, manotee y grite un poco más pues no quería enfocar mi mirada a lo que fuera que me sujetaba. Entonces la voz de Lara floto en el aire y mis gritos cesaron para poder llevar mi mirada hasta la de ella.
Sin duda alguna era Lara, esa vampira que me había cautivado con su forma de ser y con la cual salía casi todas las noches; le había conocido quizás por una mera casualidad pero apenas me habían bastando unos segundos en su compañía y un pequeño intercambio de palabras para darme cuenta de que no quería alejarme de ella. Su presencia me daba seguridad y sus palabras embriagaban mi alma de una emoción sin igual; no había pasado mucho tiempo en su compañía pero eso no significaba que no estuviera segura de no querer que se alejara de mi. Era capaz de abandonar todo lo conocido por ella mientras que me permitiera disfrutar a su lado.

-Lara… - susurre y tome sus manos. Todo estaría bien a partir de eso momento, o al menos eso sentía yo. Le mire levantarse de mi lado, no podía despegar la mirada de ella pues temía que de hacerlo desapareciera su figura y entones solo fuera capaz de ver nuevamente los cadáveres danzantes.
Tome la mano que me estiraba sin dudar ni un segundo y levantando me puse detrás de ella.
- ¿Qué es lo que pasa Lara?, ¿Qué son esas cosas? - Me sentía más segura pues al parecer los cadáveres no se acercaban mientras estuviera ella a mi lado.

por **Nicolás D' Lenfent** Lun Ago 05, 2013 12:05 pm

¡Ah! Te has de convertir en mi adoración qué más quisiera devorarte dama de las tinieblas, eres la presa perfecta, oscura esencia que conserva un jugo enloquecedor, eres la auténtica compañía para cuervos"

Sus entrañas a clamaban gritos, el juego putrefacto se elevaba a las maravillas del horror, como cuervos renacientes de las tinieblas vuelan, bailan, devoran y se transforman en blasfemia siniestra del mártir, este es el verdadero mundo desgarrador, irreal pero funesta, la vida duele y es la ley mortal, toman la alegría de quien se sabe que las alas son defectuosas, la sombra esta aburrida hasta la muerte en el cielo como en el infierno, perdido en los gritos vividos, el temor que ese templo desprendía, el alocado corazón que latía con intensidad, riendo la bestia por hacer este un manjar espléndido, está a punto de ir tras ella pero unos pasos, la esencia que se mezcló con la de un cadáver que reaparece a unos metros..."¿Quién es aquella que osa ser una sombra?", mismo sentir, el aura se iba aclarando y la ilusión engendrada se veía alterada, aquella humana seguía a esa inmortal, le hablaba, le tocaba para sacarla de esta pesadilla, mientras veía mando a un cuervo frente a los ojos del ser y le hizo estallar liberando plumas negras que anunciaban el termino de ese ensueño.

Sin moverse de las sombras, se mofa de ver como protegen a esa humana, ríe por ser irónico como la muerte se junta con la vida, su pensamiento le excita con la idea de sentir la intensidad en la que desprendía “mío” y el grito del ángel caído resonó en el aura, desciende, sale de las sombras para mostrarse, aquello eran dos amores que se cantaban con clemencia un “aquí estoy” toda pasión se elevaba por presenciar tal atrocidad de cariño….-¡No la toques! Dejad a mi manjar sufrir, no estoy a gusto ver como la calmas, es mía, una vez el cuervo escoja su presa no descansará hasta devorarla lentamente, esta noche no ha de morir no te preocupes, solo me comeré sus ojos…-a medida que se desvanecía la magia del sufrir él se reflejaba con la luz de la luna, desprendiéndose la capa y con un movimiento sigiloso la arrojo hacia la inmortal, detonado cubrir su rostro o al menos eso daba a entender ya que solo era una distracción para moverse hacia el frente de ella…-Hasta que arranque entraña por entraña podrás salvarla de mi ruina, lo único que salvaras será su templo desfigurado….—como oleaje al viento lo desprendió en su oreja, mirando con fijeza a la tonta humana que se escondía detrás de ella…-No tengo porque desnudar mi placer por tu protegida aunque deberías saber qué es lo que me atrae, puedo sentir que hasta te es insoportable el no controlarte por completo al tenerle cerca….-sus manos se deslizaron por las caderas ajenas, contorneando su silueta, encontrándose con una verdadera amante de las tinieblas, viendo heridas que no cicatrizan, una atracción por su reflejo, diamativa en su pensar, hermosa como el humo de una pipa, sin poder tocarla pero admirarla por su sensualidad al desvanecerse...

-La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la vida misma-con el rostro seco de emociones, solo es una triste porcelana la que representa, moviendo con suavidad la mano en su cadera y se desliza detrás de la humana con sigilo- Juguemos los tres, no importa quien gane-le arrebata a esa pequeña indefensa y la lleva a sus brazos- Dame tu mejor golpe, demuéstrame que tan importante es para ti, ¿Estarías dispuesta a cambiar roles? Tu aquí, entre mis brazos y ella lejos de todo esto...-con la suma frialdad percibía el calor, la humedad que desprendía la humana, ese sudor que hedor cautivado era, el temblor y la dulzura en la que permanecía...-¿Que parte de su templo te gustaría quedarte? El corazón no porque ese será mío-con la mirada profunda, se eleve al cielo y como una jaula tiene de prisionera a una paloma.... "Eres un alma que danza con las llamas, sin llegar a arder en la pasión, hermosa y espléndida Lara“ fue el murmuro en su mente el que predomino la atracción acompañada de una canción melancólica que tarareaba, provocándole para conocer su verdadera fuerza mental.

por **Lara Karstein** Sáb Sep 21, 2013 7:39 am

"Si le dierais la muerte, yo le daría la inmortalidad..."

Mucho es lo que se ha dicho acerca de los placeres y el sufrimiento, pero poco del verdadero significado del éxtasis y los horrores mezclados con lo primero, y menos cuando son todos condensados en un tétrico y hermoso inmortal. La combinación suena imposible, macabra, intensa e incluso atractiva, pero lo cierto es que cuando eso se vuelve una realidad frente a uno, es cuando esa belleza y misterio se vuelven como lazos que no te permiten alejarte rápidamente por más crueldad que se perciba en su ser.

Nathaly parecía otra persona, los nervios la aquejaban de tal forma que era como si sus propios fantasmas se revelaran en su mente a partir de la ilusión de aquél vampiro y casi sugería una dirección de inauditos caminos por cuyo adornado y exótico curso se veía lanzada como cordero al matadero; como un cordero ciego y aterrorizado; como una marioneta que es conducida por alguien a través de una mentira.

-¡No son nada. Nathaly, quiero que comprendas que esto no es real.!- Mi voz era por completo firme porque no podía hacer otra cosa. Sé bien que los nervios humanos pueden carcomerlos, corroerles la lógica como si se tratara de polillas que poco a poco van acabando con la madera hasta no dejar nada útil y, eso es lo que quiere el vampiro; dominarla, manipularla y devorarla al tiempo que lo hacen sus nervios... pero, no, no voy a permitir tal cosa porque tienes miles de opciones para elegir tu presa y hoy no tocarás a la mía.

Levanté a Nathaly y toqué sus manos con fuerza, mi frío y mi dureza debían de lograr algo para sacarla de ese estado que me provocaba ira mezclada de un dolor propio de quien quiere a ese al que lastiman. Pero mientras me incorporaba, aquél ser no se dio a la espera; un cuervo, más negro que la noche misma, estalló ante mis ojos en cuanto estuve firme y con los ojos puestos en él. Pero, no sólo este vampiro se puede mover con rapidez, pues antes que el cuervo terminara su explosión moví mi mano con tal velocidad que empuñé su corazón antes que pudiera quedar hecho trizas. Mi mano contuvo su centro vital ahora inerte y mi rostro fue bañado con su sangre sin que yo me inmutara por ello.

-Quédate detrás de mí, a poca distancia.- Le hablé con más calma a mi querida humana. Lo hice porque aquél espectáculo pudo ser peor para ella y yo reaccionaba por ambas. Me giré dándole la espalda a Nathaly y sonreí, aún sin retirar ni un poco la sangre del cuervo que salpicaba mi rostro. Entonces él apareció, acompañado con esa risa que cubría aquél mal con hermosura y, yo, avancé hacia él, uno, dos pasos y me detuve. Le miré en silencio mientras me hablaba, mientras se quejaba porque le había "quitado su presa", jaa, que descaro porque no conoce nada, la verdad es nublada por su ego y yo estoy dispuesta a jugar esta partida, este baile de muerte le cambiará la pareja para su siniestro plan.

Le sostuve la mirada como si no lo escuchara, sonreí y me relamí los labios con la mayor sensualidad que me fue posible; saboreé la sangre de aquella ave ya sin vida y le dí a entender que no me intimidaba, sino todo lo contrario. Se movió hacia mí con rapidez ¿Acaso esperaba que retrocediera? Sus amenazas para ella eran macabras y sin ninguna utilidad a mis ojos, pero no iba a llorar como ella, no iba a suplicar porque mi orgullo y mi ego pueden competir con el suyo y sé que mi mente ideará otra forma para liberarla de estas cadenas que ha puesto un vampiro luego que ella sola se metiera en su jaula.

Acerqué mis labios a su oído mientras sentía sus manos en mi cintura, suspiré cerca de él y tras escucharlo tanto fueron mis susurros los que se dieron paso aprovechando esa cercanía que bien podría dejarme sin vida.
-No sabes nada. No tendrás nada humano por hoy y ¿Sabes porqué? porque por esa misma sed que percibes voy a mantenerla con vida.- Le hablé suave y deslicé mi mano libre acariciando su cuello; no era una cuestión de responder a sus manos, era mi forma de mantenerlo cerca de mí y no de ella. Le miré, hablé y toqué con la seducción propia de los inmortales pero más que eso, lo hice con la misma seducción que él despertaba. Su maldad era tentadora, tan deliciosa que me hubiera unido a él si aquella presa no fuera Nathaly.

Sus manos tenían un plan, querían alcanzarla y yo, lo permití. Lo hice en principio porque no iba a hacer lo que él esperaba. Iba a mantenerla viva, claro, pero sin súplicas. -La puedes tener en tus brazos, matarla y dejarla sin una gota de sangre, irreconocible, si prefieres; pero... no será tuya aunque así le llames.- Una sonrísa se escapó de mis labios por más que mis pensamientos estaban casi todos en la sola idea del terror por el que pasaba ella. "Perdóname pequeña mía, porque puedo mantenerte con vida, pero no puedo prometer que no sufras." -¿Qué acaso no sabes que un templo sin nadie en él, deja de ser templo? Es hora que despiertes, hermoso cuervo, porque sé que si hoy me la quitas, no te alcanzará la eternidad para pagarme ni a mí para cobrartelo como imagino- Me acerqué de nuevo a él y dejé ver el diminuto corazón del cuervo en mi mano. Le miré de nuevo con fijeza y tome entre mis dedos pulgar e índice aquella diminuta semilla de vida. La llevé muy cerca de mis labios sin tocarla y de nuevo sonreí, aunque muy levemente. -Tal vez prefiera devorar el corazón del cuervo, sería mejor si esta noche sólo se devorara este- Y lo llevé a mis labios, lo mordí como si fuera un simple cereza que quiere ser mostrada. Lo disfruté, lo hice porque él entendería a lo que me refería con ello. Lo devoré completo, sin duda y con delicia. -No será tuya nunca, ya te lo he dicho, ni aunque la dejes sin vida y conserves su cuerpo podrá pertenecerte. Pero juega a tu nivel, sin trampas, conmigo...-

por **Nathaly Rilke** Sáb Sep 21, 2013 10:47 pm

Es imposible ganar sin que pierda otro.
Siro

Escuche con atención la respuesta que Lara me daba a mi pregunta, en otras ocasiones ella me había comentado sobre las habilidades de los vampiros para atrapar a las personas en sus juegos y por la manera en la que intentaba mantenerme concentrada en ella supe que esos cadáveres danzantes habían sido parte de esos poderes.
Su presencia me daba fortaleza y sus palabras me animaban a continuar y no dejarme caer en ese juego macabro, seque unas cuantas lagrimas que corrían por mi rostro, ya no existía motivo por el cual temer a ese vampiro ni a las ilusiones asquerosas que creaba y con las cuales estaba jugando conmigo; Lara estaba a mi lado y todo estaría bien no importaba que tan mal lucieran las cosas.

Permanecí detrás de Lara tal como ella me lo pedía, aquel parecía ser un asunto verdaderamente serio en el que me había metido, pero claro que yo no había podido suponer que algo de esa naturaleza me pasaría esa noche. Gracias a mi ahora también Lara estaba metida en aquel asunto con ese hombre que era tan atrayente como demente. El cuervo que voló en nuestra dirección estallo y sentí algo recorrer mi mejilla; no quise limpiarme, pues en mi mente sabía perfectamente que era eso que había salido del cuervo.

Mi cara mostró una mueca de desagrado ante las palabras de aquel sujeto, me trataba como si fuera parte de sus pertenencias desde hacía mucho tiempo y me molestaba el saber que me veía como su presa.
- No soy tu presa enfermo - le dije firme, sintiendo la valentía que me influía la compañía de aquella mujer que siempre estaba para mi en momentos difíciles, pero sus siguientes palabras hicieron que un escalofrío recorriera mi espalda. Su voz sonaba angelical pero cada una de las cosas que decía que haría conmigo no lo eran para nada; incluso sus palabras aseguraban aquello que Lara sentía por mi sangre. Era ingenuo de mi parte decir que no lo sospechaba o que no sabía ya… después de todo esa era la naturaleza de ella pero jamás le temería, no a ella.

De un segundo a otro estaba frente a nosotras y sus manos recorrían el cuerpo de Lara mientras su voz se oía cada vez más seductora. Mi cuerpo permanecía inmóvil y mis manos estaban pegadas a la espalda de Lara, como si le diera alguna clase de soporte que de manera obvia era imposible que le diera. Odiaba ser humana en momentos como ese, de ser como ellos, nada de eso estaría pasando y mi fragilidad no sería un inconveniente para mi protectora.
Con un rápido movimiento que fui incapaz de notar observe a Lara frente a mi y en mi cuerpo las manos frías de aquel maldito volvían a posarse.

Las palabras del vampiro me causaron gracia, si pensaba que a lo que le temía era a la muerte estaba muy equivocado. Sabía que moriría algún día lo único que me había aterrado de estar cerca de él habían sido los cuerpos horrendos que me perseguían.
- Debes estar bromeando - susurre, al tiempo que mis palabras eran seguidas por las de la mujer frente a nosotros, que le mostraban en parte lo que yo pensaba. No importa lo que pasara en eso tenía razón yo al final de todo era libre e imprudente y siempre lo sería.
Ella se refería a ese hombre como el cuervo y la forma en que actuaba me agradaba, ella era mucho más fuerte de lo que siempre había creído. Sabía que Lara era sencillamente maravillosa pero en esta ocasión, estaba sobrepasando todo lo que creía de ella así que solo fui capaz de sonreír, a pesar de que las cartas no parecieran estar a mi favor al estar entre los brazos del cuervo.

Si quería salir de esa para pasear una noche más con Lara, solo debía confiar en ella y dejarme guiar como la frágil humana que era de un lado a otro, ser mecida por ellos como las hojas lo eran por el aire. El cuervo y mi querida Lara comenzaban un juego que tenía como premio sencillamente mi vida, y estaría loca en esos momentos pero eso era verdaderamente emocionante… siempre que no hubiera cuerpos putrefactos caminando por ahí.

por **Nicolás D' Lenfent** Miér Oct 23, 2013 5:04 pm

¡Amado cuervo, que la agonía os acobije, habéis muerto de manera bella que ahora pertenecéis a vuestro pedestal, vuestras plumas os liberaran, glorioso vació habéis nacido solo, habéis vivido solo y ahora habéis muerto solo...! ¡Que el dolor se apiade de vuestro templo! ¡Agonicéis en soledad!

Tristeza seducida por el sufrimiento, la muerte protegía la vida, la vida suplicaba piedad pero la sensación de desunir sus existencias, le incitaban a desear destrozar aquel hilo que les mantenía unidas, había logrado la inmortal despertar a la pequeña de su pesadilla pero el horror no son los sueños ni cuando duerme, es la cruda realidad que florece, ese era el verdadero mártir para ella...

"Te has comido una parte de mi corazón mas sin en cambio me brindaste el crujir del mismo..."¡No! El cuervo se queda inmóvil, con la mirada siempre asesina, no llora pero emite su sonar, su pico se abre y el pequeño cantar libero, anuncia ir tras la miseria mas no su muerte, ya estaba muerto que al ser desmembrado de su frívolo corazón cae orgulloso de haber sido devorado, como cuervo devorador le han devorado...

Sus plumas se desprenden, vuela por los cielos y el vampiro solo observa, haciendo una reverencia para honrar su inexistencia....-No os parece bellísimo, tu frivolidad no es más que un deseo que los cuervos aclaman-musito sin semblante alguno, enfocándose en el corazón que se hallaba entre ellos y al ser acobijado por la tumba del templo del vampiro abraza a su presa...-Habéis devorado con sumo placer a mi cuervo pero que burla seria hacer lo mismo con ella- con seriedad, la frialdad que le caracterizaba le mira profundamente, penetrando el brillo para opacarlo, sentir su alma y poder arrancársela, mostrando que por solo placer le mataría sin retar las palabras ajenas que el exquisito mal engendraban...

-¿os han dicho que habláis mucho? -pregunta a la inmortal que se llena de sabias palabras- Bien, juguemos, lo que aman los cuervos son los templos vacíos, sin ningún alma puesto que las almas son impuras como la de ella, no tiene valor alguno, un templo como marioneta, despedazar las entrañas, devorar es lo único que nos fascina…-y da su primer movimiento así como esa osamenta inmortal, mofándose, burlándose de todo lo que desprendían que sujeta a la humana del cuello y deja caer su peso, retando a la inmortal que no tendría compasión.- Me provoca la manera en la que devoras, ¿Podréis devorarme hasta que no quede nada?.-apretuja con fuerzas el cuello, goza y se retuerce del placer del impedimento de la sangre.- Nada nos pertenecéis nada es vuestro, por ello de manera sucia, asquerosa pero siempre elegante lo hacéis vuestro cuando dejemos que se hundan en la miseria y al pantano de vuestras entrañas putrefactas...-dirigiéndole dolor a la humana, le trata como aquel corazón estrujado- ¿Qué seductor no os creéis?..-mueve del cuello como si fuese un títere de la joven, esperando ver como su piel se torna morada…-Contigo, con ella, qué más da si lo único que me llena es admiráis el sufrimiento, herir a lo que amáis es herir a uno mismo..-se saborea aquellas palabras con un regocijo supremo, ladeando el rostro para ver el cuerpo caído y ofrecido como una calavera.- A ti, solo a ti, pequeña haré que sigáis viendo como es este mundo lleno de atrocidades...-juega con amabas, en ese lugar sembrado de deseo no habitaban los bueno actos, maldad, crueldad eran los truenos por un lento corazón, observando la vida como pende de un solo hilo, un poco mas de fuerza y podría caer muerta pero eso no era nada, solo quería desnudar las jugadas de la interesante sombra inmortal, descifrar mas allá de una debilidad.

Sin alejarse la preciosa Lara de ellos, cuida como una leona a sus cachorros, alumbra la luz en el corazón ajeno para llevarle consuelo a las heridas que son engendradas pero sigue el vampiro sin permitir que brinden sueños donde el sol pudiera despertar o que las lagrimas le muestren un reflejo de consideración, sin perdonar al viento que tranquilo se encuentra sabiendo que nada podría ser más tenebroso que un grito, a pesar de que el dolor le causa al corazón ella sigue adelante, sigue viva que eso le hace fantasear y suelta una sonrisa atractiva, provocando la propia crueldad para el mismo.

por **Lara Karstein** Dom Nov 03, 2013 6:55 pm

"Como los locos, corréis hacia donde os llama el deseo,
pero jamás vais a poder saciar vuestro furor,
y de vuestros placeres, nacerán los castigos."

A mí lado se seguia agitando como un demonio, sin tregua. Se creía imparable, como el aire que flotaba por aquella noche y, su ego, parecía aumentar de tal forma que yo misma quería liberarlo de su esfuerzo, de su maldita esclavitud que había hecho de él ese cuervo del que tanto se mofaba: Frío, calculador, manipulador.... pero no es nada que yo misma no tuviera.

Lo miré y lo escuché en silencio porque algo me hacía pensar que él esperaba mis súplicas, que esperaba que Nathaly se deshiciera en llanto y ruegos para que le permitiera conservar la vida pero, ninguna cedía, ni siquiera un ápice. A nuestra manera, tanto ella como yo continuabamos retando al grácil pero dominante vampiro y eso iba a seguir funcionando de la misma forma aún en el último aliento de cada una.

-¿Tan acostumbrado estás a que las cosas funcionen a tu modo?- Mencioné aún manteniendo la calma mientras que no dejaba de preguntarme porque se hacía llamar "Cuervo". ¿Qué era lo que le había pasado a aquél inmortal para que sufriera tanto? Ya no tenía otra teoría. No tenía otro justificante más que aquél que algún día también fue humano, había detestado lo suficiente su ser como para mencionar la humanidad de tal forma. "¿Tanto te han bendecido tus alas? estás envuelto en una maldición que tú mismo tejiste".

No pude menos que mirarlo con ira cuando se avalanzó sobre ella. Volví mi mirada a Nathaly y no pude evitar sentir aún más ira viéndola tan frágil, tan cercana a la muerte que yo tanto intenté evitarle. Avancé sin prisa, como si no fuera a hacer nada. -¿Qué es lo que te hace sufrir tanto? Vamos, dímelo antes de robarle el último aliento. No comprendo tus motivos, no les encuentro sentido, ni valentía, ni nada de valor...- Mi voz de nuevo fue en extremo suave, era ese mismo tono que se apodera de mis palabras cuando la certeza es su centro, cuando la determinación no me permite dar marcha atrás porque ya hay algo en mente. -Nadie rogará aquí, esto te será lo mismo que nada...- Parecía que intentaba reflexionar con él y de cierto modo así era. Yo sabía bien que podía atacarlo pero si él era más rápido podría quebrarle el cuello a Nathaly antes de caer lejos de ella. "Maldita la hora en que se te ocurrió tomar este camino. Maldita tu imprudencia, maldito el destino que te puso a un inmortal tan desquiciado como este."

-¿Sabes que también puedo encontrar lo que amas?- Le respondí sentandome en una tumba muy cercana a ellos. -Es fácil para mí, tan fácil como lo fue devorar el corazón de tu pequeño cuervo. ¿Quieres jugar a esto? no voy a detenerme así que.... piensa mejor tus jugadas- Le sonreí como si yo tuviera el dominio de todo. ¿Qué pensaría Nathaly al respecto? podría creer que ella no me importaba lo suficiente debido a mi tranquilidad pero, era todo lo contrario, ella me importaba de tal forma que debía ser inteligente si quería sacarla de aquí con vida. No tenía otra opción o, sí, sí la tenía pero usaba las armas que tenía a mi alcance, paso a paso y, no iba a responderle como esperaba él, jamás hago algo así.

"...haré que sigáis viendo como es este mundo lleno de atrocidades..." ¿Qué planeaba al decir eso? realmente estaba loco, pero un loco que había sido cubierto con tal gracia y hermosura que lograba hacerlo confuso. No sabía que esperar de él, pero no iba a dejarme tomar ventaja.

-Continúa sonriendo, hazlo antes de que te devore la cabeza....- y entonces le sonreí tras una tranquila amenaza. Esa sería mi jugada pero.... aquella distaba mucho de lo que él podría llegar a imaginar.

por **Nathaly Rilke** Miér Nov 13, 2013 8:42 am

Estaba solamente ahí, confiando en Lara en que ella me sacaría de eso y estaría bien. Olvidaba en algunos momentos que aquel cuervo parecía un demente y que en cualquier segundo podía decidir que mi existencia no valía la pena y entonces con un solo movimiento terminaría con mi vida; pero para que pensar en la muerte cuando frente a mi estaba ella. Lara desviaba mi atención de todo aquello que pudiese pasar.

Pero aquel cuervo me recordó entonces que mi fragilidad era tremenda y que al lado de ellos yo no era nada. No solo sus palabras llevaron a que pensara en eso sino que sus manos sobre mi cuello y la forma en la que comenzó a apretarlo me hicieron sentir frágil, viva… humana.
– No… – lleve mis manos hasta aquellas que se mantenían inamovibles, intentaba inútilmente liberarme porque eso dolía pero no me quejaba demasiado, no quería que Lara se preocupara de más por mi pues finalmente seguía viva.

Un nuevo apretón provoco que entonces si me quejara en serio, aunque de mis labios apenas salió un quejido lastimero; por mi mejilla incluso rodó una lagrima, el aire llegaba con dificultad a mis pulmones simplemente aquel cuervo estaba jugando cruelmente no solo conmigo sino con ella también. Cualquiera pensaría que en mi lugar, era una estúpida por no rogar clemencia o pedir que me liberase; seguramente otros estarían dispuestos a dar lo que el cuervo deseara a cambio de su libertad pero a pesar de todo no suplique, no pedí libertad simplemente me dejaba hacer por él.

La voz de Lara llegaba hasta mi tranquila, suave pero a la vez amenazante. Distaba mucho de la voz cálida y amable que siempre era dirigida a mi pero independientemente de eso transmitía al cuervo las palabras que yo no podía mencionar, que ninguna se daría por vencida y me sentí contenta de saber que si en algún momento mi vida llega a su fin en manos de ese cuervo, ella se encargaría de destruir aquello que el demente tanto apreciaba. Podía ser yo la debilidad de Lara pero para aquel otro vampiro debía existir a su vez algo o alguien que fuera su punto débil. Solo esperaba que ese loco vampiro sufriera.

por **Nicolás D' Lenfent** Dom Nov 17, 2013 11:40 pm

[…] Mata la noche, desaparece esta oscuridad porque entre más caigas en ella, mas puedo jugar, ciégame, entretén mis ojos con algo porque no puedo dejar de dar pesadillas.~

Decía que la muerte podría ser una misma mujer y quizás fuese cierto, ahora que observaba a la vampira llamada “Lara” se podía sentir que su nombre era de un manto de hembra, como la vida es fémina, quizás sea ella esa misma, una mujer con dos nombres, vida y muerte….Sus dos caras en un único rostro, quien conoce su primer nombre ignora el segundo y así es sencillo elevarse, o caer, vivir perdidamente protegiendo o morir por proteger lo que se ama… “¿Cuantas veces no has oído llorar a la noche? Los caminos oscuros suelen llevar demonios consigo, así que cuidado a caminar porque esta es una enferma noche y el demonio no es más que esta belleza” Pensó tras haber escuchado su interrogativa, el aire era imposible que le respondiera ya que silencioso y con muchas palabras silenciosas eran interpretadas, pero solo basto escribir el sarcasmo en el rostro, embellecerlo con las más frías sensaciones, muertas y descaradas. Apretando con más fuerza ese cuello, quiere destrozar su piel, porque esa esencia sería un arte exótico para tenerla en sus manos, recorrerle después por todo el templo de un cristal encarnado, ya que solo quería derramar sangre.

“¿Porqué no sollozas? ¿Acaso te detiene ella?" Había esperado danzar con los quejidos de la humana, saborear su llanto por el dolor causado pero que burla había obtenido, se callaba el sonido del sufrimiento, se mostraba fuerte a pesar de ser débil, y jaque, solo un poco más de fuerza y embozo una media sonrisa, aquella donde un payaso demente quizás engendraría por tal magia sin embargo fue poco, quería mas de ese delirio viviente…-No hay nada que comprender, os he dicho demasiado que ahora solo déjame apreciar el arte que quiero liberar.-susurro con ansiedad, contando los pasos desprendidos de ella así como los latidos que se aceleraban de esa joven, sintiéndose complacido por haber encontrado a dos mujeres del silencio, tan bellas que parecían cantar en el rincón de los caídos, sin permitirse caer más por la valentía que representa ser cada una.

Y el sueño se terminó ya que el cielo ofreció un trueno, desvaneciéndose un poco la neblina, matando ilusiones llenas de mentiras, acariciando la tiniebla tras ir al pecho de la humana y con un pedazo de carne que le arrebato le soltó, dejándola caer al suelo, reptando la indiferencia de que muriera al caer. Siguiendo al viento de inmediato, sus cabellos danzan tras desprenderse la capucha, con su impúdica belleza bajo el mortecino brillo de la luna, siendo su cabeza una casa de locos, sabiendo que la belleza poseída era triste, dirigiéndose esa tumba donde la inmortal se encontraba y la sujeta del cuello antes de que salvara a su querido ser…-Nunca pedí algo, esto para mi es la nada…-musito y le arrojo lo más lejos para ser el mismo quien atrape de inmediato a la humana, moviéndose con rapidez que parecía ser solo una distorsionada visión…-Tendré que matarte para averiguar qué es lo que amo –hablaba con la humana, besando su frente, acariciándole con una uña larga y filosa…-¿Crees que me detendré? –niega rasguñándole el rostro, marcándole la mejilla solo por placer, escuchándole que sintió tal adrenalina, tal desesperación para que actuara, cogiendo un exquisito dolor para esa vida que estaba entre sus brazos, volviendo a encarcelarla en una ilusión, esta vez sabía muy bien cómo hacerle sangrar para que pida clemencia, perdón y piedad…Sin más le ofreció una batalla donde el cuervo y la inmortal se lastimaban, se herían pero distorsionaba todo, siempre convirtiendo todo en un mierda, por querer salvar a esta humana aquella inmortal el cuervo le quito su rostro, dejándole sin cabeza haciendo increíble esta pesadilla que aquí mismo el cuervo se quedó sin ojos por las garras de esa mujer que dieron todo por ganar, y aun así termina jugando con la cabeza de su querida Lara en lo que la humana delira por encontrarse débil ante su desangrado.

-Hare que llore, quiero que la veas sufrir, ¿Qué os duele más, verle sufrir emocionalmente o físicamente? …-hablándole a la inmortal, estando elevado al cielo, los mas que se pudiese para que la impotencia le destruya su orgullo como vampira de esta noche, jugando con las palabras ajenas, devorarle la cabeza no era nada así como los ojos, realmente no era nada, nada y nada…..

por **Lara Karstein** Dom Dic 08, 2013 6:20 pm

"De todas las tiranías de la humanidad, la peor es la que persigue a la mente."

Sus pensamientos eran aún más confusos y yo mantenía en secreto esa habilidad mía para leer su mente. Es cierto que muchos de nosotros, los vampiros, disponemos de esa delicada arma, pero también es cierto que puede olvidarse en momentos tan extraños como este; incluso, hasta ahora yo misma lo había olvidado y él también podía leerme si era hábil en aquello.

Al abordar las circunstancias, lamenté la suerte de Nathaly. Ella jamás debió alejarse de los suyos y frecuentar la compañía de cosas que no tienen, o al menos no demasiada vida. Ahí recaía el error de aquella humana a la que apreciaba; aquí repercutía mi error por permitirselo cerca de mí, o más bien, conmigo.

-Nada es suficiente...- susurré frunciendo el ceño sin entender aquél arte del que él hablaba. Pero claro, sus palabras no me bastaban porque yo veía en él un hueco mudo, un grito de auxilio en su aulladora fiebre. Su carácter y sus palabras parecían mezclar umbrías y solitarias noches y la espuma del placer que llevaba al llanto del suplicio. Era un monstruo, un demonio, un martir de toda la realidad que desdeñaba su espíritu. Su alma había sido perseguida por el infierno y en medio de su desquicio tuve compasión de él, por su pena sorda, por su insaciable sed a la que le llamaba arte. No obstante su carácter estaba maltrecho y arremetio hacia mí, luego de arrancarle algo de piel a Nathaly como el depredador que le avisa a su presa que está marcada y que volverá pronto a terminar lo que ha iniciado.

Pero de nuevo estaba ahí, tan sediento de lastimar, de sentirse ganador de una batalla sin sentido, de un propósito vacío de sangre porque iba más allá de la sed. Me tomó del cuello y me mantuve como si no pasara nada, mirándolo a los ojos e intentando leerlo hasta que utilizó su fuerza para propusarme lejos de él y volver a Nathaly. Aquél cuervo era veloz, pero yo sabía caer como los gatos. Me arrojé tantas veces a mí misma y desde tantas alturas que no era asunto complicado caer de pie por más inclemente que fuera el viento a mi paso o en mi contra. En efecto casi giré en el aire y en cuanto me detuve cayendo como felino no di espacio a nada sino que me propulsé hacia él con la misma fuerza con la que me había alejado. Sé que le habló a Nathaly pero no estoy segura qué fue con exactitud lo que le dijo; de lo que si soy consciente es que su sangre parecía gritarme y me resultó insoportable por aquella misma debilidad que me representaba.

De reojo pude notar el sufrimiento en el rostro de Nathaly, era como una angustia comprimida mientras el desconocido vampiro se posicionaba sobre ella como listo para el sacrificio. Se elevó hacia el cielo y supe que las palabras que ahora salían de sus labios eran para mí y yo no conocía la respuesta. No obstante, creí que el dolor físico en ella sería peor que el emocional porque de uno no podría recuperarse con la misma facilidad que con el otro. Pese a todo lo que la pregunta y sus actos representaban en la vida de Nathaly, supe que no podía dejar de razonar ni por un sólo momento, no podía cederle a él las riendas de mis emociones ni mucho menos permitirle que flagelara más a su víctima con la que yo tenía tanta cercanía. Por desgracia las alturas sólo se me dan cuando uso mi cuerpo para llegar a ellas, cuando escalo, cuando mis extremidades son las que toman su agilidad para alcanzarlas y, este no era el caso, no tenía opciones en un cementerio como ese aunque pudiera propulsarme con fuerza desde el suelo. Sólo tenía una opción, algo que me costaba demasiado por más que llevara mucho tiempo de practicarlo. Aquello que tenía en mis planes era un don con el que podía manipular la mente. Podía llegar a leer sus recuerdos, proyectarlos, borrarlos.... pero lo que buscaba era confundirlo. Por lo general este don requiere el contacto físico y cuesta bastante el hacerlo sin ayuda del tacto, pero muy a pesar de lo difícil no era algo imposible y valía la pena cada uno de mis esfuerzos.

Frené mi fuerza en aquella carrera que emprendí luego que él me lanzó lejos y concentré toda mi fuerza en mi mente, en mis pensamientos, en la idea de confundirlo con tal que soltara a Nathaly y poder atraparla en la caída. Lo que haría después era una gran duda porque si corría por salvarla a ella, él la encontraría. Y si me quedaba, la pugna terminaría con el amanecer o con la muerte de cualquiera de nosotros, incluída ella. Sin embargo vi a tiempo en su mente lo que intentaba hacer. El leer su mente se me hizo útil y vi de esa manera la visión que le proyectaba a Nathaly. Casi sentí escalofrío al ver el horror de lo que era una especie de visión de mi muerte pero me desligué pronto de aquello y continue con lo que planeaba -¡No le creas nada, Nathaly. Es sólo una ilusión, de nuevo juega contigo pero no creas nada de lo que tus ojos ven, nada!- le advertí en tono alto esperando que fuera suficiente para distraerla de los sucesos que el vampiro proyectaba para su mente. Y fue entonces, luego de aquella advertencia que utilicé mi don para revolver en la mente de él todo recuerdo posible para lograr confundirlo. -Nicolás... así es como te llamas. Nicolás D' Lenfent- musité sin detenerme buscando algo que me fuera realmente útil dentro de cada una de sus memorias.

por **Nathaly Rilke** Dom Dic 15, 2013 7:51 pm

Las palabras entre mi querida Lara y el cuervo no llevarían a una resolución real de aquel conflicto en el que yo era el trofeo, pero con cada vez menos aire que llegaba a mis pulmones y más dolor era infligido a mi cuerpo era menos capaz de concentrarme y saber de que hablaban o de que manera podía yo, una simple mortal ayudar a aquella mujer que para mi era todo.

¿Sería aquel realmente mi final? Mi querida Lara, no quería que ella sufriera al intentar salvarme y mucho menos que debiera ser testigo de mi muerte si es que aquella se daba. Era todo mi culpa, después de todo ¿Cuántas veces me dijo que no saliera sin ella? Nunca antes me había ocurrido nada de aquella naturaleza y mucho tiempo atrás cuando aún no poseía consciencia alguna de la existencia de la inmortal, poco me hubiese importado perecer en las garras del cuervo, solo que ahora era diferente, en esos momentos tenía algo por lo cual aún continuar con vida.

La vista se me nublaba, algunas otras lagrimas fluyeron de mis ojos pues no estaba dispuesta a ceder ante nada, más cuando el dolor inundo mi cuerpo debido a la violencia con la cual el vampiro había arrancado parte de mi piel grite. Un alarido de dolor salió de mi garganta al encontrarme ya en el suelo y fue en ese instante que mi mano fue a aquel lugar donde antes tenía carne, pero ahora solo había sangre la cual manchaba mi vestido.
– Lara… – susurre su nombre, aguardando porque fuese ella quien me tomara en sus brazos y al fin pudiésemos alejarnos de aquel lugar. Estaba enfocada en el color de mi sangre tanto que cuando intente mirar en la dirección donde estaba Lara solo pude sentir como nuevamente era arrebatada del suelo en el que me encontraba.

Los brazos que me sostenían no eran los que esperaba tan ansiosa y una vez más el rostro del cuervo apareció frente a mi, con la demencia escrita en los ojos y el ansia de sufrimiento ajeno en los labios.
– Adelante… no tengo miedo… – susurre en una manera de darme valor a mi misma mientras que por mi mejilla una gota de sangre resbalaba, podía sentirla.

De un segundo a otro, me sentía libre de sus manos. Mi ingenuidad humana no me daba para comprender que yo era simplemente la diversión del cuervo que me mostraba lo que deseaba que viera lo cual en esta ocasión me pareció peor que los cadáveres danzantes y al igual que los primeros esta ilusión era tan real que perdí contacto con la Lara que aún intentaba rescatarme de aquel vampiro.

Frente a mi, en la “realidad” que estaba viviendo se encontraban Lara y el cuervo, luchando. El pecho me dolía y en la garganta debía de tener marca por la manera en que antes me apretaba el vampiro, pero eso no me importaba así que comencé a gritarle a Lara a implorarle que nos fuésemos de aquel lugar y que olvidara la pelea. No estoy segura de si aquellas primeras palabras salieron realmente de mis labios o creía simplemente haberlas dicho, de lo que si estoy segura es de lo que siguió fue audible y visible para todos con respecto a lo que sucedía en mi.
Frente a mi la batalla continuaba pero en el instante en que la cabeza de Lara fue el nuevo juguete del cuervo me quede sin decir nada, algunas lagrimas salieron de mis ojos antes pues me negaba a creer que aquel fuera el final de ella.

– Lara… – aquel nombre fue primero un susurro pero entonces realmente me eche a llorar y a gritar su nombre como si aquello fuese a traerla de vuelta. Gritaba con toda la fuerza que me era posible, no me importaba después no poder pronunciar palabra alguna la quería de regreso – ERES UN MONSTRUO… – grite finalmente al cuervo mientras lloraba y ya no decía nada, que más podía decir sino llorar amargamente pues a quien tanto quería ya no estaba.
El cuervo se había topado con mi debilidad.

por **Nicolás D' Lenfent** Lun Mar 17, 2014 9:25 pm

Al final cuando se desvanezca esta pesadilla… ¿Quién contara esta triste historia? Un alma se fue en paz… ¿Se podrá recordar este escenario? ¿Se podrá recordar el dolor o desaparecerá?...

Cruelmente siguen las telarañas de las ilusiones, envolviéndoles en una manta dolorosa, ansiando destruir ese lazo intenso que le carcomía en el interior, sus evocaciones desprendidas, la humana y la inmortal le invitaban al caos de la destrucción púes los tristes demonios que escondía gruñían por despedazar trozo por trozo su unión, ultrajar la línea que les mantenía conectadas con esos sentires que nunca llegara a comprender.

Ofreciendo al Dionisio de su vació las profundas lagrimas de la vida, esos gritos desesperados, dolorosos y caricias vibrantes que brindaba a la hora de escucharlos… ¡Así, llora, gime, grita, grita con tu cántico tétrico! Regocijándose del placer, un pergamino en espiral, el goce recorría pero que frialdad, preciosa oscuridad que maquilla su rostro, inerte, tenebrosos ojos de un martirio descifrado, volviéndolo loco su linfa, esa chispa de la vida quería consumir, desatando el horror, la violencia de cada gota lagrimosa, forjando el peor dolor de ver agonizar al ser querido…Teniendo razón en sus palabras “Nada es suficiente” Claro como el aire temeroso, no bastaba con una mordedura ni un trozo de carne, nada era suficiente porque las gotas del licor sangriento se dispersaba en el vacío, descontrolándolo por ansiar mas de ello, locamente suplicaba capturar todo, ¡Tomar todo a la fuerza hasta que no quede nada! ¡Consumirla, ultrajarla, chupar sus huesos hasta que el calcio desaparezca!...Luciendo en las pupilas un brillo desasosiego, sabiendo que entre más se aferren a la vida más los deseaba, ya podía sentir al lamer la valentía, esa fuerza por seguir.

¡Bravo, bravo! Cual felina brava saca sus garras y cae con estilo, deleitando a la inmortal, belleza suprema que le hacían llevar en lo alto un estandarte de guerra, lo maldito de este suceso es que ninguna era su oponente si no el mismo…!Grita, sigue gritando! Aclamaba con esa humana, era especial, realmente su alma le deseaba succionar hasta la última gota, ya que la excitación le fascinaba, encantado de verles sufrir una como a la otra…

Manteniendo su mente abierta a la negrura, como un mar ciego de aguas, fue posesionada por la inmortal que apenas dejo que surcara los pensamientos, no estaba seguro si podía llegar a controlarla pero al escuchar el nombre, tan ajeno y propio le hizo abrir los brazos pero sin soltar la vida que se le iba de las manos, pero el espejo resalto, retirando la ilusión en la humana, concentrándose en los pensamientos porque sabían que le estaban haciendo algo.

Así, sin más, creo su farola, dejo al libre los pensamientos, los recuerdos no podían prohibir pero regalaba mas, ofreció una especie de ilusión que el mismo se forjo, uno donde aquella humana llegaría a ser vampira, por el simple motivo de mantenerla a su lado, así de egoístas son las personas aunque mientan sobre la cruda realidad; “¡Mira en el espejo! ¿Ves su cara? ¿No reconoces esos ojos? ¿Ves sus lágrimas? ¿Las ves negras? ¿Oyes la voz, oyes como se ríe? Es la misma mascara que todos tenemos, sentimientos que se confunden por la sed, todo el dolor vencerá del estar encarcelada, ni el amor supera la oscuridad, ¿Crees que podrá vencer el miedo? ¿Tú podrás seguir existiendo sabiendo que su corazón ya no late? ¡Mira el espejo, mira la verdad! Ella algún día tendrá que morir y será siendo lo que tú eres…”

Y el cuervo soltó su miseria, hacer daño supremo, transformar todo en ruinas, ya no podía hacer más que sus alas se abrieron (manos que solo un monstruo no llama) descendiendo la humana y el cuervo con las alas abiertas sin movimiento alguno, sufriendo el trastorno de ser nombrado, de despertar del mismo nombramiento que es lo único que le hace daño, ser la bestia que solo es, ser él mismo, dejando que en la penumbra se revolcaran los recuerdos, cogiendo uno al cual no sabía de su existencia…”Ese, ese nombre al que debería de temer…Asmodeo, Asmodeo” (Si su oscuridad tiene dueño, ese debería ser él)…Cerrando los ojos, orando para que el recuerdo siguiera su curso, correr al reencuentro de la mente jugada por la traición.

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Despues del anochecer [Privado]

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