Si superamos el sufrimiento... Seremos ¿Salvados? [ocupado]

por **Matsumoto Takanori** Mar Dic 04, 2012 10:59 am

Sentía que era muy difícil llegar a entenderse, era una persona distinta a los que aparentaba en los momentos de tristeza, concretamente aun estaba en dificultad de encontrar una respuesta concreta de lo que era en realidad, ya al menos tenía una noción de que a personas como nosotros se les llamaban “cambiaformas” pero aun me gustaría saber parte de mi pasado, para poder tener claro mi futuro. Muchas personas habían partido, pero yo aun seguía en ese lugar, no tenía un motivo exacto, no estaba completamente seguro de cómo me mantenía vivo y como podía cada día llenar mis pulmones para que estos no desvanecieran. Tantas preguntas, que no podría resolver, solamente para quedar en la misma respuesta: sigo en este lugar.

¿Por qué dios me quiso de esta forma? Personas increíbles que mueren por vejez debieron tener esta oportunidad de nacer casi inmortales, ¿Por qué me dejo a mí y a ellos se los llevo?. En estos momentos miles de personas ya debieron dejar de llorar, de quejarse y de desistir. Mientras yo sigo en este lugar, triste por mi presenta, lamentándome de no saber mi pasado y teniendo miedo de no tener idea de mi futuro. La tristeza era algo importante, está bien, me llenaba de aquel sentimiento que me daban ganas de romperme a llorar, pero al menos me daba algo importante, yo seguía luchando, deseaba respuestas y no me detendría hasta obtenerlas.

El deliciosa aroma del verano llegaba a mi hocico canino, aun no podía controlar bien mis trasformaciones, pero en esta ocasión estaba feliz de ser un animal, tenía otra perfectiva y de cierta forma me daba más libertad de pensar, movía mis patas por cierto lugar fangoso, solo me di cuenta muy tarde que mis patas estaban manchadas de barro, creo que fue cuando una señora grito por haberle manchado su tienda, bueno en realidad estaba tan distraído que solamente pude sentir la piedra en mi trasero que me hizo correr, de cierta forma me estaba riendo, pero bueno, son cosas que le pasan a un canino. Las personas no tenían aquella humildad, trataban a las otras especies de forma inferior. Bueno que se podría esperar un una especie que trata de forma inferior a su misma especie. Clase alta, media y baja… realeza! ¿No eran todo lo mismo? Pura mierda eran lo que eran, serian lo que serian. No le tenía desagrado a la humanidad, solamente a las personas que se creían superiores.

Había conocido personas que no le importaba ni un comino de donde uno provenía, siempre los trababan con amor, aquellas personas si mecerían tener los más altos estándares, ser reconocidos y bien portados, pero casi siempre eran de alguna clase media o baja, pocos de la clase alta y mucho menos aquellos altos funcionarios que lo único que buscaban era dinero. Deje salir un jadeo, el sol comenzaba a matarme, no sabía exactamente qué hora era, pero por ver el sol y el calor que estaba llegando a mí, deduje que podrían ser como las doce, era mejor que buscara un lugar para buscar algo de comida o me debilitaría y un animal debilitado tendría seguro la muerte… bueno eso era lo único seguro que en realidad tendríamos todos: la muerte.

por **Ludimila** Lun Feb 04, 2013 4:06 pm

A pesar de que desde que llego a Paris y tenia una posición desahogada, Ludimila no podía quitarse ciertas costumbres y es que, estaban intrínsecas en el carácter de la joven rusa. Era por naturaleza, activa y no podía quedarse de brazos cruzados en casa. En la despensa el alimento escaseaba, así que decidió coger la cesta de mimbre y los francos necesarios y se acerco al mercado.

Al medio día el lugar estaba a rebosar, aunque el mercado siempre tenia esa dinámica ajetreada que lo hacia un sitio lleno de vida y de intercambios. Haciéndose hueco entre la multitud Ludimila consiguió llegar hasta los puestos que a ella le interesaban. Pudo comprar puerros, judías, lubina, unas cuantas truchas y diez filetes de ternera. estaba claro que la chiquilla iba a pasar buen tiempo en la cocina.

Y es que esas acciones iban destinadas a despejar su cabeza de los problemas y dramas que acechaban a su alma. Tanto trabajo en el salón de baile y la soledad que estaba experimentando en las ultimas semanas la estaban dejando desolada y tal vez agriandole el carácter y ella desde luego no deseaba convertirse en alguien malhumorado y antisocial. Aun así, la joven albergaba la esperanza de que solo estaba pasando una mala temporada.

Ludimila tomo el camino donde se encontraban los restaurantes. pasear por ahi le resultaba agradable y además le abria el apetito. Le encantaba leer los elegantes o creativos letreros de cada estancia y ver que tipo de restaurante se trataba.

Y derepente, un hermoso perro blanco se cruzo en el camino. El animal parecía exhausto, pero era tan bello que Ludimila no pudo evitar posar sus asombrados ojos violetas en el.

-Oh, hola pequeño-le susurro la joven en ruso, mientras se agachaba cuidadosamente para quedar a la altura del animal-¿No tienes dueño? Con lo bonito que eres-sonrió-Pareces hambriento...

Y se le encendió la bombilla. Tenia comida en la cesta, metió la mano y rebusco y cogió un paquete, era aquel donde se encontraba los filetes. Lo desenvolvió y le ofreció un trozo al can...

por **Matsumoto Takanori** Miér Mar 06, 2013 9:08 pm

Sentía que alguien me mirada, bueno todos posaban sus ojos en un perro, los niños comenzaban a susurrar y reprocharle a sus padres cuando veían a un lindo perro blanco cerca de ellos, pero estos tranquilamente le decían que no era buena idea tenerlo y los pequeños quedaban decepcionados. No me veía como una mascota, no era animal, esa era la verdad, pero tal vez tampoco era humano. ¿Dónde quedaba aquella línea entre una especie y otra?. Aquella mujer, era joven, tal vez aun no estaba en sus días de madurez a lo mejor estaba entrando a esos años en donde el cerebro se vuelve más maduro y las personas dejan de hacer tonterías. Me susurro algo en un idioma que no pude entender, apenas el francés podía comprender, así que aquellas palabras me parecieron una especie de trabalenguas que la joven intentaba enseñarme. Moví la larga y peluda cola al notar que su sonrisa detonaba cariñó y amabilidad.

No la entiendo. Quise decir pero simplemente me quede en ese lugar cerca de ella, ella pareció meter su mano en la canastilla que tenia, el aroma llego a mi nariz y una explosión de olores comenzó a saturar mi olfato con cosas tan deliciosas que instintivamente acercaba mi hocico cada vez más a ella, pero con aquel miedo que tenia de sentir su palma en mi hocico baje mis orejas mientras con cuidado olía lo que podía llegar a percibir en aquella corta distancia. Ella olía bien, parecía ser una de aquellas personas que solamente puede detonar sencillez y dulzura, eso me gustaba, adoraba las cosas dulces como la miel o algún jugo endulzado, las fresas también eran mis favoritas, no importaba que fuera animal, si me regalaban un poco me las comería gustosamente.

Me quede un poco sorprendido, pero tan alegre que el lugar en donde estaba ya no importaba mucho, me acerque cuidadosamente a aquel jugoso trozo de carne que la mujer me ofrecía. ¡Gracias! Con mi lengua lo lamí antes de sujetarlo completamente y llevarlo al piso, lejos de sus blancas y delicadas manos, que habían quedado un poco sucias por aquella carne. No podría describir la alegría que aquello me traía, una persona debía sufrir un hambre terrible para poder entender mis emociones. Era bueno saber que había personas buenas, que se despojarían de un pedazo de comida; que podrían utilizar para alimentar a su familia. Para dárselo a un simple animal. Eso era tener un alma aun rebosante de aquella conciencia infantil, pues solamente los pequeños eran puros y daban cualquier cosa a otra persona sin pensarlo demasiado.

Me termine el pedazo rápidamente, aquello era poco, pero era lo suficiente como para no morir de hambre, me quede mirando la cesta de comida, mi nariz traviesa buscaba adentrarse a ella pero obviamente la joven no me dejaría, comencé a chillar mostrándole una mirada de borrego degollado mientras mi pata se ponía en su regazo pidiendo al menos un pedazo de pan mas, yo no era exigente, tampoco abusador, pero con otra pequeña ración de comida, aunque fuera mínima, sería lo suficiente para que yo dejara de rebuscar entre la basura de aquellos grandes restaurantes y pudiera ser feliz, pues mi estomago no estaría quejándose por no tener nada en el.

Gracias por contestar, pensé que se iba a ir a la basura u.u

por **Ludimila** Dom Abr 07, 2013 10:24 am

Aunque al principio el animal mostró un poco de recelo enseguida se acerco a Ludimila, empujado por el hambre que debia padecer.

Ludimila sonrio tiernamente, si los seres humanos sufrian, no se imaginaba como debian sufrir aquellas criaturas que iban sin rumbo fijo por las ciudades.
En la naturaleza tal vez pudieran desenvolverse mejor, pero en las polis todo era diferente, con el peligro de los seres humanos y su tecnología. Ahí eran tratados como bestias inmerecedoras de cualquier piedad.

Entonces el perro apoyo sus patas delanteras encima de las rodillas de la rusa, haciendo que esta por unos segundos tuviese que mantener el equilibrio.

-Oh-suspiro la joven por unos instantes. ¿Tal vez quería más? ¿que podria darle? Otro filete tal vez, pero si le daba otro filete la plata que habia gastado en ellos seria en vano.

La rusa se levanto, si se lo llevaba a casa podria preparar algo más decente con buenas sobras de la comida.

-Ven conmigo amiguito-le invito con tono amable-en casa tengo cosas para darte-sonrio levemente y se echo a andar, haciendo gestos con la mano libre para que el perro le acompañara.

P.D: ¡Es un placer! Smile

por **Matsumoto Takanori** Miér Mayo 01, 2013 6:32 pm

El hambre en ocasiones movía a las personas, odiaba no poder transformarme con tranquilidad y ser lo que verdaderamente era, pero me debía conformar con aquel animal blanco que movía la cola gracias a las atenciones de aquella joven mujer, pocas veces te encontrabas con una persona así, siempre habían más gente malvada que prefería golpearte, alejarse de un pobre animal que ayudarlo, pero ella había demostrado que no era como todos los demás, su sonrisa era tan tierna que me quede un poco hipnotizado con ella, ladeando la cabeza de un lado mientras en mi mente canina rondaba la pregunta de cómo podría existir aun personas así

Me quede cerca de ella, mirándola mientras ella se levantaba y yo le miraba atentamente, la escuche invitarme con su voz suave, con un acento nada parecido a lo que estaba acostumbrado, pero agradable. Moví mi cola, pues era la una manera de saber que estaba contento, ella se movió hacia donde debería ser la dirección de su hogar, dude un poco, baje mi cabeza y olfatee el lugar tanteando levemente para luego caminar con pasos lentos, mirando desde lejos como la joven con su mano invitaba a aquel perro de pelo blanco a acercarse aun mas.

Ladre de forma suave y entusiasta mientras daba pasos largos para después posicionarme delante de ella, oliendo todo lo que podía y de vez en cuanto deteniéndome para ver hacia atrás y verificar que estuviera ella detrás, cuando veía su figura fémina caminar sin preocupación, eso me tranquilizaba, así que, así seguí, caminando tranquilamente mientras esperábamos llegar a su hogar.

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