De voluntariado... [Privado, +18]

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Lun Dic 17, 2012 1:51 pm

Una tarde de verano; llevaba sentada al lado de la ventana un buen rato, disfrutando del ruido de las cigarras que no cesaban y también disfrutando del Sol pues adoraba la luz que éste desprende. Estaba en el hospital de voluntaria, últimamente habían llegado muchos enfermos y faltaba personal; aunque Évelyne no fuese enfermera, sabía de cuidados y una ayuda nunca venía mal. En ese momento estaba descansado pues llevaba desde la mañana atendiendo a los pobres pacientes, algunos demasiado graves. A ella no le importaba estar allí y poder ponerse enferma pues estaba segura de que eso sería muy difícil ya que siempre ha tenido una espléndida salud. La gente y los trabajadores no le dejaban de agradecer su trabajo y, a pesar de ser una cortesana su vida no se basaba únicamente en eso.

Pues bien, sentada allí cómodamente cerró los ojos y se relajó un poco. Pero, en ese momento se le pasó a la cabeza una imagen de Ismael a quién consideraba su amigo y tenía mucho aprecio; se lo contaba todo. Estaba segura de que éste estaría buscando alguna criatura sobrenatural pues ese era su trabajo y, se esforzaba demasiado aunque apreciaba mucho su trabajo. Uno de los intereses que compartían era su odio hacia los vampiros, Évelyne los odiaba porque una vez se enamoró de uno y éste solo la quería como fuente de alimento. Poco después de su decepción, conoció a Samuel y éste le hizo ver que había mejores personas que ellos y que no se preocupara. Calmó su dolor.

Se lavó la cara para despertarse pues le había entrado sueñecito por el calor de Sol y las manos pues en breve debería seguir con la tarea de cuidad a las personas. No estaba siendo pagada (por algo es voluntariado), simplemente lo hacía por buena fe. Entró en la zona de las camillas y observó que habían llegado tres personas más, una de ellas era un joven chiquillo que sufría de trombosis en la pierna derecha. Estuve un rato con él y le eché los potingues suficientes para que este se mejorara (aunque no tuviera muy buena pinta). -Gracias señorita, que Dios se lo pague- me dijo el pobre niño y seguidamente le di un beso en la frente.

El día pasaba y aún seguía allí. De repente, una enferma la llamó y le dijo que había alguien esperándola fuera. Se asomó y vio que era Ismael y parecía que venía a sacarla de allí. Miró preocupada a la enfermera pero ésta pareció que le había leído la mente - Está bien, está bien...puedes irte, has trabajado duro desde por la mañana, te estoy muy agradecida- le dijo muy convincente mientras se dirigía a dentro de nuevo. Entonces Éve se despidió de todos, recogió sus cosas y fue junto a Ismael. - ¡No hacía falta que vinieras a buscarme! Pero...gracias.- exclamó tras abrazarle. Caminaron juntos durante un rato, observando como el Sol ya estaba casi puesto. Qué bueno es...

por **Ismael Gómez** Lun Dic 17, 2012 3:41 pm

-¿Ya?- dijo la voz del aquel hombre.

Ismael asintió y le entregó un cuerpo inerte. Aparentemente parecía humano pero él sabía bien que no lo era. El hombre le entregó un sobre de bastante grosor. Ismael miró dentro y después se lo guardó en el bolsillo del pantalón. Dio media vuelta y se alejó de allí. Cuando salió el exterior el Sol estaba en caída. Cerró los ojos y escuchó el canto de las cigarras. Entonces como si aquellas criaturas le quisieran decir algo apareció el rostro de Évelyne. Sonrió. Hacía un par de días que no la veía por culpa de su trabajo así que salió corriendo.

A pesar de estar anocheciendo la carrera hizo que algunas gotas de sudor le cayeran por el rostro. Cuando llegó al lugar donde trabajaba su amiga le indicaron que aquel día había ido al Hospital. "Tan buena como siempre" pensó Ismael. Entonces se le ocurrió una idea.

Volvió a correr por las calles de París, esquivando a todo el mundo. Su espada enfudnada en la funda de madera chocaba sonoramente con su espalda. Consigió llegar al Hospital antes de que saliera la Luna. Respiró hondo y se limpio el sudor de la frente con la camisa. Entonces se acercó a la puerta del hostial, donde había una enfermera.

-Disculpe, ¿está aquí Évelyne Courtois?

La enfermerá lo examinó de arriba a bajo y no tenía una mirada muy santurrona. Ismael se quedó esperando a que aquella mujer dijiera algo. Finalmente, asintió con la cabeza y le indicó que esperara. Se estiró, al hacerlo puso una mueca de dolor. Se levantó la camisa y vio una gran mancha de color morado.- Mierda- susurró.

No tuvo que esperar mucho más hasta que vio a Évelyne aparecer por la puerta. Ante su queja levanté un dedo.- Sabes que me encanta venir a recogerte. Adoro tu presencia.- Le puso un brazo por los hombros- ¿Qué tal el día de voluntariada? ¿Nunca has pensado en prepararte para enfermera?- Aunque se habíanconocido en su profesión. Ismael pensaba que Éve se merecía algo mejor pero él la apoyaría en todo lo que quisiera.-Ésta noche será diferente- le anunció.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Lun Dic 17, 2012 4:29 pm

Observó a Ismael, tenía buen aspecto pero se dio cuenta de que estaba cansado. -¿Qué es esa macha de ahí?- dijo mientras la señalaba. -Realmente te esfuerzas demasiado- suspiró. En realidad, a Évelyne le encantaba más la presencia de éste pero decidió no decir nada. Se sentía feliz de tenerle tan cerca.

- ¡Qué va! Nunca aceptarían a alguien que haya sido una cortesana aunque tenga buenas habilidades. Además, ser cortesana tampoco está mal.-le sonrió. -Me fue bien el día, sólo que hay más enfermos de lo habitual y hay una epidemia desconocida. Pero, no te preocupes no estuve en contacto con enfermos que tienen enfermedades muy contagiosas.-

-¿Cómo que esta noche será diferente?- le pregunta con curiosidad mientras siguen paseando por la calle. -Si vamos a ir a un lugar pijo deberías haberme avisado porque con estas ropas no voy a ningún lado- No se esperaba la llegada de Ismael y le hizo muy feliz que estuviera esa noche con ella a pesar de que está muy ocupado y tiene a más personas a las que ver.

De repente, como un acto reflejo, le cogió la mano mientras seguían caminando.

por **Ismael Gómez** Lun Dic 17, 2012 5:42 pm

Ismael miró serio a su amiga.- Espero que hallas estado alejada lo suficiente, no quiero que te pongas enferma y bueno...- desvió la mirada para darle un leve abrazo. Negó levemente con la cabeza.- Si no me esfuerzo yo ¿quien lo hará? Tendré que proteger a la gente buena como tú de esas bestias.

Seguimos caminando. Su presencia me era agradable. A Évelyne le podía contar cualquier cosa que sabía que le escucharía. Le agradaba sentir esa complicidad con alguien que no fuera su propia hermana. No iba a estar siempre con ella, algún día su hermana se haría su propia vida. Esuchó a Éve y sonrió.- Bueno, si a ti te gusta tu trabajo no te diré nada, aunque sabes lo que pienso.

-Tranquila, no te voy a llevar a un sitio pijo. No me gusta esas formalidades, lo que vamos hacer es díferente. - Notó la cálida mano de Éva y se la extrechó con cariño. No le importaba ir así, al revés le gustaba. Ismael de vez en cuando le dedicaba alguna mirada a la chica. Se gustaba esa belleza tan natural. A Éve no le hacia falta ir muy arreglada para verse bella, ya que poseía los dos tipos de belleza: su gran aspecto y su bondadoso corazón. -¿Hay algo nuevo desde la última vez que nos vimos?

Caminaban tranquilos por las calles de Paris mientras que el cielo veraniego se volvía de un precioso color rosa.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Mar Dic 18, 2012 6:14 am

-No te preocupes, ya sabes que es muy raro que yo me ponga enferma- le dijo mientras le dedicaba una mirada que sugería seguridad. -Ya sabes que aún me arrepiento de lo que hice... y me da mucho coraje no haberte conocido antes de eso para que me hubieses avisado. Pero ahora estoy a salvo contigo y tu también lo estás conmigo.- afirmaba en voz baja y seguidamente sonrió.

-Sabes que si te molesta de verdad que trabaje en esto, solo tienes que decírmelo- apretaba su mano fuertemente. Évelyne y él habían sido amigos ya por algún tiempo y había un cariño especial entre los dos. Pero, ni Ismael era de relaciones serias(por lo que sabía) ni ella podría meterse en una relación si trabajaba de cortesana pues no se sentiría bien sabiendo que alguien la quiere de verdad y ella está allí satisfaciendo a otras personas. Ambos lo sabían pero callaban.

- Realmente no; lo mismo de siempre. Aunque tengo que decirte que cada vez trabajo menos como cortesana y no es porque no vengan clientes,es simplemente que ya no me atrae de igual manera que cuando me metí hace unos años. - Era verdad, ya no le parecía lo mismo y de algún modo quería formalizar su vida.

-Y...entonces, ¿a dónde iremos?-le miraba curiosa con intriga.

Estaba embobada observando el cielo ahora de un rosa precioso indicando que el día se acababa, se sentía muy feliz de compartir el mismo cielo en ese momento con su amigo.

por **Ismael Gómez** Jue Dic 20, 2012 3:29 pm

Sabía que su amiga gozaba de buena salud pero no podía evitar preocuparse. Al escuchar aquello se le encogió el corazón. Évelyne le contó lo que le pasó en el pasado e hizo que Ismael se prometiera que ningún humano le pasará nada parecido. Podía llegar a perdonar a un licantropo o a un cambiaforma pero a un vampiro... jamás podría. Le sonrió cálidamente para influir confianza a su amiga.

-No es que me moleste...- se mordió el labio.- Es que no sé, te mereces un trabajo mejor. Pero olvídalo.- Le agarraba la mano con cariños.- Pero si tú mismas dices que ya no trabajas tanto en eso... podía ayudarte a encontrar otro trabajo. Tengo algún que otro contacto.- le guiñe el ojo.

Paseaban tranquilamente. Levantó un dedo misteriosamente y se lo llevó a los labios haciendo un débil sonido de siseo. - Es un secreto, cuando estemos llegando te taparé los ojos. No quiero que descubras nada.- le sonrió divertido.

Ismael se había planteado más de una vez dedicarse por completo en ella, pero no podía, primero por la propia seguridad de la chica, segundo por el trabajo de ella y tercero porque aún le quedaban muchas mujeres que conocer. La noche iba cogiendo protagonismo en el cielo de Paris.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Dom Ene 13, 2013 4:50 am

Évelyne notaba que hablar de vampiros le hacía enfadarse un poco, sin embargo aquella sonrisa le embriagó y dejó de lado cualquier pensamiento que tuviese que ver con criaturas sobrenaturales.

-En eso tienes razón. Pero, ¿crees que aún puedo organizar mi vida?-le preguntó preocupada mientras aún seguían caminando.-Podría dedicarme a cazadora, como tú...ya sabes, no se me da nada mal y creo que entrenando duro puedo llegar lejos. Odio a los vampiros aunque todos no sean igual de perversos.- decía con un tono bastante serio para que Ismael no la tomase en broma.

-Bueno, si tienes algún contacto podría aceptar sugerencias-sonrió dulcemente.

Con el gesto que éste hizo le entraron ganas de besarle, pero se las guardó. -Está bien, me dejaré guiar por ti.. ^^ -tras esa frase soltó una risita inocente, le gustaban las sorpresas (mientras no fueran malas).

La verdad es que poco a poco Éve sentía más y más cariño por el cazador, cuestionándose si verdaderamente solo le necesitaba a él. Pero, no podía decirle nada, tenía miedo de que algo le pasara a su amistad y se distanciaran. No veía apenas posibilidades para estar juntos, como algo más...

por **Ismael Gómez** Dom Ene 13, 2013 4:05 pm

Se tuvo que llevar una mano a la boca para no soltar una sonora carcajada pero suspiró hondo y bajó la mano. Entonces al ver el semblante serio de Évelyne y dio cuenta de que no era una broma. Ismael frunció el ceño y miró serio a Évelyne.- No, cazadora no. Éve es peligroso además que hay que...matar.- le cogí una de las manos.- Puedes organizar tu vida pero no como cazadora. No me permitiría ponerte en peligro ni que se te ensucien las manos. Yo no solo cazo vampiros, hay otras criaturas y son iguales de peligrosas.- Le sonrió tiernamente.- Se te da bien eso de cuidar enfermos, puedes entrar como auxiliar de enfermería y que te enseñen a ser enfermera... debido a mi trabajo suelo pasar un tiempo allí, así que conozco algunos médicos de peso. Aunque dime que te gustaría ser y ya veo si conozco a alguien.

Le dio un leve apretón en la mano de Évelyne, suaves, cálidas y desprendían cariño. Aquella chica era dulzura pura y le encantaba. Ni siquiera se dio cuenta de que estaban casi llegando. Entonces se paró e hizo que ella se parara. Ismael le contempló el hermoso rostro, sus vivos ojos azules y su cabellos fuego pero tuvo que abstenerce para besarla, aún no era el momento de darle un beso. Sacó un paño de su bolsillo.- Ahora debes confiar en mí e ir a ciegas.- Le colocó con delicadesa el paño y empezó a guiarla. Cogió una de sus manos y con el otro brazo lo pasó por su cintura para poder cogerla si se tropezaba. Caminaban con cuidado para que ella no tuviera ningún accidente. Llegaron al límite del bosque y entonces la cargó a su hombro.- Con permiso.- entonces se introdujo hasta que llegarón a un claro. La luna brillaba en el cielo, era casi Luna llena por lo que la Luna estaba casi entera. Pero aquella noche no había ningún hombre lobo por la zona. La posó en el suelo con delicadeza.-Espera- Le susurró y caminó hasta una roca y sacó una cesta de detrás. Dejó la cesta al lado de Évelyne.- ¿Lista?- Le quitó el paño y dejó a la vista un claro que estaba alumbrado por la Luna y por muchas pequeñas luciernagas.- Hoy tendremos una cena un tanto diferente.- le susurró en el oído.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Dom Ene 13, 2013 4:49 pm

Al ver la reacción de Ismael supo que había dicho una barbaridad y que por un momento había sido egoísta. A decir verdad, la joven siempre había pensado que no era importante para nadie puesto que su familia la rechazó por ser mujer y desde entonces tenía la idea metida en su cabeza de que no pasaría nada si se expusiera a algo de peligro y saliera mal parada. Pero, tenía a Ismael y no podía hacerle pensar siquiera eso. -No te preocupes, llevas razón, he dicho una locura... el sentimiento de venganza que tengo no sé cuando se disipará pero no debo dejarme llevar por la rabia y debo actuar con precaución- respondió ante las palabras serias de éste. -Ten por seguro que dejaré de ser cortesana, me metí aquí para poder salir a delante pero estoy harta de vender mi cuerpo y menos a algunos vampiros que me obligan... Enfermera estaría bien, me gusta cuidar a la gente que lo necesita, aunque también me gustaría ser profesora... He aprendido bastante por mí misma.- le contó sabiendo que tendría en cuenta sus peticiones. -Gracias por preocuparte por mí- le miraba con ojos tiernos y serenos.

Apretaron manos. Estaba más segura ahora de todo, al lado de él sentía que podía con todo y que nada ni nadie pararía a ambos.-Confío en ti plenamente y lo sabes- respondió con voz suave pero a la vez convencedora y se dejó guiar a la vera de este, pensando en qué sorpresa le tendría preparada. Estaba algo nerviosa. -Naturaleza, huele a naturaleza- susurró mientras caminaba sujetada.

Cuando quiso darse cuenta se encontraba tendida en el césped, cosa que le gustaba bastante. No veía pero si escuchaba y olía y, pudo notar la presencia de los pájaros de la noche que cantaban una dulce melodía como si lo hubiesen hecho a posta. Ismael le quitó el pañuelo y cuando abrió los ojos sonrió de oreja a oreja, estaba emocionada.

-¡Esto...esto es genial!- exclamó mientras miraba hacia el alrededor y seguidamente a la Luna. -Es todo tan bonito que me entran ganas de llorar...- Tras aquel susurro que le hizo derretirse no pudo evitar sonrojarse y sus mejillas se tornaron visiblemente más rojizas.

Presiento que algo bueno va a pasar, algo que nunca podré olvidar...

por **Ismael Gómez** Dom Ene 20, 2013 4:25 pm

Ver el rostro de alegría de Évelyne había hecho a Ismael muy feliz. No se podía creer que aquella simple escena le hubiera encantado tanto. Ismael se sentó al lado de ella embobado, mirándola. - No vayas a llorar porque no sabría que hacer- le confesó con una leve sonrisa en sus labios.

Se sentía nervioso y no sabía como seguir. Controlando sus nervios lo mejor que podía agarró la cesta de la comida y la puso entre ambos. Destapó el paño y dejó ver una comida sencilla, unos simples bocadillos, unos vasos y una botella de vino.- Bueno, es casi todo lo que he podido hacer. No soy un cocinillas.- sacó un bocadillo para cada uno. Sacó los vasos y descorchó la botella de vino. Le echó un poco en su vaso y un poco en el suyo. Él prefería las bebidas alcohólicas más fuerte pero no sabía las preferencias de ella.- Por lo menos el vino es bueno.- La vida de cazador le daba para vivir holgadamente algunos meses pero siempre guardaba el dinero. Nunca sabía cuando iba a tener una mala racha.

Hace bastante tiempo que se conocían y cada vez Évelyne ocupaba más espacio en el corazón de Ismael. Pero él se aferraba a sus ideas para intentar evitar que ella avanzara por él. Sabía que si ella dejaba su trabajo y empezaba con otro distinto sería más difícil para él. Las murallas que intentaba construir se acabarían destruyendo y eso no quería.- ¿Te gusta?- le dijo señalando el bocadillo. Parecía tonto desde luego. No sabía que hablarle se sentía como un adolescente delante de su primera chica.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Dom Mar 10, 2013 9:47 am

La mirada de Ismael le conmovía de tal manera, que se tuvo que aguantar varios impulsos de querer besarle. Le encantaba y no lo podía remediar. -Abrazarme y no soltarme- respondió de forma seria pero juguetona.

-¡Está genial! Me muero por probarlo- un rugido salió del estómago de Évelyne, le había entrado mucha hambre al ver aquellos bocadillos, que puede que no fueran un manjar, pero estaba muy feliz de compartir algo con él y de crear nuevas memorias. Cogió el vaso que éste le sirvió y lo rozó contra el suyo -chin chin- dijo mientras soltó una pequeña carcajada -No me importa que sea bueno o no, el sabor lo decide uno depende de con quién lo comparta- seguidamente sonrió.

Empezó a beber despacito, ajustándose también al ritmo de Ismael... pero, su corazón empezaba a doler pues estaba conteniéndose y ella sabía perfectamente que para él también es una lucha interna. - Ésta noche es nuestra...- susurró mientras miraba al cielo como hipnotizada.

-Me encanta- dijo tras dar el primer bocado. -Gracias por tomarte todas estas molestias, sé que estás ocupado...- El silencio reinó por un momento entre los dos; ambos estaban nerviosos... Sin decir nada, decidió abrazarse a él... quería sentirle.

por **Ismael Gómez** Mar Mar 19, 2013 1:12 pm

Llegó a esuchar lo que Éve dijo. Miró hacia otro lado para que no se notara el rubor que había salido lígeramente de sus mejillas. Aquella noche podía olvidar que era un cazador, olvidar al resto de las mujeres del mundo y tener solo una para él. Actuar como lo hubiera hecho en otra vida. Esa idea le llamaba pero... sabía que si probaba aquello sería su perdición.

Cuando dejó de sentir el calor en sus mejilals cogió valor y miró a Évelyne. Se le veía feliz.- No son molestias, lo hago porque quiero...- "Y te quiero" pensó amargamente Ismael. Sintió los brazos de la chica su alrededor. Su calor, su respiración. La rodeó con un brazo y con la otra mano le levantó el rostro para clavar sus ojos azules en los de ella.-Ésta noche yo no soy un cazador y tú no eres una cortesana...- dijo lo suficientemente claro para que ella se enterara.-... ésta noche somos dos amantes encontrandose.- Ismael se acercó a Évelyne hasta que sus labios se juntaron.

Los muros acababan de caer. No era como otras veces que la había besado, como otras veces que había ido al burdel a buscarla y a pasar un rato agadrable, los dos. No, esta noche estaba dejando que todos los sentimientos escondidos en su corazón saliesen. Los labios de Évelyne eran deliciosos. Tras un momento se separó un poco, para que ella pudiera hablar si quería. Seguía abrazandola, rodeandola fuertemente pero sin pasarse con sus musculosos brazos. Brindandole protección.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Sáb Mar 23, 2013 6:26 am

En ese momento, la chica estaba experimentando un sin fin de emociones... e incluso ella sabía que aquel día llegaría, en el cual ese tonteo y amistad acabarían convirtiendose en algo serio. Aunque, para ser sinceros, siempre había valorado la amistad que éste le había brindado, que ambos habían construido.

Las miradas de Éve e Ismael se cruzaron y de repente, un montón de imágenes pasaron por la mente de ella. Sonrió al imaginarse una vida con él, más específicamente se vio a ella misma en una casa, con la comida preparada y cómo él venía del trabajo cansado y con algunas heridas que ella inmediatamente curó no sin haberle besado antes.

Por un momento pensó que su corazón saldría de ella dando saltitos... Estaba feliz pero a la vez apenada, aunque intentó disimular cualquier señal de ello pues hacía mucho tiempo que no veía tan contento al cazador de ojos azules. Comprendió su lugar y era ese, entre sus fuertes brazos... ''¿Puedo quedarme aquí por siempre?''- pensó fugazmente y seguidamente, como sumida en un sueño, ambos se fundieron en un beso que a Éve le costaría olvidar.

- ¿Sabes? Estando contigo me siento la chica más feliz del mundo entero...y, siempre cuento los días que quedan para encontrarnos de nuevo. Créeme, eres el mejor.- soltó repentinamente cuando ambos se habían quedado observando las resplandecientes estrellas, callados pero con mucho que decir.

Sin lugar a dudas, Éve también era consciente de la lucha interna por la que él estaba pasando ; por un lado, él siempre había sido un mujeriego y por otro, podía ponerla en peligro por su arriesgada labor, pero eso a ella no le importaba mientras estuviera con él. -No te reprimas...-se atrevió a decirle al oído mientras agarraba fuertemente una de sus manos.

por **Ismael Gómez** Sáb Mar 23, 2013 7:34 am

Ismael seguía rodeandola con los brazos. El calor de Évelyne le reconfortaba, le hacia sentirse bien. Escuchó sus palabras y no pudo evitar sonreír dulcemente. Miró a la pelirroja- Soy el mejor porque tú me haces serlo, Évelyne. Estando a tu lado todo lo demás no importa, gracias por brindarme de paz.- le apartó el pelo hasta colocarselo detrás de la oreja.

La mano de Évelyne le cogió con cariño y sintió el apetros y sus palabras... Palabras que hicieron a Ismael acelerar su corazón y una idea se le vino a la mente. Si se lo proponía él podía olvidar a todas las mujeres y tenerla solo a ella. Cuando Ismael estaba con Évelyne sentía que no necesitaba a nadie más. Pero estaba el riesgo, el riesgo de que la atacaran... Él, él podía enseñarle a defenderse. A manjerar la espada con maestría a apuntar con un arma, a tener las habilidades de un cazador pero sin que ella se convirtiera en uno. Así no tendría que preocuparse de manera excesiva, ya que siempre se preocuparía por ella.

Suspiró. ¿Estaba seguro? No, no lo estaba pero una vez alguien le dijo que si no arriesgaba no disfrutaría de la vida. Miró a Évelyne a los ojos. Su corazón latía rápidamente. Notaba como se secaba su garganta y empezaban a sudarle las manos.- Évelyne...-dijo con cierta voz tembrosoa- Te amo.- esta vez sonó seguro de si mismo. No se había planteado si ella sentía lo mismo. Aunque si se paraba a pensarlo...

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Sáb Mar 23, 2013 9:03 am

Al estar tan cerca de él podía oírlo, el latido de su corazón; éste latía casi al mismo ritmo que el suyo, como si ambos estuvieran dando una serenata o como si intentaran hacerlos reaccionar y pasar verdaderamente a la acción. Pero ¿qué es lo que estaba ocurriendo? Las mejillas de Éve no podían estar más coloradas, su rostro semi-pálido adquirió un color interesante, como si desprendiera pequeños rayitos de luz, iluminando aquel ya oscuro bosque al que ambos habían proporcionado un poco de vida.

''No quiero ser más una cortesana, quiero que Ismael se sienta orgulloso de mí y no quiero a otros hombres; me he dado cuenta de que sólo a él necesito en mi vida, de que lo nuestro puede funcionar...''- pensó con seguridad, no habría más dudas. Realmente se veía capaz de cumplir aquella imagen que se le pasó por la mente antes, de que podría incluso llegar a ser una buena esposa algún día y le encantaría pasar todas las noches durmiendo a su vera, abrazada a él. Aunque, tenía clara una cosa y es que no quería ser una carga, no quería distraerle en su trabajo por lo que ella misma pensó en entrenarse, a pesar de que ya posee buenas cualidades. ''Si sé defenderme entonces no habrá ningún problema. Ya no soy la niña débil, no tendré compasión con nadie que intente herirme''

Por un momento, Éve vio a Ismael algo pensativo ¿Qué sería lo que se le estaba pasando por la cabeza a él? ¿También se sentiría igual que ella?. A decir verdad, ambos se conocían a la perfección, lo sabían casi todo el uno del otro pero en ocasiones resultaba muy difícil averiguar lo que realmente pensaba él pues era muy común que asintiera a todo.

Ismael volvió a mirarla y ella sentía que éste se moría de ganas por decir alguna cosa, que si no lo decía explotaría. De repente, las palabras que había estado esperando escuchar de su boca durante tanto tiempo, surgieron. Sin poderlo evitar, empezó a llorar a mares de felicidad. - Yo también te amo...y te he amado todo este tiempo- expresó finalmente y seguidamente le abrazó con tanta fuerza... por fin ambos habían manifestado sus verdaderos sentimientos y es que era verdad, quién no arriesga no gana. :bigheart:

por **Ismael Gómez** Dom Mar 24, 2013 5:40 pm

Ismael no podía creerse lo que estaba escuchando, al verla llorar creía que había metido la pata pero… al escuchar aquellas palabras….Se acaba de convertir en el hombre más feliz del mundo, de eso estaba seguro. Le tendría que pedir que entrenara con él pero ese no fuera el momento. Definitivamente aquella era su noche, la noche de ambos, que brillaban como dos diamantes en mitad del cielo. Ismael besó a Évelyne, la beso con una ternura que nunca antes había demostrado. Las palabras de la chica no sólo resonaban en su mente sino también en su corazón.
Separó sus labios de los de la chica y sin perder la sonrisa habló.-Tú, yo, siempre ¿de acuerdo?- eran palabras tontas pero estaba demasiado emocionado y las confesiones amorosas nunca fueron lo suyo. En realidad era la primera vez que se declaraba alguien. Le acarició el rostro con delicadeza y la besó de nuevo, esta vez su beso era un poco más fogoso. Su lengua acarició con delicadeza la lengua de la chica. Sintiendo el sabor de su saliva con el dulce vino. Los brazos de Ismael la rodearon y la atrajeron hacia él. Acarició su espalda, sintiéndola. Era suya y él era de ella. Se había declarado y había sido correspondido. Lo más grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido. Y él lo era, todo era un hermoso sueño del cual no quería despertar. Echó a Évelyne sobre la manta y empezó acariciarla con cuidado. La miró a los ojos con cariño.

El temor siempre seguiría ahí. Ismael sabía que cada día sería un sin fin de preocupaciones y que ahora debía estar más alerta que nunca. Por muy fuerte que ella se volviese, él siempre la protegería de todo ser que intentara hacerle daño. Pero, se volvió a repetir a si mismo, que no era momento de pensar en esas cosas. Que esa noche era de los dos y que le haría el amor como nunca habían hecho. Que hoy sería él el que satisfaría todas las necesidades de ella y no al reves. Sus manos se desplazaron hasta la pierna de Évelyne, buscando el bajo de su falda para empezar a cariciar aquella piel, como si fuera la primera vez que la tocaba. Quería memorizar cada centrímetro de su cuerpo.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Lun Mar 25, 2013 6:55 am

Suyo, era suyo. Éve había tenido el presentimiento durante toda la noche de que algo bueno pasaría, y así fue; a medida que los minutos pasaban su emoción aumentaba. Nunca le habían gustado los cuentos de hadas pues los consideraba irrealistas pero en aquel momento se sentía como una princesa. ¿Había otra cosa mejor que ser correspondido? Y es que todas esas inseguridades y dudas habían desaparecido por completo. Ella también pensó en que debería entrenarse pero se volvería la mujer más hábil con tal de estar con él.

Aún con lágrimas en los ojos le siguió el beso a Ismael, mientras acariciaba sus mejillas suavemente. En cada beso que se daban sentía como chispas salir de ellos, la temperatura de ambos estaba aumentando considerablemente. -Siempre- le respondió firmemente mirándolo serenamente a los ojos. A decir verdad, él mostraba casi siempre una apariencia fuerte, pero cuando mostraba su lado inocente y dulce, Éve se derretía totalmente.

Cada caricia dada por él le producía un cosquilleo en su estómago como si de alguna forma estuvieran hechos el uno para el otro, como si se complementasen a la perfección. De repente, se vio tumbada sobre la manta y mirando hacia arriba podía ver el precioso rostro de Ismael y a su lado la Luna. La mirada desde arriba de éste le resultaba reconfortante y parecía cómo si sus ojos estuvieran diciendo: ''Todo va a ir bien, somos tú y yo contra el mundo''.

Lo único que se escuchaba era el canto de los pajarillos nocturnos y grillos, además del seseo del viento. Se habían quedado callados pero en aquel momento eran sus ojos los que hablaban, no era necesario decir nada sino dejarse llevar. Aquella noche se unirían el uno al otro de una manera especial...parecían en aquel momento dos jóvenes amantes que iban a experimentar su primera. ''Puedes tocarme todo lo que quieras, este cuerpo ya te pertenece..'' -pensó cuando él empezó a rozarla-. ¡Oh Dios! Lo ama tanto...

por **Ismael Gómez** Miér Mar 27, 2013 7:32 am

Los labios de Ismael pasaron de los carnosos labios de Évelye a su barbilla para llegar a su objetivo que era su cuello. Rozó sus labios por él para, finalmente, darle un tierno beso. Allí el aroma de la joven era más fuerte. Y le gustaba. Un aroma que le hacía sentirse bien y feliz. Un aroma que quería oler el resto de su vida, cada vez que se fuera dormir. Una de sus manos acarició el hombro de Évelyne, dulcemente, sin presionar.

Ismael no dejaba de mirar sus ojos, su rostro. Quería cotemplar cada expresión que él le producía. Notó un cosquilleo en su vientre. Sabía lo que eso significaba. Le besó el cuello, después la clavícula mientras sus manos recorrían la piel de su amante. Sus manos, con travesura, bajaron hasta hallar el finald es vestido, acariciando ahora la piel de sus piernas. Subiendo poco a poco. Notó la parte inferior de la ropa interior de Évelyne. A pesar de su experiencia Ismael se sonrojó. Si ella fuera otra chica la habría despojado de sus ropas y ya le estaría haciendo el amor. Pero con ella quería que todo fuera mágico. El ambiente donde ambos estaban ayudaba. Los grillos cantaban al igual que los pájaros nocturnos.

La otra mano de Ismael acarició la mejilla de Évelyne y después la beso, mordiendo juguetonamente los labios de la chica. Se pegó más a ella pero sin presionarla demaisado. Empezó a desabrochar el vestido que llevaba Évelyne con una sonrisa en los labios.

por **Évelyne/Darya Ivashkov** Jue Mar 28, 2013 7:17 pm

Éve se sentía realmente bien, todo era perfecto aquella noche. Los besos en el cuello le perdían y además, la suavidad con la que él estaba rozando su piel le resultaba simplemente sensacional. ''Quiero tenerte todos los días a mi lado...'' -pensó mientras ambos se miraban fijamente sonriendo.

-Soy tuya por y para siempre- se atrevió a decir, mientras acariciaba el rostro de Ismael. Estaba segura de que juntos aprenderían nuevas cosas, de que se descubrirían a sí mismos y de que mejorarían como personas (aunque Éve pensaba que él era perfecto así como estaba). Pudo notar como las manos del joven pasaban por sus piernas, produciéndole un cosquilleo placentero; incluso soltó una pequeña risita algo inocente cuando él encaminó una mano a sus partes inferiores, pensaba que se ponía muy mono en estas ocasiones.

En eso se parecían, ambos eran pasionales pero también tenían sus momentos de dulzura e inocencia que los hacían envidiables. Ella sabía que él, siendo más mayor tendría experiencia y que a lo mejor si fuera otra chica ya estarían en plena acción. La trataba genial y es que además, lo bueno se hace esperar. Era todo tan mágico...

Se volvieron a besar pero esta vez de forma más juguetona, pensaba que sus labios eran deliciosos. Sin poder evitarlo, Éve se estaba excitando cada vez más y ambos empezaron a quitarse prendas el uno al otro lentamente. Aunque esa noche fuera más fría de lo habitual ellos no lo notaban; juntos parecían una hoguera en medio del bosque pues forman una ardiente pareja.

por **Ismael Gómez** Lun Abr 22, 2013 2:51 pm

Ismael notaba las manos de Évelyne quitándole las prendas y rozando su piel que se erizaba con cada pequeño tacto entre sus manos y su piel. Hacia bastante rato que la ropa le sobraba pero no quería haber sido precipitado. Cuando tuvo a Évelyne completamente desnuda la miró pero la miró como si la viera por primera vez y no como aquella cortesana que conoció hace mucho tiempo. Los labios de Ismael acariciaban el hermoso cuello de la chica, arrancándole suspiros. Las caricias ya no eran tan inocentes. La besó con pasión.

Ismael tenía calor y sentía más placer que nunca. Siempre le pasaba cada vez que probaba el delicioso cuerpo de Évelyne. Sus labios bajaron hasta los rozados pezones de la chica. Lamiéndolos con delicadeza para acabar dándole leves mordiscos. Con la otra mano acariciaba su otro pecho. Dicha manos fue deslizándose por la cintura de Éve hasta llegar a su trasero. Lo agarró con fuerza pero sin sobrepasarse.

Cada milímetro de la piel de aquella chica le encantaba y había una sensación extra. La sensación de que solo iba a ser suya, de que ningún hombre la tocaría otra vez. Quería sacarla de aquel mundo, formar una vida junto a ella y ver como se le hinchaba la barriga porque llevaba un hijo de él. Esas fantasía le gustaban y no le importaba empezar por lo último ya que tenía el dinero suficiente para que aquel niño no pasara hambres jamás. Ismael volvió a besar los jugosos labios de la joven y una de sus manos acarició el sexo de ella. Le gustaba como se estremecía bajo él.- Te amo- le susurró casi con los labios juntos.

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