AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Tiranía de un querubín (Privado)
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Tiranía de un querubín (Privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Las campanadas de la media noche sonaron, el reloj seguía su curso, escuchándose el eco de los pasos del tiempo, hundiéndose lentamente en un sepulcro de los años, desvaneciéndose las sonatas ya que la luz quedo en el olvido como un pasado que después florecerá, dejando que la luz de la luna brille sobre el chateu mas perdido de la vista de los demás, envuelto de nubes muertas, dejando que la fama de esta noche caiga en la dichosa congregación, donde no solo era pensar sobre la eternidad del quien el tiempo es esclavo….
Transcendiendo el tiempo, el aura se encontraba rodeada de voces, palabras como ecos sobre el destino que se llevaría a cabo en unos momentos, siendo la estipulación del ave violinista que ejecutara el horror de un encanto musical, acompañado de los mejores violinistas de toda Europa, transfigurando mas allá de un perfecto escenario, alabado de sinfonías solo interpretadas por el delirio, un acorde sensual de un telón admirado.
El sonido desprendido de la puerta relució acompañadas de “Mi señor, se puede” y el ave desnudo se hallaba….-Adelante….-decía estando de espaldas…- Todo ha quedado como usted lo ordeno, ¿algo mas que desee mi señor? Decía el mayordomo con educación y fineza en esas palabras que girándose el ave para verle…- No, eso es todo, estar al pendiente de cuando lleguen, ya sabes lo que debes de hacer…puedes retirarte-volviendo a lo que se encontraba, vistiéndose para el suceso…Si mi señor, con permiso…-despidiéndose su mayordomo con una leve reverencia y la puerta fue cerrada…Y el ave alistándose, poniéndose su traje negro, con sus cabellos sueltos y esos zapatos que resaltaban en la fina marca.
Como una pluma al descender del paraje de un ave llego a su intuición fragancias conocidas, exquisitas por el perfume que desprendían, llegando la hora de encontrarse con ellos que salió de su aposento, descendiendo de las escaleras con el porte siempre refinado, sus modales dignos de representar a un elegante caballero, caminando con sensualidad, con la mirada al frente dejando que se posara en los tres aristócratas que recién ejecutaban una leve reverencia y les recibió con una seriedad distinguida...-oh! Pasad, esta noche vuestra estancia será placentera, sentirse cómodos…-su mano se ha extendido, mostrándoles el camino hacia el despacho, donde les esperaba el vino para brindar por el intercambio de los intereses….
De fondo con el volumen bajo de una ópera oscura, de palabras hermosas que alimentaban la mente, dejando que se acomodaran en el interior, posandose como desearan, avanzando mientras los temblorosos pensamientos jamás se perderían de los que temen ser asesinados por esta ave, pero primero era el negocio así que cogió de inmediato el contrato para leerlo….
Pareciesen escritos en las inmutables estrellas, como orgullosa ave de rey de antaño, en su trono se posa y lee, mirando la hoja con seriedad que la frialdad era poco lo que dejaba translucir en ese instante, mientras su mayordomo atiende a sus invitados, el vino en sus manos se ha brindado, un pequeño banquete se les ha ofrecido y solo queda esperar, esperar que el ave selle para que esto sea una hermosa participación teatral….
Transcendiendo el tiempo, el aura se encontraba rodeada de voces, palabras como ecos sobre el destino que se llevaría a cabo en unos momentos, siendo la estipulación del ave violinista que ejecutara el horror de un encanto musical, acompañado de los mejores violinistas de toda Europa, transfigurando mas allá de un perfecto escenario, alabado de sinfonías solo interpretadas por el delirio, un acorde sensual de un telón admirado.
El sonido desprendido de la puerta relució acompañadas de “Mi señor, se puede” y el ave desnudo se hallaba….-Adelante….-decía estando de espaldas…- Todo ha quedado como usted lo ordeno, ¿algo mas que desee mi señor? Decía el mayordomo con educación y fineza en esas palabras que girándose el ave para verle…- No, eso es todo, estar al pendiente de cuando lleguen, ya sabes lo que debes de hacer…puedes retirarte-volviendo a lo que se encontraba, vistiéndose para el suceso…Si mi señor, con permiso…-despidiéndose su mayordomo con una leve reverencia y la puerta fue cerrada…Y el ave alistándose, poniéndose su traje negro, con sus cabellos sueltos y esos zapatos que resaltaban en la fina marca.
Como una pluma al descender del paraje de un ave llego a su intuición fragancias conocidas, exquisitas por el perfume que desprendían, llegando la hora de encontrarse con ellos que salió de su aposento, descendiendo de las escaleras con el porte siempre refinado, sus modales dignos de representar a un elegante caballero, caminando con sensualidad, con la mirada al frente dejando que se posara en los tres aristócratas que recién ejecutaban una leve reverencia y les recibió con una seriedad distinguida...-oh! Pasad, esta noche vuestra estancia será placentera, sentirse cómodos…-su mano se ha extendido, mostrándoles el camino hacia el despacho, donde les esperaba el vino para brindar por el intercambio de los intereses….
De fondo con el volumen bajo de una ópera oscura, de palabras hermosas que alimentaban la mente, dejando que se acomodaran en el interior, posandose como desearan, avanzando mientras los temblorosos pensamientos jamás se perderían de los que temen ser asesinados por esta ave, pero primero era el negocio así que cogió de inmediato el contrato para leerlo….
Pareciesen escritos en las inmutables estrellas, como orgullosa ave de rey de antaño, en su trono se posa y lee, mirando la hoja con seriedad que la frialdad era poco lo que dejaba translucir en ese instante, mientras su mayordomo atiende a sus invitados, el vino en sus manos se ha brindado, un pequeño banquete se les ha ofrecido y solo queda esperar, esperar que el ave selle para que esto sea una hermosa participación teatral….
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Fecha de inscripción : 23/11/2010
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Re: Tiranía de un querubín (Privado)
“"Sucedió, como suelen ocurrir las grandes catástrofes, en silencio y a media luz...pero ¿Crees que pueda dejarte ir? Mi pasión por ti es mas grande que todo...¡No te dejare, solo vuela en mi entorno"
Le desea una vez más, las noches no son suficientes, no me basta con solo los recuerdos, su sonrisa carmesí, ese sonrojado se están desvaneciendo de su mente, un entrelazado de dedos transparentes, adora su brillo y ese dulce aroma que poco a poco desaparece…”¿Dónde está mi alma, donde estas mi querida luz?”…Todo se iba empujando hacia la locura, hacia la perversión de cautivarle en cadenas, en la jaula que justo dañaba su brillo, como si las espinas penetraran en su interior por ser el cielo destrozado por la culpa del mismo cuervo. Sin perder más tiempo, fue tras él, quería tomarle, hacerlo suyo como las otras noches, quería que las alas de ese querubín obtuvieran el mismo color que les vieron nacer, ya no deseaba recordar cómo era, de su voz cantarín a un parajillo alegre, del gatito juguetón que adoraba ser manejado por este vampiro, era tan bello, solo él era el único que despertaba esto en el cuervo, se había obsesionado que solo bebía de la pasión maldita pero glamurosa, perversa y seductora, solo él lograba desnudarle, tatuarle sobre la piel su presencia, podría morir con los pensamientos extinguidos hechos cenizas pero junto con su nombre…”Hero”
Pero todo se ha caído en un profundo sueño, destrozado todo, todo desaparecía entre las sombras, solo reclamaba el cuervo las memorias perdidas, teniendo sueños, recuerdos de ellos dos juntos…”El cuervo que se halla en los brazos de un ángel”...Pero solo era un sueño, una dulce fragancia porque todo y nada cambio…
Nicolás sigue su andar entre los pasillos solitarios, cubierto de oscuridad con los pensamientos dolorosos, recuerdos que lentamente se están desvaneciendo, sigue desprendiendo sus pasos y como una ilusión se presenta a su lado, ese querubín sonriendo a su lado, como la primera noche que llego a sus brazos, veía sus ojos brillantes, repletos de una felicidad que adoraba la forma en la que su ternura reinaba…”¿Por qué tuviste que venir?...Quise devorarte y es lo que he hecho, te he acabado, te he quitado todo que ahora regreso al pasado deseando que esto jamás pasara” ...En su mente lo gritaba con odio, el odio era intenso hacia sí mismo, pues su flor se ha marchitado, a pesar que amé lo desfallecido, no puede, jamás podrá amarlo de esa manera, le hiere, le mata verlo sin vida que por el desea darle la vida, entregarle la suya para que florezca como antes….
Todo un presagio de tragedia, esto no se puede convertir en un juego de sombras, y este crimen está gravado en su templo, en su templo desfallecido….
Llega al calabozo, no percibe su esencia, el olor a rosas, a la vida que se maquillaba en todo ese ser, ya nada de ello le pertenecía, que se detiene, su mano se posa en la pared de piedra rocosa, añora llorar, desgarrarse los ojos, devorarse a sí mismo para poder dejarle ir, darle su libertad que tanto aclamaba y su mano se cerró con fuerzas, retomo su postura que haría lo mismo de aquellas noches, le tomaría a la fuerza, no le dejaría ir….Continuo sus pasos, le abrieron la puerta que pidió estar a solas…
El olor de la misma soledad, la oscuridad conocida por el mismo era el aura que mantenía preso a su querubín, de inmediato que se adentró que miro esos ojos tristes, carecientes de brillo, tragándose el dolor, miro a su alrededor que cerró los ojos sin permitirse que le viera de esa manera.
Un momento solo basto que avanzo hacia él, verle cubierto de cadenas, decaído, que su mirada se penetro en él, añoraba que lo poco que quedaba vivo de su alegría brotara ahora mismo, solo una sonrisa divina necesitaba para tenerlo a su lado, pero no había nada, todo se había esfumado que se contuvo a tocarle…”Como puedo liberarte de mí, si me he aferrado a tu único paraíso”…Pero es imposible, toma su barbilla aunque le rechace, le acerca a él y le da un beso con tanta pasión aunque le fuerce….Sus ojos se cerraron con fuerzas, lo que hacía era hacer que ese beso lo recordara por siempre, que lentamente se acercó a su oreja con besos…-Solo déjame hacerte mío esta noche, solo pido esta noche, se mío …-regreso los besos para quedarse en su mirada…-Esa es mi condición para entregarte lo que tanto aclamas, tu libertad…-le dio un beso corto en esos labios resecos…”Solo bebe un poco de esta batalla, ódiame, si soy un asco para ti solo déjame ensoñar que lo harás como nuestro rencuentro”. Dio unos pasos atrás y se agacho a desprenderle las cadenas, aunque le rechazara le dejaría ir, porque al querubín que tanto deseaba ya no estaba ahí, se está muriendo, no desea beber linfa de la vida, fenece gota a gota que no absorbe, ahora el sueño de la vida se ha perdido, el sendero el guía de su luz ha desaparecido, ese juez de una condena que apreciaba al cuervo se ha muerto, ahora que le ve vagamente viene el recuerdo de su sonrisa, la mirada que a través del tiempo se perdió, pidiendo encontrar esa alma que se apegó a la historia renacida…”No mueras, no te alejes, renace, deja que la poca luz que hay en ti renazca y quédate a mi lado”…Nuevamente pensamientos descontrolados, sufrimiento agonizante, peleando contra sí mismo para no mantenerlo de esa manera, dejarlo ir, dejarlo para que no pierda más su brillo y siga como antes…
Dejando a un lado el motivo de su presencia, por qué fue hacia él, iba sin importarle el sufrimiento, quería sentirlo, necesitaba obsequios de deseos, regalos de gemidos bajo un cruel azote, fantasías que el solo despertaba, quería despojarle de todo, vaciarlo, enloquecerle, destrozarlo una y otra vez, marcando poemas de sangre mientras fornican, ser escritos a base de pulso del dolor, el odio sentirlo, sentir algo de él, como sus lágrimas que brotaban, caían como tristes melodías del piano, haciendo un eco profundo en el silencio, terminaba por quitarle las cadenas de sus pies, y ahora iba tras sus manos, aquella muñecas que llevaban insignia del marcado de la fuerza con la que se jalaba, sin poder tocarle la agonía que sentía, había realizado sinfonías con su violín de esa alma moribunda, refugiándose en solo las caricias de las notas pues su querido se negaba, pero ahora, solo esta noche pedía para no extrañarlo…
Retorciendo dos pasos, le dejo completamente libre, su templo con reliquias de que había sido encadenado, regala delicado perfume de una preciada vida, dejando que como pétalos de lo que queda de esa flor broten, se comía las lágrimas que deseaba desechar, viéndole que el dolor atravesaba las entrañas, desgarrando el egocentrismo, dejándole indefenso por la forma en la que se encuentra, siempre será precioso ante sus ojos aunque hoy sea un tormento que no pueda adorar esa ternura, solo puede desearle hasta la muerte, su voz jamás desaparecerá de aquí, y ahí está el cuervo sin esperar que le diga algo, le abraza de su cintura y le besa su cuello, siendo el momento de esparcir las espinas a su putrefacto corazón, ese maldito sendero que empezó a indagar que ahora sangra de esos pétalos que cubren un extraño sentir…
Le va desnudando, su camisa se la desprende lentamente que besa su hombro, mordiéndole con suavidad, solo con la carnosidad de los labios…”Me has condenado, como si fuese lo peor, me has atado que yo lo hago contigo, no quiero que te vayas pero gimes como si fuese una pena, lloras mi flor horrorosamente que me conviertes en cenizas”…Dejando que cayera la suave seda, su pantalón le baja que se inca ante él, besando su abdomen hasta llegar a sus piernas….”A una rosa convertida en negrura se le ama aun marchita, se le quiere con espinas pero sus pétalos ya no se le pueden tocar”…Dejándole desnudo, no valía nada que la vestimenta fina le cubriera su templo, si esa piel de porcelana se está destrozando…Se levanta y solo puede mirarle, plasmando su figura en lo profundo de su ser, quería tenerlo tan presente que ese escenario está finalizando el sueño o quizás la pesadilla, como una ruina de media noche, como un alma profundamente sin brillo, encendiendo un magnifico escenario en un esplendoroso funeral, un beso apasionado fue lo que despertó la caída de la cortina, un sacrificio está haciendo el cuervo, una cicatriz bautismal, la mano del cuervo se eleva hacia ese rostro, acaricia su mejilla, resonando en un recuerdo mismo el fin de una pasión…
Pero todo se ha caído en un profundo sueño, destrozado todo, todo desaparecía entre las sombras, solo reclamaba el cuervo las memorias perdidas, teniendo sueños, recuerdos de ellos dos juntos…”El cuervo que se halla en los brazos de un ángel”...Pero solo era un sueño, una dulce fragancia porque todo y nada cambio…
Nicolás sigue su andar entre los pasillos solitarios, cubierto de oscuridad con los pensamientos dolorosos, recuerdos que lentamente se están desvaneciendo, sigue desprendiendo sus pasos y como una ilusión se presenta a su lado, ese querubín sonriendo a su lado, como la primera noche que llego a sus brazos, veía sus ojos brillantes, repletos de una felicidad que adoraba la forma en la que su ternura reinaba…”¿Por qué tuviste que venir?...Quise devorarte y es lo que he hecho, te he acabado, te he quitado todo que ahora regreso al pasado deseando que esto jamás pasara” ...En su mente lo gritaba con odio, el odio era intenso hacia sí mismo, pues su flor se ha marchitado, a pesar que amé lo desfallecido, no puede, jamás podrá amarlo de esa manera, le hiere, le mata verlo sin vida que por el desea darle la vida, entregarle la suya para que florezca como antes….
Todo un presagio de tragedia, esto no se puede convertir en un juego de sombras, y este crimen está gravado en su templo, en su templo desfallecido….
Llega al calabozo, no percibe su esencia, el olor a rosas, a la vida que se maquillaba en todo ese ser, ya nada de ello le pertenecía, que se detiene, su mano se posa en la pared de piedra rocosa, añora llorar, desgarrarse los ojos, devorarse a sí mismo para poder dejarle ir, darle su libertad que tanto aclamaba y su mano se cerró con fuerzas, retomo su postura que haría lo mismo de aquellas noches, le tomaría a la fuerza, no le dejaría ir….Continuo sus pasos, le abrieron la puerta que pidió estar a solas…
El olor de la misma soledad, la oscuridad conocida por el mismo era el aura que mantenía preso a su querubín, de inmediato que se adentró que miro esos ojos tristes, carecientes de brillo, tragándose el dolor, miro a su alrededor que cerró los ojos sin permitirse que le viera de esa manera.
Un momento solo basto que avanzo hacia él, verle cubierto de cadenas, decaído, que su mirada se penetro en él, añoraba que lo poco que quedaba vivo de su alegría brotara ahora mismo, solo una sonrisa divina necesitaba para tenerlo a su lado, pero no había nada, todo se había esfumado que se contuvo a tocarle…”Como puedo liberarte de mí, si me he aferrado a tu único paraíso”…Pero es imposible, toma su barbilla aunque le rechace, le acerca a él y le da un beso con tanta pasión aunque le fuerce….Sus ojos se cerraron con fuerzas, lo que hacía era hacer que ese beso lo recordara por siempre, que lentamente se acercó a su oreja con besos…-Solo déjame hacerte mío esta noche, solo pido esta noche, se mío …-regreso los besos para quedarse en su mirada…-Esa es mi condición para entregarte lo que tanto aclamas, tu libertad…-le dio un beso corto en esos labios resecos…”Solo bebe un poco de esta batalla, ódiame, si soy un asco para ti solo déjame ensoñar que lo harás como nuestro rencuentro”. Dio unos pasos atrás y se agacho a desprenderle las cadenas, aunque le rechazara le dejaría ir, porque al querubín que tanto deseaba ya no estaba ahí, se está muriendo, no desea beber linfa de la vida, fenece gota a gota que no absorbe, ahora el sueño de la vida se ha perdido, el sendero el guía de su luz ha desaparecido, ese juez de una condena que apreciaba al cuervo se ha muerto, ahora que le ve vagamente viene el recuerdo de su sonrisa, la mirada que a través del tiempo se perdió, pidiendo encontrar esa alma que se apegó a la historia renacida…”No mueras, no te alejes, renace, deja que la poca luz que hay en ti renazca y quédate a mi lado”…Nuevamente pensamientos descontrolados, sufrimiento agonizante, peleando contra sí mismo para no mantenerlo de esa manera, dejarlo ir, dejarlo para que no pierda más su brillo y siga como antes…
Dejando a un lado el motivo de su presencia, por qué fue hacia él, iba sin importarle el sufrimiento, quería sentirlo, necesitaba obsequios de deseos, regalos de gemidos bajo un cruel azote, fantasías que el solo despertaba, quería despojarle de todo, vaciarlo, enloquecerle, destrozarlo una y otra vez, marcando poemas de sangre mientras fornican, ser escritos a base de pulso del dolor, el odio sentirlo, sentir algo de él, como sus lágrimas que brotaban, caían como tristes melodías del piano, haciendo un eco profundo en el silencio, terminaba por quitarle las cadenas de sus pies, y ahora iba tras sus manos, aquella muñecas que llevaban insignia del marcado de la fuerza con la que se jalaba, sin poder tocarle la agonía que sentía, había realizado sinfonías con su violín de esa alma moribunda, refugiándose en solo las caricias de las notas pues su querido se negaba, pero ahora, solo esta noche pedía para no extrañarlo…
Retorciendo dos pasos, le dejo completamente libre, su templo con reliquias de que había sido encadenado, regala delicado perfume de una preciada vida, dejando que como pétalos de lo que queda de esa flor broten, se comía las lágrimas que deseaba desechar, viéndole que el dolor atravesaba las entrañas, desgarrando el egocentrismo, dejándole indefenso por la forma en la que se encuentra, siempre será precioso ante sus ojos aunque hoy sea un tormento que no pueda adorar esa ternura, solo puede desearle hasta la muerte, su voz jamás desaparecerá de aquí, y ahí está el cuervo sin esperar que le diga algo, le abraza de su cintura y le besa su cuello, siendo el momento de esparcir las espinas a su putrefacto corazón, ese maldito sendero que empezó a indagar que ahora sangra de esos pétalos que cubren un extraño sentir…
Le va desnudando, su camisa se la desprende lentamente que besa su hombro, mordiéndole con suavidad, solo con la carnosidad de los labios…”Me has condenado, como si fuese lo peor, me has atado que yo lo hago contigo, no quiero que te vayas pero gimes como si fuese una pena, lloras mi flor horrorosamente que me conviertes en cenizas”…Dejando que cayera la suave seda, su pantalón le baja que se inca ante él, besando su abdomen hasta llegar a sus piernas….”A una rosa convertida en negrura se le ama aun marchita, se le quiere con espinas pero sus pétalos ya no se le pueden tocar”…Dejándole desnudo, no valía nada que la vestimenta fina le cubriera su templo, si esa piel de porcelana se está destrozando…Se levanta y solo puede mirarle, plasmando su figura en lo profundo de su ser, quería tenerlo tan presente que ese escenario está finalizando el sueño o quizás la pesadilla, como una ruina de media noche, como un alma profundamente sin brillo, encendiendo un magnifico escenario en un esplendoroso funeral, un beso apasionado fue lo que despertó la caída de la cortina, un sacrificio está haciendo el cuervo, una cicatriz bautismal, la mano del cuervo se eleva hacia ese rostro, acaricia su mejilla, resonando en un recuerdo mismo el fin de una pasión…
"Te puedes ir cuando quieras, el problema es que lo hagas con vida, pero, ¿podrás vivir sin mí?
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tiranía de un querubín (Privado)
“La libertad es un pesar. Quiero estar a tu lado y volar al mismo tiempo. No podemos estar juntos sin lastimarnos? Me duele, estoy sangrando, las lágrimas ya no aplacan mi dolor. Esto es insoportable.”
Ilusiones permanentes, sentir el cálido tacto de sus manos sobre mi piel, un beso, una caricia… Si tan solo me regalara una hermosa sonrisa! Esa que tanto amo, pero que solo una vez había visto! Yo quizá, quizá podría haber soportado aquella tortura. Pero me sentía deshidratado en un desierto, sentía el sol en mi cabeza, me estaba quemando. Solo los sueños me hacían seguir vivo, o quizá era la maldita inmortalidad que no me dejaba morir en paz. No podía quedarme inconsciente por las noches, solo el día me provocaba dormir, el instinto de que el sol estaba poniéndose en los aires. Aquellos eran momentos de calma, de placer. Siempre soñaba con el cuervo, con su figura, con abrazos, con caminos por el bosque. Y al despertarme, me notaba llorando. Las cadenas seguían impuestas, los gritos ya no se escuchaban saliendo de mi boca. La desesperación era incontrolable. Gimoteaba cuando ya no tenía más fuerzas. Aunque el gimoteo ya era constante, pues las fuerzas eran nulas, las costillas como un desnutrido se me notaban, los ojos levemente apagados, con el brillo de las lágrimas. Pero que denotaban un fondo opaco, muerto. Estaba muriendo por dentro.
“Te siento llegar, estas detrás de la puerta, quiero besarte, quiero abrazarte. Pero déjame libre, déjame seguir viviendo por favor”
Miraba en ruegos la puerta cuando era abierta, pero no me podía mover, solo intentaba ir hacia delante, la frustración nuevamente prevalecía en mí. Intentaba observarle detenidamente, pero varias cosas me lo impedían, primero, el amor que se incrementaría, el miedo a amarlo aún más de lo que lo hacía. Y segundo, la ira por haberme dejado de este modo, maniatado como un sucio esclavo. Por eso, no veía, mis ojos estaban clavados en la puerta, pero mi alma no estaba mirando… Ah! Estaba entrando, se estaba acercando! Que es lo que haría? Quería besarlo! Pero rogaba porque me libere, por poder caminar. Al menos una noche, ser libre, la esperanza estaba golpeada, pero nunca muerta. Desde siempre la fe había sido mi bendición, algo que nadie me podía sacar, lo llevaba tatuado en mi piel. Mantener la fe, siempre. Sin importar lo que pase, porque, quien no tiene fe está muerto y yo no pretendía estarlo. Mantenía la constancia, él, él me amaría. Pero de este modo… De este modo no podía esperar nada. Necesitaba salir de allí, recobrar las fuerzas que ahora estaban hechas añicos. Poder volver a sonreír…
“Haz lastimado el alma que amas, haz jugado con fuego y ambos nos hemos quemado. Me haz tirado las cenizas y las brasas que sobraban. Ahora, solo soy un saco de huesos sin vida. Un muñeco de porcelana que siquiera puede moverse por sí mismo”
Se abalanzaba, sentía sus labios, ah! Dulce placer! Pero el movimiento causaba dolor, la fuerza que ponía me quebraba los huesos y el forcejeo se hacía constante, las lágrimas brotaban suavemente sobre mis mejillas, ni una vez le miraba a los ojos de cielo. Aquellos ojos que me había enamorado y ahora me había matado. No tenía palabras para decir lo mucho que lo detestaba en ese momento. Pero ni aunque tuviese las ideas… No tenía fuerza para pronunciarlas. El solo hecho de mover las articulaciones era un dolor traumante, pero al cuervo no parecía importante, no en mi mente. Yo lloraba por cada movimiento, sentir sus besos sobre mi cuello eran malas señales. Lo haría, me devoraría nuevamente y el dolor sería horrible. Los gimoteos se hacían audibles y negaba despacito, empezaban a caer las lágrimas y todo se nublaba.
-Me duele… No puedo, me romperéis si usáis mi cuerpo nuevamente, no más, no más. Me estoy muriendo… Me muero… Perdonadme…
Salía como un susurro agonizante cuando las cadenas se desprendían, caía como un saco de papas y empezaba a temblar, mi piel usualmente suave ahora era ligeramente áspera, mis labios estaban resecos y mi voz salía sin fuerzas, como un hilo a punto de romperse. Tenía miedo de hablar, de gritar y que las cuerdas vocales se rompan, pues sentía que en nada podría volverme ceniza. Sus manos, esas fuertes manos que me iban sujetando por los lados. Ah! Era miedo!! Sentía miedo de él! No quería volver a ser tomado, no quería que aquello sea un nuevo acto de abuso. Me temblaba la mandíbula, las lágrimas caían como si no hubiese un fin, la respiración me era necesaria, de repente todo era demasiado necesario, al punto que me sentía como un simple humano en las garras de un lobo hambriento. Como un conejito encerrado entre paredes que no tenía más posibilidades. Solo ceder, morir o pedir compasión. Mis ojos quedaban fijos en los ajenos, intentando convencerlo, rogando… Mis manos se alzaban y le tomaban despacio la ropa… Sentirlo era un elixir de vida, pero no podía, simplemente había llegado al límite más profundo y tardaría demasiado tiempo en recuperarme, si es que lo lograba…
-Ahh… No, no os ruego que no lo hagáis… Ummghk…mgghjk…
El llanto como el de un niño salía a borbones y empezaba a toser, los hombros me temblaban y el contacto con sus labios y sus caricias me lastimaba. Malditas espinas! Maldita rosa que no paraba de lastimarme! Con cada toque, cada roce. El propio movimiento me quebraba. Era una muñequita de cristal, un cristal que se estaba haciendo añicos en ese mismo instante, frente a él. Él… Nicolás D’Lenfent. El ser más hermoso que había visto jamás pisar la tierra. Ojos color cielo que me atormentaban, que me obligaban a cumplirle los caprichos. Pero ahora ya no podía más. La venganza no se había completado, nada había salido como lo planeado, pero la fe siempre prevalecía. Mantenía la esperanza de poder salir vivo, de poder olvi… Olvidarlo? Jamás! Ni siquiera el sol me haría olvidar tan hermoso pecado!
“En que te has convertido amor mío! Eres más doloroso que ser quemado eternamente en el fuego. Eres el tranquilizante mas hermoso para el dolor que me mantiene vivo! Eres mi alma! Eres aquello por lo que quiero vivir. Déjame cuidarte, desde hoy y para siempre quiero vivir por ti. Quiero hacer un mundo mejor para ti. Para que ese odio y ese dolor que esconde tu alma se borre. Como puedo hacer para demostrar todo este amor que me carcome el alma? Estoy moribundo, pero mis ansias, mis ganas de seguir viviendo son más fuertes. Ayúdame a levantarme, déjame libre, déjame ir con la esperanza de que algún día volverás a mí…”
Mi piel era expuesta, mis huesos, mis labios, mis lágrimas. Levantaba la mirada y le veía a los ojos fijamente por unos segundos. Haciendo ruido con mi nariz, intentaba tragar todo ese llanto. Como un niño que había cometido un delito y no lo quería pagar. Mis manos se aferraban a su tela y temblando apoyaba la cabeza en su pecho. Negaba, una y otra vez, buscando compasión, buscando que deje de lastimarme como lo estaba haciendo. Solo un poco. Solo una pequeña porción de esperanza, aquella luz que estaba gris en mi interior y que luchaba por no apagarse.
-N-no os vayáis… No, mi libertad… Yo la quiero con vosotros a mi lado… Pero no… No la puedo tener. Estoy destinado a una condena de infelicidad eterna? No puedo… Levantarme. Ahhh… Al final habéis sido más fuerte de lo que yo pensaba… Me habéis vencido en mi propio juego… Estoy devastado, estoy moribundo. Me rindo… Quiero salir, pero os prometo que si salgo vivo de esto, el encuentro estará. Yo os he visto, siempre. Un cuervo… Un cuervo lastimado, pero yo … mrgh…
Las palabras se quedaban atoradas ante la sensación de sus manos. Quería sonreír, pero era imposible, los ojos estaban desorbitados, las marcas de mi piel, sentía que se me marcaba la calavera en el rostro, mi piel se hundía en mis mejillas y por debajo de mis ojos. Quería llorar y llorar hasta morirme. No quería verme en ningún lado. Estaba horrible, lo sentía, no necesitaba mirarme a un espejo para saber que no era más que un saco de huesos sin vida. Podría pasar desapercibido entre los muertos de la calle.
Con esfuerzos, le tomaba de las ropas, rogando, me aplastaba contra sus piernas y entre llantos susurraba “afuera, afuera” “no más, n más” Una y otra vez, me sujetaba hasta caer desfallecido, me deslizaba por su pierna y terminaba por caer al piso, con los ojos cerrados. Las fuerzas habían cesado, ya no sentía mas nada. Quería morirme, quería irme de una vez. Pero mi promesa persistía. Yo lo cuidaría.
-Os protegeré…
“El susurro del ángel resuena como eco en la oscuridad de la noche”
Invitado- Invitado
Re: Tiranía de un querubín (Privado)
“Aun si estaba herido, aun si sangraba, yo le dejaría, solo puedo protegerlo alejándole de mi lado…Ya no importaba si quería deshacerse de la oscuridad que le rodeaba… ¡Ya le pertenecía!...Porque ahora realmente lo comprendía, es que no solo fue mi puta, fue y es la flor que comencé a querer…Y ahora por ello me susurro a mí mismo en voz baja cuando al fin lo tuve en frente.....-No importa que tire de tus cadenas, te deje en libertad sin embargo siempre sangraras el amor por mi-”
Y ahí está el cuervo deseando que el tiempo le destroce, que le arranquen el recuerdo de esa presencia, quiere olvidar todo, pide que alguien se alimente de su carne, que se beban sus pecados, anhela ser el olvido mismo, escupir la podredumbre que habita, obligando a ese instante que asesine todo…
“¡Callaos, no sigáis hablando”…Pensaba por la voz de su querubín que resonaba agonizante, esperaba que no siguiera, detener sus palabras un segundo antes de que sus labios murientes las desprendiera, añorando que por lo menos se pueda prescindir como un pájaro de todo nido, siendo el aire un destino, un pájaro en ausencia porque tiene un fragmento de vida y un fragmento de muerte, pero levitando un mar de mentiras y verdades, dejándose llevar por las olas de los sentimientos, hundiéndose en el sin mostrarlo, ahogándose palabras que no podrá confesar ya que solo mentiras flotaran para salvar esa pequeña luz que sobrevive a duras penas…
“Mírame, mírame” Ni ese deseo le fue concebido, esos besos carecientes de pasión, lagrimas tal cual veneno mataban, sufriendo por verle de esa manera, pero le estaba dejando libre, las cadenas resonaban una por una, al ser quitadas de esa piel delicada, produciendo el sonido un eco que se impregnaba en el cuervo diciéndole “Vuela, lo dejare volar”…Pero que tristeza era, su mano no se detiene, ni sus labios dejan de besarle, quiere dejarlo pero ese olor de una rosa que apenas se percibe de su pestilencia quiere consumir, siendo los gemidos dolorosos de su preciado una melodía de despedida, ya no quería seguirle escuchando, notar cómo se queja por las caricias, con el sacrificio le liberaba de la tristeza, le dejaba para que siguiera viviendo, si pudiera hacerle olvidar pero no se atreve, solo dejara que despierte de esa pesadilla, cogiendo las fuerzas de ese llanto…-Ya no eres mío, ya no eres de este vano mundo mi presa…El dolor se marchito como una larga flor, convirtiéndose en polvo, en ilusión, abandonando sus manos sobre él, matando cada caricia deseada, cada beso que deseaba florecer en esa triste miseria de templo…
Que le miraba y su muñeca se estaba muriendo, decaída porcelana, fragancia de putrefacción, una miseria donde se recalcaban los huesos, ese era el perfecto cosmo adorado por los cuervos, pero ahora no era divino, no era belleza para el ver al ser que quiere como un arte, disecado que su llanto hiere mas su porcelana, ya no hay nada luciente, todo se ha hundido, todo es una ruina bajo un tormento…-Nunca debiste olvidar de que te deseaba por tu belleza, se ha terminado todo, ni me puedes complacerme, ya no me satisfaces, ¡Te dije que la única forma de que estuvieras a mi lado era cumpliendo mis fantasías! pero has dejado de ser mi puta…Me preguntabas siempre de donde venia, entérate que iba a buscar aquella llama que me encendiera, me excitara a tal punto de desgarrarme en alaridos, bien, ya no hay razón para que te quedes, ya no me sirves para nada, quise mostrarte que no fue un juego lo que te dije, bien, olvídate del cuervo que fornico contigo al grado de devorarte…Maldito mentiroso se veía, quería que se fuera y nunca más regresara, temía por matarle es por ello que le está dejando ir….- Me das risa, donde esta ese estúpido gato que se hallaba a mis pies, te ordenaba que te abrieras de piernas y lo hacías, decías palabras que ahora veo que fueron una farsa, dime ¿donde quedo tu venganza? Eso es lo peor de ti, te había pedido que solo una jodida noche me dieras y ni eso puedes…-con una máscara sobrepuesta actuaba, se hacía a un lado no quería que le tocara, sentía que al menos un roce de él le abrazaría…-Eres en verdad un idiota, me has pedido que te mate si llegaba el momento de quererte desechar, eso es lo que hago, quiero que te mueras en este jodido calabozo donde tu pestilencia reine, añoro ver tus entrañas, admirar ese pútrido templo….-se movió de inmediato, alejándose de el…-Pero ni eso has podido cumplir….-“Oh, muerte no pensé que nos encontraríamos tan rápido”…su mente se escondió, moría por el…- ¡Ja! Deberías mantener tu boca cerrada, como pretendes protegerme si no lograste enamorarme…-una risa sínica, transformándose en un vil que desea matar con la palabra.- Nada de lo que me has dado ha servido…-le aventó sus prendas, ya no serbia de nada desearlo…- Vete de una vez o ahora mismo te mató…-Su voz firme sin que se notara el dolor por lo que hacía, demasiado frio, hiriente queriendo desvanecerse en el aire como el humo de una pipa…-No hay tiempo de llorar, levántate, vete como el día que viniste, sin nada…-Como un símbolo de terror, era el mal convertido en bien, una angustia se avecinaba por este chateú que si lucia melancólico sería peor…”Despliega esas jodidas alas mi querubín muriente, huye de mis palabras, estoy dispuesto a herirte hasta que te vayas, que no ves que tu presencia me tortura, y estos crueles pensamientos de retenerte con los bajos deseos, tu luz se vuelve opaca y fría, aun queman tus lágrimas en la porcelana, te estas desvaneciendo en lo sombrío que es la realidad, ¡Vete! …Porque pluma por pluma hare añicos tus alas para que jamás puedas volar, te encerrare en esta jaula, serás prisionero, serás solo mío, porque de ti he devorar tu inmortalidad”[b]…Hablaba entre pensamientos, se apresuraba a que desapareciera porque la noche estaba muriendo… -El destino a mi lado siempre fue esto y tú mismo lo sabias….-Se dirigía hacia la pared de rocas, recargándose para ver cómo se alzaba y se iba….-Apresúrate que la noche no es eterna, o es que esperas el amanecer…-se cruzó de brazos sin perder la mirada en el suelo donde se hallaba….-Que ¿No puedes? Te has dejado vencer o ¿es qué esperas a que te levante y sea yo mismo el que te saque de aquí?...-su mano se levantó, cubriéndose el rostro con una profunda negación…-Hero…Hero……Hero….-se fue a sentar a su lado, alzándole a sus piernas donde lo poso como a un crio…-Bebe por última vez mi linfa, no lo hagas por mi si no por ti, mírate como luces, sé que la muerte no es lo que esperas…-la uña filosa de su dedo comenzó a penetrar la piel de su mandíbula acercándose a los labios ajenos donde le ayudo a entre abrirlos y ahí dejo que la linfa como hilos desprendidos recorrían su ruina de templo, dejando al brote una melodía en la mente ajena para que cerrara sus ojos, esa fue la razón por la cual le brindo su linfa, que cayera en un sueño donde en el mañana los abriera y despertara de esta pesadilla…Entregándole la flor del mal, linfa entristecida, ¡Oh, su querido, solo debe dormir! La melodía de cuna está presente, solo dejar caer tus parpados, duerme, duerme mientras que el cuervo te alimenta de su hediondo templo, de su linfa podrida, disecada, sabe que adormece, le acaricia sus cabellos y no deja de verle, ese ser que entre sus brazos se halla es la vida renaciente….
“Esta noche quiero que vueles tan alto, no dejes que tus alas lastimadas no te lo permitan, separa tus pies del inmundo, sigue tu sendero, vaga junto a la luna iluminando tu sonrisa, no dejes de sonreír, deslumbra ese rostro, esa alma divina de trapecios sueños, acaricia las estrellas con la melodía de la vida, sigue escuchando esta canción de cuna como luciérnagas de tu bosque encantado, vuela tan lejos, resalta arcoíris sin dejar caer lágrimas, goza tu existencia, sé el creador de flores únicas, un ser lleno de amor, desearía que fueses solo mi muñeca, el que pueda alistarte para dormir solo a mi lado, pero eres la luna, brilla intensamente, ya no hay jaula donde permanezcas, vuela, vuela a donde siempre has pertenecido, duerme ahora, que a mi muñequilla protegerán bien”
Esperaba a que durmiera profundamente, al fin podía sentir la muerte de las lágrimas, lagrimas que eran tinta del alma, tinta del dolor, una tinta con la cual se escribía un sueño hermoso donde pudiera parecer sin saber la cruel ausencia que se sufriría….”¿Puedo besar tu herida? Tal vez esto cure tu alma, te pido que me liberes de tu presencia, de esta que parece ser mi tumba, ¡ilumina mi oscuridad! no sé qué te pido mientras duermes, he marchitado tu luz, entiendo que eres el que me llenaba, no había nadie más que tú, mi cielo de mil estrellas ahora duerme, duerme”….Besa el triste cadáver, lentamente le va vistiendo, le deja en el jardín de su sueño, derrama lagrimas sin que ese ser lo admire, tenía miedo de verlo morir, cada alma es la que se muere de hambre a su lado, no puede morir, no le está dejando morir, no importa si no lo tiene, odia a los vivos pero ahora con una plegaria desea que reviva como a una luz intensa, porque él es la anima del cuervo sin su existencia no podrá seguir.
“¡Callaos, no sigáis hablando”…Pensaba por la voz de su querubín que resonaba agonizante, esperaba que no siguiera, detener sus palabras un segundo antes de que sus labios murientes las desprendiera, añorando que por lo menos se pueda prescindir como un pájaro de todo nido, siendo el aire un destino, un pájaro en ausencia porque tiene un fragmento de vida y un fragmento de muerte, pero levitando un mar de mentiras y verdades, dejándose llevar por las olas de los sentimientos, hundiéndose en el sin mostrarlo, ahogándose palabras que no podrá confesar ya que solo mentiras flotaran para salvar esa pequeña luz que sobrevive a duras penas…
“Mírame, mírame” Ni ese deseo le fue concebido, esos besos carecientes de pasión, lagrimas tal cual veneno mataban, sufriendo por verle de esa manera, pero le estaba dejando libre, las cadenas resonaban una por una, al ser quitadas de esa piel delicada, produciendo el sonido un eco que se impregnaba en el cuervo diciéndole “Vuela, lo dejare volar”…Pero que tristeza era, su mano no se detiene, ni sus labios dejan de besarle, quiere dejarlo pero ese olor de una rosa que apenas se percibe de su pestilencia quiere consumir, siendo los gemidos dolorosos de su preciado una melodía de despedida, ya no quería seguirle escuchando, notar cómo se queja por las caricias, con el sacrificio le liberaba de la tristeza, le dejaba para que siguiera viviendo, si pudiera hacerle olvidar pero no se atreve, solo dejara que despierte de esa pesadilla, cogiendo las fuerzas de ese llanto…-Ya no eres mío, ya no eres de este vano mundo mi presa…El dolor se marchito como una larga flor, convirtiéndose en polvo, en ilusión, abandonando sus manos sobre él, matando cada caricia deseada, cada beso que deseaba florecer en esa triste miseria de templo…
Que le miraba y su muñeca se estaba muriendo, decaída porcelana, fragancia de putrefacción, una miseria donde se recalcaban los huesos, ese era el perfecto cosmo adorado por los cuervos, pero ahora no era divino, no era belleza para el ver al ser que quiere como un arte, disecado que su llanto hiere mas su porcelana, ya no hay nada luciente, todo se ha hundido, todo es una ruina bajo un tormento…-Nunca debiste olvidar de que te deseaba por tu belleza, se ha terminado todo, ni me puedes complacerme, ya no me satisfaces, ¡Te dije que la única forma de que estuvieras a mi lado era cumpliendo mis fantasías! pero has dejado de ser mi puta…Me preguntabas siempre de donde venia, entérate que iba a buscar aquella llama que me encendiera, me excitara a tal punto de desgarrarme en alaridos, bien, ya no hay razón para que te quedes, ya no me sirves para nada, quise mostrarte que no fue un juego lo que te dije, bien, olvídate del cuervo que fornico contigo al grado de devorarte…Maldito mentiroso se veía, quería que se fuera y nunca más regresara, temía por matarle es por ello que le está dejando ir….- Me das risa, donde esta ese estúpido gato que se hallaba a mis pies, te ordenaba que te abrieras de piernas y lo hacías, decías palabras que ahora veo que fueron una farsa, dime ¿donde quedo tu venganza? Eso es lo peor de ti, te había pedido que solo una jodida noche me dieras y ni eso puedes…-con una máscara sobrepuesta actuaba, se hacía a un lado no quería que le tocara, sentía que al menos un roce de él le abrazaría…-Eres en verdad un idiota, me has pedido que te mate si llegaba el momento de quererte desechar, eso es lo que hago, quiero que te mueras en este jodido calabozo donde tu pestilencia reine, añoro ver tus entrañas, admirar ese pútrido templo….-se movió de inmediato, alejándose de el…-Pero ni eso has podido cumplir….-“Oh, muerte no pensé que nos encontraríamos tan rápido”…su mente se escondió, moría por el…- ¡Ja! Deberías mantener tu boca cerrada, como pretendes protegerme si no lograste enamorarme…-una risa sínica, transformándose en un vil que desea matar con la palabra.- Nada de lo que me has dado ha servido…-le aventó sus prendas, ya no serbia de nada desearlo…- Vete de una vez o ahora mismo te mató…-Su voz firme sin que se notara el dolor por lo que hacía, demasiado frio, hiriente queriendo desvanecerse en el aire como el humo de una pipa…-No hay tiempo de llorar, levántate, vete como el día que viniste, sin nada…-Como un símbolo de terror, era el mal convertido en bien, una angustia se avecinaba por este chateú que si lucia melancólico sería peor…”Despliega esas jodidas alas mi querubín muriente, huye de mis palabras, estoy dispuesto a herirte hasta que te vayas, que no ves que tu presencia me tortura, y estos crueles pensamientos de retenerte con los bajos deseos, tu luz se vuelve opaca y fría, aun queman tus lágrimas en la porcelana, te estas desvaneciendo en lo sombrío que es la realidad, ¡Vete! …Porque pluma por pluma hare añicos tus alas para que jamás puedas volar, te encerrare en esta jaula, serás prisionero, serás solo mío, porque de ti he devorar tu inmortalidad”[b]…Hablaba entre pensamientos, se apresuraba a que desapareciera porque la noche estaba muriendo… -El destino a mi lado siempre fue esto y tú mismo lo sabias….-Se dirigía hacia la pared de rocas, recargándose para ver cómo se alzaba y se iba….-Apresúrate que la noche no es eterna, o es que esperas el amanecer…-se cruzó de brazos sin perder la mirada en el suelo donde se hallaba….-Que ¿No puedes? Te has dejado vencer o ¿es qué esperas a que te levante y sea yo mismo el que te saque de aquí?...-su mano se levantó, cubriéndose el rostro con una profunda negación…-Hero…Hero……Hero….-se fue a sentar a su lado, alzándole a sus piernas donde lo poso como a un crio…-Bebe por última vez mi linfa, no lo hagas por mi si no por ti, mírate como luces, sé que la muerte no es lo que esperas…-la uña filosa de su dedo comenzó a penetrar la piel de su mandíbula acercándose a los labios ajenos donde le ayudo a entre abrirlos y ahí dejo que la linfa como hilos desprendidos recorrían su ruina de templo, dejando al brote una melodía en la mente ajena para que cerrara sus ojos, esa fue la razón por la cual le brindo su linfa, que cayera en un sueño donde en el mañana los abriera y despertara de esta pesadilla…Entregándole la flor del mal, linfa entristecida, ¡Oh, su querido, solo debe dormir! La melodía de cuna está presente, solo dejar caer tus parpados, duerme, duerme mientras que el cuervo te alimenta de su hediondo templo, de su linfa podrida, disecada, sabe que adormece, le acaricia sus cabellos y no deja de verle, ese ser que entre sus brazos se halla es la vida renaciente….
“Esta noche quiero que vueles tan alto, no dejes que tus alas lastimadas no te lo permitan, separa tus pies del inmundo, sigue tu sendero, vaga junto a la luna iluminando tu sonrisa, no dejes de sonreír, deslumbra ese rostro, esa alma divina de trapecios sueños, acaricia las estrellas con la melodía de la vida, sigue escuchando esta canción de cuna como luciérnagas de tu bosque encantado, vuela tan lejos, resalta arcoíris sin dejar caer lágrimas, goza tu existencia, sé el creador de flores únicas, un ser lleno de amor, desearía que fueses solo mi muñeca, el que pueda alistarte para dormir solo a mi lado, pero eres la luna, brilla intensamente, ya no hay jaula donde permanezcas, vuela, vuela a donde siempre has pertenecido, duerme ahora, que a mi muñequilla protegerán bien”
Esperaba a que durmiera profundamente, al fin podía sentir la muerte de las lágrimas, lagrimas que eran tinta del alma, tinta del dolor, una tinta con la cual se escribía un sueño hermoso donde pudiera parecer sin saber la cruel ausencia que se sufriría….”¿Puedo besar tu herida? Tal vez esto cure tu alma, te pido que me liberes de tu presencia, de esta que parece ser mi tumba, ¡ilumina mi oscuridad! no sé qué te pido mientras duermes, he marchitado tu luz, entiendo que eres el que me llenaba, no había nadie más que tú, mi cielo de mil estrellas ahora duerme, duerme”….Besa el triste cadáver, lentamente le va vistiendo, le deja en el jardín de su sueño, derrama lagrimas sin que ese ser lo admire, tenía miedo de verlo morir, cada alma es la que se muere de hambre a su lado, no puede morir, no le está dejando morir, no importa si no lo tiene, odia a los vivos pero ahora con una plegaria desea que reviva como a una luz intensa, porque él es la anima del cuervo sin su existencia no podrá seguir.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Fecha de inscripción : 23/11/2010
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Tiranía de un querubín (Privado)
“Escucha mi respiración. Esta? No. Estoy muerto y más muerto estaré si no me dejas ir. Pero, sabes? Siempre estarás en mi mente, porque eres y serás siempre el único que pueda estar conmigo. Eres el ángel más hermoso. Un ángel teñido de negro. Mi amor, mi alma. Nos encontraremos, si el destino así lo quiere. Cuando seamos mejores, maduraré y te encontraré.”
Intentaba levantarme y era imposible, el sonar de las cadenas retumbaba en mis oídos, todo daba vueltas, me sentía uno más del holocausto. Temblando, llorando. Estaba muerto? Así era el infierno? Pero no. Allí estaba él, teñido de negro, como un hermoso cielo que se jactaba en guiarme al horizonte. Pero sus palabras me herían! Me enterraban más en la realidad! Por qué!? Por qué se esforzaba en hacerme la herida más grave?, como si buscara hacerme enojar. Me sentía… Me sentía? No. No era nada! Siempre había sido una basura!! Para que existir si a nadie le importaba? Lo ideal sería morir en ese lugar, junto al único que había logrado enamorarme de este modo. Hacerme sonreír con solo su presencia. No necesitaba regalos, no necesitaba halagos llenos de mentira o verdad. Solo lo quería a él… Mi musa, mi cielo. Las lágrimas caían bordeando la sonrisa de muerte en mi rostro. Intentaba verlo a los ojos, pero estos se me caían y volvía al piso. Como buen perdedor, me hallaba en la línea, en el límite de todo. Sus manos se sentían entre mis órganos muertos de tan débil que estaba. Mi cabeza caía cual muñeca de porcelana a un lado y al otro. Escucharlo solo provocaba que mis lágrimas caigan con más fuerzas, agotando hasta la última gota de mi tristeza. Empezaba a llorar seco.
-Lo siento… Me duele… Os quiero. Pero no puedo miraros a los ojos, yo… Estoy tan horrible? Mmrk… Estoy feo… N-no me miréis
Solo un pequeño asentimiento salía, aceptando el destino que él me otorgaría, no importaba si tenía que fallecer. Pero tan solo deseaba escucharle decir que me amaba, que la guerra había sido ganada. Pero nada, nada bueno, solo me quebraba más, agotaba hasta la última esperanza. Desde siempre mi venganza había sido enamorarlo, pero no lo había logrado. Ahora, era más perdedor que antes. Mis piernas eran dos hilos de seda, mi cabello era tan frágil como una barra de pan. Mi piel estaba marcada, las heridas no estaban sanando, no había prácticamente nada de sangre en mi cuerpo y con ello, simplemente estaba muriendo, lenta y dolorosamente. Era feo, era horrible y por eso sería desechado. Ah! Tristes plegarias son las que daba al cielo. Mi piel y mi ser siempre tan hermoso, ahora se pudren como una rosa en agua. Mis ojos hundidos, mis labios de cerezas, ahora eran solo pasas de uvas pudriéndose. Mi cuerpo temblaba, daba espasmos y mis manos subían con toda la voluntad que me quedaba a cubrirme el rostro.
“Detente! Me estas matando! Me estas clavando las estacas más profundas! No lo estás mejorando, solo me haces sentir peor. Solo provocas que te ame más. Porque no hay forma de poder huir de esto. Ahora ya estoy a tus pies, para siempre. Y lo haré! Te protegeré! Nunca te dejaré ir de mi corazón. A pesar de que no estés a mi lado… Yo estaré, te amo. Te amo… Por favor, detén estas palabras”
Me ahogaba, tosía y caía al piso, añorando morir. Mi orgullo estaba destrozado, desquebrajado. Nunca más volvería a ser el mismo. Si seguía vivo luego de eso, nunca podría volver a la normalidad. Estaba tatuado por él. Y nadie lo reemplazaría. A pesar de que me estaba destruyendo, eso solo hacía recordarlo más. “Aquel que me destruyó” “Aquel a quien amé y aún amo”. Siempre quedaría en mi mente, no le dejaría irse aún si pasa toda una eternidad. Rasqueteaba al piso, intentando levantarme de allí, sus palabras me daban una pizca de fuerzas, pero al instante caía como un saco de huesos al piso. Dejando salir un quejido, un grito cuando uno de mis brazos se dobló. Sentía las astillas y con eso me retorcía en gritillos, llorando a mares. El dolor físico, metal y sentimental se hacían un torbellino y empezaba a asentir, a agarrarme la cabeza, haciéndome un pequeño ovillo. Las ropas caían sobre mí, pero no las podía poner en mi cuerpo. Deseaba morir allí y por fin descansar. Pues el dolor era desgarrante. Era insoportable! Insufrible!
-No quiero, mrgh...No quiero de ti, por qué aun ahora debo depender… a-ah!
La pregunta quedaba en el olvido en tanto la sangre empezaba a emanar y mis sentidos se agudizaban, mis colmillos salían a flote sin mi consentimiento, mis ojos se abrían se estiraban como los de un gato al ataque. Estaba sediento, más que nunca, no se comparaba ni cuando había nacido como inmortal. Tenía hambre de más de tres semanas. Y me aferré como una garrapata y entre llantos me clavé donde me era indicado, temblando succionaba, me sentía bien, me excitaba, mis heridas muy lentamente se cerraban, al menos una capa, ya que las que eran demasiado profundas o más de lo habitual se mantenían notorias. Pero interiormente me rehusaba a lo que estaba haciendo. Me obligaría a beber lo justo y necesario. Sin importar todo lo que quisiera succionar. No! No debía, a pesar de que ya no había más orgullo por acunar. Sus palabras me habían herido demasiado y con ellas me mantenía lo suficiente como para negarme a deberle algo. Lo amaba, amaba a aquel cuervo inmortal. Pero no iba a lograr nada de esa manera, en esas circunstancias. Y lo peor, era el miedo. Inconscientemente, estaba seguro de que no quería beber demasiado, ya que quizá, si el notaba que me recomponía volvería a dejarme allí. Y yo… Yo no quería estar más encerrado, el mundo real ya se estaba volviendo fantasía en ese espacio. Mi luz se iría completamente si seguía estando allí y no podía permitirlo. Porque de ser así, ya no podría volver a encontrar al ave. Pero si me recomponía, había una luz, una esperanza de volverlo a abrazar con esa intensidad que estaba quedando en el olvido.
-Mi ave… nic…o…las…
El susurro salió volando por mis labios, y solo una mirada pude cruzar con él. De repente, allí lo tenía, succionando sangre toscamente, pero me mareaba, aquel temblor no cesaba, solo me estaba apagando. Me estaba muriendo? No, era… Era una suavidad hermosa, delicada, me arrullaba en sus brazos en tanto mis ojos se cerraban. Con la cabeza apoyada en su hombro, dejaba salir jadeos delicados, hasta que el sonido se extinguió. Y como dos muertos, escuchábamos todo a nuestro alrededor, pero yo no lo recordaría. Aunque en mi sueño, veía al cuervo abrazándome. Pero sería aquella la verdad? O solo era una plegaria al cielo. No sabía y ni aun cuando me levanté lo supe. Me había desmayado en algún punto, había quedado nuevamente a la mereced de mi destino y rogaba que al abrir los ojos no me encontrase aún en aquel lugar con cadenas y mugre a mi alrededor. Poco a poco mis ojos se iban abriendo, podía sentir la calidez en mi espalda, estaba cómodo, pero no podía moverme. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Dónde me hallaba? Miraba a mi alrededor y las cosas se movían, empezaba a sentir mis extremidades y con ello los ruidos de quejidos y llantos se hacían presentes. Estaba completamente roto!! Ni siquiera podía mover un dedo, pues al moverlo otra parte de mi cuerpo se tensaba y el alarido se hacía estruendoso. Pero de alguna forma me sentía bien, la presencia del ave oscura no se sentía a mí alrededor, el olor era a vainilla y jazmín. Parecía mi cuarto, pero no podía pensar en que era de ese modo. Seguramente era una simple ilusión.
“Me has dejado libre mi hermoso amo? Has comprendido que la tortura solo nos llevará a más y más dolor? Te amo, te estoy esperando aún”
Invitado- Invitado
Re: Tiranía de un querubín (Privado)
“Que tengas una bella noche ¡Mi alma! Yo me despido que tengas eternas Lunas…Porque en sueños te buscare, ten lo por seguro”
¡Malditas lagrimas! Esas lagrimas que emanan de sus ojos, son esparcidas sobre su piel, no cesan, avanzan hacia un vacio, las palabras eran lanzadas al aura, el estaba preocupándose de que el cuervo no le viera, pero esos labios están débiles y la pálida mirada se empieza a cerrar, le escucha pero entre mas su voz resuene, el cuervo está destinado a hacerle padecer un intenso dolor, sin responderle le entrega mas espinas para que se calle, para que de una vez añore con todas sus fuerzas desaparecer y jamás volver a desear ver al cuervo que lo devora con el filo de un desprecio engañador.
Le observa mientras esconde sus verdaderas evocaciones, dolor y llanto es lo que provoca esa muñequilla muerta, ve como se aferra a encontrar una salida, no soporta verle en ese estado, se sigue lastimando sin importarle que luciera hediondo, ¡Basta! Cae una y otra vez, no le es suficiente soportar los golpes, pero el cuervo solo aumenta el daño, su voz con descaro, miradas burlonas y movimientos que desprendía con tranquilidad le regalaba a esa muñequilla mientras observaba como su templo era azotado por su debilidad.
Tras sujetarlo, no le soltó para nada, le iba tener entre sus brazos, aprovechándose de que podría olvidar este momento por el delirio. Sin importarle que bebiera demasiada linfa, se guarda quejidos por la bestialidad que ejercía con le piel, haciendo que esa mordida, la manera en la que se alimenta le trajeran un recuerdo de cómo le besaba cuando se enojaba, ese gatito salvaje relucía, su piel lentamente fue cambiando de aspecto, percibía el aumento de una pequeña fuerza así como se transparentaban un poco las heridas, perdiéndose en el, leyendo cada gesto, cada segmento de su querube pues no quería extrañarlo por no recordar cómo era.
Tras atrapar por un segundo sus ojos, siguiendo aquellas palabras que regocijara “Mi ave…Nicolás” Acaricio sus cabellos, sabía que caería en un sueño, pues ahora duerme su bella muñeca, le medio arrulla, nota esos dos parpados que permanecen sellados, tendido en sus brazos, preguntándose qué es lo que estará ensoñando, negando por sentir la delicadeza, sin mentirle ahora le mira con sufrimiento, al menos se aplaco un instante al admirarle como dormía, pareciendo una anécdota de las deidades, viéndole como la estrella del cielo que se reúne en una antología, ofreciéndolo a la vida para que sea alegre, brinque, ría y solo reconozca como es la luz de la felicidad.
Pero se hace tarde, no puede tenerlo toda una eternidad durmiendo, desearía que así fuera para nunca alejarlo de sus brazos pero está muriendo la noche, por ello se alza con él y le lleva con el mayordomo, le pide que le lleve a su hogar donde nunca debió salir, hacer que no tenga nada que le haga recordar la presencia del cuervo, que deje de sufrir…Una vez que le lleven a su hogar, dejarle en la cama con la vestimenta con la que solía dormir, dejarlo desnudo de artefactos del mismo cuervo que le había regalado…Queriendo que solo fuese una pesadilla lo que había vivido, que siguiera adelante sabiendo que eso no podría pasar ya que solo su mente quizás se lo había imaginado, que se fingiera que en verdad no sucedió nada, que el sueño borrara todo.
Y ahí con la dulce canción de la destrucción, con sus dedos recorre su mejilla, pero su voz delicada aun la escuchaba, tan transparente que no podía dejarle partir, le da un beso en su frente y un susurro “Jamás te olvidare” y un último abrazo desprendió, dejando que el mayordomo siguiera con las indicaciones y es así como el viento se lleva el templo de la muñequilla, el cuervo libera las lágrimas del oscuro dolor y de arrepentimiento, partiendo el tiempo en dos, pues las lágrimas que derrama el cuervo son como palabras de la despedida, viendo desaparecer la sombra en lo lejos.
Sin marcha atrás, se va a ordena que el château sea cubierto, cada mueble, cada pieza debe permanecer intacto al polvo, pues es hora de marcharse y el tiempo no se sabrá, mientras pone las cosas importantes de las dos habitaciones que habían sido ocupadas en cajas, siguiendo al estudio como al salón de música por su queridísimo violín, sin dejar nada valioso pues desea desaparecer sin que quede rastro alguno de esos tiempos inmemorables, llevándose consigo lo que una vez trajo.
Terminando de recoger, tenia que apresurarse pues el barco en poco iba a zarpar,por lo tanto las cajas y maletas eran llevadas al carruaje, solo faltaba que William lleguara para partir, pero en lo que la espera se hace, el cuervo pensaba:
“Deja tus parpados cerrados, duerme hasta que sanen tus heridas, no esperes al cuervo negro pues no regresara a despertarte con un beso, debes simular un sueño más profundo si no deseas sufrir más, olvida todo y aférrate a tu luz, vive como antes, sonríe, canta, toca como si nunca hubiera sucedido esto….Pues te ordeno que cuando despiertes, veas todo igual a como estaba, cuando abras tus hermosos faroles debes desprender la sonrisa divina que tanto amo, hubiera deseado poder besarte pero las penas volverían, mejor duerme mi hermoso durmiente, prefiero que sueñes y te quedes ante la duda de mi adiós…Sin pensar que lo diría y menos hoy, pero era necesario poder admitirlo, me destroza al pensarlo que te estoy queriendo, pero es necesario dejarte…¡Me duele! Este sabor agrio de las lágrimas, es triste comprender el deseo inmenso que me llevo a cometer tal bajeza, ahora sueña, no vuelvas a caer en esta pesadilla, duerme mi querubín, duerme que el mismo cielo te está protegiendo, ahora debes de estar bajo tu lecho, descansa y eternas lunas mi querido…¡Mi querido! …. ¡Mi querido querube!....Adiós.”
Se despedía dentro del carruaje, viendo la luna mientras desfallece y William ha llegado, le dice que todo lo hizo como demandaba y ahí partieron enseguida hacia el barco, donde desaparecería lejos de Paris, lejos de lo que le era conocido…Sin revelar el nombre del sendero, solo el cuervo lo sabia y de esa manera lo mantuvo en secreto hasta que el viaje fuera tomado, dejando todo atrás e imaginando que sera un nuevo vuelo donde pueda surcar otro cosmo.
Le observa mientras esconde sus verdaderas evocaciones, dolor y llanto es lo que provoca esa muñequilla muerta, ve como se aferra a encontrar una salida, no soporta verle en ese estado, se sigue lastimando sin importarle que luciera hediondo, ¡Basta! Cae una y otra vez, no le es suficiente soportar los golpes, pero el cuervo solo aumenta el daño, su voz con descaro, miradas burlonas y movimientos que desprendía con tranquilidad le regalaba a esa muñequilla mientras observaba como su templo era azotado por su debilidad.
Tras sujetarlo, no le soltó para nada, le iba tener entre sus brazos, aprovechándose de que podría olvidar este momento por el delirio. Sin importarle que bebiera demasiada linfa, se guarda quejidos por la bestialidad que ejercía con le piel, haciendo que esa mordida, la manera en la que se alimenta le trajeran un recuerdo de cómo le besaba cuando se enojaba, ese gatito salvaje relucía, su piel lentamente fue cambiando de aspecto, percibía el aumento de una pequeña fuerza así como se transparentaban un poco las heridas, perdiéndose en el, leyendo cada gesto, cada segmento de su querube pues no quería extrañarlo por no recordar cómo era.
Tras atrapar por un segundo sus ojos, siguiendo aquellas palabras que regocijara “Mi ave…Nicolás” Acaricio sus cabellos, sabía que caería en un sueño, pues ahora duerme su bella muñeca, le medio arrulla, nota esos dos parpados que permanecen sellados, tendido en sus brazos, preguntándose qué es lo que estará ensoñando, negando por sentir la delicadeza, sin mentirle ahora le mira con sufrimiento, al menos se aplaco un instante al admirarle como dormía, pareciendo una anécdota de las deidades, viéndole como la estrella del cielo que se reúne en una antología, ofreciéndolo a la vida para que sea alegre, brinque, ría y solo reconozca como es la luz de la felicidad.
Pero se hace tarde, no puede tenerlo toda una eternidad durmiendo, desearía que así fuera para nunca alejarlo de sus brazos pero está muriendo la noche, por ello se alza con él y le lleva con el mayordomo, le pide que le lleve a su hogar donde nunca debió salir, hacer que no tenga nada que le haga recordar la presencia del cuervo, que deje de sufrir…Una vez que le lleven a su hogar, dejarle en la cama con la vestimenta con la que solía dormir, dejarlo desnudo de artefactos del mismo cuervo que le había regalado…Queriendo que solo fuese una pesadilla lo que había vivido, que siguiera adelante sabiendo que eso no podría pasar ya que solo su mente quizás se lo había imaginado, que se fingiera que en verdad no sucedió nada, que el sueño borrara todo.
Y ahí con la dulce canción de la destrucción, con sus dedos recorre su mejilla, pero su voz delicada aun la escuchaba, tan transparente que no podía dejarle partir, le da un beso en su frente y un susurro “Jamás te olvidare” y un último abrazo desprendió, dejando que el mayordomo siguiera con las indicaciones y es así como el viento se lleva el templo de la muñequilla, el cuervo libera las lágrimas del oscuro dolor y de arrepentimiento, partiendo el tiempo en dos, pues las lágrimas que derrama el cuervo son como palabras de la despedida, viendo desaparecer la sombra en lo lejos.
Sin marcha atrás, se va a ordena que el château sea cubierto, cada mueble, cada pieza debe permanecer intacto al polvo, pues es hora de marcharse y el tiempo no se sabrá, mientras pone las cosas importantes de las dos habitaciones que habían sido ocupadas en cajas, siguiendo al estudio como al salón de música por su queridísimo violín, sin dejar nada valioso pues desea desaparecer sin que quede rastro alguno de esos tiempos inmemorables, llevándose consigo lo que una vez trajo.
Terminando de recoger, tenia que apresurarse pues el barco en poco iba a zarpar,por lo tanto las cajas y maletas eran llevadas al carruaje, solo faltaba que William lleguara para partir, pero en lo que la espera se hace, el cuervo pensaba:
“Deja tus parpados cerrados, duerme hasta que sanen tus heridas, no esperes al cuervo negro pues no regresara a despertarte con un beso, debes simular un sueño más profundo si no deseas sufrir más, olvida todo y aférrate a tu luz, vive como antes, sonríe, canta, toca como si nunca hubiera sucedido esto….Pues te ordeno que cuando despiertes, veas todo igual a como estaba, cuando abras tus hermosos faroles debes desprender la sonrisa divina que tanto amo, hubiera deseado poder besarte pero las penas volverían, mejor duerme mi hermoso durmiente, prefiero que sueñes y te quedes ante la duda de mi adiós…Sin pensar que lo diría y menos hoy, pero era necesario poder admitirlo, me destroza al pensarlo que te estoy queriendo, pero es necesario dejarte…¡Me duele! Este sabor agrio de las lágrimas, es triste comprender el deseo inmenso que me llevo a cometer tal bajeza, ahora sueña, no vuelvas a caer en esta pesadilla, duerme mi querubín, duerme que el mismo cielo te está protegiendo, ahora debes de estar bajo tu lecho, descansa y eternas lunas mi querido…¡Mi querido! …. ¡Mi querido querube!....Adiós.”
Se despedía dentro del carruaje, viendo la luna mientras desfallece y William ha llegado, le dice que todo lo hizo como demandaba y ahí partieron enseguida hacia el barco, donde desaparecería lejos de Paris, lejos de lo que le era conocido…Sin revelar el nombre del sendero, solo el cuervo lo sabia y de esa manera lo mantuvo en secreto hasta que el viaje fuera tomado, dejando todo atrás e imaginando que sera un nuevo vuelo donde pueda surcar otro cosmo.
"Solo en la agonía de despedirme soy capaz de comprender la profundidad de mi querer"
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Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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