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PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Vie Dic 21, 2012 11:26 pm

Las campanadas de la media noche sonaron, el reloj seguía su curso, escuchándose el eco de los pasos del tiempo, hundiéndose lentamente en un sepulcro de los años, desvaneciéndose las sonatas ya que la luz quedo en el olvido como un pasado que después florecerá, dejando que la luz de la luna brille sobre el chateu mas perdido de la vista de los demás, envuelto de nubes muertas, dejando que la fama de esta noche caiga en la dichosa congregación, donde no solo era pensar sobre la eternidad del quien el tiempo es esclavo….

Transcendiendo el tiempo, el aura se encontraba rodeada de voces, palabras como ecos sobre el destino que se llevaría a cabo en unos momentos, siendo la estipulación del ave violinista que ejecutara el horror de un encanto musical, acompañado de los mejores violinistas de toda Europa, transfigurando mas allá de un perfecto escenario, alabado de sinfonías solo interpretadas por el delirio, un acorde sensual de un telón admirado.

El sonido desprendido de la puerta relució acompañadas de “Mi señor, se puede” y el ave desnudo se hallaba….-Adelante….-decía estando de espaldas…- Todo ha quedado como usted lo ordeno, ¿algo mas que desee mi señor? Decía el mayordomo con educación y fineza en esas palabras que girándose el ave para verle…- No, eso es todo, estar al pendiente de cuando lleguen, ya sabes lo que debes de hacer…puedes retirarte-volviendo a lo que se encontraba, vistiéndose para el suceso…Si mi señor, con permiso…-despidiéndose su mayordomo con una leve reverencia y la puerta fue cerrada…Y el ave alistándose, poniéndose su traje negro, con sus cabellos sueltos y esos zapatos que resaltaban en la fina marca.

Como una pluma al descender del paraje de un ave llego a su intuición fragancias conocidas, exquisitas por el perfume que desprendían, llegando la hora de encontrarse con ellos que salió de su aposento, descendiendo de las escaleras con el porte siempre refinado, sus modales dignos de representar a un elegante caballero, caminando con sensualidad, con la mirada al frente dejando que se posara en los tres aristócratas que recién ejecutaban una leve reverencia y les recibió con una seriedad distinguida...-oh! Pasad, esta noche vuestra estancia será placentera, sentirse cómodos…-su mano se ha extendido, mostrándoles el camino hacia el despacho, donde les esperaba el vino para brindar por el intercambio de los intereses….

De fondo con el volumen bajo de una ópera oscura, de palabras hermosas que alimentaban la mente, dejando que se acomodaran en el interior, posandose como desearan, avanzando mientras los temblorosos pensamientos jamás se perderían de los que temen ser asesinados por esta ave, pero primero era el negocio así que cogió de inmediato el contrato para leerlo….

Pareciesen escritos en las inmutables estrellas, como orgullosa ave de rey de antaño, en su trono se posa y lee, mirando la hoja con seriedad que la frialdad era poco lo que dejaba translucir en ese instante, mientras su mayordomo atiende a sus invitados, el vino en sus manos se ha brindado, un pequeño banquete se les ha ofrecido y solo queda esperar, esperar que el ave selle para que esto sea una hermosa participación teatral….


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Mensaje por Invitado Sáb Dic 22, 2012 5:12 pm

Mientras que somos orgullosos, seremos presa de los celos y la ira y veremos con desprecio a los demás y así lo único que lograremos es que reine la infelicidad.
Dalai Lama


Pero cuanta ira era la que sentía, sacada del mismo infierno, como piedra mullida. Deseaba hacer estragos, quemaría toda París con tal de encontrarle. Es que el sufrimiento que sentía era tal! Tal que las victimas que me había devorado no habían sido suficientes. Sumido en la insatisfacción total. Deseaba a aquel hombre. Despedazarlo con mis propios colmillos, hasta sentir que la última gota de sangre de su existencia caía sobre mis labios. Ah! Maldita ave desgraciada, que rompiste todo mi cuerpo. Lo tomaste con ambas manos hasta destrozarlo, te robaste todo de mí. Y luego me dejaste solo, sin una palabra, te fuiste lejos luego de todo aquel sufrimiento.

Habían pasado casi dos semanas luego de haberle visto. Aquella situación horrible en la que me había metido. Ahora ya nada era igual, solo pensaba en él. Soñaba con él, las pesadillas y sueños hermosos eran noche tras noche, todo el tiempo una y otra vez me lo imaginaba frente a mi. Hasta que me propuse a buscarlo. El problema, era que ni el nombre me había dicho. Nunca lo dijo y yo estaba desesperado. Tan desesperado que utilicé todas mis influencias para encontrarle. Utilicé a mi padre, moví cielo y tierra hasta hallarlo. "Nicolás D'Lenfent, el violinista que hizo un trato con el demonio" El maldito, enfermo, desgraciado, hermoso, sensual y encantador vampiro que me había hecho mil y una cosas; me había roto sin piedad, diciendo frases extrañas; lo odiaba, tanto que le cortaría el cuello poco a poco si tenía la oportunidad.
Luego del nombre, quise saber donde vivía, para ir y romper todo. Le quería hacer daño, pero no matarlo. No. Quería infligirle parte del dolor, molestia y humillación que me había sido provocado. Incendiarle la residencia fue lo primero que pensé. Luego buscar la manera de dejarlo en banca rota. Luego mandarle a secuestrar. Pero nada de eso pasó cuando supe donde vivía. Yo quería quejarme, quería ir y romperle cada cosa que encontraba importante. Tironearle los cabellos hasta dejarle pelado. Y eso es lo que hice, el mismo día que lo supe aparecí en su casa.

"Maldita ave que me haz dejado el mundo al revés siento que morire si no te vuelvo a ver. Deseo verte, destrozarte y luego besarte. Por que no puedo olvidar aquellos labios que me hicieron delirar, no puedo olvidarte ni un solo día; apareces en todos los sueños, como un maldita mancha"


Me avisaron y dijeron que no vaya ese día, que tendría invitados humanos, tenía que concretar un negocio... Pues que le quede bien claro que no iba a poder terminar nada. Pues esa misma noche, luego de saber que todos habían llegado, fui yo, casi corriendo. Era una mansión hermosa, el chateu mas elegante que había visto jamás, con una vista maravillosa. Tanto, que aquellas ideas de incendiarlo, se fueron por completo. Pero a pesar de todo, mi ira era mayor e incrementaba aún mas mi odio. Pues el era perfecto, pero me había humillado demasiado. Llevaba varias estacas en los bolsillos y una espada colgada en el cinto; que podría pasar con facilidad por una espada de adorno.
Pero sabía que no sería tan fácil, aquel mayordomo no deseaba dejarme pasar, pero no me importó empecé a empujarlo con fuerzas cuando no me lo permitió y corrí con ganas para ir a donde estaba aquel hombre, tirando las cosas que encontraba en el camino, sacando toda la ira que había acumulado en esas dos semanas. Sentía los ojos húmedos de por sí. Era tanta la frustración, que me hice un camino de destrucción, sintiendo como el mayordomo me agarraba, no me quería dejar pasar, pero entre empujones y ya tirones abrí la puerta destrozándola con ambas manos, y con furia me abalancé sacando una estaca para clavarla en la mano que aquel tenía apoyada en la mesa, parecía leer algo, pero aquello quedo ensangrentado con aquella sangre ajena. Estaba feliz, pues no había dado ni tiempo de pensar. Pero estaba seguro, que la pagaría muy cara.

-Maldito de mierda, aquí os devuelvo el favor! Os juré que me vengaría!! Espero no estar interrumpiendo nada!! Y si os interrumpo! OH! MIS DISCULPAS MONSIEUR! Me influye ni un cuarto de mis dos huevos la mierda que este haciendo!!


Grité mostrando los colmillos a los invitados, gruñendo sonoramente, hasta sentir que un vidrio se rompía y sin dejar ni que un segundo pasara, abalancé mi mano hacia el y clave mis uñas en su hombro, buscando con la otra mano otra estaca. Mis ojos estaban hinchados, pues derramaban lágrimas de impotencia. Quería descargar mas, mas, hasta que ya no pueda seguir. Había revuelto todos los papeles sobre la mesa y mitad de mi cuerpo estaba allí metido. Como un niño caprichoso, había interrumpido todo y ahora no paraba de dar manotazos, buscando clavarle mas, pero realmente había sido una suerte clavar la primera.
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Dom Dic 23, 2012 8:56 pm



"La venganza no es más que el resultado de un gran amor, un amor como el que puede destruirte, y ahora vuelves con esa mirada ¡BASTA! Abandona ese odio o será lo único que tengas, quieras y desees”

Siguen sus ojos posados sobre las letras pintadas de una ambición, pero los sueños de terciopelo se adornan, se postulan para un nuevo comienzo mucho más hermoso, aunque la mayoría fuese hermoso sin embargo algo se acercaba, el sonido de la opera transcurría como adornando ruidos que se oían de lo más lejos, el papel se había convertido en transparencia, ya no leía solo dejaba posar sus ojos interpretando que lo hacía, siguiendo esos ruidos ¿Qué era aquello? Pensaba, dejando que la voz de su mayordomo retonara en su mente pero una voz intrusa era la que le distraia, parecía conocida….Y los sonidos se presentaban con mayor frecuencia, sentado en el trono, esperando que aquel intruso que osaba entrar de esa manera llegara a su destino, sabiendo que el destino era el mismo.

Posando la mirada en la puerta destrozada, el golpe sonoro de una batalla que apenas daba inicio, los invitados se alarmaron que se quedaron inmóviles, dejando caer las copas de vino y fijándose en la sombra que fue a caer en la misma propia del ave…

“Ah! Duele, pero el sufrimiento es la calma que podrás guardar por la misma rabia que este te brinda” Mostrándose seriamente, fríamente de una ira enorme tras sentir la maldita estaca en su mano, dejando caer la hoja teñida del carmesí de su linfa, pero no solo eso se torno carmesí, sus ojos como la bestia se mostraron, el color del enfado era.

“Pobre cobarde, quiere llegar a ser grande pero este permanece sentado, viendo al pequeño payaso que de insultos de sultán daba, pero él será de nuevo castigado, siendo esta existencia un juego, solo un jodido juego donde el final alguien saldrá podrido de la risa, del poder que tendría, que comedia trágica, ese niño infeliz será mío, los golpes no importan, hieres y eso hace que eleve mi deseo contra ti”
….-BASTA YA!...-De pie como un loco, siguiendo hasta el final de esta bajeza, el era un ángel, pero era solo un sueño, la mitad de una mentira….Mal mirándole con una indiferencia que ni el mismo rostro soportaba, tras sintiendo sus uñas como en aquella noche…-Así que es el joven Jaejoong, veo que aun me recuerdas…-susurrando tragándose el maldito dolor que su mano capturaba….-Así que has venido, dime qué quieres, acaso Matarme?...-Negando, mirando la maldita estaca, riendo por cómo se mostraba, un monstruo que no dejaba marca de aquel ángel...-No!...Déjenos solos o acaso también deseas matarlos?...-veía el camuflaje de sus sirvientes hacia él, que les detuvo al decirles aquello, desprendiendo un golpe en el escritorio, partiéndose en dos que este caía y la daga se saco dejándola en el cuello ajeno, brindandole a la punta filosa que solo le hiciera una pequeña abertura para admirar su sangre….-Dije que se marcharan!...-la voz se elevo y vio como se retiraban, haciendo ademan de que el mayordomo hiciera lo mismo, así que quedaron solos…

- Ahora eres un gato salvaje, pero solo tienes la piel sedosa de un león, colmillos afilados de un depredado, me inspiras a reír en lugar de temer, el miedo ha desaparecido en ti, así que ven, acércate a mí, déjame admirarte como al animal que eres, guarda tus garras, gato bello, te has visto como una exposición canina para la alta sociedad, pero ahora as encantado al rey que eso es lo que te mantiene a salvo…-De donde venia esa extraña emoción que fascinaba, tanto que molestaba, sintiendo una herida profunda, peor que aquella herida en su mano, embriagándose con ese veneno, coger su sufrir es tan bueno, sucumbir a esas lagrimas demuestran que no solo viene a dañar….No es pena, son verdaderas evocaciones que pasan por un suplicio…”Baja esas armas, siento violentas pulsiones, teniendo la impresión de resbalar el fondo si ignoro de donde viene esa plaga, siendo mi deseo la propia cárcel” Su mano se abrió, resbalándose la daga de sus manos, que de un sigiloso movimiento fue a quedar encima de el, apretujándole el cuello…-Quien te ha dicho que podías venir…-tomo la mitad de aquel pedazo de madera que el mismo escritorio había desprendido, clavándosela en la pierna derecha…-Vengarte, eso deseas, pero entonces porque no me clavaste la daga aquí.-tomando su mano para mostrarle su pecho, donde un fatal golpe podría terminar con el…-Sabes que fuiste objeto de todos mis deseos, ah! Cherie veo que aun me perteneces, entonces dime quieres que te pague con otra noche…-abandonando la daga, su mano tal cual caricia comenzó a desprender en la entre pierna, acercando sus labios a los ajenos…-Has demorado tanto, después de todo quiero volver a tenerte entre tus piernas…-Tal vez el deseo no se cumpla tal cual lo había esperado, pero va a satisfacerse, dejando que se enredara en sus palabras y caricias, porque ese sería el único lugar donde permanecería como su siervo quiera o no…


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Mensaje por Invitado Lun Dic 24, 2012 1:21 pm

"Deseo el odio! Haz de pagar por mi sufrimiento! Y luego tendrás todo mi amor. Por que eres el único que ha sabido hacer que mi mente se pierda”

Podía ver sus ojos, estaba enojado, estaba irritado. Pero no era suficiente, quería verlo horriblemente enfadado, sacarlo de quicio hasta que diga "Vete vete, siento lo que te hice! Pero desaparece!" Y así con esas palabras le molestaría mas. Por que no era mi intención irme. Claro que no. Iba a besarle y hacerlo mio como me plazca, por que él había tomado todo y de esa forma se lo devolvería hurgando hasta dejarlo con el cuerpo en banca rota. Deseaba devorarle esos labios y hundirme en un cuerpo, apretarme contra él hasta sentir que ya todo estaba dado. Lo añoraba como jamás a nadie. Sentía que mi cuerpo estallaba con solo mirarlo. Esos ojos que demostraban la vejez y tristeza. Me preguntaba por que era de esa manera. Sus ojos sufridos... Y al mismo tiempo esta maldita manía de hacerme sufrir, de buscar gritos y llantos de mi cuerpo. Mi sonrisa angelical que apenas la había visto una vez. La vez que nos conocimos, que me acerqué a el con el propósito de conocerlo, de poder tocarlo y besarlo, pero todo termino en sangre, placer y dolor. Un recuerdo que nunca sería olvidado, por que lo tatuaría por siempre en mi.
“Infeliz! Por que no gritas que te duele? Por que te guardas ese grito que quieres dejar salir. Puedo ver en tus ojos que te arde! Grítalo! Grítalo como yo grité tu nombre mientras me hacías tuyo”

Pero el grito esperado no fue el que buscaba, y cuando objetó que parara sentí que me hacía un ovillo yendo hacía atrás. De repente, como un saco de papas, estaba tembloroso en mi lugar, observando de reojo como se levantaba, caminando hacía mi. Era como si le divirtiera lo que estaba haciendo... Sentía miedo, tanto que me hice para atrás. Las personas estaban atónitas, molestas y algo desconcertadas, pero con un nuevo grito empezaron a irse, casi corriendo pude ver como nos quedábamos solos. Y en el instante donde ellos se fueron quise huir lo mas rápido que podía, pero rápido, era lento si se trataba de aquel hombre. Y luego de saltar por aquel golpe seco que destruyo el escritorio me vi con una daga en el cuello. Temblando me fui un poco hacía atrás. Apretando los puños con una estaca entre mis dedos.

-Recordaros? Sueño con vosotros cada noche, con miedo voy al teatro, ni siquiera puedo pensar en ir a cortejear a alguien. Por que la última vez que lo hice, un maldito desgraciado me rompió en mucho más de dos partes. Estuve días y noches enteras esperando que mis heridas sanen y aún siento las marcas, de como me tomaste.


Le refuté con ganas, y quise levantar la mano para clavarle mas las uñas, pero tenía la daga en el cuello y el se iba acercando peligrosamente. Al tiempo que me iba alejando, él se iba acercando, pero todo paró cuando mi espalda tocó la pared y mirando a los lados me vi aprisionado. Mis ojos estaban húmedos pero mi sed de venganza seguía en pie. El se acercaba se pegaba con palabras y frases que hacían mi cuerpo temblar. Y de repente me vi en un temblor que provocó que la estaca de mi mano resbale. Maldiciéndome a mi mismo mordí mis labios y giré la cabeza para no verle. Tomando el aire que no necesitaba para recitarle el poema del odio.

-No deseo matarlo, solo quiero herirlo, como me heriste! Como me dejaste! Mereces morir por mierda que eres! Y...no me digas eso, deja de... Salte. Basta de esto...

Casi en súplica me arrulle en mi mismo al ver la daga caer y desesperado dí manotazos en su cuello y rostro tirándome a un lado para huir pero su mano grande y fuerte me tomo el cuello, como yendo a despellejarme me quede temblando, mirando con ira sus ojos. "Hermosos ojos color cielo que inundan mi mente, haces que me desespere, me derrito por ti. Tómame tómame ahora!" Pero aquella mirada se desvaneció con un grito alarmante. Un grito atroz que salió de mi boca cuando me clavó aquel pedazo de madera en mi pierna. Pero que dolor mas punzante, estiraba mi cabeza entre llantos, tironeando su cabello con ambas manos, mientras pedía a gritos que saque esa improvisada estaca de mi cuerpo.
No pude hablar, pues entre gritos me encontraba, intentando prestar atención a sus palabras, a como me hacía tocarle el pecho, el cual arañé al estar allí posado, desgarrando parte de su ropa, tironeando con mis largas uñas hasta encontrar la piel que quería dañar. Gruñía cual gato maldito, mientras mis lagrimas caían a borbotes sobre mi rostro.

-Os odio, déjame golpearte, déjame!!! Sabes que te lo mereces, por que no me dejáis desquitarme? Mmrgg, no! no quiero. Basta ya, deja eso... ahh...


Negaba entre llanto, sintiendo esa mano en mi entre pierna, acariciaba y acariciaba que mi mente quedaba en blanco y un gimoteo salió sin pudor sobre sus labios, mirándole con los ojos entrecerrados, negaba en súplica. Sus labios se acercaban y me hacían temblar. Pero sin entender por qué, me fui acercando del mismo modo, tomando su labio inferior para succionarlo y luego escabullirme en aquella cavidad que fui inspeccionando, apoyando una mano sobre su hombro en busca de mas tacto, enredando la otra en su cabeza, quería subirme, pero la estaca improvisada en mi pierna me hacía jadear de dolor y solo pude quedar en puntas de pie para besarle más. Disfrutar de esa delicia, de ese manjar que se escondía en su boca. Succionando su lengua, para luego morder sus labios una y otra vez, hasta separarme de un tirón.

-Ah! No me haga caer, vengo acá para poder vengarme... Nicolás D'Lenfet, "El que hizo un pacto con el demonio" Lenfent, Es usted un desgraciado, que se jacta de los neófitos para complacerse? Por que tuvo que hacerme aquello a mi? O es que no tiene ninguna razón?


Mi pregunta salía sobre sus labios, mientras los volvía a besar, pasando mi brazo por su cuello, para sujetarme de allí, mi pierna derecha estaba algo hacía arriba sin desear ser apoyada y mi otra mano empezaba a clavarse en su mejilla, sin importar lo que me haría. Ya me sentía en un limbo, en una encrucijada en la que ya estaba casi perdido. Debí haber hecho un plan... Pero que podía esperar de mi mismo? Si cuando apenas su residencia fue descubierta me vine cuando apenas había bajado el sol. Corriendo, habiendo agarrado apenas un par de estacas. Buscando venganza, aún sabiendo que estaba cavando mi propia tumba.
"Halcón querido, mi hermoso cuervo. Por favor, siénteme, abrázame. Bésame hasta lo mas profundo de mi cuerpo. Hazme sentir aquel placer hermoso de tus labios. Mírame como si fuese un festín de sangre. Déjame ser tu des ahogo, déjame ser tuyo y que tu seas mío, para poder envolvernos en pura necesidad"
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Sáb Ene 12, 2013 10:42 pm



“Otra vez el mismo deseo desesperante; quiero mirarme en tus ojos, sentir que solo eres mío, solo quiero tenerte, no me importa que sufras por ello, serás mío, solo mío, apareciste y con ello me ofreciste una ilusión”

Otra vez esa tibia compañía de su cuerpo, de nuevo a su lado, esa misma presencia quién lo diría fuerte y odioso, era un recuerdo y ahora lo vive nuevamente, su estancia hacia que luchara la ave por devorarlo hasta no dejar rastro alguno de él, pero por otro lado combatía por dejarle, dejar de desearlo como a nadie le había hecho…

Escuchándole, que placer brindaba por saber que no había dejado de pensarle, que como tatuaje seria para él, aunque qué tristeza eran sus palabras, aquella noche le dijo que jamás olvidaría a esta ave, que será impregnada eternamente en él y sobre todo que solo le pertenecerá, que del dolor que sienta le alimentara hasta llenarle completamente…

“¿Qué haces? Esperaba sentir al menos mi propia muerte en tus manos y lo único que veo es que lentamente vuelves a caer a mis brazos con solo llamarte” Pensaba al estar admirando esos exquisitos labios, esa forma de morderlos le recordaba como mordía ese gran veneno, como añoraba ser probado una vez más como el depredador que lucía…”Devóralos gato hermoso, mis labios han esperado ser rasgados con tu filo del odio, solo tómalos como se te plazca mientras deseo hacerte mío nuevamente” Dejando la mirada de un filo asesino en sus ojos, disfrutando tal cual domado animal era….-Hazlo, mátame o puede más tu debilidad hacia a mi ¡Hazlo! No me desees y mátame!....-Sus golpes eran fuertes pero la dulzura de ello no perdía, escuchando el sonido de aquella daga caer…

Ejerciendo mas la presión en la daga sobre su pierna, ese grito que le acobijaba con locura….-mmmm.-embozo una media sonrisa por la forma de cómo le tomaba, sus cabellos ya esperaban esos tironeos, que al sentir su mano en su pecho le brindaba un profundo calor, donde termino siendo un anhelo de que se adentrara a él con sus uñas filosas de gato salvaje que era, perdiéndose solo en esos ojos destellantes de lagrimas hermosas, elevando la mano para acariciarle su mejilla, mientras que con la otra aun le acaricia la entre pierna…-Ódiame, golpéame, no he pedido que te detengas, hazlo…-susurros con excitación, ya que ahora que le veía ese rostro era como un preludio de oda, hace noches cuando le conoció, se arrastraba de noche como si fuera una vela al ritmo erótico, rostro maravilloso como una acuarela, de un viaje fascinante entre una mañana desvanecida, un rubor de manzana deliciosa, el de un mar llenos de símbolos que ni el mismo cielo e infierno llegarían a describirle.

“Ah! Mi Cherie un recuerdo de su estancia, el aroma de su piel impregnando en sus texturas, delicia tan pura al posar estos labios en ti, con suavidad descarada que de un sueño se eriza el templo ajeno, endulzando lo más profundo de un agrio sabor, sensual alma que se ven atreves de sus ojos, haciendo una nota carmesí de mis propios labios en los que serán de mi único siervo”
Ese beso ya lo ha conocido, sus labios lo acaban de recordar que siendo convicto de pasiones, fundado en el templo ajeno porque otra vez el cielo se desgarra y las estrellas son derramadas para él, recordando una flor abierta y la humedad de su sexo que de nuevo es traído para dejar de recordarlo y solo verlo..

Otra vez el hechizo silvestre, los canticos son presenciados y no dejo de saborear esos labios que de una mordida se ha realizado el acto más maravilloso, un beso sangriento…Sin soltarle, encarcelándolo en un brazo mientras el otro continuaba dejando caricias que el ya conocía. Pero se alejo, sintió como se había terminado esa magia…-No hay ninguna razón, no te sientas especial por ello, solo quise probarte…-sin dejar de besarle y morderle para que el beso siguiera con mas deseo, embriagándose de su sangre, dejando que la mano que se hallaba en su entre pierna le quitara la estaca y la dejara fuera de alcance, esperando ese quejido para deslizar su lengua en esa cavidad un poco…-Como ahora solo deseo probarte una vez más…-Deslizando ambas manos a su espalda para alzarle, dejar que le presionara con sus piernas las caderas, teniendo un calor increíble que recorre todo por completo, necesitando de sus caricias tanto como sus besos, le acariciaba despacio de distinta forma, ansiando hacerle suyo, consumirse en el mismo fuego que provocaba…

Sin espera comenzó a desnudarle, bajando lentamente a su pecho, de una forma diferente de aquella vez, disfrutando de lo imposible, sentirle y que le sienta, esperando ya empaparse de su interior, embriagarse solo de él….-Me negaras que me ansias tanto que solo por ello viniste….Le había destrozado un poco su vestimenta para verle desnudo de una vez…

Envuelto en un torbellino, le observaba desnudo recostado en el suelo, rodeados de madera rota, de ese estudio destrozado, que de su rostro una negación realizaba, volviéndose a acercar a él, yendo sobre su cuello, posándole un beso con delicia hasta subir a su oído donde le susurro:-Oh, mi cherie, en este momento no puedo atenderte, tendrás que esperar, debido a que interrumpiste algo importante….-Se levanto, tomando su ropa, que lentamente comenzó a caminar hacia donde la puerta debería de estar….-Se puede retirar, en otra ocasión quizás pueda atenderle…-Jugaba un rato con él, en verdad no deseaba dejarlo ir, pero tenía que enseñarle algo, que él no está para pedir, ni mucho menos para ordenar bajo el mando del ave que ahora se trago su propio deseo…”Por solo un beso iba a tomarte como mío, solo mío, proclamarte de una vez pero no dejare que mi debilidad veas, ahora solo levántate más rabioso para jugar una vez más, si de este lugar se ha de destruir más que importa deseo ver que tan salvaje podrás ser, añoro domarte ya que solo así permanecerás a mi lado”


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Mensaje por Invitado Lun Ene 14, 2013 1:06 pm

lucha contra el cuervo:
"Eres el ser perfecto que me aparece en sueños, eres el ave con la piel mas hermosa que he visto jamás, plumas negras y ojos azules, platinados. Devoras mi alma y buscas hacerla trizas, por favor, bebe de mi. Haz de mi ser tu cáliz"

Y arrancaba, toda piel que encontraba la destrozaba con mis sub-desarrollados colmillos, succionaba de su sangre, el beso sangriento que tenía lugar en nuestras cavidades, danzando al ritmo del diablo, vertiginosamente nos íbamos encontrando, recordando cada punto que quizá habíamos olvidado. Tan deliciosa era la laguna de su boca, que pensé que me moriría ahí dentro, sin obtener siquiera un poco de venganza. Quería chillar, gritarle mil y una cosas, pero estaba tan encimado a mí que el aire apenas pasaba por mi garganta... No lo necesitaba para vivir, pero si para hablar. Pues mis cuerdas ni siquiera podían moverse, mis labios no formaban palabras, solo balbuceos incontenibles que luchaban por conformar frases.

-Como podría yo mataros?! No me estáis escuchando o que?! Dije que no deseo matar, lo dije!! No me toméis el pelo vampiro de pacotilla; no me toméis de tonto pues no os lo permito.

Grité con ganas y apenas sentí la fuerza con la que clavaba la estaca, mis lagrimas salieron a flote con temor y furor como un acantilado y tironeando mis manos, con fuerzas le quise arrancar el cabello, a gritos, le pedía que pare, blasfemando contra el y todos sus conocidos. Que maldito sea quien lo había convertido, que maldito sea quien quiera que sea! Rogaba no desmayarme, si es que me podía desmayar. Rogaba a gritos que el sufrimiento que me estaba ahogando termine de una vez. El sentía placer, su rostro denotaba el placer cuando me hacia daño, cuando escuchaba mis gritos. Ese maldito sádico que deseaba con todas sus fuerzas que me retuerza y gima ante el. Y eso hacía, no tenía salvación; solo podía gritar y jadear, gimotear mientras mis partes se calentaban una a una, era un placer exquisito, era la excitación limite. Me llevaba a tocar fondo y allí me dejaba, atado y degollado me mantenía solo pensando en él. Como un siervo esperando el toque de su amo, le buscaba, le odiaba y si fuese posible le obligaba a amarme. Amarme con fervor, hasta mis últimos días le volvería loco, tan loco que le arrastraría a mi infierno o cielo. Le acunaría entre mi luz, hasta que solo pueda pensar en mi.
Enfermedad. Eso es lo que era, una terrible enfermedad, de la cual ya no había escapatoria.

"Sois mío. Y lo sabéis."

-Habéis deseado probarme, y no habéis pensado en mi venganza? Se lo había aclarado, le he dicho que no tenéis salvación. Le perseguiré hasta saciarme de vosotros, le arrancaré los cabellos si no me dejáis estar donde quiero estar. Soy egoísta y vosotros os merecéis lo peor de mi.


Exclamaba cuando sus palabras me fueron hiriendo, sabía que era un simple juego más, que el gran vampiro había deseado jugar conmigo, pero yo no era un simple chico mas, no era un simple cantante vampirezco que se dejaría pisotear por él. No. Yo le haría pagar, le haría sufrir por como puso mi cuerpo y mi alma. Por como arrojó todos mis ideales al fuego. Por como me consumió hasta el punto de casi tener mi primera muerte inmortal. Sangre, tortura, violación. Nunca olvidaría el sufrimiento y le haría pagar tal caos provocado en mi. Estaba renegado e intentaba parar mi desnudez, quería agarrar esas manos que intentaban ponerme al descubierto, pero nuevamente lo mismo. Mi cuerpo era demasiado débil, mis ganas eran poderosas, pero con un solo manotazo el otro ya me había dejado casi enteramente desnudo y mi ropa estaba desecha a la mitad. Y solo podía gimotear, en el deseo de que de repente mis fuerzas sean brutales y así poder al menos golpearle hasta dejarlo sangrando.

"Cuervo que eres del pasado y del presente, me estas dañando, me estas esclavizando. No intentes domarme, pues solo podrás hallar mi muerte antes de provocar la sumisión aceptada de mi cuerpo. Encadéname, pónme un bozal. Pues será la única manera para que te obedezca"

-No me hagáis que le escupa en la cara. Pues sabéis que le deseo, pero mas deseo vengarme... Ahh... Que...?


Y mis palabras se diluyeron cuando el otro se acercó a mi oreja y con pausados gimoteos empecé a temblar, escuchándole atentamente; entrecerrando mis ojos por esas palabras que no me agradaban y de repente verle irse, ver como se alejaba. Mis ojos se quedaron tan abiertos que pensé que se saldrían de mis cavidades. El estaba completamente jugando conmigo. Y yo empezaba a gruñir, empezaba a sacar los colmillos lo mas que podía; las uñas, duras y casi de vidrio se clavaron en el piso y le miré con descaro cuando empezó a acomodarse, mi cuerpo no reaccionaba, mi pierna dolía; pero al verlo llegar a la puerta y con aquellas palabras de sobrador; me lancé como carne de cañón, en un movimiento bastante rápido para lo que era habitual en mi. La ira, la frustración, toda aquella energía me había dado una limitadas pero renovadas fuerzas y me tiró justo sobre él.

-Ahfdhhh!!! Que hacéis!?! Que rayos pensáis que hacéis?! No se va a ningún lado mierda con patas!!! No! no! noo!! Me complacerá a mi o le mató a todos los que estaban aquí incluso al mayordomo! Os pensáis que poderos ir en un momento como este?! NO! No!!! Mmmrgg! Me atenderéis ahora ahora!!!! No os permito este trato! Quien pensaros que sois?! He venido aquí por venganza y venganza tendré!!! Mmmrg


Le golpeaba, le tiraba patadas entre gritos, que dolían mis piernas por la estaca o daga clavada, estaba sangrando, pero seguía pateando, dando manotazos, clavando mis colmillos por donde alcanzaba, intentaba tirarlo contra la pared, y de un saque, tomé uno de los adornos que estaban cerca y se lo partí en la cabeza. Mis ojos empezaban a sentirse despechados y las lagrimas brotaban sin parar, rasguñandole; era una oleada de golpes uno tras otro. No tenía idea cuales estaba esquivando y cuales no, pues solo lloraba y con eso mis ojos quedaban completamente nublados de visión, apenas podía ver la silueta ajena frente a mi. Movía mi cuerpo, mordía por donde sea; ahogado. Mi rostro estaba rojo. Por todas las sensaciones acumuladas, y me iba debilitando. Tanto que ya mis últimos golpes eran errados, torpes, que me caía sobre el o se me doblaba la rodilla sola. Que ira! Pero por que no me prestaba atención?! Quien se pensaba que era aquel ser hermoso!? Por que me volvía tan loco? Como si sacara a relucir una nueva parte de mi. Solo deliraba, escupiendo palabras, que ni siquiera yo mismo entendía.

"Y va cayendo, todo este cielo estrellado cae y te busca, necesito de ti. No me saques de ti. Te amo, te amo y te obligaré a que me ames, aún si me cuesta la vida hacerlo. Pero no dejaré que te escapes de mi"
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Lun Ene 28, 2013 6:04 pm

“Quisiera hablarte en besos así lograría mi necesidad por ti…También no he dejado de pensar en ti, sueño contigo, esos sueños vagos y turbios, tal vez te recuerdo más dulce, mas cariñoso pero me hace falta tenerte una vez mas”


Y el cuervo se ha convertido en un enigma, su piel se está desvaneciendo por el beso que había sido prolongado, matándole esa belleza aunque no quite su tristeza y no le sea arrebatada la agonía…Está siendo sutilmente torturado con el presionar sus labios de esa manera, un salvajismo que descaraba con delicia.- ¿Entonces a que viniste?..Preguntaba sobre sus labios, una jaula podría ser, ¿será que es la jaula del ave?....Disfrutando, el dolor lo podía notar tras esa piel pegada a él, de nuevo esas lagrimas que por una parte le dolía verlas, siendo de nuevo ese sentimiento de dolor...”Me hiere ver la humedad de tus ojos, desgarras cada parte de mi con la lagrima que luce con terror” Pensaba sin poder comprender el sufrimiento de verlo de esa manera, sintiendo que sus cabellos seguían siendo tironeados que no abandonaba sus labios….

"Tú eres mi última esperanza… Compréndelo. Tu oficio es perdonarme. Todo se compensa con el salvaje cariño que te tengo."

Haberlo hecho llorar, gemir, eso es lo que esperaba pero ¿Por qué le dolía? Sus manos seguían los laberintos del templo ajeno, presionando para saber que no era un sueño, que él estaba ahí, que sus labios habían sido reales, que el sabor no lo había deseado ni que su presencia la había ilusionado, presionaba sintiendo su carne con tanto anhelo, esa pierna sensual y atractiva se posaba de una manera traicionera…-Pensé en todo, mi hermoso gato o mejor dicho mi muñeca.-le miraba con burla- ¿Acaso hay algo más que un deseo por mi?...-negando.- Advertí que no sintieras nada por mí, crees que esto es venganza?.Crees que… ¿Con tu presencia sufro?...Estas muy equivocado sin embargo sabéis que solo eres un juguete, aquella muñeca que cuando se me plazca la tomare…-Decía sin detenerse, desnudándole, notar esa piel hermosa, demasiado cuidada y encantadora…”Con solo mirarte puedo decirte que te quedes, que me hagas sufrir de la forma en la que planeas, deja que conozca como es la venganza a tu lado” Parecía su mente alabar a esa muñeca sin ropas, encantadora que en ese momento el ave podría formarle un altar para alabarla….

Escuchando que cierto placer recorría su templo, “Sabéis que le deseo, pero deseo venganza” ¿Qué venganza? ¿Que planeaba hacer? Siguiendo su andar, esperando que se retirara de ahí, necesitaba darle una lección y solo así podría entender que no por seducir al cuervo, seria de él a su antojo…

Viendo como miraba, esos colmillos de bestia enfurecida, sonriendo por dentro al verlo convertido peor que una alimaña, le esperaba que de esa manera fue, viéndole con enojo, un desprecio que era en si manipulado para que no notara ese placer que quería, al tenerlo de esa manera…-¿Venganza?-elevo su voz, esas palabras le molestaban que era como deseaba domarlo, mostrarle quien mandaba entre él y esa muñeca que será un títere ahora que luce tan malcriada…-Seré tu amo y solo así me llamaras, no debiste venir, solo obtendrás de esta estúpida venganza un sentimiento por mi…..-negando, sintiendo cada golpe, cada ira que desprendía….-La única mierda serás tú, estúpido manso y de aquí no saldrás, pero, por ser mi siervo dejare que estés a mi lado, ¿eso quieres? Lo tendrás, así que disfruta mi venganza por atreverte a venir de esta manera…-Su voz parecía gruñir, enfado y con rabia que solo con ese timbre elevado y grave resalto con demasiado dolor en algunas ocasiones por esas mordidas, los golpes que seguían siendo caricias, esquivando algunos pero en su cabeza fue a dar uno con un adorno que le hizo querer encerrarlo…

Ardiendo, estallando en llamas, le mataba con la mirada que deteniendo sus golpes…-basta!... Maldita muñeca de trapos!...-le dio un golpe en el rostro, no le importaba ya ver sus lagrimas…”Estúpido dolor, arde, quema, me duele como si fuese yo que el que llorara, malditas tus lagrimas, muere, muere ese bello rostro con mi filo del odio”…-Tomándole del cuello que le azoto contra el piso, quedando de nuevo encimado en el..-Ahora dime amo, pídeme, suplícame que te encierre a mi lado, dime que deseas ser mi meretriz, abre las piernas para mi, suplícame que te tome….”ah!, me sigue martirizando este sentir, verte, tocarte de esta manera es que comienza a padecer, ah!...No! No solo hazlo o harás que me lastima mas por cómo te estoy tratando”-Clavándole las espinas de un sentir horroroso….”Soy este detestable monstro en que me he convertido, uno que solo desea tenerte aunque te destruya lentamente”-Dímelo, ahora es por mi gusto que te quedes…-negando, odiándose a sí mismo, si pudiera asesinar todo lo que estaba provocando lo haría, que le dejo, levantándose de ahí, esperando que se fuera después de todo..-Vete, vete a donde quieras ir, solo cuando quiera verte, vendrás…-“Tú lo sabes mocoso lo que quiero, y te quiero a ti”….-Le dio la espalda que noto como su cabeza recorría un hilo de sangre, tomando las ropas ajenas que se las aventó a su cara…-Lárgate..!!!.-La última palabra, sin decir nada que solo herido y odiándose se quedo, sin verle…

"¿Existirá algún limite para el amor? El herir, el ser herido. Estar apunto, pero en vez de eso ... Quisiera que esta herida me queme y esté ahí para siempre. De esta forma, tu nunca podrás olvidarme.”


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Mensaje por Invitado Miér Ene 30, 2013 10:08 am

"Si tan solo me conocieras un poco mas, déjame mostrarte como soy y así te enamorarías mas de mi. Deja de ser testarudo, deja de huir de mi. Sabes que ya estas atrapado"

Negaba. Como decirle que había ido para buscarle? Como decirle que había corrido a él para poder tenerlo una vez mas? Como podría decir que estaba frente a el, solo amándole! Extrañándole como nunca antes a nadie había añorado. Sintiendo una desesperación por sus besos.
"Besos que jamás he deseado"
. El sufrimiento cuando no me tomas, cuando no me abrazas. Dame toda tu frialdad, bañame de dolor mientras grito tu nombre! Esta vez lo se. Puedo gritar
"Nicolás, Nicolás, bésame mas, hazme tuyo, mas fuerte"
Puedo gritarte con pasión, con fervor mientras acaricias mi cuerpo, mientras me subes el libido, estremecerme entre tus manos, lamerme mis labios y luego los tuyos. Compartir un poco mas de tensión... Un cariño que nos destruye.

-N-noo soy un gato! No soy una muñeca! Soy una persona! Soy un vampiro!! Mmmrg... No me miréis así parad de una vez...


Me sentía en un precipicio, estaba al lado del colapso, estaba llorando, agonizando por el dolor que me causaba aquel hombre. Estaba jugando conmigo, tan pre potentemente que todo mi mundo se desmoronaba. Su mirada me hacía temblar, me hacía tambalear. Pero no podía ceder, no quería que el sepa que rogaría por poder estar a su lado. Que lloraría mil litros de sangre con tal que el me dejara estar allí. Mi cuerpo era despojado de sus prendas, me desnudaba, me dejaba expuesto y con lentitud me iba cubriendo, hasta que al fin llegó ese momento en el que los golpes empezaron a ser lo que me dominó. Viendo como se quería ir empezó a surgir mi ira. Ira que fue detenida, por sus palabras.

"Amo, yo jamás tendré un amo. Tu solo eres un capricho, no? Me olvidaré de ti!! Solo serás mi juguete hasta que yo me aburra y luego me iré te dejaré por que, tu! Tu no me importas!!" O al menos eso es lo que quiero pensar. No quiero escuchar a mi corazón. Corazón que grita "Te amo, te amo. Quiero ayudarte, quiero salir a la luz contigo y besarte intensamente. Cubrirte con mi brillo hasta que la oscuridad se desvanezca y formemos juntos nuestro propio sol"

Pero el estaba hiriéndome tanto que solo me podía proteger a golpes y ancadas. Negando para no escucharle, sintiendo las lagrimas de ira salir por todos lados. Mi nariz roja y mis ojos azabache profundos recubiertos por gran cantidad de lagrimas. Mis mejillas sonrosadas que se fruncían y los colmillitos pequeños y blancos, relucientes en todo el momento. Podía ver como me esquivaba la mitad o más de mis golpes, pero solo uno fue el que pude dar bien en su cabeza. Justo en el momento que me desmoronaba. Que caía aun negando a sus palabras. Solo griteríos eran los que habían salido de mi boca. Palabras sucias y modestas. Engreído y despreciable era como me comportaba, pues mi lado tierno aún no relucía frente a él. Temblando por sus gruñidos, tenía miedo y daba pasos hacía atrás. Tambaleante le miraba, con mis dos manos sobre el pecho, gimoteando por el llanto que no acababa jamás. Ni siquiera podía llegar a contestarle, pues mis piernas estaban juntas mis manos acurrucadas, demostrando el miedo, el temor. Que un gritillo salió de mis labios ante su golpe.

-A-ahh! Awnngh! N-no, duele ahh!


Mi cabeza azotada contra el piso, que me quebraba como muñeca de porcelana temblando apretándome en mi mismo, cerrando los ojos esperando con temor mas de sus golpes. El podría arrancarme la cabeza en cualquier momento si así lo desease. Su mano que me agarraba el débil cuello que tenía. Mis ojos se quedaban fijos hacía arriba derrochando millones de lagrimas unas tras otras, que se inclinaban hacia su mano y le manchaban también a él. Mirando apenas el rostro ajeno, que negaba por lo que me ordenaba, sintiéndole arriba; su cuerpo era demasiado pesado, me apretaba contra el piso. No podía moverme y el miedo se iba multiplicando cada vez en más graduación. Sus palabras me herían, me provocaban abrir la boca en llantos. Me hacían gimotear profundamente, sin saber que decir, sin saber que hacer, solo quería abrazarle.

-... E-ehh..? No, espera mmrg! Ven aquí... Ven aquí!!! No puedes irte así, no puedes botarme. No lo hagas!!! Mrgkk maldito... te e-estoy diciendo que no!


Me cubrí apenas el rostro cuando me aventó la ropa. "Me estás echando? Me estas diciendo que me vaya? Pero te amo... No puedo irme. Te amo demasiado; deseo ser tu muñeca. Tu mascota, solo tenme contigo todo lo que quieras. Solo déjame estar a tu lado del trono, en un costado, en el piso. No me importa. No me eches, lloro por ti. Tiemblo por tu amor". No lo permití, sus palabras me estaban dañando tanto que solo pude abrazarme a su pierna y seguir llorando. Mordiendo su pantalón, alzando el rostro para verle. Mi cuerpo vibrando del miedo y el terror. Mis manos aplastándose contra su cuerpo que no se moverían de allí a menos que fuesen arrancadas. No me iría, ya ni siquiera recordaba por que razón estaba allí. Pero solo sabía que no quería irme nunca mas.

-No me echéis... No! No me voy, tu no eliges, no! No me mandas, no me iré no me iré. Matadme si queréis deshaceros de mi. Lo hará? Acabarais conmigo? Hacedlo, os atormentaré desde muerto. Quemadme si queréis. Mis cenizas os perseguirán. Mi venganza es atormentaros con mi presencia hasta que se muera!!!! No acabarais con esto... No... A-abrazadme, ven alzame... Tu.. ojos de cielo.


Me agarraba con mas fuerzas de su pantalón, me subía un poco y le miraba fijo. Sus ojos de cielo que solo me hacían llorar mas. Me derretía en sus pies, literalmente. Solo mis manos tenían toda la fuerza. Para que nada los quite de allí. Mi cuerpo estaba como muerto. Lloraba y lloraba que ya me ahogaba en mi propia garganta. Tosiendo, temblando. Me veía como un niño de la calle muriendo, pidiendo un franco para sobrevivir un día mas. Alzando mas las manos, suplicando que me agarre. Suplicando en sus pies que me perdone. Su cabeza sangraba y mi corazón también. Que le había hecho? Me perdonaría? O solo me quemaría lentamente hasta que me muera?

"Daría mi vida... si eso te satisface para perdonar mi torpeza"


"Por que quieres sacarme? No te gusto? No te parezco perfecto? Eres mío. Sabes que eres mío. Juro que haré que solo pienses en mí. Eres mi deseo. Un deseo que no se acabará nunca mas. Por que lo he entendido. Tu eres todo lo que deseo en mi vida"
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Jue Feb 07, 2013 1:16 pm


“Entiende mi muñeca de fina porcelana, muñeca muerta que yace entre mis brazos, conozco tus sueños y debes comprender que seré tu misma existencia como yo la tuya”

En medio de esta profunda pesadilla, todo transcurría con excitación, verlo aumentaba esa magia de locura…” ¡Pierdo todo a tu lado, sigues con dolor dentro de mí!” Dejando que el mirar pareciera petrificado, deseando que un puñal formado del mal fuese clavado en ese cuello y que sea solo eso que le arrebate la vida, querer que sus palabras se convirtiesen en solo gritos perturbadores, callarlo, enmudecerlo…”Si no tienes algo más hermoso que el silencio entonces no lo desvanezcas con tu voz” . ¿Por qué? ¿Por qué siente cada lagrima como una espina incrustada en su piel? Le duele verlo llorar pero era inútil, no dejaría que ese mocoso insolente se saliera con la suya… ¡Maldita muñeca! ¡Maldito gato! Callarse de una vez, sin detenerse a esos golpes que parecían ser que el mismo se estaba golpeando… ¿Qué era aquello? ¿Por qué siente que se pega así mismo? Ignorando esos ojos que como un mar se desprenden, hermoso pero torturante veía en esa profundidad, un sonido que arrasa todo y lo destruye para caer a esa profundidad y permanecer ahí, solo por las sensaciones que eran liberadas por solo verle que fueron las causantes de que no quisiese verlo más, quedando sordo ante su voz, esas palabras que parecían ser los malditos rayos, el fuego que le quema y mata…”Ja, que ironía siento que muero al verte, al escucharte al dejarte”….

¿Duele? No le importaba, se deshizo de lo que le hería al verlo de esa manera, por ello seguía hiriéndole, esos golpes, la forma en la que le sujetaba, esa fuerza de una bestia deseando devorarle, quitarle las entrañas y dejarlo como un jodido cadáver que en descomposición no quedaría….Quizás creía que al maltratarle podría abandonar esa sensación que lastimaba así mismo, deshacerse del mismo deseo de protegerlo…”Basta, no puedo detener este perverso deseo de abrazarte, protegerte de mí mismo, matarte, matarte seria matarme”

“¿No puedo…pero tu si puedes?"...Negando, aun sentía la piel ajena en sus manos, ese roce contra su cuerpo, el peso que le había dejado y sentirle aun, podía recorrerlo por todo su templo…Sin moverse, sin dejar que sus ojos cayeran a esa luz que ciega…
-¡He dicho que te largues!...-Con molestia, con un odio que ni el mismo podía imaginarse decía…”Me odio, me odio como odio esa maldita luz tuya” Con ira, dejando una metamorfosis deslumbradora de crueldad, que le dio una patada al sentir su pierna presa de sus manos…-¡Que me sueltes!...-Si deseaba que el ave sufriera lo estaba logrando, que la única forma en la que se iría era dañándose a sí mismo para dejarlo ir…-¡He dicho que te largues acaso ¿no obedecerás?...-Dejando que sus palabras mostraran lo contrario de sus ojos, no le interesaba nada, solo quería que se fuera….”Muñeca, muñeca, te he dicho que tu presencia no es un tormento. Deberías decir que es solo tu tormento lo que vivirás si permaneces a mi lado”

-Te he dicho que la única forma en la que dejare que permanezcas a mi lado será como mi meretriz….-Tomando su rostro con una sola mano, alzándole de su cuello.-Anhelo matarte pero ¿por qué debería de hacerlo? Si solo me sirves para estar en mi cama, solo quiero de ti el sexo, copular como el primer recuerdo que tienes de mi…-negando con descares junto con una sonrisa amarga…- No pregunte si querías irte, te lo estoy ordenando ahora no se me apetece tomarte...-su boca hacia un ruido negativo tras un desencanto que su lengua producía…-Así que estas en el papel ya de mi puta que solo desea quedarse conmigo…-negando, no podía dejarlo a su lado pero algo cambio…-Siervo, siervo obedéceme adéntrate a tu jaula y deja que de un collar transparente te encadene o ¿temes que alguien más pueda borrar de mi templo tu templo?...Acercando sus labios a los ajenos, manteniéndolos cercanos sin brindarle algún beso…-Dame el mejor sexo que puedas ofrecer…-Susurrando con burla ya que solo el le brindo el mejor sexo…-Si obedeces y te diriges hacia a mí como “amo” Permitiré que duermas conmigo todos los días que para nosotros serian nuestras noches….-Estaba conectando un lazo fuerte al pedirle aquello.- Si tanto te gustó ser mi mascota sexual te regalare algo valioso, dejare que sigas soñando conmigo…-le dejo caer tal cual muñeca era, solo un juguete que ahora vería como solo suyo. Manteniendo en el profundo vacio lo que sentía, pero como siempre esas palabras le hacían desear encerrarlo en sus brazos, decirle que deje de llorar porque su belleza se desvanece, viéndole de abajo, observando ese rostro con fijeza, sin detener el tiempo para que fuese eterno….

Aun su cabeza dejaba hilos de linfa que se deslizaban lentamente y le ofreció su mano para que de un beso se encadenara a él….-Hazlo, no esperes mas ¿quieres estar conmigo? Entonces tómala y bésala pero solo serás mío…-Esperándole, si su rostro pudiese borrar esa tristeza lo haría para luego volver a ponerla con demasiada hermosura que solo él podía brindar…”Vamos muñequilla mía, carne de mi carne, duerme en este sueño de años, ven duerme en mi heaven de cristal, toma mi mano no esperes mas y demuestra a este nuevo cosmo esa huella que no sabemos que es, imaginándonos que es solo por placer”


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Tiranía de un querubín (Privado) Empty Re: Tiranía de un querubín (Privado)

Mensaje por Invitado Lun Feb 11, 2013 7:34 pm

"No importa lo que me golpees, no importa que no quieras estar a mi lado. Te estoy obligando. No lo sientes? Te obligo! Te obligo a que me ames hasta que te mueras!!!"

Me agarraba a él, como si de todo dependiera, mirando hacia arriba mientras mi cuerpo temblaba y mi voz gemía y jadeaba, rogando como un perro al cual quieren tirar a la calle. Como una pequeña basurita en el ojo, me frotaba contra él, negando y negando que suplicaba que no le botaran. Aún necesitaba hacer demasiado. Aún quería ver que se sentía amar a alguien desmesuradamente como lo estaba haciendo ahora. Pero por que?! Por que tanto odio era el que le había agarrado por golpearlo de esa manera. El se lo merecía! El me había golpeado y lastimado mil veces mas que eso que yo le estaba haciendo. Entonces! Por que me dejaba de este modo? Por que abusaba de su poder de tal manera que me hacía sentir una ratita de laboratorio? Sus palabras volvían a hacerme temblar, sus patadas hacían que gritos salgan de mis labios. Era demasiado fuerte, cuantos años tenía? Sus golpes me rompían los huesos y los gritos brotaban de mi garganta de tal forma que me desgarraba a mi mismo.

-Ahhh!!! Mmmrg... N-no me voy... Ah-ah! NO TE SUELTO. NO Y NO ME IRE! NOOO!!


Gritando para disipar el dolor enterrando mis uñas en su piel, para que ni el mismo diablo pudiese desprenderme de ese hombre que me había enamorado con sus labios y luego se había tatuado con sus acciones. Mi cuerpo temblaba, vibrando con miedo, demasiado miedo, me iban a romper en cinco partes y luego me tirarían a los perros para morir en agonía. Pero aún así, eso sería mejor que no estar ahí, con el. Le apretaba entre llantos, que cada golpe me rompía un brazo y el otro, pero mis uñas clavadas no me dejaban ir de el. Me frotaba con la cabeza, le mordía la ropa para aguantar los alaridos que quería soltar.

"Tanto es el dolor que me estas dando! Siento que moriré si vuelves a gritarme. Por favor. Te amo, te amo demasiado, no me tires. No soy una basura, te serviré. Te serviré en algo, en lo que quieras"

Mantenía mis ojos cerrados, gimoteando en lo que el otro se calmaba un momento y en un silencio, bajaba a tomar mi cuello. Esas manos que me apretaban ligeramente la piel, quizá no lo notaban, pero un movimiento en falso y podría cortarme o aplastarme la fragilidad de mis vertebras y huesos, que comparados con los suyos eran de cristal. Como un bicho que esta por ser asesinado por un zapato, pisoteado hasta que solo queden restos de solo alas. Subía mi mirada, le observaba gimoteando, sin soltar su pierna; escuchando su nueva negociación. A lo que mi rostro se transformó, herido, llorando de tristeza y dolor que negaba suavemente. No quería, como podía ofrecerme una cosa así? Era tanto lo que me dolían sus palabras, que mis uñas se soltaron un poco, dejándose hacer por esas manos que le iban guiando a el.

-"Meretriz" Una puta? Queréis que sea vuestra bolsa de placer? Su agujero? Eso queréis... Eso es lo único que buscáis de mi? Oh! Mon Amour, el dolor que me estáis haciendo sentir... Mejor, matadme de una vez, os ruego me matéis.


Una tras otra, sus palabras duras y frías. Mis manos iban perdiendo fuerzas en lo que mi cabeza se desviaba. No había otra forma? Otra forma de estar junto a el? Solo podría servir para eso? Copular en lo que el desease y después ser tirado a un lado. Como un perro? Pero había dicho que le serviría para lo que fuera, no es así? Entonces, eso no podía ser una excepción. Tenía que aceptarlo, era la única forma de estar a su lado. La única manera para poder ver esos hermosos ojos de color cielo. Poder levantarme con una sonrisa en la noche, para poder acariciar su hermosa piel de marfil. Debía pensar en eso, tenía que pensar en eso para que la desesperación y el llanto no fuesen lo único que albergase mi cuerpo en estos momentos. Cuerpo que cayó como una piedra al río, bien profundo, con mis ojos ahogados en dolor. La caída, me había recordado a la que había tenido hace tiempo, justo cuando terminaba de sacar aquella agujas de mi cuerpo. Y este de un temblor había caído cual plomo al piso. Era la misma sensación de ser una mierda en el piso. Por lo que solo podía gimotear para que la frustración no sea demasiado grande.

-Os daré lo que quieras, si así lo deseáis... Seré vuestra bolsa, sabéis; no importa, por que lo que importa es que cada vez que me vaya a dormir, antes de cerrar mis ojos. Veré los vuestros de color cielo. Vuestro cielo será el que me mantenga a vuestro lado... Mi hermoso cuervo. Tanto deseáis ignorar vuestros sentimientos. Sus orbes tan hermosos y vacíos me están matando. Sabéis que lograré que me améis. Lo lograré. No os permitiré ganar, aún siendo lo que acepto ser hoy. Os venceré en este juego que queréis jugar.


Levantando la cabeza en la mitad de la frase, que mis ojos brillaban con dulzura y comprensión, con paciencia, que solo podía verle hermosamente desde el piso. Mis brazos dolían, mi cuerpo se martillaba de dolor. Pero mi mente estaba tranquila, estaba feliz; había conseguido mi venganza, estar a su lado hasta que los días ya no existan, hasta que se haga polvo estaría a su lado. Y tomando con mano y mano la ajena, me frotaba contra su piel, sonriendo con hermosura, mientras besaba aquellos dedos, sollozando por la amargura de perder nuevamente mi libertad. Pero me escaparía cada tanto. Cuando el otro se fuese iría donde debía ir. No dejaría de cantar, le serviría con todo y mi alma, pero no podía permitirme echar todo a perder. Aquel hombre que me había hecho aceptar ser su prostituta de hogar. No se llevaría todo de mi. No estaba que me diese su corazón y su alma.

"Me duele el cuerpo, me duele el pecho. Tómame y llévame a un lugar lindo. Déjame en agua para que mis heridas curen. Es tanto el dolor que tengo, que física y espiritualmente, no puedo moverme, ni un centímetro"

Le seguía besando, que intentando levantarme, me caía y gimoteando le volvía a agarrar, mirándole fijo para que me alzara. Levantando brazo y brazo hacía el, que en una sonrisa dulce y meticulosa esperaba a que aceptara. Mis ojos aún derramaban lágrimas, pero en mis labios se dibujaba una sonrisa. Mostrando mis dientes y colmillos blancos. Mis ojos brillosos e iluminados, que solo se prendían como faroles para él.
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Mar Feb 19, 2013 4:17 pm

“Cuervo que se ha aliado con la vida, Maldita seas a mi lado, tu no entenderás que no deseo quererte, me has quitado todo y me pregunto… ¿Por qué lloras? Detente que te matare lentamente al estar conmigo, somos muerte y por ello nos uniremos”


Destrozarlo eso era lo que hacía, herirlo gravemente, no importaba su cuerpo si no su interior, quería asesinar a ese ser, lastimarle que jamás deseara regresar, pero era inútil entre mas lo hacía más lo quería...Siendo dominado por el odio, escuchando aquella voz que le decía que si le hería la forma en la que era tratado, sus uñas, su fuerza por no alejarse de este animal que solo le destruía con sus palabras, con sus golpes….”Si pudiera tan solo matarte, quitarte de mi camino con tu despedida de este mundo, si tan solo tuviera las fuerzas para destruirte y jamás verte”…La mirada de una ira calmada en su ser, un delirio por seguir de esa manera, sujetado aun su cuello, verlo postrado sin piedad, quería que muriera ahí mismo para desaparecer este tormento…

Mientras la bestia le mira con odio este con tristeza responde, esos ojos que no podía dejar de ver eran tristeza, sumamente tristes que es aquí donde todo puede cambiar..”Te miro y me miro al mismo instante, pareciera que conoces de mi tristeza y la pintas en vuestro rostro para que pueda quererte y dejar de ser una alimaña contigo”…Las manos ajenas clavadas como espinas en su piel, padeciendo de cada roce engendrado, al alzarle y tenerlo más cerca, sintiendo como se iban desvaneciendo las espinas de su tallo, ahora solo su mano se regocijaba a su rostro y esa melancolía que aumentaba, ver su negación que sus labios veía moverse y no pudo verlos fijamente, pues sus ojos eran los que le habían atrapado…
-No podría matarte, no ahora que anhelo que te conviertas en mi meretriz…No, no lo hare, quiero tenerte una y otra vez, si es dolor lo que sientas no me importa, te conservaras solo para mi, te quiero y solo vuestro cuerpo será todo lo que necesite, así que me complacerás, caricias jamás te faltaran, besos serán ofrecidos, estarás a mi lado mientras lo desee….-Su voz tranquila, complaciente de que le tenía, al notar que desviaba su mirada ya le había soltado, todo estaba ofrecido, aunque fuese la verdad y una mentira no importaba….

Mirándole intensamente, siempre que le veía esos ojos le recordaba que lo quería, escuchándole, dejando que su voz penetrara en lo más hondo y un pensamiento viene dedicándoselo con un brillar…”La belleza que posees no puede ser vista sino solo besada” …..Y como un caballero a la espera de un beso, deseaba obligarle a que tomara su mano, que no lo pensara, solo que se entregara a el de una vez…“Besa mi mano, hazlo, se solo mío, solo mío, mi meretriz, mi siervo, mi debilidad”

Su rostro formo una media sonrisa, seca tan seca que jamás podría notarse, esas palabras, esa muñequilla en espera de que le tomaran entre brazos, llenándose de esa caricia que se producía en su mejilla, de sus labios, de esos besos en sus dedos, que como hombre desfloraba rosas para destrozarlas y no dejar ninguna sin probar, buscaba una que le hiciera perderse por completo por ella, anhelar solo a ella, a esa rosa que creyó nunca encontrar, y ahora esa rosa había llegado a él, en sus pies se encuentra, besándole, aceptándole de la forma más hermosa…..

-Muñequilla soñadora, abre los ojos no caigas en un sueño que no se hará realidad….-Sabiendo que si le abrazaba notaria que algo estaba floreciendo por el….-Mi juego solo es que cumplas mis deseos y si el amor es que llegase, será porque lo he incluido, no te creas victorioso en una burla donde solo un dolor habrá...Mi hermoso siervo…-sus brazos no se extendieron pero su mano sujeto su brazo y le atrajo a él, deslizando ambos brazos por su cintura, dirigiendo un aliento desprendido de su misma boca a su oreja….-Entonces que comience el juego..-susurro buscando sus labios…-Bésame-sin interesarle que sonara como pedido, dejando que sus dedos hicieras de las suyas, entrelazándose en los cabellos de su muñequilla, eran suaves, delicados y se notaba el cuidado de ellos al tocarles, pero su otra mano fue la que deleitaba el templo, se deslizaba con una presión en la piel de su abdomen, haciendo que resbale lentamente, adentrándose a su prenda interior y le masajeo con la palma de la mano su falo…-Que no se te olvide, soy tu amo….-su boca se abrió un poco más, dejando que dos de sus dedos siguieran la abertura la cual guiaba a su cavidad….-Suplica que no me detenga, que penetre con lentitud, dime en gemidos que te gusta y muérdeme cuando sientas que te vienes….-el aliento de las palabras eran provocativas, excitarle que le mantenía lo mas que se pudiera cerca a su propio templo…-Muéstrame de nuevo que eres de mis preferidos para fornicar….-Porque esa maldita necesidad de herirlo, mostrarle que no es nada muy a pesar de cómo le estaba deseando…Pero sus dedos delataban su sentir, esos deseos más oscuros, queriendo dominar, poseer todas sus sensaciones, en el cual con un susurro al dejar que se adentraran sus dedos…-Eres mío….-Besándole la mejilla hasta su cuello, marcándole con movimientos lentos y suaves en su interior…

“Te he dejado entrar a mi negrura, poco a poco el mirarte estas llenado este vacío que se esparcía en mi ser, ahora me estoy alimentando de ti, bebo de tu compañía, deseando tenerte toda una eternidad porque estoy queriéndote al mirarte, al tocarte, al tenerte…Maldita sea, hare que gimas intensamente por deserte como te deseo, mi pecado, oh! Mi lujuria en tu piel a despertado”


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Mensaje por Invitado Jue Feb 21, 2013 10:44 pm

"No me hagas desaparecer, quiero seguir viviendo, por primera vez busco la verdadera felicidad. Eres un camino de ida. Eres un camino sin retorno. Por que estoy aquí para desposarme por siempre de mi libertad"


Las lagrimas eran derrochadas de mis ojos, expulsadas como quien es exiliado, plegarias sin sentido querían salir de mis labios. Pero solo una sonrisa era lo que prevalecía en mi rostro. Sonriente que todos mis dientes y colmillos se dejaban ver, blancos sobre el paraíso, parecía un reflejo del mismo sol. Pero estaba feliz! El se quedaría conmigo, el me acariciaría cada noche, al levantarnos del velo durmiente, podría sentir sus frías y duras manos. Aquella sensualidad cadavérica. Sus ojos color cielo mirándome, mientras ladeaba frotaba la cabeza contra su pecho! Ya podía sentir los besos y cariños. Los esperaba, los adelantaba, que en mi cabeza, todo estaba nublado por el poder de un enamoramiento enfermo y desquiciado.
Besaba sus manos, su piel, sus dedos, mi cabeza se frotaba contra el, mientras daba jadeos y dejaba salir el llanto de la felicidad por unos momentos mas. Un brillo intenso son mis ojos. Que posados firmemente en los suyos eran el cielo de verdad. Me sentía estar frente a un ser superior. Sentía que era prácticamente era de otro mundo. Un nuevo espacio, un nuevo universo se formaba alrededor. Un universo de solo él y yo. Donde nadie mas podría entrar.

-Mon amour, el simple hecho de escucharos decirme que me deseas para algo... Mi venganza esta cumplida Monsieur...

Pero las esperanzas eran corrompidas, su mirada negativa, su desprecio por el acto que deseaba que suceda. Mis ojos se empañaban y miraba hacia abajo, aún con los brazos estirados, humillados por no ser levantados. Simplemente estaba allí, sin ser sujetado. En el piso y a medios desvestir. Le escuchaba en lo que me daba un sermón, el primer descuido. Recordándome que sería un simple juguete, una gabardina que se terminaría por ensuciar. Pero los pensamientos negativos se esfumaban tan rápidos como habían llegado. El tirón que provocó que en su pecho cayera me hizo temblar, pero la exquisitez de sentir su cuerpo contra mi cabeza no tenía igualación. Tan frío y duro. Mis labios como una orquídea se abrían, me lengua siendo el centro de la flor, que con un lamido, buscaba marcar su territorio. Suavemente en el mentón, para luego quedarme deleitando, mirando a sus ojos como quien mira al mismo diablo ser.

"Te beso lo que quieras, poseerme como quieras, Haz lo que quieras... Pero hagamos el amor y nunca mas la guerra. Eres el tesoro de mil navíos escondidos. Eres el diamante perfecto. Te deseo tanto, que me corrompo al estar frente a ti. Cual gato en celo mis sentidos salen tal como fiera desalmada"


Buscaba sus labios estiraba la lengua y la cabeza. Le insistía un poco, como tocando la puerta de su residencia y al menor movimiento de aprobación, mi lengua nadaba en su manantial. Le succionaba y le había presión. Labio inferior y labio superior, uno a uno los iba estirando, mi piel temblaba, mi cuerpo se volvía un terremoto al sentir sus dedos, luego su palma... Ah! Y allí estaba, esa mano sobre mi falo, acariciándole, era sabroso, era un deleite de sensaciones. Mis caderas no paraban de moverse, es que el frío alucinante hacía locuras con mi cuerpo. Mi alma, todo estaba siendo sacudido mas rápido de lo que jamás podría haber imaginado. Era un terremoto infinito y profundo. De repente me veía suplicando, con los ojos clavados, mientras mis manos pasaban por su nuca y la otra por su pecho. Me arrastraba a él, me dejaba mandar. Orden daba, orden deseaba cumplir. Solo la palabra "amo" es la que hacía que mis ojos se entrecierren, que no responda a aquello. Simplemente ignorando esa frase. Jadeando por esos dedos, buscando besar mas por todo lo que no le había besado aquella vez. Todos los besos que había deseado eran estampados allí, besos cortos, largos, fuertes, lastimosos, babosos, juguetones. Quería darle mas de mil millones de besos y que con cada uno sintiera todo lo que en mi corazón se formaba.

-A-ahh! awngh... Esperad, no estaba -Ah! preparado, mmggg~~ Despacito por favor... Os suplico. Que... Mrg, os prometo que después de mi, no querrá estar con nadie mas. Os hechizaré con mi amor. Mi venganza es que os enamoréis, mi venganza es la eternidad juntos.


Suplicaba en movimientos eróticos, mientras le susurraba aclamaciones que eran reveladas.Las palabras duras, palabras firmes. Llenas de sentimiento. Quería hacer el amor, pero la guerra... La guerra se haría en sentimientos. Una batalla que ganaría. No permitiría que este ser que se había robado todo me dejara. Jamás permitirá que se aburra de mí. Día y noche encontraría algo mejor para hacer. Le buscaría las cosas mas hermosas, le besaría con la pasión de mil carruajes. Le haría entrar en razón, le dejaría en claro que amaría a este asiático sin importar lo que cueste. Es que me estaba enamorando de tal forma, que el simple hecho de pensar que era un juguete... Era inaceptable, me rompía me lastimaba cada vez que me lo daba a entender. Pero no podía rendirme, la batalla recién comenzaba y mi cuerpo se movía cual bailarín de perfección que era. Cadera a un lado, cadera al otro. La pelvis suavemente sobre el. Los besos cuidadosos en su mejilla. Para luego arquear todo el cuerpo. Dejarlo a su disposición para que bese toda la piel que deseara. Pasar las uñas por su espalda, los colmillos filosos que se regocijaban y pedían a gritos mas de sus toques.

"Eres una piedra fría, pero en llamas. Seré el polvo que te apague, pero el viento que te mantenga. No dejaré que sufras, pero te haré la vida imposible. Mi castigo es tu castigo. Este es el futuro que nos deparó el destino. Esto es con lo que aprenderemos a convivir hasta que la muerte nos separe."


Y seguía, seguía provocándole, buscando un punto para hacerle caer. Moviéndome para ir contra una pared. Dejando que aquella espalda ajena repose allí, frotándome con ansias, mientras mi cavidad succionaba esos dedos. Una mirada fija, una situación tensa. Era una lucha, pero todo estaba decidido, estaba por ser uno mas de esa casa. El que durmiera con él. Viviría en ese lugar, lo días pasarían, la lucha se haría mas profunda. Mis deseos por que todo esto comience eran infinitos, eran una sacudida a todos mis pensamientos y deseos. Que aún no sabía en que irían a terminar.
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Lun Feb 25, 2013 4:43 pm

Encantadora muñequilla que de sus movimientos aclama de una vez caricias, que los brazos le sean sujetados con fuerzas mientras rosas con dulzura esta piedra forjada para que la suavices con solo esas manos hermosas…-Si venganza es lo que le llamas entonces sabrás que estas aceptando tu misma humillación…-Una burla crecía al notar su tristeza…”Oh!, pobre mi muñequilla que esta desolada por un abrazo para saber que el deseo es solo ello, adorarla como cree que un muñequero lo haría”…

Ese movimiento al jalarle para que sus brazos le contornearan la cintura, dejándole atrapado entre ellos, encantado de que su lengua le haya tocado el mentón, sin parar la búsqueda de sus labios, que de un deseo la lengua ajena rozo los propios y como carnívoro sujetaba los labios ajenos, arriba, abajo, presión intensa y gula placiente….

Y de las entradas a la maldad ha resurgido,. Caníbal de la carne, proclamador de esa cavidad lujuriosa, señalando sus dedos la victoria de esa excitación, jugando al momento que sus caderas eran movidas con sensualidad, de sus entradas que la humedad presentaba, exquisito néctar, liquido que bañaba sus dedos al seguir moviéndolos rítmicamente, incitando con los ojos que se siguiera moviendo, que el mismo se provocara este dolor que se elevaba al penetrarle profundamente, manteniéndolo arqueado, entre abriendo la boca al sentir esas manos tomándole, su nuca con un ligero movimiento libero para acomodarse en esa apreciada mano que le sujetaba mientras que lamio los propios labios por ser su pecho el que despierte el deseo por mas caricias ajenas…

Toda una tentación divina, besos por cada piel que veía, lamidas que solo la excitación dejaba, su aroma es la que envuelve estos labios de sensaciones provocativas, las papilas de la lengua no pueden perderse el sabor de tu templo, sin resistirse, elevándole a que gima por tal dominación…
-mmmm….-jugaba un momento, arriba abajo consecutivamente, con una lentitud pero profunda sensación, escucharle hacia que le causara mas placer a base de dolor…-Hechízame solo con tus gemidos…-el filo de sus uñas con malicia rozaron las paredes de esa cueva exquisita…-Cállate solo déjame escuchar tus alaridos, gime fuertemente, enloquece y muévete como la meretriz que vive de solo fornicar…-Como un animal que ama estar en celo, como cazador de su esencia, concediendo deseos, creyendo apoderarse de él y al final dejarlo morir….-mmm, Me gusta admirar este rostro, me endurezco de solo verte….-palabras susurrantes, lamiendo continuamente, su mejilla, ese cuello y su pecho le hacían cometer tal añoramiento por morderle….-Si tan seguro estas de que solo a ti podre desear entonces deja que me ensueñe contigo…-su rodilla se movía en su pelvis, ronroneando por esas uñas que tanto amaba…-grrr!.-gruñidos que en su tetilla desprendía, mordiéndole hasta sentir su dureza, contorneándolos con la extremidad de la lengua…-mmmm, demasiado jugo para ser el inicio….-sin detener sus masajees en su interior, retrocediendo hasta que la pared en su espalda percibió…-Me fascinas cuando suplicas con tu cuerpo a que te de mas...-su mano tomo su cuello con fuerzas, apretujándole, alzándole al mismo tiempo y dejar que sus dedos se tiñeran por las uñas que le habían enterrado en tal punto que gritara para el….Cambiando de posición y a esta muñequilla en la pared azoto-a..hhhh…!!!Presiónalos más, muévete…-cruelmente sus dedos seguían, mirándole intensamente sin perder un gesto de ese hermoso ser…-Muérdeme cuando sientas liberar tu esencia…-le recordó en un susurro tras su oreja, esperándole por lo sediento que se encontraba, beber de su esencia era lo único que deseaba….

Sin resistirse se fue hincando lentamente hasta jalarle, sus dedos siempre con la maldad de provocarle dolor le eran sometidos, posando ese templo en el suelo, y el cuervo posado en el, inclinado ante el falo que como pirámide se apreciaba….-Darme vuestra esencia ahora mismo…-hambriento miraba el falo, dejando que su lengua le enrollara, presionándole , dejando que subiera lentamente hasta su extremidad y ahí un apretón con sus labios le dejo sin parar el placer que le daba a su interior…

“Está surgiendo el aroma penetrante del sexo, sutil y lucido apetito, mi boca en tu falo y mis dedos en tu cavidad, clavando mi mas pervertida mirada en ti mientras que sigo endureciéndome por solo melodías excitantes que no paran de ser tocadas por vuestras debilidades….”


Salvajemente pervertido, no se detiene y mordisquea el cuero del falo apreciado, juega con él como una comida, desea verlo ensuciado de solo marcas de sus colmillos, y la mano que se hallaba sola se elevo a sus labios, dejando posar dos dedos en ellos para que fuesen mordidos….

“A tu lado me vuelvo un demente, solo deseo devorarte y lentamente tragarte hasta no dejarte nada”



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Tiranía de un querubín (Privado) Empty Re: Tiranía de un querubín (Privado)

Mensaje por Invitado Jue Feb 28, 2013 9:20 am

"Tus palabras son dagas afiladas, rompes mis nervios y con ello provocas que mi cuerpo no se pueda mover. Pero soy mas fuerte que eso. Tengo un insano deseo por poseerte. Al final de todo, terminarás siendo quien esté a mis pies"


Mi mirada se ponía gacha tras esas palabras que como puñales me daban en el pecho, pero lo resistía y solo me dejaba llevar por sus encantadores roces, que me hacía delirar aún en el mas leve de los frotes. Sus brazos que ah! Como cercas, como una fuertes y pasionales cercas me apretaban y me sacaban todo. Me hacían delirar, deliraba en sus manos que deseaba que me destripara y me hiciera suyo de adentro hacia afuera. Insaciable me revolcaba con su lengua, haciendo el amor con ella. Un guerra candente, en lo que mis ojos se daban por vencidos en los ajenos. Tan brillantes y opacos, tan celestiales e infernales. Era todo y nada. Era fuego y agua. Era la enfermedad y la cura.

-A-ahmj, maldición o-os digo que paréis... Ummgh! A-auch!

Le sujetaba con fuerzas la nuca, le miraba intensamente, mientras aceptaba sus movimientos con dolor y frustración, él estaba rompiendo las capas por entrar con tan brutalidad, dedo tras dedo, había abierto mi delicada piel, era un cristal en sus manos, si me daba con demasiada fuerza me destrozaba hasta lo mas duro que tuviese en mi cuerpo. Me sentía una muñequilla de porcelana, era una excitación que iba mas allá del deseo carnal. Sus ojos me prendían, su aroma y su sola textura me incendiaba. Le apretaba en lo que le observaba bajando. Por que me hacía aquello? ME quería probar? Pues mis caderas se movían una y otra vez con ese solo pensamiento. Me quería sacar la nota mas alta si aquello era una clase de prueba. Sus uñas me lastimaban como garras, a lo que solo reaccionaba con movimientos bruscos, quejidos y jadeos. Un movimiento derecho y otro izquierdo. Subiendo y bajando el cuerpo. Mi pecho se inflaba, se llenaba de aire una y otra vez, hasta que no quedaba nada y me volvía un pequeño palito rompible.

"Mi locura desciende desde lo alto del holocausto, es peor que el final de todo. Desciendo de tus manos. Hazme como quieras. Pero no pares de tocarme. Sientes la intensidad de mis latidos? Es como si estuviese vivo solo para tí"


Me hacía como serpiente en sus brazos, mi rostro se iba hacia atrás gimiendo lenta, fluida y pausadamente. Mordiendo mis labios, para luego dar quejidos en lo que mis rasgos faciales se tensaban y el dolor aumentaba. Me ponía rojo ante sus palabras, la sangre subía frenéticamente y le clavaba las uñas en la espalda, enojado, frustrado. Sus dedos me hacían volver loco, como si fuese un miembro entero lo que me metía. Pero es que eran sus dedos los que con movimientos fuertes hacían que me sintiera en las nubes. Maldito ser queme excitaba con dolor dolor y mas dolor. Con palabras humillantes mis ojos se desviaban por sus lametones, me estiraba para darle mas espacio en mi cuello. Lo hacía todo para que disfrutase, pero quería matarlo. Quería golpearlo por obligarme psicológica y físicamente a caer en sus brazos. Aunque sabía que sería al revés. El me había hecho caer a sus pies y yo lo haría caer a mis brazos.

-C-callaos! Por que no habláis de los jugos que me habéis dejado aquella noche? O es que aquellos son vuestros jugos normales? No me jodáis! Ah!! Duele duele, momento... a-awwnnn, s-sacaréis mi pezón de lugar.


Mis brazos se movían en busca de auxilio, le agarraba una mano y la tironeaba, miraba hacia arriba, juntaba mi mandíbula, mis ojos se ponían rojos, pero era por la sangre que se acumulaba por ese apretón. Buscaba el piso con los pies pero no le encontraba y las lagrimas caían. Solo podía mirarlo de reojo, lloriqueando clavando las uñas en su mano, con los diez dedos ahora buscaba zafarme. Pero nada pasaba, era hierro del bueno, era piedra inquebrable. Los gritillos salían desconcertados de mi garganta, quería toser, pero no había aire. Quería respirar, necesitaba que la sangre corra. Sus palabras me atormentaban. Sentía dolor y placer. Una tortura mas profunda, pero nunca tanto como la de la primera vez. De repente era arrastrado por la pared y mis cabellos se iban hacia arriba, en lo que mis ojos seguían brotando pequeñas lágrimas. Sentí un poco de libertad en lo que los orbes se volvían a la normalidad; tosía tembloroso, mirándole allí abajo, sonrojado me proponía a acariciarle, temblando por sus palabras. Mi espalda se arqueaba, mi cuerpo intentaba soportar el dolor. Una mano en su cabeza y la otra en su espalda, clavaba mis uñas e intentaba no perderme. Dolía dolía demasiado. Pero era boca era terrible y descabellada.

"Succiono ese dedo, ah! Ese dedo que tiene tu olor, empiezo a lamerlo imaginando que fuese tu falo. Pero quiero mas, uno es muy poco. Abro la boca y agarro dos dedos más, los lamo, los succiono, en lo que mi mirada se pierde sonrojada por competo"


Era su boca la que me mantenía como loco, mis rasgados ojos succionaban al mismo ritmo que el ajeno, mordisqueaba con él y daba saltitos al sentir una punzada de dolor en el interior. Así me quedé disfrutando por unos momentos, pero el climax llegaba. Estaba en la puerta, una lamida mas y me corría y allí justo en el mismo movimiento, mordí sus dedos con fuerzas. Estirando toda mi columna, mis piernas se estiraban y se quedaban buscando apoyo, arqueadas en todo su esplendor. Mi líquido empezaba a salir, su boca era cálida en aquellos momentos. Me golpeaba literalmente la cabeza contra la pared y cerraba los ojos, mordiéndole mas esos dedos, succionándole toda la saliva, hasta soltarlos. Mis manos fueron como zarpas a su espalda, la arañaron y se quedaron pegadas. Seguía con gemidos fuertes, ahora era una hiperventilación pausada. Mirando a los lados, me sonrojaba. Estaba demasiado avergonzado, mi cuerpo parecía un saco de bichos que se movían esquizofrénicamente.

-Y-yaah!! Ahh... Awmmgh...


Y aquel era el pacto? Aquello era lo que firmaba que estaríamos juntos. Que sería su sirviente? Así pasarían los días? Besos, caricias, dolor, placer. Una sonrisa se formaba en mis labios de pensar que con ello firmabamos el pacto. El sería mío por siempre? Sería mi cuerpo suficientemente fuerte para soportar todas las cosas que deseara hacerme? Pues no importaba. Por que si no podía lo obligaría. Mi cuerpo no sería mas que un instrumento mas, para enamorarlo por completo. Sí! Le enamoraría. El haría caer a mis pies en el paso del tiempo. Sonriéndole, abrazándole. Lo enamoraría con mis ojos y mi forma de actuar. No dejaría que nadie se lo lleve. Empezaba a moverme. No quería que siga succionando de lo que no había, sus dedos seguía allí dentro. Pero yo ya quería dormir entre sus brazos. No recordaba si el día estaba cercano. Pero sabía que allí pasaría los tiempos por mucho tiempo. Hasta que él caiga y cuando termine de caer podría volver a hacer la vida normal de siempre. Pero con algo mas que un amante, algo mas que un simple hombre. Él lo era todo. Era simplemente. TODO y lo único que quería en esa vida y en las próximas que se aventuraran.
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Tiranía de un querubín (Privado) Empty Re: Tiranía de un querubín (Privado)

Mensaje por Nicolás D' Lenfent Vie Mar 08, 2013 1:56 pm

"¡No soy malvado! Trato de enamorarte, Intento ser sincero con lo enfermo que estoy y entrar en el maleficio de tu cuerpo”


Cuervo que anhela el erotismo en cuerpo, sin olvidarse de devorar, tragar y hasta caer en las ruinas de un edén….El llamado de los gemidos musicales, ahh!!! Que muñequilla candente luce, sentir sus manos, la fuerza que eran suaves roces excitantes, llenándose la boca de esa ansiedad por admirarle al correrse, percibiendo cada fragancia que emanaba de su sexo, su piel…Los ojos ardían por pecado, malsanamente seguía los movimientos de su templo, esas curvas fantaseaba que le hicieron recordar la forma en la que el mismo suplicaba por perderse en el limbo del dolor para embriagarse de ese placer inolvidable…

“Te sonrojas al declararte como me pones, pero el peligro es que tu rostro me eleva a seguir hablando…Date cuenta que solo por tu rostro anhelo jugar…Dame tu mejor gesto excitante, exáltame que podre conseguir la muerte de tu cavidad...”…Demente sus dedos no dejaban de agitarse, estaban complacidos por esa humedad, sin gustarle que su rostro se ocultara de sus pupilas…
-grrrr.-ronroneaba, ah! Jodida ave que la debilidad era ser dañaba por las manos ajenas, delirando con sus alaridos, la vibración que ejercía al tenerlo en el brazo posado….Desquitándose con solo ese pezón endurecido que de linfa se adorno y la misma lengua jugueteaba con él, entre mas quejidos daba más diversión obtenía de saber que estaba sintiendo todo…

"Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas… El amor entre hombres, escribir poemas para ser preso de una musa eterna y sufrir el daño que cada una provoca"

La maldita ave que de solo sus placeres debe hacer gritar a esa preciada muñequilla, si el cosmo se ha de terminar por destrozarle entonces que sea en pleno ritual exótico….Estrujándole el cuello, ladeando el rostro por percibir lagrimas dolorosas, sintiendo como dejaba marcas de sus garras en la mano, mientras que la otra dichosa era por seguir moviéndose en su interior….


Al hacerle descender, el suelo gozo de su frialdad, como un galán es para ese falo, sin piedad, con calamidad la lengua sigue lamiendo su extremidad, colmillos que desgastan la carnosidad…Lentamente comienza a encariñarse con él, se apodera sin dejar un rincón de su templo a disfrutar…

“Ritual exótico, el verdadero anillo de nuestra unión”


Ojos posados al frente, no dejan de mirar el rostro de su muñequilla….” ¿Por qué adoro ese pestilente aroma de un incienso de pecado y lascivia?”...Pensando mientras desliza lentamente el falo a su boca, humedeciéndole con el mismo humor, siendo provocado vilmente por el agarre de sus dedos….-mmmmm…-comenzó el ritmo, adentro, afuera, una y otra vez, masturbándole con el exquisito cuero, diciéndole con la mirada…”Te estoy ensuciando, te condeno a mis blasfemias, a mis pecados, estoy orando en este altar mío, mientras los dedos anuncian tu esclavitud a ellos, mi boca será tu alimento, sentirás mi lengua saboreando siempre tu dureza de carne a la que tanto alabare…Mi boca será tu boca la cueva que aniquilara con succiones dulces al dragón que pugna por quemarte la garganta con semen, siento tu glande orar por mas masturbaciones”…Presionando la boca entera, aprisionando ese falo esperando ya ser alimentada su boca de el, sus dedos comenzaron a pellizcarle las paredes, sintiendo esa esencia fresca, traga y la miel que brota es un maná que calma la sed sexual que le enloquece…
Jadeando al terminar de beber la esencia, sus dedos lentamente van saliendo de su cavidad…
-mmmmm.-mas jadeos por las mordidas que sufría, lamiendo el contorno del falo, yendo a la extremidad que fue golpeando con la lengua al ser las uñas incrustadas en su espalda, negando por las suplicas de dejarle….

Lengua embrujada que se movía desjuiciadamente, seguía golpeándole que en momentos breves capturaba la extremidad y le soltaba una mordida, una tras otra las repitió, hasta de un rato comenzó a besarlo….”Mis labios son caricias en tal punto que explotes y cuando la celeste luz te deslumbre con deleites” ….

Levantando su rostro, permaneciendo hincado ante el que acaricio su pierna admirándole…-Es tu hermosa piel el lienzo perfecto para dibujar mis besos, estas piernas el camino para llegar a un sueño…-conforme las palabras eran brotadas con suavidad, le acariciaba la piel de sus piernas hasta subir a su abdomen…-Mientras mi lengua te quema cono infierno, caigo al abismo de un clímax que ha tenido la gracia de visitarnos al mismo instante….-movió los pies, colocándose en medio de sus piernas y se encimo sin dejarle peso alguno…Haz logrado satisfacerme…-sus cabellos caídos, mirándole fijamente que tomo su rostro con una mano y le dio un beso corto a sus labios…-Ya terminado este acto, ahora a restaurar lo que has hecho….-su rostro embozo una media sonrisa descarada, levantándose dirigiéndose a la entrada que sobresalía, en donde la puerta debería de estar, una vez estando ahí llamo al mayordomo el cual esperaba de sus ordenes para dar inicio al saneamiento de la estancia…Terminando de decirle sus labores, dirigió la mirada a su nuevo acompañante le estiro la mano sin importarle que le vieran en plenas fachadas…-Ven…¿Quieres conocer tu aposento?...-Sin decirle nada a “William” de que el joven cantante seria como un querido…

"El deseo es un ardiente olvido de todo.”


PARA MI MUÑEQUILLA
Tú eres la pureza expresada en mi única musa, con ese cabello de luces, esos ojos mirándome entre amorosos y a su vez odiosos sueños, con la tersa piel y sonrosado de tu tez…Tú, con la hermosa discreta de las formas y la esbeltez de tu silueta…Ah! Muñequilla con aroma virginal, arrodillada ante plegarias de perfumen de venéreos apetitosos, la perfección y ejemplo para un mundo de novedades, fuiste como un blanco de lo negro de un destino…

Te has perdido entre pasiones y la obsesión de abandonar quizás una niñez bajo mi cuerpo…El bien y el mal son extremos que se juntan por una rara ley que te obliga a unirte a mí…

Esa candidez de tus labios los he manchado con perversión, la dulzura de caricias blancas devino en un puñado de atrevidas cosas y así he besado tu y ahora mi Falo, la inmoralidad siempre sale de mis pupilas al verte, dilatadas por el trastorno que se ha transformado en una mirada cargada de ponzoñosa que ha inyectado lascivia y aberrantes ganas que enviciaron mi templo por vuestro templo…

Te deseo tanto a mi lado, muñequilla que cumplirá mis deseos mas perdidos... ¿Quieres ser el único en mi existencia?...Dime... ¿He seducido tu alma? Quiero hacer de ti un altar de ritos placenteros… ¡A mi muñequilla del mal, absoluto rey de tus pecados, eres ahora mi luz sexual…!

¡Tu ángel negro, Lucifer que porta de la oscuridad…Soy lujuria que deseas!....Se mi siervo, y yo te brindare lo que más desees..Tomaste mi mano siniestra del supremo mal que como un hilo de demonio te ha movido, soy lo peor que existe….Te lleno de lujuria, te siego, soy solo tu sombra. Me adueño completamente de ti cada vez que me miras….

Mi muñequilla de cuerpo frágil al que posee con la intención de succionar la vida, tu virtud fue manchada con vileza y mancillaste lo sagrado maldiciendo y renegando de un legado escrito de testamentos…No importa que solo yo te vea como una meretriz para otros serás nombrado como el amante de este diablo…

Como suplicas carnales, licenciosas en mi templo del placer te esperan, he tomado el anillo en vuestro templo, ha llegado el tiempo de alabarte, colocarte un collar que te demuestre el amor y odio al copular en la misma cama, y como siempre el bien oculta el mal, Así, tú y yo, hermosa muñeca, amaremos el fuego que nos brindamos….

¡Eres mi santa adoración oculta y el loor que me place, yo como tu dueño tenebroso y amante de otras voces...Serás solo mío...!


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Mensaje por Invitado Lun Mar 11, 2013 10:48 pm

"El amor es la lágrima pura del alma. Es la única sensación que no podemos perder, aún si sentimos que nunca pasará, siempre estaremos equivocados. ”


Esos malditos dedos que no dejaban la tentación en paz, era el infierno, el aroma a sangre mezclado con el de mis fluidos, lentamente me saboreaba los labios y gimoteaba a la parte de su gruñido, moviendo mis caderas, mi entrepierna se encendía un poco más. Pero sabía que solo era un juego, que él no terminaría conmigo, que solo me estaba tocando por el mero placer de sentirme un poco y luego dejarme aún excitado por sus toques y su fragancia exótica que cualquier cosa causaba. Aún su mano sobre mi cuello se sentía bien, el peligro inundaba mi exuberante gozo. Sentía que me podría partir todos los huesos de un mal movimiento y eso provocaba que las gotas caigan de mis ojos, provocaba también que me muerda los labios, pero no importaba qué, mis caderas seguían moviéndose punzantemente contra él. El vientre se movía agitado, se inflaba y se metía hacia adentro como si de un globo se tratase. Mis manos que buscaban clavarse más. Estaba delirando, era un completo delirio, infinito en gozo. Las estrellas no se comparaban con aquel ser que sencillamente, me terminaba por completar.

“Déjame sufrir el daño tuyo y el mío, podría soportar ambos, si solo me dices que estarás junto a mí por toda la eternidad! Eres un rey testarudo. Eres un falso profeta, solo buscas enamorarme. Pero eso no es necesario. Lo necesario es que tú me ames a mí”


Esa boca era la cueva de mis placeres, lo pujaba más cuando podía, pequeños y apasionados golpes contra mi pelvis, mi cuello mirando hacia el cielo al igual que mi rostro, el placer me condenaba en la mirada. Mano y mano se agarraban del vampiro y luego de la pared, pasando al suelo, terminando en la cabeza ajena. La sujetaba, tironeaba de sus cabellos. Era una sensación malditamente especial. No era algo que cualquiera pudiera hacerme, el tipo me llevaba la cielo, me daba mil vueltas y me dejaba en algún rincón de algún lugar. Sin conciencia, sin habla. Solo podía emitir sonidos, quejidos, gritillos, jadeos. Nada que pudiese entenderse como otra cosa que no fuese “Me das placer, me das dolor, te odio, te amo” Esos eran los significados, y el aún no los sabía a todos. Pero yo sabía exactamente que significaba cada grito, cada gozo que daba, donde en retorcijones quedaba a un lado y al otro.
Sentir como bebía mi semilla había sido la gloria, esa succión y el anterior apretón en mi cavidad que había dejado estragos por dentro, pero sencillamente había valido la pena. Mi miembro estaba rojo, temblaba y se movía solo hasta que poco a poco se iba apagando; tan duro, tan alterado, solo él sabía ponerlo así. Nunca lo había visto tan hinchado, era como un fuego que no se apagaba. Como si mi miembro de repente reviviera completamente. El color era hermoso, la textura, el líquido adornando que daba un brillo cansino, esa lengua que seguía torturando. Pero ya no podía más, daba saltos al sentirle, mis ojos se notaban idos hacía la infinidad de lo que él mismo era. Gritos y tironeos de cabello hacia el contrario, me retorcía una y otra vez, mi falo quería volverse a dormir pero su lengua lo mantenía vivo, y se movía sin mi consentimiento, el glande temblaba, mirándole de reojo podía ver el rojo de mi extensión y con vergüenza volteé la mirada, para seguir pidiendo por que se detenga.

-A-ahh! Parad, parad de morder por favor. Si seguís tocando, no podré… Awmgh! Ahhh! No os apoyéis ah! Nicolás! Awmgh…

Aquel mínimo roce que hacía cuando se encimaba me causaba de todo y más, mirarle era simplemente ver el cielo, el infinito y el espacio, me quedaba delirando por sus palabras, el sonrojo prominente por todos lados. La frialdad de sus manos, enrollarlo con todo mi cuerpo. Mi amo, mi vida, era el cielo que desde siempre había buscado. Mis piernas como una muñequita se pasaban por el contorno ajeno, mirando a lado y lado le sonreía. Sus palabras eran puro placer, mis pocos bellos se erizaban candentemente, mis pezones… Estaba lastimado, pero aún con todo, no paraba de sentir un inmenso goce hacía el. Algo que no me había imaginado nunca y simplemente una sonrisa se formó, era tan grande que todos mis dientes se dejaban ver, tan blancos que resaltaban con mi cabello negro. Los ojos azabache profundo brillaban, se acurrucaba contra él. Buscaba amor, buscaba cariño del vampiro mayor. Pero no paso mucho tiempo cuando el otro se levantó y mi rostro se transformó completamente; dando un saltito que intentaba agarrarle algo, un pie una pierna, pero había sido demasiado rápido y mis manos solo habían quedado en el piso. Subiendo la mirada con un mohín bastante notorio de enojo.

-Ah! Oi, no os vayáis!! Aquí aquí! Mmmrgg, yo soy más lindo que ese!! Prestadme atención! Mmmrg… Ah! Aquí… Yo sí quiero conocer vuestro aposento, pero dadme vuestra camisa o un camisón así no iré a ningún lado!

Cual niño caprichoso había tomado su mano, mirándole deliberadamente a los ojos, fijo, sonriente, una sonrisa cansina. Repleta de caprichos, amor, dulzura, ternura, deseos, sensualidad. Era simplemente un conjunto de todo lo bueno y malo del mundo. Pero en este caso, el amor y el capricho eran lo quemas sobresalía. Capricho por desear al vampiro sin importar qué. Daría hasta la vida y sin dudas era cierto y no una metáfora, para que él estuviese conmigo, para que me amara y allí era donde el amor, mezclado con obsesión lo embriagaba todo. Pues Nicolás no era solo lo que siempre había deseado, era alguien que no podía tener a mis pies, era una cláusula que lucharía por corromper. Tenerlo para siempre, que no piense jamás en dejarme, esa era mi misión. Hacerlo que se vuelva tan obsesionado como yo estaba por él. Que sea un deseo mutuo y no simplemente que él me quisiera tener para su entretenimiento por un tiempo.

-Y decidme Nicolás, cual vendría a ser vuestra habitación, yo puedo jugar dentro de ella? Y me dejaréis tocar el piano y cantar? Yo no soy muy bueno en el piano, pero puedo cantaros bonitas canciones. Y podré escucharos tocar el violín otra vez? Y decidme… Porqué sois tan malo? Mirad lo que habéis hecho que haga, ahora está todo sucio… Mmm

Hablaba y hablaba que en una sonrisa lo compensaba todo. Me acercaba un poco más a él, me ponía detrás de su cuerpo para cubrir la propia desnudez que aún mantenía, esperando a que empezáramos a caminar y le olisqueaba por las ropas y el cuello. Cerrando los ojos iba caminando con lentitud en lo que mi cuerpo empezaba a doler. Pero mis manos se habían enrollado en su pecho y tenerlo tan cerca había provocado que toda sensación de dolor se esfumara. Era incómodo para caminar, pero eso era lo que menos me importaba. Lo sujetaba fuerte. No quería que me obligara a soltarle y de paso, me escondía de aquel mayordomo, que no me agradaba que vea mi cuerpo desnudo.

“Las dos caras de una moneda. Descarado e inocente. Pero los ojos siempre son puros y las lágrimas siempre son sangre de sentimientos”



PARA MI AMADO CUERVO


Haz sentido alguna vez que la vida se te va? Tus palabras son hirientes, pero me hacen renacer, eres lo bueno y lo malo, eres la enfermedad y la cura. Tú y solo tú eres el ángel negro de mi mundo. Eres mi Dios y mi religión. Me he hecho un adorador de tu hermosura. Eres la perfección y lo único que se puede considerar como sagrado. Sus dedos son la carne de mi carne. Lucho todos los días por no querer devorarte y poder hacer que mueras conmigo.

Morir contigo sería como ir al cielo. Quiero estar bajo tus brazos todas las noches, sentirte sobre mi cuerpo, dentro de mi cuerpo. Cupular es lo de menos en este deseo que va más allá de lo carnal. Tú eres mío. Me ha costado tenerte, me ha costado que me mires. Tú que todo lo tienes, que a quien quieres poseer posees. Ahora! Ahora eres quien más me ama! He hecho que me ames amor mío! O sí, maldito cuervo que ahora te tengo en mis manos. Pero para mí desgracia, yo he caído más bajo. Yo estoy debajo de tus pies. Yo estoy dispuesto a morir por ti. Que mi vida no vale madre si tu no me amas como yo deseo.

Si! Si me habéis seducido, pero el alma es lo de menos. Pues estoy completamente a tus pies, física y espiritualmente. Te digo que me mates!! Mátame si es lo que deseas, morir en tus manos y sentir mi sangre bañándote sería una bendición. Eres la maldita flor espinada. Me corrompes de todas las formas que se puedan. Tu sensualidad en la cama, tu ligera forma de mostrarte ante las más extrañas situaciones. Déjame disfrutar de tu látigo y déjame darte el placer que te mereces. Solo yo puedo llevarte al extremo. Poseerte como nunca nadie. Puedo hacer de ti una fuente de placer si solo te dejar hacer.

Maldito cuervo que tienes tantas fuerzas, deseo sujetarte y hacerte mío. Que el mundo se adueñe de la pasión que tengo por ti. Pero no puedo parar! Eres mi dios, mi bendición divina. Jugaré contigo hasta el último día de mi vida inmortal. Tú eres la llave de mi candado. Haz abierto todas las puertas, haz roto las que no te han dejado abrir. Bestia, eres una bestia y me encantas. Te adoro y te deseo. Olvídate de tu libertad, ahora eres parte de mí, estas encerrado en mi alma como yo en la tuya. Seremos uno, desde hoy y para siempre.
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Jue Mar 28, 2013 5:24 pm

“Entre esas manos suaves se halla el sello de una muerte divina, anda sigue juagando con las manos de mi destino mientras tanto permanece cautivo por un olvidado sentimiento”
Que muñeca tan candente, se mueve agitando el deseo, sus gemidos exaltan por completo al ave que delira más en ese cosmo de un templo extasiado, humedades con fragancias provocadas, maravillosos muslos desnudos bañado del exilié de la erección, dejando que en el fondo del abismo se asomen los dedos bañados del liquido y la linfa mezcladas, ese monte de Venus, su sexo palpitante ilusionaba, sin descaro era como una eternidad sin fruto, tan alocada esa muñequilla, dominada por la sensación de un renacer alucinante, disfrutando cada sentir que le hundía a sus provocaciones, pero los ojos del ave se pierden en la aclamación de un grito intenso, escucharle era lo que más le apasionaba, como una alimaña se veía, una gata en celo se muestra en ese desespero para que calme su exaltación.

Tras verlo se pierde por un instante, esos brazos que le envuelven aferrándose siente que desfallece para plasmarse de esa manera pero le encanta jugar, verlo suplicarle que le toque, que este con él, le incitan a seducirlo, provocarlo de una vil manera, saliendo y cayendo en el deseo, esa sonrisa divina, un rostro de satisfacción como si fuese feliz de ser esa meretriz del cuervo. Pero dejándole caer esa mirada profunda, en espera que su mano sea tomada, que accediera a su andar para ir tras el ave que jugaba en la distancia, negando por la molestia de sus palabras, tras percibir su mano la presiono jalándole hacia el…
-No vuelvas a gritarme…-le miraba con seriedad, su tono de voz se elevaba con molestia…-Ni mucho menos mandarme, así es como quiero que estés y no pedí permiso, que no se te olvide cuál es tu labor en este lugar…-Ignorando el rostro de un niño malcriado, tironeándole para que emprendiera los pasos, enojado que por ello no dejo que se le acercara, siendo el motivo por el cual deshizo ese agarre en el pecho..-Podrás jugar mientras hagas tus labores bien, gánate que deje que toques o cantes, pero lo único que deseare de esa voz es que me hagas una melodía de gemidos…-soltó esa mano, llegando a las escaleras donde comenzó a subirlas, pero se detuvo en el primer peldaño y libero una risa seca…-Decirme ¿cuando he tocado para ti? No te confundas, si he permitido que te quedes es porque solo te encargaras de mis placeres…-mirándole el falo que por pertenecerle le sujeto con fuerzas, azotándole contra la pared, dejando en claro que no le importaba que le estuvieran viendo…- Ese es tu problema, podre ensuciarlo cada vez que se me plazca, eso sí, tienes que estar bien para mí cuando te requiera…-se reincorporo y con elegancia continuo subiendo los peldaños….-Apresúrate, quiero verte a mi lado…-Finalizando el recorrido de las escaleras, en seguida los pasos se presentaron llegando al pasillo donde los alcobas comenzaron a notarse, las velas, esos candelabros alumbraban el aura, la ambigüedad del castillo como la decoración de un arte en sumo esplendor nocturno, talladas las paredes de un arte misterioso y el silencio que prevalecía armoniosamente…

“Te sigo viendo y el juego no puede terminar, quiero dejarte deseándome hasta que grites con dolor el que me quede a tu lado”

Al final se halla una puerta, el alcoba de ese querubín la cual era la segunda estancia más cómoda, siendo la del cuervo la única en suma riqueza de belleza…Estando frente a ella, gira su rostro para atraer a la muñequilla con una caricia en su mejilla.
-Este será tu alcoba…-su mano se desliza a la perilla y la hace girar, abriendo la puerta para su querido…-Adelante, en un momento volverá William para mostrarte el castillo.-le observaba, acercándose a su oreja donde le susurro.-Descansa nos vemos mañana…-mordiéndole su oreja, bajando a su hombro que otra mordida le desprendió sin tocarle con las manos, después se giro sin mirarle, caminando de regreso a lado de William al cual le daba órdenes de lo que tenía que hacer y decirle a ese querubín…”Solo es el juego de una seducción, ¿Qué es lo que harás después de verme partir?” Pensaba, sin voltear a verle, sin detener sus pasos que lentos eran desprendidos a ese camino directo, comenzando a provocarle a su propio querubín con la indiferencia, pues es su fascinación someterle…

“Esperando ese jugada, como un peón intercederás, que desquite ese deseo, apasionados ambos esperando la jugada de cada uno, mientras que el rey busca la destrucción de vuestra defensa, encendidos en calores, fuego abrazador, haciendo que en destreza anuncies entre gemidos que el rey ha caído”


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Mensaje por Invitado Mar Abr 02, 2013 4:17 pm

“Déjame revivir hasta la parte más seca de tu áspera alma. Alma que no tienes, pero yo crearé. Sentimiento que sufre, pero yo curaré. Te piensas que no soy capaz de hacerlo?”


Mi rostro, como una pieza de marfil se quedó asustado, le miraba fijamente por aquel jalón, como retándole. Pero, por qué él no caía? Por qué no se dejaba hacer por mi dulce capricho que a todos podía conquistar? Era duro, era indomable, jugábamos a un juego de fuego, donde ambos nos quemaríamos. Movía un poco la muñeca, intentando que no apriete, pero eso era realmente lo de menos. Él me había sacado del agarre y ya no podía abrazarle, yo quería seguir tocándolo, pero él no lo permitía! No quería mis dedos sobre él… Y yo quería llorar, llorar de la angustia por no poder hacer lo que quería. Le observaba a los orbes detenidamente, empujando un poco ante los tirones que daba, negando, pues no quería ir por delante, me giraba cuando me obligaba a caminar y asustadizo daba un salto hacia atrás, mirando de reojo al mayordomo que sin poder contener mí vergüenza agaché la cabeza, temblando desde los hombros a mis piernas. Dejando salir unos gimoteos suaves, pasando el dorso de las manos por mis ojos. La indiferencia era lo que más odiaba. Mordía mis labios y me quedaba quieto, esperando por sus palabras nuevamente. Siguiendo su paso, yendo por detrás, observaba su espalda, espalda que quería recorrer con las uñas.

-E-eh? Yo no dije que habéis tocado para mí… Yo solo… Ah! No es necesario que repitáis eso todo el tiempo! Es que queréis que a ambos se nos meta solo eso en la cabeza! Yo –ahh! Auch ay ay ah… Mmmrgj, maldición…!

Cubriendo con ambas manos mi entrepierna acurrucándome contra la pared, gimoteaba entre llantos, mordía mis labios por el dolor que me provocaba. No había podido terminar de decir nada. Simplemente mis ojos habían quedado abiertos, atormentados por la sensación, mi miembro latía adolorido y mi cabeza poco a poco se elevaba para verlo a los ojos. Aquel cuervo que solo quería devorar mis ojos. Me levantaba, me ponía derecho, conteniendo todo, guardándolo en mi interior. Intentaba hacerme el fuerte, dejando que solo un sonrojo salga por cada poro de mi piel. Y al escuchar esa simple frase… “quiero verte a mi lado”, mis piernas salieron corriendo, hasta quedar casi sobre el ave, casi apoyado en su brazo, quería tomarlo, pero con gran fuerza de voluntad, solo me había quedado a un costado, mirándole con fijeza, perdido en su perfecto perfil, que sin notarlo, mis dedos se habían aferrado a sus prendas. Perdido en su mirada que no había notado el momento en el cual habíamos llegado frente a una puerta

“Ser de hermosura, ser perfección. Hazme tuyo cada noche. Déjame dormir a tu lado, despertar cada madrugada junto a ti. Besarte y lamerte. Déjame tocar tus cabellos, tus labios, tus ojos. Eres el cielo que siempre he querido tener”


-Awnnh… Mía? Bueno… Pero y la vuestra donde esta? Que… no se vaya… Os estaré esperando, si? Apuraos…

Seguía con la vista clavada en el ajeno, movía mi cabeza para sentir más esos dedos, dejando la mano contraria entre mi mejilla y mi hombro, intentando acurrucarlo, queriendo que no pueda sacar la mano. Pero pronto le dejaba ir, observando las dimensiones de la habitación. Para luego volver al otro, mis palabras al final eran solo un hilo de voz destrozado. Apoyando mano y mano sobre mi pecho, dejaba salir un suspiro. Con frustración miraba al mayordomo. Negaba para volver a ver la espalda ajena, le observaba irse, mis dedos pasaban por mi cuello, sintiendo aquel mordiscón seco que había dejado. Las lágrimas cubrían mi visión y ya cuando no se sentía más la presencia del amo de la casa mi cuerpo entero se dirigió al del maldito mayordomo, que sería quien sufriría mis caprichos. Las lágrimas manchaban mi rostro, los colmillos se dejaban ver apenas abría la boca. Estaba enojado, estaba como un niño en plena escena.

-Mostradme el lugar. Quiero un baño. Quiero ropa. Quiero que me digáis las cosas que debo saber de Nicolás. Lo haréis y no le diréis nada. Vos si me queréis, no?

Al final, la sonrisa gatuna salía de mis labios, mientras mis ojos se cerraban cual lindo asiático que era. Dejando salir la habilidad para seducir, que lamentablemente solo funcionaba con humanos o seres más jóvenes que yo. Con los vampiros antiguos no funcionaba demasiado. Ellos eran en su mayoría demasiado poderosos para que mi nivel de poder les haga efecto.
Me acercaba un poco al señor y con dulzura y suavidad le quitaba el saco que tenía puesto, para acurrucarme en este, cubriendo mi cuerpo con la tela, empezando a caminar en lo que el hombre me mostraba las diferentes partes del lugar. Era una mansión hermosa, tan perfecta como no me esperaba conocer. Era del estilo que me gustaba, contemporáneo pero que aún mantenía la fachada victoriana que daba lujo y perfección a todo. Las arañas en el techo, el color y los cuadros hermosos que había por todos lados. Mis ojos brillaban en cada habitación que transitábamos y con una risita juguetona, toqueteaba un poco los adornos interesantes que encontraba. Acariciaba las telas, buscaba indicios de los gustos del rubio.

“Entonces estás esperando a que te haga caer? Esperas que jugué limpio un juego de ajedrez? Te equivocas. Jugaré tan sucio, que simplemente quemaré todos tus peones, mataré a la reina a sangre fría y tomaré ese puesto. Por qué me pertenece. Siempre me ha pertenecido. No hay nadie que lo sepa ocupar mejor que yo.”


Y así, el tiempo empezaba a pasar. El juego daba inicio. La guerra ya estaba fijada y la primera batalla era la guía que haría caer el primer caballo.
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Mensaje por Nicolás D' Lenfent Lun Abr 08, 2013 10:43 pm

“Guerra de deseos, llevándose al siervo a donde los rayos de la luna no le encuentren, quiere fundirse en el, ser una posesión bajo las sombras”
En las noches siempre había buscado la luz, buscando, buscando y se ha hallado algo más que un fulgor, como la misma maldición sellada se muestra en ese templo, el querubín hace que el cuervo caiga en derrota pero aquella oscuridad lo oculta, sin salir a la puerta del infierno, como pervertido de una destrucción es la morada, un juego demoniaco entre solo el deseo….Dejarlo en su alcoba fue el mejor sacrificio que podía haber hecho, no caer era el juego, como el lazo del cazador hacia su presa, el azote de la desgracia era derrumbarse a sus pies, cubrirlo con las plumas bajo el refugio, dispararle la flecha como a un Cupido pero es lealtad lo que desea, como un ángel luce con su templo gritando “Te salvare, te salvare “….Y es por ello que está en una escaramuza, alguien como el había logrado descontrolar esta existencia, solo mirarle provocaba devorarlo y adorarlo con suma anhelación, se alejaba a su nicho donde se encerró, cerrando los ojos mientras aquella presencia se presentaba como un sueño, en su mente se hallaba, como recuerdos que vivían uno tras otro sin poder sacarlo de ella.

Era castigado por los pecados del mundo, verlo desencadenaba el “Pecado original” se incrustaba como espinas, era algo más que el deseo, su linfa le mostro una libertad divina, una escaramuza, una desesperación gobernaba por mantenerlo a su lado, hacer que él se convierta en la muerte del cuervo como un siervo quiere transformarlo para no ser el cuervo que muera por ese querubín…

“Te condeno a caer a mis pies, eres la apeste destructora, mis plumas te cubrirán y mis alas te cuidaran, seas bienvenido a mis brazos mi querubín hermoso”


Mientras seguía en un limbo de tormentosos pensamientos dejaba a William que se encargara de todo lo que le había encargado, vislumbrándose como la majestad, la alteza que se encierra en la oscuridad….


“Las letanías del cuervo bajo la voz del mayordomo, William el portavoz”


Es así como William con aquel querubín se hallaba, mostrándole el castillo junto con los estatutos que deberá seguir sin faltar a uno, ya que ese sería su final….Escucharle pareciese que debatía con un chiquillo, le observaba, por dentro se burlaba de él, ver como sus manos le desprendían el saco y seguía su andar, mostrándole los diferentes alcobas, los pasillos que llevaban a diferentes piezas…-Solo tengo ordenes de mostrarle el castillo y de asegurarme que siga los mandatos de mi señor…-haciendo una parada la cual evadió esa tonta incógnita, mostrando el respeto por su señor y así es como su cabeza se inclino y le brindo unos papeles, los cuales contenían una guía para cada estancia del castillo y los deberes que le había puesto el cuervo a su querubín…-Aquí se encuentra las indicaciones que debe respetar…-levantando su rostro..-Le iré nombrando cada una, por favor mientras tanto seguir el paso…-su mano realizo un ademan de que prosiguiera, caminando hacia las escaleras…-Al aceptar permanecer en este lugar, también ha aceptado obedecer los estatutos que son:

1-No tiene permitido salir de este castillo más que a los jardines pero tendrá que ser acompañado de su servidor…
2-Le es negado tener comunicación, no tiene permitida alguna visita, nada de encuentros ni mucho menos cartas que desee enviar.
3-Le es prohibido el pasillo que conlleva al alcoba del Señor D’ Lenfent, le es negada la entrada a su alcoba principalmente.
4-No puede interrumpir cuando el señor realiza alguna actividad.
5-Cuando desee alimentarse tiene que pedir permiso y el señor le llevara.
6-No puede distraer a los demás sirvientes de sus labores, solo se puede dirigir a su servidor.
7-Si desea realizar alguna actividad tendrá que consultarlo primero con el señor y seguir sus indicaciones.
8-Los poderes que posee no pueden ser usados mientras permanezca aquí.
9-Se aprecia demasiado el silencio, por ello desean que siga así.
10-La biblioteca, el salón de música, de eventos, el despacho y la torre son lugares donde el señor suele acudir a menudo, se le ordena que se mantenga lejos de ellos.
11-Cuando haya visitas deberá permanecer en su alcoba hasta que le den órdenes de que pueda salir.
12-Si llega a faltar a una será castigado por ello. Siendo los castigos severos que no deseara recordar…
13-Se tiene que dirigir como “Mi amo” al señor.
14-Debe de seguir cada petición del señor sin objetar alguna y por ultimo
15-Debe de lucir verdaderamente exquisito para él, tiene que arreglarse exclusivamente para atraer su atención, divertirlo y serle el perfecto pelele.

Finalizo con una mirada fija en el, terminando de bajar las escaleras donde se hallaban en el salón principal y prosiguió con la muestra, enseñándole con detalle cada espacio del castillo, así como los lugares que le había mencionado donde no podía acudir, solo demostrándolos de lejos…-Ciertamente en las tinieblas me escondo y a la luz de la noche convertido en mi alrededor se vislumbra, incluso la oscuridad no será de noche para ti, la noche brillara como el día, las tinieblas son como luz para ti porque tú nunca caerás en un secreto, esclavo mío obedece o será que tendré que usar el castigo en ti…-William manifestaba a la perfección, resaltando con la entonación esas divinas palabras que el cuervo había citado para el querubín.-Atentamente su amo.-finalizo el hablar sin posponer algún paso, siguiendo la demostración, los caminos de las diferentes torres habían sido recorridas donde se accedía por medio de cuatro minutas puertas de arco agudo que introducían a vestíbulos, precedidos por escaleras en caracol que daban acceso a un hipnotizable tercer piso. Siendo todo reinado con un seductor arte oscuro, las pinturas como esculturas maravillosas de misterio, de gala plena, paredes que desprendían un follaje nocturnal, representando celestes y figuras retoricas.

Terminando esa territorio que descendieron a la zona más tenebrosa, las estancias de calabozos, el lugar que se hallaba en un pasadizo hacia una especie de cueva adornada de antiguos artefactos los cuales se mantenían en secreto, siendo mostrado todo a una distancia para finalizar hacia la gran sala, donde los ventanales eran repletos de luces hermosas que decoraban como la luna, y ahí es donde William se despidió del querido y le dejo en su alcoba, permitiendo que la noche muriera y el amanecer reluciera bajo los nichos escondidos de los señores….

_____________________________________________


“No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el inicio de un amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay”


El tiempo va pasando sin mirar atrás, viajando lejos de una verdad, escondiendo un sueño entre deseos y perdiciones de noches extasiadas, sin parar día tras día mientras el amanecer se presentaba, el cuervo iba tras el “alcoba del edén” donde su querubín, ese fruto prohibido se encontraba a la espera de que este amo le concediera una caricia, un beso, un simple roce que le llene mientras permanece encerrado en ese castillo creado como una jaula para el….

Siendo el querubín el único ser que disfrute del templo de Nicolás ese cuervo maldito que ve un futuro desteñido en un espejo roto, como una memoria intacta, es la venganza del tiempo que avanza y hace que se pierda Nicolás de el mismo, sabiendo que aquella alma ajena le era apreciada, sentía sus manos cuando le veía, ansioso ese querubín de que le mostraran lo mucho que le deseaban, dejaba su mirada extraviada en el con los confines de su hermosura, entonces el silencio los desnuda, esa voz se mezcla en la tarde con un alarido, un cantico entre gemidos, perdiéndose mutuamente en los laberintos que la piel desprendía en cada templo sin poder quedarse Nicolás entre sus brazos, una vez que le poseía se retiraba, y el cuervo cada día escapándose del amanecer volaba al pasadizo de su querubín, llamándole el “alcoba del edén”….

Siempre Hero ese querubín maravilloso, transformado en el siervo del cuervo, el alcoba del edén se convertía en una flor, ni una gota de linfa en el templo ajeno era humana, era más que de humano, era la linfa que el cuervo consumía para alimentar a ese suave y dulce ángel, siendo los confines del paraíso, se devoraban uno al otro hasta quedar débiles y oh! Esa era la hora del alcoba, fornicando y al mismo tiempo alimentándose, llenándose como vaciándose, siendo el único ángel que le ha conducido a ese desespero…”Con el cuervo se halla el infierno y con el ángel está el cielo”…Queriendo estar a su lado, devorar la propia vida que le pertenece ya a ese ser, siempre el ángel se entregaba al cuervo por completo (en el oído del cuervo se lo decía el ángel siempre que copulaban) A él, solo a Hero, Hero, Hero, acude el ave nocturna cuando lo demás ha pasado, su trabajo, banquetes, bailes, encuentros así como el tiempo que a veces tomaba para salir a jugar como el ave maldita que era terminaba y acudía a él, no había ni un solo día que le dejara sin tocar…Convertido Nicolás en una serpiente cuando Hero era como un amante….

Nicolás la serpiente más hermosa de ese edén (oh, la hora de copular en el firmamento del día que es la noche misma es el rito, la unión desenfrenada) Por la locura, la forma en la que seduce ese querido precioso, a veces ese querubín se vestía con la lencería que el mismo amo le regalaba, prendas exóticas que añoraba verle, seducirlo quería ser, era la manera de abrir la jaula para este cuervo y así se apoderara de la criatura que de fantasía se muestra.. Como una vil ramera se hace desear, realmente sabia como atraer al cuervo y hacerlo caer a su lecho, y esas palabras con encanto y provocación decía: “¡Tómame, tómame!” Eso era el amor que subyugara, siempre acudiendo a la alcoba para renacer entre gemidos de una posesión enfermiza, pero oh! Hero es el vasallo, todas las hebras de sus cabellos con ese templo era una droga, solo el cuervo sabe de esas debilidades que hacen convertirse en el rey del ángel, sin demostrar las debilidades ante el vasallo…

Unidos de esa manera, el alimento del ave sacudía el alma del ángel como a una pluma, teniendo tantas evocaciones placenteras, dulces íntimos anillos del abrazo de cuervo al yacer con un beso, ese encantador ángel que se preocupaba por satisfacer a ese cuervo, pero el ángel se fue haciendo peligroso, su perfume aumentaba cada instante, derramaba rosas de un suave arrojar de besos que eran la trampa para extrañarlo cuando le dejaba… Es así como el cuervo se siente herido, al seguirse uniendo a él ardía, odiándole, le odiaba al copular por hacer que se entregara por completo a él sin quedar nada, cuando salía del alcoba se iba con el último aliento, la maldición a ese odioso querido por ser la musa del sexo….

Vil musa que regala el amor pecaminoso, por esos despliegues que atan y doblan, sintiendo la forma de una vida hechizante bajo el movimiento de sus caderas, la suavidad de su piel, las fragancias desprendidas, el elixir de su esencia, ese fulgor alarido que siempre probaba, ese era el alimento del cuervo, solo el, solo él era su alimento…Dejando que beba del cuervo como él bebe de su querido, enloqueciendo, compartiendo un solo templo, devorándose cada instante de su encuentro, doliendo a la hora de separarse, y sin detener este ciclo de existencia, volar por las noches hacia los deseos escondidos y volar por los días hacia las bajas pasiones de su ángel.

Semanas transcurridas, el tiempo volaba con desesperación, una guerra contra la carne, la linfa y los huestes del mal, cayendo poco a poco pero sin ser derrotados, el cuervo como siempre pero el ángel comenzó a pedir más, el cuervo clamaba por el pero se mostraba frio, grosero ante sus peticiones, y ese llanto que le hería, cada vez que le dejaba, que le negaba algo su hermoso rostro se decoraba de lágrimas, duele ver como ese ángel se entristece y las pasiones eran lo único que pedía el cuervo pero en ocasiones ya no podía soportarlo, se alejaba de él que dejo de acudir al “alcoba del edén” …Negándose a que pidiera, sin decirle algo de él, negándole esa información, sin explicarle a donde salía por las noches, le había dejado cantar, tocar el piano por haberle complacido pero ahora que siempre salía con incógnitas le dejaba refugiarse en sus actividades, como el hacía desapareciendo, permaneciendo en esas estancias prohibidas para él. Sin embargo la necesidad de verlo, de estar a su lado le atormentaba, salía tras él, le tomaba como una bestia, ignorando sus evocaciones, sin ver aquella tristeza que la única manera era copulando por desearlo con locura…

“Tú, has invadido todo de mí, mi música, mi mente, mi templo y en mi propio vacío estas, que ahora sin tenerte es no tener nada”


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Tiranía de un querubín (Privado) Empty Re: Tiranía de un querubín (Privado)

Mensaje por Invitado Mar Abr 09, 2013 9:04 pm

“La libertad solo la encontraré si estás conmigo. Si no, seré preso de una soledad temeraria”


Eran palabras que no entendía, me preocupaba ver como aquel mayordomo no me hacía caso. Ignoraba mis palabras, mis peticiones, mis ojos se abrían como miedosos por las circunstancias que estaba pasando. Realmente todo se había salido de mis manos, las cosas no habían resultado como lo había planeado. Yo estaba en la boca del lobo, yo era el que estaba cayendo. Pero no me daría por vencido, claro que no. Haría que ese hombre me ame, hasta que solo pueda pensar en mí. No dejaría que nada pueda ser mejor, que nadie lo pueda complacer más que yo. Haría que su nivel de exigencia subiera, de tal forma que solo yo pudiese cumplir sus expectativas. Que nadie lo cautivase como mi cuerpo y mis labios podían hacerlo. Yo. Yo. Yo. Yo y solo yo. Porque era un ser egoísta, un ser caprichoso. Lo tendría todo y con menos no me quedaría.

-Qué clase de normas son aquellas? Nicolás debe estar bromeando, demente! Hablaré muy seriamente de esas, norma- eh? Qué? Podéis repetir? Mmrgh… Es tan injusto… Yo también os quiero dar un papel con mis reglas. Le escribiré así en grande “NO HARÉ NADA DE ESOO, VEN Y DAME UN BEESOO” Transmítelo! Sí, sí, eso. Y de firma “Boo”, así me dicen sabéis? Decídselo, quiero que se entere! Mm… Que es este lugar?

Mis ojos se abrían que simplemente había ignorado gran parte de lo que decía el mayordomo y más bien hablaba sobre sus palabras, mirando, tocando. Reía con dulzura cuando encontraba algo que me gustaba, abría adornos con tapa, tocaba los cuadros mientras pasábamos y escondía la mano cuando una mirada llegaba a mis ojos. Haciéndome el tonto miraba hacia arriba y entre risas seguía observando el lugar, algo miedoso cuando entrabamos a la parte de los calabozos, mis ojos se abrían por lo que veía y mis pasos se hacían más lentos, tragando saliva que rápidamente hacía un trote para ir detrás del mayordomo. Escondiéndome un poco de aquellos artefactos, parecía un lugar de tortura, aunque no podía ver bien de qué cosas se trataban. Solo sabía que no me agradaban, era evidente.

-Oh… Que tengáis una buena noche Sir. Cuando viene él? Le quiero ver. Yo quiero ropa. No me la habéis traído… Bueno. Yah… No la necesito ya. Me bañaré. Esper- … No os vayáis…

Bajando la cabeza me quedaba solo, el hombre se retiraba sin decir mucho y con suavidad me abrazaba a mí mismo, mirando a un lado y al otro, me apoyaba en el marco de la puerta de la habitación y lentamente me adentraba, como medio rodando, hasta tirarme como un palo en la cama, me acurrucaba y olisqueaba todo lo que estaba cerca. Gimoteando por el solo hecho de haberme quedado solo y sin siquiera un libro para poder entretenerme. Cantaría. Eso haría mientras me daba una ducha de agua tibia.

_____________________________________________
-Continuación-

[…]Negándose a que pidiera, sin decirle algo de él, negándole esa información, sin explicarle a donde salía por las noches, le había dejado cantar, tocar el piano por haberle complacido pero ahora que siempre salía con incógnitas le dejaba refugiarse en sus actividades, como el hacía desapareciendo, permaneciendo en esas estancias prohibidas para él. Sin embargo la necesidad de verlo, de estar a su lado le atormentaba, salía tras él, le tomaba como una bestia, ignorando sus evocaciones, sin ver aquella tristeza que la única manera era copulando por desearlo con locura.



El deseo era tormentoso, el dolor era demasiado profundo. El brillo del ángel era como una pluma descolorida. Es por que el cuervo no decía nada, no había información, no había conversación. Los sentimientos se hacían consistentes, duros, perfectos. Pero en realidad no había nada... Las canciones que creaba el ángel eran solo para Nicolás. Las melodías, todo se convertía en él. “Él, él y solo él”. Al cuervo le gustaba, escondía ese sentimiento de placer al verlo cantar. Pero el ángel sabía que pronto lo haría caer. O al menos eso pensaba, eso creía. Pero nunca se imaginaba que es lo que sucedería.

El dolor y sufrimiento se hacían constantes, todas las noches o noche por media, la tortura era la vigilante de la recamara del pecado. Las lágrimas que como escaramuza se retorcían. Gritos, rasguños, golpes. El ángel atormentaba todo. La violencia y la agresión eran veneno común. Pero un veneno que se calmaba con una caricia y se volvía sal. Acurrucado todas las noches que podía en el pecho del cuervo. Acurrucándose entre esas plumas que eran estacas. Ya no había suavidad, las peleas se hacían constantes. El cuervo no hacía nada bien. Iba, copulaba y se marchaba. El ángel sentía el olor de otras personas en él. Tanto que la venganza era lo único que lo tranquilizaba, destrozarle algo valioso, pero no tanto. Solo se jactaba en romperle adornos, hacerlo quedar mal frente a las personas. Gritando desde su alcoba. Era una guerra a sangre fría.

Una guerra que solo se solucionaría con información. Es por que Hero le contaba todo, le hablaba siempre que podía, le recitaba poemas que del alma le salían, intentaba brillar para el cuervo, que era solo oscuridad. Pero él no quería, parecía que se quemaba con cada toque de hermosura que le daban. Por qué? Por qué era tanto el sufrimiento que tenían que aguantar por no decir las palabras justas? Era ese el castigo que ambos tenían. La maldición era eterna para ambos. Una maldición que nunca se curaría. A menos que el amor se equilibre entre los dos.

Entre más tiempo pasaba, las cosas peor se ponían. Llegado al punto de que el ángel solo se dejaba hacer por el mayor. No gemía, no le susurraba frases al oído cuando en la cama estaban. No se vestía y algunas veces, solo con un pijama se quedaba, destruido y desgraciado. Mirando a la nada, escribiendo en las paredes. Al ángel le salía cola de demonio. El oriental se jactaba por dañar al mayor, lo acosaba cuando podía, atrapándolo contra los rincones le preguntaba cosas de su pasado. Siempre la misma respuesta negativa. Arañazos, golpes, llantos y corridas. El ángel se retiraba y el castigo era dado. Pero ya ni siquiera eso servía para parar aquel sentimiento doloroso que los mantenía unidos, las miradas eran profundas, pero sin revelarse nada.

“Nada, nunca, jamás. Todo, siempre, hasta el final”


Los abrazos eran solo un segundo de distracción, hasta que Nicolás salía marchando y cerraba la puerta en el rostro de Hero. Apretando los dedos contra las puertas. Siempre era lo mismo y de allí salían los gritos que volvían loco a la oscuridad. Qué es lo que haría? Eso no podía seguir así, el cuervo decidía que tenía que meditar. Pero el ángel, la paloma blanca, no quería irse de su lado. Aún con todo el dolor que le albergaba. No deseaba. Solo había una salida para él y era la de la verdad. Solo un par de palabras, cosas no tan superficiales. “De donde habéis venido?, Que hacíais cuando eras humano?” Eran preguntas simples. Pero era imposible tener una respuesta a algo. La luz de la paloma se extinguía, ya no había deseos de tocar el piano, de cantar o leer. Solo en su cuarto se arrojaba cuando podía. Se hacía un ovillo hambriento, pues del amo no comía. El placer se lo negaba, no dejaba que de su fuente salgan más deseos, tragándoselo todo, que luego salía con llantos de mil demonios.

Eran los gritos perturbadores; cuando el volcán estallaba. Pero el cuervo huía de esas situaciones, se retiraba a hacer su vida de ave maldita, dejando solo a la paloma. La paloma que sufría en soledad y angustia al igual que el otro. Pero Nicolás no lo demostraba, como una estatua de marfil se quedaba. Pero él sabía que estaba dolido. Estaba completamente seguro de que algo sucedía pero “Qué?”. No tenía idea. Necesitaba tiempo y tiempo se daría. Así es como se tomó una decisión. El hecho de que debían separarse. El cuervo lo quería dejar. Pero el ave blanca no lo permitía. Forzaba las cosas, intentaba cambiar y ponerse bien. Le sonreía y volvía a cambiarse, se pasaba aceite en su cuerpo, se ponía los trajes más exóticos que había, le bailaba relucientemente y de esa forma lo mantenía por un tiempo más. Lo engatusaba nuevamente. Es por que era imposible resistirse a su piel, a su encantadora manera de gemir. Que como una gata en celo podía poner caliente a cualquiera. Toques por arriba y por abajo y las nuevas sensaciones se hacían un privilegio. Reía y lo besaba. Y dos semanas más lo obligaba. Pero nada. Siempre se volvía a lo mismo. Hero, podía retener su curiosidad un poco. Pero siempre terminaba volviendo a rogar. Y lloraba en sus pies para que le dijera algo y como maldito loco, Nicolás decía que no. “Y cuánto tiempo? Cuanto tiempo tengo que esperar?” Preguntaba la pura imagen del conejo, con esos ojos brillosos de lágrimas, con esos labios relucientes como cerezas.

El encierro nuevamente, pero ahora, permanente. Se le había prohibido todo y ahora solo el calabozo era su cuarto. Allí se mantenía acurrucado, llorando cada vez que a alguien veía, buscando compasión, pero nadie se la daba. Cada vez que el cuervo venía, sus sirvientes aparecían antes, para bañarlo y dejarlo limpio y perfumado. Así el amo se hacía pasar por un vil señor feudal. Era el rey de todo y el conejo era uno de sus reinos colonizados. Lo conquistaba una y otra vez, con cada noche se hacía más infernal, violaciones profundas, salvajes y violentas. El amor era algo que estaba muy lejano o quizá estaba allí mismo, pero se cubría con el velo del odio y el terror. El sentimiento era devastador, el ángel perdía esa esperanza que siempre relucían en sus ojos y esperaba la noche exacta para poder pedir por favor ser liberado. Mirando hacia el piso, como una muñequita rota. El cuervo no quería escucharlo. Huía de sus palabras, provocando que la oportunidad nunca se presente.

El ángel lloraba sobre la puerta, apoyando los dedos sobre la madera. “Alguien, alguien por favor”. Mientras sus ojos se desvivían por piedad. Su piel blanca tomaba un tono rosado. Las marcas en su cuerpo, en su fina piel. Los labios carcomidos por cada noche que pasaba. Temblando, pidiendo por alimento, por libertad. Pues del amo se negaba a beber. Si no le daba información, entonces nada dejaría que le den. Y así pasaba la hambruna en vela. Su cuerpo se achicaba a cada minuto que el reloj marcaba, sus huesos, que ya por su estructura física se le notaban, ahora salían como clavos por sus ejes. Se mantenía sobre la puerta y la pared de piedra, sintiendo la frialdad del material. Mirando hacia arriba como si esperase que un dios bajara a ayudarle. Sus uñas se rompían por como rasqueteaba la madera de la puerta; dando gritos de dolor, se hacía un ovillo en el piso y esperaba a que pronto se le repongan las heridas. Pero nunca lo hacían. Nicolás se aseguraba de que las heridas sigan en pie. Aun cuando se quejaba de que no estaba hermoso como antes. Claro que no. Los ojos del ángel eran un desastre. La piel, los cabellos. La forma de caminar y agarrar las cosas. Se quería ir, buscaba huir de ese lugar con pena, con la pena de que hubiera sido vencido. Todo eso que el ángel se pensaba que pasaría… Toda esa esperanza había sido rota de la forma más terrible. Y ahora, solo el deseo de irse muy lejos era lo que persistía. Sabía que amaba al cuervo, lo sabía, lo podía sentir. Pero no. No podía soportar eso. En los momentos en soledad se imaginaba hablando con él. Pero en realidad solo hablaba solo. Se quedaba mirando a la pared, haciendo movimientos de que le servía una copa. Hablando con humor y dulzura. Pero cuando notaba que no era real, las lágrimas se salían, pero aún mantenía la risa. Se cubría y se tiraba al colchón. Quebrándose una y otra vez. No paraba, el dolor era infinito.

El cuervo no sabía cómo reaccionar, verlo de esa forma lo lastimaba, quería que deje de llorar. Quería que sea el mismo de antes. Pero era imposible, los ojos de su querubín ya no eran los mismos. Al verlo, solo sentía tristeza y depresión, pensando que él era el culpable de todo. Cada día que pasaba, menos quería entregarlo a la libertad. Los papeles se habían invertido, ahora era el cuervo el que no quería que se vaya. Pero el ángel, el ángel perdía sus alas. Sus plumas se rompían y quedaba quebrado. Sin poderse reparar, solo el aleteo que sin cielo no podía ir a ningún lado. Hasta que un día, un día sucedió. El cuervo entro al calabozo del querubín, le miró y esperó. Allí terminaría todo. Sería el comienzo y el fin. Solo una palabra podría ser la que cambiara todo. “Vete”, “Se libre”. Qué es lo que le diría? Pues el querubín no sabía, solo podía mirarlo con los ojos perdidos. Ojos de un niño que no sabe que pedir para navidad. Perdido entre las sombras de un universo al que no pertenecía. Las cosas estaban demasiado lejanas. Ya nada era palpable. El ángel se preguntaba si su vida anterior realmente existía o había sido producto de su imaginación. No terminaba de entender que era real y que era mentira. Solo tenía entendido que amaba al ser que estaba frente a él. Pero que no podía vivir de esa forma. Simplemente, no había vida.

“Qué es lo que harás fruta podrida que no sabes dónde disparar? El cielo se derrumba sobre nosotros y tenemos que huir. Eres la llama más bella. Pero de este modo, de este modo no podemos vivir.”
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