AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
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Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
El desasosiego había invadido a Crystall, la llegada de Dalma Folckò a su vida estaba cambiando todo. ¿Para bien? Crystall no estaba segura.
Tanto era el cambio que se encontraba sola en aquella función de Gitanos, eran criaturas extraordinarias y según lo que le contó su hermano él se enamoró de una... ¿El destino haría que Crystall la conociere? No lo sabía, auqnue era evidente que lo deseaba, tanto como deseaba a su esposo. Pero también había asistido para conocer gitanos, recibir consejos de ellos. Claro, no les diría que trabaja con la muerte o que su poder nigromante es tan poderoso que puede someter hasta el fantasma más indomable.
La función pronto empezaría y aunque Crystall trató de emocionarse cual niña, como lo haría en presencia de Derek, cuando Dalma no estaba. No pudo y eso le entristeció, nunca se imaginó que su mejor amiga, le resultaría una carga, siempre quería estar a su lado y ahora se irritaba por saber que había regresado del mundo de la muerte.
El espectáculo comenzó, era tan diferente a un circo cualquiera que le causó gran interés a la bruja. Vio las danzas y también dentro de la visión espectral a almas y fantasmas en armonía, bailando como si vivieran y los gitanos se complementaban con ellos como si los vieran y entonces Crystall se preguntó, –¿Será posible que los gitanos vean a los fantasmas a voluntad propia, tengan contacto con almas y energías?– y ese pensamiento le hizo temblar de miedo, como si se tratase de algo que ella no conociera y le aterrara. Pero después difuminó la idea y casi se echa a reír, más por su mente retorcida que por el show gitano.
–Dios, la locura está regresando a mi, enviame a alguien a retomar el camino. No quiero volver a ser una asesina.– imploró aunque comprendía que no iba poder evitar volver a matar, escapar de la aura de maldad que la rodeaba, de las almas, energías y espectros que la asediaban y a penas la dejaban respirar.
Tanto era el cambio que se encontraba sola en aquella función de Gitanos, eran criaturas extraordinarias y según lo que le contó su hermano él se enamoró de una... ¿El destino haría que Crystall la conociere? No lo sabía, auqnue era evidente que lo deseaba, tanto como deseaba a su esposo. Pero también había asistido para conocer gitanos, recibir consejos de ellos. Claro, no les diría que trabaja con la muerte o que su poder nigromante es tan poderoso que puede someter hasta el fantasma más indomable.
La función pronto empezaría y aunque Crystall trató de emocionarse cual niña, como lo haría en presencia de Derek, cuando Dalma no estaba. No pudo y eso le entristeció, nunca se imaginó que su mejor amiga, le resultaría una carga, siempre quería estar a su lado y ahora se irritaba por saber que había regresado del mundo de la muerte.
El espectáculo comenzó, era tan diferente a un circo cualquiera que le causó gran interés a la bruja. Vio las danzas y también dentro de la visión espectral a almas y fantasmas en armonía, bailando como si vivieran y los gitanos se complementaban con ellos como si los vieran y entonces Crystall se preguntó, –¿Será posible que los gitanos vean a los fantasmas a voluntad propia, tengan contacto con almas y energías?– y ese pensamiento le hizo temblar de miedo, como si se tratase de algo que ella no conociera y le aterrara. Pero después difuminó la idea y casi se echa a reír, más por su mente retorcida que por el show gitano.
–Dios, la locura está regresando a mi, enviame a alguien a retomar el camino. No quiero volver a ser una asesina.– imploró aunque comprendía que no iba poder evitar volver a matar, escapar de la aura de maldad que la rodeaba, de las almas, energías y espectros que la asediaban y a penas la dejaban respirar.
Última edición por Crystall Van Wijs el Lun Mar 04, 2013 1:27 am, editado 2 veces
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Había sido un simple capricho el que había guiado sus pasos hasta aquel sitio. El sonido de la música en el fondo que tomaba forma a los oídos de los presentes, un sonido que pocas veces había escuchado, con esos cambios que se acoplaban a los gitanos que se movían con gracia por esos lugares. No se veía afectado por la alegría o la nostalgia de lo que se transmitía. Pero eso no quitaba el interés y la curiosidad de moverse por ahí, con sus pasos ligeros a los que nadie prestaría atención, el barullo y todo lo que acontecía no dejaría que su presencia fuese algo que tuviese importancia. Eso le gustaba.
Las razones que le habían hecho seguir el impulso, real como el de un niño, es que nunca había observado un lugar así, ni en su infancia ni después. tal vez a lo lejos había observado una vez, sin nunca tener la oportunidad o las ganas de interactuar con ese ambiente, que algunos acusaban de enrarecido. No sabía si era su propia naturaleza o si era por la poca importancia que le daba a la mayoría d las cosas, pero no lo notaba de esa forma.
Se sentó a observar aquel espectáculo, sin pensar en nada, meramente un espectador esperando ser sorprendido aunque fuese en la más ínfima de las formas. Y entonces de la nada escuchó aquello, un pensamiento y soltó una carcajada -Esas son tus preocupacuiones -Su voz era calmada y en un tono que dejaba ver la gracia que le habían hecho esas palabras -Se inclinó hacia esa persona que estaba casi delante de él -Si te preocupa es que no deberías serlo, o es que crees que tendrá un castigo?- Acarició sus cabellos de forma apenas perceptible, un movimiento casi fugaz -Pero si ya lo has hecho, de qué te sirve preocuparte de esa manera? -Susurró casi a su oído observando el espectáculo que seguía su rumbo allá frente a ellos -¿No crees que carece de sentido hacerlo? - Su voz era suave, como una invitación, aunque claramente no lo era, solo estaba diciendo lo que creía.
Las razones que le habían hecho seguir el impulso, real como el de un niño, es que nunca había observado un lugar así, ni en su infancia ni después. tal vez a lo lejos había observado una vez, sin nunca tener la oportunidad o las ganas de interactuar con ese ambiente, que algunos acusaban de enrarecido. No sabía si era su propia naturaleza o si era por la poca importancia que le daba a la mayoría d las cosas, pero no lo notaba de esa forma.
Se sentó a observar aquel espectáculo, sin pensar en nada, meramente un espectador esperando ser sorprendido aunque fuese en la más ínfima de las formas. Y entonces de la nada escuchó aquello, un pensamiento y soltó una carcajada -Esas son tus preocupacuiones -Su voz era calmada y en un tono que dejaba ver la gracia que le habían hecho esas palabras -Se inclinó hacia esa persona que estaba casi delante de él -Si te preocupa es que no deberías serlo, o es que crees que tendrá un castigo?- Acarició sus cabellos de forma apenas perceptible, un movimiento casi fugaz -Pero si ya lo has hecho, de qué te sirve preocuparte de esa manera? -Susurró casi a su oído observando el espectáculo que seguía su rumbo allá frente a ellos -¿No crees que carece de sentido hacerlo? - Su voz era suave, como una invitación, aunque claramente no lo era, solo estaba diciendo lo que creía.
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Mientras Crystall se debatía con sus argumentos escuchó una voz de sosiego que le opinaba sobre las preocupaciones que atormentaban a Crystall, y es qué, quizás él tenía razón, la bruja estaba tomando todo de una manera no sólo drástica, sino también exagerada. Pero dentro de todo el drama de Crystall se comprendían varias cosas que aquel seductor a su espalda no conocía.
Crystall suspiró, se trataba de un vampiro. Lo sabía porque una de las almas junto a ella se lo había dicho, un alma atada a ella. Pero Crytall no dijo nada, solo pensó pues si aquel vampiro dedicó aquellas palabras tan acertadas, era porque leía los pensamientos de la bruja.
—Cuando uno encuentra la felicidad intenta protegerla a toda costa. Pero cuando has huido de tus responsabilidades por tanto tiempo y éstas te alcanzan tu vida cambia— Crystall suspiró, de pronto el espectáculo no le parecía tan interesante y no era por la incomodidad de estar con un vampiro que no le había ni visto el rostro. —Debido a un suceso de mi pasado me dediqué a matar inquisidores. Me llenaba hacerlo era lo que para ustedes era la sangre, bajo una locura de sadismo atormentaba a aquellos perros. Sí, podría sumirme en la felicidad que vivo y no volver a matar... ¿pero entonces quién se encargara de la inquisidora que me amenaza a mí y a mi esposo? Mi vida con él me ha segado y costado casi la vida de él. Tengo poder sobre los muertos, su fuerza es la mía— y Crystall se detuvo, ¿por qué le estaba contando todo eso a aquel vampiro?, ¿quién le aseguraba que no era un condenado?, ¿cuál era el propósito de aquel vampiro? Crystall no lo sabía y no intentaba descifrarlo, pues el bebedor de sangre se percataría de ello.
Sólo le quedaba ¿confiar en él?, pero ¿confiar en qué?
—Aunque de una cosa sí estoy segura, si vuelvo a matar no pararé—
Crystall suspiró, se trataba de un vampiro. Lo sabía porque una de las almas junto a ella se lo había dicho, un alma atada a ella. Pero Crytall no dijo nada, solo pensó pues si aquel vampiro dedicó aquellas palabras tan acertadas, era porque leía los pensamientos de la bruja.
—Cuando uno encuentra la felicidad intenta protegerla a toda costa. Pero cuando has huido de tus responsabilidades por tanto tiempo y éstas te alcanzan tu vida cambia— Crystall suspiró, de pronto el espectáculo no le parecía tan interesante y no era por la incomodidad de estar con un vampiro que no le había ni visto el rostro. —Debido a un suceso de mi pasado me dediqué a matar inquisidores. Me llenaba hacerlo era lo que para ustedes era la sangre, bajo una locura de sadismo atormentaba a aquellos perros. Sí, podría sumirme en la felicidad que vivo y no volver a matar... ¿pero entonces quién se encargara de la inquisidora que me amenaza a mí y a mi esposo? Mi vida con él me ha segado y costado casi la vida de él. Tengo poder sobre los muertos, su fuerza es la mía— y Crystall se detuvo, ¿por qué le estaba contando todo eso a aquel vampiro?, ¿quién le aseguraba que no era un condenado?, ¿cuál era el propósito de aquel vampiro? Crystall no lo sabía y no intentaba descifrarlo, pues el bebedor de sangre se percataría de ello.
Sólo le quedaba ¿confiar en él?, pero ¿confiar en qué?
—Aunque de una cosa sí estoy segura, si vuelvo a matar no pararé—
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Realmente mientras escuchaba sus palabras y veía el espectáculo frente a él. La magia de lo que los gitanos podía hacer era algo que sorprendería a muchos, pero probablemente no a quien puede romper las leyes naturales en cada movimiento o con su misma existencia. No dijo nada hasta que ella paró de hablar, para quien le viera, parecería que no había escuchado nada de lo que le decían, lo había hecho, porque más mal que bien había captado su interés ¿Así que una cazadora de inquisidores? Soltó una risotada, un sonido que tenía algo de lo sobrenatural que era como vampiro.
-Te debates porque darías todo por ello, pero al mismo tiempo no quieres ser una asesina. No entiendo tu preocupación. No pareces decidida a darlo todo, porque de ser así, ya le habrías matado sin importar en lo que te convertirías - Tan simple como era, el no podía entender las sutilezas y la felicidad de la que ella hablaba -¿Y él para qué sirve? ¿O es que realmente no puede hacer nada? Porque seguramente él lo sabe ¿O es que hay algo que le impida a él mismo 'proteger' eso que tu quieres? - Muchas preguntas, más de las que solía hacer y alguna vez había hecho, sin duda. Si, podía ver en su mente, pero cuando hacías cosas como esa, a veces era contraproducentes, si ella tenía demasiadas cosas en esa cabecita suya, el no quería verse inmerso directamente en ello.
Pero la genuina duda era ¿por qué ella estaba ahí rompiéndose con esos pensamientos -Tal vez es que quieres dejarlo fuera de esto. Pero me han dicho muchas veces una cosa, que yo no sé si es verdad o no y realmente no me interesa. ¿No deberían actuar juntos? - Él tenía sus propios problemas de los cuáles no hablaría, pero solo ello le hacía hablar, tal vez con el afán de tranquilizarse en cuanto a ese tema. Su amante, parecía estarle pidiendo algo que él no comprendía o bien, algo que creía ya estaba dicho -Esas palabras inútiles que suelen decir, ¿No es también su felicidad estar contigo? Protegerlo entre ambos o tonterías así -Empezó a notarse un ligero fastidio en su voz ante esas cosas -Si crees que enloquecerás y te volverás alguien que no quieres ¿Qué no debería estar él ahí para ayudarte? - ya que parecía que para ella era malo todo eso, para Jin simplemente era. Él no sentía remordimientos, sin importar a las personas que tuviese que matar solo por mantener su aparente tranquilidad. Para alimentarse, porque le estorbaban, jamás se paraba a pensar. Y las vidas que había evitado eliminar era porque actuaba por su propio egoísmo o impulso. y ahora que lo pensaba, tenía ganas de indagar un poco, pero esperaría ver si aquella conversación seguiría o no.
-Te debates porque darías todo por ello, pero al mismo tiempo no quieres ser una asesina. No entiendo tu preocupación. No pareces decidida a darlo todo, porque de ser así, ya le habrías matado sin importar en lo que te convertirías - Tan simple como era, el no podía entender las sutilezas y la felicidad de la que ella hablaba -¿Y él para qué sirve? ¿O es que realmente no puede hacer nada? Porque seguramente él lo sabe ¿O es que hay algo que le impida a él mismo 'proteger' eso que tu quieres? - Muchas preguntas, más de las que solía hacer y alguna vez había hecho, sin duda. Si, podía ver en su mente, pero cuando hacías cosas como esa, a veces era contraproducentes, si ella tenía demasiadas cosas en esa cabecita suya, el no quería verse inmerso directamente en ello.
Pero la genuina duda era ¿por qué ella estaba ahí rompiéndose con esos pensamientos -Tal vez es que quieres dejarlo fuera de esto. Pero me han dicho muchas veces una cosa, que yo no sé si es verdad o no y realmente no me interesa. ¿No deberían actuar juntos? - Él tenía sus propios problemas de los cuáles no hablaría, pero solo ello le hacía hablar, tal vez con el afán de tranquilizarse en cuanto a ese tema. Su amante, parecía estarle pidiendo algo que él no comprendía o bien, algo que creía ya estaba dicho -Esas palabras inútiles que suelen decir, ¿No es también su felicidad estar contigo? Protegerlo entre ambos o tonterías así -Empezó a notarse un ligero fastidio en su voz ante esas cosas -Si crees que enloquecerás y te volverás alguien que no quieres ¿Qué no debería estar él ahí para ayudarte? - ya que parecía que para ella era malo todo eso, para Jin simplemente era. Él no sentía remordimientos, sin importar a las personas que tuviese que matar solo por mantener su aparente tranquilidad. Para alimentarse, porque le estorbaban, jamás se paraba a pensar. Y las vidas que había evitado eliminar era porque actuaba por su propio egoísmo o impulso. y ahora que lo pensaba, tenía ganas de indagar un poco, pero esperaría ver si aquella conversación seguiría o no.
Última edición por Jin Kanishia el Vie Ene 11, 2013 2:35 pm, editado 1 vez
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Crystall meditó un momento en aquellas palabras, y le entró una curiosidad de ver al vampiro que le hablaba a su espalda, giró la cabeza mirándolo hacía arriba. Era oriental y tenía un semblante liberal. La bruja se percató de que junto a él había una butaca vacía, saltó al nivel donde él se hallaba y se sentó a un lado.
Se dedicó a contemplarle curiosa, como si no hubiera visto un vampiro en su vida, con gran fascinación lo miró que sintió que éste se incomodo, Crystall sonrió y desvió la mirada la espectáculo que no se detenía por la conversación.
—Quizás sobreestimo a mi amado, confío demasiado en mis poderes y los de él se me hacen ten inofensivos que no lo creo capaz para enfrentar a la inquisidora que quiere matarnos— y pensó en Derek, lo recordó haciendo su magia, sonriente y con un aura blanca a su alrededor, un aura que no conocía la maldad. No solamente los poderes entre ellos eran un contraste, sino también sus personalidades.
—Mi amado casi muere en un enfrentamiento, ¿cómo podría sentirme segura de que él se las arreglaría solo? He matado a muchas personas, pero nunca tan hábiles o mortales como la inquisidora que anda detrás de nuestros pasos— Crystall pensó en su pasado, en su tragedia, en el dolor que vivió tantos años atrás.
—Sin embargo, tienes razón. Yo debo de hacer lo que debo de hacer, y debe de ser su deber velar por mi, no arriesgando su vida en combates que sé no ganará, sino, como el calmante que la adrenalina asesina tomará posesión de mí— y de pronto sintió ganas de matar, de buscar inquisidores y hacer lo que ellos, enviarlos a los infiernos.
—¿Si te dijera que existe un elixir que te volvería mortal beberías de él?, ¿te amas como eres?— de pronto le preguntó, pues según sus respuestas pensaría evaluar sus propias decisiones.
Se dedicó a contemplarle curiosa, como si no hubiera visto un vampiro en su vida, con gran fascinación lo miró que sintió que éste se incomodo, Crystall sonrió y desvió la mirada la espectáculo que no se detenía por la conversación.
—Quizás sobreestimo a mi amado, confío demasiado en mis poderes y los de él se me hacen ten inofensivos que no lo creo capaz para enfrentar a la inquisidora que quiere matarnos— y pensó en Derek, lo recordó haciendo su magia, sonriente y con un aura blanca a su alrededor, un aura que no conocía la maldad. No solamente los poderes entre ellos eran un contraste, sino también sus personalidades.
—Mi amado casi muere en un enfrentamiento, ¿cómo podría sentirme segura de que él se las arreglaría solo? He matado a muchas personas, pero nunca tan hábiles o mortales como la inquisidora que anda detrás de nuestros pasos— Crystall pensó en su pasado, en su tragedia, en el dolor que vivió tantos años atrás.
—Sin embargo, tienes razón. Yo debo de hacer lo que debo de hacer, y debe de ser su deber velar por mi, no arriesgando su vida en combates que sé no ganará, sino, como el calmante que la adrenalina asesina tomará posesión de mí— y de pronto sintió ganas de matar, de buscar inquisidores y hacer lo que ellos, enviarlos a los infiernos.
—¿Si te dijera que existe un elixir que te volvería mortal beberías de él?, ¿te amas como eres?— de pronto le preguntó, pues según sus respuestas pensaría evaluar sus propias decisiones.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Le observó finalmente dirigir su rostro hacia él. Se le quedó viendo mientras ella tomaba el lugar a su lado. Su mirada más que incomodarle le ocasionó una sensación curiosa e hizo un ligero gesto con una de sus cejas al notar que se había quedado más tiempo del que esperaba -Algo te llama en particular la atención al verme? -Dijo tras un momento, eso de escuchar los problemas de otros de verdad no era para él, pero había escuchado como pocas veces, tal vez porque lo que decía no era exactamente lo que hubiese esperado, al menos no cuando hablo de su esposo o lo que fuese.
Tomó, sin preocuparse sobre sus actos, la mano de ella. Se sentía cálida y suave, en un sentido diferente al de su propia piel, si, tan diferente, la acercó a su rostro, contra su piel pálida y firme. Pero aún podía sentirse cierta textura que en otros vampiros más antiguos, como la de su creador, ya no se percibían.
Eso último que había dicho. Exacto, eso era más o menos a lo que se refería con lo que había dicho antes, algo como eso justamente. Le mordió suave al mover su rostro, solo haciendo ligera presión sobre su piel, solo para rozarle con sus colmillos. Luego soltó su mano -A algo como eso me refería-Dijo como quien actúa con suma normalidad, en realidad no lo entendía mucho , las palabras se le habían ido incluso si no sabía con qué intención las había pronunciado.
Sonrió con suma confianza ante su pregunta -Por supuesto ¿Por qué no habría de hacerlo? Un elixir para la vida eterna, dices, pero me preguntas a mi que soy prácticamente inmortal comparándome con alguien como tu - Soltó una carcajada antes de decir algo más - Pero si existiera tal cosa y fuese humano, probablemente actuaría en pos de mis deseos, si ser inmortal me llevara a ellos, lo haría y si no, realmente no me interesaría - Lo cierto es que ese carácter que tenía ahora, también lo había tenido de humano, claro, con ciertas cosas que el tiempo había cambiado. Y nunca ambicionó nada como la vida eterna, más bien solo vivir lo que quería, como quería. incluso había deseado la muerte pero en su lugar había pasado esto, había sido transformado y tal y como era simplemente aprovechó lo que se le había presentado -¿Tu lo deseas? Una vida inmortal? Pero sigue sonando como siempre, a un cuento de hadas con sus recovecos macabros - Esa idea le daba, por lo menos.
Tomó, sin preocuparse sobre sus actos, la mano de ella. Se sentía cálida y suave, en un sentido diferente al de su propia piel, si, tan diferente, la acercó a su rostro, contra su piel pálida y firme. Pero aún podía sentirse cierta textura que en otros vampiros más antiguos, como la de su creador, ya no se percibían.
Eso último que había dicho. Exacto, eso era más o menos a lo que se refería con lo que había dicho antes, algo como eso justamente. Le mordió suave al mover su rostro, solo haciendo ligera presión sobre su piel, solo para rozarle con sus colmillos. Luego soltó su mano -A algo como eso me refería-Dijo como quien actúa con suma normalidad, en realidad no lo entendía mucho , las palabras se le habían ido incluso si no sabía con qué intención las había pronunciado.
Sonrió con suma confianza ante su pregunta -Por supuesto ¿Por qué no habría de hacerlo? Un elixir para la vida eterna, dices, pero me preguntas a mi que soy prácticamente inmortal comparándome con alguien como tu - Soltó una carcajada antes de decir algo más - Pero si existiera tal cosa y fuese humano, probablemente actuaría en pos de mis deseos, si ser inmortal me llevara a ellos, lo haría y si no, realmente no me interesaría - Lo cierto es que ese carácter que tenía ahora, también lo había tenido de humano, claro, con ciertas cosas que el tiempo había cambiado. Y nunca ambicionó nada como la vida eterna, más bien solo vivir lo que quería, como quería. incluso había deseado la muerte pero en su lugar había pasado esto, había sido transformado y tal y como era simplemente aprovechó lo que se le había presentado -¿Tu lo deseas? Una vida inmortal? Pero sigue sonando como siempre, a un cuento de hadas con sus recovecos macabros - Esa idea le daba, por lo menos.
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
—Si, aunque no estoy segura de que se trata— respondió a la primera pregunta.
El vampiro tomó su mano sin reparar en la falta de educación que eso representaba, aunque para Crystall el mundo de la clase alta le era nuevo. Aquel acto no le procuró molestia. La mano fría y pálida del vampiro, cogía la de Crystall con sutileza y de la misma forma la llevó al rostro, para que Crystall lo acariciara, sintiera la piel distinta a la de ella. La mano de la bruja se deslizaba lentamente guiada por el vampiro y de pronto, sintió una presión sobre su piel y cerró los ojos, tan sólo un instante en el que los colmillos rozaron su piel, tan sólo un instante en que Crystall experimentó un placer diferente. Y abrió los ojos deseosa de volver a sentir esa presión sobre su piel.
La mano de Crystall había abandonado su rostro y el siguiente argumento del vampiro no logró captarlo en su totalidad, de hecho, le puso atención cuando soltó la carcajada rompiéndola del trance que sobre ella se cernía el tocar la piel del vampiro, de aquella mordida.
—Yo no buscó la inmortalidad, la vida es algo banal uno puedo encontrar una satisfacción para toda su vida o puede que no... ¿pero como un inmortal puede encontrar algo que le sacie por la eternidad? Sé que mis argumentos sobre ustedes son obsoletos, simplemente porque no conozco esa inmortalidad, ni siquiera estoy segura de lo que la sangre provoca en ustedes— y se detuvo, dejó de ver al vampiro y se concentró en la función.
—Mi nombre es Crystall... Crystall Van Wijs— pero no espero escuchar el nombre del vampiro, tan sólo creyó correcto decirle su nombre a la persona que la escuchaba y le orientaba.
—¿Hay personas que te han pedido que bebas de ellas?, y no me refiero a que les des la inmortalidad, simplemente entregarte su sangre— preguntó de forma natural, sin pensarlo con detenimiento pues algo en ella deseaba sentir de nuevo los colmillos en su piel, pero esta vez con más profundidad.
El vampiro tomó su mano sin reparar en la falta de educación que eso representaba, aunque para Crystall el mundo de la clase alta le era nuevo. Aquel acto no le procuró molestia. La mano fría y pálida del vampiro, cogía la de Crystall con sutileza y de la misma forma la llevó al rostro, para que Crystall lo acariciara, sintiera la piel distinta a la de ella. La mano de la bruja se deslizaba lentamente guiada por el vampiro y de pronto, sintió una presión sobre su piel y cerró los ojos, tan sólo un instante en el que los colmillos rozaron su piel, tan sólo un instante en que Crystall experimentó un placer diferente. Y abrió los ojos deseosa de volver a sentir esa presión sobre su piel.
La mano de Crystall había abandonado su rostro y el siguiente argumento del vampiro no logró captarlo en su totalidad, de hecho, le puso atención cuando soltó la carcajada rompiéndola del trance que sobre ella se cernía el tocar la piel del vampiro, de aquella mordida.
—Yo no buscó la inmortalidad, la vida es algo banal uno puedo encontrar una satisfacción para toda su vida o puede que no... ¿pero como un inmortal puede encontrar algo que le sacie por la eternidad? Sé que mis argumentos sobre ustedes son obsoletos, simplemente porque no conozco esa inmortalidad, ni siquiera estoy segura de lo que la sangre provoca en ustedes— y se detuvo, dejó de ver al vampiro y se concentró en la función.
—Mi nombre es Crystall... Crystall Van Wijs— pero no espero escuchar el nombre del vampiro, tan sólo creyó correcto decirle su nombre a la persona que la escuchaba y le orientaba.
—¿Hay personas que te han pedido que bebas de ellas?, y no me refiero a que les des la inmortalidad, simplemente entregarte su sangre— preguntó de forma natural, sin pensarlo con detenimiento pues algo en ella deseaba sentir de nuevo los colmillos en su piel, pero esta vez con más profundidad.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Jin le observó con esa sonrisa llena de confianza, una que aunque estuviese en desventaja solía salir a relucir. Sus reacciones o lo que por su mente pasara, era algo que el podría leer, aunque muchas veces ignoraba cosas como esa -Como dije, amo quien soy, vampiro o no - Si, incluso antes tenía ese amor propio, si había buscado la muerte había sido solo un momento en el que todo se volvió como era ahora. Una vez sintiendo la sangre del vampiro y se había convertido en uno, escapó asegurándose seguir existiendo hasta ahora. No tanto tiempo, no era tan anciano - No hay diferencia. Tu vida y la mía. Los dos podemos morir, yo con la luz del día, tu con otras tantas cosas - Sus manos tomaron un mechón de sus cabellos color azabache. Incluso si los suyos también eran oscuros, podía sentirlos diferente entre sus dedos -No soy inmortal, ni pretendo serlo, solo he de vivir mucho más tiempo - Se había acercado a susurrar a su oído aquello - Mi tiempo es diferente, lo que a ti te parece mucho, a mi ahora me parece un pestañeo - Era cierto, su forma de ver las cosas había cambiado todo, y si una década para él era como vivir una semana le parecía era casi lo mismo, era como comparar un insecto con un humano, ¿no era exactamente lo mismo?
-La sangre es la que nos mantiene vivos... cuando llega a mis labios provoca ese éxtasis que recorre todo mi cuerpo, justo probablemente como un placer que tu puedes sentir por otros medios... y mi mordida puede causarte un efecto similar, ¿lo sabes? Puedo hacerte olvidar todo en el momento en que mis colmillos se clavasen n tu piel, ¿qué siento? lo que quires saber no es ¿cóo se sentiría si realmente lo hago? - Una caricia con su nariz recorriendo el camino hasta su cuello, acercando sus labios -¿Quieres saberlo? Puedo hacerte estremecerte tan solo con eso- susurró con voz baja acariciando la piel con sus labios -Es como el placer que sientes durante el sexo ¿quieres probar? -Dijo con un tono de malicia en la voz. Lo veía, sus palabras en esa pregunta -No, nunca alguien se ha ofrecido a darme de su sangre... probablemente porque no les he dado ningún tiempo para hacerlo- No solía hablar, si quería sangre, la tomaba, incluso si debía forzarlos. Había un placer malsano en eso también. Sin embargo, obtener algo sin hacer eso, también le sonaba de un modo bastante satisfactorio, sin obligar a nada, el que se te ofrecieran tenía sus beneficios y una buena sensación -Incluso puede hacerte ver o sentir otras cosas en el momento en que tu sangre corra por tus venas hacía mi... - Se alejó de su cuello despacio. El latir de su corazón realmente lo estaba tentando, ese martilleo que podía escuchar claramente, al estar tan cerca, sentir esa calidez debajo de su piel, le daban ganas de hacer algunas cosas y rodeados de tanta gente, no quería problemas.
-No hay algo como la inmortalidad hasta donde he visto... siempre hay una forma en la que puedas morir, por eso me parece una ilusión. Y la felicidad es solo efímera como todo. Nada permanecerá igual. Por eso los que son como nosotros a veces enloquecen y deciden matarse- nunca había sentido algo como eso, realmente se amaba a sí mismo. Le miró con sus ojos oscuros y que sin embargo ofrecían esos cambios conforme la luz se filtraba por ellos -Mi nombre es Jin- Dijo con una media sonrisa. Su apellido no importaba, no tenía ningún significado -Crystall... - susurró con un tono bajo, un murmullo casi inaudible, pero que llegaría con certeza de sus dones sobrenaturales a ser escuchado claramente, algo similar a una caricia en forma de palabras. Había despertado ese algo en el vampiro. Quería averiguar un poco más, incluso si no quería involucrarse.
-La sangre es la que nos mantiene vivos... cuando llega a mis labios provoca ese éxtasis que recorre todo mi cuerpo, justo probablemente como un placer que tu puedes sentir por otros medios... y mi mordida puede causarte un efecto similar, ¿lo sabes? Puedo hacerte olvidar todo en el momento en que mis colmillos se clavasen n tu piel, ¿qué siento? lo que quires saber no es ¿cóo se sentiría si realmente lo hago? - Una caricia con su nariz recorriendo el camino hasta su cuello, acercando sus labios -¿Quieres saberlo? Puedo hacerte estremecerte tan solo con eso- susurró con voz baja acariciando la piel con sus labios -Es como el placer que sientes durante el sexo ¿quieres probar? -Dijo con un tono de malicia en la voz. Lo veía, sus palabras en esa pregunta -No, nunca alguien se ha ofrecido a darme de su sangre... probablemente porque no les he dado ningún tiempo para hacerlo- No solía hablar, si quería sangre, la tomaba, incluso si debía forzarlos. Había un placer malsano en eso también. Sin embargo, obtener algo sin hacer eso, también le sonaba de un modo bastante satisfactorio, sin obligar a nada, el que se te ofrecieran tenía sus beneficios y una buena sensación -Incluso puede hacerte ver o sentir otras cosas en el momento en que tu sangre corra por tus venas hacía mi... - Se alejó de su cuello despacio. El latir de su corazón realmente lo estaba tentando, ese martilleo que podía escuchar claramente, al estar tan cerca, sentir esa calidez debajo de su piel, le daban ganas de hacer algunas cosas y rodeados de tanta gente, no quería problemas.
-No hay algo como la inmortalidad hasta donde he visto... siempre hay una forma en la que puedas morir, por eso me parece una ilusión. Y la felicidad es solo efímera como todo. Nada permanecerá igual. Por eso los que son como nosotros a veces enloquecen y deciden matarse- nunca había sentido algo como eso, realmente se amaba a sí mismo. Le miró con sus ojos oscuros y que sin embargo ofrecían esos cambios conforme la luz se filtraba por ellos -Mi nombre es Jin- Dijo con una media sonrisa. Su apellido no importaba, no tenía ningún significado -Crystall... - susurró con un tono bajo, un murmullo casi inaudible, pero que llegaría con certeza de sus dones sobrenaturales a ser escuchado claramente, algo similar a una caricia en forma de palabras. Había despertado ese algo en el vampiro. Quería averiguar un poco más, incluso si no quería involucrarse.
Última edición por Jin Kanishia el Mar Feb 05, 2013 3:48 am, editado 1 vez
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Las palabras del vampiro enamoraban a Crystall y cuando éste le tomó del mechón, se ruborizó, lo escuchaba con atención, saciando sus dudas. estaba más que claro que él se amaba quizás más de lo que la propia Crystall.
Luego aquella mano fría sobre su nariz recorriendo sus mejillas y llegando a su cuello, Crystall se estremeció, ansiaba decirle –Si, quiero que bebas de mí– pero no se atrevía, «sí era un éxtasis quién le aseguraba que el vampiro tendría esa voluntad de detenerse antes de matarla?» no quería arriesgarse por mucho que lo deseara. «Pero era tan hermoso, ¿por qué los vampiros siempre son hermosos, existirá una regla en su mundo que dicte no convertir a nadie que no sea atractivo?»
—Es muy tentativo querer experimentar esas sensaciones, reconozco que mis dudas provocan una curiosidad de querer vivirlo...— se detuvo y dejó de mirarlo, dirigió la mirada de nuevo al espectáculo, ya no le parecía atractivo, lo mejor del lugar era el ser que estaba a su lado.
—Comparto tu punto de vista— y sonrió, —no existen las cosas absolutas, no se puede ser feliz en todo momento o por siempre— se calló, no encontró argumento para continuar, así que volvió a mirar al vampiro, éste le dijo su nombre, —Jin— lo susurró y luego él susurró el de Crystall de forma tan sensual que la convenció... Aceptaría su propuesta, ya no le importaba si Jin tenía la fuerza para detenerse cuando Crystall se lo pidiese.
—Si, hazme estremecer entre tus brazos...— se ruborizó y evadió la mirada de Jin, —... quiero sentirlo, tus labios en mi cuello, tus colmillos en mi piel— volvió a mirar los ojos de Jin y lo tomó de la mano. —Ven, busquemos otro lugar— propuso y como si fuera una impaciente niña se levantó y abandonaron las gradas, entraron por un pasillo oscuro y confiada de que nadie estaba volvió a mirar los ojos rasgados de Jin.
Crystall respiró profundamente, pensó en Derek y miró la alianza. No sintió remordimiento alguno, «después de todo sólo entregaría su sangre y nada más». Lo que sucediera después...
Lo miró por unos segundos más, en un silencio dominante y se entregó a sus labios, en un beso que sintió no era correspondido, pero nada le importaba, quería entrar en confianza, quería que Jin le asegurara que estaría a salvo en sus brazos. Crystall abandonó los labios de Jin y ladeó la cabeza para que sin problemas pudiera beber de ella, para que la tomara de la forma que él quisiera.
Luego aquella mano fría sobre su nariz recorriendo sus mejillas y llegando a su cuello, Crystall se estremeció, ansiaba decirle –Si, quiero que bebas de mí– pero no se atrevía, «sí era un éxtasis quién le aseguraba que el vampiro tendría esa voluntad de detenerse antes de matarla?» no quería arriesgarse por mucho que lo deseara. «Pero era tan hermoso, ¿por qué los vampiros siempre son hermosos, existirá una regla en su mundo que dicte no convertir a nadie que no sea atractivo?»
—Es muy tentativo querer experimentar esas sensaciones, reconozco que mis dudas provocan una curiosidad de querer vivirlo...— se detuvo y dejó de mirarlo, dirigió la mirada de nuevo al espectáculo, ya no le parecía atractivo, lo mejor del lugar era el ser que estaba a su lado.
—Comparto tu punto de vista— y sonrió, —no existen las cosas absolutas, no se puede ser feliz en todo momento o por siempre— se calló, no encontró argumento para continuar, así que volvió a mirar al vampiro, éste le dijo su nombre, —Jin— lo susurró y luego él susurró el de Crystall de forma tan sensual que la convenció... Aceptaría su propuesta, ya no le importaba si Jin tenía la fuerza para detenerse cuando Crystall se lo pidiese.
—Si, hazme estremecer entre tus brazos...— se ruborizó y evadió la mirada de Jin, —... quiero sentirlo, tus labios en mi cuello, tus colmillos en mi piel— volvió a mirar los ojos de Jin y lo tomó de la mano. —Ven, busquemos otro lugar— propuso y como si fuera una impaciente niña se levantó y abandonaron las gradas, entraron por un pasillo oscuro y confiada de que nadie estaba volvió a mirar los ojos rasgados de Jin.
Crystall respiró profundamente, pensó en Derek y miró la alianza. No sintió remordimiento alguno, «después de todo sólo entregaría su sangre y nada más». Lo que sucediera después...
Lo miró por unos segundos más, en un silencio dominante y se entregó a sus labios, en un beso que sintió no era correspondido, pero nada le importaba, quería entrar en confianza, quería que Jin le asegurara que estaría a salvo en sus brazos. Crystall abandonó los labios de Jin y ladeó la cabeza para que sin problemas pudiera beber de ella, para que la tomara de la forma que él quisiera.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Poco importaban las palabras, su actitud era solo el reflejo de lo que siempre había sido, buscando atraerla, que cayera en el encanto de su voz y de cada movimiento de su cuerpo. ¿Qué puede alimentar más el ego de un vampiro que el que una víctima se ofrezca voluntariamente? Que pensara en el que era su esposo, viendo ese anillo, que para él no significaba nada, le hacía sentir aquella sensación gratificante inundarle. Más de lo que imagino un momento antes cuando ella le tomara de la mano, con esa familiaridad que entre ellos no debería existir. Su mano, cálida rodeó la suya y él le siguió atraído por el palpitar de su corazón en ese instante. Podía escucharlo claramente, con ese ritmo ligeramente acelerado.
Si algo tenía Jin era que no andaba con rodeos, en ese preciso instante, la mujer frente a él era lo que tenía su atención y como tal podría comportarse como el mejor de los amantes. No tenía en reparo en olvidar nombres o rostros fácilmente, pero mientras estuviese ahí, mientras sintiera ese deseo recorriéndole, ella tendría su completa atención.
El suave roce de esos labios, y sus pensamientos le hicieron quedarse quieto, no se preocupaba de sus reacciones, pero era realmente divertido simplemente ver lo que ella creía de ese momento. Sonrió porque en realidad él podía tomar más que simplemente su sangre. Pocas personas dejaban una huella que no se borrase en él. Pero siempre era posible. El color esmeralda en aquellos ojos le hizo acercarse, alzar su rostro con una suavidad que rara vez demostraba, acercándose hasta quedar sobre sus labios. Sus ojos oscuros y la mirada profunda se clavaron en aquellas pupilas claras –Solo tu sangre… eso es lo que piensas- Sonrió, si había algo que le gustara, era que las cosas fuesen divertidas, aunque su forma de verlo era un poco retorcida. Ella quería sentirse segura entre sus brazos, podía otorgarle eso y más de ser necesario.
Aquello era una ilusión pasajera, un encuentro que no se repetiría, para él finalmente no significaría demasiado y al volver a Rose Red solo sería un recuerdo de algo nuevo que había sucedido desde que había llegado. Vería a quien había guiado sus pasos hasta ese lugar y querría obtener incluso lo que no le estaba permitido. Pero hasta entonces, estaba aquí, con una hechicera que quería probar lo que un ser como él podía darle. La sensación al hablar contra la piel suave y sonrosada de sus labios le hizo besarle mientras le acercaba a él sosteniéndole de forma firme por la cintura –Estás dispuesta a poner tu vida en mis manos, eso es tan encantador – El tono de su voz tenía ese toque de cinismo y malicia, pero a su vez la sensualidad y la provocación innatas en su carácter.
Disfrutar del momento, eso era precisamente lo que haría, su curiosidad por los gitanos había menguado incluso cuando había ido allí a ver aquel lugar. Pero su interés podía perderse tan fácil como ganarse, por lo cual no era de sorprender que de un momento a otro cambiase de parecer. La mano que antes había estado en su rostro se deslizó por su cuerpo, sintiendo por sobre las telas la suavidad de sus senos. Estaba jugando en ese momento, nunca dijo que tuviese prisa por conseguir beber su sangre, si que quería hacerlo, pero también quería ver ese rostro afectado por él. Probablemente era lo que más le atraía en ese instante. Sentirse dueño de las expresiones que pudiese provocarle.
Si algo tenía Jin era que no andaba con rodeos, en ese preciso instante, la mujer frente a él era lo que tenía su atención y como tal podría comportarse como el mejor de los amantes. No tenía en reparo en olvidar nombres o rostros fácilmente, pero mientras estuviese ahí, mientras sintiera ese deseo recorriéndole, ella tendría su completa atención.
El suave roce de esos labios, y sus pensamientos le hicieron quedarse quieto, no se preocupaba de sus reacciones, pero era realmente divertido simplemente ver lo que ella creía de ese momento. Sonrió porque en realidad él podía tomar más que simplemente su sangre. Pocas personas dejaban una huella que no se borrase en él. Pero siempre era posible. El color esmeralda en aquellos ojos le hizo acercarse, alzar su rostro con una suavidad que rara vez demostraba, acercándose hasta quedar sobre sus labios. Sus ojos oscuros y la mirada profunda se clavaron en aquellas pupilas claras –Solo tu sangre… eso es lo que piensas- Sonrió, si había algo que le gustara, era que las cosas fuesen divertidas, aunque su forma de verlo era un poco retorcida. Ella quería sentirse segura entre sus brazos, podía otorgarle eso y más de ser necesario.
Aquello era una ilusión pasajera, un encuentro que no se repetiría, para él finalmente no significaría demasiado y al volver a Rose Red solo sería un recuerdo de algo nuevo que había sucedido desde que había llegado. Vería a quien había guiado sus pasos hasta ese lugar y querría obtener incluso lo que no le estaba permitido. Pero hasta entonces, estaba aquí, con una hechicera que quería probar lo que un ser como él podía darle. La sensación al hablar contra la piel suave y sonrosada de sus labios le hizo besarle mientras le acercaba a él sosteniéndole de forma firme por la cintura –Estás dispuesta a poner tu vida en mis manos, eso es tan encantador – El tono de su voz tenía ese toque de cinismo y malicia, pero a su vez la sensualidad y la provocación innatas en su carácter.
Disfrutar del momento, eso era precisamente lo que haría, su curiosidad por los gitanos había menguado incluso cuando había ido allí a ver aquel lugar. Pero su interés podía perderse tan fácil como ganarse, por lo cual no era de sorprender que de un momento a otro cambiase de parecer. La mano que antes había estado en su rostro se deslizó por su cuerpo, sintiendo por sobre las telas la suavidad de sus senos. Estaba jugando en ese momento, nunca dijo que tuviese prisa por conseguir beber su sangre, si que quería hacerlo, pero también quería ver ese rostro afectado por él. Probablemente era lo que más le atraía en ese instante. Sentirse dueño de las expresiones que pudiese provocarle.
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Crystall se sonrojó al primer comentario de Jin, sabía a que se refería y eso era más de lo que pidió y sin embargo no dudaría en experimentar el placer que el vampiro pudiera ofrecerle. —Me has prometido hacerme gozar, si con la sangre no es suficiente estoy dispuesta a acceder a tu encanto...— era un hecho que Jin nunca le había hecho dicha promesa, el comentario más bien era mención de que tenía su autorización de tomar de ella más que su sangre, si así él lo quería.
Un nuevo contacto, él la besó ahora tomándola de la cintura con autoridad, la voz de las palabras de Jin excitó de una forma extraña a Crystall que estaba perdida en la seducción nata del vampiro que le arrebataba el aliento. La mano de Jin abandonó el rostro de Crystall y bajó a su cuerpo, deteniéndose en los pechos medianos de la bruja, ésta se sonrojó pero no dijo nada. Estaba más que claro que el vampiro jugaría con ella, Crystall ahora estaba en un juego de seducción y Jin tenía la ventaja.
—He perdido el interés por la función, me has rescatado del aburrimiento— le dijo Crystall en un susurró en los labios de Jin, luego miró de un lado a otro, el pasillo estaba oscuro y a unos cuantos pasos ella pudo ver una mesa, un lugar donde podrían consumir una pasión si así Jin lo quería. Crystall le tomó de la mano y lo llevó hasta la mesa, volvió a enfrentar esos ojos y se sentó sobre esa rica madera de caoba.
La bruja llevó sus manos al cuello de Jin acercándolo y volvió a besarlo con lujuria y en un arrebato de deseos sobre él, olvidándose que él tomaría su sangre y que correría un fuerte riesgo cuando ese momento llegara. Cuando Crystall se separó se detuvo para morder el labio inferior de Jin, mientras lo miraba con malicia y sensualidad. —Satisfáceme, muestrame la forma en la que ustedes aman un cuerpo. Ansío experimentarlo, ansío tus caricias en mi cuerpo, tus besos y los colmillos que pondrán fin a nuestro encuentro— los labios de Crystall atraparon los de Jin. Con su mirada Crystall creyó que le preguntaba si estaba dispuesta a seguir con aquello y Crystall no respondió con palabras, sino con gestos. Una bajada de mis párpados, una sonrisa libinidosa, y las manos deslizándose a su pecho hasta llegar a los botones de su camisa para desabotonarlos, mas Crystall no dejó caer las prendas de Jin, introdujo su mano acariciando la piel desnuda, la fría piel que no se calentaba con el calor de las manos de Crystall, todo eso era una respuesta a que no necesitaba más para saber que tenía su permiso para desabotonar su vestido y esperaba que lo hiciera porque, la bruja estaba demasiado excitada para dar marcha atrás.
Un nuevo contacto, él la besó ahora tomándola de la cintura con autoridad, la voz de las palabras de Jin excitó de una forma extraña a Crystall que estaba perdida en la seducción nata del vampiro que le arrebataba el aliento. La mano de Jin abandonó el rostro de Crystall y bajó a su cuerpo, deteniéndose en los pechos medianos de la bruja, ésta se sonrojó pero no dijo nada. Estaba más que claro que el vampiro jugaría con ella, Crystall ahora estaba en un juego de seducción y Jin tenía la ventaja.
—He perdido el interés por la función, me has rescatado del aburrimiento— le dijo Crystall en un susurró en los labios de Jin, luego miró de un lado a otro, el pasillo estaba oscuro y a unos cuantos pasos ella pudo ver una mesa, un lugar donde podrían consumir una pasión si así Jin lo quería. Crystall le tomó de la mano y lo llevó hasta la mesa, volvió a enfrentar esos ojos y se sentó sobre esa rica madera de caoba.
La bruja llevó sus manos al cuello de Jin acercándolo y volvió a besarlo con lujuria y en un arrebato de deseos sobre él, olvidándose que él tomaría su sangre y que correría un fuerte riesgo cuando ese momento llegara. Cuando Crystall se separó se detuvo para morder el labio inferior de Jin, mientras lo miraba con malicia y sensualidad. —Satisfáceme, muestrame la forma en la que ustedes aman un cuerpo. Ansío experimentarlo, ansío tus caricias en mi cuerpo, tus besos y los colmillos que pondrán fin a nuestro encuentro— los labios de Crystall atraparon los de Jin. Con su mirada Crystall creyó que le preguntaba si estaba dispuesta a seguir con aquello y Crystall no respondió con palabras, sino con gestos. Una bajada de mis párpados, una sonrisa libinidosa, y las manos deslizándose a su pecho hasta llegar a los botones de su camisa para desabotonarlos, mas Crystall no dejó caer las prendas de Jin, introdujo su mano acariciando la piel desnuda, la fría piel que no se calentaba con el calor de las manos de Crystall, todo eso era una respuesta a que no necesitaba más para saber que tenía su permiso para desabotonar su vestido y esperaba que lo hiciera porque, la bruja estaba demasiado excitada para dar marcha atrás.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Viéndola de esa manera, escuchándole de esa forma, Jin no tenía medios para negarse. No cuando realmente su único impedimento para que se detuviese estaba muy lejos de allí. Dejando de lado un arrepentimiento que no iba a sentir, tampoco tenía mucha conciencia de algunas cosas, como qué tanto molestaría eso a el vampiro que era su amante. Jin era posesivo, pero se olvidaba de aplicar reglas a sí mismo, pero aquel vampiro que se había colado en su mente y se había convertido en más que una simple obsesión lo era casi tanto como él por lo que seguro escucharía algo al llegar, pero ya había decidido no dejar que reclamara, a su propia forma, claro estaba.
Se dejó guiar por la bruja viendo sus movimientos mientras ella le llevaba hasta aquella mesa, no udo más que sonreír. Le pareció innecesario, pero de algún modo divertido, no necesitaban la mesa y realmente podría haberla tomado contra algún pilar o la pared. Pero probablemente ella lo había pensado más. Era humana y una mujer, mucho más delicada de lo que él jamás había sido incluso vivo.
Le vio ahí sentada mientras el se acomodaba entre sus piernas. Esa respuesta en sus actos y su mirada era suficiente para él -Olvídate de todo entonces... - Dijo sintiendo la respiración cálida sobre su rostro después de aquel beso. Le acercó un poco más en un movimiento algo rudo -Satisfacerte- sonrió con cierta malicia en aquel gesto. Deslizó una de sus manos por la tersa piel de sus piernas, dejando que las telas fuesen subiendo y dejándo al descubierto sus muslos y su piel con ese toque de vida que él no poseía.
-También vas a satisfacerme a mi - Observó directamente esos ojos claros. Tuvo la paciencia suficiente para ir deshaciéndose del vestido con cuidado de no hacerlo jirones y pedacitos solo por impaciencia. Le besó mordiendo sus labios ligeramente -Olvídate de todo... porque no tienes permitido pensar en nada más que en mí justo ahora- Ni sus preocupaciones ni esa persona de lo que había hablado. Era lo suficientemente egoísta, podía regresar a su mundo, pero justamente en ese instante, ella estaba en el suyo y no permitiría ni un solo pensamiento que fuese innecesario.
Deslizó las telas dejando aquel cuerpo al descubierto. Se alejó lo suficiente solo para pasar la mirada sobre él. Aquel palpitarle hizo desear algo que no se había propuesto hasta ese momento. Quitó las poca prendas que aún quedaban sobre ella deslizando sus labios por su cuello, bajando hasta la curva que formaban sus senos, dejo tenues besos y mordidas, lamipendole por momentos. Pasó sus dedos por su vientre apenas tocándole.
Ella le provocaba y él actuaba de esa forma lenta en respuesta, porque quería ver su rostro afectado realmente, lo suficiente para que ella dijese lo que quería escuchar.
Se dejó guiar por la bruja viendo sus movimientos mientras ella le llevaba hasta aquella mesa, no udo más que sonreír. Le pareció innecesario, pero de algún modo divertido, no necesitaban la mesa y realmente podría haberla tomado contra algún pilar o la pared. Pero probablemente ella lo había pensado más. Era humana y una mujer, mucho más delicada de lo que él jamás había sido incluso vivo.
Le vio ahí sentada mientras el se acomodaba entre sus piernas. Esa respuesta en sus actos y su mirada era suficiente para él -Olvídate de todo entonces... - Dijo sintiendo la respiración cálida sobre su rostro después de aquel beso. Le acercó un poco más en un movimiento algo rudo -Satisfacerte- sonrió con cierta malicia en aquel gesto. Deslizó una de sus manos por la tersa piel de sus piernas, dejando que las telas fuesen subiendo y dejándo al descubierto sus muslos y su piel con ese toque de vida que él no poseía.
-También vas a satisfacerme a mi - Observó directamente esos ojos claros. Tuvo la paciencia suficiente para ir deshaciéndose del vestido con cuidado de no hacerlo jirones y pedacitos solo por impaciencia. Le besó mordiendo sus labios ligeramente -Olvídate de todo... porque no tienes permitido pensar en nada más que en mí justo ahora- Ni sus preocupaciones ni esa persona de lo que había hablado. Era lo suficientemente egoísta, podía regresar a su mundo, pero justamente en ese instante, ella estaba en el suyo y no permitiría ni un solo pensamiento que fuese innecesario.
Deslizó las telas dejando aquel cuerpo al descubierto. Se alejó lo suficiente solo para pasar la mirada sobre él. Aquel palpitarle hizo desear algo que no se había propuesto hasta ese momento. Quitó las poca prendas que aún quedaban sobre ella deslizando sus labios por su cuello, bajando hasta la curva que formaban sus senos, dejo tenues besos y mordidas, lamipendole por momentos. Pasó sus dedos por su vientre apenas tocándole.
Ella le provocaba y él actuaba de esa forma lenta en respuesta, porque quería ver su rostro afectado realmente, lo suficiente para que ella dijese lo que quería escuchar.
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Tener el cuerpo de Jin más cercano al propio, excitó aún más a la bruja. –¿Pensar en alguien más– en esos momentos Crystall no pensaba ni siquiera en ella misma, el vampiro sin quererlo había bloqueado todo pensamiento de la bruja. Pacientemente perdía el vestido, con cuidado como el amante que no quiere causar problemas a la mujer de otro, aunque en esos momentos Crystall no lo veía de esa forma, para ella era parte de la seducción, y quizás de eso realmente se trataba, sólo Jin lo sabía.
El sorprendente beso de Jin pareció quemar la boca de Crystall, pese a ser fríos, aquel mordisco antes de las palabras del vampiro provocaron en ella un temblor. Dedicó una sonrisa coqueta a las palabras del vampiro, –tu eres mi mundo Jin, esta noche para ti sólo soy Crystall, una amante– pensó sospechando que él habría leído su pensamiento y así lo deseaba ella. Y sin darse cuenta, por primera vez en su vida negaba lo que decía más querer, su apellido, había muerto en ese beso frío y sin embargo ardiente.
Cuando el cuerpo de Crystall quedó casi desnudo, sus mejillas se sonrojaron ligeramente y llevó sus manos instintivamente al pecho, no para cubrir los pechos que ansiaban ser tocados y besados por Jin, sino, en respuesta a una corriente del aire nocturno, el vampiro regresó a Crystall que dejó que Jin desprendiera el resto de sus prendas mostrándole totalmente su desnudes. Sus labios rozaron el cuello de Crystall y descendieron hasta sus pechos, poseyéndolos en besos y mordiscos. Pequeños gemidos se escaparon de la boca de Crystall que llevó uno de sus dedos a la boca, chupándolo mientras la mano de él a penas tocó el vientre plano de la bruja que retiró el dedo de la boca y mordió su labio inferior.
Los pezones endurecidos clamaban a Jin ser torturados, mas el vampiro gozaba de las expresiones que Crystall en acto reflejo a los placeres que él provocaba, ella le proyectaba.
—Poseeme de la forma que quieras, salvaje si así lo deseas, eres el amo y señor de mi cuerpo. Te lo imploro satisfaceme que hoy tu eres mi mundo— suplicó con una voz agitada, estaba húmeda y su corazón estaba acelerado, ansiaba sus besos, sus caricias y su sexo. Por unos momentos quiso ponerse en pie y desabotonar el pantalón del vampiro, sacar su sexo de su prenda interior y besarlo, pero no lo hizo, primero quería ella sentir los besos de Jin en sus pechos, la tortura de sus colmillos en sus pezones, los mordisqueos y luego entonces, Crystall se haría del sexo de Jin y lo reclamaría como suyo, al menos esa noche.
El sorprendente beso de Jin pareció quemar la boca de Crystall, pese a ser fríos, aquel mordisco antes de las palabras del vampiro provocaron en ella un temblor. Dedicó una sonrisa coqueta a las palabras del vampiro, –tu eres mi mundo Jin, esta noche para ti sólo soy Crystall, una amante– pensó sospechando que él habría leído su pensamiento y así lo deseaba ella. Y sin darse cuenta, por primera vez en su vida negaba lo que decía más querer, su apellido, había muerto en ese beso frío y sin embargo ardiente.
Cuando el cuerpo de Crystall quedó casi desnudo, sus mejillas se sonrojaron ligeramente y llevó sus manos instintivamente al pecho, no para cubrir los pechos que ansiaban ser tocados y besados por Jin, sino, en respuesta a una corriente del aire nocturno, el vampiro regresó a Crystall que dejó que Jin desprendiera el resto de sus prendas mostrándole totalmente su desnudes. Sus labios rozaron el cuello de Crystall y descendieron hasta sus pechos, poseyéndolos en besos y mordiscos. Pequeños gemidos se escaparon de la boca de Crystall que llevó uno de sus dedos a la boca, chupándolo mientras la mano de él a penas tocó el vientre plano de la bruja que retiró el dedo de la boca y mordió su labio inferior.
Los pezones endurecidos clamaban a Jin ser torturados, mas el vampiro gozaba de las expresiones que Crystall en acto reflejo a los placeres que él provocaba, ella le proyectaba.
—Poseeme de la forma que quieras, salvaje si así lo deseas, eres el amo y señor de mi cuerpo. Te lo imploro satisfaceme que hoy tu eres mi mundo— suplicó con una voz agitada, estaba húmeda y su corazón estaba acelerado, ansiaba sus besos, sus caricias y su sexo. Por unos momentos quiso ponerse en pie y desabotonar el pantalón del vampiro, sacar su sexo de su prenda interior y besarlo, pero no lo hizo, primero quería ella sentir los besos de Jin en sus pechos, la tortura de sus colmillos en sus pezones, los mordisqueos y luego entonces, Crystall se haría del sexo de Jin y lo reclamaría como suyo, al menos esa noche.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Si lo era o no, no estaba al cien seguro, pero tener a alguien entregándose a ti de esa forma era lo suficientemente exquisito como para olvidarse también de todo. Ella podía sentirlo y él quería disfrutarlo de esa manera. Sonrió con suma autosuficiencia, con ese dejo de sarcasmo en un gesto pequeño como ese. Sus dedos sobre la nívea y tersa piel, hicieron la suficiente presión mientras bajaban hasta su vientre y sus colmillos rozaban la piel sensible de la areola de sus pezones. Le miró desde ahí y dejó que se enterraran apenas un poco, haciendo que una gota de su sangre liberara ese olor dulce y atrayente. Lamió con lentitud, dejando que por otro lado su mano bajara acariciando sus muslos y la parte interna de estos mientras abría sus piernas en un movimiento algo brusco.
Sus palabras habían sido las correctas y su cuerpo demostraba que quería ser tomado en ese preciso instante. Se acercó más a su cuerpo, lamiendo y jalando uno de sus pezones mientras su otra mano acariciaba el que había quedado desatendido de sus labios. Un mero distractor antes de que la otra se presionara ligero entre sus piernas, acariciando aquella zona íntima, sintiendo la humedad entre aquellos pliegues que cedían a su toque. La calidez que emanaba le atraía, la habría penetrado en ese mismo instante, pero no quería que aquello se esfumara tan rápido. No de momento, el rostro sonrojado, una reacción como las que había tenido, incluso al verse desnuda ante el frío de la noche, hacía mucho que no intentaba algo como eso y no iba a desaprovecharlo.
El hecho de que le dijese que la tomase como quisiese, de forma salvaje o como le viniera a la mente, le hizo comportarse de una forma en la que no solía hacerlo. Por eso se tomaba su tiempo, por eso, pero quería hacer mucho más que solo eso. Sus labios subieron un poco por las protuberancias que eran sus senos, succionando con ligereza aquella piel, apretándole suave. Y sus dedos le penetraron despacio empujándose en su interior, siendo recibidos por aquel calor que su cuerpo despedía, acariciando y moviéndolos con sutileza mientras reclamaba sus labios abriéndose paso entre ellos.
Recorrerle por completo, probar cada centímetro de su piel, justo eso iba a hacer. Observó su bonito rostro, con ese velo que le daba el deseo –… Eres hermosa Crystall –susurró antes de buscar profundizar aquel beso mientras dejaba que sus dedos estimularan su interior. Y su mano sobre sus pechos se deslizó por la piel de éstos dejando que sus uñas, cortas pero tan sobrenaturales que podían abrir fácilmente su piel, la rasgarán ligeramente. El olor embriagante de su sangre, eso le despertaba, le excitaba y le hacía querer ser más demandante. Tomaría cada gota de ese elixir que pudiese. Su intención no era dañarla, pero si poseerla en todos los sentidos que su mente fuese capaz de imaginar.
Le había visto, el brillo en sus ojos antes, las ganas contenidas de tocarle, eso era provocador, lamerse los dedos mientras él le acariciaba, ella parecía bastante dispuesta aún antes de que sus caricias aumentaran. Recorrió el camino hasta su vientre, dejando el hilillo de sangre sobre aquel cuerpo, en ella no quedarían ni marcas ni ninguna especie de prueba de aquello, salvo tal vez la sensación y el recuerdo.
Sacó sus dedos y sus labios empezaron a recorrerle, lamiendo la sangre y haciendo que las heridas se cerrasen más rápido, incluso si eran así de tenues, llegó hasta su vientre dejando aquel recorrido húmedo con su lengua. el sabor metálico de su sangre se impregnó en sus sentidos y quería más de ello y lo obtendría justo cuando quisiera. Sus movimientos habían empezado a ser más rápidos, sus manos le recorrían delineando las curvas de su cuerpo.
De acuerdo, la paciencia no era lo suyo. Le jaló sin mucha delicadeza alzándola de la mesa manteniéndola contra sus caderas, moviéndole sobre su cuerpo, dejando escapar un gruñido por lo bajo mientras lamía y mordía el lóbulo de su oreja. Quería tomarla ya, pero también quería cumplir ese mutuo acuerdo de placer, porque todo eso era justo eso. Así que se sentó en la mesa con ella sobre él –Muéstrame lo que tengas, pequeña bruja… Déjame ver ese lado tuyo ahora –susurró en un tono demandante y sensual. Su intento de hacerlo lento y de una forma casi desesperante no iba a ser posible, prefería algo más pasional e intenso –¿O prefieres que te penetre ahora mismo? – Le gustaba el sexo rudo y sin mucha delicadeza. Su amante era un vampiro, pero ella no lo era, no podía hacerlo de la misma manera, estaba consciente y a la vez poco le importaba, siempre que ella estuviese satisfecha y él también, sería suficiente.
Sus palabras habían sido las correctas y su cuerpo demostraba que quería ser tomado en ese preciso instante. Se acercó más a su cuerpo, lamiendo y jalando uno de sus pezones mientras su otra mano acariciaba el que había quedado desatendido de sus labios. Un mero distractor antes de que la otra se presionara ligero entre sus piernas, acariciando aquella zona íntima, sintiendo la humedad entre aquellos pliegues que cedían a su toque. La calidez que emanaba le atraía, la habría penetrado en ese mismo instante, pero no quería que aquello se esfumara tan rápido. No de momento, el rostro sonrojado, una reacción como las que había tenido, incluso al verse desnuda ante el frío de la noche, hacía mucho que no intentaba algo como eso y no iba a desaprovecharlo.
El hecho de que le dijese que la tomase como quisiese, de forma salvaje o como le viniera a la mente, le hizo comportarse de una forma en la que no solía hacerlo. Por eso se tomaba su tiempo, por eso, pero quería hacer mucho más que solo eso. Sus labios subieron un poco por las protuberancias que eran sus senos, succionando con ligereza aquella piel, apretándole suave. Y sus dedos le penetraron despacio empujándose en su interior, siendo recibidos por aquel calor que su cuerpo despedía, acariciando y moviéndolos con sutileza mientras reclamaba sus labios abriéndose paso entre ellos.
Recorrerle por completo, probar cada centímetro de su piel, justo eso iba a hacer. Observó su bonito rostro, con ese velo que le daba el deseo –… Eres hermosa Crystall –susurró antes de buscar profundizar aquel beso mientras dejaba que sus dedos estimularan su interior. Y su mano sobre sus pechos se deslizó por la piel de éstos dejando que sus uñas, cortas pero tan sobrenaturales que podían abrir fácilmente su piel, la rasgarán ligeramente. El olor embriagante de su sangre, eso le despertaba, le excitaba y le hacía querer ser más demandante. Tomaría cada gota de ese elixir que pudiese. Su intención no era dañarla, pero si poseerla en todos los sentidos que su mente fuese capaz de imaginar.
Le había visto, el brillo en sus ojos antes, las ganas contenidas de tocarle, eso era provocador, lamerse los dedos mientras él le acariciaba, ella parecía bastante dispuesta aún antes de que sus caricias aumentaran. Recorrió el camino hasta su vientre, dejando el hilillo de sangre sobre aquel cuerpo, en ella no quedarían ni marcas ni ninguna especie de prueba de aquello, salvo tal vez la sensación y el recuerdo.
Sacó sus dedos y sus labios empezaron a recorrerle, lamiendo la sangre y haciendo que las heridas se cerrasen más rápido, incluso si eran así de tenues, llegó hasta su vientre dejando aquel recorrido húmedo con su lengua. el sabor metálico de su sangre se impregnó en sus sentidos y quería más de ello y lo obtendría justo cuando quisiera. Sus movimientos habían empezado a ser más rápidos, sus manos le recorrían delineando las curvas de su cuerpo.
De acuerdo, la paciencia no era lo suyo. Le jaló sin mucha delicadeza alzándola de la mesa manteniéndola contra sus caderas, moviéndole sobre su cuerpo, dejando escapar un gruñido por lo bajo mientras lamía y mordía el lóbulo de su oreja. Quería tomarla ya, pero también quería cumplir ese mutuo acuerdo de placer, porque todo eso era justo eso. Así que se sentó en la mesa con ella sobre él –Muéstrame lo que tengas, pequeña bruja… Déjame ver ese lado tuyo ahora –susurró en un tono demandante y sensual. Su intento de hacerlo lento y de una forma casi desesperante no iba a ser posible, prefería algo más pasional e intenso –¿O prefieres que te penetre ahora mismo? – Le gustaba el sexo rudo y sin mucha delicadeza. Su amante era un vampiro, pero ella no lo era, no podía hacerlo de la misma manera, estaba consciente y a la vez poco le importaba, siempre que ella estuviese satisfecha y él también, sería suficiente.
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Escuchar decir a otra persona que era hermosa, en ese tono hizo que Crystall cerrara los ojos del deseo de tenerlo dentro de ella, la besó e hizo de su cuerpo cosas que la bruja no se imaginó sentir ni que él las hiciera. Pero de algo estaba segura, todo eso era un mínimo de lo que Jin podría hacerle en esa noche en la que había renunciado a todo, a su pudor como a su fidelidad, nada importaba, en nada pensaba mas que en sus propios placeres y en los de Jin. Perdida en esos placeres otorgados por Jin, la seducción de sus dedos, su lengua y sus labios en su piel; la dejaron indefensa al brusco movimiento que el vampiro hizo atrayéndola a su propio cuerpo. El cuerpo de Crystall sintió una molestia mas ella no lo demostró, en cambio le pareció excitante.
Crystall se mordió el labio inferior de forma sensual, provocativa. No, aún no quería ser penetrada pero y aunque no tenía experiencia, había descifrado que Jin ya había perdido la paciencia y de ella dependía marcar el ritmo que la complaciera. Era hora de usar sus poderes y rápidamente tendió sus hilos titiriteros en las almas que erraban en aquel lugar. —Te mostraré lo que tengo como me lo haz pedido— susurró y se inclinó para besar a Jin en la frente y con su lengua delinear esos exquisitos labios, después se fue haciendo para atrás y las almas invisibles a él tomaron posesión del pantalón de Jin. Bajo el poder de Crystall las almas el desabotonaban el cierre, ella se dedicó a mirarlo complacida, el brillo de sus ojos un tanto lujuriosos captaron los de Jin y llevó nuevamente su dedo a la boca succionándolo. Sin ella tocarlo, el pantalón como la ropa interior abandonaron el cuerpo de Jin mostrando la desnudez.
Crystall tomó su excitación, estaba frío como todo el cuerpo vampírico y se sintió rara. Era como si ella no le provocara atracción y no pudo evitar contenerse. —¿Realmente te parezco atractiva? Es tan raro que mi cuerpo arda y el tuyo siga frío— calló y llevó su lengua a la excitación de su «por una noche» amante, lo delineó con su lengua y lo lamió un par de veces. Un gélido viento recorrió la espalda de la bruja y su cuerpo se erizó. Su boca abandonó la excitación y ella avanzó a Jin, tomó con su mano la erección guiándola a su zona erógena y la penetró. El primer gemido fue intenso, sonoro y extremadamente placentero. Solamente había tenido sexo con Derek, el calor dentro de ella había sido fabuloso pero ahora esto, un frío que la embriagaba por dentro era totalmente inesperado. Crystall se movió un par de veces sobre Jin, gimiendo y aferrándose a sus hombros, enterrando sus uñas que a la piel del inmortal nada le hacían. —¡Tomame como quieras hacerlo, hazme el sexo duro, pasional o como se te ocurra, eres mi maestro!— casi gritó entre gemidos, sin importarle que estaban en una callejuela cerca del circo gitano y que alguien podría verlos. No, nada en esos momentos podía preocupar a Crystall, ni siquiera que Derek se presentara para presenciar su infidelidad, el placer que Jin le daba le nublaba la razón.
Crystall se mordió el labio inferior de forma sensual, provocativa. No, aún no quería ser penetrada pero y aunque no tenía experiencia, había descifrado que Jin ya había perdido la paciencia y de ella dependía marcar el ritmo que la complaciera. Era hora de usar sus poderes y rápidamente tendió sus hilos titiriteros en las almas que erraban en aquel lugar. —Te mostraré lo que tengo como me lo haz pedido— susurró y se inclinó para besar a Jin en la frente y con su lengua delinear esos exquisitos labios, después se fue haciendo para atrás y las almas invisibles a él tomaron posesión del pantalón de Jin. Bajo el poder de Crystall las almas el desabotonaban el cierre, ella se dedicó a mirarlo complacida, el brillo de sus ojos un tanto lujuriosos captaron los de Jin y llevó nuevamente su dedo a la boca succionándolo. Sin ella tocarlo, el pantalón como la ropa interior abandonaron el cuerpo de Jin mostrando la desnudez.
Crystall tomó su excitación, estaba frío como todo el cuerpo vampírico y se sintió rara. Era como si ella no le provocara atracción y no pudo evitar contenerse. —¿Realmente te parezco atractiva? Es tan raro que mi cuerpo arda y el tuyo siga frío— calló y llevó su lengua a la excitación de su «por una noche» amante, lo delineó con su lengua y lo lamió un par de veces. Un gélido viento recorrió la espalda de la bruja y su cuerpo se erizó. Su boca abandonó la excitación y ella avanzó a Jin, tomó con su mano la erección guiándola a su zona erógena y la penetró. El primer gemido fue intenso, sonoro y extremadamente placentero. Solamente había tenido sexo con Derek, el calor dentro de ella había sido fabuloso pero ahora esto, un frío que la embriagaba por dentro era totalmente inesperado. Crystall se movió un par de veces sobre Jin, gimiendo y aferrándose a sus hombros, enterrando sus uñas que a la piel del inmortal nada le hacían. —¡Tomame como quieras hacerlo, hazme el sexo duro, pasional o como se te ocurra, eres mi maestro!— casi gritó entre gemidos, sin importarle que estaban en una callejuela cerca del circo gitano y que alguien podría verlos. No, nada en esos momentos podía preocupar a Crystall, ni siquiera que Derek se presentara para presenciar su infidelidad, el placer que Jin le daba le nublaba la razón.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Sonrió de manera divertida al notar aquellas fuerzas sobrenaturales, muy diferentes a las suyas hacer el trabajo por ella. El frío del ambiente no le provocaba ningún disturbio. La sonrisa que estaba en sus labios cambio a una con un toque más sensual que el de antes al verle acercarse -Mi cuerpo es frío como puedes notarlo... No necesito esa calidez cuando puedo sentirla- Su voz era un susurro, con ese toque de intimidad, la voz grave tomaba esa connotación sintiendo la excitaci´n empezando a recorrerle. Aún con su temperatura corporal, su cuerpo reaccionaba como el de un ser humano, y la lengua de la bruja le hizo sentir un estremecimiento que le hizo soltar un ligero gruñido.
Jadeó sintiendo aquel calor envolverle cuando ella se acomodó dejando que su miembro le penetrara guiado por los movimientos de la mujer. No es que necesitara las palabras de ella. Le jaló con cierta rudeza, apretando una de sus piernas tal vez con demasiada fuerza solo para acomodarla y sostenerla por la cintura, al menos hasta que le llevó contra la pared -Hey, hey... estás haciendo mucho ruido, pequeña -Le besó tras decir eso, dejando que sus colmillos rasgaran ligeramente su lengua al enredarse con ella mientras le embestía con cierta fuerza. El sabor metálico de su sangre llegó a él inundando todos sus sentidos. Sus ojos azabaches cobraron un color claro al sentir ese estímulo entrando en su sistema. Era como una droga. Él lo sabía bien, porque lo había sentido. La mordida de un vampiro producía ese efecto, liberando esas sustancias que harían que ella se perdiese aún más, sin embargo apenas y había rozado con ello. Se alejó de sus labios para bajar por su cuello, quería enterrar sus colmillos sintiendo el palpitar en sus venas.
Se movía embistiéndole y enterrándose en su interior, le gustaban las cosas intensas, los humanos eran frágiles, pero podían proporcionar ese extásis que era muy diferente. El sonido de sus gemidos, el rostro afectado por un deseo que él mismo podía sentir en ese instante. Enredó una de sus manos en sus cabellos, haciéndole con su ovimiento ladear la cabeza un poco, lamiendo su cuello y mordisqueando su piel sin llegar a atravesarle. La respiración entrecortada y la forma en que Crystall hacía cada gesto o acción era bastante satisfactorio -Eres interesante, una linda bruja a decir verdad- No como otra que había conocido antes. Sabía que podían ser peligrosos los hechiceros, pero el también lo era y en ese momento era lo que menos le asaltaba la mente. Su voz estaba afectada por ese placer latente. Se rió dejando su aliento chocar contra la piel hermosa y cálida de ella antes de enterrar sus colmillos de forma lenta. El ligero dolor que sentiría con eso se vería abrumado por esa sensación de extásis que le recorrería mientras él tomaba su sangre.
Para él, más que el acto físico, estaba eso, cuando aquel elixir carmesí llegaba a él, se sentía completamente perdido. Se empujó en su interior, cambiando el ritmo, siguiendo el flujo de su sangre, en algún momento sus embestidas se hicieron más lentas, pero su cuerpo se movía con esa sensualidad, sintiendo el cuerpo de su víctima voluntaria contra él, sus pezones rozando con su pecho, su interior húmedo y cálido. Le obsrevaba mientras bebía su sangre de esa forma casi tranquila co sus manos acariciandole, buscando las reacciones a su tacto, buscar los puntos en los que ella podría disfrutar un poco más de aquello.
Jadeó sintiendo aquel calor envolverle cuando ella se acomodó dejando que su miembro le penetrara guiado por los movimientos de la mujer. No es que necesitara las palabras de ella. Le jaló con cierta rudeza, apretando una de sus piernas tal vez con demasiada fuerza solo para acomodarla y sostenerla por la cintura, al menos hasta que le llevó contra la pared -Hey, hey... estás haciendo mucho ruido, pequeña -Le besó tras decir eso, dejando que sus colmillos rasgaran ligeramente su lengua al enredarse con ella mientras le embestía con cierta fuerza. El sabor metálico de su sangre llegó a él inundando todos sus sentidos. Sus ojos azabaches cobraron un color claro al sentir ese estímulo entrando en su sistema. Era como una droga. Él lo sabía bien, porque lo había sentido. La mordida de un vampiro producía ese efecto, liberando esas sustancias que harían que ella se perdiese aún más, sin embargo apenas y había rozado con ello. Se alejó de sus labios para bajar por su cuello, quería enterrar sus colmillos sintiendo el palpitar en sus venas.
Se movía embistiéndole y enterrándose en su interior, le gustaban las cosas intensas, los humanos eran frágiles, pero podían proporcionar ese extásis que era muy diferente. El sonido de sus gemidos, el rostro afectado por un deseo que él mismo podía sentir en ese instante. Enredó una de sus manos en sus cabellos, haciéndole con su ovimiento ladear la cabeza un poco, lamiendo su cuello y mordisqueando su piel sin llegar a atravesarle. La respiración entrecortada y la forma en que Crystall hacía cada gesto o acción era bastante satisfactorio -Eres interesante, una linda bruja a decir verdad- No como otra que había conocido antes. Sabía que podían ser peligrosos los hechiceros, pero el también lo era y en ese momento era lo que menos le asaltaba la mente. Su voz estaba afectada por ese placer latente. Se rió dejando su aliento chocar contra la piel hermosa y cálida de ella antes de enterrar sus colmillos de forma lenta. El ligero dolor que sentiría con eso se vería abrumado por esa sensación de extásis que le recorrería mientras él tomaba su sangre.
Para él, más que el acto físico, estaba eso, cuando aquel elixir carmesí llegaba a él, se sentía completamente perdido. Se empujó en su interior, cambiando el ritmo, siguiendo el flujo de su sangre, en algún momento sus embestidas se hicieron más lentas, pero su cuerpo se movía con esa sensualidad, sintiendo el cuerpo de su víctima voluntaria contra él, sus pezones rozando con su pecho, su interior húmedo y cálido. Le obsrevaba mientras bebía su sangre de esa forma casi tranquila co sus manos acariciandole, buscando las reacciones a su tacto, buscar los puntos en los que ella podría disfrutar un poco más de aquello.
Jin Kanishia- Vampiro Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
Fue un movimiento rápido y que Crystall no previó, Jin la llevó hasta la pared casi estrellándola, le dijo un par de palabras y antes de que ella riera coqueta Jin la silenció con un beso, lo gemidos de Crystall fueron absorbidos por Jin, la lengua del vampiro incitó a la de ella y cuando se aventuró dentro de la boca de él, Jin rasguño la lengua lo suficiente para herirla.
Las embestidas rudas de Jin continuaban y lograron desviar la atención del dolor que los colmillos sobre la lengua habían ocasionado. Sintió como éste lamía la herida, como se excitaba con esa sangre. Abandonó la boca una vez la lengua estaba sanada y se perdió en el cuello, a Crystall se le escaparon un par de gemidos y después rió coqueta, los colmillos de Jin sobre su cuello, acariciando anunció que pronto lo reclamaría como suyo, tal como ella lo hizo con el sexo del vampiro, provocaron en la bruja más excitación. La bruja mordió con sensualidad su labio inferior y pestañeó una sola vez sus ojos.
Y lo cumplió, Jin clavó sus colmillos sobre el cuello de Crystall y dejar de embestirla con su sexo, sintió como la sangre abandonaba su cuerpo y cayó en un orgasmo, cerró sus ojos y aferró sus brazos al cuerpo de Jin, clavando sus uñas en esa piel dura y fría; intentó callarse pero no pudo, el placer era intenso y no quiso disminuir el placer limitandose.
Jin cambió el ritmo del sexo sin dejar de beber, Crystall aprisionó el cuello del vampiro para que no se apartara de ella y sin pensarlo siquiera la bruja gimió el nombre de Jin, del que por esa noche era su dueño. Volvió a morder su labio inferior conteniendo sus gemidos pero pensando en él, en su amante.
Los sentidos de la bruja se dispararon, sus ojos entraron en el plano espiritual y alrededor de ellos se alzó un torbellino, envolviéndolos, el cabello de Crystall danzó en el aire lujurioso, todo comenzó a alzarse, los ojos de la bruja se perdieron, el viento se hizo intenso y las nubes oscuras comenzaron a juntarse anunciando una próxima tormenta. Las almas y energías se tornaron violentas, y quisieron atacar a Jin, sin embargo, la bruja controló ese placer, canalizándolo y sometió sus poderes no quería que él dejara de beber de ella para reprenderle por lo que había hecho.
Las embestidas rudas de Jin continuaban y lograron desviar la atención del dolor que los colmillos sobre la lengua habían ocasionado. Sintió como éste lamía la herida, como se excitaba con esa sangre. Abandonó la boca una vez la lengua estaba sanada y se perdió en el cuello, a Crystall se le escaparon un par de gemidos y después rió coqueta, los colmillos de Jin sobre su cuello, acariciando anunció que pronto lo reclamaría como suyo, tal como ella lo hizo con el sexo del vampiro, provocaron en la bruja más excitación. La bruja mordió con sensualidad su labio inferior y pestañeó una sola vez sus ojos.
Y lo cumplió, Jin clavó sus colmillos sobre el cuello de Crystall y dejar de embestirla con su sexo, sintió como la sangre abandonaba su cuerpo y cayó en un orgasmo, cerró sus ojos y aferró sus brazos al cuerpo de Jin, clavando sus uñas en esa piel dura y fría; intentó callarse pero no pudo, el placer era intenso y no quiso disminuir el placer limitandose.
Jin cambió el ritmo del sexo sin dejar de beber, Crystall aprisionó el cuello del vampiro para que no se apartara de ella y sin pensarlo siquiera la bruja gimió el nombre de Jin, del que por esa noche era su dueño. Volvió a morder su labio inferior conteniendo sus gemidos pero pensando en él, en su amante.
Los sentidos de la bruja se dispararon, sus ojos entraron en el plano espiritual y alrededor de ellos se alzó un torbellino, envolviéndolos, el cabello de Crystall danzó en el aire lujurioso, todo comenzó a alzarse, los ojos de la bruja se perdieron, el viento se hizo intenso y las nubes oscuras comenzaron a juntarse anunciando una próxima tormenta. Las almas y energías se tornaron violentas, y quisieron atacar a Jin, sin embargo, la bruja controló ese placer, canalizándolo y sometió sus poderes no quería que él dejara de beber de ella para reprenderle por lo que había hecho.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Buscando el mar del sosiego que puede no existir [Privado +18]
El torbellino, la magia, la sensación de su vida, a través de su sangre siendo tomada por él, sintió ese extásis recorrerle, llevándole a aquella sensación de placer, sucumbiendo ante aquellos encantos. La energía a su alrededor Le hizo centrar su vista aunque él nunca había visto algo como eso, la mera imagen de ella, con sus cabellos flotando, si, cual magia apoderándose de todo a su alrededor, era un espectácul hermoso y a la vez algo que no había visto antes. Claramente, tanto que era imposible de ignorar, la piel humana que se estremecía, su propio cuerpo sintiendo aquel espasmo que le llevó al clímax. Separó sus colmillos con lentitud, besando su cuello, quedándose quieto, aún sintiendo como ella le envolvía. Como pocas veces, sin ese dejo de malicia, le sonrió, hasta odría decirse que con una amabilidad que no era tan propia de él. Se acercó a sus labios, viendo sus ojos, esa sonrisa coqueta que le había mostrado le había gustado, y como llevado por un gesto como ese, le besó de forma apenas perceptible, fugaz, casi con delicadeza.
Suspiró, se había separado de su cuello, sintiendo el latido de su corazón debilitarse. Dejó su frente contra la de ella. su piel tenía ahora, gracias a su sangre, un aspecto y una calidez que le hacían estar más cerca de las que poseían los seres humanos -Crystall...- Un bonito nombre, un bonito rostro y un momento que le haría recordarla aunque hubiese querido evitarlo. Acarició su rostro y salió de su interior, sin soltarle -Eres hermosa, no lo dudes... - Se acercó a su oído solo para susurrarle -Se siente bien, no pensar demasiado las cosas ¿no es verdad? - Aunque él siempre lo hacía, cuando la había visto, pensando tanto en lo que sucedía, sabía que él no era el mejor consejero -Solo puedo darte un consejo... - El único que podía darle, porque sin importar si era él, el maestro de su amante o el mismo creador que lo había llevado a ser un vampiro , todos ellos, compartían probablemente algo de ello -Decide, y una vez que lo hagas, no te arrepientas, jamás vuelvas pensando en que las cosas serían diferentes si lo hicierasdiferente. Haz lo que tu instinto o tu corazón te marque... La vida eterna no existe... Ni para ustedes ni para nosotros - Acarició su mejilla -Así que no pienses demasiado, se egoísta, se imprudente si quieres, solo disfrútalo - Hizo un gesto con los labios, con ese toque innato de sensualidad y de picardía, le mordió el labio inferior mientras le sostenía contra su cuerpo.
Suspiró, se había separado de su cuello, sintiendo el latido de su corazón debilitarse. Dejó su frente contra la de ella. su piel tenía ahora, gracias a su sangre, un aspecto y una calidez que le hacían estar más cerca de las que poseían los seres humanos -Crystall...- Un bonito nombre, un bonito rostro y un momento que le haría recordarla aunque hubiese querido evitarlo. Acarició su rostro y salió de su interior, sin soltarle -Eres hermosa, no lo dudes... - Se acercó a su oído solo para susurrarle -Se siente bien, no pensar demasiado las cosas ¿no es verdad? - Aunque él siempre lo hacía, cuando la había visto, pensando tanto en lo que sucedía, sabía que él no era el mejor consejero -Solo puedo darte un consejo... - El único que podía darle, porque sin importar si era él, el maestro de su amante o el mismo creador que lo había llevado a ser un vampiro , todos ellos, compartían probablemente algo de ello -Decide, y una vez que lo hagas, no te arrepientas, jamás vuelvas pensando en que las cosas serían diferentes si lo hicierasdiferente. Haz lo que tu instinto o tu corazón te marque... La vida eterna no existe... Ni para ustedes ni para nosotros - Acarició su mejilla -Así que no pienses demasiado, se egoísta, se imprudente si quieres, solo disfrútalo - Hizo un gesto con los labios, con ese toque innato de sensualidad y de picardía, le mordió el labio inferior mientras le sostenía contra su cuerpo.
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