AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Eres mi razón de existir ||Privado +18
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Eres mi razón de existir ||Privado +18
Los rayos del sol rozaron mi piel desnuda y con ello me despertaron. Una sonrisa se deslizó por mis labios en cuanto imaginé lo que haría aquel día, lo que podría pasar entre aquellas paredes.
Mi cuerpo desnudo yacía sobre las sábanas sedosas que tapaban a ojos curiosos mis partes más nobles. Mis senos podrían entreverse por la forma que provocaban hacer a las sábanas pero había algo que me faltaba y era el cuerpo de mi hermano exhausto a mi lado.
Me senté en la cama y restregué mis ojos con mis dedos suavemente para no hacerme daño. Me levanté de la cama pensando en qué podría ponerme esa mañana pues debía comenzar a preparar todo para tener la casa lista. Aún así, el desasosiego por no saber sobre el paradero de Reus era mayor de lo que cualquier podría imaginarse más sabía que él nunca podría sufrir ningún daño. Cualquiera sí pero no él, él jamás. Sus heridas serían fáciles de curar, esas que mis habilidades pudiesen rápidamente subsanar.
Mientras pensaba en todo aquello, había comenzado a lavarme con una palangana y una trapo. No necesitaba más. La bañera se la preparaba siempre a Reus y solamente podía disfrutarla de ser él quien me lo pidiese, de ser él quien me quisiera sumergida en el agua entre sus brazos.
Pasé el trapo por todo mi cuerpo y una vez hube terminado me vestí, con lencería siempre dispuesta para los placeres prohibidos de la carne y un buen vestido.
Caminé por la casa. Tiré el trapo que había usado para lavarme el cuerpo y vacié el agua de la palangana. Acto seguido, me lavé las manos y comencé a preparar el desayuno para Reus. Quería que le gustara esta vez. Tenía que ser algo delicioso para su paladar, no podía ser algo que no le gustara porque si él estaba triste o descontento, yo lo estaba con él. Le amaba tanto. Ya estaba nerviosa por volver a verle, por observar esos preciosos ojos y esa dulce sonrisa que solo a veces me dedicaba a mí. ¿Podría conseguir sacársela hoy?
Teníamos dinero para pagar a sirvientas que hiciesen todo ese trabajo pero yo no quería que nadie cuidase a mi Reus. Era mío. Todo lo que hacía lo hacía por y para él. Solo yo podía cuidarle, para así regalarle una mínima parte de todo lo que él me daba a mí protegiéndome cada noche contra aquellas criaturas.
Cogí un pequeño bol de fresas y puse todo el desayuno en una bandeja. No quería que se moviese de la cama si no lo deseaba porque estaría agotado de las batallas que hubiese tenido la noche anterior mientras yo descansaba.
Me metí en su habitación y le contemplé completamente dormido sobre su lecho. Sonreí como una boba enamorada para después depositar con suavidad la bandeja sobre la cama, a los pies de forma que no pudiese tirarla.
- Buenos días... -susurré cantarina contra su oído dejando un beso en su mandíbula.- Despierta, Reus -besé sus labios fugazmente.
Mi cuerpo desnudo yacía sobre las sábanas sedosas que tapaban a ojos curiosos mis partes más nobles. Mis senos podrían entreverse por la forma que provocaban hacer a las sábanas pero había algo que me faltaba y era el cuerpo de mi hermano exhausto a mi lado.
Me senté en la cama y restregué mis ojos con mis dedos suavemente para no hacerme daño. Me levanté de la cama pensando en qué podría ponerme esa mañana pues debía comenzar a preparar todo para tener la casa lista. Aún así, el desasosiego por no saber sobre el paradero de Reus era mayor de lo que cualquier podría imaginarse más sabía que él nunca podría sufrir ningún daño. Cualquiera sí pero no él, él jamás. Sus heridas serían fáciles de curar, esas que mis habilidades pudiesen rápidamente subsanar.
Mientras pensaba en todo aquello, había comenzado a lavarme con una palangana y una trapo. No necesitaba más. La bañera se la preparaba siempre a Reus y solamente podía disfrutarla de ser él quien me lo pidiese, de ser él quien me quisiera sumergida en el agua entre sus brazos.
Pasé el trapo por todo mi cuerpo y una vez hube terminado me vestí, con lencería siempre dispuesta para los placeres prohibidos de la carne y un buen vestido.
Caminé por la casa. Tiré el trapo que había usado para lavarme el cuerpo y vacié el agua de la palangana. Acto seguido, me lavé las manos y comencé a preparar el desayuno para Reus. Quería que le gustara esta vez. Tenía que ser algo delicioso para su paladar, no podía ser algo que no le gustara porque si él estaba triste o descontento, yo lo estaba con él. Le amaba tanto. Ya estaba nerviosa por volver a verle, por observar esos preciosos ojos y esa dulce sonrisa que solo a veces me dedicaba a mí. ¿Podría conseguir sacársela hoy?
Teníamos dinero para pagar a sirvientas que hiciesen todo ese trabajo pero yo no quería que nadie cuidase a mi Reus. Era mío. Todo lo que hacía lo hacía por y para él. Solo yo podía cuidarle, para así regalarle una mínima parte de todo lo que él me daba a mí protegiéndome cada noche contra aquellas criaturas.
Cogí un pequeño bol de fresas y puse todo el desayuno en una bandeja. No quería que se moviese de la cama si no lo deseaba porque estaría agotado de las batallas que hubiese tenido la noche anterior mientras yo descansaba.
Me metí en su habitación y le contemplé completamente dormido sobre su lecho. Sonreí como una boba enamorada para después depositar con suavidad la bandeja sobre la cama, a los pies de forma que no pudiese tirarla.
- Buenos días... -susurré cantarina contra su oído dejando un beso en su mandíbula.- Despierta, Reus -besé sus labios fugazmente.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Todo se colocaba eternamente oscuro, era una habitación que solo tenía cómo luminosidad un especie de halo al cuál logré llegar, lo cogí. Me arrepentí -¿Padre?- susurré con inocencia y estupidez, giré mi propio cuerpo y detrás de mi contemplé bajo una mueca ahogada en terror la imagen de aquel demonio liberado, su ataque hacia mi fue inminente y aun así le hice frente pues empuñé mi espada y decidí enterrarle todo el filo justo sobre su corazón. Le detuve.
-No... No... ¡NO!- me grité a mi mismo cuándo bajo una explosión de luz rojiza y naranja me percaté que era mi progenitor al que había atravesado sin piedad alguna, había sido yo quien le dio muerte, quién lo condenó al sueño eterno por mi estupidez, por mi mediocridad, mi cobardía. Yo lo había matado, lo hice yo.
De pronto abrí mis ojos con rapidez, me levanté de mi cama respirando agitadamente y con mi cuerpo cubierto de sudor. Ahí estaba Hilda, quien ya tenía el desayuno sobre mi cama y su beso me había traído de aquella pesadilla; le miré fijamente, no dije nada, mi expresión solo indicaba un poco de agitación y preferí callar -Buenos días, hermana- susurré, acomodándome para dejar mi torso desnudo, perfectamente dibujados aquellos pectorales, mi abdomen tan duro y bien formado. Unos bíceps y tríceps que no eran voluptuosos y sin embargo dejaban ver el extenso entrenamiento físico al cuál me sometía cada día -Gracias por el desayuno- cogí la charola y la puse en mi regazo para empezar a comer lentamente -Está delicioso- añadí, con mi cuerpo desnudo bajo las sabanas.
-No... No... ¡NO!- me grité a mi mismo cuándo bajo una explosión de luz rojiza y naranja me percaté que era mi progenitor al que había atravesado sin piedad alguna, había sido yo quien le dio muerte, quién lo condenó al sueño eterno por mi estupidez, por mi mediocridad, mi cobardía. Yo lo había matado, lo hice yo.
De pronto abrí mis ojos con rapidez, me levanté de mi cama respirando agitadamente y con mi cuerpo cubierto de sudor. Ahí estaba Hilda, quien ya tenía el desayuno sobre mi cama y su beso me había traído de aquella pesadilla; le miré fijamente, no dije nada, mi expresión solo indicaba un poco de agitación y preferí callar -Buenos días, hermana- susurré, acomodándome para dejar mi torso desnudo, perfectamente dibujados aquellos pectorales, mi abdomen tan duro y bien formado. Unos bíceps y tríceps que no eran voluptuosos y sin embargo dejaban ver el extenso entrenamiento físico al cuál me sometía cada día -Gracias por el desayuno- cogí la charola y la puse en mi regazo para empezar a comer lentamente -Está delicioso- añadí, con mi cuerpo desnudo bajo las sabanas.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Pude observar como el sudor perlaba su frente. Aquello solo podía significar que había estado teniendo pesadillas nuevamente. Lo que desearía poder quitarle el dolor de la muerte de nuestro padre pero él era tan bueno que sufría demasiado por ello. Tenía tantas ganas de abrazarle y protegerle yo misma entre mis brazos, besarle y llevarle a un lugar diferente, ese lugar donde solamente estábamos él y yo, nadie más.
Acaricié su mejilla con una sonrisa en mis labios y esperé que probara el desayuno mientras me perdía en la visión de su torso desnudo sudoroso. Mordí mi labio inferior y me levanté de la cama.
- Tienes el baño preparado, Reus. En cuanto termines puedes tomarte el baño y te ayudaré a lavarte como siempre -repuse sentada en la cama mirando como desayunaba. Me gustaba verle alimentarse, estar tranquilo después de levantarse pero si había algo que me gustaba de él era lo realmente atractivo que era a todas horas.
Me levanté de la cama y comencé a recoger el cuarto inclinándome con cuidado para no caerme al suelo porque las varillas de la faja hacían difícil hacerlo.
Acaricié su mejilla con una sonrisa en mis labios y esperé que probara el desayuno mientras me perdía en la visión de su torso desnudo sudoroso. Mordí mi labio inferior y me levanté de la cama.
- Tienes el baño preparado, Reus. En cuanto termines puedes tomarte el baño y te ayudaré a lavarte como siempre -repuse sentada en la cama mirando como desayunaba. Me gustaba verle alimentarse, estar tranquilo después de levantarse pero si había algo que me gustaba de él era lo realmente atractivo que era a todas horas.
Me levanté de la cama y comencé a recoger el cuarto inclinándome con cuidado para no caerme al suelo porque las varillas de la faja hacían difícil hacerlo.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Seguí comiendo y entonces empecé a morder las fresas que mi hermana había preparado para mí; escuché cómo me indicó que podía tomar un baño ya y asimismo aprecié cómo recogía la habitación por mí. Verla en vestido y tacón alto, tan arreglada así cómo hermosa me hizo estremecer, tanto que no pude evitar sentir una pronta erección -Muchas gracias, Hilda.. Ahora mismo iré- puse la charola a un lado, luego destapé las sabanas de mi cuerpo para dejar ver mi piel desnuda así cómo mi pene de cierta manera alargado y engrosado, más no en totalidad.
Caminé hacia el baño, cogí una toalla y la acerqué a la bañera. Con cuidado me dispuse a meter un pie seguido del otro, terminando por sentarme para sentir mi cuerpo cubierto por el agua tibia, justo en el punto que me gusta... Ella sabía bien cómo tratarme -Hermana, si quieres puedes dejar la limpieza para luego, ¿por qué no vienes a ayudarme?- suspiré después de esto, recargando mi cuerpo y dejando salir toda preocupación.
Mis ojos se cerraron, quise ignorar aquella pesadilla así que simplemente comencé a meditar, a repasar las labores del día y por último planeando mi siguiente movimiento. Cada vez estaba más cerca del Cazador ese, la información que ya tenía me sería útil para poder ubicarlo y así poder adentrarme más en el misterio sobre la muerte de los doce sacerdotes y la mano derecha del Papa, aquella mujer rara de nombre Allure.
Caminé hacia el baño, cogí una toalla y la acerqué a la bañera. Con cuidado me dispuse a meter un pie seguido del otro, terminando por sentarme para sentir mi cuerpo cubierto por el agua tibia, justo en el punto que me gusta... Ella sabía bien cómo tratarme -Hermana, si quieres puedes dejar la limpieza para luego, ¿por qué no vienes a ayudarme?- suspiré después de esto, recargando mi cuerpo y dejando salir toda preocupación.
Mis ojos se cerraron, quise ignorar aquella pesadilla así que simplemente comencé a meditar, a repasar las labores del día y por último planeando mi siguiente movimiento. Cada vez estaba más cerca del Cazador ese, la información que ya tenía me sería útil para poder ubicarlo y así poder adentrarme más en el misterio sobre la muerte de los doce sacerdotes y la mano derecha del Papa, aquella mujer rara de nombre Allure.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
De vez en cuando le miraba mientras recogía su habitación. No podía evitar que una sonrisa se extendiera por mi rostro al verle tan apuesto comiendo con aquellas pequeñas gotas del jugo de las fresas deslizándose por sus labios. Pude sentir como en mi bajo vientre se notaba la clara señal de la seducción que mi hermano siempre provocaba sin buscarlo.
Una sola visión de su cuerpo desnudo fue suficiente para que me temblaran las manos y casi se me cayeran las prendas de ropa que estaba guardando en una cesta para llevarlas a lavar.
La voz grave de Reus, diciéndome que le ayudara, me hizo dejar rápidamente todo. Él era mi prioridad y si necesitaba alguna cosa antes había que hacerlo que el resto de las tareas.
Caminé lentamente hacia el baño, encontrándome con un Reus con los ojos cerrados, relajado o al menos intentándolo. Cogí una toallita y me senté en el suelo a su lado, fuera de la bañera, subida a una pequeña sillita para que así me llegaran los brazos a todas partes. Mojé la toalla mientras observaba todo su cuerpo y dejaba un beso en su frente. Después comencé a frotar su cuerpo lentamente para quitarle con cuidado toda la suciedad. No quería molestarle en su intento de serenarse sí que no dije nada, solamente me dediqué a volverme loca con la visión que aquel cuerpo del pecado me entregaba.
Una sola visión de su cuerpo desnudo fue suficiente para que me temblaran las manos y casi se me cayeran las prendas de ropa que estaba guardando en una cesta para llevarlas a lavar.
La voz grave de Reus, diciéndome que le ayudara, me hizo dejar rápidamente todo. Él era mi prioridad y si necesitaba alguna cosa antes había que hacerlo que el resto de las tareas.
Caminé lentamente hacia el baño, encontrándome con un Reus con los ojos cerrados, relajado o al menos intentándolo. Cogí una toallita y me senté en el suelo a su lado, fuera de la bañera, subida a una pequeña sillita para que así me llegaran los brazos a todas partes. Mojé la toalla mientras observaba todo su cuerpo y dejaba un beso en su frente. Después comencé a frotar su cuerpo lentamente para quitarle con cuidado toda la suciedad. No quería molestarle en su intento de serenarse sí que no dije nada, solamente me dediqué a volverme loca con la visión que aquel cuerpo del pecado me entregaba.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Mis ojos se mantenían cerrados y poco a poco la respiración de toda mi humanidad se pronunciaba calmada al cabo de los segundos. El trapo que empezó a recorrer mi piel lentamente en conjugo con el beso sobre mi frente me hizo esbozar una débil sonrisa ladina que en cuestión de instantes se borró. Quizás no era expresivo, pero una mueca cómo esa no se suscitaba siempre y evidenciaba cómo me gustaba el trato que Hilda tenía para mí. De pronto mi mano izquierda que era la más cercan a ella empezó a acariciar su mejilla, recorriendo su hermoso rostro que dibujaba yo en mi mente.
La temperatura de toda mi fisionomía aumentó, luego abrí mis parpados y la observé ahí tan dedicada a mí, tan perfectamente devota a su hermano menor... Me cautivó, me hizo sentir bien y todo mejoró justo cuándo su escote se asomó un poco sugerente por accidente cuándo se estiraba a limpiar mi cuerpo; Sentir sus manos recorrer mis pectorales, mi abdomen y luego regresar a mi cuello, subir y bajar, las gotas de agua que al tocar mi piel casi podía jurar que se evaporaban por la intensidad que nacía en mí.
De pronto mis dedos seguían jugando con su cuello, acariciándola de una forma suave que me iba excitando con prontitud. Tiré un tirante de su vestido para que se deslizara por su hombro y descubrir un poco más de sus senos a mi vista; me percaté y con una mirada cómo si pidiera disculpas me le quedé viendo, respirando con dificultad y muy dentro de mí deseando que toda la prenda entera cayera y dejara ver esa exquisita desnudez... Esa sensual hembra que me pertenecía a mí y solo a mí.
La temperatura de toda mi fisionomía aumentó, luego abrí mis parpados y la observé ahí tan dedicada a mí, tan perfectamente devota a su hermano menor... Me cautivó, me hizo sentir bien y todo mejoró justo cuándo su escote se asomó un poco sugerente por accidente cuándo se estiraba a limpiar mi cuerpo; Sentir sus manos recorrer mis pectorales, mi abdomen y luego regresar a mi cuello, subir y bajar, las gotas de agua que al tocar mi piel casi podía jurar que se evaporaban por la intensidad que nacía en mí.
De pronto mis dedos seguían jugando con su cuello, acariciándola de una forma suave que me iba excitando con prontitud. Tiré un tirante de su vestido para que se deslizara por su hombro y descubrir un poco más de sus senos a mi vista; me percaté y con una mirada cómo si pidiera disculpas me le quedé viendo, respirando con dificultad y muy dentro de mí deseando que toda la prenda entera cayera y dejara ver esa exquisita desnudez... Esa sensual hembra que me pertenecía a mí y solo a mí.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Comencé a restregar suavemente su figura musculosa con la pequeña toalla que tenía en mi mano. Observar su cuerpo completamente desnudo ante mí siempre me provocaba una excitación que tenía que controlar y a duras penas podía lograrlo aunque como siempre mis impulsos no valían frente a sus deseos.
Sus caricias en mi cuello comenzaron a provocar en mi corazón un ritmo acelerado, completamente errático al igual que en mi respiración. La forma en que rozaba mi piel la despertaba, dedicando un ligero jadeo a ese contacto único e inigualable que reconocería en cualquier parte.
Al notar como deslizaba mi tirante por mi hombro, mi seno caía suavemente por el peso de la gravedad y podía sentir como estaba mucho más a su vista. Tragué con algo de dificultad, giré mi rostro hacia esa mano que estaba acariciándome. Le miré a los ojos y bajé lentamente por su cuerpo hasta sus piernas restregando y subiendo por ellas hacia la zona que parecía irse endureciendo por momentos. No podía evitar desearle tanto que mi sangre me ardía como lava en erupción.
Sus caricias en mi cuello comenzaron a provocar en mi corazón un ritmo acelerado, completamente errático al igual que en mi respiración. La forma en que rozaba mi piel la despertaba, dedicando un ligero jadeo a ese contacto único e inigualable que reconocería en cualquier parte.
Al notar como deslizaba mi tirante por mi hombro, mi seno caía suavemente por el peso de la gravedad y podía sentir como estaba mucho más a su vista. Tragué con algo de dificultad, giré mi rostro hacia esa mano que estaba acariciándome. Le miré a los ojos y bajé lentamente por su cuerpo hasta sus piernas restregando y subiendo por ellas hacia la zona que parecía irse endureciendo por momentos. No podía evitar desearle tanto que mi sangre me ardía como lava en erupción.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Las caricias que mi hermana me hacía cómo pretexto de limpieza a mi piel iban encendiendo cada vez más turbinas dentro de todo mi cuerpo. El calor del agua se manifestaba cómo mínimo a comparación de todo mi cuerpo cuándo mi miembro se empezó a engrosar, a sentirse invadido de aquel deseo por la piel de Hilda que me provocaba fantasías sexuales que ahí mismo desarrollaba e imaginaba; subía y bajaba, pero yo ahí estaba quieto con mi falo duro y alargado ya... Tomé su mano y la dirigí hacia mi zona sexual, incitándola a que la acariciara sin miedo, a que la tomara si así lo deseaba, a que explorara todo de mí porque en ese mismo momento yo quería hacerla mía.
Con mi otra mano deslicé el segundo tirante con más obviedad, permitiendo que el vestido cayera de su cuerpo una vez que con suavidad le pedí que se colocara de pie. Le observé ahí desnuda ante mí, tan perfecta e imponente... Sus senos redondos que me hacían saborear sus pequeños y rosados pezones; su piel que me incitaba a recorrerle con desesperación y aun así pude controlar mis impulsos animales con un hondo respiro -Ven, Hilda- dije claramente, tomando sus bragas diminutas con mis manos, dejándolas caer tal cómo aquel vestido hasta así poder apreciarle enteramente sin ropa.
Poco a poco le ayudé a entrar al agua, colocándola recargada sobre mi mientras que el agua le cubría un poco el cuerpo también. Con mis manos empecé a tallar su piel, a acariciarla y recorrerla, a memorizar cada poro y así comenzar a excitarme sin ninguna clase de remordimiento o algún problema; mis dedos sujetaron sus senos, los apreté bien y los comencé a masajear, estimulando sus pezones con toda dedicación esperando que se tornaran tan duros cómo mi miembro ya estaba -Eres perfecta, hermana- le susurré al oído, acercando su cuerpo lo más posible al mío... Me gustaba, me encantaba, la amaba... Me excitaba, quería hacerle el amor, desahogar todo en ella... En mi hermana.
Con mi otra mano deslicé el segundo tirante con más obviedad, permitiendo que el vestido cayera de su cuerpo una vez que con suavidad le pedí que se colocara de pie. Le observé ahí desnuda ante mí, tan perfecta e imponente... Sus senos redondos que me hacían saborear sus pequeños y rosados pezones; su piel que me incitaba a recorrerle con desesperación y aun así pude controlar mis impulsos animales con un hondo respiro -Ven, Hilda- dije claramente, tomando sus bragas diminutas con mis manos, dejándolas caer tal cómo aquel vestido hasta así poder apreciarle enteramente sin ropa.
Poco a poco le ayudé a entrar al agua, colocándola recargada sobre mi mientras que el agua le cubría un poco el cuerpo también. Con mis manos empecé a tallar su piel, a acariciarla y recorrerla, a memorizar cada poro y así comenzar a excitarme sin ninguna clase de remordimiento o algún problema; mis dedos sujetaron sus senos, los apreté bien y los comencé a masajear, estimulando sus pezones con toda dedicación esperando que se tornaran tan duros cómo mi miembro ya estaba -Eres perfecta, hermana- le susurré al oído, acercando su cuerpo lo más posible al mío... Me gustaba, me encantaba, la amaba... Me excitaba, quería hacerle el amor, desahogar todo en ella... En mi hermana.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Mi labor me estaba resultando imposible al ver como su miembro tomaba el tamaño deseado para hundirse dentro de mí, perderse para siempre y hacernos a ambos gritar como si el mañana no importara tan solo el presente.
Aquel no podía ser un amor de pecado, era un amor de entrega y de pasión, una necesidad de lujuria y carne que pocos entendían pero además una que era compensada con la veneración del cuerpo del ser amado.
Suspiré y noté como mi mano era llevada ante ese delicioso manjar que tantas veces había gozado mi cuerpo y de las que nunca se cansaría. Lo tomé entre mis dedos con suavidad, empezando poco a poco a realizar una pequeña caricia por toda su extensión subiendo mi pulgar hasta su glande y rozándolo muy lentamente terminando de nuevo en su base para volver a ascender.
Cerré durante una milésima de segundo mis ojos al notar como mi cuerpo iba quedándose desnudo. Saber que él lo deseaba como yo me gustaba y me provocaba un placer insospechado. Dejé que me quitara las bragas y con cuidado me metí en la bañera con él poniéndome a horcajadas sobre su regazo. Rodeé sus hombros con mis brazos y le miré a los ojos sumisa sabiendo que haría cuanto quisiera.
- Iré donde me pidas y haré lo que me pidas, Reus -musité contra su oído dejando un beso en él y peinando su cabello hacia atrás antes de sentir sus grandes manos recorrer mi cuerpo provocando que mi piel se erizara despertando a su tacto y mis pezones poco a poco aumentaran de tamaño para su disfrute soltando yo débiles gemidos del gusto.
Mis manos no se quedaron quietas, comenzaron a recorrer su cuerpo ahora sin esa odiosa toalla que tanto odiaba cada vez que tenía que pasearme por su delirante cuerpo, con su suave piel a pesar de las heridas producidas por las batallas cada pequeñas marca no era más que el símbolo de una victoria de su magnificencia frente a la mediocridad de todos aquellos a quienes se enfrentaba.
- Tú sí eres perfecto, hermano... el más perfecto entre los hombres -susurré y sin más fundí mis labios con los suyos en un beso apasionado.
Aquel no podía ser un amor de pecado, era un amor de entrega y de pasión, una necesidad de lujuria y carne que pocos entendían pero además una que era compensada con la veneración del cuerpo del ser amado.
Suspiré y noté como mi mano era llevada ante ese delicioso manjar que tantas veces había gozado mi cuerpo y de las que nunca se cansaría. Lo tomé entre mis dedos con suavidad, empezando poco a poco a realizar una pequeña caricia por toda su extensión subiendo mi pulgar hasta su glande y rozándolo muy lentamente terminando de nuevo en su base para volver a ascender.
Cerré durante una milésima de segundo mis ojos al notar como mi cuerpo iba quedándose desnudo. Saber que él lo deseaba como yo me gustaba y me provocaba un placer insospechado. Dejé que me quitara las bragas y con cuidado me metí en la bañera con él poniéndome a horcajadas sobre su regazo. Rodeé sus hombros con mis brazos y le miré a los ojos sumisa sabiendo que haría cuanto quisiera.
- Iré donde me pidas y haré lo que me pidas, Reus -musité contra su oído dejando un beso en él y peinando su cabello hacia atrás antes de sentir sus grandes manos recorrer mi cuerpo provocando que mi piel se erizara despertando a su tacto y mis pezones poco a poco aumentaran de tamaño para su disfrute soltando yo débiles gemidos del gusto.
Mis manos no se quedaron quietas, comenzaron a recorrer su cuerpo ahora sin esa odiosa toalla que tanto odiaba cada vez que tenía que pasearme por su delirante cuerpo, con su suave piel a pesar de las heridas producidas por las batallas cada pequeñas marca no era más que el símbolo de una victoria de su magnificencia frente a la mediocridad de todos aquellos a quienes se enfrentaba.
- Tú sí eres perfecto, hermano... el más perfecto entre los hombres -susurré y sin más fundí mis labios con los suyos en un beso apasionado.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Le miré un momento a sus ojos, tan perfectos y hermosos. Acaricié su mejilla para entonces sentir cómo su cuerpo calentaba el mío aun más que la misma agua; comencé a respirar agitadamente mientras que la pasión se desbordaba por todos mis instintos tratando de controlarse más siendo inútil al tenerla ahí sobre mí, apegada, cerca, dispuesta a ser mía... A ser solamente mía y de nadie más, esa entrega que me hacía querer protegerle con mi vida sin importarme el infierno asegurado por sentir esto por la mujer que comparte mi sangre, ¿a quien le importa? Mataría al mismo Satanás o al que llaman Dios por estar con ella.
No soporté más, ella se abalanzó contra mí para besarme y yo le respondí tan apasionadamente que instantáneamente el agua comenzó a salirse de la tina; le aferré desde su cintura, sujetándola con fuerza y demanda, dejando mis manos marcadas en su piel mientras que en una danza alocada mi lengua se entrelazaba con la de ella respirando con bastante dificultad, separándome entre segundos para solamente volver a morderle su labio inferior, a succionarlo y juguetear para volver a sellar nuestros labios.
De pronto le acerqué a mí de golpe, sus senos quedaron recargados sobre mis pectorales y de pronto mi miembro comenzaba a rozar su feminidad comenzando así a frotarse nuestros cuerpos dejando un incremento descomunal en la excitación que nos dominaba en ese mismo momento. El agua fuera del lugar, nuestros cuerpos desnudos jugando entre ellos y nuestras ganas de estar uno con el otro poco a poco consumían toda razón y nos alzaban a no querer otra cosa más que hacer al amor.
No soporté más, ella se abalanzó contra mí para besarme y yo le respondí tan apasionadamente que instantáneamente el agua comenzó a salirse de la tina; le aferré desde su cintura, sujetándola con fuerza y demanda, dejando mis manos marcadas en su piel mientras que en una danza alocada mi lengua se entrelazaba con la de ella respirando con bastante dificultad, separándome entre segundos para solamente volver a morderle su labio inferior, a succionarlo y juguetear para volver a sellar nuestros labios.
De pronto le acerqué a mí de golpe, sus senos quedaron recargados sobre mis pectorales y de pronto mi miembro comenzaba a rozar su feminidad comenzando así a frotarse nuestros cuerpos dejando un incremento descomunal en la excitación que nos dominaba en ese mismo momento. El agua fuera del lugar, nuestros cuerpos desnudos jugando entre ellos y nuestras ganas de estar uno con el otro poco a poco consumían toda razón y nos alzaban a no querer otra cosa más que hacer al amor.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Su boca contra la mía respondiendo el beso apasionado que yo misma había iniciado me devolvió la vida. Era sumisa y apocada, siempre hacía lo que mi amor me pedía pero a veces tenía alguna necesidad de un beso de esa boca deliciosa que tantos pecados cometería tan solo por besarla cuantas veces se me permitiera.
Mis dedos se aferraron a su cabello mientras mi lengua se deslizaba danzarina contra la suya buscando a su amante, ambas necesitadas como nosotros lo parecíamos ya del otro. Hacer el amor era nuestro destino, eso era lo que estaba más que claro.
Jadeé mientras notaba como la pasión aumentaba y el calor gobernaba nuestros cuerpos. El mío estaba al borde del colapso solamente de notar como yo era la culpable de aquella excitación.
Mordí su labio inferior y lo estiré suavemente con mis dientes para luego mirarle unos segundos a los ojos, lo suficiente para saber que mi cuerpo debía inclinarse más contra el suyo, lo cuál hice.
Mis pequeños pezones ya estaban endurecidos y rozándose contra sus pectorales, mis manos bajaban por su cuello lentamente hasta sus hombros y su espalda para luego apretarle a mí hasta que ni una gota de aire podía deslizarse entre nosotros.
Mi beso no cesaba porque mis labios siempre estaban hambrientos de aquella boca gloriosa que me daba la vida y provocaba que me excitara más cada momento.
Mis dedos se aferraron a su cabello mientras mi lengua se deslizaba danzarina contra la suya buscando a su amante, ambas necesitadas como nosotros lo parecíamos ya del otro. Hacer el amor era nuestro destino, eso era lo que estaba más que claro.
Jadeé mientras notaba como la pasión aumentaba y el calor gobernaba nuestros cuerpos. El mío estaba al borde del colapso solamente de notar como yo era la culpable de aquella excitación.
Mordí su labio inferior y lo estiré suavemente con mis dientes para luego mirarle unos segundos a los ojos, lo suficiente para saber que mi cuerpo debía inclinarse más contra el suyo, lo cuál hice.
Mis pequeños pezones ya estaban endurecidos y rozándose contra sus pectorales, mis manos bajaban por su cuello lentamente hasta sus hombros y su espalda para luego apretarle a mí hasta que ni una gota de aire podía deslizarse entre nosotros.
Mi beso no cesaba porque mis labios siempre estaban hambrientos de aquella boca gloriosa que me daba la vida y provocaba que me excitara más cada momento.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Sus labios que quemaban mi cuerpo cada vez que dejaba un beso me incitaban a proseguir con las caricias, con el deseo y el pecado de hacerle el amor a mi propia hermana. Ella me excitaba, me provocaba tantas cosas y cada vez que su piel rozaba con la mía sentía cómo todo fluía perfectamente; podía ser cruel, podía condenar a espíritus, asesinar gente sin ninguna clase de remordimiento, podía guardar rencor hasta conmigo mismo por matar a Madre y Padre pero no a ella... No a mi verdadero amor... No a mi hermana que adoro tanto.
Le empujé un poco para separarnos y le giré, hice que recargara sus manos sobre el borde de la bañera y de pronto tomé sus caderas entre caricias. Acerqué mi cuerpo al de ella pegando mi pelvis con su trasero, sentía cómo mi miembro duro y alargado estimulaban su feminidad, cómo cada vez se sentía más cálido y mojado no por el agua... Sino por su libido.
Mi boca tomó su oreja y la mordí, luego lamí su cuello y con dedicación mis manos le sujetaron de sus senos, masajeándolos de forma ovalada mientras que hacía presión sobre sus duros y rosados pezones. Ese cuerpo era mi perdición y la ansiedad por poseerlo me carcomía segundo tras segundo -Te amo, hermana... Te amo tanto...- susurré entre gemidos y respiraciones entrecortadas. El agua se salía y no nos importaba, nuestros cuerpos se volvían uno y nuestra pasión incrementaba tanto cómo el calor entre nosotros.
Poco a poco sentí cómo me adentraba en ella, sentía bien mi falo ser abrazado por su sexo, cubierto por la calidez y humedad de su vagina, era ceñida... Se sentía delicioso y me provocaba gemirle al oído; necesitaba de ella y por eso comencé a embestirle poco de a poco, llevando un ritmo calmado mientras que en mi satisfacción y entero placer mantuve mis manos sobre sus tetas, empujándola y retrayéndola a mí repetidas veces, haciéndola mía entre el placer y los gemidos de dos hermanos que están enamorados el uno del otro... Algo enfermizo... Algo real.
Le empujé un poco para separarnos y le giré, hice que recargara sus manos sobre el borde de la bañera y de pronto tomé sus caderas entre caricias. Acerqué mi cuerpo al de ella pegando mi pelvis con su trasero, sentía cómo mi miembro duro y alargado estimulaban su feminidad, cómo cada vez se sentía más cálido y mojado no por el agua... Sino por su libido.
Mi boca tomó su oreja y la mordí, luego lamí su cuello y con dedicación mis manos le sujetaron de sus senos, masajeándolos de forma ovalada mientras que hacía presión sobre sus duros y rosados pezones. Ese cuerpo era mi perdición y la ansiedad por poseerlo me carcomía segundo tras segundo -Te amo, hermana... Te amo tanto...- susurré entre gemidos y respiraciones entrecortadas. El agua se salía y no nos importaba, nuestros cuerpos se volvían uno y nuestra pasión incrementaba tanto cómo el calor entre nosotros.
Poco a poco sentí cómo me adentraba en ella, sentía bien mi falo ser abrazado por su sexo, cubierto por la calidez y humedad de su vagina, era ceñida... Se sentía delicioso y me provocaba gemirle al oído; necesitaba de ella y por eso comencé a embestirle poco de a poco, llevando un ritmo calmado mientras que en mi satisfacción y entero placer mantuve mis manos sobre sus tetas, empujándola y retrayéndola a mí repetidas veces, haciéndola mía entre el placer y los gemidos de dos hermanos que están enamorados el uno del otro... Algo enfermizo... Algo real.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Y en un abrir y cerrar de ojos volvíamos a estar en una postura de dominación, aquella en la que él siempre podía tocar todo mi cuerpo y yo debía consentir consumiéndome entre sus caricias y maldiciendo internamente por no poder tocar su perfección. Él era la perfección hecha hombre y nadie podría hacerme cambiar de opinión.
Pero satisfacerle me hacía tan feliz. Agarré el borde de la bañera y comencé a gemir con cada caricia sintiendo sus manos abarcar mis senos provocando que estos tomaran una dureza mayor por su excitación al igual que mis pezones parecían querer doblar su tamaño tan solo para rozar más sus dedos y sus manos dándome mayor placer.
Ya estaba tras de mí, pegado a mi cuerpo y podía sentir su calor contra mi piel. Jadeé y mordí mi labio inferior mientras notaba la gloriosa dureza de su miembro rozar mi sexo haciendo que mis labios vaginales se humedecieran por momentos.
Al sentirme invadida por él mi espalda se arqueó provocando que hubiese algo de separación entre nuestros cuerpos pero no demasiada. Era bastante flexible y eso era bueno para entregarme a él de esta manera que estaba prohibida ante los ojos del hombre y de Dios pero que para nosotros era la gloria misma.
Pude notar como me iba abriendo con cada entrar y salir, con cada movimiento y cada pequeño roce. Estaba completamente loca de placer. Solamente él sabía como entregarme la dulzura y la gloria de la intensidad maravillosa mientras me tomaba entre sus brazos como su mujer, solamente suya y de nadie más, no podía ser de nadie más tras haber sido suya.
Gemí, me agarré con fuerza al borde de la bañera y me moví hacia su cadera intentando que así entrases más en mi interior gobernándome como si no hubiese nada mejor y para mí no lo había, no había nada mejor que tenerte dentro de mí.
- Te amo, Reus... te amo más que a mi vida -susurré entrecortadamente dándote a entender que para mí eras lo más importante del mundo.
Pero satisfacerle me hacía tan feliz. Agarré el borde de la bañera y comencé a gemir con cada caricia sintiendo sus manos abarcar mis senos provocando que estos tomaran una dureza mayor por su excitación al igual que mis pezones parecían querer doblar su tamaño tan solo para rozar más sus dedos y sus manos dándome mayor placer.
Ya estaba tras de mí, pegado a mi cuerpo y podía sentir su calor contra mi piel. Jadeé y mordí mi labio inferior mientras notaba la gloriosa dureza de su miembro rozar mi sexo haciendo que mis labios vaginales se humedecieran por momentos.
Al sentirme invadida por él mi espalda se arqueó provocando que hubiese algo de separación entre nuestros cuerpos pero no demasiada. Era bastante flexible y eso era bueno para entregarme a él de esta manera que estaba prohibida ante los ojos del hombre y de Dios pero que para nosotros era la gloria misma.
Pude notar como me iba abriendo con cada entrar y salir, con cada movimiento y cada pequeño roce. Estaba completamente loca de placer. Solamente él sabía como entregarme la dulzura y la gloria de la intensidad maravillosa mientras me tomaba entre sus brazos como su mujer, solamente suya y de nadie más, no podía ser de nadie más tras haber sido suya.
Gemí, me agarré con fuerza al borde de la bañera y me moví hacia su cadera intentando que así entrases más en mi interior gobernándome como si no hubiese nada mejor y para mí no lo había, no había nada mejor que tenerte dentro de mí.
- Te amo, Reus... te amo más que a mi vida -susurré entrecortadamente dándote a entender que para mí eras lo más importante del mundo.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
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Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Cada empuje, cada embestida era con tanto cuidado y goce que no se podía siquiera describir; me sentía tan bien, me sentía perfectamente bien cada vez que hacía el amor con mi hermana y cada vez que ella cuidaba de mí; Hilda siempre había sido la única persona que me importa en la vida y en este preciso momento yo necesitaba de ella... De su entrega... De su cuerpo.
Apreté fuerte sus senos, los acariciaba y los moldeaba a mi gusto, podía quedarme ahí perfectamente degustándolos. Tan firmes, redondos... No eran exuberantes pero si eran perfecto a mi gusto, podía jugar con ellos y estimular sus rosados pezones cómo me placiera; así que comencé a embestirle un poco más duro, algo que le hiciera poco a poco ir exclamando sus gemidos que tanto me enloquecían.
Decidí entonces reincorporarme y mis manos le sujetaron bien de las caderas, le ayudaba a ir y venir contra mi pelvis para profundizar cada vez más las estocadas. Mi garganta expresaba gemidos roncos que pronto se iban convirtiendo en respiraciones entrecortadas. Hilda me volvía loco, me hacía anhelar de ella cómo un drogadicto desea su perdición.
-Aaah.. Hermana...- gemí, luego le tomé del culo y lo apreté bien, verla en esa posición me calentaba demasiado, ahí para mi disposición -Aaaah.. Aaaah..- seguía mientras mis ojos admiraban su perfecto cuerpo en cuatro y en perfecta postura para depositarle una nalgada pues aún cuándo la protegía con mi vida... Sabía que a Hilda le encantaba follar con dureza, la misma que a mí.
Apreté fuerte sus senos, los acariciaba y los moldeaba a mi gusto, podía quedarme ahí perfectamente degustándolos. Tan firmes, redondos... No eran exuberantes pero si eran perfecto a mi gusto, podía jugar con ellos y estimular sus rosados pezones cómo me placiera; así que comencé a embestirle un poco más duro, algo que le hiciera poco a poco ir exclamando sus gemidos que tanto me enloquecían.
Decidí entonces reincorporarme y mis manos le sujetaron bien de las caderas, le ayudaba a ir y venir contra mi pelvis para profundizar cada vez más las estocadas. Mi garganta expresaba gemidos roncos que pronto se iban convirtiendo en respiraciones entrecortadas. Hilda me volvía loco, me hacía anhelar de ella cómo un drogadicto desea su perdición.
-Aaah.. Hermana...- gemí, luego le tomé del culo y lo apreté bien, verla en esa posición me calentaba demasiado, ahí para mi disposición -Aaaah.. Aaaah..- seguía mientras mis ojos admiraban su perfecto cuerpo en cuatro y en perfecta postura para depositarle una nalgada pues aún cuándo la protegía con mi vida... Sabía que a Hilda le encantaba follar con dureza, la misma que a mí.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Sentí cada embestida de mi hermano gloriosa en mi interior, abriéndome, recibiéndole como si fuese lo mejor que hubiese en este mundo y a mis ojos lo era, tenerle dentro de mí, sentirle palpitante, gozándome como yo misma le gozaba sintiendo esa lujuria intensa que ambos sentíamos por el otro que nos hacía hacer el amor como animales.
Sus manos por todo mi cuerpo, provocando el endurecimiento de mis senos y con ellos gemidos de mi parte cada vez más altos porque el placer es cada vez mayor. Reus era el dueño de todo mi cuerpo, lo sabía y lo disfrutaba con cada pequeño gesto. Sabía que tendría respuesta inmediata en mi cuerpo.
Mis caderas se movieron al ritmo de las suyas en un vaivén que comenzaba a ser violento. Eso nos gustaba, el sexo duro, gozoso, que nos dejase exhaustos y bien satisfechos el uno del otro. A pesar de lo calladita que era normalmente, en la cama sin embargo no paraba de gemir para demostrarle a mi hermano cuanto me gustaba lo que me hacía y tentarle para seguir dándome más de aquel placer tan maravilloso del que solo él podía satisfacerme.
- Oh.. ah.. Reus... sí.. Dios mío -grité suavemente debido a la nalgada que me había dado y que me había dejado ligeramente enrojecida esa nalga que ahora había logrado que la otra nalga se sintiese celosa porque no había recibido ella también parte de castigo.- No pares... hermano, por favor... no pares -supliqué vibrando bajo su cuerpo necesitada del suyo como cada vez que hacíamos el amor.
Sus manos por todo mi cuerpo, provocando el endurecimiento de mis senos y con ellos gemidos de mi parte cada vez más altos porque el placer es cada vez mayor. Reus era el dueño de todo mi cuerpo, lo sabía y lo disfrutaba con cada pequeño gesto. Sabía que tendría respuesta inmediata en mi cuerpo.
Mis caderas se movieron al ritmo de las suyas en un vaivén que comenzaba a ser violento. Eso nos gustaba, el sexo duro, gozoso, que nos dejase exhaustos y bien satisfechos el uno del otro. A pesar de lo calladita que era normalmente, en la cama sin embargo no paraba de gemir para demostrarle a mi hermano cuanto me gustaba lo que me hacía y tentarle para seguir dándome más de aquel placer tan maravilloso del que solo él podía satisfacerme.
- Oh.. ah.. Reus... sí.. Dios mío -grité suavemente debido a la nalgada que me había dado y que me había dejado ligeramente enrojecida esa nalga que ahora había logrado que la otra nalga se sintiese celosa porque no había recibido ella también parte de castigo.- No pares... hermano, por favor... no pares -supliqué vibrando bajo su cuerpo necesitada del suyo como cada vez que hacíamos el amor.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Con fuerza mis dedos quedaron marcados sobre el trasero de Hilda. Sus gemidos abordaban mis sentidos y me hacían querer ahí mismo hacerle el amor tan duro que la haría enloquecer hasta caer rendida, sin embargo supe controlarme y por ello decidí mantener aquel fuerte ritmo, sintiendo cómo sonaba cada estocada provocando por el movimiento de nuestros cuerpos que el agua cayera al suelo -Hilda... Eres... Eres perfecta- susurraba a su oído.
Mi lengua pronto comenzó a provocarle desde su oreja, atrapando con mi boca su lóbulo para así succionarlo mientras mi respiración chocaba de manera inminente contra su rostro, sintiéndome cada vez más unido a ella y el placer simplemente acabando con todos mis sentidos, podría pasar una eternidad ahí mismo, ahí tomando el cuerpo de mi amada hermana.
Lentamente mi mano diestra se deslizó por su cuerpo y logré que alzara el de ella un poco, teniendo toda libertad para seguir embistiéndole pero ésta vez estimulando su clítoris con mis dedos, llevando por ende mis labios a besar todo su cuello mientras buscaba culminar juntos aquel exquisito acto... Sólo por aquel momento.
Mi lengua pronto comenzó a provocarle desde su oreja, atrapando con mi boca su lóbulo para así succionarlo mientras mi respiración chocaba de manera inminente contra su rostro, sintiéndome cada vez más unido a ella y el placer simplemente acabando con todos mis sentidos, podría pasar una eternidad ahí mismo, ahí tomando el cuerpo de mi amada hermana.
Lentamente mi mano diestra se deslizó por su cuerpo y logré que alzara el de ella un poco, teniendo toda libertad para seguir embistiéndole pero ésta vez estimulando su clítoris con mis dedos, llevando por ende mis labios a besar todo su cuello mientras buscaba culminar juntos aquel exquisito acto... Sólo por aquel momento.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
El movimiento de nuestros cuerpos era igual que las puertas a la misma gloria. Me estaba llevando a pasos agigantados hasta el placer más absoluto que solo había experimentado entre sus brazos y solo quería experimentar entre ellos. La forma que su miembro tenía de friccionarse en mis paredes vaginales originaba un deleite exquisito en mis entrañas provocando oleadas de placer intenso e incontrolable por todo mi cuerpo que ahora estaba a la merced de sus caricias.
Me dejé llevar como siempre hacía entre sus brazos, disfrutando de esa dulce sensación de ser una presa dispuesta a caer siempre en las redes del hombre que tantas veces la caza con una simple mirada. Relamí mis labios y entre gemidos susurré su nombre moviendo más deprisa mis caderas por petición propia de mi cuerpo.
Notaba como el agua caía a nuestro alrededor, saliendo de la bañera y empapando el suelo originando chapoteos que eran gloria bendita para mis oídos. Eramos un tsunami en aquella bañera generando el mayor de los vendavales y buscando el placer más intenso para el otro sin perder tiempo ni caricias.
Sus dedos en mi clítoris eran la guinda del pastel. Irradiaban en mi cuerpo un gusto extra por su manera gloriosa de recorrer mi anatomía sin tan siquiera mover las manos, manteniéndolas fijas en puntos estratégicos y originando olas de placer por todas mis terminaciones nerviosas que instasen a gritar su nombre hasta quedarme sin voz.
Me dejé llevar como siempre hacía entre sus brazos, disfrutando de esa dulce sensación de ser una presa dispuesta a caer siempre en las redes del hombre que tantas veces la caza con una simple mirada. Relamí mis labios y entre gemidos susurré su nombre moviendo más deprisa mis caderas por petición propia de mi cuerpo.
Notaba como el agua caía a nuestro alrededor, saliendo de la bañera y empapando el suelo originando chapoteos que eran gloria bendita para mis oídos. Eramos un tsunami en aquella bañera generando el mayor de los vendavales y buscando el placer más intenso para el otro sin perder tiempo ni caricias.
Sus dedos en mi clítoris eran la guinda del pastel. Irradiaban en mi cuerpo un gusto extra por su manera gloriosa de recorrer mi anatomía sin tan siquiera mover las manos, manteniéndolas fijas en puntos estratégicos y originando olas de placer por todas mis terminaciones nerviosas que instasen a gritar su nombre hasta quedarme sin voz.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Entonces aquella culminación había comenzado, las manos que se sostenían en el borde de la bañera parecían debilitarse mientras que las mías seguían fieles con el gusto de atrapar su cuerpo y mantenerlo apegado al mío. Mis dedos jugueteaban con su entrepierna, específicamente en su clítoris para estimularle de una manera que solamente los dos sabíamos que podíamos lograr; mis besos se volvieron mordidas, me desesperaba el tenerle ahí, quería hacerle más y no podía siquiera imaginar que era ese "más" -Aaaah.. Hilda.. Aaaah.. Estoy a punto.. De... aaaaaaah..- dije con fuerza, fruncí mi ceño y cerré mis ojos.
Mi mano izquierda le sujetó con violencia del culo, marcando mis dedos en su piel blanca mientras que mi otra mano decidió dejar de masturbarle para entonces dar paso a una onda fuerte de calor que nació en mi abdomen y se expandió por todo mi cuerpo, llegando así a manifestarse cómo la cúspide de placer que físicamente se aglomeraba en mi miembro y terminó por dejar salir una abundante eyaculación que en instantes invadió todo los adentros de Hilda, provocado de un orgasmo que me había dejado sin garganta al explotar entre gemidos viriles que engancharon mi locura y desbordaron el placer total.
Después de tan magnifico momento mi cuerpo empezó a respirar con dificultad, caí un poco sobre la fisionomía de mi hermana y con dureza pude sostenerme, sonriendo por un par de segundos, algo raro en mí, luego la seriedad regresó y murmuré -Deberíamos recostarnos..- separándome de ella con dificultad para así salir desnudo de la bañera, tomar la toalla y secarme con rapidez, dirigiéndome entonces a mi cama, donde decidí dejar caer mi cuerpo tratando de normalizar mi cuerpo poco a poco.
Mi mano izquierda le sujetó con violencia del culo, marcando mis dedos en su piel blanca mientras que mi otra mano decidió dejar de masturbarle para entonces dar paso a una onda fuerte de calor que nació en mi abdomen y se expandió por todo mi cuerpo, llegando así a manifestarse cómo la cúspide de placer que físicamente se aglomeraba en mi miembro y terminó por dejar salir una abundante eyaculación que en instantes invadió todo los adentros de Hilda, provocado de un orgasmo que me había dejado sin garganta al explotar entre gemidos viriles que engancharon mi locura y desbordaron el placer total.
Después de tan magnifico momento mi cuerpo empezó a respirar con dificultad, caí un poco sobre la fisionomía de mi hermana y con dureza pude sostenerme, sonriendo por un par de segundos, algo raro en mí, luego la seriedad regresó y murmuré -Deberíamos recostarnos..- separándome de ella con dificultad para así salir desnudo de la bañera, tomar la toalla y secarme con rapidez, dirigiéndome entonces a mi cama, donde decidí dejar caer mi cuerpo tratando de normalizar mi cuerpo poco a poco.
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
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Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Sabía que el fin de tan glorioso momento estaba cerca y solo pude agarrarme con fuerza a la bañera para sentir el ir y venir de sus caderas demandándome como suya y de nadie más. Sonreí en medio de aquella dominación y gemí con fuerza mientras que mi cuerpo suplicaba por sentir ese placer todo el tiempo. Su miembro viril me abría por completo con cada una de sus acometidas y me hacía gemir cada vez más alto de placer, ese placer que solo él me proporcionaba.
El agua había bajado su temperatura considerablemente pero la de nuestros cuerpos era tan alta que ni tan siquiera lo notaba. Habíamos derramado tanta agua que ya no había agua para derramarse, el nivel del agua era bajo nos llegaba más abajo de la cintura. Pero no necesitábamos el agua para continuar con aquello que estábamos haciendo, aquello que estaba logrando hacerme gritar.
Poco a poco noté como sus movimientos eran mucho más rápidos y en cuanto su semen inundó mi interior, una oleada de puro placer se originó desde mi vientre bajo expandiéndose por toda mi anatomía provocando un éxtasis absoluto durante algunos minutos seguido de un cansancio bastante grande después de los movimientos originados.
Vi cómo salió de la bañera y yo hice lo propio tomando otra toalla que estaba a su lado, rodeé mi cuerpo con ella y fui junto a él tumbándome acurrucada a su lado observando sus reacciones mientras él ya yacía sobre su cama.
El agua había bajado su temperatura considerablemente pero la de nuestros cuerpos era tan alta que ni tan siquiera lo notaba. Habíamos derramado tanta agua que ya no había agua para derramarse, el nivel del agua era bajo nos llegaba más abajo de la cintura. Pero no necesitábamos el agua para continuar con aquello que estábamos haciendo, aquello que estaba logrando hacerme gritar.
Poco a poco noté como sus movimientos eran mucho más rápidos y en cuanto su semen inundó mi interior, una oleada de puro placer se originó desde mi vientre bajo expandiéndose por toda mi anatomía provocando un éxtasis absoluto durante algunos minutos seguido de un cansancio bastante grande después de los movimientos originados.
Vi cómo salió de la bañera y yo hice lo propio tomando otra toalla que estaba a su lado, rodeé mi cuerpo con ella y fui junto a él tumbándome acurrucada a su lado observando sus reacciones mientras él ya yacía sobre su cama.
Hilda Neuer- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 24/04/2015
Re: Eres mi razón de existir ||Privado +18
Con forma de caricias paseaba mis dedos por su rostro, luego su cuello y espalda para entonces repetir el camino. Nunca decía mucho después de hacer el amor con mi hermana, ni siquiera me cuestionaba si era correcto o no, simplemente sabía que la amaba y que ella era todo lo que necesitaba –Estuvo delicioso- dije con tranquilidad, besando su frente mientras que mis ojos buscaron los de ella, tratando de entonces mantener una mirada que nos permitiría volvernos a ver fijamente.
-¿Tienes hambre?- Besé sus labios, volviendo a acariciarle su rostro, quería desvivirme por atenderla, por apreciar su belleza. Yo en la vida tenía dos misiones... La primera, aprender y dominar la magia oscura, la segunda y más importante... Proteger a Hilda, protegerla de todo o todos lo que quisieran hacerle daño o inclusive separarnos –Creo que es un buen momento para que cocines... Hazlo desnuda, con tus zapatos altos... Sabes cómo me gusta verte así-
-¿Tienes hambre?- Besé sus labios, volviendo a acariciarle su rostro, quería desvivirme por atenderla, por apreciar su belleza. Yo en la vida tenía dos misiones... La primera, aprender y dominar la magia oscura, la segunda y más importante... Proteger a Hilda, protegerla de todo o todos lo que quisieran hacerle daño o inclusive separarnos –Creo que es un buen momento para que cocines... Hazlo desnuda, con tus zapatos altos... Sabes cómo me gusta verte así-
Reus Neuer- Inquisidor Clase Alta
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