Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

por **Týr Von Streigner** Dom Mayo 03, 2015 10:04 pm

Fresca noche, con recuerdos estivales que vuelan por las calles parisinas a esas horas. Una a una van desfilando las pequeñas debutantes tras los antros más oscuros y viles de la ciudad, por doquier se percibe el aroma del licor con el sexo, o del sudor con la sangre, pero en una esquina muy oscura como para ser transitada el aroma de la sangre lo impregno, una imprenta que no se borraría tan fácil más porque la dueña de aquel vitae yacía entre los brazos de las ratas que se paseaban encima de ella, aquel vestido blanco que traslucía el cuerpo femenino ahora cubierto por mordidas de los roedores. El culpable de aquella muerte se alejó de la escena con rumbo desconocido, la noche comenzaba y aún tenía hambre pues hace varias lunas atrás que no había probado bocado alguno, mientras estaba de viaje se mantuvo confinado hasta tocar puerto y ahora que había llegado a su hogar estaba dispuesto a romper la veda.

Uno a uno los antros lo fueron saciando aunque no completamente, el último en ser visitado lo dejó más que satisfecho, tres mujeres en el aposento lo calmaron completamente más la sangre en el lugar lo delataba porque en sus ropas quedaba la huella de ellas, ese líquido carmesí que se impregno en su fría piel, su mentón cubierto de las tres mujeres, fue un desquicio que lo lamentaría. La cartera fue quien desembolsó al dueño del lugar el valor por la vida de las mujeres. Al salió de ahí el alcohol ingerido por sus víctimas hacía estragos en él, lentamente iba perdiendo el conocimiento hasta el punto de no distinguir a las personas en su andar que con horror lo miraron, como si hubiera tenido un accidente y quizás eso fue lo ocurrido, un accidente para quienes perdieron la vida.

A pocos metros de su mansión, otro dolor le aguarda el de su adorada creación que a estas alturas ha de estar tan cabreada como le es posible. Hace ya varias lunas que no se han visto por distintos motivos, el trabajo le ha impedido pisar tierras francesas y cuando lo ha hecho ha sido por escasos momentos en los cuales prefiere estar registrado en un hotel que en su propia villa ¿interesante? Pero siempre es lo mismo con ella, las discusiones, los gritos y al final quedan iguales porque el trabajo de él siempre lo lleva a tierras lejanas. Con mano en su frente se adentró sin miedo a lo que era su lugar de descanso, al menos por unas horas antes de que ella lo sacara de ahí o quizás fuera diferente esta vez. Las escaleras le fueron algo fácil pero los pasillos se le estaban complicando gracias a la sobras de arte que tenía colocadas en todo el acho de aquel pasillo, jarrones y vasijas muy antiguas y caras que conformaban una espléndida obra de arte todas juntas, su pasión se desbordaba cada vez que las admiraba, pues era el recuerdo de lo que él era.

El cuerpo de una mujer asomó a la cuenta cuando uno de los jarrones se encontró cara a cara con la alfombra persa, aquella figura imponente que acarició con su aliento pero en vez de ser recibido con cariño, fueron las palabras de frialdad lo que recibió junto a la espalda de ella al verse marchar a la habitación, un refugio que solo lo invitó a adentrarse y lanzarse de lleno al cuello de ella, sangre fresca que olía a su querida compañera con la que deseaba fundirse en la locura de la noche, pero al parecer algunas mujeres de la especie nocturna no sienten la misma locura. O quizás si.

por **Moira Labhrainn** Miér Jun 03, 2015 5:25 pm

Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

Moira escuchaba atentamente las palabras de aquel que le convirtió en lo que es ahora y simplemente se fue a la cama, arropándose para no decir nada con palabras que no sirvan para nada, de hecho, busca que se le expíen todos sus pecados, busca que en algún momento todo pueda ser una pesadilla. Se escuchó al fondo del pasillo uno de esos jarrones de ambientación fea que no le gustaba en absoluto. Sintió aliviada cuando escucho el ruido, pensó, que un gatito más viviría. Dejo lo que estaba leyendo y se fue directamente con una bata puesta encima a mirar al exterior por si alguien había tenido problemas pero como vio después suspiro de desagrado y decepción. Probablemente su nueva naturaleza era la que le estaba haciendo demasiado susceptible y bastante cabrona últimamente.

Sintió en la piel el gélido halito de la muerte pero solo pudo suspirar de nuevo, chasquear la lengua y poner los brazos en jarras – Bien ¿Qué quieres? –Se giró en el sitio y vio a su Sire cubierto de sangre de abajo por arriba, con la camisa y los pantalones ensangrentados – Dios santo ¿A dónde has ido? ¿Has celebrado la Navidad antes de tiempo? –Pregunto con el sarcasmo en el aire, sin duda le importaba poco lo que hubiera estado haciendo en su ausencia.

Moira se fue solamente a su lectura pero cuando estuvo sobre el lecho de su cama, sintió que estaba dispuesta a seguir las aventuras amorosas de una doncella enamorada de su señor medieval pero en lugar de eso, el olor a sangre se mezcló con el olor a jazmín de su perfume, sintiéndose ultrajada por el mordisco que su sire clavo en su clavícula – Dios! Týr! –Sin pensarlo, sacó de debajo de su almohada una estaca de plata que se la clavó en uno de los costados para poder apartarlo por fin, tirarlo al suelo y bufar de pura rabia por ver su bata de seda manchada de sangre ajena - ¡¿Te das cuenta cuánto cuesta quitar la sangre de la seda!!? ¿A SABER DE QUIIEN ES LA MALDITA SANGRE!! –Se acercó y le quito la estaca del costado, dejándolo jodido un buen rato.

residencias de vampiros | Tyr | Noche

Made By Vicious

por **Týr Von Streigner** Miér Jun 03, 2015 8:58 pm

La voz en reprimenda con la que fue recibido no eran las esperadas, quizás en su mente el vampiro buscaba la aceptación de la locura pero lo que recibió de su “esposa” convertida, fueron solo reproches banales, hasta ahí quedo su cordura y paciencia con aquella mujer, quiso contestarle de mala gana para tomarle del brazo y mostrarle que era aquella locura pero un dolor punzante le llenó por completo, algo que duró unos cuantos minutos, lejos ya estaba de escuchar los reclamos de aquella bruja encarnada en mujer. Cuando se hubo recuperado por completo la mirada que le propinó a la mujer fue de rabia, sus ojos entrecerrados junto frio de su presencia, quizás ella quería un combate para no le dio el gusto, no se lo iba a dar, ella lo había lastimado de esa manera y ahora sufriría las consecuencias.

Lejos estaba aquel hombre que no suele enfadarse por absolutamente nada, aquel ser que resuelve las cosas de la manera más práctica, ahora era son una manojo de furia contenida que estaba estallando en su interior; el color de sus ojos fueron tomando el aditivo rojo de sangre por la ira que centellaba en su cabeza, apretó tensando los músculos de la mandíbula junto a los puños cerrados como si con la mínima declaración se hubiese lanzado sobre ella despojado de toda la ropa y mordiéndola hasta el cansancio solo para demostrar que ella era de él y que debía estar dispuesta cuando él quisiera celebrar con ella y no estar más pendiente de telas finas.

Pero todo se fue, se despejó del lugar con un suspiro de derrota —Ni siquiera vales la pena, no se para que te cree, esta noche dormiré en otro lugar— con aquellas palabras cargadas de, ¿de qué? Decepción se alejó de ella sin decirle palabra, se quitó la ropa dándole la espalda; con la camisa en el suelo y los zapatos a un lado se dignó a volverse frente a la mujer pasando a su lado directo al toilette, pero justo antes de entrar, con la mano en el pomo dispuesto a encerrarse dejó palabras frías a su compañera —Estropeaste una buena noche entre nosotros, que te da asco el ser vampira o el que este yo cerca tuyo, había celebrado porque estaba en Paris para estar contigo, pero veo que a ti no te da ese gusto, me he equivocado, vete a tu lectura que es lo único que te entretiene más que mi presencia, incluso adoras más a tu ropa que a mí, ni siquiera sabes si esta sangre es mi o de alguna presa o incluso de algún inquisidor, y al parecer no te importa— con esas palabras se encerró en aquella habitación quitándose la sangre de encima dando el ultimo vistazo de su obra. .

por **Moira Labhrainn** Vie Jul 03, 2015 8:09 pm

Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

Moira, dolida por cómo estaba su “esposo” con ella solo comenzó a llorar en una esquina de la habitación, después se subió a la cama para poder llorar y gritar ahogándose en las almohadas pero estaba cansada de estar enfadada siempre –Te amo para mi ¿no me entiendes? –Pregunto yendo hacia donde estaba Tyr. Se agarró en el cuello del otro, después abrazándole por la cintura.

- ¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías? –Pregunto con sollozos en la voz - La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca por la falta de tenerte entre mis brazos y de que me poseas una y otra vez cada noche.

–Se puso delante de Tyr y se quitó la ropa y mostro su cuerpo a su esposo –Te amo y te deseo con la locura que tengo ahora mismo, con la locura de mil demonios y mil sumisas que quieren ser dominadas –Acaricio su torso desnudo y se agarró de su cuello - Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan. Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca. –Se quedó separada de él un momento para ver cómo o que respuesta obtenía de su “esposo” – Perdona mis palabras o mi locura pero es que te amo Týr, y quiero que seamos uno –Dijo mirándole fijamente, acariciando el rostro de aquel hombre que tanto deseaba su cuerpo.

residencias de vampiros | Tyr | Noche

Made By Vicious

por Contenido patrocinado

Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

Re: Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

Re: Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

Re: Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado

Re: Sin cambio alguno, sin razón de ser || Privado