Eres mi razón de existir ||Privado +18

por **Hilda Neuer** Lun Abr 27, 2015 2:41 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Los rayos del sol rozaron mi piel desnuda y con ello me despertaron. Una sonrisa se deslizó por mis labios en cuanto imaginé lo que haría aquel día, lo que podría pasar entre aquellas paredes.

Mi cuerpo desnudo yacía sobre las sábanas sedosas que tapaban a ojos curiosos mis partes más nobles. Mis senos podrían entreverse por la forma que provocaban hacer a las sábanas pero había algo que me faltaba y era el cuerpo de mi hermano exhausto a mi lado.

Me senté en la cama y restregué mis ojos con mis dedos suavemente para no hacerme daño. Me levanté de la cama pensando en qué podría ponerme esa mañana pues debía comenzar a preparar todo para tener la casa lista. Aún así, el desasosiego por no saber sobre el paradero de Reus era mayor de lo que cualquier podría imaginarse más sabía que él nunca podría sufrir ningún daño. Cualquiera sí pero no él, él jamás. Sus heridas serían fáciles de curar, esas que mis habilidades pudiesen rápidamente subsanar.

Mientras pensaba en todo aquello, había comenzado a lavarme con una palangana y una trapo. No necesitaba más. La bañera se la preparaba siempre a Reus y solamente podía disfrutarla de ser él quien me lo pidiese, de ser él quien me quisiera sumergida en el agua entre sus brazos.

Pasé el trapo por todo mi cuerpo y una vez hube terminado me vestí, con lencería siempre dispuesta para los placeres prohibidos de la carne y un buen vestido.

Caminé por la casa. Tiré el trapo que había usado para lavarme el cuerpo y vacié el agua de la palangana. Acto seguido, me lavé las manos y comencé a preparar el desayuno para Reus. Quería que le gustara esta vez. Tenía que ser algo delicioso para su paladar, no podía ser algo que no le gustara porque si él estaba triste o descontento, yo lo estaba con él. Le amaba tanto. Ya estaba nerviosa por volver a verle, por observar esos preciosos ojos y esa dulce sonrisa que solo a veces me dedicaba a mí. ¿Podría conseguir sacársela hoy?

Teníamos dinero para pagar a sirvientas que hiciesen todo ese trabajo pero yo no quería que nadie cuidase a mi Reus. Era mío. Todo lo que hacía lo hacía por y para él. Solo yo podía cuidarle, para así regalarle una mínima parte de todo lo que él me daba a mí protegiéndome cada noche contra aquellas criaturas.

Cogí un pequeño bol de fresas y puse todo el desayuno en una bandeja. No quería que se moviese de la cama si no lo deseaba porque estaría agotado de las batallas que hubiese tenido la noche anterior mientras yo descansaba.

Me metí en su habitación y le contemplé completamente dormido sobre su lecho. Sonreí como una boba enamorada para después depositar con suavidad la bandeja sobre la cama, a los pies de forma que no pudiese tirarla.

- Buenos días... -susurré cantarina contra su oído dejando un beso en su mandíbula.- Despierta, Reus -besé sus labios fugazmente.

por **Hilda Neuer** Lun Ago 31, 2015 11:05 am

Si había algo que me gustaba eran los mimos que me daba Reus después de habernos entregado a la pasión desenfrenada. Me acurruqué en su pecho, observando sus ojos fijamente, dejándome envolver por el cariño de ese momento y la dulzura de sus caricias. Sonreí completamente satisfecha al escuchar su comentario y asentí.

- Ha sido fantástico como siempre. Eres maravilloso -dije medio embobada por mi hermano. Le amaba con locura, era todo lo que podía soñar y aún más.

Escuché su pedido y asentí. Todo lo que se le antojaba lo hacía con mucho gusto. Le besé en los labios para luego levantarme de la cama, ponerme los zapatos de tacón que había dejado en mitad del baño y caminar hacia la cocina para comenzar a cocinar de esa forma, desnuda para él.

Le prepararía algo rico. Algo delicioso que le gustase. Le compensaría con su plato favorito por haberme dado aquella maravillosa dosis de sexo en la que me había dejado maravillosamente satisfecha y feliz. Podía sentir como aún las piernas me flojeaban levemente por el esfuerzo hecho en la bañero pero había merecido la pena.

Comencé a cortar con rapidez y habilidad adquiridas con el paso de los años. Sabía que podíamos permitirnos criadas pero a mí me gustaba hacer todas las tareas para tener momentos como estos, tan íntimos con él. Yo desnuda, cocinándole, dejando que disfrutase de las vistas de mi cuerpo desnudo.

por **Reus Neuer** Miér Oct 21, 2015 3:54 pm

Como solo pocas veces en mi vida lo hacía y regularmente siempre era por ella, decidí esbozar una sonrisa al verla levantarse de la cama y ponerse sus tacones altos. Me mordí el labio y con una mirada llena de lujuria le seguí la mirada, desviándome sin ninguna clase de tacto directamente a su trasero; redondo, firme y exquisitamente trabajado… Su cintura, esbelta y en excelente condición junto a esas piernas torneadas y largas. Inclusive sus senos que aun cuando eran pequeños, no podían quitarlos de mí vista… Redondos y firmes. Era un monumento a la mujer.

Me coloque de pie, luego fui al baño para solo colocar una toalla alrededor de mi cintura. Me acerque hacia el peinador y con un cepillo le di forma a mi cabello para así mirarme a mí mismo en el espejo; esas cicatrices en todo mi cuerpo, en mis brazos, en mis pectorales y hasta en la espalda… Sin embargo, ninguna cicatriz será suficientemente dolora o grande como esa que recae en mi alma… La cicatriz de saber que por mi culpa mi madre y mi padre habían muerto.

-Maldición- susurre apretando los puños, sin embargo, el olor a la comida provoco en mi algo extraño, algo único y que solo Hilda podía lograr… No era por el hambre ni tampoco por los platillos... Era por ella, ella quien es la única capaz de poder controlar el demonio que tengo dentro. Mi hermana. Mi amada.

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