Balder Sjöfn

DATOS BÁSICOS

▪ Nombre del Personaje: Balder Sjöfn Leopold Ulrich
▪ Edad: A: 30 / R: 200 aprox.
▪ Especie: Vampiro
▪ Tipo, Clase Social o Cargo: Clase Media
▪ Orientación Sexual: Heterosexual
▪ Lugar de Origen: Sacro Imperio Romano Germánico - Lugar Incierto
▪ Habilidad/Poder: Agilidad y reflejos sobrehumanos, Sentidos aumentados, Telepatía, Sanación Acelerada, Encandilamiento.

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Balder es un hombre, con todo el sentido que pueda tener esa palabra. Masculino, en cada parte de su metro noventa y cinco de altura. De la cabeza a los pies, no hay nada que no pueda destacar en él. Posee una espalda considerablemente ancha y un pectoral musculoso (sin exagerar demasiado) bien desarollado. Gracias a su ejercicio diario, mantiene una fuerza muscular considerable a la fuerza que realmente tiene (dejando a un lado el poder de su raza). Cuando era humano, solía tener un tono de piel dorado, sin embargo con el tiempo después de transformarse y dado que no podía exponerse a la luz solar, acabó palideciendo. De piernas largas, igualmente musculadas por lo mencionado anteriormente, terminadas en pies "grandes". Todo él, inevitablemente, es grande.

Bello, hasta en su rostro. Su cabello no es exactamente corto, de forma descuidada, lo mantiene semi largo hasta que llega a rozarle la nuca en exceso. De la misma forma, mantiene su barba crecida sin afeitarla durante varias semanas, hasta que se vuelve molesta. No es cuidadoso con su cuerpo ni se preocupa por lucir bien, excepto delante de una persona en concreto. Por la que hace todo ese ejercicio diario, con el propósito de protegerla (aunque sepa que no lo necesita realmente). Ojos de orbes grisáceas, según la luz bajo la que los mires más azulados o más verdosos. Nariz prominente y labios gruesos, proporcionados al resto del cuerpo.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

En Balder, se pueden diferenciar dos "personalidades". Dos hombres, ligeramente diferentes. Y no, antes de que se os ocurra, no es en absoluto alguien bipolar.

Empezaré con Leopold. Leopold, es quien centenares atrás fue y algunas de sus características, que todavía posee, se podrían considerar su lado más humano. Fuerte, valiente, de buen corazón. Un hombre que se preocupaba por sus amigos y no se molestaba en pelear contra sus enemigos; él simplemente los ignoraba. Amaba a su familia. Amaba su vida. Y amaba el mundo en el que por aquel entonces creía residir. Feliz. Creo que eso, resume bastante bien todas sus buenas cualidades. Era un hombre extremadamente feliz con su vida, una vida campechana y humilde.

Continuaré, con el que ha sido su renacimiento; Balder. Balder es... es el demonio que nació tras su conversión. No se puede decir, sin embargo, que con este demonio se haya transformado en una mala persona. Pero ya no es confiado. Amable, lo justo y con a quien él le apetezca únicamente. No te ayudará por amor al arte y peleará contigo si lo que estás pretendiendo es molestarle. En este sentido es vulnerable, habitualmente no deja pasar ni una. Y cuando lo hace es por mera pereza o aburrimiento. Balder es un ser que tiende a aburrirse fácilmente de las cosas que lo rodean o de las personas y perezoso cuando se trata de realizar algo por su propia voluntad. ¿Nada ver con Leo, no? Cierto, nada que ver. Y, a pesar de todo, hay un Balder muy humano que solo aparece cuando se trata de alguien especial. Su persona especial.

La misma que lo convirtió en ese demonio, es al mismo tiempo, la única capaz de regresar al humano que en su día fue. ¿No es eso pura ironía?

HISTORIA

Su historia, da comienzo en algún punto de lo que actualmente es el Sacro Imperio. En un humilde pueblo de aquel lugar, nació Leopold. Siendo una familia totalmente campesina, su infancia transcurrió tranquila y feliz (con sus más y sus menos), rodeado de personas que lo quisieron y lo amaron profundamente. Aunque no todo era bueno, él no conoció en aquel entonces el sentimiento de la verdadera tristeza. Diez años después, ya empezaba a verse en él el muchacho fuerte en el que llegaría a convertirse. Ayudar a su padre en el campo, jugar con sus amigos y estar en casa eran sus tres prioridades a diario; hasta que algo llegó para trastocar su vida. Positivamente, cabe destacar. Anja, una pequeña niña, fue la que puso su mundo patas arriba en cuestión de meses. Su hermana. ¡Y qué orgulloso estaba! A pesar de que se llevaban diez años, Anja creció con un parecido realmente increíble al de Leopold. De haber tenido menos de tres años de diferencia, se les consideraría como gemelos o mellizos. El tiempo pasaba. Dos, tres, cuatro, cinco años... Sin problemas mayores que el de preocuparse por llevar comida a casa todos los días. De esta forma fue cómo se "creó" el Leopold adolescente y posteriormente adulto, ya con veinticinco años de vida recorridos.

Creció y se convirtió en el muchacho que desde un principio se esperaba. Alto, fuerte, apuesto. Algo picarón.. pues a sus veinticinco todavía no había querido contraer matrimonio con ninguna de las muchachas del pueblo, pero de buen corazón. Para él, no había nada más importante que cuidar de su familia. Su padre, su madre y su pequeña hermanita, cada vez más parecida al muchacho que en su día fue. De pelo castaño y largo, mirada penetrante y por sobre todo, irradiaba belleza. O eso era al menos de forma exagerada, lo que se veía a través de los ojos de Leopold, quien realmente la adoraba. Por desgracia, la felicidad le había durado demasiado tiempo y cuando los problemas en el País empezaron, también llegó a afectar a pequeñas familias como lo era la suya. Siendo un hombre en su plena juventud, fue obligado a alistarse en el ejercito. Puede que todavía no estuvieran en guerra, pero habían dado las alarmas y estaban seguros de que no tardaría más de unos años en estallar el conflicto. Para eso fue que lo prepararon durante dos largos y duros años de entrenamientos militares, lejos de todo lo conocido hasta el momento. Empezó a conocer, entonces, la otra cara de la vida. La parte oscura. La parte mala que, hasta el momento, no le había afectado en absoluto. Y no le gustaba, en absoluto.

Un año más se deja pasar, tres en total, hasta que puede volver con sus seres queridos. De nuevo la felicidad lo invade y, aunque siente que parte de su vitalidad se quedó en la oscuridad de aquellas vivencias, con cada día transcurridos lejos de la maldad más fuerte se siente de nuevo. Otro año más, hasta que finalmente es llamado a filas. Tristeza. En ese preciso momento, es cuando conoce su verdadero significado. Nunca nada le ha costado más. Nada. Que, en ese momento, tener que separarse de las personas que quiere con la incertidumbre de saber si volverá o no a verlas. Nunca ha echo nada más difícil que ver el rostro de su preciosa hermana inundado en pesar y llanto por él, viendo en sus ojos las misma terrorífica frase que a él también le cruza por la mente. No volveré a verte.

La batalla comienza y, con ella, la desgracia que previamente cayó sobre el país se extiende y empeora con cada día que pasa. Leopold nunca vio tanta muerte y maldad juntas, no puede odiar más el estado en el que se encuentra. En realidad si podía.

"Con pesar, se te envía este comunicado..."

Ellos han muerto. La noticia le estalló en la cara con mucha más fuerza que cualquier disparo de un cañón y duele infinitamente más. No pudo creer lo que leía ¿Cómo había podido ocurrir? Era él quien tenía que morir allí. De ninguna forma se habían ido antes. Ellos eran su único motivo para seguir existiendo.

De esa forma supo, que esa misma noche moriría en combate.

Se equivocaba.
Ella lo cambió todo.

Con la firme decisión tomada, Leopold fue a luchar aquella triste noche, decidido a terminar con su vida de la misma forma que habían echo muchos de sus compañeros. En batalla. ¿Suicidio? Bueno, tal vez podría considerarse de tal manera, puesto que él era uno de los mejores guerreros de su batallón y si hasta ahora solo había salido con algunos rasguños nada más; era por algo. Sin embargo, todo eso se había desvanecido. Ya no tenía razones algunas para seguir peleando. Sus personas más queridas, por las que él habría estado dispuesto a dar la vida, ya no estaban. Nada, absolutamente, le ataba a ese mundo ya. Solo quería reunirse con su familia cuanto antes.

Y lo hubiera echo. Estaba a punto de hacerlo, cuando la vio. Había peleado durante varias horas, porque a pesar de todo, él era un luchador y aún con deseos de morir la muerte no se lo llevaría tan fácilmente. Las fuerzas lo abandonaban con cada paso que daba, recorriendo el campo de batalla. Como siempre, solo había muertos a su alrededor, y los pocos sobrevivientes cojeaban con ansias de llegar hasta un sitio dónde estuvieran a salvo. Eso era lo habitual. Pero esa noche, hubo alguien más allí. Una mujer, aunque eso no lo supo hasta que ella lo miró de frente. Agazapado sobre uno de los soldados, Leopold creyó ver a un enemigo atacando a uno de los suyos. Dispuesto a defenderlo, alzó la espalda contra su contricante...

Hermana.

Paralizado cuando vio quien resultó ser "el asaltante", no pudo moverse de dónde estaba. Ella era hermosa. Deslumbrante, pensó. Pero, no solo eso. Lo miraba fijamente, como no lo había mirado ninguna mujer además de su preciosa y querida hermana. Mismo color de cabello. Mismos ojos. Misma belleza. ¿Qué se suponía que significaba aquello? ¿Una señal? ¿A caso su vida no debía terminar esa noche, para reunirse con los que lo estaban esperando?

¿Eres tú, hermana? ¿Me estás diciendo que no quieres que muera?

No llegó a pronunciar esas preguntas en voz alta pero se las hizo durante mucho, mucho tiempo. Efectivamente, Leopold no murió esa noche.

La misteriosa mujer, realmente misteriosa, se decía llamar Skaði y no era un ser humano. Leopold descubrió aquella noche también, el oscuro mundo que sobrepasaba a todo aquel sangriento combate. Seres sobrenaturales, una historia que parecía por completo de ficción, pero que no lo era. Ella era la prueba viviente. Y él decidió aferrarse, ella lo cautivo como nadie más podía haberlo echo. Tal vez fuera por su semejanza con la hermana que tanto amaba (dato que no compartió con ella), o por la duda de si encontrarse con alguien de tal parecido era una señal que le habían mandado desde el más allá. Lo cierto es que después de saber sobre ese mundo extraño, no podía dejar de creer en nada. O, simplemente, porque quiso. Fuese lo que fuese, ese día decidió acompañar a la mujer solitaria en sus viajes durante la eternidad. Y para ello, solo necesitaba algo más; convertirse en el mismo ser que era ella. Su vida como humano, comparada con la de Skaði, palidecía.

No fue hasta un año después de su primer encuentro que ella le concedió ese deseo, después de mucho rogárselo. Aquel día del año 1612, exactamente, nacía en él una nueva persona. Skaði era posesiva con sus pertenencias y si él la había acompañado era en calidad de un simple esclavo, por lo que aquella noche le dio además un nuevo nombre que definiría al nuevo ser creado. Balder. Es, a partir de entonces, cuando su historia más emocionante da comienzo.


Muchas cosas han ocurrido desde entonces. Ahora Balder, tal y como deseó, después de más de cien años continua al lado de Skaði, la mujer que robó su corazón y su alma. Su relación, a pesar de ser amo y esclavo, sufre constantes cambios. No hay nada de normal en ellos, cabe destacar. Es frágil. Skaði cree mantenerlo atado con cadenas de acero, sin saber que en realidad él es libre. Libre para elegir. De la misma forma, que siempre la ha elegido a ella por los sentimientos que le profesa en secreto. ¿Qué haría, de descubrirlos? ¿Lo acercaría.. o, por el contrario, alejaría solo para defender su orgullo? Esa es una pregunta cuya respuesta Balder conoce perfectamente y el motivo de que se mantenga como un esclavo. Un esclavo que la protegerá y amará hasta el último de sus días.

DATOS EXTRA

▪ Actualmente no hay nadie más a parte de Skaði que sepa su verdadero nombre (Leopold); desde que ella creó a Balder el día de su conversión es así cómo se da a conocer a los demás. Y no solo es así porque Sky lo ordenase, sino también porque él mismo decidió cambiar desde aquel día dejando su yo humano solo para ella.

▪ Si en algo se puede decir que Balder es bueno, dejando a un lado todo lo que tenga que ver con servir a Skaði, es en el arte. Concretamente, en el arte del dibujo. Realmente, es un auténtico genio lápiz en mano; sin importar el lienzo, retractará de forma hermosa todo aquello que se le venga a la mente. Ya sean personas, animales o paisajes. Cabe destacar que es una afición que no suele divulgar.

▪ Como es de esperar, posee infinitos retratos de Sky creados por él mismo; que no acostumbra a enseñar deliberadamente. Simplemente, cuando se siente con inspiración o aburrido, se pone a dibujarla. Cada vez queriendo superarse más y más, aunque sepa que nunca podrá igualar a la real.

▪ Lleva siempre consigo un único lienzo de una mujer que no es Skaði, dato del que solo él es conocedor. El lienzo pertenece a su hermana, Anja, con semejante parecido a su compañera que en un dibujo es imposible de distinguir. Solo creó ese retrato, hace más de cincuenta años y decidió no volver a dibujarla más. Por eso lo ha conservado. Por supuesto, Sky no sabe nada sobre eso.

▪ Amigos como tal no posee, ya que tampoco está interesado en ser amigable con nadie más a parte de su compañera. Sin embargo, a lo largo de los años, sí que ha congeniado con varias criaturas sobrenaturales en los múltiples lugares dónde él y Skaði han permanecido. Casi todos hombres, puesto que los celos de Sky no le permiten acercarse a las mujeres. Y las mujeres que se le acercan, no acaban del todo bien.

▪ En cada lugar dónde han estado residiendo desde hace unos años, Balder ha recibido cartas de una mujer (aparentemente) prendada de él. Cartas que Skaði desconoce. Ciertamente, le parece un suceso extraño y curioso que no deja de intrigarlo y quitarle el sueño de vez en cuando.

▪ Entrena su cuerpo a diario, independientemente de sus capacidades sobrenaturales como vampiro, con el fin de proteger a Skaði. Sin importar lo orgullosa y fuerte que sea, tiene claro que dará su vida por ella si la ocasión así lo llega a requerir. Y es algo que decidió desde el mismo día en que se conocieron.

gracias a αgusτınα• de sourcecode