¡¿Tú que haces aquí?! {Privado}

por **Arlyn Zolotariova** Lun Mar 04, 2013 9:00 am

Daba pasos por tranquilidad por las calles de París, viendo, observando, contemplando a las personas pasar con una sonrisa en el rostro. Me veían como si estuviera loca, como si mi sonrisa hipócrita escondiera algo detrás de mi hermoso rostro que, para que mentir, había algo detrás de ese hecho tan sumamente sencillo. ¿Cuál era? Simple. Me imaginaba a todos y cada uno de ellos postrados a mis pies, en especial a aquella gente adinerada que siempre miraba a los pobres con superioridad y por encima del hombro. Ilusos. Caerían o morirían ante mí, aunque eso solo era cuestión de tiempo, aun necesitaba centrar mi plan para ver cuales eran las cabezas clave que tenía que pisar.

Mis pasos me llevaron por toda una gran avenida hasta que, sin darme siquiera cuenta, decidieron meterse por uno de los miles callejones que había por aquella grandísima ciudad que casi ni conocía todavía. Una mujer normal jamás habría tomado un camino así. Su seguridad ante todo pero, ¿por qué motivo tener miedo? Desde que aquella desgraciada me había mordido me había convertido en algo realmente letal y, siendo realista con los hechos, me encantaba. Me sentía poderosa, fuerte, inmortal... Porque, probablemente, lo sería si me andaba con cuidado y evita a los cazadores. Claro, evitar a gentuza así no era tan fácil como cabría de esperar y mucho menos con mi forma de pensar y actuar.

Era extraño, pues desde que había llegado a París no había matado absolutamente a nadie. Obviando el hecho de que los cocheros que me trajeron a aquel lugar no los tenía en cuenta... Estaban muertos ya desde que partimos de San Petersburgo, solo que ellos no lo sabían hasta que no llegamos. Además, eran tan despreciables como el resto de personas que conocía. Interesados, calculadores... No es que me queje, si les sale bien hasta llegaría a admirarlos, pero ninguno eran tan listo como yo. Después de todo, era la única que seguía viva de aquella gentuza.

por **Lamarck** Mar Mar 26, 2013 3:31 pm

(La noche estaba puesta...)

Apenas salía de mi madriguera, cuando una visión rosada se me apareció. Una chica con algo que vender. Ella me ofreció un sol de bolsillo.

Contemplé su inocente sonrisa mientras le escuchaba decir: "Si te quieres divertir; esto te llevará al cielo por un rato" Una pulgada del azul techo del cielo era precisamente eso, ser tocado por sus cuidadosos dedos, para finalizar besando sus labios rubíes.

Ella comenzó a cantar una canción de cuna - cuentan que del antiguo Senoi -

"En el mundo de los sueños nadie muere, duerme seguro mi niño".

El sol corta mis ojos como una pala en la arena dibujando otros mundos, mis memorias comienzan a desvanecerse y rápidamente se me escapan de las manos sobre la arena en la que encuentro dos hermosas conchas. Como dos vainas en las que creo poder escuchar el sonido de las campanas azules mas alla de los rugientes siete mares.

"¡Consigueme esa medicina que me ayude a vivir, por que me muero día a día y no me quiero morir!"

Cantaba mientras seguía caminando a medias entre la ilusión de la playa y la realidad de las calles Parisinas. Entonces como una visión, como un ángel enviado del destino la loba se apareció ante mí.

- Madame Zolotariova!! ¿¿Es Usted?!

Tuve miedo, podría estarle confundiendo con alguien similar... Tantas eran sus ganas de volverle a ver. ¡cielos! Yo no me imagine que... - Yo no.. - nos econtraríamos ¡aqui en París! Tal vez era un sueño, una alucinación producto de la pasada noche - ¿a que ha... - ¿acaso vino por mi? ha venido a cumplir su palabra de que nos casaríamos. - Yo no... - Yo no estoy listo... oh! que nervios! ¡Es Ella en verdad! Ya no tengo ninguna duda. creo que no estoy diciendo nada balbuceando solamente sin hacer de mi discurso algo coherente. ¡Por la Gran Diosa! ¡En que estado me encuentro! de hecho estoy simplemente juzgando sin conocer los hechos...

- Madame...

Respira, ordena tus pensamientos... ¡Vaya estado en el que me viene a encontrar!

- ¿Que hace usted aqui?

por **Arlyn Zolotariova** Vie Mayo 10, 2013 5:24 am

Empezaba a aburrirme ya que no había absolutamente nada interesante que hacer. ¡¿Dónde se había metido la diversión?! Suspiré, caminando con tranquilidad hasta que noté un olor cercano. ¿A que olía? Era como si lo hubiera catado ya antes sin haberme dado cuenta. Fruncí el ceño pero, al cabo de los segundos, acabé volviendo a andar. Era absurdo. ¿A quién podía yo encontrarme que conociera? En París, creía que nadie.

Y, como si el destino y el mundo se hubiera aliado para darme una grandísima patada en el culo, escuché aquella voz que me dejó, helada no, lo siguiente. ¡¿Cómo era posible?! ¡¿Qué hacía él en París?! Me volví para observarla, asombrada durante los primeros minutos y, después con el odio tan marcado siempre en mi rostro. ¿Y ahora como me libraría de ese? Eso era un maldito problema, uno demasiado gordo. Lo mejor del asunto, es que no olía como un humano normal. El olor se parecía más al mío... ¡Un licántropo! No era mi día de suerte.

-¿Solo sabes tartamudear, Lamarck?-Bufé y me crucé de brazos, calculando que debía hacer exactamente. Esto no entraba en mis planes y no lo había visto venir para nada. ¡¿Qué probabilidades había de encontrármelo?! Una entre un maldito millón.- Pues... Veamos. -Hice como que me ponía a pensar y luego reí, mirándole de arriba abajo como si yo fuera superior.- Me escapé de casa, me convertí en un mostruo raro que no controlo y... Eso hago aquí. Labrarme mi propia riqueza desde cero. Huyendo de gente como tú o mi padre.

Off: Siento la demora, me quedé sin internet S:

por **Lamarck** Mar Mayo 28, 2013 1:39 pm

Off: No problemo, Enjoy!
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Debía controlarme, respirar y centrarme para no perder el enfoque, para que mis palabras no se salieran el redil ante la sorpresa que me provocaba verla, precisamente a la mujer de quien tanto les había hablado a los otros lobos del clan. Mi prometida. Parecía cambiada sin embargo, no era ya la niña tímida que mi memoria recuerda en los días en que mis padres mantenían cercanas relaciones con su familia.

Es cierto, me he alejado por algunos años y ¡tantas cosas pueden pasar apenas en unos días! Era de hecho una constelación de milagros lo que nos había traído hasta este estrecho callejón, mas no fue la casualidad la que nos había reunido y lo supe en el momento en que Arlyn comenzó a hablar.

Había mencionado algo sobre convertirse en un mosntruo y es que la razón por la que nuestras familias mantenian relaciones cercanas era por el hecho de que por la sangre de ambos corría sangre Lycan. Otras gentes en nuestros respectivos árboles genealógicos habian sido "transformados" en lobos y ahora era nuestro turno. Lamentablemente parece que a madame Zolotariova le hiceron parte de este sagrado ritual sin informarle.

- Monstruo raro? Yo no veo ningún monstruo raro aquí.

Siento una mezcla de ternura en sus palabras. Me queda claro que la mujer no ha venido a buscarme a mi y eso me tranquiliza sobremanera. ¡Por un momento pensé que vendría a formalizar el compromiso que nuestros padres habían hecho por nosotros desde nuestra temprana niñez!

¿Así que huyó de casa? seguro la transformación en lycan lo que debió afectarle. Quizás Hagen pueda ayudarla a ella también. Pero primero tendría que ganarme su confianza.

- ¿La gente como yo? ¡Pero qué cosas dice mademoiselle! ... y ¿cómo, según su merced es la gente como yo?

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