Sálvame de mi cautiverio(Libre)

Dos semanas han pasado desde mi llegada a París, dos semanas de torturas y humillaciones, siendo un espectáculo mas del circo, obligada cada día a transformarme para complacer a los cientos de visitantes que acuden solo a verme a mi. Aun recuerdo el primer día.

Aquel cazador llego al circo, conmigo metida en la jaula, estaba muy asustada, y con el frió metido en los huesos, mi ropa, un simple camisón de dormir, rasgado y lleno de barro, parecía mas un harapo que un una prenda de vestir. Paro en la parte trasera, donde hay varias carrozas con animales encerrados. Hay tigres, leones, cebras y osos, y varios animales mas de los cuales no conocía su nombre, todos se veían con tristeza en su mirada, tumbados tristes o dando vueltas en sus jaulas, de forma nerviosa y casi enfermiza. Mi corazón se lleno de tristeza, para ella los animales deben vivir en libertad, y con una simple mirada, les prometió salvarlos.

-Que es lo que traes hoy?- Dijo un tipo gordo, con pantalones negros muy ajustados, una camisa blanca, con volantitos en el pecho, una levita roja, un bigote muy curioso y fino, y un sombrero de copa. Parece ser el director del circo, se acerca a los barrotes, me mira con cara de baboso y algo disgustado. Hace una pequeña mueca mirándome. -Es una simple humana, muy hermosa, pero una simple humana. ¿Que es lo que quieres que haga con ella?- Le preguntó al cazador. Yo cuando el se acerco a los barrotes, me puse en la esquina contraria, sentada, con las piernas dobladas, y abrazadas, presionando contra mi pecho, y escondiendo la mitad de mi cara. Comenzaba a estar asustada, no sabia lo que me harían.

-No es una simple humana, es una cambiaformas.- Dijo el cazador, curvando levemente la parte derecha de su labio, esbozando media sonrisa. El tipo gordo se separo de la jaula, ando un par de pasos hacia el cazador, y con las manos cogidas en su espalda, le dijo. -Una cambiaformas, tengo muchos cambiaformas, no me interesa.- Y se gira y comienza a irse dirección a la carpa. -Oiga, no eh acabado, es una arpía.- Dijo con tono de vendedor. El tipo gordo se giro, con una sonrisa de negocios en su cara. Pone dos dedos en su boca, y emite un sonoro silbido. Del interior de la carpa salen 4 tipos, de gran tamaño, y muy musculosos. El gordo, alza la mano con dos dedos levantados, y luego señalándome a mi, automáticamente dos vienen, y se pone uno delante y otro detrás de mi jaula, y se la comienzan a llevar.

-Eh! Que hacéis?!- Grita el cazador dirigiéndose a paso ligero hacia la jaula, entonces los otros dos forzudos se dirigen hacia él, esté al verlos venir se lanza hacia uno dándole un puñetazo en la barriga, tomando una posición de experimentado en la lucha, pero el forzudo solo sonríe, y le da un puñetazo, haciéndolo volar, y caer al suelo de espaldas. El cazador se levanta del suelo con la nariz rota y sangrando, se pone en guardia.

-AAAAAaaaahh!!! AAAAhhhh! Baaaa ... aaastaaahhhh!!!!!- Una niña gritando, un látigo se escucha chasquear varias veces, salgo de mis pensamientos, y lo veo, al jefe de pista Willifredo, golpeando con el látigo a Tatna, la niña pantera de la india. Mi instinto me hace lanzarme a toda velocidad sobre el tipo, pero mi carrera es frenada en seco desde mi cuello, por un collar unido a una cadena, el tirón , me hace caer sentada. -Dejalaaaaaaa, bastardo dejalaaaaaaaa, atrévete conmigo vamos ven aquí!!!- Grito furiosa, el solo se gira me mira, y vuelve a dar latigazos en la espalda de la niña.