Magia en rincones mortecinos [Privado]

por **Derek Van Wijs** Sáb Abr 20, 2013 4:10 pm

Magia en rincones mortecinos

Los callejones de las zonas abandonadas no eran precisamente el tipo de escenario o lugares que él frecuentaba. Mas estaba allí aquella noche, a pocos pasos de la casa que había adquirido. De ahora en adelante sería su refugio, totalmente ajeno al conocimiento de su bella y amada esposa. No solamente sería su lugar de descanso cuando se dedique a practicar sus trucos, sino también el lugar donde se reuniría con sus amantes.

El callejón pronto se oscureció. No se trató de una eventualidad eléctrica, totalmente razonable y natural, sino, un fenómeno extraordinario. Había invocado la oscuridad, no lo había conseguido aglomerando nubes negras a modo que lo harían los atmokinesianos, como su Crystall. Tampoco con la ayuda de los muertos bajo un oscuro poder nigromante justo al estilo de su hermana. Él lo había conseguido de distinta forma, con otras posibilidades y es que sus habilidades podía ser tan poderosas como las de su Crystall si las usaba y empleaba de manera adecuada y por supuesto que Derek conocía muy bien sus habilidades y sabía usarlas. Todo consistió en ser una poderosa ilusión que cubrió de un manto nocturno el callejón y por si fuera poco él mismo desapareció de la vista de todo ser vivo que en esos momentos eran los espectadores. Moscos, arañas y una que otra rata.

Pero realmente Derek no actuaba para nadie, al menos no aún. Reapareció rodeado de una ilusoria neblina, y cuando su cuerpo dejó de tener un tono degradado la centella resplandeció en un color naranja. La oscuridad se fue difuminando dando lugar a una luz mortecina. El brujo cerró sus ojos y con sus manos levantadas evocó la imagen de un ave en llamas, de un fénix. Abrió los ojos y apareció un huevo que comenzó a arder en sus palmas, pronto el huevo se quebró saliendo de éste el fénix que en su mente había creado. Liberó sus manos para arrojarlo al aire, el ave extendió sus alas en vueltas en llamas y siguiendo la dirección de las manos del mago voló. La ilusión se hizo más grande conforme las manos de Derek se separaban y cuando éste unió las manos en un aplauso el ave se consumió en una llama.

Noche de Otoño φ Zonas Abandonadas φ Luna Menguante φ Derek Van Wijs y Fillippa Tumminelli

Credits to Rapture

por **Filippa Tumminelli** Dom Abr 21, 2013 1:08 pm

El silencio se hace presente cuando la noche cae, solo los susurros son los que llegan a chocar contra los oídos dulces, delicados y receptivos de cualquier criatura, pero parece sólo el choque del viento, es por eso que se cree que todos duermen de forma plácida en sus camas, pero ella sabe que no, sabe que por el contrario, los momentos más interesantes o más atroces se hacen presentes, porque lo ha vivido, lo ha experimentado, y le gusta ese estilo de vida. Los últimos rayos del sol se esconden, aquellos dos pequeños que cuida se meten a la cama, lleva aproximadamente una semana con lucidez, se siente bien, siente como su cuerpo se vigoriza porque nadie está controlando demasiado su cabeza. Parece que aquella bruja se a olvidado de molestarla. ¿Con que fin lo hacía? Quizás todo tenía un porque, ella sólo podría ser un canal a la meta. Las metas no son malas, por el contrario, todas te hacen ser ambicioso, y buscar poder, hacer el bien, claro cuando el enfoque es el correcto. ¿Todos saben lo que es correcto? ¿Qué es el concepto de correcto?

Ella tiene un vestido rojo que resalta no sólo las figuras de su cuerpo, también su color de piel, sus labios carnosos y rosáceos. Se coloca un abrigo de la misma tonalidad, pues le gusta ir siempre combinada, su figura es hermosa, se puede ver con claridad por la sombra reflejada en el suelo, los faroles dejan que el camino momentáneo de su imagen pueda ser apreciado, por unos segundos quizás, pero está dejando su huella "Filippa estuvo aquí". Son los tacones quienes romper el ilencio de la noche, pues las calles al estar prácticamente solitarias están simulando los pasillos de los panteones, pues la muerte parece es la que prevalece. Ella llama a los vivos a un camino de perversiones, de lujuria y curiosidades que puede resultar muy productivo. Su sonrisa es la que prevalece en su rostro, ella es hermosa, es su arma más preciada, el doble filo de cualquier mujer segura que sabe empleador sus curvas, su escote y su rostro para dejarle grandes recompensas.

Filippa camina sin mirar atrás, porque sólo el débil hace ese gesto, y ella por supuesto, no lo es. Avanza por unos pasillos angostos que no dejaran verla, que no mostraran su verdadera identidad por si algo pasa mal esa noche. Avanza, la obscuridad la nubla, se sienta confundida ¿Qué se supone está pasando? ¿Qué se supone está viendo? Aquello es mentira, no puede ser realidad. Aquella noche ni siquiera ha bebido alcohol, o fumado opio como otras veces. Parpadea un par de veces más, le es inevitable sonreír después de tal suceso. ¿Fuego de la nada? ¿Aves volando? ¿Una figura masculina? ¿De que trata todo? Camina de nuevo unos pasos más hasta colocarse a su altura, le mira de reojo pero cuando la imagen se difumina le da toda su atención.

- ¿De que se ha tratado eso mi señor? Si me permite, es algo demasiado fantástico ¿A menudo lo hace? ¿a menudo lo deja ver? Dichosos los que podemos apreciar su magnificencia, pues no todos muestran tales dotes, al menos no humanos como tan comunes como yo - Claramente ella no es común, nunca lo ha sido, ni pretendo serlo, una mujer como ella no se codea con la simpleza, con lo común de la vida, por el contrario, puede apreciar momentos como esos - Lamento mi tan abrupta llegada, pero no podía ser sigilosa, no con tales imágenes - Hace una reverencia educada, elegante y sensual - Filippa Tumminelli, mi señor, un placer - Se vuelve a enderezar, no deja que la sonrisa se desvanezca de su rostro, pues como se dijo esa es una de sus mejores cartas, claro como primera impresión.

por **Derek Van Wijs** Miér Abr 24, 2013 12:05 pm

Decir que la imagen de una mujer castaña, de ojos fascinantes y rostro sensual fue una premonición era mentira. Ni siquiera los tacones había escuchado, lo que lo mantenía pensativo. Sí, se entregó a su magia y no prestó atención a lo demás, mas ya nada importaba. Sólo necesitaba una justificación, en ese momento se lamentó no haber traído la maquina proyectora de imágenes. Mostrándola y con un buen discurso podría confundir a la señorita Tumminelli y ocultar su naturaleza mágica.

Derek había comprendido que para desviar la atención de los inquisidores que posiblemente tuvieron sus ojos fijados en Doreckmair O' Raven, ahora en su retorno tenía que hacer trucos comunes, e ilusiones no tan osadas, su público tenía que empezar a comprender que lo que había hecho Doreckmair no era auténtica magia. Pensó en Darla, ella sería la mujer que cubriría los vacíos del espectáculo con su danza, por eso estaba seguro que sus funciones no fracasarían. Era consciente de que no serían precisamente un éxito, sólo era cuestión de que la Alianza golpeara a la inquisición para que Derek tuviera libertad, y con esto, el éxito.

—No se disculpe señorita Tumminelli— respondió con una pequeña reverencia. –Esta mujer refleja intelectualidad, no será fácil engañarla... ¿por qué habría dé?— se debatió caminando a ella. —Derek Van Wijs...— hizo una pausa y extendió su mano. Pero no para que fuera estrechada, chasqueó sus dedos índice y medio, luego hizo girar su muñeca cerrando su palma, para cuando la volvió a extender entre sus dedos se encontraba una hermosa orquídea. —... soy tan sólo un mago novato...— continuó, expresando una sonrisa de complicidad, ... lo que ha visto es una ilusión y si le soy sincero, usted es la única persona que me ha visto hacerlo. Si se quiere sentir privilegiada, con suerte o ninguna de las dos... Usted sabrá— de pronto la expresión de Derek se entristeció ligeramente.

—Pero no la engañaré señorita, como usted se dio cuenta no soy una persona común— suspiró y contempló la flor que aún no era tomada. Hizo un nuevo movimiento con su mano y la orquídea se transformó en un gorrión que terminó por abandonarlos. —He venido a este lugar a practicar, realmente creí que no encontraría a alguien, pero digame señorita, ¿qué es lo que hace aquí, en está noche, en este lugar— el tono de Derek había cambiado, espera desviar la conversación para no hablar de él y quizás...

por **Filippa Tumminelli** Vie Mayo 10, 2013 9:58 pm

La serenidad en el rostro de la humana es evidente, ella no se altera por cualquier cosa, ni siquiera lo hizo cuando estaba frente a aquel vampiro amenazante, su vida recaía muchas veces en los riesgos, en conocer que el mundo no es el cuento de hadas que muchos creen, que no se viven de princesas caritativas, y compasivas, sino de las mismas siendo unas caprichosas, y totalmente pretenciosas que no les importa ni un poco lo que a su pueblo pueda llegar a pasarle. Él es uno como ella en cuanto a fragilidad del cuerpo, pero con claras ventajas que no se pueden pasar desapercibidos, no porque muestre tranquilidad quiere decir que le subestima, por el contrario, el espectáculo que el le a mostrado (claro, sin querer), le marca que es todo menos un hombre inofensivo, cuidado debe tener.

Buscará entonces prestar atención a lo que el hombre haga, mantenerse atenta a cada movimiento, estudiar cada palabra e hilarla para saber si aquello que le muestra es la verdad que reina en su interior. Una mujer tiene ese sexto sentido, ese reconocimiento de la verdad entre miles de mentiras empleadas por algún acompañante. No son tontas, incluso se dan cuenta cuando un hombre vuelve de con su amante, pero a veces la conveniencia de la calidad de vida, de la comodidad y los lujos que tienen las hace permanecer calladas como la mujer sumisa y abnegada. Ella se mostrará como esa hembra tranquila, paciente a cualquier indicación. pero nadie le quitará en la cabeza lo que vio, sobre todo lo que está presenciando, la presencia masculina impone. Hace pesado el ambiente, más no incomodo.

- Los novatos no aparecen hermosas flores en medio de la nada - Comentó con tranquilidad, Derek, como se había hecho llamar frente a la humana, no tenía pinta de un un mago amateur, pero si él lo decía, entonces le dejaría el beneficio de la duda. A fin de cuentas ¿Quién era ella para catalogar a un desconocido? - La vida no se debe catalogar entre la suerte o la mala suerte, eso déjelo para los mediocres mi señor - Hizo una reverencia con total respeto, pero sin lugar a duda con un poco de burla en sus movimientos, pues ¿que era la suerte? Una probabilidad que los humanos comunes buscaban para echar la culpa a sus infortunios o logros, sin darse cuenta que de ellos estaba el éxito, no aquella mal característica - Y privilegiada… Bueno, eso lo diré al final de la velada, poco le conozco como para sentirme de esa forma cerca de su presencia - Se encogió de hombros, trucos muchos, trucos varios, trucos únicos.

- ¿Común? ¿No común? No lo sé, nadie sabe que es común para las mentes distintas - Comentó con una sonrisa ladina - La noche no me atemoriza, me se mejor las calles a estas horas que de día, la gente duerme, al menos la que no me interesa, es por eso que me quedo para disfrutar de los placeres ¿no es la noche la que esconde nuestros pecados? El día revela algunos, por eso no me gusta tanto - Le aclara - ¿Sólo viene a practicar? No sé quien de nosotros ha hecho la mentira más grande entonces - Le mira a los ojos - Si usted o yo, no creo que exista lo simple en alguno de nosotros - Le aclara, pero termina su gran parloteo, no es que le guste hablar demasiado, pero por lo visto es el momento para hacerlo.

por **Derek Van Wijs** Sáb Mayo 11, 2013 12:59 pm

—Permita que halague sus palabras, es muy inteligente una dama con la que me gustaría compartir más momentos— respondió después del las palabras que le abrieron a debatir. Desvió la mirada dejando que viera su perfil, la luz mortecina pareció centellar en ese momento como si él hubiera sido autor de dicho fenómeno. —Tendrá que disculparme si me escucho arrogante o muy vanidoso era mi gran defecto y al parecer volverá hacerlo...— se detuvo para volver a encarar esos ojos de una manera atrevida sin pasar a ser un deseo, o la misma lujuria. No, él la miraba como si ya se hubieran tratado antes, como si compartieran algo; sí, como si fueran cómplices de alguna entramada hecha por él. —Aunque no estoy de acuerdo con usted en algo... un buen novato es capaz de aparecer una flor o inclusive algo más atrevido. Tengo un aprendiz tan hábil que llegó a mí con ese truco... pero sin duda un novato no haría esto...— detuvo su discurso para dar un paso atrás. Luego extendió las manos enérgicamente y arriba de ellos se generó una simulada constelación.

A su mente llegaron recuerdos y entre ellos apareció su amada hermana. Recordaba aquella niñez y esa manía que él tenía de generar con sus ilusiones un universo en su cuarto. En aquel entonces Crystall contaba cada estrella por horas, estrellas infinitas ya que Derek hacía aparecer más para que ella no ganara en su juego. Ese recuerdo le hizo sonreír.

—No soy un novato mademoiselle como bien supone. Alguna vez fui llamado el mago de Amsterdam o Doreckmair O'Raven...— se jactó jugando con sus manos, moviendo la constelación de un lado a otro y cuando decidió continuar su dialogo juntó todas las estrellas formando un sol que fue a sus manos, aquel coloso fue encogiéndose hasta que murió al ser aplastado por las manos del brujo. —Mas no es mentira que mi estancia aquí sea para practicar...— suspiró, ... y aunque mi intención era que nadie me viera hacer lo que ya ha visto usted, me gustaría que fuera testigo de más. No me gustaría un curioso más, cerca de aquí tengo una pequeña casa sería un honor para mí ser su anfitrión por un par de horas y mostrarle que cosas soy capaz de hacer— dijo como lo haría un divo pese a que no era esa su intención, sólo esperaba que ella no pensara algo que distaba de ser el pensamiento de Derek.

por **Filippa Tumminelli** Sáb Mayo 25, 2013 6:39 pm

Pocas cosas en la vida llegaban a sorprender a una mujer que ha visto demasiado, y que ha convivido con montones de personas, incluidas criaturas. Algunas cosas simplemente le motivaban por simple inercia. La vida le ha dado demasiado en tan poco tiempo, ese es el problema, por eso poco le importa o atrae, ha visto vampiros, alguno que otro licántropo, incluso seudo magos, hombres que emplean fraude con trucos baratos para poder tener una moneda, aunque bueno, a esos les aplaude, pues no terminan aun por robar o matar. Sin embargo, nada ha visto como lo que tenía enfrente. La mujer mostró demasiada emoción en aquel par de orbes, sin duda la noche no se planteaba para mal, debía aprovechar el momento, salir la monótona rutina de vida que tiene diariamente, aventurarse en la magia (que para unos puede ser maldita), del hombre, y dejarse llevar por la complicidad de la noche. Eso debía hacer, y eso haría, sin duda.

A Filippa le gusta demasiado ese tipo de espectáculos, los ha visto de todos un poco, y asistido a todo tipo de lugares. Una vez al sur de Francia, acudió a una cena donde supuestamente se presentaría un mago más que solicitado y famoso. Resultó ser un pobre hombre que seguramente fumaba opio, pues era el único que podía notar esas alucinaciones, el resto sólo lo tomaba como un comediante en realidad, para nada lo que era según la invitación; por ese tipo de recuerdos en ocasiones se reí en entre soledades, la vida tiene momento en que llevan a sonreír sin necesidad de compañía. Sus memorias la llevan a intentar escarbar aquel nombre que se dice fue otorgado al hombre. Quizás algo haya escuchado de él, pero mejor conocerle en persona, por el presente, a regresar a un paso incierto. Pues le conoce, es mejor tantear los temas de frente.

- ¿Y ahora? ¿Ya no es llamado de esa manera? ¿Acaso se oculta de algo, de alguien? Muchos dejan sus nombres atrás por miedo a represarías, o con deseos de una vida distinta, nueva… ¿Cuál es su por qué señor? - Ella no desea ser atrevida, pero a curiosidad le puede demasiado, además, él hombre parece transparente, accesible, sin filtros que pueda hacerle temblar demasiado, no por eso le subestima, pero parece que ambos desean una noche tranquila. - Vayamos pues, pero platique un poco más de usted, que me deja con la curiosidad revoloteando mi interior, y eso a las mujeres nos hace demasiado imprudentes - Su sonrisa se amplia, no es una mordaz, tampoco una altanera o sensual, simplemente sonríe, porque el alma se lo dicta.

- Nunca practique en la calle, no al menos sino quiere que lo vean - Comentó reanudando el paso que había dejado a medias cuando se topó con la parte de la magnificencia del mago escondido - Por más solitaria que vea una calle, un callejón o un pasillo, resguarde sus dones con recelo entre paredes, entre propias paredes que puedan llamarse seguras - La mujer mantenía un paso tranquilo, sereno, incluso medido mientras se dejaba guiar por el anfitrión del espectáculo de la noche - Siempre tendremos ojos que nos vigilen, es peligroso, pues incluso el niño más inocente puede llevarnos a la desgracia, no muestre sus herramientas de ataque antes de la guerra, pues ya le sabrán todos sus trucos, y no durará demasiado tiempo en el campo - No pretende ser soberbia al usar aquellas palabras, mucho menos sonar que está dando un discurso de auto ayuda, sólo le dice la verdad, la tranquilidad y los silencios de París, pueden ser armas de doble filo, grandes desgracias.

por **Derek Van Wijs** Jue Ago 08, 2013 2:49 pm

Derek sólo escuchó lo que ella le decía, por supuesto que tenía razón y a la vez interés de todo lo que pronunciaba tan inteligente esa melodiosa voz. No caminaron mucho de hecho fueron una docena de pasos, cuando Derek se detuvo y Filippa le imitara, el mago contemplaba una casa en ruinas, él sonrió con confidencia y a los ojos de ambos el lugar se transformó en una pequeña casa barroca.

Derek se encaminó a la puerta y miró la figura delgada de la mujer, le ofreció la mano una vez abrió la puerta. —Espero no verme atrevido mademoiselle, mas comenzaré a tutearle pues a mis propiedades sólo entran personas a las que estimo y sé la confianza es mutua— y con la mano femenina sujeta a la suya entraron a la oscuridad.

El mago conocía muy bien esa casa, aquella que fuera testigo de las noches de pasión de Derek cuando aún Crystall no aparecía en su vida, la misma oscuridad se había adaptado a él y de ese modo caminó hasta encender las luces de la lampara de araña que colgaba con estilo. Los sillones se mostraron a ellos y él caminó a la chimenea donde los troncos estaban ya encendidos, atizó las llamas y la miró a los ojos. —Por favor, ponte cómoda, permite que te muestre lo buen anfitrión que puedo ser— dijo en una entonación un tanto presuntuosa y sin embargo, para nada ofensiva, era como si le hablara a un amigo íntimo cosa que no era, ambos se sentaron viéndose de frente.

—Me retiré del espectáculo luego de sufrir un atentado en contra de mí vida. ¿Sabes?, no soy un humano ordinario como ya te percataste con mucha pericia— sonrió tan natural que él mismo se sintió bien. —La orden de la iglesia nos tiene catalogados como brujos y yo abusé de mis poderes para presentar los trucos más osados; trucos que a los ojos del hombre común eran inexplicables, por qué nadie era capaz de hacerlos... no existía lógica alguna en lo que hacía, era un desafió a las mismas leyes de la iglesia... ¿osado? Tu lo has dicho, los ojos vigilantes me descubrieron y me neutralizaron un jueves por la noche— entonces la voz de Derek cambió, se ensombreció tanto como su rostro y lo desvió a las llamas bailarinas.

—Está por demás decir que sobreviví, abandoné entonces mi sobrenombre y bajo mi verdadero nombre me instalé en mi mansión en la zona Residencial, compre plantaciones en Nueva Orleans y me dediqué a una vida de negocios... pero era tan monótona, tan banal que no pude contener mis deseos de volver a crear ilusiones... Me sentía como un pez en una pecera, ¿me entiendes?— preguntó a una respuesta que él ya conocía, los ojos de Filippa parecían creerle y comprenderlo. —¿Gusta una taza de té?— dijo buscando sus armoniosos ojos y le sonrió.

por **Filippa Tumminelli** Lun Sep 02, 2013 12:15 am

Maravillas de la vida misma, del hombre, de la madre naturaleza, de lo que fuera. Filippa es una mujer inteligente, que en ocasiones se hace pasar de ignorante para poder ganar la confianza de los demás, aprende de todo lo que ve, y también de lo que experimenta, por eso, ante las situaciones de misterio, puede sentirse incluso más atraída que en alguna normal o ya conocida, le gusta experimentar porque sino se aburriría, y ella es de esas mujeres que viven al limite, no se limita, por el contrario, se arriesga, Siente tanto deseo de acercarse a Derek porque le despierta muchas interrogantes, y porque sabe que las ilusiones no son simples juegos de niños, o muestras para impresión a la humanidad, todo tiene un porqué, todo sucede por algo, incluso siempre habrá algo por descubrir, y ella quiere hacerlo. Quiere entrar a ese mundo.

Sus ojos se abrieron como platos, ante la sorpresa de aquello que veía frente a ella, sin embargo lo supo disimular. Una buena mujer, una que vale la pena es aquella que sabe comportarse, en cualquier situación, con cualquier persona. No se muestra arrojada en publico, pero tampoco sorprendida, sino más bien, que sabe de las situaciones, que sabe como comportarse. Camina con recato, tomándose el tiempo de poder disfrutar de forma visual. Pero pronto se acomoda en un amplio, y fino sillón, junta las piernas, no las cruza, y las acomoda de lado, estira la espalda y su figura se muestra imponente, pomposa, como esas que debe ser correcta ante la sociedad. No vive de lo que le dicen los demás, pero le gusta comportarse a la altura, es vanidosa, que más da.

- La iglesia siempre va a querer su cabeza, envidiosa por que no tiene idea de lo que hace, porque no tiene el don, no se deje tomar, ellos no tienen derecho, ilusos los que creen en ella ¿No lo cree? - Sonrió, simplemente asintió la chica conoce de criaturas, unas que son muchísimo más peligrosas que los brujos, no le dan miedo, por el contrario, cree que son fascinantes, se alimentan de sangre humana si, pero no por eso tiene que sentir terror, ella se alimenta de carne de animales ¿Acaso no es atroz? Lo es, pero no lo verán de esa forma quienes no les conviene la situación. Suspira, y acepta la tasa de te. La toma con delicadeza y da un sorbo.

- ¿Sabe que aquí la inquisición ha colocado un centro? Uno muy grande, a cada día escucho que acusan a mujeres, hombres incluso ancianos y niños para llevarlos a la horca muchos son incluso inocentes, o quizás todos ellos. ¿Ustedes no hacen organizaciones para parar eso? Equidad, igualdad, ya sabe, todas esas cosas - Guardó silencio, luego arqueó una ceja - ¿Qué busca para usted? ¿Ilusiones? ¿Las forma siempre? ¿Solo para los demás, o también para usted? - No sabe precisamente que decir, ella salió de su lugar de nacimiento por el dolor que le causaba, por como lastimaban a su madre. Lo único que le había importado hasta la fecha, junto con sus hijos.

por **Derek Van Wijs** Miér Oct 23, 2013 10:26 pm

Derek la contemplaba con un interés peculiar, la mujer lo sorprendía bastante, no solamente por la forma tan correcta de hacer las cosas, sino también por la forma en la que hablaba. Si en algún momento llegó a pensar que era una mala idea conversar con ella antes que hacer ilusiones, ahora se descubría equivocado. Él también dio un sorbo al té, era una exquisita mezcla de plantas exóticas del nuevo mundo, Derek tenía muchos condimentos de América en aquel viejo apartamento, realmente le agradaban y no era de la clase de personas que compartiera sus más deliciosas reservas, pero la ocasión era especial y ambos, no sólo él, lo sabían.

—Lo sé señorita Tumminelli, agradezco su advertencia, sin embargo lo descubrí hace muchos años, de hecho mi intensión de ser tan osado en mis espectáculos no era más que por el simple motivo de llamar la atención, de retarles... Quería entregarme— suspiró y dio un nuevo sorbo a la taza, luego contempló los exhuberantes ojos de su invitada. Desvió su mirada y continuó escuchándola, volveó a contemplarla segundos más tarde y depositó la taza sobre el reposadero de la chimenea; a diferencia de Filippa él se encontraba de pie, pero como ella atento a lo que hacía el otro.

—También lo sé es por eso que mantengo un perfil bajo, también sé de organizaciones secretas que luchan para abolir la inquisición es más mi...— se silenció, desde que se había casado con Crystall era reservado a hablar sobre ella, este era el primer momento en el que lo haría y no sabía como referirse, lo lógico sería llamarla su esposa ya que eso era, pero también es cierto que es su hermana por lo que el dilema de los estereotipos sociales lo invadió. Contempló la palma de su mano e hizo girar la alianza sobre su dedo. —Mi hermana forma parte de una sociedad, ella también posee dones aunque totalmente diferentes a los míos— dijo al fin y volvió a tomar su taza.

Caminó al centro de la sala de estar y se sentó en el sillón frente a Filippa, dio un nuevo sorbo y puso el té sobre la mesa auxiliar que los separaba y antes de responder a la última pregunta se perdió en los ojos de su invitada, ver los luceros que eran sus ojos le ayudaban, le impulsaban a continuar charlando. —Estoy confundido señorita Tumminelli, lo primero que quiero es encontrarme conmigo mismo, tener consciencia y no lastimar a la mujer que más amo en esta vida. Hemos pecado y más que las capacidades magicas que poseemos, fue lo que hicimos lo que nos condenaría a una segura ejecución por parte de la inquisición, pero no solamente por ellos, la misma sociedad nos vería con repugnancia, no es que me importe mucho ser catalogado pero no puedo permitir que la catalogen a ella, ya mucho ha sufrido para que las reglas sociedad y eclesiasticas la etiqueten no solamente en vida sino también después de la muerte— hizo una pausa, había hablado mucho y seguramente la pregunta de Filippa iba dirigida a las ilusiones, sí, a eso iba dirigida entonces Derek sonrió.

—No siempre hago ilusiones, no después de que me case, tan sólo cuando vengo aquí. Tengo secretos a mi esposa y no porque ella no me permita volver a ser mago, sino para no ponerla en peligro. Como le mencioné ella forma parte de una sociedad y por ello la iglesia puede capturarla en primera instancia...— entonces Derek se detuvo abriendo sus ojos como platos, había sido un estúpido, lo había revelado acababa de darle una pista a Filippa del pecado del que él hablaba, había desenmascarado su relación con Crystall, ahora todo cambiaría en la conversación de ambos. Él ya no podría continuar hablando de sus planes, ya no podría mostrarle sus trucos. Su invitada era inteligente, ¿pero se escandalizará por semejante revelación una vez la descifre?, esa era la preocupación del mago. Quiso implorar que guardase su secreto, que nos los delatara si se trataba de una mujer que podría entregarlos no por sus atributos sino por la abominación de sus actos carnales, pero no lo hizo, quizás ella no lo había deducido, esa era la esperanza de Derek.

por **Filippa Tumminelli** Lun Oct 28, 2013 8:05 pm

Filippa no era una persona cien por ciento religiosa, era evidente que creía en Dios, que le tenía fe, pero estaba en contra de todo lo que tuviera que ver con la iglesia, al ser una mujer inteligente, que tuvo que tomar riendas a negocios llevados por hombres a muy temprana edad, la mujer se dio cuenta que ese grupo de supuestos predicadores sólo sacaban provecho, eso lo detestaba, por eso distaba tanto de las cosas, por esa razón no castigaba con pensamientos o palabras a quienes creían otras cosas, pues cada vez es un mundo. Nada de lo que él le dijera le haría sentir sorprendida, ni siquiera lo estuvo cuando se enteró de la existencia de otras criaturas, no iniciaría en ese momento.

- ¿Qué deseaba demostrar entregándose? No lo entiendo, no lo veo correcto, es como darles la razón de las cosas ¿No lo cree? No, no, mi señor, usted debería no pensar en esas cosas, borrar ese vergonzoso pasado, porque me lo parece, y reanimar su futuro - Le aclaró, ella misma lo había hecho, se había construido otra vida, una mujer, fuera de todo lo malo que había transcurrido, desde los descuidos de su madre, los suyos, hasta el momento de su pequeño. Habían personas que daban, que mostraban sacrificios, grandes, chicos, dependía de la posibilidad de las personas - ¿Por qué creía entregarse? ¿Sólo por qué si? Me da curiosidad saber eso - Le aclaró, se sinceró, toda acción tiene una consecuencia. Él debía saberlas, no lo veía simplemente un hombre impulsivo, se notaba pensante.

- Permítame decirle, espero no se ofenda, y quiero que lo tome de la mejor manera - Volvió a dar un sorbo a su bebida, solo para mojar sus labios, para poder hablar de forma cómoda, eso de la sequedad en la garganta llegaba a quitar las ganas de seguir compartiendo una charla - Creo que subestima a su hermana, si ella se encuentra metida en esa organización es porque sabe los riesgos que puede tener, por que es inteligente, porque tiene una causa, y porque es fuerte, no debería sobreprotegerla tanto, ella puede con eso y más, se lo aseguro - Era cierto, ella no tenía el honor de conocer a la hermana del brujo, pero bastaba con tener un poco de sentido común para saberlo. - Debería admirarla, debería apoyarla, cuidarla si, pero no asfixiarla, espero comprenda lo que le digo, no es con afán de ofender, se que sus deseos de protección son nobles - Sonrió asintiendo, el silencio incomodo apareció a la mano de aquella confesión, pero ella ni siquiera se inmutó, le parecía un tema trillado, como que el clima estaba agradable esa noche.

- Hay culturas que opinan estar con la familia directa es una bendición de Dios, la nuestra la rechaza, entonces dígame usted ¿cuál está equivocada? ¿Cuál es la que importa? Ninguna, sólo lo que cree, ama y aprecia usted, así que quite esos ojos - Le pidió moviendo la muñeca de su mano derecha con desdén. - La iglesia no la va a capturar, o al menos no lo hará con facilidad, ella no tendrá un destino fatídico, lo tiene a usted, ella la tiene a usted, con eso basta para contra el mundo, aprenda de eso - Le pidió con una sonrisa sincera. - Yo vivo para mis hijos, de los negocios, eso está mal visto, yo debí buscar otro marido, sin embargo no me interesa ¿acaso estoy mal? Espero que no lo vea a mal - Le ánimo a relajarse con una sonrisa burlona dedicada para ella misma.

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