AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
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Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
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Convénceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre
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derrochando furia
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Norte de París φ Hotel Des Arenes φ Noche de Luna Menguante φ Violante Vilhjálmur y Saskia Bornago
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Última edición por Violante Vilhjálmur el Miér Oct 30, 2013 12:50 pm, editado 2 veces
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Es injustificado el temor a la muerte; ésta es el fin de toda angustia, el más tranquilo sueño, el eterno descanso. El que ha gozado debe retirarse de la vida como huésped satisfecho; el que ha sufrido, recibir gustoso a la que viene a cortar el hilo de sus desventuras. Sabemos todos que es indispensable morir, y no debe la hora del morir preocuparnos. Nada hay para nosotros más allá del sepulcro.
Lucrecio
Lucrecio
Saskia se movió casi imperceptiblemente, en aquel enorme lecho, lo que le costó muchísimo como si todas sus extremidades fueran las columnas del antiguo Partenón. Tenía una impresión extraña que de alguna manera la tranquilizaba, intuía que no estaba sola, una emoción nueva, sentirse acompañada. Había querido abrir sus ojos, pero el agotamiento era tan extremo, como cuando pasaba días y noches experimentando con sus esencias y perfumes, aquella comparación la hizo sonreír mentalmente no podía mover un musculo de su rostro. Sentía que una fuerza poderosa la estaba atrayendo haciéndola caer a un abismo oscuro y vacuo.
Los sonidos se iban apagando, como cuando sus doncellas se encargaban de correr las cortinas de grueso paño, cerrando la puerta de la habitación, entonces se quedaba en el más profundo silencio, pero el que experimentaba ahora era más pesado, absoluto. Los olores, los aromas, los perfumes que habían dominado su vida hasta ese momento también se diluían, desaparecían como lo hacía el alma de Saskia.
De pronto percibió una presencia familiar, querida, añorada. Ese ser se ubicó a su lado, no distinguía quien era, -¿Eres tú que al fin has decidido volver a mí? – preguntó a ese ente, todo fue cubierto por un silencio pesado como el mármol de una lápida, luego de las profundidades de ese vacío oyó la voz del ser que más la había amado – Saskia, hija mía – era su padre, hablándole con suma tristeza, buscando encontrarla en el límite entre la vida y la muerte. La relación que llevara con él había sido siempre conflictiva, no por falta de amor de parte de uno u otro, sino porque los dos eran caracteres fuertes y pensaban que tenían la razón. Saskia siempre había sido una mujer muy independiente y por ello se sentía muchas veces excluida de esa sociedad en la que su padre se desenvolvía con total soltura. Su padre en cambio solo deseaba que ella cambiara para que sus decisiones no la hicieran sufrir.
La angustia se agazapó en su pecho y de sus bellos ojos grandes lágrimas corrieron por sus mejillas y cuello. Poder verlo luego de diez años de ausencia era un milagro, la última vez que lo viera había sido la noche en que con solo 16 años ella dejara su hogar, sus padres y su vida para ir detrás de lo que ella creyó que sería el amor de su vida. La noche que se entregó a un maldito vampiro, cobarde y ruin que luego de un tiempo la abandonaría a su suerte. Cuando volvió al hogar, su padre ya había muerto, al contemplarlo nuevamente experimentaba una extraña dicha.
El la tomó de la mano instándola a dejar el lecho – vamos Poupee, nos esperan – dijo dulcemente, Saskia sintió que su cuerpo no pesaba, ni siquiera como una pluma, si hasta le parecía que flotaba - ¿o no?- se preguntó. Una sensación de profundo bienestar le inundó el cuerpo. Caminó junto a su padre hacia la puerta de la habitación sin mirar atrás. Contempló por un instante su atuendo, se sorprendió al ver que no llevaba el traje que vistiera en la noche, cuando el vampiro la había mordido. Ahora vestía una sencilla túnica con los bordes bordados en hilos de plata que refulgían, como la que utilizara su Nonna, la Baronesa de Siena, cuando la enterraron aquella mañana de otoño, llevada en una litera escoltada por seis caballeros de la Orden de Malta, que la depositaron con sumo cuidado en el sepulcro familiar, donde ya descansaban otros parientes ilustres que habían descendido al Seol. Ahora era el turno de Saskia, consciente de ello no tuvo miedo, -¿pero… quien me llevará en andas hasta la cripta de piedra, cubierta por una hiedra enamorada de las tragedias humanas?- pensó desanimada.
A su mente llegó una voz seductora y el recuerdo de unos ojos cargados de lujuria y sed de Sangre. En aquel momento se giró pudiendo contemplarse en aquel lecho que no le pertenecía. Violante la miraba con los ojos velados por el deseo de sangre, ella estaba muy pálida, como nunca lo estuvo, era como ver una escultura de Miguel Ángel, o una de esas santas que en un sitial de algún monasterio esperaba paciente el respeto de los devotos, - que horror- se dijo espantada de solo pensar en algo así. Ella odiaba la iglesia por hipócrita y cruel, además nunca había querido parecerse a esas mujeres piadosas que pasaban sus vidas pagando pecados imaginarios por ser hembras que deseaban muy en el interior de sus corazones ser amadas en cuerpo y alma por sus amantes.
Entonces cayó en la cruda realidad, no importaba como se viera, ni si se parecía a una maldita momia sagrada, la verdad era que estaba a punto de morir, comprendió que si seguía a su padre el fino y frágil hilo que la mantenía con vida se rompería. Sonrió al volver a mirar al vampiro, se acercó flotando, inclinó su cuerpo sobre la espalda del vampiro apoyó sus etéreas manos en los hombros masculinos y acercando su rostro al oído le susurró – has visto vampiro, al final he ganado, no puedes detenerme – lo besó en aquel lugar que tanto le gustaba - hubiera querido morderte, tal como tú lo has hecho conmigo – rio nuevamente, mientras se alejaba para seguir a su padre, se sentía libre, como nunca lo había sido en su vida. Su padr la llamó – vamos Sasky, es el momento de volver a casa -.
Pero cuando estaba por poner sus manos en las de su padre, una energía la fue apartando de él, se desesperó, ¿que estaba sucediendo?, ella quería ir con sus amados, ¿para qué volver?, no deseaba estar sola nunca más, pero la imagen de su padre se fue desdibujando, el negro vacuo se apoderó de todo y cuando sus sentidos volvieron a experimentar los sonidos, y su piel recuperaba la sensibilidad se dio cuenta que el vampiro le estaba dando de beber algo, la boca se le llenaba de un líquido espeso y caliente que corría a su interior donde ya no latía su corazón, abrió sus ojos horrorizada, entonces pudo ver el rostro de Violante que mostraba su empeño en que ella bebiera de él, sus miradas se cruzaron por una milésima de segundos, hasta que algo en ella reaccionó y se abalanzó a la muñeca de su creador a tomar del líquido que le ofrecía, tragó con desesperación, pero cuando su conciencia le permitió tener un poco de sentido común se apartó aterrada tapándose la boca, se acurrucó en un rincón del lecho, con lágrimas en sus ojos le grito, - aléjate monstruo, ¿qué me has hecho? – su vida había acabado.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
No adelantes los hechos por muy seguro que estés, siempre existirán los inconvenientes.
–Al final he ganado...– fueron unas palabras como un susurro traído por un viento que no existía que a los oídos del vampiro llegaron antes de que ella se abalanzara sobre su muñeca. Eran palabras provenientes del más allá, pero no comprendió porqué le tardaron en llegar; mas no le importó, Saskia ocupó toda su atención, no pensaba más que en ella bebía de él como toda una neófita y él agradeció la interrupción de aquel cambiaformas sin él no hubiera dado abasto, o más bien estaría indefenso para contener a una peligrosa mujer como lo era su nueva vástaga.
Como sucedía siempre con maestro y alumno la telepatía se bloqueaba automáticamente por lo que Violante dejó de percibir los pensamientos de ella, por lo tanto no supo cuando ella recobró parte de la razón. Cuando lo hizo, como si volara se alejó a un rincón, como una niña temerosa y con lágrimas en sus ojos gritó como tal vez nunca lo había hecho. Violante no mudó de expresión aunque le había divertido las palabras de la nueva Saskia.
—¿Monstruo me llamas?— dijo en un tono irónico, burlón aunque midiendo su distancia. —¿Lo dices por mi personalidad o mi naturaleza?— si quizás el príncipe no había demostrado ante ella una vanidad y soberbia tan inmensa, ahora realmente lo hacía, ahora Saskia conocería al verdadero Violante. —Si es por lo segundo no soy el único monstruo de la habitación... ya somos dos querida— y se echó a reír en tono burlón. —Al final gané yo—.
El príncipe se reincorporó de la cama y caminó rumbo al alféizar de tan elegante habitación, Violante corrió una elegante y amplia cortina de terciopelo rojo descubriendo una puerta de cristal que conducía a un balcón. Abrió la puerta dejando que el aire fresco le golpeara la cara un aíre tan frío como su piel y que él no sufría.
Se giró a ella y le extendió la mano. —Ven querida, ven y observa el mundo con tus nuevos ojos, ven y escuchalo con tus nuevos oídos, huele París con el nuevo olfato. Libera tus sentidos... descubrete— su tono era suave, aquel gesto soberbio había desaparecido; ahora su rostro mostraba gentileza y comprensión. Después de todo era su "hija" y tenía que ayudarle a superar la inmortalidad.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Ten cuidado con la sensualidad, te desarma antes que pueda atacar con indiferencia.
Luis Gabriel Carrillo Navas
Luis Gabriel Carrillo Navas
Lo observó, siendo totalmente consiente que las palabras de Violante eran ciertas, en esa habitación había dos monstruos, - solo que yo no deseaba ser uno – pensó mientras lo miraba con los ojos cargados de tristeza, se mordió los labios al escucharlo afirmar que él había ganado, - entonces me escuchaste cuando lo dije – caviló clavando sus ojos, que relampaguearon de furia, en el vampiro que se incorporaba dejando el lecho.
Saskia estiró sus piernas y contempló su arrugado traje – está hecho un desastre – se entristeció observando los goterones de sangre y lamentándose el haberlo arruinado, era uno de sus vestidos favoritos – bueno tendré que encargar otros – se dijo, en ese instante pensó que haría para conseguir algo decente que ponerse, no existía una mujer que amaba los detalle y la buena vida a tal extremo como Saskia, los lujos y los hombres eran sus juguetes, los primero se los pagaba ella y los segundo nunca tuvo necesidad de buscarlo, caían a sus pies siempre, miró las puntas de sus chapines de seda bordada, sonrió al imaginar que si algo le gustaba de su nuevo destino era que se vengaría, - ¿crees que has ganado? El juego recién comienza – le dijo mentalmente al vampiro.
Violante se acercó al ventanal y tras correr la cortina abrió las cristaleras, la brisa fría entró por la habitación, pero Saskia no sintió frio como en otras ocasiones le pasaba, contempló sus manos, las cuales se encontraban muy blancas, se las acarició como buscando calentarlas, estaba ensimismada en ello cuando el vampiro la llamo, - ¿querida? – se sorprendió cuando el sobrenatural extendiendo su mano y la instaba a seguirlo. Saskia, se incorporó, caminó lenta y elegante como siempre lo había sido y llegó a las puertas del balcón, entonces posó su mano en las de Violante. Lo miró a los ojos y le sonrió algo insegura, con suma cautela – que me está pasando – se reprochó pero era como si solo intentara hacer lo correcto para su maestro – “mi maestro” – se sorprendió al oírse nombrarlo así.
Al salir, lo primero que experimentó fue como los colores se veían diferentes, más vivos, las luces de las farolas, las ventanas iluminadas, todo le atraía, abrió su boca asombrada y sonrió como cuando de pequeña recibía un regalo, se acercó a la balaustrada y apoyando sus manos en ella, parándose en puntas de pie, cerró los ojos e inspiró, los olores, los aromas, llegaban a ella muy definidos, podía captar el sudor de los cuerpos que se amaban en una de las habitaciones contiguas como si de un extraño elixir se tratase, la boca se le aguó y con su lengua paladeo los colmillos, al abrir sus ojos estos estaban muy claros casi blancos, -¿hueles eso? – Le preguntó – ¿puedes oler las magnolias que se encuentran en esa ventana? – Señaló un pequeño balcón que estaba a más de dos calles y que solo era un punto lejano, - es simplemente fascinante - .
Deseaba recorrer las calle sentir el perfume de todas las cosas, en verdad se sentía extrañamente viva, como nunca lo había estado, se dio vuelta y lo miró, caminó hasta estar a pocos centímetros del vampiro, se puso en puntas de pie, estiró su cuello y llevó su nariz al cuello masculino, inspiró absorbiendo el aroma que se desprendía de la piel de Violante, un aroma que antes no había podido captar, sus manos se deslizaron por el pecho y el cuello de Violante, le susurró en el oído – si eres un monstruo y me has convertido en otro – se detuvo besó la mandíbula del vampiro – enséñame a ser uno capaz de volverse un demonio – rio feliz como si se acabara de dar cuenta que había recibido un regalo que hacía tiempo esperaba, se despegó a penas unos milímetros, buscó sus ojos y se mordió el labio inferior sonriendo con picardía, con sus dedos acarició los cabellos del hombre tirando de ellos – juega conmigo, estoy ansiosa – le dijo mientras lo besaba mordiendo los labios de Violante, dejando que la sensualidad innata en Saskia emanara por cada uno de sus poros.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
No confundas la sensualidad con la excitación, la primera puede ser mortal.
El vampiro se sintió satisfecho cuando su vástaga expresó con emoción la nueva manera en la que percibía los aromas. Ahora sería capaz de crear todavía mejores perfumes, aunque claro cabía la posibilidad que ese arte lo abandonara para deleitarse con la nueva vida vampírica, después de todo los neófitos adoptaban el hedonismo con una facilidad que parecía ser una regla.
Pese a que ya no podía captar sus pensamientos sintió en ella una fuerza impresionante, su aura era agresiva, como la de un titán. Violante comprendió que Saskia se convertiría en su más grande amenaza, si el príncipe no tenía cuidado con ella podría matarlo. El vampiro pensó en dos opciones para evitarlo, convertirse en su amante, elegirla como la compañera que buscaba para tenerla a su lado y matarla él mismo si comenzaba a ser un peligro potencial o alejarse de ella. Cualquiera de esas dos opciones no le aseguraba que ella tarde o temprano se revelara a él, ya sentía un resentimiento por otro vampiro que la enamoró y la dejó a su suerte, ¿no sentiría algo aún más superior por aquel que le despojó de la vida en contra de su voluntad?
Violante dejó de pensar en ese gran dilema que tarde o temprano se presentaría a cobrar una respectiva factura. Y es que Saskia se mostraba a él excitada, el vampiro y maestro correspondió su beso, posó sus manos en las caderas y éstas fueron rodeando su cuerpo hasta llegar a la espalda. El príncipe la acercó a él mientras continuaban en un excitante beso de sangre, la sangre de ambos que se mezclaba. –¿Volverse en un demonio dices?– repitió lo dicho por Saskia y sin previo aviso la sujeto de la cintura y la arrojó con la fuerza de un sobrenatural al interior, a la cama. El cuerpo femenino voló más no chocó ni cayó con brusquedad. Los ojos desafiantes de su vástaga encendieron en el príncipe una llama que había estado apagado un año. No era por la escasez de mujeres, sino más bien que nadie lo complacía como Saskia (aún sin tomar su cuerpo) ya lo hacía.
—Saskia tendremos un encuentro rudo, creo que tienes experiencia en éste. Ahora no hay desigualdad en nuestra fuerza... ¿Si quieres se la dominante tendrás que imponerte sobre mí— dijo en tono imperativo con un ligero toque de sensualidad. Luego usando uso de su velocidad llegó hasta donde Saskia, la tomó de las muñecas y la llevó hasta la pared en un choque fuerte que a cualquier mortal podría haber lastimado. Mas a una inmortal no le causaría más que un ligero golpe, como una caricia fuerte. Eso era lo que sentiría Saskia.
El príncipe se lamió sus propios labios mientras continuaba sometiendo las muñecas de Saskia, luego delineó los de Saskia y la besó apenas rozándolos, continuó besándola primero en su comisura de sus labios, luego en su mandíbula y con la lengua recorrió la lengua deteniéndose en el escote.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Quiero ser inmortal con sed intensa,/ porque es maravilloso el panorama /con que nos brinda la creación inmensa; / porque cada lucero me reclama, / diciéndome al brillar: "Aquí se piensa, / también aquí se lucha, aquí se ama."
Extasis - Fragmento
Amado Nervo
Extasis - Fragmento
Amado Nervo
Aquel besos era tan leve al principio como el aleteo de una mariposa, pero la intensidad fue subiendo, los labios apretando los ajenos, las lenguas danzando un exótico y seductor baile, la intención de Saskia era clara, no deseaba amor, no deseaba que él se enamorara, no sería nunca su intención, no buscaba el amor y menos en quien le había cegado la vida. Era verdad le había entregado un don maravilloso y aterrador a la vez, - pero amor, afecto… eso no podría sentir nunca por Violante… ¿o si? – pensó confundida, -¡¡no!! - fue el grito en su cabeza, mientras cerraba sus ojos para no ver los ajenos. Se apresuró en ser más agresiva en el beso, mordiéndolo intencionalmente haciéndolo sangrar, él no se quedó atrás la sangre de los dos se mezclaron como en un maldito pacto, no de amor, no de respeto, sino algo más de un eterno - “me las pagaras” – se dijo mentalmente y en el que valdría todo.
Ese hombre, ese juguete la divertía mucho se sonrió mientras seguía besándolo con ardor, lo sintió excitarse, el aroma que el macho desprendía era tan particular, tan nuevo para ella que sus ojos se volvieron de un color parecido al rubí, fríos, duros, los abrió buscando los del vampiro rojos como el vino, eran distintos y a la vez tan peligrosamente parecidos, podía sentir la alarma que surgía de aquel ser, no entendía porque lo percibía como en constante alerta, ¿acaso ella no era mucho menos fuerte que él?
Entornó nuevamente los ojos disfrutando del gusto dulzón y metálico del líquido que bajaba por su garganta. Las manos de Violante cubrieron sus caderas abrazándola, acercándola, exigiéndole una entrega más apasionada y de pronto sin previo aviso la impulsó hacia el interior de la habitación, sus manos le soltaron el cuello, mientras se sorprendía y reía por aquello. Pudo darse cuenta que tenía un dominio especial de su cuerpo que en breves segundos hizo descender la velocidad y caer suavemente como una caricia sobre el enorme lecho – mmm… parece que el señor está deseoso de jugar – le dijo con una voz seductora y los ojos primero llameantes y que luego fue entornando insinuantes, volviendo nuevamente al color celeste intenso que siempre habían tenido.
La frase que él le dijo sobre el tipo de encuentro que tendrían la hizo arder en deseos, - por supuesto, no espero nada menos de ti – le dijo intentando mostrar que no tenía miedo, se recostó en la cama en una actitud que invitaba al vampiro a tirarse sobre ella. Saber que por la conversión ella tenía el mismo poder físico que el sobrenatural la pusieron alerta, esperaba aprender muchas cosas de su “Maestro” en especial conocer sus fortalezas y sus debilidades, sonrió complacida. Ante ella parado en el marco de la cristalera, Violante, la contemplaba, un hombre a quien le centellaba la mirada, podía ser aterrador o podía ser malditamente excitante como lo era para Saskia, fue solo un segundo pero pudo ver como se acercaba con una velocidad pasmosa, y la tomaba de las muñecas, como levitando la condujo girando sobre sí mismo hasta la pared opuesta de la habitación, estampándola, haciendo que la cristalera vibrara, Saskia grito y rio divertida al sentir el golpe que le pareció una invitación a un juego en donde se medirían fortalezas, deseos y pasiones .
Pegada su espalda a la pared con los brazos estirados sobre su cabeza colgando de ellos a centímetros del rostro del vampiro, ella le sonrió y se mordió el labio inferior, mojándose con la lengua los labios que se le habían secado, Violante hacía lo mismo solo que después mojó los de ella con su lengua, la sensación de aquella humedad la hizo estremecer de ansiedad, movió su manos tratando de liberarse, estiró su cuello intentando cogerla nuevamente entre sus labios, pero un suave beso del vampiro la descolocó, aquellos labios masculinos rosaron la comisura de sus labios con ternura, Saskia lo intentó mirar a los ojos pero él se encontraba absorto, aquellos besos la estaban enervando porque eran más perturbadores que una nalgada, esos besos se extendieron a su mandíbula. Entonces surgió nuevamente la caricia de la lengua que recorrió su cuello hasta el escote del vestido, ella gimió, despegando su espalda de la pared acercando su cuerpo al masculino pero echando su cuello hacia atrás al igual que su cadera que la pegó al muro. Toda ella ardía en deseo de una noche de lujuria.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Creer que tienes el poder siempre es contraproducente.
Al parecer Saskia respondería a los estímulos y deseos de Violante, el juego propuesto por el maestro había iniciado anunciando que sería una noche inolvidable, una noche lujuriosa de la que ninguno de los dos escaparía sin una victoria, un triunfo compartido y que se consumaría entre sábanas o quizás de manera más perversa. Sin embargo, conforme avanzaba la situación Violante comprendió que el ímpetu de la perfumista se volvía dócil lo que comenzaba a decepcionarse.
La noche era joven para hacer una conjetura por lo que el príncipe ejerció más presión y más fuerza a tal grado que lastimó las muñecas de Saskia haciéndola emitir un nuevo sonido y muy distinto a los demás. Si aún se tratara de una mortal, aquel apretón le destrozaría los mismos huesos. Violante liberó las manos y empujó a Saskia nuevamente a la pared tan brusco que el mismo muro tembló y se agrietó formando una silueta femenina a espaldas de la neófita.
—Entre nosotros hay algo que me estorba y sabemos que ambos deseamos hacerlo desaparecer— dijo con una voz maliciosamente seductora y como todo un bárbaro rasgo el alguna vez hermoso vestido bañado en sangre de su amante.
Ya no podía leerle la mente por lo que tenía que guiarse por la interpretación que ella le hiciera saber por gestos o palabras sueltas para complacer el apetito sexual que Saskia le había hecho suponer era inmenso y casi imposible de satisfacer. Pero cualquiera podía jactarse de ser lo que sea, desde un Rey hasta un valiente espadachín, nada de eso importaba cuando la realidad tocaba la puerta y esa realidad llegaba a Saskia llamada Violante.
—Es momento de que demuestres la amante que eres— casi fue un tono imperativo, los gestos del vampiro se endurecieron un instante y antes de algún movimiento de ella, él, se desgarró el saco y la camisa haciéndolo pedazos y al mismo tiempo mostrando su frío torso desnudo a la mujer de mirada retadora.
Las prendas del príncipe aún danzaban en el aire impulsadas por el viento gélido que se colaba por el balcón cuando él cargó a Saskia que se aferró al cuello del hombre que dominaba, por ahora, la situación. Casi volaron hasta la otra parte de la habitación, las piernas de la neófita estaban bien enlazadas en la cintura de Violante lo que le facilitó un viaje que terminó al aterrizar en una cómoda que casi se viene abajo por la potencia de la caída.
Como el depredador que no era, Violante mordió el cuello de Saskia bebiendo de ella mientras desabotonaba el sujetador, al conseguirlo y sentir que la prenda caía acariciando ese casi insensible torso; el vampiro se apartó y en besos se dirigió a las montañas que la bella perfumista tenía por pechos, el príncipe apenas y se detuvo en ellos y es que su objetivo era otro. Su descenso lo llevó al ombligo el que chupó casi un minuto, tras esto cogió con su dedo corazón la prenda que ocultaba la zona más sensible de su amante, la que miles de hombres desearían y que pertenecería a Violante esa noche y otras tantas hasta que ella se vuelva en contra de él, porque así bien lo suponía.
Así como lo hizo antes, Violante jaló la prenda como un salvaje hasta romperla. Para una mortal eso sería tan incomodo y algo doloroso, algo que no haría, mas ella quería experimentar todo cuanto un vampiro sentía... ¿O no pidió eso? Violante entonces y una vez que estuvo liberado ese paradisiaco universo y cuna de la vida; mostró su juguetona lengua que descansó un segundo en el ombligo y que hizo descender zigzagueando hasta el clítoris, lo lamió y se lo metió a la boca, después con sus colmillos lo torturó hasta que sintió las manos de ella sobre su cabello.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Largamente, sin apuro, en la paz de la noche habitó en ella deteniéndose en el umbral de cada sensación, saludando al placer, tomando posesión al tiempo que se entregaba.
Isabel Allende
Isabel Allende
No podía creer lo bruto que había terminado siendo el supuesto caballero. Las muñecas le dolieron de tal manera que por un breve segundo pensó se las rompería, sus ojos se abrieron de forma desmesurada al igual que su boca al gritar, deseaba decirle tantas cosas, mandarlo al infierno, patearlo - suelta, que crees que haces - le gritó con los ojos cargados de rencor y son lagrimas de dolor. Sintió un inmenso alivio cuando la liberó y bajó sus brazos, mientras sobaba sus muñecas. Estaba distraída y no vio venir el empujón que el vampiro le propinó sobre sus hombros tirándola nuevamente contra la pared de la habitación dejando una huella en ésta y aturdiéndola levemente.
La frase de su maestro la sorprendió, esperaba otra cosa de él, verdaderamente demostraba lo bárbaro que era. Saskia sintió como con a un movimiento casi invisible a ojos de cualquier humano, Violante destrozaba su bello vestido, dejando el esbelto y seductor cuerpo femenino, solo cubierto por la ropa interior de seda y encajes - maldito - le espetó, no por que se sintiera ultrajada o por que fuera demasiado bruto, para lo que estaba acostumbrada, sino porque como mujer adoraba las elegantes creaciones que siempre la ataviaban.
Según el vampiro, era ella quien debía demostrar que era una buena amante, el comentario la hizo reír, sabía muy bien que no debía demostrar nada, su cuerpo se encargaría, solo deseaba saciar su sed de lujuria y ese hombre, parecía que podía llegar a calmar algo de su apetito, ella era una mujer que no sería fácil de conformar y que exigiría de él tanto o mas de lo que aquel no muerto estaba pidiendo de ella.
Lo vio terminar de formular su frase y destrozarse el abrigo y la camisa que los cubrían, dejándolo medio desnudo. Los ojos de Saskia relampaguearon, no se podía quejar era un buen espécimen, uno de esos juguetes que le proporcionaban horas ó noches integras de placer. Sonrió el tiempo que se dedicó a contemplarlo, mojándose los labios ocasionalmente - eso es todo lo que piensas mostrarme - le recriminó mirándolo socarronamente. El hombre seguía vestido desde la cintura hacia abajo, algunos jirones de la camisa colgaban del cinturón, su torso mostraba unos pectorales bien definidos, Saskia pasó sus dedos por el pecho de Violante, la comisura de sus labios se expandieron en una sonrisa de lado y enarcando una ceja. Posteriormente el vampiro la tomó por la cintura, en ese momento, ella, entrelazó sus brazos al cuello masculino y las piernas encajaron en las caderas del ser sobrenatural. Exigiéndole, de esta forma, que le demostrara que él se merecía una amante como ella.
Con brusquedad terminaron sobre la superficie de una cómoda, el la besó nuevamente en los labios bajando luego al cuello en donde sintió esos colmillos que se clavaban succionando nuevamente la sangre de la mujer, eso la encendió mucho mas, Saskia tiró su cabeza hacia atrás exponiendo nuevamente el cuello, con sus uñas, largas y afiladas arañó los hombros, el cuello y la espalda del sobrenatural mientras sus piernas entrelazadas a la altura de las caderas masculinas le permitían sentir la excitación del hombre. Él con maestría le desabrochó la ropa interior dejando expuestos sus pechos que con los pezones enhiestos, invitaban a un festín de lujuria y sangre.
Saskia tembló al imaginar esa boca tomando entre sus labios la aureola, la lengua caliente y húmeda, jugando y torturando su sensible pezón. Pero Saskia se frustró y emitió un gruñido al darse cuenta que el vampiro, apenas puso interés en ellos, que las caricias y la exploración siguieron su curso descendiendo hasta el culote de encaje. En ese momento con las manos el el hombre, lo destrozó dejando su intimidad descubierta, humeda, excitada y lista para lo que él deseara proponer como juego.
La lengua del vampiro se detuvo en el ombligo bajando luego a su clítoris en el que se deleitó acariciando y torturando, Saskia con los ojos cerrados disfrutaba de esa sensación algo bruta por momentos, pero no por ello dejaba de ser un placer abrumador. destrabó sus piernas apoyándolas en el mueble y permitiendo que las caricias fueran mas atrevidas e intensas, pero entonces por la mente de la vampiresa cruzó una idea, ella no quería ser simplemente sometida, deseaba someterlo también, jugar a ver quien caía rendido ante el otro. Sus manos se deslizaron al cabellos del hombre y por un instante el amante pensó que se trataba de una caricia, pero ella lo tomó con fuerza separándole y empujando con sus piernas que apoyó en el pecho masculino, tirándolo lejos de ella.
Con casi la misma rapidez de su maestro, que se encontraba tirado en el piso de madera, se colocó encima de él, en solo un segundo sus uñas afiladas le destrozaron el pantalón y la ropa interior masculina, dejándolo desnudo entre medio de jirones. Mas calmada, sentada a horcajadas sobre las caderas de su creador, se inclinó al cuello de éste y lo mordió sin clemencia hundiendo sus nuevos colmillos y haciendo extraños ruidos con cada succión, su lengua acariciaba la piel masculina y sus brazos, enmarcando el cuello y la cabeza de Violante, lo intentaban inmovilizar. Los dedos de la mujer se enredaban en el cabello masculino, las sensaciones que experimentaba poco a poco liberaban toda la lujuria que en ella se escondía, - dame lo que parece promete la noche, demuéstrame que vale la pena jugar contigo - le espetó mientras se incorporaba y lo miraba con la vista color rubí cegada de lujuria, sus labios rojos por la sangre del vampiro brillaron con un tinte anaranjado por las bujías de la iluminación del ambiente. En la comisura de su boca un delgado hilo de sangre descendía por su cuello bajando en dirección del pecho y deteniéndose en una gota en su erecto pezón.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Si prometiste satisfacer a una mujer a que esperas que ella no te dirá cómo hacerlo.
Saskia no respondía a las expectativas de Violante era como si ella no fuera la mujer que en pensamientos le había hecho creer al su ahora maestro. Sin embargo, el príncipe se llevó una sorpresa cuando ella lo arrojó al piso y le desgarró tanto los pantalones como la ropa interior. Violante le sonrió satisfecho antes de que ella se abalanzara sobre su cuello y clavara mortalmente sus colmillos en el cuello que ningún mortal podría penetrar con sus dientes. Bebió con avidez y con torpeza, en ese momento el príncipe se sintió amenazado y estuvo a punto de alejarla, pero en el momento en el que iba hacerlo ella se detuvo por voluntad propia y reto con palabras al vampiro que simplemente le respondió con una sonrisa.
El príncipe levantó medio cuerpo a modo de quedar sentado y con ella a horcajadas, la sangre que manaba de la boca de su vástaga le provocó una excitación reflejada en su sexo. Si su primera estrategia no había sido convincente, Violante apelaría a su mejor arma, la seducción. -Inocente, ¿acaso no querías explorar tus poderes, conocer tu resistencia?- pensó un tanto irónico y comenzó a dejar que su poder de seducción como un exquisito perfume embriagara a su amante hasta el punto de obtener su absoluta atención. Luego, y advirtiendo que la sangre que en el pezón femenino había descendido comenzaba a secarse se apresuró a lamerlo hasta dejar la tetilla impecable.
Violante no se apartó de lo voluptuosos pechos de Saskia, sino que los lamió, besó y succionó con apremió; esta vez de una forma controlada, como lo haría un hombre refinado a su delicada amante. Sometió los pezones con sus dedos mientras besaba el canalillo de los exuberantes pechos que habían fascinado a Violante desde el primer momento, pero hasta ese instantes comenzaba a reconocer. Observó complacido como echaba su cabeza hacía atrás y continuó su labor con esmero. Introdujo al fin uno de los pezones en su boca, estaba totalmente erecto, la lengua del príncipe hizo círculos alrededor de la aureola del pezón para proseguir con una tortura con sus colmillos.
La mano derecha de Violante descendió hasta el sexo de Saskia, introdujo su dedo corazón dentro de Saskia y comenzó a explorar el frío interior, un interior que jamás volvería a arder. Violante pasó de un pezón al otro aplicando la misma tortura al mismo tiempo que intensificaba los movimientos de su dedo índice. La excitación del príncipe, por otra parte, estaba aprisionada entre las nalgas de su vástaga e intuitivamente buscaba introducirse en el sexo de Saskia; sin embargo, no solamente el dedo corazón era un impedimento, sino que ella colaboraba para seguir manteniendo la excitación aprisionada, totalmente torturada y de cierta manera sometiéndola a rozar los labios vaginales con constancia.
—Saskia, eres una mujer hermosa— dijo después de alejarse de esos pezones que hizo suyos, luego se lanzó a los labios femeninos y los beso con dulzura. El príncipe sujetó a Saskia de las caderas y como si volara se levantó aterrizando en la cama. Él la recostó como si de una muñequita se tratara y besó su mentón. —No solamente la sangre la obtenemos por medio de beber de ella, nuestra piel puede absorberla. Yo te brindaré un nuevo placer— mencionó en un tono astuto y fue descendiendo hasta el sexo de su amante. Se detuvo a contemplarlo un momento, después introdujo la punta de su lengua y la movió en el interior. Posteriormente la retiró, se desgarró su dedo corazón derecho bañándolo en sangre y lo introdujo. Así, como sí de un imán se tratara el interior de Saskia absorbió la sangre provocando que se estremeciera ante ese nuevo placer. Violante sonreía complacido mientras repetía la operación una y otra vez.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Dos amantes sensuales no son dos amigos, son más bien dos enemigos, estrechamente vinculados entre sí.
Henri Barbusse
Henri Barbusse
Su maestro había estado con infinidades de mujeres, seguramente, casi incalculables en los años que podía estar vivo un vampiro, le podía enseñar muchas cosas y trucos sobre la vida de un no muerto, pero lo que Saskia se daba cuenta era que de tratar en el lecho con una mujer como ella, el príncipe no sabía mucho, aunque él pensaba que ella lo estaba disfrutando y en realidad las nuevas experiencias le agradaban, no por ello era una de sus noches para recordar.
Cuando el vampiro bajó a sus partes mas sensibles y le explicó como podía absorber su cuerpo el elixir de la sangre, ella simplemente se envaró, todo su cuerpo se tensó su columna se arqueó no tanto por placer sino por sorpresa, no lo esperaba, y mucho menos que intentara hacer que eso fuera agradable para ella. Se sintió frustrada, una ira irreprimible le estaba nublando el entendimiento. No era que no deseara una noche de pasión, pero esto era el colmo, - pero quien cree que soy – se dijo enojada – si me ha tomado por una simple cortesana se equivoca – miró el cortinaje que adornaba el dosel del lecho, al sentir ese dedo invasor en su interior, comprendió que el lugar donde la había traído no era mejor que el que podría haber usado para llevar a una prostituta y se sintió extremadamente insultada – como te atreves – le dijo, mientras que en un movimiento certero y rápido como una exhalación le tomó con su mano derecha los cabellos cercanos a la nuca haciendo que inclinara su cabeza y la mirara a los ojos, - me has quitado la vida y deseas que te de placer, pero me tratas como si fuera una mujer de la vida – le dijo mordiendo cada una de las palabras – pues te advierto que yo no soy una fulana – se incorporo soltando los cabellos masculinos, se alejo del lecho y al acercarse al cortinado de gasa del ventanal lo desgarró con facilidad, se envolvió en él como si de una toga griega se tratara, sus oídos captaron los pasos amortiguados de un ser que recorría el pasillo que daba a la habitación.
Sin perder el contacto visual con el vampiro y manteniendo una distancia prudencial, se acercó a la puerta y la abrió en el momento en que una mujer elegantemente vestida pasaba por allí, no le llevó mas de dos segundos hacer que cayera en un transe y la introdujera en la habitación. Sus movimientos eran rápidos, como si pudiera hacer las acciones a una velocidad que era increíble, en segundos la dejó en ropa interior y se vistió, - quieres una cortesana – le preguntó con sarcasmo, mientras le tiraba al lecho la mujer inconsciente – ahí tienes una diviértete con ella toda la noche – los ojos de Saskia brillaban de furia - si quieres puedes darte un banquete, pero si deseas estar con una mujer de verdad, debes saber comportarte y nunca traerla a un lugar para amantes de poca monta – nada la ofendía mas que la creyeran una persona común y corriente.
Giró sobre si misma y abrió nuevamente la puerta, en el lecho quedaba un hombre que le había faltado el respeto como nunca en su vida lo habían hecho – si mis amantes hasta Islas han creado para mi – se enfureció mientras caminaba descalza por el pasillo alejándose cada vez mas, - traerme a un hotel, ¿acaso no valgo mas que eso? - se dijo ofendida, mientras pasaba un hombre elegantemente vestido, con un movimiento de cabeza la saludó tocando el ala de su sombrero y mirándola a los ojos con deseo, los latidos del corazón llamaban a la vampiresa como si de un néctar se tratase. Debía alejarse de su maestro, debía alejarse de los posibles “donantes de sangre”, - maldito monstruo – deseó volver a la habitación y sacar del pecho el corazón que ya no palpitaba en el cuerpo de Violante – si deseabas una noche de lujuria... - le dijo mentalmente – te la hubiera dado, pero el peso que has puesto en mis hombros es demasiado como para que pueda estar pensando en ello ahora – no entendía porque ese hombre no podía ser comprensivo o ¿acaso ella era su primera creación, y no sabía como debía comportarse? - ¡¡¡como un buen amante, joder!!! - gritó enfurecida, haciendo que el hombre que pasaba a su lado se sorprendiera y se pegara a la pared al ver su mirada encendida de un color rojo y unos diminutos caninos rosando su voluptuoso labio inferior.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Si le fallas a una mujer no la dejes ir, más adelante regresará como una amenaza.
Violante se puso furioso, no fue debido al rechazo de su vástaga sino a que ésta le tomara de los pelos con total desfachatez. A penas logró controlar su arranque de ira y la vio alejarse, robar a una mujer su ropa y vestirse y todavía le dio la oportunidad de que hiciera su comentario fuera de lugar, al menos al criterio de Violante. Ya no podía leer la mente de su vástaga por lo que no sabía dónde estaba con seguridad, pero puso delicada atención en la mujer que yacía en la cama... el vampiro se acerco al cuerpo desnudo, al cuerpo muerto. En un rápido análisis noto que el cuello había sido dislocado, la nueva fuerza de Saskia había provocado semejante infortunio, mas Violante no podía ir a buscar a Saskia y dejar el cadáver ahí. Él sabia de quién pertenecía el Hotel, su dueño era Nigel Quatermane vástago de Amanda, y otra vez ella, otra vez a en su mente la reina de los Países Bajos se aparecía amenazando con tomar el protagonismo del pensamiento de Violante, mas éste no lo permitió.
El vampiro salió con su desnudez a uno de los pasillos, irrumpió en una habitación y bebió de un viajero, después se vistió con las prendas informales y corrientes de dicho vacacionista. Volvió a regresar a su habitación y tomando al cadáver en sus brazos saltó por el balcón hasta caer con sutileza en el pavimento lejos de cualquier mirada. Y ahí en una calle Saskia gritaba un lamento, el príncipe se metió en la mente del mirón y con un mensaje subliminal le ordenó que se marchara. Después, Violante salió de entre las sombras con la mujer en brazos, su vástaga lo miró con esos ojos inyectados de sangre, mas él no quiso prestar atención.
—No te voy a pedir perdón si es lo que esperas y ni siquiera me justificaré... pero mi creador me dijo en mi primera noche como un bebedor de sangre que es responsabilidad del maestro enseñar a sus vástagos la supervivencia, la vida del inmortal para que no se entreguen a los rayos del sol o al bravo fuego— dijo en un tono tranquilo, aquella ofensa que le significó aquel jalón de cabello había sido olvidado, ahora lo más importante era instruirla, obligarla a que lo escuchase.
El príncipe dio un par de pasos hacía ella de modo que pudiera ver el rostro sin vida de la mujer que Saskia había ultrajado por conseguir ropa. —Mírala Saskia, este es el primer rostro de una inocente a la que has matado en tu vida como inmortal... y como ésta habrá más, aunque no será igual, matarás al beber porque te será difícil apartarte o porque no controlarás tu fuerza, mas está mujer a la que tus colmillos no tocaron, de quien no bebiste murió por tu arranque de ira... desconozco cuales son tus poderes pero de ellos te deberás auxiliar para que no vuelva a suceder— continuó Violante en una expresión fría y totalmente seco, —no pretendo que seas mi amante y tampoco intentaré remediar algo de lo que no me arrepiento, tendrás que vivir con eso te guste o no. Así como fui despojado de la vida en contra de mi voluntad, tu mi primer creación aprenderás las reglas básicas de un vampiro. No tienes otra opción que aceptar que sea yo quien te instruya porque tendré que destruirte si es de otra forma lo cual no disfrutaré— concluyó con una sonrisa hipócrita.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
No le fue difícil salir del Hotel, había caminado por los pasillos bajado tramo y tramo de escalera sin ser observada, era como si con tan solo pensar en que no la veían eso ocurría, pasaba inadvertida para “los mortales”, se sorprendió al pensar así, ya que hasta no hacía mas de una o dos horas, ella era una mas de ese grupo de seres que observaba como si de ganado se tratase. Sonrió al recordar que cuando hacia los perfumes para los humanos muchas veces pensaba en que eran aderezos para los paladares exigentes de sus clientes vampiros, ahora ella era uno de esos. Suspiró su pecho se expandió, tomando aire, aunque no lo necesitaba, como tampoco necesitaba los latidos de su corazón, su mente divagaba sin rumbo fijo y la ira que hasta hacia un momento recorría sus venas se disipaba como las olas del océano cuando lamen las arenas blancas de alguna playa solitaria.
Bajó con paso distraído la imponente escalera del hotel y pasó junto al vestíbulo, como si de un fantasma se tratase, eso la alegro aunque una sensación extraña de melancolía la invadía, algo que no era común en ella, - tal vez porque nunca fuiste lo que eres ahora – caviló mientras se alejaba del hotel por una calle que no estaba muy iluminada. Los pasos pequeños, la cabeza inclinada en un estado reflexivo, con sus cabellos negros y lustrosos sueltos que se movían libres en la briza de la noche que mostraba un cielo cuajado de estrellas, Saskia parecía una musa que buscaba a su genio, - París es hermoso aun en lo mas nimio que existe – se dijo mientras dejaba que sus nuevos sentidos y emociones se liberaran, debía hacerlo por que de lo contrario se volvería loca, - ¿o acaso no me desquicié allá adentro?- se recriminó al revivir la escena que hacia tan solo unos pocos minutos atrás viviera, el rostro asustado de aquella mujer bella y delicada, la forma torpe y apresurada en que la había despojado de su ropa, - para que – se dijo contemplando la falda del vestido que la cubría, - en que me ha convertido ese monstruo – se reprocho, - la he dejado a merced de ese chupa sangre – se asustó al darse cuenta que había caído a la cama inconsciente – ¿y si le hace lo mismo que a mi? - se detuvo girando su cuerpo y contemplando los balcones del edificio, - ¿cual sería en el que estuve? - preguntó angustiada como si algo muy malo hubiera pasado.
Estaba por volver sobre sus pasos cuando vio que un hombre la seguía, la mirada que tenía era la de un depredador, de inmediato se dio cuenta que sería un delincuente, es que daba la impresión de ser una presa fácil, allí con la delicadeza de su rostro, sus pies descalzos y la mirada distante, muchos violadores pensarían que era un pequeño regalo del destino. Saskia lo contempló de manera inquisitoria, como quien sopesa los problemas que puede tener al enfrentarse a un enemigo, pero en verdad su mente solo podía sentir la necesidad continua y creciente de clavar sus colmillos en el cuello del malhechor y beber de ese liquido que palpitaba dentro de él. Pero como si de pronto el hombre hubiera tenido la urgencia de alejarse, tomó otro camino y desapareció, ella lo contempló alejarse mientras se debatía en seguirlo o volver al Hotel y salvar a la mujer de las garras del vampiro,- ironías, un vampiro salvando a alguien de otro – se sonrió de lado mostrando sus colmillos blancos y afilados.
Lo primero que llamó su atención fueron unos pasos, cadenciosos y seguros, luego la fragancia de Violante, no necesitó buscarlo con la mirada para saber que se acercaba, pero el aroma extraño que se mezclaba con su esencia, parecido a las flores cuando se comenzaban a marchitar, - olor a muerte – se dijo mentalmente. Entonces vio que traía algo en sus brazos, miró con curiosidad lo que el hombre acarreaba, sus ojos se abrieron cada vez mas hasta que la sorpresa que la invadía se pudo apreciar a simple vista, - pero que ha hecho – se preguntó y cuando estaba por recriminarle, lo que dijo él, inculpándola del terrible destino de ese ser, la asqueó, su estomago se estrujó unas nauseas se apoderaron de ella, las piernas le flaquearon y la tristeza mas absoluta se pudo ver en sus ojos azules, - ¿yo hice eso? – se oyó decir con un hilo de voz.
Se acercó hasta donde el vampiro se encontraba, sus manos acariciaron ese rostro que parecía dormido y lagrimas humedecieron su rostro – no puede ser – sollozó, - no fue mi intención – le gritó posando su mirada en aquellos ojos fríos, - mira en lo que me has convertido – se quejó, ella no era capaz de hacer daño ni a una avecilla y ahora era responsable de una muerte inútil e insensata. Pensó en morderla y darle la vida, ¿o acaso eso no había hecho su maestro? - muerdela, conviértela, tráela de la muerte – le sollozó, el le seguía hablando pero ella ya no escuchaba - te odio... me odio – susurró dejándose caer al suelo y tomando con sus manos el genero que cubría a su primera victima.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Sentir lastima por alguien puede ser contraproducente.
Violante la contempló frío, ajeno a los sentimientos de su vástaga. No sintió lastima ni mucho menos, más bien una incomprensión a sus sentimientos. ¿Acaso esa mujer que se enorgullecía de hacer los perfumes más espectaculares de París, aquella que planeara vengarse de un vampiro y además se jactara de ser fuerte y domadora, no era más que palabras?; el príncipe se sentía defraudado, horas antes, cuando aún era humana los pensamientos que había captado le habían despertado un interés en Saskia, ahora en cambio sentía repulsión hacía ella. –Después de todo era una simple mortal- pensó desilusionado.
Saskia miró el rostro de su creador como implorándole hacer algo, mas ya era tarde. —Saskia no se puede dar el don oscuro a un corazón que ya no late... nada revive a los muertos— dijo en voz lúgubre. —Ahora si nada más estarás lamentándote esta noche no desperdicies mi tiempo... Esta mujer necesita un entierro Cristiano...— dijo con un tono indescifrable, luego sonrió con gracia y continuó —se lo debes Saskia, después de todo tu la mataste—.
Violante le dio la espalda a su pupila y aún con la mujer muerta en brazos caminó a la oscuridad. —Detrás del hotel hay un pequeño cementerio— dijo como un susurro que un mortal no escucharía estando lejos pero un inmortal sí lo haría, luego se perdió en la noche. Caminó rápido hasta que vislumbró el cementerio, quizás era el más pequeño de París mas no importaba. Sin respetar nada penetró el camposanto, los perros guardianas saltaron al ataque mas Violante algo fastidiado los pateó dejándolos inconscientes. El chillido de los perros hizo salir al guardia que no tuvo tiempo para gritar pues el príncipe usó su velocidad para llegar hasta él, con una mano sostuvo a la mujer y con la otra al guardián por el cuello a quién intimido con sus dientes, el robusto hombre de aspecto desaliñado provocó repulsión en el príncipe mas no existía nadie mejor para sus fines en esos momentos.
Dejó caer a la mujer con cuidado y abriéndose una herida en la muñeca vertió su propia sangre en el guardián que se atragantó con ella hasta que la bebió como si de una botella de ron se tratara. La herida en Violante sanó, usó su poder seductivo para atraer la atención del hombre y así le dijo —ahora eres mi sirviente, tu vida me pertenece, tu silencio es mío así como tu libertad— casi recitó en cántico, era como un hechizo. —Sí mi señor— respondió el hombre completamente hipnotizado. —Cavarás una tumba para esta mujer— ordenó y volvió a tomar en brazos a la joven.
Violante caminó a la cabaña del guardián y encontró algunos féretros... el vampiro sonrió satisfecho, depositó a la mujer en uno de ellos y salió. Allí acercándose vio a Saskia, el príncipe la ignoró y fue a supervisar el trabajo de su esclavo de sangre.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Terminó de decir esas palabras y se arrepintió, vio en los ojos de sus maestro un brillo particular, uno que conocía muy bien, su padre sabía tener esa mirada cuando algo que ella había hecho lo desilusionaba, - ¿pero porque me molesta, porque me hace sentir triste que lo defraude? – pensó contemplando como le hablaba de la imposibilidad de volver a la vida un ser que ya estaba muerto. Cerró sus ojos y bajó su cabeza, la frase de su maestro la hizo enojar, - Ahora si nada más estarás lamentándote esta noche no desperdicies mi tiempo... - no estaba furiosa con él, se notaba que su creador era un ser duro, frio, sin sentimientos - y vaya a saber cuantos años tendrá en verdad – pensó, observando el rostro del vampiro joven y lozano, como si solo tuviera un poco mas de veinte años. Lo que mas la enfermaba era verse así, angustiada, pensando en lo que había hecho, con remordimientos y compasión – definitivamente esa no soy yo - reflexionó. Se preguntó que le estaba pasando, nunca había sido una mujer muy que dejara fluir sentimientos muy cristianos o humanos, solo en ciertas ocasiones y si eso la beneficiaba. Toda su vida había sabido dominar sus arrebatos, pero era como si en ese momento fueran mucho mas vivido, mas fuerte, - como mi fuerza – reflexiono recordando como había empujado a Violante lejos de ella, en la habitación del hotel, con solo un movimiento de sus piernas – y eso que es bastante grueso -, caviló mientras sopesaba cuanto podía pesar un hombre de esas dimensiones y musculoso, - si, mi fuerza no es la misma, como tampoco es igual todas las cosas que observo, escucho o huelo – se dijo girando su rostro y descubriendo un hombre que caminaba pensativo, el aroma de su piel mezclado con el perfume con notas de tabaco y maderas, le abrieron el apetito, sus ojos centellaron, intentó concentrarse para escuchar lo que su maestro le decía pero no dejaba de observar por el rabillo del ojo cada movimiento que el extraño hacía.
Buscó los orbes de su maestro, aun tenían esa expresión que detestaba, hubiera querido golpearlo, sus manos estaban cerradas en puño y temblaba, - esta bien - se dijo – acabo de hacer una escena, pero acaso, este mentecato, no se acuerda su noche de conversión? - caviló perpleja mientras veía como Violante se daba vuelta alejándose de ella, casi se podía decir como fundiéndose en la noche – ¿que dijo de un cementerio cercano? -.
Intentó seguirlo pero el hombre que caminaba solo se fue acercando, un vació en el estomago la estaba desquiciando, sus colmillo se alargaron en la boca y los rosó con su lengua, -¿estaría mal si tomara un poco de esa sangre? - pensó mientras la ansiedad la embargaba lentamente. Cuando lo tuvo a su mano, el joven se acercó mas, como la abeja a la miel, Saskia sonrió teniendo cuidado de no mostrar sus colmillos, el joven se sacó el sombreo, - buenas noches, preciosa - ella hizo un movimiento de sus caderas, y un descenso sensual de sus parpados, su presa ya estaba sentenciada, cada vez se acercaba mas - no te conviene-, pensó un momento antes de dejar que su nuevo instinto se liberara.
Mantenía los ojos cerrados mientras succionaba, haciendo ruiditos y gimiendo, nada era tan sensual, por lo menos nada que hubiera experimentado antes de esa noche. Entonces se detuvo, lo observó, el rostro del hombre en un estado de éxtasis, como si estuviera viviendo el orgasmo de su vida, sonrió con malicia, pero ya no tuvo deseos de seguir bebiendo de él. Vio que no estaba muy pálido, aun su pulso era fuerte, ella todavía tenia hambre, pero recordó que la sangre de su maestro era mejor. Entonces se preguntó adonde habría ido. Lamió el cuello del extraño, los orificios se cerraron, le tomó el rostro con las manos y lo miró a los ojos, cuando captó su atención, le dijo que se fuera a su casa que se había descompuesto y que era mejor volver. El hombre la miró extrañado, confundido, ella le sonrió y entonces cayó nuevamente en un estado de bienestar. Se quedó allí disimulada en unas sombras hasta que un coche de alquiler se llevó su cena, se relamió los labios limpiándose cualquier rastro de sangre y dejó que los sonidos lejanos llegaran a ella, una reja que crujía, perros, un hombre que hablaba y luego el sonido monótono de una pala cavando, - el cementerio, debo apresurarme - .
Llegó al lugar donde se encontraba Violante, lo contempló de lejos pero él hizo como si no estuviera allí, sonrió, le gustaba fastidiarlo, eso se había dado cuenta, - a si que crees que pierdes el tiempo conmigo – dijo en voz baja, - ya veremos, ya veremos – canturreó, estaba feliz, era extraño pero aquella sangre la había reconfortado y eso la alteraba gratamente. Cuando estuvo cerca de él, Saskia buscó sus ojos, pero él la ignoró totalmente, sintió deseos de caer sobre él y morderlo en el cuello, ¿quien mas que Violante era el responsable de todas las tonterías que ella estaba cometiendo?, si no hubiera pasado todo lo que ocurrió en el comienzo de esa noche, una mujer no estaría muerta y un hombre no andaría casi desvanecido en el asiento de un coche de alquiler, las pupilas se tiñeron de un color ambarino, estaba furiosa, pero no le demostraría nada, se acercó hasta donde él se encontraba, miró rápidamente al sepulturero que le provocó repulsión – nunca podría beber de una cosa así – pensó mientras giraba la cabeza y miraba a su maestro al rostro aunque siguiera éste mirando el trabajo del esclavo y no le diera ni un mínimo de atención.
Buscó los orbes de su maestro, aun tenían esa expresión que detestaba, hubiera querido golpearlo, sus manos estaban cerradas en puño y temblaba, - esta bien - se dijo – acabo de hacer una escena, pero acaso, este mentecato, no se acuerda su noche de conversión? - caviló perpleja mientras veía como Violante se daba vuelta alejándose de ella, casi se podía decir como fundiéndose en la noche – ¿que dijo de un cementerio cercano? -.
Intentó seguirlo pero el hombre que caminaba solo se fue acercando, un vació en el estomago la estaba desquiciando, sus colmillo se alargaron en la boca y los rosó con su lengua, -¿estaría mal si tomara un poco de esa sangre? - pensó mientras la ansiedad la embargaba lentamente. Cuando lo tuvo a su mano, el joven se acercó mas, como la abeja a la miel, Saskia sonrió teniendo cuidado de no mostrar sus colmillos, el joven se sacó el sombreo, - buenas noches, preciosa - ella hizo un movimiento de sus caderas, y un descenso sensual de sus parpados, su presa ya estaba sentenciada, cada vez se acercaba mas - no te conviene-, pensó un momento antes de dejar que su nuevo instinto se liberara.
Mantenía los ojos cerrados mientras succionaba, haciendo ruiditos y gimiendo, nada era tan sensual, por lo menos nada que hubiera experimentado antes de esa noche. Entonces se detuvo, lo observó, el rostro del hombre en un estado de éxtasis, como si estuviera viviendo el orgasmo de su vida, sonrió con malicia, pero ya no tuvo deseos de seguir bebiendo de él. Vio que no estaba muy pálido, aun su pulso era fuerte, ella todavía tenia hambre, pero recordó que la sangre de su maestro era mejor. Entonces se preguntó adonde habría ido. Lamió el cuello del extraño, los orificios se cerraron, le tomó el rostro con las manos y lo miró a los ojos, cuando captó su atención, le dijo que se fuera a su casa que se había descompuesto y que era mejor volver. El hombre la miró extrañado, confundido, ella le sonrió y entonces cayó nuevamente en un estado de bienestar. Se quedó allí disimulada en unas sombras hasta que un coche de alquiler se llevó su cena, se relamió los labios limpiándose cualquier rastro de sangre y dejó que los sonidos lejanos llegaran a ella, una reja que crujía, perros, un hombre que hablaba y luego el sonido monótono de una pala cavando, - el cementerio, debo apresurarme - .
Llegó al lugar donde se encontraba Violante, lo contempló de lejos pero él hizo como si no estuviera allí, sonrió, le gustaba fastidiarlo, eso se había dado cuenta, - a si que crees que pierdes el tiempo conmigo – dijo en voz baja, - ya veremos, ya veremos – canturreó, estaba feliz, era extraño pero aquella sangre la había reconfortado y eso la alteraba gratamente. Cuando estuvo cerca de él, Saskia buscó sus ojos, pero él la ignoró totalmente, sintió deseos de caer sobre él y morderlo en el cuello, ¿quien mas que Violante era el responsable de todas las tonterías que ella estaba cometiendo?, si no hubiera pasado todo lo que ocurrió en el comienzo de esa noche, una mujer no estaría muerta y un hombre no andaría casi desvanecido en el asiento de un coche de alquiler, las pupilas se tiñeron de un color ambarino, estaba furiosa, pero no le demostraría nada, se acercó hasta donde él se encontraba, miró rápidamente al sepulturero que le provocó repulsión – nunca podría beber de una cosa así – pensó mientras giraba la cabeza y miraba a su maestro al rostro aunque siguiera éste mirando el trabajo del esclavo y no le diera ni un mínimo de atención.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
A veces las palabras reconfortantes salidas del villano causan más terror que confianza
Violante sintió la mirada de Saskia pero en esos momentos más le importaba el entierro y es que él era cristiano, su madre le había inculcado la religión y aunque era consiente de las mentiras y falsedad en la palabra se aferraba a ésta, pues significaba para él que alguna vez fue un mortal y sobre todo para no olvidar a uno de sus seres más queridos... su madre. Las facciones del príncipe se entristecieron, evocó aquella fatídica noche en la que su espada atravesó el pecho de Anastasia, su bella madre que buscaba evitar el conflicto entre padre e hijo; pero más doloroso era saber que no presenció la ceremonia fúnebre de su madre, nunca visitó su mausoleo para llevarle flores o simplemente saludarla, hablarle a ese pedazo de tierra como lo hacen los mortales.
El príncipe tenía que concentrares y no seguir pensando en un pasado que no cambiaría, noto la tranquilidad de Saskia y sin verla supo que ya se había alimentado. —Estoy orgulloso de ti, pocos son los neófitos que han podido dejar de beber en sus primeras horas como inmortales— volteó a verla al fin, los ojos de Violante lucían tristes pues no se podía quitar de la mente aquella escena hacía más de 200 años, la espada llena de sangre y el cuerpo pálido de la Zarina, a su padre sosteniendo a la mujer que tanto amaba y él, Violante huyendo para salvar a su hijo y esposa. Los ojos vampíricos no vislumbraron llanto pero su pesadumbre era tan inmensa que su mismo esclavo se detuvo a contemplarlo.
Violante apartó los ojos de Saskia y los depositó en el trabajo de su esclavo, éste al ver que su amo lo miraba volvió a dedicarse a su labor. —No hay manera de olvidar lo que uno hace... sólo se puede aprender a vivir con esas maldiciones...— el príncipe suspiró, su tono melancólico casi como un cántico pareció expresarlo a la nada, como si se hablara a sí mismo y no a su compañera, su vástaga, su primera creación.
Fue entonces que Violante cambió de expresión, hizo más grandes sus ojos y miró a Saskia con reprocho —no me arrepiento de lo que te hice y así como yo lo hice aceptarás el poder oscuro como un don, tarde o temprano tus egoístas pensamientos emergerán de tu cuerpo y te enviciarás con la inmortalidad, con la belleza y con el nuevo arte que crearás, descubrirás que no hay seres más cercanos a la perfección que nosotros— hizo una pausa y volvió a suspirar, ahora, sus rostro se dulcificó y tomó las manos de Saskia, —acompáñame querida hija mía— dijo en tono suave y la llevó hasta la cabaña donde yacía la mujer en el féretro. —La sangre los muertos nos hace tanto daño como unos simples rayos del sol, nunca debes de beber de ella... mas en estos momentos hazlo y experimenta ese sabor y las consecuencias, hazlo ahora que puedo supervisarte y auxiliarte con mi sangre...— y antes de proseguir señaló en dirección a la mujer muerta.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
-¿En que piensas?- deseaba preguntarle, él se había quedado tan ensimismado en sus cavilaciones, como si su alma hubiera huido a un lugar distante, su piel parecía mas pálida que antes y sus ojos miraban a la nada como si aquello que vislumbrara le atravesara el alma. Ella no quiso sentir compasión por él, - sabes que no te la mereces, mira lo que me haz hecho, en lo que me convertiste – pensó observando al vampiro y apretando sus manos undiendo las uñas, que ahora eran filosas como pequeños escarpelos, en sus palmas hiriéndolas gravemente pero así de rápido como la sangre fluyó igualmente veloz fue la cicatrización de sus lastimaduras dejando solo sangre seca en sus delicadas manos.
No supo como él se había dado cuenta que ella ya tenía un pequeño aperitivo tomado y que además tuvo la concentración necesaria para dejarlo antes de matar a su victima ocasional. Le había dicho que estaba orgulloso de ella, pero no era su intención hacer que lo estuviera. Bajó por un minuto la vista mientras resoplaba por haber sido descubierta, como cuando en su infancia la descubrían robando algún perfume de su madre, para intentar bañarse o bañar a sus doncellas con ellos, - mamá, es que tienen un olor extraño y con este perfume lograré ocultarlo – su madre reía por sus ocurrencias mientras la despedía con un simple ademan de manos, estaba demasiado ocupada para atenderla, sus actividades eran mas importantes que una niña melindrosa por el sudor corporal de alguna criada. No le había importado enorgullecer a su madre y menos lo sentía por el ser que había cercenado su vida.
Violante buscó al fin sus ojos y cuando las miradas se encontraron, todo el dolor que cargaba ese corazón marchito, pesó en el de Saskia, no supo porque, pero tenía la sensación que aquella unión creada por el sobrenatural, hacía que sus tristezas fueran parte de la vampiresa, la nariz le escoció y las pestañas se poblaron de diminutos diamantes que brillaron a la luz de las bujías que iluminaban el trabajo del sepulturero.
En su mente una pregunta resurgía una y otra vez - ¿sentirá remordimiento por lo que ha hecho conmigo? - sus pensamientos fueron contestados con la frase de aquel que luego le espetaba su falta de arrepentimiento. Deseó morderlo, destrozar ese cuello, pero cayó en la cuenta que no podría, muy en el fondo seguía siendo la mujer que se condolía hasta de sus peores enemigos, – bueno no todos – pensó al recordar a su único amor, aquel vampiro que la abandonó. Su mirada se ensombreció y quiso salir huyendo de aquel lugar.
Aquella expresión en el rostro de Violante se esfumó convirtiéndose en una cargada de dulzura y comprensión, - como la de mi padre – se dijo, negando luego con la cabeza y esquivando aquellos ojos, - nunca serás como él – caviló en el momento que la llamaba hija y tomándola de la mano. Llegaron hasta la casucha donde en un sencillo ataúd descansaba el cuerpo de su primera victima. Violante le enseño que no debía beber nunca de un muerto, por mas necesidad y desesperación que tuviera, pues eso podría llevarla a la destrucción. Ella asentía como una niña buena, que escucha algún consejo importante de su padre. Cuando creía que la lección había concluido él le pidió que probara la sangre del cadáver, Saskia lo observó con ojos desorbitados y labios abiertos en un grito silencioso – nooooooooo – gritó espantada, - acabas de decirme que es una locura y ahora ¿quieres que lo haga? - la mirada de su mentor era algo amenazante y apremiaba a que ella cumpliera con lo que se le pedía.
Refunfuño y se acercó al cuello de la mujer apoyó sus labios en aquella piel que ya estaba helada, se giró rápidamente con ojos de perro suplicante, pero no recibió ninguna señal que le condonaran la tarea, suspiró y aunque no era necesario, inspiró conteniendo la respiración en el momento en que sus colmillos desgarraban la piel y su lengua tocaba las primeras gotas de una sangre espesa y de un gusto totalmente desagradable. Intentó tragarla pero las nauseas no se hicieron esperar, soltó el cuerpo y se desmadejó a los pies de su mentor, estaba doblada en dos por el dolor en el estomago y la garganta, sentía como si hubiera tomado un asido, con sus manos se atenazaba el cuello arañándose, llorando desconsoladamente, - que me has hecho – le quiso gritar pero no podía casi hablar.
No supo como él se había dado cuenta que ella ya tenía un pequeño aperitivo tomado y que además tuvo la concentración necesaria para dejarlo antes de matar a su victima ocasional. Le había dicho que estaba orgulloso de ella, pero no era su intención hacer que lo estuviera. Bajó por un minuto la vista mientras resoplaba por haber sido descubierta, como cuando en su infancia la descubrían robando algún perfume de su madre, para intentar bañarse o bañar a sus doncellas con ellos, - mamá, es que tienen un olor extraño y con este perfume lograré ocultarlo – su madre reía por sus ocurrencias mientras la despedía con un simple ademan de manos, estaba demasiado ocupada para atenderla, sus actividades eran mas importantes que una niña melindrosa por el sudor corporal de alguna criada. No le había importado enorgullecer a su madre y menos lo sentía por el ser que había cercenado su vida.
Violante buscó al fin sus ojos y cuando las miradas se encontraron, todo el dolor que cargaba ese corazón marchito, pesó en el de Saskia, no supo porque, pero tenía la sensación que aquella unión creada por el sobrenatural, hacía que sus tristezas fueran parte de la vampiresa, la nariz le escoció y las pestañas se poblaron de diminutos diamantes que brillaron a la luz de las bujías que iluminaban el trabajo del sepulturero.
En su mente una pregunta resurgía una y otra vez - ¿sentirá remordimiento por lo que ha hecho conmigo? - sus pensamientos fueron contestados con la frase de aquel que luego le espetaba su falta de arrepentimiento. Deseó morderlo, destrozar ese cuello, pero cayó en la cuenta que no podría, muy en el fondo seguía siendo la mujer que se condolía hasta de sus peores enemigos, – bueno no todos – pensó al recordar a su único amor, aquel vampiro que la abandonó. Su mirada se ensombreció y quiso salir huyendo de aquel lugar.
Aquella expresión en el rostro de Violante se esfumó convirtiéndose en una cargada de dulzura y comprensión, - como la de mi padre – se dijo, negando luego con la cabeza y esquivando aquellos ojos, - nunca serás como él – caviló en el momento que la llamaba hija y tomándola de la mano. Llegaron hasta la casucha donde en un sencillo ataúd descansaba el cuerpo de su primera victima. Violante le enseño que no debía beber nunca de un muerto, por mas necesidad y desesperación que tuviera, pues eso podría llevarla a la destrucción. Ella asentía como una niña buena, que escucha algún consejo importante de su padre. Cuando creía que la lección había concluido él le pidió que probara la sangre del cadáver, Saskia lo observó con ojos desorbitados y labios abiertos en un grito silencioso – nooooooooo – gritó espantada, - acabas de decirme que es una locura y ahora ¿quieres que lo haga? - la mirada de su mentor era algo amenazante y apremiaba a que ella cumpliera con lo que se le pedía.
Refunfuño y se acercó al cuello de la mujer apoyó sus labios en aquella piel que ya estaba helada, se giró rápidamente con ojos de perro suplicante, pero no recibió ninguna señal que le condonaran la tarea, suspiró y aunque no era necesario, inspiró conteniendo la respiración en el momento en que sus colmillos desgarraban la piel y su lengua tocaba las primeras gotas de una sangre espesa y de un gusto totalmente desagradable. Intentó tragarla pero las nauseas no se hicieron esperar, soltó el cuerpo y se desmadejó a los pies de su mentor, estaba doblada en dos por el dolor en el estomago y la garganta, sentía como si hubiera tomado un asido, con sus manos se atenazaba el cuello arañándose, llorando desconsoladamente, - que me has hecho – le quiso gritar pero no podía casi hablar.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Violante se agachó hasta tomarla entre sus brazos y sus colmillos se clavaron en la yugular de su vástaga, la sangre que acababa ella de beber la succionó hasta que pudo sentir como ella se recuperaba, luego, la forzó en un beso donde derramó parte de su sangre para que su recuperación se completara; cuando ella tenía las fuerzas para alejarlo él se retiró rodeándola hasta llegar a donde el cadáver que aún sangraba.
—Presta atención Saskia, ya sabrás que nosotros tenemos la capacidad de sanar heridas, no solo nuestras, sino también de mortales. Aunque no exista un código o sea una regla debes de comprender que no podemos permitir que los humanos conozcan nuestra existencia a menos que nosotros lo decidamos, es por eso que has de curar las heridas que tus colmillos dejen al beber de un mortal... para ésto tan sólo vierte un par de gotas en los orificios— explicó con paciencia y mordiéndose un dedo corazón dejó caer un par de gotas en cada herida y éstas sanaron casi al instante.
—Benelope...— de pronto susurró en una acción en contra de su voluntad, como si alguien hubiera sugerido a su mente pronunciara el nombre del alguna vez amor de su vida, Violante giró para contemplar a Saskia, alguien estaba en su mente y aunque sabía que Saskia no podía leer su mente por el vínculo de creador-creación, la razón de mirarla se debía a una incomprensión de lo que sucedía, sí él no se encontraba recordando a Benelope por qué de pronto la mencionó. Irritado salió de la cabaña para tratar de ubicar al autor de semejante fechoría, nadie, nadie conocía su pasado, ni siquiera Dragos quien fuera su creador. Algo no andaba bien. Pronto, Saskia también salió, Violante extendió su poder telepático por todo el cementerio y un poco más allá, mas no consiguió más que escuchar cientos de conversaciones que no podía relacionar con lo ocurrido; lo único que al príncipe se le ocurría que un poderoso vampiro con bloqueo mental y manipulación de la memoria jugaba con él... ¿pero quién?
—Saskia... descubramos tus poderes...— dijo aún desconcertado pero planeando una cacería para encontrar al autor de esa mala pasada, usaría a Saskia como carnada y si fuera necesario como sacrificio para que él alcanzara su objetivo, después de todo Saskia le pertenecía, era su vástaga y ella no podía hacer nada para evitarlo, no podría vencer al príncipe en una lucha y ella bien lo sabía; sin embargo, no era su intención obligar a Saskia, tan sólo engañarla, algo que sin que lo quisiera le entretendría un rato. —Dime Saskia que descubriste en los momentos en la que no estuviste conmigo, ¿qué sucedió mientras bebías de tu primera víctima?... sé que te preguntaste como me enteré de que no habías asesinado a ese desdichado, te lo confiaré, una de mis habilidades es la telepatía, de esa forma descubrí que bebías de un hombre y como continuaba captando el pensamiento del hombre deduje que no murió así como descubrir que posees una persuasión— se apresuró a decir pendiente de la excavación, pues a él no se le había olvidado lo que su esclavo hacía ya que no podía irse de allí con una mujer muerta en la casa del desdichado hombre, después de todo Violante mantenía cimientos cristianos a pesar de su refutable idea de que no existía un Dios, un destino... Tan sólo era para rememorar a su madre, la cristiana más devota que conoció en vida.
—Presta atención Saskia, ya sabrás que nosotros tenemos la capacidad de sanar heridas, no solo nuestras, sino también de mortales. Aunque no exista un código o sea una regla debes de comprender que no podemos permitir que los humanos conozcan nuestra existencia a menos que nosotros lo decidamos, es por eso que has de curar las heridas que tus colmillos dejen al beber de un mortal... para ésto tan sólo vierte un par de gotas en los orificios— explicó con paciencia y mordiéndose un dedo corazón dejó caer un par de gotas en cada herida y éstas sanaron casi al instante.
—Benelope...— de pronto susurró en una acción en contra de su voluntad, como si alguien hubiera sugerido a su mente pronunciara el nombre del alguna vez amor de su vida, Violante giró para contemplar a Saskia, alguien estaba en su mente y aunque sabía que Saskia no podía leer su mente por el vínculo de creador-creación, la razón de mirarla se debía a una incomprensión de lo que sucedía, sí él no se encontraba recordando a Benelope por qué de pronto la mencionó. Irritado salió de la cabaña para tratar de ubicar al autor de semejante fechoría, nadie, nadie conocía su pasado, ni siquiera Dragos quien fuera su creador. Algo no andaba bien. Pronto, Saskia también salió, Violante extendió su poder telepático por todo el cementerio y un poco más allá, mas no consiguió más que escuchar cientos de conversaciones que no podía relacionar con lo ocurrido; lo único que al príncipe se le ocurría que un poderoso vampiro con bloqueo mental y manipulación de la memoria jugaba con él... ¿pero quién?
—Saskia... descubramos tus poderes...— dijo aún desconcertado pero planeando una cacería para encontrar al autor de esa mala pasada, usaría a Saskia como carnada y si fuera necesario como sacrificio para que él alcanzara su objetivo, después de todo Saskia le pertenecía, era su vástaga y ella no podía hacer nada para evitarlo, no podría vencer al príncipe en una lucha y ella bien lo sabía; sin embargo, no era su intención obligar a Saskia, tan sólo engañarla, algo que sin que lo quisiera le entretendría un rato. —Dime Saskia que descubriste en los momentos en la que no estuviste conmigo, ¿qué sucedió mientras bebías de tu primera víctima?... sé que te preguntaste como me enteré de que no habías asesinado a ese desdichado, te lo confiaré, una de mis habilidades es la telepatía, de esa forma descubrí que bebías de un hombre y como continuaba captando el pensamiento del hombre deduje que no murió así como descubrir que posees una persuasión— se apresuró a decir pendiente de la excavación, pues a él no se le había olvidado lo que su esclavo hacía ya que no podía irse de allí con una mujer muerta en la casa del desdichado hombre, después de todo Violante mantenía cimientos cristianos a pesar de su refutable idea de que no existía un Dios, un destino... Tan sólo era para rememorar a su madre, la cristiana más devota que conoció en vida.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Saskia sintió los brazos de su maestro rodeándola, atrayendola hacia él, los colmillos de Violante perforaron su piel y aquellos labios succionaban lentos pero seguros, como solo alguien que sabe lo que debe hacer se toma su tiempo para realizarlo de la mejor maner. La lengua rosaba su cuello y aunque al principio eso le provocaba una inseguridad enorme, agravada por la sensación de estar muriendo, pronto provocó en la vampiresa, una sensación de lujuria, con cada gota de sangre venenosa que dejaba su cuerpo se iba sintiendo mas deseosa y aquellos movimientos la enervaban. Luego la besó, de una forma brusca y profunda, Violante, le entregó un poco de su sangre, la que corrió por su garganta, era un momento extraño para ella, acababa de beber el liquido vital de un joven a poco mas de una cuadra, pero nada se comparaba con la sangre de su creador, lo miró a los ojos, luego cerró lo suyos disfrutando de ese beso, que sin que se diera cuenta la encendía.
Cuando sus fuerzas volvían y estuvo tentada en abrazarlo, él se alejó de ella, Saskia lo miró algo confundida y frustrada con sus propios sentimientos. Escucho sin mucho interés lo que él le decía de lo importante de cubrir sus huellas luego de servirse de los humanos, - humanos – repitió en su cabeza, - es verdad, ya no soy una humana – caviló mientras sonreía y relamía la sangre del vampiro, que aun tenía en la comisura de sus labios. Entrecerró los ojos y miró a Violante, quería mas sangre, quería mucho mas de ese hombre.
Entonces lo escuchó decir el nombre de una mujer, nunca lo había escuchado, no en París, ni en Italia, pero en rusia era otra cosa, su madre solía contarle que existían nombres muy particulares en su tierra natal. Recordó el origen de la mujer que le diera la vida y a la que no llegaba a despreciar, pero que tampoco podría llamar “mamá”. Estaba pensando en eso cuando sintió la mirada penetrante del vampiro, Saskia se sorprendió, ¿porque la observaba así? Lo vio salir como una tromba, dejándola en mitad de la cabaña, se apresuró a seguirlo al exterior y contempló como giraba sobre si mismo, como si olfateara el aire, intentando encontrar el origen de algo que le desagradaba.
Ella hizo lo mismo, inspiró profundamente, cerrando sus ojos, intentando localizar las mil esencias que vagaban por las calles aledañas a donde ellos se encontraban. De pronto un perfume llego, casi imperceptible a su nariz. La piel se le erizó, abrió los ojos de forma desmesurada y asustada, ese perfume era imposible que no lo reconociera, su mente viajó cinco años atrás, a una noche en las orillas de una isla de Grecia, el rostro desdibujado de un hombre que la contemplaba con adoración se presentó a su memoria y ella movió la cabeza intentando alejar ese recuerdo de su mente.
Contempló a su maestro, acercándose a ella, cambió la expresión de su rostro, volviéndolo una mascara donde los sentimientos que recién la invadían no podían ser descubierto. Su “padre” le habló de los poderes que él había descubierto en ella. Era verdad, sin siquiera saber porque o de que forma, había utilizado todo lo que le relataba, - no sé todavía como lo hice, pero, es verdad, pude controlarme para no beber de ese... - dejó la frase cortada aunque había pensado en que era un juguete mas para ella, del que ahora podía alimentarse.
Contempló a su maestro que intentaba averiguar cuales eran los otros poderes que poseía, ella se alzó de hombros, no sabía cuales podían ser, ni como se activaban. Lo estudió silenciosa, de la misma forma como se interesaba en ella por un segundo, al otro se mostraba distante y apático. Saskia suspiró, cansada de esa forma de ser de su maestro, mientas Violante seguía atento a lo que hacía su esclavo, por suerte para la vampiresa, parecía que pronto acabarían con eso de enterrar a la mujer que esperaba en la cabaña. Ella solo quería dejar ese lugar, algo no andaba bien. Había sentido la presencia de algo, - no, no, de algo no – se dijo mentalmente, - de alguien, - se frotó las manos, como si tuviera frio. De pronto como si ese ser estuviera a su lado, sintió unos labios apoyándose en su cuello, el perfume la invadía y unas manos conocidas recorrían su cintura. Cerró los ojos, intentando apartar esa mezcla de visión y recuerdo, - no puedes estar en París, maldito bastardo – dijo entre dientes, volvió su mirada al rostro de Violante, - vayámonos de aquí, no quiero estar ni un minuto mas en este lugar – dijo de forma imperiosa.
Cuando sus fuerzas volvían y estuvo tentada en abrazarlo, él se alejó de ella, Saskia lo miró algo confundida y frustrada con sus propios sentimientos. Escucho sin mucho interés lo que él le decía de lo importante de cubrir sus huellas luego de servirse de los humanos, - humanos – repitió en su cabeza, - es verdad, ya no soy una humana – caviló mientras sonreía y relamía la sangre del vampiro, que aun tenía en la comisura de sus labios. Entrecerró los ojos y miró a Violante, quería mas sangre, quería mucho mas de ese hombre.
Entonces lo escuchó decir el nombre de una mujer, nunca lo había escuchado, no en París, ni en Italia, pero en rusia era otra cosa, su madre solía contarle que existían nombres muy particulares en su tierra natal. Recordó el origen de la mujer que le diera la vida y a la que no llegaba a despreciar, pero que tampoco podría llamar “mamá”. Estaba pensando en eso cuando sintió la mirada penetrante del vampiro, Saskia se sorprendió, ¿porque la observaba así? Lo vio salir como una tromba, dejándola en mitad de la cabaña, se apresuró a seguirlo al exterior y contempló como giraba sobre si mismo, como si olfateara el aire, intentando encontrar el origen de algo que le desagradaba.
Ella hizo lo mismo, inspiró profundamente, cerrando sus ojos, intentando localizar las mil esencias que vagaban por las calles aledañas a donde ellos se encontraban. De pronto un perfume llego, casi imperceptible a su nariz. La piel se le erizó, abrió los ojos de forma desmesurada y asustada, ese perfume era imposible que no lo reconociera, su mente viajó cinco años atrás, a una noche en las orillas de una isla de Grecia, el rostro desdibujado de un hombre que la contemplaba con adoración se presentó a su memoria y ella movió la cabeza intentando alejar ese recuerdo de su mente.
Contempló a su maestro, acercándose a ella, cambió la expresión de su rostro, volviéndolo una mascara donde los sentimientos que recién la invadían no podían ser descubierto. Su “padre” le habló de los poderes que él había descubierto en ella. Era verdad, sin siquiera saber porque o de que forma, había utilizado todo lo que le relataba, - no sé todavía como lo hice, pero, es verdad, pude controlarme para no beber de ese... - dejó la frase cortada aunque había pensado en que era un juguete mas para ella, del que ahora podía alimentarse.
Contempló a su maestro que intentaba averiguar cuales eran los otros poderes que poseía, ella se alzó de hombros, no sabía cuales podían ser, ni como se activaban. Lo estudió silenciosa, de la misma forma como se interesaba en ella por un segundo, al otro se mostraba distante y apático. Saskia suspiró, cansada de esa forma de ser de su maestro, mientas Violante seguía atento a lo que hacía su esclavo, por suerte para la vampiresa, parecía que pronto acabarían con eso de enterrar a la mujer que esperaba en la cabaña. Ella solo quería dejar ese lugar, algo no andaba bien. Había sentido la presencia de algo, - no, no, de algo no – se dijo mentalmente, - de alguien, - se frotó las manos, como si tuviera frio. De pronto como si ese ser estuviera a su lado, sintió unos labios apoyándose en su cuello, el perfume la invadía y unas manos conocidas recorrían su cintura. Cerró los ojos, intentando apartar esa mezcla de visión y recuerdo, - no puedes estar en París, maldito bastardo – dijo entre dientes, volvió su mirada al rostro de Violante, - vayámonos de aquí, no quiero estar ni un minuto mas en este lugar – dijo de forma imperiosa.
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Violante se interesó por un momento en las palabras que entre dientes su vástaga había soltado y pese a mantenerse indiferente esperaba las siguientes palabras de la que era su hija de sangre. —Muy bien Saskia también creo que he estado suficiente en este lugar limpiando tu desastre. Aunque tu frialdad por tus víctimas me sugieren que no me preocuparé de que tengas las típicas ideas de los neófitos... inmolarse— dijo en tono hilarante y volviéndose a su creación le acarició el rostro como si sintiera ternura de ella. La tomó entonces de la mano y dando unas últimas ordenes a su esclavo por medio de la mente se fueron de allí.
—¿Recuerdas cuando eras mortal y llegué a tu tienda?— dijo de pronto aún sosteniendo la mano de Saskia como si de una pareja se tratasen. —Te dije que figieramos ser personas comunes, que fueramos cercanos y nos olvidaramos de las normas de la alta sociedad... que no te refirieras a mi como majestad porque yo te hablaría de tu. Fingamos que soy tu amante sin besarnos, que te cobijo en mis brazos como si te amara, oculta esa furia, disfrazala como quieras, olvida que eres un monstruo y que la nueva noche es para ti y nada más que eso— el príncipe continuó caminando; una pareja pasó a su lado y Violante les sonrió jugando el papel que ofrecía a su hija.
De pronto, Saskia volvió a murmurar y miró de un lado a otro como si buscara algo, el príncipe liberó la mano como si le hubiera quemado y la dejó que se adelantara, no comprendía del todo que sucedía pero algo le decía que el instinto asesino de Saskia florecía. —No cometas la estúpidez de matar a alguien sin sentido— alcanzó a decir Violante antes de que ella se perdiera en la oscuridad de un callejón. –Maldita sea, ¿a dónde se fue?– dijo y maldijo que se perdiera la conexión mental, ahora tendría que valerse de otros pensamientos para que la condujeran hasta ella, pero el príncipe tenía un mal presentimiento, un sentir que no lo mantenía tranquilo.
Penetró por el callejón y salió a espaldas del Hotel des Arenes, todo estaba en quietud. El mismo parque que quizás en la mañana era muy transitado estaba muerto y sin embargo, Saskia no reproducía sonido alguno, era como si se hubiera quedado quieta, como si se escondiera. Por vez primera maldijo que el corazón muriera pues al menos los latidos lo conducirían hasta ella. –¿Será posible que haya regresado al hotel, a nuestra habitación– pensó, pero el príncipe no era ingenuo y sabía que eso no ocurriría, ella no regresaría si él no se lo imponía, no tendría esa iniciativa.
Camino con tranquilidad por la acera frente al parque, rodeando el hotel y entonces la pudo ver del otro lado de la calle, en el parque junto a alguien. Violante sonrió y cruzándose de brazos aguardó para ver como su hija se alimentaba. Quería ver si era capaz de hacer lo que había hecho antes... dejar con vida a su fuente de sangre. El príncipe aún era un tanto esceptico al respecto y más aún cuando él no pudo hacerlo, pero, se consolaba con el hecho de que su primera víctima como inmortal era “alimento” y no como en el caso de Saskia que fue motivo de una ira que no pudo controlar.
—¿Recuerdas cuando eras mortal y llegué a tu tienda?— dijo de pronto aún sosteniendo la mano de Saskia como si de una pareja se tratasen. —Te dije que figieramos ser personas comunes, que fueramos cercanos y nos olvidaramos de las normas de la alta sociedad... que no te refirieras a mi como majestad porque yo te hablaría de tu. Fingamos que soy tu amante sin besarnos, que te cobijo en mis brazos como si te amara, oculta esa furia, disfrazala como quieras, olvida que eres un monstruo y que la nueva noche es para ti y nada más que eso— el príncipe continuó caminando; una pareja pasó a su lado y Violante les sonrió jugando el papel que ofrecía a su hija.
De pronto, Saskia volvió a murmurar y miró de un lado a otro como si buscara algo, el príncipe liberó la mano como si le hubiera quemado y la dejó que se adelantara, no comprendía del todo que sucedía pero algo le decía que el instinto asesino de Saskia florecía. —No cometas la estúpidez de matar a alguien sin sentido— alcanzó a decir Violante antes de que ella se perdiera en la oscuridad de un callejón. –Maldita sea, ¿a dónde se fue?– dijo y maldijo que se perdiera la conexión mental, ahora tendría que valerse de otros pensamientos para que la condujeran hasta ella, pero el príncipe tenía un mal presentimiento, un sentir que no lo mantenía tranquilo.
Penetró por el callejón y salió a espaldas del Hotel des Arenes, todo estaba en quietud. El mismo parque que quizás en la mañana era muy transitado estaba muerto y sin embargo, Saskia no reproducía sonido alguno, era como si se hubiera quedado quieta, como si se escondiera. Por vez primera maldijo que el corazón muriera pues al menos los latidos lo conducirían hasta ella. –¿Será posible que haya regresado al hotel, a nuestra habitación– pensó, pero el príncipe no era ingenuo y sabía que eso no ocurriría, ella no regresaría si él no se lo imponía, no tendría esa iniciativa.
Camino con tranquilidad por la acera frente al parque, rodeando el hotel y entonces la pudo ver del otro lado de la calle, en el parque junto a alguien. Violante sonrió y cruzándose de brazos aguardó para ver como su hija se alimentaba. Quería ver si era capaz de hacer lo que había hecho antes... dejar con vida a su fuente de sangre. El príncipe aún era un tanto esceptico al respecto y más aún cuando él no pudo hacerlo, pero, se consolaba con el hecho de que su primera víctima como inmortal era “alimento” y no como en el caso de Saskia que fue motivo de una ira que no pudo controlar.
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Re: Regresas a la vida derrochando furia | Privado (+18) | La caída del Príncipe | Flashback
Saskia, mantenía su atención en la voz que irrespetuosamente intentaba entrar en su cabeza, - no puede ser, maldito bastardo – murmuró arrugando el entrecejo - ¿aun crees que caeré en tus patrañas? - volvió a mascullar mientras caminaba a la par de su padre de sangre, su maestro y creador. Violante intentaba hacer que siguiera con un juego que en ése momento ya había perdido todo interés para ella. - ¿Es que acaso los hombres no entienden que lo agradable de la seducción es que ninguna de las dos partes sabe con exactitud como logrará atrapar definitivamente a su presa? - caviló por un segundo, Al escuchar sus propios pensamientos, cayó en la cuenta que todos esos años había buscado solo mitigar un vacío que nada podía llenar, ni siquiera, la seducción y la morbosidad del juego que ella se había creado. Nunca había logrado vengarse de aquel hombre, que la había despreciado, quitándole su familia, el estatus social y la simple alegría. Saskia le había entregado todo su ser y su alma por amarlo, creyendo en sus palabras. Cerró los ojos, estaba demasiado cansada, el juego había terminado, ya no valía la pena seguir con el.
Tomada de la mano de su maestro dando la impresión exterior de ser una pareja normal. Saskia intentó hacer caso a su maestro, le sonrió pero sus ojos extremadamente expresivos reflejaban la ira que se condensaba en su interior. Caminaron por la acera, casi hasta llegar a la intersección de la calle que colindaba con el Hotel. Entonces la voz se hizo mas fuerte, tuvo que hacer esfuerzos para alejarla de su mente, - Basta de juegos mentales – dijo mordiendo cada palabra, consciente que el ser que la intentaba contactar ya se habría dado cuenta que no era una humana común. La sensación de perder su privacidad la desquició – deja de comportarte como un maldito cobarde, dime donde estas – dijo en voz algo audible y entre dientes. Tiró de la mano para soltarse de Violante, - basta de que los hombres decidan por mi – caviló mientras mirando a todos lados buscando la fuente de ese mensaje.
Apenas lo percibió, corrió tras esa esencia como alma que la lleva el diablo, la velocidad de un sobrenatural puede ser asombrosa, los objetos y personas pasaban como simples borrones, en segundos, casi los mismos que utilizó para desear estar en frente de su ex amante, se encontró con el vampiro. Ante sus ojos se materializó como los fantasma, aquel hombre que había sido todo para ella.
Saskia cayó como en un ensueño de recuerdos, aparecieron ante ella los meses que vivieran su idilio, el que había sido tan bello y venerado que por mucho tiempo creyó que nunca mas volvería a experimentar algo así. Ese espectro se mantuvo impávido, algo sorprendido, tal vez por que esperaba a una joven mucho mas receptiva que esa fría e inmóvil figura que se plantara frente a él. Cuando ambos saliendo del asombro de reencontrarse el sobrenatural intentó abrazarla, pero ella retrocedió al darse cuenta que todos esos años había estado enamorada de una maldita ilusión.
Las palabras del monstruo, deberían haberle acariciado el corazón, pero eso no paso, aunque por un segundo intentó creerle. Pero aquella sensación de bienestar que experimentara cuando vivieron juntos no la sentía, sonrió con amargura, - no hay mejor forma de exorcizar un viejo amor que enfrentarlo – dijo en voz baja.
Saskia podía sentir los ojos de su maestro clavados en su figura, como también los de aquel ser que alguna vez fuera su adoración éste intentaban explicar algo que era imposible. Suspiró con tristeza. - Esta noche he descubierto muchas cosas - dijo acallando el soliloquio de aquel viejo vampiro, - aprendí, que la vida se puede escapar de tus dedos en un segundo y que a veces lo que crees una bendición solo te trae desgracia – afirmó recordando el empeño y pasión que ponía en sus creaciones, las que al fin de cuentas habían atraído al arrogante príncipe, del que ella no era otra cosa que un simple capricho. Continuó diciendo, - ni el amor, ni la pasión, ni la ira, voy a desperdiciar en un ser cobarde como tu - . Suspiró aliviada, la ira que un segundo antes la llevo a pensar en destruir un ser, se había desvanecido, solo quería dejar el pasado atrás.
Reconoció que más importante era tener el conocimiento necesario para saber utilizar el don del que se refería su creador. Quería saber como éste podría afectar su vida. No tenía, ni tiempo, ni ganas de lidiar con un egoísta, que solo deseaba saber si aun lo amaba. El perfume del vampiro llegó a sus fosas nasales, aquella mezcla tan particular de puro y perfume, que tanto le había agradado, ahora la descomponían. Recordó que cada vez que pensaba en él, sus creaciones se volvían extremadamente peligrosas, haciendo que algún incauto usara ese perfume y provocara suicidios o asesinatos, en verdad era una de sus mejores creaciones, para el negoció de los venenos.
La pompa de jabón que había sido ese encantamiento, el encandilamiento de bellos recuerdos, estalló. A Pesar de las buenas intenciones de controlar la ira que nacía de lo más profundo de su ser, sintió como ésta volvía surgir. La antigua bruja desapareció, la vampiresa, rencorosa y asesina,se presentó con todo su poderío. En un certero movimiento de sus manos, lo empujó lejos de ella, haciendo que el vampiro terminara a varios metro de distancia , - como se atreves a venir a mi, después de todo lo que he pasado por vuestra culpa, por vuestro desamor – le increpó con los ojos encendidos de odio y rencor. Los orbes de la vampiro tenían una tonalidad casi albina brillante, totalmente sobrenatural.
Fue retrocediendo lentamente, aterrada por su propia furia, por no saber que hacer, él decía que la había encontrado igual como la última vez que la viera, pero ella no era la misma, Saskia Bornago había muerto esa misma noche, en la habitación del hotel a manos del príncipe de Los Países Bajos, caprichoso y engreído, que la contemplaba desde la distancia. Cuando aquel hombre intentó volver a acercarse, ella le mostró los colmillos, dispuesta a atacarlo. Le haría sentir que la pequeña muchacha que abandonó a su suerte no existía y ésta nueva mujer, le haría pagar un alto precio su cobardía. - No te debo nada, vete y no vuelvas, te prometo... por el amor que alguna vez creí sentir, que te arrancaré ese corazón reseco que tienes en mitad del pecho – las lagrimas se derramaron en sus mejillas como pequeños hilos de color rubí, no era tristeza por el amor perdido, sino por la niña que había quedado destrozada durante tantos años, llorando en un rincón de su corazón las viejas cartas plagadas de mentiras.
Con paso seguro se dirigió donde se encontraba su maestro, - Tu me has traído nuevamente a la vida, ahora enséñame, a dominar la ira que ha despertado en mi ser, demuéstrame que lo que ha pasado ésta noche no fue el antojo de un hombre egoísta – se puso en puntas de pie y besó los labios de su padre - porque te juro, Violante Vilhjálmur, que no tendrás lugar sobre la tierra en donde esconderte si descubro que solo soy un maldito capricho – le dijo con un tono seductor. Acaricio el brazo de su maestro, aferrándose a él para luego proseguir aparentando que eran una simple pareja coqueteando en una noche cualquiera.
Tomada de la mano de su maestro dando la impresión exterior de ser una pareja normal. Saskia intentó hacer caso a su maestro, le sonrió pero sus ojos extremadamente expresivos reflejaban la ira que se condensaba en su interior. Caminaron por la acera, casi hasta llegar a la intersección de la calle que colindaba con el Hotel. Entonces la voz se hizo mas fuerte, tuvo que hacer esfuerzos para alejarla de su mente, - Basta de juegos mentales – dijo mordiendo cada palabra, consciente que el ser que la intentaba contactar ya se habría dado cuenta que no era una humana común. La sensación de perder su privacidad la desquició – deja de comportarte como un maldito cobarde, dime donde estas – dijo en voz algo audible y entre dientes. Tiró de la mano para soltarse de Violante, - basta de que los hombres decidan por mi – caviló mientras mirando a todos lados buscando la fuente de ese mensaje.
Apenas lo percibió, corrió tras esa esencia como alma que la lleva el diablo, la velocidad de un sobrenatural puede ser asombrosa, los objetos y personas pasaban como simples borrones, en segundos, casi los mismos que utilizó para desear estar en frente de su ex amante, se encontró con el vampiro. Ante sus ojos se materializó como los fantasma, aquel hombre que había sido todo para ella.
Saskia cayó como en un ensueño de recuerdos, aparecieron ante ella los meses que vivieran su idilio, el que había sido tan bello y venerado que por mucho tiempo creyó que nunca mas volvería a experimentar algo así. Ese espectro se mantuvo impávido, algo sorprendido, tal vez por que esperaba a una joven mucho mas receptiva que esa fría e inmóvil figura que se plantara frente a él. Cuando ambos saliendo del asombro de reencontrarse el sobrenatural intentó abrazarla, pero ella retrocedió al darse cuenta que todos esos años había estado enamorada de una maldita ilusión.
Las palabras del monstruo, deberían haberle acariciado el corazón, pero eso no paso, aunque por un segundo intentó creerle. Pero aquella sensación de bienestar que experimentara cuando vivieron juntos no la sentía, sonrió con amargura, - no hay mejor forma de exorcizar un viejo amor que enfrentarlo – dijo en voz baja.
Saskia podía sentir los ojos de su maestro clavados en su figura, como también los de aquel ser que alguna vez fuera su adoración éste intentaban explicar algo que era imposible. Suspiró con tristeza. - Esta noche he descubierto muchas cosas - dijo acallando el soliloquio de aquel viejo vampiro, - aprendí, que la vida se puede escapar de tus dedos en un segundo y que a veces lo que crees una bendición solo te trae desgracia – afirmó recordando el empeño y pasión que ponía en sus creaciones, las que al fin de cuentas habían atraído al arrogante príncipe, del que ella no era otra cosa que un simple capricho. Continuó diciendo, - ni el amor, ni la pasión, ni la ira, voy a desperdiciar en un ser cobarde como tu - . Suspiró aliviada, la ira que un segundo antes la llevo a pensar en destruir un ser, se había desvanecido, solo quería dejar el pasado atrás.
Reconoció que más importante era tener el conocimiento necesario para saber utilizar el don del que se refería su creador. Quería saber como éste podría afectar su vida. No tenía, ni tiempo, ni ganas de lidiar con un egoísta, que solo deseaba saber si aun lo amaba. El perfume del vampiro llegó a sus fosas nasales, aquella mezcla tan particular de puro y perfume, que tanto le había agradado, ahora la descomponían. Recordó que cada vez que pensaba en él, sus creaciones se volvían extremadamente peligrosas, haciendo que algún incauto usara ese perfume y provocara suicidios o asesinatos, en verdad era una de sus mejores creaciones, para el negoció de los venenos.
La pompa de jabón que había sido ese encantamiento, el encandilamiento de bellos recuerdos, estalló. A Pesar de las buenas intenciones de controlar la ira que nacía de lo más profundo de su ser, sintió como ésta volvía surgir. La antigua bruja desapareció, la vampiresa, rencorosa y asesina,se presentó con todo su poderío. En un certero movimiento de sus manos, lo empujó lejos de ella, haciendo que el vampiro terminara a varios metro de distancia , - como se atreves a venir a mi, después de todo lo que he pasado por vuestra culpa, por vuestro desamor – le increpó con los ojos encendidos de odio y rencor. Los orbes de la vampiro tenían una tonalidad casi albina brillante, totalmente sobrenatural.
Fue retrocediendo lentamente, aterrada por su propia furia, por no saber que hacer, él decía que la había encontrado igual como la última vez que la viera, pero ella no era la misma, Saskia Bornago había muerto esa misma noche, en la habitación del hotel a manos del príncipe de Los Países Bajos, caprichoso y engreído, que la contemplaba desde la distancia. Cuando aquel hombre intentó volver a acercarse, ella le mostró los colmillos, dispuesta a atacarlo. Le haría sentir que la pequeña muchacha que abandonó a su suerte no existía y ésta nueva mujer, le haría pagar un alto precio su cobardía. - No te debo nada, vete y no vuelvas, te prometo... por el amor que alguna vez creí sentir, que te arrancaré ese corazón reseco que tienes en mitad del pecho – las lagrimas se derramaron en sus mejillas como pequeños hilos de color rubí, no era tristeza por el amor perdido, sino por la niña que había quedado destrozada durante tantos años, llorando en un rincón de su corazón las viejas cartas plagadas de mentiras.
Con paso seguro se dirigió donde se encontraba su maestro, - Tu me has traído nuevamente a la vida, ahora enséñame, a dominar la ira que ha despertado en mi ser, demuéstrame que lo que ha pasado ésta noche no fue el antojo de un hombre egoísta – se puso en puntas de pie y besó los labios de su padre - porque te juro, Violante Vilhjálmur, que no tendrás lugar sobre la tierra en donde esconderte si descubro que solo soy un maldito capricho – le dijo con un tono seductor. Acaricio el brazo de su maestro, aferrándose a él para luego proseguir aparentando que eran una simple pareja coqueteando en una noche cualquiera.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 13/01/2013
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