The harlot crow [Privado, +18]

por **Nicolás D' Lenfent** Dom Mayo 26, 2013 12:21 am

Recuerdo del primer mensaje :

"Te recuerdo siempre, pero ya sin color, sin sentido, vagamente por la eterna noche que mi memoria te quiere regalar; te recuerdo siempre...sin esencia ni olor, pero con dolor".

Han pasado ya un año y algunos meses en que se había alejado de ese querubín, aquel viaje a Roma se volvió un pasatiempo, pues se dedico a descifrar libros ambiguos, consumiéndose en el enriquecido mundo del conocimiento, recorriendo por completo el país pero siempre acompañado de incógnitas hacia ese querido que extrañaba demasiado, doliendo cada vez que pensaba en el. "¿Cómo se encontrara? ¿Qué estará haciendo? ¿Intento olvidarme? ¿Me extrañara? O quizás ¿Podrá cantar una vez más para mí?" …Pero todo se evaporaba, negaba con el pensamiento y se volvía a centrar en sus cosas, distrayéndose en diferentes reuniones, invitaciones que le eran brindadas por su destacado trabajo de violinista, incluso se alimentaba de solo gente elegante cuando le era forzado beberla, pero que mentira era el momento en lo que lo hacía, se alimentaba no por el deseo de seguir existiendo si no por creer que quizás la propia linfa llegue a matarle, tan irónico como un sueño que contastemente en forma ilusoria en su mente volaba.

Estaba ahogándose en el olvido, adueñándose de placeres que suplantaron lo carnal, desesperadamente se estaba perdiendo el cuervo, pobre cuervo que dejo el habito de conyugar pues su apetito desfalleció, de esa manera aumento el licor, fumando cada vez que un libro era tomado entre sus manos, cuando se hallaba recostado o simplemente mientras caminaba a solas deleitándose del paraje pero el café comenzó a ingerir, haciéndose compañía con ese conejillo el cual jugaba en su lecho mientras la luz del día moría, hablándole, recitándole los poemas que fueron incrementando por la soledad que le encadenaba…Pero demasiados sucesos le hacían desaparecer, fingir volar a lo lejos a una plataforma donde perdía al menos por un instante la memoria y solo se dejaba dominar por el sentir del instante.

Volviendo a triunfar en sus obras, “Santuario de alas rotas” se dejo conquistar por toda Roma, siendo esa obra dedicada al dueño de ese sentir….

“Santuario de alas rotas”
El paraíso de imperfección se ahoga en un sueño corto, indudablemente esto es dejar atrás el ahogarse en el pasado. Solo las personificaciones acumuladas (Escape de la realidad) (Percepción indefinida) Porque las cosas que solo ansiamos del pasado son insignificantes… ¡Quiero desaparecer! Y cada cuando las lagrimas serán derramadas, si pudiera matar…(Escapar de la realidad) porque las cosas que solo ansiamos del pasado son insignificantes, mientras tu esperas por cada cuando regresara…(Porque esta voz me dio un significado) Esta voz, así como este sueño te llevaran ahora al reencuentro de un paraje que parece apuntar al cielo solo para ti…Incluso si seas destruido, si te corten las alas, en el cielo puro ascenderás batiendo esas alas en dirección en que la luz es llevada a empujar y ser empujado pero la espina hace que el dolor empeore…(La voz de insensibilidad) (El fin de la destrucción) Estaría mejor si estuvieras solo, pareces disolverte bailando en el viento…(Asuntos vacios) Tu futuro está iluminado, toca el cielo con tus manos ¡Hazlo! Porque cuando eso suceda jamás podre alcanzarte, te has ido y una voz así como un sueño te convertirás”

Pero siempre los poemas cantaban una despedida, la obra era el comienzo de un adiós eterno, el tiempo se voltea y los recuerdos golpean al cuervo una y otra vez, ya no basta querer fingir desaparecer todo, ese templo que en sus brazos un día se encontró lo soñaba constantemente, dibujando como una luz para buscar una estrella, siendo realmente un sueño representando a ese ser que siempre ha deseado con desespero…Pareciendo esta cruel realidad un pulso, sin poder ver ya que la oscuridad lo absorbía, convirtiendo ya la existencia en ruinas, el final de todo llegando en la conclusión de que el templo de ese querubín era su propia existencia, su paraíso privado al que anhelaba abrazar, imaginándose su sombra, estaba volviéndose loco por consumirlo, enfrentándose a el mismo por no volver a caer en ese deseo, pero era el único que le había descontrolado, como si solo fuese hecho para caer bajo sus brazos…

Abriendo el telón para exponer el crimen, un contrato sale a la luz, ofreciéndole al cuervo interpretar la obra con el poder del mismo diablo en Paris, siendo la razón por la cual se volvía loco, aceptando ir que declaro su derrota al llegar a las tierras de la maldita ciudad de la luz….

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¿Este es el nuevo amanecer del sueño? ¡Maldición lo es Paris! Volviendo a la ciudad donde su existencia ha sido completamente un desecho, hospedándose en el hotel más lujoso pero sus ansias incrementaron al sentir al baile del viento sobre la oscuridad…”el deseo nunca muere” ese festín del éxtasis arrasaba, pensando solo en alguien “Kim Hero Jaejoong” esa silueta de inmortal que recordaba añoraba verlo, sin seguir esperando salió a su búsqueda, sin importarle que le hiciera algún daño, necesitaba verlo, saber si logro olvidarlo pues su temor era ese, que haya logrado olvidarle, aferrándose al deseo que de inmediato llego a su mansión…

Por el ruido, por los corazones latientes y las fragancias que el aire traía le informaban que no estaba solo, pero se alegro al percatar ese dulce encanto desprendido, olor a jazmines siempre le han seducido…”Esta noche le temo nuevamente a mi deseo incontenible que tengo por poseerte, por desnudarte, besarte, este deseo enloquecido de beberte a gemidos, devorarte nuevamente pues tu sabor lentamente está desapareciendo, añoro tus caricias, saborear tus labios, penetrarte hasta agonizar en el placer de reencontrarte….¡Oh! Como he ansiado este momento, quiero vaciar todos estos meses sin verte, déjame cortar apasionadamente tus alas”…Pensaba con goce, permanece en el aire, quizás se hayan percatado de su presencia pero se adentro a un ventanal, con sigilo sin soltar algún ruido se adentro, tomando las cortinas de seda con suavidad para abrirse paso, dejando caer con lentitud los pies sobre el suelo, parecía ser una habitación pero tras el aroma, los objetos, la decoración y ese sentir de la esencia que habitaba el lugar se dio cuenta que era de él, sintiendo su esencia abrazarle, realmente lo había extrañado que fue observando el nicho donde su querido dormía, dedicándose a ver mientras esperaba que subiera a su nicho y finalmente verlo.

por **Nicolás D' Lenfent** Vie Sep 27, 2013 11:38 pm

El cuervo que lo engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaba la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos…Y todo porque, por llegar a pensar en que es amor lo que siente.

Tomado de encantadora mirada, se puede ver a la perfección como están copulando, moviéndose las pupilas al mismo instante que bailoteaban con erotismo del uno al otro, poseyendo su piel con candentes caricias, desenfrenos por seguir siendo ambos esclavos del placer, del delirio de seguir menguentando sobre sus labios, introducirle la lengua en su húmeda boca, cerrando por primera vez los ojos e imaginando la manera en la que le penetra, morboseando en el interior su silueta, no quería que desprendiera su aliento con palabras que destruyan esa unión, prohibiéndole que hablara, ya le había escuchado y estaba enloquecido por él, por su cariño que por ello se aprovechaba, sabía que le amaba que por ello su cuerpo es la única manera de disfrutarlo, siendo incitado a seguir queriéndole con desespero, pero le provoco su grito, verlo caer de esa manera en el hombro que no se detuvo, malicioso sigue retorciendo su pezón y le toma con la mano libre su mentón... Meneando la lengua tras haber sido introducida, jugando con la ajena quien domina a quien, presionando, sacándola para morderle, chuparla como si fuese su sexo, abriendo los ojos para mantener esa excitación juntos, provocarle un orgasmo intenso por la mirada, siendo enfermo de como denota la gula por su carne, siguiendo con lamidas, saboreando su saliva, haciendo todo con un encanto, una fascinación, desnudando el peligro de desear más, esas intensas ganas de quererlo.

Pero abandonaba con dificultad su carnosidad, comienza a hablarle entre sonidos bajos, excitados y gemidos que liberaba por sentirlo profundamente…-Desearía matarte con mis labios, me molesta que enamorado estés y te aproveches de saber que obsesionado estoy por tu boca, ahora mismo añoraría verte sin estos labios, arrancártelos y mostrarte lo que te he dicho, que no fue por un beso, que estas equivocado, quizás lo dices por lo que te hago sentir, jadeas y sumiso me gustas pero tienes razón, dejemos de hablar si también sabes lo que quiero.

Sintiendo sus roces, con debilidad sus manos se dejaron caer, observando con profundidad lo sensual que era…-No hace falta cuidarte cuando cada vez que te veo luces mejor, pero aun no te das cuenta ¿Qué al verte con mis marcas es que no puedo dejarte?- Sacando las alas de atracción, su piel le pertenecía y la del cuervo era suya por esta noche, sin saber cómo se está desvaneciendo con sus meneos, queriendo que siguiera, alocadamente piensa en quedarse con su olor, guardar este delirante goce, el estasis de fantasías pues el falo es el que no le quiere dejar, le encadena pero dominado con una media sonrisa…- Si logras hacerlo será porque no aguanto las ganas de seguir delirando, si te digo que te amo ¿Qué cambiara? ¿La forma en la que juegas en la cama? Si es así, puedo decirlo para que sigas moviéndote y al fin me obedezcas en que quiero correrme…-hablaba sobre los mismo labios, mordisqueándole un poco, saltando entre las penetraciones, siendo la espalda la que se arque un poco por sus labios, ladeando el rostro al sentirle en el cuello, ayudándole con los desenfrenados movimientos, subiendo y bajando constantemente, un ritmo candente- mmm, si me amas tanto dímelo, quiero volver a escucharlo, sé que los recuerdos son importantes pero cómo es posible que me sigas recordando cuando olvidas cosas de tu vida, quisiera que olvidaras todo…

Tragándose la saliva que acumulaba por el antojo, alzándole conforme le pegaba contra su cavidad, haciéndolo una y otra vez…-Y aun quiero, quiero que seas mi perdedor…-y era imposible guardar los quejidos, su falo ardía, sentía como el dolor incrementaba y esas presiones le debilitaban, mirándole con intensidad, el deseo, el ardor, la pasión detonaban los ojos que quiso enfurecerlo, ya era hora de terminar con este espectáculo…-Esta bien, si, así fue, me aburriste, ya no me servías para nada pero quería ver si cambiabas y fue inútil, pero tú lo facilitaste, tu querías irte y te deje…-con la misma agresividad respondía, sus golpes, su salvaje cuerpo se agitaba, gimiendo con más ganas, no quería escucharle llorar…-Mírate ¿Para esto quieres que te amé?¿Que es el amor? No es nada, tienes la necesidad de salirte de ti mismo, ser un animal adorador, sacrificarte y prostituirte porque eso haces, todo tu amor para mi es prostitución, coges por migajas, pides que te amen como si pepenaras el dinero…-habían tirado de sus cabellos que por dentro se burlaba de verle de esa manera, quería sacarle lo peor de el…-Quieres adueñarte de mí, ser al único que tenga, no hables de otros y habla de ti, haces lo mismo, la única diferencia es que….-relamiéndose los labios con gran satisfacción, podía percibir su falo explotar, psicóticamente entraba en un colapso por no detenerse.

“M falo se desarma en tu interior, sucumbe como una lengua, húmedo y juguetón por tus lambidas en esas paredes, enloquece que destalla a gritos con la leche derramada”

Placer de alegorías infinitas, el que le está haciendo amarle que por ello se traga las palabras y solo pide ser poseído….-Vamos a tu cama, ahí hagamos el fracaso perfecto, has que grite que te amo para sacar de una vez lo que será tuyo, mi esencia quiere estar en tus sabanas, quiero darte tan fuerte, si es necesario arrancarme en tus entrañas este endurecido falo…-con un salto sus pies se posaron en el suelo y sin dejar de detener el placer, le alzaba para que cayera su cavidad en el falo, permaneciendo de pie, siendo los mismos utilizados para bajarse el pantalón junto con lo demás para estar completamente desnudo, sujetando su espalda curveada, empujando las caderas contra de él... Deteniéndose por un instante, se dirige hacia la cama con sutileza, dejándole caer que encima de él quedo...-Dime que es lo que más quieres en este momento…-sus cabellos caían a los lados, le acariciaba las piernas y se liberó de él, notando la linfa entre sus piernas, sin mirarse el falo que estaba decorado de la misma, sabiendo que ambos estaban heridos.- Dímelo….-le abría demasiado y se las iba colocando en las caderas…-Dime ¿Qué es lo que más quieres?...-con una mano tomo el propio falo y le acaricio su cavidad, descaradamente enseñándole lo que quería que dijera y hasta que escuchara lo que quería fue cuando le empujo con fuerzas, sujetando ambos hombros donde le presionó para que llegara hasta el fondo de esa oscura y sabrosa cavidad...-ah:hhhh! -provocándole un severo dolor, comenzando esas horrorosas y a su vez maravillosas embestidas, entregando la fuerza que le quedaba, acelerando el ritmo donde no se podía distinguir el enfrente y el atrás de sus caderas al agitarse, parecía saltar…-Muévete conmigo…-Mordiéndose los labios con fuerzas, la linfa se desprendía con hilos, recorriendo como si fuese un laberinto, desesperadas sus caderas, bajando a su rostro sin perderse un gesto de su compañero, posando ambas manos en la cama, cada una alado de su rostro, subiendo y bajando el templo por embestirle…-Kim, abrázame, sujétate de mí…-perdido, aferrándose a su templo, bestialmente sigue, con una mano le jala de la pierna para que no se resbalara por los empujones, aprovechando que le abre más, azotándole, retorciéndose de una manera apasionada, sonriendo por dentro sin desprender su sentir en el rostro, por aquellos fondos divinos, el sonido de los alaridos, la cama rechinando y sobre todo el choque de ambos cuerpos….

-mmmm…-enloquecido, había destrozado la cavidad y su falo, cometiendo el delito de caer, quería quedarse sin nada, sin fuerzas, sin poder moverse, quedarse débil, inerte, sacar todo lo que le estaba consumiendo, esos malditos deseos de caer rendido y sus fuerzas se desvanecían que podía ver la nada, un extraño sentir se apoderaba de él que le llamaba, solo podía callarse al nombrarle.- ¡Kim, Kim, Kim!....- seguía llamándole le anunciaba la llegada del cielo, las nubes bajan y su leche era derramada en su ser, anunciando la más preciada escultura, el cuervo se echa para atrás, aventando sus cabellos y un alarido canta, se detiene y solo su vaciado templo logro liberar una lagrima escarlata la cual no se movió de su lugar y se dejó caer, cerrando los ojos sin salirse de él…-Te amo-su voz se apagó y cayó en un sueño, pensando antes de que su mente muriera;

Dos emociones que se confunden [Amor / Odio]

Las puertas del infierno lejos están,

Jadeantes y sumisos al borde de la cama

¡Tú y yo! Liberadas mentiras,

Cundo la noche se va

Nuestros sueños locos inventan un nosotros

Entre perro y lobo el amor supo colmar el silencio

Y nosotros, mi muñeco desnudo

Hagamos tú y yo lavados de nuestros sentires

Me llevaste más allá de la angustia, a la llamada del deseo

Del corazón de nuestros fantasmas a los confines del placer

Estaba desesperado, me ofreciste a mi existencia otra posibilidad

Las palabras son solo palabras,

Las tuyas vibran tanto que

Hablando en mi piel me hiciste tuyo

Ámame quiero acerté mío, todavía háblame,

Ahógame, termina de obtener mi debilidad,

Me corrí y te amé,

Esta es mi debilidad y al fin la conoces,

Quise que se viera como burla pero es la realidad

Quería que me abrazaras y me dejaras consumirme en ti,

¡Ya no podía más, quería nuevamente correrme en ti pero liberándola con un te amo

Porque esa quería que fuese mi mentir!

Profundamente dormía, reflejando lo que era un verdadero muerto, la noche ya había muerto que fue el amanecer el que le dejo descansar, sin llegar a tener un sueño o pesadilla, duerme tranquilamente, sin tener noción del tiempo.

Un sonido, murmuros y una suave piel le fueron despertando, sentía aun la debilidad, se le dificultaba mover que el cuerpo completo le dolía y más el falo, alzando la mirada que al ver a su muñequilla se llevó la mano a la cabeza y negó por lo que sucedió. Levantándose con lentitud, liberándose de su cavidad que apenas podía sostenerse y se percató de la linfa entre sus piernas y las sabanas teñidas de la misma, no quería que se despertara y logro estar de pie, dirigiéndose a la ventana donde se asomaba, observando que la noche había caído, veía a lo lejos una pequeña Luna y al abandonar la vista se encontró con el rostro de su querubín, caminando hacia la cama y se le viene en la mente “Te amo”…Sintiendo un dolor en el interior, le iba a acariciar su rostro pero no pudo, comenzó a vestirse, las prendas se encontraban demasiado sucias que tuvo que ponérselas así, escapando del aposento, saliendo de la puerta que solo un sirviente le vio que no le importo, se fue como si fuese un invitado, por la puerta principal y camino por horas sin ser capaz de volar…

Perduro el sendero con dudas, pensando en la noche anterior, confundido queriendo perder todo para desaparecer, temía a seguir pensando en que podría ser amor lo que sentía, preguntándose por qué había regresado, indagando entre incógnitas que terminaba en no aceptarlas pero a pesar de ello cayo en el castigo que si era un amor enfermizo, cometiendo el peor de las maldiciones, caer enamorado de lo que más odiaba, de lo que más se ha alejado por no querer perder de compañera la amargura y la soledad. Pero se ve obligado a despedirse de todo, volver a extender sus horrendas alas para tratar de alzar vuelo aunque la jaula no le deje y tenga que cargar un pesado camino, es por ello que al llegar al castillo vela una carta con las palabras arrebatas del vacío, de la esencia del mismo amor que un corazón inexistente podría ofrecer, oscuras y tenebrosas, plegarias y suplicias todo un confuso y rosario ensangrentado…

por Invitado Lun Sep 30, 2013 10:08 pm

“Y así la madriguera fue saqueada y quemada y el conejo tuvo que salir huyendo, siendo víctima del holocausto, donde un cuervo vino y lo devoró. Se lo tragó y no dejó nada. Solo el recuerdo de un pastizal verde, vivo y libre.”

Sentía una vibración en mi pecho, como si mi corazón quisiera salir disparado fuera de mis tripas, nuestras sombras vacilaban una y otra vez, como si se mantuvieran a flote en las oleadas de calor febril, inflándose desde el pozo del profundo silencio adornado con solo quejidos de un placer oscuro y abominable, dispuesto a encarcelarnos el uno con el otro, sin pensar en el mundo exterior. Como dos mitades que han sido separadas y ahora han vuelto a encontrarse, la llave que abre el candado, el candado que es solo de esa llave.

Y sentía su mano contra mi mentón y el placer me hacía caer al inframundo, donde por el brazo de satán me iba sentando a su lado, caer desmayado podría ser mi única salvación al placer mezclado de dolor que estaba sintiendo. Pero sus caricias, sus miradas, no me permitían derrumbarme, eran como cadenas sujetando mi conciencia. — Estos labios solo pueden obsesionaros si están pegados en mí. Es que debo deciros cuervo negro, que no hay banquete más delicioso que vuestro cuerpo y sangre. — Fomentando el delirio, me retorcía como su musa, anhelando bailar por siempre en su tubo, jugando a que tanta elasticidad podía tener, sonreía con suspicacia, mordiendo mis labios, mordiendo los suyos, su piel, su cuello, sus hombros. Suculento aperitivo, plato principal y bebida. Él, era el todo.

El rosado de mis mejillas subió a mí de una forma tan extraña que siquiera lo pude ver venir. Mis ojos se nublaron, brillosos por aquella frase que había dejado caer y no supe que decir. ¿Por qué? Es que no le podía creer nada lindo que fuese dirigido a mí. — No me digáis más mentiras… Y me pregunto cuales serán vuestras marcas que han quedado tatuadas en mí… Esas de las que tanto habláis.— Jadeando con pequeñez, me frotaba en el espacio ahuecado entre sus clavículas, me hacía una espiral sobre él, ajustando su falo a mi interior, moviéndole desenfrenadamente, aun cuando hablábamos, yo no podía parar de agitarme, parecía estar hechizado por un tarantallegra final. Entreabriendo mis labios, succionando los suyos, estaba en una rebelión conmigo mismo. Amarlo, intentar olvidarlo, suicidarme, vivir como su mascota por siempre. Yo no quería ninguna de esas opciones. Quería ser el único, el principal y el mejor de aquel recuadro. Pero el maldito no daba el brazo a torcer, volvía a lastimarme, profundo en mi interior, provocando que las lágrimas aparezcan más a fondo. Mis golpes estaban cargados de odio e impotencia, clavando los dedos contra esa espalda, que ojala le hubiese podido arrancar el corazón al cuervo endemoniado, pues mi ira estaba tan cargada que era imposible retenerme un segundo más.

“Será por que sois más importante que mi vida… Y aún no te das cuenta de ello, puedo olvidarme lo que hice ayer, lo que acabo de hacer, pero no puedo olvidarte a ti, porque estás metido allí en el inconsciente, de donde nadie puede quitarte jamás”

La respuesta quedó escondida en mis ojos, mirándole eternamente, como si hubiese hecho un infinito con aquel cuestionamiento del que siquiera yo me había dado cuenta, para mí, era lo más normal del mundo. Pero cómo era posible que no me haya dado cuenta antes? A él no había forma de olvidarlo y era porque le amaba, de una forma tan intensa, dolorosa y frustrante, que siquiera mi propia mente podía hacerme reprimir su existencia. — Sí, os amo… RRgh!!! DEJAD DE MENTIR! — Me explotaba la vena del cuello, la irracionalidad con la que ambos estábamos hablando era cosa de los demonios. Pues siquiera podía comprender como es que nos entendíamos, entre golpes, jadeos, rasguños y más penetraciones, llegábamos a comprender la totalidad de nuestras palabras. Aun cuando mis llantos eran el eco principal de la habitación y esperaba que todos ya se hayan marchado, no quería ni pensar con la noche siguiente. Qué es lo que pasaría? Cómo terminaría todo? No podía procesar todos aquellos datos, estaba tan frustrado, me ardían las piernas, el miembro, los testículos, los pezones, los labios y los ojos. Me sentía como sin la cubierta de piel, ser lanzado a las llamas y luego al agua, donde no morías, pero la regeneración era casi como la muerte en sí misma.

— Ughm! Bestia… Lo estáis diciendo como si no lo hubieseis hecho ya… Mi cuerpo esta entumecido, como si de un humano se tratara. Sois un cuervo inmundo! Os…Os…Os… Os detesto!!! — Decirlo era una risa, una broma mal jugada, se notaba a leguas que era una mentira de un simple crío enfurecido. La cama revotó contra mí, me hizo arquear, las lágrimas se desprendieron que bañaron las sábanas de sangre y entre quejidos y gemidos me abracé a su cuello, temblando como una vil piraña, dispuesto a beberle toda la sangre. Era lo más delicioso que había probado, pero en ese instante no tenía fuerzas, no había posibilidad de clavar mis colmillos, pues necesitaba desesperadas bocanadas de aire, intentando soportar todo aquel falo que seguía extrañamente duro, con ganas de correrse, se notaba por la vibración que hacía entero, desde sus dídimos hasta la punta. Y me rugía el placer, lambiendo mis propios labios, mirando al techo, esperando que me llene, que todo eso acabe. Sucumbir al desmayo de una vez y si era posible que fuese por siempre. Pues no sabía cómo reaccionaría a las siguientes horas de mi eterna vida solitaria.

Un grito desgarrador se formó en mi garganta cuando su falo salió de mi interior y con ello las sabanas se bañaron en escarlata brilloso. Su descaro al acariciarme con su virilidad estaba al borde del desagrado. Lo hacía con increíble gozo y yo no podía siquiera verlo bien, estaba dominado por una especie de amor, odio, celos y enojo. Pero no me dejaría vencer, aún tenía en mi mente grabada las palabras que habíamos tenido antes y no se me olvidaba lo que estaba jugándome en este momento. Le daría el placer más violento de su vida. — A vos… Os quiero a vos…— Mis lágrimas quedaron en silencio por unos segundos, clavando mi mirada en la ajena y volvieron a explotar cuando el ingreso se volvió más violento. La grieta entre mis sentidos se volvía más longeva, no entendía si el tiempo pasaba o estaba detenido, mi cuerpo se quedó quieto, estaba al borde del colapso, sus manos, su cabello y sus ojos eran los únicos que me mantenían en el mundo terrenal. Pero yo sabía que mi piel estaba más pálida de lo habitual, temblando del terror, jadeando bajito por aquellas preguntas que me acosaban intensamente. Y me sujetaba cono él proponía, no tenía otra forma de soportar aquel dolor. Retorciéndome, en tanto besaba su cuello, adoraba su expresión. Me dejaba guiar, con los labios entre abiertos, el sonido del refinar de nuestros cuerpos, la ensombrecedora sensación que una sonrisa triunfal se escapó cuando sentí una nueva punción en mi interior y era su esencia la que estaba llenándome. Me recorría como el agua a la tierra, mi cuerpo la absorbía como un trofeo de su victoria y los bellos de mi piel se erizaron, haciendo que mi cuerpo tomara una postura extraña, retorcida a un lado y al otro, con el cuello arqueado, sintiendo aquella felicidad cuando se gana una batalla, por esas palabras, que mezcladas con ese sentir, hacían relucir todas las cosas ocultas con anterioridad.

“No ocultes tu desprecio, fue una buena jugada, una buena batalla. Los corazones están en paz, porque no hubo trampas ni castigos. Las mentes están tranquilas, las aguas se han juntado para formar su propia laguna, ahora estamos solos, sumidos en una sensación estupefacta. Estamos esperando, devotamente el consuelo de nuestros corazones. Como si cada una de tus embestidas fuesen de oro revestido en rubí.”

El llamado fue silencioso, todo se apagó y el sonido de un violín viajó a mi mente cuando estaba a punto de desmayarme. Pude ver un rito de ángeles anunciándome el holocausto final. La extinción de la soledad, ella estaba siendo tirada a la hoguera, se extinguía y se apartaba de mí para siempre. “Adiós, adiós dulce soledad, espero no volver a necesitar de ti, pues él día en que te necesite seguiré tus pasos, me uniré a la hoguera junto a ti”. Jamás había tenido un sueño tan pesado como el de aquel día. Me había quedado desmayado bajo el cuerpo del vampiro antiguo, mis caderas se habían roto, mis piernas estaban entumecidas y mi cerebro estaba fuera de juego. No escuchaba nada, pero en mi interior sabía que el fantasma de la soledad estaba a mi lado. No estaba ese iceberg encantador a mi lado, no había ningún intruso en mi interior, y me abrazaba a la almohada, ahogando un grito de frustración. Estaba en una intranquilidad terrorífica. Pero mi cuerpo no lo demostraba, parecía, en el exterior, un ángel dormido, adornado de rojo por donde le vean. Me movía apenas a un lado, rezando porque el tiempo no pasara, esperando que mis ojos no se abrieran, porque al despertarme, me encontraría con ese fantasma de la soledad, de aquella que había matado hacía no demasiadas horas.

“Cruel es el destino, pero te lo dije y te lo volveré a decir, estoy esperándote. Confío en que esta noche he dado lo mejor de mí. Volverás, volverás y yo lo sé.”

[CERRADO]

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