AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Travesuras por la noche? [Privado]
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¿Travesuras por la noche? [Privado]
Un crio enojado, hojas regadas por toda la sala y mi ojo golpeado e hinchado ¿cómo paso esto? Sencillo. El mocoso malcriado se ofendió porque le levante solo un poco la voz, diciéndome que a él nunca le han levantando la voz ni sus padres, después le explique que solamente le hable con mi tono normal pero claro, se ofendió y comenzó a llorar, odiaba el llanto de un mocoso como este, así que me levante de mi silla de madera que estaba sentando y lo tome del antebrazo para acercarlo a mi y explicarle que no fue mi intención de hacer eso pero fue peor él en un intento de alejarse de mi su pequeño y fuerte puño dio en mi ojo haciendo que lo soltara; tan enojado que estaba que comenzó a romper mis apuntes de magia quedándome sin palabras y petrificado en el mismo sitio donde me quede después del golpe y así es como paso esto. -Me calmaré, me calmaré, respira hondo, muy hondo y no pienses en matar al niño enfrente tuyo que tiene lagrimas hasta el cuello. Solo es un niño que no sabe lo que hace, en poco tiempo llegara sus padres y te podrás ir con calma, sí, vamos-Me daba ánimos, hablando solo en mi mente. Cerrando mi otro ojos apretando mi mandíbula hasta el punto de doler. Lleve mi mano diestra a la parte golpeada y la cubrí, dedicándole una pequeña sonrisa al crio.
-Armando…-Dije con suavidad su nombre para que no pensara que estaba enojado, aunque lo estaba pero, ¡Por Dios! Es un crio, de seis años, tampoco me enojaré de ese modo para gritarle como un demente, simplemente le diré a sus padres y ellos sabrán que hacer no me corresponder llamarle la atención de ese modo, vine aquí para cuidarlo mientras sus padres regresan de una comida importante. El niño me presento la atención que quiera, suspire un poco y me acerque a él.-Tus padres no tardan en regresar, no te preocupes en poco tiempo me dejaras de ver…-Pase a su lado y cuando iba a decir algo más para finalizar esto escuche la puerta abrirse, y una voces reconocidas para mi. Rápidamente recogí mis hojas y las metí en mi libreta, con cuidado las acomode y cuando me incorpore estaban enfrente Armando y su señora esposa, sonreí me preguntaron porque tenia el ojo hinchado estaba apunto de decir la verdad pero me arrepentí, no iba a causarle problemas al pequeño aunque no me cayera muy bien era un niño, yo era igual que él o peor supongo, rasque mi nuca con la otra mano y sonreí solo un poco o mejor dicho solté una risita nerviosa. -Accidentalmente me golpe yo mismo ¿Es de locos no? Pero ni modo, soy un poco torpe y lo…-No termine de decir nada porque sentí como Martha, me sentó en la silla donde estaba antes su hijo, me dijo que no me moviera que traería un pedazo de carne cruda para ponerme en ese ojo hinchado iba a decir algo pero Armando me detuvo que no digiera nada que con su mujer nadie ganaba resignado me quede sentando y cabizbaja, riéndome por cubrir a un mocoso que no me caía bien aunque tampoco iba a decir que me cayera mal del todo como he dicho, es un niño nada más. Cuando regreso me puso el pedazo de carne frio en mi ojo sentí lo reconfortante que era eso, deteniéndolo con mi mano. Dándole las gracias y así, comenzamos la platica en ningún momento mire al pequeño, aunque de seguro le iba a dedicar una sonrisa y espero que me agradezca que lo haya “cubierto” con sus padres conociendo el humor de ambos de seguro hasta un “cintarazo” en el trasero hubiera recibido y bien merecido se lo tenia el condenando mocoso, pero eso ya paso.
Una hora había pasado, lo hinchado se me bajo por completo pero quedo una marca bastante marcada y rojiza que al pasar el tiempo se volvería morada pero mi ojo no lo podía abrir del todo, sólo un poco y con trabajos, con mi ojo visible miré que el sol se estaba ocultando, con una despedida me fue de la casa de mis amigos, no era tarde era alrededor de las siete de la tarde, todavía temprano para algunas personas pero para mi era tarde debí de cerrar el negocio que atiendo hace dos horas, lo bueno y sobre todo la suerte es que el dueño era yo, era una pequeña empresa de vivieres para las personas de recursos bajos que me ayudaba Armando. -Vaya, que día-Susurré, encogí los hombros no quería llegar a mi casa, no había nadie esperándome, era una persona soltera, sin compromisos aunque tampoco estaba huyendo era solo que no me sentía preparado para algo tan serio como un compromiso de ese modo por eso sigo soltero. Pensando me aleje del centro de la ciudad, retirado, buena idea de no llegar a mi casa. Así que seguí caminando, iba a ir al laguna tal vez me de una buena refrescada y así despejarme con esos pensamientos me dirigí a la laguna.
En media hora llegue, la briza rozaba mi rostro sonriendo ligeramente. Comencé a quitarme mi ropa, con cuidado para no lastimar mi ojo especialmente cuando me quite la camiseta, dejándola en el suelo, me quite mi calzado y por ultimo mi pantalón, acomodándolo correctamente sobre el pasto, mire alrededor si no había nadie por estos rumbos al comprobar esto sin decir más o pensar entre al agua, sumergiéndome un poco era refrescante para mi ojo lastimado pero el cambio de temperatura para mi cuerpo no, pero pasaron cinco minutos y este se acostumbro, comencé a nadar me gustaba nadar así, pero escuche un ruido de pisadas no muy lejos de donde estaba, sin salirme del agua miré por todos lados o lo que podía ver mi único ojo sano-¡¿Quién anda por aquí?!-Eleve mi voz, para que la persona o lo que sea se diera cuenta que alguien más este aquí aunque rogaba que fuera persona y no unos de esos seres de la noche…Pero no respondían así que salí del agua y me puse mi ropa interior nada más comenzando a examinar el lugar.-¿Quién anda por ahí?-Volví a repetir y frunciendo el ceño porque nadie me escuchaba y mientras, seguí buscando. Alce mi mirada hacia el cielo, estaba oscuro y yo con frío pero ya no podía regresar necesitaba buscar donde provenía el ruido y no descansaré hasta encontrar lo que busco.
-Armando…-Dije con suavidad su nombre para que no pensara que estaba enojado, aunque lo estaba pero, ¡Por Dios! Es un crio, de seis años, tampoco me enojaré de ese modo para gritarle como un demente, simplemente le diré a sus padres y ellos sabrán que hacer no me corresponder llamarle la atención de ese modo, vine aquí para cuidarlo mientras sus padres regresan de una comida importante. El niño me presento la atención que quiera, suspire un poco y me acerque a él.-Tus padres no tardan en regresar, no te preocupes en poco tiempo me dejaras de ver…-Pase a su lado y cuando iba a decir algo más para finalizar esto escuche la puerta abrirse, y una voces reconocidas para mi. Rápidamente recogí mis hojas y las metí en mi libreta, con cuidado las acomode y cuando me incorpore estaban enfrente Armando y su señora esposa, sonreí me preguntaron porque tenia el ojo hinchado estaba apunto de decir la verdad pero me arrepentí, no iba a causarle problemas al pequeño aunque no me cayera muy bien era un niño, yo era igual que él o peor supongo, rasque mi nuca con la otra mano y sonreí solo un poco o mejor dicho solté una risita nerviosa. -Accidentalmente me golpe yo mismo ¿Es de locos no? Pero ni modo, soy un poco torpe y lo…-No termine de decir nada porque sentí como Martha, me sentó en la silla donde estaba antes su hijo, me dijo que no me moviera que traería un pedazo de carne cruda para ponerme en ese ojo hinchado iba a decir algo pero Armando me detuvo que no digiera nada que con su mujer nadie ganaba resignado me quede sentando y cabizbaja, riéndome por cubrir a un mocoso que no me caía bien aunque tampoco iba a decir que me cayera mal del todo como he dicho, es un niño nada más. Cuando regreso me puso el pedazo de carne frio en mi ojo sentí lo reconfortante que era eso, deteniéndolo con mi mano. Dándole las gracias y así, comenzamos la platica en ningún momento mire al pequeño, aunque de seguro le iba a dedicar una sonrisa y espero que me agradezca que lo haya “cubierto” con sus padres conociendo el humor de ambos de seguro hasta un “cintarazo” en el trasero hubiera recibido y bien merecido se lo tenia el condenando mocoso, pero eso ya paso.
Una hora había pasado, lo hinchado se me bajo por completo pero quedo una marca bastante marcada y rojiza que al pasar el tiempo se volvería morada pero mi ojo no lo podía abrir del todo, sólo un poco y con trabajos, con mi ojo visible miré que el sol se estaba ocultando, con una despedida me fue de la casa de mis amigos, no era tarde era alrededor de las siete de la tarde, todavía temprano para algunas personas pero para mi era tarde debí de cerrar el negocio que atiendo hace dos horas, lo bueno y sobre todo la suerte es que el dueño era yo, era una pequeña empresa de vivieres para las personas de recursos bajos que me ayudaba Armando. -Vaya, que día-Susurré, encogí los hombros no quería llegar a mi casa, no había nadie esperándome, era una persona soltera, sin compromisos aunque tampoco estaba huyendo era solo que no me sentía preparado para algo tan serio como un compromiso de ese modo por eso sigo soltero. Pensando me aleje del centro de la ciudad, retirado, buena idea de no llegar a mi casa. Así que seguí caminando, iba a ir al laguna tal vez me de una buena refrescada y así despejarme con esos pensamientos me dirigí a la laguna.
En media hora llegue, la briza rozaba mi rostro sonriendo ligeramente. Comencé a quitarme mi ropa, con cuidado para no lastimar mi ojo especialmente cuando me quite la camiseta, dejándola en el suelo, me quite mi calzado y por ultimo mi pantalón, acomodándolo correctamente sobre el pasto, mire alrededor si no había nadie por estos rumbos al comprobar esto sin decir más o pensar entre al agua, sumergiéndome un poco era refrescante para mi ojo lastimado pero el cambio de temperatura para mi cuerpo no, pero pasaron cinco minutos y este se acostumbro, comencé a nadar me gustaba nadar así, pero escuche un ruido de pisadas no muy lejos de donde estaba, sin salirme del agua miré por todos lados o lo que podía ver mi único ojo sano-¡¿Quién anda por aquí?!-Eleve mi voz, para que la persona o lo que sea se diera cuenta que alguien más este aquí aunque rogaba que fuera persona y no unos de esos seres de la noche…Pero no respondían así que salí del agua y me puse mi ropa interior nada más comenzando a examinar el lugar.-¿Quién anda por ahí?-Volví a repetir y frunciendo el ceño porque nadie me escuchaba y mientras, seguí buscando. Alce mi mirada hacia el cielo, estaba oscuro y yo con frío pero ya no podía regresar necesitaba buscar donde provenía el ruido y no descansaré hasta encontrar lo que busco.
Dam Bathurst- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/11/2011
Localización : Por las frias calle
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Re: ¿Travesuras por la noche? [Privado]
El viento golpeaba mi rostro con fuerzas mis cabellos ondeaban en el aire, mientras mi corazón se agitaba mi respiración se iba incrementando, no había mejor lugar en el mundo que ese lugar, hacia días que desea volver aquel sitio pero sentía miedo, pero esa noche era diferente aun cuando de mis ojos caían lagrimas poco podía ver más mi instinto me guiaba, conocía ese bosque como la palma de mi mano, mi bosque, años pase oculta en el hasta que Anuar me había encontrado y dado un hogar ahora… ahora estaba oculta en un gran hotel donde había pedido expresamente que nadie se enterara que la reina de Italia se albergaba en el. Según muchos estaba de vacaciones mas solo para mí era escapar de aquel mundo oscuro donde la muerte de mi esposo era lo que mis hombros cargaban. Hacía días que no salía de mi cuarto mas pasaba durmiendo como cual gatita. A final de cuentas era aquello. El felino que albergaba mi interior rugía en esos momentos, mis zapatos habían quedado atrás ahora corría intentando liberar la carga que en mi corazón habitaba, pero era en vano.
¿Cómo se vive en Luto? No lo sabía, no tenia respuesta para eso hace mucho tiempo viví un luto refugiada en una carpa ahí fue cuando descubrí lo que era realmente una cambiaformas ahora, ¿Qué tenía que descubrir? Quien había matado a mi esposo… mis dedos comenzaron acariciar los troncos de aquellos arboles ancestrales, el ruido de los animales nocturnos era un verdadero canto que hacia vibrar mi cuerpo, me estaba acercando a la laguna, ahí era donde todo había comenzado. De alguna forma era cerrar el ciclo, uno que permanecería abierto por muchos años quizás por la eternidad pero simplemente era un rito que me había enseñado Liu aquella gitana que me había cobijado cuando tan solo era una niña. Había que volver donde todo comenzó simplemente y entregar una plegaria. No estaba preparada pero tenía que hacerlo…
Avance en silencio mi corazón lloraba, mas de mis labios no salía ningún solo sonido, silenciosamente mientras escuchaba el agua de la laguna me quite mi vestido y todo lo que cubría mi cuerpo avance en silencio dejando los ropajes esparcidos en cuan camino imaginario mientras me acercaba al agua mi corazón grito con fuerzas caí de rodillas implorando misericordia mas solo la felina salía a esas horas mis garras se enterraron en la tierra húmeda mi cuerpo lentamente se lleno de aquel pelaje característico del guepardo, mi olfato se sensibilizo aun mas mis ojos se agrandaron y en medio de la oscuridad la luz apareció, nada como la visión de un felino, rugí de angustia, de dolor ; mi alma lloraba por primera vez estaba o mejor dicho me sentía completamente sola para llorar aquella partida.
Mis orejas se movieron mas mi cabeza se giro no muy lejos pude ver aquella silueta, y mi corazón salto de emoción, por una milésima de segundo creí verlo, pero recordé que ya no pertenecía a este mundo. Agache mi cuerpo ocultándome en los matorrales que había ahí, camine con cautela mirando al hombre que por su apariencia había estado dándose un baño, maldeci en mi cabeza mas no quería rugir, los motivos eran evidentes lo mataría del susto… lo observaría el tiempo que fuera necesario, siempre podría ir a buscar mi ropa y convertirme en humana, pero por el momento no deseaba que vieran mi rostro destrozado por las lagrimas y por la pena que invadía no solo mi cuerpo sino también mi alma. Alerta como cual fiera observa a su presa avance en silencio sin dar pasos en falsos… inhale con suavidad para luego botar aquel aire con bastante cuidado. El hombre estaba solo, tenía un ojo morado, y parecía un poco exaltado, no era de clase baja su ropa que tendida en el suelo en perfecto orden me lo decían, su porte y su forma de hablar lo delataban, un simple humano no uno corriente, sus manos tenían un deje místico quizás hechicero… gitano no era, ni vampiro ni mucho menos Licántropo… algo mágico lo rondaba y eso era lo que me llamaba la atención…
Di un paso y la rama que seca estaba sonó, mi cuerpo en alerta se puso – ups- descubriría mi escondite… mis garras con mas fuerzas se aferraron al suelo mi cuerpo estirado permaneció a la espera de alguna reacción mi cola descansaba y mis orejas se agudizaron para oír todo lo que a nuestro alrededor pasaba… lo sentía… algo venia… algo grande… mire al cielo no había luna… tal vez un vampiro o una manada de lobos silvestres… o tal vez uno solo… el aire se calmo mas no lo que podía sentir, percibir… en la otra dirección frente a mí y al hombre aparecieron esos colmillos un lobo negro silvestre de las montañas estaba hambriento, el humano una presa fácil… más tonto como eran los lobos no se había percatado de mi… un paso en falso y tendría que salvar al humano. El lobo aulló y rugió ¡Dios! Como odiaba a esas bestias y el lobo comenzó a correr, mi cuerpo dio un brinco y corrí también tan rápido como pude, el lobo salto a morder al humano y yo hice lo mismo mas mi presa era el can… mis garras lo agarraron con fuerzas alcance abordar el cuerpo del animal antes de que llegara al hombre. Rugió de dolor mientras intentaba solamente no dañarlo hasta morir sino hacer daño para que huyera…
¿Cómo se vive en Luto? No lo sabía, no tenia respuesta para eso hace mucho tiempo viví un luto refugiada en una carpa ahí fue cuando descubrí lo que era realmente una cambiaformas ahora, ¿Qué tenía que descubrir? Quien había matado a mi esposo… mis dedos comenzaron acariciar los troncos de aquellos arboles ancestrales, el ruido de los animales nocturnos era un verdadero canto que hacia vibrar mi cuerpo, me estaba acercando a la laguna, ahí era donde todo había comenzado. De alguna forma era cerrar el ciclo, uno que permanecería abierto por muchos años quizás por la eternidad pero simplemente era un rito que me había enseñado Liu aquella gitana que me había cobijado cuando tan solo era una niña. Había que volver donde todo comenzó simplemente y entregar una plegaria. No estaba preparada pero tenía que hacerlo…
Avance en silencio mi corazón lloraba, mas de mis labios no salía ningún solo sonido, silenciosamente mientras escuchaba el agua de la laguna me quite mi vestido y todo lo que cubría mi cuerpo avance en silencio dejando los ropajes esparcidos en cuan camino imaginario mientras me acercaba al agua mi corazón grito con fuerzas caí de rodillas implorando misericordia mas solo la felina salía a esas horas mis garras se enterraron en la tierra húmeda mi cuerpo lentamente se lleno de aquel pelaje característico del guepardo, mi olfato se sensibilizo aun mas mis ojos se agrandaron y en medio de la oscuridad la luz apareció, nada como la visión de un felino, rugí de angustia, de dolor ; mi alma lloraba por primera vez estaba o mejor dicho me sentía completamente sola para llorar aquella partida.
Mis orejas se movieron mas mi cabeza se giro no muy lejos pude ver aquella silueta, y mi corazón salto de emoción, por una milésima de segundo creí verlo, pero recordé que ya no pertenecía a este mundo. Agache mi cuerpo ocultándome en los matorrales que había ahí, camine con cautela mirando al hombre que por su apariencia había estado dándose un baño, maldeci en mi cabeza mas no quería rugir, los motivos eran evidentes lo mataría del susto… lo observaría el tiempo que fuera necesario, siempre podría ir a buscar mi ropa y convertirme en humana, pero por el momento no deseaba que vieran mi rostro destrozado por las lagrimas y por la pena que invadía no solo mi cuerpo sino también mi alma. Alerta como cual fiera observa a su presa avance en silencio sin dar pasos en falsos… inhale con suavidad para luego botar aquel aire con bastante cuidado. El hombre estaba solo, tenía un ojo morado, y parecía un poco exaltado, no era de clase baja su ropa que tendida en el suelo en perfecto orden me lo decían, su porte y su forma de hablar lo delataban, un simple humano no uno corriente, sus manos tenían un deje místico quizás hechicero… gitano no era, ni vampiro ni mucho menos Licántropo… algo mágico lo rondaba y eso era lo que me llamaba la atención…
Di un paso y la rama que seca estaba sonó, mi cuerpo en alerta se puso – ups- descubriría mi escondite… mis garras con mas fuerzas se aferraron al suelo mi cuerpo estirado permaneció a la espera de alguna reacción mi cola descansaba y mis orejas se agudizaron para oír todo lo que a nuestro alrededor pasaba… lo sentía… algo venia… algo grande… mire al cielo no había luna… tal vez un vampiro o una manada de lobos silvestres… o tal vez uno solo… el aire se calmo mas no lo que podía sentir, percibir… en la otra dirección frente a mí y al hombre aparecieron esos colmillos un lobo negro silvestre de las montañas estaba hambriento, el humano una presa fácil… más tonto como eran los lobos no se había percatado de mi… un paso en falso y tendría que salvar al humano. El lobo aulló y rugió ¡Dios! Como odiaba a esas bestias y el lobo comenzó a correr, mi cuerpo dio un brinco y corrí también tan rápido como pude, el lobo salto a morder al humano y yo hice lo mismo mas mi presa era el can… mis garras lo agarraron con fuerzas alcance abordar el cuerpo del animal antes de que llegara al hombre. Rugió de dolor mientras intentaba solamente no dañarlo hasta morir sino hacer daño para que huyera…
Sophia D'Luca- Cambiante/Realeza
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Fecha de inscripción : 18/08/2010
Localización : en la oscuridad de mi castillo
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Re: ¿Travesuras por la noche? [Privado]
Detuve mi andar cuando deje de escuchar las "pisadas" según mi oído escucho, me desorientado por completo sin saber a donde ir. Note que estaba alejado de la laguna, pero no me importo. Era bastante curioso y nada me daba miedo, al contrario es una adrenalina que surge de la punta de mis pies hasta la ultima raíz de mi cabellera negra, me gusta el peligro, hasta el punto de excitarme. Con una sonrisa infantil, comencé mi caminata nuevamente, mis ojos se movieron en toda la zona del pequeño bosque que me adentre. Podía iluminar el lugar haciendo un hechizo sencillo, pero quería seguir con ese "Peligro" que surgió en cualquier momento. Aunque con un solo ojo y sobre todo de noche no era favorable para mi, me podrían atacar, estaba un poco con mis defensas bajas, pero ¿Qué importa? quiero esto y lo realizaré hasta el final sin importar lo que me pase.-Se que estoy me gusta, aunque es arriesgado, aunque ¿sólo por un ojo? Ridículo. Pero de todos modos estoy en desventaja si alguien me atacará de todos modos no soy muy bueno defendiéndome, pero ¿Qué humano o no humano no tiene defecto?-Reí un poco al pensar eso y crucé mis brazos enfrente de mi torso, deteniéndome a unos metros de un árbol que me pareció ver algo, mejor dicho, alguien pero mi vista no me permitía identificarlo muy bien, pero no me moví de mi lugar por ningún momento.
En cada parte del bosque percibía auras diferentes, pero una en particular me llamo la atención y es la que estaba enfrente de mi; sin embargo la obscuridad no me mostraba que era en realidad. La sonrisa que mostraba, se alargo más, siempre he sido alegre, la vida me ha tratado mal pero a la vez bien. Pero no por eso quejaré como otras personas, acepto lo que me depara cada día el destino, tomo el camino que corresponde. -Las aventuras siempre me han gustado. Las cosas nuevas que pasan. La vida es un camino que debo de tomar aunque algunas veces los tropezones no son lo indicado pero cada vez que me levanto siento que soy más fuerte-En mi mente pensaba, mentalmente platicaba, no era persona de tener tantos amigos y decirle lo que siento, tengo pero son más "Conocidos" que amigos en realidad, pero...¿Qué tiene que ver esto con el peligro? Constantemente cambio de tema como cambio de ropa. La risa salio de mis labios y elevé mi rostro observando la noche que hace tiempo cayo en parís.
En el momento de trasladarme de lugar para llegar a mi destino: El árbol, donde estaba el aura que me maravillo desde que lo encontré. Mis pies no dieron más pasos porque mi ojo visible enfoco a una bestia que me miraba como si fuera su comida, tal vez lo he sido desde hace tiempo, su aura era diferente no era la que buscaba, ¡Claro que no! porque esa aura hermosa estaba a unos metros de mi y el aura de la bestia era maligna. Pero no por nada perdí la sonrisa, claro que no señores. Lo rete con la mirada, sin descruzar mis brazos, ladeé un poco mi rostro hacia un lado-¿Quieres que yo sea tu comida?-Esa pregunta nunca salio, solamente la pensé como otras muchas. De repente, sin que yo mismo pudiera hacer algo, la bestia que supe que era un Licántropo se acercaba a mi a toda velocidad miré de reojo que esa aura fue hasta el Lycan me sorprendí demasiado a decir verdad por ese repentino movimiento que en un principio no se dejaba ver. Una felina clavo su mirada en la mía, diciéndome todo con la mirada, ¿Qué huyera? ¿Cómo me trasmite eso con la mirada?-No lo voy hacer, si con tú mirada me dices que huya, no puedo hacerlo, y dejarte morir-Confesé, acercándome al felino. De mis labios salieron unas cuantas palabras, cerrando los ojos y una fuerza menor hizo que el Lycan se alejara de ese felina, me acerque corriendo hacia ella y me quede a su lado.
-No dejaría que mueras, porque ese Lycan venia hacia mi, esa bestia venia a comerme a mi y no a ti...-Di varios pasos hacia un lado, para darle su espacio, aunque no sea una persona, es un ser vivo, que siente y quiere espacio-Eres una felina bonita, tu aura me llamo la atención...se que no comprendes lo que digo o tal vez, dicen que todos los animales son inteligentes y lo creo, aunque...si acabo de decir lo contrario...-Golpee levemente mi frente-Siempre suelo enredar mis palabras, pff que clase de hombre soy...-Rodeé mi ojo por un momento-Pero espera...no te he dado las gracias por salvarme de ese animal tan horrible, gracias...-Rasque mi nuca, hablo con todos, hasta con animal-Pe...-Negué con la cabeza-Me iba a disculpar como si tu fueras una persona, y te estoy hablando como tal pero....ahora viéndote mejor, sintiendo todo tu alrededor cerca mio, puedo notar que no eres precisamente un animal al cien por ciento ¿O me equivoco? Eres un cambiaforme...porque no te muestras como eres...-Ahora sí, las clases de identificar de cualquier animal me sirvieron y eso me gusto-Me llamo Dam Bathurst, soy un hechicero de nivel dos, regular, y estoy semi-desnudo delante de una mujer cambiaforma....-
En cada parte del bosque percibía auras diferentes, pero una en particular me llamo la atención y es la que estaba enfrente de mi; sin embargo la obscuridad no me mostraba que era en realidad. La sonrisa que mostraba, se alargo más, siempre he sido alegre, la vida me ha tratado mal pero a la vez bien. Pero no por eso quejaré como otras personas, acepto lo que me depara cada día el destino, tomo el camino que corresponde. -Las aventuras siempre me han gustado. Las cosas nuevas que pasan. La vida es un camino que debo de tomar aunque algunas veces los tropezones no son lo indicado pero cada vez que me levanto siento que soy más fuerte-En mi mente pensaba, mentalmente platicaba, no era persona de tener tantos amigos y decirle lo que siento, tengo pero son más "Conocidos" que amigos en realidad, pero...¿Qué tiene que ver esto con el peligro? Constantemente cambio de tema como cambio de ropa. La risa salio de mis labios y elevé mi rostro observando la noche que hace tiempo cayo en parís.
En el momento de trasladarme de lugar para llegar a mi destino: El árbol, donde estaba el aura que me maravillo desde que lo encontré. Mis pies no dieron más pasos porque mi ojo visible enfoco a una bestia que me miraba como si fuera su comida, tal vez lo he sido desde hace tiempo, su aura era diferente no era la que buscaba, ¡Claro que no! porque esa aura hermosa estaba a unos metros de mi y el aura de la bestia era maligna. Pero no por nada perdí la sonrisa, claro que no señores. Lo rete con la mirada, sin descruzar mis brazos, ladeé un poco mi rostro hacia un lado-¿Quieres que yo sea tu comida?-Esa pregunta nunca salio, solamente la pensé como otras muchas. De repente, sin que yo mismo pudiera hacer algo, la bestia que supe que era un Licántropo se acercaba a mi a toda velocidad miré de reojo que esa aura fue hasta el Lycan me sorprendí demasiado a decir verdad por ese repentino movimiento que en un principio no se dejaba ver. Una felina clavo su mirada en la mía, diciéndome todo con la mirada, ¿Qué huyera? ¿Cómo me trasmite eso con la mirada?-No lo voy hacer, si con tú mirada me dices que huya, no puedo hacerlo, y dejarte morir-Confesé, acercándome al felino. De mis labios salieron unas cuantas palabras, cerrando los ojos y una fuerza menor hizo que el Lycan se alejara de ese felina, me acerque corriendo hacia ella y me quede a su lado.
-No dejaría que mueras, porque ese Lycan venia hacia mi, esa bestia venia a comerme a mi y no a ti...-Di varios pasos hacia un lado, para darle su espacio, aunque no sea una persona, es un ser vivo, que siente y quiere espacio-Eres una felina bonita, tu aura me llamo la atención...se que no comprendes lo que digo o tal vez, dicen que todos los animales son inteligentes y lo creo, aunque...si acabo de decir lo contrario...-Golpee levemente mi frente-Siempre suelo enredar mis palabras, pff que clase de hombre soy...-Rodeé mi ojo por un momento-Pero espera...no te he dado las gracias por salvarme de ese animal tan horrible, gracias...-Rasque mi nuca, hablo con todos, hasta con animal-Pe...-Negué con la cabeza-Me iba a disculpar como si tu fueras una persona, y te estoy hablando como tal pero....ahora viéndote mejor, sintiendo todo tu alrededor cerca mio, puedo notar que no eres precisamente un animal al cien por ciento ¿O me equivoco? Eres un cambiaforme...porque no te muestras como eres...-Ahora sí, las clases de identificar de cualquier animal me sirvieron y eso me gusto-Me llamo Dam Bathurst, soy un hechicero de nivel dos, regular, y estoy semi-desnudo delante de una mujer cambiaforma....-
Dam Bathurst- Hechicero Clase Alta
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Re: ¿Travesuras por la noche? [Privado]
Tomado por el cuello tenia aquel lobo, su aroma estaba impregnado en mi nariz y eso era lo que más aborrecía en el mundo oler a perro, mis garras fueron precisas, no dejaría que le hiciera algún mal al humano el no tenía la culpa de lo que el propio instinto de la bestia lo llevaba hacer, y yo, yo podía contra aquel dolor, el lican alcanzo a arañarme mientras que mi rugido fue mas y mis colmillos fueron casi letales para el vi como la bestia corría a esconderse en mi tan preciado bosque, mi cuerpo callo a la hierba golpeándose sentí esa vibración extraña muy parecida al dolor, pero no lo era, excitación, adrenalina corrían por mis venas en ese momento mi corazón exaltado pedía a gritos un poco mas de acción. El humano hablaba y hablaba, sus palabras lograban confundirme con la emoción que sentía en ese momento poco y nada lograba entenderle más lo que logre capturar fue que sabía de mi raza, sabia mi secreto.
Mi respiración era agitada, mi pelaje estaba engrifado levemente y mis ojos se centraban en las dos orbes de aquel hombre, abrí la boca y rugí haciéndole saber que estaba viva, que no había solo nada un simple arañazo, fue en ese momento que note la parcial desnudes del joven y sentí vergüenza ajena al instante, en pocas palabras yo estaba más desnuda que el. El aura del seré enigmático no dejaba de sorprenderme, raro era encontrar humanos que esa especie de magia a su alrededor y él era el afortunado que poseía similares colores, que vibraban por todo su ser. ¿Hablar? No por el momento, alce mi cabeza en busca de su mano, el lazo de confianza era lo primero, y cual animal tenia dentro necesitaba más que nada aquello. Acerque mi prominente cuerpo a él un leve rugido salió de mi nariz, aceptación.
Luego como cual gato domestico sobe mi cuerpo contra el de él, su aroma era singular, agua, típico aroma de un humano recién mojado sutil, lo rodee como si de mí dependiera que permanezca con vida o como dirían estaba protegiendo lo que era mío. El caso era que el no me pertenecía pero en la ley del bosque todo lo que se salva pertenece automáticamente al héroe, me senté frente a él, mi corazón lentamente volvía a su estado normal al igual que mi respiración que ya estaba más en calma, la fiera salía a flote analizando, buscando los defectos, observando el que hacer del hombre, que parecía no tener miedo y en realidad debería temer, era su enemigo y yo sabía más cosas de él que el de mi, podría altar sobre él y ni su magia podría matarme, una mordida en el cuello un arañazo en la espalda y partido en dos quedaría aquel.
Mi cola comenzó a moverse sola, si estuviera en mi forma humana una sonrisa hubiera aparecido en mi rostro, amigable esa era la gran conclusión que podía sacar de aquel ser, me levante mire en dirección de donde yo había llegado y gracias a mi vista nocturna vi los retazos de la tela que adornaban mi cuerpo, rugí con fuerzas dando un brinco salí en aquella dirección, gire tan solo mi cabeza y amenazante lance una mirada al hombre, claro era que no quería que viera la desnudes de mi cuerpo, aun cuando yo ya había visto más de la cuenta… pero podría ser algo bastante entretenido, comencé un trote ligero mostrando toda la escultural forma de mi cuerpo como un guepardo, majestuoso y glorioso, di un rugido a la oscuridad de la noche y de un momento a otro el silencio inundo mis oídos, todo se volvió aun más oscuro de lo que en realidad ya era , mi corazón comenzó a latir muy lentamente y mi respiración bajo gradualmente su sonoridad, lentamente cada pelo de mi cuerpo fue desapareciendo, una magia que ni un mago podría imitar… esta era mi propio poder mi propia magia, mi cuerpo comenzaba a tornarse con la silueta de un humano, la piel lisa mis patas se transformaron en largas piernas y brazos, mi abdomen se volvió plano y todo lentamente volvió a su lugar, mi rostro cambio más nunca mi mirada, el frio calo en mi cuerpo al instante que me vi envuelta en mi propia desnudes, apreté los ojos con fuerzas y tome el vestido, de tela ligera que antes cubría mi cuerpo, en ningún momento mire hacia atrás y en realidad me daba igual si me espiaba o no, no sería el primer hombre que me viera desnuda… suspire y sentí aquella clavada en mi corazón… suspire profundamente y me di vueltas… camine en silencio evitando el contacto visual, al llegar a unos metros más cerca del hombre – Hablas mucho y en realidad dices muy poco – dije al fin buscando su mirada…
Mi respiración era agitada, mi pelaje estaba engrifado levemente y mis ojos se centraban en las dos orbes de aquel hombre, abrí la boca y rugí haciéndole saber que estaba viva, que no había solo nada un simple arañazo, fue en ese momento que note la parcial desnudes del joven y sentí vergüenza ajena al instante, en pocas palabras yo estaba más desnuda que el. El aura del seré enigmático no dejaba de sorprenderme, raro era encontrar humanos que esa especie de magia a su alrededor y él era el afortunado que poseía similares colores, que vibraban por todo su ser. ¿Hablar? No por el momento, alce mi cabeza en busca de su mano, el lazo de confianza era lo primero, y cual animal tenia dentro necesitaba más que nada aquello. Acerque mi prominente cuerpo a él un leve rugido salió de mi nariz, aceptación.
Luego como cual gato domestico sobe mi cuerpo contra el de él, su aroma era singular, agua, típico aroma de un humano recién mojado sutil, lo rodee como si de mí dependiera que permanezca con vida o como dirían estaba protegiendo lo que era mío. El caso era que el no me pertenecía pero en la ley del bosque todo lo que se salva pertenece automáticamente al héroe, me senté frente a él, mi corazón lentamente volvía a su estado normal al igual que mi respiración que ya estaba más en calma, la fiera salía a flote analizando, buscando los defectos, observando el que hacer del hombre, que parecía no tener miedo y en realidad debería temer, era su enemigo y yo sabía más cosas de él que el de mi, podría altar sobre él y ni su magia podría matarme, una mordida en el cuello un arañazo en la espalda y partido en dos quedaría aquel.
Mi cola comenzó a moverse sola, si estuviera en mi forma humana una sonrisa hubiera aparecido en mi rostro, amigable esa era la gran conclusión que podía sacar de aquel ser, me levante mire en dirección de donde yo había llegado y gracias a mi vista nocturna vi los retazos de la tela que adornaban mi cuerpo, rugí con fuerzas dando un brinco salí en aquella dirección, gire tan solo mi cabeza y amenazante lance una mirada al hombre, claro era que no quería que viera la desnudes de mi cuerpo, aun cuando yo ya había visto más de la cuenta… pero podría ser algo bastante entretenido, comencé un trote ligero mostrando toda la escultural forma de mi cuerpo como un guepardo, majestuoso y glorioso, di un rugido a la oscuridad de la noche y de un momento a otro el silencio inundo mis oídos, todo se volvió aun más oscuro de lo que en realidad ya era , mi corazón comenzó a latir muy lentamente y mi respiración bajo gradualmente su sonoridad, lentamente cada pelo de mi cuerpo fue desapareciendo, una magia que ni un mago podría imitar… esta era mi propio poder mi propia magia, mi cuerpo comenzaba a tornarse con la silueta de un humano, la piel lisa mis patas se transformaron en largas piernas y brazos, mi abdomen se volvió plano y todo lentamente volvió a su lugar, mi rostro cambio más nunca mi mirada, el frio calo en mi cuerpo al instante que me vi envuelta en mi propia desnudes, apreté los ojos con fuerzas y tome el vestido, de tela ligera que antes cubría mi cuerpo, en ningún momento mire hacia atrás y en realidad me daba igual si me espiaba o no, no sería el primer hombre que me viera desnuda… suspire y sentí aquella clavada en mi corazón… suspire profundamente y me di vueltas… camine en silencio evitando el contacto visual, al llegar a unos metros más cerca del hombre – Hablas mucho y en realidad dices muy poco – dije al fin buscando su mirada…
Sophia D'Luca- Cambiante/Realeza
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Fecha de inscripción : 18/08/2010
Localización : en la oscuridad de mi castillo
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Re: ¿Travesuras por la noche? [Privado]
Resignando me calle, no dije nada más, esta noche estaba hablando más de la cuenta, aunque es normal en mí, abrir mi boca y que saliera todas palabras que conocía ya sea coherentemente o no, a veces me regañan por eso, que suelo hablar mucho, algo así se me escucha “Bla, bla y más bla” eso me dice mi mejor amigo, Oz, como se llama, es el único amigo que tengo, lo conozco desde hace mucho tiempo, es como el hermano que perdí, que murió en un accidente que me culpo, por esas razones a veces me alejo de las personas que me importan, porque no quiero perderlas, se escucha egoísta pero…pero eso es otra historia ¿O no?. Ahora estaba un poco perdido en el bosque, al ser de noche no miro mucho y más con un ojo, y el otro me ardía, sentía completamente caliente sabía que estaba hinchado y un poco rosado, que después al pasar los días se volverá morado, sin embargo no descifraba del todo si el animal me escucho o no, espero que no lo haya aturdido por todo el palabrerío que dije, esperando que tan siquiera comprendiera mi nombre y de la situación que estoy enfrente de ella. Estaba desnudo, mi ropa interior es lo que tenía puesto, y por razones lógicas me cubría mi entrepierna y nada más que eso. Pese a que estoy desnudo no me daba vergüenza exhibirme de ese modo, quiero pensar que ya ha visto un hombre en esta situación si no, me daría vergüenza no obstante el pudor se fue hace tiempo cuando quise saber de dónde provenía el sonido, ahora no se si fue el felino o el Lobo que aleje, pero no importa, si me trajo hacia la guepardo.
Mis pensamientos estaban un poco inquietos por varias razones, mi ojo estaba fijo en un solo punto: El césped. Que en ese momento se me hizo lo más interesante del mundo, pero sin olvidarme del animal que está a unos cuantos metros enfrente de mí, queriendo subir mi rostro y mirarla, pero, algo me lo impedía ¿El pudor no se había ido ya? Ni se lo que pienso; un suspiro sale de mis labias sin saber qué hacer. Pero el rugido hizo que levantará mi rostro, mi ojo se clavó en sus ojos que me perdí por un momento en esos ojos castañas, hermosos, con un brillo en ellos pero a la vez una tristeza grande mi mente se quedó en blanco por unos segundos pero regreso a la tierra, sonreí un poco y alce mi mano para saludarla, aunque me presente nuevamente no me afecta mucho ni se me caerá la mano por eso. Mis pies se movieron solo, hacia donde estaba mi preciado interés, poco a poco me acerque más, al estar cercas, ya que me aleje, me aleje para no incomodarla anteriormente; pero ahora volví a estar a su lado, oliendo su aroma, mi sonrisa se alargó un poco más, mis labios se separaron para decir algo pero note que se acercó mí, me sorprendí un poco, porque me dejo acariciarla, parecía un niño que encontró algo nuevo, algo que siempre había deseado hacer, ahora estaba aquí, enfrente y moviendo ligeramente mi mano por su cabeza, mis dedos rozaban el pelaje de ella.
Estaba muy entretenido mirándola, acariciando su pelaje, que era suave, parecía que hasta lo cuidaba como si fuera una reliquia, me gustó tocar el pelaje, la textura de este, mis dedos estaban a punto de bajar por su espalda pero se alejó, solo un poco y comenzó a rodearme, como si quisiera protegerme de algo, me sentí un poco cohibido con eso, porque nadie se preocupaba por mí, ni Oz, o eso supongo, pero ahora me siento importante para un animal cambiaforma, queriendo que no me pasara nada mientras este a su lado, aunque sea por unos cuantos minutos más. Me senté en el pasto, flexionando mis piernas y abrazándolas, no tenía frío, tampoco miedo por estar a solas con un guepardo, que es de clase felino y ellos son una fiera, claro, como todo, pero puede ser que se descontrole y me ataque pero como al lobo, no importa que me haga algo, no tengo y no tendré miedo, ya no más, pase mucho tiempo con un temor hacia cualquier cosa, ahora simplemente es una palabra, aunque a decir verdad, el miedo se refleja en muchas cosas, solo tengo miedo de perder alguien, alguien importante para mí, pero el miedo al peligro, a la adrenalina que siente mi cuerpo porque pase algo no, simplemente se deja llevar por algo. Enfoque mi mirada hacia la felina que estaba justo enfrente de mí me examinaba, sus ojos se movían lentamente por mi cuerpo, ¿Qué pensará de mí? ¿Qué soy buena comida? ¿Cómo me podría matar lentamente? O tal vez ¿Por qué esta aquí y desnudo? Tal vez la última pregunta no lo piense. No hubo palabras por mi parte, no hubo un rugido por su parte, pero si su cola moverse, iba a decir algo pero mi vista percibió que se movía, se alejaba de mí, suspire y me recosté por completo en el césped, se había ido, me dejo, me sentí un poco vacío pero, llego el tiempo de irse, por mi parte me quede recostado, no tenía ningún ánimo de regresar a donde estaba mi ropa, mi nuca se apoyó en mis brazos que los puse atrás y mis piernas flexionadas en cuestión de segundos una de ellas estaba sobre la otra, mi ojo cerrado y soltando aire.
-Qué día más loco, primero un niño que me golpea el ojo, me lo deja morado, después por la noche me entusiasme con un felino que fue arañado por un lobo, me quede impresionado, casi hipnotizado por el felino de pelaje suaves y ahora solo sin hacer o pensar en donde ir-En mi mente pensaba sin escuchar ningún ruido hasta que una voz, delicada, frágil se escuchó, lentamente abrí mi ojo, enfocando mi vista en aquel rostro, me incorpore a la velocidad de la luz quedando enfrente de una mujer sumamente hermosa-¿Hablo mucho y hago poco?- Pregunte, no supe como mi voz salió así, me reí un poco por lo que por fin comprendí-Lo sé, todo mundo dice que hablo mucho, ya sea coherentemente o no. Perdóname si te hostigue por tantas palabras, pero no puedo controlarme del todo…-Me mordí mi lengua, ya estaba empezando-Lo siento…me estaba alocando nuevamente….-Sin dejar de mirarla me reí nuevamente rascándome nuevamente mi nuca-Por fin pude ver cómo era ese tierno guepardo, si él era lindo, tú eres hermosa…-Lo último salió en un susurro desviando mi mirada hacia un punto inespecífico- De seguro te lo han dicho muchas personas, me gusta más que si me encuentro con un cambiaforma me revele su identidad, pero no todos son así…-Volví a enfocar mi mirada, examinando con una sonrisa más grande-Oh, no la había reconocido…y yo tratándola así ¿Qué igualado soy verdad?-Negué con la cabeza-Se preguntara de que estoy hablando verdad? O tal vez se está haciendo una pequeña idea en su mente-Me acerque a ella, ahora era yo el caminaba alrededor de ella, como si fuera mi presa y yo el cazador.
Me ubique atrás de ella, acercándome más, pero sin tocarla, unos cuantos centímetros separaba mi cuerpo el de ella. Estiré un poco mi cuello poniendo a un lado mi rostro. -¿Qué está haciendo su majestad aquí, a estas altas de noche y protegiendo a un plebeyo? ¿Escapando de la realidad?-Susurre, sabía quién era, solamente tres veces la había visto, como olvidar un rostro tan hermoso como la reina de Italia, supongo que por la oscuridad no la reconocí de inmediato ahora, examinándola como si quisiera traspasar su alma, la reconocí. -No me burlo, se ve que tú…eres una mujer noble que no te interesa el título, por esa razón no te hablare de usted, se me hace tan estúpido el protocolo….-Me aleje lo más rápido de ella. -Se tú nombre, pero no se tú vida, se lo que eres, pero quiero algo más…es algo raro, pero quiero conocer a la persona que está enfrente mío, quiero conocer a la mujer no a la reina volvamos a empezar desde el principio ¿Vale?-Aclaré mi garganta- Mi nombre es Dam Raphael Bathurst, soy un brujo de nivel dos, regular, y estoy desnudo delante de una mujer, en pocas palabras, delante de ti ¿Cuál es tu nombre mujer?...
Mis pensamientos estaban un poco inquietos por varias razones, mi ojo estaba fijo en un solo punto: El césped. Que en ese momento se me hizo lo más interesante del mundo, pero sin olvidarme del animal que está a unos cuantos metros enfrente de mí, queriendo subir mi rostro y mirarla, pero, algo me lo impedía ¿El pudor no se había ido ya? Ni se lo que pienso; un suspiro sale de mis labias sin saber qué hacer. Pero el rugido hizo que levantará mi rostro, mi ojo se clavó en sus ojos que me perdí por un momento en esos ojos castañas, hermosos, con un brillo en ellos pero a la vez una tristeza grande mi mente se quedó en blanco por unos segundos pero regreso a la tierra, sonreí un poco y alce mi mano para saludarla, aunque me presente nuevamente no me afecta mucho ni se me caerá la mano por eso. Mis pies se movieron solo, hacia donde estaba mi preciado interés, poco a poco me acerque más, al estar cercas, ya que me aleje, me aleje para no incomodarla anteriormente; pero ahora volví a estar a su lado, oliendo su aroma, mi sonrisa se alargó un poco más, mis labios se separaron para decir algo pero note que se acercó mí, me sorprendí un poco, porque me dejo acariciarla, parecía un niño que encontró algo nuevo, algo que siempre había deseado hacer, ahora estaba aquí, enfrente y moviendo ligeramente mi mano por su cabeza, mis dedos rozaban el pelaje de ella.
Estaba muy entretenido mirándola, acariciando su pelaje, que era suave, parecía que hasta lo cuidaba como si fuera una reliquia, me gustó tocar el pelaje, la textura de este, mis dedos estaban a punto de bajar por su espalda pero se alejó, solo un poco y comenzó a rodearme, como si quisiera protegerme de algo, me sentí un poco cohibido con eso, porque nadie se preocupaba por mí, ni Oz, o eso supongo, pero ahora me siento importante para un animal cambiaforma, queriendo que no me pasara nada mientras este a su lado, aunque sea por unos cuantos minutos más. Me senté en el pasto, flexionando mis piernas y abrazándolas, no tenía frío, tampoco miedo por estar a solas con un guepardo, que es de clase felino y ellos son una fiera, claro, como todo, pero puede ser que se descontrole y me ataque pero como al lobo, no importa que me haga algo, no tengo y no tendré miedo, ya no más, pase mucho tiempo con un temor hacia cualquier cosa, ahora simplemente es una palabra, aunque a decir verdad, el miedo se refleja en muchas cosas, solo tengo miedo de perder alguien, alguien importante para mí, pero el miedo al peligro, a la adrenalina que siente mi cuerpo porque pase algo no, simplemente se deja llevar por algo. Enfoque mi mirada hacia la felina que estaba justo enfrente de mí me examinaba, sus ojos se movían lentamente por mi cuerpo, ¿Qué pensará de mí? ¿Qué soy buena comida? ¿Cómo me podría matar lentamente? O tal vez ¿Por qué esta aquí y desnudo? Tal vez la última pregunta no lo piense. No hubo palabras por mi parte, no hubo un rugido por su parte, pero si su cola moverse, iba a decir algo pero mi vista percibió que se movía, se alejaba de mí, suspire y me recosté por completo en el césped, se había ido, me dejo, me sentí un poco vacío pero, llego el tiempo de irse, por mi parte me quede recostado, no tenía ningún ánimo de regresar a donde estaba mi ropa, mi nuca se apoyó en mis brazos que los puse atrás y mis piernas flexionadas en cuestión de segundos una de ellas estaba sobre la otra, mi ojo cerrado y soltando aire.
-Qué día más loco, primero un niño que me golpea el ojo, me lo deja morado, después por la noche me entusiasme con un felino que fue arañado por un lobo, me quede impresionado, casi hipnotizado por el felino de pelaje suaves y ahora solo sin hacer o pensar en donde ir-En mi mente pensaba sin escuchar ningún ruido hasta que una voz, delicada, frágil se escuchó, lentamente abrí mi ojo, enfocando mi vista en aquel rostro, me incorpore a la velocidad de la luz quedando enfrente de una mujer sumamente hermosa-¿Hablo mucho y hago poco?- Pregunte, no supe como mi voz salió así, me reí un poco por lo que por fin comprendí-Lo sé, todo mundo dice que hablo mucho, ya sea coherentemente o no. Perdóname si te hostigue por tantas palabras, pero no puedo controlarme del todo…-Me mordí mi lengua, ya estaba empezando-Lo siento…me estaba alocando nuevamente….-Sin dejar de mirarla me reí nuevamente rascándome nuevamente mi nuca-Por fin pude ver cómo era ese tierno guepardo, si él era lindo, tú eres hermosa…-Lo último salió en un susurro desviando mi mirada hacia un punto inespecífico- De seguro te lo han dicho muchas personas, me gusta más que si me encuentro con un cambiaforma me revele su identidad, pero no todos son así…-Volví a enfocar mi mirada, examinando con una sonrisa más grande-Oh, no la había reconocido…y yo tratándola así ¿Qué igualado soy verdad?-Negué con la cabeza-Se preguntara de que estoy hablando verdad? O tal vez se está haciendo una pequeña idea en su mente-Me acerque a ella, ahora era yo el caminaba alrededor de ella, como si fuera mi presa y yo el cazador.
Me ubique atrás de ella, acercándome más, pero sin tocarla, unos cuantos centímetros separaba mi cuerpo el de ella. Estiré un poco mi cuello poniendo a un lado mi rostro. -¿Qué está haciendo su majestad aquí, a estas altas de noche y protegiendo a un plebeyo? ¿Escapando de la realidad?-Susurre, sabía quién era, solamente tres veces la había visto, como olvidar un rostro tan hermoso como la reina de Italia, supongo que por la oscuridad no la reconocí de inmediato ahora, examinándola como si quisiera traspasar su alma, la reconocí. -No me burlo, se ve que tú…eres una mujer noble que no te interesa el título, por esa razón no te hablare de usted, se me hace tan estúpido el protocolo….-Me aleje lo más rápido de ella. -Se tú nombre, pero no se tú vida, se lo que eres, pero quiero algo más…es algo raro, pero quiero conocer a la persona que está enfrente mío, quiero conocer a la mujer no a la reina volvamos a empezar desde el principio ¿Vale?-Aclaré mi garganta- Mi nombre es Dam Raphael Bathurst, soy un brujo de nivel dos, regular, y estoy desnudo delante de una mujer, en pocas palabras, delante de ti ¿Cuál es tu nombre mujer?...
Dam Bathurst- Hechicero Clase Alta
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Re: ¿Travesuras por la noche? [Privado]
Seguia pensando lo mismo aquel brujo como se presentaba hablaba demasiado y yo no era de muchas palabras, me aburrían las tardes de te, que solian llevarme obligada para ver mis modales y comportamientos, no encontraba tema que hablar. Pero en este momento frente aquel semi desnudo todo parecía ser mas ligero pero igual de hostigoso, continuo hablando mientras yo solo escuchaba lo que deseaba oir, lo segui con los ojos en silencio y apreté la mandibula a medida que el seguía con sus palabras, ¿nervioso? Asi parecía estar, quizás si, tal cual el me había reconocido y eso no me gustaba en lo absoluto, muy pocas personas me habían visto pocos desconocían el verdadero rostro de la reina, y el ya sabia uno de mis grandes secretos, en ese momento lo odie con mis entrañas, entre cerre los ojos mientras se presentaba, tanta elegancia me daba alergia ¿Por qué todos cambiaban cuando sabían que había de un grado mayor? Eso lo encontraba estúpido y tonto, yo jamás baje la mirada ante alguien de la realeza, Dios como detestaba este cargo y a todas las personas que se creían muy poderosas por poseer un titulo que a mi parecer solo mostraba lo falsos que eran, tome aire no sabia por donde empezar, tal vez por el principio.
Dije hablas mucho y dices muy poco… no que haces muy poco – levante una ceja siguiéndolo con la mirada, no me inspiraba desconfianza su aura era tranquila relajante pero aun así, había aprendido a desconfiar de todas las personas que me rodeaban. Me gire en los talos cuando él me rodeo, detestaba que hicieran eso, me cargaban que me pusieran en un pedestal solo por tener el titulo de Reina. – Dam – dije sin adornar su nombre no hacía falta él se encargaba de hacer aquello – ¿Sabes que tendría que matarte luego de este encuentro por haber reconocido a la Reina? – dije con un tono serio, no me costaba ser así mis tutores “reales” me habían enseñado bien. – No tienes que suponer nada, conoces mi nombre pero jamás sabrás de mi vida más de lo que ya se sabe a diestra y siniestra en Italia, si algo me enseñaron hay que mantener lo en secreto lo privado y no creas porque adornas las palabras voy a llegar y contarte lo que me sucede o no, después de todo la reina no tiene por qué dar explicaciones – ahora bien solté una amplia sonrisa tal vez si tenía ese “No sé que” para ser la poseedora de aquel titulo, Zarek tenía razón siempre la había tenido.
No me interesa presentarme, ya sabes mi nombre llámame como se te dé la gana – realmente me estaba molestando, era mucho mejor cuando era aquel felino poderoso y aunque el dijera que no le temía y llego a llamarme tierna no conocía mi verdadero poder, si no fuera por su aura tan sencilla y humilde yo ya me habría ido muy lejos de él – No me gusta que la gente me reconozca, por algo viaje a Paris para alejarme del Oh es la reina de Italia, de majestad… aquí majestad acá, realmente solo quiero que aquí en este momento me traten como una persona mas y no con la grandeza que se me ha dado – estaba siendo mal educada, pero ni él ni yo tenía la culpa, así andaba últimamente envuelta en la paranoia de que me seguían, de que querían despojarme de aquel titulo que odiaba pero lo tendría hasta que la muerte pusiera fin a mi vida. – Vístete mejor que luego puedes enfermar – dije a modo de burla, lo mire de pies a cabeza despectivamente de una manera que jamás observaba a las personas pero en ese momento me daba la libertad de hacer lo que deseara, no era ni la reina, ni la felina, ni siquiera era Sophia D’ Luca, era una mujer que conocía el mundo pero se renegaba a pensar en algo malo o bueno ¿Quién eres? Mi subconciente salió a flote, y mi respuesta fue corta y clara SOY YO.
Dije hablas mucho y dices muy poco… no que haces muy poco – levante una ceja siguiéndolo con la mirada, no me inspiraba desconfianza su aura era tranquila relajante pero aun así, había aprendido a desconfiar de todas las personas que me rodeaban. Me gire en los talos cuando él me rodeo, detestaba que hicieran eso, me cargaban que me pusieran en un pedestal solo por tener el titulo de Reina. – Dam – dije sin adornar su nombre no hacía falta él se encargaba de hacer aquello – ¿Sabes que tendría que matarte luego de este encuentro por haber reconocido a la Reina? – dije con un tono serio, no me costaba ser así mis tutores “reales” me habían enseñado bien. – No tienes que suponer nada, conoces mi nombre pero jamás sabrás de mi vida más de lo que ya se sabe a diestra y siniestra en Italia, si algo me enseñaron hay que mantener lo en secreto lo privado y no creas porque adornas las palabras voy a llegar y contarte lo que me sucede o no, después de todo la reina no tiene por qué dar explicaciones – ahora bien solté una amplia sonrisa tal vez si tenía ese “No sé que” para ser la poseedora de aquel titulo, Zarek tenía razón siempre la había tenido.
No me interesa presentarme, ya sabes mi nombre llámame como se te dé la gana – realmente me estaba molestando, era mucho mejor cuando era aquel felino poderoso y aunque el dijera que no le temía y llego a llamarme tierna no conocía mi verdadero poder, si no fuera por su aura tan sencilla y humilde yo ya me habría ido muy lejos de él – No me gusta que la gente me reconozca, por algo viaje a Paris para alejarme del Oh es la reina de Italia, de majestad… aquí majestad acá, realmente solo quiero que aquí en este momento me traten como una persona mas y no con la grandeza que se me ha dado – estaba siendo mal educada, pero ni él ni yo tenía la culpa, así andaba últimamente envuelta en la paranoia de que me seguían, de que querían despojarme de aquel titulo que odiaba pero lo tendría hasta que la muerte pusiera fin a mi vida. – Vístete mejor que luego puedes enfermar – dije a modo de burla, lo mire de pies a cabeza despectivamente de una manera que jamás observaba a las personas pero en ese momento me daba la libertad de hacer lo que deseara, no era ni la reina, ni la felina, ni siquiera era Sophia D’ Luca, era una mujer que conocía el mundo pero se renegaba a pensar en algo malo o bueno ¿Quién eres? Mi subconciente salió a flote, y mi respuesta fue corta y clara SOY YO.
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