Cause two can keep a secret If one of them is dead…[Privado] [Pos. +18]

por **Dawn Nimmet** Lun Jul 08, 2013 4:36 pm

Recordó su mirada fría y cruel sobre el cuerpo que la desnudaba con lascivos ojos, su delicada manera de postrar ese beso en su cuello, pensó en retirarlo-…Palabras y más palabras en lugar…de…-miro a otro lado-…desde luego…- miro fijamente el trozo de papel que tenía delante de sus ojos celestes-….Su hedor recordare cada noche que no pase por el burdel donde me atrapo aquella noche con su yugo…-empujo el tintero haciendo el menor esfuerzo-…Bien entiendo que no sabe con quién se mete….pero bueno ¿Qué veo? No veo mi nombre en su lista de conquistas...así que de algún modo tendrá que dejarme ir algún día…estimo……-Pensó en escribirle en aquella carta que tenía entre las manos, estando en su alcoba, con el sonido de la chimenea rechinar lentamente a su espalda, aquellas palabras pensó escribir pero después desistió y dejo en su sitio la pluma para no escribir sandeces.

Se levantó de aquella silla, se olio su muñeca y su vestido desprendió un olor a coco que la recordó a sus baños de cada noche en leche perfumada a coco. Y después vino otro nombre, Elvin fue el elegido que termino por estremecerse como si él estuviera dentro de ella nuevamente, pero estaba sola. Podía sentirlo. Tampoco le iba a atar, supo sus problemas así que simplemente ella lo llamaba cuando le necesitaba, pero ahora no quería molestarlo. A pesar de ser de clase alta, tenían aun relación con un buen amigo de su difunto padre que vacilaba entre los demás nobles de la corte escocesa y cuando supo de la benjamina, insistió en querer verla.

¿Cómo así de repente?

Después de tantos años, quería verla. Había tenido demasiado tiempo para poder haberlo hecho. Cilo no tenía familia, solo se tenía a sí misma, a Elvin y a nadie más. El servicio de la inmensa y lúgubre mansión en la que vivía, cada vez aumentaba su eco dejándola amarga y solitaria por las mañanas y cuando era de noche, salían y hacían sus quehaceres, justo cuando ella yacía en un lecho de plumas y donde le cubrían sabanas de suave satén alrededor de esas curvas que poseía y que tan inocentemente desconocía….aunque solamente dos personas las descubrieron: Una de ellas, Santhiago Morel, un vampiro tras lo que pudo ver aquella noche en la que robo la inocencia de la pobre muchacha y después el joven y apuesto Elvin, un joven algo tímido que escondía una sensualidad que la hacía explotar cada vez que la llevaba al orgasmo.

La carta seguía encima de la superficie de aquel escritorio de caoba. Miraba la chimenea alternándola con las vistas de los ventanales. Sus ojos estaban atentos a cualquier cosa que la noche pudiera traer consigo, pero nada ocurrió, suspiró. Hace pocos días hacia que se había trasladado por alguna temporada a una de las habitaciones del palacio real en donde estaba prácticamente al cuidado de “aquel amigo de su padre” que la creía desaparecida. Pensó que podría ser buena compañía, ella estaba sola cuando Elvin no estaba a su lado, así que pensó un poco y un día respondió la carta de aquel conocido y después, a la noche siguiente, ella se trasladó “temporalmente” con aquel hombre, Keith Mcknight quien había sido amigo de la familia. En cuanto le vio, no le pareció mala persona y estaba en lo cierto, era una bella persona que también estaba sola, pero este estaba lejos de su familia que si estaba viva. Le dijo a Cilo en unas cuantas ocasiones que le recordaba a su hija que ahora estaría desposándose con un buen partido y ella misma se alegraba.

“toc toc”

-¿Cilo? –Mostro Keith en un tono preocupado, pero parecía cansado. Cilo giró su rostro que se había quedado prendada de las vistas que se mostraba misteriosa y sombría con un ligero brillo lunar sobre la copa de los árboles.

-¿Si? –Movió unos pasos hacia la puerta.

-No, no abras…-Keith sonrió tras la puerta-…Es tarde…deberías estar durmiendo…

-Oh, me…-buscó alguna excusa-...Leía tranquila en la cama…-bufó-…Ya me iba…-Murmuro algo ingenua tras lo que se acercó al pomo de la puerta, lo agarro e intento tirar de esta para poder abrir la puerta, pero algo pasaba, estaba atascado-…Keith, vamos….déjame abrir…

-Agh…No Cilo, tengo una pinta horrible…-rio-…Ve a dormir, mañana querría contarte esa historia que tanto quieres escuchar….-Keith tan solo esperaba que Cilo la obedeciera, a lo que cuando percibió que desistía la muchacha en abrir la puerta, Keith soltó la puerta más tranquilo-….Duerme pequeña, tu padre me mataría si se enterase de que te convierto en lo que soy ahora…-Espeto con palabras que parecían piezas fuera de su puzzle.

-Tan solo descansa….-Dijo bien alto-….Ya me contarás Keith…-Cilo dijo a través de la puerta que le era prohibido abrir, movió unos pasos hacia atrás y lo que pudo notar fue el viento entrar de repente en su habitación, abriendo los portones de los ventanales de par en par, ella se dio la vuelta a la vez, vio que solo era el viento, se acercó a cerrar los portones, pero en cuanto consiguió tomar entre sus manos las puertas, una sombra oscura, corpórea y con un aura negra, se postro frente a ella, haciéndola caer de espaldas contra el suelo.

Con todas las personas que había en el mundo, tenía que ser él. . . .Otra vez.

por **Santhiago Morel** Sáb Ago 03, 2013 1:33 am

¡Noches normales! ¿Qué sería una noche normal? Una noche con mujeres desnudas en una habitación esperando y rogando a un ser como Morel que hinque sus dientes en sus carnes trémulas dejando su sangre correr por sus pieles, esperando que pase su lengua por ellas para dejarlas todas extasiadas. Una muerte de éxtasis, eso es una noche normal para alguien como él, ver miles y miles de cadáveres, con esa sonrisa tan única y desesperante.
Recuerdos, recuerdos de noches parisinas cuando aún estaba en el apogeo de su conversión y encuentro como nuevo amo y señor del universo nocturno, como el hijo de lucifer, engañando a cuanta señorita se le cruce por el camino, llevándola a una perdición innata ¡la muerte!

Entre los desempolvos de los trofeos y medallas de cadáveres femeninos que ha acumulado durante el tiempo que lleva caminando, uno le llego al presente, una bruja con la que jugó hasta cansarse pero que no pudo romper a esa muñeca porque alguien así dispuso, el recordar sus lágrimas, sus ruegos, sus suplicas de inocencia, le hacía sonreír tomando su bastón con mayor deseo que antes con un solo propósito -¡ir por la zorra tras la máscara!- un pañuelo que envuelve un colgante y el aroma de aquella mujer, toma aquello y salé de su mansión a las afueras de la ciudad, rumbo a su casa de “verano” en el centro de la ciudad, cuando llega pide que le acomoden el sótano, que pronto traería otra diversión para él.

La noche comienza a ser más densa, oscura y caprichosa, sus pasos se escuchan por la calzada, con el sonar del bastón tocando el suelo, una pequeña melodía salida de un artista callejero y su monito que pedía monedas ¿aperitivo podría ser para aquel ser?, no ni siquiera ha despertado ese ansia de sangre sobre las piedras del camino.

Perspectivas diferentes a vidas extrañas, perspectivas ajenas y una vida de sangre y sed, que más se puede esperar de una vida donde todo lo que pides se te cumple o donde todo lo que desees se puede volver realidad ¡que agotamiento de vida! Pero vamos que a los seres como este hombre que se viste de traje negro, capa negra, con un bastón ocultando algo que puede acabar con ciertas personas, eso es algo que disfrutan, ver la tortura y el sufrimiento de los que le rodean y más si son el causante de dicha infelicidad.

La luna en lo alto, los caballos agitados, relinchando golpeando sus cascos contra el suelo; sienten la presencia de un ser oscuro, frío y calculador…un golpe en dentro del carruaje anuncia su andar directo a la ciudad, pero su recorrido solo muestra un siniestro plan, el de mantenerse con vida, tomar aquello de cualquier jovencita e incluso tomar la flor de una doncella.

El sendero de oscuridad le lleva a los lugares más sucios pero apetecidos por los seres de su casta, de su credo y de su legión, el letrero de una taberna ya familiar para él se luce más de entre todas las demás…aquello fue un llamado, una incitación al vampiro a pasar la noche en busca de acción pero ¿qué tipo de acción? Quizás un partida de cartas que terminé en un fatal encuentro para quien le rete, o quizás solo el típico juego de ajedrez donde las piezas sean los humanos del lugar… ¡Qué difícil decisión!...lo más sensato sería regresar a casa y jugar esa partida con su hermana, o tomar como ficha a su otra hermana, que dura la vida de un ser que solo busca saciar todos sus apetitos.

Suerte o presagio, su bastón toca las calles empedradas, dejando detrás de él, el sonar de sus zapatos entrando al lugar…sentándose en la parte más oculta de la taberna, en aquella mesa tan conocida por él, dejando así que la oscuridad atrape su presencia, la mirada de todos y todas se cierne sobre aquel que entra sin mirarles, más su mirada se despierta segundos después de su llegada, una mujer, no, era esa mujer, otra zorra que entraba a buscar clientes para llevarse los a la cama, quizás solo eso eran trapos fáciles para follar, ni una valía la pena, ni siquiera la que estaba acercándose a dar sus servicios que con una mirada prefirió alejarse, otra se volvió a acercar a su costado tocando sus hombros -Si no quieres morir mejor lárgate a abrir tus piernas a otro incauto- dejó dicho mientras bebía su "trago" (sangre)

-En este lugar no hay más que almas pútridas, basuras, no existe ni una presa que valga la pena coger ni siquiera para jugar, menos para follar- susurró desencantado de la noche. Se levanta de un tajo y salé de aquel lugar, caminando y caminado mirando a las doncellas como si fueran prostitutas de paso esperando a cualquiera para abrirse de piernas y que las follen, ya no había juego y eso le aburría en demasía, simplemente coquetearles con su presencia y terminarlas follando hasta matarlas al beber su sangre, caminó y caminó más de lo que tenía planeado, las damas le sonríen y a él no le hace falta leer la mente de las personas, solo lee el cuerpo de ellas y se da cuenta que su presencia ocasiona estragos, en eso su mano busca su reloj y toca aquel pañuelo con el colgante y ríe.

La brisa trae consigo notas de pasiones y temores, y de paso traen consigo el aroma de un recuerdo tardío, con una sonrisa sigue el rastro del recuerdo hasta aquel palacio, su sonrisa se vuelve más socarrona y solo cierra los ojos –esto será divertido- murmura en el silencio de la noche adentrándose a ese lugar extraño, entre sombras y deseos ocultos.
Llego hasta una ventana y sin mucho esfuerzo de un saltó ingresó, miró que era aquella mujer y mostro sus sonrisa y sus colmillos a volandas se acercó a ella la tomó de la cintura y la emuja a la cama con él encima de ella presionando su cuerpo –Parecen años pequeña Cilo que han pasado, te mojas al recordarme verdad- la pega más a aquellas sabanas –recuerdas el juego, vamos a volver a jugarlo pero esta vez más intenso y en silencio que antes- antes de que ella pueda rechistarle de un beso la calla, un beso pasional donde le muerde la lengua y el labio haciendo que corra algo de sangre por su mentón

Iba a jugar de la forma que el caza, con elegancia y salvajismo.

por **Dawn Nimmet** Dom Sep 01, 2013 7:36 pm

Todo había pasado tan rápido que no le había dado tiempo a reaccionar, ya estaba sobre la cama con esa bestia de hombre sobre ella, besándola con el salvajismo con el que probo hace tiempo, no supo como la había encontrado, su boca ahora saboreaba el sabor metálico de la sangre, siguió el beso lentamente, intentando moverse sobre la cama e intentando acomodarse un poco mejor bajo el cuerpo de Santhiago, cuando consiguió separar sus labios de los de él, esta solamente puso las manos en el pecho de este, su bata se deslizaba fuera de sus brazos a propósito sin magia alguna, pero ella seguía intentando apartarlo de ella-….No! ¡Otra vez, no! Me tuviste una vez, no quiero estar contigo!!-Grito intentando separarlo pero solamente le era imposible, al mismo tiempo su intimidad se humedecía conforme mas tiempo lo tenia sobre ella, su cuerpo terminaba por encorvarse voluntariamente hasta que simplemente se quedo sumisa bajo el cuerpo de Santhiago.

La noche parecía que lo había guiado a ella, su mirada celeste se clavo en ojos del vampiro, podía notar la erección del otro lista para descargarse en su propio interior, pero no sabia como iba a venir puesto Santhiago, ¿mas silenciosa y más intenso? Aquello le asusto a la pobre muchacha, no tenia familia, vino una antiguo amigo de sus padres pero ahora volvía el hombre de sus deseos y de sus pesadillas, de quien todo era un temor para ella y que no hubiera querido rencontrarse con el…aunque algunas veces, todo era inútil, se pensaba si alguna vez, había existido un dios o un “diablo” que le hiciera estas injusticias. Posiblemente ella fuera algún tipo de diosa y él mismo un demonio que se ha escapado del infierno que ha tomado apariencia de Lucifer.

Intento llamar a quien era su protector en esa semana, pero solamente intentaba escapar de las garras de Santhiago, echándose hacia atrás y esta vez, intentaría no llorar, no soltar ninguna lágrima como antaño hizo cuando le conoció hace tiempo. Estando ahora los dos cerca del uno del otro intentaría no caer tan pronto como cayo antes. –Santhiago, ¿Por qué volviste? –Pregunto al hombre de mirada perversa que estaba en la cama, ella se habia movido lejos de la cama y ahora permanecia de rodillas, en el suelo y asustada para variar y no estarlo de alguien de como era Santhiago.

por **Santhiago Morel** Dom Sep 15, 2013 6:43 pm

Un gemelo, cayendo al suelo, otro gemelo haciéndole compañía, dos botones de la camisa blanca abriéndose, y una sonrisa cual marfil asomándose entre esos labios, dejo a la mujer libre de su agarre, mientras se acomodaba en la cama de ella en el lado derecho, con los zapatos a medio salir, la miro y solo la ignoro por completo unos minutos, pasando su mirada por la habitación de ella. Hay una diferencia entre un vampiro de cien, o tres mil años a un vampiro de seis mil años que ha vivido bajo la mirada estricta y el orden de cosas imposibles, un hombre que solo conocer una forma de hacer las cosas, a su propia manera. No le hace falta leer la mente, lee a la persona por completo, no le hace falta ver el pasado de alguien, lo presiente, como solo observar a quien se le ponga enfrente, y por ende sabía que en ese momento, en aquella casa no habían muchas personas, el dueño de la casa, cinco empleados y ocho guardias, no eran para nada un problema asi que empezó a jugar con la asustada niña.

-Sabes Cilo, asi te llamabas verdad, bien, la verdad que puedes escapar, solo te digo una sola cosa, antes que llegues a la planta baja gritando por ayuda, encontraras una pila de muertos, entre ellos el dueño de casa, y que crees, que creerán que tú lo hiciste, y aunque me digas, que dirás mi nombre, nadie te creerá, una huérfana como tú, no tiene futuro, no tiene vida, deberías estar como cortesana de un burdel, pero bueno, la lastima de un amigo de tu familia te salvo de esa vida, asi que dime, a quien creerían, a una huérfana o a un hombre poderoso- cierra los ojos y lleva sus manos tras su nuca para admirar en esa posición de sumisa. –lo que quiero es fácil de deducir, o quieres que juegue como esa noche, te gusto que te quitara esa virginidad de esa forma verdad, te gusto ser mi muñeca, bien entonces- en un rápido movimiento que la muchacha no podía ni ver y menos imaginar, fue en cuestión de segundo, tenía a Morel tras de ella tomándola de la muñeca y lanzándola contra la cama, para luego ver que estaba entre las sombras y con la habilidad de ILUSION, el amigo de la familia que acogió a la joven irrumpió en la habitación con unos amigos mirando a la pequeña humana con deseos y en sus voces solo se escuchaba –Vamos, dejad también que disfrutemos a la pequeña zorra, será por agradecimiento por que las has recogido, quizás puedas ir tu primero y luego nosotros, asi todos estaremos contentos, y mira, te pagaremos muy bien si haces que cada noche nos satisfaga como se debe, con un baile o que se toque ella mismo y luego la follamos- entraban todos ellos y ¿Santhiago? Había desaparecido, la ilusión de el es tan fuerte que no afecta la visión de la persona, es la mente por completo, lo hace tan real, cada imagen, cada sensación, cada palabra, es un juego de mentes, donde aquel vampiro siempre ganaba.

Pero ¿Qué más quería de ella? Algo más, en eso todos aquellos hombres se abalanzan contra la pobre chica, atándola a la cama, en la realidad no lo estaba, pero su cuerpo y su mente le hacían sentir que si estaba, atada a las cuatro postas de la cama, bajo la mirada de aquellos hombres hambrientos por ella, hombre que solo estaban en la mente de ella, y ver su miedo es lo que a aquel vampiro el fascinaba, uno de los hombres toco el muslo de ella, era la mano de Santhiago la que apretaba el muslo de la joven y habla la ilusión –tan fresca, tan deliciosa, vamos a verla correrse por si misma con algo de dolor- le retiran las bragas, Santhiago se las retira y le quita aquel vestido, dejándola solo en medias, con su cuerpo todo expuesto, y en eso su segunda habilidad de juego la PERSUASION que le dice a la mente de la mujer, como si fuera la consciencia de ella, aun bajo la habilidad de ILUSIÓN “gime, te gusta esto Cilo, te gusta mucho, que te admiren lo hermosa que eres, que te deseen los hombres, que quieran poseerte, pide que te desaten la mano para tocarte para ellos, tú lo deseas, tu cuerpo lo está deseando” dos habilidades juntas PERSUASION E ILUSIÓN atacando la mente de la pobre chica que cayó como muñeca de sangre en manos de un hombre que es el maestro de la muerte y el universo, que solo tenía que esperar a la pequeña e indefensa humana.

por **Dawn Nimmet** Dom Nov 03, 2013 11:21 am

Solo deseaba que parase aquellos juegos de tortura que comenzaba a conocer de él – Solo tócame tu…-gimió afligida – ¡Solo tócame tu por favor! – Como un fantasma al que no hacen caso, ella se sentía ahora mismo así. Sentía que era el mismo Santhiago quien la tocaba, pero las ilusiones por falta de las sombras de los demás, ella podía sentirlo de que eran solamente ilusiones que eran para torturarla, pero su corazón simplemente no la dejaba tranquila, su corazón estaba acelerado sin poder sentir freno alguno, se removía una y otra vez conforme a las caricias, se sentía atada, no podía moverse mucho.

– Por favor Santhiago…El diablo te ha concedido poder para corromper mi inocencia…-afligida soltó como pudo intentando soltarse de esas cuerdas que veía alrededor de sus manos-…Suéltame…- Gimiendo estaba una y otra vez, removiéndose cada vez más y más – Tiéntame con tus infiernos, pero déjame…libre…-termino suplicando de una manera u otra, intentando convencerle de que la dejara libre, entonces ella haría todo lo que él quisiera, le costaría demasiado que aquello ocurriera por propia voluntad, pero ella misma pensaba en que pudiera ocurrir. Seguramente lo vería desatarse como la última vez que estuvo con él, ella se había extraviado y para su mala suerte, había acabado en el burdel donde perdió su virginidad.

-…No soy una cortesana a la que puedes follar…-se sonrojo más de lo que estaba por escuchar esas palabras de su boca-….cuando quieras…-termino por escupirle en la cara, enteramente por todo aquel rostro masculino que todas las mujeres seguramente deseaban besar una y otra vez. Ella no. Ella le odiaba en demasía y al parecer el disfrutaba con su sufrimiento. La noche se hacia bastante larga, ella estaba en su cama con aquel ser que iba a violarla practicamente, obviamente intuia ya un poco lo que queria hacer con ella, lloraba sin gemir demasiado, solamente las lágrimas hablaban por si solas, salian sin previo aviso y ellas la delataban sin más.

Se preguntaba si Santhiago tenía algun amante en su cama, seguramente las tendria, pero ahora ¿Por que se preguntaba si tenia amantes? Eso no le importaba en absoluto. Solamente intentaria escapar de esas garras que la aprisionaban, que no la dejaban ser ella misma, que no la dejaban comenzar el juego que queria compartir con Santhiago esa noche y...si habia algo de sangre de por medio, bien. Dejaria la inocencia a un lado y enteramente se dispondria a matarlo.

por **Santhiago Morel** Jue Dic 26, 2013 4:23 pm

Palabras, ¿qué son las palabras? Puñados de dagas o solo un montón de oraciones sin sentido?, bueno eso depende de la boca de las que salgan las palabras pero siempre todas están ligadas a emociones, ¿por qué? porque los humanos y algunos inmortales o sobrenaturales están arraigados a esas “emociones” los humanos porque son “creaciones de dios o dioses” necesitando algo en que creer y aferrarse a la fe lo que los hace “mortales”, y los sobrenaturales porque no quieren perder su dichosa “humanidad”. ¿Existirá alguien que no tenga eso?.

Sí, existe un hombre, si es que se le puede llamar hombre, mejor dicho un demonio arrancado de los infiernos más antiguos, un ser que solo busca el caos y destrucción a su alrededor que su sola presencia crea profanas acciones de los presentes, ese sujeto arranca a todos palabras que jamás en sus conscientes almas dirían, en las noches como un alma en pena, como una sombra maligna se cierne sobre la ciudad buscando víctimas, mujeres que entreguen su alma a ese diablo por toda la eternidad, y aquella noche no iba a ser la excepción, una bruja cumplió su cometido.

– ¡Solo tócame tu por favor! –
– Por favor Santhiago…El diablo te ha concedido poder para corromper mi inocencia…-
– Tiéntame con tus infiernos, pero déjame…libre…-

Aquellas frases, aquellas palabras crearon en aquel ser algo mayor, un deseo mayor de corromper y romper todo a su alrededor, la bruja había tocado algo en él, y no era su miembro aun, parecería un ¿enojo? Quizás pero algo era seguro el no pararía hasta esa mujer sea la más perra de todas, hasta que le suplique que la folle como nunca ningún hombre se lo hará, la dejaría marcada toda su vida que nadie en esta tierra que no sea de sangre Morel la pueda tocar en toda su jodida vida.
La ILUSIÓN se volvió más fuerte ahora, los hombres la miraban y se tocaban los bultos en sus pantalones mirándola a ella –Vamos a hacer que la perra nos la coma, seguro que le va a encantar- quería ver lágrimas de sangre en la mujer, quería que ella pidiera a gritos de placer y dolor que parara todo y se la follara él, mientras tanto hace que la ilusión de estar atada las manos se retire dejándola libre, siempre lo estuvo, sus ropas yacen en el suelo rasgadas, en ilusión y reales, en eso usa la segunda habilidad [b]PERSUASIÓN[b] para ordenarle a ella ¡tócate, tócate ese botón y siente lo húmeda que estas, tócate y gime, muestra a estos hombres que los disfrutas, córrete con tus manos o te harán daño y te lastimaran a golpes, vamos siente con tus dedos esos labios inferiores, siente como se abra y se riega ese orgasmo, tú puedes así, gime gime y pide que te follen, pídeme que te folle!

El cuerpo de la mujer se perlaba, mientras aquel los colmillos se rozaba con la lengua dejando gotas de sangre en su boca, la miraba con esos ojos perdidos, al parecer sabía que era una ilusión aunque también sabía que era real, las sensaciones las caricias porque las palabras tocaban las venas de sus nervios más íntimos.
Sus labios acariciaron el muslo interno de la joven, a que sintiera su aliento, la lengua filosa recorrió por aquellos carnosos muslos hasta el centro del pecado aquel húmedo sexo con una orden para la mente de la joven –muéstrame, déjame verte en el orgasmo para poder luego calmar el ansia de pecado de tu maldito cuerpo- la sonrisa de lobo con los colmillos expuestos rozando la piel de la joven que sintiera que ella no tenía voluntad, que no importaba lo que ella deseará, al final se haría la voluntad de él.

por **Dawn Nimmet** Jue Ene 30, 2014 1:25 pm

-No! ¡BASTA SANTHIAGO! –Grito desesperada con aquella voz de inocente que siempre tenía, pero que ahora estaba siendo corrompida-…Por...favor….Deten esta ilusión…-miraba a Santhiago con firmeza-…libérame….y seré…-estaba segura de lo que diría, pero tenía que liberarse ya y decirlo inmediatamente – Hazme tuya Santhiago! Hazme tuya y deja estas ilusiones que sé que lo son….-lloraba por sí sola, no hacía falta entristecerla para que llorara a los pies del vampiro, ya lo estaba haciendo por sí sola, pidiéndole clemencia, pero en sí que estaba atada a la cama con unas cuerdas que se había encontrado por algún rincón de la habitación.

¿Cómo se había tornado finalmente la noche? En una de sus pesadillas que mientras Cilo intentaba alejarse de las manos y las caricias ajenas de aquellas ilusiones que comenzaban a masturbarla, que comenzaban a masajearle los senos con libertad, cosas que ella veía y que los de la ilusión se manoseaban en sus miembros por dentro del pantalón, solamente cerro los ojos, no queriendo ver de nada, estaba agotada, no quería seguir, quería que la pesadilla que estaba viviendo terminara de inmediato y tanta fue la ira que acumulo de inmediato que sus poderes de bruja comenzaban a salir a flote.

Ahora estaba a merced de Santhiago que estaba lamiendo, besando su tostada piel a cada paso que ella cedía ante su poder, ante el fuerte influjo de aquel vampiro que parecía querer de ella esta noche. Más aun siendo un cervatillo asustado lo que no haría. Su cuerpo reacciono arqueándose en contra de sus deseos, sintiéndose cada vez más dócil, más flexible ante el poder de aquel vampiro -…Santhiago…por ga…aaagh!!!—Gimió finalmente sin poder evitar humedecerse más con lo que le hizo reaccionar así, quería ser liberada-….no…aaaaagh!! –Jadeaba sin poder evitarlo, lo quería parar, pero era mayor a ella, él tenía muchos más poderes que ella en estos instantes.

No podía evitar que de sus manos comenzara a salir hilos de sus uñas, con aquello y unas palabras en un canto en latín antiguo, estaba consiguiendo deshacerse de aquellas vendas que la presionaban las muñecas, para después ser un poco más libre, escuchaba a los hombres gritarla, intentando que ella volviera a su posición de antes, tumbada sobre la cama, pero solo cogió lo que le pertenecía y salió corriendo de aquella cama, lejos de aquellas manos, colocándose la bata sobre su cuerpo manoseado, sudado y meramente excitado por las caricias de aquellas ilusiones que fueron disipándose. Consiguió escaparse de Santhiago, se ató la bata y lentamente fue abriendo la puerta, no veía a Santhiago, esto le olía mal.

por **Santhiago Morel** Miér Feb 19, 2014 8:59 pm

Al final todas las almas piden lo mismo, ser corrompidas, se llevadas como Ícaro a volar tan cerca del sol pensando que pueden alcanzarlo cuando solo se ahogan en mares de sufrimiento esperando ser rescatadas por caballeros amables y cándidos, todo uno sueño de princesitas buscando castillos inexistentes, lástima por ellas porque solo hay bosques marchitos con cadáveres de aves muertas en el suelo y en el centro del bosque sus cuerpos sin vida con un hilo de sangre cruzar por sus labios, señal que todo ha sido drenado de aquellos cuerpos.

La mujer gritaba se retorcía de placer por las caricias de la ilusión, pero era solo el despertar del mismo deseo de ella, no era lo que el vampiro había creado al contrario era la exposición de sus deseos más oscuros y ocultos, Santhiago sonrió socarronamente llevando su dedos a rozar su mandíbula sopesando el momento y como la chica salía corriendo, pero él aún no había acabado con ella, no la iba a dejar ir así por así, la iba a romper a completamente deseaba ver lágrimas en sus ojos y su alma perdida en el infinito del infierno.
Su ILUSIÓN creció, esta vez la llevó más a fondo sin importarle las consecuencias “Si usas hasta ese punto quebraras la cordura de la persona” las sabias palabras de su hermana lycan llegan en mal momento y tal con llegaron él las aleja, mueve su cabeza haciendo tronar los huesos de su cuello, y ahí es cuando crea la ilusión de fuego, una hoguera en el jardín de la mujer, una pira humana ahumada, sus sirvientes, sus tíos, sus amigos, toda su familia y conocidos siendo quemados por inquisidores bestiales, hombres y mujeres con figuras demoniacas, un hombre de sotana lanzando ácido a los cadáveres quemados para destruirlos y con una frase en sus labios que parece susurro que lleva el viento a los oídos de la bruja –Traédmela, ya debe estar lista para su sacrificio, la quiero desnuda y lista para ser profanada por todos ustedes, mis demonios-

Cuerpos de hombres aparecen tirados en el suelo de la mansión, hombres desnudos sangrando, en eso uno se levanta con el pecho cubierto de su vitae caminando hasta la mujer, sus ojos han sido arrancados, su lengua igual, su miembro ya no está, solo es un recipiente medio lleno, se acerca a ella a susurrar –Pídele, ruégale al diablo, arrodíllate a él y pide que te salve, los siete pecados están en sus rojos ojos, solo él puede salvarte de este destino, solo su familia- cae desplomado y decide meterse aún más en los recuerdos de la mujer .

Gritos desde todos los cuartos se escuchan, gritos de dolor desgarradores, pidiendo ayuda, todas las doncellas del lugar siendo ultrajadas por dos lobos convertidos en su estado natural de hijos de la luna, violando y mordiéndoles a las jovencitas, aullando cuando llegan a los orgasmos, sin parar, no quieren darles descanso solo buscan darle la muerte, en eso en la mente de la mujer (mentira él estaba cerca de ella, tras de ella a unos veinte pasos) –Te has puesto húmeda, porque tu deseas estar en el lugar de ella, admite Cilo, admite que te gustaría ser la puta de algún hombre, de un sobrenatural y sentir lo prohibido por tu Dios, sentir lo que otras hablan y te llena de envidia, sentir un placer que ningún mortal podrá darte en tu vida- sus ojos están de rojo por no por ira si no por deseo, una expectación de su propia partida de ajedrez.

por **Dawn Nimmet** Sáb Mar 01, 2014 7:36 pm

-¡NO! ¡BASTA SANTHIAGO! ¡BASTA! –Aquella pequeña alma en pena estaba en sus últimas observando todo a su alrededor, viendo todas las violaciones, su cuerpo, si, se sentía excitado queriendo ser una de esas doncellas que estaban siendo violadas en ese mismo instante, pero al ser un alma débil en pecado, se dejó caer al suelo, desmayándose sobre el césped húmedo de aquellos jardines, de aquel castillo en donde en realidad no había nada. Tan solo eran ilusiones que el diablo había dispuesto para ella, para que ella sufriera en la nada.

Flashback ~

La boda había sido concisa y rápida, aquel personaje de cuento de hadas la llevo en su corcel de pelaje blanco a la torre de su castillo, pero en realidad, no había sido como ella esperaba, aquel personaje antagonista a lo que sería a un príncipe encantado, la encerró en su torreón, diciendo que era suya, que nadie osaría de tocarla. Pero nunca la llevo hasta tal destino ya que ella misma estaba dispuesta a morir a manos de ese loco, la llevo a las mazmorras de su mansión para atarla a unos grilletes, con los brazos en alto y haciendo de cochinillo listo para partir por la mitad. No, no deseaba la muerte, quería vivir. Entonces, vio a su alrededor a muchas mujeres que habían pasado por lo mismo antes que ella, gritaba por ayuda, pero aquel que era su esposo, se quedó lejos de ella hasta la noche que volvió envuelto con aromas de otras mujeres, quizás su próxima víctima. Cilo estaba horrorizada, enjaulada prácticamente y cansada. Todo lo veía perdido, pero el destino le sonrió cuando vio a su hermana, había venido a rescatarla, la libero, estaban a punto de huir, pero solamente nada pasó más que la muerte fue más lista. Se llevó consigo a su hermana, por haberla protegido y Cilo por el resto de su vida, no se lo perdonaría jamás. Ni a quien fue su exmarido ni a si misma por haber permitido que aquello ocurriera.

Flashback Ends ~

-No! –Cilo despertó enseguida, estaba sobre su cama y solo veía a Santhiago delante de ella - ¿Qué haces o se supone que estas aquí? Tómame o déjame en paz…-Movió sus manos pero estaba maniatada a la cama-…¿No crees…que esto es de críos?¿ Atarme cuando sabes que no tengo posibilidades de poder escapar de ti? ¿En serio? …-Siguió intentando soltarse mientras quería hacerle entrar en razón-…. ¿Porque no me conoces antes de tomarme como tuya? No creo que hayamos empezado con buen pie… ¿No…lo crees? –Intento una vez más mover las cadenas por si misma pero seguía siendo inútil el esfuerzo-….O méteme dentro de las sabanas contigo dentro de mi…-se lamio los labios solamente para que le viera, para que se excitara el mismo por haber hecho eso frente aquel vampiro.

por **Santhiago Morel** Vie Mar 21, 2014 3:43 pm

"No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives."
Franz Kafka

Todo juego se basa en el tiempo y la paciencia, así se plantea en las partidas de ajedrez, en las cuales los jugadores tratan de anticipar el movimiento del otro contendiente, pero que pasa cuando uno de ellos mueve sus peones de una forma distinta a la tradicional, cuando deja que sus caballos de forma desbocada lleven las riendas de los que sacrificará para así aturdir a su rey y reina contraria, no hay más que solo esperar la espada de los alfiles que caen junto a las torres con la sonrisa siniestra del ganador que muestras sus afilados colmillos y un rio de sangre bajo el tablero.

Sentado en el sillón con un vaso de cristal con un líquido ambarino en su interior, el sonido del hielo golpeando el cristal y las sonrisa del vampiro hacia la bruja, las palabras que de ella salían solo llenaban el ego de aquellos que no estaban, con mucha calma se acercó Morel a la cama donde yacía aquella mujer, dejó su trago sobre la mesita ubicada a la derecha de la cama, retiró la sabana lentamente haciendo que el material de aquella tela rozara muy despacio el cuerpo desnudo de la joven –Hablas mucho, mejor dicho gritas muchos, no sabes comportarte correctamente ¿cuál es la prisa? No ves que tenemos toda la noche para hacer lo que me plazca, además el arte de las pasiones está en la paciencia, la calma con la que lleves todo, esto se trata de erotismo- miró el cuerpo inmaculado sin marcas, aquellos pequeños senos con sus pezones en punta por el frio de la habitación, sus piernas doradas rozándose contra ellas y contra las otras sábanas, se sentó junto a ella sonriéndole lobunamente al para que su diestra se alzaba y entre sus dedos tomaba un hielo, no sentía el frio ni nada –Vamos a hacer una prueba primero- chupo el hielo tomando el agua que no le supo a nada también, luego de ello lo posó sobre el mentón de ella bajándolo muy despacio por el cuello, hasta el pecho justo por en medio de sus senos, lo movió hacia el pezón izquierdo –dejemos que se deshaga en tu piel, como castigo de tu boca, una boca tan sucia que no sabe cuándo guardar silencio, si gritas o te retuerces hare que se te deshaga en otro lugar- susurra contra el pezón derecho soltando su respiración inexistente, solo un halo de aliento.

-Conozcámonos entonces Cilo, a ver, tú eres una bruja que descubrió a sus 15 años su condición de bruja, estuvo a punto de casarse con un hombre el cual mato a tu hermana, como se llamaba ella, Esmy, Emy, en fin no importa, la cosa es ¿Qué más puedo conocer de ti Cilo Nightleaf? Tus palabras hubieran sido “déjame conocerte” porque de mí no conoces ni la sombra, solo conocerías lo que hablan y rumoran por las esquinas ¿quieres conocerme Cilo?- susurra contra los labios de ella acariciándole con calma, no estaba excitado, aún, solo estaba preparando el cuerpo de la joven para la noche larga y placentera que estaba por tener, sus palabras las susurraba contra la piel de ella, quería que ahí se quedaran para siempre, metidas en ella, que nunca pero nunca lo olvidara –Cilo, Cilo, nunca nadie te hará sentir lo que el mismo demonio te hará sentir esta noche, nunca- le sentencia.

Todas las victimas de Morel, que tiene la mala suerte de cruzarse en el camino de él por vez primera, a la segunda vez que lo miran a los ojos, este ya conoce su vida, pasión y muerte, siendo el juego más divertido a su favor, aun cuando su boca no se abre para contestar, ya sabe las preguntas de quien se las va formular.

por **Dawn Nimmet** Dom Mar 30, 2014 5:59 pm

Aquel trozo de hielo era como un arma mortífera que la iba matando poco a poco, tensando su cuerpo para mostrarle que no tenía resistencia a los encantos con el hielo que Santhiago deslizaba lentamente por su cuerpo, siendo el deleite arpón del libido que crecía en ella, sintiéndose atrapada entre los gemidos que intentaba reprimir pero que no los podía ocultar, pues las artimañas de aquel vampiro la estaba torturando lentamente, enseñándola que no tenía nada que hacer más que dejarse llevar.

¿Qué podía hacer ahora? No quería recurrir a su amigo que estaría durmiendo plácidamente al otro lado del pasillo en su habitación, no quería que saliera en su búsqueda, no quería que pasara nada de nada, estaba sola ahora mismo, pero estaba en manos del demonio que tal como esperaba aquella noche, planeaba hacerla suya sin importarle si tenía a alguien en mente o no. En realidad el amor había sido invisible para ella, jamás se había cruzado con ella de la manera más dulce, ni de la manera más picante excepto tal y como estaba siendo en estos instantes. Su vestido no la acompañaba en esos instantes, no sentía las ropas de cama sobre su piel, ocultándole su desnudo cuerpo.

No se le ocurrió mirar a quien estaba comenzando a excitarla de sobre manera --…..Agh…Malvado….el destino te lo hará pagar….estoy segura dejándote al borde de la desesperación y de ponerte entre la espada y la pared…haciendo que pierdas todo aquello que ¡AMAS! –Espeto la última palabra como algo importante, situándose un poco lejos de él aunque tuviera las manos atadas a la cama-…suéltame…por favor….Vamos ¿Qué más puedo hacer? A cada lugar que vaya vas a encontrarme y no puedo escapar de ti…-Sacudió el amarre-…libérame….y…-suspiro-…soy dócil….asi que aprovéchame…-Termino por querer hacer un conjuro pero le duro poco ya que estaba débil, agotada y sin muchas fuerzas-….Va…vamos….seré….-suspira de nuevo-….Seré aquello que me ordenes…..

Temía ser la sirvienta del mismísimo satán, aunque parecía ya serlo. No se había dado cuenta, pero el hielo que le recorría la piel, llego a introducirse entre sus piernas, haciendo un sensual recorrido haciendo que llegara hasta su “botón” en donde sintió el frio-.aaaaah…..n-no!-Su cabeza giraba en ambos lados, tirando una vez del forcejeo sin éxito, gemía porque Santhiago parecía no querer parar de torturarla con los cubitos de hielo de la última bebida que se sirvió antes de poder tocar de ella-Po….porque no me haces…tuya…ya? –Inquirió interrogante a la espera que le estaba haciendo pasar.

por **Santhiago Morel** Lun Abr 21, 2014 4:25 pm

Destino, ¿qué es el destino? Acaso existe eso para los seres que viven en las sombras y más para seres que su hogar es el infierno y poseen a su mando ejércitos de demonios, para ellos existe eso del ¿destino? La verdad no, y eso es solo invenciones de brujos charlatanes que usan sus seudos poderes para hacer que alguien tema de sus acciones, algunos de estos “wickanos” le llaman la triada y los brujos solo el karma, así que al final tú mismo te condenas con tus acciones y como ejecutas cada una, dejando piezas en el tablero o aniquilándolas todas las fichas de ajedrez.

Santhiago comenzó a reír sarcásticamente ante el comentario de la joven bruja, para él solo eran pataleos de ahogada que daba porque sabía que de las garras de él no se libraría por lo que causo una risa profunda y siniestra en el vampiro que solo la miró a los ojos con un brillo oscuro en este, un brillo que auguraba una noche donde la luna roja sería poco para calmarle, abrió lentamente los tres primeros botones de su camisa blanca y lisa mirando a la mujer desde arriba, parado junto a la cama con una sonrisa que solo afilaba sus colmillos sin decir palabra alguna solo mirando el cuerpo blanquecino de la joven bruja, se retira los gemelos dejándolos sobre la mesita junto a la cama, luego toma el hielo con su diestra para recorrerle le muslo izquierdo, subiendo por la cara interna del muslo lentamente hasta llegar a su parte más íntima y guardada, empujándose contra el botón que parecía pronunciarse cada vez más que ella tiraba de las ataduras.

Le miró por encima de ese vientre que se ondulaba al ritmo de su respiración agitada –Entonces cierra tus ojos y gime, gime para mí, déjame oír ese canto impuro de tus labios, quiero que te llenes completamente de tu orgasmo y cuando todo tu cuerpo lo sienta, explotes tan fuerte que te sientas morir- ordenó como un susurró pero sin usar sus habilidades –Si no lo haces a tu voluntad te haré hacerlo obligándote con mi voluntad, además dijiste que harías lo que quisiera y eso quiero, quiero ver cómo te das placer con todo lo que te rodea, antes de hacerte mía, es más fácil esta tortura para ti- se ríe con sarcasmo introduciendo en su interior aquel trozo de hielo, justo como le recordó a la cortesana que murió en sus manos con ese juego del hielo, se rio aún más arrodillándose entre las piernas de la mujer abriendo toda su camisa, mostrando su pecho como escultura antigua de soldado –Aun no quiero hacerte mía, porque no me excitas Cilo, vamos excítame antes déjame ver tu rostro cubierto con el placer, acepta este placer, ¿por qué luchas? ¿no te gusta? Entonces porque pides que te haga mía si no te gusta que te toque- se retiró la camisa, dejándola caer al suelo, su zurda se acercó al sexo humedecido y frío de la joven, con su palma abierta cubrió aquel sexo expuesto –Hmmm, frío necesita algo de calor- abrió los labios con el dedo anular e índice frotándolos mientras que el del corazón comenzó a estimular ese botón rosáceo que cada vez parecía estar más y más grande lleno de excitación –Mírate Cilo mira como estas de húmeda y caliente, aun con el hielo metido en tu interior, clamas por ser tomada- recarga su peso al cuerpo de la mujer haciendo que los pezones de ella toquen el pecho descubierto de él –Tranquila Cilo serás tomada como ninguna otra súcubo del infierno, donde solo gritarás mi nombre para que te tome cada noche y te haga sentir el dolor del placer- le besa aquellos labios para acallarla pero en vez de hacer un beso intenso de pasión, clava sus colmillos en sus labios probando el vitae de ahí sintiendo aquel beso más intenso por el sabor de metal de la sangre, aquel sabor a hierro intenso mezclado con el éxtasis del momento.

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