Un Lienzo y una sandía (Anuar & Soren + 18)

Recuerdo del primer mensaje :

Y de repente se encontraba frente a la puerta de la galería de Anuar Dutuescu.

¿Como demonios había llegado a ese lugar? parecía como si todo lo anterior hubiera pasado en sueños, pues no era realmente consciente de que sus pies le habían traido a ese lugar, pero allí estaba, de pie, sin atreverse a tocar la añeja puerta de madera. El agrio sabor de la decepción aún se podía sentir en su boca, desde la última vez en que se habían visto en el circo. Recordaba que luego de alejarse del lugar había vagado por ahí sin rumbo fijo y de alguna manera había vuelto a su vida rutinaria normal, como si aquel momento compartido con Anuar no hubiese pasado nunca ¿Pero a quien quería engañar?, no había dejado de pensar en eso todo el maldito fin de semana, por más que intentaba distraerse en otras cosas, de alguna manera el mundo se encargaba de recordarle las últimas palabras del joven pintor.

¿Porque las cosas malas pesaban más que las cosas buenas? se encontró reflexionando, ¿porque era el desasociego y la desilución del final de la velada lo que había quedado fuertemente impresionado en su corazón como las láminas litográficas grabadas con solución de ácido nítrico y goma arábiga? No tenía la más remota idea por que una vez más no tenía una experiencia con la cual comparar aquello. Entonces ese hombre de apariencia humilde y pronunciado bigote, había llegado a la tienda con un cuadro debajo del brazo.

- Mi esposa se lo compró a un pintor Parisino - Había dicho el hombre, enseñándole el cuadro - Seguramente se conmovió por el jodido chico, pero estos son lujos que sólo los ricos pueden darse... ¿Cuanto cree que puede darme por él? - Antes de responderle, Soren parpadeó aturdido al notar la firma en el cuadro: Anuar Dutuescu.

Le había dado cien de los grandes al señor y este casi le había besado de la felicidad, ya no recordaba cuantas veces el hombre le había bendecido y todos los santos y virgenes que le había asegurado, le cuidarían el resto de sus días por su desmesurada generosidad. Lo único que Soren sabía era que, ese era el primer cuadro de Anuar que veía y no había forma de pagar por un pedazo de su corazón.

El cuadro en cuestión tenía a una solitaria figura recorriendo una calle, matices grises, marrones y negros predominaban en el fondo, mezclados entre pinceladas disparejas, con una clara influencia impresionista, acentuando así la sensación de vacio y melancolía. El hombre por el contrario, se veía más nitido, Soren acercó el cuadro a su cara hasta que su nariz casi tocó el lienzo y aspiró el olor de la pintura. Justo como pensaba, oleo en el fondo y una inusual conbinación de tinta litográfica para la figura, dandole así un contraste de textura gracias a los diferentes compuestos de ambas técnicas.

Y entonces pasaron otras dos noches en las que, se la pasó pensando en si sería buena idea ir o no a visitarle (ya que muy amablemente el hombre le había revelado la dirección de la galería) por un lado la curiosidad de ver más de esas creaciones lo impulsaban como crítico, como profesor y como artista amateur... pero por otro lado... Quería verlo.
Quería decirle... ¿Que le diría? No tenía idea. Lo único que sabía era que ahora se encontraba de pie frente a la puerta de la galería, tras 30 largos minutos, completamente paralizado y sin poder mover su mano para golpearla.

Maldita sea ¿Que demonios hacía allí de pie sin moverse con una enorme sandía verde debajo del brazo?.

¿Cómo sería saber todo lo que pasaba por la mente de Anuar? Ciertamente y como decia el joven debía ser algo desconcertante, Soren había concoido a muchas personas a lo largo de su vida, aunque a pocas se había tomado realmente la molestia de descubrir y dentro de las muchas cosas que había visto, estaba seguro de que Anuar era una de esas personas complejas que tenían mil cosas en la cabeza y que no sabías como decifrar. De hecho la costumbre del chico de hablar en acertijos, demostraba su teoría. Para empezar sus pensamientos debían estar en rumano, si los leyera seguro que no entendería nada.

- Creo que no saber que te espera más adelante es lo que lo hace emocionante, si pudiera saber todo de ti, lo que piensas y deseas fácilmente... creo que no me gustarías... tanto - Y ahí estaba de nuevo repitiéndole que le gustaba, creyó que sería más difícil de decir, pero se encontró que repetir un 'me gustas' no se le daba tan mal. Es más, le gustaba como se disolvían ambas palabras en su boca.

Entonces el comentario de Anuar una vez más lo tomó desprevenido... ¿Que demonios se suponía que quería decir con eso? ¿Que sentía calor por la cercanía de su cuerpo? Aunque eso no tenía sentido, considerando que la temperatura de Soren podría conservar leche sin agriarse por días como un refrigerador, ¿Entonces le estaba insinuando que se apartara y que lo dejara cambiarse de ropa? ¿O Quería quitarse la ropa? ¿Que se suponía que debía hacer o decir?.

Entonces recordó lo que una vez Erkki le había dicho cientos de años atrás cuando le enseñaba a controlar sus poderes "Soren, aunque un problema plantee diferentes posibilidades, la solución más obvia es generalmente la más eficaz" El consejo había sido parte de su entrenamiento de lucha, pero por lo que veía se aplicaba a todo en la vida. Si la respuesta más obvia era la más apropiada entonces...

- ¿Quieres que te haga sentir frío como la otra vez en el circo? - Le preguntó alejando su rostro del cuello del chico que previamente besaba, recordando que le había hecho sentir una brisa fresca en la piel - ¿O prefieres que parta la sandía? Para eso la traje... porque me dijeron que era buena para el calor -

(( haha Soren FAIL.))

Sonrio de medio lado pensando en sus palabras e intentando adecuarlas y acomodarlas en su cabeza esta vez de un modo coherente y correcto porque si se equivocaba otra vez llegaría a ser vergonzoso –entonces te divierte resolver acertijos- le cuestiono con tranquilidad porque toda su vida le habían dicho que era como un laberinto sin retornos ni señales aunque el sabia bien que era un libro abierto de aquellos que ya fuese por falta de interés o atención uno no lograba leer, por mas fácil que estuviesen sus oraciones y señalamientos parecían estar en una lengua muerta que nadie se esmeraba en conocer y que nadie sabia como para descifrarle de una.

-puedes partir la sandia si quieres- aseguro en voz baja besando rápidamente sus labios para empujarlo con delicadeza y poder salir de aquel lugar, necesitaba también cambiarse aquella voluminosa y gruesa camisa, se inco sobre el suelo sacando de debajo de la cama una caja que aparentaba estar cuidada, la habitación no era demasiado espaciosa y no gustaba de tener la ropa a la vista de modo que habia decidido acomodarla en cajas bajo la cama.

Se sento sobre el suelo con las piernas abiertas y la caja al centro de estas, parecía un niño rebuscando en algun baúl de juguetes su favorito aunque el buscaba solo una camisa de mangas cortas o una a la que pudiese cortárselas –te molesta si me desaparezco unos instantes- le cuestiono tomando una que ya anteriormente habia roto para que no tuviese mangas tan largas realmente no tenia mangas y tenia algunas manchas de pintura que por mas que intentase lavar nunca conseguía quitar, la habia usado en dadas ocasiones para pintar puesto que con el sofocante calor no lograba concentrarse.

Se levanto del suelo empujando la caja con el pie de regreso a su lugar andando hacia la única otra puerta de la habitación que no daba a la galería sino a un modesto baño, abrió la puerta y cerro detrás de el, ninguna de las puertas tenia seguro puesto que sentía que aquello le encerraba y no gustaba de sentirse atado, inclusive la principal tenia un pestillo que no habia usado nisiquiera aun sabiendo que aquellos hombres podían volver a buscarle.

Una vez dentro se quito la camisa con rapidez dejándola caer al suelo, suspirando ampliamente mientras habría la llave y dejaba correr una minima cantidad de agua, se humedeció el rostro mojando su flequillo y parte de su cabello al igual que su ahora descubierto torso, observando los grotescos golpes y colocándose la camisa que habia sacado de la caja con rapidez se pregunto entonces si habia algo en la habitación que Soren no debiese ver…suponía que ya nada debía esconder de el.

Entreabrio la puerta saliendo del baño con un peso menos de encima aunque ahora sus magullados codos eran visibles…era una lastima que cada que pretendía ayudar a alguien saliese su integridad física afectada –ustedes también sienten calor- le cuestiono al instante buscándole por la habitación hasta dar con el.

- No... claro que no, después de todo ambos somos hombres - Exclamó girándose hacía la sandía mientras el joven salía de la habitación a cambiarse la camisa. ¿Porque no se había cambiado dentro? Aquello se sentía un poco extraño, debía aceptar. En el pasado dos mujeres se habían desnudado con tanta facilidad para él que había dudado de que el pudor existiese. Para ellas el sexo había sido algo tan natrual y normal como la cena o las lluvias de primavera. Aceptaban sus cuerpos con consciencia de lo atractivas que eran, con una voluntad de hierro a la cual había sucumbido fácilmente.

Mientras partía la sandía no pudo evitar preguntarse, cuanto tiempo pasaría antes de que volvería a estar con una persona. En todo ese tiempo, no había sido sino hasta que había ido a Paris, que había conocido los placeres que podía otorgar el cuerpo desnudo de una mujer, todo había sido muy circustancial y sentía que, el contacto físico no debía limitarse sólo a eso, aquella ocación había tenido sexo como cualquier hombre, sin 'amor' de por medio, así que se preguntaba como sería, estar con una persona por la que sientes algo más especial que una simple atracción.

¿Llegaría a estar con Anuar en una situación así? El sólo hecho de imaginar a Anuar desnudo con él le hizo sonrojar tanto que sus mejillas hicieron competencia con el rojo del interior de la sandía. Y entonces como para completar la escena mental que el vampiro estaba teniendo en su cabeza, Anuar había entrado al cuarto, con una camiza sin mangas que dejaba apreciar sus brazos, con el flequillo húmedo y pegándosele a la frente, permitiendo que traviesas gotitas resbalaran por los costados de su cara.

Lo siguió con la mirada, quizás demasiado, como un perro callejero que vela carne en una caricería. Tragó saliva y se relamió los labios, si existía un dios allá arriba, seguro quería ponerle a prueba.

- Si... aunque no tanto por el clima - Responde a la pregunta, sintiendose realmente acalorado - Sentimos calor cuando... sentimos deseo....sexual - Explica, justo como en ese momento. Dios, seguro que Anuar ya lo habría notado, que verguenza...

Avanzo por la habitación dejando la camisa que se habia quitado en una esquina de la misma, girándose con tranquilidad hacia donde Soren estaba con los labios abiertos como para decir algo que acallo al ver su expresión, frunció el entrecejo un tanto desconcertado ¿Qué tanto le observaba? Carraspeo decidiendo no decir lo que anteriormente iba a manar de sus labios como cualquier comentario al aire iba a cuestionarle si ocurria algo cuando el hablo, sus parpados se abrieron un palmo mas de lo usual por la sorpresa de sus palabras.

Su mano derecha se dirigió a su brazo izquierdo pensando en que podia decirle o que debía hacer ¿debia explicarle? Si le explicaba debía contarle de su pasado, de Angelique mas precisamente y no se sentía con fuerzas de hacer aquello –lamento no poder ayudarte con eso- murmuro completamente apenado desviando la mirada hacia la sandia –no se tu pero…pese a que me gustas no me es suficiente- le indico andando hacia el, tomando un trozo de la sandia y dejándose caer sobre la cama mientras le quitaba algunas semillas con los dedos dándole una buena mordida que le obligo dejar sus boca en aquel lugar, succionando para no derramar después el liquido sobre si mismo dado que estaba bastante jugosa.

Penso, haciendo señas para que se sentase a su lado –no lo tomes como una negativa…no quiero que te vayas como en el circo- le pidió observándole con gesto suplicante, se habia sentido terriblemente mal después de aquello .

¿Tan transparente era? al parecer si, Anuar le había leído limpiamente la mente y no había necesitado de años de entrenamiento vampirico. Soren creía que no podría sentirse más avergonzado esa noche, pero cada minuto que pasaba cerca a Anuar se sentía más y más avergonzado. Escuchó las palabras de Anuar y se sintió más patético que nunca 'lamento no poder ayudarte con eso', sonaba como si, aquello fuera un favor que tuviera que hacerle por lástima.

De repente se sentía como un pervertido acosador gracias a las palabras de Anuar. Él había estado contemplando la posibilidad de ir más allá con el chico y para este no era suficiente. Se preguntó cuantos vampiros en la historia habrían fallado en seducir a un humano o humana. Soren debía encabezar la lista, si es que existía una lista y él no era el único. Definitivamente ese tipo de juegos de seducción y decir cosas sexys, no eran lo suyo.

Se sentó a un lado de él en la cama y le facinó verle comer la sandía. Había algo mágico en ver a un ser vivo comer, le atraía esa acción, quizás era porque él ya no podía y había dejado de hacerlo por mucho tiempo, de cualquier forma disfrutaba viendo los gestos de Anuar cuando comía, como se deleitaba con el sabor. La sandía parecía estár deliciosa. Que lástima que no pudiera probarla.

- No... estaba pensando en eso - Mintió observando el suelo de madera, vislumbrando una solitaria horimiga que se escondía en un agujero - Bueno...mmm si, la verdad es que si... te deseo... y eso... - Se llevó esta vez ambas manos a la cara ocultando su sonrojo, apoyando los codos en las rodillas - Pero... también se debe a que los vampiros... tenemos más líbido que los humanos, el sexo es... más ¿como decirlo? necesario para los de mi especie, yo la verdad he logrado sobrevivir mucho tiempo sin ello, porque... como podrás haber notado, no soy de los que disfrutan estar con la gente, así que he tenido pocas posibilidades de conocer a otras personas... pero conozco vampiros que tienen que follar cada noche... es como una necesidad o algo así, en realidad no lo entiendo muy bien, pero se que es más fuerte ese deseo en nosotros que en los humanos, supongo que la sangre tendrá algo que ver -

Le dio otro bocado a la sandia dejando que se desasiera dentro de sus labios por lo jugosa que estaba, llevo la semilla al borde de sus labios tomándola con el dedo índice y el pulgar y dejarla caer seguidamente sobre la palma de su mano, observándola unos instantes y tomando la mano de Soren para depositar en esta la semilla y besar rápidamente su mejilla, seria cuestión de el hacer o no que aquella diminuta floreciera o se quedase tal y como estaba y quizá ni el mismo comprendía en aquellos instantes el motivo de su acción pero aquella semilla no era una semilla era algo mas, algo mucho mas valioso.

-no tienes porque sentirte apenado Soren…yo también te…deseo- le dijo aunque aquello sonaba amas a una incógnita que una afirmación porque desear lo era la palabra que buscaba quería poseerlo, colarse bajo su piel y marcar algo mas que solo su cuerpo. Relamio sus labios pensando, no sentía ya tanto calor como antes pero aquellas palabras le producían una sensación sofocante y abrazadora.

Sintio un vuelco en su interior con aquellas palabras casi como si algo dentro de el se rompiese en mil pedazos y en otro trillar al tocar el suelo en una melodía trágica y melosa, se tiro sobre la cama de espaldas, observando el cielo raso y colocando el trozo de sandia medio mordido sobre su estomago –follar- repitió casi como si la palabra misma no lograse ser comprendida por su raciocinio porque las personas eran animales con razonamiento y si no razonaban ¿Qué quedaba?.

-yo no follo- por un segundo no relaciono lo que habia dicho con lo que se refería, sus mejillas se tiñeron de rojo y apretó los parpados con fuerza –quiero decir el dia que llegase a ocurrir, no seria solo eso no he decidido esperar este tiempo para solo follar- le explico intentando que aquello sonase poco mas educado entonces pensó en otra cosa y sintió que algo mas se rompia en su interior ¿eso significa que Soren era como aquellos otros vampiros? Se preguntaba con cuantas personas habia estado en su longevidad quería saber la curiosidad le carcomía pero no quería asi enterarse ¿y si le decía que si? ¿debia juzgarlo por lo que habia sido y no por lo que le habia mostrado? –puedes llamarme iluso inclusive sonara estúpido…pero…te sere franco- le indico volteándole a ver con el rubor bajando de a poco, le dio otra mordida a la sandia intentando refrescarse.

-creo firmemente que la lujuria no debe dar paso a la debilidad es decir…tener sexo solo por tener…que aberrante es eso, sere un soñador pero creo que uno no debe follar sino hacer suyo…- divergía su mirada en la habitación ¿pretendía acaso hacer a Soren suyo? Porque no desconocía ya el motivo, se sentía terriblemente mal de pensar que podría sucumbir ante la carne la noche siguiente con cualquier persona “si se va esque no es tuyo…¿Cómo lo seria? No lo era lógicamente y aun asi temia perder, perder algo que nisiquiera poseía” se sintió aturdido por unos instantes, mareado. Cubrio su rostro con sus brazos dejando la sandia a un lado.

Observó curiosamente como el chico depositaba una semilla de sandía en sus manos, la sintió húmeda y ligeramente pegajosa en la palma de su mano, acto seguido, Anuar le habia dicho que también lo deseaba. Soren abrió los ojos para dejar escapar una exclamación muda, no sabía porque, pero aunque se habían besado ya en varias ocaciones y era obvio que esos besos estaban cargados de pasión, le sorprendía escucharlo directamente en palabras. ¡Era deseado por alguien! ¡Podía ser el objeto de alguien! Y lo más importante, ese alguien no le deseaba por ser vampiro o por el poder de su sangre. Cada momento se convencía más de que Anuar, le deseaba por lo que era.

Anuar se había recostado en la cama y aunque parecía avergonzado por hablar de esos temas, Soren podía sentir que estaba más tranquilo, escuchó atento a sus palabras, eran tan... 'humanas'. Tan aferradas a ese sentimiento y a esos ideales románticos y cristalinos que sólo los mortales con vidas efímeras podían tener. El vampiro se dejó caer hacía atrás también quedando recostado en la cama, observando el techo, buscando formas imaginarias en los accidentes caprichosos de la madera.

- Cuando estaba vivo, mi hermano solía contarme sobre todas sus conquistas, me decía con todo lujo de detalles que había hecho en la cama con todas las condesas y doncellas que caían rendidas a sus pies - Comenzó a decir sin mirar a Anuar - Al principio me causaba curiosidad y morbo, yo era un adolescente humano y eso era normal, pero con el paso del tiempo comencé a darme cuenta de que para mi hermano, esas conquistas sexuales, eran como trofeos que afianzaban su masculinidad, le hacían sentir más hombre, más poderoso y me lo decía porque, sentía la necesidad de presumirlo para sentirse superior - Soren meneó la cabeza recordando a su hermano sin dejar de observar el techo - Con el tiempo, comencé a odiar que me dijera esas cosas y excusé mi falta de habilidad para conquistar a una mujer y llevármela a la cama, bajo la idea de que el sexo era algo aberrante pecaminoso, pero en realidad eran cosas que sentía por mi hermano -

Tomó la semilla que le había dado Anuar y la acercó a sus ojos para observarla mejor, luego se la guardó en el bolsillo de la camiza abierta y volvió a fijar su vista en el techo.

- Cuando me volví vampiro, adquirí muchos poderes gracias a la sangre, uno de ellos es el poder de persuación o seducción, para nosotros es... relativamente fácil llevár a alguien a nuestra cama... ya viste lo que puedo hacer con tus sentidos cuando estabamos en el circo, aparte de ese, aún hay más trucos - Explica con una media sonrisa y luego gira su rostro hacía Anuar - He vivido 291 años en completa soledad, porque así lo he escogido, porque cada que sentía la 'nececidad' de follar y me controlaba, sentía que ganaba una batalla sobre mi hermano - Deja escapar una risita corta - Patético....¿verdad? Sólo he estado con dos mujeres humanas en todo este tiempo y ha ocurrido aquí en Paris, hace un buen tiempo ya... quizás sentía demasiada curiosidad o quizás intentaba demostrarme algo a mi mismo... no lo se -

Se quedó en silencio como perdiendose en recuerdos, se había excitado por supuesto, su cuerpo había reaccionado a los estimulos, pero su mente no había dejado de pensar, no hubo una conexión de mente y cuerpo en esos actos. ¿Lograría esa conexión con Anuar? se preguntó y si no lo lograba...¿Que tipo de mosntruo insensible era?

Escucho atentamente sus palabras aunque si voltear a verlo sencillamente captando lo que de sus labios escapaba, razonándolo y dándole una elocuencia o falta de en su mente para comprender, zonaba fácil de comprender que alguien tuviese que pavonear sus conquistas para sentirse bien suponía que la mayoría de las personas no estaban conformes con tener logros sino que debían hacerlos evidentes porque si no se sentía envidia aveces era como si no existiese tal merito y aunque a su parecer era ilógico y una perdida de tiempo igual lo comprendía y decidía no llevar a cabo.

Tenia entonces razones las acciones realizadas hoy en dia no eran sino reflejo de algo ocurrido antaño, la diferencia era que Soren se atrevía a contarle aquellas intimidades de las cuales el aun no se armaba de valor para decir –comprendo- murmuro sencillamente para que no pensase que el sueño le habia vencido o sus palabras pasaban sordas a sus oídos, la cuestión era que no sabia como contestarle aquello y quedarse callado jamás era una opción.

Observo como guardaba la semilla y no pudo evitar sonreir de medio lado –pero te fue difícil hacerme sentir aquello ¿has intentando seducir a alguien de esa forma?- le cuestiono observando el techo de diversos tonos, todo en aquel lugar parecía no guardar ninguna armonía y al mismo tiempo ser una tangible muestra del arte –no creo que sea patético es realmente comprensible…- aseguro girando su rostro para poder verle y como comprendía se sentía tranquilo.

Apoyo su mejilla sobre sobre el hombro del vampiro colocando una mano sobre su cintura y acercándose a el aunque mas parecía querer acurrucarse, cerro los parpados suspirando ampliamente porque posiblemente si no le hubiese dicho aquello temería aun de lo que no conocía -¿y lograste saciar tu curiosidad o demostrarte aquello que querías?- le cuestiono por lo bajo rozando con la punta de su nariz la clavícula de Soren su camisa desabotonada le dejaba bastante camino.

Que hubiese estado solo con dos mujeres en 291 años le tranquilizaba porque ni en el mejor de los casos hubiese creido que Soren seguía siendo virgen como el mismo podia serlo pero el tenia escasos 21 que no eran comparables con los situaciones y necesidades que Soren debió haber sentido porque el mismo lo habia dicho el libido de los vampiros era mayor, que tanto lo desconocía, el mismo quien jamás habia caído ante los placeres de la carne se sentía ahora tentado y perturbado de sus propios pensamientos pero sabia bien que uno no era lo que pensaba aunque las acciones que quería llevar acabo eran las que reprimía ¿y si habia logrado experimentar cosas con mujeres y ahora lo planeaba con un hombre? Negó para sus adentro apretando los parpados, pesimista cuando no debía.

- Eh usado este poder infinidades de veces - Aceptó, recordando todas las situaciones peligrosas de las que se libró por poder manipular las sensaciones de las víctimas - Las personas son superticiosas y atacan lo que no entienden, por eso hacerles ver, oir o sentir cosas que no existen, es una arma muy poderosa y te libra de problemas o peligros - Se giró entonces para enfrentar el rostro de Anuar - Pero si lo que quieres saber es si, eh tomado ventaja de mis habilidades para llevarme a alguien a la cama... la respuesta es no -Deja escapar un suspiro - Fueron ellas las que me sedujeron a mi... cuando reaccioné ya estaba atrapado sin salida y bajo su control... -

Aquello no era algo fácil de reconocer, porque él era el vampiro, el depredador, el victimario y no la víctima inocente. Él tenía el poder y la fuerza suficiente para doblegar la voluntad de cualquier persona, así que reconocer que en esas dos únicas ocaciones en las que había estado con dos mujeres, haber sido dominado y sometido por ellas, era vergonzoso. Pero cuando hablaba con Anuar, de alguna forma sentía que, estaba bien decir esas cosas, sentía que pasara lo que pasara el chico no se reiría o burlaría de él.

Comenzaba a calmarse o eso creía, cuando el humano se había acercado a él de nuevo, su mano se había posado en su cintura enviándole una corriénte eléctrica por la columna y el olor de su piel y su sangre le llego de llenó a las fosas nasales cuando este había puesto su cabeza en su hombro. El deseo se volvió a manifestar como un fuego irrefrenable que se hubiera avivado en su interior. Tragó saliva un par de veces antes de responder.

- Sacié mi curiosidad... - Aceptó con la voz un tanto entrecortada - Ahora se... lo que... se siente... estár con una mujer - Explica cerrándo los ojos, intentando calmarse, intentando enviar la orden a su cerebro, para dejar de sentir ese deseo de saltar sobre Anuar y besarlo - También me... demostre algo...a mi mismo - Agrega respirando profundo - Que... soy débil después de todo... -

Giró su rostro lentamente y sintió el cabello rojizo de Anuar acariciándole la mejilla, lo dudó unos segundos y su brazo izquierdo rodeó la espalda del joven atrayéndolo así en un abrazo. Hundió la nariz en el cabello de Anuar, perdiendose en su aroma y textura, cerró los ojos y se quedó allí unos segundos, como si estuviera inalando algun tipo de droga.

- Con un hombre... nunca - Murmura aún con los labios entre el cabello de Anuar - Dios me perdone por ello... pero nunca había deseado tanto a una persona en toda mi vida... no se como he sido capaz de controlarme hasta ahora -

Suspiro como si no supiese que las personas mofaban lo diferente relevándolo y haciéndolo menos, lo sabia en carne propia y pese a que tiempo atrás se habia acostumbrado ya seguía creyendo algunos cobraban las deudas de toda una sociedad insuficiente –como con el hombre del machete- murmuro como un comentario al aire y mas para si que para Soren porque recordaba como se habia detenido y girado como si algo o alguien se le hubiese aparecido por obra del mismo Satanás como si un espectro de ultratumba le susurrara cosas al oído incitándolo a salir huyendo pobre era aquel hombre que no sabia que a quienes debía temer deambulaban en los mismos espacios que el de forma corpórea.

Intento razonar sus palabras si en dos ocasiones le habia ocurrido ¿Por qué debía creer que de encontrar una tercera tendría la fuerza de contenerse? Porque no dudaba que las oportunidades le atormentaría y que posiblemente aquellas dos jóvenes lo harian por segunda ocasión ¿Qué era aquello que se revolvía en su interior? Celos, debía ser una mala broma jugada por su cuerpo, el quien jamás habia llegado a sentir nada por nadie sentía ahora…¿celos? Seguramente se trataba de algo mas “si seguramente”.

Le dejo que lo atrajese contra si sin quitar el rostro de donde estaba, sintiendo un suave cosquilleo por los labios y nariz del vampiro pero no comprendía aun sus palabras y esque el jamás habia tenido la necesidad de masturbarse ni de fantasear con ninguna mujer u hombre no negaba que algunas ocasiones las acciones realizadas por otros le movían un algo en su interior para jamás al grado de verse ruborizado, siempre guardando la calma con aquella indiferencia que terminaba alejando a algunos y fascinando a otros tantos que a fin de cuentas terminaban yéndose.

Alzo su rostro para poder verle, una parte de el le decía que se dejase de estupideces que le besara y terminase con aquel arranque que su interior quería comenzar que por un momento no pensara y que se dejase llevar por lo que el cuerpo pedia pero escuchaba entonces aquel lado racional el que contenía sus miedos y expectativas -¿y cuanto mas serás capaz de controlarte?- le cuestiono observándole, curioso de su respuesta.

El silencio de Anuar lo hacía sentir nervioso, no sabía que estaba pensando, por todas sus evasivas y rodeos, Soren ya se hacía a la idea de que algo en su pasado, quizás una mala experiencia, había hecho que el chico desconfiara y eludiera el contacto físico. Porque era imposible creer que un chico con ese rostro varonil tan agraciado y con tanta sensibilidad, pudiera no haber sido el cadidato perfecto para muchas chicas. Cualquiera se enamoraría de él y no creía que para Anuar resultara dificil llevarse a una chica a su lecho. Pero era virgen y lo sabía gracias a su sangre, desde el momento en que la había probado, supo que algo tan exquicito y embriagador no podía ser otra cosa que la sangre de un virgen.

Él nunca había bebido de una persona 'pura' antes, porque siempre bebía de personas a las que no conocía y con las que luego no tuviera ningún tipo de remordimiento de consciencia. Pero luego de probar a Anuar, sentía como si, no pudiera probar otra cosa, como si los otros tipos de sangre fueran simples brebajes comparados al dulce sabor de la suya.

Deja de pensar en su sangre maldición. Suficiente problema tenemos ya intentando controlar la tentación y le deseo de tocarlo...

-¿y cuanto mas serás capaz de controlarte?-

Soren bajó con el rostro y presionó su frente contra la de él, sintiendo la respiración calida del humano hacerle cosquillas en la nariz, observando sus ojos dorados como el mismisimo astro rey.

- ¿Co...mo esperas que lo sepa? - Le reclamó con voz entrecortada -. Es tu culpa que me sienta así.. - Agregó con una voz que pareció más bien un ruego - Que me sienta inquieto y nervioso todo el tiempo cuando estoy cerca de ti...que desee besarte a cada momento... que no pueda dejar de pensar en tu sabor... es tu culpa - Susurró por última vez antes presionar sus labios contra los de él y besarlo con fiereza.

Sintio en su frente su tacto no frio como antes lo era parecido al mármol sino cálido no comparable con su propia temperatura que se elevaba a un ritmo casi alarmante mas usual en los humanos, pero tampoco con la que el vampiro normalmente poseía. Fijo su mirada en la ajena, en aquellos mares que le arrastraban como un oleaje embravecido y le llevaban a la nada misma, a un abismo de pasiones insensatas a un lugar del cual salía con dificultad y presura, porque de no ser asi temia perderse completamente en ellos ademas aquellos ojos parecían poder hacerle hablar de mas, hacerle hacer cosas con las que nunca antes hubiese pensado, le incitaba a acercarse.

Bajo la mirada al escuchar el tono que tenia su voz casi como si le reclamase ¿lo estaba haciendo? No lo sabia ni tampoco quería asi hacerlo, preguntarle no era una opción en esos momentos. Abrió los labios para contestar a aquellas acusaciones contra su persona sabia que tenia algo de culpa pero no era el único, sintió que Soren aprisionaba sus labios cuando intento responder quitándole todo amago de hacerlo. Enredo sus manos en su cabello profundizando el beso mientras se colocaba sobre el, tenia que controlase en verdad debía porque los arranques eran cada vez mayores y cada vez sentía menos deseos de reprimirlos, las voces se callaban cediendo a lo que su cuerpo pedia y lo que su ser comenzaba a clamar.

-y me hago responsable de todo eso- murmuro sonriendo de medio lado al tiempo que besaba su mejilla en un errático camino hacia su oído mantenía su cuerpo semi levantado para no recaer completamente sobre Soren dado que conocía lo que la cercanía podia hacer ocurrir aunque suponía que no era el único factor pero si el mas sobresaliente. Una de sus rodillas se mantenia apoyada sobre la cama de forma que gran parte de su cuerpo estaba sobre el de Soren mas no asi en su totalidad suponia que su peso no seria inconveniente por la fuerza que el habia demostrado poseer y sin embargo era extraño pensar en ello.

Debía recordar lo que Anuar había dicho, sus palabras habían quedado grabadas claramente en su mente, había dicho que no era 'suficiente' y que él no follaba, que la lujuria no debía dar paso a la debilidad y... ya no recordaba que más, no podía pensar en un momento así, no podía hilar pensamientos coherentes cuando la lengua de Anuar jugueteaba traviesa dentro de su boca. El humano lo provocaba, consciente o inconscientemente, pero lo provocaba con cada una de sus acciones, ahora montándose sobre él, pero al mismo tiempo con palabras le daba a entender que no quería hacerlo.

Soren tenía miedo a hacer entonces algo que estuviera mal y que le hiciera enojar. No quería cometer otro error como el de haberle ofrecido su sangre, no quería escuchar otra negativa, se sentía extraño, como atrapado en una habitación muy pequeña, cuyas paredes se achicaban cada vez más. Besarle se volvía algo doloroso, porque con cada minuto que pasaba, se sentía más duro y la tela del pantalón le apretaba molestamente y no estaba bien desearlo tanto cuando sabía que no lo podía tener, estaba mal pensar en su sangre constantemente como un maldito adicto al opio.

- No... puedo soportarlo - Aceptó finalmente cortando el beso, tomando al chico por los hombros en un movimiento decidido, más bien un arranque rápido - Si me quedo un minuto más aquí... no seré capaz de controlarme... yo... lo siento - Murmura sentándose en la cama.

Debía salir de allí, correr por los techos un buen rato, dejar que la brisa otoñal le bajara la temperatura del cuerpo y que con las horas, su cuerpo dejara de comportarse de esa manera extraña. Quizás lo que necesitaba era beber, así por lo menos satisfacería algo de ese deseo, aunque sabía que era una mentira que se estaba diciendo así mismo. No estaría completamente satisfecho hasta volver a probar la sangre de Anuar.

Permitió que le hiciera a un lado quedándose sobre la cama observando el techo era tonto en verdad que lo era ¿Por qué no podia mantener una coherencia entre lo que decía y quería? Porque lo deseaba, en verdad sentía que cada que lo besaba y acariciaba algo en su interior se revolvía porque como ya antes se habia demostrado era débil ante Soren ¿Qué no le pasaba? ¿un me gustas no era suficiente?¿un te deseo? Porque el sabia y bien sabia que no seria solo follar ¿pero lo seria para Soren? En verdad creía que la decisión no era suya no asi en su totalidad porque el actuaria conforme Soren dijese.

-no tienes porque disculparte- murmuro a fin de cuentas sin voltear a verle observando el cielo raso y divergiendo en sus propios pensamientos, pensando en lo tonto que era por tenerlo ahí junto a el y no ser capaz de retractar sus anteriores palabras y sencillamente besarlo y dejar que llegase hasta donde debiese llegar era débil si, mas de lo que podría esperar y era culpa de Soren no…era su culpa por no darse los placeres que quería, por no lograr superar sus miedos, si era su culpa y temia admitirlo.

Se sento encorvando cansadamente la espalda mientras suspira profundamente con tanta fuerza como sus pulmones se lo permitían –si deseas irte puedes hacerlo- aseguro recordando aquella vez del circo no habia sido agradable y esta vez como en aquella ocasión sentía aquella aberrable culpa azorando su cabeza –pero si quieres quedarte no te correré…lamento confundirte o hacerte sentir…tentado- le indico bajando la mirada con gesto casi sumiso.

Apreto los parpados con fuerza sintiendo que la mejilla moretoneada le palpitaba pidiéndole relajara sus facciones, debía decirlo todo sin pensarlo o jamás lo haría –te iusbec significa te quiero- le dijo de forma rápida y sin aliento porque te quiero no significa te amo ni mucho menos le encadenaba a el no por lo menos desde su punto de vista –te lo dije yo no quiero solo follar ni que alla besos vacios ni caricias lujuriosas pero para mi no es solo sexo y…nose que sea para ti…lo lamento- murmuro comenzando a sentir el rubor en sus mejillas porque estaba seguro que Soren saldría corriendo, un vampiro que jamás habia tenido a nadie en su eternidad porque gustaba de la soledad a quien de repente alguien le dijese que quería…”estúpido Anuar estúpido”, el flequillo cubria gran parte de su rostro y su mirada fija en el suelo manchado de madera lucia decepcionada.

- Si... será mejor que me valla - Murmuró al escucharle hablar y se puso de pie, buscando con la mirada su chaleco y encontrándolo en el suelo por ahí, se agachó para recogerlo y comenzó a abotonarse la camiza. Entonces las palabras de Anuar lo dejaron frío. Todo a su alrededor pareció detenerse y la voz de Anuar continuó haciéndo éco en su mente. Un momento... ¿Le quería?. El chaleco se le resbaló de las manos y fue a dar al suelo otra vez, se giró con una expresión extraña, una mezcla de terror y sorpresa.

Anuar le quería... joder. ¿Y ahora que se suponía que debía hacer? ¿Que tenía que decir a continuación? Nunca había estado en una situación similar, nunca nadie se le había declarado, no tenía ni idea de lo que debía decir como respuesta y eran demasiadas cosas revolviendose en su interior, como si alguien hubiera abierto una puerta dentro de él dejando escapar una pandada de cuervos asustados en su pecho. Anuar no quería dejárse llevar, porque se lo estaba tomando completamente en serio.

Trago saliva aún en medio de su shock. Sin entender porqué recordó la última vez que había visto a su hermana, el día de su boda, recordó como odió infinitamente ese vestido blanco que la hacía ver tan hermosa y al maldito conde que se la había arrebatado, llevándosela a vivir a otro castillo.

El amor era malo. Traía dolor a la gente, querer a otros sólo significaba sufrimiento ante la posibilidad de que pudieras perderlos. Querer... daba tanto miedo.

Dios mio... ¿Que debo hacer ahora?...

Y entonces se encontró regresando sobre sus pasos hasta la cama, agachándose hasta quedar a la altura de Anuar que seguía sentado, se encontró tomándole de las manos y antes de que pudiera tan si quiera procesar lo que estaba pensando, se encontró diciéndole: - Anuar... Yo nunca he tenido una novia... no se muy bien como debería ser... pero... quisiera que fueras sólamente mio... quiero ir en serio contigo ¿Quieres ser mi pareja?... -

Sus ojos se abrieron desmesuradamente mientras le observaba ¿le estaba tomando el pelo? No podia creer lo que sus oídos escuchaban y el como su cuerpo habia reaccionado, el corazón se le habia frenado unos segundos y la sangre se le habia helado erizándole el bello un segundo que habia parecido una eternidad y un instantes después se habia acelerado de 0 a 1 millon, sus mejillas adquirieron un rojo intenso como el de cualquier tomate maduro apretando las manos del vampiro no sabia porque pero aquella escena le parecía algo ironica ¿no eran los dos hombres? Y porque estaba Soren arrodillado frente a el…sonrio de medio lado llevando sus manos a sus mejillas para tirar suavemente de su rostro hacia el, besándolo con delicadeza con un movimiento solo de labios.

-doscientos noventa y un años y sere tu primer pareja…si estas seguro seria un placer- aseguro besando la punta de su nariz mientras tiraba de el para levantarlo, no quería verlo hay incado frente a el era demasiado…extraño ademas ambos eran iguales podría bien ser el quien le hubiese dicho aquello mas no…era asi de tonto para haber decidido callar. Penso unos instantes segundos atrás habia dicho que seria mejor irse no estaba seguro si quería que lo hiciera pero lo habia dicho ya podia quedarse o irse el no lo correría ni aquella ni ninguna otra noche o por lo menos eso quería suponer.

-aun quieres irte- le cuestiono en voz baja observándole con fijeza mas no como si atravesara su cuerpo sino mirándole con detenimiento recordando cada facción y marca de su rostro, quería tumbarse sobre el y abrazarlo, quedarse de aquella manera tanto como la noche se los permitiese porque sabia que debía irse antes de la salida del sol ¿Cuánto faltaría para aquello? Esperaba que no demasiado poco.

Sintió como el alma le regresaba al cuerpo con la respuesta de Anuar, por unos instantes había creído que se negaría y le rechazaría deliberadamente como había hecho con su sangre. Lo había dicho sin pensar, pero ahora que lo pensaba no le parecía tan mala idea.

- Estoy tan asustado... que no te imaginas - Exclamó con honestidad, con una sonrisa en el rostro luego de recibir ese beso en la nariz. Anuar no lo sabía, pero hacía mucho tiempo, el único beso que Anatole le había dado en todo el tiempo que compartieron juntos, había sido justamente en la punta de su nariz, una tarde en la que habían ido al bosque, estaban en invierno y los campos lucían blancos y puros hasta donde se alcanzaba a ver, si existía el cielo del cual hablaba la Biblia, debía ser un lugar así de blanco.

- No se como hacer esto... - Acepta y traga saliva, sintiéndose aliviado aunque seguía deseándolo con esa pasión malsana y realmente le estaba costando controlarse - No es que quiera irme... es que.. TENGO que irme - Agrega, observando el suelo nervioso, deseando con todas sus fuerzas que Anuar no notase el evidente bulto en sus pantalones - No bromeo cuando te digo que si me quedo en este cuarto no podré controlarme... debo... tomar un poco de aire y... beber un poco -

Traga saliva una vez más y no aguanta la tentación de volver a besar a Anuar, de un momento a otro, lo lanza contra la cama y lo acorrala quedando sobre él, mordiéndole el labio, dejando escapar un suave gemido, bajando en besos por su cuello, sintiendo la vena principal palpitar con la fluido de la sangre, deseando incar sus colmillos en esa deliciosa y tersa piel, frotándose descarádamente contra el cuerpo de él. - Esto es peligroso...hnn...-

Sonrio de medio lado pensando el no tenia ni la mas remota idea de que debía hacer no sabia mas de lo que habia leído en los libros, aquellos en que describían tan gráficamente todo y que le hacia imaginarse aquellas relaciones pero nisiquiera habia descubierto los placeres que el mismo podia darse por lo que todo lo que Soren hiciese seria nuevo para el y por ende no sabia como debía tratar o que debía hacer con el.

-aprenderemos entonces- murmuro seguro de aquello porque el no temia equivocarse mientras Soren no planease recriminarle por ello –no bromeo cuando te digo que si deseas puedes quedarte…- aseguro intentando hacerle sentirse un poco mas confiado con respecto a el mismo, si le habia pedido que fuesen algo mas que solo conocidos o amigos era porque ciertamente lo apreciaba ¿cierto?.

Cayo de espaldas sobre la cama con Soren encima de el acorralándole, sintió como jugaba con su labio inferior el dolor habia caído en un segundo plano por el placer que aquello le hacia sentir, uno que en cualquier otro momento le parecería insano y aberrante, sintió sus labios sobre su cuello y sus palabras suponiendo a que se refería, coloco sus manos sobre sus mejillas tirando con suavidad aunque firmeza de ellas para acercarlas a su rostro nuevamente y ocupar sus labios con los propios y que no tuviese tanta tentación de incar nuevamente sus colmillos sobre su cuello porque no negaba que era habia sido una sensación de ruin placer pero lo habia hecho para que Soren estuviese mejor ¿era egoísta aquello? Suspiro ampliamente.

Gimio por el constante roce de sus cuerpos sintiendo como el pantalón se estrechaba y percatándose no por la visión de la excitación del vampiro no sabia que hacer ¿Qué debía hacer?, su cuerpo actuo no por racionamiento sino por instinto, acoplándose a los movimientos de Soren mientras comenzaba a respirar agitadamente reprimiendo los ruidos profesados por sus labios contra los del vampiro.

Aprender juntos ¿eh?. Si, aquello sonaba bien. De esa manera cualqueir equivocación o estupidez que hiciera no sería del todo su culpa, o al menos tendría una buena excusa para justificarse. Anuar lo había alejado de su cuello para volverle a besar una clara señal de que no deseaba ser mordido. Aunque el chico nunca se hubiera quejado de ello y se hubiera mostrado bastante comprensivo al respecto, Soren no podía dejar de pensar en que ese acto pudiera resultar repulsivo y asqueroso para Anuar.

Pero sólo Dios sabía cuanto deseaba probar esa sangre de nuevo.
Como deseaba sentir la escencia de Anuar en su boca, tragarsela para que se convirtiera en parte de él. Aquello era algo que el joven pintor nunca entendería, porque no era vampiro y nunca podría comprender lo que se sentía al beber y en como la sed les transformaba y dominaba como a unas bestias.

Sus manos se sumergieron bajo la camiza de Anuar, recorriendo el pecho y estomago de él, dibujando esa piel que esperaba ser tersa, sin embargo encontrandose con la textura de las cicatrices y la piel magullada. Maldita sea. Frunció el entrecejo sin poder evitar pensar en quien y como le habían hecho esas heridas, pero continuó acariciándole evitando rozar con sus dedos las partes laceradas para que no se sintiera incómodo, bordeando ese cuerpo jamás tocado por nadie.

La respiración de Anuar agitada e irregular, sólo logró excitarlo más y en un movimiento inconsciente mordió el labio inferior de Anuar, no lo suficientemente duro como para hacerlo sangrar de haber estado normal, pero no lo estaba y las heridas causadas días atrás por ese lobo o por lo que fuera, se abrieron fácilmente con la presión y la sangre, la deliciosa y dulce sangre de Anuar brotó de ellos como un manjar de los dioses.

Cuando la sangre rozó la lengua de Soren, las manos de este se aferráron al pecho y espalda del chico como un par de garras, como si de soltarlo fuera a perderse en un abismo infinito del cual nunca jamás pudiera salir. Las pupilas de sus ojos se expandieron considerablemente y con toda la fuerza de voluntad que le quedaba, el vampiro logró separar su rostro unos centimetros sólo para dejar escapar un - ¡Oh Dios...! - Con una voz tan desesperada y agónica como la de un reo condenado a morir.

Cerro los parpados con fuerza bajando sus manos hasta sus costado, introduciendo sus manos bajo la tela de la camisa y acariciando primer dudoso su torso para comenzar a subir sus manos estrechándose contra el, sintiendo como los dedos del vampiro bordeaban las heridas aquellas que se habia aferrado tanto en no mostrar y ahora eran visibles no por la visión sino por el tacto, que estúpido se sentía aunque sabia bien que habia sido por una buena causa y no dudaría de repetir la acción aunque las consecuencias le dejasen el doble de mal herido.

-ah…- gimio esta vez de dolor, al sentir como sus manos se afianzaban con aquella determinación y fuerza de su cuerpo abrió los parpados sintiendo como la sangre corria débilmente de su labios obligándolo a el mismo a probarla, aquel sabor metálico y salado no le agradaba en lo absoluto no comprendía como Soren podia desearlo tanto. Su rostro colorado quedo sobre la cama observándole con una sonrisa de medio lado, no lo culpaba ni le reprocharía nada porque suponía y no asi conocía el esfuerzo que debía estar haciendo por no beber de el, de no colarse bajo su piel.

-hey…tranquilo- murmuro quitando una de sus manos del abdomen de Soren para limpiarse el labio, observo la sangre sobre su dedo índice limpiándola contra su propia camisa y creyendo por un instante ser la peor persona sobre la faz de la tierra ¿Cómo podia tentarle asi y nisiquiera reparar en ello? –Soren no te preocupes- le pidió sin moverse de donde estaba comenzando a sentir un inusual dolor causado por el pantalón, se removió en su lugar aun bajo el vampiro frunciendo el ceño para reprimir el suave gemido.

Relamió sus labios borrando la sangre de estos observándolo con devoción no deseaba que algo como aquello fuese a inducirle a irse porque no habia sido su culpa y pese a el haber intentado evitar algo parecido era inevitable teniendo en cuenta lo frágil que era su cuerpo en aquellos instantes, su respiración era pronunciada y el calor de su cuerpo considerable, relamió nuevamente sus labios mordiendo ahora con suavidad el labio inferior de Soren.