En busca de empleo [Privado]

por **Fabrice Laurent** Dom Jul 28, 2013 4:37 pm

Esa mañana Fabrice había salido sumamente animado de su hogar. No le había importado en lo más mínimo que su familia le gritara, que le llamaran inútil o le dijeran que lo mejor sería que no existiera. Ese día nada perturbaría su cometido… después de todo había descubierto que no era tan inútil como los demás lo creían, ¿Por qué? pues por el simple motivo de que después de haber estado vagando en busca de trabajo por varias semanas, finalmente ante él se encontraba una oportunidad de oro.

Con cuidado saco de su bolsillo la nota que aquella amable mujer que le ofreció trabajo le había entregado. En ese pequeño trozo algo arrugado ya por las veces que le había contemplado, estaba la forma de llegar a la casa de la mujer.
Con letra fina y hermosa indicaba Mansión Stratowski además de algunas notas que le servirían de referencia para llegar hasta el lugar. En otra circunstancia el joven les habría mostrado a todos la nota y hubiera dicho que estaba a punto de conseguir empleo, pero no era el momento adecuado para eso; conocía a su familia y si ellos sabían que para quien probablemente trabajaría era alguien sumamente rico no le habrían permitido ir, terminando alguno de ellos por asistir en su lugar.

Su familia era demasiado ambiciosa, pero él afortunadamente no lo era… solo buscaba hacerlos felices y lograr ser parte de ellos.
- Bien, esta es la oportunidad que estabas esperando. Es el momento de dejar de ser tan hablador y comportarte como los demás esperan… la señorita… debe ser alguien rica y no puedes darte el lujo de avergonzarla así que comportare como se debe - gran parte del camino hasta el lugar que buscaba hablo consigo mismo, parecía que esa costumbre suya jamás se le quitaría, pero que más podía hacer si él mismo era el único que se permitía escucharle.

Después de andar un rato entre casas que nunca en su vida pensó visitar, se topo con una que orgullosa anunciaba el nombre que traía en el papel y sonrío dandose ánimos para enfrentar lo que venía. Se esforzaría tanto como pudiera y entonces… tendría un trabajo como nadie de su familia lo había tenido antes y haría todo bien.

Observando al interior pudo notar como alguien se acercaba mirando de manera desconfiada y estirando el trozo de papel agacho la mirada.
- Busco a la señorita Lenneth… me pidió que viniera - tragó saliva y simplemente se quedo ahí, esperando que le dieran la oportunidad de entrar o le corrieran del lugar.

por **Lenneth P. Stratowski** Lun Jul 29, 2013 9:39 am

Gregory miraba con desconfianza al muchacho que estiraba el brazo haciendole entrega de un papel arrugado con la direccion de la mansión. Seguía mirándolo fijamente con el ceño fruncido y el traje de mayordomo que llevaba puesto casi fue arrugado cuando estiro el brazo para tomar el papelito, vio el papel y reconocio la caligrafia de su condesa, entonces dio un capón en el cabello del joven con el gesto aun ceñudo - Sígame....-Dijo con cierta sequedad en el que fue acompañando sus pasos hacia el interior de la mansión. El mayordomo entonces se dirigio procurando que el muchacho le siguiera hacia dentro de la mansion, se dirigio hacia la condesa que estaba leyendo tranquilamente al lado de la chimenea, cuando esta levantó la mirada con una dulce sonrisa el mayordomo solamente dulcifico la mirada.

-Madame Stratowski...en la entrada hay alguien que parece conoceros...-Dijo Gregory con buen tono, aun inclinado para hacer una reverencia.
-Gregory, por favor, hazle pasar...-Susurro mientras cerraba el libro para poder atender a aquel que hubiera llegado en ese momento. Entonces, vio al mayordomo sonreir de nuevo y volver a hacer otra reverencia, salio del salón caminando hacia la entrada para ver al muchacho que parecia esperar-....Uhm..Ya puede pasar al salón, Monsieur...-dijo el mayordomo lentamente haciendo un gesto con el brazo en dirección hacia el salón, hacia donde se supone que tendría que estar la condesa.

Era una mañana que al principio había aparecido sin nubes, pero conforme iban pasando las horas, el paisaje parecía que iba oscureciendose, parecia que iba cubriendose con nubes extrañas de distintas tonalidades de gris o de un tono oscuro que no auguraban nada. Se estremecio al pensar en él, teniendola entre sus piernas, pero tendría que esperar a la noche, aún eran las once de la mañana y el día era bien largo. Susana trajo entonces el té con pastas, dos tazas al parecer se enteró de que tenían otro invitado, muy previsora era su doncella que en cuanto dejó la bandeja sobre la mesa y fue colocando todo, Lenneth tan solo le ordenó que comenzara con la comida y de un momento a otro vio a Gregory con el muchacho detrás.

Ella solamente sonrió, sin levantarse del sofá en el que estaba sentada. Parecia que estaba en perfecto estado, pero estaba enferma. Gracias a dios a los kilos de maquillaje que llevaba sobre su cara no se veian las imperfecciones. Tomó el pañuelo solamente por precaución y porque se sentia asi de segura con el pañuelo entre sus manos.

-Bienvenido Joven...¿En que puedo ayudaros? -De algún modo, le sonaba familiar, pero no podria localizarle.

por **Fabrice Laurent** Sáb Ago 10, 2013 12:03 am

Levanto un poco la mirada cuando el papel abandono sus manos, esperaba una respuesta pero algo en la mirada y el porte del hombre le decía que le sería imposible ingresar en aquella casa. Se sintió mal consigo mismo por haber pensado en que sería capaz de conseguir un trabajo decente por su cuenta, más al escuchar la palabra que aquel mayordomo pronunciaba una amplia sonrisa apareció en su rostro.

Camino detrás del mayordomo sonriendo a más a cada paso que daba; le parecía parte de un sueño poder trabajar en una casa así e incluso si no le daban el trabajo ya se sentía satisfecho por pisar semejante lugar. Aquel lugar era más grande del que alguna vez se hubiese podido imaginar, con decoraciones por un lado y otro; mesillas y flores por aquí y otras cuantas por allá.
Resultaba fascinante para alguien como él ver las cosas que el dinero podía conseguir, y aunque realmente no le interesaban riquezas para si mismo, deseaba poder hacer feliz a su familia y abrirse finalmente un lugar que le diera tanto respeto como aprecio por parte de todos ellos.

Se detuvo justo detrás del mayordomo al verlo parado y aunque intentaba lucir lo más serio posible al escuchar la voz de la amable mujer que le ofreció en primer lugar aquel trabajo se movió para ver si era capaz de observarla; aunque más tardo en intentar aquello que en que le avisara el mayordomo que ya era momento de que pasara. Dio las gracias al hombre y finalmente ingreso en la sala en la cual se encontraba aquella mujer.
Se acerco hasta quedar más cerca de ella e hizo una torpe reverencia ante su presencia con una sonrisa en los labios; la presencia femenina ya conocida ligeramente por él le tranquilizaba bastante, sabía que no debía desconfiar con ella algo en la mirada de la mujer se lo decía, además de que él era de los que confiaban mucho en las personas total siempre había algo bueno en cada una de ellas y si no… había algo bueno en él y con eso bastaba.
- Gracias… he venido pues hace uno días nos hemos topado y en el intercambio de palabras que pudimos llevar a cabo me ha ofrecido un trabajo aquí es su residencia - no tenía porque mentir sobre las cosas así que decía justamente lo que la dama le había indicado - mi nombre es Fabrice Laurent… no sé si es que me recuerde o no pero he venido con la esperanza de que pueda emplearme.

Permaneció ahí estático aguardando la respuesta de la dueña de aquella gran mansión, la cual podría llevarlo a adquirir respeto en su familia o a ser el mismo inútil que todos creían que era.

por **Lenneth P. Stratowski** Lun Ago 19, 2013 4:18 pm

Se quedó mirando al joven con una sonrisa dulce, esta se quedó pensando lentamente, mirando al joven-…Ah!-recordó finalmente-…Laurent…a quien le obligaron en la taberna con el embudo…-rio recordando-…Siéntate querido, pero dime antes ¿Qué prefieres? ¿Té o algo diferente? –sonrió y la condesa vio a su mayordomo trayéndole la lista de los puestos de la servidumbre-Gracias Gregory….-pero en eso el mayordomo se acercó al oído de la condesa y le susurro algo que hizo que ella abriera los ojos de par en par, la lista de la servidumbre por poco la parte en dos ya que Gregory se la quitó, Lenneth estaba pensando en centrarse en otra cosa y miro al joven-…Tranquilo…no ha sido nada, por favor….-sonrió-…Siéntate…y cuéntame un poco sobre ti…-tomo una taza de té, bebiendo poco a poco el contenido que estaba vacío-…Uy…vaya!-rió-…Creo que primero tendré que echar té de nuevo…-sonrió, dejo la taza y volvió a echar té en la taza pero Gregory la vio temblar y le tomo la taza, echándole el mismo el té.

La mañana parecía ir lenta, pero la primera sorpresa que había recibido de parte de su mayordomo es que habían encontrado a uno de los niños, a uno que solia cuidar de mas, le había dicho que lo habían encontrado casi muerto en los alrededores del orfanato, porque se había perdido. Thomas, el pequeño y delicado Thomas se había extraviado y solamente ahora el pequeño estaría en su mente- Ah gracias Gregory…-repitio y miró al muchacho-…discúlpame mis modales….han…encontrado a un infante detrás del orfanato…casi muerto…-murmuro en un hilo de voz, pero intento tranquilizarse-…No…vine venir este inconveniente, pero dime –le sonrio al muchacho-…¿Qué sabes hacer? ¿De dónde eres? –tomo la taza llena de té y una galleta, mirándolo comenzaba a degustarlas.

por **Fabrice Laurent** Jue Ago 22, 2013 12:13 am

Se sonrojo sobremanera al sentirse recordado por la mujer, la verdad es que esa no era de sus mejores experiencias aunque de manera usual había sido engañado por personas que solo buscaban divertirse con quien tuvieran la oportunidad. Si bien se suponía que solo debía entregar un paquete en la taberna, no supo en que momento termino bebiendo a la fuerza por un embudo.
- Así es, ese soy yo… de nuevo muchas gracias por su ayuda en esa ocasión - de no haber sido por la amable mujer ya se veía a si mismo en un lugar desconocido a la mañana siguiente. Se sentó apenas escucho las palabras de la mujer y agacho la mirada negando a sus cortesías - muchas gracias, así estoy bien por ahora - siempre le habían indicado que cuando uno iba a pedir trabajo no debía pasarse en las cosas que le ofrecían así que se limito a sonreír levantando su mirada por fin - es usted muy amable conmigo y espero que siempre este muy bien porque puedo ver que lo merece - incluso en su despistada existencia noto que algo no estaba bien con la mujer pero se limito a guardar silencio al respecto, él no era quien para interrogar.

Aguardo pacientemente a que se le dijera algo, pero lo que le comentaban no le estaba gustando mucho. Pensar en pequeños heridos le parecía terrible sobre todo porque los niños eran en gran parte quienes más le toleraban a él y a sus actitudes infantiles la mayor parte del tiempo.
- Lo siento mucho…. espero que sobreviva - sus palabras salían directamente de su corazón que era más el de un infante que de un joven de 19 años - nadie podría ver venir esta clase de cosas - suspiro antes de responder - Soy de aquí de París y ¿Qué se hacer?… - sonrió muy ampliamente pues lo bueno de que no durara mucho en sus trabajos anteriores es que había sido capaz de aprender de todo un poco - Lo que usted quiera o se le ocurra… usted solo diga y le aseguro que sabré hacerlo - estaba dispuesto a hacer cualquier cosa, incluso aunque eso significara peligrar su propia vida.

por **Lenneth P. Stratowski** Miér Sep 18, 2013 12:28 pm

Observaba al muchacho detenidamente, observando quizás algún que otro de sus movimientos que tenía cierto nerviosismo, pensaba en verle como un muchacho dulce y nervioso, aquello fue lo que vi, solamente que yo era demasiado ingenua para poder ver otras intenciones, pero tardaba en dar un veredicto final-….En verdad pareces joven y con ganas de hacer cosas….-me quede mirándolo fijamente-…¿De verdad que no deseas nada de nada? –Me quede mirándolo con sospecha, no pretendía asustarlo con la mirada pero era mero trámite-…Mira…tengo unas cartas que entregar…-me lo pensé mejor, mirando al joven, prefería mejor sacarle provecho-….Mejor…-deje él te sobre la mesa sin volver a cogerlo entre mis manos, la verdad que no tenía muchas ganas, pero enseguida, la taza se movió como por arte de magia hacia un lado, me quede mirando donde se movió un rato alternando mi mirada con la del joven-…¿Lo ha hecho usted? –Me quede mirando al joven que estaba delante de mí-….Digo, lo de mover la taza de lado…-Cada uno estábamos en nuestros lugares, yo le observaba, entonces vi como vino Gregory con una taza, corriendo, jadeando-….¿Qué es? –Mire a Gregory algo confusa-

-Tómeselo Señorita Stratowski….-Dijo fuertemente, con aquella voz grave que a través de los años-…Le vendrá bien…un poco de…poci..-tosió rápidamente-…de manzanilla…por el malestar de antes…del señorito Thomas…-se apresuró a decir aquel hombre que la había tratado como si fuera la hija que nunca había podido tener en la vida. Ahora estaba fijamente esperando a que ella tomara la taza con la “manzanilla”-
-Eres muy amable…-tome la taza con cuidado y la deje al lado de la otra que se había movido sin explicaciones-….Vamos a proceder como a un juego de habilidades….en donde usted, señorito Laurent podrá poner a prueba sus habilidades…esto es como si fuera una entrevista un poco más amena….¿no cree? –Sinceramente, me aburría hacer entrevistas tan lineales, quizás debería improvisar un poco.

Vi cómo la mañana avanzaba, me fui levantando y lentamente me fui acercando a un escritorio, para después pasarlo de largo y quedarme al lado de un piano-…La habilidad y la confianza son un ejército invencible…-Dije convencida de que aceptaría el reto, y entonces vi como Gregory volvió a acercarme la taza de manzanilla-…ahora no, gracias….-mande ya algo cansada, siempre me insistía y ahora en presencia de un posible empleado.

-Le dejo esto por aquí….-me dijo dejando la taza sobre el piano, para después dirigirse al joven-…A la condesa aquí presente, le agrada mucho la música clásica…-sonrió-…Le agrada encontrarse en un mundo diferente fuera de la realidad cuando toca el piano….-le señalo el piano-…Señorito, tiene que adivinar el músico favorito de la Condesa y tocar una pieza cualquiera, haciendo que ella entre en un profundo sueño…-dijo el mayordomo Gregory, yo le escuchaba mientras volvía hacia la taza, la cogía y me iba sentando en el sofá, mirando al joven.

-La pista es Alegría….-Dije sonriendo, bebiendo finalmente ya con la prisa que me metía mi mayordomo.

por **Fabrice Laurent** Vie Sep 20, 2013 1:20 pm

Se tenso ante la duda femenina, él únicamente buscaba un empleo, algo que hiciera que sus padres y hermanos y no le vieran como un simple inútil que no podía hacer nada más que hablar y hablar. ¿Cómo demostrar sus buenas intenciones? Es decir, de haber sido cualquier otro de su familia hubieran buscado la manera de exprimir de Lenneth tanto como pudieran en cambio el solo podía pensar en hacer bien las cosas, porque cuando uno hacia las cosas bien le iba bien.
- No, de verdad que lo único que busco es un empleo y hacer cualquier cosa estará bien - suspiro y le miro con seguridad y sinceridad - necesito un trabajo no importa cual y estaré encantado de poder entregar esas cartas en su nombre - estaba por estirar la mano para tomar las cartas cuando ella le detuvo con sus palabras y volvió a su pose anterior, simplemente mirandola.

Se desconcertó cuando le pregunto sobre la taza, él, no había visto absolutamente nada.
- La taza… - miro a la mesa y la pequeña taza sobre ella - pero si ha sido usted quien le ha puesto en ese lugar así que no se a que se refiere - le miro confundido, pero afortunadamente para ambos, el criado que le guío en un inicio hasta la presencia de la dama entro con prisa.
Sonrió al criado, le parecía ejemplar la manera en la que ese hombre se preocupaba por ella y olvidando completamente todo lo que antes había sucedido respecto a la taza se enfoco nuevamente en su entrevista para el trabajo, la cual, según la señorita Stratowski debía volverse más amena.
- Seguro, usted solo diga que hacer y lo haré ya le he dicho que no importa lo que me pida pues tengo una amplia experiencia en muchas áreas de trabajo - le sonrío orgulloso de todo eso.

La forma de hablar de la mujer le confundía y no entendió el propósito del por qué se había acercado al piano hasta que el mayordomo hablo, en ese momento Fabrice se sonrojo; nunca había tocado piano para nadie y solo aprendió una sola pieza en el tiempo que trabajo para una anciana, una mujer bastante simpática que le enseño lo único que su marido le regalo… esa pieza de música. Pero de ese momento a la fecha habían pasado muchos años y se sentía inseguro de que saliera todo mal y terminara despedido antes de ser contratado.
- Hace mucho que no toco - no entro en más detalles y con cuidado, repasando todo en su mente se dirigió hacía el piano - no le garantizo que le agrade pero haré mi mayor esfuerzo - sonrío tomando asiento frente al piano - debo confesar que esta es la única pieza que he aprendido en mi vida y me la se de memoria… no comprendo nada de notas - río ligeramente y con los dedos en posición, espero que la música fluyera del modo en la que debía.

Pieza que interpreta:

por **Lenneth P. Stratowski** Jue Oct 17, 2013 1:46 pm

-Escuchémosla entonces…-Ella misma se había quedado escuchándolo atentamente, pensando en las cosas que le transmitían esa melodía, quizás mucha más paz de la que se hubiera imaginado poder llegar a tener, quizás pensando en el pasado que nunca más volvería a tener ni que querría tener de nuevo. Enseguida, sonó la puerta frontal, Gregory, su mayordomo fue a abrir la puerta para ver que era el cartero y ella solamente escuchaba mientras se tomaba lo que le había preparado Gregory.

Le vio volver de nuevo, sonriente se le quedo viendo hasta que le hizo entrega de una carta, ella extrañada, vio al remitente y era de él. Inmediatamente a la vez que escuchaba la canción del joven, su corazón se puso a latir apresuradamente, ¿Qué diría la carta? Estaba ansiosa por ver lo que estaba escrito en la carta, pero no eran noticias buenas. Había estado leyendo lo mucho que él la quería, pero que no se volverían a ver, que jamás volvería a verla hacia donde estaba ella, ni que volvería a olerla ni siquiera a pasarse por la noche.

Las palabras que estaban escritas en aquel trozo de papel habían sido escritas con sutileza, se notaba las líneas firmes de las letras, sin ningún trazo en el que el pulso le hubiera fallado. La carta finalmente había decidido ser ocultada ante sus ojos humedecidos, la canción que el joven tocaba no ayudaba mucho, la estaba entristeciendo, la carta la había cerrado y apartado de sus manos, el mayordomo salió con carta en mano hacia algún sitio en donde poder quemar la carta, algún sitio en el que ella pudiera olvidarle y eso ultimo costaría bastante la verdad-…-Las lágrimas de la condesa de Rumania eran descubiertas, bajaban caducas hacia la suavidad de sus labios pintados por un carmín suave y sin que resaltara demasiado.

Varias lagrimas sin que ella hiciera esfuerzo de secárselas salieron a la vista de cualquiera que pudiera verla así, solamente un segundo basto para darse cuenta de que Gregory había vuelto y se las estaba secando con un suave pañuelo de seda-…Lo siento…-susurro sin mirar a ningún sitio en verdad, solamente a un punto muerto en la nada. Así se sentía en ese momento y justamente cuando el muchacho termino su pieza, solamente el mayordomo se ocupó de todo lo demás-Es una pieza estupenda joven…si me lo permite…-miro de reojo a la condesa que seguía en el mismo estado, parecía que se había estancado, o tendría un derrame cerebral, aunque dudaba esa posibilidad. El mayordomo entonces cerro el piano sin esperar a que el joven se levantara del piano, el mismo tomo de un hombro a Fabrice, lo saco de la habitación rápidamente y cerró la puerta de aquella habitación, dejando a la condesa a solas con sus pensamientos.

-Es mejor que estemos aquí afuera…mientras puedo decirte la segunda prueba…-levanto una ceja, observando de abajo arriba al joven-…¿sabes cocinar? A la condesa le encanta el pato a la naranja y los platos típicos de su tierra natal, Rumania…-alzo un brazo en señal de que lo acompañara hacia la cocina-..Por favor acompáñame….-sonrió lentamente, pasando por delante de Fabrice y comenzando a guiarlo hasta que llegaron a una gran, pero modesta cocina en donde le enseño donde estaba todo-….Si muestras dotes en la cocina, podremos pasar a la siguiente fase de esto que mi ama ha organizado para probar sus cualidades…y a ver si es apto o no…-termino por reírse con suavidad, no lo hacía a maldad-…Debe confiar en usted mismo…Y de seguro que todo puede llegar a mejor e incluso sorprenderle de lo que puede hacer…-Se quedo de pie al lado de la encimera de madera donde una de las doncellas preparaba las verduras para ser asadas en la caldera de peltre.

por **Fabrice Laurent** Sáb Oct 19, 2013 12:06 am

Sus dedos se deslizaban, haciendo que aquella pieza sonara en la habitación pero no estaba seguro de que fuera del agrado de la señorita para quien deseaba trabajar; tenía algo más de nerviosismo al saber que con tanto tiempo sin haber tocado esa pieza podía hacer que surgieran errores. Quería creer que esa clase de cosas eran como decía la gente mayor, que las cosas que bien se aprenden nunca se olvidan y vaya que él había aprendido de una manera maestra aquella interpretación a piano.

Escucho el timbre, pero continuo centrado en su ejecución, sin darse cuenta de que a sus espalda la mujer estaba pasando por un conflicto personal para el cual su música no le estaba ayudando en lo más mínimo, sin embargo era incapaz de notar eso en aquellos instantes.
Después de haber terminado de tocar la pieza suspiro y se giro a mirarla con una sonrisa, la cual se desvanecio al verle el rostro y se arrepintió de lo que había hecho, sus hermanos habían tenido quizás la razón… él solo llevaba desgracias y problemas a cualquier sitio en el que se encontrara.
– Lo… lo lamento – agacho la mirada pero fue en esos instantes felicitado por el mayordomo.

Lo mejor después de todo debía ser que tomara su presencia y se alejara de esa casa, agradeciera la hospitalidad y buscase un empleo en otro lugar, uno en el que no terminara haciendo llorar a los sueños. Su hombro fue tomado por el mayordomo que le guió hasta afuera, ante la cara atónita de Fabrice que no pudo despedirse de la amable dama por brindarle aquella oportunidad que tan bien había sabido desaprovechar.

Se sorprendió incluso más que cuando le guiaron fuera de ese cuarto. ¿No le habían corrido de la casa aún? Al parecer lo que aquejaba a la joven dama eran otros asuntos nada relacionados con el desempeño que había mostrado delante de su presencia.
– Si, claro que se cocinar… aunque en eso deberé admitir no soy la excelencia – río caminando detrás del mayordomo hasta que le llevo a la cocina, en la cual una doncella preparaba diversas verduras – No… no sé mucho de platos típicos de Rumania, pero haré mi mayor esfuerzo por mantener a la señorita contenta con el poco o mucho trabajo que desempeñe en esto – sonrió a Gregory y se levanto las mangas de la camisa que llevaba – solo ocupo que me digan donde están las cosas y enseguida comienzo con la preparación.

Haría lo que estuviera en sus manos ya no solo por lograr conseguir el empleo, si no porque ella sonriera y tuviera un mejor aspecto del que ahora estaba mostrando, él creía que se lo merecía.

por **Lenneth P. Stratowski** Mar Nov 05, 2013 5:38 pm

Gregory observaba al muchacho y le pasó un delantal para que no se manchara-….Señorito, se manchará…será mejor que se cubra si no quiere salir con la ropa hecha un desastre…-Gregory simplemente le puso el delantal al joven, comenzando a atárselo por detrás hasta que termino separándose de él-….La condesa también toma…eh…-se quedó callado unos segundos hasta que habló-…Un…un té especial para sus energías….-chasqueo la lengua-…si, algo parecido al té…-murmuró-…De hecho, mañana a las ocho de la mañana debe de estar puntual aquí señorito Laurent….-Gregory estaba más cabrón que nunca, si le hubiera dado la gana, lo hubiera citado a las seis de la mañana.

Después de aquellas palabras, Gregory fue explicando al Srto Laurent el proceso de elaboración de dicha “poción” que en realidad era una poción para contrarrestar los poderes mágicos de la señorita Stratowski, para quitar la magia que llevaba en su interior, para dejarla simplemente como un mortal insignificante y que pudiera vivir una vida demasiado mundana a la que llevaría si descubriera su verdadero pasado. Su pasado. Eso era una asignatura pendiente de la que ella había suspendido varias veces. Ella ahora prefirió seguir hacia delante y no mirar hacia atrás.

Finalmente, cuando Gregory termino su charla para Laurent, y de hacerle hacer dicho brebaje a modo de “té” una doncella solamente entró corriendo, jadeante, se paró para poder recuperar el aire pero se sonrojo cuando vio a Laurent-…Hola jov…en…-La doncella escucho el sonido de la tos de Gregory, instándola en que se diera prisa en decir las nuevas que llevaba consigo. La doncella entonces procedió, contando que la condesa estaba siendo retenida por cuatro doncellas para que no cometiera ninguna tontería como el suicidio que estaba intentando de cometer, que varias tazas de porcelana habían salido volando como por arte de magia y cosas así haciendo que en la mirada de Gregory solo hubiera una paz demasiado fría, pero Gregory en realidad, se sentía muy preocupado por el estado de la condesa. Mucho había pasado su corazón y por muchas cosas había pasado sus ojos.

Finalmente la doncella llego hasta donde ahora estaba la condesa, en mitad del pasillo, ella misma se había dado cuenta que el pobre muchacho había tenido su peor entrevista de trabajo-…Lo siento mucho…-murmuró-…pero ella…debería tener ahora una persona con quien hablar…-murmuro con dulzura la muchacha, pensando solamente en el bienestar de su ama, de aquella que le dio un techo para poder comer y dormir. Lenneth estaba mirando a Gregory que era quien la sacaba de la sala en sus brazos, Gregory miro a Fabrice con cara de pocos amigos-…Trae aquello que te he enseñado a hacer chico…-murmuro con serenidad, Gregory entonces miró a la condesa que tenía el rostro aun sonrojado por la vergüenza de que Fabrice la hubiera visto…-no lo supo- así de patética.

*Cocina*

-Venga señorito Fabrice…-murmuro la doncella que acompañaba a Fabrice hasta la cocina, mostrándole los ingredientes para hacer dicho brebaje.

por **Fabrice Laurent** Dom Nov 17, 2013 12:22 am

No estaba acostumbrado a que la gente le atara cosas para evitar mancharse, después de todo su ropa no era algo por lo que debiera preocuparse, pocas veces realmente lo hacía, estaba criado para trabajar y solamente trabajar, todo lo demás estaba de sobra y aún así se dejo atar el delantal.
– Muy bien, pues en cuanto sepa como hacer el té se lo llevare para que le de el visto bueno – Termino por sonreír al hombre que le miraba con una dureza excepcional, a Fabrice le parecía incluso que le culpaba por algo que había hecho mal aunque la realidad fuera que el hombre estaba preocupado por su señora. – Si, estaré aquí a esa hora y si en algún momento me necesitan antes solo es cuestión de hacérmelo saber y llegare con antelación – para él joven no significaba ningún problema llegar mucho más temprano a aquel lugar, mientras no viera a su familia mucho tiempo sería capaz incluso de permanecer por siempre en aquella casa.

Después de haber recibido aquellas indicaciones se mantuvo atento en la manera que el mayordomo le indicaba que debía preparara el té favorito de la señorita Lenneth y Fabrice puso mucha atención en eso, pues deseaba hacer feliz a la mujer que le había dado un oportunidad para demostrar de lo que era realmente capaz.
– Estoy seguro que ahora puedo hacerlo por mi cuenta y… – estaba por comenzar a hablar sin parar cuando una de las jóvenes doncellas irrumpió en la cocina y el chico termino por saludarla con la mano.

Ls sonrisa que antes se dibuja en su rostro cambio a una mueca de desconcierto cuando escucho del estado de la señorita y simplemente termino saliendo tras el mayordomo y la mujer dispuesto a hacer lo que le pidieran por ella. Estando entonces en presencia de la mujer no supo que hacer, se había quedado cual roca escuchando la manera en la que todos hablaban y luego lo que aquella joven sirvienta le había dicho; no había reparado mucho en aquella palabras pues tenía que ir rápidamente a la cocina como Gregory lo indicaba a hacer el té que mejoraría el estado de la señorita Lenneth.

– Puedo hacerlo – dijo para si, comenzando a sacar las cosas necesarias para preparara aquello. Miro todo con temor, estaba seguro de poder hacerlo pero aún así le ponía nervioso saber que en parte la mujer dependía prácticamente de él y de que esa preparación fuera la correcta.
Comenzó por poner la tetera y lentamente añadió los ingredientes en las cantidades indicadas; a pesar de que aquello no era tardado, le pareció horas las que debió esperara hasta que el té estuvo a punto, como Gregory le había indicado. – Toma una taza y vamos… – menciono a la doncella que le acompañaba y la cual no perdió tiempo en seguirle mientras Fabrice llevaba la tetera.

- Aquí esta – llegó diciendo mientras servia el té en la taza que llevaba la doncella y entonces espero a que el mayordomo tomara la taza y se lo diera a Lenneth. – ¿Estará bien ahora? – pregunto sin poder esperar a verle mejor.

por **Lenneth P. Stratowski** Mar Dic 10, 2013 5:42 pm

Una vez que su confusión hubiera terminado, que su fiel mayordomo le había dado una taza de “té” que en realidad era un neutralizador en líquido para amenguar los poderes de un brujo sin efectos secundarios, sin afectar a la salud, Lenneth descansaba sobre un diván de su habitación, el cual estaba decorado con florituras de bellos estampados al igual de como la estaba decorado la habitación. La luz entraba por la ventana y las cortinas bailaban sinuosamente con el aire que entraba lentamente. Ella suspiraba en un profundo sueño.

Gregory la había dejado a solas con el nuevo, Fabrice y la doncella.

Ella estaba durmiendo plácidamente.

-¿Eres nuevo aquí? –Pregunto la doncella, sonriéndole con cierta timidez-…Yo he estado aquí desde los diez…bueno, he estado con la señorita Stratowski desde que tengo uso de razón…-sonríe-…la conozco desde que tenía doce años…-mira a Lenneth-…ella claro está..-La doncella entonces miro a Fabrice-…Debo avisarte, que me asignan todos los nuevos…o los que han entrado novicios en la mansión…-sonríe más tranquilamente-…Disculpa, pero… ¿Tienes pareja o algo por el estilo? –Iba preguntando lentamente con preguntas de todo tipo, como si no quisiera la cosa, ella las hacía con una bella sonrisa.

Lenneth estaba en su diván, en un profundo sueño. Seguramente habían pasado varias horas hasta que se despertó, abría los ojos lentamente y solamente vio a su mayordomo Gregory en una esquina, al nuevo, a Fabrice al lado de Gregory y por último la doncella que la miraba con cierta preocupación. Todos creyeron que había entrado en coma por lo que había sucedido anteriormente, pero finalmente había despertado. Estaba desorientada, miraba a todos. Se rasco los ojos y se fijo en aquel muchacho que habían hecho entrar-…Lamento todo lo que te hemos hecho ver y pasar…-murmura-…Gregory…déjanos a solas…

-Pero señorita…-El mayordomo no estaba de acuerdo.

-A solas…-le miro como si quisiera matarlo – De ahora en adelante, tu puesto se lo quedará Fabrice, cada cosa que hacías la hará Fabrice…-señalo con delicadeza a su doncella-…Ella misma, se ocupará de que sea instruido hasta que comience a dominar todo lo que tu hacías…

-No puede hacerlo! –Gritaba sin respeto a la Condesa – ¡No puede despedirme! –Grito una vez más, sacando un cuchillo de su manga, Lenneth no se sorprendió en absoluto, parecía como si lo hubiera visto venir.

por **Fabrice Laurent** Vie Dic 13, 2013 12:30 am

Fabrice le miraba con preocupación, la cual disminuyo ligeramente cuando le vio suspirar y cerrar sus ojos para descansar. Por algún motivo algo le decía que ella estaba mucho mejor que momentos atrás, había hecho las cosas bien y eso le llevaba a sentirse completamente complacido consigo mismo pero Gregory no dejaba de dirigirle miradas molestas y él joven era incapaz de comprender el por qué y de no haber estado a su lado la doncella, se hubiese preguntado eso durante un buen rato.

La atención del joven era muy poca y por eso cuando la chica comenzó a interrogarle se acerco más a ella, hablando bajito para no despertar a Lenneth pero tampoco quería alejarse de ella hasta verle despertar y saber que estaría bien.
– Si, soy nuevo pero más bien es como que estoy a prueba, tu sabes de esas cosas ¿no? con lo que dices que te dejan a los nuevos – sonrió – pareja… no, tengo que trabajar y hacer otras cosas así que no tengo tiempo… creo… para algo así – se encogió ligeramente de hombros al sentir nuevamente la mirada del mayordomo – dime ¿Siempre es él así? desde que llegue no deja de verme de mala manera y tratar de hacer que no haga lo que la señorita me pide – suspiro – podrías contarme un poco más de la señorita… quiero saber de ella y de como son las cosas en esta casa por si me quedare a trabajar – ladeo el rostro entonces, esperando que ella no fuese como Gregory y le dijera algo más de la mujer que yacía dormida en el diván.

Después de haber escuchado todo lo que la doncella tenía por decirle, cambiaron a temas un poco menos importantes para el gusto de Fabrice y fue en un instante que miro en dirección a Lenneth que le vio despierta y le sonrío, ahora estaba completamente seguro de que el té que hizo servia tal y como debía hacerlo o al menos esa era su perspectiva al verla despierta ya.
– No… descuide señorita que he venido para servirle y si trabajare aquí lo mejor será que no pida disculpas porque eso después me haría sentir mal – se acercó un poco más a donde se encontraba ella, pero sin alejarse mucho de la doncella con quien había estado platicando todos aquel tiempo – espero de hecho que se sienta mucho mejor – le sonrió y después miro en dirección a Gregory que se mostraba nuevamente molesto porque ella deseara a estar a solas con él. Fabrice hizo un puchero, ¿Qué no era ella a quien debían servir? entonces por qué la terquedad de aquel hombre.

Se quedo atónito cuando escucho lo que Lenneth decía. ¿Él?¿Hacer lo de Gregory? No le cabía ya la menor duda de que aquella mujer era un ángel y mirando a la doncella le sonrío contento hasta que los gritos del mayordomo le hicieron volver a mirarle, pero no a él, sino al cuchillo que cargaba y como mero reflejo Fabrice se puso frente a la dueña de aquella casa.
– Gregory, baja el cuchillo… la señorita ha hablado y creo que deberías hacer lo que te pide que si haces lo que piensas hacer saldrás peor – tragó saliva cuidadosamente y dio un paso en dirección al hombre – vamos… dámelo – sonrió intentando convencerlo, pues no quería que ninguna de las mujeres ahí saliese lastimada.

por **Lenneth P. Stratowski** Dom Ene 12, 2014 10:33 am

Termina dándose cuenta de que Gregory finalmente sacaba sus armas, Lenneth que ya se encontraba mejor, estaba mirando a los dos, se levantó lentamente con ayuda de una de sus doncellas, mirando fijamente a Gregory-….Gregory, has estado desde siempre al servicio de mi abuelo, de mi padre y al mío, pero ahora, debo decirte que el reloj de arena se paró, tu tiempo aquí se acabó….y te lo pido por las buenas, deja el cuchillo en el suelo…y mañana hablamos cuando estés más calmado. No quiero…que pienses mal de mí…por favor….-el labio le temblaba, aunque seguía en el mismo sitio, no se había movido ni un paso hacia delante-….-No dijo nada esta vez, Gregory soltó el cuchillo, al suelo. Gregory entonces fue sujetado por dos sirvientes que tenían mucha fuerza en los brazos, se lo llevaron a las mazmorras pero las que estaban alejadas de la humedad. Al menos, Lenneth tenía algo de misericordia, aunque sea por la avanzada edad de Gregory.

Ahora estaba con Fabrice, algunas doncellas y ella estaba aún en ese estado de alerta por si aparecía, pero no volvió a aparecer. Lentamente se sentó en ese diván, intentando respirar pues la adrenalina se le juntaba con la agonía de tener que despedir a su mayordomo de toda la vida. Con él había aprendido lo suficiente como para vivir sola pero había dejado sus memorias a su cargo, así que se las daría a Fabrice para que se las empollara y pudiera aprender lo que hacía Gregory y sus trucos. Todo estaba ahí. Bien.

¿Ahora qué?

-Me...-enseguida comenzo a toser, no sangraba, eso era bueno-....Por favor...traed dos tés, uno con leche y otro sin....y....algo de bolleria...-miro a Fabrice-...la entrevista seguirá en esta habitacion...-Dijo mirando a Fabrice, invitandole a su lado a que se sentara-....Has sido muy valiente....-Comenzo a valorarle en cuanto las doncellas se fueron dejandolos a solas. Ella se puso erguida de repente, sin mirar a Fabrice, ella seguia mirando hacia adelante, se levanto y fue con un pañuelo a coger el arma, lo envolvio y justo cuando lo tenia cubierto por completo, se corto con la punta-...ah! -se chupo el dedo lentamente, pero la sangre en su boca sabia a rayos. Termino de envolver en el pañuelo el arma y lo guardo en un cajon -Agh...-La herida seguia escociendo, casi llegaba a la molestia del dolor. Intento que parase la sangre mientras apretaba, se dirigia hacia Fabrice, hacia el divan en el que esperaba que estuviera sentado, pero como miraba hacia la herida, no supo con que se topo, levanto la mirada, pero, fabrice parecia no haberle hecho caso.

La herida dolía.

por **Fabrice Laurent** Vie Ene 17, 2014 8:02 pm

Estiro con cuidado la mano para encontrarse con Gregory, que agito el cuchillo en el aire. Se sentía un tanto inútil en esa clase de situaciones pues nunca había sido alguien de armas tomar, prefería llevarse las cosas con calma pues siempre existían otras formas de solucionar los problemas pero en esos momentos con la mirada llena de ira que les dirigía el mayordomo dudaba seriamente de eso. Fabrice trataba de que el temblor de su cuerpo no se notara y de que sus palabras sonaran firmes, lo que al parecer si estaba siendo de la manera en la que esperaba, haciendole ver más valiente de lo que en realidad era.

Tragó saliva, dispuesto a lanzarse a intentar quitar de la mano del viejo el cuchillo pero la voz de Lenneth le detuvo. La dueña de aquella enorme mansión era una mujer firme y ante sus palabras el anciano dejo caer el cuchillo, avergonzado tal vez pos sus actos y las palabras de Lenneth. Momentos después de que el cuchillo cayera al suelo, dos sirvientes se lo llevaron y Fabrice se acerco a levantar el cuchillo y dejarlo en una pequeña mesita mientras se giraba a ver a una cansada mujer.
No sabía exactamente que era lo que ella tenía pero para él, era difícil ver a una mujer en aquellas condiciones.
– Es usted impresionante señorita – le halago sin despegar la vista de ella que suavemente se sentaba sobre el diván.

Permaneció ahí, junto a las doncellas. Esperaba ver si recibiría más indicaciones o era el momento de que se fuera de aquella casa y volviera después pero la voz de Lenneth nuevamente interrumpió sus pensamientos.
– Claro que no soy valiente señorita – rio suavemente, ya sin nadie más en la habitación – estaba temblando como una hoja a merced del viendo pero no quería que se notara mi debilidad o seguramente que Gregory le hubiera hecho daño y sabe eso es algo que jamás me perdonaría – tomo un poco de aire – Usted ha sido tan amable conmigo que no permitiría que nada ni nadie le hiciera daño. ¿Qué clase de persona agradecida sería sino le defiendo?

Mientras estaba sumido en esas palabrerías, Lenneth se lastimo y el dedo y de manera automática camino en dirección a ella terminando finalmente por sentarse a su lado.
– Debería tener mucho más cuidado, estas cosas pueden hacer mucho daño en manos tan suaves como las suyas… permitame – Estiro entonces su manos y tomo entre las suyas la de Lenneth – deje que me haga cargo de esto – en otras ocaciones se vio en la necesidad de hacerse cargo de sus heridas, por eso, sería sencillo hacerse cargo del ligero corto de ella.
Miro de un lado a otro, encontrando una pequeña servilleta blanca, la cual mojo con un poco de agua que se encontraba en un vaso y termino por atar eso en el dedo de ella.
– Con esto dejara de sangrar – le miro entonces con la sonrisa en el rostro – por cierto señorita… ¿Cree que sea correcto contratarme? es decir, no dudo de que usted sepa lo que hace pero… esto ha sido muy repentino y comenzare el trabajo en su casa… eso significa que debo aprender todo lo que hacía Gregory antes y… – tomo aire y desvió su mirada – ¿Cree que soy apto? – Dudaba en esos momentos de él mismo y de sus capacidades todo como siempre gracias a sus creencias familiares.

por **Lenneth P. Stratowski** Dom Ene 26, 2014 5:59 pm

-Rio-

-Claro que…-murmuraba al principio con una voz dulce y acaramelada, pero vio la inseguridad de Fabrice -….eres capaz…-Se le quedo mirando fijamente, separo sus dedos de los de Fabrice y solamente fue a sentarse-….Si dudas de tus habilidades, empieza por recoger lo que han traído, que es el té y las pastas, después puedes ir haciendo limpieza de polvo…Parece que aquí el polvo se multiplica como moscas…-suspiro, no sabía porque se había vuelto tan áspera, pero se sentía así y tenía que parar - ….-No dijo nada más, tan solo se calló la boca, salió de su habitación, enfrascada en cómo se había comportado hace unos momentos.

-Discúlpala…-murmuro la misma doncella que momentos atrás había ayudado a Fabrice- …. Esta algo alterada…-susurro-…Puede que sea la noticia que se llevó la otra vez…-comenzó a arreglar la ropa que había tirado Lenneth por mera furia contenida, recogía la ropa y lentamente suspiraba- y ahora su mayordomo desde los cinco años la ha dejado, o bueno, ya era mucho tiempo que estaba Gregory al cuidado de la señorita Stratowski…creo que había que hacer una limpieza de plantilla…-En eso, la doncella se preguntó, le entro miedo de pronto-..Oh no… ¿Me echaran? –Estaba haciéndose su propio nudo en sus pensamientos que ahora pensaba que la iban a despedir -…No quiero que me despidan…-Comenzó a ponerse nerviosa, pero al ver a Fabrice le miro con firmeza -…sobre lo que le preguntaste…si no es mucha metedura en donde no me llaman…Yo creo que lo harás….bien…-sonríe-…No te preocupes, además de que solamente estamos para hacerle la comida, limpiarle la casa y poco más. Sobre todo compañía. Esta algo sola y al menos, aunque nos vea por la sala o cerca de ella, le es suficiente…-intentaba recordar todo lo que hacían con la condesa-….ah…no le hables sobre temas románticos o de romanticismos…se pone hecha una magdalena…es muy sensible…-seguía su lista mental-…eh…-seguía pensando-…Creo que ya está…-seguía repasando la doncella su lista mental -…si..eso creo…-se quedó mirándolo fijamente a los ojos-….Bueno…supongo que quiere la condesa que te estudies todo lo que hacía Gregory…aunque no sé…-encoge los hombros, mira a los lados y coge el té que habían preparado para la condesa.

Tres segundos bastaron.

Tres segundos bastaron para que la doncella cayera sobre el suelo de mármol, dormida y habiendo tirado la taza al suelo que había salido rodando hasta la mitad de la sala. Parecía drogada, pero no iba para ella la taza, sino para la condesa. Alguien estaba intentado secuestrar desde dentro a la condesa si es que la doncella por su codicia había encontrado la droga en la taza y ella misma, se había dormido sobre el suelo de mármol. En aquel paréntesis de tiempo llego una doncella con aires de superioridad. Aquella no era una doncella. Se quitó el disfraz que llevaba puesto para descubrir a una hermosa muchacha de ligeras ropas, pantalones ajustados de cuero, corsé oscuro con adornos tribales y una camisa escueta que dejaba a la vista sus intenciones más pecaminosas. Mirando se quedó a Fabrice, esta le apunto con la pistola de pólvora que llevaba más a su cintura -…Bien… ¿Eres el dueño de esta casa? –Pregunto por las ropas que veía en Fabrice – Que pena que no haya sido esa mujer de alta clase…parecía muy alterada al irse…no se adonde fue..-sonrió, seguramente se refería a Lenneth, pero nada estaba seguro.
***

Lenneth estaba mientras paseando lentamente por el establo, dando de comer a sus caballos era algo que le tranquilizaba cuando estaba alterada. Recordó esta sensación. Era como si se hubiera vuelto celosa por algo que no tiene. Su raciocinio se había desviado. Estaba sola, lo estaría siempre. Estaba siendo un día nefasto para Fabrice y ella estaba estropeando un día en el que un muchacho solo vino a por trabajo. Terminaba de dar de comer al segundo caballo en la cuadra cuando miro el reflejo de uno de los espejos en curva que estaban colgados en cada cuadra. Parecía haber movimiento que se dirigían hacia su casa. Pensó que tendría que seguir las instrucciones que una vez aprendió de su padre.

por **Fabrice Laurent** Vie Ene 31, 2014 10:23 pm

No supo en donde había estado su error o que era lo que hizo mal como para que Lenneth se molestara de esa manera así que solo se quedo estático en su sitio viéndole partir. Quizás sus hermanos tenían razón y solo causaba grandes fastidios en las casas de todos; comenzaba a pensar que lo mejor sería dejar la casa de la mujer aquella e irse a buscar trabajo en otro sitio antes de que ella regresara y decidiera echarle por las malas de aquel lugar, aún así, la otra joven se acerco a darle animo y Fabrice le sonrió.
– Eres muy amable y… no lo sé… ella parecía muy alterada quizás no sea lo que estaba buscando… – se mantuvo entonces en silencio escuchando todo lo que ella decía que debía y no debía de decir en presencia de la dama que había abandonado aquel cuarto.

Un suspiro salió de sus labios mientras que sus ojos seguían a aquella mujer.
– ¿De verdad crees que vaya a ser bueno en lo que me piden? Es que no se, soy algo torpe y no quiero terminar por arruinar las cosas de la señorita Lenneth y que se moleste más de lo que ahora esta conmigo… – suspiro – Yo haré todo lo posible por hacer bien mi trabajo y… – iba a continuar hablando cuando escucho como la taza se caía y al girar observo a la mujer en el piso.
Estaba por acercarse a ella, sin saber que era lo que le había sucedido cuando una mujer en ropas extrañas y con cara de pocos amigos apareció frente a él, dejándole helado.

Negó ante su pregunta, no sabía quién era o que quería aquella mujer pero algo le daba mala espina, sobre todo cuando menciono a Lenneth.
– La señorita ha salido y no volverá en un buen tiempo… esperarle será inútil así que te sugiero que te vaya y que bajes el arma… aquí solo habemos sirvientes – estaba nervioso y aún así mentía. No le gustaba mentir pero aquello era lo que debía hacer, sobre todo, esperaba que Lenneth no apareciera o aquella mujer terminaría quizás por dispararle y asesinarla y eso… eso sería realmente malo.

por **Lenneth P. Stratowski** Jue Feb 13, 2014 8:43 am

El problema parecía ser bastante gordo.

Había entrado en su mansión un grupo de ladrones de poca monta, en donde nadie sabría actuar, por supuesto, pero Lenneth esta vez llevaba en mano unas pistolas y alguna que otra daga discreta bajo los guantes de cuero que se puso encima. Sobre su pecho llevaba un seductor chaleco que le serviría de protección contra alguna que otra bala. Solo esperaba que no pasara nada. Cambio la falda por los pantalones de montar a bota alta de piel oscura. Parecía que iba para la guerra pero si no se equivocaba, eran aquellos que simplemente querían robarla cuando se trasladó a Paris con su soledad.

-Vaya, esto sí que es una sorpresa…Anahí…-Cuando Lenneth llegó a la habitación donde se encontraba la doncella y Fabrice, apuntaba con la pistola a la cabeza de esta, los demás, que eran algo torpes, se dieron cuenta tarde de la presencia de Lenneth, está sonriendo y segura de sí misma, tenía más a punto la nuca de la pirata-….Fabrice…¿Estáis bien? –Pregunto con preocupación, se sentía bastante mal por lo que paso-….Lamento todo lo que está pasando y lo que ha pasado…-Antes de seguir hablando, aquella a quien amenazaba de muerte de un disparo, consiguió zafarse de aquel destino intentando dar un codazo en el vientre ajeno pero Lenneth era entre otras cualidades rápida, esquivo aquel intento de salir malherida y por ello dos personas inocentes, sonrió para después desmontar la pistola y sacar de ella un hermoso látigo de cuero el cual le habían confeccionado expresamente para el uso defensivo, en caso de que algún día estuvieran en peligro-….¿Sabes? Me extraña que aún no sepas de que siempre que venís en busca de mi fortuna, siempre salís perdiendo….-Con un solo latigazo le envolvió el pie para tirar de ella y hacer que se comiera el suelo.

-¿Duele? –dijo mientras caminaba hacia Fabrice y se ponía delante de él y la doncella que aún estaba en el suelo-…Fabrice…-dijo mirándole de reojo por encima del hombro-….Intenta despertarla…pero lejos de aquí…-Dijo para después mirar a Anahí, que estaba en el suelo, pero Lenneth volvía a tirar de ella haciendo que su segundo pie se quedara envuelto junto con el otro. Nadie en la mansión sabia de donde sacaba Lenneth esa fuerza con la que nunca nadie había visto en lo que llevaban a su servicio. Parecía que cuando una cosa le importaba demasiado, Lenneth sacaba toda su valentía a flote y era una mujer de armas de tomar.

Finalmente la ayuda llego rápidamente. Varios guardias de su servicio cogieron a los ladrones y sobre todo a Anahí, volviéndola a echar por la ventana, viendo que Anahí volvía a reincorporarse en el suelo por su condición de sobrenatural. Tendría que estar en alerta y no dejarse llevar por estupideces de su temperamento. Guardo el látigo dentro uno de los cajones de la cómoda e inmediatamente fue a la cocina, fue en busca de Fabrice y la doncella- …. Donde estarán…-puso las manos en jarras, preguntándose donde estaba.

por **Fabrice Laurent** Mar Mar 18, 2014 8:07 am

Observo con sorpresa a Lanneth y asintió de manera firme. Su cuerpo por dentro estaba tembloroso pero se decía a si mismo que tenía que parecer valiente además de que era el colmo que la señorita aquella apareciera en su ayuda y él fuera tan inútil como para solo quedarse ahí observando como un espectador más.
Lo mal que se sentía disminuyo un poco cuando cayo en la cuenta de que aquella no era la primera vez al parecer que entraban buscando atacar a Lenneth, aunque bien debía estar ya acostumbrada dado que era alguien sumamente importante por aquellos lugares. La realeza siempre debía verse inmiscuida en aquella clase de asuntos, al contrario que personas como Fabrice quien no tenía prácticamente nada.

– Esta bien, eso haré ahora – Sin esperar más indicaciones y viendo con admiración a la mujer frente a él, tomo entre brazos a la doncella y salió lo más rápido que pudo de aquel lugar. Cargaba a la mujer y andaba en búsqueda de un sitio en el cual poder dejarla y despertarle, eso si es que podía hacerlo ya que no tenía ni la menor idea de como despertar a alguien que estaba inconsciente por algo como aquello, aunque igual y bien valía la pena intentarlo.
Fabrice termino entrando en un cuarto cerca de la cocina y no paro de tratar de despertar a la doncella aquella, le hablaba y le movía, pensó incluso en arrojarle agua encima pero no estaba convencido de que esa fuera la mejor opción en un momento como aquel después de todo no quería terminar provocando un mal mayor.
– Mmmm… – miro de un sitio a otro, buscando algo que le diera una señal de como despertarle, pero antes de poder ser capaz de encontrar algo la voz de Lenneth llegó hasta él y dejo a la doncella en el sillón – Señorita acá – dijo con medio cuerpo fuera de aquella habitación y moviendo una de sus manos para llamarle – No se como despertarla, lo siento… pero es que no quiero terminar haciendole daño – comento mientras que la fémina se acercaba a donde estaba él.

por **Lenneth P. Stratowski** Mar Mar 25, 2014 11:27 am

Gracias a que todo salió bien, Lenneth no tuvo más que hacer en aquel lugar. Escucho la voz de Fabrice llegar de algún sitio, estaba pendiente en donde podrían estar, si estaban a salvo. Si llegaba a saber que estaban heridos, se sintiera culpable, ya que a pesar de ser sus subordinados, ella estaba al cuidado de ellos. Eran bueno, tenían todos la misma edad excepto la doncella que tenía como unos 16 años. Tampoco estaba al corriente aunque desearía estar más atenta a sus sirvientes y que necesidades tienen, pero con tanto ajetreo en los últimos días, terminaba por olvidarse de preguntar cómo estaban o si tenían alguna dolencia de algún tipo. Aunque…siempre callaban a sus preguntas llenas de preocupación. Lo que hacía que le preocupara aún más.

Termino por llegar hacia la habitación donde la doncella estaba, tumbada sobre un cómodo sillón, puso una mano sobre el brazo de Fabrice para que relajara la tensión que transmitía -…Todo estará bien…-Dijo Lenneth con tranquilidad, pues sabia por experiencia como actuar en este caso -….No bebió demasiado té….-sonrió aliviada, acercándose a la doncella que estaba inconsciente boca arriba. La tumbo mejor boca arriba y vio como la doncella parecía reaccionar con pulsaciones un poco más vivas. Aquel pequeño y frágil cuerpo estaba mirando hacia arriba, aquellos cabellos castaños se resbalaron yendo hacia atrás, desvelando una mordedura que le resultaba familiar -¿….Pero qué? –Simplemente no se lo creía, tenía una mordedura de vampiro y la conclusión fue que esta doncella sale por las noches en busca de alguna que otra juerga.

¿Le estarían ocultando cosas? ¿Es que no confiaban en ella? Lenneth solamente suspiro, pero termino por levantarse e ir a una vitrina -….uhm…-Con cierta dificultad cogió un pequeño bote que agito su contenido de verde arena -…No te aconsejo que lo huelas….-Hizo una broma, sonriendo con cierto coqueteo hacia Fabrice pero volvió a fijarse en la doncella, aguanto la respiración, abrió aquel bote para dejar que el olor despertara a la doncella y si lo hizo. Lenneth se separó de la doncella para que no terminara ella cubierta por la arena, después las manchas no saldrían demasiado bien de una camisa de cachemir.

La doncella se despertó como si de un buen sueño se tratara, descubriendo a Fabrice a un lado y a Lenneth con el bote verde al otro. Se sonrojo tanto, que no sabía dónde meter su cabeza ni donde podía saber en dónde estaba. Bueno, si lo sabía. Aquello era el cuartillo en donde dormía con un colchón en el suelo, detrás de todos los sofás que se veían ahora bien adornados. La doncella no podía soportar las burlas y abusos que a diario sufría, así que pensó que nadie le importaría que durmiera detrás de los sofás si no hacia ruido y si se despertaba la primera.

-¿Estas bien? –Pregunto Lenneth a la doncella que aun los estaba mirando un poco confusa -….Te desmayaste…así que…te hemos despertado…-murmuraba mientras dejaba el bote bien puesto en la vitrina, volvía al lado de Fabrice -….¿Y tú? ¿Estás bien Fabrice? Todo ha pasado tan rápido que lo siento, primero lo de Gregory, ahora esto…yo lo siento de verdad, no es mi intención que tengas una entrevista tan mala….-Tuvo que disculparse ya que no pensaba que esto estuviera pasando, solamente era una entrevista que se había algo difícil de realizar -….Pero…me gustaría que formaras parte de….nuestra…pequeña familia….-murmuro firme, algo tímida quizás porque posiblemente sentía que le estuviera pidiendo demasiado.

por Contenido patrocinado

En busca de empleo [Privado]

En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]

Re: En busca de empleo [Privado]