La noche trae encuentros inesperados (privado)

En las calles de Paris la noche era fría y oscura, la nieve caía y creaba poco a poco un blanco manto sobre la acera; la mayoría de las casa ya habían apagado las luces sin embargo en el Palacio Royal  la noche no había hecho nada más que empezar.
Hacia un par de días Clarice había recibido la invitación al baile que aquella noche se acontecía, toda la alta sociedad acudiría y no solo humanos sino también licántropos, brujos, cambiaformas y otros vampiros; la celebración prometía ser divertida.
Clarice se arregló para aquel evento escogiendo uno de sus

vestidos:

de noche nuevos y recogiéndose el pelo, cuando estuvo lista hizo llamar a un carruaje para que la llevara hasta el palacio; hubiera podido ir paseando, el frio no le afectaba y le gustaba el olor del invierno pero prefirió no ir a pie para no echar a perder su vestido.

Cuando llegaron el cochero abrió la puerta para ella y le ofreció ayuda para bajar, Clarice la aceptó y entró en el enorme edificio. En el interior el ambiente era más caldeado, decenas de damas y caballeros paseaban, charlaban y bailaban y la música sonaba suave y melódica. La vampira se dirigió a la sala principal con paso tranquilo, saludó a unos cuantos conocidos mientras contaba mentalmente los invitados de otras razas presentes.
Al fondo de la sala pudo observar a un enorme licántropo fumando y conversando con un grupo de hombres de negocios, en la pista de baile una pareja de vampiros bailaba con una agilidad demasiado antinatural para los ojos de los humanos, una joven bruja también se encontraba en la pista bailando con aire solemne, un pequeño grupo de damas cambiaformas cotilleaban sentadas en unos de los tantos sofás dispersos por la sala... seguramente habrían más seres pero se encontrarían en alguna de las otras salas.

Clarice aceptó algunas proposiciones para bailar, charló y rió con los invitados incluyendo algunos de sus compañeros del theatre de les vampire; la noche transcurrió con rapidez y la fiesta llegó a su auge cuando el reloj resonó dando las doce. Clarice se encontraba bailando con un joven teniente sonriendo ante sus halagos y riendo con sus bromas, cuando la atención de la vampira se posó en dos asistentes peculiares. Clarice les dirigió un par de atentas pero discretas miradas mientras giraba con suavidad al son de la música; ambos eran gemelos, jóvenes y de cabellos castaño rojizo. La música cesó y todos aplaudieron a los músicos, Clarice caminó por la sala observándolos con curiosidad, los hermanos se movían con una extraña sincronía incluso parecían hablar a la vez.

Uno de los muchachos miró de pronto en su dirección , pero ella no se sobresaltó ni dirigió su mirada en otra dirección, en lugar de esto le ofreció una sonrisa encantadora. Se acercó a ellos y cuando estuvo a unos cuantos metros percibió el aroma de los gemelos. Olían a tierra húmeda, a madre selva, al humo de la madera de roble al arder, a sol y al agua fría de los riachuelos de montaña; aquel era el olor que tenia la magia para Clarice.

Sobre los diálogos de Kerêm y Karim:

Los Fournier estaban en el baile por un simple motivo... extorsionar a una rica viuda mercantil. Habían escuchado que en America las viudas eran acusadas de brujería y sus pertenencias pasaban al control de la iglesia. Por supuesto, eso ya no ocurría en Francia, pero había otros modos y los gemelos sabían de que se trataban. Vestían de gala, ambos con un traje de corte ingles que se encontraba a la moda, ambos perfectamente ataviados, peinados igual y con el mismo camafeo colgando en el cuello. No eran jóvenes que les gustara bailar, sin embargo, eran muy bueno para eso, de hecho unos prodigios tanto para la danza, la música y por supuesto la artes que involucraban las ilusiones o los engaños. Algunas veces hacían de magos clandestinos pero sólo cuando la situación económica se complicaba, aunque si no se empeñaran en sostener su orgullo no padecerían de nada.

Se acercaba la media noche y como dos cobras los Fourniers se acercaron a la viuda, comenzaron a jugar con las miradas y después los movimientos sincronizados lo que despertó interés en la mujer que les habló primero. —Señora Rosseau, es un placer al fin conocerla hemos escuchado hablar de usted y le damos el más sentido pésame por la perdida de su esposo— fingieron como sólo ellos podían hacerlo y con sus impecables sonrisas conquistaron su completa atención. Sí, eran encantadores para ella de eso no cabía duda y ellos lo disfrutaban. —Es muy observadora y agradecemos que nos permita hablarle de tu... nosotros somos Karim y Kerêm— ironizaron en un principio a contestar las preguntas de la viuda que no notó la burla, la elocuencia de los gemelos maquillaban a la perfección sus intenciones.

—¡Oh, porque mejor no jugamos el juego de ¿Quién es Karim, quién es Kerêm? Le aseguramos que es muy divertido... usualmente perdemos— finalizaron con una sonrisa, la viuda había caído en su encanto sin que Kerêm se valiera de su dominación que era su última carta para hacerse de parte de la fortuna y claro lo que llevara de valor en esos momentos, como las perlas que lucía en su cuello o los anillos en sus manos. —Karim sonríe con más naturalidad— dijo Karim como si se refiriera a Kerêm, —mientras que Kerêm sonríe con más energía— complemento Kerêm demostrando una naturalidad en su sonrisa que hizo creer a la viuda que Kerêm era Karim pero aguardo a otra engañosa pista.

—Karim pestañea más veces que Kerêm— dijo Kerêm provocando un cierto desconcierto en la viuda, —mientras que Kerêm pestañea con languidez y más prolongadamente— explicó Karim confundiendo por completo a la mujer ya que se habían invertido los papeles. —¿Está lista para decir quién es Karim y quién es Kerêm?— sonrieron ambos con astucia; la viuda suspiró y sus mejillas se sonrojaron, era inteligente pero reconocía que los hermanos le habían ganado. Los Fournier se sintieron satisfechos luego de escuchar a la viuda darse por vencida y acusarles de que la única forma de ganarles es que ellos así lo desearan lo que era no sólo acertado, sino, un comentario muy astuto. —¿Quiere volver a intentarlo?— dijeron pero entonces un hombre llamó la atención de la viuda, en eso Karim miró en otra dirección rompiendo la sincronía y vio a una mujer castaña que lo miraba particularmente a él; se acercó a ellos al momento de que Kerêm despedía a la viuda y se percataba de la presencia de la mujer que no era otra cosa que una vampiro, su aura la delataba.

Los gemelos sonrieron, no les agradaban los vampiros por el hecho de que algunos leían la mente y el juego de ¿Quién es Karim, quién es Kerêm? No era eficaz y de hecho terminaba por ser obsoleto y aburrido. Pero había algo en ella que cautivo a Karim y Kerêm se había dado cuenta de ello. —Buenas noches señorita... ¿pasa una agradable noche?— dijo Kerêm haciendo que su hermano se saliera de su trance, ambos complices se miraron y sonriendo regresaron a su sincronía. —Lo sabemos señorita, somos tan ingeniosos que la hemos atraído... si desea compañía le podemos ofrecer la nuestra a cambio de otra razón— le sonrieron con malicia y caminando a la vez la rodearon para colocarse a su espalda haciendo que ella girase para no perderlos de vista, los hermanos entonces se abrazaron en horizontal esperando la respuesta de la castaña.

Off. Disculpa la demora espero sea de tu agrado.