AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La Noche y su Suavidad [Privado]
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La Noche y su Suavidad [Privado]
Una noche tranquila, pero amarga... sentía el aroma de las flores, y arbustos húmedos por doquier habíamos estado caminando juntos por horas...
Nos intentamos relajar, su compañía me era grata, amable, gustosa... había posado mis ojos en los de la vampira mil y una veces, admirándola y queríendola tanto como mi propio interior me permitía. Yo sabía y tenía en claro que juntos no acabaríamos, ella vive en su mundo, y yo intento buscar el mío propio. No la iba acarrear conmigo contra su voluntad. Pero ella no entendía que era un ser libre independiente de que ciertas cosas demostraran lo contrario...
Me preocupaba de hacerla vivir cada momento con alegría, aunque mi melancolía aveces llegaba a ganarme.. pero allí estaba su abrazo, su caricia.. o su venenosa mordida.
Se había convertido en la musa de mis sueños, de mis momentos de soledad, de mi llanto sobre un piano.
Llevaba conmigo, aparte de su fria y fina mano, mi violín conmigo.
Nuestras manos entrelazadas me recordaba mis sueños de niño junto a una mujer, cuando a pesar de tener poco tiempo cuando niño de pensar en cosas como esa, debido a que viajaba por el mundo junto a mi padre mostrando mi música. Podía soñar a una mujer en pautas, en notas rápidas, y agudas, soñaba que me cantaba al oído mientras mi piano hacía lo suyo.
Sueños de niño que quizás nunca podré realizar con nadie....
...Mi parte humana me inundaba de nuevo, aveces era inevitable sentir aquellas cosas, ese intento de calor en mis entrañas al recordar mi niñez, me producía una sensación rica entre melancolía y emoción tras mis memorias.
¿Por qué no podía ser solo una cosa?..¿Por qué cada vez que siento algo se transmite por partida doble?...¿Por qué no es blanco o negro y siempre permanece siendo como una mezcla?
Mis articulaciones resguardando la mano de Nirole, comenzaban a debilitarse y relajarse. Mis memorias eran mi propia llaga en mi pecho vacío. ¿Cómo poder atravesar un vacío?... observaba en mi mente aquella llaga atravesando mi pecho... y sentía dolor...¿Acaso era imaginario?...
Dirigí mi mirada a Nirole con algo de palidez, no me había alimentado bien en estos días y trataba de no pensar en ello, al igual que no demostrarlo.
-Es una bella noche.. ¿No lo crees?- dije con suavidad intentando no romper la calma de nuestra caminata, mientras que mi mano aun entrelezada con la suya se mantenía algo débil.
El aroma de mi dama parecía no tener efecto alguno sobre mi, algo me estaba pasando y era que mis fuerzas para mantenerme lúcido habían cesado. Escuchaba ligeramente los sonidos de la noche, el movimiento de las hojas de los árboles, nuestros pasos sobre la hierba...
Todo estaba extrañamente debilitado esta noche para mi.
Intenté concentrarme un poco más en mi acompañante y le miré de reojo...
Siempre tan bella como todas aquellas noches, que pasabamos juntos en el bosque.. descansando mutuamente y entregándonos lo que nos nacía a ambos. Yo me había declarado ante ella en varias ocasiones, pero decidí por parte mía no alejarme... No hallaría jamás a nadie como ella. Era muy valiosa para mi, tanto que nuestro sentimiento de puro de fraternidad se hacía cada vez mas fuerte.
Nos intentamos relajar, su compañía me era grata, amable, gustosa... había posado mis ojos en los de la vampira mil y una veces, admirándola y queríendola tanto como mi propio interior me permitía. Yo sabía y tenía en claro que juntos no acabaríamos, ella vive en su mundo, y yo intento buscar el mío propio. No la iba acarrear conmigo contra su voluntad. Pero ella no entendía que era un ser libre independiente de que ciertas cosas demostraran lo contrario...
Me preocupaba de hacerla vivir cada momento con alegría, aunque mi melancolía aveces llegaba a ganarme.. pero allí estaba su abrazo, su caricia.. o su venenosa mordida.
Se había convertido en la musa de mis sueños, de mis momentos de soledad, de mi llanto sobre un piano.
Llevaba conmigo, aparte de su fria y fina mano, mi violín conmigo.
Nuestras manos entrelazadas me recordaba mis sueños de niño junto a una mujer, cuando a pesar de tener poco tiempo cuando niño de pensar en cosas como esa, debido a que viajaba por el mundo junto a mi padre mostrando mi música. Podía soñar a una mujer en pautas, en notas rápidas, y agudas, soñaba que me cantaba al oído mientras mi piano hacía lo suyo.
Sueños de niño que quizás nunca podré realizar con nadie....
...Mi parte humana me inundaba de nuevo, aveces era inevitable sentir aquellas cosas, ese intento de calor en mis entrañas al recordar mi niñez, me producía una sensación rica entre melancolía y emoción tras mis memorias.
¿Por qué no podía ser solo una cosa?..¿Por qué cada vez que siento algo se transmite por partida doble?...¿Por qué no es blanco o negro y siempre permanece siendo como una mezcla?
Mis articulaciones resguardando la mano de Nirole, comenzaban a debilitarse y relajarse. Mis memorias eran mi propia llaga en mi pecho vacío. ¿Cómo poder atravesar un vacío?... observaba en mi mente aquella llaga atravesando mi pecho... y sentía dolor...¿Acaso era imaginario?...
Dirigí mi mirada a Nirole con algo de palidez, no me había alimentado bien en estos días y trataba de no pensar en ello, al igual que no demostrarlo.
-Es una bella noche.. ¿No lo crees?- dije con suavidad intentando no romper la calma de nuestra caminata, mientras que mi mano aun entrelezada con la suya se mantenía algo débil.
El aroma de mi dama parecía no tener efecto alguno sobre mi, algo me estaba pasando y era que mis fuerzas para mantenerme lúcido habían cesado. Escuchaba ligeramente los sonidos de la noche, el movimiento de las hojas de los árboles, nuestros pasos sobre la hierba...
Todo estaba extrañamente debilitado esta noche para mi.
Intenté concentrarme un poco más en mi acompañante y le miré de reojo...
Siempre tan bella como todas aquellas noches, que pasabamos juntos en el bosque.. descansando mutuamente y entregándonos lo que nos nacía a ambos. Yo me había declarado ante ella en varias ocasiones, pero decidí por parte mía no alejarme... No hallaría jamás a nadie como ella. Era muy valiosa para mi, tanto que nuestro sentimiento de puro de fraternidad se hacía cada vez mas fuerte.
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 27/09/2012
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Re: La Noche y su Suavidad [Privado]
Paris,10 de Octubre de 1800
Por fin después de siglos entable una amistad valiosa para mí -puedo contarlo con los dedos de una mano y entran justos-, un vampiro que en las noches en la que mi única ocurrencia era ir a las orillas del lago "la boca del lobo”, tumbarme allí reposar, descansar, pensar o simplemente callar esas voces de remordimiento de las vidas quitadas. Últimamente bebo para olvidar, dejarme envolver por el frenesí que me suponía beber del néctar humano, regocijarme en su sabor en su esencia, sus gritos y dolor,¡ooh! Deliciosa sensación, hace que me relama los labios cada vez que recuerdo cada escena, ¿contradictorio?, no puedo negar lo que soy pero tampoco la culpa-exhale-.
Él y yo, yo y él, se había creado un vínculo especial no más allá de lo fraternal, la comodidad era mutua y diría que podría haber incluso atracción, era palpable pero bien sabía que no iba a corresponderlo, aún así le pedí que se quedara junto a mi, después de todo no había nada de malo era normal, era humano-río, aún caminando a su lado, mientras pienso y narro en mi mente-;después de todo no soy del todo un monstruo como creía- sonrío casi sin darme cuenta, mirándole de reojo en cada paso, quitando con suavidad los entrelazados dedos para solo coger dos de esa misma mano, seguir caminando a su lado, mientras el viento me despeina, tapa mi visión , pero no mis sentidos, oigo el murmullar de la naturaleza, los bellos se me ponen de punta y la sangre se altera al sentir y oler vitae cerca, bien podrían ser humanos o también aves nocturnas, que se delataban con su piar.
Desvió la mirada a su cuello, solo unos segundos, palpitante vena y débil, su palidez en la piel indicaba que al parecer no se había alimentado alimentado, por hoy. Desde que aquellos encuentros eran casi continuos, no me vi en la necesidad de indagar de observar dentro de él –su mente- para saber lo que le ocurría con cada instante, por una vez quería controlar el “saberlo todo” y que me contara por su cuenta, siempre y cuando quisiera, si no quedaba la alternativa de quedarnos callados, tumbados frente al lago casi como de costumbre, cuando se quería liberar y silenciar los murmullos. Para darse cuenta de aquello, tampoco era necesario, incluso el menos experimentado podría averiguarlo con solo observar detenidamente.
Cuando me habló apreté esos dos dedos y sonreí con dulzura, intentando disimular, que todo iba bien y que no me había dado cuenta de aquella debilidad- ...si, es hermoso, todo parece tan tranquilo-miré hacia arriba, observe las hojas moverse por el viento e incluso me quite del medio esos mechones rebeldes y los puse tras mi oreja, aunque no era seguro que estuvieran allí por mucho tiempo. Columpie nuestras manos al tiempo que volvía la vista él, y apartaba mi cabello a un lado-….¿que es lo que pasa por su mente sr van dort.. ? lo noto distraído esta noche-hice una mueca, aun mirándole-…¿Mikelangelo?-insistí.
Última edición por Nirole Eilen el Jue Nov 21, 2013 2:15 pm, editado 1 vez
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
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Re: La Noche y su Suavidad [Privado]
Mi mirada estaba perdida hacia el frente, ahora solo la dulce voz de la vampiresa resonaba en mis oídos, como un dulce pinchazo de aguja.
Mis pensamientos revoloteaban libres, pero en calma alrededor mío. Los pequeños roces de la piel fría de la Madame, no lograban hacerme reaccionar.
Se tradujo todo en un suspiro, mientras agaché la mirada con pesar, independiente de todo, seguía inmuto tras el dolor de mis pensamientos... ¿Me estaría resignando a sufrir la pérdida simplemente?... Si, al parecer esa era la respuesta.
Mi mente poco a poco iba sobrevolando aquellas praderas, comenzaba a olvidar que no estaba solo, por lo que cuando la bella vampiresa pronunció un suave, pero autoritario: "Mikelangelo"...
Entreabrí mis ojos pesarosos, para quedarme allegado en su penentrante mirada.
Observé nuestras manos, que solo permanecían en un leve roce... entonces la solté y llevé suavemente aquella mano y brazo, rodeando su cintura, para que por inercia le propiciase un ameno abrazo y hablando con mi voz grave y suave respondí:
-Nirole...- salió suavemente de mi boca -...no me he alimentado en semanas...- hice una leve pausa - ...y es que siento que no tengo las fuerzas para atraparme un buen bocado, que no tengo aquella ambición de derramar dentro de mi, aquel elixir que me mantiene lúcido... -
Finalicé, haciéndole entender, que me veía vencido en ese momento, en muchos aspectos, tanto cotidianos como eternos, las luchas entre mi cuerpo y mente hacia mi mismo, eran constantes...
Mucho de mis valores, virtudes y aptitudes se habían vuelto completamente nefastos y sin éxito. Ahora realmente podría decir que me sentía muerto por dentro, asi como un alma en podredumbre.
No dije más y la envolví entre mis brazos sutilmente sintiendo, a poca fuerza, el aroma que expelaba de su embelesado cuerpo. Era bastante fuerte ante mis narices, pero no lo suficiente como para tentarme a beber de ella.
Me separé lentamente, besando una vez más el dorso de su mano. Y mantuve esa mano entre las mías, mientras caminábamos sin rumbo definido.
La noche amarga, se hacía mucho más palpable y decidí sentarme, atrayéndola conmigo a la vez, cerca del borde de un río de bastante profundidad, al lado de un pequeño acantilado escondido en aquellos grandes terrenos valdíos del campo.
Mi mirada se posó en el agua correr frente a nosotros, y veía a la vez, como la luz de la luna agrandaba nuestras sombras en la hierba.
De pronto sonreí al ver tanta belleza junta por doquier, amaba a la naturaleza y me encantaba pasarme el tiempo en lugares asi. Sonreí por una bella razón, sonreí por una bella mujer... que tenía la oportunidad de estar conmigo en esta noche tan amarga y escasa de estrellas... sonreí por Nirole...
Y entonces le dediqué una suave mirada, escuchando el agua frente a mi, el golpe de ésta contra las rocas, y cómo es que se deslizaba por el río...
Llevé una de mis manos a su mejilla para acariciarle y poder expresarle mis más sinceros sentimientos...
-Muchas gracias por estar acompañándome esta noche, bella inconnu... - pronuncié como en susurro, como si no quisiera interrumpir el presencial ruido del agua junto a nosotros.
Deseaba que el agua me inundase, me llevase a brazos abiertos y flotando, fresco, desnudo, sin ataduras, ni ropajes, como si pudiese llegar a purificarme.. pero era imposible, nada podría llegar a lograrlo...
-Eres muy importante para mi, Nirole... quiero que lo sepas, por si no te lo he dicho anteriormente... no espero lo mismo, pero al menos deseo tu comodidad y cercanía.. puedes confiar en mi, para lo que necesites.. - entrecerré mis ojos tras decir lo último, por debilidad al hablar, necesitaba realmente, alimentarme.
Eran altas horas de la noche, dudaba que alguien aparte de bestias, anduvieran rondando por el lugar a esa hora, menos en un lugar tan recóndito y especial como ese. Mi mano cayó de su mejilla con brusquedad. Hice caso omiso a tal demostración de debilitamiento.
Más, no tuve otra opción que tumbarme en la hierba mirando a Nirole desde allí.
-Ahhg.. - dije con algo de dificultad, lo más bajo posible - ...te ves hermosa esta noche, madame...- dije con mi brazo sobre un lado de mi rostro destapando uno de mis ojos que le observaban atentamente...
Realmente la belleza de aquella dama era única, tenía que reconocerlo... pero sabía y ya me había resignado que lo bello era duramente veneno para mi. Veneno y prohibido eran ahora... mis mayores ambiciones.
Mis pensamientos revoloteaban libres, pero en calma alrededor mío. Los pequeños roces de la piel fría de la Madame, no lograban hacerme reaccionar.
Se tradujo todo en un suspiro, mientras agaché la mirada con pesar, independiente de todo, seguía inmuto tras el dolor de mis pensamientos... ¿Me estaría resignando a sufrir la pérdida simplemente?... Si, al parecer esa era la respuesta.
Mi mente poco a poco iba sobrevolando aquellas praderas, comenzaba a olvidar que no estaba solo, por lo que cuando la bella vampiresa pronunció un suave, pero autoritario: "Mikelangelo"...
Entreabrí mis ojos pesarosos, para quedarme allegado en su penentrante mirada.
Observé nuestras manos, que solo permanecían en un leve roce... entonces la solté y llevé suavemente aquella mano y brazo, rodeando su cintura, para que por inercia le propiciase un ameno abrazo y hablando con mi voz grave y suave respondí:
-Nirole...- salió suavemente de mi boca -...no me he alimentado en semanas...- hice una leve pausa - ...y es que siento que no tengo las fuerzas para atraparme un buen bocado, que no tengo aquella ambición de derramar dentro de mi, aquel elixir que me mantiene lúcido... -
Finalicé, haciéndole entender, que me veía vencido en ese momento, en muchos aspectos, tanto cotidianos como eternos, las luchas entre mi cuerpo y mente hacia mi mismo, eran constantes...
Mucho de mis valores, virtudes y aptitudes se habían vuelto completamente nefastos y sin éxito. Ahora realmente podría decir que me sentía muerto por dentro, asi como un alma en podredumbre.
No dije más y la envolví entre mis brazos sutilmente sintiendo, a poca fuerza, el aroma que expelaba de su embelesado cuerpo. Era bastante fuerte ante mis narices, pero no lo suficiente como para tentarme a beber de ella.
Me separé lentamente, besando una vez más el dorso de su mano. Y mantuve esa mano entre las mías, mientras caminábamos sin rumbo definido.
La noche amarga, se hacía mucho más palpable y decidí sentarme, atrayéndola conmigo a la vez, cerca del borde de un río de bastante profundidad, al lado de un pequeño acantilado escondido en aquellos grandes terrenos valdíos del campo.
Mi mirada se posó en el agua correr frente a nosotros, y veía a la vez, como la luz de la luna agrandaba nuestras sombras en la hierba.
De pronto sonreí al ver tanta belleza junta por doquier, amaba a la naturaleza y me encantaba pasarme el tiempo en lugares asi. Sonreí por una bella razón, sonreí por una bella mujer... que tenía la oportunidad de estar conmigo en esta noche tan amarga y escasa de estrellas... sonreí por Nirole...
Y entonces le dediqué una suave mirada, escuchando el agua frente a mi, el golpe de ésta contra las rocas, y cómo es que se deslizaba por el río...
Llevé una de mis manos a su mejilla para acariciarle y poder expresarle mis más sinceros sentimientos...
-Muchas gracias por estar acompañándome esta noche, bella inconnu... - pronuncié como en susurro, como si no quisiera interrumpir el presencial ruido del agua junto a nosotros.
Deseaba que el agua me inundase, me llevase a brazos abiertos y flotando, fresco, desnudo, sin ataduras, ni ropajes, como si pudiese llegar a purificarme.. pero era imposible, nada podría llegar a lograrlo...
...La maldición en esta tierra era yo mismo...
-Eres muy importante para mi, Nirole... quiero que lo sepas, por si no te lo he dicho anteriormente... no espero lo mismo, pero al menos deseo tu comodidad y cercanía.. puedes confiar en mi, para lo que necesites.. - entrecerré mis ojos tras decir lo último, por debilidad al hablar, necesitaba realmente, alimentarme.
Eran altas horas de la noche, dudaba que alguien aparte de bestias, anduvieran rondando por el lugar a esa hora, menos en un lugar tan recóndito y especial como ese. Mi mano cayó de su mejilla con brusquedad. Hice caso omiso a tal demostración de debilitamiento.
Más, no tuve otra opción que tumbarme en la hierba mirando a Nirole desde allí.
-Ahhg.. - dije con algo de dificultad, lo más bajo posible - ...te ves hermosa esta noche, madame...- dije con mi brazo sobre un lado de mi rostro destapando uno de mis ojos que le observaban atentamente...
Realmente la belleza de aquella dama era única, tenía que reconocerlo... pero sabía y ya me había resignado que lo bello era duramente veneno para mi. Veneno y prohibido eran ahora... mis mayores ambiciones.
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Re: La Noche y su Suavidad [Privado]
Le observaba mientras caminaba, estaba extraño, pensativo a la vez que ido, parecía querer mantener el equilibrio para no caer en un precipicio pintado e imaginario aunque lo evitaría, en su estado no podía mantenerme cuerda siquiera, no quiso mantener la mano agarrada, y no me opuse a que lo hiciera buscándola de nuevo, solo me le seguí y camino con las manos por delante de mi regazo una encima de otra ,sonriéndole al tiempo que el parecía volver a sentirme a su lado, no me había ido ni me iré al menos que él me lo pida o bien ocurra algo que me haga romper este vínculo a la fuerza, y mientras eso no ocurra se hará más fuerte. Creí que todo acaba ahí que seguiríamos caminando, hasta perdernos un poco más-a pesar de haber estado mil veces por aquí, siempre cabe la posibilidad de perderse-, un abrazo inesperado, sentido, que acepté y correspondí con los ojos cerrados, deslice mi mano sobre su nuca para acariciar su cabello-con la otra bajaba de su hombro acariciando su cuello hasta su espalda con la palma abierta-; mirando al frente quietos, escuchándolo atenta. Esta cercanía me mataba, su olor era penetrante, tan delicioso que si liberara mi ansia y mi sed…yo… .
Confeso lo que me temía lo que podía verse a simple vista-para el observador-,el abrazo más consolidado y no se lo negué tampoco, iba apartarme pero él, se adelantó una vez más, dada la situación no me molesta lo mire conforme besaba el dorso de mi mano como cuando la toma sin temor a que la apartara-que bien pude hacerlo, y no hice-, guiándome tras las sombras de su paso hasta sentarnos, me quede en silencio el murmurar de su corriente era música para a mis oídos, la luna con su luz, deformada en ondas y en la superficie tan entera, casi una descripción simultanea de nuestra especie-un punto diferente de verlo y tal vez para algunos equívoco-;Ladee la cara, quité mi atención observo sus ojos en silencio e imito su gesto para acariciar la mejilla contraría a la mía y sonreír- gracias a ti, la compañía es mutua. Sabedlo-le sonrío, quito mi mano, solo la yema de la misma lo acarician finalizando con un leve roce de uñas que no llegan a herirle, vuelvo a mirar al lago.
Era tan inexplicable aquella situación donde su caricia me recordó el anhelo, manos frías que proporcionan calor-inexistente- por su solo significado. No le deje ver, solo la sombra de lo real que me carcomía por dentro. Recojo mis piernas trayéndomelas al pecho y apoyo mi cara en las rodillas, era sorprendente que me apreciara en poco tiempo , aunque quizás no sea necesario para sentir comunidad esa afinidad, que queda en lo fraternal-Mikelangelo…- pongo la mano sobre la ajena -… los sentimientos son encontrados-frunce un poco el ceño, sin marcar-..quiero decir también lo sois para mí, mesie la comodidad es mutua….puedo brindártelo como lo haces vos...-callé casi de inmediato, al ver su gesto ido, blando y sin fuerzas, se había debilitado bastante-mi..ke..lan…ge…lo- sonó ágil, normal, pero quizá para él era lento, como una voz sin forma, su mano cae y no reacciono lo suficienemente rápido como para cogerla, solo cuando ya estaba en el suelo- ¡mikelangelo, maldita sea….!-susurro como si se tratase de un secreto contado en el oído, para que nadie salvo él lo escuchara. Sus gestos eran normales aparentemente, su gesto final de colocar su brazo tapando media cara, ocultándose para mi o quizás solo por disimulo-...creo que vuestra debilidad os hace delirar...es imposible hallar belleza en un monstruo como yo-observo su ojo, el único que deja ver, me desplazo hasta quedar a su lado, e incluso me pongo de rodillas. Quito su mano y brazo y la pongo sobre su propio regazo-necesito que vuelvas a ser coherente….-finalice. Llevo la muñeca a los labios y muerdo despacio, unas gotas se escapan resbalándose por mi muñeca manchando la hierba, y mis labios, se lo ofrecí-aunque casi parece una obligación al colocársela directamente en la boca para que bebiera-,espere a que bebiera.
Confeso lo que me temía lo que podía verse a simple vista-para el observador-,el abrazo más consolidado y no se lo negué tampoco, iba apartarme pero él, se adelantó una vez más, dada la situación no me molesta lo mire conforme besaba el dorso de mi mano como cuando la toma sin temor a que la apartara-que bien pude hacerlo, y no hice-, guiándome tras las sombras de su paso hasta sentarnos, me quede en silencio el murmurar de su corriente era música para a mis oídos, la luna con su luz, deformada en ondas y en la superficie tan entera, casi una descripción simultanea de nuestra especie-un punto diferente de verlo y tal vez para algunos equívoco-;Ladee la cara, quité mi atención observo sus ojos en silencio e imito su gesto para acariciar la mejilla contraría a la mía y sonreír- gracias a ti, la compañía es mutua. Sabedlo-le sonrío, quito mi mano, solo la yema de la misma lo acarician finalizando con un leve roce de uñas que no llegan a herirle, vuelvo a mirar al lago.
Era tan inexplicable aquella situación donde su caricia me recordó el anhelo, manos frías que proporcionan calor-inexistente- por su solo significado. No le deje ver, solo la sombra de lo real que me carcomía por dentro. Recojo mis piernas trayéndomelas al pecho y apoyo mi cara en las rodillas, era sorprendente que me apreciara en poco tiempo , aunque quizás no sea necesario para sentir comunidad esa afinidad, que queda en lo fraternal-Mikelangelo…- pongo la mano sobre la ajena -… los sentimientos son encontrados-frunce un poco el ceño, sin marcar-..quiero decir también lo sois para mí, mesie la comodidad es mutua….puedo brindártelo como lo haces vos...-callé casi de inmediato, al ver su gesto ido, blando y sin fuerzas, se había debilitado bastante-mi..ke..lan…ge…lo- sonó ágil, normal, pero quizá para él era lento, como una voz sin forma, su mano cae y no reacciono lo suficienemente rápido como para cogerla, solo cuando ya estaba en el suelo- ¡mikelangelo, maldita sea….!-susurro como si se tratase de un secreto contado en el oído, para que nadie salvo él lo escuchara. Sus gestos eran normales aparentemente, su gesto final de colocar su brazo tapando media cara, ocultándose para mi o quizás solo por disimulo-...creo que vuestra debilidad os hace delirar...es imposible hallar belleza en un monstruo como yo-observo su ojo, el único que deja ver, me desplazo hasta quedar a su lado, e incluso me pongo de rodillas. Quito su mano y brazo y la pongo sobre su propio regazo-necesito que vuelvas a ser coherente….-finalice. Llevo la muñeca a los labios y muerdo despacio, unas gotas se escapan resbalándose por mi muñeca manchando la hierba, y mis labios, se lo ofrecí-aunque casi parece una obligación al colocársela directamente en la boca para que bebiera-,espere a que bebiera.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: La Noche y su Suavidad [Privado]
Lo que me temía, no quería llegar a tal punto de debilitamiento que Nirole casi por obligación acerca su muñeca hasta la altura de mi boca… Sentí su tentador aroma, e intentaba rehusarme dando vuelta mi rostro, mientras ella sostenía una de mis manos, y me pronunciaba algunas palabras erróneas con respecto a mi estado.
No era para mi un delirio decirle esa noche a Nirole lo hermosa que estaba, ni menos una incoherencia, era la dura y completa realidad. Su rostro brillante, pero con temple preocupado debido a que aún no cedía en beber de su muñeca, era una de las cosas más hermosas que podía encontrar en esa noche, su cercanía era mi completa tentación, aunque sabía que no podía hacer nada al respecto, intenté lo más que pude negarle su sacrificio de sangre a mis labios…
Mi olfato parecía que comenzaba a quemarme de desesperación, de desolación tras el fuerte aroma de aquella fémina de mis tentaciones. Me preguntaba en esos momentos, como es que un ser tan imponente como el vampiro, puede a la vez caer bajo el encanto sin esfuerzo de una dama como Nirole, y el aroma de su joven elixir.
Joven, si… joven muy joven, tentaciones jóvenes para mi interior, cuerpos bellos para las arrugas invisibles de mi piel, la rebeldía de su atrevimiento a convidarme de su preciosa sangre… ¿Cómo pude caer en ello?... ¿Cómo tanto? … Como sentí aquel poder de su jovial embellecimiento de la compañía que me brindaba… ¿Por qué cedí? ..y como siempre aquellas dudas quedaban en el aire, y no quería responderlas, quería saborearlas… aunque culpable de mi propia ignorancia falsa, terminaba con aquel sabor amargo del dolor entre mis labios…
Tomé su muñeca con ligereza, y la presión que mi boca ejercía sobre ésta, era mucho más que excitante, comenzaban a tornarse mis ojos en aquel rojo intenso que llegaba casi hasta negro, como los de un demonio. Demonio, que orgullosamente mi parte bestial, del interior más profundo, alababa.
Su sangre cayó entre mis labios y la saboreaba de a poco, pero mis impulsos comenzaban a salirse de control, no solo por el hecho de probar su delicioso y muerto carmesí, si no por las ganas de atrapar a la mujer contra mi cuerpo, y ensuciar en un beso, aquellos carnosos labios de su sangre propia, que yo disfrutaba a la vez con esmero. Mi conciencia intentó calmarse, y mis sensaciones crecían aún más rápido…
Tuve que dejar de beber de ella, sin querer hacerlo realmente, y me aparté algo brusco de su lado mientras buscaba mi pañuelo para secarme…
Mi vista estaba hacia abajo, me daba algo de vergüenza mirarle…
-Desolé madame…- no pude pronunciar más que aquello con una voz rasgada mirándole por lo bajo, llevando mis manos a mi frente con pesar…
-No quería llegar a algo asi…- no sabía como reaccionar realmente, las imágenes de Nirole en mi cabeza, imaginándole a cuerpo desnudo sobre mi piel, mientras la sangre nos bañaba eran poderosas…
…Hablaba la voz de mi mente y conciencia…
Entonces solo me acerqué a ella a darle un leve abrazo, mientras que las imágenes en mi mente se disipaban, acaricié su largo cabello que caía por su fina espalda y la atraje a mi cuerpo con un poco más de presión….
-Merci… por tal sacrificio.- finalicé cortadamente…
…Hablaba, entonces, la voz de mi alma….
No quise soltarla pues, de alguna u otra forma aquel abrazo podía llegar realmente a calmar, todo tipo de palpitación en mi interior... aquellas sensaciones que iban jugando contra el tiempo en que probaba la sabrosa sangre de la vampiresa y el saciar de mi sed.
Susurré a su oído unas palabras imperceptibles, que eran parte de una canción que aguardaba en mi ser, con tanto recelo...
...Mi voz penetró con suavidad en sus oídos, pero manteniendo aquel volumen imperceptible, como aquel susurro inentendible de la brisa de la noche...
Tenerla entre mis brazos eran la única prision que yo mismo me podía permitir, perder la razón....
No era para mi un delirio decirle esa noche a Nirole lo hermosa que estaba, ni menos una incoherencia, era la dura y completa realidad. Su rostro brillante, pero con temple preocupado debido a que aún no cedía en beber de su muñeca, era una de las cosas más hermosas que podía encontrar en esa noche, su cercanía era mi completa tentación, aunque sabía que no podía hacer nada al respecto, intenté lo más que pude negarle su sacrificio de sangre a mis labios…
Mi olfato parecía que comenzaba a quemarme de desesperación, de desolación tras el fuerte aroma de aquella fémina de mis tentaciones. Me preguntaba en esos momentos, como es que un ser tan imponente como el vampiro, puede a la vez caer bajo el encanto sin esfuerzo de una dama como Nirole, y el aroma de su joven elixir.
Joven, si… joven muy joven, tentaciones jóvenes para mi interior, cuerpos bellos para las arrugas invisibles de mi piel, la rebeldía de su atrevimiento a convidarme de su preciosa sangre… ¿Cómo pude caer en ello?... ¿Cómo tanto? … Como sentí aquel poder de su jovial embellecimiento de la compañía que me brindaba… ¿Por qué cedí? ..y como siempre aquellas dudas quedaban en el aire, y no quería responderlas, quería saborearlas… aunque culpable de mi propia ignorancia falsa, terminaba con aquel sabor amargo del dolor entre mis labios…
Tomé su muñeca con ligereza, y la presión que mi boca ejercía sobre ésta, era mucho más que excitante, comenzaban a tornarse mis ojos en aquel rojo intenso que llegaba casi hasta negro, como los de un demonio. Demonio, que orgullosamente mi parte bestial, del interior más profundo, alababa.
Su sangre cayó entre mis labios y la saboreaba de a poco, pero mis impulsos comenzaban a salirse de control, no solo por el hecho de probar su delicioso y muerto carmesí, si no por las ganas de atrapar a la mujer contra mi cuerpo, y ensuciar en un beso, aquellos carnosos labios de su sangre propia, que yo disfrutaba a la vez con esmero. Mi conciencia intentó calmarse, y mis sensaciones crecían aún más rápido…
Tuve que dejar de beber de ella, sin querer hacerlo realmente, y me aparté algo brusco de su lado mientras buscaba mi pañuelo para secarme…
Mi vista estaba hacia abajo, me daba algo de vergüenza mirarle…
-Desolé madame…- no pude pronunciar más que aquello con una voz rasgada mirándole por lo bajo, llevando mis manos a mi frente con pesar…
-No quería llegar a algo asi…- no sabía como reaccionar realmente, las imágenes de Nirole en mi cabeza, imaginándole a cuerpo desnudo sobre mi piel, mientras la sangre nos bañaba eran poderosas…
…Hablaba la voz de mi mente y conciencia…
Entonces solo me acerqué a ella a darle un leve abrazo, mientras que las imágenes en mi mente se disipaban, acaricié su largo cabello que caía por su fina espalda y la atraje a mi cuerpo con un poco más de presión….
-Merci… por tal sacrificio.- finalicé cortadamente…
…Hablaba, entonces, la voz de mi alma….
No quise soltarla pues, de alguna u otra forma aquel abrazo podía llegar realmente a calmar, todo tipo de palpitación en mi interior... aquellas sensaciones que iban jugando contra el tiempo en que probaba la sabrosa sangre de la vampiresa y el saciar de mi sed.
Susurré a su oído unas palabras imperceptibles, que eran parte de una canción que aguardaba en mi ser, con tanto recelo...
"...Le désir devient ma prison... á en perdre la raison..."
...Mi voz penetró con suavidad en sus oídos, pero manteniendo aquel volumen imperceptible, como aquel susurro inentendible de la brisa de la noche...
Tenerla entre mis brazos eran la única prision que yo mismo me podía permitir, perder la razón....
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Re: La Noche y su Suavidad [Privado]
Impaciente por que bebiera, preocupada porque quizás no lo hiciera, sus gestos me tenían en vilo, si no acababa por hacerlo puede inclusive le obligara, aunque tuviera que dárselo desde mi boca, poco a poco, dándole aliento evitando que quedase inerte en el suelo, no me lo podía permitir.
-¿porque eres tan....n?-silencio, frase inacabada e impregnada con el olor de mi propia sangre alborotada siendo bebida finalmente después de resistirse a lo que su interior reclamaba a voces. Sus colmillos me herían con fuerza, su sed parecía calmarse a mi costa, tal como pretendía, deje mi mano sobre su pecho y su brazo, venciéndome a un lado con límite de su cuerpo y no quedar demasiado tumbada-bebe tranquilo-pensé en alto, pero notaba su ansia por el rojo que ahora manchaban sus labios, como en alguna ocasión hicieron los míos, también por su fuerza y forma de aferrarse a mi muñeca, creía que iba a dejarme seca, pude incluso ver pasar una imagen donde se cambiaban las tornas donde era yo quien estaba calmando su sed. Aunque con la diferencia que él mismo supo detenerse-bruscamente- sin necesidad de quitarlo a la fuerza, admirable.
Volví a mirarlo parecía avergonzado por sobrevivir, así lo veía, unas gotas de sangre que revivían las fuerzas, o al menos no le hacía ver más pálido de lo que es habitual en nuestra especie. Ojos rojizos en su centro oscuro que poco a poco se recuperaban, volviendo a su mirada tan natural y penetrante tanto lo era que debía reconocer que llegue a sentir algo de miedo al verme reflejada en él tan feroz y a la vez culpable por el alcance de un anhelo común, el roce del preciado cristal carmesí.
-¿Por qué os disculpáis?¿por sobrevivir?¿por aceptar beber de mi?, no deberías hacerlo-dije mientras me movía para reincorporarme y acortar el espacio que existía entre nosotros, lo suficiente, un solo paso entre medias, le ofrecí mi mano para que se levantara-en otra situación donde tu desperación,guiado por tu sed entonces si que sería oportuno hacerlo, aunque no solo eso sino que deberías alejarte tanto para no alcanzarte...y ocurran consecuencias fatales-;Otra vez mi gesto se quedó idiota, me abrazó dejando mi mano entre los dos y deslice para rodearlo, apoyando la barbilla en su hombro, frotando su espalda mirando hacia adelante, entretanto lo escuchaba, una vez acabado respondí-¿llegar a este punto?-dije aún notando sus manos sobre mi cintura, mi espalda acariciándome el cabello, parecía entretenido y no interrumpí, unos minutos más y di un paso hacia atrás en mi acción-no es sacrificio alguno, solo es un poco de sangre…-esa imagen de él alimentándose, lo reviví a través de sus ojos, vuelvo en si y parpadeo cuando de nuevo esta cerca de mi, ¿creia que me había apartado de su abrazo?¿quizás algo este descontrolándo mi habilidad de clarividencia?-pero no fue así,permanaci con la mano sobre su espalda, y él me despertó con aquél susurro, una melodía que dibujó con cincel, una sonrisa que quise ocultar y disimular rápidamente lamiéndome los labios, desviando la mirada…
-....hechizada por locas ideas,¿por que?...-susurre creyendo que no fuí oida, volviendo la mirada al frente un poco tensa,acaricie su nuca,ahora si controlandome de no beber de él,y mucho menos lo haré notar almenos que fuera extremo y por si solo se mostrara,-lo intentaré-debo encontrar alimento y pronto antes que ocurra.
-¿porque eres tan....n?-silencio, frase inacabada e impregnada con el olor de mi propia sangre alborotada siendo bebida finalmente después de resistirse a lo que su interior reclamaba a voces. Sus colmillos me herían con fuerza, su sed parecía calmarse a mi costa, tal como pretendía, deje mi mano sobre su pecho y su brazo, venciéndome a un lado con límite de su cuerpo y no quedar demasiado tumbada-bebe tranquilo-pensé en alto, pero notaba su ansia por el rojo que ahora manchaban sus labios, como en alguna ocasión hicieron los míos, también por su fuerza y forma de aferrarse a mi muñeca, creía que iba a dejarme seca, pude incluso ver pasar una imagen donde se cambiaban las tornas donde era yo quien estaba calmando su sed. Aunque con la diferencia que él mismo supo detenerse-bruscamente- sin necesidad de quitarlo a la fuerza, admirable.
Volví a mirarlo parecía avergonzado por sobrevivir, así lo veía, unas gotas de sangre que revivían las fuerzas, o al menos no le hacía ver más pálido de lo que es habitual en nuestra especie. Ojos rojizos en su centro oscuro que poco a poco se recuperaban, volviendo a su mirada tan natural y penetrante tanto lo era que debía reconocer que llegue a sentir algo de miedo al verme reflejada en él tan feroz y a la vez culpable por el alcance de un anhelo común, el roce del preciado cristal carmesí.
-¿Por qué os disculpáis?¿por sobrevivir?¿por aceptar beber de mi?, no deberías hacerlo-dije mientras me movía para reincorporarme y acortar el espacio que existía entre nosotros, lo suficiente, un solo paso entre medias, le ofrecí mi mano para que se levantara-en otra situación donde tu desperación,guiado por tu sed entonces si que sería oportuno hacerlo, aunque no solo eso sino que deberías alejarte tanto para no alcanzarte...y ocurran consecuencias fatales-;Otra vez mi gesto se quedó idiota, me abrazó dejando mi mano entre los dos y deslice para rodearlo, apoyando la barbilla en su hombro, frotando su espalda mirando hacia adelante, entretanto lo escuchaba, una vez acabado respondí-¿llegar a este punto?-dije aún notando sus manos sobre mi cintura, mi espalda acariciándome el cabello, parecía entretenido y no interrumpí, unos minutos más y di un paso hacia atrás en mi acción-no es sacrificio alguno, solo es un poco de sangre…-esa imagen de él alimentándose, lo reviví a través de sus ojos, vuelvo en si y parpadeo cuando de nuevo esta cerca de mi, ¿creia que me había apartado de su abrazo?¿quizás algo este descontrolándo mi habilidad de clarividencia?-pero no fue así,permanaci con la mano sobre su espalda, y él me despertó con aquél susurro, una melodía que dibujó con cincel, una sonrisa que quise ocultar y disimular rápidamente lamiéndome los labios, desviando la mirada…
-....hechizada por locas ideas,¿por que?...-susurre creyendo que no fuí oida, volviendo la mirada al frente un poco tensa,acaricie su nuca,ahora si controlandome de no beber de él,y mucho menos lo haré notar almenos que fuera extremo y por si solo se mostrara,-lo intentaré-debo encontrar alimento y pronto antes que ocurra.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
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Re: La Noche y su Suavidad [Privado]
Solté a Nirole tras sentir como su desplante comenzaba a ponerse aún más tenso dentro de nuestro abrazo, dentro de aquel anhelo que yo jamás podría llegar a alcanzar, me sentía en ese momento realmente resignado y completamente absorbido por la idiotez de pensar que algo más podría ocurrir esa noche con ella. Me intenté convencer a mi mismo que todo esto había sido parte de una ilusión para no volver a pensar más en las cosas que sentía por ella… y fue entonces cuando mis miradas se endurecieron y mi voz comenzaba poco a poco a tornarse más fría… y la palidez de mis ojos tristes comenzaban a denotarse también.
A pesar de que en ese momento ya había bebido de la sangre mortífera y venenosa que emana de su cuerpo, me sentía por dentro débil.
Después comprendí que ella necesitaba alimento ahora, pensé un momento en devolverme la mano a través de mi sangre propia pero después me arrepentí dando unos pasos más hacia atrás…
-Gracias por tu compañía esta noche realmente, belle Nirole- dije exhalando ampliamente mientras que comenzaba a arreglarme un poco las ropas, después de repasar con mi mano la tela de mi camisa para disponerme a irme y dejar que ella buscara su alimento….
Ella y yo jamás podríamos llegar a ser tan unidos, como yo creía desde un principio. Nuestras distintas formas de ver a la Muerte en Vida eran tan notorias, y aveces rozábamos en muchas cosas. Ella me creía un simple idiota quien encantaba a las mujeres una noche, para llegar a la unión del sexo y después dejarles. Solo recuerdo nada más aquella vez que me tiró a la cama intentando cautivarme para que yo cediera antes sus encantos y lo que creyese ella de mi se asegurase. Pero yo no iba a hacer eso, el tener sexo sin compromiso lo había dejado hace mucho… desde que caí enamorado de la humana que hoy es mi maldita creación, un experimento fallido, un error que jamás volveré a cometer con nadie.
Desvié la mirada algo perdido tras recordar aquella eterna mujer de mis lamentos y suspiré…
-Espero…- hablé con inseguridad, realmente no sabía cómo terminar aquel encuentro - …ah….volver reencontrarme contigo en otra ocasión…- finalicé mintiendo, yo ya no quería irrumpir más en su vida como ya lo había hecho todo este tiempo, por algo que jamás conseguiré. No seré egoísta esta vez, como lo fui hace un tiempo atrás.
El darme cuenta de cómo intentaba corregir mis errores dejando a Nirole libre de mi, me producía un sentimiento de rabia e ira para conmigo mismo, yo era posesivo y no lo niego jamás… pero…
A pesar de que en ese momento ya había bebido de la sangre mortífera y venenosa que emana de su cuerpo, me sentía por dentro débil.
Después comprendí que ella necesitaba alimento ahora, pensé un momento en devolverme la mano a través de mi sangre propia pero después me arrepentí dando unos pasos más hacia atrás…
-Gracias por tu compañía esta noche realmente, belle Nirole- dije exhalando ampliamente mientras que comenzaba a arreglarme un poco las ropas, después de repasar con mi mano la tela de mi camisa para disponerme a irme y dejar que ella buscara su alimento….
Ella y yo jamás podríamos llegar a ser tan unidos, como yo creía desde un principio. Nuestras distintas formas de ver a la Muerte en Vida eran tan notorias, y aveces rozábamos en muchas cosas. Ella me creía un simple idiota quien encantaba a las mujeres una noche, para llegar a la unión del sexo y después dejarles. Solo recuerdo nada más aquella vez que me tiró a la cama intentando cautivarme para que yo cediera antes sus encantos y lo que creyese ella de mi se asegurase. Pero yo no iba a hacer eso, el tener sexo sin compromiso lo había dejado hace mucho… desde que caí enamorado de la humana que hoy es mi maldita creación, un experimento fallido, un error que jamás volveré a cometer con nadie.
Desvié la mirada algo perdido tras recordar aquella eterna mujer de mis lamentos y suspiré…
-Espero…- hablé con inseguridad, realmente no sabía cómo terminar aquel encuentro - …ah….volver reencontrarme contigo en otra ocasión…- finalicé mintiendo, yo ya no quería irrumpir más en su vida como ya lo había hecho todo este tiempo, por algo que jamás conseguiré. No seré egoísta esta vez, como lo fui hace un tiempo atrás.
El darme cuenta de cómo intentaba corregir mis errores dejando a Nirole libre de mi, me producía un sentimiento de rabia e ira para conmigo mismo, yo era posesivo y no lo niego jamás… pero…
…No podía poseer a algo que en verdad, yo no tenía…
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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