Pérdida... No hay lobos ¿Verdad? - Libre

por **Bella / Mía Borja** Jue Nov 21, 2013 12:30 am

Mía se había encontrado con un señor que decía que podía ayudarle para encontrar a su hermano, la realidad es que no sabía que tan confiable era, pero el apellido era bastante conocido, así que supuso que podría ser de utilidad, aunque la cita que habían hecho le parecía demasiado extraña, a pesar de todo no puso objeción alguna, se tendría que deshacer de Bella en el primer momento que encontrara y lo había logrado, la dejó dormida bastante pronto y salió sin hacer demasiado ruido.

El bosque era su destino, aunque a las diez de la noche realmente era demasiado peligroso, sin embargo no había más, tendría que cumplir con la promesa que le había hecho a su padre, no sabía porqué pero... Se sentía en deuda, además de que el nervio de encontrar a aquél chico siempre le ganaba, tenía una curiosidad que era extraña en la mujer, pero muy real, era como si su corazón latiera más aprisa, aunque también parecía querer detenerse, no sabía como explicar lo que le pasaba dentro, pero algo le impulsaba a seguir adelante con su búsqueda.

Se enguantó las manos mientras iba caminando a toda prisa, sus pies se movían con agilidad, aunque sus ojos siempre estaban al pendiente de cualquier cosa que pudiera llegar a haber a su alrededor, tenía miedo, no lo iba a negar pero... Si podía terminar con esto cuanto antes estaría dispuesta a hacer todo, quería regresar a su país, hacer algo más que sólo buscar a un desconocido, sentir su alma tranquila.

Al llegar al bosque comenzó a caminar un poco más lento, iba abriéndose paso entre los matorrales que en ocasiones salían y detenía sus manos en algún tronco cercano, se supone que debería llegar a un claro, pero lo único que lograba era ver más y más árboles, oler a bosque con mayor intensidad y aquello estaba haciendo que su corazón se le quisiera salir por la boca.

por **Angelique Delacroix** Dom Nov 24, 2013 9:32 am

El rostro era lo único que se podía decir ella mantenía a la perfección, por que ningún rasguño había en él, era lo que más cuidaba, porque el cuerpo ya lo tenía perfecto, exuberante. Aquel ataque de lobos que había recibido era sólo una advertencia de donde se estaba metiendo, pero debía obtenerlo, sin importar cuantas cabezas de sus serpientes cayeran, ya que ninguno le importaba lo suficiente como para querer mover un sólo dedo por ellos. Las pocas telas que le cubrían el cuerpo estaban sucias, ensangrentadas y listas para seguir desnudándola, pero se mantenían firmes.

Ichabod era un hombre rudo, pero que tenía un talón de Aquiles notable, y frágil. La pequeña Anouk pagaría las consecuencias de un hombre que no quiere obedecer a un ser superior. Para la bruja era una lastima, porque la pequeña de melena de fuego le agradable, le parecía muy simpática, le caía bien, pero si tenía que sacrificarla con tal de obtener lo que deseaba, entonces lo haría, sin ni siquiera importarle lo que pudiera pasar. Así era ella, ¿juzgarla? Si, probablemente lo haría, pero tampoco le importaba lo que pensaban de su ser, eso siempre salía sobrando.

Así pues caminaba con paso firme, ignorando al par de idiotas que le iban pidiendo disculpas detrás de ella, haciendo que perdieran su rastro porque no deseaba verlos a ellos. La noche era su amiga, la luna siempre le ayudaba a potenciar sus dones de bruja. Angelique Delacroix era una criatura de temer, pero siempre mostrando su cara de inocencia para tener a los que necesitaba en su bolsa. ¿Qué haría esa noche? Se dedicaría a torturar al primer vampiro que le llevaran a su cabaña escondida en el bosque.

- O quizás me quedaré a investigar a alguien - Se dijo de forma interna al observar a una jovencita en medio de la luz plateada que la luna dejaba pasar entre algunos arboles. Interesante encontrarse a una criatura tan fina en medio de la nada. Interesante y peligroso.

- ¿No le enseñaron en casa que las señoritas de bien deben estar dormidas a cierta hora? - Preguntó con tono soberbio, estaba claro que ella no era una “señorita de bien” - Es peligroso - Finalizó con una sonrisa mordaz colocándose frente a la fémina.

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