Lobos con manzanas (Libre)

por **Baldr** Vie Sep 08, 2017 10:19 pm

Baldr no se habia percatado de la noción del tiempo en cuanto se dio cuenta de la hora que era y de lo cargado que iba para poder escapar de aquella abandonada mansión de vacaciones de una familia adinerada. Menos mal que iba acompañado de otros dos gitanos y otros dos que esperaban en el exterior vigilando por si venia alguien importante.

- Vamos sino si que nos pillarán - Baldr apoyando la bolsa sobre su hombro izquierdo salia por la ventana torpemente pero al caer sobre uno de los gitanos no hizo nada de ruido - ¡Agh! - molesto de dolor se puso en pie y de nuevo echándose el saco al hombro comenzó una caminata hacia el camino que llevaba hacia los callejones en donde pillaría la desviación para dirigirse hacia los bosques, pero en cuanto torcian y callejeaban, la bolsa parecia estar flojeando y comenzaba a abrirse de manera que las cosas que habian cogido podrian estar en peligro de que se perdieran.

Cuando Baldr estaba metiendo las cosas, encontro un anillo que seguro le gustaria a Virginia por lo que no dudo de cogerlo para ella, intento hacerle un nudo a la bolsa y Baldr animo a los otros tres para que acelerasen el camino hacia los bosques y para cuando llegan a los limites de Paris, estos ven su carromato esperándoles a que se monten en el de un momento a otro. Ninguno duda en montarse y en cuanto se pone en marcha, Baldr, en la parte de atras se pone a contar su botin. El anillo para Virginia se lo mete en el bolsillo, bien protegido. Los demas se burlaron de él pero a Baldr le daba completamente igual. Era para Virginia y la conquistaria de un modo en el que ella en algun momento tendría que decir que si a su peticion de casarse con él.

De momento estaban a la gresca pero los demas esperaban al menos la boda del siglo en lo que se refiere a tradiciones gitanas y entre poblados gitanos. Baldr y Virginia. Una pareja que tenian poderes psíquicos y que ninguno quería admitir que tenían. Era como llamarles bichos raros y a Baldr le quemaba no saber quien era ese noble que no se despega de los pensamientos de su enamorada. Era completamente frustrante y desesperado que no pudiera saber nada al respecto.

por **Dragomir Negrescu** Dom Oct 01, 2017 11:14 am

El plan de aquella noche le había llegado por el amigo de un amigo de un amigo, o algo parecido. No era muy afecto a realizar ese tipo de acciones, al menos no a gran escala, pero los días habían ido un poco lento con las lecturas y sus demás trabajos, que se encontraba en la necesidad de un poco de plata... y qué mejor que se tratará de oro. Así que ahí estaba, vigilando y esperando, mordía su labio con cierto nerviosismo pero todo iba tranquilo, poca gente se encontraba a los alrededores.

Su pista para escapar fue la queja de dolor de su compañero vigilante. No pudo evitar sonreír divertido al ver la torpeza del muchacho ni el rostro enojado del "accidentado". Le tocó ayudar a otro gitano con la bolsa, cuidando de que no fueran a perder nada por el camino, y que la carga fuera menos para así avanzar con prisa. No faltaba demasiado para llegar a aquella desviación pero en su mente los callejones se sentían extrañamente alargados y amplios. Pero al final, en la oscuridad del bosque encuentran el carromato y suben a él.

Pronto se siente el cambio en la atmosfera y la relajación grupal al sentirse seguros en el bosque. Dragomir entonces nota que sólo conoce a uno de los gitanos con los que esta, pero que además a uno de ellos le caen burlas debido a su acción de guardar un anillo. Por un momento la curiosidad le invadió pero decidió que era prudente revisar de igual forma el botín que habían reclamado, no quería tener que lidiar con objetos demasiado grandes o sospechosos.

-¡Ah! Son los nuevos campamentos- dijo soltando una risita al por fin recordar por qué le sonaba tanto la historia del muchacho. -No sabía que habría boda ¿desde cuándo están comprometidos? Aún se ven jóvenes y, tal vez esté hablando de más, no parece que la señorita le tenga mucho afecto a usted- dijo a Baldr.

por **Baldr** Miér Nov 08, 2017 6:06 pm

- Es una historia larga… - suspira – Ella y yo al parecer hemos nacido con poderes que nos ayudan en nuestra manera de ser gitanos, por lo que al ser los únicos en nuestros campamentos decidieron establecer un compromiso entre ambos desde que éramos bien pequeños – miro al muchacho – pero lo que me intriga es por qué… ¿Por qué nosotros en particular? ¿Por qué no otras personas que a lo mejor si que lo tuvieran? Hay algo en la carpa de mis padres en lo que no me dejan ver o averiguar por lo que cuando estemos dentro de las carpas esto servirá de distracción e intentaré averiguar cuanto más pueda mejor…y tú? ¿De qué campamento eres?

Baldr estaba pendiente de cuando llegarían al campamento para poder llevar su plan a cabo, que misterio era el que aguardaban sus padres o la relación entre los dos campamentos, tal vez era algo que no tendría nada que ver, que solamente eran imaginaciones suyas, pero de todas maneras todo era por Virginia, ella también estaba atormentada por el casorio, sabia Baldr que ella esperaba a su noble todavía, pero nadie sabía que él mismo fue quien se deshizo de dicho noble para tener vía libre pero eso ha hecho que Virginia se fije menos en él, aunque esta no lo sepa, se aleja o siente que se aleja más de él.

Cuando pensaba que estaban llegando al campamento, Baldr cogió las cosas, las guardo de nuevo y cerrando la bolsa salió por la parte de atrás del carromato para no ser atrapado por unos policías que los habían perseguido, pero en cualquier caso Baldr siguió su camino hacia el campamento, se colocó la mochila cruzando su pecho a lo largo, este entonces comenzó a correr como un buen corredor por lo que cuando veía que ya los policías no les seguían se encontró cerca el campamento por lo que ya estaba a salvo.

- Menos mal – Dijo cuándo miraba con alivio la entrada del campamento, fue entrando y entonces se encontró a Virginia llorando abrazada a unas ropas de caballero, eran las ropas de aquel noble del que se deshizo, un nudo se le hizo en la garganta, miro hacia otro lado, como si no viniera con él la cosa, por lo que siguió corriendo como si le estuvieran persiguiendo hasta que por fin entro en su carpa chocándose un poco con una mesa que tenía para comer.

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