AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
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Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Lloviendo, siempre lloviendo. No es que me disgustara esta época del año... pero el agua en las calles inclinadas de París no es buen aliado de un vestido largo y unos tacones. Iba paseando y tarareando al unísono, llegando incluso a pensar que mis inocentes cánticos atraían el agua que caía incluso con más intensidad.
- ¿En serio...? -volteo los ojos, atreviéndome por un segundo a mirar por encima del paraguas-. Nop, no tiene pinta de querer parar -murmuro para mí, mirando al cielo teñido de gris y vuelvo a cubrirme con el paraguas, pegándome más a las paredes de las casas de la acera por la que iba caminando.
- Menudo desastre... -maldigo sin parar de andar, mirándome los pies. Tenía los zapatos llenos de agua y sentía mis articulaciones entumecidas. Apretando la mandíbula de puro mosqueo, sigo caminando acelerando el paso a cada zancada más larga, sin darme cuenta de que la cañería de una de las casas esta escupiendo agua a borbotones sobre la acera justo cuando paso por debajo, lo que me hace soltar un gritito del sobresalto. Si me quedaba alguna parte seca, ya podía ir desechando la idea de que siguiera así.
Con un escalofrío en el cuerpo, me acurruco en una de las entradas de las numerosas puertas de domicilios. Cierro el paraguas, mirando el cielo y luego la calle. Estaba un poco lejos del negocio familiar, así que si no quería seguir mojándome debería esperar a que la lluvia menguara... al menos un poquito.
Meto la mano libre en el bolsillo del chaquetón, rebuscando en él mi pequeño cuadernito de notas. Estaba un poco mojado, pero mi letra al menos era legible. Podría servirme de consuelo poder repasar las partituras hasta que la lluvia parase.
- ¿En serio...? -volteo los ojos, atreviéndome por un segundo a mirar por encima del paraguas-. Nop, no tiene pinta de querer parar -murmuro para mí, mirando al cielo teñido de gris y vuelvo a cubrirme con el paraguas, pegándome más a las paredes de las casas de la acera por la que iba caminando.
- Menudo desastre... -maldigo sin parar de andar, mirándome los pies. Tenía los zapatos llenos de agua y sentía mis articulaciones entumecidas. Apretando la mandíbula de puro mosqueo, sigo caminando acelerando el paso a cada zancada más larga, sin darme cuenta de que la cañería de una de las casas esta escupiendo agua a borbotones sobre la acera justo cuando paso por debajo, lo que me hace soltar un gritito del sobresalto. Si me quedaba alguna parte seca, ya podía ir desechando la idea de que siguiera así.
Con un escalofrío en el cuerpo, me acurruco en una de las entradas de las numerosas puertas de domicilios. Cierro el paraguas, mirando el cielo y luego la calle. Estaba un poco lejos del negocio familiar, así que si no quería seguir mojándome debería esperar a que la lluvia menguara... al menos un poquito.
Meto la mano libre en el bolsillo del chaquetón, rebuscando en él mi pequeño cuadernito de notas. Estaba un poco mojado, pero mi letra al menos era legible. Podría servirme de consuelo poder repasar las partituras hasta que la lluvia parase.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 09/12/2013
Localización : En cualquier tejado, tocando el violín
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
El cielo aullaba amenazante de tormenta, yo me encontraba tocando en la plaza. No llevaba mucho, apenas una hora y lo cierto es que la recaudación había sido lamentable.
-Tendré que marcharme.- dije decepcionado para mi, guarde mi laúd en su estuche de cuero gastado y me lo colgué en el hombro. La gente que tenía como publico se disperso casi enseguida por el mismo motivo que yo.
Volvía a Montmatre cuando las frías gotas empezaron a caer sobre mis mejillas y de un momento a otro una intensa capa de agua se desplomo sobre la ciudad. Eche a correr por correr, al fin y al cabo ya estaba empapado. Las calles se estaban quedando desiertas, algunos carruajes circulaban con prisa y algunos transeúntes corrían como yo para resguardarse de la lluvia. No había avanzado más de cuatro manzanas cuando la lluvia comenzó a caer con más fuerza, apenas veía por donde caminaba, además temía que el agua llegase al laúd y lo estropease, así que decidí resguardarme un momento, al menos hasta que amainara un poco y pudiera continuar.
Encontré un pequeño hueco para resguardarme y sacudí la cabeza quitándome el agua y me eche el cabello hacia atrás, cuando me gire descubrí una cabeza pelirroja a la que al parecer había salpicado sin querer.
-Lo siento.- Dije en voz baja, no estaba seguro de que me hubiese oído o de si se había percatado de mi presencia. La observe con más calma, se trataba de una joven de piel pálida y los labios tan rojos como su cabello. Sonreí de lado mirándola de reojo.
Apoye mi laúd en el suelo y me percate en que observaba algo con atención, se trataba de una pequeña libreta, en ella tenía escritas notas. Era una partitura para violín. Sonreí ampliamente y comencé a leer, me costaba un poco interpretar toda la melodía pero en mi mente se formaba una canción cálida y a la vez feroz, me preguntaba si ella era la autora y con la primera pregunta surgieron todas las demás ¿Quién era? ¿Tocaba el violín? ¿Era compositora? ¿Cuántos años tendría? ¿Le gustaría la lluvia?
-¿Lo ha escrito usted señorita?- Le pregunte sin poder aguantarlo más, las pregunta empezaban a agolparse en mi boca y tenía que desahogarla.
-Tendré que marcharme.- dije decepcionado para mi, guarde mi laúd en su estuche de cuero gastado y me lo colgué en el hombro. La gente que tenía como publico se disperso casi enseguida por el mismo motivo que yo.
Volvía a Montmatre cuando las frías gotas empezaron a caer sobre mis mejillas y de un momento a otro una intensa capa de agua se desplomo sobre la ciudad. Eche a correr por correr, al fin y al cabo ya estaba empapado. Las calles se estaban quedando desiertas, algunos carruajes circulaban con prisa y algunos transeúntes corrían como yo para resguardarse de la lluvia. No había avanzado más de cuatro manzanas cuando la lluvia comenzó a caer con más fuerza, apenas veía por donde caminaba, además temía que el agua llegase al laúd y lo estropease, así que decidí resguardarme un momento, al menos hasta que amainara un poco y pudiera continuar.
Encontré un pequeño hueco para resguardarme y sacudí la cabeza quitándome el agua y me eche el cabello hacia atrás, cuando me gire descubrí una cabeza pelirroja a la que al parecer había salpicado sin querer.
-Lo siento.- Dije en voz baja, no estaba seguro de que me hubiese oído o de si se había percatado de mi presencia. La observe con más calma, se trataba de una joven de piel pálida y los labios tan rojos como su cabello. Sonreí de lado mirándola de reojo.
Apoye mi laúd en el suelo y me percate en que observaba algo con atención, se trataba de una pequeña libreta, en ella tenía escritas notas. Era una partitura para violín. Sonreí ampliamente y comencé a leer, me costaba un poco interpretar toda la melodía pero en mi mente se formaba una canción cálida y a la vez feroz, me preguntaba si ella era la autora y con la primera pregunta surgieron todas las demás ¿Quién era? ¿Tocaba el violín? ¿Era compositora? ¿Cuántos años tendría? ¿Le gustaría la lluvia?
-¿Lo ha escrito usted señorita?- Le pregunte sin poder aguantarlo más, las pregunta empezaban a agolparse en mi boca y tenía que desahogarla.
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
El sonido de la lluvia parecía como rugidos y movimientos de muebles sobre madera vieja. Miré hacia el suelo e intenté meterme un poco más en el hueco, donde así no caería el agua, más que nada para asegurarme. Apenas podía distinguir el otro lado de la acera. Entrecerré los ojos, no se veía nada... que asco.
Deje escapar un suspiro inaudible, rogando al cielo que fuera como una de esas lluvias atronadoras que descargan su furia en poco tiempo y luego se marchan.
Me acurruqué en la esquina alzando mi cuadernito. Me entretenía al menos con eso, repasando algunas de mis partituras que ya había ensayado anteriormente. Aunque había una en particular que no terminaba de convencerme.
-Ojalá tuviera algo con lo que modificarlo, cuando me vienen ideas es precisamente en el momento menos apropiado... -me callé al creer escuchar pasos, si, era alguien que corría apresuradamente aunque normal, con la que estaba cayendo...
Justo cuando fui a asomarme para cerciorarme, un chico ataviado con un maletín sobre los hombros vió oportuno mi hueco y entró para colocarse a mi lado, sacudiendo la cabeza para quitarse la lluvia del pelo, cual perro recién sacado de su ducha.
Le revisé con la mirada lo suficiente para verle las facciones bastante atractivas, cosa que me hizo enrojecer un poco.
-Lo siento -dijo, y justo cuando se giraba para mirarme volví mi cabeza hacia mi libreta de notas. Sentía las orejas y las mejillas ardiendo, seguramente las tendría rojas como tomatitos cherry... qué vergüenza, a este paso no necesitaría fuego al que arrimarme para secarme de la lluvia que nos amenazaba.
Apoyé el paraguas en la esquina, detrás de mi y aproveché el gesto para girarme y así no darle la espalda, quedando de frente, con su maletín y mi libreta justo entre ambos.
Al parecer había despertado la curiosidad en él, así que le miré, evaluándolo. ¿Qué personaje me había traído la tormenta? Le devolví la sonrisa y asentí a su pregunta en silencio, dejándole echar un vistazo a mis notas.
-¿Le gusta la música? -Pregunté mientras seguía examinándolo con la mirada, mi sexto sentido me decía que podía estar tranquila-. Es una de las melodías que escribo en mi tiempo libre... aunque no me convence... -Volteé la mirada, mirando de reojo la calle- Un día de locos, ¿verdad? -me sonréi y dejé divagar la mirada hasta su maletín, ladeando la cabeza con aire curioso.
Deje escapar un suspiro inaudible, rogando al cielo que fuera como una de esas lluvias atronadoras que descargan su furia en poco tiempo y luego se marchan.
Me acurruqué en la esquina alzando mi cuadernito. Me entretenía al menos con eso, repasando algunas de mis partituras que ya había ensayado anteriormente. Aunque había una en particular que no terminaba de convencerme.
-Ojalá tuviera algo con lo que modificarlo, cuando me vienen ideas es precisamente en el momento menos apropiado... -me callé al creer escuchar pasos, si, era alguien que corría apresuradamente aunque normal, con la que estaba cayendo...
Justo cuando fui a asomarme para cerciorarme, un chico ataviado con un maletín sobre los hombros vió oportuno mi hueco y entró para colocarse a mi lado, sacudiendo la cabeza para quitarse la lluvia del pelo, cual perro recién sacado de su ducha.
Le revisé con la mirada lo suficiente para verle las facciones bastante atractivas, cosa que me hizo enrojecer un poco.
-Lo siento -dijo, y justo cuando se giraba para mirarme volví mi cabeza hacia mi libreta de notas. Sentía las orejas y las mejillas ardiendo, seguramente las tendría rojas como tomatitos cherry... qué vergüenza, a este paso no necesitaría fuego al que arrimarme para secarme de la lluvia que nos amenazaba.
Apoyé el paraguas en la esquina, detrás de mi y aproveché el gesto para girarme y así no darle la espalda, quedando de frente, con su maletín y mi libreta justo entre ambos.
Al parecer había despertado la curiosidad en él, así que le miré, evaluándolo. ¿Qué personaje me había traído la tormenta? Le devolví la sonrisa y asentí a su pregunta en silencio, dejándole echar un vistazo a mis notas.
-¿Le gusta la música? -Pregunté mientras seguía examinándolo con la mirada, mi sexto sentido me decía que podía estar tranquila-. Es una de las melodías que escribo en mi tiempo libre... aunque no me convence... -Volteé la mirada, mirando de reojo la calle- Un día de locos, ¿verdad? -me sonréi y dejé divagar la mirada hasta su maletín, ladeando la cabeza con aire curioso.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y temblé por un instante, la chica pelirroja alzo la vista ante mi pregunta dejándome conocer sus preciosos ojos azules, tenía las mejillas rojas y sobre su piel se notaban aun mas.
Asentí a su primera pregunta.- Me gusta y mucho.- conteste con una sonrisa. Murmuro algo que apenas pude comprender.- ¿Qué es lo que no os convence de la melodía?- pregunte con confianza, quizá demasiada, al fin y al cabo aun éramos unos desconocidos el uno para el otro así que decidí cambiar eso enseguida.- Me llamo Kurt.- Extendí la mano para estrechársela, parecía una joven agradable.
Mientras tanto en la calle la tormenta se había serenado. Las gotas que caían cada vez eran más suaves y menos constantes. De un momento a otro la lluvia ceso por completo era el momento adecuado para salir y resguardarse en un lugar cálido, estaba seguro de que no tardaría mucho en volver a llover.
-Creo que por fin tenemos una tregua señorita.- Me asome fuera del hueco con cautela.- Si, es momento de moverse.- Lo cierto es que no quería irme, deseaba seguir hablando con ella pero estaba congelado y no quería pillar un catarro así que tuve una idea.- ¿Podría invitarla a tomar algo caliente? – le ofrecí, si bien era cierto que no tenía mucho dinero al menos podía permitirme eso.- yo tengo frío y algo que dice que usted también.- Sonreí y espere a ver si aceptaba
Asentí a su primera pregunta.- Me gusta y mucho.- conteste con una sonrisa. Murmuro algo que apenas pude comprender.- ¿Qué es lo que no os convence de la melodía?- pregunte con confianza, quizá demasiada, al fin y al cabo aun éramos unos desconocidos el uno para el otro así que decidí cambiar eso enseguida.- Me llamo Kurt.- Extendí la mano para estrechársela, parecía una joven agradable.
Mientras tanto en la calle la tormenta se había serenado. Las gotas que caían cada vez eran más suaves y menos constantes. De un momento a otro la lluvia ceso por completo era el momento adecuado para salir y resguardarse en un lugar cálido, estaba seguro de que no tardaría mucho en volver a llover.
-Creo que por fin tenemos una tregua señorita.- Me asome fuera del hueco con cautela.- Si, es momento de moverse.- Lo cierto es que no quería irme, deseaba seguir hablando con ella pero estaba congelado y no quería pillar un catarro así que tuve una idea.- ¿Podría invitarla a tomar algo caliente? – le ofrecí, si bien era cierto que no tenía mucho dinero al menos podía permitirme eso.- yo tengo frío y algo que dice que usted también.- Sonreí y espere a ver si aceptaba
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Devolví la sonrisa a aquel muchacho llamado Kurt. Hice un gesto airoso con la libreta, dando poca importancia al tema de la partitura, de todos modos volvería a repasarla más tarde, con el violín en mano sería mas fácil.
Estreché su mano suavemente-. Mi nombre es Janna, un placer -y tras la presentación formal, guardé la libreta y cogí el paraguas, dejando la mirada posada en mi acompañante, que se cercioraba de que la lluvia estaba amainando hasta que finalmente dio un respiro de tranquilidad.
-Si, es momento de moverse .-medio sonreí y agaché la cabeza. Suponiendo que nos despediríamos avancé un poco hasta el marco del hueco, colocándome a su lado para decirnos un "adiós" o cordial 'hasta pronto" o "nos vemos" .-¿Podría invitarla a tomar algo caliente? Yo tengo frío y algo que dice que usted también.
Me quedé de piedra, mirándole con los ojos un poco más abiertos de lo que me hubiera gustado, sinceramente aquello me había pillado desprevenida. Agarré el paraguas con ambas manos, estrujandolo suavemente por el mango y agaché la mirada, un tanto indecisa. ¿Debería aceptar su petición? ¿Ir a tomar algo con alguien al que acababa de conocer por una tormenta fortuita? Qué lechugas, ¿porqué no?
- Está bien, vayamos a por algo que nos haga olvidarnos del chaparrón -dije mirándolo de reojo y sonreí.
Estreché su mano suavemente-. Mi nombre es Janna, un placer -y tras la presentación formal, guardé la libreta y cogí el paraguas, dejando la mirada posada en mi acompañante, que se cercioraba de que la lluvia estaba amainando hasta que finalmente dio un respiro de tranquilidad.
-Si, es momento de moverse .-medio sonreí y agaché la cabeza. Suponiendo que nos despediríamos avancé un poco hasta el marco del hueco, colocándome a su lado para decirnos un "adiós" o cordial 'hasta pronto" o "nos vemos" .-¿Podría invitarla a tomar algo caliente? Yo tengo frío y algo que dice que usted también.
Me quedé de piedra, mirándole con los ojos un poco más abiertos de lo que me hubiera gustado, sinceramente aquello me había pillado desprevenida. Agarré el paraguas con ambas manos, estrujandolo suavemente por el mango y agaché la mirada, un tanto indecisa. ¿Debería aceptar su petición? ¿Ir a tomar algo con alguien al que acababa de conocer por una tormenta fortuita? Qué lechugas, ¿porqué no?
- Está bien, vayamos a por algo que nos haga olvidarnos del chaparrón -dije mirándolo de reojo y sonreí.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 09/12/2013
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Al parecer mi ofrecimiento la había puesto nerviosa sonreí bajando la mirada esperando pacientemente una respuesta.
Ya creía que me diría que había sido un placer pero que debía marcharse a hacer alguna cosa completamente absurda que sin duda seria una excusa pero gratamente comprobé que no fue así. Acepto y me sonrió. Parecía una joven amable y sencilla y eso me gustaba.
-Entonces perfecto.- Me colgué mi instrumento al hombro.- Si me hace el favor de acompañarme la llevare a un sitio acogedor.- Nos pusimos en marcha y nuevamente nos encontramos en la calle principal. El parón había sacado a algún que otro transeúnte confiado. Caminamos dos calles más y giramos a la derecha, el trayecto lo hicimos en silencio, la verdad es que en ese momento no sabía muy bien que decir así que preferí dejarlo para cuando estuviésemos sentados.
-Es aquí.- Dije empujando la pequeña puerta del lugar en cuestión, que se camuflaba con las demás casas. No era la primera vez que iba y cuando lo hice me llevo un conocido, no era un lugar muy popular pero sin duda uno de los mejores sitios en los que había estado.
Si bien se trataba de una taberna no era como las demás, en esta no encontrabas hombres borrachos y violentos, era un ambiente más relajado y generalmente todos los que iban se conocía. La dueña era una señora mayor que vivía con su hijo, el cual era bastante serio y no consentía ni una sola bronca en su local.
Al entrar nos encontramos con una estancia de no más de seis mesas, una barra y un pequeño escenario, era muy temprano aun para que hubiese alguien tocando.
Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y enseguida la dueña se acerco a nosotros.
-Pero si has venido!- se acerco y me dio un beso en la cabeza- Hacia tiempo que no te veía briboncillo.- Me sonroje porque me hablaba como si fuese un niño travieso- Y viene con una joven! Es muy guapa- me dio un codazo y me aclare la garganta
-Sí, es que he estado trabajando- Conteste sin más
-Eso está muy bien.- Me toco el hombro- Pero si vienes empapado! Anda dame eso para que lo ponga junto al brasero.- Miro hacia Janna- tu también hija, vais a pillar un resfriado, chiquillos inconscientes- se fue con nuestros abrigos aun murmurando por lo bajo lo descuidado que éramos. No pude evitar reírme.
-Es muy buena persona- dije y me eche el cabello hacia atrás en un intento de peinarme un poco, no podía ir hecho un adefesio. – ¿Que os apetece tomar? Voy a pedirlo en la barra directamente
Ya creía que me diría que había sido un placer pero que debía marcharse a hacer alguna cosa completamente absurda que sin duda seria una excusa pero gratamente comprobé que no fue así. Acepto y me sonrió. Parecía una joven amable y sencilla y eso me gustaba.
-Entonces perfecto.- Me colgué mi instrumento al hombro.- Si me hace el favor de acompañarme la llevare a un sitio acogedor.- Nos pusimos en marcha y nuevamente nos encontramos en la calle principal. El parón había sacado a algún que otro transeúnte confiado. Caminamos dos calles más y giramos a la derecha, el trayecto lo hicimos en silencio, la verdad es que en ese momento no sabía muy bien que decir así que preferí dejarlo para cuando estuviésemos sentados.
-Es aquí.- Dije empujando la pequeña puerta del lugar en cuestión, que se camuflaba con las demás casas. No era la primera vez que iba y cuando lo hice me llevo un conocido, no era un lugar muy popular pero sin duda uno de los mejores sitios en los que había estado.
Si bien se trataba de una taberna no era como las demás, en esta no encontrabas hombres borrachos y violentos, era un ambiente más relajado y generalmente todos los que iban se conocía. La dueña era una señora mayor que vivía con su hijo, el cual era bastante serio y no consentía ni una sola bronca en su local.
Al entrar nos encontramos con una estancia de no más de seis mesas, una barra y un pequeño escenario, era muy temprano aun para que hubiese alguien tocando.
Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y enseguida la dueña se acerco a nosotros.
-Pero si has venido!- se acerco y me dio un beso en la cabeza- Hacia tiempo que no te veía briboncillo.- Me sonroje porque me hablaba como si fuese un niño travieso- Y viene con una joven! Es muy guapa- me dio un codazo y me aclare la garganta
-Sí, es que he estado trabajando- Conteste sin más
-Eso está muy bien.- Me toco el hombro- Pero si vienes empapado! Anda dame eso para que lo ponga junto al brasero.- Miro hacia Janna- tu también hija, vais a pillar un resfriado, chiquillos inconscientes- se fue con nuestros abrigos aun murmurando por lo bajo lo descuidado que éramos. No pude evitar reírme.
-Es muy buena persona- dije y me eche el cabello hacia atrás en un intento de peinarme un poco, no podía ir hecho un adefesio. – ¿Que os apetece tomar? Voy a pedirlo en la barra directamente
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Asentí y seguí a Kurt, callejeando un poco hasta llegar a la calle principal, donde nos cruzamos con algunas personas. Iba concentrada, en silencio intentando seguirle el paso, aunque no íbamos muy rápido sus zancadas eran considerables. Di un saltito para salvar el charco que se encontraba en la calle y le alcancé, justo para girar y toparnos con un local resguardado y discreto.
<Es aquí>. En silencio me coloqué detrás de él, aprovechando el impulso de la puerta para pasar. Al instante sentí el reconfortante calor del fuego que crepitaba al otro lado de la sala. El local no era muy grande, unas cuantas mesas. Parecía hogareño y acogedor y eso me gustó. Me situé a su lado, curioseando y paseando la mirada por el resto del local, donde podía ver un pequeño escenario y la típica barra. Le seguí hasta la mesa y dejé el paraguas al lado de la ventana, apoyado en la pared. Me sobresalté cuando una señora un poco mayor, que parecía la dueña del local vino hacia nosotros y se detuvo ante Kurt con aire maternal. Cuando se refirió a mi, me sonrojé un tanto sin poder evitarlo y sonreí agradecida por el cumplido. Sinceramente era agradable ver cómo la mujer trataba con mi acompañante.
- Muchas gracias -educadamente le dejé mi abrigo y volví la mirada a Kurt, pensativa por su pregunta-. Algo calentito, sin duda. Un té de menta y chocolate estaría bien -necesitaba algo urgente para entrar en calor, la lluvia aunque iba con paraguas me había calado bien los huesos y me sentía un poco entumecida.
Acomodé el vestido en el asiento y cruzé las piernas, me quedé mirando por la ventana mientras Kurt se encargaba de pedir en la barra, había sido muy caballeroso y me sentía agradecida con él.
Volví la vista hacia las mangas del vestido, siempre me había gustado que me quedaran un poco grandes sobre todo en las épocas de frío. Froté las manos delicadamente para hacerlas entrar en calor, en verdad me sentía ya mucho mas reconfortada.
<Es aquí>. En silencio me coloqué detrás de él, aprovechando el impulso de la puerta para pasar. Al instante sentí el reconfortante calor del fuego que crepitaba al otro lado de la sala. El local no era muy grande, unas cuantas mesas. Parecía hogareño y acogedor y eso me gustó. Me situé a su lado, curioseando y paseando la mirada por el resto del local, donde podía ver un pequeño escenario y la típica barra. Le seguí hasta la mesa y dejé el paraguas al lado de la ventana, apoyado en la pared. Me sobresalté cuando una señora un poco mayor, que parecía la dueña del local vino hacia nosotros y se detuvo ante Kurt con aire maternal. Cuando se refirió a mi, me sonrojé un tanto sin poder evitarlo y sonreí agradecida por el cumplido. Sinceramente era agradable ver cómo la mujer trataba con mi acompañante.
- Muchas gracias -educadamente le dejé mi abrigo y volví la mirada a Kurt, pensativa por su pregunta-. Algo calentito, sin duda. Un té de menta y chocolate estaría bien -necesitaba algo urgente para entrar en calor, la lluvia aunque iba con paraguas me había calado bien los huesos y me sentía un poco entumecida.
Acomodé el vestido en el asiento y cruzé las piernas, me quedé mirando por la ventana mientras Kurt se encargaba de pedir en la barra, había sido muy caballeroso y me sentía agradecida con él.
Volví la vista hacia las mangas del vestido, siempre me había gustado que me quedaran un poco grandes sobre todo en las épocas de frío. Froté las manos delicadamente para hacerlas entrar en calor, en verdad me sentía ya mucho mas reconfortada.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
No estaba muy seguro de haberla escuchado bien pero lo intentaría al menos, me acerque a la barra y el hijo fornido de la dueña se acerco a mí.
-¿Qué hay de nuevo Callahan? ¿Una amiguita nueva?- me dio lo que para el seguramente fuese un ligero codazo pero que para mi evidentemente no lo fue.
- Oh no, nada de eso…la acabo de conocer, aunque no voy a negarte que es muy guapa pero…-moví la mano para dejar atrás el tema- deja de liarme y ponme un vaso de vino caliente, necesito entrar en calor estoy helado.- Pierre, como así se llamaba, se puso en marcha enseguida y me puso el vaso delante en un segundo.- Para la señorita un té de menta y… ¿chocolate?- No estaba muy seguro de lo que era el chocolate, nunca lo había comido, sabía que era algo dulce y de pequeño me decían que le cortaron la cabeza a Maria Antonieta por su afición al chocolate aunque lo cierto es que nunca lo llegue a entender muy bien, por lo visto era una especie de chiste.
-¿Chocolate?- Me pregunto Pierre y me miro de arriba abajo- Si lo tuviera que no lo tengo, -se puso a hablar en un tono más elevado del que manteníamos haciendo unos gestos extraños- Tu no podrías permitírtelo amigo- se acerco mas a mí para hablarme al oído- tengo algo en la trastienda disimula y te lo llevo luego- Puso una taza de té sobre la barra haciendo un ruido exagerado y sirvió el liquido caliente.
Mi cara era un cuadro, ¿tanto lio por el chocolate? ¿a qué venía todo aquello? Quizá ese dulce estuviese prohibido o algo así…moví la cabeza y cogí mi vaso y la taza para mi acompañante, volví a mi mesa y me dente dejando las bebidas sobre la madera.
-Creo que…lo otro nos lo trae ahora- sonreí como si supiese de lo que hablaba pero lo cierto es que el tema del chocolate me había desconcertado por completo. – Le di un trago largo a mi vino y mi cuerpo tembló entero- lo necesitaba blrlrlrl- Levante la vista de mi bebida para mirarla.- ¿Sabes tocar más instrumentos a parte del violín?- pregunte para sacar algún tema de conversación.
-¿Qué hay de nuevo Callahan? ¿Una amiguita nueva?- me dio lo que para el seguramente fuese un ligero codazo pero que para mi evidentemente no lo fue.
- Oh no, nada de eso…la acabo de conocer, aunque no voy a negarte que es muy guapa pero…-moví la mano para dejar atrás el tema- deja de liarme y ponme un vaso de vino caliente, necesito entrar en calor estoy helado.- Pierre, como así se llamaba, se puso en marcha enseguida y me puso el vaso delante en un segundo.- Para la señorita un té de menta y… ¿chocolate?- No estaba muy seguro de lo que era el chocolate, nunca lo había comido, sabía que era algo dulce y de pequeño me decían que le cortaron la cabeza a Maria Antonieta por su afición al chocolate aunque lo cierto es que nunca lo llegue a entender muy bien, por lo visto era una especie de chiste.
-¿Chocolate?- Me pregunto Pierre y me miro de arriba abajo- Si lo tuviera que no lo tengo, -se puso a hablar en un tono más elevado del que manteníamos haciendo unos gestos extraños- Tu no podrías permitírtelo amigo- se acerco mas a mí para hablarme al oído- tengo algo en la trastienda disimula y te lo llevo luego- Puso una taza de té sobre la barra haciendo un ruido exagerado y sirvió el liquido caliente.
Mi cara era un cuadro, ¿tanto lio por el chocolate? ¿a qué venía todo aquello? Quizá ese dulce estuviese prohibido o algo así…moví la cabeza y cogí mi vaso y la taza para mi acompañante, volví a mi mesa y me dente dejando las bebidas sobre la madera.
-Creo que…lo otro nos lo trae ahora- sonreí como si supiese de lo que hablaba pero lo cierto es que el tema del chocolate me había desconcertado por completo. – Le di un trago largo a mi vino y mi cuerpo tembló entero- lo necesitaba blrlrlrl- Levante la vista de mi bebida para mirarla.- ¿Sabes tocar más instrumentos a parte del violín?- pregunte para sacar algún tema de conversación.
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Salí de mi ensimismamiento y miré de reojo hacia donde se encontraba Kurt. No entendía porqué tanto alboroto por un simple té con chocolate. Recordaba entonces cómo mi madre iba a la trastienda y me premiaba por mi ayuda con un trocito de chocolate negro, de esos tan amargos que luego necesitabas beber mucho para desempalagar la boca.
Se me estaba haciendo la boca agua cuando noté que Kurt se iba acercando a la mesa. Mire en silencio la taza cuando la dejó sobre el tablero y ladeé la cabeza ante su comentario. <"¿Lo otro?"> Cogí la taza con ambas manos y husmeé un poco el líquido humeante. Me encogí de hombros y le di un sorbo, igualmente el té de menta estaba bueno tanto solo como acompañado.
Dejé la taza de nuevo en la mesa, aun con ambas manos sobre ella y levanté la vista hacia mi acompañante, medio sonriendo y negué con la cabeza ante su pregunta.
- En verdad sólo toco el violín -me encojo de hombros- aunque no niego que me gusta cualquier instrumento de su familia o cuerda frotada. ¿Qué tipo de instrumento tocas tu? -pregunto señalando con la mirada su maletín . Mientras esperaba que terminara de beber para contestarme, iba mirando de vez en cuando hacia la puerta de la trastienda por donde se había ido el camarero para buscar el 'preciado' chocolate.
Se me estaba haciendo la boca agua cuando noté que Kurt se iba acercando a la mesa. Mire en silencio la taza cuando la dejó sobre el tablero y ladeé la cabeza ante su comentario. <"¿Lo otro?"> Cogí la taza con ambas manos y husmeé un poco el líquido humeante. Me encogí de hombros y le di un sorbo, igualmente el té de menta estaba bueno tanto solo como acompañado.
Dejé la taza de nuevo en la mesa, aun con ambas manos sobre ella y levanté la vista hacia mi acompañante, medio sonriendo y negué con la cabeza ante su pregunta.
- En verdad sólo toco el violín -me encojo de hombros- aunque no niego que me gusta cualquier instrumento de su familia o cuerda frotada. ¿Qué tipo de instrumento tocas tu? -pregunto señalando con la mirada su maletín . Mientras esperaba que terminara de beber para contestarme, iba mirando de vez en cuando hacia la puerta de la trastienda por donde se había ido el camarero para buscar el 'preciado' chocolate.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
El vino caliente entro muy agradecido, aunque debía ir con cuidado si no quería que me subiese muy pronto. Sonreí cuando me contesto, una chica a la que le gustaba la música…tendríamos mucho de lo que hablar.
-Este es mi laúd-Conteste con orgullo, lo tenía desde los doce años, ya en su momento era viejo y un instrumento ciertamente anticuado pero fue un regalo, el único de importancia que me habían hecho, y lo cuidaba con suma atención. – Se que no es el instrumento más moderno pero mi favorito sin duda, me ha dado de comer en muchas ocasiones.- Sonreí de lado. – También todo el violín pero…nunca para un público.- Tenia una relación distinta con mi violín, ese me lo había comprado yo cuando quise aprender y no lo tocaba para nadie salvo para mí. – Me gustaría escucharte interpretar una de tus canciones alguna vez, ¿ sueles tocar en la calle?- yo lo hacía por lo que no lo consideraba tan descabellado aunque por su vestimenta no parecía una joven que necesitase tocar para ganarse la vida.
El regente del local se acerco a nosotros y dejo un pequeño paquete envuelto en papel >Invita la casa< me dijo y agradecí con un gesto.
Observe el pequeño paquete con curiosidad, visto así no parecía la gran cosa- Así que eso es el chocolate- Lo toque con la punta de mi dedo – ¿ Tanto alboroto por esto? – me reí
-Este es mi laúd-Conteste con orgullo, lo tenía desde los doce años, ya en su momento era viejo y un instrumento ciertamente anticuado pero fue un regalo, el único de importancia que me habían hecho, y lo cuidaba con suma atención. – Se que no es el instrumento más moderno pero mi favorito sin duda, me ha dado de comer en muchas ocasiones.- Sonreí de lado. – También todo el violín pero…nunca para un público.- Tenia una relación distinta con mi violín, ese me lo había comprado yo cuando quise aprender y no lo tocaba para nadie salvo para mí. – Me gustaría escucharte interpretar una de tus canciones alguna vez, ¿ sueles tocar en la calle?- yo lo hacía por lo que no lo consideraba tan descabellado aunque por su vestimenta no parecía una joven que necesitase tocar para ganarse la vida.
El regente del local se acerco a nosotros y dejo un pequeño paquete envuelto en papel >Invita la casa< me dijo y agradecí con un gesto.
Observe el pequeño paquete con curiosidad, visto así no parecía la gran cosa- Así que eso es el chocolate- Lo toque con la punta de mi dedo – ¿ Tanto alboroto por esto? – me reí
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Volví a posar la mirada sobre Kurt. Le observaba detenidamente mientras bebía su vino y, tras ver la expresión tan reconfortante de su rostro no pude evitar sentir curiosidad por ese líquido, ya que nunca lo había probado antes. Ladeé levemente la cabeza pasando una de las manos por el pelo, dejando un cabello tras la oreja para que no molestara y correspondí a su sonrisa con otra similar.
- Un laúd… -repetí dejando escapar las palabras en un susurro. No era un instrumento muy visto y eso hacía despertar aún más mi curiosidad. El comentario que hizo después aun me hizo preguntarme más cosas sobre aquel muchacho. ¿Dar de comer? ¿Se dedicaba a tocar en la calle por dinero? ¿Tendría grupo o iría en solitario? ¿Tendría familia o estaría solo? Sacudí la cabeza alejando todas esas preguntas, si seguía agolpándolas, seguramente las dejaría escapar todas de corrido y tampoco era plan asustar a mi acompañante. También tocaba el violín. Al final parecía que íbamos a tener bastantes cosas en común y eso me animaba, hasta tal punto que iba acercándome al borde del asiento sin darme cuenta, apegándome más a la mesa.
- Sería un placer enseñarte algo de lo que tengo guardado. Bueno como ves ahora mismo no dispongo de mi violín… -caí en la cuenta y hurgué en el bolsillito del abrigo, el cual había dejado colgado en el respaldo del asiento y saqué la libreta donde tenía las anotaciones que anteriormente le había enseñado brevemente-. Pero puedo dejarte esto, mira… -abrí casi apresuradamente la libreta por la página deseada y la dejé en la mesa para después, con la mano, arrastrarla suavemente por el tablero hasta dejarla entre ambos-. Estoy segura de que al menos una idea mental te harás viendo esto –sonreí y arrastré un poco la silla, dando dos saltitos hasta colocarme un poco más cerca y así poder ver ambos la libreta desde un ángulo más razonable. Cuando me preguntó por lo de tocar en la calle, negué con la cabeza. Nunca me había visto en la necesidad de hacer ese tipo de cosas para ganarse la vida, aunque, como mi madre antaño hizo, también yo podría en algún momento enseñarle al mundo mis manos con el instrumento, aunque fuera en la calle.
Levanté la vista de la libreta cuando el regente trajo el paquetito con el preciado chocolate. Nada más ver a Kurt abrirlo se me hizo la boca agua. Reí suavemente por el comentario de él y tras darle las gracias al hombre le tomé el chocolate, cogiéndolo entre mis manos para después dejarlo sobre la mesa. Abrí el paquete y miré a Kurt de reojo, por su expresión y tras haberlo tocado de esa forma, parecía obvio que nunca había probado algo como aquello. Aun seguía sin entender porqué tanto revuelo por el chocolate, pero hice caso omiso y me apresuré para cogerlo y partir unos trozos, ofreciendo uno de ellos a Kurt.
- Ten, pruébalo. Apuesto a que te gustará –dije, animándolo y le tendí el trozo, meneándolo con la mano extendida suavemente frente a él.
- Un laúd… -repetí dejando escapar las palabras en un susurro. No era un instrumento muy visto y eso hacía despertar aún más mi curiosidad. El comentario que hizo después aun me hizo preguntarme más cosas sobre aquel muchacho. ¿Dar de comer? ¿Se dedicaba a tocar en la calle por dinero? ¿Tendría grupo o iría en solitario? ¿Tendría familia o estaría solo? Sacudí la cabeza alejando todas esas preguntas, si seguía agolpándolas, seguramente las dejaría escapar todas de corrido y tampoco era plan asustar a mi acompañante. También tocaba el violín. Al final parecía que íbamos a tener bastantes cosas en común y eso me animaba, hasta tal punto que iba acercándome al borde del asiento sin darme cuenta, apegándome más a la mesa.
- Sería un placer enseñarte algo de lo que tengo guardado. Bueno como ves ahora mismo no dispongo de mi violín… -caí en la cuenta y hurgué en el bolsillito del abrigo, el cual había dejado colgado en el respaldo del asiento y saqué la libreta donde tenía las anotaciones que anteriormente le había enseñado brevemente-. Pero puedo dejarte esto, mira… -abrí casi apresuradamente la libreta por la página deseada y la dejé en la mesa para después, con la mano, arrastrarla suavemente por el tablero hasta dejarla entre ambos-. Estoy segura de que al menos una idea mental te harás viendo esto –sonreí y arrastré un poco la silla, dando dos saltitos hasta colocarme un poco más cerca y así poder ver ambos la libreta desde un ángulo más razonable. Cuando me preguntó por lo de tocar en la calle, negué con la cabeza. Nunca me había visto en la necesidad de hacer ese tipo de cosas para ganarse la vida, aunque, como mi madre antaño hizo, también yo podría en algún momento enseñarle al mundo mis manos con el instrumento, aunque fuera en la calle.
Levanté la vista de la libreta cuando el regente trajo el paquetito con el preciado chocolate. Nada más ver a Kurt abrirlo se me hizo la boca agua. Reí suavemente por el comentario de él y tras darle las gracias al hombre le tomé el chocolate, cogiéndolo entre mis manos para después dejarlo sobre la mesa. Abrí el paquete y miré a Kurt de reojo, por su expresión y tras haberlo tocado de esa forma, parecía obvio que nunca había probado algo como aquello. Aun seguía sin entender porqué tanto revuelo por el chocolate, pero hice caso omiso y me apresuré para cogerlo y partir unos trozos, ofreciendo uno de ellos a Kurt.
- Ten, pruébalo. Apuesto a que te gustará –dije, animándolo y le tendí el trozo, meneándolo con la mano extendida suavemente frente a él.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
En un momento dado comencé a sentirla más cerca, en varios sentidos. Volvió a sacar la libreta que me había permitido el lujo de husmear antes en la calle. Asentí ante su comentario, podía hacerme más que una idea, podía llegar a escuchar la canción en mi cabeza si estaba lo suficientemente concentrado en ella. Observe los pentagramas y las notas que se posaban delicadamente sobre él, ni siquiera pude llegar a interpretarlas, pues el paquete de chocolate era ahora mi distracción.
La joven pelirroja me acerco un trozo de aquel dulce y lo acepte con algo de reticencia. Lo mire desde todos los puntos, no parecía inofensivo, así que acerque la punta de mi lengua a él y lo probé. Un sabor amargo llego a mi paladar, lo aparte de la boca con cierto disgusto. Cuando el sabor se disipo volví a probarlo, esta vez me metí un cacho en la boca, se deshizo casi enseguida, el sabor no terminaba de convencerme, no llegaba a gustarme del todo pero tampoco me resultaba feo.
Le di un trago a mi vino y con el sabor del chocolate aun en la boca una mezcla extraña pero intensa despertó en mi paladar. Abrí los ojos ante tal descubrimiento y me puse el resto del chocolate en la boca, se derritió con la ayuda de mi lengua y lo moví por toda mi boca para sentir ese sabor amargo por completo. Acto seguido le di otro sorbo a mi vino caliente y ese sabor que no conseguía definir volvió a envolverme. No pude evitar soltar un sonido de gusto.
-Está muy bueno.- Dije cuando me lo termine. Me quedo el regusto un momento más pero finalmente se esfumo. –Bueno, déjame ver esa libreta con atención…-Volví a prestarle total atención a sus composiciones, dejando que me empapasen, que llegaran a mí.
La primera vino a buscarme con dulzura y timidez, a medida que iba mostrando su interior descubrí su pasión y su fuerza, intensa. Conseguía remover algo dentro de mí, hacerme vibrar. Sentí algunos contrastes rítmicos, muy bien llevados, armoniosos. Sonreí inevitablemente.
-Es increíble- cuando termine de escuchar la mire a los ojos, en cierta forma estos me decían lo mismo que su canción sobre ella. -¿Quién te enseño?
La joven pelirroja me acerco un trozo de aquel dulce y lo acepte con algo de reticencia. Lo mire desde todos los puntos, no parecía inofensivo, así que acerque la punta de mi lengua a él y lo probé. Un sabor amargo llego a mi paladar, lo aparte de la boca con cierto disgusto. Cuando el sabor se disipo volví a probarlo, esta vez me metí un cacho en la boca, se deshizo casi enseguida, el sabor no terminaba de convencerme, no llegaba a gustarme del todo pero tampoco me resultaba feo.
Le di un trago a mi vino y con el sabor del chocolate aun en la boca una mezcla extraña pero intensa despertó en mi paladar. Abrí los ojos ante tal descubrimiento y me puse el resto del chocolate en la boca, se derritió con la ayuda de mi lengua y lo moví por toda mi boca para sentir ese sabor amargo por completo. Acto seguido le di otro sorbo a mi vino caliente y ese sabor que no conseguía definir volvió a envolverme. No pude evitar soltar un sonido de gusto.
-Está muy bueno.- Dije cuando me lo termine. Me quedo el regusto un momento más pero finalmente se esfumo. –Bueno, déjame ver esa libreta con atención…-Volví a prestarle total atención a sus composiciones, dejando que me empapasen, que llegaran a mí.
La primera vino a buscarme con dulzura y timidez, a medida que iba mostrando su interior descubrí su pasión y su fuerza, intensa. Conseguía remover algo dentro de mí, hacerme vibrar. Sentí algunos contrastes rítmicos, muy bien llevados, armoniosos. Sonreí inevitablemente.
-Es increíble- cuando termine de escuchar la mire a los ojos, en cierta forma estos me decían lo mismo que su canción sobre ella. -¿Quién te enseño?
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Se me escapó una risita por lo bajo que intenté disimular tapándome la boca con las manos. Observaba cada reacción de Kurt con el chocolate y la cara de sorpresa que se le quedó cuando comprobó que la mezcla de su bebida hacía juego con el mismo dulce amargo. Cuando se giró a mi para de nuevo centrar su atención en el cuaderno de notas cambié rápidamente mi postura y sonreí, conforme, para después introducirme con él en mis composiciones, dejando pasear la vista entre los pentagramas y contrastes.
Su comentario me dejó más que satisfecha. ¿A quién no le gustaba recibir halagos por su trabajo? Le devolví entonces la mirada y sin poder evitarlo se me encendieron un poco los colores, dejé de nuevo que mis ojos pasearan por la mesa en donde estábamos. El cuaderno de notas, el envoltorio de chocolate, su vino, mi té… envolví este último con ambas manos y di un sorbo, volviendo a centrar mis pensamientos en la conversación.
-Gracias –le agradecí y apoyé el codo derecho sobre la mesa, dejando descansar el rostro sobre la mano, y con la zurda fui pasando páginas de la libreta para enseñarle- Mi madre. Desde que tengo uso de razón tocaba el instrumento, y como quise aprender ella me enseñó todo. Luego lo demás ha sido practicando e innovando por mi parte –tenía esperanza de poder demostrar mi talento, aunque según los tiempos que corrían era un tanto complicado. Tras pensar en mi madre, me hizo entonces recordar que no había preguntado a Kurt por su familia o mentor, pero bueno quizá sería una conversación para más adelante.
-Mencionaste anteriormente si no recuerdo mal, que tocas también y seguro que no se te da mal. Podríamos intentar componer algo los dos, ¿qué te parece? –aguardé su respuesta con cierta impaciencia.
Su comentario me dejó más que satisfecha. ¿A quién no le gustaba recibir halagos por su trabajo? Le devolví entonces la mirada y sin poder evitarlo se me encendieron un poco los colores, dejé de nuevo que mis ojos pasearan por la mesa en donde estábamos. El cuaderno de notas, el envoltorio de chocolate, su vino, mi té… envolví este último con ambas manos y di un sorbo, volviendo a centrar mis pensamientos en la conversación.
-Gracias –le agradecí y apoyé el codo derecho sobre la mesa, dejando descansar el rostro sobre la mano, y con la zurda fui pasando páginas de la libreta para enseñarle- Mi madre. Desde que tengo uso de razón tocaba el instrumento, y como quise aprender ella me enseñó todo. Luego lo demás ha sido practicando e innovando por mi parte –tenía esperanza de poder demostrar mi talento, aunque según los tiempos que corrían era un tanto complicado. Tras pensar en mi madre, me hizo entonces recordar que no había preguntado a Kurt por su familia o mentor, pero bueno quizá sería una conversación para más adelante.
-Mencionaste anteriormente si no recuerdo mal, que tocas también y seguro que no se te da mal. Podríamos intentar componer algo los dos, ¿qué te parece? –aguardé su respuesta con cierta impaciencia.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Asentí con una sonrisa y le di un pequeño sorbo a mi bebida, ya comenzaba a enfriarse.
-Sí, toco- Acaricie el estuche de mi Laúd- de hecho la lluvia me pillo de improviso mientras tocaba en la plaza. El único instrumento que me han enseñado a tocar de verdad es el Laúd.- Comente- fue un regalo con clases incluidas- me encogí de hombros y recosté mi espalda sobre el respaldo de la silla. – Lo del violín fue más por...necesidad-sonreí- necesidad de querer escucharlo todo el tiempo. Cuando era pequeño escuche a un grupo de cuerda tocar en un pueblo al que habíamos ido a representar una pequeña obra, desde entonces supe que tenía que ser capaz de hacer algo así.- Me quede un segundo mirando a la nada recordando aquellos días, los viajes, mis compañeros que se habían convertido en mi familia adoptiva y la sonrisa de Clara.- Me compre uno de segunda mano después de ahorrar mucho tiempo y aprendí escuchando a otros tocar en la calle. Cuando supe lo suficiente sobre la forma de hacerlo comencé a improvisar para mí pero...-Baje la mirada con una sonrisa tímida- Nunca he tocado el violín para nadie y debo reconocer que me da un poco de vergüenza, realmente no estoy seguro de hacerlo muy bien.-Me reí entre dientes
Le conté todas aquellas cosas sin que ella me las hubiese preguntado realmente pero..Estaba hablador aquel día. El sol decidió entrar por la ventana iluminando más la estancia y sus cabellos, realmente era una chica muy bonita.
-Pero supongo que podríamos compatibilizar de alguna forma mi Laúd y tu violín- me encogí de hombros- ¿Sabes cantar?-Pregunte por curiosidad
-Sí, toco- Acaricie el estuche de mi Laúd- de hecho la lluvia me pillo de improviso mientras tocaba en la plaza. El único instrumento que me han enseñado a tocar de verdad es el Laúd.- Comente- fue un regalo con clases incluidas- me encogí de hombros y recosté mi espalda sobre el respaldo de la silla. – Lo del violín fue más por...necesidad-sonreí- necesidad de querer escucharlo todo el tiempo. Cuando era pequeño escuche a un grupo de cuerda tocar en un pueblo al que habíamos ido a representar una pequeña obra, desde entonces supe que tenía que ser capaz de hacer algo así.- Me quede un segundo mirando a la nada recordando aquellos días, los viajes, mis compañeros que se habían convertido en mi familia adoptiva y la sonrisa de Clara.- Me compre uno de segunda mano después de ahorrar mucho tiempo y aprendí escuchando a otros tocar en la calle. Cuando supe lo suficiente sobre la forma de hacerlo comencé a improvisar para mí pero...-Baje la mirada con una sonrisa tímida- Nunca he tocado el violín para nadie y debo reconocer que me da un poco de vergüenza, realmente no estoy seguro de hacerlo muy bien.-Me reí entre dientes
Le conté todas aquellas cosas sin que ella me las hubiese preguntado realmente pero..Estaba hablador aquel día. El sol decidió entrar por la ventana iluminando más la estancia y sus cabellos, realmente era una chica muy bonita.
-Pero supongo que podríamos compatibilizar de alguna forma mi Laúd y tu violín- me encogí de hombros- ¿Sabes cantar?-Pregunte por curiosidad
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Atendía a todo lo que me iba contando, asintiendo con movimientos de cabeza y abriendo los ojos cuando notaba algo interesante, como su forma de aprender a tocar el violín, solo usando el oído y luego tomando él mismo la iniciativa, cosa que me pareció fascinante.
- Bueno pero con el laúd si, y sinceramente no he visto a nadie tocarlo antes. Me pregunto cómo sonará… -dejé descansar la cabeza sobre ambas manos, mirando al infinito hasta que el sol que empezó a filtrarse por la ventana me cegó levemente, haciendo que entrecerrara los ojos para poder ver algo.
- Uaah, parece que la lluvia da una tregua, ¡qué bien! –me encantaba el sol de después de la lluvia, dejaba todo iluminado dejando ver así los restos de agua y charcos que reflejaban sus rayos, aparte, el aire tras la lluvia estaba más limpio, y el sol siempre invitaba a pasear o hacer algo al aire libre. Miré hacia la ventana y luego a Kurt, ladeando la cabeza ante su pregunta.
- Debo confesar que cantar no es lo mío… -dije bajando la voz a cada palabra- normalmente con el violín tengo suficiente –me encojo de hombros, mirándole y señalo con un movimiento de cabeza la calle- ¿te parece si caminamos? –sonreí inocentemente, meneando los pies bajo el asiento, tenía la necesidad de estirar las piernas.
- Bueno pero con el laúd si, y sinceramente no he visto a nadie tocarlo antes. Me pregunto cómo sonará… -dejé descansar la cabeza sobre ambas manos, mirando al infinito hasta que el sol que empezó a filtrarse por la ventana me cegó levemente, haciendo que entrecerrara los ojos para poder ver algo.
- Uaah, parece que la lluvia da una tregua, ¡qué bien! –me encantaba el sol de después de la lluvia, dejaba todo iluminado dejando ver así los restos de agua y charcos que reflejaban sus rayos, aparte, el aire tras la lluvia estaba más limpio, y el sol siempre invitaba a pasear o hacer algo al aire libre. Miré hacia la ventana y luego a Kurt, ladeando la cabeza ante su pregunta.
- Debo confesar que cantar no es lo mío… -dije bajando la voz a cada palabra- normalmente con el violín tengo suficiente –me encojo de hombros, mirándole y señalo con un movimiento de cabeza la calle- ¿te parece si caminamos? –sonreí inocentemente, meneando los pies bajo el asiento, tenía la necesidad de estirar las piernas.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Mire hacia la ventana, por fin había dejado de llover, ojala que el día se mantuviese así.
Janna me propuso salir fuera, lo cierto es que me apetecía mucho, si había algo que me gustase era el olor a tierra mojada después de la lluvia.
-Claro, estaría muy bien, podemos ir al parque que hay junto a Notre Dame, podría tocarte algo si te apetece-Me gustaba mucho aquel lugar, era tranquilo y tenía unas vistas preciosas- Pero…ahora que lo pienso estamos algo lejos.- Siempre iba caminando a todas partes, era demasiado pobre para permitirme un carruaje o un caballo, pero sinceramente eso no me molestaba en lo mas mínimo, me encantaba París y caminar por sus calles.-Podemos buscar otro sitio más cercano si lo prefieres.
Le di el último trago a mi vino, me puse en pie colgándome el estuche de mi instrumento en el hombro y me acerque a la barra a pagar. La dueña del local se acerco a mí y poso su mano arrugada y cálida sobre la mía.
-Hoy invita la casa muchacho- Saco nuestras chaquetas – Tomad jóvenes, están secas, así no pillareis un resfriado.
-Gracias- sonreí cogiendo mi chaqueta y poniéndomela, estaba caliente y era muy agradable.- Gracias por todo- repetí y me acerque a la puerta esperando a Janna para marcharnos.
Janna me propuso salir fuera, lo cierto es que me apetecía mucho, si había algo que me gustase era el olor a tierra mojada después de la lluvia.
-Claro, estaría muy bien, podemos ir al parque que hay junto a Notre Dame, podría tocarte algo si te apetece-Me gustaba mucho aquel lugar, era tranquilo y tenía unas vistas preciosas- Pero…ahora que lo pienso estamos algo lejos.- Siempre iba caminando a todas partes, era demasiado pobre para permitirme un carruaje o un caballo, pero sinceramente eso no me molestaba en lo mas mínimo, me encantaba París y caminar por sus calles.-Podemos buscar otro sitio más cercano si lo prefieres.
Le di el último trago a mi vino, me puse en pie colgándome el estuche de mi instrumento en el hombro y me acerque a la barra a pagar. La dueña del local se acerco a mí y poso su mano arrugada y cálida sobre la mía.
-Hoy invita la casa muchacho- Saco nuestras chaquetas – Tomad jóvenes, están secas, así no pillareis un resfriado.
-Gracias- sonreí cogiendo mi chaqueta y poniéndomela, estaba caliente y era muy agradable.- Gracias por todo- repetí y me acerque a la puerta esperando a Janna para marcharnos.
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Un alegre ‘Wiiii’ resonó en mi cabecita y sonriente me puse en pie, con ganas de poder moverme y hacer cosas, ¡muchas cosas! Me había encantado el local y el sitio en si, muy acogedor, pero la realidad era que me veía en la necesidad de salir y respirar aire fresco.
- Si a ti no te importa ir andando hasta allí, a mí tampoco –dije con una sonrisa y caminé hasta colocarme a su lado. Agradecida por el trato cogí mi abrigo, bien calentito y seco resultaba muy reconfortante. La hospitalidad de aquel sitio había sido magnífica y de seguro volvería allí aunque fuera sólo por saludar, y es que yo era así, cuando algo me agradaba cogía cariño en seguida.
Fui trotando hasta donde estaba esperándome Kurt y cogí mi paraguas, el cual había dejado al lado del asiento y ambos salimos del local para enfrentarnos al fresquito de la calle, ahora empapada por la lluvia y bañada por el sol. Estiré los brazos mientras caminábamos, emprendiendo el rumbo hacia Notre Dame.
-¡Ah! –chasqueé los dedos y me giré hacia Kurt, andando de lado cual cangrejo- mi casa pilla de camino hacia allí, ¿podríamos pasarnos un momento? Será breve –sonreí ampliamente- me apetece ponerme algo más cómodo y poder llevar mi violín si no hay inconveniente –expliqué.
Aparte quería agradecerle de alguna forma el haber sido tan amable conmigo y tenía pensado darle algo de la tienda familiar cuando pasáramos por allí.
- Si a ti no te importa ir andando hasta allí, a mí tampoco –dije con una sonrisa y caminé hasta colocarme a su lado. Agradecida por el trato cogí mi abrigo, bien calentito y seco resultaba muy reconfortante. La hospitalidad de aquel sitio había sido magnífica y de seguro volvería allí aunque fuera sólo por saludar, y es que yo era así, cuando algo me agradaba cogía cariño en seguida.
Fui trotando hasta donde estaba esperándome Kurt y cogí mi paraguas, el cual había dejado al lado del asiento y ambos salimos del local para enfrentarnos al fresquito de la calle, ahora empapada por la lluvia y bañada por el sol. Estiré los brazos mientras caminábamos, emprendiendo el rumbo hacia Notre Dame.
-¡Ah! –chasqueé los dedos y me giré hacia Kurt, andando de lado cual cangrejo- mi casa pilla de camino hacia allí, ¿podríamos pasarnos un momento? Será breve –sonreí ampliamente- me apetece ponerme algo más cómodo y poder llevar mi violín si no hay inconveniente –expliqué.
Aparte quería agradecerle de alguna forma el haber sido tan amable conmigo y tenía pensado darle algo de la tienda familiar cuando pasáramos por allí.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Su respuesta ante mi propuesta de ir caminando hacia Notre Dame me animo, era una chica a la que le gustaba caminar al parecer ¡como a mí! Perfecto.
Comenzamos a caminar, me acurruque en mi abrigo cálido y guarde las manos en sus bolsillos, el choque con el frío de la calle me había hecho temblar por unos segundos.
Respire profundamente para llenarme de ese aire fresco que dejaba la lluvia, llevándose el ambiente cargado de la ciudad dejando en su lugar el aroma de un campo mojado. Sonreí sin poder evitarlo, a pesar del frío y el poco dinero que había conseguido recaudar aquel día estaba de buen humor.
Janna me pidió hacer una pequeña parada en su casa, cuando menciono que quería coger el violín acepte encantado, realmente me apetecía escucharla tocar y si era posible aprender algo de una verdadera profesional.
-Por supuesto, no hay problema, vamos!- Caminamos por callejuelas y calles empedradas atestadas nuevamente de vida, el sol que acudió hizo salir al gentío de sus escondrijos. Nosotros por ejemplo.
Caminamos unos minutos en silencio pero no me gustaba mucho estar callado, era así, me aburría con facilidad.
-¿Cómo es tu casa?-Pregunte entonces, para ver si podía reconocerla cuando pasásemos por ahí-¿Tiene forma de violín? – era una pregunta realmente absurda aunque en el momento en que se planteo en mi cabeza no tanto. Me reí al darme cuenta de ello y para que no pensase que era un chiflado o algo así…-Es broma-disimule
Comenzamos a caminar, me acurruque en mi abrigo cálido y guarde las manos en sus bolsillos, el choque con el frío de la calle me había hecho temblar por unos segundos.
Respire profundamente para llenarme de ese aire fresco que dejaba la lluvia, llevándose el ambiente cargado de la ciudad dejando en su lugar el aroma de un campo mojado. Sonreí sin poder evitarlo, a pesar del frío y el poco dinero que había conseguido recaudar aquel día estaba de buen humor.
Janna me pidió hacer una pequeña parada en su casa, cuando menciono que quería coger el violín acepte encantado, realmente me apetecía escucharla tocar y si era posible aprender algo de una verdadera profesional.
-Por supuesto, no hay problema, vamos!- Caminamos por callejuelas y calles empedradas atestadas nuevamente de vida, el sol que acudió hizo salir al gentío de sus escondrijos. Nosotros por ejemplo.
Caminamos unos minutos en silencio pero no me gustaba mucho estar callado, era así, me aburría con facilidad.
-¿Cómo es tu casa?-Pregunte entonces, para ver si podía reconocerla cuando pasásemos por ahí-¿Tiene forma de violín? – era una pregunta realmente absurda aunque en el momento en que se planteo en mi cabeza no tanto. Me reí al darme cuenta de ello y para que no pensase que era un chiflado o algo así…-Es broma-disimule
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
- Mensajes : 194
Fecha de inscripción : 11/10/2013
Localización : París
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Caminaba al lado de Kurt, callejeando hasta desembocar en calles más conocidas para mi. Ladeé la cabeza, mirándole de soslayo con los ojos entrecerrados por esa pregunta que, seguramente, el muchacho no había pensado finamente antes de que se le escapara.
- ¿En serio? -dije haciendo rodar los ojos y reí suavemente- No, en verdad es muy humilde. Tenemos un negocio de boticario en la planta baja donde mi madre atiende y la parte de arriba es donde vivimos -me encojo de hombros y miro al frente, contando mentalmente las calles que faltaban hasta tener que girar a la deseada- yo alterno mis clases en el teatro y ayudo en el negocio familiar, aparte hago los recados -mientras andamos, voy metiendo el extremo puntiagudo del paraguas en los pequeños charcos que íbamos sorteando- podemos decir que gracias a eso me conozco bastante la ciudad -dije y le miré.
Mi cabeza iba haciéndose preguntas entorno al tema familiar. No tenía muy claro si Kurt tenía familia o si vivía solo, o si realmente era un muchacho que lo pasaba mal y tenía que tocar en la calle para ganarse el pan. Me mordí el labio inferior, sintiéndome un poco mal. Realmente no sabía nada de aquel chico, pero había sido muy amable conmigo y me sentía en deuda de cierta forma. Quería compensarle.
Paseamos un poco más, como un par de manzanas, y giramos a una calle bastante transitada. Era abierta y daba a una pequeña placita, en donde los edificios de alrededor que la adornaban eran casi todo negocios con tendederos de colores disponiendo diferentes materiales.
Justo a la derecha de la placita, estaba mi casa. La entrada al negocio estaba adornado por toldos de color verde con letras blancas donde rezaba claramente: ''Boticario'' Mi madre nunca quiso ponerle el apellido familiar al toldo por miedo a que fuera reconocido por alguien. Más valía prevenir que curar, y eso no se lo iba a negar.
Guié a Kurt hasta la puerta del negocio. Sencilla, de madera, con cristal en la parte superior. Tenía cortinillas de punto adornándolo por dentro, a juego con las ventanas para que no se viera del todo el contenido del interior del edificio. Para mi gusto le daba un toque hogareño y cálido.
- ¿Vas a querer entrar? -pregunté a Kurt, girándome para mirarle al tiempo que empujaba la puerta con suavidad. Me daba cosa dejarle fuera, pero quizá el invitarle entrar le hacía sentirse violento o en una situación incómoda que sinceramente quería evitar.
- ¿En serio? -dije haciendo rodar los ojos y reí suavemente- No, en verdad es muy humilde. Tenemos un negocio de boticario en la planta baja donde mi madre atiende y la parte de arriba es donde vivimos -me encojo de hombros y miro al frente, contando mentalmente las calles que faltaban hasta tener que girar a la deseada- yo alterno mis clases en el teatro y ayudo en el negocio familiar, aparte hago los recados -mientras andamos, voy metiendo el extremo puntiagudo del paraguas en los pequeños charcos que íbamos sorteando- podemos decir que gracias a eso me conozco bastante la ciudad -dije y le miré.
Mi cabeza iba haciéndose preguntas entorno al tema familiar. No tenía muy claro si Kurt tenía familia o si vivía solo, o si realmente era un muchacho que lo pasaba mal y tenía que tocar en la calle para ganarse el pan. Me mordí el labio inferior, sintiéndome un poco mal. Realmente no sabía nada de aquel chico, pero había sido muy amable conmigo y me sentía en deuda de cierta forma. Quería compensarle.
Paseamos un poco más, como un par de manzanas, y giramos a una calle bastante transitada. Era abierta y daba a una pequeña placita, en donde los edificios de alrededor que la adornaban eran casi todo negocios con tendederos de colores disponiendo diferentes materiales.
Justo a la derecha de la placita, estaba mi casa. La entrada al negocio estaba adornado por toldos de color verde con letras blancas donde rezaba claramente: ''Boticario'' Mi madre nunca quiso ponerle el apellido familiar al toldo por miedo a que fuera reconocido por alguien. Más valía prevenir que curar, y eso no se lo iba a negar.
Guié a Kurt hasta la puerta del negocio. Sencilla, de madera, con cristal en la parte superior. Tenía cortinillas de punto adornándolo por dentro, a juego con las ventanas para que no se viera del todo el contenido del interior del edificio. Para mi gusto le daba un toque hogareño y cálido.
- ¿Vas a querer entrar? -pregunté a Kurt, girándome para mirarle al tiempo que empujaba la puerta con suavidad. Me daba cosa dejarle fuera, pero quizá el invitarle entrar le hacía sentirse violento o en una situación incómoda que sinceramente quería evitar.
Janna Laveau- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 167
Fecha de inscripción : 09/12/2013
Localización : En cualquier tejado, tocando el violín
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Re: Notas de inspiración [/w Kurt Callahan]
Baje la mirada con una sonrisa en la cara mientras caminábamos- Así que boticaria, que útil- dije con total sinceridad. Si había una epidemia o algo parecido tenias más posibilidades de sobrevivir. Me reí entre dientes pero fue más para mí.
Giramos y volvimos a girar hasta llegar a un barrio típico de Paris, con algunos comercios en la pequeña plaza, conspiraciones de vecindario, suspiros en las ventanas y amores en los dormitorios.
Uno de estos comercios pertenecía a la chica de aquel cabello rojo tan llamativo. Era tal y como me lo había descrito, humilde y de dos alturas, nada que ver con mi imaginación, una vez más la realidad frustraba mis desvaríos.
Janna me pregunto si quería entrar y lo cierto es que si, ¿Cómo no iba a querer? Tenia curiosidad por ver cómo era por dentro, por saber como olía, ¡a que sabia! Mentiría si dijese que era la primera vez que entraba a una botica pero nunca había entrado a esa en concreto.
-Sí por supuesto, te esperare abajo si no te importa.- Ambos entramos y salude educadamente a la señora que estaba detrás del mostrador. Supuse que sería la madre de Janna, por dos motivos evidentes, ella me dijo que era un negocio familiar y segundo porque se daba un aire. No preste mucha atención a lo que hizo Janna a continuación pues el mundo que me encontré dentro de aquel espacio me absorbió por completo.
Todo tenía un extraño sabor a hierbas y madera, el ambiente que se percibía era tibio y ligero. Me dedique a espiar la mercadería de la tienda intentando pronunciar mentalmente algunos nombres imposibles y fanfarrones. Comencé a recibir elemento que alimentaban mi imaginación, tenía un escenario al que le faltaba historia. Maquine y maquine sobre conspiraciones, asesinatos y amor quedándome con la mezcla final de un boticario que envenenaba por placer y dinero a aquellos que no les reportaba ningún tipo de beneficio, la tragedia le sobrevino cuando creó un veneno por encargo sin saber que lo utilizarían para acabar con la alegría de sus ojos, su amada florista que escondía mas de un secreto.
Saque de inmediato la libreta y comencé a escribir, nombres extraños de medicinas, puntos cruciales de la historia, toda locura concebida.
Giramos y volvimos a girar hasta llegar a un barrio típico de Paris, con algunos comercios en la pequeña plaza, conspiraciones de vecindario, suspiros en las ventanas y amores en los dormitorios.
Uno de estos comercios pertenecía a la chica de aquel cabello rojo tan llamativo. Era tal y como me lo había descrito, humilde y de dos alturas, nada que ver con mi imaginación, una vez más la realidad frustraba mis desvaríos.
Janna me pregunto si quería entrar y lo cierto es que si, ¿Cómo no iba a querer? Tenia curiosidad por ver cómo era por dentro, por saber como olía, ¡a que sabia! Mentiría si dijese que era la primera vez que entraba a una botica pero nunca había entrado a esa en concreto.
-Sí por supuesto, te esperare abajo si no te importa.- Ambos entramos y salude educadamente a la señora que estaba detrás del mostrador. Supuse que sería la madre de Janna, por dos motivos evidentes, ella me dijo que era un negocio familiar y segundo porque se daba un aire. No preste mucha atención a lo que hizo Janna a continuación pues el mundo que me encontré dentro de aquel espacio me absorbió por completo.
Todo tenía un extraño sabor a hierbas y madera, el ambiente que se percibía era tibio y ligero. Me dedique a espiar la mercadería de la tienda intentando pronunciar mentalmente algunos nombres imposibles y fanfarrones. Comencé a recibir elemento que alimentaban mi imaginación, tenía un escenario al que le faltaba historia. Maquine y maquine sobre conspiraciones, asesinatos y amor quedándome con la mezcla final de un boticario que envenenaba por placer y dinero a aquellos que no les reportaba ningún tipo de beneficio, la tragedia le sobrevino cuando creó un veneno por encargo sin saber que lo utilizarían para acabar con la alegría de sus ojos, su amada florista que escondía mas de un secreto.
Saque de inmediato la libreta y comencé a escribir, nombres extraños de medicinas, puntos cruciales de la historia, toda locura concebida.
Kurt Callahan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 11/10/2013
Localización : París
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