Días de lluvia [Privado]

por **Amy Defoe** Dom Ene 05, 2014 11:29 pm

Colgué de mis hombros una saco que me habían regalado, era de hombre unas cuantas tallas más grandes que las mía pero no me importo, cubría mi cuerpo y hasta me llegaba un poco mas debajo de las caderas, debajo de aquello tenía un pantaloncillo de varón color marrón que me quedaba igual de suelto, estaba afirmado por un cordel que había encontrado por ahí y arriba un escuálido corseé amarillento por lo desgastado por el uso que le había dado así que aquel saco caía a la perfección, tome un cinturón que había adquirido hacia pocos días atrás y sobre aquella chaqueta improvisada lo pase por mi cintura para que se ajustara, no me importaba verme como una mujer, en realidad era en lo menos que pensaba cuando aquellos ropajes eran lo único que me podía costear y eso que me los habían regalado en la corte de los milagros. Suspire mirando mi refugio, con la ayuda de Gianella había podido hacerle un techo que resistiera el aguacero que estaba por venir, con unas lonas que habían tirado a la basura los de las grandes casonas eso me ayudaría a pasar la época de lluvia, el interior estaba lleno de almohadones que había robado por mucho tiempo, no sabía cuál era mi fascinación por ellos pero me gustaban por lo suavecitos que eran y además de abrazadles. Sonreí y cerré la puerta improvisada, mire el cielo que oscuro se ponía dando el aviso que la lluvia no tardaría mucho en llegar, cruce mi bolso por mi torso y camine por el tejado hasta la escalera de cuerdas que me había robado del puerto, baje hasta llegar a la escalera que daba por atrás de aquella edificación hasta llegar a tierra firme, era una inquilina y aunque los primeros meses me odiaban ya habían aprendido a vivir conmigo en el techo yo no molestaba a nadie y ni siquiera se sentía que vivía ahí.

Llegando ya al callejón las gotas comenzaron a caer del cielo, no sé que tenia aquella época del año pero me hacia tan feliz sentir la lluvia aun cuando mi cuerpo se mojara y luego me enfermera, la lluvia siempre había conseguido que de mis labios saliera una sonrisa de satisfacción, la disfrutaba simplemente. Mis pasos eran cortos, seguro más de una vez chapotee en algún charco de agua que se juntaban por ahí, mi cabellera larga pronto quedo completamente mojada, haciendo notar las finas facciones de mi rostro, algunos transeúntes caminaban por el lugar con sus paraguas, me observaban y la cara de lastima me daba una especie de recelo, yo era feliz así no necesitaba de grandes lujos para serlo, no me importaba nada más que mi vida, aun cuando no era la más buena me gustaba. Seguí caminando hasta ver la puerta de unos de los café abrirse, claro la puerta de atrás, corrí con todas mis fuerzas salía un pastelero con una bolsa mi cara de niña buena se poso en mi rostro – Me… - no alcance a decir nada cuando aquel hombre con varios kilos de más y con esa sonrisa de cariño me tendió una bolsa de papel café – Desfrútalo pequeña – su voz era muy ronca y hasta podría decir que me había asustado – Gracias – Entone con una amplia sonrisa y de inmediato abrí la bolsa tres panes y un trozo de kuchen de seguro andaba buscando a alguien para regalárselo, solo para eso salían por atrás los que trabajaban en esos lugares, seguí mi camino mientras ponía la bolsa de pan en mi morral. Ahora solo necesitaba leche y tendría para comer esta noche y mañana a la hora de la cena, había aprendido a racionar muy bien mis alimentos en tiempos como esos, cuando todo era escaso por la lluvia.

Salí a una de las calles principales de Paris y seguí mi rumbo con mi mano en los bolsillos, sonriendo en todo momento de seguro me dirían que estaba loca, pero habían poco momentos como eso, donde gente de buena fe te regalaba algo de comer camine con mis manos en los bolsillo mis movimientos no eran de ninguna niña de clase alta, más bien todo lo contrario mejor dicho eran los movimientos de mi realidad. Suspire mirando como las calles parecían volverse más solitarias, a lo lejos note a Mirko, el reparta leche y siempre me dejaba una botella apresure mi paso y mientras lo hacía fui notando que no era Mirko sino otro tipo que no conocía, mis ojos se iluminaron al ver las botellas de leche y me acerque cuidadosamente y tome una botella mi suerte andaba de mi lado hasta que escuche como gritaba el joven, ¡LADRONA! Pero nadie lo escucharía por que no había gente, mi suerte era buena hasta que lo vi acercarse y corrí aun mas rápido, si algo que tenia era la agilidad en mis piernas así que doble en una esquina y tropecé con un tipejo que parecía caminar en cámara lenta, caí al suelo y la botella de vidrio se triso en mil pedazos derramando la leche por el lugar, me clave varios trozos de aquel vidrio en mi mano el dolor de hizo intenso hasta que escuche – A las ladronas como tu les pasa eso – con una risa el lechero se alejo, golpee el suelo con mi mano, sentía más dolor, si pero era Leche era lo que más costaba conseguir y por ese tipejo que se había atravesado… Apreté mi mandíbula con fuerzas Aguantando las lagrimas y me senté sobre la leche derramada quitándome los cristales de la mano eran mucho y en ambas las tenia, la sangre broto al acto y se mezclo con lo que quedaba de leche en el suelo, que parecía un riachuelo por la lluvia torrencial que había, en ningún momento mire al tipo con el que había chocado ya había perdido mucho ese día… - Mi leche – dije en un susurro.

por **Cătălin Mengheș** Dom Ene 12, 2014 5:35 am

- ¿Que te ocurre Miruna? - preguntó el gitano con un hilo de voz. Su hija, Miruna desde hacía dos días no paraba de llorar ,sudar y tiritar como si estuviese en una bañera llena de agua fría . Frunció sus labios, impotente ,sin saber que mas hacer. Le dio medicaciones ,la bañó con agua caliente y veló por ella todas las noches. Eso se notaba ligeramente en su rostro, cansado pero no de cansancio si no por la escasa información que tenía ante tal situación. Abrazó su cuerpo pequeño y la llevó al pecho intentando dar calor a un cuerpo de un año y medio. Empezó a llorar aun mas y fue entonces cuando se dio cuenta que su piel ardía mas de lo normal. Cayó en la cuenta de que estaba resfriada ,de que tenía fiebre y a saber que más. El no se podía permitir llevarla al medico, pagar medicamentos ni nada por el estilo. ¿Cuando se había descuidado de esa manera con su hija?. Blasfemó, se regañó internamente. Debía cuidarla más y precisamente aun más en épocas de año tan frías y abrumadoras. Besó la frente de la pequeña y la dejó sobre un montón de cojines ,arropada - Shh - susurró acariciando sus diminutas manos. Ver como sufría y se debatía con la fiebre era lo peor que le había pasado en todos sus años. Si tuviera aquel poder de llevarle todo el dolor y camuflarlo en el mismo lo hubiera echo desde hacía días pero..desgraciadamente no lo poseía.

Stiven entró en la carreta, uno de sus hermanos que acompañó al gitano a Francia con un único propósito; cambiar todo lo malo en bueno,independientemente como . Levantó la vista para mirarle ,con una mirada de súplica - ¿Has encontrado algo? - preguntó apenas moviendo los labios. Stiven negó acercándose hacia su sobrina - Cada vez se encuentra peor...te daría el consejo de que la llevases al médico. Iré contigo y obligaremos a golpes a que la traten.. - sugirió este conmovido por el problema que tenían . Nuestro protagonista negó repetidas veces - Esta lloviendo Stiven, arriesgaremos demasiado si la sacamos en su estado. Iré yo y traeré al médico. Llama a los demás hermanos y quedaos con ella, no tardaré nada - besó la frente de Miruna - No tardaré nada, te lo prometo. Te pondrás bien, no te dejaré..- volvió a besarla y se levantó para marcharse. Su corazón se deshizo en pedazos cuando Miruna empezó a llorar con mas frecuencia que antes. No miró atrás ,dio media vuelta y salió de la carreta . Creía que había alcanzado el límite soportable de sufrimiento y de desgracia. Ahora, en unas docenas de palabras, quedó demostrada de forma convincente su equivocación. El nuevo golpe fue demoledor.¿Acaso debo sufrirlo todo?, brilló en su mente paralizada con leras de fuego. Sintió una rabia sorda, un perplejo ofuscamiento; y un dolor declarado. Su emoción era demasiado angustiosa para contener el más ligero dolor del desencanto; era una ira primitiva, ciega.

El estado de Miruna desveló en él regiones enteras de nuevo dolor, de penetrante, resentida furia. Acto seguido mientras cruzaba la calle para adentrarse en los callejones y así no dar vuelta a toda París , experimentó una momentánea parálisis del corazón, un vértigo, un intenso sentimiento de rebeldía cuya impotencia casi le produjo una náusea física. Era como si... se fuese a morir. Y así, cavilando en sus pensamientos no se dio cuenta de que alguien había chocado con el hasta que el golpe le distrajo de inmediato. Miró hacia el suelo y vio a una jovencita que poseía en sus manos una botella de leche ..rota - Lo siento,señorita..lo siento.. - se agachó para ayudarla pero no podía hacer nada al respeto de su comida o su cena. Al igual que el, ella no era de una clase demasiado respetada. El gitano llevó ambas manos a un brazo de esta y le apartó la mano de la muchacha - Con permiso..- observó que su brazo estaba cubierto de diminutos cristales y la sangre brotaba con desdén, mezclándose con la leche. Lo único que podía hacer era quitarle los cristales uno por uno pero la lluvia constante le impedía hacer mucho. Intentó ser delicado ,lo más que podía, pues las manos de un hombre fuerte y las muñecas de una niña indicaban lo contrario .Sacó el primer cristal - Lo..siento..- pidió perdón sin mirarla a los ojos. Apenado, en un profundo sufrimiento, puso énfasis en el trabajo de ayudarla. Quería hacerlo, fue su culpa .Tenía unas manos finas y delicadas y con cada trozo de cristal que sacaba el dolor parecía intensificarse . El gitano no llevaba ningún abrigo para protegerse del frío, tan solo una camisa simple y unos pantalones viejos. La lluvia parecía marcar los rasgos del dolor cada vez que caía sobre su rostro .

por **Amy Defoe** Jue Feb 06, 2014 11:08 pm

Estas cosas normalmente me ocurren, por una simple razón… soy una niña que no tiene nada, y de la nada saca un todo aquello incluye desastres, heridas, enfermedades y todo ese tipo de cosas, llevaba viviendo en la calle más de diez años o tal vez un poco menos y conocía perfectamente como era, lo bruta que siempre había sido y por eso mismo Gia me decía que tenía que estar preparada para todo tipo de situaciones y esta era una de esas, que parecía todo ir mal pero… no había mal que durara mil años ¿o sí? El hombre tomo mis manos, parecía nervioso y mis lágrimas al parecer no ayudaban, “Soy una niña fuerte” grite para mí en mi cabeza mientras el hombre sacaba los cristales - ¡Ay! – dije con suavidad apretando mi mandíbula él quería ayudar, además fue por culpa de él que ahora ya no tendría leche para tomar. Apreté los ojos con fuerzas para no ver la sangre que parecía ser un rio en mezcla de la lluvia y la leche derramada, mis pucheros eran inevitables. – En mi…- dije cuando vi que estaba por sacar el trozo de vidrio más grande e intente sacar las manos para que se detuviera – Bolso… hay… te… - trague saliva ver como mi sangre se iba, sin contar que hacía dos días que no comía nada sentía que todo me daba vueltas en la cabeza no podía sostener una idea clara en mi cabeza –Tela – siempre preparada, apreté mis dientes con fuerzas y mire hacia otro lado estirando mis brazos hacia el caballero.

Hasta ahí solo sentí como lentamente el dolor iba recorriendo mi delgado cuerpo y el temblor en mis piernas había comenzado, ¿Miedo? Claro que no, no sabía que estaba pasando por mi cuerpo en ese momento al abrir los ojos vi el trozo de vidrio y un pequeño grito salió de mis labios, mas era un lamento de dolor y las lágrimas inundaron mi rostro junto con unos destellos de colores que parecían bailar a mi alrededor – No… no.. Me siento – no sabía ya lo que sentía o no ¿Aun llovía? Mi cuerpo en ese instante se volvió pesado como una roca y solo me sentí como una masa que caía, ¿ojos abiertos o cerrados? En ese momento no sabía la diferencia, podía escuchar aun la lluvia pero no podía sentirla, un calor extraordinario embargo mis manos como fuego, el dolor aumentaba pero no sentía nada más. – Estoy pagando por lo que hice… ¿cierto? – conocía lo bueno y lo malo, pero para sobrevivir no existía ni lo uno ni lo otro ¿o no?, aquello lo había hablado o estaba todo metido en mi cabeza.

Mis manos latían, no podía ver al hombre, solo veía… nada oscuridad, sentía mi cuerpo caer, continuamente sin llegar al fondo ¿existía uno? Quiero volver, si quiero sentir la lluvia, sinceramente estaba perdiendo la cabeza, o las fuerzas me habían consumido y con estas heridas y la sangre derramada mis fuerzas se habían ido ¿Qué sucede? – ¿Qué sucede? – nuevamente no sabía si aquello era real o irreal. El sabor amargo en mi boca me molestaba, escuchaba la lluvia lejos cada vez más lejos… mi cuerpo parecía querer irse de ahí pero mi cabeza se lo impedía.

El cuerpo de Emy había caído inconsciente débil estaba por la mala alimentación que tenía aquella niña, la sangre y las heridas en sus manos habían sido para ella demasiado fuertes, su cabeza un mar de ideas la mantenía atada a este lado del mundo más si fuera por su débil cuerpo ya habría partido, o tal vez las fuerzas de la naturaleza la ayudaban a quedarse y a continuar, ahora todo parecía estar en manos de la única persona que ese día había mostrado compasión por ella y la había ayudado. La niña sentía el dolor, pero no podía ni siquiera quejarse porque hundida en un pequeño sueño parecía estar…

FDR: Lamento la tardanza >< tuve unos inconvenientes.. ya estoy de vuelta Smile

... y espero se entienda el post... la ultima parte esta en tercera persona por que ya no es ella... por que quedo inconsciente...

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