¿Recuerdas cuando...? [Eowyn]

por **Neru Le Course** Jue Ene 09, 2014 4:48 pm

He vuelto al fin, desde Italia. Oh, era un hermoso lugar pero no era mi lugar, yo necesitaba París. En donde crecí, en donde lloré, en donde reí, aquí es dónde pertenezco y siempre será de esa manera. ¡Incluso las ostentosas mansiones y bailes de clase alta, incluso eso lo extrañé! Aunque no iba a admitir aquello frente a Marie, ella me haría asistir a la primera fiesta de la que se enterara… Y para eso aquella mujer tenía una gran facilidad.

Después de dormir casi por un día entero (los viajes no son para mí, sin duda) me vestí con un sencillo vestido, de seda plateada, sin encaje ni otros adornos que sinceramente me molestaban. Los tacones que llevaba esta vez eran también de un tono plata por lo que la imagen general de mi persona era un tanto ¿luminosa? Y eso que no llevaba ningún tipo de accesorio y el cabello me caía libre por la espalda, algo despeinado. Salí a pasear, por las calles que ya conocía.

Mis pies me llevaban sin dudar por entre calles y callejones mientras yo pensaba en otras cosas. A veces en cómo Marie me había hecho cambiar de apellido, le debía tanto… a veces también pensaba en mi futuro, pero me alejaba de ese tema rápidamente, era demasiado molesto. Sin embargo, la mayor parte de mi atención estaba en mis recuerdos. A medida que avanzaba, reconocía ciertos lugares y no podía evitar que me asaltaran las imágenes del pasado.

"Casi mato al gato de esa tienda… ¿Qué no robé pan de aquel lugar?… Adam se molestó aquella vez que… Antes había un fantasma que de ahí no se movía…"

Y se puede considerar un milagro que no llorara. Mis memorias me alegraban, sonreía involuntariamente ante ciertas escenas, pero también dolían, tanto…

Entré a un café. Conocía al dueño desde hace años y fue tan agradable ver un rostro conocido. Parecía atareado, pero feliz, esa clase de inexplicable felicidad que tienen ciertas personas y parece que nada existe que pueda hacerles daño. Le sonreí y él respondió con el mismo gesto, aunque no de inmediato pues al parecer le tomó unos segundos reconocerme. Ocupé una mesa libre y pedí té Assam el cual no tardaron tanto en darme. En otra ocasión me habría acercado a hablar con los dueños, quizá incluso ayudarlos, pero en aquel momento no sentía ganas de hacerlo de manera que permanecí en mi sitio observando a la gente pasar.

¡Ah! ¿Cuándo había estado yo tan calmada y sin armar revuelo? ¿O sin andar por ahí molestando a quien me dejaran hacerlo solo por diversión? Bueno, en cualquier momento aquello podría cambiar.