AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Un horizonte oscuro {Privado}
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Un horizonte oscuro {Privado}
La visita de Arleken pronto llegaría a su fin y tan sólo había un lugar que deseaba visitar… La mar. Por supuesto, lo más cercano que tenía sería el puerto donde tomaría el barco que lo llevaría a Escocia. Pero lo que el realmente deseaba ver era el mar libre de cualquier barco arribando, una perspectiva no de un océano donde todo lo que se ve es agua y nada más; el Conde deseaba ver aquella circunferencia desde un punto único, la playa.
Vestido de traje y con los pies desnudos, Arleken pisaba la fría arena que en la mañana había estado caliente y húmeda por los humanos que entraban y salían. En el lugar sólo estaba él, las gaviotas y curiosos peces que se acercaban a la orilla. Para él, una playa no era un lugar desconocido cuando era mortal o inmortal; por supuesto, en aquella época el concepto de playa, no existía como tal, no era un lugar a donde la población asistía para divertirse, tan sólo era un pedazo más de tierra con el único propósito de pescar y nada más.
Con el paso del tiempo, el concepto fue cambiando, ya como un vampiro veía como no sólo la labor de pesca dominaba los mares apoderándose de las playas, sino también el comercio en general y las guerras… ¿pero en qué momento se volvió un sitio para encuentros sociales? Para Arleken, los viajes a lugares como esos deberían de tener un nombre, no existía una definición que describiera a un conjunto de personas visitar un lugar, en éste caso para nadar, divertirse y tomar el sol. Por supuesto que él no era la persona indicada para querer adjudicar un nombre para ese evento, ya que después de todo eso era un concepto para el día.
¿Entonces cómo sabía Arleken que eso sucedía por las mañanas?
Eso era sencillo de responder, un día mientras bebía recuperó en la memoria de su víctima un recuerdo que describía aquel lugar llego de arena y una vista espléndida a la mar. De hecho esa era la principal razón de estar ahí sintiendo la arena que se metía entre sus pies, que caminara a la orilla y el agua salada y fría acariciara los tobillos mojando la bastilla del pantalón, alejando a los peces unos instantes y que volvían para investigar a la nueva criatura que nunca habían visto, tan similar al hombre y tan distinta.
Arleken se quedó en soledad contemplando la mar, con la luna como su única compañera.
Vestido de traje y con los pies desnudos, Arleken pisaba la fría arena que en la mañana había estado caliente y húmeda por los humanos que entraban y salían. En el lugar sólo estaba él, las gaviotas y curiosos peces que se acercaban a la orilla. Para él, una playa no era un lugar desconocido cuando era mortal o inmortal; por supuesto, en aquella época el concepto de playa, no existía como tal, no era un lugar a donde la población asistía para divertirse, tan sólo era un pedazo más de tierra con el único propósito de pescar y nada más.
Con el paso del tiempo, el concepto fue cambiando, ya como un vampiro veía como no sólo la labor de pesca dominaba los mares apoderándose de las playas, sino también el comercio en general y las guerras… ¿pero en qué momento se volvió un sitio para encuentros sociales? Para Arleken, los viajes a lugares como esos deberían de tener un nombre, no existía una definición que describiera a un conjunto de personas visitar un lugar, en éste caso para nadar, divertirse y tomar el sol. Por supuesto que él no era la persona indicada para querer adjudicar un nombre para ese evento, ya que después de todo eso era un concepto para el día.
¿Entonces cómo sabía Arleken que eso sucedía por las mañanas?
Eso era sencillo de responder, un día mientras bebía recuperó en la memoria de su víctima un recuerdo que describía aquel lugar llego de arena y una vista espléndida a la mar. De hecho esa era la principal razón de estar ahí sintiendo la arena que se metía entre sus pies, que caminara a la orilla y el agua salada y fría acariciara los tobillos mojando la bastilla del pantalón, alejando a los peces unos instantes y que volvían para investigar a la nueva criatura que nunca habían visto, tan similar al hombre y tan distinta.
Arleken se quedó en soledad contemplando la mar, con la luna como su única compañera.
Última edición por Arleken Lundberg el Mar Mar 04, 2014 3:05 pm, editado 1 vez
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
"Hay quien ve en el mar la soledad, yo solo veo libertad"
El aire estaba cargado con la sal y el agua ya perdía el calor de la mañana a medida que la noche avanzaba y la luna se alzaba en el cielo. Pero nada de aquello le importaba mientras corría por la orilla de la playa.
Sin embargo no era eso lo que pasaba por su mente mientras sus pasos quedaban marcados en la orilla del mar sino en la cacería de hacía tres noches. Aquello no había terminado del todo bien y sabía que en parte era culpa suya por ser tan idiota. A quien se le ocurría marchar tras dos presas la misma noche...
Dejó escapar un suspiro y volvió concentrarse en respirar. Su cuerpo se movía rápidamente por la playa, más rápido que cualquier humano. Y más fuerte también. "Aunque aún débil". Las palabras, pronunciadas con la voz de su padre en su cabeza, le hicieron apretar el paso, transformando sus zancadas elegantes en algo eficiente.
Recorrió la playa de extremo a extremo, como acostumbraba a hacer antes de París. Hacía tiempo que no entrenaba de aquel modo, dado que había estado bastante ocupada con ciertos asuntos de la Inquisición. Sin embargo era embriagador sentir de nuevo el agua en los pies y el aire marino golpeándole en el rostro.
Tan concentrada iba que tardó un poco en ver al hombre allí de pies, mirando el mar como si no lo hubiera visto nunca. Redujo la velocidad de sus paso e instintivamente llevó una mano a la cadera, donde solía llevar el puñal. Sin embargo en ese momento recordó que no lo había llevado consigo aquella noche, que había decidido estar "fuera de servicio"
Lentamente alejó la mano de la cintura y se acercó al hombre. éste posiblemente ya la hubiera visto y no tenía sentido fingir que no sentía cierta curiosida sobre que haría allí a aquellas horas. Aunque, claro, tampoco es que ella fuera la más adecuada para juzgarlo.
-Disculpad, señor- dijo, adoptando sus formas de dama de la corte- ¿Os encontrais bien?
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Oí los pasos a lo lejos, un sonido tan diferente que fue casi una seducción. Entonces vino la voz femenina, no la conocía, el tono no se me hizo familiar así que giré mi rostro hacía ella un instante e inmediatamente y con languidez regresé mi vista al horizonte oscuro que me ofrecía la mar.
El vampiro hizo un analisis en su mente, para él como un vampiro no le era necesario contemplarla por minutos para dedicir de quién se trataba la persona sí es que la conocía. Por supuesto que no poseía memoria fotográfica pero evidentemente sus sentidos estaban mucho más desarrollados que el de los mortales y eso incluía la memoria.
Aquel rostro iluminado por la luz de luz me llevó a mi Escocia, a un evento social en el que las grandes casas y familias asistían más por compromiso que por deseo, al menos que sus deseos sólo consistieran en tratados comerciales o uniones matrimoniales. Como sea, aquel rostro joven pertenecía ni más ni menos a la condesa; lo supe por la investigación que hice sobre las mentes de otros aquella noche, no sólo su belleza me atrajo sino el hecho de que una mujer con ese título fuera soltera; algo había en ella que me había cautivado aquella noche.
Pero no importaba ya, mi interés por ella había desaparecido así como todo el misterio que la envolvía. Seguí en mis pensamientos sin siquiera responder, sin volver a ver esos ojos verdes grisáceos de una mirada indomable, sonreí. -Sólo vine a deleitar mis ojos con el espectáculo que ofrece la playa- dije en el inglés hablado en Escocia y me giré a ella, -Verás, no puedo hacerlo en el día por eso me has encontrado en esta clara noche- había sido una gran coincidencia que la luna hubiera iluminado todo cuanto los ojos de ambos pudieran hablar en el momento en el que me giré pero que me importaba eso, yo continuaba hablándole con el mismo acento e idioma.
-Disculpe mi pregunta, pero me siento capaz de hacerla luego de responder la suya...- dije y le miré de abajo hacía arriba con la suficiente lentitud para que ella se percatara de eso, -¿qué hace tan tarde por este tan desolado lugar, tan alejado de la ciudad que se vuelve una enorme amenaza ante cualquier villano?- concluí con una sonrisa.
El vampiro hizo un analisis en su mente, para él como un vampiro no le era necesario contemplarla por minutos para dedicir de quién se trataba la persona sí es que la conocía. Por supuesto que no poseía memoria fotográfica pero evidentemente sus sentidos estaban mucho más desarrollados que el de los mortales y eso incluía la memoria.
Aquel rostro iluminado por la luz de luz me llevó a mi Escocia, a un evento social en el que las grandes casas y familias asistían más por compromiso que por deseo, al menos que sus deseos sólo consistieran en tratados comerciales o uniones matrimoniales. Como sea, aquel rostro joven pertenecía ni más ni menos a la condesa; lo supe por la investigación que hice sobre las mentes de otros aquella noche, no sólo su belleza me atrajo sino el hecho de que una mujer con ese título fuera soltera; algo había en ella que me había cautivado aquella noche.
Pero no importaba ya, mi interés por ella había desaparecido así como todo el misterio que la envolvía. Seguí en mis pensamientos sin siquiera responder, sin volver a ver esos ojos verdes grisáceos de una mirada indomable, sonreí. -Sólo vine a deleitar mis ojos con el espectáculo que ofrece la playa- dije en el inglés hablado en Escocia y me giré a ella, -Verás, no puedo hacerlo en el día por eso me has encontrado en esta clara noche- había sido una gran coincidencia que la luna hubiera iluminado todo cuanto los ojos de ambos pudieran hablar en el momento en el que me giré pero que me importaba eso, yo continuaba hablándole con el mismo acento e idioma.
-Disculpe mi pregunta, pero me siento capaz de hacerla luego de responder la suya...- dije y le miré de abajo hacía arriba con la suficiente lentitud para que ella se percatara de eso, -¿qué hace tan tarde por este tan desolado lugar, tan alejado de la ciudad que se vuelve una enorme amenaza ante cualquier villano?- concluí con una sonrisa.
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
En cuanto se volvió supo quien era. Aunque no hacía demasiado que había entrado en la alta sociedad, y nunca se había cruzado siquiera con él, había leido bastante del Conde Arleken. Y lo que había leído, o más bien lo que faltaba, la inquietaba.
Al morir su padre, había ocupado el despacho que antes le pertenecía a él en su mansión escocesa y allí había halado una serie de informes referente a la alta sociedad escocesa, la cual mantenía vigilada.
La mayor parte de esos expedientes eran asombrosamente completos, tan lenos de trapos sucios que bien podía usarlos para extorsionar a quien le placiera. Incluso había unos cuantos marcados con la sospecha de ser sobrenaturales.
Sin embargo, el expediente del conde era demasiado delgado para ser tranquilizador. Y, aunque su padre no había dejado una nota al respecto, la limpieza que había en cuanto a su pasado era asombrosa.
-Por supuesto, yo he comenzado esa descortesía, así que teneis derecho a una pregunta. . Busco la soledad ya me ayuda a pensar y la ciudad es agotadora- contestó ella también en escoces. Se le hacía extraño volver a usar aquella lengua después de tanto tiempo hablando únicamente francés- Además, se que está mal decirlo, pero soy una gran jinete y podría huir de cualquier peligro más rápido de lo que el peligro tardaría en verme.
Se acercó a el con la cabeza alta y le tendió una mano. Siendo quienes eran, o fingían ser al menos, a pesar de lo inadecuado de la situación por el aspecto social, debían respetar al menos una última fórmula de cortesía.
-Supongo que ya sabéis quién soy- dijo con un poco de ironía- pero nunca está de más presentarse. Soy Erika Kngiht. Encantada de conocerle Conde Lundberg. Debo decir que es un extraño placer conocer a un igual tan lejos de nuestro propio país.
Mientras hablaba mantenía los ojos clavados en él. Dadas sus sospechas sobre él, sus sentidos estaban todos despiertos, alertas a la más mínima sospecha de que la pudiera atacar, aunque dudaba que cometiera tal error.
"Una nunca se puede fiar de lo que ya no es humano" dijo para sus adentros mientras esbozaba una sonrisa amigable en el rostro, lo suficientemente cálida como para no verse forzaba y también un poco avergonzada por la situación en la que se encontraba. Por que, ante todo, debía seguir fingiendo ser una dama.
Al morir su padre, había ocupado el despacho que antes le pertenecía a él en su mansión escocesa y allí había halado una serie de informes referente a la alta sociedad escocesa, la cual mantenía vigilada.
La mayor parte de esos expedientes eran asombrosamente completos, tan lenos de trapos sucios que bien podía usarlos para extorsionar a quien le placiera. Incluso había unos cuantos marcados con la sospecha de ser sobrenaturales.
Sin embargo, el expediente del conde era demasiado delgado para ser tranquilizador. Y, aunque su padre no había dejado una nota al respecto, la limpieza que había en cuanto a su pasado era asombrosa.
-Por supuesto, yo he comenzado esa descortesía, así que teneis derecho a una pregunta. . Busco la soledad ya me ayuda a pensar y la ciudad es agotadora- contestó ella también en escoces. Se le hacía extraño volver a usar aquella lengua después de tanto tiempo hablando únicamente francés- Además, se que está mal decirlo, pero soy una gran jinete y podría huir de cualquier peligro más rápido de lo que el peligro tardaría en verme.
Se acercó a el con la cabeza alta y le tendió una mano. Siendo quienes eran, o fingían ser al menos, a pesar de lo inadecuado de la situación por el aspecto social, debían respetar al menos una última fórmula de cortesía.
-Supongo que ya sabéis quién soy- dijo con un poco de ironía- pero nunca está de más presentarse. Soy Erika Kngiht. Encantada de conocerle Conde Lundberg. Debo decir que es un extraño placer conocer a un igual tan lejos de nuestro propio país.
Mientras hablaba mantenía los ojos clavados en él. Dadas sus sospechas sobre él, sus sentidos estaban todos despiertos, alertas a la más mínima sospecha de que la pudiera atacar, aunque dudaba que cometiera tal error.
"Una nunca se puede fiar de lo que ya no es humano" dijo para sus adentros mientras esbozaba una sonrisa amigable en el rostro, lo suficientemente cálida como para no verse forzaba y también un poco avergonzada por la situación en la que se encontraba. Por que, ante todo, debía seguir fingiendo ser una dama.
- Spoiler:
- Siento haberme demorado un poco en contestar, tuve un problema con el ordenador
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Me pareció un total alarde el creerse capaz de librar los peligros, pero verdaderamente no tengo ningún conocimiento de sus capacidades y lo que es, pues no todo es como lo pintan todo inmortal debía saberlo. Tomé la mano que me facilitó con la delicadeza de un caballero, la levanté y deposité un beso en la contra palma, después miré sus ojos fijamente sin soltar su mano. -También estoy encantado de encontrarla condesa Knight- dije, bajé su mano y la liberé de la mía.
-Creo que esta noche cambiará nuestros deseos iniciales, me pregunto... ¿será para bien?- me expresé con un ligero brillo en mis ojos. Mi rostro dibujó una sonrisa y me alejé del agua para que mis pies se enlodaran con la fina arena del mar. -Sé que tienes dudas sobre mí, como yo sobre ti... Después de todo, los nobles siempre queremos saber del otro ¿no sucede con usted?- dije acercándome con cautela, vi sus piernas bien definidas, fuertes y ejercitadas dando a su jactación reelevancia aunque no justificándola como una amenaza para él.
El vampiro la analizó rodeándola descubriendo que no le temía, se adentró a los ojos de ella, realmente no tenía temor, era como si conociera la muerte, como si ella fuera un verdugo. Arleken noto que ella sabía lo que él era, lo dedujo quizás antes de que él, con su blanca y fría mano tomara la de ella y después prodigara ese helado beso. Todo lo que le provocaba la condesa le era irremediablemente atractivo, esperaría a que ella le abordara con sus preguntas.
-No quiero que se vaya, dígame, ¿qué puedo hacer para que me acompañe esta noche? Aquí en la playa bajo la luz de la luna- concluí manteniendo una distancia que no la ofendiera.
Off: Siento la demora, pero el fin de semana no tengo la disposición para escribir. Saludos.
-Creo que esta noche cambiará nuestros deseos iniciales, me pregunto... ¿será para bien?- me expresé con un ligero brillo en mis ojos. Mi rostro dibujó una sonrisa y me alejé del agua para que mis pies se enlodaran con la fina arena del mar. -Sé que tienes dudas sobre mí, como yo sobre ti... Después de todo, los nobles siempre queremos saber del otro ¿no sucede con usted?- dije acercándome con cautela, vi sus piernas bien definidas, fuertes y ejercitadas dando a su jactación reelevancia aunque no justificándola como una amenaza para él.
El vampiro la analizó rodeándola descubriendo que no le temía, se adentró a los ojos de ella, realmente no tenía temor, era como si conociera la muerte, como si ella fuera un verdugo. Arleken noto que ella sabía lo que él era, lo dedujo quizás antes de que él, con su blanca y fría mano tomara la de ella y después prodigara ese helado beso. Todo lo que le provocaba la condesa le era irremediablemente atractivo, esperaría a que ella le abordara con sus preguntas.
-No quiero que se vaya, dígame, ¿qué puedo hacer para que me acompañe esta noche? Aquí en la playa bajo la luz de la luna- concluí manteniendo una distancia que no la ofendiera.
Off: Siento la demora, pero el fin de semana no tengo la disposición para escribir. Saludos.
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Mantuvo la sonrisa aun cuando vio sus sospechas confirmadas. Por suerte estaba lo suficientemente habituada a fingir que desconocía la existencia de seres sobrenaturales como para que no mantener el semblante tranquilo y los músculos relajados.
Y ni que decir de tener que estar en su compañía. Al parecer los Condenados de la Inquisición tenían la mala costumbre de cruzarse en su camino. Y estaría muy mal visto que se encargara de ellos con sus propias manos.
-Oh, no dudo que será para bien- dijo con una pequeña risa- y siento si he resultado descortés con mi pregunta. Es solo que no esperaba encontrar a nadie en este lugar y, sobre todo, a estas horas. Como bien habéis dicho, es bastante peligroso.
Inconscientemente se frotó un poco la mano que él le había besado, como si quisiera eliminar la frialdad de él en su piel., aunque ya no quedara rastro alguno de ella. Se volvió hacia el mar para evitar que sus ojos reflejaran que conocía su naturaleza aunque él seguramente ya supiera que ocultaba algo, o más bien, que sabía lo que se ocultaba bajo la fachada del conde.
-Siendo sincera, no soy muy de cotilleos- dijo, siguiendo como si nada con la conversació- Odio cuando la gente se quiere meter en mi vida privada y por ello trato no ser demasiado curiosa. Sin embargo…- camufló el vivo interésque sentía y se volvió de nuevo hacia él- he de admitir que me intrigáis. He oído tan poco de vos que hasta la fecha pensé que eráis más un mito de nobles que una persona real- añadió, conteniéndose de añadir énfasis en la palabra persona.
Rió un poco ante su solicitud para que se quedara, con algo similar a la coquetería. La inquisidora en ella se reveló ante ese acto hacia un vampiro pero a dama de salón sabía de debía jugar aquel juego, aparentar ser tan hueca como lo serían otras damas ante esas palabras.
-Bueno, si deseáis que me quede realmente no tenéis que hacer mucho. Conversar, por ejemplo, siempre es una buena manera de mantener mi atención.
Y ni que decir de tener que estar en su compañía. Al parecer los Condenados de la Inquisición tenían la mala costumbre de cruzarse en su camino. Y estaría muy mal visto que se encargara de ellos con sus propias manos.
-Oh, no dudo que será para bien- dijo con una pequeña risa- y siento si he resultado descortés con mi pregunta. Es solo que no esperaba encontrar a nadie en este lugar y, sobre todo, a estas horas. Como bien habéis dicho, es bastante peligroso.
Inconscientemente se frotó un poco la mano que él le había besado, como si quisiera eliminar la frialdad de él en su piel., aunque ya no quedara rastro alguno de ella. Se volvió hacia el mar para evitar que sus ojos reflejaran que conocía su naturaleza aunque él seguramente ya supiera que ocultaba algo, o más bien, que sabía lo que se ocultaba bajo la fachada del conde.
-Siendo sincera, no soy muy de cotilleos- dijo, siguiendo como si nada con la conversació- Odio cuando la gente se quiere meter en mi vida privada y por ello trato no ser demasiado curiosa. Sin embargo…- camufló el vivo interésque sentía y se volvió de nuevo hacia él- he de admitir que me intrigáis. He oído tan poco de vos que hasta la fecha pensé que eráis más un mito de nobles que una persona real- añadió, conteniéndose de añadir énfasis en la palabra persona.
Rió un poco ante su solicitud para que se quedara, con algo similar a la coquetería. La inquisidora en ella se reveló ante ese acto hacia un vampiro pero a dama de salón sabía de debía jugar aquel juego, aparentar ser tan hueca como lo serían otras damas ante esas palabras.
-Bueno, si deseáis que me quede realmente no tenéis que hacer mucho. Conversar, por ejemplo, siempre es una buena manera de mantener mi atención.
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Sonreía a cada una de sus palabras, me parecían interesantes y muy inteligentes. -El mito sobre mí se ha resuelto pero me es difícil de creer que con mi presencia se resuelvan todas las incognitas que en su mente se mantienen prisioneras; preguntas que surgen con mi apariencia y los atributos del contacto de mi piel con la suya- me atreví a insinuar, no me dejaba engañar, y antes de que continuaramos quería sugerirle que sabía que ella tenía conocimiento de lo que era, para así, por su propia boca me indicara el misterio que puede envolverle.
-Convercémos entonces condesa Knight, su semblante y sus palabras me dicen lo mismo... Que es muy inteligente y espero no pretenda fingir algo que no es, digo, no es una dama destinada a vivir en un hogar. Disculpe sí la ofendo pero al seguir soltera y estar sola y segura de que puede protegerse por sí misma indica que es una aventurera; pero no se confunda no lo digo para expresarme a usted como una cualquiera, sino como, una guerrera decidida a vivir en plenitud- dije y sentí una lastima porque la playa no poseyera al menos una vulgar banca, ambos tendríamos que quedarnos de pie lo que quizás sería un fastidio. -No pretendo describirla, sólo que sea usted misma... No intente engañarme que la conversación dejará de ser atractiva para ambos- dije para finalizar mi petición y luego crucé mis brazos.
-Pocos saben de mí porque soy muy reservado, nunca me presentó en los eventos del día me es imposible tan sólo a los nócturnos pero como usted evito los cotilleos, en mi larga vida he realizado tan sólo un par de eventos- sonreír, había puesto mucho enfasis en eventos del día, imposible y larga vida. Palabras que de no saber lo que era le provocaría curiosidad, y que en esos momentos eran una trampa para que ella dejara de ocultar su conocimiento sobre los vampiros o se empeñara en mantener la máscara de la inocencia.
-Convercémos entonces condesa Knight, su semblante y sus palabras me dicen lo mismo... Que es muy inteligente y espero no pretenda fingir algo que no es, digo, no es una dama destinada a vivir en un hogar. Disculpe sí la ofendo pero al seguir soltera y estar sola y segura de que puede protegerse por sí misma indica que es una aventurera; pero no se confunda no lo digo para expresarme a usted como una cualquiera, sino como, una guerrera decidida a vivir en plenitud- dije y sentí una lastima porque la playa no poseyera al menos una vulgar banca, ambos tendríamos que quedarnos de pie lo que quizás sería un fastidio. -No pretendo describirla, sólo que sea usted misma... No intente engañarme que la conversación dejará de ser atractiva para ambos- dije para finalizar mi petición y luego crucé mis brazos.
-Pocos saben de mí porque soy muy reservado, nunca me presentó en los eventos del día me es imposible tan sólo a los nócturnos pero como usted evito los cotilleos, en mi larga vida he realizado tan sólo un par de eventos- sonreír, había puesto mucho enfasis en eventos del día, imposible y larga vida. Palabras que de no saber lo que era le provocaría curiosidad, y que en esos momentos eran una trampa para que ella dejara de ocultar su conocimiento sobre los vampiros o se empeñara en mantener la máscara de la inocencia.
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Lo escuchó sin dar muestras de extrañeza ante sus palabras. Era consciente de que si se asustaba no resultaría creíble ya que su corazón estaba demasiado tranquilo y revelar su naturaleza era, sin lugar a dudas, un suicidio. Y, aunque su vida no era perfecta, le gustaba bastante.
Así que optó por un camino intermedio. Uno qye no la expondría, que no era una mentira que el pudiera detectar y que, al mismo tiempo, no era toda la verdad. Aún así, como medida preventiva, puso la mente en blanco, no fuera a ser que ese vampiro en concreto tuviera el don de leer lo que no le interesaba.
-Eso explica muchas cosas- dijo con una sonrisa- claro que no estaba al tanto de que usted era uno de ellos- su voz se mantuvo normal, sin dar muestras evidentes de que aquello le pareciera raro.
Se acercó a él, demostrando que no tenía miedo aunque era posible que él considerara que era o demasiado confiada o que estaba simple y llanamente loca. En cualquiera de los caso tenía razón. Pero no tenía nada que perder ya que, desarmada y sola en aquel lugar, por muy bien que supiera luchar, poco podría hacer contra un vampiro. Tenía poco que perder y mucho que ganar si aquello salía bien.
-Pero tranquilo, guardaré el secreto, ya que me parece demasiado descortés hablar de la naturaleza de uno a terceros.
Acompañó las palabras de un guiño conspirador y sonrió para si misma. Aquello también era cierto, completamente además, ya que no pensaba decírselo a nadie mientras no lo considerara oportuno. Puede que incluso se reservara el placer de eliminarlo para si misma la próxima vez que estuviera aburrida. Claro que lo contaría si preguntabn directamente por el conde pero dudaba que eso llegara a ocurrir.
-Por cierto, creo que podemos dejar de lado las formalidades, al fin y al cabo , esta situación no es precisamente ordinaria y somos de la misma condición. Llamadme simplemente Erika.
Mientras hablaba la luna se escondió tras una nube, sumiendo la playa en las sombras, dando a la escena un aire tétrico y fantasmal. Si lo quisiera, el conde podría matarla en ese instante, al amparo de las sombras. Claro que ella se defendería como pudiera pero no veía como podría salir de esa situación con vida. Ni siquiera podría llevárselo con ella al infierno.
Mantuvo la mirada sobre él mientras esperaba que se lanzara sobe ella, dejando pasar los segundos. Sus ojos estaban atentos a cada movimiento y su cuerpo preparado para la pelea. Pero, a medida que los segundos pasaban en la oscuridad y nada ocurría, la tensión se fue conviertiendo en curiosidad.
-Debo decir- añadió en un susurro perfectamente audible para el vampiro-que ahora si que tenéis mi más sincero interés. Claro que eso también me hace preguntarme que interés tiene una humana como yo para un vampiro.
Así que optó por un camino intermedio. Uno qye no la expondría, que no era una mentira que el pudiera detectar y que, al mismo tiempo, no era toda la verdad. Aún así, como medida preventiva, puso la mente en blanco, no fuera a ser que ese vampiro en concreto tuviera el don de leer lo que no le interesaba.
-Eso explica muchas cosas- dijo con una sonrisa- claro que no estaba al tanto de que usted era uno de ellos- su voz se mantuvo normal, sin dar muestras evidentes de que aquello le pareciera raro.
Se acercó a él, demostrando que no tenía miedo aunque era posible que él considerara que era o demasiado confiada o que estaba simple y llanamente loca. En cualquiera de los caso tenía razón. Pero no tenía nada que perder ya que, desarmada y sola en aquel lugar, por muy bien que supiera luchar, poco podría hacer contra un vampiro. Tenía poco que perder y mucho que ganar si aquello salía bien.
-Pero tranquilo, guardaré el secreto, ya que me parece demasiado descortés hablar de la naturaleza de uno a terceros.
Acompañó las palabras de un guiño conspirador y sonrió para si misma. Aquello también era cierto, completamente además, ya que no pensaba decírselo a nadie mientras no lo considerara oportuno. Puede que incluso se reservara el placer de eliminarlo para si misma la próxima vez que estuviera aburrida. Claro que lo contaría si preguntabn directamente por el conde pero dudaba que eso llegara a ocurrir.
-Por cierto, creo que podemos dejar de lado las formalidades, al fin y al cabo , esta situación no es precisamente ordinaria y somos de la misma condición. Llamadme simplemente Erika.
Mientras hablaba la luna se escondió tras una nube, sumiendo la playa en las sombras, dando a la escena un aire tétrico y fantasmal. Si lo quisiera, el conde podría matarla en ese instante, al amparo de las sombras. Claro que ella se defendería como pudiera pero no veía como podría salir de esa situación con vida. Ni siquiera podría llevárselo con ella al infierno.
Mantuvo la mirada sobre él mientras esperaba que se lanzara sobe ella, dejando pasar los segundos. Sus ojos estaban atentos a cada movimiento y su cuerpo preparado para la pelea. Pero, a medida que los segundos pasaban en la oscuridad y nada ocurría, la tensión se fue conviertiendo en curiosidad.
-Debo decir- añadió en un susurro perfectamente audible para el vampiro-que ahora si que tenéis mi más sincero interés. Claro que eso también me hace preguntarme que interés tiene una humana como yo para un vampiro.
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
El vampiro la contempló atenta, sin decir nada, tan sólo la contemplaba y como todo el entorno realzaba ciertos atributos o los ocultaban. Pronto su interés en ella cambió lo que le hizo sonreír.
No dije nada, permití que el silencio se mezclara con el sonido de la mar mientras la contemplaba, mis manos abandonaran la última postura y las metí en los bolsillos de mi pantalón. -Es muy perspicaz al llamarme vampiro- dije e incliné ligeramente mi cuerpo al frente, -es un comentario muy atrevido Erika, pero no me ofende, confío en que su acusación está bien justificada o alguien tan inteligente como tu no se hubiera atrevido a mencionarlo- sonreí abiertamente como si fuera su cómplice, no era necesario afirmarle lo que era pero no pude evitar hacer una mención al respecto.
-Nuestro encuentro es meramente casual Erika, como bien lo mencionaste, no existe un interés meramente argumentativo, no te veo como un vampiro ve a una mortal, te veo como un hombre ve a una mujer. Así bajo esos ojos, de esa forma comienza a surgir esta curiosidad hacia a ti, así como un hombre siente interés por una mujer sola sentada en una banca, así estoy yo- hice una pausa, saqué mis manos de los bolsillos y caminé hacia ella, desviándome ligeramente a uno de sus costados.
-Acompáñeme Erika, caminemos por la playa, cuéntame como es el día, descríbeme la belleza de un mundo que no puedo ver. Tu que eres una viajera, tu que vives motivada a una causa... No me hables de ti si no quieres como yo no hablaré de mi porque no me place-
El vampiro extendió la mano hacía Erika y luego hizo un barrido hacia el horizonte, hacia donde él deseaba ir, con ella o antes de cruzarse en su camino, sin ella.
No dije nada, permití que el silencio se mezclara con el sonido de la mar mientras la contemplaba, mis manos abandonaran la última postura y las metí en los bolsillos de mi pantalón. -Es muy perspicaz al llamarme vampiro- dije e incliné ligeramente mi cuerpo al frente, -es un comentario muy atrevido Erika, pero no me ofende, confío en que su acusación está bien justificada o alguien tan inteligente como tu no se hubiera atrevido a mencionarlo- sonreí abiertamente como si fuera su cómplice, no era necesario afirmarle lo que era pero no pude evitar hacer una mención al respecto.
-Nuestro encuentro es meramente casual Erika, como bien lo mencionaste, no existe un interés meramente argumentativo, no te veo como un vampiro ve a una mortal, te veo como un hombre ve a una mujer. Así bajo esos ojos, de esa forma comienza a surgir esta curiosidad hacia a ti, así como un hombre siente interés por una mujer sola sentada en una banca, así estoy yo- hice una pausa, saqué mis manos de los bolsillos y caminé hacia ella, desviándome ligeramente a uno de sus costados.
-Acompáñeme Erika, caminemos por la playa, cuéntame como es el día, descríbeme la belleza de un mundo que no puedo ver. Tu que eres una viajera, tu que vives motivada a una causa... No me hables de ti si no quieres como yo no hablaré de mi porque no me place-
El vampiro extendió la mano hacía Erika y luego hizo un barrido hacia el horizonte, hacia donde él deseaba ir, con ella o antes de cruzarse en su camino, sin ella.
- Spoiler:
- Off.Disculpa la demora tuve mi agenda apretadísima
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Le dedicó una sonrisa ligeramente avergonzada, pero no arrepentida. Nunca se arrepentía de nada, ademas era mejor poner ese tipo de cartas sobre la mesa, dejarle claro que sabía lo que era sin asomo de dudas, como si no ocultara nada.
-Lo siento si es demasiado atrevido, pero prefiero no andarnos con rodeos-se encogió de hombros- Además, en cierto modo, estaba claro que querías que admitiera que se lo que eres. O al menos eso es lo que he percibido.
Mientras hablaba siguió sus movimientos hasta que lo tuvo a un lado. Se rió un poco de su interés. Si no fuera por la situación en la que se encontraba hubiera intentado un coqueteo sutil, algo que se levababa mucho en la corte, pero en ese momento simplemente no le interesaban ese tipo de juegos.
-Sospecho que el interes por un hombre hacia una mujer en una banca sentada sería mucho menor que el que despierta una mujer sola en una playa desierta- bromeó.
Una pequeña alerta saltó en su cabeza cuando le oyó hablar de un proposito. ¿No sería que la había descubierto? Imposible, siempre había sido muy cuidadosa, tan cuidadosa como podría serse al menos. Por eso trató de concentrarse en su primera pregunta.
-Supongo que no ha cambiado mucho desde que...- calló un momento, como si se hubiera dado cuenta de su error. Realmente no quería ahondar en su pasado, pero el hecho de que pidiera que le contara como era el dia, debía significar que hacía mucho que había sido convertido- Supongo que depende de que parte del mundo que quieras que te describa. Si tuviera que hablar de París tengo que decir que las mañana son la parte más tranquila del dia. Claro que hay mucha gente por las calles y y el bullicio es casi ensordecedor. Pero no hay tanta actividad como en las noches, tal vez por que estas mismas son agotadoras para muchos.
Al tiempo que hablaba se había llevado las manos a la espalda, entrecruzando los dedos, mientras seguía el camino que él había indicado.
-El cielo no es tan azul aquí como en Escocia- suspiró mientras dejaba que sus ojos se perdieran en la cúpula estrellada sobre ello- Creo que se debe a todas las fábricas y su humo mientras que allí es de un azul vibrante y las tierras estan cubiertas de verdes bosques...
Su tono adquirió un tono nostálgico que en realidad no sentía en absoluto. Había crecido en las oscuras cales de Londres y estas eran exactamente iguales a las de París por lo que allí se sentía como en casa.
-Aunque, claro, supongo que cuando comparo esto con mi tierra natal todo empalidece.
Irónicamente, pensó, que si se mordía la lengua terminaría envenenándose de tanta mentira.
-Lo siento si es demasiado atrevido, pero prefiero no andarnos con rodeos-se encogió de hombros- Además, en cierto modo, estaba claro que querías que admitiera que se lo que eres. O al menos eso es lo que he percibido.
Mientras hablaba siguió sus movimientos hasta que lo tuvo a un lado. Se rió un poco de su interés. Si no fuera por la situación en la que se encontraba hubiera intentado un coqueteo sutil, algo que se levababa mucho en la corte, pero en ese momento simplemente no le interesaban ese tipo de juegos.
-Sospecho que el interes por un hombre hacia una mujer en una banca sentada sería mucho menor que el que despierta una mujer sola en una playa desierta- bromeó.
Una pequeña alerta saltó en su cabeza cuando le oyó hablar de un proposito. ¿No sería que la había descubierto? Imposible, siempre había sido muy cuidadosa, tan cuidadosa como podría serse al menos. Por eso trató de concentrarse en su primera pregunta.
-Supongo que no ha cambiado mucho desde que...- calló un momento, como si se hubiera dado cuenta de su error. Realmente no quería ahondar en su pasado, pero el hecho de que pidiera que le contara como era el dia, debía significar que hacía mucho que había sido convertido- Supongo que depende de que parte del mundo que quieras que te describa. Si tuviera que hablar de París tengo que decir que las mañana son la parte más tranquila del dia. Claro que hay mucha gente por las calles y y el bullicio es casi ensordecedor. Pero no hay tanta actividad como en las noches, tal vez por que estas mismas son agotadoras para muchos.
Al tiempo que hablaba se había llevado las manos a la espalda, entrecruzando los dedos, mientras seguía el camino que él había indicado.
-El cielo no es tan azul aquí como en Escocia- suspiró mientras dejaba que sus ojos se perdieran en la cúpula estrellada sobre ello- Creo que se debe a todas las fábricas y su humo mientras que allí es de un azul vibrante y las tierras estan cubiertas de verdes bosques...
Su tono adquirió un tono nostálgico que en realidad no sentía en absoluto. Había crecido en las oscuras cales de Londres y estas eran exactamente iguales a las de París por lo que allí se sentía como en casa.
-Aunque, claro, supongo que cuando comparo esto con mi tierra natal todo empalidece.
Irónicamente, pensó, que si se mordía la lengua terminaría envenenándose de tanta mentira.
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
La escuché buscando en sus palabras algo que desenmascarara su apariencia, física y mental, el misterio que de Erika emanaba me mantenía sujeto a ella de lo que realmente reconocía. Pero a pesar de todo, la condesa resultaba ser, verdaderamente muy inteligente, lo que más que irritarme me provocaba una seductora sensación de identificación.
-Por supuesto, soy consciente de ese hecho, la simple oscuridad de París es distinta a las noches de Inverness. Creo que la misma fascinación que yo tengo por el día en estas épocas es la misma que tu tendrías en lo que fue París hace más de cuatro siglos- por fin dije, traicionando lo que había dicho antes de no querer hablar de mi pasado, pero ella no representaba una amenaza y aunque lo fuera insinuar una edad avanzado no le daría ventaja de ningún modo; como sea, lo importante para mí era continuar la conversación, aún mantenía el interés por resolver el misterio sin tener que recurrir a mi manipulación de la memoria para escudriñar su mente.
-Ahora deja que sea atrevido Erika.. ¿Qué tipo de mujer eres? Aclaro primero que no te juzgaré en ningún momento por lo que pueda representar para ciertos círculos sociales tu situación- dije como anticipación a lo que podía ser una pregunta ofensiva. -¿Te gusta la historia? ¿La filosofía?, ¿perteneces a una aristocracia estudiosa? Aclaro que no cuestiono tu vida y no pretendo que exhibas tu vida conmigo, que me digas a que te dedicas, que es lo que hace la familia Knight, tan sólo lo que te hacer, para de esta forma poder invitarte a realizar algo quizás en otro momento- giré a mirarla mientras continuábamos caminando y le sonreí.
-Siempre he dicho que para ganar la confianza de alguien se debe exhibirse primeramente la persona interesada, como es mi caso. Viví gran parte de mi vida en lo que absurdamente los científicos de este actual movimiento llaman época oscura- me expresé marcando mis últimas palabras con gran refutación y malestar; aunque en ciertos planteamientos tenían razón no lo podía aceptar, no cuando apadriné a Dante y fui un señor Feudal. Pensar en ello me hacía sonreír, extrañaba aquellos tiempos. -Poseía un gran Feudo cerca de Constantinopla y dí asilo a a varias sedes religiosas, que no eran más que avanzadas de una institución llamada Inquisición. ¿Haz escuchado o leído sobre ésta? Supongo, sabrás que tuvieron una cruzada contra brujas y muchos ignoran que también con los de mi especie, todos tenemos algo oscuro ¿No te parece?- finalicé con una sonrisa.
-Por supuesto, soy consciente de ese hecho, la simple oscuridad de París es distinta a las noches de Inverness. Creo que la misma fascinación que yo tengo por el día en estas épocas es la misma que tu tendrías en lo que fue París hace más de cuatro siglos- por fin dije, traicionando lo que había dicho antes de no querer hablar de mi pasado, pero ella no representaba una amenaza y aunque lo fuera insinuar una edad avanzado no le daría ventaja de ningún modo; como sea, lo importante para mí era continuar la conversación, aún mantenía el interés por resolver el misterio sin tener que recurrir a mi manipulación de la memoria para escudriñar su mente.
-Ahora deja que sea atrevido Erika.. ¿Qué tipo de mujer eres? Aclaro primero que no te juzgaré en ningún momento por lo que pueda representar para ciertos círculos sociales tu situación- dije como anticipación a lo que podía ser una pregunta ofensiva. -¿Te gusta la historia? ¿La filosofía?, ¿perteneces a una aristocracia estudiosa? Aclaro que no cuestiono tu vida y no pretendo que exhibas tu vida conmigo, que me digas a que te dedicas, que es lo que hace la familia Knight, tan sólo lo que te hacer, para de esta forma poder invitarte a realizar algo quizás en otro momento- giré a mirarla mientras continuábamos caminando y le sonreí.
-Siempre he dicho que para ganar la confianza de alguien se debe exhibirse primeramente la persona interesada, como es mi caso. Viví gran parte de mi vida en lo que absurdamente los científicos de este actual movimiento llaman época oscura- me expresé marcando mis últimas palabras con gran refutación y malestar; aunque en ciertos planteamientos tenían razón no lo podía aceptar, no cuando apadriné a Dante y fui un señor Feudal. Pensar en ello me hacía sonreír, extrañaba aquellos tiempos. -Poseía un gran Feudo cerca de Constantinopla y dí asilo a a varias sedes religiosas, que no eran más que avanzadas de una institución llamada Inquisición. ¿Haz escuchado o leído sobre ésta? Supongo, sabrás que tuvieron una cruzada contra brujas y muchos ignoran que también con los de mi especie, todos tenemos algo oscuro ¿No te parece?- finalicé con una sonrisa.
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Contuvo una sonrisa maliciosa que amenazaba con asomar en sus labios. Para no querer contar nada de su pasado le estaba dando bastantes pistas. Claro que lo que estaba descubriendo no la agrada demasiado. Más de cuatrocientos años era una cifra inexacta y sin embargo, lo suficientemente impresionante como para decirle que no era un tipo fácil de matar. Menos aún cuando sabía que la inquisición lo seguiría si supiera de su secreto. Ni que pensar lo que le haría ahora a ella, desarmada y sola, si descubriera su papel para con la iglesia.
Escuchó toda su historia, dejándolo hablar sin hacer presguntas a pesar de que ya notaba a su curiosidad alerta y con mil preguntas. Y no solo porque cuanto más supiera, más fácil sería matarlo sino también porque parte de ella desearía haber conocido esas épocas de las que ñél hablaba. Sonaban lejanas, casi exóticas, un sueño que pervivía aun en la memoria de los inmortales.
-Me temo que mi vida no es tan interesante ni interesante como la tuya- dijo con un poco de admiración que genuina y correspondió su confesión con una propia- Yo soy bastante corriente dentro de lo que es nuestra clase. Supongo que mi ascendencia delata que no soy de cuna noble al completo pero aparte de eso, en cuanto mi padre me acogió en su casa y me cedió su título, pasé a ser una más de las damas de la corte. Un poco más estudiosa tal vez, y sin duda amante de esas épocas que tú has vividos y yo solo conozco de oídas, pero nada destacable en lo personal.
Se ceñía a la verdad tanto como podía. Al fin y al cabo, tampoco le había dicho nada que la corte no rumoreara ya y ella tampoco iba a luchar contra los murmullos que decían que era hija ilegitima del anterior conde Knight. Mejor eso a que se enteraran de que era la hija de un deshollinador y una ratera.
-Aunque supongo que mi carácter no es el propio de una dama- suspiró y puso un mohín divertido- Ya que estamos en esta situación no merece la pena que finja que no me gustan las travesuras, sobre todo la de hacer cosas de hombres cuando nadie me ve. Como pasear en pantalones por una playa vacia. Claro que la playa debía estar vacía.
Mientras hablaba le dio una mirada especuladora. Había desviado el tema como si no le interesara hablar de los inquisidores, pero necesitaba saber hasta que punto conocía la organización. Estar desarmada no implicaba que estuviera fuera de servicio.
-Sabía que la inquisición os persigue- su voz se había tornado repentinamente seria- Si no me he sorprendido de tu naturaleza es precisamente porque conozco más como tú, y sé lo que les pasa cuando se topan con la iglesia. Lo que no entiendo es por que les darías asilo en tu propia casa a sedes religiosas cuando eso te ponía en peligro a ti mismo. ¿Era acaso la técnica de “ten a los amigos cerca y a los enemigos aún mas o algo así”?
Escuchó toda su historia, dejándolo hablar sin hacer presguntas a pesar de que ya notaba a su curiosidad alerta y con mil preguntas. Y no solo porque cuanto más supiera, más fácil sería matarlo sino también porque parte de ella desearía haber conocido esas épocas de las que ñél hablaba. Sonaban lejanas, casi exóticas, un sueño que pervivía aun en la memoria de los inmortales.
-Me temo que mi vida no es tan interesante ni interesante como la tuya- dijo con un poco de admiración que genuina y correspondió su confesión con una propia- Yo soy bastante corriente dentro de lo que es nuestra clase. Supongo que mi ascendencia delata que no soy de cuna noble al completo pero aparte de eso, en cuanto mi padre me acogió en su casa y me cedió su título, pasé a ser una más de las damas de la corte. Un poco más estudiosa tal vez, y sin duda amante de esas épocas que tú has vividos y yo solo conozco de oídas, pero nada destacable en lo personal.
Se ceñía a la verdad tanto como podía. Al fin y al cabo, tampoco le había dicho nada que la corte no rumoreara ya y ella tampoco iba a luchar contra los murmullos que decían que era hija ilegitima del anterior conde Knight. Mejor eso a que se enteraran de que era la hija de un deshollinador y una ratera.
-Aunque supongo que mi carácter no es el propio de una dama- suspiró y puso un mohín divertido- Ya que estamos en esta situación no merece la pena que finja que no me gustan las travesuras, sobre todo la de hacer cosas de hombres cuando nadie me ve. Como pasear en pantalones por una playa vacia. Claro que la playa debía estar vacía.
Mientras hablaba le dio una mirada especuladora. Había desviado el tema como si no le interesara hablar de los inquisidores, pero necesitaba saber hasta que punto conocía la organización. Estar desarmada no implicaba que estuviera fuera de servicio.
-Sabía que la inquisición os persigue- su voz se había tornado repentinamente seria- Si no me he sorprendido de tu naturaleza es precisamente porque conozco más como tú, y sé lo que les pasa cuando se topan con la iglesia. Lo que no entiendo es por que les darías asilo en tu propia casa a sedes religiosas cuando eso te ponía en peligro a ti mismo. ¿Era acaso la técnica de “ten a los amigos cerca y a los enemigos aún mas o algo así”?
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
-Las travesuras que me describes te complacen, carecen de importancia si tienes temor a que se te vea, entonces, realmente si te importa lo que otros digan de ti- le dije saltándome su última pregunta. El camino que habíamos recorrido había sido ya un poco largo y aun así no podía ver el final de la playa, no era infinita claro, pero realmente estaba disfrutando el momento, Erika resultó lo mejor de la noche y comencé a pensar en probar su sangre, tenerla en mis brazos mientras le robaba sus alientos y su vida.
-Debes de entender que en aquella época todo era muy diferente, las personas podían ser engañadas fácilmente e igual que ahora podían ser corrompidas con esa misma sencillez. No me interesaba lo que le hacían a seres como yo, no mientras no se metieran conmigo y créeme cuando te digo que sabían lo que era- aumenté el tono de mi voz, mi mirada hacía ella cambió ligeramente.
Quería que empezara a deducir las intenciones que se generaban en mí, que aquel brillo momentáneo de malicia significaba ¡Alerta! Pero regresé prontamente a una mirada sutil. –¿Sabe de nosotros por los libros… o ha tenido encuentros con algún vampiro?- cuestionó con una ligera agresividad, ella era lista, quizás más de lo que él sospechaba, pero evidentemente ella ya debía ser consiente que él se había convertido en un gato y ella en el ratón. No supe en que momento había sucedido.
Quise hacer un recuento de la situación, todo estaba bien y no tenía ninguna intensión en tocarla, claro que me provocaba atracción pero eso no había despertado mi sed asesina. Tal vez era su intelecto o lo bien que ocultaba sus secretos, no me había creído realmente todo lo que ella me había dicho y estaba bien seguro de que ella tenía la misma desconfianza sobre mí y esa desconfianza había aumentado con mi pregunta y la que seguiría. –Los vampiros somos muy peligrosos, mucho más que cualquier otro ser monstruoso, porque nosotros podemos aparentar ser unos caballeros pero en verdad somos unos asesinos, unos seductores natos, siempre sedientos y caprichosos… ¿lo sabes no? le dije y me detuve viéndola avanzar un par de pasos.
-Debes de entender que en aquella época todo era muy diferente, las personas podían ser engañadas fácilmente e igual que ahora podían ser corrompidas con esa misma sencillez. No me interesaba lo que le hacían a seres como yo, no mientras no se metieran conmigo y créeme cuando te digo que sabían lo que era- aumenté el tono de mi voz, mi mirada hacía ella cambió ligeramente.
Quería que empezara a deducir las intenciones que se generaban en mí, que aquel brillo momentáneo de malicia significaba ¡Alerta! Pero regresé prontamente a una mirada sutil. –¿Sabe de nosotros por los libros… o ha tenido encuentros con algún vampiro?- cuestionó con una ligera agresividad, ella era lista, quizás más de lo que él sospechaba, pero evidentemente ella ya debía ser consiente que él se había convertido en un gato y ella en el ratón. No supe en que momento había sucedido.
Quise hacer un recuento de la situación, todo estaba bien y no tenía ninguna intensión en tocarla, claro que me provocaba atracción pero eso no había despertado mi sed asesina. Tal vez era su intelecto o lo bien que ocultaba sus secretos, no me había creído realmente todo lo que ella me había dicho y estaba bien seguro de que ella tenía la misma desconfianza sobre mí y esa desconfianza había aumentado con mi pregunta y la que seguiría. –Los vampiros somos muy peligrosos, mucho más que cualquier otro ser monstruoso, porque nosotros podemos aparentar ser unos caballeros pero en verdad somos unos asesinos, unos seductores natos, siempre sedientos y caprichosos… ¿lo sabes no? le dije y me detuve viéndola avanzar un par de pasos.
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
-Realmente no me importa lo que se diga de mí- dijo encogiéndose de hombros- Lo cierto es que tengo una reputación tan buena que supongo que la sociedad me puede pasar por alto un par de excentricidades. Pero realmente no me gusta ser el foco de atención.
Asintió a sus palabras mientras anotaba la información mentalmente. Siempre venía bien añadir nuevas informaciones a los diarios de la biblioteca de la iglesia y aquel vampiro parecía ser una buena fuente de información.
-No dudo que dejaras claro que a tí no te podían tocar- dijo con una sonrisilla- Claro que, en mi opinión, es más fácil engañar ahora a los humanos que antes. Casi todo el mundo piensa que sois meros mitos por lo que ni siquiera hace falta que mintáis demasiado para hacerselo creer si es lo que deseáis.
A pesar de las palabras del conde mantuvo el aire de despreocupación a su alrededor. Había visto la amenaza, o, mejor dicho, la sutil advertencia de peligro en los ojos de Arleken, pero prefería hacerse la inocente que en realidad no entendía aquel tipo de señales. Al fin y al cabo, había sido algo tan rápido que, si no fuera porque estaba atenta a cada uno de sus gestos y palabras, no se hubiera dado ni cuenta.
-Conozco mucha gente- dijo vagamente- y no todos son humanos.
Cuando lo sintió pararse tras ella inmediatamente se paró y se volvió hacia él. Su pregunta hizo que un escalofrío le recorriera la espina dorsal, pero no de miedo, como el podría interpretar por su estremecimiento, sino de emoción. La adrenalina ya empezaba a correr por sus venas, suavemente invadiéndola, preparándola ante aquella amenaza velada.
-Claro que lo sé- contestó altiva y luego inclinó ligeramente la cabeza con aire inocente, aunque sus palabras no sonaron inocentes sino bajas, casi seductoras. Nada que perder, se repitió a si misma mientras hacía algo que odiaba- ¿Acaso piensas convertirme en tu cena, conde? Porque estoy segura de que podría darte más entretenimiento que ser meramente un banquete real.
Asintió a sus palabras mientras anotaba la información mentalmente. Siempre venía bien añadir nuevas informaciones a los diarios de la biblioteca de la iglesia y aquel vampiro parecía ser una buena fuente de información.
-No dudo que dejaras claro que a tí no te podían tocar- dijo con una sonrisilla- Claro que, en mi opinión, es más fácil engañar ahora a los humanos que antes. Casi todo el mundo piensa que sois meros mitos por lo que ni siquiera hace falta que mintáis demasiado para hacerselo creer si es lo que deseáis.
A pesar de las palabras del conde mantuvo el aire de despreocupación a su alrededor. Había visto la amenaza, o, mejor dicho, la sutil advertencia de peligro en los ojos de Arleken, pero prefería hacerse la inocente que en realidad no entendía aquel tipo de señales. Al fin y al cabo, había sido algo tan rápido que, si no fuera porque estaba atenta a cada uno de sus gestos y palabras, no se hubiera dado ni cuenta.
-Conozco mucha gente- dijo vagamente- y no todos son humanos.
Cuando lo sintió pararse tras ella inmediatamente se paró y se volvió hacia él. Su pregunta hizo que un escalofrío le recorriera la espina dorsal, pero no de miedo, como el podría interpretar por su estremecimiento, sino de emoción. La adrenalina ya empezaba a correr por sus venas, suavemente invadiéndola, preparándola ante aquella amenaza velada.
-Claro que lo sé- contestó altiva y luego inclinó ligeramente la cabeza con aire inocente, aunque sus palabras no sonaron inocentes sino bajas, casi seductoras. Nada que perder, se repitió a si misma mientras hacía algo que odiaba- ¿Acaso piensas convertirme en tu cena, conde? Porque estoy segura de que podría darte más entretenimiento que ser meramente un banquete real.
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
La miré con interés haciendo lo que seguramente ella hacía ella sobre mí, analizándome. Por fin caí en la cuenta de que ella lo había hecho desde un principio lo que me hizo fruncir las cejas. –Me parece interesante la mención sobre “no todos son humanos”- le dije en una estocada a su dialogo, que se encaminaba a distraer mis intenciones. –Eres muy perspicaz Erika; muchas podrían haber mostrado el interés que de pronto de ti surge ante la amenaza de mis palabras. Así como me hablas en un tono seductor con aires de inocencia- le sonreí con malicia, -así también lo haré yo… ¿Qué clase de entretenimiento me puede ofrecer? mis gestos se ensombrecieron dejando que mi cuerpo perdiera tensión.
Me acerqué a ella lentamente, sus ojos no demostraban terror, el misterio en ella crecía. –Todo mundo lleva puesta una máscara, el individuo se crea una fachada para ocultar sus secretos… Tu no me temes pese a que mi tono ha aumentado, pese a que me acercó sigilosamente hacía ti. Tu fachada es el título… ¿Quién eres Erika?, ¿por qué no temes?... ¿Qué es lo que realmente haces?- le espeté de forma amenazante, mientras le acariciaba el rostro. –Tengo más interés en probar tu sangre y obtener mis respuestas que recibir ese desesperante movimiento le amenacé frunciendo mis cejas.
-Convénceme Erika, engáñame, manifiesta la forma en la que piensas liberarte de mí sin que beba de ti, recurre a ese entretenimiento… Pero no hagas lo que no has hecho… Porque si finges temerme beberé de ti hasta que consume tu vida- le dije ablandando mis gestos, removí sus cabello exhibiendo su cuello y bajé a éste para depositar un beso. –Compláceme siendo tú-.
Me acerqué a ella lentamente, sus ojos no demostraban terror, el misterio en ella crecía. –Todo mundo lleva puesta una máscara, el individuo se crea una fachada para ocultar sus secretos… Tu no me temes pese a que mi tono ha aumentado, pese a que me acercó sigilosamente hacía ti. Tu fachada es el título… ¿Quién eres Erika?, ¿por qué no temes?... ¿Qué es lo que realmente haces?- le espeté de forma amenazante, mientras le acariciaba el rostro. –Tengo más interés en probar tu sangre y obtener mis respuestas que recibir ese desesperante movimiento le amenacé frunciendo mis cejas.
-Convénceme Erika, engáñame, manifiesta la forma en la que piensas liberarte de mí sin que beba de ti, recurre a ese entretenimiento… Pero no hagas lo que no has hecho… Porque si finges temerme beberé de ti hasta que consume tu vida- le dije ablandando mis gestos, removí sus cabello exhibiendo su cuello y bajé a éste para depositar un beso. –Compláceme siendo tú-.
Arleken Lundberg- Vampiro/Realeza
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Re: Un horizonte oscuro {Privado}
Sus palabras eran ligeramente perturbadoras y a ella no le gustaba sentirse así de acorralada. Sin embargo, mantuvo la calma. No dio explicación a sus palabras anteriores. El no necesitaba saber que ella trabajaba codo con codo con los condenados, que conocía casi más vampiros y licántropos que humanos.
-No tengo que temer- dijo sin moverse mientras él se acercaba a ella. Por el contrario mantuvo los ojos clavados en los de él mientras hablaba- por que sé que el miedo solo incita vuestras ansias y no podría huir de ti si desearas atraparme- “y si yo llegara a pensar siquiera en huir” añadió mentalmente- No tengo nada que temer por que mi suerte ya está echada y yo no le temo a nada.
Sus palabras habían perdido el toque de inocencia pero seguían siendo suaves, como si no se estuviera jugando su vida cada segundo que pasaba a su lado.
-No tiene nada que ver con quien soy o que hago- añadió permaneciendo perfectamente quieta mientras él le acariciaba la mejilla- Yo solo soy una mujer que sabe más de lo que debería y es ese conocimiento precisamente el que me hace osada hasta el punto de ser estúpida por tentar como haga mi suerte.
Su mandíbula se tensó cuando él se acercó hasta besarle el cuello pero aún así se contuvo de golpearlo y correr hasta el lugar donde había atado su montura. No legaría a tiempo de hacerse con una estaca antes de que la matara. Por el contrario pensó la manera de exponer sus medias verdades.
-No tengo pensado librarme de ti por que no tengo oportunidad contigo-“al menos, no estando desarmada”-, soy incapaz de luchar contra los que son como tú-“soy lo suficientemente inteligente como para saber quién tiene la ventaja”-Además, me pides que no te mienta, pero ¿no es precisamente el hecho de que desconozcas lo que crees que oculto lo que me hace interesante a tus ojos?- finalizó.
Con suavidad, apoyando apenas las manos en los brazos de el conde, se alejó de en dos pasos hacia atrás. Había llegado a su límite, soportando su cercanía estoicamente más de lo que debería haberlo hecho.
-De todas formas, no creo que quieras encargarte de los miles de detalles que tendrías que arreglar para que la desaparición de una noble no levantara sospechas.
-No tengo que temer- dijo sin moverse mientras él se acercaba a ella. Por el contrario mantuvo los ojos clavados en los de él mientras hablaba- por que sé que el miedo solo incita vuestras ansias y no podría huir de ti si desearas atraparme- “y si yo llegara a pensar siquiera en huir” añadió mentalmente- No tengo nada que temer por que mi suerte ya está echada y yo no le temo a nada.
Sus palabras habían perdido el toque de inocencia pero seguían siendo suaves, como si no se estuviera jugando su vida cada segundo que pasaba a su lado.
-No tiene nada que ver con quien soy o que hago- añadió permaneciendo perfectamente quieta mientras él le acariciaba la mejilla- Yo solo soy una mujer que sabe más de lo que debería y es ese conocimiento precisamente el que me hace osada hasta el punto de ser estúpida por tentar como haga mi suerte.
Su mandíbula se tensó cuando él se acercó hasta besarle el cuello pero aún así se contuvo de golpearlo y correr hasta el lugar donde había atado su montura. No legaría a tiempo de hacerse con una estaca antes de que la matara. Por el contrario pensó la manera de exponer sus medias verdades.
-No tengo pensado librarme de ti por que no tengo oportunidad contigo-“al menos, no estando desarmada”-, soy incapaz de luchar contra los que son como tú-“soy lo suficientemente inteligente como para saber quién tiene la ventaja”-Además, me pides que no te mienta, pero ¿no es precisamente el hecho de que desconozcas lo que crees que oculto lo que me hace interesante a tus ojos?- finalizó.
Con suavidad, apoyando apenas las manos en los brazos de el conde, se alejó de en dos pasos hacia atrás. Había llegado a su límite, soportando su cercanía estoicamente más de lo que debería haberlo hecho.
-De todas formas, no creo que quieras encargarte de los miles de detalles que tendrías que arreglar para que la desaparición de una noble no levantara sospechas.
Erika Knight- Inquisidor/Realeza
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