Silence wrapped around us as time itself held its breath [Lestat de Lioncourt]

por **Amira Fajat** Lun Ene 13, 2014 6:31 pm

Sus hermanos dieron la orden para que las doncellas la asistieran, esperó sentada en el sofá hasta que Jonas llegó por ella para subirla al carruaje y besar su frente - Efraín irá contigo, yo estaré con Papá en el carruaje de enfrente, te veo en cuanto lleguemos- lo escuchó retirarse y en seguida sintió a su hermano sentarse junto a ella pasando su brazo sobre sus hombros -Vamos, no será tan malo, a menos que alguien quiera sacarte a bailar- Le sonrió a su hermano y recargó su cabeza sobre su hombro disfrutando el fresco aire de la noche con olor a hierba mojada que se colaba por la ventanilla del carruaje.

Llegaron al Palacio Royal, en donde se escuchaba de forma tenue la música de orquesta que tocaba dentro amenizando y procurando el baile, las voces de los lacayos mientras abrían las puertas de los carruajes y ayudaban a los nobles a bajar mostrándoles el camino hacia las escaleras de mármol blanco con gris que se abrían paso hacia los grandes arcos con columnas del mismo material y acabados de oro que adornaban la entrada del palacio; Amira tomó firme la mano de su hermano Efraín al bajar del carruaje, no porque necesitara sus ojos para encontrar los escalones, sino porque tanta gente la aturdía y alteraba el resto de sus sentidos.

- Se que no tendrás problemas para desenvolverte en el baile, iré con Jonás y Papá para el negocio del que te platiqué, aún así Dante estará cerca por si necesitas algo- la joven asintió y sonrió a la nada, ladeo la cabeza en señal para Dante, el fiel sirviente de su Padre sabía que no debía sobreprotegerla con su sombra, si lo necesitaba lo llamaría, aún así no la perdía de vista; se abrió paso evadiendo a la gente, escuchaba los tacones de los invitados chocar en el piso de mármol, incluso por sobre el sonido de la orquesta que tocaba aparentemente sin descanso, había aprendido a guiarse con sus manos de una forma discreta, sin que se hiciera notorio, así que cuando encontró una puerta que al parecer llevaba al jardín, se sintió aliviada, caminó hasta encontrar una pequeña escalinata que conducía al inmenso recinto verde, se levantó un poco aquel amplio vestido de seda morado con toques en blanco para alcanzar sus zapatillas y retirarselas, posó sus pies desnudos sobre el frío mármol y se dispuso a bajar hasta sentir el pasto cosquilleando sobre su piel, aspiró profundo cerrando los ojos, no que fuera necesario hacerlo para poder disfrutar el aroma del pasto húmedo mezclado con la brisa nocturna perfumada de flores, y se quedó allí sonriente, olvidándose de todo.

por **Lestat De Lioncourt** Lun Ene 20, 2014 9:45 pm

Esta iba a ser una noche de diversión, misterio y baile.

La música ha empezado a sonar. Entrego el abrigo a una muchacha que se encuentra al lado de la puerta, en la misma entrada, a la vez que me observa con cierta incertidumbre deslumbrada por mi rostro quizás. Hoy vestía un traje elegante de un sastre italiano el cual confeccionaba prácticamente en exclusiva para mí, de negro absoluto salvo por el pañuelo que tenía en el cuello que era un color rojo rubí.

Escucho unos pasos que se aproximan y se detienen minutos después a mi derecha cuando el movimiento inicial de la orquesta empieza con una serie de acordes en el piano como si de toques de campana se trataran. Un hombre que no apartaba la vista de una joven dama que avanzaba a través del salón y se abría paso hasta él jardín, estaba a mi lado. Lo ignoré.

El olor del vino era atrayente así que me dirigí al otro extremo de la sala, tomé una copa de un vino español popular entre la elite europea y finalmente seguí los mismos pasos de aquella joven, pero al verla inmóvil y descalza sobre el césped, permanecí en silencio en el umbral de la puerta. Observe sus largas pestañas, su barbilla y la suave curva de sus pequeños hombros. Imagine que su cintura era tan estrecha que casi podría rodearla con una sola mano.

En su presencia había algo que me intimidaba, aunque no daba la impresión de ser fría ni cruel. – Debería degustar el vino – expresé con voz templada mientras sonreía mostrándome ligeramente encantador y llevando la copa a mis labios. Como siempre era el perfecto villano disfrazado de marques.

La orquesta repite de nuevo el primer tema, la música alcanza un gran climax mientras a mi espalda en el gran salón el agitado baile se desarrolla. A lo lejos un par de jóvenes caminaban de la mano por el sendero de piedras, mi mirada viaja nuevamente hacia la mujer y desciende hasta contemplar sus pies descalzos, el césped estaba algo descuidado debido a las lluvias, la pequeña nevada y el frio que estaba congelando las calles, sin embargo, a ella eso parecía no importarle.

por **Amira Fajat** Miér Ene 22, 2014 5:41 pm

Sus pies jugueteaban con el césped, húmedo, gélido y a la vez, con una sensación de calidez que quizás solo ella lograba entender; el viento soplaba gentil permitiéndole disfrutar los aromas que viajaban en él, incluso, uno nuevo, diferente a todos aquellos que sin duda sabía diferenciar; estiró un poco el cuello de una forma sutil y discreta, como casi todo lo que hacía, se llevó las manos al pecho y su cuello se escondió entre sus hombros al escuchar aquella melodiosa y suave voz que sonó a su izquierda, unos pasos detrás de ella ¿cómo era posible? No lo escuchó llegar, ella siempre escucha todo, quizás estaba demasiado ensimismada como para notar la presencia de aquel caballero –Perdone Monsieur, pero debo declinar, mis hermanos no me permiten consumir ese tipo de bebidas- giró un poco el cuerpo para quedar de frente al hombre que la acompañaba, o al menos creía que así quedaba frente a él, en estos momentos no estaba tan segura.

Intentó aguzar el oído, pero al parecer el mundo había decidido no tener ningún sonido, sin cigarras, sin grillos, y la música de fondo dentro del palacio a no tan grande distancia de ellos parecía opaca y lejana; los aromas se habían esfumado, ya no había olor a hierba mojada, no sabía si su acompañante usaba algún tipo de loción, ni siquiera era capaz de diferenciar el sutil aroma a manzana y jazmín del perfume que le habían colocado sus doncellas, era como si el tiempo no existiera y aún así, la calidez de su cuerpo seguía, escuchaba su propia respiración y el tono calmado de su ritmo cardiaco, no lograba distinguir donde se encontraba ni ella ni el caballero misterioso, del cual dudaba su existencia, de pronto se sintió abrumada pero aún así continuó calmada.

- Monsieur, ¿sería tan amable de acercarse un poco?- estiró un poco la mano, acariciando el vacío frente a ella - No deseo que piense que me tomo confianza sin siquiera conocer su nombre, es solo que en este momento, me resulta difícil saber si quiera donde me encuentro parada, mis sentidos están confundidos y sin ellos… no soy nada al pronunciar estas últimas palabras el tono en su voz disminuyó, se sintió avergonzada, débil y expuesta, cosa que jamás pasaba; dudo en levantar la cabeza, si dejarse ver completa, si exponerse de esa forma ante alguien que ni siquiera sabía si existía realmente, pero aún así lo hizo, movió la cabeza ligeramente de un lado a otro, intentando obtener respuesta, exponiendo sus ojos azules sin brillo pero llenos de vida, para ella… solo la obscuridad se levantaba frente a ella, como todos los días.

por **Lestat De Lioncourt** Mar Feb 18, 2014 2:40 am

Y veo reflejada sobre su tez la timidez e inseguridad propias de un niño perdido. Gira su cuerpo buscando de formas vagas al hombre cuya voz arruina su pequeño mundo aislado. Me sentí culpable.

Cortésmente rechaza mi invitación cuando las risas embriagadoras que colman el salón hacia lo extraño y lo absurdo incitan su corazón. La veo extender su pequeña mano hacia mí esperando encontrar algo más que el vacío y la duda la rodea, horrorosa y multiforme mientras que intenta mantener la calma. – Sus hermanos, la privan de un sabor que podría resultar delicioso a su paladar. – Comento al avanzar hacia ella, un paso a la vez, suspendiendo un andar armonioso y lento.

Que hermosa es y que singularmente fresca.

Su gesto lleno de alicientes me lleva directo frente a ella, sin embargo no toque su mano. El espectro singular que soy se había alimentado hace horas, la sangre de mi victima ya no calentaba mi piel y el vino no había sido suficiente. Alza su rostro hacia mí con la mirada perdida y el esplendor entero de sus ojos mortales no son sino espejos oscurecidos, pero llenos de vida y desconocidos encantos.

Contemplo sus ojos, de donde la divina chispa ha partido pero atraen cual los de un retrato. – No se preocupe – sonrío y soy consciente de que ella no lo sabe. – Usted permanece en el mismo lugar, yo soy el intruso – Le digo obediente a mis humores fatales mientras aquí y allá se escucha la orquesta. Veo sobre mi hombro y a los arrogantes amantes el alboroto de la danza y el licor los arrastra hacia lugares desconocidos.

por **Amira Fajat** Lun Mar 03, 2014 4:25 pm

Sonrió y negó levemente con la cabeza, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro - No Monsieur, ellos dan ordenes y muchas veces, yo las hago a un lado; el vino entre ellos, cosa que, mas que placer, resultó ser el peor desacato de mi vida ya que me privó completamente de mis demás sentidos y como ya lo he mencionado… sin ellos no soy nada- exhaló suavemente el aire en sus pulmones al final de la oración, a manera de sentencia sobre si misma. Notó que el vacío seguía siendo el único acariciando su mano, por lo que lentamente la bajó hasta que esta sintió la suavidad de la seda de su vestido, se sentía confundida mas no abrumada, la voz de su acompañante comenzaba a embriagarla, era tan suave y cálida, como si se tratara de una melodía nueva para sus oídos y eso la hacía sentirse confiada a pesar de no tener una idea de cómo lucía quien estaba frente a ella.

No pudo evitar volver a sonreír ante tal cortesía, las palabras de aquel hombre eran tan bien evaluadas que Amira comenzó a sentirse maravillada en su presencia sin que hubieran pasado mas de cinco minutos y sin que la conversación llevase un rumbo elaborado - Lamento discernir, no me parece en lo absoluto un intruso, a decir verdad, me parece el lugar apropiado en donde está de pronto escuchó risas a lo lejos y el choque del cristal de las copas de los invitados, por lo que giró levemente su cabeza hacia donde provenía aquel sonido sin obtener la localización exacta de los participantes, frunció levemente el ceño y agitó levemente su cabeza como para poner orden sobre sus sentidos.

Intentó mantener el control y el orden sobre ella sin obtener resultados, fué como aquella vez en la que, desafiante hacia sus hermanos, tomó una botella de vino del despacho de su padre y se sirvió un poco para probarlo, sin duda su paladar se lo agradeció pero su cabeza lo tomó a mal, no fue lo suficiente para que se embriagara pero si como para aturdirse; la sensación era la misma en ese momento, y no había probado ni gota de alcohol; se llevó una mano a la cabeza y cerró los ojos con fuerza, no era que sirviera de mucho, la panorámica para ella no cambiaba, pero la presión que ejercían sus párpados cerrados sobre sus ojos le devolvían un poco de realidad.

Dio un paso al frente, temerosa de chocar contra su acompañante, por lo que su pie se deslizó sobre el césped sintiendo como las pequeñas piedras acariciaban su piel, unas dóciles y otras mas bien fieras contra ella arañando la blancura de la planta de sus pies - Monsieur, no pretendo ser descortés pero… tomó aire y enderezó su espalda levantando la barbilla altanera pero sin ser petulante, solo intentaba no mostrarse frágil -¿Le importaría si tomamos asiento? Al parecer el día de hoy mi cuerpo ha decidido jugarme una mala treta, no logro atinar a ningún sonido o aroma sonrió ampliamente mientras entrelazaba sus dedos entre si manteniendo los brazos al frente y pegados a su vestido - Usted hable y yo lo sigo, no entiendo por que pero parece que no tengo problemas en reconocer sonidos a la distancia que se encuentra usted giró un poco su cuerpo para quedar lateral a su acompañante, estaba segura que la distancia entre ellos no era mucha, y sin embargo no lograba distinguir el sonido de su respiración ni lograba sentir el calor emanando de su cuerpo, algo a lo que no le dio mucha importancia.

por **Lestat De Lioncourt** Sáb Mayo 10, 2014 5:02 am

Para muchos tan solo son sonidos superfluos – comento mientras la contemplaba directo a su rostro. Bajo la mirada y observo aquellas frágiles manos que no me atrevo a tocar. Ella parecía una mujer encantadora, frágil y fuerte a la vez, muy inteligente. Alguien en quien podía confiar a pesar de todo.

Desconozco cuanto tiempo hacia que no me hallaba rodeado de tanta paz. Empecé a caminar despacio junto a ella, llevaba encima mis ropas más elegantes, pues había decidido abandonar mis escasos recuerdos y dejar que la noche se abriera a mí y me permitiera gozarla como en los viejos tiempos. Levante mi rostro y contemple la Luna, quería alzar mis dedos hacia ella y tocarla con la punta de estos y luego solo simplemente echarme a reír. Tanto tiempo rodeado de un ensombrecido dolor que me provocaba mi corazón y absurdas emociones, pero la magia de la caza siempre cierra mis heridas hasta que, cuando llega la luz del sol vuelven a aparecer transformadas en su voz, susurrándome.

Mademoiselle, su nombre es Amira ¿Cierto? – susurré y me permití poner la yema de mis dedos en su espalda, sobre la tela de su vestido sin rozar su piel, solo para obligarla a detener sus pasos junto a los míos. – Aquí por favor, tome asiento. – Decidí sentarme junto a ella en uno de los divanes de terciopelo que se hallaban cerca, del otro lado del salón.

En ese momento aún podía ver como su cabeza daba vueltas. Podría pensar que llegue justo a tiempo o que yo era el responsable de tal desconcierto.

En el salón ahora todos danzan como es costumbre y en silencio vuelvo a ponerme de pie. El eco sagrado de una melodía nos envuelve, cascadas de notas que la brisa derrama mientras alzo mi voz y aprecio su hermosura, esa que no solo se ve bajo la luz de la Luna - ¿Me concede un baile? – espere su respuesta, segundos que parecían una eternidad. Fue una pregunta inocente, una petición que pensé había oído más de una vez esta noche.

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