Last Day, Last Breath

No podía dormir. ¿Cómo hacerlo? Los fantasmas no podían descansar nunca, solo vigilar todo y todos a su alrededor, nunca volvería a saber lo que era tener sueños pero al menos de esa manera, recostada en aquella cama, o lo que intentaba llamarse una; Envy no podía despegar su mirada del brujo. Henry descansaba plácidamente, con la pulsera que le mantenía atado a él en una mano y los sueños del futuro quizás en su cabeza. Observando la paz que poseía aquel hombre la fantasma se sumergía entonces en lo único que poseía semejante a sueños; sus recuerdos.

Alaric, no podía dejar de pensar en aquel joven que había robando su corazón de manera lenta. Nada podía evitar que la mente de Neve se fuera una y otra vez a aquella sonrisa que tanto le cautivaba; tal era el efecto que causaba sobre ella que estaba ahí esperando inútilmente verle nuevamente y ¿Por qué? La razón era de hecho muy sencilla. Alaric no vivía más en Inglaterra, se había mudado a Francia específicamente a París y ellos no podían ir allá, aún no.

Sus pies le guiaban de un lado a otro, aguardando que en algún momento Alaric pasara con su usual energía y de esa manera sería feliz nuevamente. Neve sabía que se daba falsas esperanzas pero las ilusiones morían al final, siempre. Había permanecido varios días de la misma manera y tal vez era el momento de dejar todo aquello y centrarse en convencer a sus padres de viajar a Francia, de esa forma tendría la posibilidad de encontrar a Alaric y robar su corazón solo para ella, una vez que lo hiciera sin dudarlo ni un segundo, se casaría con él y sería sumamente feliz. Sus planes eran grandes, pero lo gua mucho más su sorpresa al ver pasar a Alaric, caminaba de manera usual por enfrente de la casa de Neve y esta se lanzo tras él como una luz al final del camino.

Sus pisadas se escucharon pero más que eso se notaba la sonrisa en su rostro, esa que no desapareció ni siquiera cuando su cuerpo se estrello de lleno con el ajeno y se aferro a Alaric por la espalda. - Me alegra que hayas regresado, pensé que no volvería a verte pero… aquí estas de nuevo - el cuerpo al cual se había aferrado dio un leve brinco de sorpresa en un inicio cuando le abrazo por la espalda más no fue hasta que se movió que Neve noto la diferencia. Ese Alaric era más alto, más musculoso y olía diferente. - No creo ser quien esperas pero eso podríamos arreglarlo - de inmediato se soltó, dando algunos pasos hacía atrás, apenada de aquello que había hecho pero de lo cual ya no existía vuelta atrás. - Perdone, me he equivocado y le confundí con alguien más - aquel hombre se giro y los ojos de ambos se encontraron por primera vez, esa primera vez que marcaría las venideras - No hay problema pero presentemonos para que no existan inconvenientes en un futuro - Una sonrisa. La misma de Alaric que provocaba que se acelerara su corazón - Neve… Rosenberg - le contemplaba completamente perdida y él solo le sonreía - Neve… Mi nombre es Henry… Henry Bowlby…


- Envy… - aquella voz se había tornado más masculina de lo que recordaba. De los dos, él era quien cambio y ella seguía siendo la misma. - Aquí estoy Henry, a tu lado como siempre - De nuevo aquella sonrisa, esa que era lo que no cambiaba para nada en él - Lo sé, pero estabas pensando en algo ¿Me equivoco? - esta vez fue la fantasma quien sonrío - No pensaba en nada… - uno de sus dedos acaricio la mejilla del brujo - estaba soñando…