El encanto de una cita amistosa || Privado

por **Guillermie/Mike Lanington** Mar Ene 28, 2014 9:48 pm

“Basta un poco de espíritu aventurero para estar siempre satisfechos, pues en esta vida, gracias a dios, nada sucede como deseábamos, como suponíamos, ni como teníamos previsto..”
— Noel Clarasó

Se había levantado muy temprano, con el nacimiento del sol, Mike aun estaba dormido, duro al menos media hora para que el se levantara, mientras tanto, Guillermie había ordenado ya preparar el desayuno, que las damas comenzaran con su arduo trabajo de arreglarla para salir muy temprano esa mañana. El viejo tuvo su desayuno en la cama, mientras veía como las jovencitas, terminaban de ajustar el apretado corsé, en aquel cuerpo, consumido por los años, en seguida terminaron de hacerle un moño, con un bonito sombrero, que le combinaba con su vestido azul celeste, un color que realzaba el color de sus ojos.

— ¿A dónde vas? — pregunto curioso Mike, mientras tomaba un sorbo de su café, le pareció raro tal cuestión de su marido, pocas veces preguntaba eso, pero en esta ocasiones, le pareció dulce su preocupación, le dio un beso en la frente y acaricio una de sus mejillas — Tengo una cita con Hassan, mi modista, tiene unos diseños divinos que mostrarme, además, pronto será primavera y debo tener nuevos trajes para los acontecimientos importantes — sonrió pícaramente, mientras terminaba de despedirse. Puso unos guantes en sus manos, para terminar de retirarse de sus aposentos y buscar al cochero, que la esperaba en la salida de la mansión, que habían alquilado, mientras estaban en parís, ya ansiaba volver a Rusia, pero mientras estuviera en ese lugar, se luciría con sus elegantes y bellos atuendos.

El viaje fue algo largo, pero no se molesto, su rostro tenía un aire de alegría, le encantaba estar con Hassan, era tener una buena compañía, un caballero dispuesto a ir a cualquier lado, con una buena cliente, aunque ella ya sentía que había formado a ser más que eso, tal vez una buena amiga, Hassan era un gran amigo, así lo presentaba, además de halagar su pulcro gusto, su porte elegante, siempre recomendaba sus trabajos, además de que los portaba, en eventos de suma importancia.

—Gracias… — una amplia sonrisa le regalo al cochero, mientras le ayudaba a bajar, había traído consigo a una joven de unos 20 años de edad, llamada Eugene, quien sería su dama de compañía, ella también vestía algo que Guillermie le había mandado a hacer, para cuando saliera de la mansión, no quería a una muchacha mal vestida cerca de ella, las personas comenzarían a hablar —Vamos, querida — apresuro a la joven, mientras ella caminaba elegantemente, hacia uno de los cafés mas importantes de parís, pronto el jefe de los meseros la reconoció y con una gran amabilidad la sentó en la mejor mesa, mientras que le había dado permiso a Eugene de hacer algunas compras personales, en algunas tiendas cercas de ese lugar — Estoy esperando a un querido amigo mío, dulzura, tráeme unos pastelitos y una taza de té, por favor — ordeno al mesero, con mucha delicadeza. Minutos después, la orden fue traída a ella, con gran animo, comenzó a probar la delicia que le habían traído, mientras se dedicaba a esperar a Hassan, el cual no debía tardar mucho.

por **Hassan Bernard Rothesay** Lun Feb 03, 2014 1:34 pm

Abrí los ojos, sintiendo el candor de los primeros rayos de sol que por la ventana comenzaban a entrar, me desperece y sonreí, ¿todos mis despertares serian así cada mañana en esta nueva ciudad? Yo así lo esperaba. Me incorpore en la cama y Marie llamo a la puerta, como de costumbre, para traerme el desayuno… -Siento no haberte avisado Marie, hoy desayunare fuera, tengo una cita con Madame Lanington- Marie sonrió y se retiró, cerrando la puerta tras de si. Esa muchacha era una bendición para mi, me ayudaba siempre en todo desde que llegue a Paris.

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Termine de desperezarme y me levante de la cama, dirigiéndome a un cuenco de porcelana con agua para lavarme las manos y la cara, me quede mirando el agua del cuenco pensativo, viendo mi reflejo en ella, mas que pensando en algo relevante, aun estaba despertando… Me acerque al vestidor para elegir la ropa para la ocasión, sencillo y elegante y al terminar baje a hall, esta vez no necesitaba el carruaje, el café donde era la cita se encontraba bastante cerca de la casa y en ese momento me apetecía dar un paseo y conocer un poco mejor mi calle, ya que con tanto trabajo a penas salía, y cuando lo hacia iba en el carruaje. Me puse la capa y el sombrero, tome el bastón, un bastón con una cabeza de león dorada por mango y abrí la puerta…

Mientras caminaba hacia el lugar del encuentro me fije en cada detalle de mi nueva calle, lo comercios, la gente… gente que aparentemente estaba mas liberada del protocolo de la sociedad, mas que la Londinense, o al menos esa impresión daba. Yo nunca fui dado a hacer caso de ese protocolo, era el menos indicado para juzgar a nadie por su condición social, si no fuese por Lord Rothesay seguiría viviendo en una chabola en la zona más pobre de la India.

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Madame Lanington se había convertido en mi confidente, en mi amiga, en una figura materna a la que contar todo y de la que escuchar sabios consejos, comenzó como clienta pero ahora solo buscamos la excusa de un encargo para volver a vernos. Esta vez no era así, realmente tenia un proyecto que mostrarla pero también quería hablarla de alguien que había conocido, un cliente, pero un cliente inquietante, peculiar y quería saber mas de el. Madame Lanington se removía por todos los rincones de la corte y estaba más que seguro que algo sabría decirme sobre el, y si no sabia nada, no tardaría mucho en saberlo, con lo cual, la información estaba más que asegurada.

Llegué al café, un atento camarero tomo mi abrigo y sombrero y seguidamente el maître me llevo hasta la mesa de Madame. Camine con mi bastón hasta su mesa, sentía como la gente me miraba, mas bien con miradas curiosas…

-¡Madame Lanington! Me alegro tanto de verla, esta maravillosa, como siempre –dije besando su mano- Veo que ya está servida…

Me giré he hice un gesto a un camarero para que me sirviese lo mismo que a Madame. Me dirigí hacia la silla que se encontraba en frente de ella, y el maître aun al lado nuestro me retiro la silla para que pudiese sentarme –Merci- Acto seguido saque una pequeña libreta del bolsillo interior de mi levita, en el se encontraban mis propuestas para Madame Lanington, bocetos, muestras de tela… -Esto es lo que la sugiero, échele un vistazo…- Me quede observando a Madame mientras miraba los bocetos, y acariciaba las telas, ella era elegante y ligeramente extravagante, tenia buen ojo, sabia lo que la gustaba… Mientras la miraba me quede pensando como introducir el tema de aquel caballero. Miré a la acompañante de Madame y sonreí. Sinceramente pensé que estaríamos solos, pero por otra parte supuse que si la había traído sería porque la muchacha es de su total confianza.

El camarero me sirvió el te, y un pequeño aperitivo, di un sorbo al te y esperé la respuesta de Madame, contemplándola…

por **Guillermie/Mike Lanington** Dom Feb 23, 2014 12:34 pm

No son mis espinas las que me defienden, dice la rosa, es mi perfume

No tardo en ver la figura masculina entrar al lugar, Guillermie, le esperaba, apacible, tranquila, pero en sus ojos se veía cierta chispa, una ansiedad de poder estar cerca de el joven. Se levanto con elegancia cuando lo vio acercarse, el tomo su mano y la beso, la bruja, ya pasada de años, sonrió, para volver a su asiento, invitando al otro, en silencio a tomar asiento. El no perdía el tiempo, pronto recibió la pequeña libreta con magníficos bocetos de vestidos exquisitos, con recortes de tela, cada quien correspondiente a su vestido, las texturas eran divinas, el juego de colores también, no era una cliente excéntrica, que juzgaba la toma de decisión de su sastre, aun aso, debía pasar por su aprobación, en donde la podría gustar un color, pero no necesariamente la tela, pero siempre trataba de ponérselo fácil a su sastre favorito.

— Me parece una colección perfecta, mas para esta época del año — con sus manos toco una de las telas, dedicándole cierta mirada. — ¿Dónde consigues telas de tan buen calidad, querido? — pregunto curiosa, aunque en realidad no estaba necesitada de saber donde las conseguía, con tal de que siguiera haciéndolo para ella, sería feliz. Tomo un poco del líquido caliente que tenía en la taza, cuando aprecio, gracias a sus buenos instintos, que con los años se habían mejorado, pero también se debía destacar su sensibilidad mágica, que lograba mantenerla a un paso mas allá de los humanos corrientes, así que dejo a un lado la taza y entrelazo sus dedos, para dedicarle una mirada algo curiosa.

Una sonrisilla se asomo en sus labios, muy pocas personas podrían llegar a ocultarle las cosas, una de ellas era su mismo esposo Mike; él era el único que podía ocultarle cosas. Aun así, tarde o temprano ella llegaba a enterarse. — ¿Qué tienes en tu mente? — pregunto ladeando su cabeza, mientras cerraba la pequeña libreta en donde estaba su futuros trajes.

thanks rapture

Hassan & Guillermie

7:00Am

Algun cafe de paris

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