AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
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The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Aquel fue un día especial. De esos que marcan etapas o épocas, de esos que cambian a sus protagonistas e incluso a quienes no tenían que ver directamente; de esos sucesos que se recordarán por siempre, incrementándose este efecto mientras más importantes son las personas involucradas. ¿Pero qué pasa cuando es un Rey el que está directamente involucrado? Si es algo bueno, se anuncia con gran estruendo, queriendo que se sepa lo más pronto posible. Si es algo malo, se trata de ocultar a toda costa para evitar un escándalo nacional, lo que generalmente se logra. Pero cuando no…
Había empezado a llover cerca de la hora de la cena en el cielo español, sumándose pronto bajas temperaturas que sólo los más afortunados podían enfrentar y salir airosos sin repercusiones a la salud. Aquel clima daba para disfrutar una taza de café o de chocolate caliente frente a la chimenea, o directamente disfrutar de una buena lectura cubierto por las sábanas con nada más que el llanto de la naturaleza de fondo. O quizás incluso hacer otras cosas más…íntimas cubiertos por las sábanas, como José antes de aquel fatídico momento. Se había dado la orden de que no se molestara al Rey debido a que necesitaba descansar, alterado por un ajetreado día que implicó coordinar los preparativos para la búsqueda de la asesina de su familia pieza por pieza. Pero descansar fue lo que menos hizo, cautivado por los encantos de su Viuda Negra. Y contrario a lo que se pudiera pensar, luego de un largo rato no existió sonido alguno, como si no estuvieran. Aquello preocupó a uno de los sirvientes, que acudió a ver si algo sucedía llevado por la curiosidad. No era un gato, pero el dicho se aplicó a la perfección, siendo la ventana abierta y un par de ojos rojos lo último que vio.
Su estoque se manchó de la sangre aliada, conociendo su carne en múltiples estocadas hasta que el arrebato del León cesó. Se incorporó con el rostro haciendo juego en gran parte de éste con su nueva mirada, contrastando de forma tétrica con el uniforme de respetuoso negro que llevaba puesto desde que había vuelto a abrir los ojos. Acercó el filo del arma a su boca, y lamió el acero hasta que el sabor metálico se le hizo incómodo, no así el del líquido vital. Un trueno precedió al rayo que cayó muy cerca de la residencia, el cual iluminó el balcón del Rey por unos segundos. Cuando la luz se fue, la sonrisa se escondió en las tinieblas.
Había empezado a llover cerca de la hora de la cena en el cielo español, sumándose pronto bajas temperaturas que sólo los más afortunados podían enfrentar y salir airosos sin repercusiones a la salud. Aquel clima daba para disfrutar una taza de café o de chocolate caliente frente a la chimenea, o directamente disfrutar de una buena lectura cubierto por las sábanas con nada más que el llanto de la naturaleza de fondo. O quizás incluso hacer otras cosas más…íntimas cubiertos por las sábanas, como José antes de aquel fatídico momento. Se había dado la orden de que no se molestara al Rey debido a que necesitaba descansar, alterado por un ajetreado día que implicó coordinar los preparativos para la búsqueda de la asesina de su familia pieza por pieza. Pero descansar fue lo que menos hizo, cautivado por los encantos de su Viuda Negra. Y contrario a lo que se pudiera pensar, luego de un largo rato no existió sonido alguno, como si no estuvieran. Aquello preocupó a uno de los sirvientes, que acudió a ver si algo sucedía llevado por la curiosidad. No era un gato, pero el dicho se aplicó a la perfección, siendo la ventana abierta y un par de ojos rojos lo último que vio.
Su estoque se manchó de la sangre aliada, conociendo su carne en múltiples estocadas hasta que el arrebato del León cesó. Se incorporó con el rostro haciendo juego en gran parte de éste con su nueva mirada, contrastando de forma tétrica con el uniforme de respetuoso negro que llevaba puesto desde que había vuelto a abrir los ojos. Acercó el filo del arma a su boca, y lamió el acero hasta que el sabor metálico se le hizo incómodo, no así el del líquido vital. Un trueno precedió al rayo que cayó muy cerca de la residencia, el cual iluminó el balcón del Rey por unos segundos. Cuando la luz se fue, la sonrisa se escondió en las tinieblas.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Definitivamente yo no tenía escarmiento después de todo lo que me había sucedido. Tenía prácticamente poco tiempo desde que me encontrara con quien dijo ser el Rey de España, solo que en un principio no había creído a sus palabras, unicamente a su dolor, el cual era algo que nos unía aunque al menos en una pequeña parte.
Había escapado de su lado cuando me lo dijo, pero no logre huir del todo pues después de haber avanzado bastante por el bosque me di cuenta de que estaba rodeada y debí fingir en ser una joven que había ido a ver los bosques y termino bañándose en un pequeño lago que había cerca, después de todo era la única forma de explicar mi desnudez. Los soldados del efectivamente Rey de España fueron bastante amables y después de haberme dado algunas ropas, dos de ellos me acompañaron hasta casa, todo después de soltarme una serie de advertencias sobre salir al bosque sola y justo antes de partir me dijeron que esperaban tenerme en España pues al parecer algunas celebraciones importantes se acercaban. Si bien no creí que volviera a ver a aquel hombre, el destino parecía decirme que aún necesitábamos encontrarnos.
Algunas semanas transcurrieron desde nuestro encuentro y yo, en un esfuerzo por no terminar como él recurrí a Charles, aquel alfa que me guiaría por un camino complicado pero que tenía la esperanza de que me sacara de la oscuridad en la que me encontraba sumergida. Realmente no había esperado que después de todo recibiría una carta en la cual era invitada a España y aprovechando que tanto Jîldael como Charles harían un viaje decidí hacer el mío por mi cuenta y de esa manera fue como, después de hacer los arreglos pertinentes termine con rumbo a España pero con una sola cosa en mente, el monarca de aquel lugar.
En nuestro encuentro no fui la única en sufrir ni ser grosera con él otro pero aún así, me sentía con la necesidad de verle una vez más y saber que estaba bien, que nuestro encuentro quizás había cambiado un poco de él pero para bien.
Durante el viaje, fueron los recuerdos de aquel encuentro los que invadieron siempre mi mente; todo hasta que llegamos a España y se me dirigió a lo que creía era el castillo del monarca. La idea de estar en aquel lugar me llenaba de nerviosismo, uno que aumentaba conforme el carruaje se acercaba más y más a lo que parecía ser su destino, solo que una vez que descendí de aquel carruaje y este se alejo, lo que quedo frente a mi no parecía ser el lugar de un monarca, algunas gotas de la lluvia que desde mi llegada había estado bañando las calles ahora mojaba mi cuerpo pero nada ni nadie hizo acto de presencia. Fue hasta que una brisa trajo hasta mi no solo el olor de la tierra mojada, sino el de la sangre. No estoy segura de que fue lo que me impulso entonces a actuar pues antes de que pensara ya estaba corriendo en mi forma de gato al interior de aquel lugar, la lluvia calmaba un poco el aroma de la sangre pero aún así conforme me acercaba más el olor se incrementaba.
Lo único favorable es que en aquella forma fue muy sencillo entrar por una pequeña ventana que estaba abierta, aunque al hacerlo pensé que había sido la peor decisión posible. Aquel lugar era sumamente lujoso, como el que merecía todo Rey, pero el aroma a sangre mareaba a cualquiera y gracias a mis sentidos me hacía sentir enferma y eso que aún no veía todo lo que estaba sucediendo.
Algunos gritos fueron los que me hicieron echar a correr, buscando que era lo que estaba causando todo aquel alboroto pero si bien comencé a correr por un pasillo, la pesadilla comenzó. En el suelo, había algunos sirvientes todos rodeados por charcos de sangre y más sangre manchaba las paredes, como en una pesadilla. Volví a sentirme enferma, pero no podía ser débil en aquella situación; saltando los cadáveres y la sangre avanzaba por aquel lugar, solo para en otros sitios descubrir más cadáveres y más sangre. No era necesario buscar mucho la razón, pues aquella grotesca obra de seguro era causada por un vampiro y aún sabiendo eso no me detuve, no hasta que en un pasillo que estaba pasando de largo observe una espalda que me pareció conocida, el Rey.
Me detuve regresando en mis gatunos pasos, ingenuamente pensé que aquel hombre sostenía a una de las doncellas que habían sido asesinadas por el enemigo que existía en su hogar, pero lo que nunca espere es que se diera cuenta de mi presencia y al girare a mirar en mi dirección ya no encontré un hombre dolido, encontré un monstruo trastornado y sediento de sangre. Le vi levantarse y avanzar en mi dirección, pero no pude moverme, estaba impactada y no fue hasta que escuche un grito detrás de mi que me percate de que no iba tras de mi, al menos no aún, sino que se dirigía a atacar a otra mujer. Seguí sin moverme, escuchando como el ataque se llevaba a cabo a aquel monstruo dudaba poder detenerle.
Había escapado de su lado cuando me lo dijo, pero no logre huir del todo pues después de haber avanzado bastante por el bosque me di cuenta de que estaba rodeada y debí fingir en ser una joven que había ido a ver los bosques y termino bañándose en un pequeño lago que había cerca, después de todo era la única forma de explicar mi desnudez. Los soldados del efectivamente Rey de España fueron bastante amables y después de haberme dado algunas ropas, dos de ellos me acompañaron hasta casa, todo después de soltarme una serie de advertencias sobre salir al bosque sola y justo antes de partir me dijeron que esperaban tenerme en España pues al parecer algunas celebraciones importantes se acercaban. Si bien no creí que volviera a ver a aquel hombre, el destino parecía decirme que aún necesitábamos encontrarnos.
Algunas semanas transcurrieron desde nuestro encuentro y yo, en un esfuerzo por no terminar como él recurrí a Charles, aquel alfa que me guiaría por un camino complicado pero que tenía la esperanza de que me sacara de la oscuridad en la que me encontraba sumergida. Realmente no había esperado que después de todo recibiría una carta en la cual era invitada a España y aprovechando que tanto Jîldael como Charles harían un viaje decidí hacer el mío por mi cuenta y de esa manera fue como, después de hacer los arreglos pertinentes termine con rumbo a España pero con una sola cosa en mente, el monarca de aquel lugar.
En nuestro encuentro no fui la única en sufrir ni ser grosera con él otro pero aún así, me sentía con la necesidad de verle una vez más y saber que estaba bien, que nuestro encuentro quizás había cambiado un poco de él pero para bien.
Durante el viaje, fueron los recuerdos de aquel encuentro los que invadieron siempre mi mente; todo hasta que llegamos a España y se me dirigió a lo que creía era el castillo del monarca. La idea de estar en aquel lugar me llenaba de nerviosismo, uno que aumentaba conforme el carruaje se acercaba más y más a lo que parecía ser su destino, solo que una vez que descendí de aquel carruaje y este se alejo, lo que quedo frente a mi no parecía ser el lugar de un monarca, algunas gotas de la lluvia que desde mi llegada había estado bañando las calles ahora mojaba mi cuerpo pero nada ni nadie hizo acto de presencia. Fue hasta que una brisa trajo hasta mi no solo el olor de la tierra mojada, sino el de la sangre. No estoy segura de que fue lo que me impulso entonces a actuar pues antes de que pensara ya estaba corriendo en mi forma de gato al interior de aquel lugar, la lluvia calmaba un poco el aroma de la sangre pero aún así conforme me acercaba más el olor se incrementaba.
Lo único favorable es que en aquella forma fue muy sencillo entrar por una pequeña ventana que estaba abierta, aunque al hacerlo pensé que había sido la peor decisión posible. Aquel lugar era sumamente lujoso, como el que merecía todo Rey, pero el aroma a sangre mareaba a cualquiera y gracias a mis sentidos me hacía sentir enferma y eso que aún no veía todo lo que estaba sucediendo.
Algunos gritos fueron los que me hicieron echar a correr, buscando que era lo que estaba causando todo aquel alboroto pero si bien comencé a correr por un pasillo, la pesadilla comenzó. En el suelo, había algunos sirvientes todos rodeados por charcos de sangre y más sangre manchaba las paredes, como en una pesadilla. Volví a sentirme enferma, pero no podía ser débil en aquella situación; saltando los cadáveres y la sangre avanzaba por aquel lugar, solo para en otros sitios descubrir más cadáveres y más sangre. No era necesario buscar mucho la razón, pues aquella grotesca obra de seguro era causada por un vampiro y aún sabiendo eso no me detuve, no hasta que en un pasillo que estaba pasando de largo observe una espalda que me pareció conocida, el Rey.
Me detuve regresando en mis gatunos pasos, ingenuamente pensé que aquel hombre sostenía a una de las doncellas que habían sido asesinadas por el enemigo que existía en su hogar, pero lo que nunca espere es que se diera cuenta de mi presencia y al girare a mirar en mi dirección ya no encontré un hombre dolido, encontré un monstruo trastornado y sediento de sangre. Le vi levantarse y avanzar en mi dirección, pero no pude moverme, estaba impactada y no fue hasta que escuche un grito detrás de mi que me percate de que no iba tras de mi, al menos no aún, sino que se dirigía a atacar a otra mujer. Seguí sin moverme, escuchando como el ataque se llevaba a cabo a aquel monstruo dudaba poder detenerle.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
No se necesitaba estar muerto para presenciar aquel infierno bajo la lluvia. La sinfonía sádica española fue avanzando con el Rey como maestro de ceremonias y su estoque como el instrumento principal que todos debían escuchar, con el coro perfecto de los que se volvían ángeles tras un último grito de pánico, de dolor y resignación. Los muros fueron el lienzo perfecto para la obra más importante del Monarca, pintando con caos cada rincón y dejando al menos dos o tres muertos por habitación. Implacable amputó, decapitó, partió y apuñaló a todo lo que veía moverse, deleitándose con la sangre que llegaba a sus labios ya fuera a chorros o a cuidadosas lamidas sobre los cadáveres, aprovechándose incluso de las mujeres que yacieran ante él. El León de España ya no era ni temido ni admirado, ya que no tenía a nadie para que cumpliera ese deber.
Las dos marcas en su cuello eran la prueba de su nuevo Yo que a pesar de lo rápido que iba, lentamente tomaba control de lo que decía quedar de alma de José. Los ojos rojos dejaban a su víctima en shock, lista para que su Voluntad se ejecutase con filosa efectividad. Al escuchar los gritos, más criados iban a ver lo que sucedía; pero simplemente le facilitaban la tarea, haciéndolo sonreír de forma incomprensible para ellos mientras sentía su cabello rubio ser manchado con gotas rojas de desesperación. Un enésimo cuerpo cayó bajo sus manos, abusado por éstas y luego desechado como quien tira un trapo sucio a la basura. A pesar de todo lo que había hecho, respiraba lento, tal vez demasiado lento para un vivo: pero demasiado rápido para un muerto.
Doblando a uno de los pasillos principales, más víctimas se le presentaron, a lo que sonrió gozoso. Su espada, su boca y su miembro pedían más, y como si le hubiera pedido más a sus cocineros, tenía más carne a disposición de sus placeres más bajos. Atravesó el corazón de una joven hasta que la empuñadura llegó hasta su pecho, y dejó caer el cuerpo para atraparlo y lamer con avidez, jadeando satisfecho por el sabor cuando se levantó y lanzó lejos el cuerpo, haciéndolo chocar contra la pared para que se manchara un poco más. Un grito le hizo voltearse, sin darse cuenta de la felina figura que observaba como un terrible testigo privilegiado lo que sucedía y lo que sucedería después. Los gritos de auxilio y piedad no sirvieron de nada con ese demonio que le cortó la yugular de un sablazo, bebiendo su sangre hasta que el cuerpo ajeno perdió toda su fuerza. Le aplastó contra la pared más cercana, haciendo que se deslizara lentamente hasta caer sentada, con la cabeza ladeada de forma antinatural. Lo que se suponía debía responder al nombre de José Alfonso de Castilla se relamió los dedos, sonriendo al notar ahora sí al felino que había quedado paralizado por lo que había visto. – Tú serás el siguiente…- susurró siseante, tronando su cuello y empuñando con firmeza el estoque que no dejaba de gotear el llanto de sus víctimas, las que rogaban que su Señor recapacitase. Pero Dios no estaba para cumplir ese milagro.
Las dos marcas en su cuello eran la prueba de su nuevo Yo que a pesar de lo rápido que iba, lentamente tomaba control de lo que decía quedar de alma de José. Los ojos rojos dejaban a su víctima en shock, lista para que su Voluntad se ejecutase con filosa efectividad. Al escuchar los gritos, más criados iban a ver lo que sucedía; pero simplemente le facilitaban la tarea, haciéndolo sonreír de forma incomprensible para ellos mientras sentía su cabello rubio ser manchado con gotas rojas de desesperación. Un enésimo cuerpo cayó bajo sus manos, abusado por éstas y luego desechado como quien tira un trapo sucio a la basura. A pesar de todo lo que había hecho, respiraba lento, tal vez demasiado lento para un vivo: pero demasiado rápido para un muerto.
Doblando a uno de los pasillos principales, más víctimas se le presentaron, a lo que sonrió gozoso. Su espada, su boca y su miembro pedían más, y como si le hubiera pedido más a sus cocineros, tenía más carne a disposición de sus placeres más bajos. Atravesó el corazón de una joven hasta que la empuñadura llegó hasta su pecho, y dejó caer el cuerpo para atraparlo y lamer con avidez, jadeando satisfecho por el sabor cuando se levantó y lanzó lejos el cuerpo, haciéndolo chocar contra la pared para que se manchara un poco más. Un grito le hizo voltearse, sin darse cuenta de la felina figura que observaba como un terrible testigo privilegiado lo que sucedía y lo que sucedería después. Los gritos de auxilio y piedad no sirvieron de nada con ese demonio que le cortó la yugular de un sablazo, bebiendo su sangre hasta que el cuerpo ajeno perdió toda su fuerza. Le aplastó contra la pared más cercana, haciendo que se deslizara lentamente hasta caer sentada, con la cabeza ladeada de forma antinatural. Lo que se suponía debía responder al nombre de José Alfonso de Castilla se relamió los dedos, sonriendo al notar ahora sí al felino que había quedado paralizado por lo que había visto. – Tú serás el siguiente…- susurró siseante, tronando su cuello y empuñando con firmeza el estoque que no dejaba de gotear el llanto de sus víctimas, las que rogaban que su Señor recapacitase. Pero Dios no estaba para cumplir ese milagro.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
No hubiese podido hacer nada, eso era lo que estaba diciendo a mi misma mientras a mi espalda podía escuchar como la mujer trataba de huir para que no lo lograra, el olor a sangre invadía todo aquel espacio y no sabía que hacer. Realmente estaba confundida, asqueada, dolida. No tenía la remota idea de como me sentía en esos momentos sabiendo que aquel Monarca al que me topara hacia no mucho tiempo estaba ahora decorando de manera tan aberrante su castillo.
Lo único que había podido notar en aquellos ojos del color de la sangre es que no existía ya más aquel hombre con quien había hablado. Aquel hombre que con voz débil me había incitado a huir de sus sirvientes y de él mismo; lo malo de todo aquello es que ahora, no podía huir, él no me diría una vez más que me fuera. Por el contrario estaba segura de que en el momento que no encontrara nadie más a quien eliminar lo suficientemente cerca, se lanzaría contra mía.
El sonido de aquel cuerpo chocando fue lo que me provoco finalmente una reacción y gire la pequeña cabeza gatuna en dirección al Rey. El cuerpo de la doncella estaba en el suelo, en una manera nada común de yacer muerto. La mirada de aquel vampiro se poso sobre la mía, dándome la señal de que ahora debía de proteger mi vida, encontrar la manera de escapar de aquel lugar a salvo o lo menos herida posible.
Cuando nuestros ojos se encontraron, el pelaje de mi cuerpo se erizo y un siseo salió de entre mis dientes; estaba evidentemente en una fase defensiva. No sería sencillo salir de aquel lugar, los vampiros recién convertidos son más fuertes que los normales y mucho más salvajes porque son incapaces de controlar su sed y sus pensamientos de manera correcta, en esos momentos, esperaba que mis encuentros con algunos otros sobre naturales sirvieran para ese instante en el que cualquier movimiento definiría si vivía o moría.
Fui apuntada con aquella espada, la amenaza floto por aquel castillo que ahora se mantenía silente. Las personas vivas (si es que había aún alguna parte de mi) debían estar tan asustadas que ahora se quedaban en silencio. Ante aquella amenaza termine por cambiar mi forma de gato, a la de lince; de esa forma creía que tendría algo de más opciones de atacar o de huir, aunque lo más prudente en esos momentos era considerar ambas.
Lo único que había podido notar en aquellos ojos del color de la sangre es que no existía ya más aquel hombre con quien había hablado. Aquel hombre que con voz débil me había incitado a huir de sus sirvientes y de él mismo; lo malo de todo aquello es que ahora, no podía huir, él no me diría una vez más que me fuera. Por el contrario estaba segura de que en el momento que no encontrara nadie más a quien eliminar lo suficientemente cerca, se lanzaría contra mía.
El sonido de aquel cuerpo chocando fue lo que me provoco finalmente una reacción y gire la pequeña cabeza gatuna en dirección al Rey. El cuerpo de la doncella estaba en el suelo, en una manera nada común de yacer muerto. La mirada de aquel vampiro se poso sobre la mía, dándome la señal de que ahora debía de proteger mi vida, encontrar la manera de escapar de aquel lugar a salvo o lo menos herida posible.
Cuando nuestros ojos se encontraron, el pelaje de mi cuerpo se erizo y un siseo salió de entre mis dientes; estaba evidentemente en una fase defensiva. No sería sencillo salir de aquel lugar, los vampiros recién convertidos son más fuertes que los normales y mucho más salvajes porque son incapaces de controlar su sed y sus pensamientos de manera correcta, en esos momentos, esperaba que mis encuentros con algunos otros sobre naturales sirvieran para ese instante en el que cualquier movimiento definiría si vivía o moría.
Fui apuntada con aquella espada, la amenaza floto por aquel castillo que ahora se mantenía silente. Las personas vivas (si es que había aún alguna parte de mi) debían estar tan asustadas que ahora se quedaban en silencio. Ante aquella amenaza termine por cambiar mi forma de gato, a la de lince; de esa forma creía que tendría algo de más opciones de atacar o de huir, aunque lo más prudente en esos momentos era considerar ambas.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
No se requiere de algún artilugio mágico o una bola de cristal para adivinar los movimientos de los individuos cuando se ven amenazados, al contrario todos sin iguales al final todos buscan escapar a como dé lugar de su funesto futuro en el cual solo una solución se da, ver la sangre gotear de aquellos cuellos, bañando sus cuerpos hasta dejar un charco sobre el suelo, esa caliente sangre borboteando sin medida por todo el lugar, es como un lienzo aquella habitación donde solo el color rojo es el único color que bañará el sol secándolo para tomar el tono perfecto de la muerte.
José mostró una de sus sonrisas aquella en la que se oculta su verdadera intención, de lado la sonrisa marcó un hoyuelo en su mejilla derecha, ajustó su agarre al florete haciéndolo subir hasta la altura de su rostro con el objeto de que la sangre de las doncellas y sus mayordomos goteara creando el eco de música para sus oídos, lamió la espada saboreando aquel enigmático vino de vida, aquel ser oscuro ahora que respondía como “Su majestad” ahora estaba solo con un lince –Vaya esto se pone aún más divertido- siseante como una víbora que espera a su presa, los ojos del nuevo demonio se fueron a directos a los del animal retándole con la mirada –dad el primer ataque- empuño el florete con fuerza apuntándolo al hocico del animal, él sabía que podría domar a la nueva bestia, porque no hay humano que se resista a la fuerza de un vampiro y menos de uno como él.
Los cuerpos sobre el suelo eran como una alfombra digna de un rey o de un emperador cuya obsesión ahora era encontrar el color perfecto para las pinturas que colgarán de su castillo de terror y justo ahora solo un deseo cruzó por su mente, el colgar de la cabeza de un lince como el que tenía en frente, ¿podría librarse de él?, el viento soplaba raudo y veloz por fuera de aquellos muros de piedra hasta el punto de apagar todas las luces y velas, el cielo comenzó a bramar soltando rayos y truenos, aquel semblante del hombre, todo el escenario era perfecto para el apocalipsis.
Antes de que la mujer se diera cuenta, aquel ser del mal se movió a su flanco izquierdo golpeando con su antebrazo al animal para desequilibrarlo, un animal sin equilibrio es un animal muerto –Venga dame algo más de espectáculo- masculla con su blanca sonrisa desapareciendo en las sombras de aquel lugar, el cielo comienza a llorar por las almas que bajan al infierno a su larga condena, cada lágrima solo hace aquel hombre cuerdo y dulce que respondía ante el nombre de “José Alfonso de Castilla” el Rey de España, ahora solo ría con ganas de ganar más almas para que su cuerpo se alimente de ellos consiguiendo lo que todos los de aquella especie desean obtener poder y control sobre las débiles mentes y cuerpos de los mortales.
José mostró una de sus sonrisas aquella en la que se oculta su verdadera intención, de lado la sonrisa marcó un hoyuelo en su mejilla derecha, ajustó su agarre al florete haciéndolo subir hasta la altura de su rostro con el objeto de que la sangre de las doncellas y sus mayordomos goteara creando el eco de música para sus oídos, lamió la espada saboreando aquel enigmático vino de vida, aquel ser oscuro ahora que respondía como “Su majestad” ahora estaba solo con un lince –Vaya esto se pone aún más divertido- siseante como una víbora que espera a su presa, los ojos del nuevo demonio se fueron a directos a los del animal retándole con la mirada –dad el primer ataque- empuño el florete con fuerza apuntándolo al hocico del animal, él sabía que podría domar a la nueva bestia, porque no hay humano que se resista a la fuerza de un vampiro y menos de uno como él.
Los cuerpos sobre el suelo eran como una alfombra digna de un rey o de un emperador cuya obsesión ahora era encontrar el color perfecto para las pinturas que colgarán de su castillo de terror y justo ahora solo un deseo cruzó por su mente, el colgar de la cabeza de un lince como el que tenía en frente, ¿podría librarse de él?, el viento soplaba raudo y veloz por fuera de aquellos muros de piedra hasta el punto de apagar todas las luces y velas, el cielo comenzó a bramar soltando rayos y truenos, aquel semblante del hombre, todo el escenario era perfecto para el apocalipsis.
Antes de que la mujer se diera cuenta, aquel ser del mal se movió a su flanco izquierdo golpeando con su antebrazo al animal para desequilibrarlo, un animal sin equilibrio es un animal muerto –Venga dame algo más de espectáculo- masculla con su blanca sonrisa desapareciendo en las sombras de aquel lugar, el cielo comienza a llorar por las almas que bajan al infierno a su larga condena, cada lágrima solo hace aquel hombre cuerdo y dulce que respondía ante el nombre de “José Alfonso de Castilla” el Rey de España, ahora solo ría con ganas de ganar más almas para que su cuerpo se alimente de ellos consiguiendo lo que todos los de aquella especie desean obtener poder y control sobre las débiles mentes y cuerpos de los mortales.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Maldita la suerte que cargaba para estar en el momento menos oportuno aquella noche. El silencio me dolía y la amenaza de muerte no era más que una amenaza en aquello instantes, pero viendo todo aquel lugar teñido de rojo y recordando los gritos de segundos atrás estaba consiente de que no sería sencillo salir de aquel lugar.
Los ojos del monarca se me antojaban vacíos de todo, viendo amenazas en todos lados pero más que nada sabía bien que estaban repletos de locura y destrucción inminente. En algunos momentos le creía capaz incluso de ser tan inconsciente como para salir de su castillo en plena luz del día con tal de encontrar más de aquel liquido rojo que teñía los suelos y las paredes.
Le mostré los dientes al momento que me pedía atacarle, aún no podía decidir si escapar o atacar en esos momentos. Un viento atravesó el castillo y terminamos quedando completamente a oscuras mientras que solo la luz de un rayo iluminaba aquel rostro que me provoco escalofríos y el cual gracias a mi forma felina aún podía distinguir en la oscuridad. Antes de que pudiera darme cuenta de lo que planeaba y todo a que me había distraído en un grupo de gritos que provinieron de todas partes del castillo inundaron aquel pasillo. La servidumbre sobreviviente estaba aterrada y el silencio fue suplido nuevamente por los andares de las personas y los gritos de pánico, pero nadie parecía correr hasta aquel sitio.
Lance un mordisco al aire mientras trataba de volver a mantenerme estable, parada y vigilando todo a mi alrededor. Aquel vampiro estaba buscando divertirse conmigo y estaba decidida a no darle el gusto de jugar conmigo ni que me matara. Su risa inundo todo a mi alrededor mientras la sombra de sus movimientos parecía ir y venir de un sitio y otro, impidiendo que estuviera segura de a donde se dirigía. Sin saber que hacer en aquella situación y tampoco buscando enfrentarme a él, comencé a andar con calma, buscando que hacer y aguardando porque alguna idea llegara a mi.
Los ojos del monarca se me antojaban vacíos de todo, viendo amenazas en todos lados pero más que nada sabía bien que estaban repletos de locura y destrucción inminente. En algunos momentos le creía capaz incluso de ser tan inconsciente como para salir de su castillo en plena luz del día con tal de encontrar más de aquel liquido rojo que teñía los suelos y las paredes.
Le mostré los dientes al momento que me pedía atacarle, aún no podía decidir si escapar o atacar en esos momentos. Un viento atravesó el castillo y terminamos quedando completamente a oscuras mientras que solo la luz de un rayo iluminaba aquel rostro que me provoco escalofríos y el cual gracias a mi forma felina aún podía distinguir en la oscuridad. Antes de que pudiera darme cuenta de lo que planeaba y todo a que me había distraído en un grupo de gritos que provinieron de todas partes del castillo inundaron aquel pasillo. La servidumbre sobreviviente estaba aterrada y el silencio fue suplido nuevamente por los andares de las personas y los gritos de pánico, pero nadie parecía correr hasta aquel sitio.
Lance un mordisco al aire mientras trataba de volver a mantenerme estable, parada y vigilando todo a mi alrededor. Aquel vampiro estaba buscando divertirse conmigo y estaba decidida a no darle el gusto de jugar conmigo ni que me matara. Su risa inundo todo a mi alrededor mientras la sombra de sus movimientos parecía ir y venir de un sitio y otro, impidiendo que estuviera segura de a donde se dirigía. Sin saber que hacer en aquella situación y tampoco buscando enfrentarme a él, comencé a andar con calma, buscando que hacer y aguardando porque alguna idea llegara a mi.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Y entonces las lágrimas se convierten en plegarias, unas plegarias de redención para una alma abandonada en las tinieblas del infierno, un infierno donde él es el Rey y su trono está con cadáveres apilados, su cetro la luna roja llorando sangre de más inocentes y su sonrisa cubierta por ese vitae arrancado de las almas que gritan piedad del piadoso.
Los colmillos del asesino se muestran tan blancos y marfiles bañado con la sangre de sus víctimas que corre por su mentón directo al pecho, su espada ruge hambrienta como un león que pide más carne, en este caso era de más inocentes humanos; atrás quedaba la presencia abatida de un ser que no deseaba vivir, atrás quedaba la piedad la solidaridad de un monarca como José Alfonso, una parte de su ser que solo vuelve cuando la luna carmín desaparece y queda la luna marfil.
En el silencio sepulcral de la noche se rasga el velo cuando los rayos tocan la tierra, avisando a todos que una bestia mortal anda suelta con sed de sangre, con sed de muerte sus ojos rojos se fijan en su presa, una cambiapieles ¿Qué sabor tendrá la sangre de un lince? es lo que pensó José que ya se relamía los labios y colmillos listos para tomar todo aquel vitae.
Su espada corta el silencio y sus movimiento se van haciendo más imperceptibles, cuando se queda en un lugar son por segundos y vuelve a moverse, todo una rutina para marear al pobre animal hasta que por el flanco derecho logra asestar un golpe una cortada leve solo para liberar el aroma a sangre y entonces todo ese sabor único inunda sus fosas nasales haciendo que sus pupilas se dilaten en todo un placer único –Corre- susurra para darle tiempo al animal a correr pero no huir porque ahora comenzaba el verdadero juego, el juego de la cacería.
Las personas en aquel siniestro lugar buscaban en vano su seguridad con solo percibir su miedo José Alfonso de Castilla los encontraría y acabaría como su miseria de vida, eso él quería un nuevo hogar, un nuevo comienzo, su nacimiento con su castillo oscuro donde el miedo y el caos gobierne, un ser capaz de matar por placer, una bestia con rostro de hombre.
Los colmillos del asesino se muestran tan blancos y marfiles bañado con la sangre de sus víctimas que corre por su mentón directo al pecho, su espada ruge hambrienta como un león que pide más carne, en este caso era de más inocentes humanos; atrás quedaba la presencia abatida de un ser que no deseaba vivir, atrás quedaba la piedad la solidaridad de un monarca como José Alfonso, una parte de su ser que solo vuelve cuando la luna carmín desaparece y queda la luna marfil.
En el silencio sepulcral de la noche se rasga el velo cuando los rayos tocan la tierra, avisando a todos que una bestia mortal anda suelta con sed de sangre, con sed de muerte sus ojos rojos se fijan en su presa, una cambiapieles ¿Qué sabor tendrá la sangre de un lince? es lo que pensó José que ya se relamía los labios y colmillos listos para tomar todo aquel vitae.
Su espada corta el silencio y sus movimiento se van haciendo más imperceptibles, cuando se queda en un lugar son por segundos y vuelve a moverse, todo una rutina para marear al pobre animal hasta que por el flanco derecho logra asestar un golpe una cortada leve solo para liberar el aroma a sangre y entonces todo ese sabor único inunda sus fosas nasales haciendo que sus pupilas se dilaten en todo un placer único –Corre- susurra para darle tiempo al animal a correr pero no huir porque ahora comenzaba el verdadero juego, el juego de la cacería.
Las personas en aquel siniestro lugar buscaban en vano su seguridad con solo percibir su miedo José Alfonso de Castilla los encontraría y acabaría como su miseria de vida, eso él quería un nuevo hogar, un nuevo comienzo, su nacimiento con su castillo oscuro donde el miedo y el caos gobierne, un ser capaz de matar por placer, una bestia con rostro de hombre.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Sabía que debía protegerme a mi misma, impedir que aquel vampiro terminara con mi existencia y de ser posible con la existencia de las personas que aún se mantenían vivas en aquel castillo. Pese a saber todo eso, sentía pena por aquel hombre. Recordarlo cuando le vi en los bosques, perdido, deseando una muerte que no podía regalarse a si mismo y ahora, trastornado, cubierto por la misma oscuridad de sus pensamientos. ¿Cómo era cuando las desgracias no tocaban a su puerta? Debió ser un gran hombre, un gran monarca al cual simplemente el destino le jugo malas pasadas y su mente dolida le dio paso a la oscuridad que termino por devorar su esencia.
La oscuridad del lugar no era un impedimento para mi visión, lo que era un impedimento era la velocidad con la que el monarca se movía por la sala, jugando con mis instintos como un niño que juega con insectos porque sabe que no son capaces de huir de él. La espada cortaba el aire, provocando un silbido que provenía de todos lados y de ninguno, confundiendo mucho más mi sentido del oído. Mostraba los dientes de manera inútil, pues aunque tratara no estaba segura de si él los notaba y tampoco es que fuera a ser eso de mucha ayuda cuando el enemigo sabe que esos colmillos no le harán gran daño.
De un momento a otro la espada deja de o irse cortar el aire y un quejido sale de mi garganta. La hoja que antes cortaba con facilidad el aire, ha hecho lo mismo con uno de mis costados. Es apenas una herida leve pero el olor a sangre es notorio y nuevamente, proveniente de todos lados, la voz del Rey que me exige que corra. Contra mis pensamientos racionales que me decian que no le diera gusto de la persecución, salí corriendo, pensando por el contrario en donde encontrar una salida o un sitio por el cual irme. Total, un vampiro no me perseguiría mucho tiempo en el exterior, donde la luz del amanecer era un problema que amenazaba con asesinarles.
Escuchaba el golpeteo de mis patas contra el suelo y en otros lugares los sonidos de los que aún vivan, ocultándose en aquel enorme castillo donde no existía sitio seguro para ocultarse del demonio sed de sangre.
La oscuridad del lugar no era un impedimento para mi visión, lo que era un impedimento era la velocidad con la que el monarca se movía por la sala, jugando con mis instintos como un niño que juega con insectos porque sabe que no son capaces de huir de él. La espada cortaba el aire, provocando un silbido que provenía de todos lados y de ninguno, confundiendo mucho más mi sentido del oído. Mostraba los dientes de manera inútil, pues aunque tratara no estaba segura de si él los notaba y tampoco es que fuera a ser eso de mucha ayuda cuando el enemigo sabe que esos colmillos no le harán gran daño.
De un momento a otro la espada deja de o irse cortar el aire y un quejido sale de mi garganta. La hoja que antes cortaba con facilidad el aire, ha hecho lo mismo con uno de mis costados. Es apenas una herida leve pero el olor a sangre es notorio y nuevamente, proveniente de todos lados, la voz del Rey que me exige que corra. Contra mis pensamientos racionales que me decian que no le diera gusto de la persecución, salí corriendo, pensando por el contrario en donde encontrar una salida o un sitio por el cual irme. Total, un vampiro no me perseguiría mucho tiempo en el exterior, donde la luz del amanecer era un problema que amenazaba con asesinarles.
Escuchaba el golpeteo de mis patas contra el suelo y en otros lugares los sonidos de los que aún vivan, ocultándose en aquel enorme castillo donde no existía sitio seguro para ocultarse del demonio sed de sangre.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Gritos de piedad, llantos de dolor y agonías, todo eso retumba contra las paredes de aquel castillo oscuro y siniestro que poco a poco en cada habitación se va a tragando por un silencio sepulcral, solo los rayos y truenos del cielo es lo que rompe aquella reserva de sonidos, las gotas de lluvia van haciéndose más espesas como la sangre misma, justo como la sangre que va corriendo por los pisos en pequeños riachuelos, el aroma de vida se ha esfumado solo huele a muerte por todo el lugar.
Los pasos del monarca de España resuenan hasta llegar al final, aquellas botas están rojas y de su espada corren gotas de sangre marchita, de su mentón una que otra cuenca de vida toca el suelo frió, sus colmillos están bañados del tono rojizo de algún doncella, su sonrisa acabada y solo en su mente pasa el poder, poder tener todo lo que se le antoje, no solo su reino si no también ahora su nueva vida.
El ambiente se volvió espeso, como una nube negra y densa solo se percibe muerte y putrefacción, los ojos rojos marcan la luz perdida, poco a poco va tras la cabeza de su nueva presa, aquel felino para colgarle de su chimenea, no hace falta usar todas sus habilidades, al contrario solo requiere de su sed, percibe el aroma de la cambiapieles, su herida aunque corta denota el delicioso aroma que lo enloquece y despierta su hambre –mmm sangre de un felino, eso es lo que tengo antojo, será mejor que lo sirva en la mesa o en la chimenea- una carcajada tan siniestra que retumba por todo el solitario lugar.
Va buscándola hasta que la encuentra en un paso que parecen cientos, golpea en el otro costado al felino, su pie se incrusta en su estómago en una patada para sacarle el aire, desea hacer más grande aquella herida, le toma del cuello al animal empotrándole a la pared sin importarle como suenan aquellos huesos –Quiero más sangre para mi castillo- susurra ajustando más aquel cuello hasta que clava los colmillos en su cuello, aun con el pelaje siente el calor de la sangre borboteando y el sonido del beber la sangre y esta llenar sus sentidos lo vuelven aún más loco, la suelta lanzándola hacia la puerta entreabierta del salón, sin notarlo la había enviado a la salida, quizás aún había algo de humano en él, algo de su humanidad y eso lo consiguió por la sangre de aquella cambiante –Es demasiado fría, prefiero la de una mujer- ríe mostrando al animal las huellas en él de su sangre corriendo por su mentón.
Los pasos del monarca de España resuenan hasta llegar al final, aquellas botas están rojas y de su espada corren gotas de sangre marchita, de su mentón una que otra cuenca de vida toca el suelo frió, sus colmillos están bañados del tono rojizo de algún doncella, su sonrisa acabada y solo en su mente pasa el poder, poder tener todo lo que se le antoje, no solo su reino si no también ahora su nueva vida.
El ambiente se volvió espeso, como una nube negra y densa solo se percibe muerte y putrefacción, los ojos rojos marcan la luz perdida, poco a poco va tras la cabeza de su nueva presa, aquel felino para colgarle de su chimenea, no hace falta usar todas sus habilidades, al contrario solo requiere de su sed, percibe el aroma de la cambiapieles, su herida aunque corta denota el delicioso aroma que lo enloquece y despierta su hambre –mmm sangre de un felino, eso es lo que tengo antojo, será mejor que lo sirva en la mesa o en la chimenea- una carcajada tan siniestra que retumba por todo el solitario lugar.
Va buscándola hasta que la encuentra en un paso que parecen cientos, golpea en el otro costado al felino, su pie se incrusta en su estómago en una patada para sacarle el aire, desea hacer más grande aquella herida, le toma del cuello al animal empotrándole a la pared sin importarle como suenan aquellos huesos –Quiero más sangre para mi castillo- susurra ajustando más aquel cuello hasta que clava los colmillos en su cuello, aun con el pelaje siente el calor de la sangre borboteando y el sonido del beber la sangre y esta llenar sus sentidos lo vuelven aún más loco, la suelta lanzándola hacia la puerta entreabierta del salón, sin notarlo la había enviado a la salida, quizás aún había algo de humano en él, algo de su humanidad y eso lo consiguió por la sangre de aquella cambiante –Es demasiado fría, prefiero la de una mujer- ríe mostrando al animal las huellas en él de su sangre corriendo por su mentón.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Maldito y demente hombre que alguna vez fue un digno rey, ahora no es más que un sirviente de la sangre; un hombre que ha caído en la peor locura de la cual nunca más volverá a salir. No era simplemente el descubrimiento de su nueva naturaleza o lo irresistible que le resultara la sangre, la verdad era que ese vampiro carecía de cordura desde hacía tanto, que su condición de inmortal solo empeoraba todo. Que equivocada había estado al viajar a aquel lugar donde solo encontraría muerte y dolor, pero de haber sabido que ese destino me deparaba, jamás hubiese aceptado la invitación de aquellos buenos sirvientes que seguramente ya estarían muertos.
Mis patas arrancaron en dirección a la búsqueda de una salida, huir de ahí era lo más sensato. Yo sola nada podía hacer para salvar las almas que quedaban en aquel castillo y que aquel monarca que en algún momento de su vida prometiera cuidarles, decidía arrancar su vida de golpe. Su voz, su risa y sus intenciones me daban un terror indescriptible, a falta de cordura era la peor de las situaciones y mis posibilidades disminuían a medida que él decidía que mi sangre era lo que ahora deseaba más que a cualquiera.
El camino avanzado era nada para él, quien me alcanzo demasiado pronto como para que yo alcanzara a darme cuenta de su cercanía. El dolor a causa de su patada y el sonido tan cercano de algunas costillas quebrarse fue lo que me indico su presencia nuevamente. Un sonido ronco salió de mi garganta, justo antes de sentirme presa entre la pared, a merced de aquel demonio. Hasta los encuentros con licántropos eran más sencillos comparados con los de alguien con apariencia de humano que aún sabía que hacer para mantener a la presa donde quería. Los colmillos se clavaron entre mi pelaje y por increíble que pareciera, esa era la primera vez que un ser de esos bebía sangre de mi a lo que me removí con dificultad, causando que me lastimara mucho más pero no importaba, yo luchaba por mi libertad.
La idea de la libertad se vio ligeramente cercana cuando mi cuerpo fue lanzado a otro sitio y llegue a un enorme salón. El monarca hablaba como enloquecido y continuaba buscando mi persona que preciso, volvía a tomar la forma de una mujer y no de un animal.
– Maldito demente – susurre para mi, me levante con dificultad notando como la sangre corría de uno de mis costados y que me era imposible pararme completamente derecha debido al dolor de los huesos rotos. Los pasos se acercaban y presa de la desesperación, volvía a correr, la salida estaba cerca demasiado así que debía esforzarme por llegar a ella, el dolor y la sangre derramada eran nada comparado con la desesperación que sentía por salir de ahí. Estaba tan cerca, pero tan lejos.
Mis patas arrancaron en dirección a la búsqueda de una salida, huir de ahí era lo más sensato. Yo sola nada podía hacer para salvar las almas que quedaban en aquel castillo y que aquel monarca que en algún momento de su vida prometiera cuidarles, decidía arrancar su vida de golpe. Su voz, su risa y sus intenciones me daban un terror indescriptible, a falta de cordura era la peor de las situaciones y mis posibilidades disminuían a medida que él decidía que mi sangre era lo que ahora deseaba más que a cualquiera.
El camino avanzado era nada para él, quien me alcanzo demasiado pronto como para que yo alcanzara a darme cuenta de su cercanía. El dolor a causa de su patada y el sonido tan cercano de algunas costillas quebrarse fue lo que me indico su presencia nuevamente. Un sonido ronco salió de mi garganta, justo antes de sentirme presa entre la pared, a merced de aquel demonio. Hasta los encuentros con licántropos eran más sencillos comparados con los de alguien con apariencia de humano que aún sabía que hacer para mantener a la presa donde quería. Los colmillos se clavaron entre mi pelaje y por increíble que pareciera, esa era la primera vez que un ser de esos bebía sangre de mi a lo que me removí con dificultad, causando que me lastimara mucho más pero no importaba, yo luchaba por mi libertad.
La idea de la libertad se vio ligeramente cercana cuando mi cuerpo fue lanzado a otro sitio y llegue a un enorme salón. El monarca hablaba como enloquecido y continuaba buscando mi persona que preciso, volvía a tomar la forma de una mujer y no de un animal.
– Maldito demente – susurre para mi, me levante con dificultad notando como la sangre corría de uno de mis costados y que me era imposible pararme completamente derecha debido al dolor de los huesos rotos. Los pasos se acercaban y presa de la desesperación, volvía a correr, la salida estaba cerca demasiado así que debía esforzarme por llegar a ella, el dolor y la sangre derramada eran nada comparado con la desesperación que sentía por salir de ahí. Estaba tan cerca, pero tan lejos.
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Lejos estaba ya la de la razón ahora solo habitaba un solo deseo, la sangre, que cruel destino que se encargaba de tirar los hilos de todos dejando al margen a los que necesitan del vitae de otro para vivir, de aquel líquido rojo tan cálido y necesario que hace que los corazones puedan latir a un ritmo de excitación para quienes lo oyen, si así de loco estaba aquel monarca que ya tenía en su presencia el vestigio de la vida tomada, no le importaba quien fuera, estaba aún aprendiendo a dominar su fuerza, sin contar que aún no sabía que poderes tener, era un neófito, un niño que encontraba en todo a sus juguetes.
Y si justo esto era lo que quería, un nuevo juguete a alguien en quien poder probar todas sus habilidades, pero no debía ser cualquiera, debía ser alguien que soportara su locura y sobre todo que pudiese soportar el aroma a sangre con el que pintaría su nuevo castillo del terror; si para el León de Castilla ya no había nada, no había dolor ni tristeza solo en algunas ocasiones cuando aún su mente humana le traicionaba pero enseguida volvía la bestia en sí.
-Dónde estás?- percibe el aroma a sangre junto con la sonrisa macabra pues el miedo y la sangre le llenan por completo, no necesita el respirar pero siente que puede con aquel manjar que percibe –Ya te encontré y ya no eres una bola de pelos verdad- se relame hambriento camina lento sus pasos se escuchan por todo el lugar, no quiere ir rápido y acabar con aquella mujer de un solo golpe, no, quiere jugar con su presa, como todo cazador lo hace.
-No huyas o te desangrarás más y no me dejarás nada, espérame sentada que voy por ti- grita por aquel tétrico silencioso lugar, solo quiere asustar más a su presa, la quiere tan asustada para que su sangre tenga ese extra que requiere, ese calor que en antaño probó.
Y si justo esto era lo que quería, un nuevo juguete a alguien en quien poder probar todas sus habilidades, pero no debía ser cualquiera, debía ser alguien que soportara su locura y sobre todo que pudiese soportar el aroma a sangre con el que pintaría su nuevo castillo del terror; si para el León de Castilla ya no había nada, no había dolor ni tristeza solo en algunas ocasiones cuando aún su mente humana le traicionaba pero enseguida volvía la bestia en sí.
-Dónde estás?- percibe el aroma a sangre junto con la sonrisa macabra pues el miedo y la sangre le llenan por completo, no necesita el respirar pero siente que puede con aquel manjar que percibe –Ya te encontré y ya no eres una bola de pelos verdad- se relame hambriento camina lento sus pasos se escuchan por todo el lugar, no quiere ir rápido y acabar con aquella mujer de un solo golpe, no, quiere jugar con su presa, como todo cazador lo hace.
-No huyas o te desangrarás más y no me dejarás nada, espérame sentada que voy por ti- grita por aquel tétrico silencioso lugar, solo quiere asustar más a su presa, la quiere tan asustada para que su sangre tenga ese extra que requiere, ese calor que en antaño probó.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Y si escapaba dejando a todos los humanos que aún se encontraban vivos en el interior del castillo ¿No era yo igual de bestia y demente que aquel monarca? Sin duda alguna lo sería, pero detener mi huida era prácticamente estar aceptando a terminar mi vida y pese a todo deje de correr tan rápido como antes, con la idea de las vidas que aún podían salvarse rondando mis pensamientos y las amenazas del vampiro audibles por donde yo iba. Él ya sabía que yo no era más un animal, se burlaba con sus palabras de la manera en que me había dejado el cuerpo y como era que quería alimentarse de mi.
Con la salida tan cerca, con la posibilidad de vivir huyendo y esperar a que el sol saliera una vez más, me detuve; en definitiva no era capaz de dejar a nadie más morir en aquel lugar sin que hubiera yo intentado realmente salvarles.
– Esperarte sentada, lo dudo mucho, a los míos nos gusta más ser bastante escurridizos. Anda, ven por mi vampiro – mis ojos estaban fijos en los lugares por los cuales podría aparecer; por motivos que aún no comprendía, quería creer que no buscaba asesinarme tan repentinamente y que parte de él quizás aún supiera quien era yo, al menos un poco. Igual no pensaba esperar que me encontrara tan fácilmente, así que en lugar de continuar hacía el exterior de la mansión, volví a reanudar mis pasos en el interior. No importaba lo bajo que hablara, o que tratara de no hacer mucho ruido; cualquier leve sonido sería escuchado por el inmortal que estaba sediento de sangre.
Me enfoque en andar por los corredores, sin entrar en ningún cuarto donde pudieran esconderse personas a las que sin duda alguna atacaría. Lo bueno de todo aquello era que las heridas estaban comenzando a curarse, al menos, ya no sangraba más.
– ¿Dónde esta tu creador, vampiro? – eso era algo en lo que apenas caía en cuenta. No parecía ser que el monarca tuviera tanto tiempo siendo vampiro, así que, ¿Habría más inmortales en el castillo? De ser así, entonces quedarme había sido un terrible error y eso se volvió más evidente cuando nuevamente el sonido de la espada pareció cortar el aire, bastante cerca de mi.
Con la salida tan cerca, con la posibilidad de vivir huyendo y esperar a que el sol saliera una vez más, me detuve; en definitiva no era capaz de dejar a nadie más morir en aquel lugar sin que hubiera yo intentado realmente salvarles.
– Esperarte sentada, lo dudo mucho, a los míos nos gusta más ser bastante escurridizos. Anda, ven por mi vampiro – mis ojos estaban fijos en los lugares por los cuales podría aparecer; por motivos que aún no comprendía, quería creer que no buscaba asesinarme tan repentinamente y que parte de él quizás aún supiera quien era yo, al menos un poco. Igual no pensaba esperar que me encontrara tan fácilmente, así que en lugar de continuar hacía el exterior de la mansión, volví a reanudar mis pasos en el interior. No importaba lo bajo que hablara, o que tratara de no hacer mucho ruido; cualquier leve sonido sería escuchado por el inmortal que estaba sediento de sangre.
Me enfoque en andar por los corredores, sin entrar en ningún cuarto donde pudieran esconderse personas a las que sin duda alguna atacaría. Lo bueno de todo aquello era que las heridas estaban comenzando a curarse, al menos, ya no sangraba más.
– ¿Dónde esta tu creador, vampiro? – eso era algo en lo que apenas caía en cuenta. No parecía ser que el monarca tuviera tanto tiempo siendo vampiro, así que, ¿Habría más inmortales en el castillo? De ser así, entonces quedarme había sido un terrible error y eso se volvió más evidente cuando nuevamente el sonido de la espada pareció cortar el aire, bastante cerca de mi.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Campanas sonando con el estruendo de los rayos al tocar la tierra, las gotas de lluvia crean en eco muerto de los pasos que el mismo monarca va dejando morir por todo su castillo, no piensa, no siente solo disfruta de lo que segundo a segundo va creando con la mente insana donde figuras de una rubia cambiapiales está cubierta de un color tan rojo que parecía ser sacada de obras antiguas y profanas, el hambre se despierta nuevamente como un lobo feroz.
Sus pasos a la estancia más cercana va, el aroma de humanos, del miedo junto a los rezos a Dioses que solo juegan cual partida de ajedrez con la vida de todos, José de Castilla con esa sonrisa que no se borra de sus fríos labios de muerte avanza por el pequeño pasillo hasta una habitación enorme, oscura y sin brillo solo hay un sofá rojo y una mujer debajo de un piano ocultándose, la puede oír, el latido de su corazón lo deleita cada vez que se acelera de miedo al ver a su amo caminar en su dirección rodeando el piano hasta que la voz le ordena salir, temerosa se deja ver y el monarca toma su asiento para entonar las mismas notas tristes de antaño.
Una a una las notas van saltando en vida y muerte, la joven busca el resguardo de la pared mientras su amo la envuelve en la melodía de su funeral –Mi creadora está lejos muy lejos de mi ni falta me hace ¿por qué habría de estar conmigo? Crees que será mi sire eterna? Ja, no confundas pequeña, ahora se buena y ven o quien terminará peor será esa joven, dulce y cálida presa que con ojos claros me mira, la llevarás en tu consciencia si no apareces- el sonido de las teclas graves rompen el silencio como el trueno que retumba en los cielos.
La mujer con mayor terror suplica a su amo por una pizca de piedad pero solo encuentra la frialdad de su dedo en la postura del silencio tomándola de los cabellos con la sonrisa para un deceso inminente.
Sus pasos a la estancia más cercana va, el aroma de humanos, del miedo junto a los rezos a Dioses que solo juegan cual partida de ajedrez con la vida de todos, José de Castilla con esa sonrisa que no se borra de sus fríos labios de muerte avanza por el pequeño pasillo hasta una habitación enorme, oscura y sin brillo solo hay un sofá rojo y una mujer debajo de un piano ocultándose, la puede oír, el latido de su corazón lo deleita cada vez que se acelera de miedo al ver a su amo caminar en su dirección rodeando el piano hasta que la voz le ordena salir, temerosa se deja ver y el monarca toma su asiento para entonar las mismas notas tristes de antaño.
Una a una las notas van saltando en vida y muerte, la joven busca el resguardo de la pared mientras su amo la envuelve en la melodía de su funeral –Mi creadora está lejos muy lejos de mi ni falta me hace ¿por qué habría de estar conmigo? Crees que será mi sire eterna? Ja, no confundas pequeña, ahora se buena y ven o quien terminará peor será esa joven, dulce y cálida presa que con ojos claros me mira, la llevarás en tu consciencia si no apareces- el sonido de las teclas graves rompen el silencio como el trueno que retumba en los cielos.
La mujer con mayor terror suplica a su amo por una pizca de piedad pero solo encuentra la frialdad de su dedo en la postura del silencio tomándola de los cabellos con la sonrisa para un deceso inminente.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Un corazón muerto, el corazón de un noble que ahora no es más que un vil asesino de los suyos. Que terrible la decadencia a la que puede llegar una mente. Mi voz trataba de llamarle, alejarle de todos los humanos que son inocentes y que temen la ira de aquel monstruo bebedor de sangre; ese que ya ha asesinado a muchos de sus conocidos, amigos y familiares. Era preferible que me siguiera a mi, a mi que podía defenderme de sus ataques. Mi sangre debía ser parte de ese llamado, que deseara aquel monarca beber cada gota de sangre de mi cuerpo.
El piano comenzaba a sonar. Que normal parecía ser todo eso que hacía, como si nunca en la vida aquel hombre hubiese enloquecido. Tocando como lo hacía se encontraba sano, casi cuerdo para quienes le oyeran pero sus palabras contrastaban con las notas.
– ¿No te hace falta? Yo creo que sí, aún no conoces mucho de ti mismo. Pobre vampiro que pronto cometerá alguna estupidez y será asesinado por inquisidores o cazadores, pobre monarca que dejara a un país sin gobernante – jugaba con mi suerte, no paraba de hacerlo y no pensaba detenerme en esos momentos.
Las cosas cambiaron nuevamente cuando amenazo con terminar con la vida de una mujer humana. Yo no era tan fuerte como para soportar la muerte de alguien y cargarla en mi consciencia, ya tenía demasiadas para mi gusto y no deseaba más. Mi andar cambia, se dirige entonces a donde se encuentra el ser aquel que busca destrucción y al entrar en donde esta el piano, la mujer esta en sus manos. El terror se apodera de ella y las palabras se convierten en suplica mientras que mi presencia es la única que quizás pueda salvarle.
– Así que no puedes conmigo y te debes conformar con ella – hablo desde la entrada a aquel saloncito donde se encuentra – Anda vampiro, pensé que querías un reto de verdad, no jugar con mortales comunes – que mi inapropiada intrusión, salvara las vidas humanas.
El piano comenzaba a sonar. Que normal parecía ser todo eso que hacía, como si nunca en la vida aquel hombre hubiese enloquecido. Tocando como lo hacía se encontraba sano, casi cuerdo para quienes le oyeran pero sus palabras contrastaban con las notas.
– ¿No te hace falta? Yo creo que sí, aún no conoces mucho de ti mismo. Pobre vampiro que pronto cometerá alguna estupidez y será asesinado por inquisidores o cazadores, pobre monarca que dejara a un país sin gobernante – jugaba con mi suerte, no paraba de hacerlo y no pensaba detenerme en esos momentos.
Las cosas cambiaron nuevamente cuando amenazo con terminar con la vida de una mujer humana. Yo no era tan fuerte como para soportar la muerte de alguien y cargarla en mi consciencia, ya tenía demasiadas para mi gusto y no deseaba más. Mi andar cambia, se dirige entonces a donde se encuentra el ser aquel que busca destrucción y al entrar en donde esta el piano, la mujer esta en sus manos. El terror se apodera de ella y las palabras se convierten en suplica mientras que mi presencia es la única que quizás pueda salvarle.
– Así que no puedes conmigo y te debes conformar con ella – hablo desde la entrada a aquel saloncito donde se encuentra – Anda vampiro, pensé que querías un reto de verdad, no jugar con mortales comunes – que mi inapropiada intrusión, salvara las vidas humanas.
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Una voz ahogada con la armonía de las notas muertas del piano forte, tan sencillo como si la melodía le hablará a su compositor que solo sonreía enajenado de aquellos regaños, no le interesaba escucharla ni siquiera verla cada uno de sus planteamientos le parecía tan común y banales como la vida humana que ahora solo lo alimenta y no le da lo que quiere, lo que perdió, la confianza en la humanidad.
En el centro del salón estaba aquella pareja, José Alfonso y la doncella cuyas lágrimas limpiaban aquel pecado –Tranquila tu redención llega, agradecele a la que habla de retos, porque no eres importante para ella- susurra a su rostro manchado con el terror de su finita vitta, la enfrente a la mujer que entra como si el hiciera algo malo ¿lo hace? Quizás, la mano diestra se posa en el cuello de la humana cortándole el aire junto a las uñas que se clavan en la piel para dejar salir pequeños caminos de sangre que mueren en el escote de la misma, sus colmillos altivos y grandes se muestran dispuestos acabar con la desdichada que no dejaba de suplicar rezos que no eran oídos ni lo serán –No te creas importante, eres como ella solo un mal recuerdo, un polvo que se acaba con solo tronar mis dedos, con solo clavar mis colmillos o algo como – los huesos tronantes de la cuarta y tercera cerviz se escuchan romperse junto al cuerpo femenino desplomarse y la sangre en los dedos de su asesino que lame sin remordimiento el resto de vida en él.
En un segundo está frente a la cambiapieles golpeándole en el estómago riéndose como si no hubiera cordura, porque no la hay, no en ese momento y lugar –Inquisidores, cazadores, vampiros, que vengan que vengan ya que salgan de sus escondites y den un buen espectáculo as u rey, porque eso soy, soy su rey, y el tuyo también te guste o no y estarás siempre en las sombras para servir a tu rey a la corte que tu amo te imponga, no tienes libertad- se burla acercándose sin arma, no las necesita pues tiene otras aún más letales que las físicas –vamos vamos, gata no me lo dejes tan fácil acabarte-
En el centro del salón estaba aquella pareja, José Alfonso y la doncella cuyas lágrimas limpiaban aquel pecado –Tranquila tu redención llega, agradecele a la que habla de retos, porque no eres importante para ella- susurra a su rostro manchado con el terror de su finita vitta, la enfrente a la mujer que entra como si el hiciera algo malo ¿lo hace? Quizás, la mano diestra se posa en el cuello de la humana cortándole el aire junto a las uñas que se clavan en la piel para dejar salir pequeños caminos de sangre que mueren en el escote de la misma, sus colmillos altivos y grandes se muestran dispuestos acabar con la desdichada que no dejaba de suplicar rezos que no eran oídos ni lo serán –No te creas importante, eres como ella solo un mal recuerdo, un polvo que se acaba con solo tronar mis dedos, con solo clavar mis colmillos o algo como – los huesos tronantes de la cuarta y tercera cerviz se escuchan romperse junto al cuerpo femenino desplomarse y la sangre en los dedos de su asesino que lame sin remordimiento el resto de vida en él.
En un segundo está frente a la cambiapieles golpeándole en el estómago riéndose como si no hubiera cordura, porque no la hay, no en ese momento y lugar –Inquisidores, cazadores, vampiros, que vengan que vengan ya que salgan de sus escondites y den un buen espectáculo as u rey, porque eso soy, soy su rey, y el tuyo también te guste o no y estarás siempre en las sombras para servir a tu rey a la corte que tu amo te imponga, no tienes libertad- se burla acercándose sin arma, no las necesita pues tiene otras aún más letales que las físicas –vamos vamos, gata no me lo dejes tan fácil acabarte-
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Existían errores que costaban vidas y buenas intenciones que también lo hacían. La felina no estaba del todo segura que estaba viviendo en esos momentos, una buena intención o un error, pero cualquiera que fuera parecía tener un único desenlace, la muerte. Por eso había tratado de escapar, de ampliar un poco su vida y llevar a termino los planes que tenía para ella, pues jamás en alguna de sus misiones, por más peligrosas que fueran había terminado acorralada, ni siquiera cuando se encontrara con el lobo de los bosques que le ataco hasta casi asesinarle. Pero esa ocasión había tenido la posibilidad de tratar de escapar, de encontrarse en un territorio mucho más favorable, para ella, no como ahora que prácticamente debía entregarse a aquel monstruo con tal de liberar a la presa que mostraba tan divertido.
La mirada de la cambiante se posaba sobre aquel recuerdo de hombre, tratando de buscar en él que de verdad liberaría a la mujer, pero se equivoco. Sus palabras no surtieron efecto alguno y el cuerpo de la doncella se desplomo en el suelo y Camila le miro con rabia. Arrancar vidas como si fueran nada, cuando hacía tan poco había sido uno de ellos. La locura cegaba de maneras increíbles y para muestra estaba ese rey maldito.
– No seré importante, pero igual y atraparme es lo que deseas – camino de un lado a otro, mostrando su cuerpo cual premio que puede ser alcanzado en un solo segundo – pero no puedes tenerlo. Tu no puedes tener todo lo que esperas y por eso debes conformarte con aquello que no es más que común – en un segundo y antes de que pueda alejarse recibe un golpe tal que el aire abandona sus pulmones, su cuerpo se dobla y es absolutamente incapaz de respirar. La fuerza y brutalidad de aquel neófito era tremenda, tanto que ella realmente era solo un juguete de su colección, uno que se espera a que se rompa en cualquier segundo para al siguiente poder reponerlo trayendo otro. Así era. Una vez que acabara con ella, seguiría con los demás seres en la mansión y después, quien sabe que haría. Nadie estaba seguro en aquel reinado – Tu… no eres… mi rey… – respondió con la voz tenue y se alejo algunos pasos de él, aun encorvada pero recuperándose lentamente.
Moverse era vivir, saber jugar sus cartas era esencial si planeaba abandonar aquel país y regresar a Francia.
La mirada de la cambiante se posaba sobre aquel recuerdo de hombre, tratando de buscar en él que de verdad liberaría a la mujer, pero se equivoco. Sus palabras no surtieron efecto alguno y el cuerpo de la doncella se desplomo en el suelo y Camila le miro con rabia. Arrancar vidas como si fueran nada, cuando hacía tan poco había sido uno de ellos. La locura cegaba de maneras increíbles y para muestra estaba ese rey maldito.
– No seré importante, pero igual y atraparme es lo que deseas – camino de un lado a otro, mostrando su cuerpo cual premio que puede ser alcanzado en un solo segundo – pero no puedes tenerlo. Tu no puedes tener todo lo que esperas y por eso debes conformarte con aquello que no es más que común – en un segundo y antes de que pueda alejarse recibe un golpe tal que el aire abandona sus pulmones, su cuerpo se dobla y es absolutamente incapaz de respirar. La fuerza y brutalidad de aquel neófito era tremenda, tanto que ella realmente era solo un juguete de su colección, uno que se espera a que se rompa en cualquier segundo para al siguiente poder reponerlo trayendo otro. Así era. Una vez que acabara con ella, seguiría con los demás seres en la mansión y después, quien sabe que haría. Nadie estaba seguro en aquel reinado – Tu… no eres… mi rey… – respondió con la voz tenue y se alejo algunos pasos de él, aun encorvada pero recuperándose lentamente.
Moverse era vivir, saber jugar sus cartas era esencial si planeaba abandonar aquel país y regresar a Francia.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
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Re: The Birth Of The Demon Lion [Privado Camila]
Una risa retumbó por las paredes de aquel lugar que ante los ojos de la cambiante el dueño de dicho estruendo desapreció ¿Qué buscaba él? ¿Matarla? Quizás, o a lo mejor no, quizás solo buscaba un trofeo, sea lo que sea que ocurría por aquella mente no se tenía claro hasta que la mujer lo dejó cristalino. La voz de ella le había llevado a esas épocas de felicidad, ella había tocado su humanidad aun tras esos ojos rojos que cargados de furia estaban. El verla retorcerse de dolor le provoco una extraña sensación de deseo, un nuevo anhelo ha descubierto. Entre sus manos las mejillas de la rubia se amoldaban a sus dedos que se hundían en la carne suave, esos labios junto a los ojos que le observaban con enojo.
-Soy tu rey, siempre lo seré y más ahora que hasta la eternidad quedaré- suelta con desprecio aquel rostro dándose la vuelta alejándose de la cambiante -puedes irte, tú tienes lo común y no me interesas en lo absoluto tú has dejado de ser alguien importante n eres más otra cambiante, un poco corriente para mi gusto, mejores hay en esta vida quizás pase de cacería una noche para tener a los mejores especímenes.- se burla de la mujer con un deje acercándose a donde estaba el cadáver de la doncella tirando de la mano de esta -Si te vieras, te darías cuenta de la verdad, pero es mucho pedirlo a seres como tú, los que están aquí vivos y muertos son más especiales que tú, pero no lo entiendes verdad. Entonces márchate y no vuelvas si te veo arrancaré tu cabeza de tu cuerpo para exhibirla en una pica en el sótano.- solo se puede oír los pasos del monarca alejándose del lugar. Llevandose entre sus manos aquel cuerpo sin vida con el rastro de sangre en el suelo junto a los huesos tronando.
Nuevos gritos se oyen uno a uno se van apagando. José Alfonso de Castilla ha culminado con su mayor obra, el decorar su nuevo hogar de los tonos que más disfruta. Su nueva morada de horror y maldad eso era el Castillo Negro, bajo la lluvia de sangre con rayos de muerte.
-Soy tu rey, siempre lo seré y más ahora que hasta la eternidad quedaré- suelta con desprecio aquel rostro dándose la vuelta alejándose de la cambiante -puedes irte, tú tienes lo común y no me interesas en lo absoluto tú has dejado de ser alguien importante n eres más otra cambiante, un poco corriente para mi gusto, mejores hay en esta vida quizás pase de cacería una noche para tener a los mejores especímenes.- se burla de la mujer con un deje acercándose a donde estaba el cadáver de la doncella tirando de la mano de esta -Si te vieras, te darías cuenta de la verdad, pero es mucho pedirlo a seres como tú, los que están aquí vivos y muertos son más especiales que tú, pero no lo entiendes verdad. Entonces márchate y no vuelvas si te veo arrancaré tu cabeza de tu cuerpo para exhibirla en una pica en el sótano.- solo se puede oír los pasos del monarca alejándose del lugar. Llevandose entre sus manos aquel cuerpo sin vida con el rastro de sangre en el suelo junto a los huesos tronando.
Nuevos gritos se oyen uno a uno se van apagando. José Alfonso de Castilla ha culminado con su mayor obra, el decorar su nuevo hogar de los tonos que más disfruta. Su nueva morada de horror y maldad eso era el Castillo Negro, bajo la lluvia de sangre con rayos de muerte.
José Alfonso De Castilla- Vampiro/Realeza
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