Jugando para olvidar (Anuar & Soren)

Recuerdo del primer mensaje :

Soren había golpeado la puerta de la galería de Anuar un par de veces y mientras esperaba a que el chico abriera (si es que estaba en casa), lo ocurrido en la reunión de profesores llegó a su mente lividamente.

- Y así es como se dividirán las clases para el resto del semestre - Había concluido el decano de la facultad de artes y humanidades, un hombre calvo y regordete. Soren había anotado los nuevos horarios en su cuaderno viejo de apuntes, para esa semana se esperaban los nuevos alumnos y comenzaría así un nuevo ciclo en las clases que impartía. Se levantó y cuando estaba saliendo del salón, uno de los directores se acercó a él y lo detuvo.

- Profesor Kaarkarogf - Comenzó el hombre - Hemos... recibido algunas quejas... del cuerpo estudiantil sobre sus clases - Soren tragó saliva y apretó el cuaderno de apuntes y los libros - Algunos alumnos han firmado una solicitud para que se les sea cambiado el profesor, los detalles están aquí - Explicó pasándole un sobre cerrado con el sello y escudo de la Universidad. - Mañana el decano tendrá una reunión con usted en privado -

Dejó escapar un largo suspiro intentando no pensar en que demonios contenía el sobre, que por cierto estaba en su maletín de cuero junto al cuaderno de notas y un par de libros y pinceles manchados. Ahora debía enfocarse en lo que le habia prometido al chico que harían esa noche. Le llevaría al Luna Park y tendrían una segunda cita. Le gustaba como sonaba eso de cita y aunque se sentía igual de nervioso que la primera vez, la perspectiva de pasar un buen rato tonteando con Anuar era justamente lo que necesitaba para no pensar en sus problemas en la universidad.

Esta vez no iba tan bien vestido como en el circo, porque había ido a la universidad primero y siempre que iba a trabajar, se ponía cualquier cosa, apenas calló en cuenta de que su apariencia no era la mejor y comenzó a repararse y a sacudirse el pantalón añejo y entonces notó que llevaba una media verde y otra negra. Mierda... Con suerte Anuar no lo notaría.

Le había sorprendido, aunque el chico no lo aceptase con palabras o hubiese dejado escapar un grito, lo sabía por la velocidad de sus latidos y su presión sanguinea. Quizo reír, pero la voz de Anuar le hizo desistir de la idea, de hecho lo sorprendió bastante, le dejó sin habla. Cuando le había dicho que era suyo, lo dijo como parte de la broma, del juego, porque con Anuar descubría que le gustaba jugar. Sin embargo las palabras de Anuar habían sido tan... francas.

Que sintió escalofríos recorriéndole por todo el cuerpo. No sabía a que debía prestarle atención, si a la curiosidad que le producía o a la.. excitación. Porque escucharle decir eso, era increiblemente sexy.

Déja ya, últimamente todo en Anuar te parece erótico.


Le gustaba la idea de sentirse propiedad de alguien. Era irónico e iba en contra de todos los principios filosoficos y en contra de todo lo que había leido alguna vez en su vida, pero le gustaba pensar que podría ser de Anuar. Como un objeto, como una mera cosa que utilizase a su antojo. Dios, debía dejar de pensar en esas cosas o pasaría la venrguenza de tener que disimular el bulto en sus pantalones.

- Para darte un susto - Respondió con voz jugetona, abrazándole por la cintura - Me gusta jugar... - Dejó la palabra al aire y tomó sus labios en otro beso, lo profundisó casi inmediatamente, ¡nunca se cansaría de esos labios!.

No respondió a su primera aseveración un susto, el dia que realmente se asustase le veria como el frágil y débil humano que era, lo sabia porque lo habia experimentado ya con Nora en el cementerio, huyendo del enorme can…habia sentido el miedo un miedo que le habia paralizado y que habia convertido en valentía para poder salir con vida mas aquello no quitaba el hecho de que aquella noche…que noche habia sido vulnerable y no deseaba que Soren le viese asi no era alguien a quien debía cuidar en todo momento o un inútil que no podia hacer nada por cuenta propia.

Viro su rostro hacia el sonriendo de medio lado, pensando en contestar cuando sus labios se lo impidieron, cerro los parpados regresándole en beso con efusividad, colocando una de sus manos sobre la nuca de Soren, entrelazando sus dedos con el cabello del vampiro, acariciándole tiernamente -¿a si?- le cuestiono despegando sus labios mas logrando rozarlos al hablar -¿Qué clase de juegos?- la incógnita escapo de sus labios sin pensarlo, su mente comenzó a trabajar…tenia una idea de cual podia ser su sorpresa –podemos ir a jugar a reventar globos con los dardos- crispo los labios de medio lado suponiendo que no eran aquellos juegos a los que se refería aunque podrían también serlo, muchas ocasiones habia interpretado lo que Soren decía de manera errónea.

Se recargo completamente en el observando el cielo raso seguramente serian las personas que mas habían tardado en terminar el recorrido y podría tardarse tanto cuanto durase el parque abierto aunque suponía que debían ir a las demás atracciones, la verdad era que no quería salir, salir y tener que fingir que eran…¿amigos?¿familia? o alguna clase de aquellas, se preguntaba cuantas personas se reprimían a si mismas por pretender encajar en la sociedad, el conservacionismo estaba aun demasiado ligado a las personas.

-¿a si? ¿Qué clase de juegos?-

¿Era en serio inocente o sólo fingía? Más bien comenzaba a creer que lo hacía aproposito para provocarle, Anuar no tenía ni idea de que tipo de cosas despertaba en él, cosas que ni el mismo sabía que estaban allí, pero luego de haber experimentado con él, en su cuarto, haberle visto de esa manera tan entregada al placer, había descubierto las muchas otras cosas que el chico le provocaba.

-... Mucha...clase de juegos... - Murmuró avergonzado de sus propios pensamientos. Porque hasta hacía unas semanas sólo sentía deseo de besarle, pero ahora, ese deseo había ido mucho más allá y la inocencia con la que a veces actuaba, no ayudaba para nada.

- ¿Globos? - Exclamó confuso al comienzo porque no era eso precisamente lo que tenía en mente, entonces su mente volvió al lugar en donde estaban, ¡Ah si! el parque de diversiones. Se había olvidado de todo a su alrededor. Se suponía que habían ido a divertirse con las atracciones, no a quedarse metidos en la oscuridad de la vieja casa del terror toda la noche - ¡Lo había olvidado por completo! - Exclamó tomándole de la mano y guiándole hacía la salida del lugar.

Faltaba muy poco para terminarla a decir verdad y se temía que en vista de que no habían salido, alguien fuera en su búsqueda, no quería tentar a la suerte y ser encontrado en una comprometedora situación con el chico. Caminó rápidamente, abriéndose paso entre las decoraciones tenebrosas, arañas de cartón colgaban del techo con falsas telarañas, así como murciélados bastante bien pintados, pegados en las paredes.

- Me hace gracia ser parte de este folclor de ultratumba... - Comentó cuando ya llegaban a la salida que les bañaba con la luz de la luna y varios candelabros dispuestos para que la gente no fuera a tropesarse - Ser parte de un mito urbano... es simpático, porque los humanos imaginan que vivimos en tenebrosos castillos llenos de murciélagos y arañas... y no voy a negarte que en mi casa hay una familia de arañitas en la esquina de la ventana de mi habitación... - Se quedó pensando unos segundos - Inclusive les he puesto hombre, la grande se llama Carmenza - Dejó escapar un suspiro y volvió el rostro hacía Anuar - En fin, ¡vamos por los globos! -

¿lo habia olvidado? Sonrio de medio lado negando con tranquilidad ademas de torpe al parecer era bastante descuidado, el mismo no habia olvidado donde estaban quería hacerlo para poder quedarse en aquella casona tanto tiempo cuanto quisiesen pero sabia que debían salir mas temprano que tarde, se cuestionaba a si mismo si tenían algun hombre que fuese a buscar a quienes no salian después de un largo rato aunque suponía que no eran la única persona que aprovechaban de la obscuridad para hacer lo que en público no podían.

Siguio andando acercándose cada vez mas a la salida del lugar algo en el le incitaba a quedarse dentro, a no salir a recibir miradas ajenas cuchicheos a sus espaldas, adjetivos denigrantes, observo por ultima vez los decorativos, la casa realmente lucia mas vieja de lo que era y se notaba que cuidaban con minuciosidad cada detalle para darle aquel toque realista que a las personas tanto les gustaba a muchos humanos les gustaba asustarse, sentir la adrenalina correr por sus venas el corazón bombeándoles como un fuerte tamboriteo.

Volteo a ver a Soren con detenimiento, percatándose de cómo la luz platinada le bañaba dándole un halo inusual, como si la luna se acoplase a el realizando la belleza que pudiese poseer, se quedo observando aquellos profundos ojos escuchando, el bien sabia que lucia mejor bajo la luz del sol mas aquello era algo que el vampiro jamás podría asegurar o no.

Enarco una ceja riendo por lo bajo –las arañas no son agradables...aunque quiza Carmenza lo sea- aseguro recordando aquellas pesadillas cuando niño ciertamente ningun animal le gustaba o hacia sentir algo parecido a cariño…quizá uno pero tenia demasiado poco de conocerle como para atreverse a asegurar aquello –si…no se hablan principalmente verdades de ustedes y te lo digo yo…toda mi infancia estuve rodeando de historias referente a ustedes…- aseguro encogiéndose de hombros mas no habia sido sino hasta que le habia conocido que comenzo a creer en ellos.

Antes de salir le beso rápidamente soltándole para salir cada cual su lado iban juntos si pero no debía verse que iban como en pareja sino como en familia –vamos- murmuro finalmente saliendo con tranquilidad,avanzando algunos pasos mientras observaba su alrededor, no tenia ni lamas remota idea de donde quedaba cada cosa.

- ¡Claro que Carmenza es una buena araña! - Exclama Soren una vez estuvieron fuera y comenzaban a caminar por el suelo pedregoso, algunas personas corrían por allí y por allá, especialmente los niños, se veían parejas por doquier y ancianos con su lento caminar, disfrutando de los últimos momentos algres de sus vidas - Se dedica a tejer su telaraña todo el día y caza mosquitos para sus hijas - Comenta como si hablar de bichos de esa manera fuera algo normal - Todos los animales son buenos, no destruyen el lugar donde viven y coexisten en equilibrio los unos con los otros... sin embargo los humanos, con el poder de razocinio, con la facultad para discernir... y aún así -

Menea la cabeza haciendo un gesto de hastio con los labios, le toma de la mano entrelazándo los dedos para guiarle y de repente parece percatarse de lo que acaba de hacer, pero cuando se ponía a hablar, se olvidaba de las cosas, lo suelta inmediatamente como si hubiera metido la mano en agua caliente y se sonroja intensamente. ¡Soy un idiota! se recrimina. Carraspea un poco y disimula su bochorno abanicandose con la mano la cara.

- Eh... ¿Y que historias son esas? - Le pregunta al fin, girando a la izquierda pues a lo lejos se veía un tumulto de gente al rededor de pequeñas excibiciones - ¿Que cosas han cambiado de esas historias luego de conocerme? - Agrega apurando el paso hacía el lugar. Sentía curiosidad por lo que pensaba Anuar antes de conocerlo y la idea que tendría ahora de las creaturas como él.

Sabía que no podía representar a todos los vampiros, pero realmente le daba curiosidad pensar en la imagen que tendría Anuar de los de su clase, gracias a su comportamiento.

Rio por lo bajo encogiéndose de hombros –no la conozco pero si lo dices debe ser porque asi es- aseguro con tranquilidad andando observando asi su alrededor aquel pintoresco lugar le recordaba un tanto al circo, con la carpa de colores y los hombres con trajes exuberantes, claro estaba con la ausencia de aquel hombre que les habia llamado maricones…seguramente lo habia dicho por su falta de seguridad o su latente homosexualidad…aveces la gente se esmeraba en negar lo que eran señalando a los ajenos por los mismos motivos era fácil asi despistar a las personas.

-eso mismo es lo que nos hace cometer los errores…ademas de las ansias de regir sobre los demás- se encogió de hombros no queriendo profundizar el tema era de esas personas que exponía su punto de vista y escuchaba si mas no cambiaba de parecer difícil era aquel aquello y un gran pensador y orador debía ser la otra persona para lograr convencerle que lo que decía no era del todo correcto sino que erradamente y aun asi de forma aceptable habia decidido abrir la boca.

Miro por el rabillo del ojos su mano no comprendía aquel gesto era el quien no debería querer que los viesen juntos, era el quien debía cuidar lo que las personas dijesen de el, no el pelirojo no a quien le daba lo mismo que dijesen o como le mirasen o el a quien sus opiniones no podían afectarle en lo mas minimo bastante acostumbrado estaba ya a las criticas negativas.

-unas que me contaba mi tia…de niño creía que era solo para asustarnos ¿te lo dije antes?- se cuestiono a si mismo –Bran es un lugar donde todo mundo sabe de esas cosas-le explico suponiendo que el bien sabia aquello –todo- le indico tranquilamente andando hacia donde el gentío revoloteaba cual abejas a la miel, el zumbido de los animalillos era suplido por el barbullo de las personas aunque causaba el mismo efecto en sus oídos –no eres nada de lo que ella dijo que eran…ni tampoco dijo que uno podia llegar a anhelar a un v…tu sabes- le indico no suponiendo que fuese buena idea decirlo en voz alta.

- Debe ser extraño crecer con todas esas historias en tu cabeza y de repente darte cuenta de que somos reales y ¿Sabes algo? No somos muy diferentes de los humanos al fin de cuentas... desgraciadamente en las cosas malas - Comenta observando lo que hace la gente con curiosidad, habían pequeñas tiendas y en cada una habían juegos distintos, uno de ellos se trataba de disparar con unas escopetas, varios objetivos que se movían al fondo para sacar un premio, más allá vio los dichosos globos que habia mencionado Anuar - Supongo que no soy un buen ejemplo de vampiro - Agrega al fin alzándose de hombros, entonces nota la frase inconclusa de Anuar.

- ¿No se podía anhelar que? - Exclamó curioso, aunque haciéndose vagamente a la idea de lo que decía Anuar. Se quedó pensandolo unos momentos y entonces la idea llegó a su mente golpeándolo inesperadamente.

¿Conocía Anuar a otros vampiros? Nunca se lo había preguntado, a decir verdad conocía tan poco de la vida del humano. No sabía si tenía contacto con otros seres de su misma calaña y una inmensa preocupación lo embargó, más allá del deseo primario de los celos, y miedo a creer que otro vampiro pudiera interesarse en él y 'robárselo', realmente se preocupó por el destino que pudiera aguardarle si tenía contactos con gente peligrosa como él.

- Espera un momento... ¿Conoces a otros como yo? - Exclama entre intrigado y preocupado - ¿Has tratado con alguno de ellos? -

Nego –fui inusual en un principio pero supongo que saber de ello mas ayudo a comprenderlo mejor…- aseguro tranquilamente porque una persona que nada sabia de ellos seguramente se sentiría temerosa, y les aberraría por ser diferente o les daría alguna clase de culto enfermizo, suponía que habia personar de todo tipo asi como vampiros aunque frente a el tenia al único que le importaba realmente –quiza…pero asi estas bien- le indico crispando los labios y alzando la mirada para ver por encima de las cabezas de las personas al ser un joven unos centímetros mas alto de lo usual.

-que no ser podia llegar a querer a un vampiro-le indico en voz baja desviando la mirada como un niño que acababa de confesar una verdad tan absoluta como que confesaba su primer amor…en suave rubor recubrió sus mejillas obligándole a soplar aire de sus labios hacia arriba, moviéndose su flequillo como si el mismo viento lo agitase –pero también decía que se llevaban a las mujeres mas bellas que iban sin compañía por las noches…decía muchas cosas tantas que me parecían mentiras- le indico pensando y algunas debían serlo.

-a Erkki…- le dijo negando –conoci a una…pero no tienes que preocuparte- se habia topado con ella de camino a la galería y no negaba habia sido un encuentro extraño la falta de espacio personal le habia obligado a dejar de lado su educación –no la e vuelto a ver- aseguro encogiéndose de hombros no planeaba conocer a muchos como el tenia bien claro que seguramente alguno de ellos no se tocaria el corazón para no morderle –Soren…¿mi sangre es apetecible es decir…para otros lo seria?- le cuestiono apenado.

Habían cientos de historias sobre vampiros y hombres lobos a lo largo de la historia y cada civilación tenía sus propias leyendas y mitos, algunas eran tan increibles y absurdas que sólo le provocaban risa. A Soren le gustaba leer sobre ellas, encontraba los libros de historia sumamente adictivos, aunque prefiriera la literatura clásica, como las novelas o la poesía. Era bueno estar informado de las cosas que acontecían en el mundo humano ¿Que sentido tendria ser inmortal si no podia reflexionar en torno a los cambios de la humanidad?

Sintió algo explotando en su interior, como si se hubiera tragado una carga de dinamita. Tuvo el impulso de abrazarle y besarle una vez más por esas palabras, porque a pesar de que llevaban poco tiempo, había aprendido a entender las indirectas del humano y sabía que eso era un 'te quiero', pero no podía, no quería arriesgar la velada por unos segundos de efusividad.

- Dentro de los vampiros también hay leyendas - Comienzó a decir, acercándose un poco más para quedar más intimamente y que la conversación no fuera escuchada accidentalmente por alguien - Se dice que es imposible... llegar a querer a un humano - Explicó y agregó - Sólo es posible desearles... -

Escuchó lo que narraba el chico hablando sobre los otros vampiros que conocía, recordó a Erkki y su inexplicable actitud, no había tenido tiempo de hablar con él sobre el asunto, prácticamente había desaparecido luego de eso, pero estaba acostumbrado, Erkki iba y venía de su vida, así era la relación que tenían y eso permitía a Soren disfrutar de su soledad, por eso nunca se quejaba. Ya tendría que hablar con él la próxima vez que se vieran. No quería que otro malentendido sucediera con el chico y su mentor.

- Si... - Aceptó un poco avergonzado con el tema, porque recordar lo que le producía la sangre de Anuar era bochornoso, se acercó un poco más y le susurró al oído - Es porque eres virgen... la sangre sabe distinto cuando una persona es pura... en ese sentido - Le explicó sintiéndose bastante incómodo - No se compara con ninguna otra... es más adictiva y no se como explicarlo... es algo que se siente... -

Le volteo a ver con una curiosidad ajena a el, ladeo el rostro unos centímetros un gesto que se comenzaba a hacer costumbre y una muy mala según su parecer, le hacia lucir como un niño torpe desentendido y no tenia ni la edad ni el rostro para seguir luciendo de esa manera, recordaba aun cuando su voz habia comenzando a cambiar como su hermana se burlaba de las palabras agudas que se le escapaban sin asi desearlo pero ahora tenia una voz grave aunque suave, no áspera sino fluvial, llevadera como el rio que corre.

Enmarco una ceja torciendo los labios y frunciendo seguidamente el entrecejo aquello no le habia agradado pero habia dicho que era una leyenda las leyendas podían ser o no ser y las personas podían decidir creer o no creer -¿y tu que piensas…que se puede o que no?- le cuestiono desviando la mirada al suelo, algunas piedras sueltas iban de aquí a alla por entre los pies de las personas que sin reparar en ellas terminaban pateándolas alejándolas de donde debían estar.

-ya veo- murmuro pensando en ello no habia llegado a imaginarse que su decisión de aguardar fuese a percutir de alguna otra manera no sobre todo en personas ajenas a el aunque ahora debía suponer, que debía andarse con cuidado de conocer a algun otro vampiro no fiarse de que fuese a ser como Soren porque si uno de ellos pretendía beber de el, no tenia la fuerza ni la rapidez para emprender la huida.

En algun momento tendría entonces que decidir entre la satisfacción carnal y la de la sangre…¿Qué? Sus mejillas tomaron una tonalidad carmín bastante impropia sobre todo porque no tenia a ruborizarse por pensamientos pero aquel habia sido indecoroso –entonces tendre cuidado- murmuro sintiendo el calor que su rostro irradiaba aunque no suponía que muchos otros vampiros se fuesen a sentir tentados por su sangre a fin de cuentas no dejaba de ser un humano mas en ese basto mundo repleto por ellos y tampoco debía ser el único virgen ni mucho menos.

- Hasta hace más o menos un mes... - Comenzó a decir ante la pregunta del chico - Creía que no era buena idea crear lazos afectivos con humanos... verás, para nosotros, los sentimientos y las sensaciones se perciben de una forma distinta, la sangre se manifiesta de diversas maneras en los vampiros, pero por lo general, les vuelve insensibles e incapaces de amar - Le explica llevándose las manos a los bolsillos - Muchos vampiros se quedan... atados a la personalidad que tenían cuando mortales, pero sin la compasión y mucho más despiadados, no entienden de moralidad o ética y creen que su inmortalidad les hace superiores, es por eso que, querer a un humano, es sólo un mito urbano para nosotros -

Se quedó unos segundos en silencio, reflexionando sobre lo que acababa de decir. Él mismo había sido despiadado, había asesinado a muchas personas a lo largo de su existencia, habían muchas cosas oscuras en su pasado que Anuar desconocía, pero quería creer que podía controlar su vida y escapar del estereotipo, para vivir una vida propia, construida con sus desiciones.

- Quiero creer que... tengo el control de mi existencia - Continuó luego de la pausa - Que puedo forjar mi propio destino, más allá del estereotipo vampírico... quiero creer que... puedo estar contigo - Comentó bajando la mirada al suelo, intentando esconder el nuevo sonrojo - Haz entrado en mi mundo por alguna razón... -

Se quedó otro rato más en silencio, pensando en lo peligroso que sería si Anuar conocía a otros vampiros. A muchos no les importaba controlarse, muchos de ellos no tenían ningún respeto por la vida de ninguna forma y sólo querían llevar a cabo su voluntad, el olor de la sangre de Anuar era demasiado embriagador y sin ningún sentimiento de por medio, otro vampiro o vampireza, no dudaría en drenarlo hasta la última gota.

- Debes tener cuidado... resultarías completamente irresestible para otros y no dudarían ni un segundo en morderte - Comentó susurrándole al oido - Para mi también resultas irresistible... -

Escuchaba mas no comprendía y eso solo le hacia ofuscare, comprender habia sido siempre su manera de defenderse se mantenía tranquilo cuando sabia lo que sucedida mas cuando no una sensación de incertidumbre le acariciaba el interior del estomago haciendo segui cuestionando mas con Soren era diferente su curiosidad no iba por delante sino el daño que pudiese hacerle si seguía hurgando era entonces que prefería quedarse callado con la intriga.

-¿Cómo si no? Que burdo pensar que todo esta escrito ¿entonces para que se vive?- le cuestiono pensando observando el suelo con extraña fijeza como si en el se encontrase las respuestas a las cuestiones que fugaces comenzaban a llenarle la mente de incógnitas que nadie lograría resolverle. Sintio un vuelco en el interior, como si le hubiesen puesto de cabeza y zarandeado por largas horas, hasta que nada estaba en su lugar por un segundo le pareció que habia dejado de respirar como si fuese posible olvidarse de aquello –mientras lo desees nada es imposible- murmuro relamiendo sus labios, quería abrazarlo y estrecharlo contra el, tomar por suyos aquellos labios que conocía ya tan bien y a los cuales mas sin embargo ansiaba probar una y otra vez.

-lo tendre…- aseguro en voz baja aunque bien sabia que no dejaría de hacer nada a lo que estaba acostumbrado por intentar evitarles ¿y si se llegaba a topar con uno?¿que debía hacer? Porque no habia forma de saber cuando o donde se encontraría con alguno de aquellos o si llegaría a hacerlo algun dia…o noche ciertamente –pero has demostrado que puedes controlarte- murmuro desviando la mirada para contener el impulso de virar el rostro y besarlo.

-yo no se porque sucede eso..pense que mi sangre tendría un sabor amargo- le confeso arrugando el puente de la nariz como si pudiera sentir el sabor en su paladar, se encogió de hombros abriéndose paso entre las personas -¿a cual quieres ir?-le cuestiono curioso de los colores y formas que les rodeaban.

Lo que había dicho Anuar le dejó pensativo. ¿Para que vivir una vida si el destino ya estaba escrito? Muchas personas supersticiosas tenian ideas sobre el destino y el pecado, se señían a estas ideas para modificar su vida al extremo de no arriesgarse a hacer nada diferente a lo que se suponía debían hacer. Una prueba de ello era la realeza, siguiendo las tradiciones ancestrales que les eran impuestas por los siglos.

–mientras lo desees nada es imposible-

Que bonito sonaba eso. El optimismo y los sueños trasparentes que sólo un humano podía tener. El entusiasmo de daba la vida misma. Soren había perdido esas espectativas hacía mucho tiempo, su nueva condición le hacía ver la realidad de una manera distinta y el paso de los años habían afianzado su caracter, pero escuchándo a ese chico de excasos veinti-tantos años, hablar de esa manera, le hacía sentir que, él también podría darse la oportunidad de descubrir nuevos horizontes, sin importar lo establecido.

- Para ti tu sangre puede parecer amarga y probablemente no podrás diferenciarla de alguna otra, pero para nosotros es completamente distinto - Explicó cuando el chico habló una vez más - Es algo difícil de explicar pero... ya has visto como... me pones... - Murmura esta vez realmente avergonzado al recordar toda la exitación que el chico le hacía sentir con tan poco contacto... bastaba sólo un poco de su sangre, de su piel y perdía el control que llevaba perfeccionando por tanto tiempo.

- Acercaos Monsieurs ¿Quereis provar suerte con el tiro al blanco? ¡Os espertan grandes premios! - Exclamó de pronto la voz de un hombre, interrumpiéndole, se giró y observó a un señor regordete con una mujer muy atractiva a su lado, haciéndole promoción al juego, tenían varios blancos moviéndose en el fondo de la tienda, algunos eran patos de cartón y otros pelotas, varias personas se acercaban curiosas y probaban suerte con los rifles.

- ¿Que tal eres disparando? - Le preguntó a Anuar acercándose a la tienda con una expresión jugetona otra vez. - ¡Mi primo y yo vamos a intentar! - Exclamó en dirección al hombre, levantando el brazo para hacerse notar.

Antes de que pudiese decir nada o dar una negativa el hombre habia colocado el rifle sobre sus manos nunca antes habia sujetado un arma y nunca antes habia disparado una –p-pero…-mascullo suspirando ampliamente apuntando a los patos al fondo que se movían de un lado a otro, apretó el gatillo y erro por una distancia considerable, entrecerró los parpados –no no aguarda- le pidio apuntando nuevamente. Anuar era de aquellas personas que no podían dejar las cosas hasta no hacerlas bien siempre y cuando en realidad desease hacerlo bien y era también de aquellas a las que nada parecía serles realmente difícil porque todo parecía fluir naturalmente de el era un gran alumno que habia aprendido a ser su propio maestro.

Observo los movimientos de los patos y las pelotas al fondo unos instantes antes de cernir su dedo contra el gatillo y permitir asi que la municion saliera disparada aunque no era una bala ni ningun parecido, el objeto no identificado golpeo la cabeza del animal dibujado obligándole a hacerse hacia atrás desapareciendo de la vista, sus ojos se abrieron y una sonrisa crispo sus labios de hito en hito mientras se volteaba a ver a Soren entusiasmado no intentando pavonearse de su logro sino muy por el contrario luciendo realmente emocionado o algo que aparentaba aquello pues en un rostro sosegado era difícil identificar con claridad cada gesto.

-¿quieres intentar?- le cuestiono a Soren extendiendo la mano con el diminuto rifle hacia el suponía que para Soren aquello seria pan comido, con esa rapidez vampirica y reflejos inhumanos no debías suponer demasiado esfuerzo intentar darle a un monton de dibujo en movimiento con diminutos balines de quien sabie cual material suponía que eran de hule o metal…aunque de ser de metal podrían ser bastante dolorosas si golpeaban a alguien con ellas.

-vamos gana algo para tia Martha- sonrio de medio lado y aquello se debia al hecho de haber dicho que eran primos, era el modo mas simple de pasar desapercibidos de lo contrario muy posiblemente les verian mal aunque si suponian que eran familia...nadie pensaria mal de dos primos.

Anuar falló el primer tiro fácilmente, parecía no tener idea de como cojer el rifle, Soren se preguntó si habría intentado aquello antes. Era común para los hombres manejar algún arma en esos días. con tantas guerras civiles e invaciones de ejercitos vecinos, muchos padres enseñaban a sus hijos a defenderse, o en su defecto aprendían a manejar el rifle cuando salían a cazar venados o conejos en los bosques. Pero el chico parecía no haber quemado esa etapa de conexión paterna, aunque a la segunda vez se concentró por unos momentos y logró darle a uno de los patos. Notó la felicidad en su rostro cuando había logrado darle a un pato, el hombre le aplaudió avidamente y les alentó a seguir jugando.

- ¿Para la tía Martha? ¿Esa gorda insoportable? No, claro que no, ganaré un premio para mi adorable novia - Exclamó con una risita.

Soren tomó el rifle, hacía mucho tiempo que no cogía una arma de fuego, la sostuvo unos instantes reparándola con curiosidad, cerrando un ojo para mirár por el gatillo, midiéndo su peso y contextura. Habían pasado 50 años desde que había trabajado para el Sherif vampirico de Estocolmo, por aquellos días, no salía de casa sin como mínimo tener un espada, dos cuchillos y dos revoleres dentro del gabán. Aquellas eran noches de tensión y adrenalina pura, también noches de entrenamiento agotador.

Cargó el arma rápidamente con la habilidad propia de un experto y disparó. Falló el blanco por varios centímetros a proposito, no le gustaba presumir, además debía actuar como humano y tendría que ser un soldado experto para hacer el set completo sin fallar - Ups - Exclamó fingidamente y volvió a disparar, esta vez dio en el blanco perfectamente, los demás patos siguieron moviéndose y volvió a disparar dándole al siguiente con presición. Al cabo de unos minutos había golpeado todos los blancos exitosamente, la gente que había estado mirando al rededor de ellos comenzó a soltar ovaciones y a aplaudir.

- Excelente puntería Monsieurs - Exclamó el hombre quien no parecía muy contento de que le hubieran ganado a la casa tan fácilmente, tomó el rifle, lo colocó junto a los demás y les mostró una estantería que contenía diversas muñecas vestidas con diminutos vestidos de encaje, como distinguidas damas de la sociedad, habían también diabolos de metal, trompos de madera y yo-yos de colores, pero a Soren le llamó la atención una colección de figuritas de animales de circo, habían elefantes blancos, tigres y focas.

- Quiero ese - Dijo señalando la caja con las figurillas, el hombre se la alcanzó y la depositó en sus manos - Gracias - Agregó sin mirar al hombre, con sus ojos fijos en el contenido del circo en miniatura. Otras personas les hicieron a un lado, acercándose al frente para poder participar y pronto quedaron a un lado de la tienda, la gloria de su victoria esfumándose en cuestión de minutos.

- Valla... nunca pensé que empuñaría un arma para otra cosa que no fuera matar - Murmura ensimismado - Mira que bonito... ¡tiene ganzitos! -

(( Lo que ganó Soren http://www.westporthistory.org/wordpress/wp-content/gallery/yesterdays-toys/shadowbox-2.jpg

Observo con suma atención los movimientos de Soren y como errando el primer disparo habia atinado el resto de ellos, se sorprendió enormente abriendo los parpados un apice mas de lo usual, habia tantas cosas que no sabia de el y era en momentos como aquel que se percataba de ello ¿Dónde, cuando y porque habia aprendido a disparar de aquella manera? ¿era acaso que antes cazaba animales?¿o cazaba personas?¿cuando habia sido aquello? Las preguntas le sofocaron obligándole a cerrar los parpados “no te agobies” pensó tranquilizándose ya tendría tiempo de contarle tanto cuanto quisiese y tendría tiempo el, de explicarle su vida aquella que celosa habia mantenido callada los últimos años.

-si que lindo- murmuro sonriendo de medio lado observando la caja aquella con tapa transparente que permitía asi ver a los ojos ajenos lo que en su interior se resguardaba algunos animalillos en escala de los reales, gansos como los que habían visto en el circo eran animales que casi parecían ser inteligente y seguir al hombre por mente propia aunque bien sabia que repetían un patrón de movimientos que les habían enseñado a base de lecciones y premios, si lo hacían bien recibían algo bueno si lo hacían mal…no estaba seguro de que sucedia entonces suponía que nada bueno.

-¿Dónde aprendiste a disparar asi?- le cuestiono curioso desviando la mirada para no atosigarle con ella la gente revoloteaba en diversos juegos y exhibiciones, en una plataforma centímetros arriba del suelo yacía un señor con ayudantes haciendo lo que aparentaba ser magia, volvia una flor de papel en una verdadera, cambiaba de color el pañuelo que llevaba, de rojo a azul y de azul a rojo, de rojo largo a azul corto y después desaparecían le presto suma atención intentado descubrir la farsa de todo aquello.

No podia ser aquello no podia ser magia amenos que fuese un brujo claro estaba, observo entonces al hombre ladeando el rostro aquel gesto usual que se habia vuelto costumbre cuando algo le causaba curiosidad, ciertamente no parecía un practicante de la magia aunque no se debía juzgar a nadie por su apariencia Soren no lucia como un vampiro y el mismo no lucia como alguien que se codease en aquel mundo de pesadillas.

-¿podran hacer desaparecer a alguien?- le cuestiono a Soren volteando a ver ¿en que se basaba la magia? en ilusiones mas no las causadas por el ojo humano sino las pulzaciones que el corazón manda aquella ilusion albergada en el interior del ser que le permitia a las personas creer en la magia aunque fuese poco menos que una farsa pero habia algo mas aquel algo que no era capaz de entender porque en su vida jamas habia presenciado la ilusión no la que siente un niño el dia de su cumpleaños no la de salir por vez primera con una amiga en otro plan, solo conocia una ilusión y una sola la cual se encontraba de pie frente a el, la única que anhelaba y poseia nombre y apellido poseia inclusive un rostro uno que jamás cambiaria, porque cambiar no estaba en la naturaleza de un vampir ¿no? ¿y porque era Soren entonces asi? de pronto toda ansia de descubrir la farsa del truco se esfumo, era mejor asi no romper con la ilusión.

Observo a Soren largos segundos sin siquiera decir nada aunque aveces no habia que decir nada para expresarse y su mirada expresaba tantas cosas, al final pestaño desviando la mirada porque era absurda la manera en que alguien podia apreciar a otro por encima de lo demás sin importar que sin importar que la otra persona pudiese o no sentir lo mismo porque no tomo cariño era correspondido no siempre en la medida mas era aquello algo propio de un hombre iluso o uno que conocia la ilusión por primera vez cual fuese el caso acallo sus pensamientos no era tiempo como le habia dicho a Soren de agobiarse sino de disfrutar -¿a donde iremos ahora?- le cuestiono con las manos dentro de los bolsillos.

Soren recordó que en alguna novela romántica de Jane Austen, el caballero ganaba el premio para su doncella y esta se sentía muy feliz, había algo en ese detalle de ganar algo para otra persona que atraía a las mujeres, quizás era la idea de que su caballero fuese valiente y galante, además del hecho del regalo mismo. Observó su cajita con animalitos de circo y dudó si debía dárselos a Anuar o no. La verdad era que no quería, porque le gustaban mucho y los quería poner en fila india al lado de su escritorio en la tienda, hizo un puchero con frustración sin saber que hacer, cuando Anuar le sorprendió con la pregunta.

- ¿Yo...? - Lo dudó unos segundos, aquello era información clasificada que los humanos no podían saber y ya le había revelado demasiada información sobre los vampiros a Anuar, sabía que podía confiar en él, (el chico se lo había demostrado con creces) pero saber demasiado también podria ser peligroso para él - Lo siento Anuar... no debo decírtelo - Explicó con expreción abatida - Confío en ti más que en mi mismo... pero me temo que demasiada información podría ponerte en peligro - Agregó tentativamente - Sólo puedo decirte que... hace 50 años fui... algo así como un policía o guardia... por lo que puedo usar muchos tipos de armas... especialmente espadas y cuchillos, se me dan bien -

Siguió con la mirada lo que Anuar veía y notó al hombre que hacía mágia, nunca había asistido a un evento de ese tipo de magia, siempre había estado ocupado en otras cosas, pero sabía de la existencia de esa profesión, que más que magos eran 'ilusionistas'. Había algo curioso en ello, el hombre vendía un engaño, pero la gente quería creer en él. Las personas eran creaturas complejas con vidas complejas, muchas de ellas se aferraban a esa ilusión para poder olvidar la realidad en la que vivían.

- No lo se - Murmuró observando los trucos embelesado y volvió su rostro cuando Anuar preguntó - Umm... ¿Quieres comer algo? escuché que han traido comida de diferentes partes del mundo, inclusive desde America - Comentó halándole del brazo - ¡Seguro te encantará! -

(( hehe, Soren está obsecionado con hacer comer a Anuar :3 ))

Enarco una ceja cuando le dijo que no podia decirle ¿no podia decirle? Venia siendo le dejaría ahora con la curiosidad cerniéndose a el como un mal sueño una bestia voraz que no le dejaría empas sino hasta ser saciada –que interesante- murmuro pensando ¿Qué era aquello que no podia saber por bienestar propio? Suponía que algo de aquello de agentes en cubierto o algun parecido en el ámbito vampírico.

-¿comer?- le cuestiono casi sorprendido no estaba acostumbrado a comer tanto como Soren le pedia la sopa de verduras le habia durado bastante y no porque no le gustase sino por su cuerpo mismo se habia adecuado al poco alimento que podia darle y tan asi se habia adecuado que no le cavia demasiado pensaba que un dia de esos terminaría con cólicos por exceso de comida ¿era posible? Suponía que si.

Le siguió con tranquilidad observando alrededor “yo no quiero comer” pensó sofocando con la simple idea de tener que probar algo mas si Soren lo deseaba podría hacer la excepción podia complacerle en aquel capricho -¿Qué clase de comida?- le cuestiono finalmente deseando que no fuese nada con exceso de azúcar no solia comerla y no sobre todo porque no estaba acostumbrada a ella y terminaba…hiperactivo mas no en el modo usual sino en uno bastante peculiar tenia tan poco aguante a aquella parte natural de algunas comidas como al mismo alcohol.

Anuar no había preguntado más sobre su pasado, parecía haber comprendido el mensaje y mantenerse prudente. Lo cual era un alivio, si hubiera insistido, Soren tenía la sensación de que habría terminado contándole todo. No podía resistir mucho tiempo esos ojos dorados como el sol, a veces creía que tenían el poder para hipnotisarle. Haló a Anuar alejándose de los rifles y el mago, caminando por un rato hasta encontrar una nueva hilera de pequeñas tiendas. El olor de la diversa comida se mezclaba en el aire, Soren no reconoció mucho de esos olores, así que supuso que se trataba de platos extranjeros.

- Que lastima... - Murmuró para si mismo, que oportunidad tan grande de probar cosas distintas, desperdiciada por su condición muerta, suspiró con desilución observándo una tienda que le había llamado la atención - ¿Eh...? ¿Que es eso? - Exclamó halándo de nuevo a Anuar, el pobre chico debía parecer un muñequito de trapo siendo arrastrado de un lado a otro por él.

La tienda era muy colorida y el olor de la comida era ciertamente diferente a todo lo que había olido en francia. El señor que atendía tenia un enorme sombrero y usaba un pedazo de tela blanca que le cubria el pecho y la espalda, como una especie de túnica que nunca había visto antes. Sobre la mesa de manera había una extraña fruta verde que tampoco había visto jamás, el hombre la partió y por dentro era de color amarillo con una enorme semilla en su interior.

El hombre también tenía unos granos de color rojizo, los cuales parecían haber sido preparados previamente como una especie de salsa y junto a ellos sendos chiles rojos y verdes habían sido cortados en pequeños trocitos para posteriormente ser mezclados con la pulpa de la fruta extraña.

- Directamente desde las lejanas tierras Aztecas ¡caballeros y damas acercaos! - Exclamó el hombre mezclando todos los ingredientes - Los peligrosos indios de méxico han bendecido estos alimentos y os darán fuerza y salud - Agregó. Soren dudaba si en realidad los Indios mexicanos hubieran bendecido dichos alimentos, pero sentía curiosidad - ¿Quieres probar? - Le preguntó a Anuar.

(( haha, from mexico for you ♥ ))

El aroma de la comida le inundo la nariz obligándole a arrugarla mientras avanzaban, no era amante delo culinario ni tampoco disfrutaba degustando los sabores o embriagándose con aromas desconocidos el era feliz con un trozo de pan y carne, habia aprendido que uno debía sentirse satisfecho con lo que podia tener ¿satisfecho? No debía adecuarse claro estaba porque si vivía quejándose aquello provecho alguno le haría a nadie podia hacerle por con quejicas y sollozos nada se resolvia, las cosas no caian del cielo y ya.

Observo la comida curioso nunca antes habia visto tales verduras ¿o eran acaso frutas? Cual fuese el caso se quedo mirando como el señor preparaba aquel platillo invitando a los curiosos a probar, fuerza y salud, eran las palabras que habia dicho para captar a los ajenos pero no hacia falta los colores y fuerte aroma de la comida le intrigaban ¿Qué tan bien podia saber aquello?, le regalo una mirada al hombre y este comprendió entregándole un diminuto plato de barro con aquel alimento.

-no estoy seguro si quiero- le confeso a Soren observando el plato unos instantes, suspiro ampliamente tomando un bocado y no tardo demasiado en tragarlo y sentir como el picor le escocía la garganta, las mejillas se le pusieron rojas como el chile que el señor picaba era una sensación sofocante y de asfixia, saco la lengua frunciendo el ceño sintiendo el calor subirle hasta las orejas, le entrego el plato a Soren girando en derredor en busca de algo que beber.

El hombre se rio por lo bajo al parecer divertido por su poco aguante al picor de la comida, le entrego un vaso con un espeso liquido cafesoso que el pelirojo no dudo ni dos segundos en tomar de un trago, el sabor amargo le habia hecho olvidar la anterior sensación aunque le habia obligado a sacar la lengua y compungir el rostro en obvia señal de desagrado al sabor del mismo –Soren esto sabe raro- murmuro como un niño pequeño que curioso por el sabor de una piedra a descubierto que no es de su agrado.