Siguiendo el camino de baldosas amarillas |Bard Blase|

Corría, corría tan rápido como mis piernas me lo permitía, casi parecía desesperada mientras las calles de París pasaban a gran velocidad a mi alrededor sin llegar a ver realmente de dónde venía, ni hacia dónde iba, al igual que no veía el camino por eso me iba tropezando con todo cuanto me encontraba ya fueran personas, puestos del mercado,.. Corría como si algo me persiguiera dispuesto a atacarme y huyera hacia delante en vez de enfrentarme a ello. Corría y corría hasta que un edificio apareció ante mí y tuve que detenerme si no quería golpearme contra él, como si hubiera llegado a un callejón sin salida solo que no era así, simplemente había desaparecido todo y lo único que veía era lo que estaba frente a mí o, más concretamente, ese edificio. Aún siendo lo único que veía, estaba borroso, no podía identificar la tienda, ni los detalles, no veía el cartel, no tenía claro de qué color estaba pintada la puerta, ni qué había en el escaparate. Intenté acercarme para poder entrar y esconderme allí de lo que me persiguiese pero antes de poder acercarme lo suficiente apareció alguien ante mí. No es que nos cruzásemos, ni andase por la calle en un sentido u otro, simplemente apareció ante mí. Sólo le había visto una vez pero aún le recordaba. No estaba segura de su nombre: Bart, Bard,.. pero sabía perfectamente quién era. Así pues, allí estaba, ante mí. Abrió los brazos invitándome a esconder el rostro en su pecho como en aquella otra ocasión y troté los pasos que me separaban de él para aceptar esa invitación; pero tan pronto como debería estar entre sus brazos, solo había oscuridad.

Me desperté temblando y con un par de furtivas lágrimas resbalando lentamente por mi mejilla. Aún debía estar oscuro fuera y hacía algo de frío, me arrebujé entre las mantas e intenté dormir de nuevo pero los pensamientos llenaban mi cabeza. ¿Por qué habría soñado de nuevo con él? Esos sueños eran habituales en mí desde que me marché de Dover, había pocas noches en las que realmente durmiera de un tirón y totalmente relajada, pero él no aparecía normalmente, solo cuando estaba asustada o triste y no me sentía así. ¿qué otra causa podía motivar su aparición? En el fondo sabía que aparecía porque era la figura de alguien que sin ser importante en mi vida, marcó un momento importante. Aquella noche alguien había matado a mi madre, a la institutriz que me criaba y a la cocinera que teníamos en casa; por suerte o por desgracia, yo me había librado y, tras recoger lo que pude, me había subido en el primer barco que cruzaba hacia Calais. Allí estaba él, sus intenciones iniciales eran bien distintas pero acabó manteniéndome entre sus brazos, hablando para mantener mis pensamientos ocupados y nos despedimos con un simple beso. Bueno, no tuvo nada de simple para mí; posiblemente él se habría olvidado ya de mí y no me recordase en absoluto, para mí era la señal que no estaba sola; puede que mi madre y las personas que conocía ya no estuviera pero él me había mostrado que algunas personas, incluso desconocidos, podían estar ahí cuando hacía falta.

Me levanté, me puse la bata por encima del camisón y encendí una vela. Era pronto pero no conseguía dormir y dar vueltas en la cama no estaba hecho para mí. Ese día empezaría mi jornada un poco antes.

Horas más tardes, tras haber servido el desayuno al Doctor y haber limpiado su casa, había salido a hacer algunas compras en el mercado. Me conocía el camino más rápido para ir y, normalmente, hacía ese recorrido porque necesitaba el tiempo para otros quehaceres pero hoy, al haberme levantado tan temprano, tenía tiempo y en ocasiones como esta me gustaba investigar otras calles, otros recorridos,.. así podría descubrir nuevos comercios. De hecho, frente a mí se encontraba una tienda de antigüedades que nunca antes había visto ni recordaba, pero algo me llamaba a entrar no sabía bien el qué.

Empujé la puerta del local escuchando el típico tintineo de las campanillas que anunciaba la entrada o salida de un nuevo cliente y observé el lugar con curiosidad. No buscaba nada y no tenía mucho dinero propio para gastarlo en algo así pero quizás encontrase algo que me gustase o necesitase tanto como para comprarlo. Un estante con libros me llamó la atención. El doctor tenía algunos libros en su casa, la mayoría de medicina como era de suponer y, aunque los leía y eran interesantes, a veces me apetecía alguna temática distinta. Pasé los dedos por la cubierta de cuero de algunos de esos libros y sonreí ante el tacto mientras leía los nombres y los autores. Eran demasiado antiguos para conocerlos, quizás fueran interesantes, tendría que preguntarle al dueño si los había leído y los recomendaba, aunque si quería venderlos seguramente diría que sí aunque fueran extremadamente aburridos.

Me acerqué hasta el mostrador para buscar al dueño, suponía que estaría entretenido en la trastienda y llamé suavemente para que supiera que estaba allí - ¿Hola? ¿Hay alguien? - suponía que era una pregunta absurda pero que otra cosa iba a decir "Salga de una vez a atenderme", demasiado descortés y violento. Además, después de los años que había pasado viviendo en la calle sabía que algunos ladrones amenazaban a los dueños en la trastienda; preguntar no estaba de más por si acaso.

Hacia ya un tiempo que llegue a París y las cosas han mejorado mucho desde mi llegada, demasiado diría yo, estoy contento de haber encontrado la casa y después de arreglarla me siento bien, ademas de esto también conseguí hacerme con el negocio y esto hace que todo este viaje a valido la pena, cada vez me acerco mas a mi objetivo y estoy seguro que ya dentro de poco tendré las herramientas suficientes para poder continuar con la investigación.

Ahora que pienso en todo esto recuerdo que en el viaje sucedió algo peculiar, recuerdo aquella bruja, Lys, que bueno aparte de ser bruja también era una mujer linda pero no indago en que yo era brujo, tal vez estaba demasiado ocupada o preocupada por lo que le estaba pasando, me comento lo que le había sucedido, estaba frágil y vulnerable, aproveche para acercarme a ella pero lamentablemente no fue suficiente, me hacia falta mas tiempo, apenas nos conocimos un día y de verdad que me interesaba una bruja pero primero estaba mi viaje, tuve que dejar que siguiera su camino ya que aparentemente tenia algo que hacer, aunque insistí en que me acompañara aquella vez se negó, fue una despida triste y al menos logre dar un beso a esos suaves labios, aunque quede con ganas de mas.

Es extraño que piense en ella ahora después de tanto tiempo, no me gusta dejar algo a medias y con es chica no termine lo que empezamos, bueno sera que me valla a dormir, me arropo entonces para luego de un momento dejarme llevar por el sueño. Mis sueños siempre suelen ser extraños, siempre muestran mas de lo que logro entender, siempre trato de recordarlos y estar lucido en ellos para asi poder tratar al menos de encontrar alguna respuesta pero pocas veces lo logro, este sueño era también muy extraño, primero estaba en casa y luego con un par de pasos estaba en la ciudad, al final termine en la puerta de la tienda de antigüedades, sentí entonces como alguien estaba tras de mi y al voltear era ella, estaba hay por alguna razón me emocione porque estaba igual de linda que siempre y estaba frente a mi, la apreté entre mis brazos y me quede con ella unos instantes pero al abrirlos ya estaba despierto, fue un sueño fugas, ya estaba amaneciendo por lo que debía prepararme para ir a la tienda, el camino es largo y es mejor no perder tiempo y aprovechar que me levante temprano.

Arregle todas las cosas en casa y cuando ya estaba listo partí a la tienda, aun estaba pensando en el sueño, seguro soñé con ella porque había pensando en ella antes de dormirme pero de todas maneras la idea de saber que habría sido de ella no se salia de mi cabeza. Llegue entonces un poco mas temprano que de costumbre a la tienda, organice un poco las cosas y ya que nadie venia decidí ir atrás a mover algunas cajas y organizar algunos objetos que me habían llegado, me distraje entonces cansando cuentas y levantando los objetos, al menos se me estaba ya yendo el recuerdo de la chica, ni si quiera me di cuenta que sonó la campana de que había llegado alguien, paso un rato antes de escuchar la voz de una mujer llamar, como tenia una caja en la manos no pude salir de inmediato, la puse apresurado sobre las demás y salí al encuentro del cliente.

Apenas me asome a la ventana me lleve una sorpresa bastante grande, la había pensado, la había soñado y ahora por extraño que pareciera estaba en frente de mi -Buenos días- dije algo impresionado por encontrármela -¿Eres tu Lys?- era ella seguro, claro estaba solo un poco cambiada pero era ella, no olvidaría ese rostro jamas -Que alegría verte, ¿Donde has estado todo este tiempo? ¿Que te trae por acá?- comencé a hacer preguntas mientras salia del pequeño despacho para acercarme mas a ella.

Mientras esperaba que el dueño o el dependiente de la tienda se asomara, seguía prestando atención a cuanto veía en la tienda. Había algunos artilugios raros que no sabía ni qué serían, había relojes y algunas joyas realmente bonitas pero que escapaban a mi presupuesto aunque no por ello dejé de observarlas, aún recordaba esos años en los que tenía joyas como las que veía y que me había visto obligada a vender para poder comer.

Al escuchar que alguien salía y saludaba, giré el rostro hacia el dueño de esa voz, claramente sorprendida tanto por el rostro que veía frente a mí como por escuchar que decía claramente mi nombre. ¡Se acordaba! pensé contenta sin entender porqué, posiblemente porque implicaba que aquel viaje en barco que tanto significó para mí, así como aquel beso, también habían quedado en su memoria. Era agradable saber que le había causado algún tipo de impresión hasta el punto de que me recordarse años después.

Sonreí encantada al ver que se acercaba e instintivamente me acerqué a él - Recórcholis Bard - me arriesgué con una de las opciones de nombre que recordaba, esperaba no equivocarme - Recuerdo que me dijiste que vendrías a París pero fue hace tanto tiempo que no sabía que seguirías aquí o que estarías regentando esta tienda. - tomé sus manos entre las mías y amplié la sonrisa - No imaginas cuanto me alegro de haber entrado y no haber pasado de largo - murmuré con absoluta sinceridad. Realmente quería hundirme entre sus brazos como en el sueño de la noche anterior pero esta sociedad se basaba en apariencias y, aunque el doctor era un hombre encantador, si alguien entraba justo en un momento así, podrían malinterpretar el abrazo, se correría la voz y no podía permitirme perder el techo y la comida.

Apenas podía creerlo. Justo esa noche había soñado con él, me había despertado sollozando posiblemente por los recuerdos que él me traía. Es decir, no es que pensar en él me hiciera entristecer precisamente sino que al acordarme de él, ineludiblemente también recordaba aquella noche, mi huida, los cuerpos de aquellas dos mujeres en el suelo de la casa, mi madre muerta igual que las anteriores y tantos y tantos recuerdos que tenía de todas ellas que no podía evitar que alguna lágrima se escurriera de mis ojos. A veces creía que debería haberlo superado pero ¿Cómo se olvida la muerte de una madre en esas circunstancias? ¿O de tu institutriz y la cocinera que habían convivido contigo durante dieciocho años? En cualquier caso no podía creer que justo esa noche hubiera soñado con una tienda y con él allí dispuesto a abrazarme igual que aquella noche, y que ahora me encontrase en lo que parecía ser su tienda o, sino, su trabajo, dándole las manos porque el abrazo no lo veía "decente" en público por mi reputación.  

Miré a mi alrededor, no había nadie pero alguien podría entrar en cualquier momento. - Llamaba pensando en preguntar por unos libros que me han atraído pero no sabía que trabajabas aquí, ¿o es tu tienda? En cualquier caso siendo tú, seguro que tenemos temas más interesantes de los que hablar que unos libros antiguos. ¿Estabas ocupado? - pregunté mirando momentáneamente hacia la trastienda. Era raro, hacía varios años que no nos veíamos y solo había sido durante el tiempo que duraba el viaje en barco desde una costa a otra pero me sentía y le trataba como si hubiéramos hablado el día anterior. - Puedo pasar, si quieres, y ayudarte con lo que estuvieras haciendo; así de paso te cuento un poco de mi vida y tú de la tuya, parece que no te ha ido mal - realmente era un intento por quitarnos de la zona pública y poder hablar con tranquilidad, abrazarle,.. - o volver en otro momento que estés más libre. Ahora que sé que estás tan cerca, puedo venir cuando sea preciso; vivo bastante cerca, en casa del Doctor Marceau no sé si le conoces. Es más, no suele pasar mucho por casa por lo que si algún día tienes un rato, te puedo invitar a té y algunas galletas hornadas por mí misma - sonreí orgullosa porque era de las comidas que mejor me salían y le miré realmente emocionada y contenta de haberle reencontrado. - Yo... - me mordí la lengua, no podía decirle que había soñado con él esa misma noche y otras tantas en estos años. Puede que aquella noche hubiera sido tan agradable y que yo no midiera mi reacción en este instante al acercarme tan emotiva pero no iba a confesarle algo así, después de todo era un poco desconocido y o bien podía pensar que estaba loca por hablar de sueños o podría pensar que estaba obsesionada o enamorada de él y ninguna de las opciones sería correcta. - Me alegro tanto de verte de nuevo y saber que estás tan cerca - repetí para arreglar el fallo anterior; en realidad no era mentira, me alegraba muchísimo y esperaba poder conocerle mejor ahora que la situación era distinta en tantos aspectos.

Esa mañana que había salido de la casa no esperaba que nada bueno para el día, cuando un negocio comienza siempre hay que invertir mucho, me he estado esforzando desde que llegue aquí y poco es el tiempo que me queda para hacer otras cosas, solo pensando en los objetos y en pagar las deudas, mi llegada a París no ha sido la mejor pero poco a poco he logrado establecerme, pero es tan aburrido y tedioso este trabajo que a veces quisiera dejarlo y salir corriendo.

Luego de la impresión de volver a verla reaccione de inmediato, era ella y estaba emocionado de velra, en nuestro encuentro apenas tuve tiempo de conocerle y hoy la tengo en mi negocio, sin duda el destino ha jugado a mi favor de nuevo, es una suerte que las cosas sucedan a mi favor de vez en cuando, tener que soportar que el mundo te golpea una y otra vez sin nada bueno a cambio es cansado, ahora tratare de retomar el camino que tenia cuando nos conocimos.

-Si, vine a París- respondí mientras recordaba nuestra ultima charla -Aquella ves que te dije que me acompañaras que yo podría ayudarte y me rechazaste- miro al suelo un poco triste pensando en aquel momento -Pero ahora estas aquí y me alegra mucho que te llamara la atención mi pequeño establecimiento- comente encones con una media sonrisa mirando -Ha sido lo mejor que me ha pasado desde que abrí este lugar- dije con la alegría en mi rostro acercándome un poco mas.

Tomo sus manos y con mis dedos las voy acariciando suavemente -Mira lo radiante que te ves ahora- doy una rápida mirada de arriba abajo -Estas mas hermosa de lo que recordaba- dije con algo de asombro por como las cosas habían cambiado en todo este tiempo, no estaba seguro de que mas debía decir, la emoción me había dejado con los pensamientos revueltos pero tenia que centrarme.

Sonrío mirando un poco alrededor -Tengo un poco de todo- comento alegre, -Una buena parte es basura pero hay gente que le gusta coleccionar esas cosas- miro el pequeño estante con los libros -Como siempre tu buscando algo que aprender- acaricio tu mejilla -Tengo algunas cosas que son interesantes pero pocas cosas son especiales... a parte de mi- dije con algo de ego y una sonrisa picara, -De todas maneras te ayudare en todo lo que pueda.-.

Volteo entonces a ver la habitación de atrás y sin medir palabras comienzo a jalarte llevándote a ella -A estas horas no suele haber muchos clientes así que decidí acomodar un poco las cosas que tengo atrás, la verdad cualquier ayuda es buena, nunca termino nada y todo siempre se acumula una y otra ves- dije mientra avanzábamos al mostrador y luego a la puerta -Es reciente este negocio por lo que no tengo nadie que me ayude, no tengo como pagar- comento cuando entramos ya en el pequeño almacén que se encontraba desordenado con cajas y objetos por todos lados.

Escucho entonces cuando dices de que vives con alguien y con miedo pienso que es tu esposo por lo que veo nuevamente tu mano pero no veo ningún anillo por lo que me relajo un poco pero aun asi siento curiosidad -¿Vives con el doctor?- pregunto mirándote a los ojos -¿Acaso te... casaste?- dije algo tímido. Luego que estamos dentro y a solas te halo de las manos pegándote a mi cuerpo y luego te rodeo con mir brazos para abrazarte -Yo estoy también muy feliz de por fin volver a tenerte entre mis brazos- comento luego de suspirar.

Estaba encantada de haberle reencontrado y de comprobar que se acordaba perfectamente de mí. Siempre había creído que solo habría sido una mujer más que pasaba por su vida pues parecía ir un poco directo hacia ciertos temas pero al parecer no había sido así y me alegraba enormemente de saberlo. Tenía claro que seguiría siendo alguien peligroso en ese sentido porque, más allá del coqueteo inocente con los mozos de cuadras y algunos trabajadores del campo, mi experiencia era bastante nula y la de él parecía ser bastante superior; aún así, le tenía cariño por aquel momento tan extraño que compartimos.

Al escuchar sobre cuando le rechacé, incliné un poco la cabeza e hice un ligero mohín con la boca - Bard, era una niña y andaba un poco perdida por la situación - le dediqué una pequeña sonrisa y añadí - y, en el fondo, sabes que era lo correcto. Apenas nos conocíamos, no podía simplemente irme contigo; podías no ser quien decías o tener intenciones ocultas o.. - apreté ligeramente sus manos en las mías - pero ahora las cosas son distintas y podemos conocernos mejor. - expuse el que esperaba fuera un pensamiento mutuo. Sinceramente esperaba que así fuera porque si ya él era mi apoyo silencioso en los sueños, tenerle tan cerca sería aún mejor. Estaba convencida de ello.

Moví suavemente la cabeza en gesto negativo y le miré con una ceja enarcada - ¿lo mejor que te ha pasado desde que abriste? ¿te refieres a cuando pusiste el cartelito de abierto esta mañana? Porque dudo que en estos años no te haya pasado nada bueno,.. - le miré un poco divertida, creía que era un seductor nato y si me decía que en esos años no había pasado nada me iba a llevar una enorme sorpresa - No digas bobadas, no estoy tan guapa - murmuré con la mirada en mis propias manos, estropeadas por el trabajo y el esfuerzo diario, aunque por suerte los guantes lo ocultaban bastante bien - He trabajado más en estos años que en el resto de mi vida - añadí en tono quejumbroso aunque sonriendo pues, a pesar de ello, seguía viva y, al menos ahora, contaba con techo y comida; algo que lamentablemente no todos tenían.

Seguí su mirada por la tienda e intenté contenerme para no cerrar los ojos e inclinar la cabeza hacia ese leve caricia en mi mejilla - Sí, lo cierto es que no tendría dónde guardar algunas de las cosas que tienes aquí, otras ni sé para que sirven,.. por eso me fijé en los libros. Pero tengo bien claro que en esta tienda no hay nada tan bonito, interesante y especial como tú - respondí sin mirarle - aunque imagino que, lamentablemente, no estás a la venta. - añadí un poco más bajo y en tono bromista. - No te preocupes por los libros; realmente, ahora que te he visto, no veo nada más importante e interesante que aprovechar y ponernos un poco al día.

Le seguí hacia la trastienda sin mostrarme reticente o resistirme, pues quería ir allí y ocultarme un poco de cualquier posible mirada malintencionada. - Es una bonita tienda, estoy segura en que no tardarás en hacer que sea rentable - le animé mientras pasaba tras el mostrador - y yo puedo venir, si quieres, de vez en cuando a ayudarte. No todos los días, pero siempre que tenga un hueco puedo venir por aquí por si necesitas ayuda en algo. - No dije expresamente que no tendría que pagarme porque hablar de dinero me seguía sonando vulgar, -las enseñanzas de mi madre seguían en mi cabeza aunque mi vida hubiera cambiado tanto-, pero suponía que con esas palabras lo había dejado entrever.

Observé cómo me miraba la mano y supuse lo que pensaba, aunque esperé a ver si expresaría esa idea o se la mantendría en mente. - Sí, vivo con el doctor - respondí como si fuera algo normal y, al escuchar que expresaba la preocupación anterior, le miré como si estuviera un poco loco - ¿Casarme? ¿con el doctor? - meneé la cabeza - Claro que no, mis sueños sobre el matrimonio quedaron en Inglaterra. - murmuré en voz baja intentando no recordar los momentos en los que le contaba a mi madre esos sueños y ella se reía alegremente de mi inocencia e intentaba hacerme entender que solo eran sueños y no ocurrirían y pasé a explicarle resumidamente, muy resumidamente, porqué vivía con él no fuera a pensar que si vivía con él pero no estaba casada fuera porque era su amante - Me estaba quedando sin dinero y pase por una de esas agencias en las que ayudan a las muchachas a encontrar trabajado, ya sabes, en un puesto de doncella, ayudantes de cocina, institutrices,.. el doctor había solicitado a alguien que cocinase y limpiase - encogí un poco los hombros - digamos que conseguí el trabajo - era una forma muy inexacta de decirlo ya que "conseguirlo" no era la palabra más adecuada.

Apenas entramos en la trastienda cuando me rodeó con los brazos y cerré los ojos, hundiendo el rostro entre su pecho y la curva del cuello. No recordaba la última vez que me habían abrazado así; posiblemente y, por triste que sonase, algo me decía que la última vez había sido también él, en la cubierta de aquel barco. El doctor era un hombre amable y encantador pero, obviamente, no me abrazaba porque estaría fuera de lugar y, aunque no se podía decir que me sintiera sola, momentos como este mostraban que me había acostumbrado a ser bastante solitaria. También era lo normal entre el trabajo en la casa, mi desconfianza hacia los demás y la falta de personas realmente cercanas. Suspiré suavemente y me dejé llevar por su cercanía - Anoche soñé precisamente esto - murmuré de forma inconsciente arrebujándome contra él y justo al decirlo abrí los ojos e intenté apartarme, no quería que pensara que había estado añorándole en un plano sentimental o íntimo. Miré hacia la trastienda e intenté explicar lo que acababa de decir - Yo.. bueno, a veces sueño con tu rostro. No pienses nada raro es solo que.. no sé, de alguna forma me ayuda a pasar los momentos tristes. - suspiré con resignación sin saber cómo arreglarlo mejor y le miré de reojo - Sigue sonando raro, ¿verdad? - pregunté y volví a apartar la mirada - No estoy loca ni nada así, solo eso.. me acuerdo de aquello, de lo bien que te portaste y supongo que se me pasan un poco los males.

Así que entonces este no seria un día normal, no podía pensar en todo lo que significaba volver a verla, si es la misma entonces podría serme muy útil, sobre todo teniendo en cuenta que cada ves me acerco mas a mi idea de poder salir en búsqueda de las cosas que necesito para completar mi objetivo, esta es una gran oportunidad que no puedo dejar pasar de ninguna manera, tengo que ganarme toda su confianza y con esto poder llevarla conmigo.

Sigue el recuerdo de nuestro ultimo encuentro presente -¿Y crees que para mi era fácil dejarte sabiendo lo vulnerable y frágil que estabas en ese momento?- respondí mostrando parte de mi enojo -Fue difícil tener que despegarme de ti sabiendo lo difícil que va el mundo- comento aun triste -No me imaginaba lo que podría ser de ti sola y sin nadie que te ayudara y esto me arrugo el corazón- sigo tomando aire -No me hubiera perdonado jamas que alguien se aprovechara de ti y te lastimara o peor, terminara como todas esas mujeres solas vendiéndose al mejor postor- dije tragando grueso -Hubiera preferido que te vinieras conmigo sin importar tu edad o lo que tuviera que enfrentarme- continué mirándole a los ojos, -Y se que nos conocíamos poco pero yo aprendí a quererte y a valorarte en ese poco tiempo y fue una difícil decisión nuestra separación- agacho la mirada.

Trato de mantener y levanto la mirada -Pero es cierto, estas aquí y es lo que importa- doy un leve sonrisa -Y claro que estas hermosa y radiante, como nunca- mantengo la distancia corta entre nosotros -Si, en nuestro ultimo encuentro no tuve la oportunidad de conocerte lo suficiente y creo que quedaron muchas cosas inconclusas, ¿Que dices si recuperamos el tiempo?- doy un leve toque en su mejilla -Sera grandioso poder charlar contigo y conocer un poco mas de ti- me quedo mirando tus ojos un momento.

Volteo entonces a ver el negocio -La verdad te dire que este negocio solo tiene unas cuantas semanas- dije mientras avanzábamos -No llevo mucho en París y conseguir todos los recursos y objetos me ha tomado tiempo y esfuerzo, digo que ha sido lo mejor desde que abrí por que siempre vienen gente aburrida a comprar y vender, pero encontrarte a ti es algo maravilloso, nunca espere que este lugar te traería hasta mi, creo que ha valido la pena abrirlo solo por esto- dije suspirando con una media sonrisa en el rosto.

-Ha salido bien y me alegra mucho que al menos estés tu también muy bien, siempre pensé que llegarías lejos pero cuando nos separamos comencé a dudar- dije aun mal pensando en la separación -Pero ya debo dejar de pensar en el pasado no se que me pasa- me sacudo un poco tratando de sacar el tema que parece afectar mas de lo que pensé -Tu eres hábil y si, me encantaría tener algo de ayuda, sobretodo de una mujer, las mujeres siempre son mas detallistas y organizadas, y yo soy algo desordenado- dije algo bromista, -Pero lo mejor sera tenerte a mi lado- dije con una sonrisa cálida.

En el almacén estábamos juntos y muy cerca -Me alegra que no estés casada- dije con sinceridad -Un trabajo es un trabajo aunque tu podrías tener algo mejor- miro y entonces el abrazo se hace mas fuerte -Yo también te he soñado así que no es una locura- dije colocando mi rostro en tu hombre y oliendo tu aroma -Anoche mismo lo hice- te miro a los ojos -¿Eso significa que ambos estamos locos? O ¿sera que estamos unidos por algo muy fuerte?- acerco entonces mis labios lentamente hacia los tuyos.

Todas aquellas palabras tan emotivas sonaban especialmente bien a mis oídos que sonreí al escucharle pero, igualmente, ambos sabíamos que dos personas que se conocen en un corto viaje en barco y no tienen nada más en común, salvo que ambos están en el mismo lugar y en el mismo momento, difícilmente tendrán un futuro sólo por ese pequeño instante. Ir con él en aquel momento hubiera sido un error. Yo habría estado tan perdida por lo que acababa de acontecer en mi vida, tan desolada y tan triste que me habría apoyado excesivamente en él hasta, posiblemente, el punto de depender de él y aceptar cualquier cosa que él me pidiera en agradecimiento y él.. habría cargado conmigo inicialmente por pena o compasión, quizás hubiera intentado algo más en los momentos en que me consolase y quien sabe si habría acabado dejando que ocurriera para que no se aburriera de cargar conmigo y me dejase de lado en algún momento. No dudaba de sus palabras, puede que en aquel momento realmente me hubiera tenido cariño pero.. ¿Cuánto tiempo habría durado? - Sabes que si me hubiera ido contigo en aquel momento, habría sido por agradecimiento y la situación posiblemente no se hubiera desarrollado como debiera. Ahora sé que puedo cuidar de mí misma, que puedo valerme sola y que los demás son bienvenidos en mi vida pero no los preciso para atenderme o protegerme - le sonreí con ternura - No soy la débil niña que te cruzaste aquel día y, aunque entiendo que no fue fácil para ti sabiendo las cosas que me podrían pasar, fue lo mejor que pudiste hacer para mí. Además, como bien dices, había y hay muchas cosas que desconocíamos mutuamente. - apreté suavemente su mano en la mía y añadí - Ahora todo será distinto, tendremos tiempo para saber más de uno y otra, y conocernos con más profundidad.

- No necesitas ser tan adulador, de verdad. Sé bien cómo soy. No voy a decir que sea fea ni mucho menos, pero sé que estos años, los días de hambre, el trabajo diario, el trato que mis manos han tenido por los continuos esfuerzos han hecho mella en mí. Aunque sí que puedo decir que mi humor y ánimo ha cambiado desde aquel momento, puede que sea eso lo que hayas notado. Como decía, ya no soy aquella niña asustada,.. bueno, aún me asusto pero voy mejorando día a día. - afirmé sin pesar, era consciente de la realidad y que, sin estar mal, podría haber estado mejor si mi vida hubiera seguido el camino inicial. - Pero tú, tú estás impresionante. - aseguré mirándole de arriba abajo - Has conseguido poner en pie esta increíble tienda y las cosas te irán aun mejor ahora, estoy segura. ¿De dónde has sacado todos estos objetos? Parece que has viajado mucho.

Observé el interior de la trastienda y le sonreí alegre - Sí, ya veo que eres un poco desordenado. - comenté sin llegar a regañarle por ello - Pues pasaré a ayudarte siempre que tenga tiempo para ello y, si puedo, traeré algunas galletas. ¿te gustan o prefieres alguna otra cosa? También se hacer bizcochos, magdalenas, panecillos con miel o azúcar,.. - aseguré mientras intentaba hacerme una idea mental de cuanto trabajo requeriría organizar y limpiar la tienda y mantenerla en ese estado una temporada. No es que tuviera demasiado tiempo libre pero para pasarlo leyendo en la casa o cualquier cosa así, venir a pasarlo aquí parecía una buena idea, quizás podría traerme el libro y leer aquí para hablar con él cuando no hubiera clientes.

Me reí por aquellas palabras - Yo también me alegro de no estar casada. - respondí con gesto sonriente y tono sincero - ¿Podría tener algo mejor? ¿Cómo qué? - pregunté con curiosidad - La verdad es que no me quejo del trabajo en casa del doctor, él apenas pasa por casa por lo que una vez hechas las tareas rutinarias e imprescindibles, luego tengo bastante tiempo para hacer cuanto quiera. Es más, pasa tan poco tiempo en la casa que más de una mañana, o noche, he tenido que obligarle a comer, casi parece que él sea el hijo, es bastante olvidadizo para esas cosas. - comenté divertida al recordar algunos de esos momentos.

Le miré sorprendida cuando dijo que él también había soñado conmigo; sobre todo, al decir que había sido esa misma noche y meneé la cabeza con confusión - No lo entiendo - murmuré justo antes de dejar que nuestros labios se rozasen en un leve y fugaz beso. Me aparté lo justo para mirarle tras aquel pequeño roce y me lamí suavemente los labios con inquietud - No creo que estemos locos.. y mi madre me enseñó que las casualidades no existen. Algún motivo debe haber para que ambos soñásemos lo mismo, la misma noche. - murmuré inquieta porque desconocía cual sería ese motivo y, aunque le tenía cariño y estábamos bien juntos como quedaba claro tras ese reencuentro, suponía que no era porque se tratase del amor de mi vida ni nada parecido. - ¿ha ocurrido más veces? - pregunté intentando averiguar algo más - Quiero decir, los sueños, ¿has tenido más en estos años pasados desde que nos conocimos?

Recordar el viaje y todo lo sucedido me era algo que no me agradaba, no conseguí todo lo que deseaba en aquel momento y al final ni si quiera fue un viaje fructífero, solo genero perdida tras perdida, cuando nos separamos nada salio como lo esperaba, al final mi viaje se alargo aun mas y entre tantos problemas no logre ni un solo avance, al final tuve que regresar y casi empezar de cero, un verdadero fiasco, pero al menos ahora tengo la oportunidad de enmendar mi falla con ella, con esto recuperare algo de orgullo.

Suspiro al escuchar sus palabras -¿Y como sabes que no hubieras estado mejor conmigo?- replique -Y por su puesto que no serias una carga nunca lo fuiste y nunca lo seras- te tomo con firmeza mirando tus ojos -Yo te a...- dije antes de detenerme con la palabra en la punta de la lengua -Quiero mucho y aun cuando nos conocimos por muy poco tiempo sentí como la energía fluía entre nosotros- dije sin poder evitar hablar de mas -Yo de verdad...- miro un poco por lo bajo -Era feliz con tu compañía y fuiste la que me acompaño en ese viaje aun con todos tus problemas te diste la oportunidad de estar cerca de mi y me dejaste acercarme a ti, apartaste las tinieblas de la soledad de mi vida y por ese momento aunque solo haya sido un instante, senti que ya no estaba solo- trago grueso -Pero luego te fuiste y de nuevo las tinieblas regresaron desangrándome lentamente de nuevo- dije apartando mi mirada de tus ojos triste.

Escucho aun con algo de tristeza en la mirada -Se que no eres aquella joven niña, pero para mi nunca lo fuiste, eres una hermosa mujer y siempre lo has sido- vuelvo a mirar tu belleza acomodando tus cabellos -Se que todo fue apresurado pero para lo hice con todo el cariño del mundo- coloco entonces tu cabello detrás de tu oreja -Y yo si pienso que eres una hermosa mujer, estoy seguro que todo lo que has pasado te ha hecho muy fuerte mas de lo que eras antes, que aun cuando las cosas han sido duras para ti y para mi también, pero creo que ambos hemos aprendido y aunque no querramos aceptarlo estamos un poco mejor que antes- doy una media sonrisa -Si, se que ahora las cosas pueden ser mucho mejores, estoy seguro que lo seran, tenemos mucho tiempo que recuperar- dije con la sonrisa ya mas feliz.

Te quito entonces los guantes -Déjame ver- comienzo a acariciar directamente tus manos y a notar aquella aspereas -Esto solo hace que te veas mas hermosa- digo atrayendo tus manos para besarlas -Porque ahora se nota que eres una mujer fuerte que puede cargar consigo misma y no solo una cara bonita como muchas mujeres que se encuentran por doquier- dije para luego escuchar cada uno de sus halagos -¿Yo?estoy igual que siempre- me sonrojo un poco -No es para nada un gran lugar, como te dije es mas que todo basura que muchos no quieren que he ido recogiendo de a poco- continuo tratando de no alardear mucho -Ha sido viajar comprar, preguntar, conseguir, buscar entre la basura, pedir prestamos, vender casi todo lo que tenia pero al final lo logre, aunque ahora estoy bastante endeudado se que en poco tiempo ya estaré mas relajado y podre dedicar mas tiempo para mis cosas-.

Ya estando dentro del pequeño almacén estábamos en un lugar privado para poder hacer un par de cosas mas, en el fondo quisiera dejarme llevar por todo lo que sentía y actuar sin pensar pero no puedo, no si quiero tenerla a mi lado siempre, ademas es peligroso hacer algo aquí, cualquiera podría vernos y entonces todo se pondría mucho peor, sera mejor que me controle que esto con calma ira mucho mejor, al final esta aquí y esta muy feliz de verme, esto demuestra todo lo que significo para ella y con esto podre sacar mucho provecho de la situación.
-Si esta algo desordenado, como te dije no tengo ayuda y bueno son tantas cosas diferentes que solo es difícil terminar de hacer algo- dije mirando a mi alrededor y llevando mi mano a mi frente para luego peinar mis cabellos con ella -Y estoy encantando de que vengas y sobre todo que me traigas algo de comer, me encanta la idea de probar todo lo que puedes hacer con tus manos- le doy una sutil mirada picara para luego volver a mirar el almacén -Entonces si no estas casada tal vez podrías...- me quedo un segundo pensando algo tímido -Venir y trabajar conmigo, este no es un trabajo tan pesado como el que has estado haciendo hasta ahora- dije con el tono de vos bajo -Y me sentiría mas cómodo si estuvieras cerca de mi- sigo diciendo con la mirada desviada con algo de pena.

El roce de nuestros labios fue suave y rápido pero suficiente para saber que aun ella sentía lo mismo, aunque se aparto se que ese beso también le agrado -Se que es raro que nuestros sueños estén conectados- comento luego de aquel beso -Tu misma lo has dicho no estamos locos, lo que significa que hay una conexión muy fuerte entre nosotros- sonrío, -algo que nuestros sueños nos dicen a gritos- me quedo viendo tus ojos -Si, en mis sueños varias veces has estado, algunas veces cuando estaba medio dormida imaginaba que estabas aun entre mis brazos y que en mi cama me acompañabas mientras yo te daba la protección de mi abrazo- dije para luego volver a abrazarte.

Escuché todo aquello realmente sorprendida y meneé la cabeza. El viaje en barco fue agradable y él acabó portándose como un caballero afectivo, consolándome, aunque inicialmente parecía haberse acercado con otras intenciones. Fue un punto de apoyo en aquel duro momento pero las palabras de él daban a entender una magnitud superior a la suya. - Bard no puedes decirlo en serio, quiero decir que nosotros apenas coincidimos unas horas en un barco. Disfrute del viaje y de tu compañía, me ayudaste más de lo que parece en un momento difícil pero no podía ir contigo por más que eso pudiera afectarnos de cualquier forma. Tus palabras me halagan y te las agradezco profundamente pero como te he dicho yo tenía que aprender a valerme por mí misma y no podía aceptar semejante propuesta de un desconocido. - Repliqué con suavidad y el tono de voz cariñoso para no ofenderle, ir con él habría implicado que antes o después fuera su amante y sabía por la historia de mi madre que ese tipo de relaciones no siempre acaban bien - Te aseguro que te tengo mucho cariño desde entonces y me alegro realmente de haberte reencontrado pero.. no creo pensar de igual forma que tú en cuanto a lo que hubiera sido de nosotros si hubiéramos seguido el viaje juntos. - Esperaba con eso dejar aclarado el punto sobre el pasado y que aprovechásemos que nos habíamos reencontrado y disfrutáramos de las posibilidades de futuro que se abrían ante nosotros.

Me sonrojé un poco por aquel gesto íntimo al recolocar mi cabello y le sonreí - Eres realmente amable al decir eso. - afirmé - Tienes razón, este tiempo ha sido una dura prueba de supervivencia, al menos para mí. - No quería mencionar ni, mucho menos, recordar las cosas que había llegado a hacer para comer, aunque sabía que era más afortunada que otros pues al menos había contado con el dinero de mi madre para empezar y había conseguido hacer algún que otro trabajo en los pueblos que había pisado. De hecho, era bastante extraño que aún con la edad que tenía y su falta de recursos, nadie hubiera intentando sobrepasarse con ella. Aunque eso no era del todo cierto, alguien lo intentó. Meneé la cabeza alejando todo aquello de la cabeza y le sonreí - ¿Vives aquí mismo? - pregunté mirando rápidamente hacia el techo pues era habitual que los dueños de algunos negocios tuvieran su casa en el piso superior. La pregunta no era una incitación para subir, sólo por saber un poco más de él y de cómo le había ido la vida.

Estuve tentada de apartar las manos, recordando las enseñanzas de mi madre sobre que una señorita no deja que le rocen la piel pero ya no era una señorita, al menos en cierto sentido de la palabra y suspiré dejando mis manos entre las suyas. - Eso suena bien pero ambos sabemos que ... - se muerde la lengua, ¿qué va a decir? ¿que los caballeros quieren precisamente a alguna señorita que sólo sea una cara bonita? Se regañó mentalmente por volver a esos pensamientos y se recordó a si misma que esa clase de ideas quedaron en Inglaterra y que debía pensar con más raciocinio. - Gracias, suena realmente bien, supongo que no lo había pensado demasiado por ese lado. Es que las miro y me acuerdo de antes - encogí los hombros levemente con un deje de tristeza en la mirada que oculté rápidamente - Así que has viajado mucho para conseguir todo esto, espero que me cuentes todo sobre esos viajes. - comenté emocionada, algún día esperaba poder viajar yo también - En cuanto a que es basura, no lo creo. Eso es percepción de cada uno, la basura de unos puede ser el tesoro de otros. - tomé el camafeo que siempre colgaba en mi cuello - Por ejemplo, esto quizás para ti sea basura, solo es un camafeo antiguo y algo estropeado. Pero para mí es el mayor tesoro que tengo. - aseguré  intentando explicarlo - Seguro que para alguien son tesoros la gran mayoría de objetos que tienes  aquí, sólo hace falta que entren y los descubran. - intenté animarle con sinceridad pues realmente pensaba que así era.

Escuché la propuesta de trabajar allí y le sonreí - Te aseguro que vendré siempre que pueda pero no voy a dejar aquello. Tú mismo lo has dicho, estás endeudado, no puedes permitirte pagarme y yo no puedo permitirme vivir del aire. El doctor casi nunca está en casa, es un buen hombre, viudo que vive para su trabajo. Allí estoy bien, estoy a salvo. - asegura, además si trabajase para él tendría que alquilar un sitio donde vivir o vivir con él; la primera opción es casi imposible y la segunda es aún peor, por lo indecente que resultaría. - Pero estaré aquí tan a menudo para ayudarte que incluso acabarás aburriéndote de mi presencia y pidiendo que te deje un rato de vez en cuando - comenta medio en broma medio en serio.

Tras el suave encuentro de sus bocas le observa un poco sonrojada - ¿Qué crees que nuestros sueños intentan decirnos? - pregunta un poco curiosa y a la vez cohibida por lo que pueda decir en respuesta. Deja que la abrace aunque aparta la mirada - No deberías hablar de eso, ese tipo de cosas no se le dicen a una señorita - protesta suavemente aunque se acurruca un poco porque le gusta sentir a alguien cerca.

Se que el viaje había sido mas corto de lo que hubiera querido y que tal vez le estaba dando mucha importancia pero tenia que hacerle lo importante que ella era para mi, debo hacer que se lo crea ella se nota bastante frágil y vulnerable, tengo que aprovecharme de eso y sacar provecho, ademas se que en el fondo si le dolió nuestra separación, voy a reprocharle todo lo que pueda hasta lograr que ceda y que me de algo a cambio, se que ella se siente culpable, esa sera mi arma.

Miro un poco triste mientras escucho cada cosa que dices-Se perfectamente que el viaje fue corto, también se que no compartimos tanto como yo lo hubira querido y que nuestra union fue tan fugas- comento algo entristecido -Pero aun así para mi todo lo que ha sucedido fue muy especial e importante, aunque tal vez piensas que estabas perdida en ese crucero, pero conocerte a ti también me ayudo a conocerme a mi, a ver cosas de mi que antes no habia visto- dije dando un suspiro -Para mi ha sido unico nuestro momento y por eso nuestra separación se me hizo tan dolorosa, toda mi vida esperan dote y cuando por fin alcance a encontrarte te vas de mi lado sin decir adonde- dije entristecido mirando el suelo.

Estaba hablando tal vez de mas, no se si sea correcto decir tantas cosas pero tengo que decirlas porque ella debe saber que me ha dolido, aun cuando no sea tan cierto, -Yo se que todo hubiera salido bien- comento tratando de recomponerme -Pero debo agradecer al destino que de alguna manera ha logrado solucionarlas cosas y nos hemos vuelto a encontrar- doy una sonrisa de alegra con un cierto brillo en los ojos, -Gracias por que aquella ves me diste la oportunidad de conocerte y este me has dado la oportunidad de volver a hacerlo- dije con el rostro lleno de una alegría y cursileria.

-Siempre me gusta decir la verdad- respondo a sus palabras tratando de llegar mas cerca de ella -Y sobre ti es obvio que solo digo la verdad, lo que se, lo que siento y lo que se- doy un suspiro, -Me alegra mucho que hayas sobrevivido a todas las pruebas que la vida te ha dado, ahora eres fuerte, pero ahora estoy a tu lado, y siempre lo estare a partir de hoy- quiero estar con ella y tenerla como una aliada y una buena amante, en ambas cosas me sera muy util y espero lograrlo.

-¿Vivir aquí?- pregunto algo confundido -No, no, para nada - respondo con una leve riza, -Aquí solo trabajo, aunque algunas veces he tenido que dormir aquí pero tengo una casa en las afueras de la ciudad- continuo con aun la sonrisa en mi rostro -Este lugar no es muy agradable ademas de frio, no creo que pueda dormir tranquilo aquí, nada mejor que la comodidad de la casa- dije mirando un poco alrededor del local -Si un dia tienes tiempo y estas dispuesta podría llevarte a conocerla-.

Continuo con las caricias en tus manos -No tienes porque cohibirte de decir lo que piensas o sientes, sabes que en mi puedes confiar- dije enredando sus dedos con los mios -Yo te he sido sincero asi que tu puedes serlo conmigo-, me quedo en silencio mientras escucho el comentario sobre el local, -Si, tambien tengo las cosas buenas que he conseguido- dije tocando algun que otro buen reloj y diciendo -Como este bonito reloj- sonrió amablemente -Algunas cosas las he encontrado en mis viajes otras en trueques o préstamo, todo lo que necesite si me interesa.-.


Estábamos muy juntos y no pude evitar querer el contacto de nuestros besos de nuevo por lo que volvi a dar un beso rápido con una sonrisa -Ya espero que vengas y que me cuentes todo lo que has hecho, se que hoy no te puedo pagar pero pronto lo haré ya que crecerá el negocio y una ayudando no estaría mal para el negocio, pero todo se resume a si quieres o no- dije de forma directa -De todas formas estoy feliz de que estés aquí y que me quieras ayudar- sonrió delicadamente acariciándote suave, -Bueno los sueños son sueños aunque tal vez esten conectados o simplemente fue una coincidencia pero lo sierto es que ha sido una buena y grata coincidencia por lo que creo que no seas asi, algo nos unió- te doy un beso esquimal, -Eres mi niña linda y quiero que estés conmigo y poder ayudarte siempre que me sea posible- te doy un tercer beso muy sensible por todo.

Escuché todo cuanto me decía sobre aquel encuentro en el barco, lo cierto es que me sorprendían todas aquellas palabras pues, aunque se portara como un caballero, la impresión que daba era la de un poco libertino que le hubiera dado igual una chica u otra. - Basta Bard - protesté con un poco más de firmeza que antes - Lo que pasó, pasó. Te aseguro que lamento si te dolió nuestra despedida, me ayudaste y no debía pagarte de esa forma pero, por más que te duela, tienes que entender que en ese momento era lo que necesitaba, era el empujón que requería para superar la tristeza y lo que me había ocurrido. En otro momento, otras circunstancias,.. tal vez todo hubiera sido distinto pero en aquel instante era lo que debía hacer y no puedo arrepentirme por ello, ese camino me ha llevado a seguir viva, a aprender un poco mejor quién soy, a tener un trabajo decente, un techo sobre mi cabeza,.. y tú también has conseguido algo como esta tienda y todo lo que tienes aquí para vender, y seguro que has conseguido más cosas en este tiempo - le miré con cierta esperanza - No te centres en el pasado, mira el futuro que se abre ahora ante nosotros.

Observé el lugar mientras me hablaba sobre vivir allí - ¿Ves? Has conseguido bastante en estos años, tienes la tienda y una casa. No todos pueden decir lo mismo, otros tienen que vivir en la misma tienda para reducir costos y aumentar un poco los beneficios. - sonreí alegre por eso, pues realmente me parecía una buena noticia - y, por supuesto, estaré encantada de acompañarte un día a tu casa para conocerla. - Sabiendo la cantidad de tareas que requería una casa, añadí - ¿Tienes a alguien que te ayude y se encargue de las tareas domésticas o las haces tú? Debe ser mucho trabajo si se une a todo lo que debes hacer aquí.

Apreté un poco las manos en las suyas - Soy sincera, nada de lo que he dicho es mentira y seguro que lo sabes.. - repliqué sabiendo que se refería a que hubiera cerrado la boca por el tema de tener estropeadas las manos y no por haberle engañado - Es una tontería.. - aparté un poco la mirada aunque deje mis manos en las suyas - De joven, cuando vivía en Dover, tenía la absurda fantasía que algún noble distinguido pasaría por allí y se quedaría prendado de mi inmensa belleza, me sacaría de allí y me llevaría a Londres para acudir a las opulentas fiestas de la alta sociedad. Ahora veo mis manos, mi ropa actual,... - encogí un poco los hombros - Como decía es una tontería.. debería estar agradecida porque sigo viva y porque tengo ropa,.. En estos años he visto personas que se peleaban por los harapos de un muerto en algún callejón o que atacaban a las ratas por comida y yo sigo con teorías absurdas. - Suspiré y le dediqué una sonrisa resignada aprovechando para observar todo cuanto había en la tienda - Es interesante todo lo que tienes aquí, quien sabe quizás ese reloj fuera de alguien importante. - Olvidé un poco el tema anterior y me centré en este - Quizás deberías darle vida a estos objetos, quiero decir, si vendes un collar antiguo solo es un collar antiguo, pero si alguien se interesa en él y le dices que se rumorea que fue un regalo de Enrique VIII a alguna de sus mujeres o de sus amantes como las hermanas Bolena o, si quieres alguien francés, puedes decir que fue un regalo de Enrique IV.. captarás mayor interés de los posibles compradores, ¿no te parece?

Estaba sorprendida por aquella sucesión de besos e intenté apartarme suavemente sin que pareciera un rechazo, después de todo lo que había dicho antes no quería ofenderle de nuevo pero tampoco podía permitirle ciertas confianzas siendo casi desconocidos aún. - Por supuesto que vendré cuando me sea posible pues mi trabajo como sabes es cuidar la residencia del Doctor Marceau y habrá días en los que quizás no me sea posible venir aquí, pero cuando pueda, vendré.  - aseguré, la idea de trabajar entre esas antigüedades no me desagradaba, me permitiría continuar con algunos estudios que había dejado a medias al salir de Dover. Me entraron ganas de decirle que no era una niña pero, tras esos besos, si le decía que era una mujer lo mismo lo tomaba a incitación para algo más; en cualquier caso me abracé un poco a él - Realmente me alegro de haberte encontrado de nuevo y espero que esta vez todo sea mejor.

Parecía que no iba a hacer tan fácil todo lo que tenia planeado hacer con la chica, esta muy reacia ceder me tendría que esforzar mas si quería lograr sacar algo de ella pero por como van las cosas mejor sera mejor cambiar de estrategia, ganarme su confianza de otra manera, aunque ya la tengo pero necesito acercarme un poco mas, lograr un poco mas de intimidad entre nosotros, algo debo encontrar en ella, espero que valga la pena.

Suspiro calmándome un poco -Era solo...- sacudo mi cabeza a los lados -Tranquila- vuelvo a sonreír -Tienes toda la razón- dije algo resignado -Ese viaje fueron solo unos días ahora tenemos una vida por delante- aunque me costara aceptar que no conseguiré lo que quería tan fácil -Y tenemos que aprovechar eso y todos los días que podamos- dije ya recobrando un poco la calma y dejando en mi rostro una mirada mas neutral -Hoy es un buen día para aprovecharlo- sonrío con calidez.

Me peino el cabello con mi mano y sonrío -No es para tanto, es solo una simple casa y este un simple negocio- digo tratando de ser modesto -La casa esta en las afueras por lo que por eso me salio algo barata y este negocio fueron muchos prestamos, algo de ahorro y un poco de suerte- doy un par de pasos hacia atrás -Bueno mi casa estará siempre abierta para ti aunque hay que caminar un poco y esta algo descuidada- suspiro -Tenia a alguien pero al final esta se fue ahora estoy solo, tengo que llevar la casa y el negocio solo, espero encontrar alguien que me ayude pronto- comento al aire.

Observo detenidamente su belleza -Si no estuviera seguro de que voy a recibir un no te propondría matrimonio y te daría esa vida que tanto soñabas- sonrio -Porque enserio la mereces- comento algo juguetón -Aunque no podría llevarte a cenas de sociedad, pero al meno si podrías darte el lujo de dicer que estas casada conmigo- dije algo altivo -Y no tendrías que trabajar como ahora, podrías hacer un trabajo mas simple y que nos de beneficio a los dos, aunque claro eso si fueras mi esposa- voltee a mirar a un lado con una media sonrisa.

Tomo una figura de madera y la detallo un poco -Eso intento de ves en cuando, pero para darle mantenimiento a estas cosas necesitaría ayuda, muchas de estas cosas tienen mucho tiempo y requieren de mucho detalle, ya de por si es difícil mantener el negocio solo, si me pusiera a restaurar no podría hacer nada mas- volteo a verte -Necesito un par de manos “trabajadoras”- dije mirando disimuladamente sus manos -Que me ayuden o no podre- comente al aire esperando ver que resultado da la indirecta.

-Siempre que puedas venir estaré encantado, tu compañía es perfecta para algunos dias solitarios- dije acomodando un par de cosas y metiendo un pequeño desorden de objetos en una caja -Si hubieras venido antes a mi te hubiese encontrado otro trabajo que use un poco mas todo ese intelecto que me mostraste- dije recordando que se trataba de una bruja -Me imagino que has estado estudiando ¿Verdad?- quería seguir besándola pero creo que no es conveniente por ahora, -Yo también me alegro de ver lo mejor que estas- dije mirando de arriba abajo con una sonrisa algo picara.

Me alegré de dejar ese tema atrás, tener que estar rechazándole de forma continua no era agradable y menos aún teniendo en cuenta que acabábamos de reencontrarnos. Era mejor olvidar un poco ese tema para no acabar demasiado incómoda o irritada con ello, así también sería más fácil seguir la conversación de forma agradable y no teniendo que buscar alguna excusa para marcharme rápidamente.

Resultaba un poco extraño, para algunas cosas el carácter de Bard parecía más arrogante y con aires de superioridad y sin embargo hablaba de su casa y sus logros con modestia. O era una persona realmente compleja o una de esas visiones de su carácter era solo una apariencia que no encajaba del todo con la realidad, sólo tenía que averiguar cual de las dos. ¿sería la arrogancia su mecanismo de defensa o la modestia una forma de falsa humildad para conseguir más atención? - Sigo pensando que es un logro tener la casa, aunque esté en las afueras, y la tienda. Es comprensible que necesites ayuda. - pensé en ello un instante y comenté - ¿has pensado en alguien de las clases bajas? A veces no se puede confiar demasiado en ellos pero hay buena gente si sabes buscarla y muchos estarían contentos con techo y comida, pues ya es más de lo que tienen ahora mismo. Te serviría para cuidar de la casa y, en ocasiones, venir aquí para limpiar todos estos objetos o ayudarte en lo que necesites. - Lo sabía porque yo misma había pasado algunos años junto a ellos y, aunque la mayoría acababan siendo un poco rateros, muchos lo hacían para poder sobrevivir y si se les ofrecía una posibilidad de trabajo con comida y techo aceptarían encantados.

Meneé la cabeza divertida - Ciertamente es mejor que no lo preguntes pues tienes razón, te llevarías una negativa. - Suponía que debía tomar como un halago sus palabras pero seguía viendo en Bard a un libertino y, por tanto, casarse con alguien como él sería pasar los días y las noches en casa mientras él estaba trabajando y luego apaciguando sus instintos con otras mujeres. Tenía claro que eso no era lo que quería, ahora que era hija de nadie y que disponía de trabajo, la idea de casarse no era lo único ni lo principal en mi cabeza. Si algún día llegaba alguien realmente especial, tal vez me lo plantearía si la situación lo requería, pero casarse por casarse ya no era interesante; eso era sólo mientras fui una niña tonta y mimada que creía que el mundo era un lugar idílico. Además, la teoría de él sería que hiciera el mismo trabajo que en casa del Doctor Marceau sólo que sin cobrar por eso de ser "mi" casa, junto a ofrecerle otro tipo de beneficios a él por el hecho de ser mi marido; sólo que eso no iba a decírselo a él para no ofenderle. No, mi situación actual era lo bastante buena como para pensar en cambiarla.

Sonreí por todas esas palabras sobre ayudarle en el negocio y, más aún, por las palabras siguientes; no pude evitar ladear un poco el rostro y mirarle enarcando levemente una de mis cejas antes de hablar - Así que si hubiera venido antes, me habrías buscado trabajo para emplear mi intelecto pero habiendo venido ahora sólo tengo opción a ayudarte con un par de manos "trabajadoras" - chasqueé la lengua con decepción - Vaya mala suerte la mía,.. - lo pensé un instante y añadí en tono bromista - Si hubiera tardado aún más en aparecer por aquí, ¿qué tipo de trabajo me habrías ofrecido?

Fruncí un poco el ceño por su pregunta sobre estudiar pero antes de responder observé la trastienda en busca de un lugar donde sentarme, así como la posibilidad de preparar un té pues a pesar de vivir en Francia mis costumbres inglesas aún se mantenían. - ¿Por casualidad tienes por aquí algún lugar para calentar agua y un servicio de té? - le pregunté con curiosidad - En cuanto a estudiar.. no recuerdo haber estudiado mucho desde que deje mis clases con la institutriz. No he tenido tiempo para buscar maestros precisamente, me he limitado a mantenerme viva y evitar que el resto de pillos intentase algo. - Sonreí débilmente pensando en ello - He aprendido mucho sobre cocina, si te refieres a eso, y del cuidado de una casa; de economía doméstica para no gastar más de lo que tienes,.. ese tipo de cosas.


Off. Bard, recuerda que Lys no sabe que es una bruja. Puedes sacarle el tema si quieres y decirle que lo es; lo comento solo por la pregunta sobre sus estudios y la respuesta tan rara que ha dado ella

La conversación estaba cambiando un poco de rumbo, en aquella oportunidad tampoco me puse como objetivo conocerla bien, tan solo quería pasar un buen rato, pero si quiero de verdad obtener algo de ella tendré que ir por el camino largo y difícil, el que tomas cuando te interesa una chica y quieres a toda costa estar con ella, aunque habra que invertir mucho si planeo conseguir algún favor especial de Lys, me voy a vincular con ella mas íntimamente, espero que con esto logre sacar provecho de esta relación.

Me separo un poco volteando a ver la zona mientras escuchaba -Es solo algo de sacrificio- dije haciendo un puchero, -Es verdad que gracias a esto he tenido que descuidarme y dedicarme solo a esto sin poder tomar tiempo a mi o para mi- suspiro resignado -Pero cuando llegan las responsabilidades uno tiene que olvidarse de los placeres de la vida- volteo cuando escucho que hablas de darle un trabajo a alguien -Pues recuerda que las cosas cada ves son mas complicadas con los empleados, cada ves el gobierno te exige que les des mas y ademas de todos los problemas burocráticos que tienes al conseguir un empleado, ya no es como antes que con solo sacar a alguien de la calle le darás trabajo, ahora todo es papeleo y pagos al gobierno, aunque claro, se puede uno conseguir algún trabajo sin papeles pero siempre trae problemas cuando quieres hacer un negocio formal, hasta en un negocio pequeño, por ahora no tengo a nadie aun- dije al aire un poco melancólico.

Tal ves estaba hablando un poco de mas y dejándome llevar por mi lengua pero que mas da, a las mujeres les gusta eso -Pero no hay problema- dije respondiendo acerca del matrimonio -No soy de los que se rinde tan fácil- doy una media sonrisa y volteo a verte, -No siempre un si es la respuesta que se espera y una negativa siempre significa una puerta abierta detrás de esta, solo hay que saber buscar- hago una pausa y avanzo hacia ti -Pero lo mas importante es saber que es lo que se busca- me quedo un momento pensando -Ahora que lo pienso, si ya no tienes el sueño juvenil de casarte- me pongo frente a ti -¿Que sueño tienes ahora? ¿Cual es tu objetivo? ¿Vas a trabajar el resto de tu vida en casa del doctor? Bueno esto no dista mucho de ser ama de casa- comento ya hablando mas personal, -¿Que planeas hacer ahora?-

Es cierto que esta chica es una bruja pero que tanto hará con sus poderes es un misterio, después de todo esta parte nunca la investigue, no se que tanto este metida en el mundo sobrenatural, aunque seguro ella sabe que soy un brujo, pero nunca lo ha mencionado, creo que voy a indagar un poco, tal vez logre conseguir algo especial de ella, algún favor que valga la pena, igual la magia siempre me puede ayudar y si las cosas se complican mucho conozco un hechizo de amor que resultara.

Tomo un par de objetos que en algún momento fueron parte de un artefacto antiguo y trato de unir las partes, es obvio que hay varias faltan tes y por esto algunas no encajan -Si hubieras venido antes tal vez yo no estuviera aquí- dije rindiendo me al notar que una de las piezas no encaja, -Como sabes suelo viajar por mis investigaciones y esto me toma tiempo, claro mis viajes me dan beneficios como estas maravillosas baratijas inútiles- sonrió -A todos les encantan, pero- te miro -Si se trata de trabajo creo que te hubiera ofrecido acompañarme en algún viaje y ayudarme en mi investigación pero como ahora eres ama de casa no creo que puedas- comento al aire.

-Creo que en aquel lugar hay algo- dije señalando a una mesa -Bueno eres una chica lista, has sobrevivido y te ves mejor que antes, de todas formas nunca es tarde, solo tienes que leer un poco y de seguro aprenderás algo, aunque el trabajo en el hogar también es una noble labor, solo que algunos siempre buscamos algo mas haya- dije mirando hacia afuera en el horizonte -Pero si quieres aprender tal vez en algo te pueda ayudar- comente un poco altivo orgulloso de mis conocimientos.