Take me somewhere nice [Privado]

por **Autumn Aylier** Lun Feb 24, 2014 8:56 pm

El éxito es sobrevivir: ésa es una definición suficientemente buena para mí.
Leonard Cohen

Se había decidido a mejorar en sus habilidades mágicas, hasta esos momentos había vivido en una burbuja en la que creía que pasaría invisible siempre que tuviese cuidado y se mantuviera alejada de los inquisidores, pero eso no le había funcionado realmente y termino capturada por ellos y herida, demasiado herida por la manera en la que experimentaron con ella. Su fuerte no era pelear y realmente no quería hacerlo pero no podía evitar buscar la manera de defenderse a si misma por si nuevamente algo como aquello amenazaba su vida, no quería volver a enfrentar algo como eso después en su vida, las cosas ya eran demasiado complicadas al saber que estaba sola en el mundo como para estarse cuidando siempre de lo que pudiera pasarle.

Autumn se mantuvo oculta en los bosques después de que logro escapar de los inquisidores, temerosa de que pudiesen reconocerle o le buscaran para dar fin a su vida. Por las mañanas cualquier persona o animal le sobresaltaba y por las noches no podía más que llorar del temor que le daba todo aquello que alcanzaba a ver y lo que no. Los días transcurrieron lento, demasiado lento. Las heridas que tenía sanaron pero no así su corazón o sus pensamientos; ahora finalmente tenia una razón verdadera para temer a los inquisidores, por mucho que lo lamentara.
No fue hasta días después que salió de la “seguridad” que le brindaban los bosques y cuando lo hizo, la tarde estaba cayendo sobre París así que la bruja se dirigió a otro lugar en el que creía estaría a salvo de todo. La laguna.

Una vez que sus pies le llevaron hasta aquel lugar, los tonos naranjas del atardecer ya estaban iluminando el cielo parisino, pero Autumn estaba ocupada contemplando los colores reflejarse en el agua y esa manera en que todo el lugar parecía tan tranquilo, como si no existiera maldad alguna en el mundo y todo fuera a estar bien por siempre. La sonrisa infantil que solía tener y que esos días se había mantenido oculta, apareció en una manera de agradecer al mundo por aquella visión que estaba tranquilizando su corazón.
La joven bruja se sentó en la orilla de la laguna, contemplando todo aquello hasta que la oscuridad devoro toda la luz y solo existió un leve reflejo de la luna en cuarto creciente. Sumergida en toda aquella paz, Autumn se levanto de donde se encontraba y recordando entonces un hechizo que alguna vez su madre hizo porque se había caído y deseaba que dejara de llorar, fue que la bruja susurró algunas palabras al viento y una vez que termino una pequeña mariposa brillante apareció frente a ella, seguida de un grupo mucho mayor de ellas y justo como cuando era pequeña Autumn rió y giro alrededor de todo aquel grupo de mariposas, entre ellas era capaz de sentir incluso la calidez de su madre, esa que no podría sentir nunca más.
– Lo hice justo como tu mamá – susurró mientras las mariposas volaban y sin pensar, camino tras ellas, siguiendoles.

por **Quinn Bentley** Dom Mar 09, 2014 1:07 pm

QUINN BENTLEY + AUTUMN AYLIER

Quinn no andaba de buen humor pues su hermano parecía haberle pillado toqueteando a Simone de un modo muy íntimo. Un puñetazo que le dio hace no menos de una hora aun ardía en su rostro. Estaba herido con unas marcas purpuras sobre su rostro, todo se había vuelto oscuro y después de diez minutos, se despertó en el jardín, como si lo hubiera echado a patadas. En verdad lo tenía merecido, pero Simone le parecía una persona demasiado bella para que solo fuera de una sola persona. De todas maneras, iba a estar varios días fuera de casa hasta que su hermano recapacitara y le diera carta verde para que volviera nuevamente. Se encaminó hacia la laguna, único lugar en donde podría dejar todas sus penurias a un lado, siempre recordaba a su madre la cual no estuvo mucho con ellos. Xavier también la recordaba pero no lo decía tan a menudo como él si lo hacía.

Esta vez no estaría solo. El aroma a inocencia inundaba todo su ser, entonces la tierra prometida, donde está la campiña teñida de oscuro por el manto oscuro de la noche, allí, se encontraba alguien a quien el no esperaba encontrar. Un lago parecía acariciar aquellos hermosos pies pálidos emergidos en agua hablando a alguien que seguramente añoraba en demasía. Él también la añoraba, a su madre por supuesto. Terminando por llegar, se quedó oculto entre la maleza que componía aquellos bosques cerca de su hogar y la laguna -… ¿Estás sola? –miro a la muchacha de cabellos plateados -….Oh… ¿Eres un ángel que se ha dejado caer por aquí? –Se quedó mirando a la joven ¿Habría sido demasiado atrevido con lo que pregunto? Solo estaba siendo amable -…Me llamo Quinn Bentley y es un placer conoceros madmoiselle…-Se inclinó en una leve reverencia en la que no fallo en nada, fue elegante -…. Un placer…-Su tono de voz había sido afable y cariñoso, no quería asustarla -…Espero no haberte asustado….no vengo con esa intención….-murmuro lentamente mientras daba un paso hacia delante, hacia aquella joven que estaba suspirando.

Como dicen, el agua no es nada constante, pero los corazones de la gente, algunos son sensatos y firmes aunque otros cambian más que una veleta girando a golpes de viento. Quinn admitía que sentía algo hacia Simone, pero ¿Qué fue lo que vio en aquella muchacha que estaba sola en la laguna? ¿Era él acaso Arturo siendo advertido por la mujer del lago acerca de algún peligro? No, era real, no era ficción. Ahí estaba una joven asustada a su parecer y creyó que era por él -….Solo soy un viajero que se ha desviado para encontrarse seguramente con la luz que le podría guiar entre tanta oscuridad….-sonríe sentándose lejos-….Podríamos darnos a conocer…yo le di mi nombre ¿Cuál es el vuestro? –Sus preguntas eran insistentes pero tampoco quería que le tomara por un ansioso psicópata o algo mucho peor.

Quinn visiono una pequeña flor que le dio pena cortarla para ofrecérsela a aquella bella desconocida -. ..Yo también echo de menos a mi madre….Siempre son personas importantes para nosotros….¿Verdad? –murmuro estando seguro de que simpatizaría con ella o eso esperaba.

por **Autumn Aylier** Vie Mar 21, 2014 11:28 pm

La inocencia no tiene nada que temer.
Jean Baptiste Racine

Andaba como si danzara, guiada por el aleteo de las mariposas que eran la única pareja de baile que poseía en aquel lugar y las cuales seguramente serían las únicas por el resto de su existencia. Si lo pensaba bien, el aire, las hojas del otoño y las olas solían acompañarle también pero nada se comparaba con las pequeñas pero resplandecientes mariposas que le rodeaban, brindando una seguridad perdida hacía mucho tiempo atrás.

Con diversión, dejando que la pureza de aquel hechizo y del lugar desligaran su mente del dolor y los temores; al menos por unos momentos estaba tranquila y en paz.
– Creo que podrían ser más brillantes, como las tuyas mamá… pero no estoy segura de como hacerlo – sus pasos no se detuvieron pese a que el recuerdo de las brillantes mariposas y su madre sonriendo a una Autumn mucho más pequeña. Esas mariposas si le parecían capaces de cambiar el corazón de cualquier personas y las suyas, eran solo una copia de terrible calidad aunque en la realidad era idénticas.

Se sobresalto y dio un mal paso hacía atrás que termino por hacer que la bruja agitara las manos haciendo que las mariposas volaran asustadas a su alrededor. Entre aquel mar de pequeñas alas brillantes pudo notar la figura de un hombre y su corazón se agito ante la idea de ser atrapada nuevamente por la inquisición. Enmudeció completamente y cuando las mariposas comenzaron a calmarse dio otro paso hacía atrás, pensando en el lugar al cual correr o que debía hacer para el momento en que él tratara de atraparlo.
En el aura de aquel individuo captaba algo inusual, pero ella aún no había aprendido a diferencias la de los sobre naturales, solo los de su raza. Escucho su nombre y sus disculpas pero aún aguardaba el ataque. Cuando Quinn dio un paso en su dirección ella dio otro hacía atrás, acercandose más a la orilla de la laguna.

Se tranquilizo al menos un poco cuando él tuvo la amabilidad de alejarse de ella pero no creía del todo que fuera un viajero y no pensaba darle su nombre. Aún estaba asustada por lo que vivió y por si fuera poco, desde mucho antes era que temía dar información de cualquier tipo.
Algo con lo que no contó Autumn, era que ese hombre también contaba con un tema que le tocaba la sensibilidad. Él al igual que ella, había pedido a su madre. Con cuidado y bastante retirada de él fue que termino por sentarse, sin despegar sus ojos de él en ningún momento.
– Autumn – susurró – así me llamo – le miro con curiosidad – ¿Tú mamá también esta muerta? Porque yo extraño mucho a la mía, ya no tengo quien me ayude cuando no puedo hacer bien un hechizo – suspiro – …¿Tú que eres? – ladeo el rostro – no recuerdo a que pertenece esa aura que posees – una de las pequeñas mariposas se sitúo en el cabello de Autumn aleteando lentamente, pero para ese momento, ella ya estaba concentrada en algo más, algo que bien podía dañarle como antes lo hicieran los inquisidores, pero en eso no quería pensar.

por **Quinn Bentley** Dom Abr 20, 2014 1:26 pm

QUINN BENTLEY + AUTUMN AYLIER

Quinn asintió lentamente a la pregunta sobre su madre. Su madre biológica claro estaba. Después de muy, muy pequeño se unió a Xavier y desde entonces al tener ambos la misma edad o casi la misma edad, se hicieron muy amigos y muy fieles el uno al otro. El resto ya es historia.

Termino por acercarse a Autumn -…..Estas equivocada si crees que tu mama no está contigo aun….-sonríe con amabilidad-….Tu mama esta siempre vigilándote desde el cielo, al igual que mi madre está haciendo lo mismo conmigo…y cuando nos sentimos tristes, bajan en secreto en una esponjosa nube para estar a nuestro lado y terminar acurrucándonos en su lecho hasta que nuestros temores hayan cesado….-La sonrisa que tenía puesta Quinn sobre su rostro era la de una persona feliz mientras miraba la miraba fijamente -…y…y soy un…-Pensaba en decirle que era un licántropo pero quedaría muy llamativo, además no sabía si ella era alguien peligrosa o una inquisidora -….Un joven que paseaba….aunque bueno mi camino se detuvo en su destino....Perdón…-rio con cierta timidez-…Mi nombre es Quinn Bentley…señorita….y dígame…¿Se encuentra perdida por estos lares o simplemente vino con intención de quedarse un poco más? –Pregunto curioso. No se topaba con muchas jóvenes en el lago o en algún lugar alejado de la ciudad. Aunque para él, la ciudad era más peligrosa que los bosques en sí.

Los animales solo seguían su instinto si les atacabas, en cambio en la ciudad solo tienes que estar atento de cada peligro. Es algo más diferente -… ¿Hechizo? ¿Es usted una bruja? –pregunto sin más, sin moverse de donde estaba, no quería asustarla-….eh….Yo conocía a una persona que también le gustaba experimentar, pero una vez uno de sus hechizos salió mal y murió…pero todo paso, estoy bien y lo he superado….-Se sentó en el pasto de aquel lugar, observando el paisaje que se deleitaba delante de sus ojos .

-….Es hermoso el paisaje de noche, el mar tan en calma, apenas se escuchan a las olas brincar contra los arrecifes aunque los arrecifes están más adentro en el profundo océano….-rio de nuevo pero con timidez se rascaba la nuca como si las cosas que estuviera diciendo sonara a tontería. Entonces se dio cuenta de que no estaba atendiendo bien a sus modales. Rápidamente se quitó la chaqueta que llevaba puesta para ponerla sobre los hombros de Autumn-…..Discúlpame…hace un poco de fresco y no deberías enfermar….-Cuando le coloco la prenda, volvió a su sitio como perrito faldero.

Parecía que la noche era apaciguadora y no ofrecía ningún cambio en el silencio que acontecía en esos momentos. Los pájaros están durmiendo sobre sus nidos y los lobos estarían alejados de donde estaban. Quinn, que salía más veces que su hermano, sabía perfectamente que sus parientes bien lejanos, aquellos que no eran licántropos en sí, sabía que solo salían los fines de semana o algún que otro día entre semana, pero esa noche no tocaba. Así que estarían casi al cien por cien seguros de que podían estar a sus anchas. No tenía ninguna prisa en volver a su casa ya que parecía que su hermano no estaba de buen humor al fin y al cabo. Quinn sabía que su hermano era el próximo líder de los Colmillos blancos y que tendría que hacer honor a ese clan en el que ahora tocaban formar parte como la mayor autoridad y Quinn estaría a su lado como suplente y mano derecha de su hermano, aunque con lo terco que era Xavier a veces, dudaba que le fueran a tocar algún pelo o que le vallarán a hacer alguna herida letal. Su hermano Xavier era listo y rápido. No había otro como él.

por **Autumn Aylier** Lun Abr 21, 2014 4:59 pm

La luna asombra mi vida como si fuera una ilusión.
Juan Ramón Jiménez

Le gusto la manera en la que él hablaba de su madre y de la de ella también. La bruja sabía que su madre estaba en aquel lugar que llamaban cielo porque había sido siempre buena con todos, hasta en sus últimos momentos había buscado la manera de ayudado a otros, siempre con aquella sonrisa que le calmaba los temores a Autumn, siempre con la palabra correcta para que su corazón se sintiera en paz.
– Bueno me vigila pero ella no puede estar siempre conmigo, debe hacer otras cosas y es por eso que a ratos me debe dejar sola. Aunque eso pase yo pienso mucho en ella… y en papá también, él también era muy bueno – las mejores personas se las llevaba Dios pronto, las necesitaba más en el mundo de los muertos que en aquel lugar donde debían ocultarse siempre – ¿Tú papá es bueno? – le pregunto con una sonrisa, dejando que la distancia entre ambos se volviera mucho más corta.

– Quinn – repitió el nombre para no olvidarlo y fue entonces cuando la mariposa que estaba en su cabello se alejo para desaparecer en el aire, el hechizo que había hecho, llego a su final – Yo no sabía que hacer o a donde ir, estaba… – pensaba en decir que iba ocultándose de los inquisidores pero era mejor que no dijera aquello. Seguro que aquel joven de saberlo, se apartaría de su lado. Nadie buscaba estar cerca de alguien que tarde o temprano puede ser encontrado por inquisidores – buscando un sitio lindo para pasar el tiempo y, este lugar me gusta mucho, es bonito. ¿Este era tu destino Quinn? – pregunto – ¿Qué planeas hacer aquí? – se abrazo a si misma porque si bien no era tiempo de frío, el estar cerca de las aguas volvía el ambiente más fresco de lo usual y de esa manera podía cubrirse al menos un poco.

Asintió a sus preguntas; podía parecer un tanto descuidada por aceptar tan fácilmente sus habilidades mágicas, pero aquel hombre poseía como ella algo de sobrenatural que no planeaba decirle a ella y esa aura que ondeaba a su alrededor le daba la seguridad de que podía confiar en decirle algo como eso. No tenía pinta de inquisidor, de serlo, se hubiera lanzado a su alcance en el primer segundo disponible.
– Yo solo quiero saber un poco más de mis poderes pero no sé que hacer, ni cuales tengo exactamente – sus ojos fueron a las aguas, escuchaba las palabras de Quinn y cuando le cubrió los hombros termino por mirarle – Gracias, eres muy amable conmigo. Ultimamente pocas personas han sido amables conmigo – suspiro y volvió a contemplar las aguas – ¿No te distraigo de lo que tenias que hacer? – pregunto sin mirarle, concentrada en las aguas y como la luna junto a algunas estrellas iluminaban todo.

por **Quinn Bentley** Vie Mayo 02, 2014 6:04 pm

QUINN BENTLEY + AUTUMN AYLIER

Apenas entendía o escuchaba de lo que decía Autumn.

Hasta que dijo la palabra Papa….pues el…apenas le recordaba. Eran vagos los recuerdos cuando le sostuvieron en brazos y miraba a su hermano y padre nuevo. Su madre se había vuelto a casar y al parecer el cambio había sido de gran importancia – Lo lamento….Debo diferir ya que yo no tuve la oportunidad de conocer en demasía a mi padre…-Se rasco la nuca algo confuso por no saber que decirle, pero algunas palabras buenas sacaría de su estado de shock temporal -…..Mi destino creo que era encontraros señorita…-sonrió con un deje de dejadez, sin sentir muchas ganas de ello. Se volvió a sentar en la hierba del césped un poco mejor –Y estaba perdida….-suspiro -…O sola entre tantas sombras….-Por más que quisiera estarse quieto, no podía.

Un empujón se dio desde el suelo y fue a tomar las manos de Autumn, envolviéndolas con las gigantescas y toscas manos propias sobre las delicadas manos de porcelana ajena -….Yo ahora soy su amigo…y no voy a dejarla que le pase algo malo….-Podría ser algo repentino -…¿el qué? No, que va….-Sonrió mostrando parte de su dentadura perfecta-….La gente no suele mostrar la verdadera parte de ellos mismos mientras que otros son bastante pobres para no permitirse llevar una máscara durante mucho tiempo….o nunca…y…-suspira sonriendo después-…Sobre lo que si me distrae usted, pues si…pero en el buen sentido….-Se lamio los labios al notarlos secos, rio casi tropezando en la respiración.

-…Discúlpeme señorita…..sus ojos atrapan demasiado mi atención…-Acaricio un poro, una porción de un pómulo de su rostro con la yema de sus dedos aunque por favor, estaban conociéndose y la acababa de conocer-….Debo estar loco….por cierto…-Se quedó mirándola cuando dio dos pasos hacia atrás, lo suficiente para no separarse ni juntarse mucho de ella.

-….Mi…hermano…Bueno mi hermanastro, en realidad es…era como usted…-se le acercó para susurrar, sus sentidos se habían puesto en alerta de inmediato -…..alguien especial…-Siguió susurrando-…Oiga…mi hermano pueda darle clases…aunque sea licántropo….como yo…-susurro aún más cerca-….No se separe de mi….-Le cerro más la chaqueta que llevaba sobre su delicado cuerpo, acabando por oler aquel aroma a mar que del mar compartía.

por **Autumn Aylier** Lun Jul 14, 2014 8:32 pm

Eres un príncipe y te quiero.
Khaled Hosseini

Se sintió culpable por preguntar cosas que probablemente no debería. Pero Quinn era tan amable y le daba tanta seguridad que le era imposible no preguntarle cosas, hasta su voz era algo que le gustaba escuchar. Tenía tanto sin conversar de esa manera con alguien, que quizás fuera la emoción del momento la que le cegaba y le decía que no se apartara de su lado, desconocía el motivo real de porque continuaba ahí, pero mientras Quinn le brindara su compañía se quedaría, aunque su vida peligrara nuevamente.
– Perdón, no sabía que tu padre… – no dijo nada más, no conocía si el padre de Quinn estaba muerto o solo les había dejado, así que se ahorro palabras que pudieran incomodarlo más.

Una tímida sonrisa fue dedicada en dirección a su compañero de la noche, con cada nueva palabra que mencionaba se ganaba más la confianza de Autumn.
– Entonces seguramente yo también debía encontrarte y, no estaba perdida, de hecho me oculto – desvió el rostro de él, no podía mirarle mientras pensaba nuevamente en el tiempo bajo el yugo de aquel que era de su propia raza y que le había maltratado el cuerpo, todo en pos de un grupo de humanos que buscaban la destrucción de los sobrenaturales – No quiero encontrarme con unas personas que están buscándome y que no son buenas como tu – suspiro antes de regresar la mirada a él y ver como tomando sus manos, le aseguraba que nada malo iba a pasarle – Yo no quiero que nadie salga lastimado por mi culpa – pensar en que un hombre como él fuera herido o capturado, todo por ella, le hacía sentir muy mal. Si bien Quinn lucía imponente, ante los ojos de Autumn era solamente alguien demasiado bueno.

No supo como tomar las palabras ajenas cuando escucho que le distraía en el buen sentido. Pero supuso que él también estaba disfrutando con su compañía y eso le alegro el corazón.
– ¿Mis ojos? – de manera inconsciente, desvió la mirada de él mientras que sentía como su rostro era acariciado por los dedos masculinos a los que no opuso resistencia, ni se saco para que parase – No creo que estés loco – suspiro al notar como los dedos se alejaban de su mejilla, dejando unidamente el rastro de la calidez de ellos – Me agradas mucho, más que cualquier otra persona que haya conocido antes de hecho, así que, para mi eres perfecto – Su sinceridad, su carencia de cuidado al decir algunas cosas era lo que la metía en aprietos muchas veces, pero con aquel hombre, no creía que nada malo pudiera pasar.

Sus ojos denotaron la ilusión que las palabras ajenas generaban en ella. Dejo de evadir la mirada ajena para centrar sus ojos en los de Quinn, sonreír en su dirección como una chiquilla y después sonrojarse sin darse cuenta del por qué. Aquel hombre era tan maravilloso como incomprensible para ella, un misterio que nunca antes había sido capaz de encontrar pero del cual no planeaba alejarse. Comenzó a decirse a si misma que nadie les haría daño, que él era tan bueno que prácticamente sería intocable y por tanto, se mantendría cerca, muy cerca. Tal y como el le pidiera.
– Seguro que puede darme clases – se acerco un poco más a él – ya sabía yo que eras algo especial ¿Qué se siente ser un licántropo? – pregunto con curiosidad, terminando sentada justo a su lado, demasiado cerca de Quinn.

por **Quinn Bentley** Dom Jul 27, 2014 1:03 pm

QUINN BENTLEY + AUTUMN AYLIER

Las miradas que compartían el uno con el otro parecía que no eran verdaderas. Estaba preguntándose si de verdad tenia que permanecer al lado de una criatura tan frágil y dulce. Temía aunque parecía de locos que él mismo pudiera romperla en pedazos, pero asi se sentía. Protector con ella – Seguro que aprendes mucho pero tienes que tener paciencia y no te quedes viéndole mucho a los ojos…-torció el gesto de la mandíbula en uno desagradable o incomodo ya que sabía que su hermano le molestaba que le miraran la cicatriz del rostro o que dijeran que sus ojos contrastaban con su tez morena y que así parecía de ultratumba al punto de asustar a la gente.

En algunos casos, esa apariencia sombría le había servido de mucho. Había alejado a varias personas como carteros, propaganda y a alguien mas que le incomodara pero siempre se llevaba la peor parte llevándose la fama de monstruo.

En cambio Quinn era moreno y de cabellos castaños. No daba miedo pero aparentemente era un armario doble de dos puertas, que podía llevar varias bolsas en las manos dependiendo del peso de estas. No es que con su naturaleza haya ganado en musculo pero le gusta acomodarse en el sótano y poder hacer algo de ejercicio – Dime Autumn….-sonrió con cierta determinación - ¿Quién te persigue? ¿Te quieren quitar tus poderes? –Quinn preguntaba algo que pudiera ser respondido con algo muy simple, pero ¿Él que sabía?

Solo sabía que él era un licano que comía como un cosaco, comía todo lo que le ponían en el plato y lo que no era de él, después lo desgastaba corriendo o entrenando con algún arma de doble filo o a distancia – Si tienes poderes, deberías protegerte, no siempre los poderes son para mal –Aquello era a lo único que podía Quinn soltarle en ese mismo instante.

La noche estaba en su punto mas álgido seguido de los cantares de los cuervos cerca del cementerio. Allí en donde estaban podrían pasar demasiadas cosas intrigantes pero no como les pasaría a Quinn o a su acompañante. Quinn comenzó a contarle algunas cosas que su hermano compartió con él antaño cuando eran jóvenes. Xavier estaba descubriendo sus poderes y Quinn, al ser el menor estaba siempre buscando ser como su hermano mayor. Sin mucho éxito, él mismo se busco las castañas para tener algo que contar a otras personas.

Por ejemplo, a Autumn ya que parecía muy interesada en él.

por **Autumn Aylier** Lun Ago 04, 2014 12:15 pm

La vida es como las naranjas, hay que sacarles el jugo a tiempo.
Doménico Cieri Estrada

Llevo la mano hasta su pecho e hizo la figura de una cruz donde se suponía que estaba su corazón, solo para después levantar la mano.
– Lo juro, no le veré a los ojos mucho y tendré más paciencia que nadie en el mundo – sonrió – gracias por llevarme con alguien que pueda enseñarme de verdad que te lo agradezco mucho Quinn – de la manera menos probable posible se topaba con él y ahora le ayudaría a tener quien le enseñara de los suyos y de sus propios poderes, pues desde que aquel inquisidor le atrapara, no sabía nada más que poseía más habilidades de las que alguna vez creyó poseer – Haré todo lo que me pidas para no hacer que ninguno se enoje y también me comportare muy bien – se encontraba emocionada, casi tanto como cuando un hechizo accidental le salía bien y podía hacer algo divertido.

Torció los labios en un gesto un tanto inseguro. Temía que de mencionar la palabra inquisidores, estos aparecieran para llevársela nuevamente a aquel brujo de los artilugios extraños y las palabras frías, aún así, con todo y los temores que inundaban su mente, observo fijamente al hombre junto a ella y tomo aire.
– No quieren quitarme mis poderes, quieren – bajo la voz – experimentar conmigo – miro de un lado a otro, asegurandose de que estuvieran realmente solos ellos dos – los inquisidores, ellos son los que me atraparon – levanto un poco la falda de su vestido, dejando ver algunas marcas en su cuerpo pues aún no desaparecían del todo – Lo ves, ellos estaban tratando de usarme – suspiro y se bajo nuevamente la falda – pero logre salir de donde me tenían y ahora me escondo – se encogió de hombros ligeramente – No vas a dejarme solo porque puedan encontrarme ellos ¿verdad? – tenía miedo de estar sola para siempre, de nunca más poder estar cerca de alguien porque pudieran atraparle.

– Es que trate de protegerme, pero no pude hacerlo y no se del todo como usar mis poderes – se avergonzaba de decir eso de si misma, pero era nada más que la verdad – Solo puedo hacer algunas cosas y esas no me sirven cuando los inquisidores son quienes te siguen – ante sus palabras, Quinn pareció interesarse y compartió algunos conocimientos que su hermano trasmitió a él – Suenan interesantes, pero no sé si podré hacerlas o no – le miro sería y después una sonrisa apareció en su rostro – Pero si tu hermano va a enseñarme estoy segura de que estaré bien.

Se levanto de golpe de donde se encontraba y camino en dirección a las aguas de la laguna. Se sacó los zapatos ya algo viejos de todas sus andanzas y huidas, les dejo en la orilla y metió los pies en las aguas que estaban algo frías.
– Me gusta como se siente estar aquí – giro el rostro en dirección a Quinn – ¿A ti no te gusta mojarte? – terminando de preguntar eso se saco también el sencillo vestido que usaba, quedando sobre su cuerpo telas más delgadas; camino más dentro de las aguas, hasta que quedo mojada hasta las caderas – Nunca he nadado de noche – rió – Pero el agua se siente más fría – y tras un ligero temblor de su cuerpo se sumergió por completo.

por **Quinn Bentley** Sáb Ago 23, 2014 9:35 pm

QUINN BENTLEY + AUTUMN AYLIER

El inmediatamente se sentó en la tierra que daba paso a la orilla del lago.

El solamente pensaba en que era peligroso nadar a estas horas de la noche. Todo lo que le había contado, le había puesto nervioso, pero al verla tan cálida y tranquila prefirió no hacer nada, ni decir nada que la pusiera nerviosa, pero ¿era él que temía por ella o porque él se encontraba incapacitado para hacer lo que ella le pedía?

-A estas horas no deberías de bañarte….el agua debe de estar fría…-La observaba con detenimiento a como se quedó con aquellas finas prendas de algodón que cubrían su desnudez. Pudo pensar que se sonrojo, pero no, le gusto verla tan inocente y frágil, sencilla y atractiva al mismo tiempo. Había conocido a mujeres que le habían roto el corazón. Simplemente pensó en que debería ir con ella solo para que no le pasara nada, pero debido al peso muscular, temía hundirse en el agua y probablemente no poder salvarla en caso de urgencia.

– Au…Autumn…-termino sacándose los pantalones y la camisa, lo único que llevaba puesto y se quedó solo con unos pantalones largos que le protegían del frio -¿Crees estar segura de poder hacer esto? Es de noche y de….¡AUTUMN! –Grito asustado tras ver que se metía en el agua de repente, corrió, se metió en el agua compitiendo con la frialdad de las aguas, buscando a Autumn por todos lados hasta que se metió en el fondo del agua, no veía nada por la escasez de luz, pero en la profundidad pudo ver un destello cobrizo –Agafas….-Intento hablar bajo el agua, salió a la profundidad y de pie espero a que aparecía Autumn del agua.

Se había asustado al verla salir. Solo pudo suspirar con lentitud conforme la adrenalina de su cuerpo cesaba lentamente. Estaba dejando la ira a un lado. Su cuerpo fornido y musculoso multiplicaba al de Autumn. El interceptaría una bala por ella. Era demasiado hermosa, tanto en apariencia como en su interior y el aura que sentía provenir de ella le daba ganas de protegerla. Era extraño cuando la ha conocido esta misma noche, pero se mantendría a distancia cuando podría parecer un loco. Antes, cuando Simone había venido a su hogar, había intentado conquistarla en lugar de su hermano, podría haber abusado de ella pero no habría hecho nada que Simone no quisiera.

Días después de picnic y él se separó de los dos porque se sentía que sujetaba las velas entre los dos. Pero vio a Autumn y se fue acercando poco a poco a ella y ¡Oye! Ahora estaban juntos en el agua – ahh..-no se había dado cuenta de lo fría que estaba el agua -…Esta fría el agua…-Terminando por salirse de las aguas frías, estaba pensando en que los lagos en temperaturas heladas, eran siempre visitados por cierto tipo de animales carnívoros -…Sal…¡ahora! –Volvió a por ella, la saco de la mano y pudo ver su desnudez bajo la ropa íntima mojada – Estas mojada….-Murmuro para sí, aunque quizás lo había escuchado ella también -…Bueno yo también…-Termino por abrazarla contra su fornido cuerpo, acariciando sus cabellos de fuego con la suavidad de la palma de su mano -…Creo haber visto a un anima dentro del lago….-Tomándola de las mejillas la observo con temor -.. No vuelvas por esta noche dentro ¿Harás como digo?

por **Autumn Aylier** Dom Oct 05, 2014 10:23 pm

Desde el primer momento en que nos vimos supe que era él
Federico Moccia

No temía estando cerca de él. Era una sensación y un presentimiento complicado de entender pero algo dentro de ella le decía que mientras aquel hombre estuviese cerca, de hecho, con tan solo que la mirase, estaría ella bien. No dudo en meterse a las aguas porque la mirada de Quinn le seguía y porque era divertido, el agua parecía estarla llamando para que se metiera en ella y disfrutara unos instantes. Aunque espero que Quinn la acompañara eso no paso e igual no impidió que sintiera que todo era maravilloso.
– Esta fría si, pero no creo que lo suficiente como para hacerme enfermar – y de pasar eso ¿Qué importaba?, se llevaría solo los buenos momentos cuando el amanecer llegara y sus huidas se reanudaran. Quien sabía cuando volvería a ver a Quinn y al menos, deseaba llevarse recuerdos de él.

Sonrió lo más que pudo al notar que él también se animaba a hacerle compañía, pese a las dudas que denotaba en su manera de hablar y que ella no entendía porque. Era curioso que alguien tan imponente fuera de aquella manera, pues de hecho, sin tanta ropa lucía aún más imponente. No había despegado la mirada de él en un buen rato, al menos hasta que se sumergió por completo. Escucho que casi al instante le llamaba, pero aún así se mantuvo un poco sumergida, hasta que emergió y se encontró con el rostro algo preocupado del lobo aquel.
– ¿Quinn? – le llamo porque parecía estar perdido en otro mundo. Permanecía con la mirada fija en ella, pero no decía ni hacia nada y ella se fue acercando un poco más a él – ¿Pasa algo? – su voz denotaba preocupación ante la inexistente respuesta que obtenía pero de un momento a otro reacciono y eso provoco que ella se echara a reír – Pero no es tan fría, en invierno debe estarlo mucho más – se detuvo unos segundos, pues en invierno ni siquiera podía llamarse a aquello agua, era simplemente hielo.

Le miro divertida salir del agua, con las gotas escurriendo por su cuerpo mientras que ella seguía en el agua, sin poder dejar de mirarlo buscando eso que le hacía sentirse tan segura y cómoda a su lado. Las firmes palabras de Quinn le sacaron de la ensoñación en la que se encontraba y antes de poder decir algo, termino siendo llevada fuera de las aguas.
– Claro que estamos mojados, estábamos en el agua – sonrió, sin notar que la tela que llevaba encima se pegaba a su cuerpo. Las gotas de agua le escurrían por el cuerpo y el cabello – ¿Por qué salimos? – preguntó antes de terminar siendo rodeada por aquellos brazos y estando tan cerca noto lo cálido que era – Yo no he visto nada pero… eres tan cálido – se acerco más a él y le miro fijamente cuando le tomo por las mejillas, dedicándole una enorme sonrisa – No lo haré, te lo prometo – frunció entonces el ceño – Eres tan alto y yo tan pequeña – iba a comenzar a quejarse cuando recordó que él había hablado del frío – ¡Ah! Pero vamos a cambiarnos aunque no se si sea buena idea, mojaremos la ropa y entonces si nos enfermaremos. Perdón, creo que si fue mala idea entrar al agua aunque – pego su oído al pecho de Quinn – si me pongo de esta manera, puedo escuchar tu corazón – y ahí se mantuvo, esperando a que él le alejara porque de ser por ella, se quedaría escuchando y sintiendo la calidez de Quinn toda la noche.

por **Quinn Bentley** Vie Oct 24, 2014 7:43 pm

QUINN BENTLEY + AUTUMN AYLIER

No quería imaginar posiblemente que algo maligno se lanzara sobre Autumn. Una mujer bastante frágil desde su punto de vista protector que parecía ejercer sobre ella. Apenas la conocía, pero alguien como ella, alguien como Autumn no podría difundir ninguna malignidad. No sentía malignidad, solo dolor en ella. ¿Debería de decir algo? ¿Debería de consolarla? No, parecía calmarse con el latir de su propio corazón, pero, él quería saber si eso que escucho de una pitonisa era cierto. Aquello de que “Del otoño encontrarás la calidad del verano” y ¿eso? ¿Qué significaba? A no ser que intentara él dar el paso. Las manos las coloco sobre la pequeña cintura de Autumn, temía romperla en dos con un solo movimiento de algún apretón o algo. Temía romperla, pero creyó que ya era demasiado tarde para echarse atrás.

– Autumn… -Dijo con seguridad para mirarla a los ojos con firmeza, sintiéndose bravo y preparado para lo que haría a continuación. Estaba de piedra. Haría algo que no hizo durante muchos años. Durante tantos años hace que no lo hice con la esposa de su hermano y que por su culpa, todos se separaron. Por su culpa pero de aquello fue hace demasiado tiempo. Tomo del mentón a Autumn para que alzara su castaña mirada hacia él, eran inocentes – Te cuidaré siempre que esté en mi mano y estés cerca de mi…-Abrazándola con uno de sus brazos, después el otro la acerco finalmente hacia él, cubriéndola con su calidez y enseguida Quinn acerco sus labios hacia los ajenos.

¿Que fue esta sensación? Todos estando en grupo Quinn siempre se había quedado fuera de él pero ahora parecía que no era así. Sentía que con el beso que compartía con Autumn se sentía propio de él, se sentía completo y sin tener que besar a nadie ajeno. Sus manos apoyadas en su espalda volvieron a las mejillas de Autumn para que no se separara de ella, quería seguir el beso una y otra vez hasta que se quedara sin aliento, pero tuvo que parar, quedándose observando aquel rostro. Tenía que creerle, seguramente él estaba igual de sorprendido que Autumn por haber vuelto a ser él en dar el paso hacia delante cuando temía hacerlo de nuevo – Autumn…lo…lo siento…fue repentino…-Se disculpó inmediatamente sin saber porque, le había encantado el beso y quería volver a sentir sus labios sobre los ajenos – Y yo sentía temor por volver a…-¿Sería demasiado directo si lo dijera en el primer encuentro?

– Me gusto bastante besarte….-No evitaría un rubor leve sobre sus mejillas porque significaba que había sido importante para él y seguramente para su acompañante – No es…-Y basto un poco más para que él volviera a lanzarse sobre ella a la vez que la rodeaba con los brazos, sintiéndose parte, un poco de ella solo que esta vez, cuando fue a su espalda con ambas palmas de las manos subieron a sus cabellos rojizos y la agarro de la cintura solamente para alzarla del suelo – ahora estas a mi altura…-Termino riendo levemente cuando volvía a dejar de pie y en el suelo a Autumn – iremos a cambiarnos Autumn, pero iremos a un lugar seguro, a mi casa y serás acogida con los brazos abiertos…-Se atrevió a proponerse no ser tan efusivo pero ya había comenzado la cuenta atrás. Volvió a mostrar una muestra de cariño con un gesto dulce sobre la frente de Autumn, algo seco tuvo y se lo dio a Autumn – Te estarán grandes pero es lo que tengo…-Dijo con seguridad ya que entre ambos, parecía no haber más secretos.

Él era un licántropo y ella era una bruja.

Era evidente quién necesitaba las ropas secas de Quinn.

por **Autumn Aylier** Dom Oct 26, 2014 4:30 pm

El latido del corazón de Quinn era como una canción. Calmaba las ansiedades de Autumn, esas que no expresaba con palabras y que aún así se notaban en su mirada, como pequeños destellos de una oscuridad a la que temía sucumbir. Con Quinn tan cerca ya no creía que existieran inquisidores, cuando estuvo presa de uno fue como un simple sueño que no se repetiría nunca más porque tenía alguien que le protegía mientras rodeaba su cuerpo. Cerro los ojos, respirando con calma mientras se dejaba envolver lentamente por el corazón del licántropo, hasta que él le llamo y la llego a levantar la cabeza para observarle.
– ¿Qué pasa? – miraba a los ojos del lobo, quien mantenía su rostro elevado al sostenerle por la barbilla. Le sonreía como si le conociera de toda la vida y en cierta manera Autumn sabía que le conocía, era una sensación que le llevaba a estar segura de ello y de que las palabras de Quinn eran completamente ciertas; él no dejaría que nadie le hiciera daño mientras estuvieran juntos – Lo sé, de verdad que si – y termino siendo abrazada antes de que todo su cuerpo se tensara y no supiera que era exactamente lo que sucedía.

Un montón de veces observo a parejas besarse mientras pensaban que nadie les miraba y esa misma cantidad de veces se pregunto qué era lo que se sentía, solo para olvidar eso después, cuando la urgencia de esconderse, moverse de donde estaba, comer o dormir suplían esos pensamientos. Fue por eso que no se espero el beso que le daba el licántropo y que le dejo sin moverse para nada. La nueva sensación junto con la calidez y la seguridad que le daban, la llevo a desear no separarse nunca más de él. Quería estar rodeada de ese calor por siempre.

Su cuerpo reaccionaba lentamente, apenas dejando que todo aquello la llevara lejos de los pensamientos para comenzar a responder aquel beso que era su primer beso y al tiempo se sentía como si fuera algo que hiciera constantemente. Estaba segura de que todo eso era lo que Quinn le hacía pensar y transmitía a ella así que no le preocupaba si era el primero o el ultimo, se sentía muy bien.
– ¿Por qué te disculpas? – ladeo el rostro, con las mejillas enrojecidas – No creo que se deba pedir perdón con esa cosas ¿o si? – todo era nuevo para ella, vivir de cierta manera aislada era una enorme desventaja cuando se trataba de descubrir realmente el mundo – ¿Temor de mi? – se sintió tonta de preguntar eso cuando él aseguro que le había gustado besarla y el sonrojo en sus mejillas se volvió aún mayor, así que agradecía que quizás no viera tan bien en la oscuridad de la noche – Yo… – estaba por decirle que a ella también le gusto besarlo cuando una vez más su cuerpo fue rodeado. En esta ocasión, Autumn le rodeo el cuello con los brazos y rió por haber terminado justo a la altura de Quinn – Tienes razón, estoy a tu altura y sabes – se acerco a su oído antes de que la bajara – también me gusto el beso – susurró antes de que sus pies tocaran el suelo nuevamente.

Sus ojos se abrieron de par en par. Escuchar que irían a su casa y que sería bien recibida fue algo que no se esperaba. Sonrió y cuando lo que quedaba de la ropa seca de Quinn fue a parar sobre su cuerpo, le tomo de la mano.
– Gracias por todo – apretó la mano masculina – No quiero que te enfermes, vayamos a tu casa y… ¿Seguro que no seré una molestia? Bien puedo quedarme aquí – De verdad que no deseaba dejar al lobo, pero tampoco buscaba ser una molestia para él. Un poco de tiempo con él y se había dado cuenta de que era y sería la persona más importante para ella. Su destino, sin saberlo, siempre estuvo escrito para que terminara cerca de Quinn.

por **Quinn Bentley** Dom Nov 02, 2014 5:03 pm

QUINN BENTLEY + AUTUMN AYLIER

Quinn no estaba tranquilo si la dejaba a su suerte, se la llevaría a su hogar a pesar de lo que pudiera escuchar de su hermano u otra persona. Sabía que Xavier guardaba los vestidos que se dejó Madison al haberse ido de aquella mansión así que seguramente no habría problema con la ropa, aunque si la había a él no le importaba dejarle una camisa y unos pantalones o a lo mejor alguna doncella tendría algún vestido que pudiera dejar a Autumn.

No lo sabría hasta que no fuera hasta dentro de la mansión –Vamos Autumn, también debes de estar hambrienta, tendrás tu propio cuarto si quieres y bonitos vestidos…-Sonrió cogiéndole una de sus manos para besarle el dorso de una de ellas, simplemente pensando en que estaría con ella y protegiéndola, le garantizaba una vida más duradera y las ganas de quitarse la vida se irían de su mente.

Bueno ahora estaba listo para todo - ¿Nos vamos? Teniendo en cuenta de que la noche se vuelve más fría –Dijo por tomar de la mano a Autumn y comenzar a andar por el sendero por el momento ambos en silencio. Se preguntaba qué tipo de cosas le habían hecho a ella para que quisieran de ella algo…o simplemente que pudieran pedir de ella. En el pasado, Quinn habia cometido cosas horribles que habia afectado a la relación con su hermano, pero aquella mujer, Madison, no parecía ser quien era.

Por fuera parecía dulce pero en el interior podría ser alguien de dos caras. Fue cierto que varias veces yacio con ella a espaldas de su hermano, lo cual el desconocía pero acabo eligiendo a Xavier. Simplemente no pudo más que darse cuenta de que estaba apretando mas de la cuenta la delicada mano de Autumn sin querer – Ah lo siento Autumn…-Disculpándose acaricio y lleno de besos la mano lastimada – Soy un idiota, lo lamento de veras….-Volvió a disculparse y simplemente él mismo se acercó para besarla de nuevo en los labios - ¿Me perdonas? –Dijo nuevamente mirándola con ojitos de cordero degollado.

¿Funcionaria?

Con Madison funciono varias veces pero siempre ella acababa por echarse encima de él, dejándole no más opción que yacer con ella. Y Bueno su hermano como dijo antes, no supo nada, se fue a la guerra, ella se fue y se quedó solo hasta que volvió a estar con su hermano. Lo mal que lo paso no se puede contar. Simplemente estaba solo en todo, pero quizás ahora con Autumn de su lado, todo podría ser distinto.

por **Autumn Aylier** Miér Nov 26, 2014 5:35 pm

Un cuarto propio y bonitos vestidos era lo ultimo que le interesaba tener. La prioridad en la vida de Autumn era mantenerse a salvo de los inquisidores que trataron de matarla una vez y con quienes no planeaba volverse a topar nunca en su vida. Sonrió de manera infantil pero por la comida que Quinn estaba diciendo que tendría.
– Pues si tengo algo de hambre ahora que lo mencionas así que – se encogió de hombros – me encantaría poder comer algo, aunque sea un poquito de cualquier cosa – No alejaba su mano del licántropo porque sabía que no le haría el menos daño y que mientras estuviese al lado de él todo le iría bien a ella.

– Vayamos – respondió en tono animado mientras se comenzaban a alejar de la laguna. La mano calidad de Quinn daba calor a la de la bruja, que se aferraba fuertemente a la mano masculina. De cierta manera era como si ella buscara no soltarse y perderse pues alguien que le ofrecía lo que aquel hombre no lo encontraría nunca más. Con cada paso de Quinn, ella necesitaba dar dos. Iba a una velocidad bastante acelerada todo gracias a la diferencia de estaturas y corporalidad de ambos pero aún así, todo era soportable si es que ambos terminaban a salvo. En cierto trayecto del camino, los ojos de la bruja se pasaron sobre si mano que era apretada cada vez con mayor intensidad que antes – ¿Quinn? – pregunto con extrañeza porque le apretara tanto, siendo que se mostraba demasiado amable con ella y fue hasta que se quejo que él le soltó la mano – Descuida, estoy bien. Solo que ha sido extraño todo y dolió pero ya estoy bien – suspiro antes de sonreír y asintió – por supuesto que te perdono, sé que no fue tu intención hacerlo – y aunque no pudiera leer sus pensamientos o saber que había en la mente del hombre, sabía con certeza que no busco dañarla. Levanto la mano libre y le acaricio con suavidad la mejilla – No te preocupes por eso.

Ahora decidida y aun sin saber a donde ir, Autumn tiro de la mano de Quinn y siguió andando sin soltarle.
– ¿Por dónde debo ir ahora? – pregunto mientras llegaban a lo que parecía ser una pequeña intersección y con ojos enormes y esperanzados, la joven bruja observo a aquel hombre que estaba haciendo de su salvador. Era como el personaje de un cuento de hadas que aparecía cuando más se le necesitaba para hacer que todos sus sueños se hicieran realidad y sus temores desaparecieran por completo. Así la bruja confiaba en el príncipe vestido de lobo.

TERMINADO

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