Dulce locura. [Threishan]

por Invitado Sáb Ago 28, 2010 3:36 pm

Había decidido ocultarme en un sotano de aquel sanatorio mental, lo había investigado y sabía con certeza que no entraría nadie allí. Así que, tras pasar el día allí durmiendo, me desperté y rondé por el lugar sin prisa alguna, imaginándome el sufrimiento que sería estar encerrado entre aquellas cuatro paredes.
¿Realmente los enfermos podía curarse allí dentro? ¿O era aquella la causa de su locura?
Gritos y sollozos se oían por los corredores, lamentos en cada esquina y miradas atemorizadas, preguntando sin palabras si yo era uno más de sus carceleros.
No, yo no era otro de sus carceleros, yo era el ángel salvador. O el demonio, según la perspectiva.
Me fui fácil encontrar a los encargados de aquel sitio, dos celadores y un encargado. Cuan sabrosa me resultó su sangre, sería por el hambre, o porque la maldad tiene un sabor delicioso. Me llevó un rato abrir todas las puertas de los cuartos.

-Fingid estar locos, os tomarán por cuerdos

Ese fue mi único consejo para todos ellos antes de verles huir. Me creían un ángel. Sonreí, irónico, y me dispuse a ver como huían desde una de las ventanas de los cuartos, con aquella irónica y fría media sonrisa en los labios.

por Invitado Sáb Ago 28, 2010 5:35 pm

Vagar por la noche era lo más común en mi vida, si no tuviera la riqueza que mi querido Vithori me dejó, probablemente vagaría como un indigente por el mundo y no por serlo, simplemente por el placer de no tener nada a qué aferrarme.

París era grande y su magnificencia se extendía a mis pies. Podría sentirme el dueño de todo y nada a la vez. Mis pasos confundidos me llevaban por calles aleatorias confundiendo el camino a mi destino. Una oleada de gente en bata blanca salía corriendo de un edificio dirigiéndose al bosque, a la ciudad y a lugares aleatorios, mi curiosidad me llevó a indagar el suceso; intentaba sacar algo concluso de las mentes de esas personas, pero todo era caos y confusión.

Me acerqué entonces al edificio, en lo alto de este decía legiblemente "Sanatorio Mental", reí ante lo obvio, una panda de locos se habían escapado.
La gente salía corriendo y gritando "El ángel de negro es el salvador", mi curiosidad por conocer al "ángel de negro" me llevó a adentrarme al edificio. Los locos corrían chocándose entre ellos y cayendo, apresurados por salir de su infierno, el bendito sanatorio.

Recorrí varios pasillos riendo y golpeando el suelo con el bastón asustando a algunos locos y probablemente el más loco de ese lugar era yo... o eso pensaba. Vi entonces a un hombre, alto pálido, de cabellos como la noche y vestido de negro en gran parte riendo y hablando para los locos, se aproximaba a mi sin percatarse si quiera de mi mirada, su presencia vampírica inundó el lugar y nuestras miradas se chocaron cuando quedamos uno delante del otro.

-Bonito alboroto el que habéis armado, debo deciros caballero que os admiro- dije con un cierto rintintín en mis palabras, sonriendo y haciendo un ademan con la cabeza en señal de saludo.

por Invitado Dom Ago 29, 2010 10:18 am

Sentí los golpes de un bastón golpeando el suelo y esperé con impaciencia que la presencia que sentía se presentase ante mí. ¿Sería un demente como yo, aburrido en su solitaria noche?
Escuché que se reía, ¿todo aquello le resultaba gracioso? ¡Si yo solo estaba dando un poco de libertad a las personas más cuerdas...!

-Bonito alboroto el que habéis armado, debo deciros caballero que os admiro-el ritintin de sus palabras me hizo sonreír de medio lado, y dirigí una fría mirada a sus ojos cuando me saludó con un gesto de su cabeza

-¿Alboroto? ¿Habéis visto estos lugares? Hasta yo me volvería más loco de lo que ya estoy.- no pude evitar reírme ante mis propias palabras.- Además, necesitaba un hogar, y este lugar sitio parece estar tan transtornado como yo...- me decidí a mirarle.- ¿Buscas un hogar tú también? Aunque por tus ropas, diría que no...- me reí irónico y me acerqué a una ventana, todos habían huído ya, y en aquel lugar no quedaba nadie.

por Invitado Dom Ago 29, 2010 2:34 pm

Reí por su comentario, definitivamente había encontrado a un vampiro más loco que yo, o al menos eso parecía. Me acerqué a mirar por la ventana, donde él se apoyaba, clavando la vista en la lejanía, el edificio ya se encontraba completamente vacío, solo quedábamos él y yo, los más locos de todo el edificio, eso os puedo asegurar.

-Definitivamente, éste sería un lugar magnífico para residir e ideal en tu condición.- Bromeé abiertamente con el hombre mientras que en mi rostro aparecía una irónica sonrisa que hacía entrever mis largos colmillos a causa de no alimentarme debidamente. Miré de nuevo a la ventana apoyándome sobre esta y dejando a un lado mi bastón, los pensamientos del muchacho eran confusos e imperceptibles, como si solo albergara en él el presente y se haya olvidado del pasado, "vaya suerte", pensé, el poder olvidar el pasado sería algo magnífico para mi, aun que no estaba del todo seguro, eso implicaría olvidar los sentimientos, sentimientos que me hacían sentir humano de vez en cuando y eso era gratificante teniendo en cuenta mi estado. Volví el rostro hacia el hombre y le regalé una media sonrisa.

-Threishan...- volví a decir estirando una de mis manos para que éste la asiera en señal de presentación.

por Invitado Dom Ago 29, 2010 8:25 pm

-Definitivamente, éste sería un lugar magnífico para residir e ideal en tu condición.-
arquée una ceja ante su broma, ¿acaso podía comprender mi locura? Me reí negando con la cabeza, ningún vampiro podía, pues ninguno había sufrido lo que yo. Qué egoísta sonaba, pero me importaban poco los demás, igual que yo no les importaba lo más mínimo. -Threishan...- dijo interrumpiendo mis pensamientos y estirando una de sus manos para que la estrechase.

-Eric.- respondí en un susurro, estrechando su mano. Clavé mis ojos en los suyos, fríamente.- Así que tú también eres un demonio chupasangres, como suelen llamarme mis amigos feligreses.- reí irónico y solté incómodo su mano, no me gustaba el contacto físico.- Pareces hambriento...- reí de nuevo irónicamente.- En un rato vendrá la policía, así que podrás aprovecharte de la situación... no tienes que darme las gracias.- bromée con una media sonrisa en los labios.

por Invitado Miér Sep 01, 2010 11:36 am

-¡Oh!, vuestro grado de bondad y amabilidad me conmueve, caballero- dije riendo y haciendo una exagerada reverencia intentando parecer "agradecido" por el banquete que me estaba ofreciendo, aun que a decir verdad la idea se me antojaba placentera, pues deseaba llenar mi cuerpo vacío por sangre caliente.

-Aun que intuyo por vuestro sarcasmo que esto estaba todo planeado, predispuesto para la lucha - volví a bromear agravando mi voz irónicamente, pues las palabras sarcásticas seguidas por sus risas irónicas hacían del hombre una persona exuberante, borde e irónica, pero eso era algo con que yo me sentía completamente identificado, pues era mi manera de estar a la defensiva de las personas. Me acomodé los guantes en la mano y miré enarcando una ceja al hombre esperando algún comentario por su parte.

por Invitado Miér Sep 01, 2010 5:23 pm

-¡Oh!, vuestro grado de bondad y amabilidad me conmueve, caballero.- su risa y aquel exagerado gesto de gratitud me hizo sonreír fríamente de medio lado, parecía frío, malvado y sádico, ¿estaría equivocado? -Aun que intuyo por vuestro sarcasmo que esto estaba todo planeado, predispuesto para la lucha.- bromeó interrumpiéndome, pensé de inmediato que todo aquello, incluida mi locura, le resultaba divertida.

Desdichado, aún no sabe bien como puedo divertirme realmente, susurré para mis adentros, dejando escapar una leve risa al ver que la policía ya se hayaba en las puertas del sanatorio.

-Y el corderito se metió directamente en la boca del lobo...- dije en tono ausente e irónico al ver como comenzaban a gritar fuera para que los que quedaban en el interior del lugar, salieran sin oponer resistencia. ¿Sin oponer resistencia? ¡Que aburridos son estos humanos a veces!. -Creo que eso va por nosotros...- desvié mi mirada a los ojos de mi acompañante, dedicándole una fría mirada. Hice una mueca de tristeza ausente fingida.- ¿Deberíamos salir sin oponer resistencia? Son muchos, y nosotros solo dos...- entorné los ojos y volví a mirar a la ventana, los policías ya estaban entrando en el lugar.- Vaya, no van a darnos ninguna oportunidad...- negué con la cabeza, entrecerrando los ojos fríamente y sonreí.- No opongamos resistencia...- le dije dedicándole otra de mis irónicas sonrisas y me quite la chaqueta que llevaba para dejarla en el alféizar de la ventana.

La policia nos sorprendió entonces, a los dos solos en aquel sanatorio. Por el rostro de Threishan, le habían cogido "desprevenido", o eso parecía; yo ya estaba acostumbrado a estos "numeritos"...
Sonreí a mi compañero, muy friamente, y corrí con velocidad contra uno de los guardas, acorralándolo contra una pared sin darle opción a moverse, y clavé mis colmillos directamente en su cuello. Cálida y amarga sangre, seguro que había sido un buen hombre, ¡con lo sabrosa que es la maldad!
Me separé de su cuello, con la boca manchada de sangre y un pequeño reguero de gotas por la comisura de mis labios. Miré a los demás hombres y les sonreí, mostrándoles la sangre y mis colmillos. ¡Qué sabroso es sentir el miedo! Algunos comenzaron a gritar, pues las leyendas urbanas de un "diablo chupasangres vestido de negro" que mataba curas se veía confirmada. Sonreí aún más plácidamente al ver su amago de huida.

-¿Vas a dejar que escapen?.- le sonreí perversamente a mi compañero, lamiendo las pequeñas gotas de sangre que aún quedaban en mi boca.

Off: Disculpa que me haya alargado tanto, pero estaba inspirado... y es tan fácil disfrutar con la maldad de Eric en estas escenas...

por Invitado Jue Sep 02, 2010 3:57 pm

Seguíamos con la ironía cuando de repente, y sin sentirlo, una voz en la puerta del sanatorio me distrajo, se trataba de la policía que ya estaba haciendo su acto de presencia, en busca del culpable de que tantos locos anden suelto por las calles, aun que unos más no hacía daño a esta sociedad.

Eric empezó un monólogo y yo solo me limité a escucharlo divertido, pues su ironía y el desparpajo con el que pronunciaba las palabras me divertían y colmaban de gracia, a mi manera claro está.

Los policías entraron en la estancia, era un grupo de cinco hombres que amenazaban con arremeter contra nosotros si oponíamos resistencia. Mi acompañante se burló y mofó de ellos cuanto quiso, hasta que se lanzó a diestra y siniestra a por uno de ellos, los demás lo miraron con el pánico y la ignorancia en sus mentes, arremetían balazos contra el hombre pero no lograban mantener el pulso y acertarle. Yo me quedé observando la grotesca escena, hasta que el olor de la sangre inundó mis fosas nasales, bajando por mi garganta y provocándome un ligero escozor.

-¿Vas a dejar que escapen?.- dijo entonces Eric y yo volví los ojos hacia los policías, saboreando el dulce aroma del líquido carmesí.

Dejé mi bastón apoyado por la pared y me despojé de mi negra capa, imitando el anterior movimiento del hombre, dejándolo en el alfeizar. Caminé lentamente hasta los hombres y estos en un ataque de pánico empezaron a retroceder idiotamente tropezándose entre ellos y temblando a causa del miedo.

-¡Amigos míos!, uniros a esta fiesta. ¡Festejemos la falta de cordura y alabemos la locura!, pues de lo contrario sería todo muy aburrido.- Empecé un discurso abriendo los brazos de par en par en un amago de abrazo hacia los policías.

-Pero si vuestro cometido es deshaceros de nosotros... ¿qué sentido tiene ya la fiesta?- dije esta vez con un tono de tristeza fingida y negando con la cabeza, chasqueando la lengua por el paladar en tono negativo. -Me temo mis amigos que eso no podrá ser... al menos este día.

Me abalancé a por dos de ellos saciando mi sed rápidamente con uno de ellos, clavándole mis colmillos en su brazo y al siguiente en la clavícula, pues intentaba zafarse de mis brazos y no me dio tiempo de coger una mejor postura. La sangre salió a borbotones llenando mi boca de ella y saciando mi quebrantable sed, el hombre no se estaba quieto en ningún momento, por tanto tuve que proporcionarle más dolor para que se distrajera levemente, así que rompí el brazo por el cual estaba asido haciendo un sonoro y retumbante "Crack". Bebí de él cuanto quise y pude, ya que siempre los dejaba agonizar por ellos mismos, no me gustaba sentir el pleno sabor de la muerte cuando me daba tal festín.

-Qué rápido se nos acaba la diversión...- dije girando la cabeza para ver a Eric, mientras me relamía la comisura de los labios en busca de la última gota de sangre en ellos, pues ese hecho era algo que me encantaba hacer, ya que indicaba el buen sabor de la sangre, al menos para mi.

por Invitado Jue Sep 02, 2010 4:29 pm

-Qué rápido se nos acaba la diversión...- dijo él mirándome, relamiéndose y buscando hasta la última gota de sangre en su boca. Me reí divertido alzando ligeramente la cabeza tras el "espectaculo" que había ofrecido con dos policias de los que se había alimentado, pensé de pronto que le esperaba algo más... cruel.

-No te puedes quejar, te lo has pasado de maravilla con esos dos....- miré a los dos hombres moribundos en el suelo.- Que poco agradecido por tu parte lo de dejarlos con vida....- caminé lentamente hacia aquellos hombres y me agaché para mirarlos friamente.- Al menos se agradecido....- mientras decía esto tomaba la cabeza de uno de los hombres y la giraba hasta el punto de que su cuello se rompiese, dándole una muerte rápida. -Y dales descanso eterno.- añadí finalmente mirándole mientras repetía la acción con el otro hombre.

Levantándome, me sacudí las manos con gesto de asco, odiaba tocar a los humanos. Di un par de pasos hacia delante para ponerme a la altura de Threishan y susurré cerca de su oído: Aún queda un par de ellos más.
Sonriendo friamente, salté para planear a baja altura hasta los pocos hombres que quedaban y cerré las puertas del sanatorio. Atrapados, susurré ladeando la cabeza para mirarlos con fingido gesto de lástima.
Tomé a dos de ellos por las ropas y los lancé hacia Threishan, mientras que al tercero, lo levanté en el aire sujetándolo por las ropas.
-Hablales a todos de esto... si sobrevives.
Sonriendo irónico, le lancé por una de las ventanas. Mi hambre ya estaba saciada, pero no mi diversión.

por Invitado Vie Sep 03, 2010 3:43 pm

Aún habían tres hombres más en el recinto y no era cuestión de acabar con la diversión allí mismo. Eric vio como estos se dirigían a la salida y se abalanzo hacia ellos, cogió a dos por la camisa y me los lanzó, yo dejé de hacer caso a él para centrar mi atención en los hombres.

Cogí a los dos por el cuello, mi sed estaba saciada pero me divertía tanto verlos sufrir a causa de mi naturaleza que aproveché y clavé los colmillos en el cuello de uno de ellos, la sangre manaba a chorros, yo solo sorbí una poca y lo dejé chorreando, al otro le clavé las uñas en el rostro escuchando sus sollozos. Admito, cuando la maldad me inunda puedo llegar a ser un auténtico sádico, pero es que ¿acaso eso me hace más monstruo que vosotros?, ¿nunca tuvisteis el deseo de acabar con una persona, aun que solo sea un segundo y durara solo unos segundos?, pues yo soy de los que me atrevo a hacerlo y no perdono la vida tan fácilmente, pues aquella vez solo lo hacía por diversión y esa era mi forma de divertirme, lo entendáis o no.

-Las pesadillas existen y yo soy la peor de ellas...- susurré a ambos hombres mal heridos, pues el miedo en sus ojos ya solo pedía una última opción, la muerte, una muerte rápida y yo no estaba para cumplir el deseo de nadie.
Desgarré la piel del rostro de uno de ellos y lo tiré al suelo, se retorcía de dolor y yo reía salvajemente, posé un pie sobre su cráneo y aplasté su cabeza contra el suelo, fácil y sencillo para mi, doloroso y sufrible para él. Obligué al otro hombre a ver la grotesca escena, pero el desangre lo estaba debilitando. "Bah" dije para éste y estampé el rostro contra la piedra, dándole por fin la muerte deseada. La sangre estaba por todo el lugar, el suelo, las paredes, las ventanas, mi ropa, todo estaba bañado en aquél exquisito líquido carmesí.

"¡Qué asco!" pensé para mi al ver mis ropas manchadas de sangre, dejándome con una pinta de carnicero sádico salido de alguna obra de terror, aun que mucho fallo no había en esa comparación, pues soy un ser que se narra mayormente sólo en relatos de terror, soy sádico y probablemente la mano del diablo, o no... ¡YO SOY EL DIABLO!

-¿Y ahora qué?- pregunté a Eric al acercarme a él, pues la "diversión" en el lugar había acabado y ahora los únicos no-muertos de aquél lugar éramos él y yo, dos asesinos sueltos, dos locos desquiciados, dos malditos diablos.

por Invitado Vie Sep 03, 2010 9:13 pm

Miré entonces a Threishan y me crucé de brazos esperando ver su "actuación".

Cogió a los dos por el cuello y clavó los colmillos en el de uno de ellos. La sangre salía a borbotones y solo sorvió un poco de ella, dejando que el hombre se desangrase mientras al otro le clavó las uñas rasgandole el rostro. Me reí negando con la cabeza y continué mirándole.

-Las pesadillas existen y yo soy la peor de ellas...- oí que susurraba a los hombres. Desgarró la piel del rostro de uno de ellos y lo tiró al suelo para posar un pie sobre su cráneo y aplastar su cabeza contra el suelo. Ugh... susurré molesto al ver la cantidad de sangre que estaba desperdiciando.Estampó después el rostro del otro hombre contra la piedra, acabando rápidamente con su vida.

-¿Y ahora qué?-.- preguntó acercándose a mí. Me reí friamente y negué con la cabeza.
-Ahora deberías a ponerte a lamer cada gota de sangre que has despediciado, bastardo, ¡debes tratarla como una bendición!.- resoplé para luego mirarlo con una fría sonrisa. -¿No te has divertido lo suficientes, maldito derrochador? ¿Qué esperas hacer ahora, montar una barra libre para vampiros que deseen lamer paredes?
Negué con la cabeza y me acerqué a mi chaqueta para, tras sacudirla, volver a ponermela.

por Invitado Dom Sep 05, 2010 6:34 pm

-Bueno, la idea de la barra libre no es tan mala del todo, los beneficios os lo dejo a vos por patentar la idea...- bromeé, ahogando una risa en mi rostro, pues a mi parecer me estaba poniendo demasiado amable con aquel desconocido, aun que para ser sincero tampoco me desagradaba del todo su presencia e irónica personalidad.

-¿Deseas ser el primer cliente?- pregunté serio y señalando los cadáveres, mi broma era perceptible, pero mi rostro se tornaba sombrío, dándole una imagen tétrica y tal cual de un relato de terror.

Sonreí al fin, pues la idea de alimentarnos de ello me resultaba ligeramente asquerosa, pero la imagen en sí se me antojaba graciosa. Pasé mis manos por la barandilla y observé el panorama, la desierta calle y la noche lúgubre acechándonos por completo.
-Dime bastardo- usé el término con que él se había dirigido a mi hacía escasos minutos. -¿Piensas quedarte aquí?- volví a preguntar, sin dejar de mirar por la ventana, pues aquella imagen de soledad y muerte me sumían en un pequeño ensimismamiento, pensando en la locura y aberración que acababa de cometer y con la cual me divertía cuan niño pequeño con un dulce en las manos.

por Invitado Jue Sep 09, 2010 2:30 pm

-Bueno, la idea de la barra libre no es tan mala del todo, los beneficios os lo dejo a vos por patentar la idea...- bromeó ocultando su risa, haciendo que yo también me riese. Su personalidad era bastante curiosa y aunque intentara negarlo, parecía una persona con un irónico sentido del humor que podía comprender el mío.

-¿Deseas ser el primer cliente?- preguntó serio pero ocultando una risa, señalando uno de los cadáveres del suelo. Puse una mueca de asco y él sonrió finalmente.

-Dime bastardo- me reí al ver que usaba el termino con el que le había denominado. -¿Piensas quedarte aquí?- volvió a preguntar, sin apartar la vista de la ventana.

-No.- respondí con una leve risa. -Aún es pronto para dormir y me apetece divertirme... ¿que se te ocurre para esta noche? Quizá una iglesia, un seminario de curas... ¡la misma policía!.- me eché a reír ante mi propia locura y le miré de nuevo.

por Invitado Jue Sep 09, 2010 11:36 pm

-Se me ocurre algo mejor...- una media sonrisa se me dibujó en los labios y me encaminé hacia una de las habitaciones. Allí encontré lo que esperaba, batas, sábanas y camisas de fuerzas, volví rápidamente junto a Eric y le tiré en los brazos una camisa de fuerza y una bata blanca. -...¿lo entiendes?- pregunté arqueando las cejas.

Me despojé de mi capa negra y mi bastón y me las puse encima de mis elegantes ropas, vistiéndome como uno de esos locos que se habían escapado hacía unas horas gracias al redentor de los locos.... "El ángel de negro"

Me dirigí hacia la entrada, dejando mis cosas en aquél lugar, pues un rato de diversión insana nos venía bien a los dos, esbocé una sonrisa maliciosa y miré a Eric esperando a que me siguiera.

-¿Estas preparado para esto?, tal vez te resulte muy atroz....- bromeé al verlo allí de pie junto a la ventana aún con las ropas en sus brazos.

por Invitado Lun Sep 20, 2010 11:33 am

-Se me ocurre algo mejor...- dijo a la vez que una media sonrisa se dibujaba en sus labios. Se encaminó de pronto a una de las habitaciones y salió de allí con un par de camisas de fuerza y un par de batas. Me tiró una de cada y me miró arqueando las cejas. -...¿lo entiendes?[/color]
Se quitó la capa negra y posó su bastón en la pared para ponerse una camisa de fuerzas y una de aquellas batas blancas por encima de sus ropas.

Me eché a reír y le observé dirigiéndose a la entrada, abandonando sus cosas por un momento. Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios, aguardando en el sitio a que me decidiera a acompañarle.

-¿Estas preparado para esto?, tal vez te resulte muy atroz....- bromeó al ver que seguía estático en mi lugar. Me reí negando con la cabeza y me acerqué poniéndome la camisa de fuerza. Pero los primeros rayos de luz solar asomaban en medio de las nubes.
Me apresuré y le empujé con suavidad para apartarle de la puerta.
-Me temo que tenemos que dejarlo para mañana....- reí irónicamente. -Las cazas en las tabernas son interesantes, siempre encuentras todo tipo de sangre....- sonreí friamente mirando a sus ojos.

por Invitado Lun Sep 27, 2010 5:31 pm

-¿Debería agradecerte este gesto?- enarqué una ceja mientras reía sarcásticamente, no me había percatado de que la mañana se acercaba y aún tenía ganas de sangre. -Vaya... ahora todo me pilla desprevenido, un sanatorio mental y el peor de los locos en él y tú en su compañía...- rió de lado y negó con la cabeza a lo que yo respondí con otra sonrisa similar.

-¿Qué, acaso pensabas que el único desquiciado eras tú?... ¡Amigo! lo que te queda por aprender... maldito bastardo- bufé carraspeando esas últimas palabras y negando con la cabeza, pero por alguna razón nos miramos de soslayo y echamos a reír como dos auténticos locos... ¿quién nos comprendería mejor?, nadie, nadie aclararía nuestros por qués.

Caminamos por un largo pasillo hasta encontrar la habitación perfectamente oscura del lugar, al menos ahora descansaríamos sin molestias, nadie se atrevería a pisar aquel dichoso sanatorio, el ángel caído en compañía del mismísimo demonio se habían hecho presente y los pobres condenados desperdigando nuestras palabras bíblicas, el miedo, la inconsciencia, el desorden y el perfecto caos... todas ellas llevaban nuestros nombres; en cambio ni él ni yo pensábamos que encajábamos juntos perfectamente en el tablero de la perturbación.

Mis ojos se cerraron, sumiéndome en mi letargo diurno... y el sol salió...

TEMA CERRADO

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