Turn Me On Like A Good Teacher Does. [Privado +18]

por **Keyzey Skyride** Miér Mayo 21, 2014 8:19 am

Una noche con Lilith y la siguiente con Miselle... Maestra y compañera, dolor y cariño, ambas con deseo y placer, pero la des confianza e inexperiencia del muchacho le seguían haciendo pensar que era un neófito en la profesión que le gustaba y había elegido. Había aprendido tantas cosas a pesar de haberse acostado con pocas mujeres y hombres, pero la curiosidad del muchacho por explorar los campos de su trabajo le hacía querer aprender más. Así fue como a sus oídos llegó el nombre de lady Vanesa. Quizás la cortesana más madura y experimentada del burdel. El solo hecho de pensar en acostarse con una mujer quizás de la misma edad que su madre lo hacía sonrojarse e imaginarse lo que podía enseñarle, excitarse.

Así fue como un día decidió visitarla para pedirle ser su pupilo. Sorprendente como la belleza de la cortesana consiguió lo que había ido a buscar y consiguió acordar una sesión con ella. ¿Qué clase de maestra seria? ¿Se convertiría acaso en un esclavo sumiso, un juguete sexual o tal vez un buen amante? Cualquiera de las posibilidades le excitaban y ni hablar si estas llegaban a mezclarse. Solo estaba seguro de una cosa, lady Vanesa lo tendría comiendo de su mano casi tan fácil como robarle un dulce a un niño.

Iba vestido con una camisa de seda fina blanca, pantalones negros y zapatos del mismo color. Uno de los atuendos que consiguió llevarse de Inglaterra y ya casi lo poco que decía que alguna vez fue el hijo mimado de una familia adinerada. Lo había tirado todo al traste por eso, experimentar con su sexualidad. Jamás pensó que sería iniciado como masoquista ni mucho menos que encontraría una amiga amante en aquel burdel.

Se paró minutos antes de la hora acordada frente a la puerta de la cortesana con que había quedado. Su corazón latía a mil por la anticipación del acordado rencuentro. En su mano derecha una botella de vino Francés. Le costó bastante elegir uno fino por su poca afinidad con la bebida, pero al menos según sus compañeros había hecho una buena elección. Además llevaba con cuidado dos copas de vidrio que pidió prestadas en la barra del burdel. Se tomó unos segundos y suspiró.

Recordó aquello que Vanesa le había pedido llevar, una botella de vino, llegar a la hora y muchas ganas de aprender. Solo hacía falta una cosa, entregarse por completo a su nueva mentora y si era capaz dejarla satisfecha de su nuevo aprendiz. ¨Hora de llevar la prostitución a otro nivel¨ Pensó para si mismo tratando de animarse. Tragó saliva y llamó a la puerta con dos golpes de su mano izquierda. – Mi lady, Vanesa. Soy Keyzey, vine como me pidió – Dijo el joven cortesano ansioso por verla salir y comenzar a aprender de ella.

por **Gloria Ferrá** Lun Jun 02, 2014 5:55 pm

Era de noche y Vanesa estaba tranquilamente sentada en su cama, leyendo un sucio y manoseado folleto a la luz de la pequeña chimenea que había en la habitación. Aquél cálido hogar era, sin duda, la principal ventaja de ser una de las cortesanas más veteranas del burdel. Y en las frías y húmedas noches parisinas los cada vez más viejos huesos de Vanesa agradecían el calor extra.

El papel trataba de explicar cómo conseguir un préstamo. Era tan simple que incluso una mujer sin más estudios que las cuatro reglas básicas como Vanesa podía entenderlo, pero no terminaba de fiarse. ¿De verdad alguien iba a estar dispuesto a dejarle dinero por poco interés para abrir su propio negocio? ¿Los ricos serían capaces de hacer esas cosas? Nunca había oído a su padre hablar de nada parecido… Además, estaba casi segura de que necesitaría la firma de su marido. Y aquello estaba bastante descartado.

Cuando oyó llamar a la puerta suspiró y dejó el folleto guardado en una pequeña estantería. Respiró profundamente y luego dejó salir el aire. Aquella tarde se había lavado y puesto un vestido algo viejo pero elegante y sencillo, de un rojo vino. Sabía que era fácil de quitárselo de encima porque lo había usado antes con muchos otros clientes. Y aquella noche no iba a tardar en quedarse sin ninguna tela sobre su cuerpo.

-Bienvenido…-dijo cuando abrió la puerta y vio a su nuevo pupilo frente a ella. Le echó una mirada de arriba abajo y sonrió, satisfecha-. He pensado en vos toda la tarde, esperándoos. Llegué a temer que no aparecierais…

Su voz era terciopelo y su mirada la de una mujer realmente enamorada. Se abalanzó sobre Keyzey y le rodeó con sus brazos, apretándolo contra su cuerpo. El muchacho podría sentir los senos libres bajo el vestido frotarse contra su joven y viril cuerpo.

-Pasad…-le dijo en un susurro al oído mientras se separaba de él. Le cogió de la mano y lo llevó hasta la cama-. Y tomad asiento…-le dio un pequeño golpecito en el pecho para que se cayera sobre el colchón-Veamos que tenemos aquí…

Con los mismos movimientos delicados y suaves que antes le arrebató la botella de vino, las copas y miró la etiqueta. Bueno, un poco cutre para su gusto, pero debería bastar. Con su mano experta acarició el cuello de la botella y el tapón salió volando de repente, sin necesidad de sacacorchos. Dejó el vino sobre la mesita y tomó asiento al lado de a Keyzey.

-Dejemos que el vino se airee, así luego será más sabroso. Mi amor…-su voz era aún más dulce y aterciopelada que antes-. Me dijisteis que queríais aprender…-se acercó a él y pasó su rostro junto al cuello sin llegar a tocarle, pero lo bastante cerca como para que lo sintiera-. Pero hay tantas cosas que puedo enseñarte… ¿qué es lo que quieres saber exactamente?

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