No siempre la solución es el camino más fácil. [Priv]

por **Brenna Hayley** Lun Jul 07, 2014 4:57 pm

-¡Brenna! ¡Recoge estas! JAJAJA! –El mesero grito a la bruja que estaba bailando libremente sobre la mesa mientras otros la estaban animando una y otra vez. Brenna bailaba con varias cervezas de más mientras cantaba y daba gallos por doquier. Cada cual que la miraba podría decir que había tenido un día difícil, pero solo la seguían el juego. En la taberna parecía que venían los mismos clientes, uno cogió a Brenna de la mesa y le bajo para tirarle un cubo de agua solo para que despertara de la cogorza en la que estaba metida, pero Brenna comenzó a repartir puñetazos a diestro y siniestro, revolucionando el ambiente de la taberna.

Ella gano a tres tipos que se había lanzado sobre ella, y entonces volvió para continuar bebiendo cerveza tras cerveza. La gente se pensaba, cuando iba a parar la bruja de tener en sus manos cerveza tras cerveza, malogrando su cuerpo una y otra vez, pero lo que nadie pensó es que habría alguien quien la acercaría a su persona y la besaría apasionadamente, para después que Brenna ejerciera la violencia sobre esa persona…de nuevo y mas gritos de regocijo dentro de la taberna hubieron.

Era completamente algo de locos que muchos de los presentes estuvieran observando una y otra vez ¿Qué le pasaba a la bruja? Seguramente estaba ahogando sus penas en como había sido su vida, una vida en la que una sacerdotisa despechada no había podido conseguir llegar a hacer plena en toda su totalidad. Todo empezó cuando se enamoro de un espía que trabajaba para su padre y de ahí todo empeoro pero ella pensó que era buena señal seguir ese sendero aunque tuviera que sacrificar otra parte de ella.

Finalmente, no pudo hacer más que irse a un asiento siendo tirada por la mesera de la taberna, esta pareció dormirla con algún tipo de droga y la tumbo sobre el lecho de una cama. No supo cuantas horas pasaron en realidad, pero cuando Brenna despertó, los rayos del sol entraban por la ventana de aquella pequeña habitación. A su lado había una mujer de avanzada edad que parecía estar mojando paños y Brenna fue consciente de que ya tenia una en su cabeza. No dijo nada, antes de que la mujer se diera la vuelta, ella se hizo la dormida.

Tendría que ser un sueño, pero después escucho como la mujer abría la puerta y gritaba un nombre ¡Emil! ¡Bienvenido! Y no volvía a aparecer de nuevo. Brenna entonces se giro hacia la pared en aquella cama. Intentando seguir pensando que todo lo que paso ayer, fue una pesadilla.

por **Emil Ivanov** Jue Ago 28, 2014 12:50 am

Entre los pasos sigilosos del hombre de fe llega a la taberna lugar inmundo de pecados y lujurias aun cuando no es de su agrado entra a este sitio sintiendo escalofríos de solo dar unos pasos en la madera húmeda llena de licor y humo de opio, con ojos cerrados ingresa trata de en su mente visualizar aquel lugar que le hace ser feliz, aquel momento con aquellas personas, pero son nada más que recuerdos, al abrir sus ojos se ve en el ahora y solo sonríe porque por más que odie tiene que ir a ese lugar en busca de lo que llama información a su trabajo.

Cuando se sienta una mujer sonríe al verle a aquel sujeto, el timbre de su voz suena muy feliz, extasiada de ver al único hombre que le había salvado la vida y de paso le trataba con mucho respeto, este al ver a la mujer se pone pie para realizar una reverencia –Disculpa señorita, busco a la señora dueña de este negocio- era la típica broma entre viejos conocidos, la verdad era que la mujer había sido niñera del hombre cuando este era un crio malcriado, por así decirlo, ya no solo era un trato comercial si no uno de amistad y familiaridad.

-Emil déjate de tonterías y ven acá, estas todo un hombre- un abrazo inesperado le toma por sorpresa respondiendo de igual manera, la mujer le mira como si no pudiera creer lo que está viendo –hace tiempo que no vienes, ven déjame te sirvo una copa- él se tensa porque de las manos de ella nunca rechazó nada, la mujer que lo conoce se ríe dándole un fuerte golpe en el estómago –Vamos es una copa de leche tibia, eres aun un niño Emil para mí- las risas de ambos rompe el silencio, caminando hasta la barra el hombre espera en silencio en su mano tiene un rosario de cuentas rojas, cuando la mujer llega con el vaso de leche tibia, él alza la mano mostrándolo, la mujer palidece de repente.

-Lo sabía, conoces al dueño de este rosario verdad, y sabes que si lo tengo es porque ya no está en este mundo- deja aquello sobre la madera de la barra extendiéndolo a la mujer cuyas lágrimas van esbozándose por sus ojos claros –tú…tú- no puede decir más, el hombre toma su bebida para dar una pequeña probada –tranquila tu pequeño cambiaformas sigue con vida, sabes que no mato a ellos, aunque si tuve que matar a uno que le estaba tratando de matar, lo mío es más de vampiros, lycantropos, nigromantes y brujas lo sabes bien, aunque tú te empeñas en proteger a todos ellos- la mujer respira aliviada –Ay Emil hasta que una femenina de esas razas que mate no te enamoré, hasta ahí entenderás que no todos son malos y se puede convivir con ellos en paz- cierra los ojos molesto porque no cree capaz aquello. El niega como si no escuchara nada, hasta que un ruido le hace desenfundar su arma, pensando que es un licántropo.

Disculpa la tardanza.

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