AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Lost || Libre
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Lost || Libre
por Zuriñe Sáb Jul 12, 2014 9:03 pm
“Lamentarse es una pérdida abrumadora de energía, no se puede construir nada sobre eso, sólo sirve para revolcarse.”
— Katherine Mansfield
— Katherine Mansfield
Los vientos le advertían la invidente tormenta, pero ella parecía no hacerle caso a las dóciles advertencias que llegaban a ella, prefería seguir vagando por los cielos, un cielo despejado, pues las aves, eran sensatas, más que ella, se iban a refugiar entre los árboles, mientras Zuriñe aun quería sentir la libertad de sus alas, en su cuerpo, pequeño y cubierto de plumas blancas. Sin darse cuenta, pues había entrado en un extraño transe, el cual la obligaba a volar, con tal placer, que la dirección no era exacta y no podía percatarse que comenzaba a volar hacia mar adentro, cuando reacciono, estaba a uno 20 minutos de la tierra mas cercana. Su cuerpo comenzaba a castigarla, con cierto dolor en sus cansadas alas, por suerte encontró un barco en ese lugar, en donde descanso un poco.
Fue una experiencia horrorosa, nunca mas iría a viajar en barco, se lamentaba, pero por suerte pudo escabullirse fácilmente hasta llegar a un lugar seco y solitario en el barco, no duro mucho el viaje, aun así no le había gustado, cuando pudo bajar del barco, lo hizo como una mujer, por suerte había encontrado unos harapos que cubrían su desnudez, pero por muy poco, eran grandes, una camisa holgada, sin mangas, que se deslizaba por sus hombros, además de un cuello en corte en V, que dejaba poco a la imaginación, la parte de abajo, tenía unos pantalones, tan grandes que tuvo que ponerse una soga para poder sostenerlas y sus pies, sus pálidos pies, comenzaban a mancharse por la suciedad del puerto, pues desnudos estaban.
Caminaba sin esperar a alguien, la oscuridad ya había llegado y con ella la tormenta, que hacia rugir las olas, unas cuantas la tocaron, haciéndola huir despavorida de la parte afectada, hasta sentirse un poco más segura, pero luego llegaba otra ola cerca de ella y tenía que volver a moverse, ganándose tropezones en la tierra, pero a la final no se movía, hasta sentir que una ola la pudiera arrastrar otra vez al mar.
Su energía se había agotado, estaba cansada de tanto rechazo de la gente, no quiso moverse de donde estaba aun con la posibilidad de ser consumida por la tormenta, no deseaba resguardarse. ¿De qué serviría? Si el cielo estaba tan oscuro y maldito que la rechazaría para volar y refugiarse entre él — Toda tormenta pasa… — suspiro algo molesta — ¿tendré que quedarme así hasta que pase? — se acomodo una de las mangas que había caído hasta su hombro, deslizándose peligrosamente, casi dejando un seno al aire, pero Zuriñe rápidamente la sujeto, para volver a esconder su pequeños atributos, profanados solo por un hombre, que se había ido de viaje y aun no regresaba. Sus ojos se llenaron de lagrimas al pensar en el — ¿regresara…? — su garganta se volvió un nudo, cubrió su rostro con sus delicadas manos, sin él estaba completamente sola. Cayo al suelo, comenzaba a llorar amargamente, odiaba al conde por haberle enseñado que era amar y luego desaparecido.
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Re: Lost || Libre
por Murat Khan Lun Jul 14, 2014 1:02 am
A mitad de sus tareas le pareció que el día estaba demasiado bello para mantenerse encerrada y sentada sin hacer más que los arreglos relacionados con sus tareas como Condesa. Pero su alma era libre y como tal el impulso que ella mandaba era más fuerte que la razón. Dejo su trabajo a un lado y mando hacer los arreglos para que la llevaran a la playa, ese día estaba perfecto para estar asoleándose un rato. Se vistió con su traje de baño, uno sencillo y después se cubrió con una capa larga, pidió que le empacaran un vestido para día de campo y que no fuera muy formal y cuando estuvo todo listo salió de la casa con rumbo a la playa.
Observo toda la inmensidad del océano y por un segundo deseo ser ave para ver si podía recorrerlo por completo pero aquella idea la dejo de lado cuando recordó que debía de buscar un sitio para acomodarse. Sus dos sirvientas acomodaron todo en el lugar en que ella les indico y una vez estuvo todo se quito la capa y se recostó sobre la toalla en la arena. Se entretuvo ahí viendo las olas romper con la arena o con el paisaje en general, paso un rato hasta que decidiera levantarse e ir a nadar por un momento. El agua fría la golpeo de forma abrupta pero no desistió y siguió en el camino por el mar. Se detuvo una vez sus dedos dejaron de tocar la arena y se quedo ahí, disfrutando del momento y dejando pasar el tiempo. Poco después escucho cómo alguien le llamaba y le advertía de la tormenta pero no le dio importancia, simplemente siguió tranquilamente con lo suyo. De pronto la tormenta se desato y tuvo que regresar rápidamente, se mantuvo al resguardo de su sombrilla mientras se secaba un poco con la toalla y después se colocaba de nuevo la capa. Los pocos visitantes salieron huyendo de aquello antes de que empezara pero ella se quedo ahí, observando desde su lugar cómo la tormenta iba avanzando. De pronto observo una silueta cerca de donde ella estaba y se dijo que debía de ser algún atrapado por la tormenta así que no le dio mayor importancia hasta que se fijo en que caía al suelo. Sin pensárselo dos veces salió de su pequeño resguardo y corrió hacia el cuerpo.
-¡Oye! Resiste-dijo mientras se quitaba la capa y la colocaba sobre la otra, había hecho bien en llevar una que era gruesa y forrada para que no se mojara demasiado. -¿Puedes caminar? ¿Te encuentras bien?- hablaba intentando hacerse escuchar por sobre la tormenta. -Vamos, debemos irnos de aquí- comento mientras la sacudía un poco y le quitaba los cabellos de la cara.
Observo toda la inmensidad del océano y por un segundo deseo ser ave para ver si podía recorrerlo por completo pero aquella idea la dejo de lado cuando recordó que debía de buscar un sitio para acomodarse. Sus dos sirvientas acomodaron todo en el lugar en que ella les indico y una vez estuvo todo se quito la capa y se recostó sobre la toalla en la arena. Se entretuvo ahí viendo las olas romper con la arena o con el paisaje en general, paso un rato hasta que decidiera levantarse e ir a nadar por un momento. El agua fría la golpeo de forma abrupta pero no desistió y siguió en el camino por el mar. Se detuvo una vez sus dedos dejaron de tocar la arena y se quedo ahí, disfrutando del momento y dejando pasar el tiempo. Poco después escucho cómo alguien le llamaba y le advertía de la tormenta pero no le dio importancia, simplemente siguió tranquilamente con lo suyo. De pronto la tormenta se desato y tuvo que regresar rápidamente, se mantuvo al resguardo de su sombrilla mientras se secaba un poco con la toalla y después se colocaba de nuevo la capa. Los pocos visitantes salieron huyendo de aquello antes de que empezara pero ella se quedo ahí, observando desde su lugar cómo la tormenta iba avanzando. De pronto observo una silueta cerca de donde ella estaba y se dijo que debía de ser algún atrapado por la tormenta así que no le dio mayor importancia hasta que se fijo en que caía al suelo. Sin pensárselo dos veces salió de su pequeño resguardo y corrió hacia el cuerpo.
-¡Oye! Resiste-dijo mientras se quitaba la capa y la colocaba sobre la otra, había hecho bien en llevar una que era gruesa y forrada para que no se mojara demasiado. -¿Puedes caminar? ¿Te encuentras bien?- hablaba intentando hacerse escuchar por sobre la tormenta. -Vamos, debemos irnos de aquí- comento mientras la sacudía un poco y le quitaba los cabellos de la cara.
Murat Khan- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: Lost || Libre
por Zuriñe Jue Jul 31, 2014 7:38 pm
”El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas.”
—Antoine De Saint Exupery
—Antoine De Saint Exupery
su pequeño cuerpo estaba derrumbado sintiendo como la tierra eran como pequeñas navajas que se incrustaban aun mas en sus piernas, no le importaba nada, estaba desconsolada, pero algo pesado la cubrió y una voz que le pareció muy lejos la hizo volver a donde estaba, Zuriñe abrió los ojos en par en par y giro su rostro hasta encontrarse con los ojos de una mujer que parecía muy preocupada, le pareció curioso su cabello rojizo, había visto muy pocas personas con aquel color de cabello, trato de limpiar su rostro de las lagrimas que salían pero solamente logro que los granos de arena cayeran a su rostro casi llegando a sus ojos. al parecer la estaba tratando de ayudar, por unos minutos pensó que se había equivocado, debía estar equivocada de persona, pero su mirada fija a ella le indico que no era así, una advertencia dentro de la cambiante hizo que se reincorporara rápidamente, la tormenta comenzaba a ser muy peligrosa para estar allí como estúpida. Trago saliva, incorporándose, para acomodar la capa que le había brindado y la ayudaba a protegerse del frio. — Gracias My Lady, pero no debería preocuparse por alguien como yo, se cuidarme muy bien — trato de explicar, no sabía cómo decirle que era fácil para ella resistir tiempos difíciles, aun así tenía la sensación de que la mujer no se iría sin ella, así que dejo que ella la ayudase.
Llegaron al fin a un lugar seco en donde algunos de los sirvientes de la mujer pelirroja la atendían poniéndole una colcha para que no se resfriara, mientras amablemente le ofrecían un poco de te calienta a Zuriñe, quien acepto con una pequeña sonrisa en su rostro. Estaban en una especie de pequeña cabaña que alquilaban los lugareños a las personas adineradas, el fuego estaba ya encendido desde hace rato y calentaba rápidamente el cuerpo de las dos mujeres. — No se como agradecerle todo lo que ha hecho por mí, aunque debo admitir que estaba más preocupada por usted— disfrutaba el calor de la taza entre sus manos, tomo un sorbo, uno pequeño, para dejarla un poco abajo — Me llaman Zuriñe— un largo suspiro se apodero de su cuerpo cuando recordaba un poco todo lo que había pasado para llegar hasta ese lugar, aun le dolía, sentía un gran ardor en la parte de su pecho, debía reponerse y seguir adelante.
— Solamente necesito ver la luz del sol, cuando la tormenta pase…— se mordió su labio inferior, bajando la mirada. Debía tratar de no pensar en cosas tristes, debía estar contenta de tener refugio, en un lugar seco y cálido. — Soy pobre, mi señora — dijo deteniéndose unos segundos — Los pobres se visten con lo que puede, en realidad, confesare, que en mi naturaleza esta no utilizar ningún tipo de prenda que oculte mi desnudez, pero al estar rodeado de muchas personas, es mejor tratar de comportarse como ellas— ella era de naturaleza asustadiza, desconfiaba de muchos, atendía a pocos, en un día normal, hubiera huido despavorida, como cuando una paloma toma vuelo, cuando siente a los humanos muy cerca, lo que no sabía aun, aquella mujer no era igual a las demás personas. Su estado emocional había cegado su instinto, tal vez cuando se diera cuenta de quien estaba cerca de ella iba ser muy tarde como para intentar alejarse, si es que ya no era tarde.
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