AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
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Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
Tras terminar todo lo relacionado con el trabajo y adelantarlo para tener tiempo libre, decidió tomarse unas pequeñas vacaciones lejos de todo lo conocido, o al menos lo mundano, quería alejarse lo más que podía de todo, principalmente de los negocios familiares, quería desaparecer por un tiempo y despejarse para así cambiar de aire un poco, por lo que tomo a su caballo negro y con un poco de ropa como equipaje, se fue cabalgando en busca de la caravana de gitanos, había oído que su familia, por parte materna, se había venido desde Londres para así viajar por Europa, algo que le agrado mucho, ya que hacía unos cuantos años que no los veía, así que a primerísima hora se fue de su casa, el viaje en si fue tranquilo y sin percances, iba con ropa normal, pasaba de vestirse elegante, si no era necesario entonces le gustaba más ponerse ropa mas cómoda a la hora de montar, como un pantalón de cuero, unas botas y una camisa blanca, el pelo lo tenía atado con una cinta de cuero, dejando que algunos mechones se le escaparan al tener un cabello tan rebelde.
El sol estaba en lo más alto cuando diviso las caravanas a lo lejos, se detuvo para que su caballo recobrase el aliento perdido, sonriendo como si le hubiesen devuelto la vida, se bajo del caballo y lo llevo a un riachuelo cercano para que este bebiese, faltaba poco para llegar por lo que podían tomárselo con calma, acaricio el pelaje negro de su caballo, recién le invadía la nostalgia y aquella sensación cálida de familia que solo los gitanos le habían dado, la había añorado, su padre y madrastra le querían igual que él los quería a ellos pero era un amor algo frio… jamás se había sentido plenamente en un hogar familiar, quizás era por la sangre que corrían por sus venas, ya que jamás se sentía cómodo entre la gente adinerada aun cuando estaba algo acostumbrado al ir tratándolos durante años, pero ahora por un tiempo era libre…
Cuando Raven, su caballo, estaba saciado, Heath le dio una manzana para así ir caminando con él hacia el campamento gitano, el sol se ocultaba cuando había llegado, viendo hogueras encendidas y de cómo algunos cocinaban, estaban animados como siempre, uno ahí jamás podía estar triste, sonrió como hacía mucho que no hacía y fue en busca de la anciana tras atar a su caballo a un poste, no tardo en encontrarse con conocidos que lo reconocían aun tras tanto tiempo, habían muchas caras nuevas y otras no tanto, saludo a los que vinieron hacia él, para luego ser guiado hasta la caravana de la anciana, la cual al verlo lo estrecho entre sus brazos como si fuese hijo suyo, aunque en parte lo era igual que el resto de gente que estaba en el lugar, tras aquel encuentro Heath le conto que se iba a quedar un tiempo con ellos, viajando incluso si se movían, eso alegro a la mujer que ya tenía sus años, por lo que se hospedo en la cabaña de la anciana ya que tenía una cama libre.
La noche no fue tranquila para nada, entre canciones, bailes y bebidas, se monto una fiesta sin razón como siempre, aunque ellos siempre decían que celebraban la vida y daban gracias por el día vivido, era algo que le encantaba a Heath, se unió a la fiesta aun cuando al principio se negó, solo podía ser el mismo en ese lugar, donde uno no necesitaba fingir y aparentar algo, ahí era un hombre libre, el tiempo paso y se acostaron cuando el fuego se extinguió, faltaban unas pocas horas para que el amanecer se presentara pero eso no hiso meya en Heath, el se levanto como cada día bien temprano, igual que los gitanos, este les ayudo en lo que podía ya que no le gustaba estar de brazos cruzados, hoy tocaba reparar algunas cosas y otras construirlas, por lo que Heath se despojo de la camisa y se puso un pañuelo alrededor de su cabeza dejando su pelo suelto, pareciendo ahora más un gitano que un señorito, aunque él jamás había aparentado ser un señorito.
El sol estaba en lo más alto cuando diviso las caravanas a lo lejos, se detuvo para que su caballo recobrase el aliento perdido, sonriendo como si le hubiesen devuelto la vida, se bajo del caballo y lo llevo a un riachuelo cercano para que este bebiese, faltaba poco para llegar por lo que podían tomárselo con calma, acaricio el pelaje negro de su caballo, recién le invadía la nostalgia y aquella sensación cálida de familia que solo los gitanos le habían dado, la había añorado, su padre y madrastra le querían igual que él los quería a ellos pero era un amor algo frio… jamás se había sentido plenamente en un hogar familiar, quizás era por la sangre que corrían por sus venas, ya que jamás se sentía cómodo entre la gente adinerada aun cuando estaba algo acostumbrado al ir tratándolos durante años, pero ahora por un tiempo era libre…
Cuando Raven, su caballo, estaba saciado, Heath le dio una manzana para así ir caminando con él hacia el campamento gitano, el sol se ocultaba cuando había llegado, viendo hogueras encendidas y de cómo algunos cocinaban, estaban animados como siempre, uno ahí jamás podía estar triste, sonrió como hacía mucho que no hacía y fue en busca de la anciana tras atar a su caballo a un poste, no tardo en encontrarse con conocidos que lo reconocían aun tras tanto tiempo, habían muchas caras nuevas y otras no tanto, saludo a los que vinieron hacia él, para luego ser guiado hasta la caravana de la anciana, la cual al verlo lo estrecho entre sus brazos como si fuese hijo suyo, aunque en parte lo era igual que el resto de gente que estaba en el lugar, tras aquel encuentro Heath le conto que se iba a quedar un tiempo con ellos, viajando incluso si se movían, eso alegro a la mujer que ya tenía sus años, por lo que se hospedo en la cabaña de la anciana ya que tenía una cama libre.
La noche no fue tranquila para nada, entre canciones, bailes y bebidas, se monto una fiesta sin razón como siempre, aunque ellos siempre decían que celebraban la vida y daban gracias por el día vivido, era algo que le encantaba a Heath, se unió a la fiesta aun cuando al principio se negó, solo podía ser el mismo en ese lugar, donde uno no necesitaba fingir y aparentar algo, ahí era un hombre libre, el tiempo paso y se acostaron cuando el fuego se extinguió, faltaban unas pocas horas para que el amanecer se presentara pero eso no hiso meya en Heath, el se levanto como cada día bien temprano, igual que los gitanos, este les ayudo en lo que podía ya que no le gustaba estar de brazos cruzados, hoy tocaba reparar algunas cosas y otras construirlas, por lo que Heath se despojo de la camisa y se puso un pañuelo alrededor de su cabeza dejando su pelo suelto, pareciendo ahora más un gitano que un señorito, aunque él jamás había aparentado ser un señorito.
Última edición por Heath Kennedy el Lun Ago 04, 2014 11:11 am, editado 1 vez
Valdus De'Ath- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
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Re: Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
Desde su llegada a París había vivido en solitario en la zona designada para la llegada de las caravanas gitanas, la cual para su felicidad se había encontrado vacía al momento de su establecimiento en la ciudad. Se había apresurado en pensar que viviría tranquila estando allí, ya que no pasaron dos semanas antes que una caravana llegara a irrumpir su soledad. Debía admitir que al principio no había estado contenta con la invación a su espacio, pero luego de dos semanas más se había acostumbrado a su presencia, se había ganado el cariño de todos y casi se sentía nuevamente en familia, sentimiento que intentaba evitar ya que tarde o temprano ellos continuarían con su viaje y ella volvería a su rutinaria soledad.
La última noche, como era común, se había celebrado una fiesta. El motivo era desconocido, simplemente había aprobechado la noche para bailar y divertirse, cosa que ya no molestaba a la loba. Las costumbres gitanas eran divertidas, no importaba que día de la semana fuera, si quería tomar tomaban, si querían beber bebian, y si querían sexo lo tenían. Era una cultura muy liberal si no se contaba la fea costumbre de buscar marido a las niñas recién nacidas. Apenas llegaron, una de las más viejas de las mujeres le había preguntado por su marido, cuando ella le respondió que no lo tenía y que nunca había estado comprometida se escandalizó, comentandole luego la historia de una mujer de su caravana que había contraido matrimonio dentro de sus costumbres y luego escapado con un hombre inglés. Mackenzie sonrió a sabiendas que hablaba de su madre, pero alegrandose de conocer gente que ella podría haber conocido alguna vez.
Esa noche de fiesta recibieron un nuevo integrante, nieto de la anciana mujer con la que hablase a la llegada de la caravana, un hombre que por apariencia se podía pensar que era gitano, pero de maneras delicadas, como la de los hombres de clase alta. Era atractivo, no podía negarse, y su cuerpo respondía al instante ante ese nada insignificante detalle.
A la mañana siguiente, también como era costumbre, mujeres y hombres se dedicaban cada uno a sus tareas, los hombres a construir o reparar lo que fuera necesario mientras las mujeres preparaban la comida para toda la caravana. Desde el principio, Mac admitió inexistente habilidad en la cocina y su preferencia por el trabajo físico, ya que su habilidad con las telas era un secreto que mantenía para sí, por lo que se dedicaba a ayudar a los hombres en las tareas pesadas.
A diferencia del resto de las mujeres gitanas, que vestían faldas y blusas ajustadas, Mackenzie vestía unos pantalones que ella misma había arreglado para que le quedaran justos y una franela de hombre también modificada por ella para encogerla más acorde a su tamaño corporal, aprovechando de quitarle las mangas para hacerla más cómoda y amarró su cabello en una cola alta ya que le molestaba tenerlo en la cara cuando sudaba, y trabajando siempre lo hacía. Era sin duda una vestimenta extraña, no sólo entre las gitanas, sino entre las mujeres en general que nunca se las veía con pantalones.
Salió de su capa, encontrándose con la imágen más erótica que tuviera en varios días. El nuevo integrante se encontraba sin camisa frente a ella unos cuantos metros al frente, amarraba en su cabeza una pañoleta, haciéndo que los músculos de su espalda se marcaran notablemente, y haciendo su boca agua ante tal imagen, imaginándoselo en la cama, sobre ella, y a sí misma aferrándose a esa deliciosa espalda, sintiendo contra sus senos el suave vello que cubría su pecho... Apartó aquellos pensamientos al cierta incómoda presión entre sus piernas para luego caminar con seguridad en dirección a él y detenerse apenas para decirle -Vamos a trabajar, no a jugar, niño rico- antes de continuar su camino en dirección al resto de los hombre para incorporarse a sus atividades.
Durante toda la mañana y parte de la tarde tropezaron un par de veces en las que ella aprovechaba de echarle un vistazo a aquel hermoso cuerpo pero sin decir una palabra. Al anochecer, luego de bañarse y vestirse con una vestimenta más común para los que la rodeaban, una falda negra hasta los pies, una blusa blanca y holgada pero corta que cubría apenas sus pechos y dejándola a la vista su plano y marcado vientre, mientras que un pañuelo grande color verde hacía las veces de cinturón atado con un sencilo nudo a la altura de su cadera.
Tras terminar la cena, decidió ir a visitar a Ventisca, como le gustaba llamar a aquel caballo que fielmente la acompañaba durante sus viajes, para regalarle una zanahoria que había robado de la cocina. Se decicaba a acariciar el blanquísimo pelaje del cuello de Ventisca cuando sintió la presencia de alguien a sus espaldas, alguien que espiaba o que simplemente había llegado allí por casualidad, pero ese alguien era sin lugar a dudas el hombre a quien más temprano había llamado niño rico y luego le había demostrado que sabía cómo hacer trabajo manual y pesado, callándole la boca y obligandola a murmurar a regañadientes un -Bien hecho, gitano- antes de marcharse a bañar, y era todo lo que recibiría de ella a modo de disculpa.
Mackenzie Clark- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/07/2014
Re: Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
La mañana fue tranquila, el trabajo era continuo ya que eran cosas que se acumulaban durante todo el viaje para luego ponerse a ellos en los últimos días de la estadía ya que en los viajes no pueden hacer mucho, solo acampaban pero no se quedaban mucho tiempo ahí como en este lugar que era fijo para ellos, a Heath le agradaba este tipo de trabajo, era mucho mejor que estar frente a interminables papeles, aquello no era para él pero debía hacerlo al ser el heredero, aunque él jamás quiso asumir tal cargo, en su vida tenía otra meta la verdad, pero para alcanzarlo primero debía fortalecer los lazos que tenia con sus contactos, ya que eso le ayudaría a expandirse de forma más fácil aunque eso no quería decir que se rindiese si la cosa se ponía difícil, todo lo contrario.
Estaba trabajando en la reparación de una de las caravanas cuando vio algo inusual, una mujer vistiendo pantalones y haciendo trabajo masculino, no lo vio mal, era hasta admirable, pocas mujeres se atrevían a ir en contra de lo impuesto y ella se saltaba todos los formalismos, eso le hiso sonreír divertido al hallar algo interesante, lo curioso era ver a una persona no gitana ahí aunque eso no quería decir que los gitanos no se juntasen con los demás, solo era inusual ver a alguien cómodo entre la gente de la caravana, le agradaba ver que esa chica no tenia prejuicios hacia su raza, aunque era evidente que de normal no tenía nada la ajena y más cuando la chica de pronto se le acerco llamándolo “niño rico” eso si que fue gracioso, no se lo tomo a mal, sino mas como un reto, se sintió juguetón y eso no solía pasarle mucho la verdad, pero la chica lo había retado de algún modo, haciendo que se pusiese a trabajar arduamente.
Hecho que hiso que se implicara en cada cosa que veía, desde arreglar ruedas viejas hasta construirlas, limpiar a los caballos –ahí aprovecho para atender al suyo, ya que se lo merecía por el largo viaje- también aprovecharon para pintar algunas caravanas que ya casi carecían de color, algunas mujeres los atendían para darles algo para beber y picar entre los trabajos acompañándolo con una charla amena y risas, alguna que otra vez se encontró con la joven de atuendo varonil, la cual parecía pasar de él, sin saber que ella lo miraba, le sorprendió que una mujer como ella tuviese tal fuerza y aguante que rivalizaba con la de un hombre, realmente única era ella y bien admirable, se percato de que varios hombres jóvenes del grupo la miraban como a una mujer –vamos con intenciones nada puras-
El tiempo ahí volaba con cada tarea, tanto que el sol comenzaba a ocultarse, tiñendo todo el paisaje de un color naranja fuego muy intenso, ahí parecía ser como un aviso para la gente del lugar para detener su trabajo, ya quedaba poco para terminar y era evidente que lo acabarían mañana antes de partir, Heath fue a refrescarse al lago con agua bien fría, dándose ahí un baño dejando su ropa en la orilla, sobre una roca dejando que el agua fría acariciara cada parte de su inmenso cuerpo, mojando su pelo rebelde y largo, estuvo nadando ahí un rato hasta que ya no había luz alguna sobre el cielo, solo la luna y estrellas, contemplo un rato aquel paisaje lejano, perdiéndose en las miles de estrellas que habían, aquello sí que era belleza pensaba él con una sonrisa, recordando a la joven que le había elogiado antes de marcharse, aquel instante con solo recordarlo le hacia sonreír, salió del agua tomando una toalla que se había traído para secarse un poco y vestirse, poniéndose un nuevo pantalón y una camisa ancha blanca de botones pero no se la cerro, sin botas fue caminando de vuelta al campamento mientras se secaba el pelo un poco.
Cuando llego, dejo en la caravana de la anciana la ropa sucia en una bolsa suya y la toalla la colgó para que se secara, la cena estaría en breve pero antes de alimentarse el, quería darle de comer a su caballo, por lo que iría a reponerle agua, heno y de paso le daría un dulce, había traído manzanas que había comprado en el camino por lo que tomo una y fue hacia el lugar donde estaban los caballos, viendo ahí a la joven que parecía estar entretenida con un caballo blanco, seguramente el suyo, se acerco a su lado ya que Raven –su caballo- estaba al lado del blanco, por lo que se detuvo al lado de la joven que era un poco baja a su lado, aunque débil no era para nada y el mismo lo había comprobado en este día.
- Hermosa yegua – comento tranquilo mientras partía la manzana con una navaja que traía encima, dándole una mitad a su caballo y tendiéndole a la joven la otra mitad, por si quería aceptarlo para su yegua - ¿puedo preguntarte una cosa? ¿llevas mucho tiempo con la caravana o no viajas con ellos? – pregunto ya que no la había visto nunca antes con ellos ya que se acordaría y mucho de una mujer tan peculiar.
Estaba trabajando en la reparación de una de las caravanas cuando vio algo inusual, una mujer vistiendo pantalones y haciendo trabajo masculino, no lo vio mal, era hasta admirable, pocas mujeres se atrevían a ir en contra de lo impuesto y ella se saltaba todos los formalismos, eso le hiso sonreír divertido al hallar algo interesante, lo curioso era ver a una persona no gitana ahí aunque eso no quería decir que los gitanos no se juntasen con los demás, solo era inusual ver a alguien cómodo entre la gente de la caravana, le agradaba ver que esa chica no tenia prejuicios hacia su raza, aunque era evidente que de normal no tenía nada la ajena y más cuando la chica de pronto se le acerco llamándolo “niño rico” eso si que fue gracioso, no se lo tomo a mal, sino mas como un reto, se sintió juguetón y eso no solía pasarle mucho la verdad, pero la chica lo había retado de algún modo, haciendo que se pusiese a trabajar arduamente.
Hecho que hiso que se implicara en cada cosa que veía, desde arreglar ruedas viejas hasta construirlas, limpiar a los caballos –ahí aprovecho para atender al suyo, ya que se lo merecía por el largo viaje- también aprovecharon para pintar algunas caravanas que ya casi carecían de color, algunas mujeres los atendían para darles algo para beber y picar entre los trabajos acompañándolo con una charla amena y risas, alguna que otra vez se encontró con la joven de atuendo varonil, la cual parecía pasar de él, sin saber que ella lo miraba, le sorprendió que una mujer como ella tuviese tal fuerza y aguante que rivalizaba con la de un hombre, realmente única era ella y bien admirable, se percato de que varios hombres jóvenes del grupo la miraban como a una mujer –vamos con intenciones nada puras-
El tiempo ahí volaba con cada tarea, tanto que el sol comenzaba a ocultarse, tiñendo todo el paisaje de un color naranja fuego muy intenso, ahí parecía ser como un aviso para la gente del lugar para detener su trabajo, ya quedaba poco para terminar y era evidente que lo acabarían mañana antes de partir, Heath fue a refrescarse al lago con agua bien fría, dándose ahí un baño dejando su ropa en la orilla, sobre una roca dejando que el agua fría acariciara cada parte de su inmenso cuerpo, mojando su pelo rebelde y largo, estuvo nadando ahí un rato hasta que ya no había luz alguna sobre el cielo, solo la luna y estrellas, contemplo un rato aquel paisaje lejano, perdiéndose en las miles de estrellas que habían, aquello sí que era belleza pensaba él con una sonrisa, recordando a la joven que le había elogiado antes de marcharse, aquel instante con solo recordarlo le hacia sonreír, salió del agua tomando una toalla que se había traído para secarse un poco y vestirse, poniéndose un nuevo pantalón y una camisa ancha blanca de botones pero no se la cerro, sin botas fue caminando de vuelta al campamento mientras se secaba el pelo un poco.
Cuando llego, dejo en la caravana de la anciana la ropa sucia en una bolsa suya y la toalla la colgó para que se secara, la cena estaría en breve pero antes de alimentarse el, quería darle de comer a su caballo, por lo que iría a reponerle agua, heno y de paso le daría un dulce, había traído manzanas que había comprado en el camino por lo que tomo una y fue hacia el lugar donde estaban los caballos, viendo ahí a la joven que parecía estar entretenida con un caballo blanco, seguramente el suyo, se acerco a su lado ya que Raven –su caballo- estaba al lado del blanco, por lo que se detuvo al lado de la joven que era un poco baja a su lado, aunque débil no era para nada y el mismo lo había comprobado en este día.
- Hermosa yegua – comento tranquilo mientras partía la manzana con una navaja que traía encima, dándole una mitad a su caballo y tendiéndole a la joven la otra mitad, por si quería aceptarlo para su yegua - ¿puedo preguntarte una cosa? ¿llevas mucho tiempo con la caravana o no viajas con ellos? – pregunto ya que no la había visto nunca antes con ellos ya que se acordaría y mucho de una mujer tan peculiar.
Valdus De'Ath- Licántropo Clase Media
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Re: Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
Mackenzie actuó sorprendida al sentirlo a su lado, girando apenas el rostro para cerciorarse si realmente era el recién llegado quien se detenía junto a ella, y así era. Tuvo que alzar bastante el rostro dado que el hombre le sacaba más de una cabeza, en ese momento en que se encontraba descalza apenas le llegaba al mentón. Pero su mirada no se detuvo allí, bajó con lentitud por el cuello, luego la garganta, aquel pecho ancho y trigueño, el nacimiento de un pequeño camino de vellos que iniciaba en su ombligo y cuyo final se perdía bajo sus pantalones. El color de su piel se notaba ahora más bronceado por el sol del día de trabajo, la camisa blanca y abierta no hacía más que resaltar cada detalle.
Intentó ignorarlo, pero su imagen ya había logrado perturbarla, por un momento se sintió vulnerable al pensar que podría conocer el efecto que detalles como dejar su camisa abierta tenían sobre ella y hacerlo adrede. Luego se burló de sí misma mentalmente, él era un simple humano, no había posibilidad que pudiera descubrir tan íntimo secreto.
El sonido de la voz masculina y ya conocida resonó a su lado, obligándola a volver la vista hacia él, intentando por todos los medios mantenerla en el rostro ajeno, pero la diferencia de estatura no le hacía las cosas nada sencillas. -Caballo- lo corrigió al notar el error, mientras recibía la media manzana que él le ofrecía y llevándola a su boca -Y no le gustan las manzanas, pero a mí sí, gracias–. Sonrió, dio una segunda mordida a la fruta y continuó -Sé que lo más común es que las mujeres monten yeguas, pero no me llevo muy bien con las mujeres, no les gusto ni me gustan, ni siquiera si son animales- explicó luego, y pasó a recordar las miradas de recelo de todas las gitanas al verla vestir pantalones, se sentían amenazadas de alguna manera.
-Los machos son más fáciles de dominar, aunque parezca extraño. Mientras tengas un trato suave con ellos y los cabalgues con agilidad, ellos responden bien- en principio estaba hablando de caballos, pero no perdió la oportunidad de poner un poco de sabor al momento dejando caer el doble sentido en sus palabras. Una mirada pícara junto con una sonrisa de falsa inocencia que seguramente le causarían cierta confusión, y a ella diversión.
Lo siguiente que le preguntó le hizo notar que, por alguna razón, a pesar de sus rasgos gitanos él no la consideraba una más de las chicas de la caravana -¿Por qué crees que no soy una gitana más del grupo?- preguntó curiosa, ya que si bien su nombre inglés no era en absoluto gitano, él no sabía cómo se llamaba, al menos no de su propia boca. Aunque, pensándolo mejor, es probable que haya escuchado a alguno de los gitanos nombrarla alguna vez, así como ella escuchó en algún momento el suyo, aún así quería saber cómo era que él la veía. -La verdad, viajo por mi cuenta. No me gusta depender de tanta gente para decidir a dónde ir, cuando iré y cuánto me quedaré, estando sola nadie más que yo puede tomar mis decisiones- respondió luego a su pregunta, esta vez mirándolo fijamente a los ojos, quizás para marcar su territorio, que no era una mujer domable.
Al terminar la media manzana que él le había obsequiado y que Ventisca terminara su zanahoria, escuchó en su mente las palabras del caballo hacia su persona -¿Qué esperas Mac? Está más que claro que no le eres indiferente- cuando la loba quiso refutar y decirle que no se metiera en sus asuntos, el caballo le dio un empujón, una especie de golpe con la cabeza por el hombro femenino que la mandó directo contra el pecho del hombre. -¡Demonios, Ventisca! Me las pagarás-. le dejó saber desde sus pensamientos, a lo que el animal respondió con una estruendosa carcajada que para oídos humanos no era más que un gracioso relincho.
Sin saber a dónde mirar, sujeta a los brazos del gitano, le preguntó -¿Tú qué haces aquí? Se nota incluso en la manera como respiras que no perteneces a este mundo, al menos no al 100%, está esa sombra del papel de niño rico que seguro interpretas en tu vida lejos de la caravana- exageró un poco con el propósito de dejar un punto claro y, quizás, desviar el tema de conversación lejos del hecho que estaban prácticamente abrazados, pues no sabía cómo alejarse de él, y cabe destacar que tampoco quería hacerlo, ni si él vería mal aquello. De haber tomado ella la iniciativa de llegar hasta allí no tendría ningún problema, el asunto es que había sido algo imprevisto, consiguiendo teñir de un ligero rosa casi imperceptible las mejillas. En un intento medio absurdo por esconder el repentino rubor, agachó la mirada, escondiendo a medias su rostro de la mirada ajena.
Mackenzie Clark- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/07/2014
Re: Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
Arqueo una ceja ante eso de que su caballo era macho, no era por común el montar yeguas las mujeres, curiosamente siempre era al revés, los hombres montaban mas yeguas y las mujeres a los sementales, pero había oído por el campamento que su caballo se llamaba "ventisca", nombre que solían ponerse a yeguas, ya que era femenino y no masculino aunque cada uno le ponía el nombre que quería, quizás debió mirar el sexo del animal antes de hablar, pero era humano errar, y no se sentía mal ni ofendido, más bien le hiso cierta gracia eso de que ella no se llevaba bien con otras mujeres, a saber la razón... -tenia cierta idea y mas habiendo visto como era la joven en el lugar a lo largo del día- aunque no le había desagradado, la chica sobresalía a diferencia de muchas, sabía lo que quería y eso era lo principal ya que muchas ni sabían eso, en especial en la ciudad que allí casi toda mujer era como una muñeca, un trofeo con el que casarse o más bien unirse para adquirir riquezas o terrenos o ambos, era hasta lamentable ya que son muchas sumisas y reprimidas... no podía con eso, por eso le gustaba más su verdadero hogar, aquí todos eran tan vivos...
Miro de reojo a la joven cuando menciono eso del dominio, era evidente que noto el doble sentido pero no lo aparento en su rostro, no era ingenuo, aparte de que notaba más cosas que las personas normales al ser mestizo, y la verdad sentía que estaban ahí los dos en una especie de juego y la verdad, no era para nada desagradable, era hasta refrescante.
- no creo que seas de este grupo ya que he estado viniendo por mucho tiempo, te habría reconocido - comento tranquilo, vaya que si que la recordaría, era evidente que la joven no era fácil de olvidar, aunque eso de viajar por su cuenta... sonaba un poco solitario, pero ahí no podía decir nada ya que cada persona era un mundo y sus decisiones eran puramente suyas, noto una mirada extraña en la joven, le sonaba a dominio pero no podía ser ya que no había nada por lo que "dominar" ni luchar... solo mantenían una conversación por lo que quizás solo se había equivocado...
De pronto el caballo de la joven la empujo, Heath reacciono sin pensárselo siquiera, atrapándola por un acto reflejo, ya que jamás se habría perdonado que una mujer callera sin el haberla ayudado, no se podía perdonar eso... quizás el código de caballerosidad la tenía muy metida aunque él no lo consideraba así... era más bien pura educación ya que la caballerosidad era un poco falsa, la gente de la ciudad la usaba a su conveniencia, mientras que Heath usaba su educación con todos por igual, sin importarle si la persona era rica o pobre, no le gustaban mucho las etiquetas sociales...
- ¿tan mimado parezco? - pregunto refiriéndose a que parecía un niño rico - aunque no lo creas, nací aquí, mi madre era de este grupo, aunque murió tiempo atrás, y mi padre me llevo con él, ya que él no era de aquí, el si es un hombre importante - no iba a decir rico ya que sonaba ridículo - pero desde que tengo uso de razón, siempre he venido aquí cuando el grupo se instala en este lugar - era evidente que revelaba su mestizaje pero no era un secreto en este lugar, si en la alta sociedad ya que todos creían que era hijo legitimo del matrimonio Kennedy, pero la realidad era bien diferente, extrañamente la joven no se separaba de él, aunque él tampoco hacía mucho por soltarla, quizás por temor a que volviese a caer o que terminase calleándose... era extraño, y más cuando la joven desvió el rostro, pudo notar el leve rubor que le había salido antes de ocultar su rostro, eso le sorprendió ¿a que se debía?
[perdon la tardanza, el trabajo me dejo off >x< unos dias bien duros T___T]
Miro de reojo a la joven cuando menciono eso del dominio, era evidente que noto el doble sentido pero no lo aparento en su rostro, no era ingenuo, aparte de que notaba más cosas que las personas normales al ser mestizo, y la verdad sentía que estaban ahí los dos en una especie de juego y la verdad, no era para nada desagradable, era hasta refrescante.
- no creo que seas de este grupo ya que he estado viniendo por mucho tiempo, te habría reconocido - comento tranquilo, vaya que si que la recordaría, era evidente que la joven no era fácil de olvidar, aunque eso de viajar por su cuenta... sonaba un poco solitario, pero ahí no podía decir nada ya que cada persona era un mundo y sus decisiones eran puramente suyas, noto una mirada extraña en la joven, le sonaba a dominio pero no podía ser ya que no había nada por lo que "dominar" ni luchar... solo mantenían una conversación por lo que quizás solo se había equivocado...
De pronto el caballo de la joven la empujo, Heath reacciono sin pensárselo siquiera, atrapándola por un acto reflejo, ya que jamás se habría perdonado que una mujer callera sin el haberla ayudado, no se podía perdonar eso... quizás el código de caballerosidad la tenía muy metida aunque él no lo consideraba así... era más bien pura educación ya que la caballerosidad era un poco falsa, la gente de la ciudad la usaba a su conveniencia, mientras que Heath usaba su educación con todos por igual, sin importarle si la persona era rica o pobre, no le gustaban mucho las etiquetas sociales...
- ¿tan mimado parezco? - pregunto refiriéndose a que parecía un niño rico - aunque no lo creas, nací aquí, mi madre era de este grupo, aunque murió tiempo atrás, y mi padre me llevo con él, ya que él no era de aquí, el si es un hombre importante - no iba a decir rico ya que sonaba ridículo - pero desde que tengo uso de razón, siempre he venido aquí cuando el grupo se instala en este lugar - era evidente que revelaba su mestizaje pero no era un secreto en este lugar, si en la alta sociedad ya que todos creían que era hijo legitimo del matrimonio Kennedy, pero la realidad era bien diferente, extrañamente la joven no se separaba de él, aunque él tampoco hacía mucho por soltarla, quizás por temor a que volviese a caer o que terminase calleándose... era extraño, y más cuando la joven desvió el rostro, pudo notar el leve rubor que le había salido antes de ocultar su rostro, eso le sorprendió ¿a que se debía?
[perdon la tardanza, el trabajo me dejo off >x< unos dias bien duros T___T]
Valdus De'Ath- Licántropo Clase Media
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Re: Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
Una sonora carcajada se dejó escuchar de los labios femeninos ante la interrogante de su acompañante -¿Tan mimado? En absoluto. La diferencia radica en que los hombres gitanos suelen ser bastante más bruscos, quizás ordinarios. Tú eres fuerte, pero elegante y delicado, rasgos para nada comunes en un gitano- se explicó, dado que parecían no estarse comprendiendo del todo. Posteriormente, al escuchar su historia, se sintió terriblemente identificada, a pesar que sus padres habían muerto los dos, incluso su hermano, él también había perdido a alguien amado, por lo que sin pensar, llevó una mano a su barbudo rostro, en señal de disculpa, ya que en ese sentido las palabras no le salían.
-¿Así que un mestizo, eh?- si bien se pudo escuchar un poco racista, aquello estaba muy alejado de la realidad. -Yo también lo soy… Mi madre perteneció a este grupo hace muchos años. Sus padres eran muy tradicionales y cerrados, por lo que la prometieron con otro gitano. Se casaron, pero ella luego se enamoró de mi padre, un médico Inglés, y huyeron juntos para tenerme- la sonrisa que continuó al relato fue de tristeza y añoranza, mintiendo ligeramente en la profesión de su padre. No podía simplemente decir que era un hechicero de buenas a primeras.
-Cuando he preguntado antes si no parecía una gitana más, me he referido a mi físico, ya que siempre me han dicho que tengo los rasgos de mi madre, no que si pertenecía específicamente a este grupo- volvió a explicarse, definitivamente tendría que cuidar un poco más sus palabras si deseaba llevar una conversación amena y alejada de malos entendidos. Después de unos eternos segundos, levantó el rostro con sonrisa ánimos renovados. No había por qué estar triste, aquello había pasado muchísimos años en el pasado, debía disfrutar de su vida actual.
Por extraño que pareciera, se sentía renovada luego de aquel pensamiento, por lo que sus actos volvieron a la normalidad. Volvía a ser la chica alegre, extrovertida y pervertida. Lo primero que hizo a continuación fue soltarse de su agarre a los brazos masculinos para rodearle la cintura con los propios y culminar mirándolo a los ojos en un ángulo más inclinado, con sus rostros más cerca uno del otro, confiriendo algo de intimidad al momento. –Eres un mestizo muy peculiar, Heath. En el buen sentido, no me malinterpretes. Supongo que has heredado, o tomado, los rasgos más atractivos de cada raza. Me gustas- admitió utilizando el nombre con el que escuchara se referían a él durante el día, olvidando por un momento que él no se lo había dicho.
En aquella posición se encontraba bastante cómoda, esperaba no estarlo incomodando, ya que también era bastante íntima. No había ningún tipo de roce indebido, pero no era común que dos completos desconocidos se encontraran de aquella manera, Mackenzie por su parte tomaba confianza rápido, al menos en ese sentido. No le platicaría de toda su vida, pero sí podría compartir momentos como ese. Más que guapo, como le había dicho, resultaba refrescante su compañía. Se parecían mucho en algunos aspectos, así como discrepaban en otros, nada que no ocurriese comúnmente en una pareja normal. No que ellos lo fueran, claro… Al menos no aún.
- Spoiler:
- No te preocupes, todos tenemos ocupaciones ^^ yo porque esta semana estoy medio libre, pero no creas que será así todo el tiempo xD...
Sobre el nombre del caballo.... La verdad es que ese post lo escribí desde el foro (no desde word, como hago siempre) y cuando fui a actualizar, no me percaté que se me había caído el internet y perdí el post completo, por lo que me tocó rehacerlo.. En la primera versión explicaba el por qué de su nombre, en la segunda debo admitir que estaba molesta conmigo misma y con el mundo, por lo que lo hice medio a los golpes. Si no es porque mencionas el hecho de un nombre femenino en un macho, me olvido por completo xD.. En tal caso, si se llega a dar de nuevo el tema lo explicaré.. Besos ^.~
Mackenzie Clark- Cazador Clase Media
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Re: Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
Frunció ligero el ceño ante ese contacto tan inesperado tras haberla oído, al parecer sí que tenía muy en el fondo parte de ambas partes familiares, aunque de seguro que si se habría criado con su abuela, ahora mismo seria exactamente igual a los otro gitanos, aunque a saber… eso jamás se podría responder al habérsele decidido un camino tiempo atrás, miro fijo a la joven que le volvía a hablar, sorprendiéndole el relato sobre su pasado, al parecer tenían más en común de lo que había siquiera pensado, la verdad es que jamás habría imaginado que ambos eran mestizos ni que tenían una similar historia pasada, aunque quizás eso le hacía no despegarse de ella, quizás en el fondo lo había notado, pero eso jamás lo sabría, no era adivino, no había heredado poder alguno de su familia, era un mero humano sin don alguno.
Arqueo una ceja ante el rápido cambio de postura, la joven sí que era atrevida o más bien extraña aunque en el mas buen sentido de la palabra, hacia cosas que normalmente una mujer no hacía, sonrió ladino aunque su sonrisa se termino cuando oyó su rara confesión ¿le había dicho que le gustaba? Habían mil formas de interpretar eso ya que habían otras mil del significado de gustar, sus halagos no pasaron desapercibidos para Heath pero en su mente aun prevalecía ese “me gustas”, ya que no sabía a qué atenerse con eso, muchos gitanos y hombres cercanos a las caravanas usaban a las mujeres para una noche, o ellas mismas se ofrecían, pero él no era para nada como ellos, no ultrajaría a una mujer de tal manera, da igual lo predispuesta que ella este a eso, quizás sonaba demasiado antiguo pero era monopolizador y por eso quizás no iba de putas como otros de su estatus social, él quería algo más serio… una relación más intensa que una sola noche de placer, pero era un tanto difícil el hallarlo ya que como había dicho antes, las mujeres de ciudad no eran nada…. Estimulantes en cualquier sentido de la palabra, al menos para él.
Poso sus manos sobre las de la joven para pasearlas hasta sus codos, los cuales rodeo con sus grandes y fuertes manos, pero sin apretar con fuerza, no le gustaba usar la fuerza de ese modo, y con suma delicadeza la aparto pero solo lo justo para que ella lo soltase, pudiendo así mirarla más fijamente y con cierta seriedad, no sabía lo que ella pensaba ni que intenciones tenia, aunque algo se le pasaba por la mente y el no se prestaría a eso, aun cuando era tentador ya que una mujer como ella era poco común, demasiado se podría decir, pero no iba a traicionarse a sí mismo por una noche loca de lujuria…
- ¿Qué intenciones tiene? – le pregunto con una sonrisa ladina – le pido la mayor sinceridad posible y si es directa mejor, me gustan más las mujeres así que las que dan rodeos cansinos hasta dar con el tema en cuestión – dijo un poco serio aunque la sonrisa aun prevalecía en su rostro.
[por fin se acabo agosto!! TwT pense que jamas se acabaria!! y con el los trabajos cansinos~~ por fin vuelvo a la tranquilidad >w< perdon por la tradanza y el no haberte enviado un mp >x< ]
Arqueo una ceja ante el rápido cambio de postura, la joven sí que era atrevida o más bien extraña aunque en el mas buen sentido de la palabra, hacia cosas que normalmente una mujer no hacía, sonrió ladino aunque su sonrisa se termino cuando oyó su rara confesión ¿le había dicho que le gustaba? Habían mil formas de interpretar eso ya que habían otras mil del significado de gustar, sus halagos no pasaron desapercibidos para Heath pero en su mente aun prevalecía ese “me gustas”, ya que no sabía a qué atenerse con eso, muchos gitanos y hombres cercanos a las caravanas usaban a las mujeres para una noche, o ellas mismas se ofrecían, pero él no era para nada como ellos, no ultrajaría a una mujer de tal manera, da igual lo predispuesta que ella este a eso, quizás sonaba demasiado antiguo pero era monopolizador y por eso quizás no iba de putas como otros de su estatus social, él quería algo más serio… una relación más intensa que una sola noche de placer, pero era un tanto difícil el hallarlo ya que como había dicho antes, las mujeres de ciudad no eran nada…. Estimulantes en cualquier sentido de la palabra, al menos para él.
Poso sus manos sobre las de la joven para pasearlas hasta sus codos, los cuales rodeo con sus grandes y fuertes manos, pero sin apretar con fuerza, no le gustaba usar la fuerza de ese modo, y con suma delicadeza la aparto pero solo lo justo para que ella lo soltase, pudiendo así mirarla más fijamente y con cierta seriedad, no sabía lo que ella pensaba ni que intenciones tenia, aunque algo se le pasaba por la mente y el no se prestaría a eso, aun cuando era tentador ya que una mujer como ella era poco común, demasiado se podría decir, pero no iba a traicionarse a sí mismo por una noche loca de lujuria…
- ¿Qué intenciones tiene? – le pregunto con una sonrisa ladina – le pido la mayor sinceridad posible y si es directa mejor, me gustan más las mujeres así que las que dan rodeos cansinos hasta dar con el tema en cuestión – dijo un poco serio aunque la sonrisa aun prevalecía en su rostro.
[por fin se acabo agosto!! TwT pense que jamas se acabaria!! y con el los trabajos cansinos~~ por fin vuelvo a la tranquilidad >w< perdon por la tradanza y el no haberte enviado un mp >x< ]
Valdus De'Ath- Licántropo Clase Media
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Re: Volviendo a los origenes [Privado Mackenzie Clark]
El sentirlo separarse ligeramente de ella no fue problema, pero al escuchar sus palabras se dio golpes de cabeza mentales recordándose a sí misma que debía ser cuidadosa con las palabras cuando hablara con él. A pesar de ello, admitía que la impresión que él había podido tener podría haber sido bastante acertadas, aunque esas no fueran sus intenciones, consiguiendo arrancarle una carcajada improvista, terminando por alejarse completamente de él eliminando todo contacto y acercándose nuevamente a su caballo para recostarse de él sin dejar de mirar a su compañero.
Aun con una sonrisa en su rostro, le explicó -Soy una mujer demasiado directa para andar con rodeos, Heath. Y créeme que si mis intenciones fueran las que imaginas, te las habría dejado claras mucho antes. Esta no es la manera en como yo hago las cosas- sin mencionar en ningún momento que eran los hombres quienes acudían a ella creyéndola prostituta, y era de esa forma como aplacaba su deseo, eso de ir a acostarse con gente que tropezaba en la calle de buenas a primeras no era lo suyo, y muchos menos con alguien a quien probablemente tendría que encontrarse por un tiempo más mientras ambos permanecieran en el grupo gitano. No era algo por lo que debiera sentirse orgullosa, eso lo sabía, pero cuando no era algo que ella pudiera controlar intentaba no mortificarse demasiado por su ‘enfermedad’ y disfrutar lo que pudiera con ella.
-Cuando dije que ‘me gustas’ me refería al sentido inglés de la frase, de la misma forma como podría gustarme una sonata o un viejo libro-. Con aquello no pretendía rebajar el hecho de que le gustara, simplemente dejar claro el sentido en que hablaba, y que con ello no quería decir ‘acuéstate conmigo YA’. Antes que también lo mal interpretara todo, decidió agregar -No voy a negar de ninguna manera que me gustaría llegar a aquello contigo, pero es el hecho de que me gustes lo que me frenaría a llevar las cosas con calma-. Cuando se acostaba con un hombre fingiendo ser prostituta, lo único que esperaba conocer de él era su nombre, pero de Heath en los pocos minutos de hablar ya sabía algo más que aquello, y no sólo lo sabía, le agradaba, lo que la obligaba a ser más precavida con él y no por ello menos extrovertida y confianzuda. Otro factor que pudo ser malinterpretado por el moreno.
Un nuevo rubor se maquilló en sus mejillas al pensar todo aquello, obligándola a desviar la mirada. Sentía el ardor en su rostro y aquello la incomodaba sobre manera. -Lamento si mi exceso de confianza te incomodó, es simplemente como soy y muchas veces no mido lo que digo o lo que hago- su pie comenzó a jugar con el heno que pisaba en señal de nerviosismo y Ventisca, al notarla apenada, hizo una especie de cariño con el hocico en su cuello, animándola de cierta manera. Mackenzie no estaba acostumbrada a involucrarse en la vida de quienes la rodeaban, la vida le había enseñado que era mejor no encariñarse de las personas, por ello cuando comenzaba a notar cierto aprecio de su parte hacia otros prefería dar media vuelta y huir, tampoco solía sentir ningún tipo de interés por los hombres más que sexual, todo aquello unido, era el motivo por el que ser rechazada por él cuando sus intenciones no eran en absoluto como pensaba había herido ligeramente su orgullo femenino.
Aun con una sonrisa en su rostro, le explicó -Soy una mujer demasiado directa para andar con rodeos, Heath. Y créeme que si mis intenciones fueran las que imaginas, te las habría dejado claras mucho antes. Esta no es la manera en como yo hago las cosas- sin mencionar en ningún momento que eran los hombres quienes acudían a ella creyéndola prostituta, y era de esa forma como aplacaba su deseo, eso de ir a acostarse con gente que tropezaba en la calle de buenas a primeras no era lo suyo, y muchos menos con alguien a quien probablemente tendría que encontrarse por un tiempo más mientras ambos permanecieran en el grupo gitano. No era algo por lo que debiera sentirse orgullosa, eso lo sabía, pero cuando no era algo que ella pudiera controlar intentaba no mortificarse demasiado por su ‘enfermedad’ y disfrutar lo que pudiera con ella.
-Cuando dije que ‘me gustas’ me refería al sentido inglés de la frase, de la misma forma como podría gustarme una sonata o un viejo libro-. Con aquello no pretendía rebajar el hecho de que le gustara, simplemente dejar claro el sentido en que hablaba, y que con ello no quería decir ‘acuéstate conmigo YA’. Antes que también lo mal interpretara todo, decidió agregar -No voy a negar de ninguna manera que me gustaría llegar a aquello contigo, pero es el hecho de que me gustes lo que me frenaría a llevar las cosas con calma-. Cuando se acostaba con un hombre fingiendo ser prostituta, lo único que esperaba conocer de él era su nombre, pero de Heath en los pocos minutos de hablar ya sabía algo más que aquello, y no sólo lo sabía, le agradaba, lo que la obligaba a ser más precavida con él y no por ello menos extrovertida y confianzuda. Otro factor que pudo ser malinterpretado por el moreno.
Un nuevo rubor se maquilló en sus mejillas al pensar todo aquello, obligándola a desviar la mirada. Sentía el ardor en su rostro y aquello la incomodaba sobre manera. -Lamento si mi exceso de confianza te incomodó, es simplemente como soy y muchas veces no mido lo que digo o lo que hago- su pie comenzó a jugar con el heno que pisaba en señal de nerviosismo y Ventisca, al notarla apenada, hizo una especie de cariño con el hocico en su cuello, animándola de cierta manera. Mackenzie no estaba acostumbrada a involucrarse en la vida de quienes la rodeaban, la vida le había enseñado que era mejor no encariñarse de las personas, por ello cuando comenzaba a notar cierto aprecio de su parte hacia otros prefería dar media vuelta y huir, tampoco solía sentir ningún tipo de interés por los hombres más que sexual, todo aquello unido, era el motivo por el que ser rechazada por él cuando sus intenciones no eran en absoluto como pensaba había herido ligeramente su orgullo femenino.
Mackenzie Clark- Cazador Clase Media
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