Business issues~ [Privado]

por **Mackenzie Clark** Mar Ago 12, 2014 6:21 pm

La tarde era fresca, estaba algo nublado pero sin riesgo de lluvia, las nubes no estaban tan cargadas como para llegar a precipitar, por lo que las personas en la calle se abrigaban ligeramente y, por si las dudas, cargaban paraguas en mano. La joven licántropo, que confiaba bastante en sus sentidos e instintos, iba bastante relajada con uno de sus vestidos, ni el más abrigado ni el más escotado, algo intermedio para el clima actual, de corte sencillo pero elegante, nadie dudaría que era una mujer muy fina y nacida en cuna de oro si se proponía a actuar como tal.

Mackenzie aprovechaba ese día para recorrer la ciudad en busca de buenos precios en telas de calidad, sus ahorros habían bajado considerablemente los últimos días debido a gastos fuera de su presupuesto, por ende ahora andaba corta con el dinero para comprar los materiales para la elaboración de sus bellas creaciones.

Tras recorrer medio París, comenzaba a darse por vencida, cada lugar que visitaba tenía precios similares o superiores al sitio anterior, por lo que ya no sabía si le alcanzaría para comprar si quiera material suficiente para un vestido. Si la situación seguía así tendría que empezar a vender aquellos que usaba ella a tiendas de segunda mano, por ser usados, donde no le pagarían ni un tercio de su valor.

Intentó reanimarse, no podía estar todo perdido, algo debía encontrar. Con aquellos pensamientos se puso nuevamente en marcha, y siguió con su búsqueda. Cuando el sol cayó y entró la noche, nuestra pequeña loba se hallaba recostada de la vidriera del último lugar al que había entrado, completamente desesperanzada. No había un solo lugar en toda la ciudad donde su presupuesto le alcanzara para comprar lo que necesitaba, lo más cerca que llegaba era la mitad, pero no era suficiente.

En un acto de pura decepción, gritó a los cuatro vientos, sin importar quien la escuchara, sin importar nada -¿Qué acaso la gente pobre no tiene derecho a comprar buenas telas? Cochino dinero- se quejaba, aunque ella bien sabía lo que era la jerarquía social, simplemente se sentía frustrada. Más que por ella, porque ella comía sólo vegetales que podría cosechar, porque le gustaba su trabajo, y este producía dinero que podía usar para ayudar a aquellos más necesitados que ella. El subir de estrato no era una de sus ambiciones, simplemente el seguir haciendo lo que le gusta y ayudar a otros.

Resopló disgustada consigo misma, con las tiendas de telas, con París, y con el mundo en general, a sabiendas que había llamado la atención de los transeúntes que cerca de ella pasaban. Estuvo tentada a preguntarles odiosamente ¿Qué miraban tanto?, pero se contuvo, ninguno de ellos tenía la culpa de sus desdichas. Ninguno de ellos excepto ella misma. Se resignó, tendría que vender algunas de sus pertenencias, y con esta determinación se irguió para seguir su camino, deteniéndose al notar que alguien la miraba de una manera fija que le provocó escalofríos, consiguiendo que se erizara la piel de sus brazos, mirando a todos lados buscando al dueño de tan intensa mirada.