Juego de adivinanzas {Privado}

por **Maika Morozkova** Miér Ago 13, 2014 1:14 am

El sol apenas ha salido proveniente del oriente, iluminando suavemente por el pequeño espacio que permiten las cortinas y proyectándose directamente en el suelo de la vivienda relativamente humilde, una mujer joven permanece sentada sobre su muñida cama, el cabello negro azabache cayendo sobre su pecho hasta su cintura, y sus ojos mirando fijamente los colores en el suelo, desde cierta distancia, incluso podría parecerse a una muñeca de tamaño real, con la notable diferencia de que su pecho se expandía a intervalos de tiempo regulares, salvo eso, no parecía muy diferente a un cascaron vació.

Podría pensarse imposible que la joven permaneciera mucho más tiempo en la misma posición, pero el sol estaba ya completamente en lo alto del cielo cuando pareció reaccionar, parpadeando un par de veces, con esas pestañas inmensas que hacían sombras sobre sus ojos, y sus mejillas, de un color pálido como el mármol adquirieron un tenue color rosado y un suave bostezo abrió sus labios en un gesto infantil, mientras sus brazos se estiraban hacia el cielo.

-Buenos días señor sol- la muñeca viviente se puso de pie mirando a la ventana, con una sonrisa en su rostro, tan amplia, tan plena y tan aparentemente feliz por el simple hecho de estar despierta y después se dirige hacia el gran armario de los vestidos.

Ese día se sentía audaz, así que selecciono, de entre su guardarropa un vestido ajustado, cuyo corsé asemejaba la parte superior de un traje en color blanco, con los botones dorados, así mismo un sombrerito de dimensiones reducidas, y caminando hacia el tocador, recogió su largo cabello, y lo trenzo, colocando el sombrero sobre su cabeza al final de su arreglo, dándole un aspecto interesante, y muy parecido al de un joven duendecillo.

Mientras salia por la puerta de su domicilio la joven medito sus planes para el día, había cosas que tenia que comprar, comestibles y telas y otras cosas para su trabajo en confeccionar diseños coloridos en tela con pinturas y piedras, el día era esplendido, ideal para visitar tiendas, quizá pasaría por su tienda de te favorita, según lo que su lista decía, y quizás al final visitaría el bosque.

Pero... al ir caminando por las calles del soleado y alegre París de esa mañana, la joven se distrajo, algo que era muy común en su mente tan blanca, por la práctica de los gitanos, jamás en su vida había observado tal festival de colores, o eso ella recuerda en ese momento, claro esta que al cabo de unos minutos se le olvidaría, ese coreo emocionado de la audiencia de curiosos, tan distraída que se encontraba al caminar, que no fue capaz de observar a nadie más a su alrededor, estaba tan fascinada como si fuera un bebe conociendo el mundo por primera vez, ese era la rutina de todos los días y al terminar cada día sabía que no todo empezaría de nuevo, pero con algo diferente, una pequeño cuaderno de hojas gastas que le servían de memoria, lo sacó y anoto todo lo que veía.

por Invitado Jue Oct 02, 2014 11:42 pm

El día va comenzando lentamente mientras mis ojos se abren desesperanzarme haciéndome salir de la cama rápido solo con una camisa, camisa que no recuerdo ya de quien era aunque quizás nunca fue, aún así entre un baño decente y un poco de perfume la ropa me queda de lujo ahora más fresca que de costumbre, aquella mañana con el sol saliendo no se me apetecía ni trabajar, ni robar, ni divertirme solo caminar y ver hasta dónde me llevan mis pies incluso creo que me apetece arrastrarlos por las calles empedradas.

Saliendo de mi pequeña casa modesta y humilde la candidez del sol pega mi rostro lo que hace que lo levante un poco para recibir las energías de este y hacer que mi cuerpo se reestablezca completamente a falta de la que se pierde de noche cuando te toca trabajar aun así todo sea por la causa de una vida mejor para y llena de lujos ocultos, crujo mis dedos y los huesos de mi cuello mientras con mis manos ato mis cabellos de fuego en una sola coleta que se ondea cada paso que doy algo más dulce, inocente y hasta cierto punto un poco infantil así pasaría desapercibida por todos.

Mis pies van dando y dando pasos por las calles parisinas uno tras otro el sonar de mis zapatos contra las piedras…las miradas de hombres y mujeres y un punto sin retorno en mis mejillas que me hicieron sonrojar un poco pues era la primera vez que no estaba con los atuendos ni la apariencia para matar sino esta vez era Ania una joven dulce que buscaba en sus recuerdos olvidar ciertos días…y así por así los pies le llevan a caminar por las empedradas calles de aquella ciudad, con el sol bien alto, los pensamientos en ls vida de adolescente que tenía y en el que había sufrido mucho, desde aquel viejo amor y los golpes que recibió algo que le había dado una flexibilidad en su cuerpo lo que el volver a ellos le hizo sonreír como una niña pequeña adentrándose de nuevo entre recuerdos pasados que ahora son presentes.

Aquella mañana estaban todo el mundo en sus labores y esta vez por aquellas citadinas calles, uno que otro gitano practicando, ensayando sus trucos y malabares y no les importaba tener uno que otro público pues así se alegraban, bueno uno que otros no más…porque habían otros que no les gusta tener a nadie fisgoneando como la persona que lee la mano y el tarot, una vieja amiga mía que me había enseñado ese arte…entre sonrisas la miro y paso de ella pues tenía clientes…llego al centro y miro a los malabaristas haciendo trucos en el aire…la cuerda floja lo que más me gustaba cuando niña…mordí parte de mi labio inferior mientras sonreía

-ojala pueda volver a esa vida feliz- murmuré mientras acomodaba mi cabello sentada admirando la belleza de las cosas…pero justo cuando me levanto para salir de los recuerdos tope con alguien…al parecer otra joven curiosa con ganas de admirar los artes de los gitanos callejeros, no supe que hacer ni que decir estaba alterada no quería que nadie me reconociera y menos que supieran que estaba tras mis pasos del pasado así que dándole la espalda un poco y con la cabeza gacha mirando a un lado distinto -disculpe…- solo eso dije y no le ayude…me congele de miedo ocultando mi rostro...aunque claro sin maquillaje es poco probable que me reconozcan pero en un profesión de la noche donde todo puede pasar es mejor no fiarse.

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